NÚMERO 28 - AÑO 2001 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
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NÚMERO 28 - AÑO 2001 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
SUMARIO - PAPEL DE LA EDUCACIÓN EN LA PROMOCIÓN DEL PENSAMIENTO RACIONAL. Por: José Ignacio Lopez Lopez
- REBELIÓN EN EL LAGO NESS Por: Luis Alfonso Gámez
- EUROPA MIRA AL SOL Por: Javier Armentia
- EL ECLIPSE DE LA RAZÓN y/o LA FALSA CONFIRMACIÓN DE ALBERT EINSTEIN Por: Jim Holt
- ¿QUÉ HACEN LOS MUSEOS CIENTÍFICOS DE AHORA? Por: Ramón Nuñez Centella
- CURIOSIDAD ACTIVA Y CURIOSIDAD PASIVA Por: José María Romera
- PABLO ESPINET RUBIO, PREMIO IBERDROLA 2001: “LA QUÍMICA ES CADA VEZ MÁS EFICAZ Y LIMPIA” Por: Francisco Forjas
- HAWKING PREVÉ LA CREACIÓN DE BEBÉS FUERA DEL CUERPO HUMANO Por: Agencias
- LOS EXPERTOS CREEN QUE INTERNET VACÍA DE PODER A LOS GOBIERNOS Por: Cristina Angulo
- “LO HE PERDIDO TODO, PERO NO ME RINDO” Por: Malen Ruiz De Elvira
- LA HIERBA DE SAN JUAN NO RESULTA EFICAZ PARA TRATAR LA DEPRESIÓN GRAVE Por: Agencias
- MARGARITA SALAS, BIÓLOGA MOLECULAR Y PRESIDENTA DEL INSTITUTO DE ESPAÑA: «LA CIENCIA ES LO MÁS PAREC Por: Francisco Doménech
- LA DANZA DE LOS ÁTOMOS Por: George Jonson
- REVELACION POLEMICA: UN CIENTÍFICO EN PRÁCTICAS DISEÑÓ LA PRIMERA BOMBA DE HIDRÓGENO Por: Agencias
- DESCUBREN UN PLANETA SIMILAR A LA TIERRA FUERA DEL SISTEMA SOLAR Por: Agencias
- LA MANIPULACIÓN DEL CÓDIGO GENÉTICO DE UNA BACTERIA PRODUCE PROTEÍNAS ARTIFICIALES Por: Xavier Pujol Gebellí
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- LAS BACTERIAS CAMBIAN DE FORMA BARAJANDO UNA FILA DE 15 GENES Por: Javier Sampedro
PAPEL DE LA EDUCACIÓN EN LA PROMOCIÓN DEL PENSAMIENTO RACIONAL. Por: José Ignacio Lopez Lopez
Nunca olvidaré lo mucho que me impresionaron los comentarios (escritos) de Isaac Asimov acerca de la actitud de muchos estadounidenses en referencia a las ideas contenidas en la Biblia, consideradas casi siempre como verdades literales, nunca susceptibles de interpretación. Estos creyentes a la antigua usanza abominaban de las ideas evolucionistas de Darwin, por poner un ejemplo, a las que consideraban producto de la mente del mismísimo Satanás. Asimov se refería a personas que habrían debido alcanzar un grado óptimo en la calidad de su educación ya que pertenecían a la clase media económicamente más poderosa del mundo. Sin embargo, el hecho de que esas mismas personas (y antes que ellas sus padres), tomaran unas posturas abiertamente agresivas y opuestas a la difusión de cualquier clase de enseñanza que pudiera entrar en contradicción con lo que dice la Biblia, provocaba que los programas de enseñanza dirigidos al grueso de los niños y los jóvenes de la comunidad adolecieran de graves carencias, mientras que simples creencias sin rigor histórico alguno o incluso abiertamente erróneas eran incluidas como materia obligatoria de estudio debido a su carácter "religioso" y por ello "verdades absolutas". Personalmente comparto con muchos padres la impresión de que los niveles de conocimiento que se exigen a los escolares y a los estudiantes de las enseñanzas medias en nuestro país han ido bajando de manera progresiva en los últimos 20 o quizá treinta años. Da la impresión de que parte de esa disminución del nivel de exigencia a los alumnos es una estrategia dirigida a disminuir el fracaso escolar por una vía fácil y rápida: "No queremos más chicos en los billares" ha venido siendo la consigna habitual. El resultado es que ese bien, se llame "educación", "conocimientos" o "cultura" ha ido disminuyendo conforme se ha ido extendiendo hasta casi abarcar a toda la población. Es como si cada niño "tocara a menos" en el "reparto". Creo que este fenómeno es preocupante. Siendo la enseñanza obligatoria hasta los dieciséis años deberían ser excepcionales los muchachos que no hubieran desarrollado una mínima capacidad crítica a la hora de juzgar cualquier tipo de información (sea ésta veraz o no). Al fin y al cabo ese joven, en sólo dos años, tendrá la mayoría de edad legal y será, teóricamente, un adulto plenamente responsable y autónomo. En diferentes ocasiones he cambiado impresiones con personas relacionadas con la enseñanza pública y con profesores de diferentes centros. Por lo general, todos aceptan que ese deterioro en la calidad de la enseñanza es un hecho, algo que incluso admiten gobierno y oposición. Pues bien, muchos creen que estamos en el camino de "alcanzar" la "calidad" de la enseñanza que tanto preocupaba a Asimov en sus compatriotas. Esa preocupación me parece justificada. Sin embargo, volviendo al paralelismo entre "pobreza de contenidos" de la enseñanza y "escasez de capacidad crítica" hay que cuestionarse si basta con aumentar el primer factor para que el segundo ascienda espontáneamente: la respuesta puede ser "no". Y para evitar que los alumnos carezcan de esta capacidad parece lógico actuar en dos frentes: aumentar el nivel de exigencia en los conocimientos de los muchachos y enseñarles, al mismo tiempo, a ejercitar su capacidad de juicio, de ejercer el sentido común, de hacerse preguntas y responderlas lógicamente. Enunciadas las soluciones y una vez que parece fácil ponerlas en marcha tropezaremos con los inconvenientes: a los alumnos les apetece poco que les exijan más en sus centros escolares, como a los
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contribuyentes les parece mal tener que pagar más impuestos. Los padres de los alumnos tienden, por desgracia, a apoyar a sus hijos frente a cualquier queja de los profesores, quienes han perdido autoridad y no se sienten apoyados por la administración. En las partes más elevadas de la pirámide de la administración de la enseñanza hay personas con cargos políticos que suelen sentirse inclinados a solucionar los conflictos evitando todo enfrentamiento con los padres, lo que aumenta la pérdida de autoridad de los profesores. Este es un fenómeno de sobras conocido y que conlleva que los alumnos menos aventajados acaben siendo un lastre para el resto de la clase, en especial para los mejor preparados, y constituyéndose también en un serio inconveniente para aplicar las medidas que se propugnan. Por otro lado, algunos padres pueden temer que en el colegio sus hijos desarrollen personalidades críticas e independientes y que esto mine su autoridad frente a sus hijos. Algo similar puede ocurrir en determinados ambientes con la educación religiosa si los padres llegan a temer que su sistema de creencias, en el que se basa su estructura social, corre peligro. El integrismo religioso no es un fenómeno ausente de nuestro país, aunque sí menos común que en otros. Sin embargo los cambios migratorios que vivimos pueden cambiar esta situación. Sin embargo es posible encontrar soluciones. Los contenidos mínimos de la enseñanza pueden ser regulados por ley, incluso a escala estatal. Puede exigirse a los centros una garantía mínima de contenidos así como una garantía mínima de que se desarrollen técnicas de enseñanza que estimulen la iniciativa, la curiosidad y el pensamiento racional, tanto al menos como se les exige que ofrezcan una enseñanza religiosa.
REBELIÓN EN EL LAGO NESS Por: Luis Alfonso Gámez
Los seguidores del monstruo del lago Ness están en pie de guerra. Tras el anuncio de un grupo sueco de criptozoólogos -buscadores de seres como el Yeti o el Pies Grandes- de su intención de realizar el enésimo sondeo del lago para intentar cazar a Nessie y extraerle una muestra de ADN, los 'fans' de la legendaria criatura se han sublevado. No están dispuestos a arriesgarse a que nadie incomode al presunto inquilino del lago, que atrae hasta la región a medio millón de turistas anuales que se dejan más de 6.600 millones de pesetas. Desde hace veinte años, las exploraciones del lago Ness a la búsqueda del monstruo han concluido en estrepitosos fracasos. Pero nunca han contado con la oposición de los 'fans' de Nessie, ya que, a diferencia de la dirigida por Jan Sundberg, de 53 años, las anteriores cazas del monstruo no incluían una trampa para capturar a la criatura. Por eso, el criptozoólogo sueco no sólo tendrá que hacer frente al elusivo ser, sino también a las iras de sus seguidores, entre los que destaca Kevin Carlyon, sumo sacerdote de los Brujos Blancos Británicos. Carlyon lanzó ayer un maleficio en pleno lago. «Frustrará cualquier intento de capturar o dañar a Nessie ahora o en el futuro», ha dicho el brujo, cuyo anuncio de conjuro ha llenado de entusiasmo a los partidarios del mítico animal. La rebelión no se ha limitado, sin embargo, a los 'adoradores' de la criatura. Ha alcanzado dimensiones políticas. La organización gubernamental para la conservación del patrimonio natural escocés ha promulgado un código de normas para garantizar que los criptozoólogos liberen a Nessie sano y salvo tras hacerse con la muestra de ADN. La prensa británica no ha podido evitar tomárselo con ironía, destacando que, por si no hubiera suficientes leyes para regular la vida diaria, las autoridades dictan ahora una para proteger a
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un ser mítico. Y es que eso es lo que es Nessie. A pesar de que los testimonios sobre la existencia del monstruo se remontan al siglo VI, la verdad es que el primero debidamente documentado data de 1871 y no fue hasta los años 30 del siglo pasado cuando Nessie saltó al estrellato. Fue a raíz de la publicación en 'The Daily Mail', el 21 de abril de 1933, de una fotografía en la que se ve lo que parece el cuello de una especie de dinosaurio recortado sobre las aguas del lago. La imagen fue utilizada durante décadas por los criptozoólogos como prueba de la existencia de Nessie hasta que en noviembre de 1993, en su lecho de muerte, Christian Spurling reveló que era un montaje realizado por un cirujano, un agente de seguros, su hermanastro y su padrastro, un periodista que quería así vengarse de quienes le habían puesto en ridículo. El reportero, Marmaduke Wetherell, había intentado colar al Museo de Historia Natural de Londres unas huellas fabricadas con una pata disecada de hipopótamo como de Nessie. Descubierto el engaño y ridiculizado por la prensa, recurrió a su hijastro para vengarse. Spurling, que en aquel entonces tenía ocho años, modeló lo que simulaba el cuello y la cabeza de una serpiente marina, que luego colocaron sobre una base de madera para fotografiarla y convertirla en la 'mejor evidencia' de que el monstruo existe.
EUROPA MIRA AL SOL Por: Javier Armentia
El próximo viernes, 27 de abril, se cumplen cinco años del lanzamiento del satélite SOHO (siglas de “Observatorio Solar y heliosférico”) que las agencias espaciales europea y norteamericanas colocaron entre nuestra estrella y la Tierra, a millón y medio de kilómetros, para monitorizar el cambiante comportamiento del Sol. SOHO es un observatorio especial que ha cambiado radicalmente la manera en que conocemos el Sol. A lo largo de sus cinco años de funcionamiento ha permitido descubrir fenómenos sorprendentes, relacionados con las capas exteriores del Sol, denominada por los astrofísicos “atmósfera” solar. La parte inferior de esta atmósfera es la que vemos cuando miramos al Sol, la fotosfera, una región de gas a unos 6000 grados de temperatura, que emite la luz que nos llega del Sol, de color amarillento. Sobre ella, sin embargo, existen capas menos densas, la cromosfera (visible durante los eclipses como una envoltura rosada sobre la fotosfera) más caliente, a decenas de miles de grados, y la corona, mucho más caliente, pasando del millón de grados, y más tenue, de manera que el gas ionizado (principalmente protones y electrones) se mueve siguiendo las líneas del campo magnético solar, escapando en forma de viento solar hasta distancias de más de mil millones de kilómetros del Sol. El que las zonas exteriores del Sol sean las de mayor temperatura es algo anómalo, porque la energía solar se produce en su núcleo, reacciones termonucleares de fusión que convierten los núcleos de Hidrógeno en Helio. El calentamiento de estas capas se debe a la compleja interacción entre los campos magnéticos, los movimientos convectivos del gas de la fotosfera y la rotación diferencial del Sol: en su zona ecuatorial gira más rápidamente que en las regiones polares. SOHO, con sus diferentes instrumentos, analiza en tiempo real tanto la fotosfera como las capas exteriores de la atmósfera solar, y a lo largo de sus cinco años de funcionamiento ha permitido no sólo comprender mejor la manera en que el gas escapa de la corona, las llamadas eyecciones coronales, causantes de las tormentas de radio en la Tierra, sino el descubrimiento de nuevos fenómenos desconocidos, como la existencia de corrientes de
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gas bajo la superficie, o enormes descargas eléctricas que suceden en las zonas de mayor actividad magnética. En un principio, la misión SOHO finalizaba en el 98, pero sus resultados animaron a la ESA a mantenerla, por lo menos, hasta el 2003. SOHO no está solo en el espacio. Unos años antes de ser lanzado, en 1990, ULISES comenzaba un largo viaje por el Sistema Solar. Una misión conjunta también entre Estados Unidos y Europa, destinada a analizar el espacio interplanetario. Aunque es cierto que entre los planetas casi hay un vacío absoluto, el viento solar, el flujo de partículas que escapa del Sol, inunda este vacío, en donde además existen partículas de gas ionizado y campos magnéticos. La manera en que esta estructura evoluciona es poco conocida, especialmente si nos alejamos del plano de la eclíptica, en el que orbitan gran parte de los planetas. Por eso, ULISES viajó primero hacia Júpiter y, empleando la gravedad de este planeta, se impulsó hacia una órbita que le lleva a pasar por encima y por debajo del Sol, a unos 300 millones de distancia de él, es decir, dos veces la distancia que separa a la Tierra de nuestra estrella. Con sus sensores analiza los campos magnéticos, la densidad del plasma, y las características del viento solar a esas altas latitudes, que por lo general viaja más rápido que el de la zona de la eclíptica, a casi el doble de velocidad, conducido por los campos magnéticos que escapan de los polos solares. Recientemente se ha comprobado que ese flujo tiene súbitas variaciones, como latigazos que parten de fenómenos de interacción en la corona solar. De la misma forma que las eyecciones coronales sueltan chorros de partículas de gran energía formando las tormentas solares, las plumas de gas del Sol que escapan por sus polos se enroscan y disparan fenómenos que nunca antes se habían podido medir. Desde el año pasado a SOHO y ULISES se han unido RUMBA, SALSA, TANGO Y SAMBA, las cuatro naves gemelas que conforman la misión CLUSTER. Originalmente, tenían que haber estado funcionando desde junio de 1996, pero estallaron con el primer Ariane 5, el cohete lanzador europeo. Su órbita en torno a nuestro planeta les lleva a atravesar continuamente la estructura magnética de la Tierra, la magnetosfera. Las naves con formación que las sitúa en los vértices de un tetraedro. Esto permite medir en tiempo real variaciones en las características de esta envoltura magnética, provocadas como respuesta a los flujos de partículas que llegan desde el Sol. Y también comprender la estructura tridimensional de esta especie de capas de cebolla que nos protegen de la influencia externa. Los datos de CLUSTER están permitiendo comprender que la situación es compleja, con movimientos y oscilaciones caóticas que permiten comprender por qué unas veces una tormenta solar apenas produce efectos en superficie y otras sí. Queda aún mucho por conocer del Sol y de la influencia que tiene sobre nuestro planeta. Los científicos intentan analizar la causa del comportamiento solar: aunque lo vemos cada día aparentemente tranquilo, iluminando nuestro planeta, el gas, los campos magnéticos que van cambiando en ciclos de once años, los flujos de partículas en sus capas exteriores producen enormes explosiones, tormentas, latigazos eléctricos y todo un sinfín de fenómenos que no sólo se ven desde nuestro planeta, sino que a veces tienen importantes y devastadores efectos sobre las líneas eléctricas, los satélites o las telecomunicaciones. Con SOHO, ULISES o las CLUSTER, Europa mira al Sol, intentando comprender y predecir este comportamiento. Día del Sol y de la Tierra Como conmemoración del quinto aniversario del SOHO, la Agencia Europea del Espacio ha organizado un día en el que contar al ciudadano europeo la importancia de la investigación solar, especialmente en
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relación con sus efectos en la Tierra. En más de cuarenta puntos distribuidos por toda Europa, y también en Estados Unidos y en Canadá, científicos, divulgadores y aficionados a la astronomía van a participar en esta iniciativa divulgativa. En nuestro país, el Planetario de Madrid organiza una conferencia del astrofísico Juan Sequeiros el día 26; el Hemisfèric de Valencia inaugura el 27 una producción IMAX sobre el Sol, aparte de una exposición sobre el tema; simultáneamente en el IMAX del Port Vell de Barcelona también se presenta esta película, “Solarmax”. En el Museo de la Ciencia y el Cosmos de La Laguna se hará una observación pública del Sol; como en el Planetario de Pamplona, donde además de la observación con telescopios del propio planetario y de la Agrupación Navarra de Astronomía el representante español en la ESA, Valeriano Claros dará una conferencia sobre las misiones europeas de observación del Sol y la Tierra.
EL ECLIPSE DE LA RAZÓN y/o LA FALSA CONFIRMACIÓN DE ALBERT EINSTEIN Por: Jim Holt
Noticia enviada por: Luis R. González Manso Versión en español por: Joseba Andoni Agirregoikoa “REVOLUCIÓN EN LA CIENCIA / DERRIBADAS LAS IDEAS DE NEWTON” Este era el anuncio de portada del London Times el 7 de Noviembre de 1919. El motivo de este titular era un informe que confirmaba la teoría general de la relatividad de Einstein. Las fotografías de un eclipse total tomadas por una expedición británica al Atlántico Sur habían confirmado la predicción de Einstein de que el campo gravitatorio del sol curvaría la luz de las estrellas. El suceso fue considerado como un triunfo, no sólo para la relatividad sino para la ciencia en general. Sin embargo, tras un análisis más exhaustivo, parece más bien un caso de fraude magnánimo. La curvatura de la luz fue el efecto más dramático pronosticado por la relatividad y un eclipse solar era la única ocasión de observarlo. Durante un eclipse las estrellas en torno al sol se vuelven visibles y si la gravedad del sol desvía su haz de luz, sus posiciones aparentes se desplazarán ligeramente (Este desplazamiento puede ser medido comparando una fotografía de las estrellas durante el eclipse con otra tomada cuando el sol está en otra parte del cielo.) Einstein llegó a dos cifras diferentes en su estimación del desplazamiento. En 1911, calculó que sería de 0.875 segundos de arco (3,600 segundos de arco = 1 grado.) Cuatro años más tarde, utilizando una argumentación más ajustada a su teoría, dobló la predicción a 1.75 segundo de arco. De hecho, la curvatura de la luz por efecto de la gravedad no era exclusiva de la teoría de Einstein. Podía ser deducida también de los axiomas newtonianos. Más de un siglo antes, un astrónomo Bávaro llamado Johann Georg von Soldner había hecho precisamente eso. La cifra a la que llegó Soldner, al calcular la desviación de la luz al pasar próxima a la superficie solar, era de 0,875 segundos de arco, exactamente la misma cifra que Einstein estimó en 1911. Sin embargo, adjudicárselo a Newton o a Einstein no era una cuestión de diferenciar entre cierta curvatura o ninguna; consistía en distinguir entre una minúscula desviación de 1,75 segundos de arco frente a otra más pequeña aún de 0.875, algo difícil de hacer incluso en óptimas condiciones de observación (La turbulencia atmosférica se suma a la dificultad de la medida, junto con las imperfecciones del telescopio y de las placas fotográficas. Las nubes pueden ser fatales.)
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La expedición del eclipse de 1919 fue dirigida por Sir Arthur Eddington, a la sazón profesor Plumian de la Universidad en Cambridge. Cuáquero y pacifista, Eddington quedó exento del servicio militar en la Primera Guerra Mundial por su importante viaje. Consciente de cómo anteriores esfuerzos para observar la desviación de la luz de las estrellas fueron malogradas por el mal tiempo, dividió la expedición en dos partes: Una fotografiaría el eclipse desde el nordeste de Brasil mientras la otra (de la cual él formaría parte) lo haría desde una isla frente a las cosas de África Occidental. Como Clifford M. Will explica en "¿Tenía razón Einstein?" (1993), Eddington imaginaba tres posibles resultados: "Ninguna desviación indicaría que la luz no se veía alterada por la gravedad, una desviación media confirmaría a Newton y una desviación total confirmaría a Einstein." La noche del eclipse, 29 de mayo, se tomaron tres conjuntos de fotografías, dos desde Brasil (utilizando diferentes telescopios) y otro desde África. El mejor grupo de fotos de los dos tomados en Brasil, mostraba un desplazamiento de 1,98 segundos de arco, bastante por encima de la estimación de Einstein; de hecho, sólo había una probabilidad entre diez de que un error aleatorio produjera una medida tan grande si la teoría de Einstein fuera cierta. El otro grupo de fotos de Brasil arrojaba una desviación de 0.86 segundos de arco, casi exactamente la estimación newtoniana. El peor de los grupos de fotos del eclipse fue el tomado por el equipo de Eddington en África, donde las condiciones atmosféricas sólo permitieron obtener dos placas fotográficas útiles con la borrosa imagen de cinco estrellas en cada una. La desviación calculada a través de estas muestras era de 1,61 segundos, algo por debajo de la predicción de Einstein. Por tanto, habiendo obtenido este conjunto equívoco de datos del eclipse, ¿qué fue lo que Eddington comunicó a la Royal Society cinco meses después? En primer lugar, descartó el conjunto de datos intermedio que favorecía a Newton. Después, ponderó los datos del conjunto de mayor precisión - que por sí mismos harían dudar de la teoría de Einstein - con las del grupo de datos de menor precisión. Y, mirabile dictu, el resultado era casi exactamente lo estimado por la relatividad general. "Es un regalo del destino el que yo haya podido vivir esto" escribió un agradecido Einstein. Eddington, quien había sido durante mucho tiempo defensor de Einstein en Inglaterra, era consciente de su parcialidad. Más tarde confesó a un colega que de haber sido por él "no habría realizado las expediciones ya que estaba convencido de que la teoría general de la relatividad estaba en lo cierto". Pero tenia un buen motivo extra-científico para maquillar los datos obtenidos del eclipse. Tal y como los filósofos científicos John Earman y Clark Glymour han apuntado, Eddington - como Einstein- era apasionadamente contrario a los prejuicios nacionalistas. Él esperaba que una confirmación por parte británica de la teoría de Einstein ayudaría a dispersar el patriotismo de la Primera Guerra Mundial y promovería un acercamiento entre científicos alemanes y británicos. Aunque Eddington convenció al mundo de que la relatividad general estaba en lo cierto, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando los astrónomos obtendrían una sólida evidencia de ello. Mientras, el mito de la expedición de 1919 permanece. Por ejemplo, en "Einstein: A Life in Science" (1996) de Michael White y John Gribbin se puede leer que "las desviaciones medidas por el equipo británico se ajustaban exactamente a las predicciones realizadas por la teoría de Einstein". En la ciencia, como en la guerra, la historia la escriben los vencedores.
¿QUÉ HACEN LOS MUSEOS CIENTÍFICOS DE AHORA? Por: Ramón Nuñez Centella
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Hace unas semanas, los talibán nos hicieron recordar el dolor que se siente en una pérdida cultural. En su origen, los museos eran las instituciones que trataban de evitarnos posibles sufrimientos por esa causa, de manera que sus funciones tradicionales se enuncian pensando en los objetos: recolectar, conservar, catalogar, restaurar y exhibir, investigar. Pero hoy nos encontramos con que existe un nuevo tipo de museos -así se les continúa llamando genéricamente, aunque la mayoría de ellos quieran escapar de esa denominación- que no poseen colecciones. ¿A qué se dedican estas instituciones de hoy que no tienen funciones relacionadas con la conservación? Desde los inicios del pasado siglo, cuando se concibió el Deutsches Museum en Múnich, los museos comenzaron a realizar un esfuerzo didáctico que se manifestaba en la incorporación de otros elementos al lado de las piezas de colección. El museo alemán no se conformaba con presentar las máquinas, testimonio del progreso industrial y técnico, para que fueran veneradas por el gran público, sino que incluía piezas seccionadas, modelos y maquetas en movimiento para ayudar a conocer mecanismos internos y explicar su funcionamiento. Un salto cualitativo importante tuvo lugar en 1937 con la creación en París del Palais de la Découverte. Aquí ya no había piezas históricas para elaborar un discurso expositivo. Se presentaban módulos que, accionados por el visitante, servían para enseñar determinados fenómenos científicos. Por primera vez en un museo se partía de una base conceptual, seleccionando o creando luego los objetos que permitirían comunicar aquellas ideas. Era una exposición didáctica, pero también interactiva y conceptual. En los últimos treinta años han proliferado en muchos países los Science Centres, o Centros de Ciencia, uno de cuyos pioneros y ejemplo paradigmático es el Exploratorium de San Francisco, abierto en 1969. Es otro museo sin piezas de colección, donde las exposiciones se diseñan para expresar la diversidad y riqueza de los fenómenos naturales, poniendo muchas veces a prueba nuestras capacidades de percepción. Busca con ello sorprender y deleitar, dos antiguos objetivos de los museos, pero adopta un enfoque abierto y educativo, que quizás no pueda llamarse didáctico, pues no es completamente convergente. Es decir, que, ante un mismo estímulo, distintas personas pueden realizar planteamientos diversos y aprender cosas diferentes. Muchos de esos centros de ciencia se integran en la ASTC (Association of Science-Technology Centers), que cuenta hoy con más de 550 miembros en 43 países. Estos centros afirman tener en común el objetivo de 'mejorar la comprensión de la ciencia por parte del público y hacer que todos puedan disfrutar de la ciencia'. Pero si vemos una a una la declaración de funciones de esos nuevos museos, nos encontramos con que, además de enseñar o educar, términos que por tradición asociamos a los públicos infantiles y juveniles, afirman querer hacer con la ciencia cosas dirigidas a la gente de todas las edades: 'comunicar' (hacer a otros partícipes de los conocimientos científicos que unos tienen), 'divulgar' (hacer que lleguen a conocimiento de un gran número de personas), 'popularizar' (dar carácter popular a algo), 'difundir', 'propagar' y otras. Todas esas funciones se realizan, evidentemente, no sólo mediante las exposiciones diseñadas al efecto, sino también a través de todo tipo de actividades. El estilo de estos centros, caracterizados por su ambiente lúdico y popular, por su planteamiento asequible y muchas veces interdisciplinar, los hace atractivos al público, y como resultado de ello se están convirtiendo en los museos más visitados. A su vez, este hecho genera un sentimiento de pertenencia que sirve para garantizar el éxito de muchas convocatorias e iniciativas.
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Nos encontramos así, por ejemplo, con que el Parque de las Ciencias de Granada gestiona el ambicioso Programa de Divulgación Científica que pone en marcha la Junta de Andalucía; por su parte, en Galicia los Museos Científicos Coruñeses realizan una campaña de información sobre el mal de las vacas locas, con la distribución de 200.000 folletos divulgativos y la organización de un curso para universitarios y profesionales; al mismo tiempo, en Valencia, el flamante Museo Príncipe Felipe convoca el II Congreso de Comunicación Social de la Ciencia, bajo el lema La ciencia como cultura. Los museos, evidentemente, se mueven. De ellos depende hoy, en gran parte, la cultura científica de los ciudadanos. [Nota] *Ramón Núñez Centella es director de los Museos Científicos Coruñeses (mc2)
CURIOSIDAD ACTIVA Y CURIOSIDAD PASIVA Por: José María Romera
Algunas personas siempre están dispuestas a plantearse preguntas sobre las cosas que les incumben; otras, en cambio, se limitan a observar lo que ya les viene dado de fuera Si nos fiásemos de las apariencias, habría que pensar que la curiosidad es uno de los signos definitorios de nuestro tiempo. La sociedad de la comunicación se nos presenta como una monumental factoría de novedades, datos y hechos que desfilan ante nuestra mirada ávida de recibir información, y que para saciar esa exigencia ha creado medios sofisticados que nos los suministran sin reposo. Los seres humanos portamos el gen de la curiosidad, y la época que nos ha tocado vivir parece llevar a la apoteosis esta inclinación natural de la especie. Pero al mismo tiempo la sobreabundancia de información produce cierto hartazgo que apaga las zonas más nobles de nuestra curiosidad. Nos interesa conocer el futuro, pero en cambio desatendemos un presente que nos plantea incógnitas más atractivas y respuestas más accesibles. Queremos saber lo que les ocurre a los participantes en un concurso de televisión, y sin embargo nos resultan indiferentes los problemas de la gente más próxima. Y es que hay dos formas de curiosidad: la activa, siempre presta a plantearse preguntas acerca de las cosas que verdaderamente nos incumben, y la pasiva, abúlica y domesticada, atenta sólo a lo que nos viene ya dado desde fuera. El predominio de la segunda sobre la primera representa la victoria de la estupidez sobre la inteligencia. Cuando, por el contrario, conservamos el impulso crítico de indagación más allá de lo superficial y consabido, desarrollamos una de las facultades más dignas de la persona. La elección entre una u otra forma de curiosidad es un hecho cultural. No hay diferencia de fondo entre el atento seguidor de las competiciones futbolísticas que devora diariamente las noticias sobre resultados, clasificaciones, fichajes y lesiones de los jugadores y el científico absorto en los misterios de la célula. Ambos son ‘curiosos’ y tal vez lo sean con la misma intensidad. Sólo ocurre que la educación, el ambiente o la costumbre han focalizado su interés en diferentes objetos: el uno, insignificante, encanijado, sin relieve; el otro, exigente, hondo, enriquecedor. Aparte del talento individual o del nivel de autoexigencia de cada uno, la elección habrá sido seguramente el fruto de una formación previa recibida de la familia, la escuela, el ambiente o los estímulos vocacionales. A nadie se le oculta que abundan más los alicientes para la curiosidad pasiva que para la activa e inteligente. La primera tiene en la pereza mental su principal cómplice; la segunda exige esfuerzo y
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capacitación. La primera es una curiosidad sin riesgos; la segunda, una aventura que exige sacrificios y a menudo comporta fracasos o frustraciones. Y el medio social recompensa a la curiosidad pasiva con el premio de los dóciles: la integración en la masa, la credencial de medianía no sospechosa. En teoría, los sistemas educativos persiguen la formación del espíritu crítico como requisito primero del desarrollo personal, no sólo en el plano intelectual sino también en el moral y el afectivo. En la práctica, sin embargo, esa curiosidad imprescindible va poco a poco cercenándose. Las primeras etapas de la formación del niño tienden a estimular la espontaneidad, las preguntas y las inquietudes mediante el fomento de hábitos de observación y de actividades creativas. Afán de indagar Conforme avanzan los ciclos y las edades, paradójicamente crecen las exigencias de aprendizajes mecánicos, aparecen las prohibiciones («eso no se dice», «no hagas preguntas impertinentes») y, frente al modelo anterior de criatura observadora e inquieta, queda establecido el patrón del joven amaestrado. De algún modo es el correlato del episodio bíblico donde el paraíso queda abolido cuando el hombre comete la osadía de tocar el árbol de la ciencia. Merece la pena alimentar el impulso de la exploración, el afán de indagar, el preguntarse el porqué de las cosas. Averiguar la razón de algo, por insignificante que sea, es el primer paso para forjar una mente ecuánime y abierta. Somos más comprensivos en la medida que saltamos los límites de nuestra percepción epidérmica de la realidad y descubrimos aspectos inesperados de ella. Una actitud receptiva y observadora permite además apreciar matices que de otro modo nos pasarían inadvertidos, dejándonos la impresión de vivir en una opacidad rutinaria. Pero, además, curiosear es sumamente placentero. Bien lo saben quienes practican su modalidad más pedestre, la del chismorreo; si el cotilla disfruta con sus pesquisas de patio de vecindad, ¿cuánto más no gozará quien alza un poco la vista y escudriña en la naturaleza, en los libros, en los saberes, en sí mismo? No hay que ser científico. La curiosidad puede cultivarse tanto experimentando en la cocina con nuevas formas de condimentar un plato como vagabundeando con los ojos bien abiertos por las calles de una ciudad, como los antiguos viajeros capaces de maravillarse de todo y todavía no cegados por el síndrome del turista. Ciertamente, muchas veces la curiosidad entraña riesgos. Los dos más dolorosos son, en primer lugar, el descubrimiento de lo desagradable que a veces late debajo de apariencias inofensivas («preferiría no saberlo», «mejor ciego que atormentado»), y, por otra parte, la creciente conciencia de nuestra ignorancia y del infinito número de cosas que nunca llegaremos a conocer. Esa «pesadumbre de la vida consciente» que cantó amargamente Rubén Darío es la cara pesimista del afán de saber. La capacidad de sorprenderse, el hábito de indagar, la costumbre de no dar nada por cierto sin escarbar en su verdad son los fundamentos de una vida inteligente. Representan el primer paso para la conquista de la libertad. Para algunos es un veneno peligroso; para otros, una satisfacción incomparable. Sea como fuere, lo cierto es que no estaríamos donde estamos si la humanidad no hubiera engendrado a lo largo de la historia multitud de curiosos que nos han legado sus descubrimientos científicos, sus creaciones artísticas o sus soluciones prácticas para los retos de cada día.
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PABLO ESPINET RUBIO, PREMIO IBERDROLA 2001: “LA QUÍMICA ES CADA VEZ MÁS EFICAZ Y LIMPIA” Por: Francisco Forjas
Pablo Espinet Rubio se considera rico en curiosidad e ignorancia, pero sus investigaciones le han llevado a ganar este año el Premio Iberdrola de Investigación, dotado con 12 millones de pesetas. Catedrático de Química Inorgánica en la Universidad de Valladolid desde 1986, este aragonés nacido en la ciudad de Borja en 1949 vive para la investigación y fueron sus compañeros de departamento los que presentaron su candidatura a este importante galardón. Pregunta.- ¿Qué significado da a que el premio que le han concedido haya merecido la unanimidad de cuatro premios Nobel y los editores de dos importantes revistas científicas? Respuesta.- La constitución del jurado del Premio Iberdrola es de tal categoría que no cabe mayor garantía de competencia e independencia. Este reconocimiento nos compensa, y hablo en plural, porque el éxito de un químico experimental es el éxito de un equipo de trabajo y de años de soledad. En comparación con otros países, la sociedad española es injustamente cicatera a la hora de reconocer méritos científicos en campos poco propicios a la divulgación o poco espectaculares. P.- ¿En qué se centra la investigación que lleva a cabo su departamento universitario? R.- Desarrollamos dos líneas diferentes. Una de ellas es nuestro trabajo en cristales líquidos que explorará la relación entre las características de las moléculas individuales y las propiedades que presenta el material resultante de la agregación de estas moléculas. Lo inusual es que nuestras moléculas contienen iones metálicos que permiten, en principio, incorporar propiedades inusuales en los clásicos cristales líquidos orgánicos. En el horizonte está la posibilidad de incorporar propiedades ópticas, eléctricas y magnéticas, propias de los materiales sólidos inorgánicos, a un material fluido, ordenado y fácilmente manipulable que posibilite nuevas aplicaciones. P.- Imagino que esto requerirá el trabajo de otros científicos. R.- Por supuesto. El estudio de esas propiedades es imposible sin la colaboración con especialistas físicos. La física y la química son dos caras de la misma moneda, y crecen por el borde en el que contactan. P.- ¿Y en cuanto a su otra línea de investigación? R.- En el estudio de mecanismos de reacción de procesos catalizados por metales, intentamos entender mejor algunas etapas fundamentales de algunos procesos de síntesis, y, en consecuencia, ayudar a los químicos sintéticos a controlar con más precisión sus reacciones. Para el no iniciado, esto que digo es, claro, críptico, pero puede entender que fabricar nuevas moléculas -a veces muy delicadas, como los fármacos-, y hacerlo con eficacia, economía energética y con poca producción de residuos indeseados, exige que seamos capaces de operar eficazmente sobre nuestros materiales de partida. Igual que el bisturí láser permite ahora operaciones quirúrgicas impensables con los instrumentos de principios del siglo XX, la investigación en química ha desarrollado métodos de operación más precisos y controlables que la hacen por ende más limpia y eficaz. P.- ¿Tiene la sociedad actual una imagen adecuada de la química? R.- El ciudadano común no es consciente de que la química es una de las ciencias que más contribuyen a su bienestar. La única imagen que se puede tener de la química a través de las noticias es, probablemente, un escape de gas tóxico o un vertido incontrolado de residuos. Es como si la imagen de la física fuera una persona electrocutándose al encender el aspirador; o la de la medicina un niño muriendo en una operación de amígdalas. P.- Esas cosas ocurren. R.- Pero en ninguno de los casos el accidente, la incompetencia o la actividad delictiva representan lo que estas ciencias nos proporcionan. La química es la que permite al cirujano operarnos con anestesia y
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con un instrumental que ya no es un cuchillo de sílex, o al médico de cabecera prescribirnos un medicamento, casi siempre un producto químico de síntesis, en vez de aplicarnos una sangría con lanceta o sanguijuelas. Nuestro huevo frito raramente revienta al sacarlo de la sartén gracias al teflón antiadherente. Puedo beber un vaso de agua del grifo con la razonable seguridad de que la cloración habrá eliminado la legionella y otras bacterias patógenas. Sin la química más simple seguiríamos asolados por las plagas medievales, y sin sus materiales no existirían el ordenador o el teléfono móvil, pero tampoco la loza sanitaria, la pintura de nuestro automóvil o el empaste de nuestra muela. La financiación de la investigación en química es una excelente inversión. P.- Parece usted muy convencido. R.- Si no lo estuviera, me dedicaría a tener más ratos de ocio. Los latinos ya nos legaron el primus vivere, deinde filosofare, que para mí significa una cosa muy clara: no podemos descuidar las ciencias de la vida para volcar la inversión social en favorecer el uso desenfrenado de tecnologías muy valiosas en aspectos lúdicos o de consumo. En términos más concretos, pregunto: al priorizar la inversión en generalizar el uso ocioso del teléfono móvil, Internet o la televisión por cable, que yo considero en la categoría del filosofare, ¿no hemos descuidado la financiación de aspectos fundamentales, posibilitado la aparición del mal de las vacas locas o la epidemia de fiebre aftosa ¡en el siglo XXI!? Las tecnologías de la vida como la química, la física o la biología tienen que seguir siendo la prioridad. P.- A propósito, ¿qué opinión le merece la inversión del Estado en investigación? R.- No quiero opinar sobre su cuantía, ya que los datos estadísticos son siempre interpretables con distintas intenciones. Sí puedo afirmar que la gestión es deficiente, y en algunos aspectos humillante para los científicos. La actual relación entre el ministerio y el investigador es inadecuada y desalentadora, y propicia que los defectos de gestión en niveles intermedios queden enterrados en origen.
HAWKING PREVÉ LA CREACIÓN DE BEBÉS FUERA DEL CUERPO HUMANO Por: Agencias
El científico levanta expectación en Granada y reúne a 1.500 personas Hawking sostuvo que la actividad de la ingeniería genética será imparable «salvo que haya un orden mundial totalitario». A su juicio, ya se puede prever que «alguien en algún lugar diseñará seres humanos mejorados, nos guste o no. No digo que esté a favor o en contra, sino que creo que el futuro será de este modo», matizó. Así, el producto serán personas mucho más complejas. Esa labor de la ingeniería genética, apuntó, permitirá superar los niveles actuales de inteligencia humana. Pero para ir más allá de los límites del cerebro será necesario, dijo, crear bebés fuera del útero materno. La carrera por la inteligencia será ardua, según el panorama dibujado por el profesor de Cambridge. Según su visión, llegará un momento en que habrá ordenadores completamente inteligentes que a su vez podrán crear otros ordenadores más inteligentes todavía. «¿Habrá un límite?», se preguntó. Asistencia masiva Hawking hizo estos pronósticos ayer en Granada, donde pronunció la conferencia La ciencia en el futuro ante casi 500 personas, a las que se sumaron otras 500 que presenciaron la intervención por una pantalla
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gigante desde la calle y todavía otras 500 más que la siguieron desde el Parque de las Ciencias, que la retransmitió en directo. El científico opinó que no será fácil establecer contacto con vida extraterrestre a lo largo de los próximos cien años, y aseguró que no se imagina a corto plazo una base espacial instalada en la luna. «Los pronósticos de la película '2001. Odisea' en el espacio han sido erróneos», bromeó. Y lanzó una previsión interesante. Tras aseverar que todavía no se ha establecido una teoría de las leyes básicas del universo, opinó que tal teoría definitiva vendrá de la mano de la fusión de la teoría general de la relatividad de Einstein y de la teoría cuántica. Esto vendrá a ser, ejemplificó, como el Santo Grial. «Apuesto a que ello será posible en un plazo de unos veinte años», sentenció el profesor. Stephen Hawking seduce a Granada El investigador británico Stephen Hawking completó ayer en Granada una jornada de marcado carácter popular. Por la mañana tuvo un encuentro con los medios informativos, en el que exhibió un humor muy inglés. «Me encantaría que hubiese tantos millonarios como fuese posible en el espacio, y si alguno de ellos no regresa, no sería una gran pérdida», ironizó en alusión al 'turista' Dennis Tito. Por la tarde, en una conferencia espectacular ante cientos de personas, emitió su pronóstico sobre el futuro de la ciencia: vaticinó un papel cada vez más preponderante de la ingeniería genética, hasta el punto de facilitar la creación de bebés fuera del cuerpo humano.
LOS EXPERTOS CREEN QUE INTERNET VACÍA DE PODER A LOS GOBIERNOS Por: Cristina Angulo
Un congreso aborda el nuevo modelo social que impone la era de la información Ni los Gobiernos ni el tradicional reparto de poderes en ejecutivo, legislativo y judicial tienen peso en la era de las tecnologías de la información. Así lo pusieron de manifiesto ayer varios expertos en el congreso Por una sociedad de la información al alcance de todos, que se celebra hasta el viernes en Bilbao. Abordar los retos que plantea la llamada era de la información es el objetivo de estas jornadas, organizadas por el Club de Roma, la Fundación Novia Salcedo, el Gobierno vasco y Telefónica. La incidencia de las nuevas tecnologías en las empresas, la banca y la educación son algunas de las ponencias marco del congreso que, sobre todo, servirá para examinar el nuevo modelo social que se avecina, del que hablaron ayer, entre otros, el sociólogo Manuel Castells y el filósofo y matemático Javier Echeverría. 'No hay poder político en la Red; ni ejecutivo, ni legislativo ni judicial', aseguró Echeverría, cuya obra Los señores del aire le valió el año pasado el Premio Nacional de Ensayo. En su opinión, las nuevas tecnologías han creado un nuevo poder feudal, el de las grandes multinacionales que controlan las tecnologías de la información y cuyos presupuestos superan a los de muchos Gobiernos. 'Somos telesúbditos de estos infofeudos', subrayó el filósofo.
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Desde California y a través de videoconferencia, Manuel Castells aportó la visión más economicista en el primer día del congreso. El autor de la trilogía La era de la información coincidió con Echeverría en alertar de la pérdida de peso de la política en el nuevo milenio. 'Se ha producido una transformación total de la política que, en lo esencial, ha perdido credibilidad', aseguró Castells, quien se refirió a un informe de la ONU que refleja que dos tercios de la humanidad no se siente representada por su Gobierno.
“LO HE PERDIDO TODO, PERO NO ME RINDO” Por: Malen Ruiz De Elvira
Noticia enviada por: Jorge Javier Frías Perles Tras sufrir en los últimos meses un serio revés que le ha llevado a perder gran parte de los frutos del trabajo de muchos años, el científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo (1946) se declara dispuesto a empezar de nuevo y a permanecer en su país, 'porque creemos en lo que hacemos'. Descubridor de una vacuna candidata contra la malaria que en ensayos clínicos arrojó una eficacia baja o moderada y que fue donada a la Organización Mundial de la Salud pero que no se fabrica, Patarroyo atraviesa también una crisis de credibilidad en la comunidad científica internacional, que no confía en sus intentos de conseguir una segunda vacuna perfeccionada contra la malaria, tantas veces anunciada por él mismo en los últimos años. Él reconoce que está siendo más difícil de lo que pensaba conseguir resultados con esta segunda vacuna, pero se muestra optimista sobre sus avances para llevar a la práctica un método universal para hacer vacunas sintéticas. Pregunta.- Parece que está en crisis. Respuesta.- ¿Cómo que si estoy en crisis? He perdido todo. Completamente. Totalmente. El problema comenzó el 9 de enero con un embargo que hizo el BBVA a los equipos nuestros [en el Instituto de Inmunología en Bogotá] de resonancia magnética, supercomputadores, secuenciadores de ADN... por una deuda que no es nuestra. Nosotros estábamos dentro de la Fundación San Juan de Dios porque nacimos allí hace 27 años y, aunque teníamos independencia económica y administrativa, no la teníamos jurídica. Debido a los problemas de la fundación, que tenía deudas con muy distintas instituciones por un total cercano a los 200 millones de dólares [38.000 millones de pesetas], y aunque hasta entonces éramos intocables y nunca hemos debido nada a nadie, se nos embargó por dos millones de dólares. Hubo 19 embargos consecutivos en un solo mes, muchos de empresas farmacéuticas. P.- ¿Y qué ha pasado con el hospital junto al que estaba el instituto y que hacía una importante labor asistencial? R.- Cerró mucho antes, por estos mismos problemas de la fundación, y no se pudo salvar. Nosotros terminamos pagando los platos rotos del hospital. P.- Es la fundación de los Hermanos de San Juan de Dios. ¿Cuál fue la reacción de la Iglesia católica? R.- La Iglesia dijo que ella no tenía responsabilidad administrativa desde que se creó la fundación, que es un ente privado, hace 27 años. P.- ¿Qué ha pasado luego? R.- El BBVA decidió devolvernos los equipos, los instrumentos, lo que yo agradezco mucho, pero el sindicato de obreros inmediatamente los embargó para asegurar el pago de sus salarios atrasados. Hemos perdido todo. Teníamos tres edificios muy bien dotados, alrededor de 25 millones de dólares. Nuestro presupuesto anual es de dos millones y medio a tres millones de dólares. Del grupo humano, que éramos 140 personas, 25 se han ido en los últimos meses al extranjero.
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P.- ¿Ha recibido ayuda del Gobierno de su país? R.- El presidente Pastrana quiso colaborar, pero yo le pedí que no lo hiciera, por una razón muy simple: no vi ni lógico ni justo que Colombia volviera a comprar lo que ya nos había dado para trabajar. El 3 de febrero decidí irme del instituto, con todo el material biológico y algunos equipos que nos había donado Alemania. Le hemos pedido al Gobierno un laboratorio oficial en desuso, pero hasta ahora no se nos ha entregado. Estamos en el aire. Nos hemos desperdigado por varias instituciones y yo no tengo ni oficina. P.- ¿Va a tirar la toalla? R.- ¡No! ¡Nunca! Estoy muy convencido de lo que estamos haciendo, y además hay una moral muy alta entre la gente, con lo adelantada que está la vacuna de la malaria en su segunda versión, y mal puedo yo ahorita abandonar esto. El país esta también muy convencido de que debemos seguir adelante y de que nos deben ayudar. P.- ¿Qué va a pasar ahora? R.- No está claro, lo único claro es que tenemos unos resultados muy buenos. El año pasado mandamos a publicación al menos 25 artículos científicos, de los cuales 12 ya han sido aceptados para su difusión. Y hemos venido liberando en Internet la información de las secuencias de unión de los péptidos. P.- Desde fuera puede parecer que esta crisis es una consecuencia más de la situación política de Colombia. R.- Es una consecuencia, sí. Desafortunadamente, ha venido empeorando la situación del país, de forma que es que como si estuviera desmoronándose. Se siente desde dentro y se ve desde fuera. P.- ¿Ha pensado en irse a otro país? R.- He tenido ofertas de los encargados de ciencia y tecnología del País Vasco y de la Universidad pública de Navarra. Fuera de España es que ni siquiera he salido ni he escuchado nada. Mis profesores de Rockefeller University me dijeron que allí tenía sitio, pero yo no puedo irme sin el equipo. Es un compromiso moral que tengo; así que pienso quedarme, seguir luchando. Unas cuantas personas, entre ellas el ex presidente Belisario Betancur y el premio Nobel Bruce Merrifield, decidimos organizar la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia. Aun cuando los fondos [del Gobierno] existen para nuestro funcionamiento, tenemos que volver a adquirir un edificio, los equipos y todo lo demás. No tiene sentido esperar varios años a que se cumpla el proceso jurídico o readquirir los instrumentos, sino salir a comprar los nuevos, quizá no en la misma cantidad, pero sí de la misma calidad, para volver a reorganizar el instituto. P.- ¿Cuál es el motivo de su visita a España? R.- Ha sido principalmente para dictar una conferencia en la Casa de América sobre el método universal para hacer vacunas, pero también vine para mostrar a su majestad [la reina doña Sofía] lo que estamos haciendo y para hablar con algunos colegas para ver si alguna de mi gente puede venir aquí a hacer trabajos concretos para no quedar paralizados. P.- La reacción de la comunidad científica internacional ante su crisis ha sido tibia. R.- Hemos tenido apoyo internacional bastante bueno. Nos hemos sentido apoyados por los colegas. Muchos se han manifestado cuando el embargo, entre ellos Rodolfo Llinás y la premio Nobel Christiane Nüsslein-Volhard, pero se dirigieron al banco, y en Colombia. P.- Sin embargo, parece haber poca fe en su trabajo respecto a resultados concretos. R.- En resultados concretos he sido yo quien se ha retirado. No ha sido la comunidad científica la que nos ha excluido. La Spf66 [la primera vacuna] cumplió un ciclo, dio hasta un 31% de eficacia protectora en personas mayores de un año y nosotros estamos en mejorarla. Eso es algo que ha llevado un tiempo. Se han ensayado muchas vacunas con resultados totalmente negativos, sobre todo en malaria, de forma que el problema es mucho más complejo de lo que todos pensábamos. Lo que hemos venido elaborando en los últimos años es la metodología para hacer vacunas, una manera lógica y racional de hacerlas, y ya estamos empezando a aplicarla en monos. P.- ¿Cómo ve el futuro político de Colombia?
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R.- Es preocupante. Es preocupante la situación política del país, debido a que ha habido una apertura muy generosa de parte del presidente Pastrana que los grupos subversivos, tanto de derecha como de izquierda, no han entendido. Ese mensaje no lo han entendido, y esto se complica enormemente debido a los intereses creados, sobre todo de dos partes: el narcotráfico y los vendedores de armas, que les interesa mantener el conflicto vivo. De manera que hay una apertura extremadamente positiva por parte del Gobierno, pero hay unos intereses creados muy grandes que no permiten que esto vaya fácilmente para adelante. P.- Hace pocos años le ofrecieron ser vicepresidente de Colombia. ¿Sigue pensando que la política no es lo suyo? R.- Yo jamás intervendré en política. Tengo muy claro que definitivamente lo mío es la ciencia, independientemente de los altibajos que haya podido tener la primera vacuna. Ése es mi campo, y voy a seguir dentro de él. No voy a cambiar lo más mínimo.
LA HIERBA DE SAN JUAN NO RESULTA EFICAZ PARA TRATAR LA DEPRESIÓN GRAVE Por: Agencias
La hierba de San Juan, un popular remedio natural conocido también como corazoncillo o hipérico, no resulta eficaz para el tratamiento de la depresión grave. Tras diversos trabajos contradictorios, el primer estudio riguroso a gran escala realizado en Estados Unidos ha puesto de manifiesto que los pacientes con depresión grave no deberían ser tratados con esta hierba. La hierba de San Juan (Hypericum perforatum) es una pequeña planta silvestre con flores que se utiliza desde hace más de 2.000 años para diversas 'afecciones nerviosas'. Aunque se han realizado más de dos docenas de ensayos clínicos con esta hierba, la mayoría tienen importantes limitaciones. El que ahora publica el Journal of American Madical Association (JAMA) es un estudio clínico aleatorio doblemente ciego (aquel en que ni médicos ni pacientes saben si se administra el principio activo o un placebo), y ha sido realizado por el equipo de Richard C. Shelton, de la Universidad Vanderbilt, en Nashville (EE UU), para comparar la eficacia y la seguridad de un extracto de hierba de San Juan con un placebo. Los resultados de este estudio 'no apoyan la creencia de que la hierba de San Juan tenga significativas propiedades antidepresivas o antiestrés cuando se comparan con el placebo en una muestra clínica de pacientes deprimidos', escriben los autores. El estudio se llevó a cabo entre noviembre de 1998 y enero de 2000 en 11 centros médicos de Estados Unidos sobre un total de 200 pacientes adultos a los que se les había diagnosticado depresión grave. Los autores reconocen que los pacientes con un grado más leve o menos crónico de la enfermedad quizá obtengan algún beneficio. Pero 'los resultados de este estudio indican que las personas con una depresión grave no deberían ser tratadas con hierba de San Juan, dados los riesgos de morbilidad y mortalidad de la depresión grave no tratada o tratada inadecuadamente'.
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MARGARITA SALAS, BIÓLOGA MOLECULAR Y PRESIDENTA DEL INSTITUTO DE ESPAÑA: «LA CIENCIA ES LO MÁS PAREC Por: Francisco Doménech
Noticia enviada por: Vicente Prieto El Ronaldo de la ciencia española es una mujer. El currículum de Margarita Salas impresiona, pero nadie le pide autógrafos. Desde 1995 preside el Instituto de España, que agrupa a todas las reales academias, empeñada en convencer a la sociedad de que la ciencia es cultura y que se debe doblar la inversión en investigación. Lo intenta con pasión, la misma que pone en el laboratorio. «Un científico debe emocionarse. Es lo más parecido que hay a ser artista, pero sin llegar a ello», afirma esta discípula de Severo Ochoa a la que sólo le falta un premio en su brillante carrera: el Príncipe de Asturias, que la haría profeta en su tierra. «El genoma es el final del principio», aclara Margarita Salas, que ayer explicó en la Domus de A Coruña el próximo reto de la biología molecular: «Comprender por qué los pocos genes que nos diferencian de un orangután hacen que podamos hablar, sentir y emocionarnos». Pregunta.- ¿Vivimos una revolución científica comparable a la de hace cien años? Respuesta.- La verdadera explosión se produjo en los años 70 y 80, con descubrimientos básicos que han hecho posible que hoy se conozca más del 90% de la secuencia del genoma humano. P.- ¿Y dónde nos sitúa esto? R.- Todavía falta por saber cuántos genes tenemos, cómo está escrita en ellos la fabricación de las proteínas y, lo más importante, cuál es la función de cada una. Esto es lo que se conoce como proteómica. P.- ¿Qué aplicaciones tendrá el proteoma? R.- Se podrá saber si una persona tiene una mutación que la hace propensa al cáncer, y en esta enfermedad lo esencial es la prevención. Esto llegará en treinta o cuarenta años. Claro que la secuencia del genoma no se esperaba hasta el 2005 y ya está casi completa. P.- ¿Puede España quedarse atrás en esta carrera? R.- La ministra de Ciencia y Tecnología reconoció que España perdió, en parte, el tren del genoma humano (sí se participó en la secuencia del genoma de otros organismos). Pero Birulés ha prometido que no pasará lo mismo con el proteoma, y yo confío en que se financien los grupos de investigación en esa materia. P.- Los científicos han pedido recientemente auxilio económico. R.- Con el manifiesto de Madrid pedimos que se doble la inversión en ciencia para alcanzar el 2% del PIB de los países europeos. Si no, es difícil evitar la fuga de cerebros. La ministra ha hecho suya la reivindicación y me consta que está peleando por ella. P.- La ministra parece haber captado el mensaje, ¿y el resto de la sociedad? R.- Creo que la gente se da cuenta que no nos encerramos en un laboratorio para pasar el rato con nuestras cosas, sino que trabajamos para avanzar en el conocimiento. Aunque no estamos al nivel de los futbolistas y los artistas. P.- ¿Tiene algo de artista un científico? R.- El padre de la biología molecular, Max de Bruck, dijo que «si uno no consigue ser un artista, ¿qué otra cosa puede hacer que ser científico?». La ciencia es lo que más se parece al arte, sin llegar a ello. Para investigar no hacen falta cualidades tan especiales como para ser artista. P.- ¿Qué hace falta para ser un buen científico? R.- Hay que ser persistente, tenaz y paciente. Algo al alcance de cualquier persona. No hace falta ser un
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superhombre. Sólo se necesita un contraste de rigor e imaginación. P.- Esto último no se enseña en la universidad. R.- En la universidad las cosas se dan de manera demasiado dogmática. Se enseñan saberes, pero no se enseña a pensar.
LA DANZA DE LOS ÁTOMOS Por: George Jonson
Un experimento demuestra la posibilidad de corregir errores en ordenadores cuánticos Un equipo del Laboratorio Nacional de Los Álamos (Nuevo México, EE UU) ha conseguido llevar a cabo un experimento de computación cuántica utilizando un espectrómetro de resonancia magnética nuclear. Empleando ondas de radio para manipular los átomos, los científicos utilizan una molécula denominada ácido crotónico para que ejecute un programa informático que permitirá detectar y corregir los errores que se generan durante los delicadísimos cálculos cuánticos. Juntando varias docenas de átomos, se puede ejecutar un ingente número de cálculos de forma simultánea. La única pista de que algo extraordinario está ocurriendo en el interior del edificio de estuco marrón del Laboratorio Nacional de Los Álamos (Nuevo México, EE UU) es el cartelito de metal que cuelga en su parte delantera: '¡Peligro! Campo magnético en uso. Manténgase en la acera'. Al menor acercamiento, se corre el riesgo de que se le borren las bandas magnéticas de las tarjetas de crédito. El potente campo emana de los imanes superconductores y superenfriados del interior de una máquina con aspecto de tanque, que se llama espectrómetro de resonancia magnética nuclear (RMN). El aparato en sí no tiene nada de especial. Las máquinas de resonancia magnética nuclear se utilizan en los laboratorios químicos de todo el mundo para representar la arquitectura de las moléculas mediante la percepción de la forma en que bailan los átomos al ritmo de las ondas electromagnéticas. Clínicas y hospitales utilizan la misma tecnología para escanear los tejidos del cuerpo humano. La máquina de Los Álamos ha sido reclutada para otro fin: llevar a cabo un experimento de informática cuántica. Empleando ondas de radio para manipular los átomos como si fueran cuentas del ábaco cuántico, los científicos de Los Álamos engatusarán a una molécula denominada ácido crotónico para que ejecute un sencillo programa informático. El año pasado establecieron un récord al llevar a cabo un cálculo con siete átomos. Este año apuntan a 10, aunque la cifra no suene a gran cosa. Cada uno de los átomos se puede entender como un pequeño interruptor, como un registro que contiene un '1' o un '0', y el más reciente microprocesador Pentium contiene 42 millones de estos dispositivos. Pero las paradójicas leyes de la mecánica cuántica tienen una poderosa ventaja: un único átomo puede hacer dos cálculos a la vez. Dos átomos pueden hacer cuatro (2 elevado a 2), y tres pueden hacer ocho (2 elevado a 3) cálculos, como se explica más adelante. Al llegar a 10, multiplicando por dos una y otra vez por el camino, se tiene un minúsculo ordenador que puede ejecutar 1.024 (210) cálculos a la vez. Si los científicos son capaces de encontrar la forma de aprovechar este logro y abarcar 20 átomos,
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podrán ejecutar un millón de cálculos simultáneos, que con 40 átomos se convertirían en 10 billones. El objetivo final, que todavía no es más que una esperanza lejana, consiste en aprovechar miles de átomos para que la máquina sea tan potente que pueda descifrar fácilmente códigos que ahora se consideran irresolubles, y además solucionar otros problemas que son imposibles incluso para el superordenador más rápido. Algunos teóricos observan con interés el programa que Raymon Laflamme, uno de los directores del proyecto, y su colega Emmanuel Knill están ejecutando, que en realidad es un procedimiento para detectar y corregir los errores que inevitablemente se generan durante los delicadísimos cálculos cuánticos, un paso crucial para las tecnologías cuánticas del futuro. Recientemente, los investigadores han utilizado la tecnología RMN para hacer que las moléculas ejecuten programas rudimentarios, como una búsqueda en una base de datos utilizando menos pasos de los que un ordenador corriente necesita. (Como muestra de lo primitiva que sigue siendo la tecnología, la base de datos no era más que una lista de ocho números). El algoritmo de corrección de errores de Knill y Laflamme aún es bastante simple, pero es uno de los ejemplos más complejos de programa informático cuántico que se haya ejecutado hasta la fecha. En principio, el cálculo no es más que una cuestión de entremezclar bits, los unos y los ceros de la aritmética binaria. Así, supongamos que un átomo que apunte hacia arriba significa 1, y que un átomo que apunte hacia abajo significa 0. Si se da la vuelta a estos bits cambiando los átomos con rayos láser u ondas de radio, el resultado es un ordenador minúsculo. Pero eso no sería más que el comienzo. La mecánica cuántica, las normas que gobiernan las partículas subatómicas, dicta que estos bits cuánticos, denominados qubits, también pueden estar en superposición, indicando a la vez 1 y 0. Dos átomos pueden estar simultáneamente en cuatro estados: 00, 01, 10 y 11. Tres átomos pueden decir ocho cosas a la vez: 000, 001, 010, 011, 100, 101, 110 y 111. Por cada átomo que se añada a la cadena, el número de posibilidades se incrementa exponencialmente por dos. Todo esto sólo interesaba a los eruditos hasta 1994, cuando Peter Shor, un investigador de los Laboratorios AT&T en Nueva Jersey, demostró que un ordenador cuántico es capaz de encontrar los factores de números largos, que es un problema que desconcierta a los cerebros humanos y a los superordenadores. Como los códigos que se utilizan para proteger los secretos militares y financieros dependen de que esta tarea sea prácticamente imposible, empezó a llover dinero gubernamental en lugares como Los Álamos, con lo que teóricos como Laflamme y Knill pudieron empezar a convertir en realidad los experimentos pensados. Los laboratorios han estado utilizando tecnologías exóticas en los últimos años para aislar pequeños números de átomos y empujarles a que ejecuten cálculos sencillos. El grupo de Laflamme y Knill es uno de los que han estado probando un método diferente: utilizar la resonancia magnética ya disponible, en la que las moléculas -cadenas de átomos- quedan aprisionadas en intensos campos magnéticos y se manipulan con ondas de radio. Este planteamiento es posible porque los núcleos de algunos átomos están dotados de una cualidad denominada spin. Actúan como pequeñas peonzas que rotan en presencia de un campo magnético. Si el núcleo gira en el sentido contrario al de las agujas del reloj, el eje de su spin apunta hacia arriba. Si se da la vuelta, rota en el sentido de las agujas del reloj, y es el spin hacia abajo. Al sacudir estos núcleos con
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impulsos de ondas de radio de alta frecuencia cambian entre las dos posiciones, arriba y abajo. Y como las moléculas emiten débiles señales electromagnéticas, se puede controlar el progreso del experimento en una pantalla de ordenador. Esta técnica es una herramienta demostrada para los químicos, que la utilizan para generar gráficos, denominados espectros, que aportan información sobre la estructura de los compuestos químicos. Hace varios años, algunos científicos se dieron cuenta de que podía utilizarse para un fin muy distinto. Llamemos a arriba '1' y a abajo '0', y tendremos un minúsculo interruptor molecular. En palabras de Laflamme, 'la gente lleva mucho tiempo haciendo informática cuántica, pero no lo sabía'. Durante el reciente experimento, tanto Laflamme como Knill se sentaron frente a una estación de trabajo que había sido modificada y programada para controlar la máquina de resonancia magnética. Su objetivo era conseguir que una cadena de cinco núcleos ejecutara el algoritmo de corrección de errores. Donde dijo '1', dice '0'... Los errores se producen cuando un bit se da la vuelta accidentalmente y dice '1' cuando en realidad quiere decir '0', o viceversa. Los ordenadores corrientes pueden protegerse de este error utilizando la redundancia. En un programa, los datos se envían por triplicado, de forma que 101 se convierte en 111000111. Programas pequeños y sencillos están alerta en busca de los tríos corruptos como 010 o 110, y restauran los bits equivocados para que se ajusten a los otros dos. Para la informática cuántica, la corrección de errores es más complicada. Se protege un qubit mediante el uso de un complejo programa que despliega su valor por un grupo de cinco qubits que están enmarañados (entangled) cuánticamente. Eso significa que si uno de los qubits se corrompe, su valor original puede recuperarse analizando los otros cuatro. En el experimento, los cinco qubits estarán representados por los núcleos de cinco átomos en una molécula de ácido crotónico. De forma esquemática se puede imaginar como una cadena de cinco cuentas, aunque la disposición es algo más complicada. Cuatro de las cuentas son núcleos de carbono 13 y la otra es un grupo de tres núcleos de hidrógeno, parte de una estructura denominada grupo metilo, que se trata como un único elemento. A medida que transcurre el cálculo, el ordenador controlará y mostrará las minúsculas señales emitidas por las moléculas como una línea en zigzag horizontal, en la que los picos indican los qubits. La introducción de un error permite comprobar que el sistema funciona.
REVELACION POLEMICA: UN CIENTÍFICO EN PRÁCTICAS DISEÑÓ LA PRIMERA BOMBA DE HIDRÓGENO Por: Agencias
Uno de los padres del artefacto lo revela en un vídeo que grabó en privado a modo de testamento póstumo Un joven científico que hacía prácticas en los laboratorios de Los Alamos, Dick Garwin, es el autor del primer diseño de la bomba de hidrógeno a principios de los años 50, según Edward Teller, uno de los
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padres del artefacto.
La revelación la realizó Teller, ahora con 93 años, en un vídeo que grabó en privado a modo de testamento póstumo con la ayuda de un amigo en 1979 después de sufrir un ataque cardiaco y pensar que podía fallecer en cualquier momento. El vídeo, hasta ahora mantenido en secreto, y su transcripción de 20 páginas fueron entregadas recientemente por George Keyworth, amigo del científico y autor de la grabación, al diario ‘The New York Times’ que publicó un amplio reportaje al respecto. La declaración grabada de Teller, que él confirmó personalmente al diario, rebaja la importancia que tuvo en el diseño de la bomba de hidrógeno —el arma destructiva más potente nunca confeccionada por el hombre— del científico Stanislaw Ulam, ahora muerto. Resalta, sin embargo, la participación de Garwin, entonces un joven y talentoso estudiante universitario que, según este testimonio, se convierte de forma sorpresiva en uno de los principales creadores de la primera bomba de hidrógeno (Bomba-H). Ray Kidder, pionero del desarrollo del programa estadounidense de la Bomba-H en el laboratorio nacional de Lawrence Livermore en California, consideró que la revelación es «fascinante». «Siempre ha habido una gran polémica sobre de quién fue la idea de la Bomba-H y quién la diseño —ha explicado Kidder—. Esto lo aclara y la versión es extremadamente creíble. Diría que es exacta». Cuestiones de moralidad Una de las figuras científicas más polémicas de la era contemporánea, Teller jugó un papel predominante en el desarrollo de las bombas atómicas y de hidrógeno y, a la vez, en destruir la reputación de Robert Oppenheimer, quien durante la Segunda Guerra Mundial dirigió el programa Manhattan de la bomba atómica. Después de ayudar a su creación, Teller cuestionó la moralidad por su capacidad destructivas e incluso fue denunciado durante la etapa anticomunista de McCarthy, lo que culminó con la retirada de sus pases de seguridad por no confiar en su lealtad a EEUU. A sus 73 años de edad, Garwin, un experto en física que durante muchas décadas trabajó en IBM y ahora en el Consejo de Relaciones Internacionales de Nueva York, confirmó la versión de Teller sobre su participación en el diseño inicial de la Bomba-H. «Es el tipo de cosas que hacía bien, pero todavía hoy en día puedo contar muy poco al respecto», subrayó Garwin al diario, aunque agregó que si estuviera en su mano haría desaparecer ahora todas las bombas atómicas y de hidrógeno por la capacidad que tienen de destruir la vida humana y la cultura. Teller y Ulam Hasta ahora el crédito del diseño de la primera Bomba-H se adjudicaba a Teller y Ulam, un matemático que trabajaba en Los Alamos a principios de 1950. Posteriormente, ambos científicos rompieron
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relaciones y se criticaron duramente en público. Según la grabación de vídeo, Teller solicitó a Garwin, entonces con 23 años, que realiza un diseño experimental para probar sus teorías sobre la reacción en cadena que terminó siendo la primera Bomba-H, que se detonó en la isla del Pacífico de Elugelab en noviembre de 1952 con una potencia 700 veces mayor que la bomba atómica que se dejó caer sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Garwin llegó a Los Alamos en mayo de 1951 para hacer prácticas procedente de la Universidad de Chicago, donde ya era una de las estrellas en ascenso del laboratorio de Enrico Fermni, Premio Nobel de Física y uno de los talentos más grandes de EEUU. «El primer diseño fue de Garwin y fue criticado de arriba a bajo pero, al final, superó todas las críticas», explicó al diario Teller quien reconoció que, posteriormente, los detalles fueron concluidos por los doctores Marshall Rosenbluth y Conrad Longmire. «Por tanto, en lo que a mí respecta, la preparación de la bomba de hidrógeno fue completada bajo los diseños de Dick Garwin», concluyó Teller, quien con estas declaraciones parece resolver uno de los misterios más significativos del pasado siglo XX.
DESCUBREN UN PLANETA SIMILAR A LA TIERRA FUERA DEL SISTEMA SOLAR Por: Agencias
EFE – Santiago de Chile Astrónomos de observatorios situados en Chile y EEUU han descubierto un nuevo planeta más allá del Sistema Solar, gaseoso y gigante, que gira alrededor de una estrella a una distancia similar a la existente entre la Tierra y el Sol, según fuentes científicas. El nuevo astro además forma parte de un grupo de 11 planetas situados en las proximidades de nuestro Sistema Solar, según ha precisado el European Southern Observatory (ESO), que opera en el norte de Chile los observatorios de Paranal y La Silla. El cuerpo celeste está situado en una «zona habitable» del espacio, con temperaturas similares a las de la Tierra, según las observaciones preliminares de los científicos. De acuerdo a la información de ESO por medio de su página web, cuatro de los 11 nuevos planetas fueron descubiertos desde La Silla, situado a 600 kilómetros al norte de Santiago, por el equipo que encabeza el astrónomo suizo Michel Mayor. Los restantes fueron detectados desde un observatorio situado en Hawai (EEUU). Estos planetas, llamados por los científicos «exoplanetas», son detectados por sus efectos gravitatorios y no pueden ser observados con telescopios terrestres porque están muy lejos y no emiten luz propia. Según los científicos, en el último de los planetas descubiertos, que es 1.000 veces más grande que la Tierra, se han detectado temperaturas y elementos químicos similares a los existente en el globo
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terráqueo. Este cuerpo celeste gira alrededor de una estrella similar al Sol, identificada como HD28185, tiene una órbita circular de 385 días, y está a una distancia de 150,6 millones de kilómetros, casi la misma que existe entre nuestro planeta y el Sol, que es de 149,6 millones de kilómetros. La información de ESO precisa que hasta ahora se han encontrado 67 planetas similares, desde que en 1995 fue hallado el primero alrededor de la estrella 51 Pegasi.
LA MANIPULACIÓN DEL CÓDIGO GENÉTICO DE UNA BACTERIA PRODUCE PROTEÍNAS ARTIFICIALES Por: Xavier Pujol Gebellí
La naturaleza se basta con tan sólo 20 aminoácidos para construir la trama de la vida. A partir de esta pequeña colección de compuestos químicos, codificados cada uno de ellos por secuencias de tres letras (bases) del ADN de cualquier organismo, se forman todas las proteínas de un ser vivo. Dos grupos de investigadores de varios países, cada uno con un método distinto, han logrado alterar el orden de las cosas. Gracias al uso de técnicas biológicas han conseguido formar proteínas que incorporan aminoácidos no naturales. Las nuevas proteínas abren la puerta a un sinfín de aplicaciones. La combinación de los 20 aminoácidos esenciales es suficiente, por ejemplo, para generar las cerca de 100.000 proteínas distintas que se calcula que existen en el ser humano. Y también lo es para determinar las muchísimas menos que se expresan en una simple bacteria, por más primitiva que sea o por más adaptada que esté a las condiciones extremas. Aunque las proteínas finales de unos y otros, de los seres más evolucionados y los más primitivos, sean dispares y con funciones distintas, la mecánica se repite con precisión matemática. Sólo estos aminoácidos y ninguno más, combinados de mil y una formas distintas, traducirán las instrucciones del código genético en elementos funcionales que marcarán el desarrollo de un organismo y todas sus funciones vitales. Cualquier otro aminoácido que pudiera formarse es automáticamente eliminado y no llega a formar jamás una proteína. ¿Jamás? Durante 20 largos años se ha especulado con esa posibilidad y se ha intentado, aunque sin éxito, forzar el estado de las cosas. Lei Wang, del Instituto de Química Biológica de La Jolla (California), y Volker Doring, investigador vinculado al Genoscope francés y que ha contado con la colaboración de científicos de la Universidad Philipps de Marburgo y del Instituto Scripps de La Jolla, parecen haber dado con la clave para forzar la evolución. En expansión En sendos trabajos publicados en Science (20 de abril) ambos equipos afirman haber expandido el código genético de una bacteria, Escherichia coli, para que codifique aminoácidos no naturales. El primero lo ha logrado gracias a una modificación química que interfiere el proceso de síntesis de proteínas. En concreto, añadiendo un supresor del ARN de transferencia que permite introducir una mutación en apariencia carente de sentido. Gracias a ello consigue que esa mutación, que determina un aminoácido no natural, acabe transformándose en una proteína igualmente extraña para el organismo.
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En el caso de Doring, no se trata de un reemplazo en un punto específico de la cadena que lleva a la expresión de proteínas, sino de una redefinición general de este mismo mecanismo que permite desactivar parte del sistema corrector con el que las células evitan la entrada de aminoácidos extraños, en este caso el aminobutirato, similar en su forma a la cisteína. Aunque la eficiencia de ambas metodologías es considerada todavía baja por los propios autores de los trabajos, y a pesar de que las investigaciones se circunscriben a unos pocos casos de aminoácidos no naturales en organismos tan primitivos como las bacterias, los resultados dejan la puerta abierta a la especulación. August Böck, investigador del Instituto de Genética y Microbiología de Munich, comenta en la misma edición de Science las enormes posibilidades de aplicación de ambas metodologías, en especial para el estudio de la formación de proteínas o para incorporar productos útiles en proteínas de nueva generación de interés en salud humana. De la misma opinión es Manuel Palacín, investigador en bioquímica y biología molecular de la Universidad de Barcelona. A su juicio, la posibilidad de sintetizar, de momento a través de bacterias, proteínas prácticamente de diseño, 'abre una nueva avenida' para la biotecnología. La nueva avenida a la que se refiere Palacín, y en la que coincide con Böck, tiene mucho que ver con la ingeniería y la biotecnología. Aunque queda por saber qué aminoácidos no convencionales podrán producirse con estas manipulaciones genéticas y en qué puntos para que den lugar a proteínas viables y no perjudiciales para los organismos, parece claro que facilitarán la entrada de grupos químicos que, de una u otra forma, ayuden a compensar errores de traducción del código genético como los que dan lugar a ciertas enfermedades o, incluso, a incorporar elementos que puedan interferir en procesos patológicos.
LAS BACTERIAS CAMBIAN DE FORMA BARAJANDO UNA FILA DE 15 GENES Por: Javier Sampedro
Cada tipo de bacteria tiene una forma típica. Las hay cilíndricas como los bacilos, esféricas como los cocos, levemente onduladas, descaradamente sinuosas. Un equipo de Madrid ha demostrado ahora que la forma cilíndrica de los bacilos requiere que una fila de 15 genes relacionados con la división celular esté ordenada de una forma precisa en el cromosoma. En las bacterias con otras formas, los 15 genes son más o menos los mismos, pero aparecen barajados. Hay pocas indicaciones de que el orden de los genes en el ADN sea crucial. Cada gen es una entidad bastante autónoma, que contiene elementos capaces de activarlo o reprimirlo en respuesta a las variaciones del entorno. Lo que la célula espera de un gen es que fabrique una proteína cuando sea necesario. Que el gen haga esto desde una posición u otra en el genoma es irrelevante. Para el caso, como si quiere hacerlo desde un trozo suelto de ADN que ande flotando por la célula, como ocurre muy a menudo con los genes que confieren resistencia a los antibióticos. Sin embargo, los equipos de Miguel Vicente y Alfonso Valencia, del Centro Nacional de Biotecnología, en Madrid, han demostrado de un modo bastante ingenioso que una fila de 15 genes, llamada grupo dcw, debe estar en un orden concreto para que la bacteria tenga una forma determinada. El trabajo, cuyo principal autor es Javier Tamames, del Centro de Astrobiología (Madrid), aparece en el número de marzo de la revista Trends in genetics.
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El trabajo es un buen ejemplo de lo mucho que pueden ayudar las comparaciones genómicas -entre bacterias con distintas formas, en este caso- al esclarecimiento de los procesos biológicos y de su evolución, sobre todo en casos como éste, en que ni el mecanismo de la división celular, ni la función de cada uno de los genes del grupo dcw, ni su relación con la forma bacteriana, se conocen en detalle. La original estrategia de los científicos ha consistido en ordenar un par de docenas de bacterias muy distintas en una especie de falso árbol genealógico, basado exclusivamente en el orden relativo de los genes en el grupo dcw. Es decir, que no han ordenado las bacterias como es habitual, de acuerdo con sus relaciones de parentesco reales, sino que han clasificado como parientes más cercanas a las bacterias que, aunque no tengan mucho que ver en todo lo demás, tienen el grupo dcw en un orden muy similar. Símil humano ¿Para qué vale esto? Imaginemos un símil humano. Supongamos que tenemos indicios de que el orden de cierta fila de genes provoca que su portador tenga un oído musical superdotado. Y para probarlo hacemos lo siguiente: tomamos muestras genéticas de personas de 20 o 30 regiones del mundo y los colocamos en una falso árbol genealógico, basándonos sólo en el orden de los genes en la fila. En ese árbol, las personas que aparezcan en la misma rama no tienen por qué ser parientes cercanos. Pero si nuestra teoría es cierta, sí que deben tener aptitudes musicales similares. Arnold Schönberg y Duke Ellington deben compartir rama como si fueran primos. Bien, pues la teoría de los científicos del CSIC ha resultado ser cierta: en el falso árbol genealógico basado en el orden del grupo dcw, las bacterias con formas similares tienden a aparecer en ramas próximas (véase gráfico), aun cuando los criterios habituales de clasificación las suelan situar en grupos muy alejados. ¿Cómo puede el orden de los genes alterar la forma de una bacteria? Lo más probable, apunta Miguel Vicente, es que tener la forma alargada típica de un bacilo requiera una activación temporal muy ordenada de los genes responsables de ejecutar la división celular y de fabricar los componentes de la pared que envuelve a la bacteria, muchos de los cuales están en el grupo dcw. Las bacterias utilizan a menudo la contigüidad entre dos o tres genes para activarlos al mismo tiempo. El truco es, simplemente, empezar a leer por un extremo del grupo y no parar hasta dos o tres genes más allá. Si los genes que deben activarse al mismo tiempo no están físicamente juntos, el truco no funciona.
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