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por Walter A. Schulz ilustraciones por Janet Schulz
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y
por Walter A. Schulz ilustraciones de Janet Schulz
ediciones Lerner/Minneapolis
Para Cheryl McHenry, amiga de los niños y los libros, y amiga nuestra.
Traducción al español: © 2007 por ediciones Lerner Título original: Will and Orv Texto: copyright © 1991 por Carolrhoda Books, Inc. Todos los derechos reservados. Protegido por las leyes de derechos de autor internacionales. Se prohíbe la reproducción, almacenamiento en sistemas de recuperación de información y transmisión de este libro, ya sea de manera total o parcial, de cualquier forma y por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, de fotocopiado, de grabación o de otro tipo, sin la autorización previa por escrito de Lerner Publishing Group, excepto por la inclusión de citas breves en una reseña con reconocimiento de la fuente. La edición en español fue realizada por un equipo de traductores nativos de español de translations.com, empresa mundial dedicada a la traducción. ediciones Lerner Una división de Lerner Publishing Group 241 First Avenue North Minneapolis, MN 55401 EUA Dirección de Internet: www.lernerbooks.com
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data Schulz, Walter A. [Will and Orv. Spanish] Will y Orv / por Walter A. Schulz ; ilustraciones de Janet Schulz. p. cm. — (Yo solo historia) ISBN-13: 978–0–8225–6263–4 (lib. bdg. : alk. paper) ISBN-10: 0–8225–6263–4 (lib. bdg. : alk. paper) 1. Wright, Orville, 1871–1948— Juvenile literature. 2. Wright, Wilbur, 1867–1912—Juvenile literature. 3. Aeronautics— History—United States—Juvenile literature. I. Schulz, Janet, ill. II. Title. III. Series. TL540.W7S3818 2007 629.130092'2—dc22 [B] 2006011106 Fabricado en los Estados Unidos de América 1 2 3 4 5 6 – JR – 12 11 10 09 08 07
eISBN-10: 0-8225-7201-X eISBN-13: 978-0-8225-7201-5
Nota del autor Los sucesos ocurridos el 17 de diciembre de 1903, cuando Wilbur y Orville Wright hicieron el primer vuelo en una aeronave con motor, cambiaron la historia del mundo. Los hermanos Wright construyeron muchas de las piezas de su máquina voladora en su taller de bicicletas de Dayton, Ohio. Después probaron sus ideas en las dunas de Kitty Hawk, en Carolina del Norte. Pronto mostraron al mundo cómo volar como las aves. Hasta que Wilbur y Orville reunieron las ideas necesarias, nadie había construido una máquina que pudiera despegar del suelo y volar. Los hermanos no inventaron el vuelo artif icial, pero desarrollaron el método que permitió que la primera aeronave propulsada por un motor subiera, bajara y girara. Wilbur y Orville crearon manualmente todas las piezas, incluida la hélice, y hasta construyeron el motor para la nave que nombraron “Flyer”. El libro Will y Orv está basado en registros históricos de ese día con viento de diciembre, hace tanto tiempo. Las palabras de los personajes de esta historia fueron inventadas por el autor para dar vida al suceso. Cinco personas presenciaron el primer vuelo del Flyer: cuatro hombres de la estación de salvamento cercana, y otro identificado como “el joven Johnny Moore, de Nag’s Head”.
Johnny Moore miró por la ventana. El cielo estaba lleno de nubes grises de invierno. El viento era tan fuerte que el techo se sacudía. 5
—No vas a pescar hoy —dijo su madre. Johnny refunfuñó. Otro lento día de arreglar redes y cumplir con quehaceres. Su madre sonrió. —¿Qué tal si les llevas pescado a los hombres de la estación de salvamento? —le preguntó.
Johnny se puso de pie de un salto. —¡Volveré temprano! Se puso el abrigo y corrió por la playa. Las grandes olas rompían en la costa. 7
Johnny vivía en una de las arenosas islas de Carolina del Norte llamadas los Bancos Externos. Las islas podían ser muy peligrosas. Cada año, el mal tiempo hacía naufragar muchos de los barcos que pasaban cerca.
La gente de las estaciones de salvamento rescataba a muchos marineros de los barcos que se hundían. A Johnny le gustaba visitar a los valientes hombres estacionados cerca del pueblo de Kitty Hawk.
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Pero más que nada, le gustaba observar a los hermanos Wright, Wilbur y Orville. Los hermanos vivían al pie de una gran colina, cerca de la estación de salvamento. Ellos volaban por la ladera en grandes planeadores. 10
Durante tres veranos, Will y Orv habían venido a Carolina del Norte desde Ohio. Decían que las islas eran peligrosas para los barcos, pero eran el mejor lugar para probar sus planeadores, unas máquinas que volaban con el viento. 12
El viento soplaba todos los días. La arena era blanda. No había árboles ni piedras contra los que pudieran chocar. 13
Muchas personas de los pueblos cercanos creían que Will y Orv estaban locos. Johnny pensaba que eran muy inteligentes. Una vez, Johnny oyó a unas personas hablar sobre Will y Orv. —Vi a Will bajar volando la colina, ¡igual que un pájaro! —les dijo Johnny. —Un ave puede volar adonde quiera —respondió una mujer—. Un ave puede despegar del suelo; no necesita una colina desde donde saltar. Todos se rieron, menos Johnny.
Una vez, Johnny vio la cosa más extraña mientras visitaba a Will y Orv. Los hermanos estaban poniendo un motor en el gran planeador. Llamaban a este planeador su máquina voladora. La bautizaron Flyer. 16
Ese año, Will y Orv no habían vuelto a casa al final del verano, sino que se habían quedado para probar el Flyer. Will y Orv le dijeron a Johnny que nadie había volado usando un motor en una máquina voladora. 17
Tan solo la idea de volar hacía que el corazón de Johnny latiera con fuerza. Bajar por la colina en planeador era emocionante, pero volar en el cielo con las aves lo asustaba. ¿Y si el motor se detenía? ¿Y si una de las alas se rompía?
El viento todavía soplaba cuando Johnny llegó a la estación de salvamento. Abrió la puerta. —Hola, Johnny —dijo el señor Daniels—. Veo que nos has traído pescado. Johnny se sentó a la larga mesa. 19
—El otro día, Will y Orv intentaron volar en su máquina —comentó el señor Daniels. —¿Se refiere a la que tiene motor? —preguntó Johnny. —Sí —respondió—. Pero no funcionó. La máquina dio un gran salto y después se estrelló en la arena. 20
—Esas hélices giran muy rápido. ¡Ni siquiera las puedes ver girar! —dijo el señor Daniels. —¿Hélices? —preguntó Johnny. —El motor hace girar dos grandes aspas, que son las hélices. Son las que empujan el planeador hacia arriba —explicó el señor Daniels. 21
Johnny estaba sorprendido. —¡Will y Orv deben ser las personas más valientes del mundo! —exclamó Johnny. —Puedes estar seguro de eso. Otros intentaron hacer lo mismo con una máquina voladora, pero se cayeron en medio de un río —comentó el señor Daniels. 22
En ese momento, oyeron una voz que gritaba desde la torre de observación. —¡La bandera está izada! —gritó el señor Wescott—. ¡Will y Orv probarán de nuevo la máquina voladora!
De un salto, Johnny se levantó de la mesa. Sabía que la bandera era una señal. Quería decir que los hermanos necesitaban ayuda con una de sus máquinas. Cuatro de los hombres salieron rápidamente. Johnny corrió para alcanzarlos.
Cuando llegaron, Orv salió del primer cobertizo. Se había puesto una corbata. Los hermanos siempre vestían bien. —Hola, muchachos —saludó Orv—. Excelente día para volar.
Uno de los hombres respondió: —El viento sopla demasiado fuerte. Es un excelente día para romperse el cuello. —No podemos esperar más —dijo Orv—. El clima está empeorando. Ya llevamos varios meses de atraso con las pruebas del Flyer. 26
Johnny pensaba en la otra máquina voladora que se había estrellado. Miró hacia arriba y vio una gaviota. Estaba tratando de volar contra el viento. Si el ave tenía dificultades, ¿cómo podrían volar Will y Orv? No quería que sus amigos se lastimaran. 27
Will salió del cobertizo. —El viento está fuerte. Sopla a más de 25 millas por hora, Orv —. Parecía muy preocupado. Orv miró hacia arriba, al cielo gris. —Hoy es nuestro día, Will. ¡Es el día en que por fin volaremos! —contestó Orv. Abrió las grandes puertas del segundo cobertizo. Adentro, en la oscuridad, estaba el Flyer. Era mucho más grande que los planeadores, pero no parecía muy resistente. El Flyer parecía estar hecho de palillos y tela. 28
Johnny vio el motor en el ala de abajo. Las dos hélices estaban detrás de las alas.
Will se subió al Flyer y se acostó boca abajo sobre una tabla de madera que estaba junto al motor. Hizo algunos ajustes hasta que quedó cómodo. Unos cables que llegaban a las alas estaban unidos a las tablas sobre las que estaba acostado. Cuando Will movía las tablas de un lado a otro, las alas se torcían y cambiaban de forma. 30
—Éste es el secreto para volar, Johnny —dijo Will—. Otras personas han volado en planeadores, pero esta máquina voladora puede cambiar de dirección. Cuando me muevo, las alas giran como las de un ave.
Orv se volvió hacia Johnny. —Mira el motor que construimos —le dijo—. Es tan fuerte como ocho caballos. Johnny se había quedado sin habla. No podía creer que ese pequeño motor tuviera siquiera la fuerza de un solo caballo. 32
Will se bajó del Flyer. —Estamos listos. Bajemos las vías —dijo. Sacaron unas piezas de madera lisa. Después las colocaron en fila para formar una pista. El Flyer no tenía ruedas, sino patines, como un trineo, para no hundirse en la blanda arena.
Johnny ayudó a mantener el Flyer en la pista. El viento casi lo levantó, pero Johnny y los demás lo sostuvieron con todas sus fuerzas.
Orv se subió a la máquina. Se acostó en la tabla cerca del centro del ala y le dio vuelta a su sombrero para que no saliera volando.
Entonces, le dio la señal a Will. —¡Vamos, muchachos! —gritó Will—. ¡Animemos a Orv! ¡Nadie ha despegado nunca del suelo usando un motor! Will corrió hacia una de las hélices y comenzó a girarla.
El motor arrancó con un fuerte rugido: “RRRRR”. El estruendo hizo saltar a Johnny. Salió humo negro de un tubo. El Flyer comenzó a sacudirse. Parecía que se iba a desarmar.
Johnny miró a los que sostenían al Flyer. Todos parecían asustados. Orv se volvió hacia Johnny, le sonrió y le hizo una señal para que soltara la máquina. Johnny soltó el ala.
Orv soltó el cable que amarraba la máquina a la pista. El Flyer comenzó a moverse lentamente. Will sostuvo un ala y comenzó a caminar con el Flyer. Pronto estaba corriendo. El Flyer ganó velocidad rápidamente. Por último, Will lo soltó. —¡SE ELEVA! El Flyer se había elevado de la pista.
La máquina voló hacia el viento, se elevó y de repente se desplomó en la arena. Johnny estaba asustado. Todos comenzaron a correr.
Orv yacía muy quieto sobre el ala. El motor estaba andando. Las hélices seguían girando. —Orv, ¿estás bien? —gritó Will. No hubo respuesta.
Por fin, Orv se movió. Se estiró y apagó el motor. Lentamente, se puso de pie. Orv bajó al suelo y se sacudió la arena del rostro. —Creo que ahora sí volamos, Will. ¿Cuánto volamos? —preguntó Orv con una enorme sonrisa. —Doce segundos. ¡Y más de 120 pies (36 metros)! —exclamó Will. Los dos hermanos se dieron la mano con gran alegría. Will se volvió hacia los ayudantes y dijo: —Ustedes son los testigos oficiales del primer vuelo propulsado. Una máquina voladora con un pasajero despegó gracias a su propia fuerza. ¡Y voló bajo control! 44
Orv miró a Johnny. —Lo que has visto, jamás había ocurrido antes. Somos los primeros. No podríamos haberlo hecho sin tu ayuda y la de los demás. Recuerda siempre el 17 de diciembre de 1903. 46
El Flyer voló tres veces más esa mañana. Los hermanos se turnaron. Will permaneció en el aire casi un minuto. Recorrió más de 850 pies (260 metros).
Al volver a casa esa noche, Johnny supo que Orv tenía razón. Nunca olvidaría ese día. Las gaviotas volaban sobre su cabeza. Ahora, Johnny sabía que las personas podían volar, igual que las aves.