Esoterismo y Simbolismo
R. A. Schwaller de Lubicz
A mis amigos del grupo de Luxor. AOR.
I
EL ESOTERISMO NO TIENE ...
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Esoterismo y Simbolismo
R. A. Schwaller de Lubicz
A mis amigos del grupo de Luxor. AOR.
I
EL ESOTERISMO NO TIENE NADA QUE VER CON UNA VOLUNTAD DE SECRETO, ES DECIR, CON UN SECRETO CONVENCIONAL.
S
I ASI fuera, deberíamos considerar que textos como el de las Pirámides de Egipto, los Vedas y Upanishads indios, el Tao-Te-King chino, el Génesis de Moisés, los Evangelios y el Apocalipsis, por ejemplo11 , son grandes mistificaciones. Si, pongamos por caso, la intención de los Evangelios era dar a los hombres una moral de honradez, y si el camino para llegar hasta el “Padre” era explicable, ¿por qué impedirnos alcanzar esta meta hablándonos a través de parábolas? ¿Por qué esconderían estos textos lo que puede decirse abiertamente para ayudar a los miserables de este mundo? ¿Por una perversa necesidad de crear misterios, o “hipnotizar al pueblo", como afirman los materialistas'? ¿Porqué el mundo de entonces era demasiado inculto comparado con el nuestro, tan inteligente? ¿O porqué estos profetas e inspirados divinos no sabían expresarse mejor'? Tenemos suficientes testimonios acerca de la inteligencia, de la gran Sabiduría e incluso del elevado grado de civilización alcanzado por los pueblos del pasado como para pre star atención a suposiciones semejantes. Por otra parte, ninguna criptografía, ningún jeroglífico es absolutamente indescifrable. Es absurdo creer que textos como los que nos ha legado en abundancia el antiguo Egipto presentan un sentido esotérico basado en este tipo de explicaciones, si este esoterismo puede expresarse por escrito. La criptografía y el jeroglífico, en la composición de un texto sagrado, no tienen otra intención que despertar el interés del lector, resaltar un aspecto del texto, guiar a fin de cuentas hacia su carácter esotérico. Lo mismo ocurre con los “juegos de palabras”' y las parábolas. El Esoterismo no puede ser escrito ni dicho ni, en consecuencia, ser traicionado. Hay que estar preparado para captarlo, verlo, escucharlo a su elección. Esta preparación no es un Saber sino un Poder y solo puede adquirirse mediante el esfuerzo de la persona, una lucha contra sus obstáculos y una victoria sobre su naturaleza animal humana. Existe una Ciencia Sagrada y desde hace milenios y milenios innumerables curiosos han intentado en vano penetrar sus “secretos”. Como si, con un pico, quisieran cavar un agujero en el mar. El instrumento debe ser el adecuado. Sólo se encuentra el Espíritu con el Espíritu y el Esoterismo es el aspecto espiritual del Mundo, inaccesible a la inteligencia cerebral.
Son charlatanes los que creen poder revelar el esoterismo de tal enseñanza. Pueden tratar de explicar el sentido subyacente de una palabra o una fórmula, o sea, un secreto convencional, pero, en la Ciencia Sagrada, lo único que podrán hacer será sustituir las palabras y de ello resultará, como máximo, mala literatura en lugar de una idea simple. El verdadero Iniciado puede guiar a un discípulo dotado para ayudarle a recorrer el camino de la Consciencia más rápidamente, y el discípulo, que llegará a etapas de iluminación gracias a su propia Luz interior, leerá directamente el esoterismo de cualquier enseñanza. Nadie podrá hacerlo en su lugar.
1
Es inconcebible que sabios. Filólogos, teólogos y en general todos los estudiosos de la historia no hayan comprendido todavía la importancia de los textos de las Pirámides. Ningún otro texto sagrado, guardado y transmitido a través de milenios, ha conservado su forma intacta. Si las transcripciones, traducciones y comentarios no han alterado el sentido fundamental, si dejan al menos un margen de duda respecto a la forma original vehículo, precisamente del Esoterismo. En los textos —grabados en piedra— de las cámaras de las Pirámides de la quinta dinastía. se conservan desde hace cuatro mil años las palabras inalteradas. Algunos samaritanos guardan como reliquia sagrada una Biblia que consideran auténtica y aquí algunos “civilizados”, vienen a estos santuarios con jazz en sus tocadiscos y los turistas ignorantes pero curiosos vienen a secar sus mangas sobre estas piedras grabadas. en las que caria rasgo, cada alineación, cada agrupación de los textos, cada color tienen un valor –ya que aquí no podemos leer estas palabras, conservémoslas al menos para nuestros sucesores-. ¿No fue un gran mérito de la misión de Bonaparte el haber reconstruido escrupulosamente los textos cuyo desciframiento parecía imposible'?
II
HAY EN EL HOMBRE UNA INTELIGENCIA CEREBRAL Y UNA INTELIGENCIA INNATA, LLAMADA "DEL CORAZÓN”, QUE RESULTA DE LA FUSION POR IDENTIDAD DE LA NATURALEZA DE LA CAUSA CÓSMICA, CONTENIDA EN SU MATERIALIZACIÓN, CON ESTA MISMA CAUSA EN NOSOTROS. COMO estamos situados “dualmente”' ante la Naturaleza, la juzgamos objetivamente. El “pecado original” es la separación—y, en consecuencia, la oposición— de los aspectos complementarios cuya reunión constituye esta Unidad, así como los colores rojo y verde supuestos forman el “sin color”. En esta Unidad nuestra inteligencia cerebral no puede discernir nada, de aquí que la inteligencia cerebral no intervenga. Necesita la oposición: nosotros y el objeto, el hombre y la mujer, sí y no, día y noche, luz y sombra. Esta es la ley de todo organismo vivo, un balanceo incesante entre el nacimiento y la muerte, entre crecimiento y decadencia. Los bastoncillos rojos y los conos de la retina en el ojo interceptan el color verde, neutralizan este color y provocan la reacción complementaria en el nervio óptico, el cual verá el verde por oposición al rojo. La función cerebral se basa en un principio de cruzamiento: así por ejemplo, la parte derecha del cerebro rige normalmente la parte izquierda del cuerpo. Del mismo modo, una imagen concreta, la visión de un objeto evoca su cualificación o descripción cualitativa y esto se lleva a cabo con elementos abstractos, los cuales resultan a su vez de comparaciones. A la inversa, a la inteligencia cerebral le es imposible concebir una abstracción sin definirla a través de una imagen concreta. Hay que estar atento para no confundir los momentos de inteligencia cerebral con los momentos de la Inteligencia del Corazón. Volveremos sobre ello. Siendo el origen del Universo una misma y única fuente “energética", hay, debido a esta paternidad, una comunión entre todas las cosas del Mundo. Hay un parentesco entre un mineral determinado, un vegetal, un animal y un hombre, que formará entre ellos un lazo de “naturaleza semejante” porque en último término solo hay una serie simple de caracteres básicos de donde, por agrupamientos, nacen innumerables posibilidades, y éstas se clasifican en grandes familias con sus correspondientes subagrupamientos. A pesar de la diversidad de razas humanas que constituyen una multitud de individuos muy variados, todos los hombres se organizan esencialmente del mismo modo. Una sola cosa les distingue: su nivel de consciencia, del cual deriva su dominio mental, su particular vida psíquica y sexual, por consiguiente, sus afinidades.
El momento variable es, pues, de orden abstracto, pero en sus efectos es perfectamente observable y analizable. La causa abstracta EN ESTADO DE GÉNESIS; en el esquema humano concreto y aparentemente estable de su constitución orgánica escapa, por el contrario, al análisis racional. Es evidentemente una suma de experiencias puramente corporales lo que alimenta a esta Génesis, pero existe también una herencia en el individuo y los grupos. Todavía podemos hablar de adaptaciones fisiológicas transmitidas hereditariamente pero, sin embargo, siempre hay un momento incomprensible, el que impulsa hacia esta Génesis y, en suma, lo que podemos denominar la concentración informe en la semilla que transmite. Ahora bien, nuestro origen común no está tan lejos. No nos conduce a la “noche de los tiempos”: está siempre presente porque el hombre se nutre directa o indirectamente de todos los reinos y por eso entra en comunión constate con su particularidad y —por el origen mineral—con la Energía cósmica de donde proviene todo. Nos es totalmente imposible concebir en el cerebro algo que no pertenezca a la Naturaleza concreta, que no hayamos vivido a través de nuestro devenir corporal. El perro no puede comprender al hombre; puede constatarlo físicamente porque es físico, pero no puede comprenderlo, como tampoco puede comprender el molusco al caballo ni la planta al molusco. Esto es debido a que les falta el órgano cerebral necesario, pero, ¿qué hace este órgano? La planta que crece hacia lo alto, ¿comprende cerebralmente al cielo? Y, sin embargo, no se equivoca. Hay una inteligencia innata que es precisamente la Naturaleza característica de la Cosa. Y el hombre lleva consigo esta naturaleza innata: el mineral d sus huesos, el vegetal de los tejidos de sus órganos y el animal de la coordinación de sus órganos forman todo su laboratorio de asimilación y de transformación en ser independiente. Se resume con demasiada facilidad esta inteligencia innata con el nombre de “instinto”. No estaría de más saber en qué consiste y de dónde procede.
III
LA INTELIGENCIA CEREBRAL DEPENDE DE LOS SENTIDOS, DEL REGISTRO DE LAS CONSTATACIONES DE HECHOS Y DE LA COMPARACIÓN DE NOCIONES. NINGÚN ELEMENTO DE LA INTELIGENCIA CEREBRAL ES ABSTRACTO Y TODA NOCIÓN CUALITATIVA O ABSTRACTA RESULTA DE LA COMPARACIÓN ENTRE ELEMENTOS CONCRETOS. El ÓRGANO cerebral pasa por varias etapas. Para ello es preciso que el organismo desarrolle tres facultades: la de los sentidos, la del registro de las constataciones y la de la comparación de las nociones así registradas, es decir, la memoria. La Razón, de la que hablaremos más adelante, pertenece a un orden diferente. De momento nos referimos al animal humano. Los sentidos son los órganos de constatación de los “Elementos Principios”. El tacto corresponde a la TIERRA, o sea, todo aquello que presenta obstáculos materiales a la materia del cuerpo. El viento es Tierra en su calidad de cuerpo, como el agua o la piedra. Los sentidos solo puede constatar al oponerse una resistencia a una actividad. El gusto corresponde al AGUA; no se puede probar nada que no esté un poco disuelto, ya se trate de un gas o de un sólido. Así pues, hay un principio Agua en cada cosa. El olfato corresponde al AIRE, ya que no se puede oler nada que no sea volátil o volatilizado a través del calor por ejemplo. En cada cosa hay, pues, un principio Aire. La vista corresponde al FUEGO. Nada puede ser visto si no hay una irradiación de Fuego, como un hierro en la oscuridad que, calentado por una energía invisible, pasaría del rojo oscuro a un blanco deslumbrante. El calor del fuego ordinario pertenece al tacto y no a la vista. Así pues, en todas las cosas visibles hay un principio Fuego. El oído corresponde al Quinto Elemento, el VERBO, sensible físicamente, táctilmente, a través del sonido. Los cuatro sentidos llegan al cerebro: el quinto, el oído, llega al “Corazón” sin dirigirse directamente al cerebro. Es el sentido espiritual, puerta de la Inteligencia del Corazón. Todo tiene un sonido propio. A través de los “Principios-Elementos”, todas las cosas se relacionan entre sí; las esferas por las que nuestra génesis humana no ha pasado todavía se nos escapan, mientras no podamos transformarlas y reducirlas al Principio-Elemento de las esferas de nuestra Inteligencia innata. Toda la instrumentación científica es una reducción de este tipo. Hay aspectos Fuego, Aire, Agua, Tierra que todavía no hemos vivido en los reinos que nos preceden. Es, pues, lógico admitir la existencia de un mundo que interpenetra el aspecto de las cosas sensibles actualmente para nosotros, constituido por los mismos “Principios-Elementos”, del mismo modo que hay rayos (los infrarrojos y los ultravioletas) que nuestros ojos no pueden percibir. Esto hace referencia a la posibilidad de extender la sensibilidad de nuestros
sentidos, pero la existencia del oído ya nos permite creer en la existencia de un estado PRINCIPIO o IDEAL, que correspondería, como los Principios-Elementos, a Principios Formas. El hecho mismo de que exista en el hombre, una vez superado el simple estado animal humano, la posibilidad de concebir abstracciones que la inteligencia cerebral no puede comprender, demuestra la existencia de un Mundo, paralelo al nuestro en cuanto a su constitución, pero completamente diferente en cuanto a su aspecto, su extensión y su génesis; esta génesis sería entonces génesis del Retorno, del mismo modo que, del Origen hasta nosotros, existe una génesis del Devenir corporal. Si la inteligencia cerebral, que vemos desarrollada en el aspecto animal superior del hombre, está limitada por la frontera impuesta a los sentidos. La Inteligencia del Corazón es independiente y pertenece a este grandioso complejo que denominamos Vida. El Carácter fundamental de la Inteligencia cerebral es el haber nacido de la Dualidad, de la complementación de lo que podríamos llamar la SEXUALIZACIÓN DEL UNIVERSO. La calidad sólo se comprende a través de esta oposición de los complementos; por otra parte, la noción de Calidad sólo existe en la Naturaleza, es decir, en el Universo dualizado. La Calidad define la Cantidad y, a la inversa, la Cantidad, comparada con otra cantidad, define la Calidad. Toda noción considerada abstracta solo existe si podemos limitarla mediante una cantidad. Podemos comentarnos con palabras y decir, por ejemplo, “horizonte”, “eje” y construir frases con estas palabras; pero, cuando queremos analizar su sentido debemos objetivarlas, porque en caso contrario nuestro poder cerebral queda bloqueado. La abstracción tiene que concretarse porque, si no, no podremos comprender. Es típico el ejemplo de la palabra EJE, ya que esta noción, considerada como imaginaria, no puede imaginarse, es decir, objetivarse. (No hay que confundir el Eje con el cubo de una rueda). Y, sin embargo, el eje se impone en todo cuerpo rotatorio. Lo cual confirma la probabilidad de una inteligencia distinta a la de nuestras posibilidades cerebrales, puesto que nuestro mundo corporal nos muestra la existencia indiscutible de funciones e incluso de formas que se nos escapan y se nos escaparán siempre disponiendo únicamente de esta herramienta cerebral. Con el término “Inteligencia del Corazón”, empleado por los antiguos egipcios, designamos aquel aspecto del hombre que nos permite ir más allá de nuestra limitación animal y que constituye la característica necesaria del hombre humano para dirigirse hacia el Hombre Divino, es de cir, el despertar de este principio Original que dormita en cada ser humano animado.
IV
LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN ES PURAMENTE FUNCIÓN DE CONSCIENCIA VIVIDA E INNATA. El corazón sigue su ritmo, pero no porque un motor le obligue a ello, sino porque él mismo es el motor del circuito sanguíneo. Cada célula del corazón sigue este ritmo y la experiencia del Dr. Carrel ha demostrado lo que ya conocía la Sabiduría antigua respecto a la Inteligencia Innata y la Consciencia. Todo ser orgánico (e incluso cada célula de los organismos de un ser organizado) tiene una parte de la Vida general, que es su especificación personal. No es solamente el corazón del hombre el que bate rítmicamente como un motor: hay seres acuáticos que son como un gran corazón, podríamos decir, y representan e/ despertar de la Consciencia que será “Corazón”. Otra consciencia se hará hígado, otra pulmón, etc.: cada función tiene su órgano, el cual, comparado por ejemplo, con el mineral, aparentemente inerte, es la encarnación de una Consciencia, es decir, de una Función cósmica que ha recibido vida corporal. Sería un Museo más auténtico que nuestros Museos cadavéricos el que considerará como historia natural “la Evolución de la Consciencia o Devenir de la Vida”. Cada cosa natural en el Universo es un jeroglífico de la Ciencia divina. Cada animal, cada especie de planta, cada grupo mineral es una etapa de la “toma de consciencia” de la Causa cósmica para desembocar en el organismo total fiel hombre humano, el Microcosmos 2 —“el hombre a Su imagen”. El todo, constituido de esta manera en un ser vivo, completo, es un lenguaje que habla, que se expresa sin cesar en la función viva, representando la base de la Inteligencia del Corazón, o sea, e/ hecho que mantiene relación con toda la Naturaleza y por consiguiente la CONOCE. Este Conocimiento no es objetivo sino real. La Realidad es unión de la Consciencia con el objeto: hay identidad. Es la función vivida aisladamente e innata en el organismo la que forma la Inteligencia del Corazón. Es evidente, pues que hay que transcribir en la consciencia cerebral y objetiva lo que está en nosotros, estableciendo la relación de esta Vida en nosotros con la observación de esta Vida en la Naturaleza. Esto lo encontramos muy bien expresado por los antiguos egipcios. Se trata del conocimiento de la Magia sana y pura, que puede conducir rápidamente a la meta espiritual de nuestra vida, porque podemos evocar, por simetría entre los análogos, en el ambiente, la Consciencia del Corazón que dormita en nosotros. 2
En este caso el “Microcosmos” es una imagen para ejemplificar la idea desarrollada. En realidad, el hombre es Universo y no un pequeño Universo a imagen de otro mayor.
V
LA CONSCIENCIA TIENE FUNDAMENTALMENTE DOS ASPECTOS : UNO ES EL RESULTADO DE COMPARACIONES, EL OTRO ES EL RESULTADO DE LA IDENTIFICACIÓN. LOS DOS ASPECTOS EXIGEN LA INSCRIPCIÓN; UNA ES ORGÁNICA O CEREBRAL, LA OTRA VITAL O FUNCIONAL. SERÍA absurdo pretender un funcionamiento de consciencia idéntico tanto para la consciencia cerebral como para la Consciencia innata. Es necesario circunscribir el sentido de la palabra “Consciencia”, precisarlo. Nos falta un vocabulario adaptado a este sentido, tal como lo encontramos en el antiguo Egipto y en las lenguas hindúes, establecidas por los Maestros del Conocimiento. Diremos, pues, que la consciencia cerebral es el resultado de la experiencia cuantitativa, una consciencia mecánica que procede de la comparación. La memoria en sí no es más que un disco de fonógrafo o una película cinematográfica. Una noción aislada no es más que una parte grabada de este disco o una imagen de esta película. La memoria funcional, la definición de una noción registrada, empieza con la comparación. Es preciso, mecánicamente incluso, recurrir a la "Magia”, es decir, provocar el impulso por evocación. Un recuerdo particular, por ejemplo, evoca toda una escena vivida. Un perfume recuerda una impresión sentida una palabra desencadena el recuerdo de un pensamiento oído o leído y puede engendrar una larga serie de “pensamientos”, es decir, de acordes. Es un “hecho” constatado sensorialmente el que despierta el recuerdo y es el acuerdo o el desacuerdo el que determinará un pensamiento lógico o ilógico o el sofisma. Todo el mecanismo cerebral podrá reproducirse mecánicamente. Esto demostrará a los más obtusos donde radica el error. Pero cuando queremos pasar del saber clásico (esta esclerosis del genio) al pensamiento fecundo no nos basta la mecánica cerebral. Cuando antes decíamos que debemos dirigirnos necesariamente a lo que constituye la verdadera Magia, la Evocación, que hay acuerdo o desacuerdo en la conexión de las nociones y los recuerdos, recurríamos a otro poder en nosotros, el que procede de nuestra consciencia innata, fuente del sentido de la Armonía. Este poder será, si es efectivo, la causa del Genio, del Pensamiento creador, en el sentido que sobrepasa lo conocido, lo clasificado. ¿No es esta consciencia de una vía nueva, impuesta al decadente mundo actual, la que incita al arte a destruir al ídolo de ayer para intentar la expresión irracional? Se busca la concordancia de elementos de “sensaciones” olvidando su conexión racional –dejándose llevar por la inercia del hábito adquirido. Se crean medios, imágenes, formas que “evocan” un sentimiento, una emoción y provocan una reacción vital. Y el Arte es el heraldo de la mentalidad de una época, el portavoz de la tendencia íntima.
La Inteligencia del Corazón, que establece la relación de la Consciencia innata con la observación del hecho, es la Identificación. Identificación significa vivir con y en el hecho observado, ser uno mismo ese hecho, experimentar, actuar, sufrir, alegrarse con él. Es la "Consciencia simpática” y no una consciencia subjetiva que la lógica pretende oponer a la Consciencia objetiva. Sin embargo, se presta a confusión: la consciencia cerebral se inscribe o se “grafía” en la materia cerebral como acabamos de decir y la Consciencia innata se inscribe en la naturaleza del organismo, o sea, que el móvil de su función es el impulso de su necesidad, la Idea o principio de Armonía. En el hombre, en el animal superior, esto crea la emotividad. Cuanto mayor es la sensibilidad emotiva, mejor puede expresarse la Consciencia innata. Si el hecho observado provoca una “sensación”, una reacción emotiva, de tipo egocéntrico, estamos ante la consciencia subjetiva. Si el hecho es observado por una persona en estado de neutralidad, un estado impersonal, estamos ante la Consciencia simpática. De ahí que todos estos problemas se resuelvan en una cultura que implique un desprenderse del egoísmo y un dominio de la parte mental (del cine cerebral). La inscripción de la Consciencia innata o simpática es vital o funcional, si se considera la vida en sí y la función en sí, es decir, como principio mismo de la Naturaleza viviente. Este principio es una realidad al margen de la materia corporal, pero se encarna por la armonía de los elementos del ambiente. Cuando existe un cierto número de elementos, su relación pondrá en marcha determinadas funciones: la tierra respirará, el cangrejo saldrá del mar, una planta germinará, la palmera macho crecerá inclinándose hacia la palmera hembra... La función es una necesidad y ésta forma parte de la ley vital o génesis cuyo orden hace posible todo el juego de la Naturaleza; y su Conocimiento será la Ciencia Sagrada. Todo, absolutamente todo, obedece a este imperativo Divino, un conjunto simple de funciones impuestas al universo. Y ninguna Inteligencia podrá contrariar, ningún poder podrá obstruir este Orden, la Armonía de la Causa causal a través de la Causa cósmica. La encarnación en el hombre de todas las Necesidades u Órdenes funcionales de la armonía del Mundo es el Templo, donde la Energía creadora original pone en contacto “la Inteligencia del Corazón” de la Consciencia innata con el Universo: esto se realizará mediante la observación objetiva del hecho, con el fin de cumplir la Consciencia cósmica, independiente de las partes destructibles o mortales. El hombre es, pues, un todo, producto final del universo, por ser centro de inscripción de la Consciencia, o sea, de todas las “relaciones” vividas a través de los reinos. Debido a este hecho de la inscripción o duración de la Consciencia la biogénesis monista tiene un sentido, ya que la evolución biológica observada y el transformismo no son una causa sino una prueba por los residuos dejados, a través de la expansión de la Consciencia
La Creación causa la evolución, pero la Evolución sólo es creadora para la inteligencia cerebral, la cual expresa la Consciencia del Conocimiento innato a través de la vida. La Realidad, es decir, lo inmutable no es la historia o la evolución orgánica sino la manifestación de este estado trascendente que es la Consciencia. La ciencia de este Retorno consciente a la Fuente (Cristo resucitado vuelve a la derecha de su Padre, y no se funde con Él) será la psicología espiritual y se dirige a nosotros en esta vida, a través de la Vida.
VI
LO QUE ES TA VIVO SE MUEVE, ESTE MOVIMIENTO ES: O BIEN CUANTITATIVO EN EL ESPACIO Y EL TIEMPO O BIEN CUALITATIVO O FORMAL, ES DECIR, QUE EFINE EL ESPACIO Y EL TIEMPO, CONSIDERANDOSE EN ESTE CASO LA FORMA COMO IDEA ANTES DE LA SUSTANCIA FORMADA O MATERIA. EXISTE, PUES, LA VIDA APARENTE Y LA VIDA CAUSAL DE ESTA APARIENCIA. HAY varias formas de definir la Vida pero la única perfecta sería que la Vida es la Presencia Divina. Llamamos cuerpo muerto a un mineral, a una planta muerta, a un animal sin movimiento, sin respiración, inerte, incapaz de asimilar un alimento, de sentir una fuerza exterior, de expresar una sensación o un pensamiento, o sea, a la detención de la relación consciente del ser con el ambiente. Pero también la anestesia y la catalepsia así como el profundo sueño natural, tienen que ver parcialmente con esta descripción. Por lo tanto, un cuerpo sólo muere cuando se descompone en sus clementes constitutivos. De esta forma, después de la eliminación de la consciencia cerebral queda todavía una subconsciencia vital posible en la muerte aparente, como queda una vida innata de la materia después de la supresión de la subconsciencia, o sea, una continuación del “morir”, en la descomposición corporal. De hecho, es imposible matar a un ser nacido en /a Naturaleza, ya sea mineral u hombre. De la sal fija indestructible de los huesos a la Consciencia compleja hay inmanencia de Vida. Lavoisier tenía razón, pero no como creía, ya que si nada se pierde, lo que no se pierde es siempre la misma y única cosa y todo, finalmente, se reduce a esta misma y única cosa. Hay que hablar de la muerte para intentar comprender la Vida. La muerte definitiva no existe, sólo hay cambios de estado no permanentes. La permanencia se da en la Causa original y lo transitorio se da en las fases de la toma de consciencia de uno mismo. El impulso hacia esta Génesis universal es la Vida de la apariencia. Si la muerte definitiva no existe (lo cual sólo se refiere al ser natural y no al hombre animado) esto significa que todo es vida, y esta vida puede asumir una
forma corporal o puede ser metafísica o forma sin cuerpo, es decir, la Idea de la forma que se corporaliza, del mismo modo que las líneas de fuerza energéticas de una “estructura base” son necesarias para el cristal o reunión de moléculas dispersas. Pero existe también el óvulo de donde se genera el feto; ya no se trata entonces de una reunión de moléculas dispersas en una solución: se trata de la formación corporal de elementos energéticos seleccionados por la Idea en el medio alimenticio. LA SIMIENTE O IMPULSO PATERNO ES LA IDEA. El Espíritu, la Causa divina está mucho más cerca de nosotros de lo que puede imaginar nuestro pobre cerebro. Un grano cualquiera, ¿no es la Idea metafísica de la forma corporal que va a generar? Un catalizador, ¿no es la Idea energética de la composición que provoca?. Si la enseñanza esotérica de la Ciencia Sagrada no sirve para probar que el Espíritu es un hecho ni para demostrar el proceso de la consciencia y las fases sucesivas del “morir” del cuerpo y de la forma transitoria, entonces toda esta enseñanza no es más que una especulación filosófica gratuita y sin valor. Decimos “Dios”, y no sabemos lo que es. Decimos “Espíritu" y no comprendemos esta abstracción. Decimos “Energía” y lo ignoramos todo acerca de su naturaleza. Vemos los efectos y les atribuimos una causa de que unas veces es Dios, otras veces el Espíritu-Verbo y otras la Energía —palabras que reemplazan la ignorancia, pero plantean hipótesis que no podemos dejar de formularnos. La especulación por sí sola no puede resolver estos problemas. Lo único que hace es reunir elementos concretos, materiales, conocidos sensorialmente y la metafísica no tiene sentido para el razonamiento “cerebral". Por otra parte, siéndonos impuesta la hipótesis de la abstracción como premisa, nos es preciso buscar la solución con los medios de los que disponemos. Estos medios se reducen a la enseñanza de la Naturaleza y a nuestra comunión natural con ella, al ser nosotros su producto final; después es necesaria la traducción o reducción a lo concreto, accesible a través de nuestros sentidos y razonable a través de la función cerebral, cuando queremos expresar nuestro conocimiento. Ahora bien, la experiencia “simpática” es siempre discutible, incierta, mientras no esté “objetivada”. Para estar tan seguros de nuestro Conocimiento como lo estamos de nuestro Saber tenemos que buscar la prueba experimental que demuestre que el Espíritu, lo abstracto, se hace concreto por medio de un camino determinado. La Ciencia Sagrada afirma que esto es posible y nos lo muestra a través de su “Esoterismo”, el cual sólo está “herméticamente” cerrado para la inteligencia cerebral, y así continuará si no cultivamos otro aspecto de la Inteligencia y otra mentalidad diferente a aquella que está en el fondo del desván de nuestras escuelas.
Es por eso por lo que los Sabios dejan especular a los ociosos y contemplan la Naturaleza. Esta es la principal enseñanza. Un sonido evoca todos sus armónicos, una bellota de roble evoca el roble: es todo un complejo armónico que, en el reino vegetal, es el roble. Pero los armónicos musicales son vibraciones corporales, de naturaleza acuática. La simiente (el sonido o la bellota, el grano o el espermatozoide) es de una naturaleza específica y esta especificación es la génesis de las simientes del Mineral hasta el hombre, la reducción espacial de la sustancia sin forma. No hay “primer grano” y el huevo ha sido anterior a la gallina. La sustancia de este huevo siempre ha existido como sustancia sin forma. Virgen Cósmica. El esperma del gallo, por el contrario, ha llegado a ser, ha sido generado desde la nebulosa cósmica hasta él. El principio crístico, por el contrario, será fecundación directa, sin semilla especificada, como un salto entre el origen abstracto y el producto final humano: Dios-Hombre.
VII
LA APARIENCIA ES LA DUALIZACIÓN DE UN PRINCIPIO ÚNICO Y DEFINE A LA NATURALEZA O ESPÍRITU VIVO. LA “CAUSA CAUSAL” ES UNIDAD INCOMPRENSIBLE Y, METAFÍSICAMENTE, DE UNO DEVIENE DOS, DE LO QUE DERIVA A LA “CAUSA CÓSMICA”, TRIPLE EN UNA UNIDAD; ESTA ES ACCESIBLE ENTONCES. NO SE PUEDE imaginar algo imposible de traducir a hechos; o sea, la imaginación (compilación de nociones) sólo puede contar con los elementos simples cerebralmente accesibles. La filosofía materialista, al construirse lógicamente, tiene un fundamento real en la naturaleza. Pero la ignorancia de un hecho hará errar a la lógica. Se dice: todo ha existido siempre y las variedades están supeditadas a una evolución. Esto es cierto y es falso. Es falso si se considera solo con los sentidos corporales y la inteligencia cerebral: es cierto espiritualmente, porque el Espíritu, o sustancia sin forma, es eterno. Es aquello de lo que se forma todo cuerpo. La evolución también es real partiendo del impulso energético original, pero obedece a una “ley de Génesis universal” y no a unas condiciones fortuitas. Hay un “determinismo” espiritual y no corporal. La función no crea el órgano: ¿cómo actuaría éste antes de ser? Adaptar no es crear y lo que no ha sido creado, es decir, contenido en la ordenación armónica de la Ley de Génesis nunca se encarnará. Por eso “the struggle for life” de Darwin es una criba y no una causa3 . La tesis “evolucionista” del materialismo tropieza con la “mutación” de los genes, la cual solo se comprende a través de la doctrina de la Consciencia. De todas formas, ¿de qué sirve “filosofar” como ha filosofado nuestro mundo durante tantos siglos? Todas nuestras “filosofías” son tímidos ensayos personales en comparación con la filosofía natural, la de la Naturaleza viviente y su resumen contenido en todos los libros sagrados. Al principio hay separación y esta separación la constatamos siempre y en todas partes. Nos hace falta el número Dos para definir el número Uno, el cual no podemos comprender como Unidad indivisible. El grano se descompone en tierra y el semen en el óvulo. Cuando dejamos de dividir estamos más allá de la Naturaleza y nos acercamos a la Causa causal, la Causa abstracta. Por eso, toda la metafísica, toda la creación, se sitúa entre los números Uno y Dos. Entonces la triple noción forma una Unidad accesible, divisible y adicionable. Los Sabios chinos dicen: Uno es igual a Tres. Los Sabios egipcios han concebido la triada en el origen de cada línea y el triángulo en el origen de las formas geométricas. Son necesarias dos magnitudes irreductibles para determinar la tercera. Los Sabios han enseñado siempre lo mismo. 3
Hogo de Vries, Especies y Variedades, su nacimiento por mutación. París, Felix Alcan. 1909.
VIII
EL DEVENIR, O “FORMACION DE LA SUSTANCIA EN MATERIA”, ES EL MISTERIO DEL “REFLEJO”, ES DECIR, EL “FENÓMENO” QUE ES RE-ACCIÓN, NI LA ACCIÓN NI SUREFLECTOR (ES DECIR, EL “PASIVO DE SU NATURALEZA”) CONSTITUYEN FENÓMENOS. LA REACCIÓN ES EFECTO DE LA DUALIDAD Y, EN CONSECUENCIA, APARIENCIA RELATIVA. DE ESTE modo la Triada sagrada ha formado la Naturaleza, el Mundo y el Universo. Debemos contemplar este devenir como si hubiéramos asistido al “Fiat Lux” en el origen de los Tiempos, con la certeza de la experiencia vivida a través del testimonio ocular. Nada nos impide sentirla, ya que el Tiempo solo existe para nuestros sentidos físicos, porque si no, nada se mantendría. Melquisedec, Osiris, es el sacrificador constate. Vemos la actividad gracias a sus efectos. La esencia del principio activo se nos escapa. El mundo interplanetario o estelar es negro, oscuridad completa, en apariencia. Cuando un cuerpo luminoso pasa ¿es iluminado por… el Sol? Tal vez, pero será iluminado porque este espacio de tinieblas está, en realidad, lleno de Luz. La actividad absoluta es Única, es la “Causa causal”, en modo alguno “Causa cósmica” es la unidad, pero no todavía la Unidad ternaria. Es necesario un obstáculo que “mida” la actividad, que la limite, le de un valor, un Número, para que sea natural. Esto supone el Dos, o sea, actividad y obstáculo. “No es bueno que el hombre esté solo, pondré a una compañera a su lado”. La Naturaleza, el Universo, solo es la Medida del Uno incognoscible-Dios eterno. Todopoderoso –porque todo está virtualmente en Él, el En-Sí. En esta Medida se incluyen todas las funciones de medidas, las innumerables fracciones que serán cada vez una criatura de este Universo. Los “codos egipcios” muestran el profundo Conocimiento de estos Maestros de Sabiduría, para los cuales el “esquematismo” era sinónimo de muerte. En realidad, la oposición u obstáculo, no es más comprensible que la actividad. El cuerpo se opone a esta Luz, oscura para nuestros ojos. ¿Cómo podría hacerlo si no fuera de la naturaleza de la Luz?. El vacío no es un obstáculo, del mismo modo que el cristal transparente (por ejemplo) no es un obstáculo para la luz. Es preciso que la cosa que se opone sea de la misma naturaleza que la Actividad y sea por lo menos de menor actividad. Esta sustracción es precisamente el campo de las
variedades, pero sustracción se convierte en división en un medio homogéneo. Supongamos por ejemplo que la leche sea un medio perfectamente homogéneo: si la sustancia grasa se convierte en nata esta homogeneidad se rompe. Tendremos un suero acuático y mantequilla, habrá habido división, lo Activo se habrá manifestado por oposición. Lo Activo habrá sido un estado energético denominado ácido. Este ácido será comprensible como provocador de la separación del medio homogéneo en agua y grasa; pero desde la primera separación ya existe lo “activo” y el “obstáculo” porque la energía ácida habrá actuado, encontrando en este medio la posibilidad de actuar, es decir, dos cosas separables. Entonces la leche líquida se habrá manifestado en sus componentes y cada uno tendrá un carácter definido; no serán semejantes aunque procedan de una misma cosa. Este sencillo ejemplo puede ilustrar lo que queremos decir. No sabemos qué es la Energía, pero se muestra como actividad bajo aspectos muy variados, según el medio. En nuestro ejemplo será ácida y todo aquello que complemente a este ácido será alcalino. Después de la separación encontraremos un agua ácida y una grasa alcalina, si está absolutamente separada y es pura. Ahora bien, en este mundo imperfecto, lo ácido tiende a transformarse en alcalino y lo alcalino es ácido. En este caso la luz será lo ácido y lo que se opone lo alcalino, es decir, “menos ácido”: lo que se ve es la grasa, porque está separada del agua, es decir, la luz del cuerpo iluminada en la oscuridad. La luz que vemos solo es reacción; la Luz actuante es Causa: el obstáculo, o “menor luz reaccionante” será lo pasivo. Adán se reconoce en Eva, es decir, reconoce la carne y la sangre que era sin saberlo. Antes tenía el Conocimiento, al estar fundido con su Causa; ahora sabe. Son las dos inteligencias, siendo la cerebral la caída de la otra, imagen del Creador, pero limitada. Esta explicación podría parecer “el Esoterismo” de las palabras del Génesis, pero no es más que una simple explicación, una “Cábala”, una exégesis. El Esoterismo es otra cosa. Todo el Universo, o Mundo de los fenómenos, es la Unidad dializada, apariencia – como la materia reflejada- de una actitud contra su propia disminución o resistencia. Es la parte de Actividad perdida, sin que por ello se vea disminuida la Actividad absoluta, que será la “cantidad” de las cosas. Por ejemplo: si quisiéramos empujar a un móvil que se desplazara a la misma velocidad que nosotros no podríamos. La diferencia de velocidad constituirá la cantidad de nuestro esfuerzo. No podemos renegar de este “absurdum” según nuestra inteligencia cerebral, porque incesantemente se produce ante nosotros este misterio del “Fiat Lux". Podemos describir lo que se ha producido, pero no podemos explicar el por qué y entonces debemos recurrir a otro sentido que nos revelará el Esoterismo, el misterio.
Si no pactemos describir este esoterismo que hemos conocido, sí podremos al menos cumplirlo conscientemente, ponerla en práctica. Pero hay que recorrer muchas etapas para ello. El principio de la re-acción (del reflejo) es la ley del fenómeno vital. Todo lo que aparece es efecto de la re-acción. Un organismo vive por su facultad de re -acción. Ni los alimentos ni los medicamentos podrían vivificar o curar sin esta re -acción. El sonido, la luz, todos los efectos de la energía son re -acción. No puede crecer nada sin esta re-acción. Los cambios de sistemas sociales naturales o artificiales son re -acción. La re-acción es una modificación de la acción en el sentido de una dualización. Re-acción es la herencia que recibe el niño del padre y de la madre, el impulso de vida y la sustancia que la recibe y forma un cuerpo vivo. El día comienza con la noche lunar, luz reflejada, sustancia en la cual puede entonces continuar la acción del día solar activo. ¿Existiría el Fuego natural sin combustible? El Fuego sin combustible es la Causa Causal. Naturaleza significa dualidad, estabilidad por equilibrio. Pero los que se elevan son los que rompen esta estabilidad y saben desunir para buscar en las partes lo que es eterno. Eterno es igual a eterno: ya no hay entonces más separación. Correr detrás de lo Absoluto es tan absurdo como correr detrás de la seguridad de la estabilidad mediocre; pero romper ésta sin saber tratar las partes del todo no conduce a nada, es destrucción. Reducir lo que es, deshacer lo que está hecho, destruir lo compuesto y juntar las partes es el único poder del Libre Albedrío, la elección en la cantidad. Es negativo. El poder del Espíritu polarizado es generar los cuerpos. El poder de la Consciencia es purificar, quemar lo destructible de las partes para unificar finalmente lo que estaba dualizado.
IX
EN EL DEVENIR, CLASIFICADO EN REINOS, LA GÉNESIS ES EL TIEMPO, LA MATERIA O SUSTANCIA FORMADA ES EL ESPACIO Y LA ACTIVIDAD (O FORMA) ES LA CONSCIENCIA. ASÍ PUES LA ACTIVIDAD, LA FORMA Y LA IDEA SON LOS DIFERENTES ASPECTOS DE UNA MISMA POTENCIA, EL SÍ, O “CONSCIENCIA CÓSMICA”, QUE SE CRISTALIZA –O LIMITA- EN FORMA ESPACIAL, ESPECIFICADA O ESPECIALIZADA. EL TIEMPO es la distancia entre el grano y su fruto, entre el esperma y el nacimiento del producto, entre el impulso creador y el Universo. La génesis es el Tiempo y en sus fases situamos los ciclos cósmicos y los ciclos terrestres. Hay concordancia porque la Ley de Génesis es idéntica para cada cosa. La duración es relativa, como los diámetros de círculos concéntricos, ciclo en el ciclo. Así pues, el Tiempo en sí mismo no tiene medida, solo es una diferencia de naturaleza la que sitúa en los reinos, es decir, una diferencia de especificación. El Devenir de la sustancia metafísica, o energética, en materia física, o Cuerpo, es la definición espacial, la limitación que configura el Espacio. Es el Número. El espacio no es el lugar donde se sitúa un cuerpo sino este mismo cuerpo, mientras que el medio en el cual se encuentra es la sustancia abstracta, metafísica, energética, esta Nada corporal de la que está hecho el mundo, esa Nada que lo es todo. La inteligencia cerebral, de naturaleza corporal, sensorial, sólo considera el cuerpo, mientras que lo incorpóreo es para ella el continente (que contiene) o Espacio. En realidad este Espacio es el Todo, la Plenitud constante y absoluta; el cuerpo es un límite pasajero y llega a ser, por su limitación, sensorialmente sensible. El Número solo es fracción de una unidad. La Actividad o Idea o Forma es la simiente general. En la Naturaleza la semilla particular es Actividad reducida o Resistencia, primera re -acción, actividad nueva; podríamos decir que es una porción de espacio o vacío, concentrada, actuando sobre este vacío como en su medio pasivo. Esto no es especular vanamente si profundizamos en nuestro estudio “experimental” para saber de qué se alimentan en último término todas las cosas. Hay una transición entre esta sustancia abstracta y la semilla y se puede tirar del ovillo fácilmente para conocerla. Podemos mencionar la actividad de la energía eléctrica en el vacío de los tubos Croques: en este vacío aún relativo la Energía polarizada produce todos los fenómenos que han conducido a la Ciencia hasta el átomo.
La particularización de la actividad en simiente es una etapa del devenir de la Consciencia, la cual empieza con la primera materia de todo. Entre los números Uno y Dos el Si deviene el Yo, el Ego, la definición matemática del valor Uno, como cosa referida a sí misma. Después se inicia, con la Materia prima —
o Yo original—, el Devenir de la Consciencia para fundirse finalmente, adquirida toda la experiencia, en el En-Sí. Debemos utilizar, pues, dos métodos diferentes de pensar; no hay que creer que un sólo método bastará para aclarar estos problemas, de naturaleza tan distinta, cambiando el vocabulario. Formularíamos entonces palabras sin sentido, como hemos dicho antes.
X
HAY DOS FUNCIONES LÓGICAS POSIBLES; UNA ES CEREBRAL O MECÁNICA Y LA OTRA ES LA LÓGICA VITAL. LA LÓGICA MECÁNICAO SILOGÍSTICA, DE CANTIDAD, PROVIENE DE UNA COMPARACIÓN DE ELEMENTOS CONCRETOS O DEFINIDOS. LA LÓGICA VITAL ES LA DE LA GÉNESIS O GENERACIÓN DE UNA FORMA MATERIAL, ES LA CRISTALIZACIÓN DE LA CAUSA ABSTRACTA EN UNA FORMA ESPACIAL, CONCRETA, A TRAVÉS DEL TIEMPO, EL MÉTODO DE LA LÓGICA MECÁNICA O CEREBRAL ES ANALÍTICO. LA LÓGICA VITAL NECESITA LA FACULTAD DE SÍNTESIS COMO VISIÓN ESPACIAL. SE considera absurdo admitir una lógica distinta a la de la silogística clásica. ¿Cómo se puede llegar a un resultado cuando los elementos dados son abstractos? Evidentemente esto sólo es posible si la Ley inmutable rige el Devenir. El gran mérito, tan poco reconocido, del Hermetismo, fue enunciar esta Ley. La obsesión por la “alquimia”, el espejismo del oro, relegó a un segundo plano la Filosofía. Sin embargo, no está alejada del enunciado del Génesis de Moisés y su esencia la encontramos en todos los textos sagrados. En la generación, que necesita un impulso activo en un medio homogéneo a esta actividad (como un grano en la tierra es humedecido por el agua que ha nutrido el grano), se produce siempre y en primer lugar la descomposición (putrefacción) de esta forma caótica, mucilaginosa. La segunda fase consiste en la formación de un nuevo centro de atracción (núcleo, célula) que atrae hacia él la sustancia nutritiva. Esta, a su vez, experimenta constantemente esta misma descomposición, de allí la sucesión de la muerte (descomposición) y de la Vida (reconstrucción), para re-generar la sustancia y provocar el crecimiento. En la descomposición se da una parte tierra, es decir, fija, y otra parte agua es decir, volátil o alimenticia. En la planta, una parte será raíz y la otra germen; en la célula una será núcleo y la otra citoplasma. El crecimiento tiene su límite en el Fuego activo de la semilla, es decir, su poder asimilativo. He aquí, grosso modo, el mecanismo del Devenir a partir de una semilla especificada y esta función se repite sin cesar hasta la formación de la nueva semilla. El misterio lo constituye la naturaleza de la sustancia alimenticia. Porque, si todo creciera a partir de los elementos químicos existentes, se trataría solo de una constante migración de estos elementos simples de una forma compleja a otra, hasta la reducción a su naturaleza simple. Pero la Tierra aumenta visiblemente y el humus se acumula junto al polvo de los huesos de nuestros antepasados. Desde hace millones de millares de años no se puede comparar toda el agua de los océanos con la lluvia caída para alimentar la flora terrestre. Sería simplista pensar en un circuito constante establecido entre estas aguas. Entre tanto se fijan en todas las materias que elevan el nivel de la superficie, cubren el pasado de las civilizaciones, conforman los estratos geológicos. La Tierra vive como todo en el
Universo, es decir, el Espíritu deviene Espacio, o Cosas, las cuales vuelven a este Espíritu después de haber completado el ciclo: primeramente la génesis corporal y a continuación el ciclo de génesis de la Consciencia. La misión de los textos sagrados es desarrollar estas génesis con sus detalles y sus matices, para que puedan conocerlos los que tienen el “corazón abierto”. Hay que darse cuenta de una realidad, el Volumen, que no podemos comprender cerebralmente. Sabemos que existe porque nuestros sentidos proceden de él, pero siempre tenemos que dividirlo para comprenderlo. Comprendemos la adición y la sustracción, pero no la multiplicación y la división, es decir, la extensión en volumen y la descomposición de éste en sus componentes de espacio. En la génesis corporal descrita anteriormente ignoramos el sentido de la descomposición por putrefacción. La corrupción, es decir, la disolución química, nos resulta familiar, pero la putrefacción “creadora” no tiene nada que ver con ella. El huevo de la gallina se pudre para “crear” el germen vivo, por el contrario, la corrupción lo destruye. La putrefacción viviente origina nuevos elementos que “químicamente” no existían antes. No se puede deducir por el azufre que hay en el huevo sano la gran cantidad de ácido sulfhídrico que se encuentra en el huevo podrido. La misteriosa albúmina y las sustancias albuminoideas son los productos de esta génesis de Vida. Cualquier intento de descripción de esta Vida será vano, decepcionante, del mismo modo que no se puede “explicar" cómo el Punto llega a ser Superficie, cómo el Uno deviene Dos. L a teoría exotérica euclidiana es práctica pero absurda. En el Antiguo Egipto se utilizaba, pero la Geometría sagrada partía del volumen y no de “un punto resultante de un cruce de líneas, las cuales provienen del movimiento de un punto”. Cualquier filosofía materialista racionalista se basa necesariamente en absurdos, mientras que la Filosofía esotérica o Ciencia Sagrada se basa en el hecho para conocer la Causa. Todo es Espacio, o sea, tiene un volumen. No hay punto, es decir, un momento Único comprensible en el Universo. Del volumen dividido resultan los planos, de los ángulos de las aristas resulta al punto, el cual, por simple que sea, es el resultado de la confluencia de tres aristas. El punto es ternario. La Causa Cósmica es ternaria, todo comienzo comprensible es “tres en uno”. A partir de este momento todo el proceso es comprensible y se puede hablar de ciencia racional. Nuestra ciencia es absurda porque intenta penetrar los misterios de la Vida con medios de comprensión ordinaria. Ahora bien, admitir este punto que resulta del volumen en vez de seguir la proposición euclidiana significa adoptar una nueva mentalidad, una mentalidad que acepte, a priori, la existencia de un mundo metafísico. Esto es la Sabiduría, pero se prefiere lo absurdo porque es más práctico. Significaría buscar la Lógica vital, es decir, la ciencia de la Vida que considera el “Vacío” interestelar como Fuego, como sustancia alimenticia de donde proviene todo a través del ciclo de una génesis hasta la Ley inmutable.
Pero se quiere comprender con la lógica cerebral: y atisbos de inteligencia, como el que condujo a la Entropía, quedan reducidos a la nada por el afán de explicarlo todo materialmente. Esta Sustancia, el “Vacío”, no conoce ni el calor ni el frío mientras no esté en movimiento. Al aumentar un volumen mecánicamente se le hace absorber este Vacío y al contraerlo, se libera este Vacío, lo cual produce el efecto de calor o frío. Generar una forma material significa fijar este Vacío y no hay nada en el mundo más fijo que este “Vacío”. No puede quemarse este Vacío fijado para resistir el calor que actúa sobre él. Hay una química y una física de la “Lógica vital". De la carne que se pudre nace una vida animal primitiva, pero como no se entiende nada se dice que la semilla, las esporas, los huevos ya existían. La silogística es la lógica mecánica y sólo puede resolver los problemas mecánicos, es decir, aquellos que surgen de las relaciones entre cantidades. Su método es analítico porque únicamente la descomposición del compuesto en sus elementos permite comprender, o sea, definir aquello de que está compuesto. Pronto se llega a los elementos irreductibles y el análisis choca con un muro, el Mental, que es la frontera de la inteligencia cerebral. Esta frontera es la del Paraíso Terrenal, custodiado por un ángel que empuña una espada de fuego, en Oriente, por donde se levanta el ojo de Dios, el Sol. No se puede volver a este jardín de la “Unión” porque no hay en él dentro y fuera; solo aquellos que han salido pueden darse cuenta esta distinción y “salir” significa dividir. Hay que recuperar esta visión de Aquel que está “en la cosa”, se pudre, crece, se expande, vive, fructifica y muere en su apariencia con ella y en ella. En el “plano” dos por dos son cuatro y dos por cuatro es el cubo de dos, por adición y movimiento del plano. Pero son necesarios veintisiete cubos para que el cubo inicial pueda crecer, doblarse en todas las direcciones en el Espacio. Se pueden ir añadiendo unos a otros pero es preciso poder ser cubo con el cubo para conocerlo. Esto es la facultad de síntesis. Se considera que objetivarlo todo es una premisa básica para el pensamiento. El Sabio intenta suprimir la Dualidad. Se sabe el objeto, se conoce la Vida.
XI
LA DEFINICIÓN DE CUALQUIER COSA EN EL UNIVERSO NATURAL O FÍSICO ES CONSCIENCIA INNATA, ESENCIALMENTE ESTA CONSCIENCIA INNATA ES: PARA EL MINERAL: AFINIDAD; PARA EL VEGETAL: AFINIDAD, CRECIMIENTO Y GENERACIÓN DEL FRUTO O SEMILLA; PARA EL ANIMAL: AFINIDAD, CRECIMIENTO, MOVIMIENTO LIBRE E INTELIGENCIA CEREBRAL PRIMITIVA O INSTINTO Y PARA EL ANIMAL HUMANO TODAS LAS CONSCIENCIAS PRECEDENTES SON INNATAS, LA RAZÓN, QUE HARÁ AL HOMBRE CONSCIENTE DE LA CONSCIENCIA, SE DESARROLLA Y ENTONCES EMPIEZA LA FACULTAD DE LIBERACIÓN DE LA FORMA MATERIAL; EL RETORNO, HABIENDOSE DESARROLLADO TODAS "LAS CONSCIENCIAS” NATURALES. EL TERMINO “Consciencia” se emplea filosóficamente de diversas formas, pero siempre implica una relación de dos elementos y la facultad del recuerdo. Una consciencia de la Fusión no tendría sentido si se comprendiera así. Pero también podemos definir la Consciencia como Cualidad específica de una cosa que le otorga la facultad de una afinidad selectiva, la cual es entonces una verdadera “recordanza” de su posición con respecto a otras cosas. Por ejemplo, una molécula de un cuerpo químico simple tiene unas afinidades muy precisas respecto a otras moléculas y tendrá que elegir para enlazarse, según las condiciones ambientales. El mineral no goza de libre albedrío; en él rige una necesidad determinada. Aunque en la vida cere bral del hombre las “afinidades” o asociaciones de ideas pueden variar, la función fundamental es la misma que la de la afinidad química de los cuerpos. El carácter, es decir, la definición cualitativa de cualquier cosa, es su consciencia innata, sin conside rar las circunstancias que contribuyen a imprimir este carácter. Siempre podrá encontrarse una explicación física de todos los fenómenos, incluso se podrá explicar por qué el zarcillo de la planta busca apoyo a través del vacío sin equivocarse. ¿Magnetismo? ¿Rayos infrarrojos? No importa: la planta está viva y el mineral4 también y la tendencia del zarcillo (distinta de otras partes de la planta) a agarrarse es un aspecto de la consciencia vegetal, que es, en general, consciencia de alimentarse selectivamente en función de su afinidad, de crecer y formar un fruto que será semilla. Para completar esta idea debemos señalar la naturaleza seminal del mineral, según la ciencia hermética. El centro, por decirlo así, del reino mineral es el metal. Los metaloides pueden clasificarse en premetálicos y postmetálicos. Estos últimos se introducen en el reino vegetal y se encuentran también en el reino animal. El metal es el
tronco mineral que dará fruto. Este fruto o semilla es el mismo metal es decir, se irá eliminando sucesivamente la sustancia que no sea semilla. Hay pues dos semillas o frutos, del mismo modo que vemos al niño de siete y de nueve meses. El primero, de naturaleza blanca, es Plata, de carácter femenino, y el segundo es Oro. Estos caracteres no deben considerarse como tipos sexuados; contienen en ellos el complemento, son los dos sexos reunidos en una Unidad. La Plata femenina tiene en su interior la naturaleza fija masculina y el Oro es todo Plata, animado por el Fuego masculino. La Plata, esta “Reina de la Paz”, no puede en ningún caso desempeñar el papel femenino para el Oro. El Oro es, en el reino metálico, paralelo al principio Crístico Universal. Es la perfección natural de la intención original y deviene el puntal para el retorno a la Fuente. No hay individualidades metálicas múltiples. Un solo estado metálico genera la semilla metálica: tratándose de la naturaleza blanca aparece Plata y tratándose de la roja aparece Oro; se puede comparar con una plata que hundiría su raíz en la materia premetálica y daría germen, tronco, rama, hoja y flor, otros tantos “metates” aparentemente distintos, para gestar dos semillas. Las esencias, resinas, jugos y exhalaciones de esta planta metálica constituirían las materias posimetálicas. Esta doctrina es paralela a la Cosmogonía religiosa universal y las analogías precisan el sentido esotérico. De aquí se derivan un Conocimiento real de todo lo que será la ciencia psicoespiritual de la generación de la Consciencia. El Budismo desciende de esta tradición. (Sería erróneo identificar a Buda y a Cristo). Este último es como el Oro, la encarnación del Verbo Divino. Dios-Hombre y Hombre--Dios, es decir, lo Divino en la Naturaleza. Con este principio, y no con Buda, 'se relaciona el sentido de la Redención. Pero no hay que establecer una jerarquía de valores respecto a la palabra divina. Tanto el Budismo como el Cristianismo son verdaderos, pero es necesario distinguir las vías enseñadas. Cristo, al igual que Buda, es hombre en todo, del mismo modo que la semilla en el premetal es el metal. Se trata de que esta semilla madure. A pesar de que la Ley de Génesis es única y universal y está en la base de las analogías, se manifiesta a distintos niveles de la génesis general: por una parte puede aplicarse a la génesis de toda la planta, desde la raíz hasta la flor-fruto, como ocurre en la práctica psicoespiritual búdica y brahmánica, que elimina progresivamente las heterogeneidades para llegar al Loto puro en su semilla; y por otra parte encontramos la vía de la Redención, que elimina de una vez las impurezas para actuar solamente en la sustancia de nuevo original, o Virgen, y producir este fruto –saltándose la Naturaleza- es decir, la dualización. Se parte de la base de que la intención divina es la perfección, es decir la consciencia del En-Sí, el Paraíso Terrenal, la Unidad consciente, mientras que la dualización, o “pecado original” ha producido esta Naturaleza imperfecta y doliente. Se trata pues de dos aspectos de una misma Ciencia sacerdotal: Osiris y Horus. Para poder conocer el misterio de la enseñanza más elevarla transmitida a los hombres, debemos conocer primero el instrumento que se nos ofrece, después de la larga serie de sufrimientos que ha precedido y preside nuestra vida actual.
Porque el sufrimiento es el único estilete hecho de la misma sustancia en la que se inscribe la Consciencia imperecedera. La piedra ha sufrido por la planta, la planta ha sufrido por el animal, el animal ha sufrido por el hombre y el hombre ha sufrido por la Redención. Y los que han recorrido más trecho que nosotros son las Potestades y los Maestros que nos tienden la mano para ayudarnos, de la misma manera que el mar aviva el deseo que tiene el marino de hacerse mar adentro, de la misma manera que la cumbre excita la audacia del escalador. La llamada del Maestro es aquel calor que ensancha el corazón, que nos presenta como racional lo que para todos es irracional, lo que nos mantiene firmes ante el abismo que asusta a los demás y que nosotros ignoramos. La tendencia es tensión, la afinidad es Amor, el apetito es necesidad, pero deberíamos suscribir el Proverbio que dice: “No sé lo que mueve al horrible a buscar a la muchacha”. Se denomina Consciencia innata a la experiencia de Vida inscrita en la materia, al carácter específico de cada cosa, a la Cualidad que es puro Espíritu con la Naturaleza. El animal es una planta que se mueve libremente porque todas las fases de su gestación se han fijado en órganos, es decir, en individuos específicos; la raíz se ha convertido en intestino, la hoja en pulmón, la raíz vertical en estómago, el circuito de savia en sangre y vasos y la flor en sexo. Esta totalidad ha sido reunida a través de la médula en un órgano conductor, el cerebro, y, gracias a él, se ha formado la inteligencia cerebral, que es Recuerdo consciente y permite que se exprese la consciencia Innata, en este caso el Instinto. Falta todavía para que se dé el hombre la facultad de coordinación de las ideas. Ante las reacciones emotivas del animal —envidia, odio, fidelidad, amor, alegría, tristeza, devoción a ciegas su dueño porque conlleva la negación de sí mismo— decimos que el animal parece humano. Pero es un error: es el hombre el que todavía es animal. Todas las reacciones emotivas se basan en el egoísmo, primera consciencia cerebral de sí mismo, espejo del objeto: es el esclavo emancipado. Desde el punto de vista moral estas reacciones son naturales. Pero el hombre es el único que posee el Don que le permite liberarse de todas estas reacciones y conseguir la libertad aristocrática, gracias a su fusión con el Todo, el Amor sin causa, sin finalidad, sin recompensa, o sea, sin decepción. Este don es la RAZÓN, que es el paso del animal al Hombre; y es un segundo nacimiento en el Mundo, ya que la Naturaleza se queda en el animal, incluido el animal humano. Es un segundo Fiat Lux el del bautismo del Espíritu, Pentecostés, el que otorga la Razón. La Razón afirma lo que el cerebro no puede comprender, es un Conocimiento “a priori”; la Razón nos muestra la nobleza de la Belleza, el Perdón, la Fe, el Sacrificio: el acto sagrado.
La Razón es la Inteligencia del Corazón que nos permite, en el Amor, ser la cosa en la cosa, crecer con la planta, volar con el pájaro, reptar con la serpiente, ser esta “atracción entre y hombre y la muchacha” que el Proverbio no entiende, devenir Espacio cúbico con el cubo. A esta Razón se dirige el Esoterismo. Pero hemos prostituido esta Razón reduciéndola a un Racionalismo que es Utilitarismo, que es la mentalidad de los mercaderes cuya herramienta de trabajo es la balanza, donde cada cosa tiene su contravalor, su contrapeso, y que ha motivado la lógica de la ecuación, el sistema decimal científico, el álgebra. En la Vida, cada instante difiere del anterior, la Génesis del Mundo continúa, así como la ronda de las esferas y los ciclos; no encontramos nunca nada en el mismo sitio. Todo, en el Universo es solidario del Todo.
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Encontramos a veces, sobre todo últimamente, tratados muy sabios que hablan de la necesidad de buscar un mejor modo de vida espiritual, dando una filosofía psicológica fundada en las enseñanzas de todas las épocas. Es extraño constatar en estos textos el completo silencio que se hace en torno a la vida del mineral, tan importante al ser el fundamento de la vida en la tierra. Esta laguna, dejada expresamente, o debida a la ignorancia, debería corregirse con, al menos, alguna pequeña mención.
XII
LA DISGREGACIÓN DE LA CRIATURA PUEDE AFECTAR A SU CANTIDAD A TRAVÉS DEL ANÁLISIS O "LÓGICA MECÁNICA”, PERO A PARTIR DEL HOMBRE CONSCIENTE PODRÁ AFECTAR A SU CALIDAD O CONSCIENCIA DE SÍ. LOS DOS CAMINOS CONDUCEN EN PRINCIPIO A LA MISMA FUENTE NATURAL; PERO LA PRIMERA ES ORIGINAL Y CAUSAL Y LA SEGUNDA FINAL Y CREADORA; CONSCIENTE; AL MARGEN DE LA NATURALEZA LA PRIMERA FUENTE ES ENERGÍA POLARIZADA Y DEPENDIENTE, O SEA, DESTRUCTORA RESPECTO A LAS COSAS; LA SEGUNDA ES ENERGÍA NO POLARIZADA * * E INDEPENDIENTE DE LA NATURALEZA DUALIZADA. EN la Naturaleza está compuesto, todo es agregado de cantidades: mientras que la Energía —el Espíritu— no está compuesta. Fuera de la Naturaleza, original y finalmente, el Espíritu no está polarizado: si lo está en la Naturaleza. Es otra forma de decir siempre lo mismo. La Energía aparecerá, en su acción sobre las cosas, bajo un triple y no bajo un doble aspecto, porque de los mismos polos sólo vemos sus efectos: el Norte atrae y el Sur repele. Sur contra Sur repele. Norte y Sur se complementan, se atraen. Norte contra Norte son neutros. Son los tres aspectos de la Ene rgía. Los investigadores del átomo deben perdonarnos esta incursión en su campo, pero es que no han comprendido que toda la Naturaleza está hecha a imagen de Dios, el Mismo, y que el microscopio más seguro, y mejor que el electrónico, es la Filosofía Natural. Descomponer por fuerza el agregado material es liberar este "Vacío", la Energía, que necesariamente será repolarizada de inmediato. Como un pulpo agarrará todo lo que esté en su ambiente porque, liberada arbitrariamente, permanece ligada a la cosa natural: pero, al ser de la naturaleza del Origen, podrá actuar accidentalmente sobre los elementos de permanencia innata en la materia de los seres. Si, por el contrario esta liberación se produce después de la Génesis natural (que tiende siempre a volver a la Fuente original y, por esta vía, llega a ella con todas las consciencias innatas) la dualización original cesa y no hay motivo para la multiplicidad y la variedad: la Energía ya no se polarizará y constituirá el Fuego benéfico, el Fuego consciente, cre ador, generador. *
Llamamos “polarización” al hecho de que una Unidad indivisible (imaginaria) llegue a ser una Unidad compuesta de dos polos, o sea, una cantidad mensurable, o una “cosa”. Esta “polarización” es al mismo tiempo el principio de la “sexualización” cósmica, es decir, la definición de todo en la Naturaleza y su facultad de procreación.
XIII
LA CONSCIENCIA INNATA SE INSCRIBE EN LA MATERIA Y EXPERIMENTA TODAS SUS TRANSFORMACIONES, NACIMIENTO Y MUERTE, CONSERVANDO SUS CARACTERISTICAS ESENCIALES, LAS CUALES SE TRANSMITEN, LA CONSCIENCIA VITAL SE INSCRIBE EN LA ESENCIA INMORTAL DE LA FORMA MATERIAL, ES DECIR, LA POTENCIA CAUSAL, LA CUAL, A TRAVES DE LA TOMA DE CONSCIENCIA DE TODA LA NATURALEZA, CAMINA HACIA LA POSIBILIDAD DE SU RE-LIBERACIÓN O CONSCIENCIA EN SÍ, MÁS ALLÁ DE LA HERRAMIENTA MATERIAL. TOMEMOS como ejemplo la siguiente imagen: la radiación solar será la que directa o indirectamente hará la planta. Esta radiación formará un abeto o una espiga de trigo. La radiación será indiferente, universal: pero, según la semilla, se concretará en abeto o en espiga. A partir de este momento se caracterizará por la consciencia innata de una de estas plantas. Cuando esta misma radiación, después de su paso por esta forma material, vuelva a su fuente, llevará consigo esta consciencia innata. Ahora bien, esto no se refiere a una consciencia particular, la cual dirigirá siempre la radiación caracterizada hacia lo que sea Abeto o Trigo: en el retorno, lo Universal exige la universalidad de las experiencias para una consciencia universal. Puesto que la radiación en sí misma carece de especificación será en la semilla generada donde se fijará la característica y será ella la que experimentará la transformación en la Génesis universal. La semilla será la parte fijada en forma material que conservará la consciencia adquirida; a la inversa, podemos decir que es la parte fija y no consumible, inmutable, de la cosa que representa la semilla de las continuaciones en el ciclo de la Génesis cósmica: hacia ella atraerá la próxima radiación para formar un nuevo individuo 5 . Pero esta atracción hacia un punto fijo especificado ejercerá necesariamente una selección en la radiación, del mismo modo que las hojas y los pétalos coloreados de una planta seleccionan los rayos luminosos. Esta selección adaptará esta Irradiación a la consciencia innata, o bien del abeto o bien del trigo; ni uno ni otro representarán la Radiación universal total y será el proceso evolutivo hacia esta Consciencia universal lo que deberá seguir esta semilla particular. Esta génesis se lleva a cabo de esta forma en la fijeza de la materia. Todas las posibilidades de esta evolución de la consciencia material se agotan con el animal humano. Se trata entonces o bien de la continuidad física (leyenda del Judío
errante) o bien del nuevo bautismo del Espíritu que permitirá que la Expansión original vuelva a liberarse de la materia, una vez acabadas todas las experiencias, o sea, no volverá a producirse ninguna selección en la materialización de esta Expansión, se recibirá en su Universalidad. La continuidad física implica una selección; en cambio esta nueva liberación no necesita ninguna opción (los Apóstoles hablan en todos los idiomas después de haber recibirlo el Espíritu Santo). Es la Gracia. Todos los hombres vivos pueden recibir esta Gracia, con tal de utilizar las facultade s adquiridas para disponerse a la receptividad. La insuflación del alma viva fue recibirla por el padre, Adán y permanece en estado de somnolencia entre sus descendientes. Esta es la única muerte posible; la posibilidad de ruptura entre el ser humano y el alma viva. Esta muerte se confunde con el rechazo consciente de esta alma viva: éste es el pecado contra el Espíritu Santo, el único imperdonable. El despertar es el despertar de la Inteligencia del Corazón: la Razón nace con nosotros; si la anteponemos a la inteligencia cerebral, al Mental, nos lo explicará todo porque es la Inteligencia del Universo. Las etapas de esta liberación son pues, etapas de fusión. La inscripción ya no es seminal, solo es un grado de desprendimiento. El dominio del cuerpo y de todos sus miembros, el dominio del pensamiento y el dominio de las pasiones sólo representan etapas de liberación que permiten que este alma, como en el sueño natural, viva con plena consciencia, sin el instrumento material, incluso después del sueño definitivo de nuestro cuerpo actual. El hecho de despertarnos por la mañana con la solución de un problema que nos preocupaba antes de dormir es un fenómeno reconocido. Lo que ha ocurrido ha sido que al eliminarse el Mental ha actuado la Inteligencia del Corazón, atraída por el ardiente deseo de encontrar una solución. También es frecuente dormirse con la certeza de haber hallado la solución más adecuada y sin embargo despertar con la sensación de tener entre manos argumentos falsos. Más vale, pues, dormir antes de decidirnos a poner en práctica la solución que consideramos más acertarla. Conseguir “dormir”' de esta forma cuando estamos despiertos es la verdadera clarividencia de la Inteligencia del Corazón. 6 5
Este es el sentido del k a egipcio. En la Luz del Camino (Ed. La Colombe, París, 1960) ISHA SCHWALLER DE LUBICZ ha definido los diversos aspectos de la consciencia innata y el doble aspecto del alma inmortal con los nombres de “consciencia Humana”, “Testimonio permanente” y “Testimonio espiritual”. 6
XIV
LA FACULTAD DE “ESCUCHAR” EL INSTINTO Y TRADUCIRLO CEREBRALMENTE ES LA INTUICIÓN. ESTA FACULTAD DE TRADUCIR CONSTITUYE LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN. DEBIDO A LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN EL HOMBRE PUEDE ENCAMINARSE HACIA LA LIBERACIÓN; A LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN SE DIRIGE LA ESCRITURA O LA PALABRA DE ENSEÑANZA ESOTÉRICA; DE LA FORMA MÁS ADECUADA A ESTA FACULTAD, AUNQUE SEA IRRACIONAL. SI no permitimos que intervenga el “razonamiento”, o sea, esta facultad que nos distingue del animal propiamente dicho y de la cual abusamos continuamente, lo único que hace la inteligencia cerebral simple es traducir la consciencia innata, como en el instinto del animal. Tenemos suficiente con nuestros sentidos para constatar los efectos instintivos. Están en contacto los cuatro Elementos-Principios que son los constituyentes de la Naturaleza. Pero para conocer la consciencia innata debemos escucharla, es decir, servirnos del “sentido del Espíritu”, el Oído, así como el pulgar es el dedo del Espíritu en relación con los cuatro dedos (elementales) de la mano. Esto es difícil por no decir imposible de explicar. Escuchar lo que sólo es un silencio físico (la Voz del Silencio); ésta es la facultad que permite hacer la traducción; se trata de la Inteligencia del Corazón que se presentará como Intuición, es decir, “Conocimiento de aquello que el cerebro no ha clasificado todavía en ‘saber’”. En todos los casos de la vida experimentamos una emoción. Hay que escuchar esta emoción, hay que concentrar el oído en torno a la emoción para tomar consciencia de nuestra posición instintiva respecto al momento vital en cuestión. A partir de este momento sabemos lo que significa, intuiremos como vulgarmente se dice, la respuesta a la cuestión planteada. La intuición no es más que escuchar la Voz del Silencio que habla a través de toda la Naturaleza vivida, innata en nosotros, con un ruido cósmico. La inteligencia del Corazón es: saber transcribir este ruido. Los textos iniciáticos no pretenden tanto ser “lógicos” como provocar “impactos”, reacciones de emotividad, o ir en contra de la necesidad cerebral de encadenamiento lógico. Expresamente emplearán la paradoja, la imagen inverosímil, la yuxtaposición de frases que no están relacionadas. Recurrirán a la "sensación”, o sea, movilizarán la sensibilidad emotiva.
La expresión más verdadera, la expresión fundamental por decirlo así, viene dada por el Número. La facultad de enumerar es un Conocimiento a priori, es la consciencia innata de la Naturaleza: la Dualidad es una relación, en contar. La molécula cuenta sus enlaces según su valencia. La planta busca apoyo y va hacia lo alto: ante cualquier distinción hay que contar. El animal cuenta sus crías. Pero hay límites característicos del estado consciente, de la experiencia innata en la cosa. La ciencia del Número no es la de las cifras ni la de las proporciones de la geometría ordinaria. Aunque se busquen combinaciones y series, aunque se emplee incluso el famoso Número de Oro de la sección dorada, nunca se descubrirá con eso el esoterismo de los Números.7 El Número vive, es expresión de la Vida, se dirige directamente a la Inteligencia del Corazón. Su verdadero “secreto” reside en el devenir de Uno a Dos. 7
En este sentido, desde la publicación de los magistrales y perfectamente documentados estudios de Matila C.
Ghyka, ha surgido una gran floración de investigadores de la Sección dorada.
Entre estos cabe citar a Neroman, matemático excelente, el cual presenta no se sabe por qué –estas
“vulgarizaciones” acerca del Número de Oro…
Los verdaderos amantes del esoterismo del Número de Oro deberían estudiar el viejo Egipto. Allí, Ø y todas sus
aplicaciones, incluido el desarrollo de 6 Ø , que tiene el mismo papel que Pi, se utilizan en base a un
5 conocimiento profundo del Número, ignorado por Occidente (incluso durante la época del Renacimiento). Únicamente la gran –aunque corta- “época gótica” iniciada bebió en las fuentes de los Sabios faraónicos.
XV
EN SU ESENCIA NO SE DISTINGUEN EL UNIVERSO RACIONAL Y EL UNIVERSO METAFISICO, PERO HAY ESPÍRITU O VERBO TERNARIO, NO HAY ENERGIA Y MATERIA, SOLO ESPIRITU-SUSTANCIA Y FORMA; NO HAY MICROCOSMOS Y MACROCOSMOS, HAY ESPIRITU Y VIDA; NO HAY DOS ORILLAS EN UN RIO, ES UNA SOLA TIERRA POR LA QUE PASA EL RIO DE DONDE PROVIENE ESTA TIERRA, DEL MISMO MODO QUE EL ESPIRITU —O SUSTANCIA— ORIGINA LA MATERIA POR LA ACCIÓN DE LA FORMA. LAS APARIENCIAS SON RELATIVAS Y EN CONSECUENCIA PASAJERAS. LA CONSCIENCIA INNATA EN LA MATERIA SÓLO ES LA SERIE DE ETAPAS DE LA TOMA DE CONSCIENCIA DEL ESPIRITU EN TODAS LAS POSIBILIDADES DE SUS REFLEJOS. CUANDO YA NO HAY MÁS REFLEJOS POSIBLES SE DA LA INMORTALIDAD CONSCIENTE. ALLÏ de donde proviene una cosa, allí vuelve. Sin embargo, ningún ciclo de la Naturaleza se completa en el mismo punto porque, si no, la Naturaleza sería absoluta y el Devenir y el Retorno no tendrían sentido. El Retorno al Origen sólo es, pues, absoluto para la Causa causal. No es un ciclo infinito ya que el infinito irracional, es indefinido y el retorno al Origen es precisamente el ciclo de definición de la Naturaleza. Para nosotros nada es tan definido como el Ciclo absoluto, irracional, porque crea la Naturaleza, el Universo sensible, para el cual —en el cual— ningún ciclo puede ser absoluto. No podemos pensar sin escindir para comparar. El infinito es incomprensible y por eso queremos definirlo. Estamos en el ciclo de la Naturaleza que constituye el eslabón del Devenir y Retorno. Este eslabón es continuamente principio y fin si lo cortamos y es precisamente cortar lo que pretende la inteligencia cerebral. La Razón por el contrario concibe este eslabón y lo afirma, como también afirma la espiral esférica de todo inflamiento de un volumen esférico porque un desarrollo radial haría imposible este inflamiento. No obstante aquí sólo podemos comprender la espiral plana. La Razón impone la noción de una unidad indivisible, la cual es absurda para la inteligencia cerebral. La Razón procede por afirmación, no explica porque es el Conocimiento innato, implicado en cada cosa y en nosotros. El hombre es un cosmos, el cosmos. No hay nada en el mundo que no esté en él, o bien virtualmente o bien como hecho activo. La forma material del hombre es el Eslabón eterno, el cual manifiesta, a través del nacimiento y la muerte, el corte. Este corte afecta al aspecto natural, ya que el eslabón subsiste siempre: nada es tan fijo como el Vacío, nada es tan sensible como el ciclo del Devenir y el Retorno, el eslabón absoluto. Nuestro deslizamiento sobre este eslabón, la génesis del Devenir y
la génesis del Retorno, nos parece ilusoriamente Movimiento y otorga a este eslabón una magnitud a través del Tiempo. El corte constituye el reflejo, la Re-acción. Un circuito eléctrico o magnético sólo produce fenómenos si se interrumpe. Todo representa un circuito ininterrumpido eléctrico o magnético, puesto que toda rotación implica un eje magnético y un ecuador eléctrico y todo se mueve, ala sea corporalmente por los átomos y moléculas o vitalmente en el ciclo natural. El circuito cortado presenta un polo”vida” o positivo y un polo de “vuelta” relativamente negativo, reflejo del primero. El ciclo tiende siempre a completarse porque el eslabón es en su esencia eterno y el hilo que unirá los bordes corporales del corte será el fenómeno, es decir, la apariencia del circuito. El hombre es una apariencia actual, el lugar del anillo eterno que se manifiesta ahora en ser humano. Es un subterfugio dialéctico comparar un microcosmos con un macrocosmos para indicar la influencia celeste sobre las cosas sublunares. Pero no hay nada que pueda experimentar una influencia si lo que experimenta no es de la misma naturaleza que esta influencia. ¿Qué hará un palo frente al Espíritu? La Idea se dirige a la Idea, la Razón a la Razón, el razonamiento al cerebro. El Universo estelar influye sobre la Tierra porque ésta es de la misma naturaleza que el Cielo, que su Armonía y su Sustancia; esta identidad será el Arcano. El Hombre “microcosmos” sería una cantidad inferior al hombre “microcósmico” si hubiera alguna diferencia. Pero existe el tamaño para la Cualidad pura. Un perro no es un microcosmos, es un elemento, un órgano, un aspecto de éste, no una parte sino un estado pasajero. Por el contrario, el hombre es una totalidad y por ello él mismo es el Cosmos. Esta totalidad es virtual en él: será efectiva cuando su consciencia se vea liberada de las contingencias mortales, será la Inteligencia del Corazón realizada, libre de toda comparación necesaria, la Consciencia en sí, sin reflejo, sin cortes: completada la cadena, el Fenómeno cósmico total.
XVI
CUALQUIER COSA EN EL UNIVERSO REPRESENTA UNA DE LAS POSIBILIDADES INMANENTES A LA FUENTE O VERBO O LOGOS TERNARIO. TAMBIÉN PODRIAMOS EMPLEAR LA PALABRA "ENERGIA". CADA COSA ES LA IMAGEN O EXPRESIÓN O ESCRITURA DE ESTA POSIBILIDAD: "NETER MEDOU” (en escritura, son los jeroglíficos). PARA TRANSCRIBIR LA CONSCIENCIA PODEMOS SERVIRNOS DE LA IMAGEN O JEROGLÍFICO O BIEN CREAR UN SISTEMA DE ESCRITURA CONVENCIONAL. ASI como en el grano está contenido virtual, idealmente el árbol, el Universo está contenido en el Verbo ternario del Origen constante. Todas las formas del grano se materializan en el Árbol del Mundo y cada parte será uno de los “Neter medou”, signo-escritura o “palo único”, que revelan la Idea. De esta manera podemos conocer la Posibilidad, la Entidad divina, a través de las manifestaciones de la Naturaleza (esto es Egipto). Siendo cada una un Deva, Daimón o Neter como tipo general. La representación gráfica de las cosas e incluso la síntesis de los caracteres de diversas cosas, para expresar una función, representan la escritura esotérica más perfecta, más completa, más verdadera y realmente irremplazable. Estos Neter medou organizados en sistema, alfabeto, gramática y sintaxis constituyen la escritura jeroglífica, que no tiene la perfección inicial pero puede llegar con un mínimo margen de error a los no iniciados al dar cabalísticamente un sentido posible que corresponda humanamente, como paralelo, al sentido esotérico primordial. Este último exige para ser entendido una preparación por parte del lector. En cambio, el sentido ordinario es captado por todos. Si detrás del sentido común, se saben buscar los Neter medou, el sentido ordinario puede ser una guía excelente. Preferimos adoptar la palabra egipcia Neter medou para hablar de la escritura esotérica con el fin de no confundirla con el significado de la palabra helenizada “jeroglífico” (escritura completamente organizada y exotérica8 ). Las figuras jeroglíficas son consideradas generalmente como símbolos en el sentido ordinario y entonces es muy fácil cometer errores de interpretación. 8
Escritura descifrada por Champollion, un genial sabio que merece nuestro más profundo respeto.
XVII
EL SÍMBOLO ES REPRESENTACION CONVENCIONAL, EL JEROGLÍFICO ES ESCRITURA DIRECTA, NO CONVENCIONAL, LA ÚNICA CAPAZ DE TRANSCRIBIR DIRECTAMENTE LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN PARA SER TRADUCIDA DESPUÉS POR LA INTELIGENCIA CEREBRAL. EMPLEAR CUALQUIER METODO DE ESCRITURA ESOTÉRICA IMPLICA: O BIEN ELIMINAR GRAN PARTE DE LA FORMA GRAMATICAL Y DEJAR QUE EL LECTOR DEDUZCA EL SENTIDO DE LAS PALABRAS SIN IMPONERLE UNA ESTRUCTURA O BIEN RECURRIR A SUBTERFUGIOS COMO LA ALEGORÍA, LA METÁFORA, LA PARÁBOLA O EL “JUEGO DE PALABRAS” O CÁBALA FONÉTICA. EN su acepción original la palabra Símbolo es sinónima de coincidencia o complementación de dos partes de un todo. En sentido amplio, hoy en día, Símbolo significa convención. Con este último significado ya no puede aplicarse a los signos jeroglíficos. La imagen no es una convención representativa del objeto, evoca este objeto representado en sus rasgos típicos o características esenciales. Empleado así ni siquiera el color es convencional; el color verde no es una convención respecto a la vegetación floral porque ésta es verde, como el musgo y los mohos. Cada color responde de este modo a una fase de la Génesis y se vincula a las dos familias principales de toda la Naturaleza, representadas por las dos coronas egipcias. La extraña forma de estas coronas debería despertar el interés en un sentido real y no convencional. En su esencia, como Neter medou, la escritura jeroglífica faraónica no es convencional. No obstante, siempre interviene algún tipo de convención en la escritura exotérica organizada, aunque la elección convencional siempre se hace muy cuidadosamente para no alejarse del sentido esotérico. Aquí abajo nada es absoluto. La escritura gráfica es el único medio para que un pensamiento sea transmitido directamente a la Inteligencia del Corazón. El niño ve las imágenes sin conocer las palabras que explican de una forma inteligible a los demás lo que siente. Siempre intenta explicarse a través del gesto o la acción. Está más cerca de la verdad que el sabio, para el cual las palabras, de sentido fijo, solo son sonidos que se alinean más o menos agradablemente. Miseria de nuestra literatura. El ideograma convencional es entendido en todos los idiomas 9 . La escritura jeroglífica no puede entenderse tan fácilmente. Quiere ser leída en su expresión particular y después ser transcrita —como se pueda—. Esta lengua hablada tiene, como la escritura, una base de Conocimiento. Cada letra, cada raíz obedece a una ley natural, correcta, viva. No se puede pronunciar una letra sin
poner en marcha algunos centros nerviosos. Existe pues, una razón “vital” para construir su orden “alfabético”, de ahí que exista una ley para su agrupación en raíces. Por otra parte, para expresarse en las lenguas alfabéticas de signos establecidos, los sabios siempre han recurrido a subterfugios. El método más perfecto en este sentido es el que encontramos en los textos sagrados originales de la India y en los libros de Moisés antes de la introducción de las vocales básicas, y después de los puntos vocales, para fijar la sonorización de las vocales indefinidas no inscritas. Los sustantivos generalmente sueltos, forman una especie de escritura en estilo telegráfico. El lector debe deducir el sentido de estas palabras según lo que “escucha” o lo que “comprende”. El sentido lógico de una idea siempre seducirá al hombre, como lo seducirá más una “receta” que la Filosofía. Lo inmediato es fácil, lo útil es agradable, pero pensar es penoso; lo inútil molesta al holgazán. La pereza y la inercia rigen la Naturaleza, la cual, sin nuevos impulsos energéticos, degenera, se disgrega, se degrada y cae. Esto es válido para todo. Si vemos que hay generación de una vida esto significa que hay un nuevo impulso. La parábola literaria es como la curva parabólica geométrica; un centro foco e innumerables rayos paralelos que se concentran allí por reflexión. La alegoría, en cambio, gira en torno al centro, del mismo modo que el gato da vueltas alrededor de un plato demasiado caliente. La alegoría es engañosa o bien infantil si quiere ser sincera. La metáfora es un truco indigno del esoterismo. El “juego de palabras” exige una gran erudición y un conocimiento etimológico. Este medio es el más próximo a la Cábala. Puede construirse en base al parentesco fonético. 9
En este sentido, a no ser que exista una lengua única, los Estados Unidos de Europa no se lograrán nunca sin una escritura ideogramática unificante.
XVIII
LA CABALA, COMO REVELACIÓN DEL SENTIDO ESOTÉRICO DEL TESTAMENTO DE MOISÉS, HA DADO LUGAR A UNA FALSA NOCIÓN DEL ESOTERISMO. EL GÉNESIS DE MOISÉS COMPORTA UN ESOTERISMO, PERO ESTÁ ESCRITO EN UN ESTILO HISTÓRICO QUE SATISFACE A LA I/NTELIGENCIA ORDINARIA Y QUE TAMBIÉN SE ENCUENTRA EN LA CLAVE EVANGÉLICA: LA PASIÓN. LA CÁBALA, POR EL CONTRARIO, HABLA DE LA HISTORIA METAFÍSICA DE ESTE GÉNESIS, TAL COMO LO HACE, RESPECTO A LOS EVANGELIOS, EL APOCALIPSIS. HAY UN PARALELISMO ENTRE ESTOS DOS TIPOS DE REVELACIONES, A PESAR DE QUE SU FONDO ES MUY DIFERENTE. LA CÁBALA, COMO EL APOCALIPSIS, NO ES UNA EXPLICACIÓN DEL ESOTERISMO DEL TEXTO PRINCIPAL, SINO OTRO ASPECTO DE ESTE TEXTO; EL ESOTERISMO NO SE EXPLICA Y NO PUEDE ESCRIBIRSE CLARAMENTE, ES UNA CUESTIÓN DE CONSCIENCIA DEL DISCIPULO Y NO UNA DOCTRINA. LA CÄBALA o Revelación se ha convertido en sinónimo de misterio y de intriga. Recogiendo el sentido real de esta palabra también encontramos una Cábala egipcia, una búdica y otra crística. La Cábala egipcia incluye los textos de las Pirámides y lo que se denomina historia de la Duat o más comúnmente el Libro de los Muertos. Se trata de la historia del alma: análisis de disociación, de las afinidades del esfuerzo para no perder el alma, de las consecuencias nefastas o benéficas de los actos del ser vivo. Esta es en verdad la ciencia psicoespiritual. En Egipto se reviste de un carácter de Conocimiento total, basado en una ciencia sacerdotal. En el budismo, debido a la ausencia de un Mito fundamental, toma un cariz más literario. Hay una gran relación entre la Cábala faraónica y la Cábala brahmánica. La Cábala judía, revelación de la enseñanza de Moisés, procede de Egipto y mantiene relación con este origen, modificado sin embargo por la naturaleza de la misión judía —y algunos comentarios. Cada texto de las Pirámides es en sí mismo completo. Se superponen con ciertos matices en algunos párrafos, modificaciones cuya clave viene dada por el sentido del nombre del Rey.
A la Cábala cristiana, tomada en el sentido indicado, le pasa lo mismo que a las personas que viven en común: a tuerza de verse no se conocen. Siempre será más atractivo y aventurero hablar de un Maestro de la India que de un Santo occidental. Parece mas interesante estudiar el “Mundo astral" que el Purgatorio y así sucesivamente. En realidad, el carácter asexuado del Mito cristiano ha impregnado su enseñanza de una especie de inhibición sexual, que aleja a la Cábala cristiana de las contingencias de la vida terrenal. Además, su carácter moral apaga el fondo de Conocimiento, tan completo como los demás. Constituye un fuerte contraste con la Cábala negra atlante, basada totalmente sobre el sexo, es decir, la sexualización o dualización de la Causa causal, Dios Único Desconocido. El mundo cristiano podrá caer en la tentación de acusar a esta teología de ser Magia Negra, Magia del Mal, lo cual es tan absurdo como querer enviar a nuestra madre al infierno por habernos hecho nacer en el pecado. Si los primeros cristianos hubieran seguido los consejos de San Pablo respecto a la castidad nadie hubiera podido propagar la nueva Fe. Quien busca a Dios debe contemplar su obra: es el Libro que hay que aprender a leer rompiendo los siete sellos. El Mal está en el Origen, es decir, en la Consciencia, cuando el Conocimiento deviene Saber y la Inteligencia del Corazón cae en el “laboratorio del Diablo”, el cerebro, imitador de la obra creadora. Hay mucho más mal real en nuestra Ciencia racional que en los ritos sexuales de la gran selva de África. La Cábala no es el esoterismo de los textos sagrados. Es el historial de la consciencia del alma. Historia es sucesión en el Tiempo. Esoterismo es Inteligencia del Corazón, visión espacial, fusión. Fuera del Tiempo. Éxtasis.
XIX
EL ESOTERISMO NO ES UN "SENTIDO PARTICULAR ESCONDIDO EN UN TEXTO"; ES UN "ESTADO DE FUSIÓN” ENTRE EL ESTADO VITAL DEL LECTOR Y EL ESTADO VITAL DEL AUTOR; ESTO EN EL SENTIDO DE LA VISIÓN ESPIRITUAL, ESPACIAL, SINTÉTICA, LA CUAL, PRECISAMENTE, CESA CON LA CONCRETIZACIÓN DEL PENSAMIENTO. LA ENSEÑANZA ESOTERICA SÓLO ES, PUES, UNA "EVOCACIÓN” Y NO PUEDE SER MÁS QUE ESO. LA INICIACIÓN NO RESIDE EN EL TEXTO, SEA CUAL SEA, SINO ENLA CULTURA DE "LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN”. ENTONCES YA NO HAY NADA “OCULTO” NI “SECRETO” PORQUE LA INTENCION DE LOS “ILUMINADOS”, DE LOS “PROFETAS” Y DE LOS “ENVIADOS DEL CIELO” NO ES ESCONDER SINO MOSTRAR. ESTE último párrafo no necesita comentarios. Todo lo que podían implicar estas simples proposiciones ya está dicho. Ojalá pudiera el hombre de nuestro tiempo, el cual —debido al supuesto confort que le proporciona su técnica científica— degenera cada vez en la materia, comprender que, si la finalidad de lo que impulsa la vida de este cuerpo es sobrevivir y liberarse de lo mortal. El medio para alcanzar esta meta no es más difícil que “vivir''. Y esto es precisamente lo que pocos saben hacer. La única preocupación de la gente es distraerse, tener e/ tiempo ocupado— preocupación que les separa cada vez más de esta muerte que, por otra parte, tanto temen. Vivir no es trabajar. Si nos vemos obligados a trabajar para ganarnos la vida, esta sentencia contribuye a nuestro sufrimiento, sufrimiento a través del cual debemos adquirir la Inteligencia del Corazón, meta espiritual de nuestra vida. Basar la existencia en el trabajo es tan estúpido como basar la sociedad humana en el principio económico. El amor a la obra hace que el trabajo sea agradable y el orden económico le acompaña después. La mecánica, emanación de una consciencia equivocada, y por añadidura la falsa moneda, han sido la causa y los medios de acción de los dirigentes ambiciosos para conducir a este mundo a la miseria. Se producirá una reacción que echará a perder las expectativas de los malos Maestros. La chispa divina dormita en el hombre y cuando se despierta nada se le resiste.
Hemos intentado plantear las nociones de lo que significa el Esoterismo; nos faltan palabras para ser más claros. A menudo las ideas ni se explican ni se enlazan —es mejor que así sea. Respecto a las palabras, su sentido debe emplearse de diferentes formas: la escritura de los Neter medou no forma parte del Diccionario de ideas momificadas.
A los filósofos actuales les costará ponerse de acuerdo sobre el sentido de las palabras Inteligencia, Razón, Entendimiento, Consciencia... No les falta poder y sutilidad de pensamiento, pero ignoran la Génesis. Para ampliar el vocabulario es preciso que las nociones sean suscitadas por la Consciencia. Es inútil, pues, querer enriquecernos con palabras para las cuales no tenemos un sentido, aunque las necesitemos. Nuestros filósofos podrán elaborar sistemas filosóficos y analizar todo lo que quieran pero, a la larga, deberán recurrir a la Fe (afirmación no demostrable) o a la Negación para franquear el obstáculo que se interponga. La vía de la Navegación es la más fácil y por la que se decantan la pereza y la impotencia, por ateísmo o simple indiferencia racionalmente justificada. La filosofía especulativa es vana: cualquier explicación de la Vida, de su origen y de su finalidad, será siempre un circuito alrededor de un punto central que no se puede definir lógicamente. Esta búsqueda no es estéril pero debe acabar cuando la Razón adquiere la certeza de la existencia de este punto, porque, si no, se convierte en un vagabundo entre la niebla de las suposiciones, de mil caminos que no conducen a ningún sitio. ¿Cómo expresase pues? Cómo se han expresado los Sabios de siempre: a través de la imagen y el Mito. La forma más sutil de decir la Verdad la encontramos en la doctrina pura del Tao; pero, salvo sus directrices generales, el Tao-Te-King es inaccesible, incluso para los eruditos chinos actuales. Un principio simbólico (incluso jeroglífico) ha guiado la formación del ideograma chino y en él puede encontrase la expresión esotérica perdida por la convención ideogramática, del mismo modo que la cursiva demótica borró el origen jeroglífico en las subsiguientes adaptaciones alfabéticas. En todas partes encontramos el mito, ya sea brahmánico, judío o cristiano. Que los cristianos no nos acusen de querer negar una realidad histórica. Para nosotros el Mito es una realidad y no una convención; es el principio natural representado y no puede serlo “en verdad” si no ocurre al hecho natural. Que este principio tenga después una Formasíntesis, es decir, devenga una encarnación, no es tan extraordinario. La mentalidad de un Tiempo (su carácter) no es un fluido lanzado en todas las direcciones del espacio, es la Idea no situable, que se configura mental y corporalmente cuando el instrumento de su manifestación ya está
preparado: Inteligencia del Corazón, Génesis cósmica. Así pues, de la Idea brotan ideas de todas partes al mismo tiempo. El fin del Egipto faraónico es el fin de un ciclo cósmico y no de un reino, Osiris, a través de Isis-María, ha engendrado al Horus -Cristo anunciado, contenido, conocido en el esoterismo faraónico. Entrando el Tiempo (fase de la Génesis Cósmica) en el Signo de Piscis nació el Niño Divino. Nació del Espíritu, de la Necesidad engendrada por la caída del Verbo en la Materia, la Naturaleza, en el relevo de los ciclos del Mundo, gracias a los cuales la ruptura del equilibrio primordial, a través del Saber, deviene la Consciencia en Sí. Fusión consciente del Ser en sí mismo. Lo virtual se hace efectivo a través de la realización de la Forma en todos los aspectos posibles. Pero Jeshua-Jesús cayó del Cielo con toda la perfección de la Forma final de la Naturaleza, y esto es el anuncio de un Fin. LUXOR, NAVIDAD 1947.