NÚMERO 16 - AÑO 2001 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
SUMARIO - CONCLUSIONES PROVISIONALES DEL Ier CONGRESO SOBRE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA CIENCIA. Por: Agencias
- EL GENOMA DEBUTA EN SOCIEDAD Por: A. Aguirre De Cárcer
- ÉBOLA: EL VIRUS QUE ESTALLA Por: Javier Armentia
- ETXENIKE, GALARDONADO POR LA ASOCIACIÓN AMERICANA PARA EL AVANCE DE LA CIENCIA Por: Luis Alfonso Gámez
- ANTENA 3 REINVENTA LA REALIDAD CON “LA OTRA DIMENSIÓN”. Por: José Manuel Ruiz Martín
- INVESTIGADORES DE LA NASA DEMUESTRAN QUE LA VIDA PUEDE SURGIR EN EL ESPACIO PROFUNDO Por: Luis Alfonso Gámez
- VUELVE LA EVOLUCIÓN Por: Debora McKenzie
- EEUU SE PLANTEA DOBLAR LA INVERSIÓN EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN 10 AÑOS Por: Malen Ruiz De Elvira
- ACTIVISTAS DE LOS DERECHOS ANIMALES ASALTAN VARIAS COMPAÑÍAS FARMACÉUTICAS EN INGLATERRA Por: Agencias
- CREAN BIBLIOMED.COM, UNA BIBLIOTECA VIRTUAL PARA LOS MÉDICOS LATINOS Por: Redacción de La Brújula
- LAS AUTORIDADES DE EEUU CUELGAN EN INTERNET LA SECUENCIA DEL GENOMA HUMANO Por: Agencias
- LA AGENCIA ESPACIAL EUROPEA QUIERE CONTROLAR LA BASURA ESPACIAL Por: Agencias
- IMÁGENES DE SATÉLITE PRUEBAN EL DESHIELO DE LA ANTÁRTIDA Por: Carlos Elías
- LA NASA AMPLÍA EN DIEZ DÍAS LA MISIÓN DE LA SONDA ‘NEAR’ EN EL ASTEROIDE EROS Por: Agencias
CONCLUSIONES PROVISIONALES DEL Ier CONGRESO SOBRE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA CIENCIA.
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Por: Agencias
Conclusiones provisionales extraídas del I Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia celebrado en Granada los días 25 al 27 de Marzo de 1999 y en el que participaron científicos, intelectuales, divulgadores, periodistas, instituciones públicas, responsables de museos de ciencia y planetarios, etc; un total de 550 personas de más de 15 países. El Congreso fue impulsado por el Parque de las Ciencias de Granada junto a la UNESCO, la Junta de Andalucía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Granada. La celebración de este Congreso ha puesto de manifiesto una tendencia que no es nueva, pero que cobra ahora, en el umbral del siglo XXI, una nueva dimensión. No debería ser mal interpretado que en el inicio de estas conclusiones coloquemos un conjunto de sensaciones. Pues, en efecto, tenemos la sensación de que los asistentes han trabajado con alegría, y que además se ha vivido el Congreso como un encuentro cultural que ha servido para que personas de diverso origen y formación hayan trabajado en armonía bajo la conjunción exclusiva de la inteligencia y la amistad. Esto no ha impedido la autocrítica, la discrepancia y el debate. Pero por encima de todo parece notorio que nos hemos sentido emocionados ante las manifestaciones del pensamiento racional. Muchos de los asistentes han puesto de manifiesto a lo largo del Congreso la importancia de no desligar las emociones y los afectos de la divulgación científica. El Congreso ha confirmado además la oportunidad de la convocatoria. No es casual el número de participantes ni la calidad de la respuesta. Tampoco lo es la coincidencia con el Primer Congreso Mundial sobre la Ciencia que la UNESCO ha convocado este mismo año en Budapest. Se tiene la impresión de que ha llegado el tiempo de la ciencia, es decir, el momento en que la ciencia se convierta en un acontecimiento social, en un hecho integrado en la conciencia de todos los ciudadanos. El diálogo entre los científicos y la comunidad en la que desarrollan su trabajo debe dejar de ser un hecho esporádico o arbitrario para convertirse en una actividad regularizada y rigurosa. La ciencia es uno de los muchos frutos de la curiosidad humana, uno más de los muchos intentos de representar el mundo en el que vivimos. La ciencia es parte de la gran aventura intelectual de los seres humanos. Como producto del pensamiento humano, la ciencia es una parte medular de la cultura y es urgente llevar a la consideración de todos, pero especialmente de los intelectuales de formación humanista, que la ciencia no es un hecho ajeno a la vida y que, por tanto, sus respuestas también son de carácter cultural. Generalmente no se reconoce cómo las ideas científicas condicionan, a veces de modo oculto, las ideas sociales. Lo cierto es que para resolver muchos de los problemas de nuestro mundo se requiere más investigación científica, un nuevo talento y una articulación permanente con las demás formas racionales de aproximación a la realidad. Ni el miedo, ni el desdén, ni la reverencia son los sentimientos más convenientes para relacionarse con la ciencia. La curiosidad y la confianza parecen, en cambio, actitudes más fecundas. Parte del interés social por la ciencia puede estar provocado por la magnitud y la velocidad de los cambios sociales, estimulados en gran parte por los descubrimientos científicos. La ciencia, es cierto, puede cambiar nuestro destino como seres humanos. La información, en consecuencia, es una ayuda indispensable para el debate ético. En ese sentido, comienzan a vislumbrarse signos esperanzadores de quiebra del desencuentro tradicional entre la comunidad científica y la sociedad. Hay que desterrar la idea de que el debate científico
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concierne únicamente a los especialistas. Al mismo tiempo que la sociedad demanda más información, los científicos empiezan a dar muestras de interés por no trabajar aislados, aunque aún haya quien considere la divulgación científica como un detrimento intelectual. Ese mutuo y creciente deseo de comunicación puede estar afirmando los cimientos de una nueva ética científica. No es arriesgado afirmar que está comenzando a fraguarse un nuevo compromiso social con la ciencia que afecta a todos: a los científicos, a los ciudadanos, a los gobiernos, a los educadores, a las instituciones públicas, a las empresas, a los medios de comunicación... El apoyo a la ciencia por parte de la sociedad deberá ir manifestándose en los próximos años, no sólo en una mayor provisión de fondos para la investigación, sino en la creación de nuevos instrumentos de participación social: comités de bioética, organización de encuentros y debates, canales específicos de información... Hoy, sin embargo, es notorio el enorme desequilibrio entre el interés ciudadano hacia la ciencia y la escasa oferta informativa. Comunicar a la sociedad lo que hacen los científicos ya no puede estar ligado a la voluntad personal, a la eficiencia de los gabinetes de prensa, a la mayor o menor simpatía del investigador, a la concepción más o menos social de su trabajo. Es un deber para unos y un derecho para los otros. Lo que parece incontestable es que hay que pensar en el público, aprender a dirigirse a la sociedad no desde la suficiencia, sino desde la modestia, saber dar una información inteligente y al mismo tiempo inteligible. Aunque la claridad no puede ser nunca sinónimo de simplificación, sino de calidad comunicativa. Hay que advertir constantemente de los riesgos de la comunicación científica: la trivialidad, la búsqueda desesperada de titulares sorprendentes, el efectismo, la demagogia, la prisa, la confusión entre los ensayos y los resultados reales... No es una cuestión nimia dirimir el carácter del lenguaje científico, o mejor, el del lenguaje con que se ha de comunicar la ciencia. Si bien se han incorporado al lenguaje corriente muchos términos científicos, no parece abolida la barrera que impide una comunicación eficaz y fluida. Es un reto para todos y ha de ser motivo de reflexión permanente. Los científicos deberían vencer sus resistencias a hacer comprensibles sus investigaciones, a hablarle a la sociedad de un modo diferente a como hablan a sus colegas; los periodistas, por su parte, deberían hacer un esfuerzo para mejorar su preparación y buscar una mayor especialización. Las empresas editoriales y de comunicación deberían ser sensibles a este desafío y tratar, en consecuencia, de ensanchar los espacios dedicados en sus medios a la ciencia. Los nuevos espacios de divulgación científica, museos de ciencia y planetarios, están sirviendo como excepcionales instrumentos de transmisión del conocimiento, como primer contacto con el mundo de la ciencia. Parece oportuno recomendar la elaboración, por parte del mejor grupo de expertos posible, de un Plan de Divulgación Científica que sea asumido y financiado por los gobiernos y las instituciones públicas y privadas. Es urgente, pues, incrementar la cultura científica de la población. La información científica es una fecundísima semilla para el desarrollo social, económico y político de los pueblos. Como se ha repetido a lo largo del Congreso, el conocimiento debe ser considerado de enorme valor estratégico. La complicidad entre los científicos y el resto de los ciudadanos es una excepcional celebración de la democracia. Pero es que además esa nueva cultura contribuiría a frenar las supercherías disfrazadas de ciencia, aumentaría la capacidad crítica de los ciudadanos, derribaría miedos y supersticiones, haría a los seres humanos más libres y más audaces. Los enemigos a batir por la ciencia son los mismos que los de la filosofía, el arte o la literatura, esto es, la incultura, el oscurantismo, la barbarie, la miseria, la
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explotación humana. GRANADA, 27 DE MARZO DE 1999 Conclusiones provisionales extraídas del I Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia celebrado en Granada los días 25 al 27 de Marzo de 1999 y en el que participaron científicos, intelectuales, divulgadores, periodistas, instituciones públicas, responsables de museos de ciencia y planetarios, etc; un total de 550 personas de más de 15 países. El Congreso fue impulsado por el Parque de las Ciencias de Granada junto a la UNESCO, la Junta de Andalucía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Granada. La celebración de este Congreso ha puesto de manifiesto una tendencia que no es nueva, pero que cobra ahora, en el umbral del siglo XXI, una nueva dimensión. No debería ser mal interpretado que en el inicio de estas conclusiones coloquemos un conjunto de sensaciones. Pues, en efecto, tenemos la sensación de que los asistentes han trabajado con alegría, y que además se ha vivido el Congreso como un encuentro cultural que ha servido para que personas de diverso origen y formación hayan trabajado en armonía bajo la conjunción exclusiva de la inteligencia y la amistad. Esto no ha impedido la autocrítica, la discrepancia y el debate. Pero por encima de todo parece notorio que nos hemos sentido emocionados ante las manifestaciones del pensamiento racional. Muchos de los asistentes han puesto de manifiesto a lo largo del Congreso la importancia de no desligar las emociones y los afectos de la divulgación científica. El Congreso ha confirmado además la oportunidad de la convocatoria. No es casual el número de participantes ni la calidad de la respuesta. Tampoco lo es la coincidencia con el Primer Congreso Mundial sobre la Ciencia que la UNESCO ha convocado este mismo año en Budapest. Se tiene la impresión de que ha llegado el tiempo de la ciencia, es decir, el momento en que la ciencia se convierta en un acontecimiento social, en un hecho integrado en la conciencia de todos los ciudadanos. El diálogo entre los científicos y la comunidad en la que desarrollan su trabajo debe dejar de ser un hecho esporádico o arbitrario para convertirse en una actividad regularizada y rigurosa. La ciencia es uno de los muchos frutos de la curiosidad humana, uno más de los muchos intentos de representar el mundo en el que vivimos. La ciencia es parte de la gran aventura intelectual de los seres humanos. Como producto del pensamiento humano, la ciencia es una parte medular de la cultura y es urgente llevar a la consideración de todos, pero especialmente de los intelectuales de formación humanista, que la ciencia no es un hecho ajeno a la vida y que, por tanto, sus respuestas también son de carácter cultural. Generalmente no se reconoce cómo las ideas científicas condicionan, a veces de modo oculto, las ideas sociales. Lo cierto es que para resolver muchos de los problemas de nuestro mundo se requiere más investigación científica, un nuevo talento y una articulación permanente con las demás formas racionales de aproximación a la realidad. Ni el miedo, ni el desdén, ni la reverencia son los sentimientos más convenientes para relacionarse con la ciencia. La curiosidad y la confianza parecen, en cambio, actitudes más fecundas. Parte del interés social por la ciencia puede estar provocado por la magnitud y la velocidad de los cambios sociales, estimulados en gran parte por los descubrimientos científicos. La ciencia, es cierto, puede cambiar nuestro destino como seres humanos. La información, en consecuencia, es una ayuda indispensable para el debate ético. En ese sentido, comienzan a vislumbrarse signos esperanzadores de quiebra del desencuentro tradicional
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entre la comunidad científica y la sociedad. Hay que desterrar la idea de que el debate científico concierne únicamente a los especialistas. Al mismo tiempo que la sociedad demanda más información, los científicos empiezan a dar muestras de interés por no trabajar aislados, aunque aún haya quien considere la divulgación científica como un detrimento intelectual. Ese mutuo y creciente deseo de comunicación puede estar afirmando los cimientos de una nueva ética científica. No es arriesgado afirmar que está comenzando a fraguarse un nuevo compromiso social con la ciencia que afecta a todos: a los científicos, a los ciudadanos, a los gobiernos, a los educadores, a las instituciones públicas, a las empresas, a los medios de comunicación... El apoyo a la ciencia por parte de la sociedad deberá ir manifestándose en los próximos años, no sólo en una mayor provisión de fondos para la investigación, sino en la creación de nuevos instrumentos de participación social: comités de bioética, organización de encuentros y debates, canales específicos de información... Hoy, sin embargo, es notorio el enorme desequilibrio entre el interés ciudadano hacia la ciencia y la escasa oferta informativa. Comunicar a la sociedad lo que hacen los científicos ya no puede estar ligado a la voluntad personal, a la eficiencia de los gabinetes de prensa, a la mayor o menor simpatía del investigador, a la concepción más o menos social de su trabajo. Es un deber para unos y un derecho para los otros. Lo que parece incontestable es que hay que pensar en el público, aprender a dirigirse a la sociedad no desde la suficiencia, sino desde la modestia, saber dar una información inteligente y al mismo tiempo inteligible. Aunque la claridad no puede ser nunca sinónimo de simplificación, sino de calidad comunicativa. Hay que advertir constantemente de los riesgos de la comunicación científica: la trivialidad, la búsqueda desesperada de titulares sorprendentes, el efectismo, la demagogia, la prisa, la confusión entre los ensayos y los resultados reales... No es una cuestión nimia dirimir el carácter del lenguaje científico, o mejor, el del lenguaje con que se ha de comunicar la ciencia. Si bien se han incorporado al lenguaje corriente muchos términos científicos, no parece abolida la barrera que impide una comunicación eficaz y fluida. Es un reto para todos y ha de ser motivo de reflexión permanente. Los científicos deberían vencer sus resistencias a hacer comprensibles sus investigaciones, a hablarle a la sociedad de un modo diferente a como hablan a sus colegas; los periodistas, por su parte, deberían hacer un esfuerzo para mejorar su preparación y buscar una mayor especialización. Las empresas editoriales y de comunicación deberían ser sensibles a este desafío y tratar, en consecuencia, de ensanchar los espacios dedicados en sus medios a la ciencia. Los nuevos espacios de divulgación científica, museos de ciencia y planetarios, están sirviendo como excepcionales instrumentos de transmisión del conocimiento, como primer contacto con el mundo de la ciencia. Parece oportuno recomendar la elaboración, por parte del mejor grupo de expertos posible, de un Plan de Divulgación Científica que sea asumido y financiado por los gobiernos y las instituciones públicas y privadas. Es urgente, pues, incrementar la cultura científica de la población. La información científica es una fecundísima semilla para el desarrollo social, económico y político de los pueblos. Como se ha repetido a lo largo del Congreso, el conocimiento debe ser considerado de enorme valor estratégico. La complicidad entre los científicos y el resto de los ciudadanos es una excepcional celebración de la democracia. Pero es que además esa nueva cultura contribuiría a frenar las supercherías disfrazadas de ciencia, aumentaría la capacidad crítica de los ciudadanos, derribaría miedos y supersticiones, haría a los seres humanos más libres y más audaces. Los enemigos a batir por la ciencia son los mismos que los de
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la filosofía, el arte o la literatura, esto es, la incultura, el oscurantismo, la barbarie, la miseria, la explotación humana. Conclusiones provisionales extraídas del I Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia celebrado en Granada los días 25 al 27 de Marzo de 1999 y en el que participaron científicos, intelectuales, divulgadores, periodistas, instituciones públicas, responsables de museos de ciencia y planetarios, etc; un total de 550 personas de más de 15 países. El Congreso fue impulsado por el Parque de las Ciencias de Granada junto a la UNESCO, la Junta de Andalucía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Granada. La celebración de este Congreso ha puesto de manifiesto una tendencia que no es nueva, pero que cobra ahora, en el umbral del siglo XXI, una nueva dimensión. No debería ser mal interpretado que en el inicio de estas conclusiones coloquemos un conjunto de sensaciones. Pues, en efecto, tenemos la sensación de que los asistentes han trabajado con alegría, y que además se ha vivido el Congreso como un encuentro cultural que ha servido para que personas de diverso origen y formación hayan trabajado en armonía bajo la conjunción exclusiva de la inteligencia y la amistad. Esto no ha impedido la autocrítica, la discrepancia y el debate. Pero por encima de todo parece notorio que nos hemos sentido emocionados ante las manifestaciones del pensamiento racional. Muchos de los asistentes han puesto de manifiesto a lo largo del Congreso la importancia de no desligar las emociones y los afectos de la divulgación científica. El Congreso ha confirmado además la oportunidad de la convocatoria. No es casual el número de participantes ni la calidad de la respuesta. Tampoco lo es la coincidencia con el Primer Congreso Mundial sobre la Ciencia que la UNESCO ha convocado este mismo año en Budapest. Se tiene la impresión de que ha llegado el tiempo de la ciencia, es decir, el momento en que la ciencia se convierta en un acontecimiento social, en un hecho integrado en la conciencia de todos los ciudadanos. El diálogo entre los científicos y la comunidad en la que desarrollan su trabajo debe dejar de ser un hecho esporádico o arbitrario para convertirse en una actividad regularizada y rigurosa. La ciencia es uno de los muchos frutos de la curiosidad humana, uno más de los muchos intentos de representar el mundo en el que vivimos. La ciencia es parte de la gran aventura intelectual de los seres humanos. Como producto del pensamiento humano, la ciencia es una parte medular de la cultura y es urgente llevar a la consideración de todos, pero especialmente de los intelectuales de formación humanista, que la ciencia no es un hecho ajeno a la vida y que, por tanto, sus respuestas también son de carácter cultural. Generalmente no se reconoce cómo las ideas científicas condicionan, a veces de modo oculto, las ideas sociales. Lo cierto es que para resolver muchos de los problemas de nuestro mundo se requiere más investigación científica, un nuevo talento y una articulación permanente con las demás formas racionales de aproximación a la realidad. Ni el miedo, ni el desdén, ni la reverencia son los sentimientos más convenientes para relacionarse con la ciencia. La curiosidad y la confianza parecen, en cambio, actitudes más fecundas. Parte del interés social por la ciencia puede estar provocado por la magnitud y la velocidad de los cambios sociales, estimulados en gran parte por los descubrimientos científicos. La ciencia, es cierto, puede cambiar nuestro destino como seres humanos. La información, en consecuencia, es una ayuda indispensable para el debate ético. En ese sentido, comienzan a vislumbrarse signos esperanzadores de quiebra del desencuentro tradicional entre la comunidad científica y la sociedad. Hay que desterrar la idea de que el debate científico concierne únicamente a los especialistas. Al mismo tiempo que la sociedad demanda más información,
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los científicos empiezan a dar muestras de interés por no trabajar aislados, aunque aún haya quien considere la divulgación científica como un detrimento intelectual. Ese mutuo y creciente deseo de comunicación puede estar afirmando los cimientos de una nueva ética científica. No es arriesgado afirmar que está comenzando a fraguarse un nuevo compromiso social con la ciencia que afecta a todos: a los científicos, a los ciudadanos, a los gobiernos, a los educadores, a las instituciones públicas, a las empresas, a los medios de comunicación... El apoyo a la ciencia por parte de la sociedad deberá ir manifestándose en los próximos años, no sólo en una mayor provisión de fondos para la investigación, sino en la creación de nuevos instrumentos de participación social: comités de bioética, organización de encuentros y debates, canales específicos de información... Hoy, sin embargo, es notorio el enorme desequilibrio entre el interés ciudadano hacia la ciencia y la escasa oferta informativa. Comunicar a la sociedad lo que hacen los científicos ya no puede estar ligado a la voluntad personal, a la eficiencia de los gabinetes de prensa, a la mayor o menor simpatía del investigador, a la concepción más o menos social de su trabajo. Es un deber para unos y un derecho para los otros. Lo que parece incontestable es que hay que pensar en el público, aprender a dirigirse a la sociedad no desde la suficiencia, sino desde la modestia, saber dar una información inteligente y al mismo tiempo inteligible. Aunque la claridad no puede ser nunca sinónimo de simplificación, sino de calidad comunicativa. Hay que advertir constantemente de los riesgos de la comunicación científica: la trivialidad, la búsqueda desesperada de titulares sorprendentes, el efectismo, la demagogia, la prisa, la confusión entre los ensayos y los resultados reales... No es una cuestión nimia dirimir el carácter del lenguaje científico, o mejor, el del lenguaje con que se ha de comunicar la ciencia. Si bien se han incorporado al lenguaje corriente muchos términos científicos, no parece abolida la barrera que impide una comunicación eficaz y fluida. Es un reto para todos y ha de ser motivo de reflexión permanente. Los científicos deberían vencer sus resistencias a hacer comprensibles sus investigaciones, a hablarle a la sociedad de un modo diferente a como hablan a sus colegas; los periodistas, por su parte, deberían hacer un esfuerzo para mejorar su preparación y buscar una mayor especialización. Las empresas editoriales y de comunicación deberían ser sensibles a este desafío y tratar, en consecuencia, de ensanchar los espacios dedicados en sus medios a la ciencia. Los nuevos espacios de divulgación científica, museos de ciencia y planetarios, están sirviendo como excepcionales instrumentos de transmisión del conocimiento, como primer contacto con el mundo de la ciencia. Parece oportuno recomendar la elaboración, por parte del mejor grupo de expertos posible, de un Plan de Divulgación Científica que sea asumido y financiado por los gobiernos y las instituciones públicas y privadas. Es urgente, pues, incrementar la cultura científica de la población. La información científica es una fecundísima semilla para el desarrollo social, económico y político de los pueblos. Como se ha repetido a lo largo del Congreso, el conocimiento debe ser considerado de enorme valor estratégico. La complicidad entre los científicos y el resto de los ciudadanos es una excepcional celebración de la democracia. Pero es que además esa nueva cultura contribuiría a frenar las supercherías disfrazadas de ciencia, aumentaría la capacidad crítica de los ciudadanos, derribaría miedos y supersticiones, haría a los seres humanos más libres y más audaces. Los enemigos a batir por la ciencia son los mismos que los de la filosofía, el arte o la literatura, esto es, la incultura, el oscurantismo, la barbarie, la miseria, la explotación humana.
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[Nota] *Por su innegable interés publicamos las Conclusiones Provisionales obtenidas del Ier Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia celebrado en Granada. Estas conclusiones han sido extraídas del boletín de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí
EL GENOMA DEBUTA EN SOCIEDAD Por: A. Aguirre De Cárcer
El presidente Bill Clinton y el primer ministro británico Tony Blair, acompañados de varios científicos y políticos, anunciaban el 26 de junio de 2000 que dos equipos independientes habían completado el genoma humano. Esta semana, docenas de artículos en las revistas ‘Nature’ y ‘Science’ han hecho públicos los primeros análisis y anunciado que los resultados, las secuencias ordenadas y anotadas de los 3.200 millones de letras que engloban la información genética, son ahora accesibles a científicos y otros interesados. Como pasa siempre con los descubrimientos científicos, los resultados son sorprendentes. Si no lo fueran, no serían ‘descubrimientos’. El resultado más chocante, por ahora, es el número de genes, entre treinta mil y cuarenta mil, en vez de entre cincuenta mil y cien mil, como habíamos anticipado la mayoría de los científicos. (Digo ‘por ahora’ porque los análisis continuarán durante muchos años y no tengo la menor duda de que nos traerán muchas sorpresas, más chocantes aún que las actuales.) Los genes, transmitidos de padres a hijos en el momento de la concepción, dirigen el desarrollo del individuo, los miles de reacciones químicas que causan la multiplicación y diferenciación de las células de que consta el individuo. Los genes que se cuentan son los que determinan la composición de las proteínas que controlan esas reacciones. Los genes humanos ya conocidos eran 15.337. El profesor W. L. Li, de la Universidad de Chicago, analizando la secuencia obtenida por el Programa Genoma Humano (PGH), concluye que hay 25.243 genes más, es decir, un total de 40.580. Éste es un total provisional, puesto que se basa en análisis hechos por ordenadores poderosos que buscan, en la enorme secuencia de 3.200 millones de letras, aquellos segmentos con las características apropiadas para funcionar como genes. Otros científicos estiman un numero menor, alrededor de los treinta mil genes. La sorpresa surge al comparar el número de genes humanos con el de otros organismos: 13.000 para una mosca, 18.000 para un gusano y 26.000 para una planta. Parece que producir un ser humano no requiere muchos más genes que producir un gusano: aproximadamente el doble. La opinión exaltada que tenemos de nosotros mismos había sido retada hace años, cuando se descubrió que el tamaño del genoma humano es igual al del genoma del ratón, que también tiene 3.200 millones de letras. Después se descubrió que el genoma humano difiere del del chimpancé sólo en el 1,5% de las 3.200 letras en que consiste cada uno. ¿Qué es lo que determina nuestra ‘humanidad’? Anatómicamente somos muy semejantes a los simios. Hueso por hueso y músculo por músculo, tenemos los mismos, evidencia de nuestra descendencia de antepasados comunes que ya tenían ese conjunto de huesos y músculos. Pero andamos erguidos, tenemos manos eficaces para escribir y manipular objetos, y un cerebro tres veces mayor que el de los chimpancés. Para causar estas diferencias no se necesitan, parece, más genes, sino genes diferentes; y no muchos ni muy diferentes, puesto que solo implican el 1,5% de sus letras. Nuestra humanidad nos viene principalmente del cerebro hipertrofiado, que nos da capacidades intelectuales muy superiores. Es esa inteligencia exaltada la que da cuenta de los atributos distintivos de nuestra especie, lo que puede llamarse la ‘cultura’ en sentido amplio: el arte y la literatura, la ciencia y la
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tecnología, las leyes y las instituciones políticas, la moralidad y la religión. Cómo pasamos de las diferencias entre los genes a las diferencias de cerebro, mano y postura -y, con éstas, a las creaciones de la cultura humana- es algo para discernir en el futuro. Tal vez nos lleve cinco décadas resolver estas cuestiones; pero, dada la marcha acelerada de la ciencia, tal vez dos décadas sean suficientes. Conocer la secuencia del genoma es un primer paso importante. Dos peligros a evitar, que llamaré ‘especificidad’ y ‘geneticismo’. Por especificidad, me refiero a la tendencia de algunos científicos a identificar ciertos genes como el gen ‘para’ la obesidad, o ‘para’ la homosexualidad, o ‘para’ la inteligencia. Es el caso de un gen defectuoso -defecto causado por el cambio de una o más de las letras- que tiene ciertas consecuencias concretas fisiológicas o conductuales. Pero no se sigue de ello que tal gen es el gen ‘para’ la obesidad o el problema de que se trate. Si un transistor se estropea, mi radio portátil deja de transmitir las serenatas de Mozart que escucho frecuentemente durante mis viajes. Cuando reemplazo el transistor, vuelvo a disfrutar de la gloria de la música de Mozart. No se sigue de ello que se trata del transistor ‘para’ Mozart, ni siquiera ‘para’ la música; otros transistores son también necesarios. Y un ser humano es infinitamente mas complejo que mi radio de baterías. Por ‘geneticismo’, me refiero a la tendencia de atribuir todo lo importante a los genes, olvidándonos del entorno, y concluir que las diferencias entre individuos se deben a diferencias genéticas. Supongamos, por ejemplo, que mi vanidad me inclina a tratar de ser clonado para que haya así otro Francisco J. Ayala en el mundo. Pero el clonarme a mí es imposible. Se podría clonar mi genoma, pero no hay razón para concluir que el individuo resultante fuera semejante a mí en temperamento, gustos, inteligencia, comportamiento y todos los demás atributos de lo que llamamos personalidad. Para que mi clon fuera como yo, tendría que experimentar idénticas circunstancias del entorno: desde el mismo seno de mi madre hasta mis hermanos y hermanas, las escuelas a las que fui, la España de Franco en la que pasé mi adolescencia y primera juventud, la emigración y carrera en Estados Unidos e incontables experiencias más. Con respecto a lo que más cuenta -temperamento, preferencias y personalidad-, el nuevo individuo se parecería tanto o más a otros individuos de su edad y cultura que a mí. Aproximadamente la mitad de los genes humanos tiene su contrapartida en el genoma de la mosca o del gusano. Esto es menos sorprendente de lo que pudiera parecer a primera vista. Las reacciones químicas o funciones vitales que ocurren en las células son fundamentalmente las mismas para todos los animales. Lo que difieren son los procesos de diferenciación y organización de las células. Queda para el futuro descubrir los genes que especifican qué células y cuántas se convierten en cerebro, o aquellos que se necesitan para formar piernas y brazos, o para producir glóbulos rojos y tener circulación sanguínea. Discernir estas diferencias es tarea ardua y costosa. Pero, una vez mas, conocer la secuencia del genoma nos abre las puertas hacia estos descubrimientos. Uno de los beneficios más inmediatos del genoma será el tratamiento de enfermedades. El genoma humano hace posible identificar genes implicados en muchas enfermedades y nos da la pauta para diseñar medicamentos para tratarlas. Muchas enfermedades son el resultado de un gen defectuoso que es incapaz de producir la proteína apropiada o produce una que es imperfecta. Como en el caso del transistor, aunque las causas sean complejas, proveer la proteína apropiada o corregir el gen defectuoso será frecuentemente la cura.
ÉBOLA: EL VIRUS QUE ESTALLA Por: Javier Armentia
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El 5 de diciembre de 2000 moría en Uganda Matthew Lukwiya, responsable médico del hospital de Lacor, en Uganda. Cercano a la ciudad de Gulu, en ese hospital se han tratado casi todos los casos de una fiebre hemorrágica producida por el virus Ébola que han ido apareciendo desde el pasado otoño. Las cifras de esta nueva epidemia alcanzan actualmente 423 casos de infección, de los cuales han muerto 169. Lukwiya era el responsable ugandés de la lucha contra esta enfermedad sorprendentemente activa y contra la que no hay cura conocida. Posiblemente se infectó a través del contacto con la sangre, las secreciones u otro fluido corporal de alguno de los infectados. No necesariamente de uno de los enfermos que estaban en la fase aguda de la enfermedad: podría haber sido de uno ya recuperado, porque se ha detectado que incluso varias semanas después de sobrevivir, se sigue siendo portador del virus. El Ébola es un virus de una familia, los filovirus (Filoviridae), relacionados con la producción de fiebres hemorrágicas que afectan a primates y a humanos, que existen en zonas de África (principalmente) y Asia. El primero de estos virus, el Marburgo, fue descubierto en esta ciudad Alemana y en Belgrado (Yugoslavia) en 1967. Varias personas que trabajaban con unos monos verdes africanos resultaron infectados por una enfermedad que tenían los monos. También resultaron contagiados familiares de éstos. En total, unas veinticinco personas contrajeron la enfermedad, muriendo siete. Unos años después, apareció Ébola, en dos epidemias muy virulentas ocurridas simultáneamente en Zaire (ahora República Democrática del Congo) y Sudán. Se recogieron más de 500 casos, con una mortalidad del 88% en Zaire y del 53% en Sudán. Con el estudio de los casos, por la diferente mortalidad y, posteriormente, al poder aislarse al agente infeccioso, se comprobó que las epidemias se debían a dos variedades diferentes del Ébola, la variedad Zaire (más mortífera) y la Sudán (comparativamente menos mortífera). Ambos virus son muy parecidos entre sí, y también al Marburgo, aunque éste forma parte de una rama diferente de la familia. Otro virus muy relacionado, el Reston (a veces llamado Ébola Reston), fue detectado unos años después en monos procedentes de Filipinas, y producía fiebres hemorrágicas en primates no humanos, pero en el hombre, aunque era infeccioso, no causaba los mismos efectos que los otros. Reston es una población de Virginia, donde se detectó esta enfermedad, aunque posteriormente ha aparecido también en Italia afectando igualmente a monos filipinos. Por completar la familia, según la Organización Mundial de la Salud, podría existir otra variedad del Ébola, la responsable de las infecciones registradas en Costa de Marfil en 1974. La última vez que apareció el Ébola Zaire fue en 1995, en el Congo, causando unas 300 muertes. La actual epidemia de Uganda parece deberse a la menos mortal variedad Sudán. Estos brotes intensos de Ébola tienen una vida bastante parecida: duran solamente unos pocos meses y tienen un área de actividad bastante reducida. Algo que podría, sin embargo, cambiar si un paciente infectado que aún no haya desarrollado la enfermedad (la incubación es un proceso que varía entre dos días y dos semanas) pudiera contagiar a muchas personas. Precisamente la gran virulencia de esta enfermedad juega en su contra, en una zona de poca densidad de habitantes. Se sabe que las poblaciones autóctonas de las regiones ecuatoriales africanas conocían la infección desde antiguo, y en sus costumbres desarrollaron medidas que lograban impedir el contagio: al infectado se le dejaba solo en una choza alejada del centro del poblado, con comida y agua. Si sobrevivía, éste volvería al poblado. Si no, se quemaba la choza. Paradójicamente, hospitalizar sin las adecuadas salvaguardas al contagio, a los enfermos, se ha demostrado peligroso, como sucedió en Zaire, donde un hospital que reutilizaba –sin esterilizar- agujas fue el responsable de muchos contagios. El Ébola produce en las personas infectadas una aparición repentina de elevada temperatura corporal
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(fiebre), acompañada de debilidad, dolor muscular, dolor de cabeza y sequedad de garganta. Algo parecido a la malaria, pero a esta primera fase le siguen vómitos, diarrea, deshidratación, y disfunciones en el hígado y los riñones que dan paso a hemorragias internas y externas que pueden acarrear la muerte del paciente. Parece que el virus se instala en el hígado destrozando por completo el órgano. No hay tratamiento, excepto contrarrestar la deshidratación y la pérdida de sangre. Del Ébola y de los otros filovirus se empieza a conocer algo, gracias principalmente a la secuenciación de su genoma que ha permitido en los dos últimos años numerosas experiencias de manipulación. Recientemente la revista Science recoge la investigación realizada por un equipo alemán y francés que han creado una mutación del virus a partir de una reconstrucción clónica del mismo, en el que han variado su capacidad de expresión de ciertas sustancias, llamadas glicoproteínas, que están asociadas a la acción del virus. La variedad mutante, que tiene alterado un gen que edita estas glicoproteínas, resulta ser más tóxica que la salvaje. De esta manera, según los responsables de la investigación, se puede ahondar en el conocimiento de los mecanismos de acción de los filovirus, y desarrollar en el futuro terapias que consigan parar sus consecuencias. Otra línea de investigación intenta la consecución de una vacuna, algo que no ha sido posible con los métodos usuales de preparar cepas poco activas del virus. Sin embargo, a finales de noviembre de 2000, un equipo norteamericano del Centro de Investigaciones sobre Vacunación “Dale y Betty Bumpers”, informaba en Nature de la consecución de una vacuna obtenida a partir de cadenas de ADN que codifican las mismas proteínas del virus Ébola, experimentada en ratones de laboratorio. Sin embargo, aún se está lejos de poder hacer una vacuna útil para los humanos. Lo cierto es que aún no se conocen por completo los mecanismos de acción del virus, ni la manera en que el sistema inmunitario humano podría responder a ese ataque. Algo que deberá esperar a las numerosas investigaciones en curso. Mientras tanto, el Ébola sigue atacando en Uganda, como lo ha hecho antes en la República Democrática del Congo, Sudán, Costa de Marfil, Sudáfrica, Gabón, Uganda, Filipinas y casos “importados” en Italia, Alemania, Yugoslavia y Estados Unidos (en Pakistán, aunque a finales del año pasado se anunciaron casos de una fiebre hemorrágica, las autoridades han negado que se trate del Ébola). Un virus que alcanzó mucha popularidad a partir de la publicación de un libro, ‘La Zona Caliente’ que generó dos películas de Hollywood, ‘Estallido’ y ‘Virus’. Con ellas, el mundo supo de este virus, pero sobre todo se alarmó con él, posiblemente de manera injustificada. Queda todavía por saber dónde reside el virus de manera natural: el llamado huésped que es inmune a la infección, pero del que pasa de vez en cuando a primates no humanos y a las personas generando los brotes infecciosos. Se sospecha de un roedor que viva en la selva: existen varios grupos de zoólogos y epidemiólogos que intentan encontrar este animal en las densas selvas del África Ecuatorial. Por el momento sin éxito, aunque sería crucial, porque permitiría conocer más sobre la forma de ataque de estos filovirus. Bioseguridad Nivel 4 Los virus Ébola y Marburgo, junto con otros agentes patógenos potencialmente capaces de producir epidemias incontroladas como el ántrax, el hantavirus, o el virus de viruela, reciben la calificación más alta, el nivel 4, en los protocolos de control y prevención de las enfermedades. Estos virus se almacenan en laboratorios con las máximas condiciones de seguridad. Sin embargo, el control de estas cepas experimentales no es perfecto y podría ser violado con intereses terroristas o militares, según ha alertado recientemente el biofísico Steven Block en la revista American Scientist.
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No sería algo nuevo: aunque todos los tratados internacionales prohíben el uso y almacenamiento de armas biológicas, éstos arsenales existen. Y se sabe que en la II Guerra Mundial fueron usadas por Japón y posiblemente por la Unión Soviética durante la invasión alemana. Normalmente utilizando el ántrax, una bacteria que produce esporas capaces de transmitirse por el aire, cuya inhalación produce una enfermedad que es mortal si no se trata con antibióticos inmediatamente después de la exposición al agente. Sin embargo, con tecnologías mucho más sencillas e inversiones mucho menores que las que precisan las armas atómicas, potencialmente sería factible diseñar nuevas armas biológicas más mortíferas y de alcance impensable. Block propone evitar futuros problemas con un mayor control de estos agentes patógenos, y con la eliminación de las cepas que existen de algunos que ya no causan enfermedad en el mundo, como la viruela. No todos opinan igual, pensando que es conveniente mantenerlos en laboratorios por si un día reaparecen. La controversia, una vez más, está servida.
ETXENIKE, GALARDONADO POR LA ASOCIACIÓN AMERICANA PARA EL AVANCE DE LA CIENCIA Por: Luis Alfonso Gámez
La prestigiosa sociedad científica premia al investigador navarro por sus aportaciones a la Física de la Materia Condensada Pedro Miguel Etxenike fue nombrado miembro de honor (‘fellow’) de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). La más prestigiosa sociedad científica del mundo, que edita la revista ‘Science’ y celebra estos días en San Francisco su reunión anual, galardonará al físico navarro por sus «contribuciones a la teoría de los estados electrónicos de las superficies y las excitaciones de volumen, y por sus estudios pioneros sobre la penetración de los iones y electrones en la materia». El presidente del Donostia International Physics Center (DIPC) entra así en un selecto club en el que sólo hay otros tres científicos españoles y del que forman parte laureados con el Nobel de Física como Leon Lederman, Steven Weinberg, Stephen Chu y Philip Anderson. Una de las singularidades de este premio es que, para que una candidatura sea considerada por el Consejo de la AAAS ha de ser presentada y respaldada por investigadores de la misma especialidad que el aspirante, lo que le confiere un valor especial como reconocimiento científico. Propuesto por un Nobel El impulsor de la candidatura del investigador navarro fue Philip Anderson. Según ha podido saber este periódico, el premio Nobel destacó en su propuesta -que recibió el apoyo de otros físicos de renombre mundial- que «algunos de los conceptos claves» en el campo de la Física de la Materia Condensada «se deben a Etxenike y sus colaboradores». «Para mí, es una alegría tanto por ser una distinción importante como por la alta categoría científica de quienes me han propuesto», reconocía ayer el presidente del DIPC. Etxenike se enteró de que era candidato al galardón y de que había sido merecedor de él al mismo tiempo, cuando en octubre recibió una carta de la AAAS dándole la buena noticia. El físico, que cuenta en su haber con el premio Príncipe de Asturias y el Max Planck, ha guardado, sin embargo, silencio hasta que su nombre ha aparecido en la relación de nuevos ‘fellows’ de la entidad. Etxenike es el primer profesor de la UPV merecedor de tal reconocimiento.
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España duplicará hoy su presencia entre los socios de honor de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. A los biólogos Camilo Cela Conde y Andrés Moya, se sumarán el genetista Marcelino Pérez de la Vega, de la Universidad de León, y Pedro Miguel Etxenike, que es también miembro de honor de la Sociedad Física Americana. La AAAS fue fundada en 1848 y, desde entonces, ha tenido entre sus miembros de honor a la mayoría de los científicos más destacados de cada época. Presidida en la actualidad por el investigador y divulgador Stephen Jay Gould, la sociedad edita ‘Science’, la revista que esta semana ha publicado el mapa del genoma humano elaborado por Celera Genomics. Uno de sus últimos presidentes -elegido en 1993- fue el biólogo de origen español Francisco J. Ayala, quien ha sido miembro del comité de asesores científicos de Bill Clinton y es catedrático de Ciencias Biológicas de la Universidad de California en Irvine.
ANTENA 3 REINVENTA LA REALIDAD CON “LA OTRA DIMENSIÓN”. Por: José Manuel Ruiz Martín
> - Frase atribuida a Don Francisco de Quevedo en “Las Aventuras del Capitán Alatriste” de Arturo Pérez-Reverte La presente recopilación se ha realizado para denunciar la lamentable emisión del programa “Otra Dimensión” en la cadena Antena 3, el pasado miércoles 10 de enero. Hasta el último momento me aferré a la esperanza –estúpido de mí– de que una cadena como Antena 3 no se soltaría la melena cayendo tan bajo, y eso a pesar de que al programa de marras se lo veía venir de lejos. De haber conocido con antelación a algún colaborador del equipo mis vanas ilusiones se habrían perdido como lágrimas en la lluvia. Me refiero, naturalmente, al inefable Iker Jiménez Elizari, centinela de la rigurosidad periodística, adalid de la objetividad, paladín de la información contrastada, baluarte del periodismo de investigación, vanguardia de la seriedad informativa y héroe de la imparcialidad, cuya trayectoria profesional le habría conducido inevitablemente al Pulitzer de haber nacido en el Reino subterráneo de Agharta. Para los que estamos familiarizados con los alardes informativos que éste y otros individuos llevan protagonizando en la prensa especializada de lo paranormal desde hace años, esta nueva hazaña de Iker no supone ninguna sorpresa. Pero que Antena 3 se deje arrastrar a esos abismos a los que puede llegar a rodar la estulticia me ha convertido en candidato a cliente del mes de cierta marca de pañuelos de celulosa. Me gustaría ver por un agujerito las sesiones de realización del programa: la recopilación de documentos y datos, el contraste de informaciones y argumentos, la valoración a la hora de decidir su emisión... El que unos periodistas medianamente competentes –cualidades que, como el valor en la mili, a priori les presumo a los miembros del equipo de “Otra Dimensión”– no hayan encontrado sino argumentos a favor, habiendo pasado por alto tantos y tan sólidos argumentos en contra de la autenticidad de esos supuestos fenómenos, resulta difícil de asumir. Semejante caso de daltonismo informativo sí que sugiere algún tipo de fenómeno paranormal, siempre partiendo de la tal vez ingenua premisa de que Antena 3
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procura informar a su público de una manera mas o menos objetiva e imparcial. Pero como he podido comprobar que, a pesar de sus denodados esfuerzos, esos avispados investigadores no han sido capaces de tropezarse con muchos datos y hechos que están al alcance de cualquiera, decidí poner bajo sus apéndices nasales algunos de ellos, para que los valorasen, los comprobasen y eventualmente los emitieran.–sí, ya lo sé, soy un ingenuo–. Con esa sana y seguramente vana intención, y tras dedicar mi precioso tiempo libre a recopilar este modesto informe, lo envié a la propia Antena 3. De tenerlo en cuenta y actuar en consecuencia su público podría realmente decidir si da crédito a todo eso que le cuentan. Si no recuerdo mal, Mon Santiso, el presentador del programa, manifestó que ése era uno de sus objetivos... Tentativa nula. Antena 3 no da señales de darse por enterada ni de pretender cambiar el tono de su programa, de modo que, animado por el equipo de “El Escéptico Digital” y no sin cierta aprensión, me he animado a publicarlo. Jamás se me ocurriría pedir la “censura” de los alegatos de lo paranormal o que no se dé prensa a todas esas “teorías” –que a nadie escapa que a mí me parecen erróneas, falseadas, mendaces y/o con nula base– sino que afirmo que un medio como Antena 3 debería preocuparse más por su público. Por respeto a éste y a sí misma le correspondería brindar una información lo más veraz posible, exponiendo unas y otras afirmaciones –“a favor” y “en contra”– con la misma energía, entusiasmo y profundidad. Es lo mínimo exigible. Y sin embargo mi desmelenada candidez no aspira a tanto. No voy ahora a esperar que los medios de comunicación rompan el matrimonio de conveniencia que tienen con las pseudociencias y las filosofías de jardín de infancia, pero al menos cabría esperar que de tanto en tanto abandonasen su lecho conyugal. La lucha por la audiencia debe ser muy dura para que ese fin justifique estos medios. La ola de irracionalidad y superstición que invade los medios de comunicación, especialmente las cadenas televisivas autonómicas y locales, fomenta el espíritu acrítico y embrutece la ya escasa cultura de la sociedad. Esa avalancha crece y se realimenta, solazándose en el albañal de un onanismo mental que nadie se atreve siquiera a señalar. ¿Tanto se iba a resentir la audiencia de dar a un programa un enfoque imparcial? Tal vez la expectación sería mayor, y el debate generado aumentase el interés del público. No tuve a mano una cinta de vídeo para grabar el programa, pero confieso haberlo visto en su totalidad, aprovechando para tomar notas. Los papeles sobre los que iba escribiendo se empapaban con el torrente que brotaba de mis lacrimales, y por momentos mudaba de la risa al llanto y otra vez a la risa. La cantidad de notas tomadas fue tal que he renunciado –por ahora– a responder a cada una de ellas, centrándome solo en las referidas a la “sábana santa” de Turín. Bueno, dejémonos ya de introducciones y vamos al grano. La Sacra Sindone o “Sábana Santa” La “Sábana Santa” hizo su primera aparición alrededor del año 1.355, en la iglesia colegial de Lirey, cerca de Troyes, en Francia. Juana de Vergy, viuda de Godofredo I de Charny, y el clero de Lirey organizaron exposiciones que atraían multitudes de peregrinos. El entonces obispo de Troyes, Henri de Poitiers prohibió las exposiciones tras una investigación en la que descubrió cómo y quién había pintado la “sábana” y ésta desapareció de la circulación por un tiempo. Unos treinta años mas tarde, Godofredo II de Charny expone de nuevo el lienzo. El nuevo obispo de Troyes, Pierre d’Arcis, denuncia otra vez el hecho y consigue sin dificultad demostrar ante los tribunales civiles el fraude. Pero Pierre d’Arcis encuentra su principal oposición en la propia Iglesia, que permite la exposición del lienzo, y en 1389
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escribe una larga carta a Su Santidad Clemente VII1, donde denuncia otra vez la falsedad de la “sábana”: > El obispo Pierre d’Arcis dice luego en esta carta que, descubierta la superchería, el lienzo fue ocultado durante unos 34 años e informa que el nuevo deán de la iglesia de Lirey, “siempre con una intención de fraude y con un objetivo de beneficio”, sugirió al señor Godofredo II de Charny volver a exponer el lienzo “para que con la recaudación de los peregrinajes la iglesia pueda ser enriquecida con las ofrendas de los fieles”. Tras esto el obispo nos relata las vicisitudes que tuvo que afrontar. Tomó medidas para que el lienzo fuese colocado bajo la custodia de los oficiales del rey: > El obispo se asombra de que Su Santidad haya dado su autorización para exponer el lienzo y solicita de éste que ponga fin al escándalo y que ”semejante superstición sea públicamente condenada”. Por fin declara: > Sin embargo Su Santidad Clemente VII condenó al silencio a Pierre d’Arcis so pena de excomunión y en enero de 1390 autorizó la exposición de la “representación” del “santo sudario”. Que curioso, ¿no?. Cabría esperar de Clemente VII que tomase cartas en el asunto o, al menos, que solicitase más información antes de una decisión tan drástica... tal vez sea momento para recordar que Juana de Vergy se había vuelto a casar después de 1357 con un rico aristócrata, Aimón de Ginebra, primo de un tal
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Roberto de Ginebra. Ese Roberto de Ginebra fue más conocido con el nombre de... ¡Su Santidad Clemente VII! Como vemos, desde el primer momento se tuvo constancia de la falsedad del “sudario”, pero un acto de nepotismo medieval borró de un plumazo a la competencia y éste pudo volver al servicio. Los Papas, cabezas visibles de la Obra de Dios en la Tierra, son ejemplos a seguir por cualquiera persona que se precie de católica y de tener buenos sentimientos cristianos. Debemos reconocer que en este caso los responsables de contenidos de Antena 3 realizan un admirable esfuerzo por seguir los píos pasos de algunos líderes de la Iglesia. Lo que está en juego no es baladí. Tal vez algunas lumbreras de Antena 3 no se percatan de la trascendencia del asunto. ¿Acaso no piensan lo que dicen? ¡ANTENA 3 HA AFIRMADO ANTE MILLONES DE PERSONAS QUE LA CIENCIA HA DEMOSTRADO LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO Y, POR TANTO, QUE LA CIENCIA AVALA AL CRISTIANISMO COMO LA VERDADERA RELIGIÓN! Y ¡QUE NO HAY EVIDENCIAS CREÍBLES DE LO CONTRARIO!. ¡CASI NADA! El “descubrimiento” del “cuerpo del crucificado” en la fotografía realizada por Secondo Pia en 1.898 se convirtió en inevitable munición de la feroz controversia social que católicos y anticlericales estaban librando en la época. De ahí parte el mito y los esfuerzos por “demostrar” su autenticidad. Pero casi desde el comienzo de la polémica muchos eclesiásticos daban el lienzo como falso. El canónigo francés Ulysse Chevalier2 denunciaba ya en 1900 los orígenes fraudulentos de la “sábana”. La mayoría de las “pruebas” citadas en el programa “Otra Dimensión”, cuyas conclusiones están a favor de la autenticidad del “sudario”, han sido “encontradas” por miembros del STURP, (Shroud of Turin Research Project (Proyecto de investigaciones sobre el sudario de Turín), constituido en marzo de1.977 en Alburquerque. En 1.978 una treintena de miembros de esta asociación recibieron permiso para realizar análisis y exámenes sobre el lienzo. Hasta entonces las hipótesis lanzadas a la opinión pública se basaban únicamente en el estudio de las escasas fotografías que existían de él. Los miembros del STURP, llamados también sindonólogos –derivado de “Sindone”, “sabana” en latín– no eran un grupo precisamente predispuesto a una actitud imparcial. Entre sus miembros se podía contar a un único agnóstico frente a treinta y nueve creyentes3. Esto no invalida a priori sus resultados pero debe señalarse antes de estudiar sus trabajos. Además, sus investigaciones nunca fueron examinadas por otros científicos independientes, ni pasaron los controles que se exigen a cualquier estudio científico serio en el mundo, ni han sido publicados en revistas científicas, sino que sus “conclusiones” han llegado directamente a las librerías, los quioscos, la radio y la televisión. Tampoco la iglesia suele permitir el estudio directo del lienzo a especialistas independientes. En las escasas ocasiones en que accedió a ello el fiasco fue monumental, como veremos mas adelante. En cuanto al STURP cabe señalar que ya el propio nombre de la asociación ratifica el “hecho” de que el lienzo que pretenden estudiar objetivamente es un sudario, es decir un lienzo que sirvió para el amortajamiento de un cadáver. A partir de la fotografía de Pia se plantea uno de los argumentos a favor de la autenticidad del lienzo: si el “sudario” es falso, ¿por qué pintar todo el cuerpo si, y todos los testimonios históricos así lo atestiguan, solo la cara resultaba visible?. Hay que señalar que la imagen del cuerpo aparece débil y difuminada para la época actual, pero de hecho los testimonios históricos muestran que la gente pudo ver nítidamente toda la imagen del lienzo. Efectivamente se conservan representaciones con las dos caras, la dorsal y la ventral, perfectamente dibujadas en tapices, pinturas, un medallón del S. XIV y una enseña de peregrinaje de la época4, con los escudos heráldicos de Godofredo de Charny y de Juana de Vergi. La
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edad del lienzo, la pérdida de sustancia en las exposiciones, el incendio sufrido en Chambery en 1.532, donde la plata derretida del relicario agujereó el lienzo y un oportuno duchazo lo salvó, explican sobradamente el debilitamiento de la imagen. Las diferentes elucubraciones sobre los aspectos médicos presentes en el “sudario” han sido barridas por la propia ciencia médica, no así por la periodístico–literaria. Los estudios del Dr. Berbet en los años 30 en los que se “demuestra” que las “heridas” de la imagen son las que inequívocamente tendría un crucificado fueron experimentalmente rebatidas. Los estudios del Dr. Zugibe, quien por cierto creía en la autenticidad de la “sabana”, demostraron que los clavos atravesando la palma pueden muy bien sostener un cuerpo. El Dr. Michael Baden, experimentado médico forense y principal experto judicial de Nueva York, estima que la imagen del “sudario” se hace “menos real” por los rasgos médicos encontrados. Por ejemplo, menciona que “cuando la cabeza sangra, la sangre no corre en hilos” como ocurre en la imagen, sino que “se pega a los cabellos” La conclusión de su informe5 es la siguiente: “Es muy probable que el sudario nunca contuviera un cuerpo”. En el reportaje se afirma que . Siento decepcionarles, pero la NASA jamás ha estudiado el lienzo. El “descubrimiento” fue realizado en 1.977 por dos jóvenes oficiales de la aviación norteamericana, John Jackson y Eric Jumper. Jackson visitó un día a un amigo suyo, Bill Mottern, que trabajaba en los Sandia Scientific Laboratories de Alburquerque, Nuevo Méjico. Mottern estaba trabajando con un novísimo aparato, el analizador de imágenes VP–8, desarrollado en aquellos laboratorios por encargo de la NASA. El VP–8 recibía una imagen plana –una foto de satélite– y la devolvía transformada en tres dimensiones, asignando a cada punto de la imagen una altura o profundidad en función de las tonalidades de gris. “Casualmente” Jackson llevaba encima unas fotos del “sudario” y “se les ocurrió” introducirla en la máquina para procesarla. Y, ¡oh sorpresa!, recibieron una imagen tridimensional de la cara de la figura del lienzo. ¡La “sábana santa” confirmada por la era espacial! Una hipotética y misteriosa radiación emitida por Cristo en el momento de la resurrección habría impreso la imagen, chamuscando ligeramente el paño. A partir de unas ingenuas presunciones Jackson y Jumper se las arreglaron para “demostrar” que la imagen coincidía con lo que cabría esperar de esa “radiación” y que ésta habría incidido en el “sudario” de manera inversamente proporcional a su distancia a la piel del cuerpo; de ahí la imagen 3-D descubierta. Durante muchos años ningún investigador tuvo oportunidad de volver a realizar estos experimentos al no tener acceso a un VP–8 y Jackson se llevó el gato al agua. En realidad Jackson no era un investigador independiente sino un licenciado en Teología, ferviente católico y entusiasta partidario de la autenticidad de la sábana. El mismo experimento6 realizado años mas tarde en otro laboratorio distinto ofreció un rostro plano con la nariz y las cejas al mismo nivel. Para que se produzca el efecto de tres dimensiones hay que retocar mucho la imagen. Jackson y compañía reconocieron que tuvieron que “limpiar” la imagen de “ruidos” antes de obtener sus resultados. Ocurrió lo de siempre, los embaucadores ganan los partidos por incomparecencia del contrario, pues la mayoría de los científicos no pierden su tiempo y el dinero propio y ajeno en desmontar supercherías. Pero por algún extraño fenómeno, presumiblemente también paranormal, cuando el contrario sí acude al encuentro los medios de comunicación tienden a no dejarles ni entrar en el estadio. En 1.973 Max Frei Sulzer, criminólogo de Zurich, retirado ya profesionalmente en 1.972, contrariamente a lo afirmado por los sindonólogos y los comerciantes de falacias, fue autorizado a tomar muestras de la materia de la superficie del lienzo para realizar análisis. Mas tarde Frei declarará haber descubierto en el “sudario” pólenes procedentes de cuatro lugares diferentes: Europa (Francia e Italia),
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Palestina, las estepas de Anatolia y los alrededores de Estambul. Este “descubrimiento” coincidía con la hipótesis planteada por Ian Wilson sobre la posible historia del “sudario” antes de su aparición en Lirey. Pero esos resultados nunca han sido publicados en una revista científica, ni revisados por otros especialistas, lo que no le impidió darlos a conocer a los medios. Es más, ningún otro científico, con dos conjuntos adicionales de muestras ha visto el polen que Frei dijo haber encontrado. Otro dato para dudar de los resultados definitivos de Frei es que los publicó en 1.978; es decir, después de que se publicase la teoría de Ian Wilson sobre la >, y también después de que ambos hiciesen juntos un viaje de “investigación” a Turquía en 1.9767. Por otro lado, Max Frei no siempre demostró gran profesionalidad en sus renombrados dictámenes. Frei fue uno de los tres peritos que certificaron la autenticidad de los “diarios de Hitler”. Gracias a esto se pudo perpetrar una monumental e histórica estafa. El semanario “Stern” y otros se tragaron un anzuelo que les costó cuatro millones de dólares. Las investigaciones posteriores demostraron que no solo eran una falsificación, sino una mala falsificación. Se terminó por descubrir que el fraude fue realizado por el pintor Konrad Kujau, especializado en falsificar objetos nazis para estafar a coleccionistas incautos. El fallecimiento de Frei pocos meses antes del estallido del escándalo le libró de la quema. En cuanto al hallazgo de “sangre” en el lienzo hay mucho que puntualizar. Tras el análisis espectral de las zonas denominadas “manchas de sangre” lo que realmente se halló fueron rastros del núcleo porfirina, un compuesto que forma parte de la sangre, pero también de muchas otras sustancias animales e incluso de la clorofila de las plantas verdes, componentes habituales de pigmentos y pinturas a lo largo de toda la Historia. En el reportaje, emitido por Antena 3, se afirma el hallazgo de sangre tipo AB “muy común entre los palestinos de la época” y, me pareció escuchar, que ¡hasta un cabello del cuerpo que pudo envolver el “sudario”! Si esto es así, a las lumbreras de Antena 3 se les olvidó clamar lo más importante: ¡¡¡TENEMOS EL ADN DE JESUCRISTO!!! ¿Quién lo encontró? ¿Y dónde está ese cabello? Porque, de haberse encontrado en la Sindone, no puede sino ser de Jesús de Nazaret ¡Faltaría más! ¡Es imposible que sea de alguna de las cientos de personas que estuvieron en contacto físico con la reliquia a través de su historia! Es curioso que las “manchas de sangre” conserven ese tono rojizo cuando la sangre común suele tornase negruzca al envejecer. De todos modos la presencia de sangre en el lienzo no es en absoluto determinante. Evidentemente un artista o falsificador puede recurrir a verdadera sangre, incluso humana, para producir las manchas. Lo que realmente es importante es saber si las “manchas de sangre” o en el resto de la imagen hay algo que no debería estar ahí por ningún motivo, es decir ni sustancias corporales ni productos usados en el amortajamiento del supuesto cadáver que pudo envolver. Y llegados a este punto hay que mencionar los trabajos de Walter McCrone, reputado miembro del STURP hasta la publicación de sus conclusiones, tras los cuales fue expulsado de la asociación. Los resultados de McCrone fueron los únicos revisados por científicos independientes y publicados en una revista científica8 hasta entonces. El resumen de sus conclusiones es éste: “Toda la imagen es obra de un artista” Los análisis demostraron claramente que la imagen, en su totalidad, ha sido obtenida mediante la aplicación de un pigmento que contiene partículas de hierro. Los pigmentos con oxido de hierro se usaban ampliamente en la Edad Media y aún antes. Además, los análisis revelan claramente la existencia de bermellón, huellas de amarillo de arsénico, azul de ultramar, azurita, carbón de leña y rojo de rubia. >. La presencia de estos pigmentos, que en ningún caso pueden provenir de ninguna sustancia corporal ni del amortajamiento, queda establecida sin equívoco. Los análisis muestran también que el soporte utilizado para esos pigmentos es un temple animal a base de colágeno – color + agua + cola –, habitual durante miles de años. Además la presencia de todas esas sustancias en la sangre de un ser humano es incompatible con la vida. Los resultados de McCrone fueron “rebatidos” por Alan Adler y John Heller, pero esos trabajos no han podido revisarse por la simple razón de que no han sido publicados, lo que no sorprende a estas alturas del cuento, pero como siempre sus “conclusiones” han recibido mucho mas eco que los estudios científico contrastados que pretendían refutar. ¿Cómo se realizó la imagen del lienzo? Es innegable que la figura tiene un realismo que no suele encontrarse en las obras del S. XIV, pero hay varias técnicas, reproducidas hoy en día con medios y conocimientos disponibles incluso antes de la Edad Media, que muestran como conseguir los mismos efectos. Esto no prueba que la técnica utilizada para crear la imagen sea una de ellas, pero contradice categóricamente la afirmación realizada por los miembros del STURP, según la cual . John Nickell demostró que era capaz de componer, con medios disponibles en el siglo XIV, otra “sábana” con las mismas características que la de Turín9. Es una lástima no disponer de un escaner para adjuntarles las fotografías comparativas. El método de Nickell es muy sencillo. Se basa la técnica del frottis. En esencia es el mismo principio usado por los niños para trasladar la imagen de una moneda a un papel frotando un lápiz u otro pigmento. La técnica del frottis está documentada desde el siglo XII. En este caso Nickell la realizó a partir de un bajorrelieve. Mojó el paño y lo coloco sobre el bajorrelieve dejándolo secar para que se adaptara a su forma. Después aplicó una mezcla de oxido de hierro y una sustancia gelatinosa. Luego completó la imagen pintando con pincel las “manchas de sangre”. En cuanto al estado de “chamuscamiento” de las fibras superficiales del lienzo, se ha reproducido el efecto por procedimientos semejantes a la fotografía moderna pero al alcance de un alquimista medieval. Se trata de convertir el lienzo en un virtual negativo fotográfico. El principio de la cámara oculta es conocido desde la antigüedad. Aristóteles y Alhacen, un sabio árabe de los siglos X y XI, ya describen la técnica de fijar imágenes a través de un agujero por el que entrase la luz a una habitación oscura y que la colocación de una lente aumentaba la nitidez y el resultado del efecto. La plasmación permanente de la imagen en un objeto se consigue con un emulsionado de alguna sustancia química sensible a la luz, es decir que se oscurezca proporcionalmente a la cantidad de luz que reciba. Las sales de plata y sus reacciones ante la luz eran conocidas por los alquimistas al menos desde el siglo XII y se dominaba la manera de producir cloruro de plata a partir de nitrito de plata y cloruro sódico. También disponían de conocimientos sobre sustancias que se vuelven insolubles con la luz: bicromatos de potasio o de amonio mezclados con albúmina, clara de huevo, gelatina animal o goma arábiga. El investigador inglés Keit Prince10 ha reconstruido con razonable aproximación los más que probables pasos dados por los factores de la imagen de la “sábana”. Impregnó un lienzo de lino similar al de la Sindone con una emulsión compuesta por clara de huevo y una solución de sal de cromo. Después la montó sobre un bastidor a fin de mantenerlo tenso y cuando se secó lo expuso durante algunas horas a la imagen de un busto de escayola en el interior de una cámara oscura. Luego extrajo el lienzo del bastidor, lo lavó con agua fría para eliminar las partes de la emulsión no afectadas por la luz. Después expuso el
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lienzo al calor con lo que la clara de huevo chamuscó ligeramente la tela. Por fin lavó la tela con agua caliente, eliminando así el resto de la emulsión. Las chamuscaduras producidas son muy similares a las del “sudario” de Turín. Resulta curioso que en los ensayos llevados a cabo en la “Sábana Santa” en los años setenta se encontrasen restos de albúmina. En cuanto al(los) modelo(s) original(es) de la figura del lienzo, pudo ser un bajorrelieve, una escultura, una figura realizada a partir del molde vaciado de un cuerpo humano... o tal vez un cadáver al que le fingieron, o peor aún, se le infligieron las heridas atribuidas a la crucifixión de Cristo. Se deduce fácilmente cómo pudo llegar a conseguirse una imagen tan realista para la época. Aderezando la figura con una buena dosis de pincel obtendrían una imagen sobrecogedora para las supersticiosas mentes de la época. Puedo imaginar la cínica sonrisa de Godofredo de Charny contemplando al populacho inculto y crédulo que le llenaba la bolsa... Seguro que algunos miembros de Antena 3 también se hacen una idea. Muchas de las evidentes deformidades anatómicas que padece la figura también se esclarecen con la teoría de la “protofotografía”. La imagen parece haberse formado a partir de tres exposiciones: la cara, la parte frontal del cuerpo y su parte dorsal. Esto explica la desproporción de tamaño entre la cabeza y el cuerpo, la excesiva longitud del cuello y esa especie de línea o “collar” que la imagen presenta, que sería la unión entre ambas exposiciones. La deformación de las imágenes a través de la lente habría causado ese abombamiento que las tres figuras muestran hacia su región central. Esto explica la ausencia de sienes y la longitud de los antebrazos y dedos. Hay otros errores que se explican por diferencias de ajuste con el “objetivo fotográfico”: el muslo derecho más grueso que el izquierdo en la imagen frontal y sin embargo más delgado en la dorsal, las piernas mas largas por delante que por detrás y el extraño espacio vacío entre la cara y la imagen posterior de la cabeza. En todo caso, de ser auténtica la “Sábana Santa”, Dios Nuestro Señor se lució a la hora de dotar a su hijo. Según la Sindone Cristo tenía una cabeza demasiado pequeña para su cuerpo según los cánones de proporción humano, un hombro mas alto que otro, la columna vertebral más recta que la barra de las cortinas de mi casa –imagínenselo predicando con toda la pinta de un Robocop que se ha tragado un tenedor–, las órbitas de sus ojos pugnaban por escaparse por los laterales de su cráneo reduciendo sus sienes a la mínima expresión y los dedos de sus manos, asimétricos, rivalizaban en longitud con el luminoso apéndice del E.T. de Spielberg. Sin embargo sus cabellos desafiaban la ley de la gravedad y se colocaban estéticamente paralelos al suelo, en lugar de caer hacia atrás al estar tumbado, sus tobillos poseían una flexibilidad tal que podía plantar completamente los pies en el suelo estando tumbado y sin doblar las rodillas, y le fueron concedidos unos antebrazos desmesuradamente largos que le permitieron tapar sus partes pudendas sin tener que estirar los brazos. Así pudo adoptar una imagen a la vez recatada y elegante en la tumba y legar su serena imagen a la humanidad. Si se toman la molestia, prueben a tumbarse boca arriba y a adoptar la postura de la figura de la “sábana”. Notarán que no pueden lograrlo sin estirar casi del todo los brazos. De hecho, ése es otro detalle que indica que nos encontramos ante una falsificación. Los contemporáneos de Jesús enterraban a sus muertos con los brazos cruzados sobre el pecho, pero es de suponer que para la pía población del siglo XIV el sexo era un tema tabú –¡al menos el sexo de Cristo!–. Razonando como suelen hacerlo los magufos, da vértigo cavilar sobre la razón por la que el Cristo del “sudario” necesitaría unas manos tan desproporcionadas para ocultar sus genitales. Dando rienda suelta a la imaginación podríamos especular sobre el socarrón estupor de los apóstoles cuando lograsen echarles una ojeada con motivo de un baño, cambio de indumentaria o alivio personal. (Aquí reconozco humildemente la presuposición de unas mínimas costumbres higiénicas en Jesús de Nazaret, así como un
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normal funcionamiento de su aparato uretrogenital, humano al fin y al cabo). De cualquier manera, si la Sindone hubiese contenido un cuerpo amortajado, la imagen dejada por éste sería grotesca debido a los pliegues de la tela y a las deformaciones de la carne en los puntos de apoyo en el suelo: glúteos, pantorrillas, espalda, cabeza, etc. Todas estas inconsistencias en la imagen del lienzo son argumentadas por los sindonólogos como “pruebas” de su autenticidad. . Aquí tenemos otra versión de la clásica broma infantil de “Cara, yo gano. Cruz, tú pierdes”, pero esta vez esgrimida por adultos no vacunados contra la estupidez. Da vergüenza ajena tener que argumentar, ante estos supuestos expertos, que los conocimientos de antropometría, medicina forense e historia funeraria del siglo I no debían estar muy difundidos entre la población campesina o villana del siglo XIV, que en el caso de una falsificación sería el cliente potencial del producto. Por otro lado, imagino la cantidad de ventanillas que tendría que visitar un escéptico lugareño antes de obtener permiso para realizar un examen sosegado y minucioso del paño. La existencia de monedas “detectadas” en los ojos de la imagen es una nueva concesión a la fe ciega en detrimento de la realidad. (Vuelvo a echar de menos un escaner). El padre Filas, S. J., pretende haber descubierto “unas” monedas romanas del siglo I. De hecho sólo es capaz de “identificar” una en el ojo derecho. En el izquierdo ni rastro. Según Filas “son” leptones de Tiberio. En realidad es otro patético y enternecedor intento de situar el lienzo en la Palestina de Jesús. En la fotografía que el propio Filas aporta puede identificarse casi cualquier imagen, igual que cuando jugamos a ver figuras en las nubes. John Nickell cita en sus trabajos a cierto científico presente en la presentación de las conclusiones de Filas que también fue capaz de distinguir al Pato Donald y a Mickey Mouse en las imágenes. Se supone que las monedas se colocarían para mantener cerrados los párpados. Pero un auténtico leptón de Tiberio pesa unos dos gramos y tiene unos quince milímetros de diámetro, por lo que la hipotética elección de esas monedas para mantener los párpados en su sitio no debió de realizarla alguien del todo sobrio. La existencia de esa moneda no se sostiene históricamente. No está documentada la peculiaridad de colocar monedas sobre los párpados de los cadáveres entre los palestinos del siglo I. Es más, la colocación en una tumba judía de objetos romanos, es decir, de origen pagano y por lo tanto impuros, es sencillamente absurdo. Sería una grave conculcación de las estrictas normas hebreas sobre la pureza ritual de sus enterramientos. Además, cabe preguntarse qué misteriosa energía sería esa, con una intensidad capaz de atravesar un objeto metálico pero tan selectiva que tan solo deja la huella de una de sus caras en un una pantalla situada detrás. En 1.988 la Iglesia accedió por fin a los requerimientos de propios y ajenos se realizaron tres pruebas de datación por medio de la técnica del Carbono 14. Las pruebas se realizaron con todas las garantías en tres laboratorios independientes internacionales11. A petición del Vaticano, la toma de muestras y la evaluación final de los resultados estadísticos fueron coordinados y controlados por el Museo Británico. Los resultados sobre la antigüedad del lienzo fueron definitivos: laboratorio de Oxford, 750 años; laboratorio de Zurich, 675 años; laboratorio de Tuckson (Arizona), 646 años. Es decir una media de 690 años, lo que implica que el lino de la “sabana santa” se cosechó entre el año 1.260 y el 1.390. El 31 de octubre de 1.988 el representante de la Iglesia en este asunto reconoció y asumió públicamente el resultado. Desde entonces la iglesia da a la Sindone el tratamiento de “icono”. En el reportaje emitido por Antena 3 se afirma que “los resultados de Carbono 14 son considerados erróneos”. ¿Son considerados así por quien? Supongo que se refieren al científico ruso Dimitri A. Kouznetsov, que argumentó en un polémico artículo que la datación por medio del Carbono 14 se podría haber falseado por la “contaminación” de lienzo con sustancias adquiridas a lo largo de su larga historia,
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las cuales habrían “rejuvenecido” el lienzo nada menos que catorce siglos, haciendo coincidir los análisis –también es mala suerte– con todos los datos históricos que se tienen de la reliquia. Las principales “contaminaciones” serían los incendios sufridos. Por cierto que este extremo merece un apunte especial. En el reportaje se afirma que el lienzo sufrió dos incendios, el primero en el S. XIII, es decir en mil doscientos y pico... con lo que por arte de birlibirloque se “justifica” la existencia del lienzo antes de su mas que probable creación, pues no existe ninguna constancia histórica del lienzo hasta mediados del S. XIV. ¿De donde sale ese pretendido primer incendio? ¿Quién y donde se da cuenta de él? ¿Dónde y cuando se produjo? ¿Cuáles son las huellas de esas quemaduras en el lienzo?. Analicemos los argumentos de Kouznetsov. Nuestro sabio ruso dijo haber realizado su propia datación de un trozo de lino del siglo I y haber enviado otra muestra al laboratorio de Tuckson. La datación de los técnicos de Tuckson fue correcta. Seguidamente Kouznetsov quemó un trozo de lino con aporte de plata y otros productos simulando las condiciones del incendio de Chambery y envió el trozo a datar de nuevo al laboratorio de Tuckson. La datación de Tuckson, siempre según Kouznetsov, fue “siglo XIV”. Pero, sin embargo, el laboratorio de Tuckson no tiene constancia de haber realizado los análisis a nada semejante en el periodo 1.988–1994, ni habían tenido por cliente a nadie llamado Kouznetsov. Sin embargo, un equipo de investigadores12 del radiocarbono repitió el experimento propuesto por Kouznetsov. Los resultados fueron que el calentamiento del tejido, incluso a temperaturas mucho mas altas que las propuestas por el científico ruso, no alteran su datación. La famosa argucia de Kouznetsov no es mas que otra patraña a la que nos tienen acostumbrados los sindonólogos. Ah, casi lo olvido, (¿lo adivinaban?) el laboratorio donde Kouznetsov realizó sus propias dataciones no estaba homologado ni su procedimiento guardó las cautelas habituales en un procedimiento científico. Además, no se porqué precisamente ése tiene que ser el “sudario” de Cristo. En la historia han existido muchos otros “sudarios” que se pretendían verdaderos. Podemos hacer referencia, por ejemplo al “sudario” de Compiègne, destruido en la Revolución Francesa y adorado por la familia de Guillermo el conquistador. Otro “sudario” expuesto largo tiempo fue el de Besançon, visitado por San Francisco de Sales, Santa Juana de Chantal y Luis XIV. También se perdió en la Revolución. Entre los siglos XVI al XVIII se hicieron numerosas copias13. El que por mucho tiempo fue considerado en Francia como el más probablemente auténtico fue el de Cadouin, en Périgord. Pero en los años treinta se descubrió que los dibujos que adornaban el lienzo eran letras árabes estilizadas. Una vez descifradas pudo verse que había sido fabricado alrededor del año 1.100. En resumen, todos los estudios y experimentos que se han realizado con métodos científicos contrastables han arrojado la misma conclusión: “LA FALSEDAD INEQUÍVOCA Y EVIDENTE DEL LIENZO”. No se engañen ustedes, la “Sábana Santa” en un fraude. Afirmar lo contrario es síntoma severo de raquitismo mental. Pero los argumentos “a favor”, la mistificación, las medias verdades, las nulas verdades y lo “misterioso” venden mucho más. Todos esos estudios llevan años publicados, y poner a su mismo nivel de credibilidad, libros o artículos como los de Wilson, Jackson y Jumper, Frei, Adler y Heller, Kouznetsov, etc., pone de manifiesto un sesgo intelectual y una incultura científica que pone los pelos de punta. Me temo que alguien le ha tomado el pelo a Antena 3. o, a lo peor, Antena 3, a tenor de lo exhibido en los capítulos emitidos de “La Otra Dimensión”, ha tratado de tomárnoslo a nosotros. Tal vez Iker Jiménez Elizari consiguió de una tacada dársela con queso a la cadena y de rebote a su público. Sin embargo, hace falta bastante más que publicar algo en letras de molde para poder darlo por bueno, y de eso los periodistas saben, o deberían saber, más que nadie. Sí, ya conozco la máxima de que “cada cual tiene derecho a creer en lo que quiera”... pero, desde luego que “a lo que no tiene derecho es a ser tomado en serio” Y ¿cómo ejercer aquel derecho si
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conscientemente se nos endosa solo una versión distorsionada?. Ya lo dijo cierto autor, cuyos datos no tengo ahora a mano, refiriéndose a esto: “Un corredor de bienes raíces que actuase de esta manera acabaría en la cárcel a los seis meses”. Es cierto, en cualquier otro caso, un profesional de Antena 3 u otro medio que sufriese casos tan graves de ceguera intelectual, incultura científica, sesgo profesional, desvergonzada parcialidad y minuciosa inexactitud informativa, sería puesto de patitas en la calle, o al menos severamente amonestado. ¿Se “imaginan” ustedes la política de la Otra Dimensión aplicada a los informativos, los documentales, los debates, los programas deportivos o incluso los de variedades?. Lamentablemente, Su Santidad Juan Pablo II ha caído en la tentación de jugar al equívoco con la “sábana santa” en los últimos años, y con gran eco en los medios ha desafiado a la ciencia (¡a estas alturas!) a “explicar” el “fenómeno”. Sin duda el Papa se ha visto apremiado por la tibieza espiritual de tantos y tantos católicos y busca apuntalar su tambaleante fe –la de los católicos–. Nuestro Sumo Pontífice, los sindonólogos y ahora Antena 3, siguiendo los firmes pasos de Clemente VII, pero acomodando su tono a los tiempos que corren, vuelven a demostrar la gran sabiduría que encierran algunos aforismos populares: “Quien a sí mismo se capa, buenos cojones se deja”... -José Manuel Ruiz Martín-. “ No queda sino batirnos... Contra la estupidez, la maldad, la superstición, la envidia y la ignorancia”. -“Atribuida” a Don Francisco de Quevedo en “Las Aventuras del Capitán Alatriste” de Arturo Pérez Reverte-). Para más información: Juan Eslava Galán, El fraude de la sábana santa y las reliquias de Cristo, Planeta, Barcelona, 1997. Henry Broch, Los fenómenos paranormales: una reflexión crítica, Crítica, Barcelona, 1987. Notas: Biblioteca Nacional de París, “Memorie de Pierre d'Arcis, éveque de Troyes, au pape d’Avignon Clément VII”, colección de Champaña, v. 154, fol. 138. 2 Ulisse Chevalier, Le St. Suarie de Lyrey–Cambéry–Turin et les Defenseurs de son Authenticité, París, 1900 y Le Saint Suarie de Turin: historie d’une relique, A. Picard, París, 1902. 3 >, en National Geografic, (junio de 1980) y >, en The Skeptical Inquirer, vol. VI, nº 3 (primavera de 1982) 4 Conservado en el museo de Cluny 5 Publicado en Medical Worl News, 22 de diciembre de 1980, p. 40. 6 Juan Eslava Galán, El fraude de la sábana santa y las reliquias de Cristo, Planeta, Barcelona, 1997. 7 Ian Wilson, Le Suaire de Turin, linceul du Crist?, Albin Michel, París, 1978. 8 W. Mc Crone y C. Skirius, , publicados en los números 28 y 29 de Microscope entre 1980 y 1981. 9 El conjunto de todos sus resultados se encuentra publicado en Inquest on the Shroud of Turin, Promrtheus Books, Buffalo, Nueva York, 1983 10 Juan Eslava Galán, El fraude de la sábana santa y las reliquias de Cristo, Planeta, Barcelona, 1997. 11 Damon et. al, “Radiocarbon Dating of the Shroud of Turin”, Nature, pp. 611-615, 16 de Febrero de 1989. 12 Journal of Arqueological Science, nº 23, 1996, pp. 157–170 13 Le Suaire ou les Suaires?, encarte en el artículo de Michel Rouzé , Science et Vie, nº 783, diciembre de 1982, p. 24.
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INVESTIGADORES DE LA NASA DEMUESTRAN QUE LA VIDA PUEDE SURGIR EN EL ESPACIO PROFUNDO Por: Luis Alfonso Gámez
Han reproducido las condiciones de las nubes interestelares y obtenido ‘protocélulas’ a partir de una mezcla de agua, monóxido y dióxido de carbono, metanol y amoniaco Los ladrillos básicos de la vida pueden ‘cocerse’ en el espacio profundo. Lo han demostrado investigadores de la NASA y de la Universidad de California tras reproducir en el laboratorio las extremas condiciones que se dan en las nubes interestelares y, a partir del material habitual en éstas, haber obtenido ‘protocélulas’, células primitivas que imitan las estructuras membranosas presentes en todas las formas de vida. Las nubes interestelares -el lugar de nacimiento de estrellas, planetas, asteroides, cometas y meteoritosestán compuestas por partículas heladas cuyos principales ingredientes son agua, monóxido y dióxido de carbono, amoniaco y metano. Para duplicar las hostiles condiciones del espacio profundo, los científicos californianos congelaron una mezcla de estas sustancias a -263° C -sólo siete grados por encima del cero absoluto- y la sometieron al vacío. Después, bombardearon el hielo con radiación ultravioleta similar a la que producen las estrellas vecinas de las nubes interestelares. Querían poner así a prueba la hipótesis según la cual esta radiación puede ser fundamental en la conversión de moléculas simples en otras más complejas críticas para el surgimiento de la vida. Dentro y fuera Los resultados del experimento -publicados en la revista ‘Proceedings’, de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU- superaron las previsiones más optimistas. «Esperábamos que la radiación ultravioleta diera lugar a una pocas moléculas que podrían tener algún interés biológico, pero nada clave», asegura Louis Allamandola, del Centro Ames de la NASA. Pero lo que encontraron, tras sumergir el hielo irradiado en agua, fue una especie de sopa de estructuras membranosas, ‘protocélulas’ que presentaban una clara diferenciación entre ‘dentro’ y ‘fuera’. «Toda la vida, tal como la conocemos en la Tierra, usa membranas para separar y proteger del exterior la química involucrada en los procesos vitales», ha explicado Jason Dworkin, del Instituto SETI y director de la investigación. El bioquímico reconoce que las estructuras creadas en el laboratorio californiano «no son vida en sí mismas» porque carecen de información genética. Sin embargo, Dworkin destaca que, «de los cientos de compuestos que hemos obtenido en estos experimentos de simulación de hielo interestelar, muchos tienen propiedades relevantes para el origen de la vida». El hallazgo demuestra, según la NASA, que los primeros pasos químicos hacia la actividad biológica no tienen por qué darse en la superficie de un planeta, sino que pueden ocurrir en el espacio profundo. «Este descubrimiento implica que la vida puede estar en cualquier lugar del Universo», afirma Allamandola, para quien los compuestos generados en las nubes interestelares -fabricados ahora en el laboratorio«podrían muy bien haber sido críticos para el origen de la vida en la Tierra». Es decir, que la semilla de la vida bien pudo llegar a nuestro planeta desde el espacio. La teoría sobre el posible origen extraterrestre de las moléculas precursoras de la vida ya fue formulada en 1961 por el bioquímico español Joan Oró. Sin embargo, hasta ahora no se habían encontrado pruebas de que la evolución de moléculas simples a otras complejas fundamentales para la vida pudiera darse en
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el espacio profundo. Esto no quiere decir, obviamente, que la vida no surja en los planetas, sino que también puede hacerlo en las nubes interestelares para luego viajar a bordo de cometas y meteoritos hasta los planetas.
VUELVE LA EVOLUCIÓN Por: Debora McKenzie
Versión en español por: Javier Marí Climent (ARP-SAPC Traductores) Se le reclamará a Kansas que vuelva a enseñar la teoría de la evolución en los institutos Los institutos de secundaria del estado de Kansas deberán volver a enseñar la teoría de la evolución, después que esta fuera aprobado como un estándar científico por el nuevo comité de educación. Aun así, continúan los esfuerzos de varios grupos religiosos para impedir que se enseñe a lo largo y ancho del país. El año pasado, los fundamentalistas cristianos del comité para la educación de Kansas consiguieron eliminar la evolución de los estándares del estado, una lista de materias que se supone que los graduados de secundaria del estado deben conocer. Otros puntos de la lista fueron revisados para hacerlos comulgar con las enseñanzas de los fundamentalistas, por ejemplo, el permitir explicaciones sobrenaturales para el origen del Universo, y cuestionar que los dinosaurios se extinguieran hace millones de años. Algunos creacionistas, que se oponen a la Teoría de la Evolución, al ser contraria a las enseñanzas de la Biblia, creen que los dinosaurios se salvaron del diluvio universal en el Arca de Noé y pervivieron hasta el pasado siglo. Ciencia moderna Dos de los miembros fundamentalistas del comité perdieron su puesto en las elecciones estatales el pasado otoño. Un punto clave de la campaña fue las criticas recibidas y el espantoso ridículo hecho por Kansas al eliminar la evolución de los curriculums. El pasado miércoles, el nuevo comité votó 7 a 3 a favor de la reintroducción de la evolución. Los fundamentalistas que todavía permanecen en el comité continúan denunciando que la evolución no es "buena ciencia". En un comunicado conjunto, la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, la Academia Nacional de las Ciencias de los Estados Unidos, el Comité Nacional para la Investigación, y la Asociación Nacional Americana de Profesores manifestaron que la nueva lista de materias "abraza la ciencia moderna" y "debería servir como modelo para otros estados". Batallas futuras serán necesarias. El comité de educación del estado de Ohio ha estado considerando iniciar una demanda, requiriendo evidencias sobre la evolución a fin de ser consideradas. Así mismo, padres de Charleston, Virginia del Oeste, han enviado una queja la comité escolar del condado que dice que enseñar la evolución es "falso y fraudulento".
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Eugenie Scott, del Centro Nacional para la Educación Científica en Berkeley, California, teme que el nuevo mandato de George W. Bush brinde nuevas oportunidades a los creacionistas. La campaña de Bush ha favorecido programas para privatizar parcialmente las escuelas públicas, o conceder a las escuelas privadas dinero de los impuestos. Estas escuelas, teme Scott, pueden dejar de lado la separación entre estado e iglesia que ha servido para bloquear, hasta ahora, los intentos de imponer la enseñanza del creacionismo en las escuelas públicas de los Estados Unidos. La correspondencia sobre este articulo debe ser enviada a :
[email protected] EEUU SE PLANTEA DOBLAR LA INVERSIÓN EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN 10 AÑOS Por: Malen Ruiz De Elvira
Reunión en San Francisco de 4.000 científicos y educadores La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), la mayor asociación de científicos del mundo, inició el viernes su reunión anual en San Francisco (EEUU) sin una palabra crítica hacia la actuación del presidente de Celera Genomics, Craig Venter, en la descripción del genoma. Detrás de este apoyo a Venter está también la preocupación por mantener el indudable liderazgo estadounidense en ciencia y tecnología, que lleva a este país a plantearse duplicar la inversión federal para 2010 y a la presidenta de la AAAS a pedir la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología. La AAAS apostó claramente por Venter al publicar esta semana en la revista que edita, Science, el borrador privado del genoma, a pesar de que no cumplía sus propias normas de acceso libre a la información. "¡Qué honor, qué triunfo!", exclamó el famoso paleontólogo Stephen Jay Gould, presidente saliente de la AAAS, al mostrar al auditorio el grueso número extraordinario de Science con la publicación del genoma humano en la inauguración de la reunión, el viernes por la noche. Con su socarronería habitual, Gould reconoció que nadie puede creer que la publicación de este hito en esta fecha sea una coincidencia. La nueva presidenta de la AAAS, la química y tecnóloga Mary Wood, aseguró por su parte: "El genoma es un descubrimiento y un informe verdaderamente fundamental" Asegurar el continuo flujo de inmigrantes con talento en los próximos 10 o 20 años, afirmó Mary Wood, es el reto más importante al que se enfrenta EE UU para mantener su liderazgo: ya produce un tercio de la ciencia del mundo, cuando en 1970 el porcentaje era del 17%. Wood recordó que el talento es necesario para los procesos innovadores y que resulta espectacular la alta productividad individual que consiguen actualmente los científicos con las herramientas disponibles. En la actualidad, casi el 50% de los que se forman como doctores en EE UU en la mayor parte de las materias científicas son extranjeros, pero muchos de ellos vuelven a sus países, y el número de profesionales ha disminuido en los últimos años en ciencias físicas, en matemáticas y en ingeniería y sólo ha aumentado en biología. Lo mismo sucede en el plano empresarial, donde únicamente en biotecnología las 10 primeras empresas del mundo son estadounidenses, mientras que se ha perdido dominio en electrónica y química. En cuanto a financiación, sólo la inversión en biomedicina ha mantenido su porcentaje de participación en el PIB en los últimos 10 años. Con este panorama, Wood aseguró que es hora de que el Gobierno federal juegue un papel más
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importante en la financiación de la ciencia, hizo suyas las conclusiones de un informe oficial que predice que para mantener el liderazgo estadounidense en el campo militar es necesario duplicar para 2010 la inversión en ciencia y tecnología y finalizó pidiendo la creación de un ministerio de ciencia y tecnología con capacidad para distribuir adecuadamente los fondos, actualmente dispersos en ministerios y organismos cuya función ha cambiado desde la Segunda Guerra Mundial, cuando nació el todavía vigente pacto social con la ciencia.
ACTIVISTAS DE LOS DERECHOS ANIMALES ASALTAN VARIAS COMPAÑÍAS FARMACÉUTICAS EN INGLATERRA Por: Agencias
EP/REUTERS Un grupo de cerca de 1.000 defensores de los derechos de los animales atacaron el pasado domingo las sedes de varias compañías farmacéuticas británicas que habían firmado un contrato experimental con Hungtingdon Life Sciences. La policía arrestó a un total de 87 manifestantes, que habían logrado entrar en los laboratorios, provocando graves daños a todo el material y equipo existente. Los activistas también "sitiaron" los hogares de los presidentes de las compañías Bayer, GlaxoSmithKline, Eli Lilly, Roche y Pharmacia. Los activistas han logrado organizarse en el sur de Inglaterra bajo la campaña "Stop Huntington Animal Cruelty", que exige el cierre del laboratorio animal Huntington Life Sciences, que estuvo a punto de declararse en quiebra el mes pasado. Para el doctor Trevor Jones, director general de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica, los manifestantes no sólo violaron la ley y provocaron graves daños a la propiedad y angustia en el personal laboral, sino que además demostraron su intolerancia hacia el derecho de los hombres, de las mujeres y de los niños a contar con mejores medicamentos. El gobierno, por su parte, ha garantizado que tomará las medidas legales necesarias para impedir que se repitan hechos como este, comprometiéndose a poner fin a la violencia de la que han sido víctimas durante años los investigadores médicos.
CREAN BIBLIOMED.COM, UNA BIBLIOTECA VIRTUAL PARA LOS MÉDICOS LATINOS Por: Redacción de La Brújula
La empresa de salud en Internet eHealth Latin America ha alcanzado un acuerdo con MD Consult, proveedor de información clínica en Internet. Esta alianza permitirá acceder a través de la Red a miles de textos médicos, estudios y numerosas fuentes médicas a través del portal Bibliomed.com de eHealth Latin America. Bibliomed.com ofrecerá acceso ilimitado a los principales libros de Medicina, revistas especializadas, materiales de educación al paciente, así como guías médicas analizadas por profesionales e información sobre medicamentos y módulos de Educación Médica Continua (EMC). A través de esta alianza, los profesionales de los países de América Latina podrán acceder de forma inmediata a información, estudios y libros de referencia como el 'Bennett´s Cecil Textbook of Medicine', 'Braunwald´s Heart Disease' y 'Nelson Textbook of Pediatrics'. Los profesionales también podrán consultar en la red publicaciones como 'The American Heart Journal',
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'The Journal of Pediatrics' y 'Anesthesiology' que facilitan a los médicos las últimas noticias y novedades en investigación médica. “Esta asociación es un importante paso para la industria de la asistencia sanitaria a través de Internet porque pone a disposición de la comunidad médica de Latinoamérica un nuevo recurso formado por el servicio de informaciones clínicas más fiable de Estados Unidos”, según apuntó el director de Desarrollo de Producto y Marketing de MD Consult, Bill Haines. MD Consult cuenta con unos 18.000 usuarios y más de 500 clientes institucionales, entre los que se encuentran el 80 por ciento de las Facultades de Medicina de Estados Unidos. MD facilita información en línea a los profesionales de la medicina. La sede de eHealth se encuentra en Washington D.C., aunque la mayoría de sus empleados trabajan en las oficinas que la empresa tiene en Argentina, Brasil y México. Por su parte, el director Médico de eHealth Latin America, Carlos Martini, manifestó que en la región existen “fuerzas que están impulsando la demanda de educación médica de calidad en la zona”.
LAS AUTORIDADES DE EEUU CUELGAN EN INTERNET LA SECUENCIA DEL GENOMA HUMANO Por: Agencias
Europa Press El Centro Nacional de Información Biotecnológico (NCBI) norteamericano ha incluido en su web la secuencia del genoma humano, hecha pública el lunes por el consorcio internacional público de búsqueda Proyecto del Genoma Humano (HGP), a la que puede acceder el público de forma gratuita, según informaron hoy las autoridades sanitarias norteamericanas. El sitio www.ncbi.nlm.nih.gov/genome/guide/human/ ofrece "un recurso íntegro y único para los investigadores de biomedicina del mundo entero", precisaron las instituciones norteamericanas en un comunicado. Ese web permite localizar especialmente el emplazamiento de un gen en el genoma, relacionar las enfermedades con los genes correspondientes, estudiar las variaciones genéticas y verificar si un mismo gen se encuentra en otros organismos vivos.
LA AGENCIA ESPACIAL EUROPEA QUIERE CONTROLAR LA BASURA ESPACIAL Por: Agencias
EFE – La laguna / Tenerife El proyecto se presentara en marzo El seguimiento se realiza desde el telescopio Estación Óptica Terrestre instalado en el Observatorio del Teide (Tenerife) El proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) para seguir y catalogar basura espacial comenzó en enero de este año y los datos preliminares serán presentados en marzo en Alemania, según ha informado el astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Miquel Serra. La basura espacial es cualquier objeto artificial no operativo que está en órbita alrededor de la Tierra y la
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forman satélites o cohetes fuera de uso, material liberado por operaciones espaciales y fragmentos generados por satélites o cohetes debidos a explosiones o colisiones. El proyecto lo realizan astrónomos del IAC y del Instituto de Astrofísica de la Universidad de Berna (Suiza) y los resultados preliminares estarán listos para la tercera conferencia europea sobre basura espacial, que se celebrará en marzo en Darmstadt (Alemania). Miquel Serra ha mostrado su satisfacción porque se han logrado detectar objetos de diez tan sólo centímetros y comentó que el seguimiento se realiza desde el telescopio Estación Óptica Terrestre instalado en el Observatorio del Teide (Tenerife). Por medio de esta estación se hará un mapa de los objetos situados en el anillo geoestacionario y luego de los que están en órbitas de transferencia geoestacionaria. Un trabajo de medio siglo La preocupación por la basura espacial surgió en 1957 con el lanzamiento del primer satélite artificial y desde entonces se han realizado más de 3.700 lanzamientos que han dado lugar a más de 22.000 objetos catalogados, de los que un tercio está en órbita terrestre. Durante la segunda conferencia europea sobre basura espacial, celebrada en marzo de 1997 en Darmstadt se llegó a la conclusión de que «limpiar» el espacio es imposible técnica y económicamente. En esa reunión se concluyó que es preciso evitar cualquier tipo de explosión en órbitas altas, así como tratar de desprenderse de los satélites más viejos de manera que todos sus componentes se desintegren. Actualmente se conoce la existencia de unos 10.000 objetos en órbita con diámetros superiores a diez centímetros y entre 70.000 y 150.000 de menor tamaño, detectados tanto con radares como con telescopios ópticos desde observatorios terrestres. La basura espacial aumenta a un ritmo de 200 objetos por año y un 16% de los que están en órbita son fases de cohetes, un 20% aparatos no operativos, un 12% piezas de maquinaria y un 46% fragmentos de los más de 100 satélites y fases de cohetes destruidos en órbita, mientras que el resto son satélites operativos. Riesgo de colisión Dada la actual población de objetos en órbita, el riesgo de colisión es considerable y también es posible que dos satélites operativos choquen en el anillo estacionario, pues el alto nivel de ocupación de esta órbita hace necesario colocar varios en la misma «ventana», se indica en la revista IAC Noticias. En este proyecto de la Agencia Espacial Europea para hacer un seguimiento de la basura espacial, el Instituto de Astrofísica de Canarias está encargado del software para controlar el telescopio y su cámara, así como de las herramientas de visualización de las imágenes adquiridas. El Instituto de Astrofísica de la Universidad de Berna ha desarrollado el sotfware para el tratamiento de imágenes destinado a la detección de basura espacial y la determinación de sus parámetros orbitales. En las pruebas preliminares se reveló que el sistema desarrollado es capaz de detectar fragmentos de basura espacial de hasta unos 25 centímetros de diámetro en la órbita geoestacionaria, y que dos tercios de los objetos detectados no figuraban en los catálogos.
IMÁGENES DE SATÉLITE PRUEBAN EL DESHIELO DE LA ANTÁRTIDA Por: Carlos Elías
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El espesor de la capa de hielo se ha reducido en 10 metros en una zona de 5.000 Km. estudiada durante ocho años La Antártida, el continente helado de 13 millones de kilómetros cuadrados, también está sufriendo los efectos del cambio climático: los datos del satélite ERS de la Agencia Espacial Europea (ESA) han demostrado por primera vez que el grosor de su capa de hielo está disminuyendo. Ya no se trata de la capa de ozono de su atmósfera. Ahora es la superficie antártica la que lleva camino de desaparecer y de la forma más inesperada. El pasado verano, unos científicos estadounidenses dieron la voz de alarma de que en el Océano Glaciar Ártico se podía navegar hasta latitudes en las que durante milenios ha habido hielos perpetuos. Una foto que ya ha pasado a la Historia mostraba un lago en un lugar donde hasta ahora se consideraba imposible. La mayor parte de la contaminación atmosférica se registra en el Hemisferio Norte y algunos investigadores de los gobiernos se apresuraron a argumentar que podrían existir teorías que justificaran ese deshielo del Ártico. «Siempre nos quedará la Antártida», suspiraban los que no podían conciliar el sueño ante los efectos devastadores del hombre en el planeta. Pero los datos recogidos por el satélite de la ESA y analizados por un grupo de geólogos del University Collage de Londres (UCL) demuestran que ni ese territorio casi virgen está a salvo. El satélite de la ESA ha medido desde 1992 el espesor del hielo del Glaciar Isla Pino, en una remota zona antártica casi inaccesible para el hombre. Los datos estremecen: en estos ocho años la capa de hielo de la zona estudiada, que abarca 5.000 kilómetros cuadrados, ha adelgazado en 10 metros de altura. Y la pérdida de hielo se ha producido a razón de 4.000 millones de toneladas al año. Es decir, el equivalente a un aumento de las aguas marinas del planeta de 0,1 milímetros. Esos 31 kilómetros cúbicos de hielo desaparecidos jamás retornaron a la Antártida. «Ya tenemos la certeza de que ha disminuido el nivel del hielo. Ahora debemos precisar si esa velocidad se está incrementando», señala Duncan Wingham, científico del UCL, en el informe que presentó a la ESA. En principio, lo lógico sería pensar que si el aumento de temperatura afecta a la Antártida, comiencen a derretirse las capas superficiales de hielo. Pero la naturaleza es caprichosa y ha elegido una forma más compleja de rebelión ante los abusos del hombre. En los continentes, un glaciar es como un río de hielo que se carga en la zona de nieves perpetuas y cuya parte más profunda se desplaza lentamente. Pero en la Antártida las cosas son diferentes. El Glaciar Isla Pino tiene una capa de hielo de 2.500 metros de espesor y se levanta en un lecho rocoso que está a 1.500 metros bajo el nivel del mar. La frontera entre el hielo glaciar y el mar se ha adentrado en estos ocho años cinco kilómetros tierra adentro. Es decir la superficie de la Antártida se ha reducido, al menos, en esa cantidad. Pero lo que ha dejado más perplejo a los científicos es que la pérdida de hielo se está produciendo, no porque suban las temperaturas externas, sino porque algo sucede en el océano que provoca que el flujo de hielo desde el interior del glaciar hasta el mar incremente su velocidad. Cambios imperceptibles Los investigadores, que publican parte de estos resultados en la revista Science, consideran que esto es una prueba de que pequeños cambios en el océano se pueden transmitir tierra adentro en el continente
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helado. Los modelos hay que redefinirlos porque modificaciones imperceptibles pueden acelerar el deshielo de zonas interiores y, en consecuencia, el aumento del nivel de las aguas marinas. Todo ese proceso se ha estudiado en una zona en la que la presencia del hombre es inexistente. No hay rastros de su influencia, ni siquiera en forma de base científica. El siguiente paso consiste en conocer si todo el continente está sufriendo ese mecanismo de deshielo. «En unos pocos cientos de años, si mantiene la velocidad de estos ocho años, el glaciar desaparecerá y el agua cubrirá esa zona», señala el doctor Andrew Shepherd, también del UCL. La Antártida ya tiene, pues, los días contados. «En los últimos 25 años se ha especulado con que este flujo de hielo se puede incrementar y, al final, hacer desaparecer el hielo antártico», recuerda Shepherd. Ahora, los datos que reclamaban los científicos para dejar de especular ya están a disposición de todos.
LA NASA AMPLÍA EN DIEZ DÍAS LA MISIÓN DE LA SONDA ‘NEAR’ EN EL ASTEROIDE EROS Por: Agencias
Agencias – Houston La NASA ha decidido ampliar en diez días la misión de la sonda ‘NEAR Shoemaker’ tras el éxito sin precedentes de su aterrizaje, el pasado lunes, sobre el asteroide Eros. La misión se ha ampliado para explotar al máximo la presencia de la nave en el planetoide, donde puede recoger información sobre la superficie y composición de este tipo de cuerpos. Cuatro días después de posarse sobre Eros, la sonda sigue en comunicación con el equipo de la Universidad Johns Hopkins que guió su viaje. La ‘NEAR’, que había permanecido en órbita de Eros durante un año, ha enviado diez veces más datos de los previstos y completó todos los objetivos de su misión antes incluso del aterrizaje. Por otra parte, el transbordador Atlantis emprendió la vuelta a casa tras separarse de la Estación Espacial Internacional (ISS), hasta la cual ha trasladado el laboratorio ‘Destiny’, que será el centro neurálgico del complejo orbital. La misión de ensamblaje del nuevo módulo ha sido una de las más difíciles de la historia de la exploración espacial, según la NASA, y ha exigido que los astronautas realicen tres largos paseos espaciales.
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