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Liber I Thot-M MCMXCI e.·.v.·. MM e.·.v.·.
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Liber I
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Reflejo
La Trilogía: Opera Rock - Ensayo - Obra Teatral por:
frater Thot-M © Marco Albornoz †, 28 de setiembre de 2000 e.v. - año I e.z. desde: XXVIII septiembre de MCMXCI e.v. Luna en Capricornio hasta: XXVIII de septiembre del año MM e.v. Luna en Vía Combusta I.S.B.N.: 987-21210-1-x Ediciones AMERIKA MD & A
C.U.I.T.: 20-25212376-9 San Luis 530 - (T 4000 IZL) San Miguel de Tucumán - Tucumán - República Argentina Tels. 54 381 4 205371 / 4 240474 e-mail:
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Marco Albornoz Colaboración:
Eduardo Farber • Darío Albornoz • Florencia Gianiodis • C.C. • Héctor Ostengo Mónica Talamas • Gabriel Lanciotti • Alejandro Contreras • Facundo Albornoz Fotografías:
Carlos Darío Albornoz Para:
Centro de Estudios Herméticos y Alta Magia La Duat http://groups.msn.com/LaDuat .´. e-mail:
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LOS LIBROS DE THOT-M Primera Tríada I
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Frater Thot-M Reflejo : la trilogía : Opera rock, ensayo, obra teatral : Liber I. - 1ª. ed. – San Miguel de Tucumán : Amerika MD : La Duat, 2004. 1 E-Book.- (Los libros de Thot-M. Primera triada dirigida por Marco Albornoz ; 1) ISBN 987-21210-1-X 1. Opera Rock. I.Título CDD 782.1 CATALOGACION 03-03-04
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático. Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723
† “Dos Caras” de la misma moneda, expresiones ocultas del sentido de supervivencia. Estoy dispuesto a enfrentar mi experiencia sin tomar antes el camino espinoso. Entro y salgo del escenario, dispuesto a sufrir el “Reflejo”. A través de los símbolos de la historia y el lenguaje de las palabras mágicas, presento mi libreto, como una de las dos “caras”.
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a LizBeth ............. reina Escarlata
No permitáis que mi corazón, milady, se congele de ardiente dolor; porque voy a extrañar vuestra dulce voz, fuera en mi jardín, durante la noche entera y el rocío. Estaré atento, cual heraldo, que aguarda tardía señal de Mercurio. Si arden mis ojos venceré el sueño. Si mis fuerzas me abandonan, desmayaré con vuestro recuerdo en mis labios. Si la “esperanza” se inicia con la “espera”, entonces acepto el “dolor” que rima con “amor”… Yerba Buena, provincia de Tucumán © Marco Albornoz, 25 de mayo de 1999.
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Mis agradecimientos por esta nueva edición 2004 a: Cristina del C. López, Penélope, Facundo, Darío y C. Darío Albornoz, Mónica Talamas, Flor Gianiodis, Gabriel Lanciotti, Eduardo Farber, René Quirós, Anabel Bessone, Mónica Lozano, Arturo Varela Julieta de La Zerda, Matilde Silva, Victoria Villafañe, Rose, Ceci, Eugenia Schabbas, Verónica Buiatti, Fernando Mele, Martin Brunet Michal, Sergio Trejo, Maximiliano Orden, Elizabeth Taulo y Gabriel López de Rojas
Tapa primera edición año 2000 e.v.
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La Trilogía Reflejo Primera Parte
Opera-Rock Segunda Parte
Ensayo
Tercera Parte
Obra Teatral
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PROLOGO
Aquí comienza el sueño de los sueños… Un bosque de laberintos, donde no puede entrar el dolor ni siquiera de espaldas. Aquí comienza alguna forma de esperanza que pocos tienen guardada bajo Siete Llaves. Antes, ¿cómo podía expresar la caricia, si hay corazones que duermen con las puertas cerradas?, ¿cómo podía expresar el beso sin estar segura de que sería sincero? Gira, gira, corazón malherido por memorias e imágenes que duelen, aunque te rompas. ¿Cuál será mi destino?, no seré el agua oscura que beben ciervos y cazadores, ni la encantada música de un flautista que hechiza duendes y ratones, ni el perfume alucinógeno que se lleva las horas. Ni siquiera un espacio donde pueda ver cómo se aman las luciérnagas, ni una estepa de frases de noche y vacío. Sin embargo, yo seguiré esperando… ese algo… ¿…?… Pesadilla… pesadilla… ante la pesadilla y la locura por el grito del fantasma de la ópera que entró en mi interior, que desea decirme algo, pero no llego a escucharlo… Sólo son murmullos, imágenes, voces que se cruzan y alguien… Ante el temor, la desesperación y aquel hechizo alguien se acerca…, sin mirarlo se muestra fuerte, optimista; sin mirarlo lo veo; al mirarlo sin conocerlo lo conozco: Habla sin voz, con garganta de arena, habla por los labios pintados, habla sin labios…; no habla…, y comprendo su silencio
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estando a mi lado. De pronto llueven confusiones del cielo, y las estrellas prefieren quedarse mudas antes que aconsejarme. Estoy rodeada de fantasmas que temen ser ellos mismos. Pero hay alguien, como una gacela de lumbre, tiene la forma de la ausencia pero está presente… Ahora siento que él soy yo… y yo soy él… y los sueños continúan, tengo miedo a la esmeralda que ellos ocultan, donde las historias surgen a partir de la nada… y el exilio. Esto parece como un espejo que refleja mi delirio, pero… ¡¡¡… No…!!!
Tu voz, al decir cantando lo que tu corazón cultiva, es una voz que estremece y deja a mi alma soñando…
Encontré en el lugar menos esperado del camino al fantasma que se transformó en el ser más profundo y dulce que jamás conocí. Es el tesoro más preciado que un corazón indómito —y vacío como el mío— puede guardar en su “Caja de Cristal”.
Florencia Gianiodis “El Fantasma”, San Miguel de Tucumán, Tucumán, República Argentina. 25 de octubre de 1995.
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INTRODUCCION
«¿Quién soy, pues, si esa Corona de la Humanidad no alcanzo, esa perfección, que enciende mis ansias?», dice el inolvidable Dr. Johann Fausto mientras firma el pacto de Mephistophiles… Si a lo largo de un camino de nueve años (cual número de círculos Dante describió en su “Infierno”) presiento que mi obra ha recorrido su curso de manera correcta, entonces mi necedad me hace tan ciego como a los sujetos que responden a las leyes sin cuestionarlas por temor a la libertad. Todos las expresiones de la vida se concretan en las formas más incompletas de las que somos testigos día a día. Las expectativas de mi proyección nunca respondieron a la simple pregunta de: “¿a dónde es que voy?”, sin embargo, pude encarar mi viaje hacia el conocimiento con la paz que fortalece.
Cuando niño experimenté, en estado de ensoñación, que la lucha entre el Dios y el Diablo se manifestaba en una poderosa y violenta tormenta; fue en ese momento que descubrí la gran diferencia de luz que los representaba en la contienda… Años después me vi reflejado —y seducido— con la forma que la Iglesia católica le dio al Mal, y contraataqué su mensaje con la profundidad de mi interpretación de la Verdad. Si bien los principios para entrar a ella fueron los mismos del pensamiento agustiniano, dejé —por el contrario— a su propio
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albedrío a la razón, sin la intervención de ningún tipo de gracia… No fue fácil, lo sé, mas no cuestioné los medios utilizados para tal fin. Verme identificado con el griego Pan no definió que fuera tan noble como aquella divinidad, me convenció el que, a causa de su fealdad, ahuyentaba y atemorizaba a sus cercanos. Así descubrí la obra del Cristo, aquel dios católico — autodefinido como la reencarnación del hebreo Abraham— nacido en el pesebre del pagano Adonis; fue el ejemplo más claro de una ideología que generó algunos resultados nocivos para la humanidad, pues su sacrificio por nosotros, y la mala interpretación de su obra, alimentó al poco esfuerzo de la gente por realizar sus propios sacrificios. —Si yo opto por el camino de espinas en mi experiencia, es porque quiero en el futuro, cuando quizá elija uno distinto, saber dónde estoy parado y qué estoy haciendo…—. Con milagros, evidencias alienígenas, o sin ellas, no vivo en el mundo para justificar cómo alguien sufrió por mí para su propia inmortalidad, éso es temerle a la libertad, que es bastante dura en esta realidad. La esencia de los hombres es libre, totalmente, no responde solo al ejemplo de la historia y las leyendas, pues son parte fundamental del crecimiento de la humanidad toda y la vida en armonía de todos los elementos de la Naturaleza: somos los magos de las especies. «El yin y el yang, la causa y el efecto, el supramundo y el inframundo son parte del todo y los seres humanos los encargados de unir lo divino y lo terrenal en el Najt (tiempo-espacio)» expresa Ludovica Squirru.
¿Cuáles son los límites de mi creación? Yo soy la esencia de la vida misteriosa, no oculto las posibilidades de mi respuesta,
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mas no es definitivo ni absoluto… Quiero saber dónde está mi espíritu, porque sólo así seré libre. Quiero encontrarme en el punto más contradictorio de mi sabiduría y contestar así a la pregunta de todos los Tiempos, ingresando al plano de consciencia que me permita enfrentar con claridad a la Luz y descubrir su esencia, para comprobar así, que todo lo que vibra conforma la extensión de mi experiencia —y viceversa—, que no hay límites entre los múltiples planos de consciencia porque “nada es absoluto”, y que no fuimos creados por alguna milagrosa habilidad improbable a la que todos temen enfrentar, porque “como es arriba, es abajo”. Compartimos la esencia que liberamos cuando la conocemos, y luego la limitamos a causa del pudor inculcado por las Escrituras; los conceptos ciegan la verdad saturada de información y acaba aplastándonos como una gran roca, llevamos así el peso de la culpa y el temor de enfrentar el pecado a lo largo de toda nuestra obra. ¿Qué es Dios…?, ¿por qué cuestionamos el principio de la Vida, si antes de nosotros había Nada?, ¿entonces hay Nada absolutamente en nuestra Vida?, ¿somos extranjeros de nuestro suelo? El placer que causa la búsqueda de Pan (Todo) nos pauta la miserable necesidad de acabar con las posibilidades de entrar en ese mundo prohibido por las Santas Leyes… ¡Idioteces!, ¡somos más que éso! ¿Cuánto más podremos aguantar tal presión? Nacemos con el pecado original para comprender que en el Nagual, los que se creen creadores, acabarán crucificados… “porque así lo dicta la Ley divina…”.
Mientras que el paraíso prometido es sólo el premio por haber descubierto el interior propio, la paz indescriptible causada
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por la liberación de culpas, es el comienzo comprometido de la búsqueda de la felicidad, de la admiración y voluntad propia, y el amor… La moral es un código de control de calidad de vida, no hace a la obra de los hombres ni es generosa con los recién nacidos. Mezquina como el miedo, provoca en los emisarios de las especies y en los ángeles la feroz “venganza” por haber ocultado la Verdad… “Procure el filósofo imitar en su obra a la Naturaleza… El mundo no es sino una continua metamorfosis” (Jean D’espagnet). Oí una vez decir que casi nadie cree en la Magia, ¿pero qué significaba realmente aquello?, ¿acaso ese ser, lo único que deseaba comprender, era que casi nadie recuerda las antiguas creencias, las que existieron desde antes del comienzo del tiempo y el espacio? Con René Descartes (1596-1650) y su sustitución del pensamiento aristotélico por el cartesiano en la nueva visión del mundo, una lucha entre la superstición y la razón, comenzó el declive de la creencia en las brujas o stregue, y la religión más antigua del mundo… Entonces pensé en ingeniármelas para ver cómo escapar de la metáfora de Ouroboros que desde el comienzo de mi obra me había acompañado, y llegué a comprender lo que una gran amiga me ilustró con la llave que abre la “Caja de Cristal”, aquella que forma mi aparente prisión eterna. Después de experimentar con la autoflagelación —para pagar por los daños causados—, visualicé fuera del círculo, que los muertos que revivirán en Armagedón, son los mismos sencillos fantasmas que no me atreví a enfrentar por terror a lo que me puedan causar, pero, ¿¡cómo temerle a mi propio efecto!?, ¿acaso aquella causa no fue más que una insignificante excusa por realizar bien la tarea?
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Creo que viví intentando reparar el error del egocentrismo occidental, quizás para ofrecerles a mis seres amados el Jardín del Edén, o el Vellocino de Oro, ¡no lo sé!, con todas las artes que aprendí, y con mis estudios más concretos, aún no alcancé a fabricar oro, pero descubrí el tesoro más precioso por la trascendencia que lo representa en mi vida, pues los conocimientos son un bien poderoso que constituyen las almas en este plano de consciencia, en esta dimensión conocida… en la que buscamos siempre el mismo tesoro: el “Rubí de la Corona”, o simplemente, “la piedra filosofal”. “La base de la magia es la creencia en el kosmos, es decir, un universo ordenado y coherente en el que todas las partes están mutuamente relacionadas… Se supone que el poder que ejercen las brujas es el poder natural obtenido mediante su comprensión de estas relaciones ocultas y su capacidad para controlarlas…” (Jeffrey B. Russell). Según el planteo de Russell, hoy rescatamos el legado que desde principios del Siglo XIX comenzó a resurgir, con exponentes importantísimos como Karl Ernst Jarcke, quien en 1828 glorificaba el pasado de un nacionalismo alemán —del que partieron los nazis para auspiciar una ‘seudoreviviscencia’ de la antigua religión de los teutones—, sir Walter Scott en Inglaterra (1830), y Franz-Josef Mone (1839), quien afirmó que la brujería procedía de un culto precristiano clandestino de un mundo grecorromano emparentado con Dionisio y Hécate, practicado por los estratos más bajos de la sociedad. «En 1862 Jules Michelet, al contrario de Mone, declaró que la brujería era una manifestación temprana del espíritu democrático, que había surgido entre campesinos oprimidos de la Edad Media, quienes habían adoptado un antiguo culto a la fertilidad como protesta a la Iglesia y a la aristocracia feudal —este principio fue planteado posteriormente para ser adaptado al movimiento ideológico marxista; hoy principalmente representa la tradición histórica en la que hunde sus raíces la brujería neopagana—» expresa Russell.
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Durante mi investigación sobre shamanismo, hoy muy afectado por la tradición judeocristiana, describí un camino de nueve años marcando todos los aspectos y experiencias que me influenciaron. Estoy convencido de que los shamanes (chamanes) son los únicos seres que tienen acceso al mundo de los muertos, aquel que habita bajo la superficie de las aguas —el mundo invertido en el “Reflejo” del paisaje en una laguna…—. Pero la brujería y sus principios siempre nos presentarán inconvenientes a la hora de comprobar su existencia en el universo escéptico-humano, pues «plantea un problema de validación. Mediante el pensamiento crítico, cuanto más distantes estén un supuesto fenómeno y las experiencias ordinarias, mayor será la necesidad de evidencias que lo comprueben». Por ello, con la magia y sus catalogados “incoherentes medios de operación”, buscamos el conocimiento (al igual que con la ciencia o las religiones). Dice Russell: «El interés por el ocultismo aumentó para finales del Siglo XIX, con fuertes representantes en Europa como los rosacruces, la Order of the Temple of Orient, Lévi y Huysmans, pero fue una obra la más influyente: “Hermetic Order of Golden Down”, que contaba con miembros como Butler Yeats, el legendario Bram Stoker y Aleister Crowley, entre otros. Este último, quien se representaba a sí mismo con un símbolo fálico en su cabeza y un medallón con la inscripción “La gran bestia 666” —referencia del “Libro de las Revelaciones”—, rendía profunda devoción a Pan, y colaboró con la fundación de la brujería moderna que llegó de la mano de Gerald Gardner».
“La Trilogía Reflejo” intenta agregar a nuestro riquísimo patrimonio cultural, una página más en la historia y la memoria de los pueblos, acercando a su vez, una óptica distinta para volver a vivir aquellas fantásticas leyendas que abuelas y padres nos
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contaban en las noches de invierno cuando niños. Así recorre el personaje de nuestra fantástica historia: Pan —quien según la tradición habría muerto al nacer Jesús—, por el fascinante mundo de la vida, la madurez y las experiencias, que tienen como propósito, la convivencia armónica de los seres, el conocimiento y la supervivencia con los códigos de la sociedad universal en la isla del Tonal, buscando principalmente, el camino de regreso hacia el Nagual.
Pero antes de comenzar, quiero advertir al lector, que sólo aquellos atrevidos viajeros de los planos de consciencia descubren que solo las palabras argóticas hacen a la profunda comunicación que merecemos, y que para llegar a ella, inventaremos códigos comunes —herméticos— ó disfrazaremos con “Dos Caras” el enfrentamiento en el futuro; tal vez, algún día, recorramos el camino medio entre lo grotesco de nuestra experiencia concreta… y lo sutil de las ideas.
† Yerba Buena, Tucumán, República Argentina. 19-20 de enero al 5 de mayo del 2000
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La diferencia entre los hombres que creen y los que no está en que los primeros viven vestidos con la piel del cordero, mientras que los otros están hechos de la esencia de los creadores.
No puedo responder a una idea de un Dios temible, porque nací libre de las ataduras de la inconsciencia…
Soy la mente que hace y condena con soberbia, sin haber podido encontrar aún, respuesta en una realidad inexistente.†
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Yo canto sobre cosas que me ocurren en la vida, y si es relevante para otras vidas, está muy bien…(Lennon)
a mis héroes Ian Anderson Astor Piazzolla Freddie Mercury Eric Patrik Clapton Luis Alberto Spinetta James Marshall Hendrix Wolfgang Amadeus Mozart
en memoria de Sergio Trejo Maxi Orden
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Primera Parte:
Opera Rock
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PREFACIO
Esta Primera Parte de la Trilogía comienza con la óperarock, que nació a comienzos de la década del noventa. Nos introduciremos en ella echando un vistazo a lo que sucedía en esos años… Corría 1990, a mi hermano y a mí nos habían regalado una guitarra acústica para que tomáramos clases de música. Conseguí rescatar viejos discos de vinilo y cintas que mi padre había guardado: “Cristo Rock” de Raúl Porcheto, “Thick as a Brick” de Jethro Tull, “The Phantom in the Paradise” de Paul Williams y sus favoritos de Emerson, Lake & Palmer. Por mi parte, jamás dejaba de lado la maravillosa música de Queen, ansioso esperaba a que editaran el álbum “Innuendo” en enero del año siguiente. Así comencé a componer mis propias canciones con Darío —mi hermano mellizo—, quien años más tarde se destacaría como uno de los grandes guitarristas de blues de Tucumán. En ese tiempo, con tan sólo catorce años de edad, él interpretaba algunos solos de Clapton y Jimmi Page; mientras yo me enloquecía con las orquestaciones de Rick Wakeman, Génesis, Pink Floyd y Mozart… Le había rogado a mi profesor, Pablo González, que me instruyera en “Rondó alla Turca” (versión para guitarra). Al año siguiente, exactamente el día 28 de setiembre, salimos con mi familia a ver el concierto de Les Luthiers “El reír de los Cantares” en el Teatro San Martín de la ciudad de San Miguel de Tucumán; como vivíamos al pie del cerro San Javier, a
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casi veinte kilómetros de aquella capital, esperábamos los ómnibus que tenían una frecuencia de casi dos horas. Para mi suerte, no alcanzamos el de las diecisiete y debimos volver a casa para esperar el siguiente. Fue en ese preciso momento en que comencé a escribir la obra que experimentaría con mi vida las situaciones más increíbles que un adolescente puede describir… Canté sobre las experiencias propias “reflejadas” en los símbolos: la mitología clásica. Agregué al repertorio mi primera canción “Solo una parte de ti”, en donde conté lo que siempre se reiteraba en mis sueños: los labios y la piel de una Sirena… un futuro profetizado pleno de intensas y excitantes emociones… Ese día “Reflejo” resucitó a Pan, dando a luz a descriptivos pensamientos sobre una bella dama que había conocido en una convivencia de colegios universitarios a comienzos de la década, y un tormentoso presentimiento de lo que esta experiencia me provocaría. Compuse “Sirena’s Blues”, detallando con ella, la imagen del ideal del primer amor, y “Sólo lo que tengo”, escrita inicialmente como una tríada —poesía de los bardos galeses que ayudaban a la memoria enumerando tres personas, tres acontecimientos, o tres observaciones; todas enhebradas en una corta sentencia—. Cuando volví a ver a aquella dama, cuyo nombre era Julieta, —por segunda vez, un año después— yo estaba cantando algunas de las arias de la ópera en rondas de amigos… ella se había mudado de colegio y ahora asistía al mío. Comencé a frecuentarla creando a su alrededor un aire románticamente shakespeariano; durante todos los recreos le acercaba poemas y dibujos de los que ella sabía, eran los personajes de mi obra, la cual aún no conocía en profundidad… Hasta que un día le confesé que la musa inspiradora que durante todo un año había perseguido… era ella.
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Con mi hermano y unos amigos formamos una banda de rock a la que llamamos Niebla Púrpura, en honor a Hendrix, y debutamos en 1992 en el primer concierto al aire libre de la Ciudad Universitaria de Horco Molle, donde estaba nuestra escuela (y muy cerca de casa). Allí presentamos “La inseguridad de Pan” y “Solo una parte de Ti” de mi ópera, más numerosos clásicos de blues. Los integrantes éramos Darío, C.C. y yo…
En 1994 casi mágicamente descubrí los ojos que coincidían con la imagen, ahora completa, de la sirena de mis sueños. Su nombre era Matilde, la más bella mujer que había visto en mi vida. Provocó en mí el deseo de despertar a un mundo totalmente nuevo y desconocido… dulcemente trágico.
Dos años después anunciaríamos la separación de Niebla Púrpura, que hasta ese entonces ya tenía bastantes seguidores. La integraban Darío, C.C., Héctor Ostengo, Daniel Sales y yo.
En 1997, la relación amorosa que con Julieta había alcanzado los cinco años, llegó a su fin; tal vez porque, como en la obra, había sido el cántico de las sirenas de mi fantasía lo que nos había encantado…
Al tiempo fui a vivir con Victoria: The Queen of the Opera…
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PERSONAJES Pan Queen Victoria / La Bruja La Corte de Sátiros Sirena Las Oceánidas / Nereidas / Náyades Mefisto
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ARGUMENTO
PRIMERA PARTE - ACTO I
Hacia los bosques corre para ocultarse un joven, es un pastor de los rebaños y su nombre es PAN, quien es perseguido por los miembros de LA CORTE dirigida por la bella bruja QUEEN VICTORIA (el coro: “Persecución: Hacia el Bosque”). Al llegar a un alto risco debe elegir entre lanzarse al precipicio o enfrentarles venciendo el temor que le fue inculcado por la gente. Mas pronto se da cuenta de que los perdió de vista y, mirando al cielo, cae de rodillas al suelo (aria de Pan: “El Risco / Oscuridad [Parte I]”). Allí cuenta sobre la existencia de un ser maravilloso que debe encontrar para que lo impulse a seguir en el camino, mas no se atreve a acercársele a causa de la imagen que le dieron de él QUEEN VICTORIA y el Mundo. Pronto es vencido por su agotamiento y desmaya, miembros de LA CORTE lo encuentran en las montañas y lo encierran dentro de una prisión de paredes de Cristal esperando a que la hora para enjuiciarlo llegue (el coro: “La Captura: El Risco”). Al despertar se da cuenta de su destino y golpea desesperadamente los muros intentando liberarse, pero le es imposible y se dirige a un extremo de la celda (arias: “Reflejo [Parte I]”, “Cruel Realidad”, “Apocalipsis Interior” y coro: “¿Entiendes lo que Digo?”). De pronto aparece en escena MEFISTO, canta (aria de
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Mefisto: “Jaze”) animándole en su empresa, porque ve en él su propia imagen cuando joven. PAN le contesta con algunos de sus recuerdos (aria: “Graciosa Corte de Sátiros”). MEFISTO desnuda su personalidad para demostrarle lo que es sin exigir respuesta a cambio (aria: “Lost & Broken”), demostrando que no hay diferencia entre los hombres que luchan en la vida (¿acaso un justificativo?). Descubre el “reflejo” en el destino del desgraciado PAN y se va. LA CORTE llega burlándose del prisionero, quien sin rencor, les canta indicándoles sus errores (dúo: “Escape a Ningún Lugar”). Estos lo desaprueban y le contestan (aria de La Corte: “Los Sátiros: Sin embargo no puedes Tocarme”). Al concluir se retiran en silencio. LAS OCEANIDAS, que esperaron ocultas tras un árbol a que LA CORTE se alejara, se aproximan cautelosamente. PAN, al verlas, pide desesperadamente su ayuda (dúo: “Bajo el Cristal”). Al punto les cuenta de su experiencia adolescente, para luego relacionar juntos el comportamiento de la sociedad a seguir a QUEEN VICTORIA con el río de la Gran Fuente (dúo: “La Fuente de Amimona”). Allí las ninfas confiesan su imposibilidad de auxiliarlo solas, pues necesitan de la decisión de él mismo para acabar con la celda. Así puede vencer y destruirla, mas sabe que sólo por un breve tiempo (aria: “Libre: Tan sólo fuera del Cristal”). Corren otra vez hacia el bosque y en el camino las jóvenes se separan imprevistamente de PAN. Intenta buscarlas por fuentes y arroyos pero no las encuentra (arias: “Los romances de Pan” y “Matilde”). Deduce que todo el mundo tarde o temprano acaba alejándose de él a causa, tal vez, de su forma de pensar y de ser.
Pronto encuentra a SIRENA; se miran durante un largo tiempo y logran al fin “ensoñar” juntos (instrumental: “La Mirada
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[¿Un Reflejo?]”, luego aria: “Julieta” y el coro: “Sirena’s Blues”). Ella corre a ocultarse. Ahora PAN la busca pero solo halla a sus compañeras extraviadas, quienes se habían escondido a propósito para que tal “encuentro” ocurriera (aria de Las Oceánidas: “Brumas de Cristal” y dúo: “Fantasías de la Vida [Parte II]”).
PRIMERA PARTE - ACTO II
(El coro: “Nueva Persecución”), QUEEN VICTORIA decide buscar a PAN personalmente ya que no puede fiarse de sus inútiles súbditos Sátiros, miembros de LA CORTE (aria de la Bruja: “Aquelarre”). Ella llega al bosque y, oculta tras una roca, espía a las ninfas y al pastor del caramillo, quienes corean en un claro (el coro: “El Rubí de La Corona [Temor: el Reflejo de Las Oceánidas]” y luego dúo: “Reflejo [Parte II]”). PAN se dispone a confesar un amor distinto a toda fantasía lejana o fantástica, aceptar lo que significa arriesgarse a enfrentar valientemente sus deseos y amar con la convicción de la Verdad (aria: “Rapsodia en Septiembre”). Así acepta la idolatría a una reina histórica que significó el sueño inalcanzable, una diosa humana, una reina semejante a una Virgen, la imagen viva del deseo: Elizabeth. Las jovencitas perciben la presencia de QUEEN VICTORIA y creen que pronto serán convocadas por la “brumas de cristal” que forman las paredes de las Celdas de Cristal a causa de pensar y actuar como el cabrío. En ese momento la bruja sale a cazarlas y PAN, para protegerlas, se interpone en su camino (instrumental: “La Batalla Prohibida [Queen Victoria vs. Pan]”, dúos: “Quiero ver tus Ojos” y “Lágrimas”). El agotamiento de los titanes determina el final de la batalla…
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Ambos se retiran por caminos opuestos: PAN hacia el corazón del bosque, y la reina hacia el Palacio, en donde ordena nuevamente a LA CORTE salir a cazar al pastor. Nuestro héroe se ha enfrentado a su temor eterno en el plano de la realidad que QUEEN VICTORIA gobierna; significó un evento fantástico y extraordinario que jamás había experimentado, a causa tal vez, de los prejuicios inculcados —desde su infancia— para evitar enfrentar todo aquello que involucra la experiencia propia, el conocimiento, la búsqueda de la Verdad y la comprensión del Todo.
PRIMERA PARTE - ACTO III
En el bosque PAN se recuesta sobre el tronco de un árbol caído y canta (arias: “Sólo lo que tengo” y “Alguien a quien amar”), decide que es mejor entregarse a sus “ejecutores” que sufrir por el amor de SIRENA, ya que su vida sin ella no tiene significado, pues es su sueño el recurso más cercano para justificar una absurda actitud depresiva y autodestructiva… LA CORTE lo lleva ante la Reina, quien se transforma en el Gran Juez Mundo (quinteto: “Pan en La Corte”); simbolizando juntos el gran dilema de Vivir, muestran al joven que su propia absolución está sentenciada por su propia identidad, y los que están a su alrededor: LA CORTE, QUEEN VICTORIA, LAS OCEANIDAS, MEFISTO y SIRENA juegan un factor importante en la madurez para la vida en sociedad de los individuos (aria: “La Absolución: El Paraíso de Pan” y el coro: “Puente al Sol [Luz de un nuevo día]”). Mas igualmente sus convicciones no cambiarán con respecto a luchar por la Libertad y Vida misma, a pesar de que lo único que le hace renunciar a la búsqueda de la “iluminación”,
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es no conocer el amor verdadero de la ninfa, de quien llegó a pensar que no quería acercarse a él por la insistente presión que el mundo le causaba (aria: “La Inseguridad de Pan”). LAS OCEANIDAS se aproximan y corean juntos (dúos: “Dos Caras” y “Libertad: Reflejo [Parte III]”) mostrando que la Libertad puede compararse a la “muerte”, que el Cristal es una autoflagelación en Venganza del Amor, y que encontrar la “identidad” de un hombre significa reflejarse en otro para empezar a actuar. Así las nereidas participan de la canción porque forman parte de la lucha por un “ideal libre” y sin prejuicios, que implica triunfos y derrotas, y hace a la esencia de la armonía entre los seres.
PAN se dirige nuevamente al alto risco para meditar. Desea encontrar la respuesta a su comportamiento, necesita allí aclarar el “camino”, comprometerse en la “búsqueda de su interior”, alejarse de la oscuridad y hallar la iluminación, porque sabe que la autocondena y vida culpable lo alejan de los momentos de admiración y autocompasión (instrumental: “Regreso al Risco / Oscuridad [Parte II]”, aria: “Sueño y Réquiem”, el coro: “Detrás del Dolor” y dúos finales: “Nacer de Nuevo” y “Sólo una parte de Ti / Anam-Cara”). Con su hallazgo acaba por arrojar su máscara y descubrir el interior verdadero, reapareciendo bajo la encarnación del personaje MARCO ANTONIO (poema: “La Corona de Elizabeth”). Concluye que el sueño es la dimensión común a todo Universo y Tiempo, donde puede compartir su vida con el recuerdo, dominar la Magia y retornar a la “realidad”.
Desde ese momento sabe que está por enfrentar sus deseos más intensos para convertirlos en una verdadera experiencia propia, desde un punto de partida, libre de temor…
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01] Obertura: La Flauta de Pan [instrumental] —minué—
(Marco Albornoz)
ACTO I
02] Persecución: Hacia el Bosque —rock—
(Marco Albornoz)
03] El Risco / Oscuridad (Parte I) —canción—
(Marco Albornoz)
04] La Captura: El Risco —rock—
(Marco Albornoz)
05] Reflejo (Parte I) —canción—
(Marco Albornoz)
06] Cruel Realidad —hard rock—
(Marco Albornoz / Darío Albornoz)
07] Apocalipsis Interior —rock—
(Eduardo Farber / M. Albornoz / D. Albornoz)
08] ¿Entiendes lo que Digo? —rock— 09] Jaze —funk rock—
(Darío Albornoz)
(M. Albornoz / C.C. / Héctor Ostengo / D. Albornoz)
10] Graciosa Corte de Sátiros —canción— 11] Lost & Broken —metal rock— 12] Escape a Ningún Lugar —rock—
(Marco Albornoz) (Gabriel Lanciotti / Darío Albornoz) (D. Albornoz / Eduardo Farber / M. A.)
13] Los Sátiros: Sin embargo no puedes Tocarme —rap core— 14] Bajo el Cristal —blues—
(M. A. / D. A.)
(Marco Albornoz / Darío Albornoz)
15] La Fuente de Amimona —folk rock—
(Marco Albornoz)
16] Libre (Tan sólo fuera del Cristal) —funk— (M. Albornoz / Facundo Albornoz) 17] Los Romances de Pan —balada—
(Marco Albornoz)
18] Matilde (aria de Pan) —balada—
(Marco Albornoz)
19] La Mirada (¿Un Reflejo?) [instrumental] —vals—
(Marco Albornoz)
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20] Julieta —canción—
(Marco Albornoz)
21] Sirena’s Blues —canción—
(Marco Albornoz)
22] Brumas de Cristal —canción—
(Marco Albornoz / Darío Albornoz)
23] Fantasías de La Vida (Parte II) —canción—
(Marco Albornoz / C.C.)
ACTO II
24] Nueva Persecución —canción— 25] Aquelarre —rock—
(Marco Albornoz) (Marco Albornoz / Darío Albornoz)
26] El Rubí de La Corona —canción—
(Marco Albornoz)
27] Reflejo (Parte II) —canción—
(Marco Albornoz)
28] Rapsodia en Septiembre (aria de Pan) —canción— (Marco Albornoz / Darío Albornoz) 29] La Batalla Prohibida (Queen Victoria vs. Pan) [instrumental] —solo de percusión— (Marco Albornoz) 30] Quiero ver tus Ojos (dúo Queen Victoria y Pan) —disco funk— (Marco Albornoz) 31] Lágrimas —balada—
(M. Albornoz / Darío Albornoz / Alejandro Contreras)
ACTO III
32] Sólo lo que Tengo —rock—
(Marco Albornoz)
33] Alguien a quien Amar —rock—
(Eduardo Farber / Marco Albornoz)
34] Pan en La Corte —canción—
(Eduardo Farber / Marco Albornoz)
XXXVI
35] La Absolución: El Paraíso de Pan —marcha— (Eduardo Farber / M. Albornoz) 36] Puente al Sol (Luz de un Nuevo Día) —rock— 37] La Inseguridad de Pan —canción— 38] Dos Caras —rock—
(M. Albornoz / D. Albornoz) (Marco Albornoz)
(Marco Albornoz / Darío Albornoz / C.C.)
39] Libertad: Reflejo (Parte III) —canción—
(Marco Albornoz)
40] Regreso al Risco / Oscuridad (Parte II) [instrumental] —minué— 41] Sueño y Réquiem —balada— 42] Detrás del Dolor —blues— 43] Nacer de Nuevo —rock— 44] Sólo una parte de Ti / Anam-Cara —canción—
(M. A.)
(Marco Albornoz) (Darío Albornoz) (C.C. / Marco Albornoz) (Marco Albornoz)
No recomendada para personas que piensan que todo lo que añade a la rebeldía contra los principios de la sociedad debe ser vivido sólo en la intimidad.
45] La Corona de Elizabeth —poema—
(Marco Albornoz)
XXXVII
OBERTURA: La Flauta de Pan
Música: Marco Albornoz • 29/11/1992 - 30/09/1994
- ACTO I -
PROLOGO Entra el Coro
PERSECUCION: Hacia el Bosque - [El Coro]
Letra y Música: Marco Albornoz • 06/08/1994 - 07/08/1994
EL CORO:
“Pan es el zorro que la Corte desea (no descasará hasta conseguirlo). La Reina los castigaría (muy duro) si así no lo hicieren. No se aceptan argumentos que no vayan con lo acordado, no se permiten pelos largos ni tampoco conciertos de rock. No intentes ser distinto (es mejor no tenerte en cuenta). No enfades a la Reina (no lleves pancartas ni pidas Libertad). El bosque es tu escondite, la Corte también lo sabe… El alto risco la escapatoria; pero es Morir o enfrentarlos. ¿Cómo vencer el temor de hacerlo si desde chico te obligaron,
XXXVIII
a dejar que hagan sus cosas, a que abusen de vos, sin decirte cuánto duele, ni cuándo lo harán…? Y la Corte es muy torpe; lo pasaron sin advertir. Pan muy agotado, de rodillas en el suelo…”
ESCENA 1 El bosque, al final se puede apreciar un barranco. Pan corre escapando de la Corte. Entra.
EL RISCO / OSCURIDAD (Parte I) - [aria de Pan] Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos musicales: Marco Albornoz y Darío Albornoz 28/09/1992 • * 06/08/1994 PAN:
En el Risco la torre aguarda una prisión de cristalinas paredes, el ser desvanece por su engaño, muere y nace, y lucha en vano. La Oscuridad invade mi cuerpo, y como un río corre por mi sangre, el frío congela las imágenes de una Libertad desconsolada… Coronado con una rama de pino, bajo la melodía agreste de un caramillo; y en las fuentes y olas del mar, la danza de las Ninfas.
XXXIX
¿A qué le temen?… No soy la sombra de la noche. ¿Por qué prejuzgan?… No hay belleza en mi exterior. Solazado por la caza, apasionado de la música; temido por los que se obligan a atravesarme en las tinieblas. Oscuridad que predispone la mente a los temores supersticiosos de la gente. Oscuridad que esconde en su frescura a los daimones de los campos… ¿A quién le temen?… Sólo soy el pastor del rebaño. ¿Por qué prejuzgan?… No hay frío en mi interior. Invocado por los pastores de Arcadia, yerrando por los pastos vagos del monte; Oscuridad que es Soledad…, veredicto de la Corte. Quiero atravesar el fuego para poder llegar a tu mar, no deseo extraviarme en el río y así dejar los dos de soñar. * ¿Cómo acercarme a vos?, ¿lo permitirán los demás? ¡Sé que no lo harán!… ¿mas tendré una respuesta de ti? Quiero atravesar los muros para poder llegar a Tu altar, no permitas que pierda la fuente que me indica con fuerza luchar…
Entra nuevamente el Coro.
XL
LA CAPTURA: El Risco [El Coro]
Letra y Música: Marco Albornoz • 06/08/1994 EL CORO:
“La Corte buscando al sátiro, no tendrán piedad… Tantos años perdidos en los bosques, cazando rebeldes ninfas y pastores. Corazón de oro, precioso Rubí de la Corona de un Rey. Pan desvanecido, desprotegido, fue violado de la Paz que añoraba sólo quedó la muralla; la muralla de Cristal que lo encerraría hasta el final: Así bien oculto el ‘peligro’, no hay riesgo en la ‘verdad’. Despertó entre paredes y enloqueció y desesperó. Inútil fue todo esfuerzo, halló el lugar allí, para el Juicio aguardar…”
ESCENA 2 El risco, una caja de paredes de cristal encierra al personaje. Iluminación tenue.
XLI
REFLEJO (Parte I)
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Eduardo Farber y Marco Albornoz • 14/09/1991 PAN:
Yo no se si me veo reflejado en un sueño, o me estoy mirando en un frío espejo. Yo no se si falseo, o me trato de ocultar, en una negra cueva que admite sin preguntar. Sólo se cuando pienso, lo que pienso es para mí. Guardándome lo que tengo muy dentro de mí…
CRUEL REALIDAD
Letra: Marco Albornoz • Música: Darío Albornoz y Marco Albornoz Arreglos musicales: Marco Albornoz, Darío Albornoz y Eduardo Farber 28/09/1991 PAN:
Aún tengo miedo de seguir asustando, con temor ante el cual, nadie puede hacer nada. Yo quiero intentar mirar a través de sus ojos y poder sentir lo que (ellos) sienten por mí… No intentes mirar a través de mis ojos, porque solo te encontrarás con batallas y manojos —de cruel realidad…—
XLII
APOCALIPSIS INTERIOR
Letra: Eduardo Farber • Arreglos: Marco Albornoz Música: Darío Albornoz y Marco Albornoz • 06/10/1991 PAN:
Anduve allá y aquí, y a veces me encontré, viviendo aquí dentro, sintiendo mis latidos. Ya no tengo identidad, tal vez muy pronto, recupere mi vida y entonces —entonces— sea yo… Porque ya hice de todo, pero no todo lo que quise; soy náufrago del mundo muriendo en una isla. Tras mucho navegar llegué a ninguna parte, ahora sí me encuentro reflejado en otros ojos. Vivo aullando mi dolor, pero un sonido cerrado retumba en mis entrañas, sólo él lo puede oír…
Entra el Coro.
¿ENTIENDES LO QUE DIGO?
Letra y Música: Darío Albornoz • Arreglos: C.C., Héctor Ostengo, Marco Albornoz, Darío Albornoz, Daniel Sales • 13/03/1995 EL CORO:
“Ey tú, encerrado allí, ¿no ves que la Vida tiene un fin? Ey ustedes, en el camino, ¿no sienten acaso la sangre fluir?
XLIII
Ey nosotros, ¿no sabemos qué hacemos aquí? Ey nosotros, ¿tenemos algo para hacer aquí? Pero puedes mirar mis ojos, y ver en ellos tu interior; sin embargo llevas tus manos a donde no están… Ey amigo, ¿por qué no sales de allí? Ey hermano, ¿por qué no me sacas de aquí? Ey nosotros, ¡sí sabemos lo que hacemos aquí! ¡Ah…! Ey nosotros, ¡tenemos algo que hacer aquí! Pero puedes mirar mis ojos, y ver en ellos tu interior; sin embargo llevas tus manos donde no estás… ¿Entiendes lo que digo…?”
Aparece Mefisto.
JAZE - [aria de Mefisto]
Letra: Marco Albornoz • Arreglos: Gabriel Lanciotti Música: Darío Albornoz, C.C. y Héctor Ostengo • 28/12/1995 MEFISTO:
¡Keep on, donde no están; keep on, no me engañen más; keep on, sobre la Verdad… No esperes recordar lo que no enseñé!
XLIV
Woh, ooh…, Woh, woh… ¡aún estoy de pie! Woh, ooh…, ¡no me callarán, no me rendiré a tus pies! (¡No me dejo caer !). ¡Keep on, donde no estás; keep on, no me engañes más; keep on, sobre tu Verdad… No intentes censurar lo que yo diré! Woh, ooh…, Woh, woh… ¡aún estoy de pie! Woh, ooh…, ¡no me callarás, no me rendiré a sus pies! Y si me dices: “Lo haré por mí”… ¡No creas voy a aplaudirte! ¡Estaré yo allí!… (Keep on, keep on… ¡Ah!…).
GRACIOSA CORTE DE SATIROS
Letra y Música: Marco Albornoz • Arreglos literarios: Eduardo Farber 28/09/1991 PAN:
Junto a mi Corte, caprichosa y siempre alegre: expresión clara de la inseguridad humana. Junto a Dionisio cazábamos y nos dedicábamos a las correrías amorosas con alguna elusiva ninfa. Uh… uh… uhuh…Uh… uh… uhuh… Ante mis apariciones no se sabe si está bien: huir o temblar, o acercarse y callar.
XLV
Mi apariencia solo hace estremecer el campo de lucha…, mi cornamenta y mis orejas… y mis patas de… cabrío. Uh… uh… uhuh…Uh… uh… uhuh…
LOST & BROKEN
Letra: Gabriel Lanciotti • Arreglos: Gabriel Lanciotti y Marco Albornoz Música: Darío Albornoz • 17/06/1994 • adaptada 08/08/1994 MEFISTO:
Identify with hunger and enger. Identify with war and decive. Identify with agression and humillation. That is why I’m lost and broken, lost and broken, lost and broken… ¡Broken… Lost! I’ve been hungry and knock down. I’ve been shut down and faked. I’ve been a soldier and I lost my war. That is why I’m lost and broken, lost and broken, lost and broken… ¡Broken… Lost! Me identifico con el hambre y la ira. Me identifico con la guerra y el engaño. Me identifico con la agresión y la humillación. ¡Es por eso que estoy perdido y roto! Estuve hambriento y golpeado. Fui fusilado y engañado. Fui un soldado y perdí mi guerra.
XLVI
That is why I’m lost and broken, lost and broken, lost and broken… ¡Broken… Lost!
Sale Mefisto. Entran los Sátiros de La Corte.
ESCAPE A NINGUN LUGAR
Letra: Marco Albornoz, Darío Albornoz y Eduardo Farber Música: Marco Albornoz Arreglos: Marco Albornoz y Facundo Albornoz • 06/11/1991 • * 05/08/1994 LA CORTE:
¿Dónde han quedado los argumentos para escapar del inevitable destino, dónde dejasteis vuestros deseos de vivir en el lugar que os indicamos? ¿Acaso vuestro padre os enseñó a contradecir a los mayores, acaso debería estar él en lugar de vos, milord? * PAN:
Inmersos en un mundo de fantasías con gente que mira sólo a su alrededor, sin observar su interior. ¡Tiene miedo de mostrarse en libertad, tiene miedo de querer, teme ser lo que quiere… tiene miedo! Acorralados al borde del acantilado,
XLVII
amarrados a las vías de un mágico tren sin vida que huye de sí mismo. ¡Huye sin dirección alguna, huye! —Aahh— ¡Huye de sí mismo…huye!
LOS SATIROS: Sin embargo no puedes Tocarme - [aria de La Corte]
Letra: Marco Albornoz y Darío Albornoz • Música: Darío Albornoz • Arreglos: Marco Albornoz, Héctor Ostengo, C.C., Facundo Albornoz, Daniel Amani, Darío Albornoz • 23/09/1992
LA CORTE:
Somos lo que vos pensáis de nosotros: inseguros y temerosos, mas al menos nos aseguramos el seguir con vida (sin clamar por la Libertad). No deseamos privilegios si hoy podemos permanecer en este infierno sólo abonando, el alquiler —de nuestro cuerpo— con el callar… Podéis mirar, podéis llorar, podéis gritar… podéis sonreír. Sin embargo no podéis tocarme, ¡no estoy aquí …! Y el acantilado nos parece un paraíso: con tormentas que pronto pasan, queremos vivir tranquilos —y sin Penar—. No queremos culparnos por lo que hicimos hoy, pues a ser la Vida ‘corta’, vamos a vivirla… ¡no hay Razón!
XLVIII
(No hay otra opción).
Sale de escena La Corte, entran Las Oceánidas.
BAJO EL CRISTAL
Letra: Marco Albornoz • Música: Darío Albornoz y Marco Albornoz 22/11/1991 • *05/08/1994 LAS OCEANIDAS:
En los bosques que conocí había nacido un ángel, que al crecer y llegar a adulto, en un héroe se convirtió… capaz de combatir al poderoso y entregar su vida por el débil, ¿mas acaso debías pagar este precio a los cazadores de Rubíes? * PAN:
En las grutas montañas y valles, encerrado en una Caja de Cristal, atrapado por mil paredes, sin escape a la Verdad. ¿Por qué me temen?, ¿por qué temen atravesar mi bosque?… Atravesar las oscuras tinieblas junto a las Danzas de la Noche. Quiero traspasar la densa masa de Cristal, y derrotar así, mi profunda Soledad. ¿Por qué me temen?, ¿por qué temen atravesar mi bosque?… Atravesar las profundas tinieblas junto a las Danzas de la Noche.
XLIX
LA FUENTE DE AMIMONA
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Eduardo Farber y Marco Albornoz 22/11/1991 • *04/10/1992 • **05/03/1999 PAN Y LAS OCEANIDAS:
Dicen que hay un Pantano de donde desprende el largo Río, llevando en su caudal, los cuerpos de los vivos. Cerca de la Fuente, el pantano está habitado por la malvada Hidra —regidora de la vida—. Este Río dirige su cauce a Ningún Lugar, incitándonos a todos —a seguir su voluntad—. *
LAS OCEANIDAS:
Pero hoy tú naufragaste en dirección contraria al Río, cuesta mucho y lo presientes: es el precio por vivir… [La reina que recuerdas: luz y experiencia de dragón Vives en su memoria, canta el himno de Elizabeth].** No podemos quebrar el muro, —no tenemos el poder— acaba con tu miedo —es la manera de vencer—. ¡No creas te dejaremos solo, existe alguien que te espera, sanos llegaremos a ella y no querrás jamás morir!
L
LIBRE (Tan sólo fuera del Cristal)
Letra: Marco Albornoz • Música: Marco Albornoz y Facundo Albornoz Arreglos: Marco Albornoz, Darío Albornoz y Facundo Albornoz • 05/08/1994
PAN:
¡Libre!… ¡Libre!… en los bosques y en el mar. ¡Libre!… ¡Libre!… distante de la sociedad. Ahora voy a ser la pesadilla de los sueños en paz, voy a decorar sus puertas con mi sangre y mi sudor. Ahora voy a ser la consciencia de los seres, voy a ser el héroe de la leyenda olvidada de la vida. ¡Libre!… ¡Libre!… en un mundo de maldad. ¡Libre!… ¡Libre!… en un mundo y sufrimiento. Ahora voy a ser lo que nadie se atrevió, fantasma que reconocen por su aullido tan obsceno. Ahora voy a ser carne que sangra en víctimas, tu propio y mi propio verdugo: voy a llorar, voy a reír… ¡Libre!… ¡Libre!… en el ritmo de las modas. ¡Libre!… ¡Libre!… sin otra pena que vivir.
ESCENA 3 El bosque. Las Oceánidas y Pan corren hasta encontrarse a salvo.
LI
Luego lo abandonan.
LOS ROMANCES DE PAN
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Fernando Mele y Marco Albornoz Arreglos musicales: Alejandro Contreras y Marco Albornoz 28/09/1991 • * 05/01/1992 • ** 07/01/2000 PAN:
¿Dónde están?… ¿Por qué me temen?… ¡ Daño alguno no les hice! -* Siempre me creí feliz como Artemis, con su belleza y su arco, la caza y los campos. Por mi lucha con el malvado Dios de los Vientos del Norte, ahora la ninfa Pitis, es un abeto en los montes… en los montes… Y el romance con Selene: “Deseo de un pastor que siente por la aparición…de la Luna en la noche”. Todos se alejan de mí… ¿Todos tienen miedo de mí ?… Es mi forma de ser, es por pensar así… -* La bella Siringa, escondida entre las cañas, extraviada entre los pastos, convertida en una flauta… en una flauta… en una flauta. **Lillith, seamos una sola piel. Deseo encontrarte en el tiempo, cuantos años me lleve. Construiré la historia y me arrancaré una costilla…
LII
Guinevere, soy Caballero de yelmo dorado… ¡No te escondas más! ¿Qué dulce amor corre por el río a tu par, en este bosque encantado? Priwen me protege con tu gracia y Ron apuñala al cielo. «Mi nombre es Escaliboro y de un rey seré el tesoro» Construiré ‘La Joyeuse Garde’ para el valiente salvador, por defender tu honor ante la duda de La Corte… Elizabeth, santa madre, piel de porcelana… Mi maquillaje corre por tus mejillas. Besaré así los pies de la Virgen, reina de Dios. Sueño el néctar de tu piel acariciando tan alta figura, oh, princesa bastarda…¡no escuches los gritos del cielo! Marian, ¿por qué…? Volveré a pelear como un Campeón; escoge el modo más dulce para acabar con mi paz… ¡Poción!, ¡pasión! ¡Soy testigo de tu amor, milady… mas no de tu traición! Dime, Queen Mab: ¿otra vida me arrancarás? Acude, con tus labios, a mi eterno tributo… El Rubí está en su lugar… ¡Descuida, Majestad, no te alteres por su fortuna!, Una vida se ha citado en los Libros de mi Memoria…
LIII
¡Queen Victoria, mi señora!
MATILDE
Letra y Música: Marco Albornoz • 07/05/1994 PAN:
Matilde tiene en sus valles verdes una frazada que me abriga, trae a mí muchos recuerdos de la infancia y soy feliz. Pienso en vos y estoy bien… en tus ojos: mis lágrimas. Me recuerdas a un lugar tan cálido y abrigado, en donde mi miedo y temor se olvidan y se van. Pienso en vos y estoy bien… en tu piel: mi sueño más bello. Bueno… quizás no lo comprendas, pero te quiero amar, no hay dónde, dónde volar; el cielo nos aplasta aquí… Pienso en vos y estoy bien… en tus labios mi amor se vá. A veces, en mi mente, vagan la duda y el temor; confundido, aturdido… sé que son mis mejores días. Pienso en vos y estoy bien… en tus manos, mi corazón…
Aparece la joven Sirena.
LIV
LA MIRADA (¿Un Reflejo?)
Música: Marco Albornoz • 20/12/1992 - 12/06/1993
JULIETA
Letra y Música: Marco Albornoz • Arreglos: Darío Albornoz, Héctor Ostengo, C.C., Daniel Sales y Marco Albornoz • 12/06/1993 PAN:
En tu balcón espera la Luna salir, bañarse en miel, probar tu miel y pronto partir…hacerte feliz. Borrar la estela gris de los llantos del tiempo, secar las dulces lágrimas que bañan tu cuerpo… y saciar mi sed; llorar contigo y saciar mi sed: disfrutar contigo. Caminando por la ruta que me lleva a tu amor: barreras y fronteras y un fuerte temor… de no hacerte feliz; al estar conmigo, perderte y sufrir: llorar un mendigo. Y espero me perdones (no me dañes diciendo: no), no quiero ser olvidado, tanto amor no se perdió… Espero te halles bien (lo que haces conmigo), dormir en tu piel… ¡vivir sin sentido ! En tu balcón… espera la Luna salir… y hacerte feliz…
Escapa Sirena. Pan la ve partir sin decir palabra alguna. Entra el Coro.
LV
SIRENA’S BLUES - [el Coro]
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos: Darío Albornoz y Marco Albornoz • 10/09/1991 EL CORO:
“Ojos claros como el cristal más puro, como las aguas de una vertiente, como los pétalos de la más hermosa —Flor Azul de los trigales—. ¿No eres realidad tangible, sino producto de mi fantasía? Voz melodiosa que seduce a marineros, Guardiana de la Isla Sepulcral, soy víctima de tus cánticos —y del calor de tus labios—. Círculo mágico en el que nos adentramos; durante horas cepillas tus cabellos con peines de oro y plata —y me inundas con tu voz—. ¿No eres realidad tangible, sino producto de mi fantasía? Dulce almíbar, excitante vino: imagen de una diosa griega, intrigante y fascinante —ingenuamente provocativa—. Labios húmedos, besos profundos… sonrisa tímida y sencilla; rodeada de perlas y delfines —montada en un caballo de mar—. ¿No eres…? ¡ahh! Auténtica y verdadera Afrodita, mirada despectiva y maliciosa: vampiresa de aire angelical…”
LVI
PAN:
-… Nereida: ¿soy tu Tritón? EL CORO:
“Con suspiros trastornas a navegantes, y con tu aterciopelada voz. No eres Agálope ni Alaófeme —ni el Hada Melusina—. ¿No eres realidad tangible, sino producto de mi fantasía?” PAN:
-Tan fantástico como expresivo sea tu cuerpo desnudo en la arena: No eres realidad tangible… sólo una bella fantasía. (Aunque te sienta tan real).
Sale el Coro. Entran las Oceánidas.
BRUMAS DE CRISTAL - [aria de Las Oceánidas]
Letra: Marco Albornoz • Música: Marco Albornoz y Darío Albornoz • 23/09/1992
LAS OCEANIDAS:
La razón de vivir, belleza frágil que danza en las aguas, Sirena te espera en su interior, recordando tus canciones de amor. No hagas esperar más al amor: junto a él hallarás tu paz.
LVII
No hay razón de morir en vano, si viviendo puedes ser feliz. …Y las sirenas te esperan en su lugar, para que descubras que puedes amar; la vida no significa siempre odio, hay cosas más importantes que hacer… No podemos escapar de esta prisión de algas y sal, Elizabeth puede vencer a la Venganza y refugiarse en ti sólo en la noche. Sólo cantamos para ella, nosotras coreamos en la vía, nuestras melodías llegan dulcemente, a los que batallan por la Vida. …Y las sirenas queremos aprender de ti, la Vida no es un privilegio obsequiado, pronto debes rendirle tributo, a quien primero que se considere el Amo… (Presumiendo de su poder). No existe UNA realidad tangible… sólo productos de una fantasía… ¡entonces revive la más bella melodía de la fantasía de la vida!
LVIII
FANTASIAS DE LA VIDA (Parte II)
Letra: C.C. y Marco Albornoz • Música: Marco Albornoz 30/05/1992 • *26/04/2000
LAS OCEANIDAS:
- (…Aquellos) sueños inalcanzables que algunos llegan a padecer, tarde a veces, casi siempre: nunca. Fantasías en mis manos sin poder escapar, ¡cuesta creer que ellas ya llegaron! PAN:
-¿Ella la alcanzó alguna vez?, ¿solamente le cuesta creer? Consumiendo mi llama baila el silencio, danza sin el agua, muere en el alba. PAN Y LAS OCEANIDAS:
-Hechizan los Sueños sin dejarnos soñar; poción opresora: llanto de Libertad. Fuego ardiente extinguido por las lágrimas, a veces se van, ¿o quedan por siempre? PAN:
-Fantasías en las manos que yo pude alcanzar, que no pudimos tomar, que se dejaron rechazar. Sacrificios, alternativas… es algo por lo que lucho; dilemas escondidos bajo el Cristal y la Cueva.
LIX
Luchando por mi poesía: son versos enredados. Ideales “sin sentido”, sueños en el alma. Ideologías cuestionables, comprendidas por un solo ser: Nacer, o comenzar a Morir… LAS OCEANIDAS:
-Hechizan los Sueños sin dejarnos soñar; poción opresora: llanto de Libertad. Fuego ardiente extinguido por las lágrimas, a veces se van, ¿o mueren ardientes? PAN: *
-Aunque no reconozcas mi rostro en el plano desconocido de la consciencia, desmenuzo los códigos que nos permiten describir las situaciones que sufrimos en la experiencia. Toma un puñado de recuerdos y conocerás las posibilidades infinitas de (viajar por) los mundos sin límites, un espacio libre en donde el tiempo y el conocimiento no importan, pues son nuestros recurrentes en momentos difíciles.
LX
- ACTO II -
PROLOGO Entra el Coro.
NUEVA PERSECUCION - [el Coro]
Letra y Música: Marco Albornoz • 06/08/1994 EL CORO:
“La Corte es inútil cuando se le ordena qué hacer. Satisface a la Reina, mas a ella sólo le importa que todos, y en todo el mundo, formen parte de La Corte. Pan es la oveja ‘descarriada’, la ovejita negra del rebaño. ¡Píntenla pronto antes de que la vean! ¡Guárdenla así sea en una celda! ¡Mas no permitan que se escape…! ¡No de nuevo! ¡Guárdenla!…”
ESCENA 1 El Palacio. Sólo iluminada la figura de Queen Victoria.
LXI
AQUELARRE - [aria de Queen Victoria]
Letra: Marco Albornoz • Música: Darío Albornoz y Marco Albornoz • 23/09/1992
QUEEN VICTORIA:
Durante años soporté la indiferencia de los seres, la osadía de los héroes y la sed de Libertad. Que muchos la tomaron para vivir sólo el momento, aprovechándose de los que realmente se esforzaron para seguir… apostando a su fortuna… Yo soy la Bruja de los Sueños que nunca se realizan, soy la que impide que mis súbditos intenten vivir… ¡Libres…! ¡Y en los prados llevo mi Venganza, en los desiertos las mareas, inmensas tormentas que asolan mi reinado, y de las que nadie puede escapar…! No quiero ver esas sonrisas en sus rostros, yo soy la víctima de mis propios deseos… ¡Soy la Reina…! ¡Y en los hogares llevo mi presencia, en los castrados impongo mi tradición, inmensas tormentas que asolan mi reinado, y de las que nadie se pude salvar…!
Sale Queen Victoria. Entra nuevamente el Coro, mientras cambia la escenografía.
LXII
EL RUBI DE LA CORONA (Temor: El Reflejo de Las Oceánidas) Letra y Música: Marco Albornoz • 06/08/1994 - 21/07/1998 EL CORO:
“Las Oceánidas y el pastor en el bosque están. La Reina a buscarlos fue —sólo en ella confía hoy—. El Temor tan grande es, acobarda a los diferentes. Queen Victoria tiene el poder de encerrarnos en un Cristal… La bruja está entre nosotros y somos (parte) de ella sin querer: Brumas de Cristal a nuestro alrededor, que cristalizará a su voluntad. Temor tan grandioso, acobarda a los valientes. Victoria desea el Rubí para gobernar nuestras vidas…”
ESCENA 2 Luz. El bosque. Las Oceánidas y Pan entonan himnos a la Diosa. Más tarde entra Queen Victoria.
REFLEJO (Parte II)
Letra y Música: Marco Albornoz • 14/09/1991 LAS OCEANIDAS:
-Yo no se si me veo reflejado en un Sueño, o me estoy mirando en un frío espejo…
LXIII
PAN:
-No se si tengo miedo de verme como soy, atemorizado de mi, culpable por actuar… LAS OCEANIDAS:
-Sólo sé cuando pienso, lo que pienso es para mí… PAN:
-No se si me estoy moviendo para allá, o me están llevando para saber falsear… PAN Y LAS OCEANIDAS:
-Sólo sé cuando pienso, lo que pienso es para mí; guardándome lo que tengo, dentro de mí. Sólo sé cuando pienso, lo que pienso es para mí… (muy dentro de mí) ¡en mí…mmhh…!
**RAPSODIA EN SEPTIEMBRE / *Sólo en la medianoche
Letra: Marco Albornoz • Música: Marco Albornoz y Darío Albornoz Arreglos musicales: Marco Albornoz, Facundo Albornoz, Darío Albornoz, Pai Paz, Sebastián Menín • Arreglos corales: Penélope Albornoz, Lucrezia Rendace, Alejandro Contreras y Marco Albornoz • * 19/01/1992 - 20/01/1994 ** 19/09/1998
PAN:
Estuve buscando una imagen, un sueño… La verdad perdida en el tiempo.
a LizBeth
LXIV
Intuí desiertos, tormentas y mares. Zonas perdidas —la muerte y la espera—. Ahh… aahh… ah… aaaahhhh… Buscándote… Estuve pensando en vos… Temí tu acción: Rapsodia en Septiembre. Hoy salto la cima que sella tu amor. Tú me enamoras hoy… Amas lo que yo soy. Uhh… uuhh… uh… uuuuhhhh… La vida en septiembre diseña un romance… Olvido el dolor, comienzo a extrañarte…
Queen Victoria interrumpe la reunión. Las Oceánidas corren hasta estar a salvo. Salen.
LA BATALLA PROHIBIDA (Queen Victoria vs. Pan)
Música: Marco Albornoz • Arreglos: Marco Albornoz y Sebastián Menín 20/12/1992 - 28/09/2000 PAN:
-¿Quién vá?… ¡Oh, es Queen Victoria!, ¡corred, Oceánidas… que no os vea!…
LXV
QUEEN VICTORIA:
-¿Por qué insistís en escuchar las tentaciones de Satán? ¡Prohibido está el libre albedrío! PAN:
-¡Vos lo has dicho, no yo; pues Mefisto no me ha dado nada aún!… QUEEN VICTORIA:
-¡Adorad a Dios, pues no sólo del “pan” vive el hombre! PAN:
-Dios sacrificó a su hijo para liberar al hombre del pecado… QUEEN VICTORIA:
-¡… y de Satán, no lo olvidéis, milord! ¿Acaso el Príncipe te ha convencido con la tentación de una manzana? ¿Os ha prometido “La Corona de la Humanidad”? PAN:
-… En el comienzo se designaba Satanás al Arcángel que cumplía los deseos de Dios… QUEEN VICTORIA:
-¡No debéis cumplir vuestros deseos de Hombre,
LXVI
no debéis desear llegar a la sabiduría…!
QUIERO VER TUS OJOS
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Darío Albornoz, Carlos Carbajal y Marco Albornoz Arreglos musicales: Darío Albornoz, C.C., Marco Albornoz, Héctor Ostengo, Daniel Sales, Facundo Albornoz y Federico Falcón • 28/02/1992
PAN:
-Estoy solo en este mundo, luchando por la Libertad. No encuentro las palabras para poderme expresar. Pero estoy muy aturdido, no quiero ser perseguido… Y no puedo ver mis ojos, ya no distingo los Rojos. Yeah… ¡No puedo ver mis ojos! Yeah… ¡No puedo ver tus ojos! Y aunque te parezca corto, este juego nunca acaba… QUEEN VICTORIA:
-¡No quieres estar metido, ya eres perseguido! PAN:
-No hubo sangre en esta guerra, en estos últimos segundos, pues yo estuve cantando… (cuando acabe me disparan). Sé que nunca cesará esta sucia cacería… ¡cegarán a los rebeldes y a los ciegos librarán!
LXVII
Yeah… ¡Quiero ver mis ojos! Yeah… ¡Quiero ver tus ojos!… QUEEN VICTORIA:
-Y aunque te parezca corto, este juego nunca acaba… PAN:
-¡Difícil es pelear contra esta (…) sociedad!
LAGRIMAS
Letra: Marco Albornoz y Darío Albornoz Música: Darío Albornoz y Alejandro Contreras Arreglos: Marco Albornoz, Darío Albornoz y Héctor Ostengo • 12/08/1996
PAN:
-En un bosque de dolor, tu voz es mi Soledad… y sabes que puedes ser mi Verdad, nada veo que yo pueda ocultar. Mirando el cielo veo tu dolor, sintiendo el viento en tu corazón. QUEEN VICTORIA:
-En una lágrima sola hay un signo de prisión… y dices que mi sombra ya no volverá, que mi espacio en tus venas arderá. Mirando el cielo veo tu dolor, sintiendo el tiempo en tu corazón. PAN:
LXVIII
-Mis palabras… QUEEN VICTORIA:
-… en tu adiós: PAN Y QUEEN VICTORIA:
-¡No escucharás…! Mirando el cielo veo tu dolor, sintiendo el tiempo de tu corazón… ¡Mirando el cielo veo tu dolor, sintiendo el resto de tu corazón!
LXIX
- ACTO III (Opción: ACTO III de la OBRA TEATRAL -Tercera Parte de La Trilogía Reflejo)
ESCENA 1 El bosque. Sólo iluminada la figura de Pan.
SOLO LO QUE TENGO Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Eduardo Farber y Marco Albornoz Arreglos musicales: Darío Albornoz y Marco Albornoz 28/09/1991 • * 05/03/1999 PAN:
Sólo tengo unos fríos ojos, solo tengo una sola vida, sólo mantengo una lucha constante —con las brujas y las lamias— ¡enfrentamientos con La Corte! Sólo tengo fotos en los muros de John, Freddie y Charly, y las polémicas de la gente —rotulando a los diferentes— ¡con sus estúpidos prejuicios! *[Sólo vivo en una historia de hados, reinados y sueños rosados, adoro el nombre de Elizabeth-primer-a-mor].
LXX
Estoy harto de luchar —¿estoy harto de luchar?, por mí y mis pensamientos —por mis pensamientos, con barreras de La Corte… Estoy sólo y sin Sirena —¿estoy sólo y sin Sirena?, desbordado por prejuicios —¡desbordado por prejuicios!, y sin escape a la Verdad… Estoy harto de pelar —¿estoy harto de pelear?, por mí y mis iguales —¿por mis iguales?, sin respuestas de nadie… Sólo tengo un frío miedo, solo tengo una ilusión, sostengo una piedra en mi cabeza, sólo tengo lo que tengo yo, … y me falta algo importante: “Alguien a quien amar…”.
ALGUIEN A QUIEN AMAR
Letra: Eduardo Farber • Música: Marco Albornoz • 06/10/1991
PAN:
Naceré de nuevo y volveré a morir; lo harán mil veces y otras mil volveré, porque yo necesito alguien a quien amar y derrotar al fin el miedo eterno.
LXXI
No me detendré jamás y lo conseguiré… Aunque tanto cueste, sé que voy a ser. No puedo vivir así, necesito hacerlo… Aunque tanto cuente, sé bien que triunfaré. Por fin viviré en paz, la que tanto soñé tener: La Corte condenará mi sonrisa final…
ESCENA 2 Luz. En Palacio. Todos los personajes sobre el escenario.
PAN EN LA CORTE
[dedicado a Victoria] Letra: Marco Albornoz y Eduardo Farber • Música: Marco Albornoz Arreglos: Marco Albornoz, Darío Albornoz y Facundo Albornoz 12/10/1991 - 02/11/1991 • * 10/04/1998 • ** 07/03/1999
PAN:
-Oh, padre, ¿por qué me hacen ésto? Oh, padre, ¿por qué no haces algo? ¿saben lo que hacen? PAN Y LAS OCEANIDAS:
-Oh, Sirena, ¿por qué cubres tus ojos? Oh, Sirena, ¿es que no quieres ver? ¡Oh, Sirena!, ¿te dejaste llevar por el río?… PAN:
-Soy sólo un bohemio en los campos,
LXXII
¿o un delincuente por cantar rock? ¡Soy lo quiero ser y no lo que quieren de mí hacer! PAN Y LAS OCEANIDAS:
-Tú te has vuelto más fría, estás ausente en mi vida, y ya… no nos podemos mover. PAN:
-Yo necesito brazos que me envuelvan, labios que transmitan calor; ojos en donde reflejarme y así tener identidad… Sólo una voz me inunda todo, corre en mis venas y quema el cuerpo. Yo necesito salir de este Cristal… ¡Yo necesito que me amen!… QUEEN VICTORIA:
-El amor es menos importante si no tienes fuerzas para sostenerlo, por ello no puedes descuidar lo que piensas y obras en mi reino… Los ciegos son liberados, los mudos más premiados, los mirones castigados, los rebeldes fusilados. PAN:
-¿Cuál fue mi error?, ¿haber nacido?, ¿ser humano?, ¿querer amar?, ¿o ayudar a alguien?
LXXIII
¿Cuál fue mi error?, ¿haber sido diferente?, ¿acaso no peinarme como quieren?… LA CORTE:
-¡No intentéis justificaros! ¡No intentéis disfrazaros, no seáis diferente! Aceptad lo que pasa y dejad seguir la corriente… QUEEN VICTORIA:
-No busques una solución para lo que no tiene… Nada se salvará, ¡nada cambiará por ti!… Si eres algo, no vuelques el libreto; no intentes conservar lo que se está destruyendo, no trates de levantar monumentos… LA CORTE:
-Debéis dejar el río sucio… debéis quebrar el Cristal… PAN:
-… Por favor, ¡déjenme salir! MEFISTO:
-¡No creas que será tan fácil! ¡Nadie te ayudará… ! ¡Nadie te oirá!
LXXIV
PAN:
-¡Ayúdenme a salir! ¡Alguien sáqueme de aquí! Milady, ¿podría sostener tu amor?… LAS OCEANIDAS:
-¡Estamos impedidas! ¡Estamos mutiladas! ¡Huye a Trinovant, ciudad de Lud! LA CORTE:
-¡Ja, ja, ja, ja, ja…! ¡Tenéis que aprender a ignorar! ¡A ocultar vuestros pensamientos…! PAN:
-¡No puedo sostener esta piedra! ¡No puedo dejar el río así! Yo lo inicié todo y no me rendiré. Vuelvo a la llanura de Salisbury… **[Reina de mi sueño en el pasado, quizás la salida en mi presente… si soy sincero con mi rostro descubierto, no tengo por qué ocultarlo]. LA CORTE:
-Arrepentiros ahora, milord, y nos agradeceréis por el consejo… ¡Con La Corte no podréis luchar, somos una legión…!
LXXV
PAN:
-Lucharé sin descanso. ¡Nada cuesta intentarlo: de todos modos ya he muerto… ! MEFISTO:
-Porque eres un poco osado te perjudicas a ti mismo… Una piedra derribaría el Cristal; algún día te caerá encima. QUEEN VICTORIA:
-Finalmente te perdonaremos, ¡mas estarás condenado a vivir bajo el Cristal! Estás absuelto; pero no influirás en nadie… PAN: *
-Muchos gritos aullé para Mirar, muchas heridas abrí para Sentir. Sé que mi lugar es en el que Tú estés, porque moriré enamorado… y una Vida, y una más, intentaré despertar en Mí, en Ti… Siempre tendré un alud de pasiones guardadas en un alhajero…: El Rubí de La Corona. Te propondré una poesía y me arrancaré las canciones que soñé para que puedas oír mi Voz: sin sonido ni letra.
LXXVI
Voy a extender mis brazos de rodillas para murmurar entre dientes: lo que hoy vi… y que lo siento.
Salen todos los personajes de escena a excepción de Pan.
LA ABSOLUCION: El Paraíso de Pan Letra: Eduardo Farber • Música: Marco Albornoz Arreglos: Darío Albornoz • 06/10/1991
PAN:
Finalmente me encuentro dispuesto a rendir cuentas, y descubro la Verdad: yo soy mi propio juez. Mi delito fue ser así, fue no ser como quisieron; fue buscar a quién amar, fue querer ser siempre yo. Resistí hasta el final, por eso estoy absuelto… Soy bueno y malo. Soy joven y viejo. Soy infierno y cielo. Soy agua y fuego. Soy verdad y mentira. Soy aire y tierra.
LXXVII
Soy voz y silencio. Soy odio y amor… ¡Soy hombre y mujer! Antes fui duda y temor de descubrir la Verdad. Ahora me iré al Sol y me fundiré con él.
Entra el Coro.
PUENTE AL SOL (Luz de un Nuevo Día) - [el Coro]
Letra: Darío Albornoz y Marco Albornoz • Música: Darío Albornoz • 14/09/1995
EL CORO:
“Caminando sin dirección, caminando sobre tu voz… —puente al Sol. Alegando ser un dios, rompiendo tu corazón, —puente al Sol. Las heridas de un nuevo día en tus ojos brillarán. ¡Sólo se que el fin es el fin de mi mirar! ¡Sólo hay temor donde no lo voy a ver! En un mundo sin temor, nueve planetas girarán… —puente al Sol. En un cielo subterráneo: hombres de barro y sal, —puente al Sol. Las estrellas cantarán que todo terminó… ¡Sólo se que el fin es el fin de mi mirar! ¡Sólo hay temor donde no lo voy a ver!
LXXVIII
¡Siente el Sol en tu corazón! - Ya no puedo ver, sólo quiero ser… Es el frente del dolor, el abrigo a tu… —puente al Sol. Es la forma de sentir, mi Luna ríe de tu… —puente al Sol. La melodía del día es la del día del fin. ¡Sólo se que el fin es el fin del mirar! ¡Sólo hay temor donde no lo voy a ver! ¡Siente el Sol en tu corazón! - Ya no puedo ver, sólo quiero ser.”
ESCENA 3 Oscuridad. El bosque. Sólo iluminada la figura de Pan. Luego entran las Oceánidas.
LA INSEGURIDAD DE PAN
Letra y Música: Marco Albornoz • Arreglos literarios: Eduardo Farber y Marco Albornoz • Arreglos musicales: Carlos Darío Albornoz, Marco Albornoz y Darío Albornoz • 24/10/1991
PAN:
No deseo seguir, ni tampoco vivir más. He fallado en el camino y dejé (a) mi amor atrás. Tal vez la instigaron, tal vez optó por dejarme… de todos modos coincidieron en alejarse y embarrarme. Por más que esté absuelto no deseo seguir viviendo, no deseo continuar si no está Sirena aquí…
LXXIX
Ya no tengo el camino, no me importa si el Cristal quebró, no me importa si me contaminé con las aguas del río. No merezco identidad, si soy dos en un solo ser; no sentí cuando me cayó un vidrio, ni tampoco cuando me mojé… Tal vez la única solución a todo mi dilema me lleve a la muerte, me lleve a la Vida, me lleve… a nada.
Se aproximan las Oceánidas.
DOS CARAS
Letra: Marco Albornoz y Darío Albornoz • Arreglos literarios: Marco Albornoz y Héctor Ostengo • Música: Darío Albornoz, Marco Albornoz y C.C. • Arreglos musicales: Daniel Sales, Héctor Ostengo, Marco Albornoz, C.C. y Darío Albornoz • 10/10/1995
PAN:
-Al fin… un cielo se oscurece; un resplandor… siento en tu interior. Es una sombra gris, tengo miedo de seguir; se qué te puedo dar, ¡pero no sé cómo hacerlo…! LAS OCEANIDAS:
-Oh, no quiero ver; oh, no quiero estar; oh, yo quiero ser lo que no puedo dar.
LXXX
Estoy aquí, pienso en seguir: voy a tirar del cielo que caerá. PAN:
-Así… fui hecho de ti, es una “Flor Azul” que no puedo resistir. Escóndete de mí, yo quiero sentir; te puedo encontrar, yo sé como hacerlo. PAN Y LAS OCEANIDAS:
-Oh, yo quiero ver; oh, yo quiero estar, oh yo quiero ser lo que te puedo dar. Estoy aquí, pienso en seguir: voy a abrir la Caja de Cristal sólo para vos. LAS OCEANIDAS:
-Sueño un mundo que me vuelve loco… PAN:
-… y en mi mente ya no quiero estar. LAS OCEANIDAS:
-Durmiendo en la calle hemos terminado; PAN:
-¡es mi vida y no la puedo dar!
LXXXI
LAS OCEANIDAS:
-Me despierto y veo todo Rojo, PAN Y LAS OCEANIDAS:
-¡yeah, yeah, yeah… ! PAN:
-Corro un poco y digo: PAN Y LAS OCEANIDAS:
-“… Ya no puedo más”. ¡Rescátame! ¡Rescátame…! Rescátame de las Dos Caras que te doy… PAN:
-¡… Soy yo! LAS OCEANIDAS:
-Si no hay Dios y te tengo a vos, PAN:
- …son tus ojos los que me dan.
LXXXII
LAS OCEANIDAS:
-Tengo una salida: ¡no es mi vida! PAN:
-y mis labios ya no secan más. LAS OCEANIDAS:
-Una luz queda encendida, PAN Y LAS OCEANIDAS:
-¡yeah, yeah, yeah… ! PAN:
-En tu cuarto duermo: PAN Y LAS OCEANIDAS:
-“… y yo quiero más”. ¡Rescátame! ¡Rescátame…! ¡Rescátame de las Dos Caras que soy yo…!
LXXXIII
LIBERTAD: Reflejo (Parte III)
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Marco Albornoz, Fernando Mele y Eduardo Farber Arreglos musicales: Darío Albornoz y Marco Albornoz • Arreglos corales: Alejandro Contreras y Marco Albornoz • 28/09/1991
PAN Y LAS OCEANIDAS:
-Ahora he muerto y el suceso llegó a todos: llenos de alegría (ya no podrán burlarse ni asustarse con mi presencia…). Oooh, oooh, oooh, oooh… PAN:
-Tengo miedo de seguir asustando, temor ante el cual nadie puede hacer nada. PAN Y EL CORO:
-Todo el Cristal parece haber quebrado, y las aguas del río haberme llevado (… y las aguas haberme llevado). Oooh, oooh, oooh, oooh… PAN:
-Tengo miedo, ¡oooh!, de seguir asustando, con temor ante el cual nadie puede hacer nada… PAN Y LAS OCEANIDAS:
-(¡Excepto yo…!). Sólo se cuando pienso, lo que pienso es para mí.
LXXXIV
Guardándome lo que tengo… PAN:
-Oooohh… ¡en mi identidad!
ESCENA 4 Pan se aleja para encontrarse a sí mismo con la meditación. Sus amigas Oceánidas ahora son sus discípulas. El Risco. Sólo iluminada la figura de Pan.
REGRESO AL RISCO / OSCURIDAD (Parte II)
Música: Marco Albornoz • Arreglos: Darío Albornoz y Marco Albornoz 04/12/1992 - 30/09/1994
SUEÑO Y REQUIEM
Letra y Música: Marco Albornoz Arreglos literarios: Darío Albornoz, Marco Albornoz y Héctor Ostengo Arreglos musicales: Darío Albornoz, C.C., Héctor Ostengo y Daniel Sales 12/06/1994 PAN:
Solo voy a dejar que la lluvia moje mi rostro para darme cuenta de que estoy vivo. Solo voy a escapar de mi Sueño cuando no resista más el fuerte temor a la Soledad. Y voy a respirar el polvo que me ofrecés si es que a cambio me prometes el horizonte.
LXXXV
Voy a aliviar mis pensamientos si lo que hago creo que no está mal. Solo voy a decirte, papá, que mi Vida cambió desde que lo probé por primera vez… y que voy a seguir y seguir hasta que aceptes que es mi decisión. Voy a aliviar tus pensamientos cuando sepa lo que estoy haciendo (¿por mí?). Solo sé que pasaron cinco años, para mí fueron los mejores de mi vida… Solo sé que tengo miedo de que sea más doloroso allá lejos. ¡Oh, papá, tengo miedo!; ayer soñé que mi cuerpo se encendía y que de mis brazos todo el líquido salía. ¡Oh, papá, tengo miedo!; ayer recordé su cuerpo desnudo y luego los pinchazos en mis venas. Y voy a congelar mi cuerpo para no sentir cuando me llegue la hora. Papá, no me despiertes, ¡no lo intentes!, dile a mamá…: que la extrañaré.
Entra el Coro. Se dirige a Pan.
LXXXVI
DETRAS DEL DOLOR - [el Coro]
Letra y Música: Darío Albornoz • 13/09/1994
EL CORO:
“Vives en un templo, rompes con tu valor; escondes tus miedos detrás del Dolor. No enfrentas lo real, no enfrentas tu propia Luz, ¿por qué evades la Verdad?, ¿crees que así escaparás? Si en todo lo que hiciste siempre hay dolor, ¿por qué no buscas fe en tu interior? Buscas algo que te ayude, buscas quién te dé Razón, dejá de vivir en los límites que te separan del Amor. Golpeas tu cabeza, golpeas tu Corazón, sólo abre los ojos y encontrarás la Razón. Si en todo lo que existe siempre hay dolor, ¿por qué no buscas fe en tu interior?
LXXXVII
PREFACIO (…reposición) Al igual que en un encantamiento, permanecí durante nueve años dentro del guión de la ópera-rock, siguiendo detalladamente el diseño de sus personajes, interpretándolos en carne propia y sufriéndolos dramáticamente como en una puesta en escena de la era isabelina. Todos los símbolos apreciados a simple vista se interpretaron de una manera curiosa que a veces llegó a asustarme, y los que me esforcé en ocultar, se descubren ahora como una revelación mágica y natural… como una negación al forzado y analítico camino que recorrí por miedo a enfrentar las maravillosas experiencias, buenas y malas, de esta “Fantasía de la Vida”… El último personaje de la Primera Parte de la Trilogía, y que aparece a continuación, es la cara oculta de Pan: el clásico romano Marco Antonio; mas la figura en la cual me inspiré fue el interpretado por Richard Burton, la pareja de Liz Taylor en la cinta “Cleopatra” (con una coincidente conexión: desde las iniciales de mi musa inspiradora, hasta el nombre del guerrero). Recuerdo a quien había sido mi jefa en una agencia de publicidad, Mani Torres, decirme cada vez que me veía: -“Marco Antonio ¿cuándo vas a encontrar a tu Cleopatra…?”). Llegó el año 1998 y una señal me indicó el camino a tomar… así comprendí que a través de la niebla-púrpura que me había cegado durante años, vislumbraba un sentido que no me atrevía a enfrentar con mi atormentado corazón. “…Y Dios dijo: ‘hágase Newton’, y todo fue luz”, puede leerse en el epitafio del magnífico pensador… Mas, ¿realmente calculamos lo que nos depara el futuro?, ¿cómo puedo enfrentar el devenir habiéndome iniciado en la alquimia para encontrar mi
LXXXVIII
espíritu?, ¿es posible, a pesar de los conceptos que conforman la figura de la Trinidad, caminar por el sendero espinoso desprejuiciadamente y sin temor a la libertad?, ¿cuántos conflictos más debo enfrentar para llegar a la Luz, la creadora de los colores y de todo lo que veo en este plano de consciencia, donde lo comprobamos todo por medio del desconfiable tacto…? A partir de ese año, la metamorfosis que sufrí me preparó para lo que conocería como el papel más comprometido que interpretaría en el futuro… Conocí a LizBeth, quien me inspiró a concluir esta obra de una manera espectacular —en el sentido teatral— y a considerar mi vida como el tesoro más valioso que debía conservar como respuesta a una Voluntad Verdadera. Concluí la canción “Sólo una parte de ti” con el poema “Anam-Cara”, marcando con ella, el principio del fin de la ópera. “Los celtas le llamaban ‘anam-cara’ al sacerdote que escuchaba sus confesiones, y esa amistad era inquebrantable, eterna. Consistía en las confesiones del yo mismo y la liberación del interior” (John O’Donohue). Mi amistad con la reina se construyó, de una manera concreta, en base a confesiones y descripciones, sin remordimientos y sincera libertad; fue como descubrir mi esencia en aquella mágica y bella mujer. No podía controlar mi fascinación al encontrar el “reflejo” en la personalidad de mi británica favorita: Elizabeth de la casa de los Tudor. En relación a “Reflejo”, la invocación de su espíritu durante la ópera se debe, en parte, a la manera en que el reinado isabelino tomó la persecución de brujas durante la Edad Media, pues se diferenció principalmente con el modo en que juzgaban a las acusadas: procesadas según su derecho civil y no por la intervención de la Iglesia —como se estilara en el resto de Europa—.
LXXXIX
El valor de la tolerancia y la libertad de expresión son elementos que el personaje Pan anhela, y lo persigue a toda costa, mediante antiguas creencias, fundamentos filosóficos y ciencias ocultas. Mi primer amor se había generado a causa del comienzo de la obra en 1991, así descubrí que mi confusión afectó el destino de la relación obsesionado por el guión de “La Trilogía Reflejo”, que egoístamente interpreté sin dejar entrar (a mi corazón) ninguna oportunidad que consideraría, hasta ahora, verdaderamente valiosa. Confundido busqué alternativas en los rostros de las diosas y mujeres que se presentaron en mi vida, hasta que hallé, en el 1997, a quien en la ópera había batallado desde el comienzo: la Bruja. El romántico momento con Queen Victoria se tornó trágico y la conclusión me llevó a meditar durante un año y un día en absoluta soledad… En ese período me preparé a enfrentar mi más convincente actitud de libertad y luchar como un Caballero templario por los ideales humanistas que desde temprana edad me habían formado.
La decisión que tomé luego, y mi romance con LizBeth, marcaron el punto final en la producción de la obra y el primer punto a considerar en las relaciones maduras y responsables. Cumplí veinticuatro al final del año de los “Tres Anillos” —en el calendario gregoriano, claro—, era evidentemente…, hora de tomar la decisión…
XC
NACER DE NUEVO
Letra: C.C. • Arreglos: Eduardo Farber y Marco Albornoz Música: Marco Albornoz • 23/11/1991
PAN:
-Tal vez regrese para intentar empezar. ¿Me dejarán nacer?, ¿me dejarán empezar? ¿Gané la batalla del miedo eterno?, ¿necesitaba hacerlo para poder comprenderlo? Viviré en paz, la eternidad se acabó. La doble vida terminó… y volví a nacer. ¡Sólo recuerdo lo que es el querer, pero el odiar, el pensar… sigue siendo algo especial! LAS OCEANIDAS:
-Sólo recuerdo lo que es el querer, pero el odiar, el pensar… ¡es algo tan especial!, especial… ¿marginal…?
XCI
EXODO
SOLO UNA PARTE DE TI (The First Song) ANAM-CARA (The Last Song)
Letra y Música: Marco Albornoz • 28/08/1991 • * 06/08/1994 • ** 30/01/1999
PAN:
-Con un lápiz labial me diste forma, cerca de ti me hacías sentir más que tu sonrisa; ahora me encuentro como el águila: bailando sola con el fin del Nuevo Día… Con sus confusos colores, con sus silenciosos ruidos, con el susurro de la Luna (de terciopelo) y la melodía de las estrellas… Lo único que me queda de ti es una foto en mi pared. El significado de todo aquello en lo que antes llegué a creer se refugia ahora en esta tierra de nadie. Pero yo buscaré por todas partes, hasta oír el llamado… y caminaré por senderos extraños, hasta haberte encontrado. Por favor, ¡ven conmigo!; daremos un paseo a través del ruido del río. No nos haremos ni un rasguño al hacer el amor en la arena (para festejar) este momento final…
XCII
Diremos: “adiós” a todos; rocas y algas nos darán la bienvenida; nuestros pies se mojarán… y emergeremos lejos de tierras violadas… ¡La nueva vida te cambiará…! EL CORO: *
-“El temor sólo está en ti mismo…” PAN:
-La nueva vida te embriagará… EL CORO:
-“Olvida tu enseñanza y bebe conmigo…” PAN:
-¡La nueva vida te salvará! EL CORO:
-“Es tu vida y no le debes a nadie” PAN:
-¡Olvida mi nombre, recuerda el tuyo…!
XCIII
EL CORO: -“Busca tu camino sin borrar el mío” PAN:
-¡No te dejes engañar! EL CORO:
-“Tu corazón tiene el Reflejo” PAN:
-¡La nueva vida te cambiará!… PAN Y EL CORO:
-¡La misma vida nos cambiará…! ¡La misma vida te cambiará…! ¡La misma vida no cambiará…! PAN: **
-Anam… Hay Luna llena, está claro… el momento más oscuro muere cuando va a nacer el Sol, y sé que descubrirme enamorado es el comienzo nuevo (sin razón). El sonido más fuerte es el del latir de tu corazón
XCIV
y no lo oí por mi ceguera, ni por mi lapidario dolor: Mi corazón yace dentro de la oscuridad de mi cuerpo, siento la iluminación de tu vida, Es tu voz: …hay luz. En tu voz: …hay luz. Vivo, lloro, sufro, exclamo… por mis mejillas. Grito, amo y miro desde mis manos a tu memoria… Busco asilo a mi corazón (en la oscuridad de tu mente) En la luz de tus días. Todo lo que tus ojos ven está divinamente iluminado.
(Me tocan, lo siento…) ¡es maravilloso!
Escucho tus sueños en las noches al ritmo de mis párpados. No cierro mis ojos para no tener que enfrentar a la oscuridad… Anhelo tu sonrisa, y tu voz; y tus ojos, y tus manos…
(Me tocan, lo siento…).
XCV
T-QUIEROconTENER en mi cuerpo cuando esté iluminado. …Cara Alejo la oscuridad de mi interior, te alojo en un claro de bosque, un espacio de verdad (T-AMO). Al salir el Sol recuerdo la Magia (lo único que aprendí a aceptar). Es un milagro el que haya luz afuera donde tú estás, (pero yo no puedo llegar a vos, la luz es mi tumba) te extraño, te siento, (lo siento) hace tiempo debí decirte que escuchaba a mi corazón exclamar sediento de la Magia de tu amor… Soy culpable por dejarte ir y comprendo que allí, donde hay luz, está tu sitio (donde poder pensar).
XCVI
¿Y dónde sueñas?
(Me tocas, lo siento…).
Eres de verdad, hay luz y sonrío porque me gustas (“eres igual a nada porque T-AMO”) con la luz de Zuhé, o de Chía…
…(o) tu sonrisa plena.
Me recuerdo vencido por los sueños (me invaden y combaten) con mi dolor sonrío (has ganado) Mi corazón es el premio de tu obra maestra:
«Los ciegos ven sólo la luz de lo que anhelan…»
Yo descubro el amor que desconocía y hay luz, en tu voz… (Me toca, la siento…).
XCVII
Te abrazo con el grito de la voz que anhelas con tus sueños…
LA CORONA DE ELIZABETH Letra: Marco Albornoz • 07/03/1999
MARCO ANTONIO:
Toma mi alma, cual heraldo, el aroma de Hécate; hoy llega a vosotros la leyenda de un imperio del tiempo pasado… Himno pomposo, reina del globo, desaparece el borde del abismo virgen. Decisión… sacrificio…¡Sufro!, …el temblar de la vela que aclara mi cuarto, una sonrisa enredada en tu cabello, en la mirada oblicua del despertar descubierto al hacer el amor en las noches de verano. Cuento de hados, brujas y sirenas —el primer encuentro con mi mente. Joya que admiro, piel de la tierra —vanidad y pecado. Reina fastuosa, la India en mi aliento —los sonidos que ansío enfrentar. Tres veces tres, sufriré el mal ofrecido. Tres por tres, la luz y el silencio,
XCVIII
en un año más un día nacerá mi sonrisa… lejos, muy lejos, la miseria. Del pasado llega la madre del Cisne de Avon: iz - b - th. L (…) ¿Qué fantástico día es hoy? Ocho años mezquina mi lecho… ¿Acaso sois vos mi Dark-Lady?
Esmeralda que esparce la corona de Tudor, dedos.
oro pálido que envuelve tus vírgenes Adoro tus manos, escucho tu voz… ¡El hechizo ha sido roto ! Soy libre… lo siento —por última vez—.
Vivo los pasos que hago camino a tu corazón. Siento el aliento del tiempo, el recuerdo y los celos. Clamo por la libertad, en la celda de mi mente, lloro el día que mis ojos se enviciaron por tu presencia…
XCIX
Pasión, soy tu comandante en los mares que desconozco. Soy el guardián de los deseos que en sueños confiesas a tu soledad. Sobre tu espalda poso mi copa de vino y derramo el sudor de las manos que escriben. Alimento los poros de mi piel con el calor de tu cuerpo mojado. Tus besos, mi reina, son el atraer de los astros que excitados vagan en nuestro paseo shakespeariano. La noche cabalga un cabrío desesperado por su fortuna. Muere el actor de la obra, confieso mi soledad, mis celos y mi amor…
¡Oh, Reina de Corazones, la suerte me jugó una mano traidora…! Apuesto mi vida a riesgo de una horca amarrada firme en otro balcón.
La caricia de los dioses me abandona
C
y recuerdo la suavidad de tus pechos… Selene asoma su delicada capa de terciopelo y corremos a ocultarnos en la sombra. Secreta herida abierta en el tiempo rasgadura de la tela que me viste. Soy un noble pirata a tu servicio navegando en una red de pescador. Espero… Poseidón me aleja del puerto que me extraña, llevo el Golden Hind a ningún sitio que haya soñado, enfrento la causa de mi alma a efecto sublime de desorientado pirata.
¡Oh, Reina de mi Corazón! Canto el himno que me acerque a tu trono.
Soy el rey de mis sueños, enfrento el viaje que inspiras. Salto al vació de ensueño… veo que mi vida es eterna. La roca es inmortal, la joya y el metal que la abraza con amor: Mi canción se escucha en los vientos,
CI
rozan tu mejilla cual beso de un adiós. Mi boca amarra tus labios, no voy a permitirte olvidar
(el mercurio).
Un pacto con el fantasma de esta ópera permitió librarme de las amarras del destino. La historia que se ha escrito se ha vivido ya… ¡Lo confieso, estoy enamorado y quiero vivir la libertad! Permíteme, Reina, esparcir mi sentimiento fuera de la Celda de Cristal. Siéntelo como un tributo a mi eterna soledad.
Anhelo el día que pueda abrazarte lejos, muy lejos… en otra vida.
CII
CIII
CIV
Aquellos que todavía no pueden liberarse del concepto de que el espacio y el tiempo son propiedades reales que dependen de las cosas en sí mismas, pueden ejercitar su ingenio en la siguiente paradoja y, si han intentado en vano su solución, al menos en algún momento, libre de prejuicios, presumir que, quizá, el rebajamiento del espacio y del tiempo a puras formas de nuestra intuición sensible, puede tener fundamento. (Kant)
a mis héroes James Burke Albert Eintein Agatha Christie Edgar Allan Poe Oscar Fingall Wilde Johann Wolfgang Goethe Mary Wollstonecraft Shelley
a mis abuelos Carlos y Paco, a mis hermanos Darío, Facundo y Penélope y a mis padres Carlos Darío y Cristina
CV
Segunda Parte
Ensayo
CVI
PERSONAJES Pan Dionisio - El mejor amigo de Pan Frik / El Sátiro La Guerrera Amazona Melusina / La Sirena Siringa Queen Mab - Reina Bruja El Hada Viviana - Madre de Siringa
CVII
INTERFAZ
SEGUNDA PARTE – COMENTARIO
Comencé a escribir este ensayo literario a la edad de doce años (el capítulo “La Pesadilla”). Los siguientes fueron adaptaciones de las ideas de un boceto de cómic que proyectaba publicar en el año 1989 titulado: “M.A.X.”. Este trataba de un héroe vestido siempre con abrigos largos y negros, y que sacaba de apuros a bellas jovencitas…
Para introducirlos en el concepto de esta Segunda Parte les contaré que a la edad de ocho años tuve una pesadilla que describí en la narración “La Cueva” (escrita en 1986 y premiada en 1994) que contaba de máscaras arqueológicas que descansaban en un cajón de pino en una Salamanca. En el sueño mi curiosidad me obligó a levantar una de ellas (de aspecto demoníaco) y ver a través de ella al mismo Diablo representado con una niebla púrpurarojiza. Invadido por una inevitable culpa corría a pedir auxilio a mi padre.
Cuando cumplí los dieciocho años, precisamente mi padre (empleado del Instituto de Arqueología de la U.N.T.) organizó una exposición con máscaras, donde encontré esta misma del sueño; venía de Bali, si mal no recuerdo… ¡Quedé pasmado!, … allí me di
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cuenta de que no debía apostar a las casualidades, interpretando sin prejuicios las causas y efectos de nuestra propia decisión. Luego de diez años de haber experimentado aquel sueño, incluí al personaje Mefisto (en honor a Goethe) en la ópera, reflejo exacto de la imagen de Pan (desde el punto de vista eclesiástico), y los demás ingredientes de la obra: el deseo de mirar a través de otros ojos, de sufrir la experiencia del prójimo, los pedidos de auxilio a su padre, el temor, la culpa como autocondena…, y los mitos. Las brujas me significaron una eterna inquietud; los maquillajes que me cubrían durante mis espectáculos musicales con la banda de rock Niebla Púrpura me mostraban como el estereotipo de una de ellas, ya que se sumaban al vestuario femenino: el pelo largo, un enorme pentáculo y las uñas de la mano derecha muy largas (¡pintadas de color negro y de seis centímetros de largo cada una!). Conocí a muchas personalidades que entendían o gustaban de lo esotérico, conocí muchas cosas de ellas y aprendí un tanto más. Comprendí la realidad de las vibraciones de los elementos de la Naturaleza y comencé a realizar estudios sobre los planos de la mente (denominé así a todo lo que podía percibir: memoria, sueños, conocimientos, sensaciones, … amor). Siendo hijo de una madre historiadora, me apasionó el estudio de los grandes personajes de la humanidad, me asombraba en particular, cada acontecimiento del imperio isabelino, inclusive las manifestaciones artísticas de la época. También me sentí atraído hacia el movimiento ‘empirista británico’ de la filosofía y estudié los conceptos transitorios del Renacimiento al Romanticismo en los períodos históricos. Comencé a cuestionar los neo-movimientos sociales similares en el Siglo XX, frente a las puertas del nuevo milenio.
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Metáforas… Pienso que las teorías del tiempo-espacio que se plantean en la obra son, podría decirse, ocurrencias de mi sed, pues experimentalmente me lancé a interpretar el tiempo, no como una transición de etapas consecutivas, sino como “capas sustractivas” (un concepto que me inquietaba y entretenía desde temprana edad). Si imagináramos la vida sin movimiento lineal-horizontal de tiempo, y lo ilustráramos como una acuarela (capa sobre capa), entonces obtendríamos los planos y “mapas” de la mente. Todo en la vida es proyección de la mente: sueños, creaciones, vida, música, signos, viajes a otras dimensiones, etc… ¿acaso olvidamos algo?, ¿por qué no pensamos que hay una opción en el corazón? Una delgada línea, no absoluta, separa un plano de otro: de las pesadillas o sueños, a la magia, y al viaje hacia otro “mundo”… El orgullo, los prejuicios (de fácil representación con una cápsula de Cristal totalmente hermética), ¿hasta qué punto nos separan de la realidad?, ese plano de observación ¿qué punto de vista nos reclama?… El amor, ¿cómo observamos la verdad sin analizar cada sensación como una proyección a determinado plazo de tiempo…? El amor, una excusa para devorar lo que nuestro par intenta obsequiarnos, ¿dónde está nuestra gratitud?, ¿es un estado de consciencia alterada…?, ¿es acaso una reacción totalmente espontánea? La reciprocidad en las sensaciones que tenemos cuando estamos cerca de la persona que amamos ¿no podría acaso explicarse como una densa energía que vibra intensamente en la atmósfera de nuestros cuerpos? Es tan fácil evitar el simbolismo de las palabras… La intuición: “práctica tradicional” útil en la comunicación y de rápida e inevitable extinción.
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¿Es la masa lo que comprendemos con nuestro concepto de la vida?, ¿lo que admiramos cotidianamente es una composición mental…?, ¿vivimos en un mundo hecho a nuestra medida, o somos creadores de las condiciones necesarias para nuestro confort?
Cuando escribí “La Trilogía Reflejo”, se me ocurrió plasmar en el libro todas las etapas compositivas y fantasías de mi niñez, conservando el tipo de lenguaje y el espíritu característico de un adolescente soñador, pero incorporando conceptos filosóficos profundos, para así lograr resucitar antiguas leyendas y revivir personajes olvidados de nuestra memoria cultural…
Entega del 1° premio por categoría cuentos a «La Cueva», E.N.J.B.A. año 1994.
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CAPITULO III «La Pesadilla»
Después de tanto tiempo volvió a casa de sus padres para hacerles una visita. Antes, pasaría por la pileta de natación cerca del lugar para vivir viejos recuerdos; una pileta muy grande en la que nadaba cuando chico. Allí se encontraban reunidos muchos jóvenes, algunos conocidos y otros desconocidos para él. En esta ocasión no estaba vestido con su sobretodo largo ni sus botas (muy extraño en Pan). Sólo tenía una camiseta de mangas cortas, un pantalón de jean y zapatillas; y como siempre, sus anteojos ‘lennon’ y el caminar de costumbre. Pudo ver que cerca se encontraba un amigo, un viejo y querido amigo; se le acercó y lo saludó emocionadamente (había pasado mucho tiempo desde la última vez que se habían visto…). —¡Hey! ¿Cómo estás ‘maldito’ Dionisio? ¡… Tanto tiempo!— dijo Pan a espaldas de aquel. cabeza.
Sospechando quién era el de atrás, volteó lentamente su
—¡Oh, Pan! ¡Me imaginé que eras tú, creí que no te volvería a ver jamás! ¿Cómo estás?— respondió como a los gritos. Se miraron y se dieron un fuerte abrazo como si se tratase de dos hermanos perdidos que se unen luego de varios años. En realidad, él era como uno para Pan. Desde la infancia estuvieron
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juntos hasta que se graduaron en la secundaria. Se dirigieron a la sombra de un quincho y bebieron una cerveza contando todo lo que habían hecho después de separarse… —… Bueno, … a mí también me fue muy bien. Pero… — hizo una pausa para beber —… dime; cambiando de tema, ¿por qué están reunidas tantas personas aquí? ¡No había visto a tanta gente junta desde chico!— —Aprovecharon las vacaciones para reunir a egresados de nuestra generación de distintos colegios; lo hacen aquí porque dicen que en las escuelas ya es muy anticuado. Es como una convivencia, por llamarla así.— —No sabía nada, no me lo habían dicho.— —¡Y bueh…! Pero…, dime tú, ¿por qué estás aquí?— —Vine a visitar a mi padre, allá, ya sabes, arriba.— Señalando a las montañas. —También hace mucho que no lo veo, y como éste es el paso obligado a aquella región…— —¡Ah!, pues ten cuidado. Se dice que por ese lugar están sucediendo “cosas extrañas”…— al punto fue interrumpido por la voz alterada de Pan. —¿“Extrañas”? ¿Como qué?— —¡No lo sé! Te lo digo porque eso es lo que me comentaron en la taberna del Viejo. No para preocuparte, hermano.— Pan se puso bruscamente de pie. —¡Bueno, gracias! Lo averiguaré personalmente. Me gustó mucho haberte visto, lo haremos de nuevo… ¡Ah! muy rica la cerveza, espero la pagues. Chau, ¡nos vemos!—
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—¡Yo también estoy feliz de verte. Adiós! ¡Cuídate!— —¡Lo mismo digo!— Y se despidieron con un fuerte apretón de manos seguido de un nuevo emocionado y largo abrazo. Así quedó mirándole hasta que desapareció entre la multitud. Otra vez cada uno por su lado hasta quién sabe cuándo… El destino lo había querido así…
Pan estaba solo. Se acercaba lentamente al pueblito, que estaba cambiado, diferente, distinto, deshabitado. No tenía ni el aire ni el ambiente de antes. Parecía una pesadilla, un pueblo fantasma; con sus calles desiertas y secas… Los nervios de Pan se estremecían… Se dirigió a la casa tomando el sendero de una lomada con un lento y cauto caminar. Los árboles, a su alrededor, parecían un ejército de espías que no cesaban de mirarle. De pronto, a lo lejos, se la pudo apreciar. ¡Tan bien cuidada a comparación del resto del poblado! Era extraño, pero Pan dibujó en su rostro una sonrisa, y luego, una expresión de extrañeza. Siguió su recorrido ahora más cautelosamente. Se arrastraba por el suelo como una lagartija perseguida por felinos hambrientos. Llegó hasta la casa, se asomó por una ventana y vio dentro a trece ancianos reunidos, formando un círculo parejo alrededor de la mesa que un día, fue la del desayuno. Se deslizó suavemente a la puerta… En respuesta a sus pasos, sentía otros que le seguían por detrás. Sintió una sacudida, una súbita crispación en su cuerpo. Volteó lentamente la cabeza; tras él había una chica, una frágil y hermosa chica. Con largos y dorados cabellos que tocaban graciosamente sus caderas. Sus ojos contemplaban centímetro a centímetro el musculoso cuerpo de Pan, y él, contemplaba centímetro a centímetro el fantástico cuerpo de ella. Se quitó las
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gafas en forma lenta y la miró como un estúpido enamorado. Ella, como si hubiese cometido un error. Sostenía con sus delicadas manos un gran sable plateado, que al reflejar, cegaba al mismo Sol. Luego de un breve instante bajó la mirada y, al tiempo, la espada. Volteó marchándose rápidamente del lugar. Pan quedó boquiabierto. Sintió despertar de un hermoso y mágico sueño. Algo maravilloso le había ocurrido…
Dejó momentáneamente la habitación de «la Corte de Brujos» y subió las escaleras. En el nivel superior encontró a dos muchachas amarradas que parecían haber sido cruelmente maltratadas. Entonces se puso a pensar en lo que haría…Adentro además habían dos guardianes descansando. Una idea, peligrosa, mas estaba dispuesto a actuar arriesgadamente. Deseaba a toda costa llegar al final de la misteriosa desaparición de su padre y la repentina aparición de seres de otro tiempo y lugar. Aprovechó el momento para entrar en acción; pateó fuertemente la puerta hasta derribarla, los hombres se pararon bruscamente y se pusieron en guardia, Pan se lanzó encima de uno hasta noquearlo; y al otro lo arrojó contra la pared haciéndole golpear el rostro con el muro, que se desmoronaba húmedamente a cada impacto. El primero intentó levantarse y Pan arrojó un cuchillo que encontró en la mesa; pero le dio con el mango en el pecho; ¡ese hombre estaba realmente adolorido!, tanto, que cayó al suelo lamentándose. Recogió el puñal y liberó a las chicas. Ellas le estaban muy agradecidas. Pensó que era mejor llevarlas a donde pudiesen encontrarse seguras y luego volver por su padre.
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Salieron como escapando de un asesino. Afuera se encontraron con la blonda del sable. Pan sonrió y, al mismo tiempo, la observó fijamente como todo un James Bond… Ella frunció el ceño y levantó en alto la espada. Se le acercó y la tomó de la muñeca, suavemente le separó sus perfectamente ensamblados dedos quitándole el arma, la miró directamente a los ojos, le acarició el bello rostro y le besó el precioso cuello tomándola de la cadera, bajándole cada vez más las manos. Ella miraba hacia todos lados, nerviosa. Luego se atrevió, lo tomó también, lo acarició delicadamente y lo besó. Un beso largo y profundo. Sus cuerpos comenzaron a arrimarse hasta que sus hermosos pechos se oprimieron contra los de Pan. Después de un breve momento (onda telenovela latinoamericana de la siesta) se separó bruscamente. Se hallaba desesperada, por su actitud, parecía haber cometido otro error, … otro grave error. Se dio nuevamente la vuelta y echó a correr sin decir palabra alguna. Pan quedó otra vez boquiabierto…, y no era para menos… ¡Oh, qué mujer!… Sentía una sensación de vuelo, flotando por el aire, libre, sentía que no podía levantar su quijada del suelo y volver a poner en órbita sus ojos; hasta que se vio interrumpido por la voz de una de las muchachas que estaban tras de él. —¡Oye…, te liquidó!, ¿no?— exclamó en tono de burla con un latoso y disonante timbre vocal. —Esteee… sí; creo que sí…— respondió imitándola. —¡Bueno, ahora olvidemos todo y larguémonos!— Se miraron como planeando una perfecta huida y echaron a correr sin voltear atrás. Cualquiera diría que los chicos habían ejecutado el tradicional ‘ring-raje’ en el timbre de la casa del vecino gruñón… Fueron a la loma manteniendo cautela para que nadie advirtiera la clandestina escapatoria.
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Al llegar a la entrada del poblado Pan se despidió de ellas, pero antes les entregó una medallita negra con forma de laúd, con un pentáculo grabado en el centro y extraños símbolos inscriptos: —Diríjanse a aquella piscina, allí verán a muchas personas, busquen a un joven de aspecto muy similar al mío, le dicen Dionisio, y cuando lo hallen entréguenle ésto; él comprenderá su significado, cuéntenle de lo ocurrido y sabrá en dónde encontrarme.— Pan usaba con su viejo amigo esta táctica desde muy chico, se entendían perfectamente y siempre vivían juntos este tipo de aventuras. —Vayan, apresúrense y… ¡suerte!— —¡Lo mismo para ti!— Cuando vio que ya estaban a salvo, volvió a la casa. Allí continuaba con cautela. No llevaba consigo ningún arma; sólo valor y coraje. Entró en la habitación de los sacerdotes brujos, tomó una barra de hierro y comenzó a destrozar todo lo que interrumpía en su camino. Partió en dos la mesa, y a las figuras de barro las arrojó al suelo con un duro golpe a lo beisbolista, con un “swing” envidiable. Los ancianos gritaban y lloraban como bebés cuando les arrebatan su chupete, pues, aquellas figuras eran algo sagrado para éstos. Al concluir salió de la pieza como bala de cañón. Subió por las escaleras a la planta alta. En el balcón se encontró con la sensual blonda. Pan se le acercó pero ella le colocó el sable en el cuello para mantener la distancia, inmediatamente dijo: — ¡Salgan!— y en respuesta a su voz aparecieron decenas de hombres de extraño uniforme. Quitó el arma y dijo en voz baja: —¡Que tengas suerte, héroe!—. Volteó lentamente, y, antes de retirarse, le guiñó un ojo…
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La persecución había comenzado. Pan ya no se encontraba en el balcón; le llevaba como diez metros de ventaja a sus perseguidores. Conservaba aún su humor. Lo hacía para ocultar el temor de un inevitable final que se aproximaba. Comenzó a desesperarse cuando casi los tenía encima. ¡Esos muchachos sí que tenían buen estado físico! Su única escapatoria era una casa en la montaña que se encontraba arriba de la de su padre y luego internarse en el monte para salir por el río (conocía perfectamente el lugar). Subió; allí le esperaban tres hombres más. Era una fiera rodeada de cazadores. Se puso en guardia. Golpeó con la izquierda a uno, al tiempo dio una patada de talón al del centro. Al tercero lo tomó de la nuca y lo hizo estrellar contra su rodilla. Había pasado ya ese obstáculo; mas le quedaban los otros que le seguían. En la casa habían dos más, tenían armas de fuego como sus perseguidores. Silenciosamente se acercó por detrás. Tomó a uno envolviéndolo por el cuello haciéndolo girar bruscamente hasta torcerlo. El otro, al darse cuenta, comenzó a disparar. Pan se cubrió con el cuerpo del finado, le arrebató el arma y disparó hiriendo a su atacante. Aprovechó ese momento para dirigirse al monte; corrió como una liebre hasta llegar al río. Allí encontró tirado, sobre una roca, a su querido amigo Dionisio. Tenía consigo el medallón que le había enviado, ensangrentado al igual que su rostro y casi todo el cuerpo. Pan comenzó a llorar desesperado; gritó enérgicamente para liberar su odio…, era imposible despertarlo; contempló a su alrededor horrorizado. Los árboles cercanos parecían señalarle casi intencionalmente con sus espesas y tupidas ramas. Volvió la mirada a su amigo, que yacía levemente encorvado y desparramado sobre la piedra. —¡Dio…!— dijo con una voz ronca reiterando más claramente luego de una breve pausa. —¡Dionisio…!— y nuevas
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lágrimas desprendieron de sus ojos que apuntaron otra vez al cielo. De pronto unos disparos se oyeron muy cerca. Pan tuvo que dejar a su amigo allí, cargando la culpa de haberlo enviado directamente a la muerte… Abandonó el lugar rápidamente, mas, estaba tan enfrascado en un espantoso cargo de consciencia que, inmediatamente, se sintió obligado a volver y enfrentar a sus perseguidores. Ahora en sus ojos se podía percibir terrible furia. Volvió al lado de Dionisio y lo tomó en sus brazos. Dejó caer levemente su cabeza sobre él y lo cubrió con sus manos y cuerpo. En ese momento se sintió indiferente al destino, no le importaba sea cual fuere. Y se puso de espaldas a los uniformados para protegerlo.
Sintió que una dura masa de plomo se introducía hervida en su fornido cuerpo. Primero un dolor desgarrante y luego como que su brazo se desprendía de él y caía pesadamente a las piedras…
… Pan se despertó tirado en el suelo de su habitación, se había golpeado fuertemente el hombro. También tenía un golpe en su tobillo y otro en su puño izquierdo. Sentía, además, que su rostro estaba empapado de lágrimas…
Tal vez haya sido sólo casualidad. Pero tendría que haberlo sido también el beso, porque sintió claramente el calor de los labios… de la «rubia amazona»…
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CAPITULO IV «El Misterioso Caso Del Tatuaje Negro - 1ª Parte»
Era un día cálido. La plaza se encontraba llena de gente. Los adolescentes comenzaban a salir de sus colegios. La tranquilidad imperaba; una que otra discusión entre amigos, pero todo estaba en absoluta quietud.
Como no podía ser de otra manera, como un día normal de nuestro héroe, no permaneció por mucho tiempo así; repentinamente, entre la multitud, se oyó el grito de una joven en apuros. Pronto se la pudo ver, parecía agotada, como si hubiese corrido un largo trecho. Y era cierto. La misma estaba siendo perseguida por un hombre de extrañas características, como un Sátiro, pero de grandes dimensiones. Pan se hallaba en uno de los asientos de la plaza bebiendo unas cervezas junto a unos amigos. La mujer se dirigía casualmente hacia él, entonces la observó y se interpuso en su camino. Sin advertirlo, ella lo chocó, se asustó y luego, como si lo hubiera reconocido, desesperada le pidió auxilio. Estaba empapada de transpiración y lágrimas; la tomó con sus brazos fuertemente para tratar de calmarla y de repente, una voz, enérgica y algo sarcástica, dijo interrumpiéndolo: —¡Oye muchacho, déjala! ¡No te metas en lo que no te interesa!— Al punto la bella dama desmayó; sin hacerse problemas la
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alzó y la llevó a un banco. Pidió lugar a sus amigos y solicitó que la cuidasen. Tenía un asunto que arreglar… Todo ésto hacía que el ambiente se tornase con un aire de filme de suspenso. Al parecer, todos deseaban que triunfase el bueno, como en aquellos; mas no era uno en el que el terrorista casi siempre acaba vencido por el héroe vencedor, sino, la realidad, en la que Pan no cumplía el papel de bueno y el otro de malvado. Por el contrario; uno el de tozudo sinvergüenza presumido y… el otro…; ¡vaya a saber uno de qué el otro!… —¡No te atrevas a acercarte! ¡No presumas ser un héroe, piénsalo bien, no hay lugar para los dos!— mostrando una navaja. —¡Ya lo creo que no!— y golpeó su brazo para quitársela. Ella fue a perderse entre la multitud, que a esa hora, parecían miles y suspiraban tranquilos y al unísono. Aprovechó el momento de asombro de su contrincante para golpearle en el abdomen, luego un ‘gancho’ con la izquierda, media vuelta y una patada como de ‘látigo’ con la pierna derecha sin dejar ni siquiera respirar a su adversario. A esa altura ya todos se habían instalado cómodamente, un vendedor ambulante pasaba ofreciendo maní y gaseosas, en el otro extremo ya se habían comenzado a correr algunas apuestas… Uno que otro desubicado preguntaba sobre el título de la película que creía rodaban en el lugar… Los que estaban a favor del supuesto justiciero, hacían barra alentándolo. Pan ya se había tomado muy personalmente este asunto, no pensaba en su adversario como en un hombre, sino, como en un verdadero ‘rival’ en una contienda a muerte. No paraba de golpearle. Lo acribillaba con azotes de pies y puños. Y, para rematar, el golpe definitorio; una patada excepcional, alta y ‘limpia’, que acabó anulando a su contrincante. Este cayó al suelo desparramado, quejándose de dolor. Su rostro,
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mojado de sangre, chocó contra el suelo calentado por el Sol. Evidentemente sus sentimientos no decían lo que sus heridas, porque parecía ser un hombre duro y fuerte, como un sir Gawain que aumentaba sus fuerzas a determinadas horas del día. Enseguida se reincorporó. Pan, sin un sólo rasguño y esperando un respuesta de aquél, se hizo hacia atrás (¡no era cuestión de abusar de tanta buena suerte!). Pero el Sátiro no se mostró violento. Sólo le miró a los ojos y sonrió diciéndole: —Pareces valiente…, pero no te vanaglories…; ¡nos veremos muy pronto y la lucha será victoriosa para mí!— tras estas palabras arrojó frente suyo un pequeño objeto, como una semilla, que desprendió un humo purpúreo que le permitió desaparecer. Sorprendidos por lo que habían visto se encontraron todos. Nadie lo había sentido ni escuchado pasar entre la multitud. Pan no lo podía creer… Pero algunos se alegraron por el triunfo del vencedor, festejaban y lo ovacionaban mientras se iban retirando.
Se dirigió a la chica que en ese instante comenzaba a reincorporarse. Ella lo miró muy agradecida (había algo extraño en su actitud; algo que yo, al menos, no podía descubrir). —¿Estás bien, linda?— —Si…, gracias…; me salvaste… ¡Te lo agradezco!— —¡Oooh, pero no fue nada! ¡Al contrario, fue un gran placer!— y quedó observándola. Contemplando su escultural belleza. Poseía la figura cincelada por el más refinado artista francés; era una imitación exacta de una diosa marmórea de Attica. Su cabellera, dorada y larga, tocaba las vertiginosas curvas de su cadera; piernas larguísimas de líneas perfectas, pies pequeños y singulares. Sus pechos tenían las medidas perfectas.
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En su rostro, se percibía una expresión lánguida provocada por unos ojos nostálgicos y melancólicos, que se tornaban, a su vez, provocativamente felinos; oscuros y grandes, tan llenos de misterios. Su nariz, pequeña, mostraba un extraño encanto; su boca, sensualidad y gracia. Todo esto aprobaba aquella conocidísima frase que dice: «Una imagen vale más que mil palabras». Porque era cierto; tenía frente a él, a una hermosa Afrodita de piel suave y tersa, atractiva y encantadora; que le respondió a sus palabras, con una leve expresión de timidez y sensualidad ingenuamente quinceañera. Examinándola delicadamente, le preguntó: —¿Por qué te perseguía este misterioso hombre?— —No lo sé…. ¡ahhh…!— fingió estar adolorida. —¿Estás bien? ¿… Desde cuándo lo hacía?— —Bueno, yo… Yo estaba… en mi colegio, y… cuando salí, lo vi frente a mí; él me invitó a acompañarlo…, pero le dije que no, que tenía cosas importantes que hacer. ¡Estaba muy asustada!— —¿Y luego…?— —… Me forzó.— —¿Qué hiciste entonces?— —Grité…, grité lo más que pude. Unos chicos, al escucharme, me auxiliaron. Yo escapé sin fijarme a dónde iba; de repente, se me apareció otra vez y me amenazó con su navaja…— —¿Y…?— —Descontrolada y desesperada, lo golpeé sin advertir los riesgos.— —¿No te lastimó?—
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—¡No…!— —Y después…, ¿qué sucedió?— —El resto… ya lo sabes.— Pan hizo una breve pausa y preguntó: —… Igual…, algo me tiene todavía intrigado… ¿Segura de que no sabes el motivo por el que te perseguía?— —No, no lo sé; ya te lo dije.— evadió la pregunta como si estuviese a la defensiva. —¿Segura?…— —¡Sí, segura!— Pan quedó pensativo. —Hay otra cosa que también me tiene intrigado.— —… ¿Qué… es?— —Es un detalle que tenía tatuado en el pecho… ¡Me pareció algo conocido…! ¡Me parece haberlo visto en alguna parte! … O quizás haya sentido un Deja Vú…— —¡Sé a cuál te refieres… Yo lo vi claramente…!— —¿Me lo podrías describir?— —¡Seguro! Era un dibujo muy particular, un círculo oscuro, un ojo grande y una estrella dentro.— —¿Una estrella de cuántas puntas?— —¡Creo que cinco, si no me equivoco!— —¿Extraño, no?—
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—¡Ya lo creo!…— —Está bien; este asunto debe estar a cargo de un especialista; … llamaré a la policía.— —¡¡¡No!!!— gritó precipitadamente. Hizo una breve pausa para calmarse y dijo: —¡no, por favor! No quiero tener problemas con ellos.— —¿Qué clase de problemas podrías tener?— Evadió su pregunta diciendo: —¿… Quién te creería una historia de hombres que desaparecen en una neblina púrpura…?— otra vez surgieron sus particulares encantos. Pan comenzó a sospechar. Mas quería llegar al fondo de todo ésto, pues testigos tenía, además, había que estar allí para saber que no se le podía decir que no. —Bien, no llamaré a nadie… Pero quiero que confíes en mí y me cuentes todo lo que ocultes.— —Yo no escondo… ¡nada!— —Bien, bien, te creo; y por ello voy a ayudarte.— allí estaba el gilún de Pan haciéndose el ‘Llanero Solidario’… —Oh, ¡gracias de nuevo!— —Pero lo haré… con una condición. Te llevaré a tu casa y allí te quedarás, ¿sí?— —¡No puedo!— —¿Por qué no?— —Porque sería el primer lugar en el que me busque…— —¡Tienes razón!… ¿Entonces a casa de algún amigo…?—
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—¡Tampoco!— —¿Por…?— —Porque no tengo ninguno. ¡No conozco a nadie …!— —¿Ni siquiera a uno?— —Ni uno; no tengo a nadie; ¡porque nadie me acepta como soy, nadie!— —Lo siento, no me lo imaginaría nunca.— —No lo lamentes; entiendo por qué es; ya estoy acostumbrada… Así es que si no…— —… Qué deseas que haga; ¿pro… propones… algo?— Oh, qué gran error vas a cometer, amigo Pan, ¡ni siquiera lo pienses…! —… No sé; t… tal vez…, si no te… molesta…— —¿Estás sugiriendo que…, te invite a mi casa?— —nnns… sí…, si no te incomoda.— —¡Oh,…! Lo temía, ¡lo temía…!— dijo algo molesto interrumpiéndola. —¡Bueno, no te preocupes! Ya estoy acostumbrada también a arreglármelas sola…— y fingió llorar. (¡Buena táctica, nena!). —… B… bien…; ¡me convenciste!…— —Oh, muchas gracias, ¡te lo agradezco!— y lo abrazó contenta. Pero Pan, como si dudase de su acto, deseaba llegar al fondo de todo, esa fue la razón por la que aceptó; … aunque pienso lo contrario.
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—Bien, vamos; mañana investigaremos más.— Al día siguiente se encaminaron juntos a la casa de un conocido de Pan llamado Sileno, quien conocía todo acerca de los misterios, símbolos, medallas, además, era un estudiante de filosofía; por eso pensó que sería buena idea hacerle una visita. En el camino… —No pregunté tu nombre.— dijo Pan. —Melusina.— —¡Oh!, ¡qué hermoso!— —Gracias…— dijo tímidamente —¿… y el tuyo?— simulando no conocerlo (por supuesto que Pan cayó como estúpido y le respondió). —Pan…— —Mmmh…, ¡también es lindo!— Y así la pasaron hasta llegar al lugar. B…—
—Muy bien, linda, … ¡Aquí es!… calle Baker nº 221
Llamó a la puerta durante casi diez minutos y comenzó a preocuparse. —¿… Qué sucederá? Es extraño que Sileno no se encuentre…, ¡nunca sale de casa!— insistió durante un rato más hasta que decidió entrar. Cautela y silencio mantuvieron dentro. Revisaron primero las habitaciones, luego las salas y más tarde el comedor y la cocina. No entraron a la pequeña biblioteca pero si bajaron al estudio; mas no hallaron a nadie. Pan tenía un
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extraño presentimiento, temía que algo le hubiese ocurrido a su amigo, y recordó su pesadilla manifestada como Deja Vú. Sintió un estremecimiento que recorrió por toda su columna vertebral… Decidieron permanecer dentro de la casa unas horas y luego se retiraron.
Más tarde, en el departamento de Pan, quien sostenía entre sus largos dedos la pipa de arcilla negra de su gran amigo… —¿En qué piensas, Pan?— —“Debes saber que no es cortés distraer a un honorable caballero cuando se haya entregado a sus pensamientos, porque o bien se encuentra meditando acerca de un daño recibido, o está pensando en su dama…”— —Discúlpame, sir “Lengua de Oro” ¿interrumpí tu “meditación”…?— —¡No!… ¡nada de eso! Perdona, ¡no presté atención!… ¡Por favor discúlpame si fui grosero, Mel…!, … es que aún no entiendo… ¿por qué no se estaba Sileno en casa? ¡Espero no le haya ocurrido nada malo!— —No te preocupes ¡Estoy segura de que se encuentra bien! Más me preocuparía por esos estados que manifiestas como si estuvieses en el sueño de Perséfone… además debes hacerte ver por esas extrañas reacciones que tienes, ¡pareces autista, estás como perdido en tu interior!…— —¡Quisiera dejar de preocuparme por mis amigos, en sueños me invaden terribles premoniciones, estoy volviéndome loco!— —Quiero que sepas que puedes contar conmigo, Pan—
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—Está bien, sinceramente te lo agradezco… ¡Pero ahora descansemos; mañana será un día muy pesado!—
Pan esperó hasta a que Melusina se durmiera y luego, silenciosamente, partió nuevamente a casa de Sileno.
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CAPITULO V «El Misterioso Caso Del Tatuaje Negro - 2ª Parte»
Al llegar a la casa de su amigo decidió entrar por la puerta trasera. Revisó las mismas habitaciones y se posó muy cansado en una silla que indicaba hacia la biblioteca. Apuntó su mirada. Esperó unos segundos para reflexionar un poco y se introdujo en ella. Era un cuarto muy oscuro y húmedo, casi no se podía respirar. Tampoco tenía luz eléctrica, sólo un par de candelabros dorados junto a la poca claridad que provenía de afuera. Tomó uno y se perdió en la oscuridad reinante; poco después lo encendió. En frente encontró que una de las estanterías se había deslizado y que atrás se podía percibir que había otra pequeña pieza escondida… Decidió introducirse dejando entreabiertas las estanterías que hacían de entrada al pasadizo. Todo tan fríamente iluminado, vacío, blanco, tan sólo con un pequeño soporte de cristal en el centro de la sala. Se aproximó y contempló tres libros de extraños grabados sobre sus lomos, tres libros hermosos y grandes con aquel singular símbolo que el perseguidor de Melusina tenía tatuado. Sintió curiosidad e intentó levantar uno, mas, pudo antes advertir que en un extremo del mostrador había un papiro con una nota escrita; la leyó levantándola lentamente:
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“Aquella persona que haya osado contemplar los Libros Sagrados del Valle Azul deberá elegir uno y luego levantarlo. Al hacerlo, correrá el riesgo de atraer una maldición sobre sí o…”
La pieza de papel estaba a propósito destruida, lo que impedía terminar de leerla. Pan presentía que si escapaba de la habitación algo extraño le ocurriría, entonces quedó pensativo, esperó un momento para respirar profundamente y elegir alguno; mas cuando aproximó su brazo para tomar decididamente el del extremo derecho, fue interrumpido por el grito de Melusina que le impidió llegar a aquel. (¡Qué susto le había provocado !). —¡¡No…!!— gritó enérgicamente. Pan esperó un instante para calmarse y luego dijo sorprendido: —¡Mel…!, ¡¿… qué haces aquí?!— todavía alterado se dirigió a una esquina del cuarto y se sentó desparramado sobre el suelo. Su corazón deseaba salir de su lugar para tomar un poquito de oxígeno. —¡Qué susto… me diste…!— —Oh, discúlpame. No fue mi intención hacerlo…— —… No importa, ya se me pasará… ¡por la Diosa!— se dijo a sí mismo. Al tiempo, dirigió sus manos al rostro cubriéndolo, luego, lentamente, se dejó caer sobre sus rodillas. Melusina fue donde él. Se sentó a su lado, extendió su brazo y lo acarició suavemente. Pan creyó reconocer esa suavidad y se puso inmediatamente de pie. —¿Quién eres tú?— preguntó al tiempo. Sorprendida…
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—¿Oye, qué te sucede?— Pan la levantó del suelo, la llevó contra una pared y reiteró ahora más bruscamente. —¿¡Quién… eres… Tú!?— —No se a qué te refieres— respondió asustada. —¡Me… me estás… lastimando, Pan!— entonces la soltó. Se miraron fijamente. Todo a su alrededor se hallaba en penetrante silencio. Esperó un breve instante y dijo: —Sentía que algo extraño había en ti, mas… ¿qué?— En respuesta ella respiró agitada hasta que se fue tranquilizando lentamente. Secó sus lágrimas y contestó: —No pensé verte alguna vez tan… ¡enojado!— —… Está bien…, lo siento… ¡discúlpame, Mel! Es sólo que estoy tan alterado, y para colmo tus manos me recuerdan a…— —¡No, espera! La culpa fue mía por no decírtelo todo desde un principio…— —¿Decirme qué?— —El verdadero propósito por el cual vine a pedirte ayuda.— —¿Ayuda para qué?— —Es una historia muy larga para contar…, mas por toda la confianza que demostraste por mí…, lo haré: «Hace muchísimo tiempo, al lugar de donde yo vengo, una malvada pero bella bruja, Queen Mab, llegó y amenazó con atacar incansablemente para saciar su sed de Venganza. Una sed que sólo acabaría si algún milagro ocurriese…— —… ¿Qué «Venganza»?—
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—… La Venganza que fue producida a causa del olvido de la gente sobre las antiguas creencias, por haber la sociedad olvidado su Obra como reina de las Hadas y por la pérdida de los más preciosos objetos sagrados que poseía. Dice la leyenda, que ellos fueron destruidos por un forastero de no se sabe de qué lugar, ni de que tiempo, pero que apareció sorpresivamente. Ella creyó que se trataba de algún Tritón de nuestro reinado, cosa que nunca podría ser cierto, y produjo una masacre para luego imponer su absolutismo y dominar el Valle Azul», ¡la cólera de Némesis fue la perdición!— —¿El «Valle Azul»?— —Es mi país, una fantástica sociedad en el que, antes de la resurrección de Mab, reinaban la paz y la tranquilidad, en la que sus habitantes, Ninfas y Tritones, podían vivir disfrutándola.— —… Pero dime, Mel, ¿por qué lo del Tritón no podría ser cierto?— —Porque los Tritones no pueden salir de los límites que las aguas del Río Azul marcan, y si la Reina Bruja vive en el Negro Desierto llamado País de las Brujas, nadie de nuestro ahora destruido paraíso podría hasta allí llegar, por el simple hecho de que no hay ni una gota de agua en miles de kilómetros a la redonda.— —Y dices que la Reina ahora gobierna el Valle Azul, entonces, ¿cómo hiciste para llegar hasta mí?— —Una vieja amiga me proporcionó ayuda, es un Hada muy buena, ella me transportó hasta aquí y está esperando por mi regreso con la misión cumplida.— —¿Y cuál es esa misión?— —Eres tú, … eres ésa misión, … ¡eres el milagro que el Valle está esperando!—
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—Oh,… ¡no puedo creerlo, linda! Ahora resulto ser el ‘elegido’, ¿no?— —Pues es tu inevitable destino, … el tiempo no nos apremia y sólo cuarenta horas puedo estar en esta realidad; hasta el tiempo, debo convencerte para que me acompañes o deberé cargar la culpa de haber dejado destruir mi país al quedarme contigo aquí. La razón por la cual vine a buscarte es porque éste es el sitio en el que esperaremos la señal, tu amigo Sileno también fue atrapado por Mab cuando comenzó su investigación del Valle, pues al recordarla la resucitó y fue la primera víctima de su Venganza, … Ahora solamente debemos esperar a que la señal, que también desconozco, venga a nosotros de los Libros… Ella nos llevará a mi lugar, si es que deseas seguirme en este peligroso camino del los planos de la consciencia oculta.— —Aunque es casi imposible de creer… y de lo que dijiste sólo la mitad entendí, ¡… aceptaré!, pero sólo para rescatar a mi amigo Sileno…— —¡Oh, gracias, Pan!— y se arrojó sobre él para abrazarlo; él la detuvo y le dijo: —¡Pero aguarda! ¡Primero dime si ahora no me ocultas algo más, pues así sabré si confiar o no en ti!…— —Más de lo que te oculté nunca jamás te podría esconder.— Se volvieron a mirar a los ojos, esperaron un instante y se besaron intensamente. Comenzaron a quitarse las camisas y dejar caer sus ropas… Mas fue un breve momento amoroso, porque Pan se vio interrumpido cuando Melusina se separó inesperadamente para recordarle que debía elegir uno de los libros, pues… “… si no lo hiciere hasta que la hora se cumpla, no podrían ser transportados al Valle Azul y permanecerían por el resto de sus
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vidas en un mundo que, según los Ancianos de los ríos, no les correspondía”.
Ella lo sabía porque había sido quien intencionalmente destruyera la otra parte del papiro del mostrador. Entonces le señaló el Libro correcto. Pan lo tomó, lo abrió y vio que todas las hojas se quemaban mágicamente a medida de que las pasaba, no alcanzaban a leer lo que decía, mas ésto cesó cuando llegó a la última, sorprendidos la contemplaron; … se veía tan blanca y brillante, vacía; al instante surgió de su interior un increíble brazo de agua que los envolvió, hizo correr el tiempo hasta llegar a la hora indicada, y los introdujo inesperadamente en la vacía página.
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CAPITULO VI «La Batalla De Magia»
Se vieron obligados a despertar de sus profundos sueños por la luz del radiante Sol, y se encontraron con que habían amanecido en un hermoso paraíso en las cercanías del ruido de los ríos. Por supuesto que a Pan, lo primero que se le ocurrió, fue una estupidez; creyó que estaba muerto, pero Melusina le explicó. Ella no estaba presente, un instante antes que él se había levantado y aprovechó la oportunidad para ocultarse, pues, no quería mostrar a su huésped la apariencia que tenía en su verdadera realidad. —Melusina,… ¿dónde estás?— Ella respondió a lo lejos: —¡No te preocupes por mí, por favor! ¡No intentes buscarme, sigue sólo por el sendero, pronto encontrarás a una mensajera que te guiará al Valle Azul, cuéntale quién eres y sabrá con quién llevarte…!— —Dime en dónde te encuentras…— —¡Por favor, Pan!— Pero él deseaba hallarla y decidió seguir el sonido de su voz. Mas cuando Melusina advirtió que la estaba buscando, se arrojó al río. Pan, al oír el sonido del agua, se dirigió velozmente al lugar. Ya no había nadie, ella se había precipitado por el barranco.
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Se posó sobre una piedra y comenzó a secar sus lágrimas; así advirtió que sus manos estaban totalmente cambiadas, cubiertas de grisáceo pelaje; se asustó terriblemente, y al alejarlas de su rostro, pudo ver que en dirección a su mirada, en las aguas del río, se sumergía una naranja y gigantesca cola de pez. —¿Qué horrible lugar es éste? ¿Qué le ha pasado a mi cuerpo? ¡Estoy totalmente cambiado!; mis manos son peludas y grandes, mis piernas son como cortas patas de cabrío, ¡con pezuñas!, ¡oh, madre mía…!— tocó su rostro —¡Estoy realmente feo: mi piel ya no es suave, mi cabello está como los pelos de mi ex-mujer al levantarse de dormir: ¡hirsuto y desordenado…! ¡Oh, mierda!… para colmo, en mi frente han crecido… ¡un par de cuernitos…! ¡Horror, horror! ¡Seré la ‘burla’ del barrio!… ¡Qué desastre!…— Y continuó lamentándose por el resto del tiempo hasta que no halló más palabras para colocar a su lista de autocríticas. Más tarde decidió obedecer al pedido de su extraña amiga. Se encaminó por un angosto sendero que llevaba a la salida del bosque, recorrió un largo trecho hasta que vio una carreta detenida a la orilla del ahora ensanchado camino, en ella parecía haber una sola persona. Se acercó; su ocupante era una joven mujer, la cual buscaba algo bajo unas cajas; dijo amablemente a espaldas de ésta: — Disculpe, mmh, mmh…— con una voz, algo ronca a propósito, para reiterar luego más claro —Disculpe, milady…— Esta se desocupó de lo que estaba haciendo para atender a quien le llamaba y… —¡Ayy!— gritó asustada —¡el Diablo…!— —¿Ah?… No…, ¡no… !, espere; no se asuste, por favor, buena dama.— Trató de calmarla. —Perdone, milady, si la molesté…—
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—¿Ahh, si?— —Estoy buscando a una persona que me llevará al Valle.— —¿… Eres tú acaso, … al que llaman Pan?— —Sí…— —Oh, lo siento, no me había dado cuenta… estoy tan avergonzada… espero no haberte ofendido…— —Ooh, ¡por favor! ¡Claro que no!— respondió sarcástico. —Uf, menos mal…— y se detuvo a mirarlo. Mas luego se sintió incómoda porque él también lo estaba haciendo (¡¡¡pero exageradamente!!!). —… Pues yo soy la mensajera del Hada Viviana, y tendré el placer de llevarte en mi humilde carruaje guiado por tan valiente corcel como sir Rupert…— —“¡Y yo el de acompañaros, hermosa doncella!”.— e inclinó la cabeza como un digno caballero inglés. Claro que lo estaba haciendo para presumir, … así la pasó todo el largo camino. —¿Cómo te llamas?— Ella lo miró y, sonriendo sensualmente, respondió: —Siringa…— —Vaya, ¡qué lindo… nombre!— dijo oportunamente. —Gracias…— tímidamente.
Llegaron al lugar. Un lugar tan oscuro que parecía como si nunca el Sol hubiera hecho llegar sus gentiles y suaves rayos.
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Cruzaron un pequeño puente que acababa en la otra orilla del río que envolvía la ciudad casi completamente. —¿Qué le sucedió al lugar?— —¿Acaso no te lo dijo Melusina?— —¿Esto es “Valle Azul”?— —¡Ahora le llamamos “Valle de Sombras”!— —¡Oh,…! ¡Nunca me lo habría imaginado así!— Se introdujeron en la ciudad atravesando un largo camino de piedras hasta llegar a una plaza. Casi todas las casas alrededor parecían haber sido obligadamente abandonadas a causa del incendio provocado por un ataque invasor. Los cuerpos de muchas víctimas yacían desparramados en las calles o en las puertas de sus propias viviendas. Aquello era realmente espeluznante, tanta sangre, tanto fuego, en lo que antes pareció haber sido un hermoso paraíso de indescriptibles cualidades. —¡Es horrible!— —¡Todavía no viste lo peor!— —¿¡Acaso hay peor que ésto!?— —Sólo debes arrimarte a las orillas de las aguas…— —¿Qué hay allí?— —Los cuerpos de muchas de las criaturas marinas, ellas no pudieron escapar a la Venganza de la Bruja y ahora flotan en su superficie.— —¿Están muertas?— —Afortunadamente no. Solamente están encantadas a
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causa de la maldición… su poder es más fuerte de lo que creímos, más fuerte que el nuestro, más fuerte que el del Hada…— —¿Y qué se puede hacer para librarlos del hechizo?— —Los profetas y hechiceros nos contaron que alguna vez llegarías para hacerle frente a Queen Mab…, pero nunca supieron cómo manejarías tu instinto para resolver este dilema.— —¿… Hay alguien vivo que sepa de mi existencia y que no haya caído?— —Sí, por supuesto: … el Hada Viviana.— —¿Me llevarías con ella?— —Si te atreves a seguirme…— —¡Claro!—
Se encaminaron siguiendo un largo y delgado hilo de brillante luz; lo hicieron por un tiempo, atravesando bosques, arroyos y quebradas hasta llegar a la cima de la montaña más alta del reinado, allí terminaba la luz y los esperaba una anciana. —Hola, madre…— dijo Siringa posándose de rodillas y tomándola de las manos. —Oh,… Siringa…— —Te traje a Pan.— extiende su brazo —Ven, aproxímate, pues ella no puede verte.— —¡Por supuesto…!— —¿Cómo estás,… hijo…?— preguntó el Hada cariñosa y cansadamente.
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—¡Bien… !— ella posó sus congeladas y viejas manos sobre la tibia piel para poder sentir la sangre luchadora del atrevido héroe. —Perdió la vista a causa de un enfrentamiento que tuvo hace muchos años con la traicionera Bruja…, la exilió del Reino del Lago, en las cercanías del río, y la condenó a vivir el resto de su vida en esta fría zona sin poder descender jamás…— explicó Siringa. —¡Es una triste historia!— —Pero no te preocupes por mí, jovencito…— interrumpió la anciana mujer —… tú debes impedir que te ocurra lo mismo cuando luches contra ella, pues muy cruel es y despiadada con los que se atreven a enfrentarla…, ella me derrotó en la última contienda al lograr extraer todo mi poder, destruyó el mágico tesoro del Lago, la poderosa espada del bien, y me exilió del reino para hacerme sufrir en esta oscura cueva en las alturas de las montañas del olvido…— —Lo tendré en cuenta, señora.— —¡Que así sea…!—
Se quedaron hablando hasta que cayó la noche, se introdujeron en la cueva y encendieron una fogata… Junto a ella hasta la mañana…
—¡Pan…, Pan, despiértate…; mi madre está muy fría…!— —¿Qué…?— se acercó a la anciana —¡No puedo sentir su pulso!— —¡Oh, Dioses!— Siringa echó a llorar.
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—… Lo… lo siento…— llevó suavemente la cabeza de la doncella sobre su ancho hombro para consolarla. —Lo siento, linda…— —¿Por qué… tuvo que morir?— —Es una pregunta que siempre tiene una respuesta cruel cuando no comprendemos su significado…— Pan la abrazó fuertemente cubriéndola. Pronto se vieron interrumpidos a causa de una fuerte ráfaga de viento frío que salió del cuerpo sin vida; bruscamente, la fogata que se había extinguido, se encendió con un estallido. ninfa.
—Eso sucede siempre que muere un hada…— dice la —¿Y qué significa?—
—Es una fuente de ayuda para los que exploran perdidos en las tierras del olvido… les proporciona información otorgándoles una señal que les indicará el camino para poder regresar a salvo a casa.— —O sea que está materialmente presente en este sitio…, y en tu corazón, su espíritu… ¡No debes estar triste, éso tiene que significar mucho para ti!— —¡Si…, creo que así es…; gracias…!— Abandonaron la cueva y se encaminaron de regreso al pueblo a prepararse para el enfrentamiento. —¿Estás realmente segura de que quieres hacer ésto conmigo, Siringa?— —¡Sí, pues así utilizaré el mismo poder de la Venganza para acabar con lo que esa malvada Mab empezó…!—
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—Aunque no comparto esa actitud… ¡Está bien!— Buscaron ropa más apropiada. Pan apareció hecho todo un “Rambo” armado hasta los cuernos, y Siringa…, bella…, semejante a aquella rubia amazona que habría protagonizado las pesadillas de nuestro héroe. Esto lo llevó a recordar a aquella y preguntarle: —¿No te conozco de alguna parte?— —¡No lo creo…, pero tal vez…!— —¡Ah…!— Armada con ese blanco sable y cubierta tan sólo con algunos trozos de cuero negro que le hacían ver como una guerrera muy sensual, me llevó a reflexionar que si en vez de brujas, eran «brujos», estos últimos perderían ¡por sumisión fetichista…! —¡Muy bien, andando…!— dijo Pan muy decidido…
Ahora se encontraban cerca del Castillo Azul en el centro de la isla, se aproximaban muy cautelosamente para no advertir de su presencia a las guardianas. —¿Qué hacemos ahora?— preguntó ella. —Yo me encargo de la muchacha de la derecha y tú de la otra, ¿está bien?… Uno…, dos…, ¡ahora!— se arrojaron contra ellas. Siringa golpeó a una con su brazalete de acero rompiéndole la nariz, y, al ver que Pan ‘no podía golpear a una mujer’, la tomó y la arrojó bruscamente contra las puertas del Castillo, luego le cortó la cabeza con el sable. Pan contempló horrorizado aquella escena, pero comprendió que era la única forma de acabar con el poder de cada hechicera.
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—¡O.K., por el escándalo que hiciste ahora todo el mundo sabe de nuestra presencia!— —“O”, ¿qué?— —¡Nada, déjalo así…!, ¡… uf!— Abrieron las gigantescas puertas de los Salones. —¡Muy bien!— dijo el héroe a los gritos parado en el centro del Salón Principal —¡Aquí estamos malditas desgraciadas!…— —¡Sshhh!…, que nos van a acorralar, estúpido… ¡cállate la boca!, debemos hacerlo muy cautelosamente…— —¡Ah, sí!— dijo con un tono más bajo —Ve tú por aquel pasillo, yo tomaré el que sigue…— El silencio parecía oírse, lo que hacía escuchar los pasos que ambos daban tan alejados entre sí…, ¿o eran de otros que les seguían? atrás.
—Hey, Siringa, ¿por qué me sigues?— exclamó sin mirar En el otro pasillo…
—Hey, Pan; ¿no quedamos en que tomaríamos por caminos distintos?— de la misma forma. Pero no advirtieron que éstos se encontrarían más adelante. —¡Siringa!— sorprendido. —¡Pan!— asustada. Simultánea y lentamente voltearon para ver quiénes eran los de atrás.
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—¡¡Aaahh!!— —¡¡Aaahh!!— Gritaron al mismo tiempo; se trataba de terribles monstruos con innumerables serpientes en sus cabezas. Estos les habían seguido silenciosamente todo el camino. Echaron a correr, sin dudar, hasta que el mismo se terminó por una pared muy alta, ¡no había salida…!, se pusieron espalda contra espalda para enfrentarlos. —¿Estás bien, linda?— le preguntó agitado. —¡Sí, creo que sí!— —Te asustaste muchísimo, ¿eh?— —¡Eso dices porque no pudiste ver tu propia cara…!— —¡Qué graciosa!— exclamó en tono de burla. —… Pero, ¿Pan…?— —¿Sí?— —Cambiando el tema… ¿Viste sobre lo que estamos parados?— —¡No…!— —Pues si lo quieres hacer…, ¡hazlo bajando lentamente la cabeza…, te pegarás el peor susto de tu vida…!— —¿Qué…?— y obedeció a lo que dijo su compañera… —¡…Ay!— gritó asustado haciéndose inmediatamente contra la pared. —¡Oye! ¡No te descuides, pronto tendremos encima
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nuestro a esas espantosas criaturas…!— sin darle importancia a las culebras que cubrían todo el suelo… —¿Son serpientes?— —No creo que te mueras a causa de ellas… ¡Cuidado!— La charla se vio interrumpida por el ataque de sus perseguidores. Siringa levantó el gran sable en alto partiendo en dos la ahuevada cabeza de uno; mas, a Pan le restaba el otro. Tomó una de las espadas con la que se había armado, la sacó de la vaina atada a su espalda, y la introdujo profundamente entre los ojos de su adversario. —¡Lo hiciste bien! Se nota que nunca antes habías tenido que matar a alguien, ¿eh?— Mab.—
—¡No…, fue mi primera vez…! Pero ahora busquemos a
—¡Si, está bien, vamos Pan!…— ella se adelantó; inesperadamente, surgieron del suelo cuatro paredes de grueso cristal que la envolvieron herméticamente. Dio media vuelta para dirigirse a nuestro héroe y comenzó a gritar aterrorizada; mas era imposible, esos muros impedían la comunicación. Desesperado trató de quebrarlo, pero todo esfuerzo era en vano, de repente… desapareció. —¡Noooo!— gritó enérgicamente. En su lugar, una hermosa mujer vestida sensualmente apareció, sus ojos rasgados y sus altas cejas, se mostraban terriblemente crueles. —No te apenes por ella, enemigo mío… sana se encuentra en las mazmorras de mi castillo…— le dice mientras suavemente
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lo acaricia seduciéndolo. Aquella voz, tan rasposa y espeluznante, resonaba en toda la habitación como un espantoso eco… —¿Qué hiciste con ella?, ¡malvada mujer!— con ira. —Si es que tanto la quieres…— separándose decepcionada —… búscala en la Ciudad de las Brujas… Personalmente creo que ella no vale la pena…; a propósito, ¿a qué nombre respondes…?, si es que puedo conocerlo…— —Pan…; y… tú debes ser Queen Mab, ¿cierto?… ¿Qué deseas a cambio?— —A ti…; deseo probarte, deseo probar cuán valiente eres si te encuentras sólo, cuán valiente eres para revelarte ante mi sin que nadie te acompañe… ¡Ja!, ¡ja!, ¡ja!… ¡Ah!, y recuerda que solamente tienes tres horas hasta encontrar mi reino…, si hasta el tiempo no lo haces, Siringa no sobrevivirá…
La Bruja desapareció lentamente en una espesa neblina púrpura desvaneciéndose más tarde su tétrica carcajada…
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CAPITULO VII «Hecatombe en La Ciudad de las Brujas»
Pan se encontraba ahora sólo entre las frías paredes del castillo, no sabía qué hacer, dudoso y enfrascado en pensamientos que le hacían estremecer de punta a punta cada parte de su cuerpo, se encontraba. —He vivido durante años como extranjero en un sueño que no comprendí, experimenté con la autoflagelación para pagar los daños causados dentro del círculo de la serpiente que me cegaba de la realidad… Hoy visualizo, fuera, que los muertos de Megido son sólo fantasmas que me aterrorizan por haber obrado egoístamente.— De repente aparecieron tres guardianas armadas con largos sables plateados. Trató de sentirse indiferente al destino, pues, dudaba poder rescatar a su compañera en tan poco tiempo; mas sabía muy bien que no valía la pena morir sin intentar. Desenvainó la última espada que le quedaba y se puso en guardia. Otra lucha más había comenzado. Se acercó una de sus atacantes y fácilmente pudo acabarla; la segunda se mostró un poco más astuta, y al mismo tiempo, se adelantó también la tercera. Esto se ponía cada vez más complicado. Sacó un pequeño cuchillo que tenía atado a la pierna y se lo arrojó a la que estaba más próxima. La que quedaba se lanzó descontrolada contra nuestro héroe, quien, con incontrolable ira, le cortó la cabeza. Rápidamente salió del castillo para internarse en la montaña y buscar la llama del Hada Viviana, ¡se le había ocurrido una excelente idea!: aquella señal le guiaría al Desierto Negro y a
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la Ciudad de las Brujas. En el camino… —Me quedan solamente dos horas y media… ¡No creo llegar a tiempo! ¿Qué hago? Es el momento de obrar correctamente, de hallar el ‘oro’ para los seres que confiaron en mí, ¡pero aún no encuentro la manera de creer en esta realidad en la que me encuentro…!— Oportunamente sintió una voz que le llamaba. —¿…Quién es?— advirtió que aquella provenía de las aguas del río. Se dirigió al lugar. —Yo, Melusina…, ¡aquí!— —…¡Oh!— y comprendió entonces por qué su amiga se había ocultado de él —… eres…, ¡una Sirena…!— —Si; … me avergüenzo por haberte abandonado, ¡y quiero pedirte disculpas, amado mío!— —… Oh…, ¡claro…!— —Dejemos de preocuparnos por lo que pasó. Las hadas me comunicaron que Siringa fue capturada por Mab y debo guiarte por el camino más corto para llegar hasta los límites entre las aguas y el Desierto Negro, más de eso no podré mostrarte, pues, mi cuerpo no está preparado para atravesarlo.— —¡Está bien! ¡Vámonos…!— Atravesaron el río. Al llegar al gran Lago, Melusina llamó a las bestias marinas de las afueras del Valle para que cargaran por las aguas a Pan hasta avistar el desierto, allí… —Debes tomar por el Norte atravesando las oscuras arenas, el tiempo en esa zona corre más lento que en ningún otro sitio; más tarde podrás ver un bosque de inmensas plantas espinosas, camínalo sin cambiar de dirección durante una hora más, luego
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podrás ver las murallas de la Ciudad…— —¡Así me quedará solamente media hora…!— —Lo sé.— —… Bien…, gracias por traerme…— —Espero tengas éxito…— —¿… Podré verte de nuevo?— —¡No lo creo…, cariño!…— y antes de introducirse nuevamente en las aguas, lo miró tristemente y le guiñó un ojo. ¡Esto sí que parecía cada vez más extraño!, ¿acaso era otra semejanza con la blonda amazona de sus sueños? —… ¡¡¡Espera…, Mel!!!— pero no obtuvo respuesta de aquella, había desaparecido… Pan echó a llorar dirigiéndose hacia el desierto; mas, de pronto, se vio interrumpido a causa de un descuidado tropezón que dio al pisar una redonda piedra. Aunque… no tan de piedra era, de pronto, de la caliente arena emergió un hombre que se mostró muy violento. Asustado y nervioso, cayó rodando por el relieve de las dunas; enseguida una increíble fuerza lo obligó a desenterrarse de las negras arenas. Tratábase de aquel Sátiro que perseguía a Melusina en la plaza de su ciudad, quien tomó a nuestro héroe del primer lugar de su cuerpo que encontró para extraerlo de su sitio. —¿Cómo has estado, héroe de caricaturas?… ¿Acaso no me recuerdas?— Tosiendo y escupiendo todavía la arena contestó: —No…, ¿pero acaso debería?— —¡Por supuesto, cabroncito!—
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—… ¡Hey, hey, hey… ! Oye, ¿tienes necesidad de ofenderme así?— —Está bien…, discúlpame… Pero es que aún estoy resentido por la paliza que me diste aquella vez en la plaza…— —¿Tú eres…?— —… ¡Sorpresa! Por favor, permíteme presentarme: mi nombre es Frik.— —¡Oh…! ¿Qué lugar es éste?…— Pan se hizo inmediatamente hacia atrás atemorizado y cayó otra vez rodando por la montaña. —… Pero no te preocupes. Daño no te haré, pues mi misión es llevarte a salvo hasta las puertas de Ciudad de las Brujas.— —¿Tú me acompañarás hasta allí?— —Desgraciadamente… ¡sí!— mío?—
—¿Y debo creer que no me golpearás cuando vayas detrás
—¡No tienes otra alternativa si quieres llegar a tiempo!, además, tú irás detrás mío— —¡Entonces vamos, grandulón!— Era muy gracioso ver cómo se miraban entre sí en el camino. No se tenían nada de confianza. Era como decir que había ‘mala onda’ entre ellos. —Aquello es el Bosque de Espinas…, debes tener mucho cuidado cuando estemos dentro, no mires nunca hacia atrás, ¡es muy engañoso! El tratará a toda costa de llamar tu atención…—
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—Lo tendré muy en cuenta, gracias.— y penetraron cautelosamente. Adentro… —¡Está muy oscuro aquí!— dijo Pan. —Eso es lo que tú piensas…— contestándole groseramente. —¡Mmmh!— lo miró de reojo. Más tarde… —¡Allá parece estar la salida!— —No todo lo que brilla es oro, muchacho…— —… ¡Ya me cansaste!, … no haces más que desaprobar todo lo que digo. ¡… Así llegaremos muy lejos!, ¿sabes…?— le reclamó enojado. —Está bien, no te enfades, ¿quieres?— —Lo siento…, estoy muy alterado, queda poco tiempo y no vemos aún las torres de la Ciudad…— —Comprendo…— y la pasaron así hasta que una voz nombró a Pan. Era una delicada voz de mujer, parecía ser la de Siringa. —¡Vamos a ver de quién se trata!— —¡No! ¡Espera…! ¿Acaso no recuerdas lo que te dije…? Esas son las trampas que el bosque tiende a quienes lo penetran.— lejos.
—… ¡Pan…, ayúdame…! Soy Siringa…— se oyó a lo
—No creo que aquello sea producto de esta maldita zona espinosa… ¡Iré a ver!…— —¡No pierdas el tiempo!— pero fue imposible, nada podía
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detener al joven. Se aproximó al sitio de donde provenía aquella. Lento y cauto era su caminar… Este instante parecía ya haber sido vivido por nuestro héroe, todo coincidía con aquella sensación que llaman Deja Vú. Todo se repetía exactamente como en aquella pesadilla que había sentido tan real: el sonido de sus pasos resquebrajando las hojas y… ¡Oh, Diosa!… hasta el de otros que le seguían. Los nervios de Pan se estremecían. Se detuvo para atender más… Eran… sí, claramente, pasos de otra persona. Entonces se ocultó tras un arbusto con la espada en posición de ataque…, pronto, pudo ver la silueta de un hombre que parecía estar persiguiéndolo. Saltó sobre éste… —… ¡¡¡Maldita sea, Frik!!! ¡¡¡Qué susto me diste!!!— solamente se trataba de su gigante compañero. —… A donde tú vayas, yo voy… No puedo alejarme de ti hasta que llegues a la Ciudad, piensa en mí como si fuera tu niñera…— —¡Uf!…, perdona…— —… ¡Claro…! ¡Pero ahora espero que reflexiones y no trates de buscar algo que no existe, no cometas estupideces de niño caprichoso…!— —¡Si…, comprendí, hombre!—
Restaba muy poco tiempo. A unos metros ya se podía apreciar la luz de una salida. Corrieron hacia ella, pero parecía alejarse cada vez más, como si tuviese vida propia. cosa!—
—Corre rápido muchacho. ¡Debemos ganarle a esta
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—¡… Bien!— Luego de una desesperante lucha entre la velocidad y la imaginación pudieron llegar. Agitados salieron de aquel bosque, mas se sintieron satisfechos por ver las puertas de la ciudad. —¡Hasta aquí llego yo…!— dijo cantando el gigante. —¿No me acompañarás allí adentro, hermano?— —No puedo. No debo meterme en el trabajo que sólo debes realizar. Esto significará un gran logro para ti, pues, aunque ya hayas recibido ayuda para hacerlo, esta vez podrás valorarte por ti mismo y engrandecer tu confianza.— —¡No necesito consuelos!— —No los necesitas tampoco si es que decidiste ciegamente comenzar con esta lucha…— —¡Pero tengo miedo!— —¡Así es mejor, pues él te da ese impulso para continuar!— —Mas…— —… ¡Suerte, jovencito!— extendió su pálida mano para saludarlo —Siempre deseé estrechar la mano de mi héroe…— —¡Oh, gracias!… eso me alienta mucho,… ¡gracias!…— —¡Pero no pierdas más tiempo, niño, … la hora casi se ha cumplido, apresúrate…!— —¡Oh, sí!…— echó a correr hacia las puertas, mas, pronto volteó hacia aquel —¡Gracias por todo, “amigo”!— y las empujó enérgicamente logrando abrirlas.
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Dentro del castillo la Bruja aguardaba mirando a través de su bola de cristal. —Muy bien…, ¡mmh! No imaginé que llegara a tiempo…, este Pan es tanto como profetizaron los Trece Hechiceros…— Mientras tanto, en la Plaza Principal… —¡Que lugar más horrible, tanta niebla púrpura, tanta miseria en su interior…!— guiado por los gritos desesperados de víctimas que sufrían, corrió hacia un lugar que creyó sería en el que hallaría a Siringa, pero al llegar, contempló horrorizado a personas que cruelmente eran quemadas en centenares de hogueras; gritos penetrantes reflejo de las penas, alaridos espeluznantes motivo para las risas de los ciegos verdugos. Pan presintió que su amiga no se encontraba allí y se retiró. Tomó por un camino que atravesaba las zonas más marginadas que jamás había visto antes. —Debo apresurarme pues corro peligro aquí…— De pronto… —¡Esperad!— dijo una voz enérgica y dominante. —¡Por haber osado penetrar en esta zona de muertes, desdichas y miserias, debéis quedaros a cumplir la condena!— —No puedo hacerlo. Una misión debo realizar … Espero sepan disculpar por haber tomado el sendero más corto, ¡pero es que poco tiempo me queda!— —No hay excusas para dar… ¡Señor, debéis hacerlo!— —Por favor, se lo ruego… ¡Déjeme ir! Al menos para salvar del sufrimiento a una persona que aprecio…, y acabar de esa manera, con la malvada Queen Mab…— —… Si tal misión ésa es, yo os dejaré ir…, mas debo
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consultarlo con la Corte de Ancianos…— Juntos se introdujeron en una tienda y permanecieron allí un tiempo, el suficiente, para que Pan organizara un plan especial… Llegó al castillo, la hora casi se había cumplido. Llamó a las puertas, y, en respuesta a ello, miles de guardianes lo rodearon . Enseguida salió la Reina junto a una fornida guardaespaldas que tomaba a Siringa por el cuello. —¡No pudiste llegar a tiempo, Pan!— dijo en tono de burla la malvada Mab. —¡Todavía no se cumplieron las tres horas!— —¡Ooh…! ¿Cómo que no?… ¡¡Para ti no se cumplieron… !!; mas, para mí, ¡sí…! Pues yo hago lo que me place y, como decidí que el tiempo se terminó unos segundos… antes… ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!… te quedarás sin amiguita…— —¡Eres una maldita tramposa, Mab!— —Cómo hiciste para darte cuenta, ¿eh?— —¡No tienes escrúpulos…!— —Pero no te enfades, algo bueno sacarás de todo ésto…, pues ello te enseñará a no enfrentarte a lo que nadie se atreve…, ¿no te parece razonable, Pan?— —¡Eso no es motivo para no hacerlo!— —… ¡mmhhh! Tal vez tengas razón… ¡¡¡Pero pienso que no me conviene a mí!!!— —Me dejas sin palabras… No puedo enfrentarme a lo que no entiende de razonamientos… Al menos no lo puedo hacer por el sólo hecho de que eres siempre mayoría… ¡No podré acabarte
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sólo!, jamás… ¡Pero, sí con la ayuda de mi ejército de nobles rebeldes…!— tras estas palabras señala en dirección a las villas marginadas, de la que surge una gigantesca horda conformada por centenares de personas que llevaban, en su sangre, toda la Venganza hervida que les permitía movilizar…
Una gran batalla se había iniciado. Pan aprovechó el momento de asombro de su enemiga Mab para atacarla, la alzó arrojándola enérgicamente y con bronca a la multitud que se enfrentaba en batalla, allí se perdió sin saberse más nada de ella. Seguidamente se dirigió hacia la guardaespaldas de la Reina. —¡Suelta a Siringa, te lo ordeno!— —¡No tienes voz para ordenarme nada!— —¡No tienes salida, estás acabada…!— Momento de suspenso se percibió en el aire… Arrojó a la ninfa al suelo, se puso en guardia, y atacó a nuestro héroe desarmado. Este se protegió evadiéndola. La batalla se prolongó por nueve horas, Pan ya había sido herido gravemente, mas lo mantenía fuerte ver a salvo a Siringa… La medianoche llegó, pudo acabar con su contrincante al advertir un momento de descuido, en el que, arrebatándole el arma, se la introdujo en el pecho. La fornida guerrera cayó desparramada en las escaleras del Castillo… Inmediatamente se dirigió al lado de su compañera arrastrándose. Ella había despertado de su desmayo y, al ver el estado de su amigo, se apresuró a auxiliarlo.
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Pan agonizó durante un tiempo más sobre el regazo de la doncella… hasta que creyó ver que la batalla había sido triunfal para las hordas rebeldes…
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Hay dos conjuntos de causas y efectos: uno en relación al proceso de existencia no-iluminada, en estrecha comunicación con la cadena causal entre el sufrimiento y sus orígenes; otro en relación al proceso de existencia iluminada, que pertenece a los nexos causales entre el camino y la auténtica cesación. (Dalai Lama)
a mis héroes Esquilo William Shakespeare Charles Chaplin
a Raúl Albornoz Mahatma Gandhi Madre Teresa Lady Di Farrokh Bulsara
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Tercera Parte
Obra Teatral
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PERSONAJES Pan La Reina Diana / La Bruja La Figura - Encarnación de La Libertad Lady Sirena Los Tres Ancianos de La Corte de Beocia Los Dos Sátiros de los Bosques de Pan Las Tres Erinas / Euménides / Furias / Diosas de La Noche El Espectro de Trofonio - Oráculo de Labadea
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EPISTOLA
Esta Tercera Parte de la Trilogía —obra teatral— es la continuación (opcional) desde el final del Acto II de la Primera Parte —ópera rock—, reemplazaría perfectamente al Acto III de la misma sin cambiar la esencia del mensaje, y a pesar de que aquella no se planteara en un lugar ni tiempo determinado (ya que mantengo la particular característica para calificarla como verdaderamente ‘atípica’ y ‘atemporal’), sólo interferirá en el final del argumento. Para ambientar el escenario de esta parte de la Trilogía necesitaremos representar la acción en un territorio y en un tiempo de la Antigua Grecia: Beocia. Pero utilizaremos lenguaje y conceptos algo más modernos. Recordemos que las edades de la historia desde el punto de vista mitológico se resumen en: la Edad de Oro, en la cual prevalecían la Verdad y la Justicia, sin necesidad de Leyes ni amenazas de Jueces. Los bosques aún no habían sido atacados por el hombre para la construcción de casas ni barcos, la Edad de Plata, en la que Zeus divide al año en estaciones, Edad de Bronce, con la aparición de las primeras armas, y la Edad de Hierro, destructiva, violenta y fraudulenta, motivo por el cual el mismo dios casi destruye a la humanidad para crear una nueva raza habitante del planeta. Viviremos a lo largo de la presentación la transición de las eras de Bronce a la de Hierro, y cómo los nobles ciudadanos intentan ordenarse respondiendo a Leyes Civiles, actuando solamente autorizados por las Leyes Divinas, también como los monarcas deforman las mismas por conveniencia política y cómo interpretan la autoridad de los dioses cuando de éstos reciben algún
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castigo o penitencia. Encontraremos aquí la definición de todos los símbolos que descubrimos a lo largo del Liber, definiendo así, algunos conceptos que en la Primera Parte se presentan como los provocadores de la actitud del personaje principal, y que en la Segunda Parte —ensayo literario—, se plantean como una reacción instintiva o principio de transformación de los criterios de supervivencia, en una sociedad acorralada por los conceptos primigenios de las “Sagradas Escrituras” (única Ley que permite la Venganza) y los emisarios de los dioses. Intentemos ahora descubrir el crecimiento de los personajes en esta etapa tan difícil de la historia de la humanidad.
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SINOPSIS ARGUMENTAL
TERCERA PARTE - ACTO III
En “Lady Sirena”, el primer capítulo de la trilogía teatral, PAN es torturado por las ERINAS (o Furias) para cumplir la condena, LA CORTE de Ancianos habla sobre el tema. La sentencia: sufrir en la montaña más alta dentro de una Celda de paredes de Cristal. Más tarde una mensajera llega donde PAN trayéndole una buena nueva —esta mensajera, LA FIGURA, podría representar a la Libertad—. Finalmente, SIRENA intenta liberar a su amado PAN.
TERCERA PARTE - ACTO IV
En “La Reina Diana” vemos como ella usa el pretexto de la complicidad como fin delictivo (cuando SIRENA ayuda a PAN), para poder acabar con la ninfa a causa de los incontrolables celos que siente. También vemos como PAN ayuda a un miembro de LA CORTE, por más que fuere éste quien antes le condenó a sufrir tormentos de las Euménides. Observemos además que el nombre de la Reina cambia de “Victoria” o “Mab” al que presentamos ahora: DIANA.
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TERCERA PARTE - ACTO V
En “Pan y las Erinas”, el último acto teatral, vivimos cómo nuestro protagonista debe vencer sus prejuicios hacia estas diosas por un fin benéfico: salvar el futuro de Beocia y de la humanidad, el enfrentamiento que éstas tienen con la bella DIANA y el de PAN, también con esta última. Vemos además como las malvadas “Diosas de la Noche” se arrepienten de haber prejuzgado por una simple imagen sin advertir la Verdad oculta que había tras ésta.
¡¡¡El final es con moraleja y todo…!!!
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ACTO III
LAD Y S I R E NA
PROLOGO La escena en sombra, sólo iluminada la figura de Pan, que se encuentra de rodillas en el centro del escenario dentro de una gran Caja de Cristal.
PAN:
¿Cuándo los dioses y los miembros de la Corte querrán dejarme ser o hacer lo que desee de mi ser? ¿Cuándo las Furias acabarán de oprimirme y castigarme con sus venenosos aguijones por buscar a quién amar? Dolido estoy por descubrirme derrotado ante el enfrentamiento con la Reina. ¿Por qué me persiguen…? Aún tengo miedo de seguir generando, a causa de mi fealdad, ese pánico que los aleja de mí. ¡Sólo me encuentro contemplando la asamblea de los astros que guardan los secretos que les confiamos bajo pactos de caballeros! Y así paso las eternas noches, que me bañan con húmedo rocío
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celestial, tan sólo con un sueño loco que vaga delirante en mi cabeza, pues me mantiene en vela una desazón, y atemorizado ante la preocupación de que mis párpados se cierren para siempre sin haber mi cometido concretado, pasmado quedo; ese cometido que se ve constantemente oprimido por las pesadas barreras de las lamias. A veces, para no aburrirme, traigo a mí algunos recuerdos, pues dejar de contemplar las estrellas solitarias que representan cada uno de mis errores cometidos no quiero. (Contempla el cielo y dice) Pero no tan solas están, tienen ahora, muy cerca, esas paredes de grueso y pesado cristal que las rodean y asfixian… (Baja la mirada y espera) … No sé qué camino seguir. ¡Dudo a cerca de mis opciones!; ¿qué sendero tomar…? ¿Debo sacrificarme mojándome en un sucio río imposible de aclarar y al que todos recurren como el ejemplo de la sociedad? ¿O tendré que actuar de acuerdo a como la Corte lo determine? ¿Acaso me lastimaré al intentar romper este inquebrantable cristal… tan duro como la verdad? ¡No sé que hacer…! Tal vez la solución el Oráculo sea, tal vez alguna divinidad conteste a mis preguntas…; pero tal vez me sienta aturdido eternamente a causa de sus respuestas…
ESCENA 1 Luz. Tres ancianos hablando en el patio del Palacio Real de Diana.
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ANCIANO 1:
Ya no se qué hacer se puede con ese pobre joven acorralado por las negras garras de la rebeldía y la inmoralidad. ANCIANO 2:
No entiendo por qué intenta reaccionar ante los valores de la sociedad en la que vive. ¿Por qué no se somete a seguir la corriente de este caudaloso río como lo hacen todos los seres humanos comunes? ¡Nadie le haría ningún daño…! ANCIANO 3:
Nada le salvará de los pesados y afilados aguijones de las Euménides. Ese pobre joven debió haberse arrepentido antes y no dejar pasar la preciosa oportunidad que le ofrecimos tan amablemente. ¡Ya nada le salvará!; ni esa deslumbrante ninfa de la ‘espuma de los mares’ ni su pobre padre pastor. Ni la preciosa magia de Dionisio, ni la incontrolable fuerza que caracteriza a los machos cabríos. ¡… Observad!, acabo de nombrar las características del mismo Satán. ¿Cómo puede alguien someterse a esas inmorales fiestas orgiásticas de su alcohólico ‘amigo’? Seguramente, la belleza de sus compañeras no ocultan nada más y nada menos que los horribles rostros de las discípulas de… ¡Oh!, ¿pero qué estoy diciendo? Si se muestran tan inocentes… (Habla en tono de burla) ANCIANO 2:
¡El pobre chico debe estar sufriendo mucho, pues pasaron ya nueve largos años! ANCIANO 1:
Mas no os apenéis por esa criatura, ya que sola decidió optar
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por el camino equivocado, el camino que la llevó a su propio desmoronamiento y hacer de su vida un eterno sufrimiento de indescriptibles sensaciones, … un blanco fácil para las torturas de las Erinas y las agresiones de los miembros de la Corte. ANCIANO 2:
¡Solo resta esperar el veredicto…! (Mutis)
ESCENA 2 Oscuridad. Cambio de escenografía. En el bosque de Pan se oye el grito desesperado de una joven.
SIRENA:
¡Ay, Pan, vuestras desdichas lloro! (Hace una breve pausa.) ¡Lastimoso debéis encontraros mientras ahora mismo yo libre soy! ¡Me siento culpable y desgraciada! ¿Qué puedo hacer por vos, milord? Temprana respuesta quiero, pues me atormenta el pensar que sois torturado injustamente. ¿Qué debo hacer para que mi confianza recuperéis? ¿Creéis aún que fuisteis cruelmente traicionado por la persona que infinitamente os ama? Acabar con mi vida no sería medicina contra el dolor. ¡Algo debo hacer por vos, mi amado…!
ESCENA 3
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Baja la luz para advertir el paso del tiempo. Cambio de escenario. Pan encerrado en una celda cristalina junto al barranco de un peñasco.
PAN:
Pasaron ya muchos años desde mi encierro y aún mis heridas no cicatrizan. ¿Por cuánto tiempo más debo sufrir esta pena? Pero es más fuerte aún mi dolor al saber de la traición de mi amada, Lady Sirena. ¡Dioses, mirad cómo padezco, divinidad como soy, por manos de la Corte! ¡Ay! mirad de que ignominias abrumado he de sufrir por años y años. ¿Quién ocupará mi lugar en la vida? ¿Quién detendrá esta farsa por mí? Triste estoy, pues los presentes males futuros dañarán. ¡Lloro por la desdicha de mi gente! (Es interrumpido) ¡¿Ah?!… ¿Qué sonido me calla? ¿Qué aroma delicioso se atreve a llegar hasta mí en carruaje invisible? ¿Algún dios, hombre o semidiós lo trae? ¿A esta prisión en los límites del cielo y la tierra viene para verme desgraciado? O, si no, ¿qué razón a este lugar le acerca…?
Aparece una silueta humana descrita por una capa oscura que la cubre. FIGURA:
No temáis, joven héroe. No os alteréis cuando recibáis la buena
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nueva…: He recorrido los puntos más recónditos, más peligrosos y nunca avistados por hombre vivo simplemente para llegar a vos, aun conociendo el futuro que me espera, pues me honra la tarea que me ha sido asignada por boca propia de una doncella. PAN:
¿Pero quién es mi mensajera? ¿A qué nombre respondéis? FIGURA:
No voy a deciros, milord, pues peligraríais si lo conociereis. PAN:
¡No os entiendo, señora! FIGURA:
Tampoco debéis… Mas ya no hablemos de mí, el tiempo no me apremia. Mis perseguidores se encuentran muy cerca y el mensaje aún no conocéis. PAN:
¡Entonces decidlo, buena mujer! FIGURA:
La bella doncella ruega por vuestro invaluable perdón. Intentará cualquier obra para llegar a vos, sin importar los riesgos que amenacen a su propia vida. PAN:
¡Oh! … mi señora…, si es de Lady Sirena de quien habláis… FIGURA:
¡… Pues así es, milord… Llegará cuando menos la esperéis…!
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Os intentará liberar de esta injusta condena o morirá a vuestra par… PAN:
¡No lo debe hacer!, ¡impedidlo, … os ruego, señora! FIGURA:
¡Ay de mi!… (Una fría lanza se introduce en su espalda.) Muero en esta tierra de nadie… habiendo realizado mi trabajo… Espero que los dioses me reciban… (Mutis de la FIGURA.) Expresión de terror se marca en el rostro de Pan. Silencio momentáneo.
PAN:
¡Dioses, perdonad a esta criatura mensajera todos los males, pues murió realizando una digna tarea divina! (Mutis.)
Bajan las Luces. El tiempo corre ligero. Pan es obligado a despertarse de un sueño profundo a causa de una voz delicada y dulce.
PAN:
¿Quién me interrumpe?… ¡Oh, milady! SIRENA:
Yo, amado mío… ¡Ay!, pero… ¿quién os hizo ésto? ¿Quién os ha torturado de esta indigna manera? ¿Qué ser sin corazón goza con
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veros así? ¿En pena de qué crimen os desvanecéis, oh, amado Pan? PAN:
En pena del crimen más ridículo de las tierras: el Pensar y el Razonar…, el luchar por la Libertad; ¡… pero ya no puedo hablar más…! Aquí el aire empieza a terminarse y como una llama encerrada hermética comienzo a consumirme. Temo dejar esta tierra sin haberos tocado por última vez, milady. SIRENA:
¿Qué puedo hacer por vos? PAN:
Nadie allá afuera puede hacer algo por mí. Es mi propio temor, mi orgullo, mi propia rebeldía, mi desdicha y soledad las que forman estas paredes. Solo yo puedo terminar con ésto; mas es demasiado tarde para cambiar de parecer. SIRENA:
Esas palabras sólo alimentan vuestra celda y acaban con el precioso aire que respiráis. Rogáis por vuestra libertad, y, al tiempo, os consumís en vano, milord… PAN:
¡Pues hay algo, aquí dentro, que me impide cambiar de pensamiento! SIRENA:
¡Eso no es cierto! ¿Acaso me arriesgué sólo para escuchar palabras estúpidas y sin sentido?
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Vos podéis salir, ¡y rápidamente debéis actuar! PAN:
¡Temo intentarlo, milady… Temo perder lo único que poseo…! SIRENA:
Pues entonces, empezad acabando con ese miedo. Lo mismo haced con vuestro orgullo. Venced los problemas; ¡enfrentadlos!… Soledad no sufriréis jamás; siempre estaré con vos; y en cuanto a la desdicha, todos la padeceremos siempre… mientras no tengamos esperanza… No debéis condenaros por los errores cometidos en el pasado, no sois ninguna deidad libre de dolor, milord, aunque seáis mi todo en mi humilde corazón. Concretad vuestros sueños y venced la inseguridad que os consume dentro de la hermética armadura. Vuestra fragilidad os hace una fácil presa víctima de la sociedad que siempre atacáis… Abrid vuestro corazón solitario y demostradlo todo con el dulce sonido de vuestra voz; no os enviciéis con el licor venenoso de la sangre atormentada con las culpas que sentís por no haberos descubierto capaz de expresar vuestro amor… en el momento preciso… y cuando jamás lo esperasteis…
F I N D E L A D Y S I R E N A (06/02/1992).
CLXXVI
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ACTO IV
LA R E I NA D IANA
ESCENA 1 La escena es en la Plaza de Beocia. Atrás, el palacio de la Reina.
(Entran los tres Ancianos)
ANCIANO 1:
¡Señores, venid a mí! Un mensaje quiero comunicaros: ¡Se me ha informado que el joven cabrío de la ‘siringa’ ha escapado! ANCIANO 2:
¿Y cuándo tal desgracia ocurrió, mi honorable señor? ANCIANO 1:
¡El día de ayer!
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ANCIANO 3:
¿Y qué irresponsable dejó huir al muchacho, camarada? ANCIANO 1:
¡Esperad! ¡No os perturbéis tan pronto! Ningún vigía la culpa tiene, pues, no encontramos hombre alguno dispuesto a aceptar una tarea así. Mas…, según campesinos, ese mismo día, bajar vieron de la montaña negra, con una joven de dorada y larga cabellera, a un corpulento hombre herido… ANCIANO 3:
¿Y pudieron reconocerlo? ANCIANO 1:
Los campesinos tienen estúpidas tradiciones y creencias. Pensaron que se trataba de algún dios herido que bajaba de los cielos. Temieron que cuando éste les descubriera espiándolos, les lanzara alguna maldición…; ¡huyeron! ANCIANO 2:
¡Pero tenemos razones para sospechar de él! ¿Quién se atreverá a comunicar la nueva a la reina Diana? ANCIANO 3:
Si, ¿quién? ¡Pues se enfadará muchísimo! ANCIANO 1:
¡No os preocupéis, señores míos! Yo mismo se lo haré saber. (Entra Diana en escena) Henos aquí, bella Reina de Beocia, que quedasteis sola después de la desgraciada y sorpresiva muerte de vuestro noble esposo, el
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gran rey Carlos. Henos aquí honrando vuestro poder. Pues vacío se encuentra el trono de quien ahora está junto a los piadosos dioses del Olimpo… Noble y justo entonces será que rindamos tributo a vos, señora. A propósito; venís por el camino que lleva al oráculo en Labadea. ¿Qué razones tuvisteis para ir hasta allá? ¿Por ventura muévente a ello alguna nueva? (Dice esto último simulando no saber nada) DIANA:
Una ventura a vuestra esperanza superior no os traigo, noble Anciano de la Corte. ¡Más bien debo daros una mala noticia! ANCIANO 1:
¿Pero qué decís, buena Reina? DIANA:
El joven que condenaren nueve años atrás, por rebelarse ante los principios y valores de la sociedad y por no reconocer a Dios reflejándose con las figuras de las Tinieblas, ha escapado. ANCIANO 1:
¡Oh, dioses! ¡Mis oídos apenas si soportarlo pueden! ¿Cómo y cuándo tal infortunio ocurrió…?, ¡… es increíble, señora mía! DIANA:
Tal empresa se llevó a cabo el día de ayer con la ayuda de la ninfa que perdonamos, la misma que dejamos en libertad bendiciendo su alma para alejarla de las malas influencias y convicciones erradas. ANCIANO 3:
¿Y acaso os dijo el oráculo como ocurrió la desgracia?
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DIANA:
Pues fue desintegrando el cristal acabando con sus problemas, temores y orgullos hasta dejarlo vulnerable… Después de ésto, derribarlo fácil pudo la muchacha con una piedra del suelo. ANCIANO 2:
¿Y qué podemos hacer para calmaros, señora? DIANA:
Algo por mi podéis hacer: mi ira tan grande ya no por Pan es. Ahora sólo quiero a Lady Sirena. Y como salir de los límites de Beocia no puedo, pues Término marca las fronteras de mi celda desde el día en que cayó una maldición de los dioses sobre mí, deseo que alguien no mortal, ya que son éstos los únicos que pueden hacerlo, se comunique con Alecto, Tisífona y Megera. La tarea de ellas honorable será, ya que de otro modo no lo aceptarían; pues , por más despiadadas y terribles que fueren, sólo perseguirán a quien huye o desafía la justicia pública (¡oh, gran falla del sistema democrático!…). Y esta tarea implica a una delincuente, como lo es Sirena. ANCIANO 1:
¡Pero oh, mi Reina! Ellas son nada menos que las imprecatorias Erinas. No puede existir corazón tan malvado en una mujer como vos. La niña no podría resistir las torturas de esas despiadadas Justicieras. DIANA:
Pues os ordeno; ¡y obedeced a lo que os mando debéis! De lo contrario, ¡el peso de las Furias sobre vosotros también caerá! ANCIANO 1:
El sufrimiento a esta edad muy grande para mí no será, así es que
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no importa lo que a me suceda. ¡No mandaré a asesinar a una joven de esa forma! Si matarme deseáis, ¡hacedlo sin titubear, por favor! El pueblo lo sabrá muy pronto, y perjudicada por el resto de vuestros maldecidos días os hallaréis. ANCIANO 2:
Piadoso en este caso también soy, y si matarlo deseáis, ¡haced conmigo lo mismo! Y aunque alguna vez haya actuado incorrectamente, moriré con la consciencia libre de pensamientos tortuosamente indignos por hoy obrar como lo hago. DIANA:
Pues difícil para mí no será acabar con vosotros. ¡Por lo visto aún bien no me conocéis…! ANCIANO 1:
Con estas palabras sospechosa a nuestros ojos quedáis; ¡pues no sería extraño pensar que la misteriosa desaparición del Rey Carlos por obra vuestra se haya realizado, mi Reina, y que el castigo de la maldición de Término sea justificado por la misma causa que no nos atrevimos a despachar anteriormente, por temor quizá, a perder nuestra jerarquía y honores en la sociedad y el puesto en La Corte! DIANA:
¡Me ofendéis, Anciano! ANCIANO 3:
¡Esa no es forma de dirigirse a la santa Reina, señores, os pido que retiréis lo dicho de inmediato, o cargad con las consecuencias! ANCIANO 1:
¿Estáis con esta bruja malvada? ¿Acaso Bóreas sopla hacia ese
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lado? ¡Sois un traidor! ANCIANO 3:
¡No, vosotros sois los traidores! ¡Morid! (Tras esas palabras saca un cuchillo y acaba con ellos) ¡Oh, mi Reina!; ¡me honro por haberos servido y lo seguiré haciendo si mis servicios noblemente utilizo en vuestra orden! DIANA:
¡Palabras que me halagan, buen hombre! Los ancianos de La Corte serán sepultados con honores, aunque no los merezcan, para que la gente en sospechar no piense… ANCIANO:
¡Que así sea, buena Reina! DIANA:
Pero ahora quiero que hagáis lo que los otros no quisieron. ANCIANO:
¡Oh, claro! Vuestras órdenes serán cumplidas de inmediato, mi señora Diana.
ESCENA 2 Baja la luz para advertir el paso del tiempo. La escena es en el oráculo de Labadea. Sobre ella solo el Anciano.
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ANCIANO:
(…) ¡Represento a la resurrección y a la vida, el que crea en mí, aunque esté muerto, vivirá…! (Repite entusiasta) ¡… He practicado ya las ceremonias en la entrada de vuestra casa, oh, Trofonio! Tracé el círculo de Oroboros ante el portal para despertaros, porque soy como el hombre que vive y da vida a los muertos… ¡Despertad, milord, despertad del sueño que os seduce cual doncella de Beocia! Esperé hasta que la tardía noche llegó, bendito Armagedón, para descender por el angosto paso hacia el santuario, … sufrí mordidas y picaduras de bichos que ni siquiera pude ver, ¡y no os encuentro, milord! ¡Despertad, despertad, y rogad que el encuentro de los reyes en Megido no se adelante! ¡Orad por la bendición de los pueblos que dependen de nuestra obra! (Aparece Trofonio) TROFONIO:
¡Preocuparos no debéis, mi viejo amigo!, aquí siempre me encuentro, ¡pues nunca salgo! Es sólo que siempre estoy preparado, cual espectro precavido, por si ocurre algún peligro… (hoy ya no se puede confiar demasiado en la memoria de la cultura, ¿no opináis lo mismo, Anciano?…). Mas, decidme, milord, ¿qué os trae hasta aquí, a mi eterna morada de los espíritus del tiempo? ANCIANO:
Necesito que me aconsejéis, buen Trofonio, ¡temo por el anuncio que Siete Trompetas traigan! TROFONIO:
Entonces decid lo que tengáis que decir. Bien sabéis que sois vos el
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único mortal que puede hablar conmigo personalmente sin correr ningún riesgo; ¡pues sois mi salvador! ANCIANO:
Pues bien, os contaré todo desde un principio: “Ayer herí de muerte a dos miembros de mi Corte por rebelarse ante la Reina Diana. Mas ellos antes de morir mencionaron algo sobre la misteriosa desaparición del Rey, su esposo, y la maldición de Término. Dudaron de su bondad y la amenazaron. Preví un posible desastre en el pueblo acabando con sus vidas. Mas lo hice realmente para salvar la mía, porque si se enfadaba, terminaría tarde o temprano con los tres. Obedeciendo a sus mandados simulé estar de su lado. Y la primera orden que me dióse, fue buscar a un no mortal para que se comunicase con las Erinas y les ordenase rastrear a una muchachita muy bella, una nereida muy hermosa, quien ayudó a un enemigo muy importante de mi Reina a librarlo de su condena, para que la juzgasen ahora correctamente y sin fallar, como ocurrió con este mismo, el cual responde al nombre de Pan…”. TROFONIO:
¡Pan…! (Dice murmurando) ANCIANO:
“… Y el único no mortal que conozco bien, y además me aconsejaría, sois vos, Trofonio. Mas si lo que dijeron los otros ancianos es verdad, que la Reina Diana es una inescrupulosa criminal, entonces peor castigada por los dioses debería ser…”. La verdad tal vez vos conozcáis, pues me atormenta el solo hecho de pensar que maté a mis compañeros injustamente. Y aún más me consume el pensar que han muerto por manos de un servidor incorrecto y cómplice de un asesino.
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TROFONIO:
La verdad dudo tener, buen amigo mío. No puedo adivinar nada acerca de los gobernantes de nuestras tierras, sólo se me permite formular leves especulaciones… Mas, podría deciros que es muy factible la idea de pensar que el asesinato del Rey por mano propia de la Reina se haya concretado, pues es una bruja despiadada y sería capaz de hacer cualquier cosa por el ambicioso poder. Además, la maldición de los dioses que sufre desde el día en que desapareció su marido… ¡la convierte en una mujer más que sospechosa! ANCIANO:
Vuestras palabras más que una ayuda son, puras y correctas, merecedoras de gran admiración y confianza. ¡Averiguar tal misterio debo, nuevas os traeré mientras el tiempo pasando vaya… !
ESCENA 3 Oscuridad. Diana en el patio real a la izquierda del escenario. Solo iluminada su persona.
DIANA:
Espero que el Anciano a mí buenas nuevas traiga. Porque cuando llegue ejecutarlo deberé sin piedad como lo hice con mi Rey. Pues tarde o temprano la verdad descubrirá, y mi vida, en manos del pueblo peligrará… ¡Aaahhh…! (Suspira y dice) Planes muy diabólicos para Lady Sirena tengo: cuando las Furias la
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traigan a mí muy herida piedad pedirá. Mas yo la haré sufrir como lo hizo conmigo cuando liberó a Pan… ¡Ay, Pan! Amor posible de dar pero imposible de recibir. Desvaneciéndome estoy por pensar que jamás una mirada de vos recibiré. ¡Ay, Pan; ay Pan!; mi sufrimiento sólo acabará cuando las Euménides trayéndome a vuestro amor vengan. Pues así…, solamente así, ¡teneros podré!… ¡Ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja! Sólo así… (Comienza a reír con gozo mientras se va retirando)
La Reina no advierte que el Anciano llegó antes de tiempo y escuchó todo tras una columna del Palacio...
Aparece el Anciano, camina hacia el lado derecho del escenario, solo él iluminado.
ANCIANO:
¡Ay, de mí! ¡Desgraciado soy por el futuro que me espera! Mas…, ¿qué hice para merecer ésto? ¿Qué mal a mi Reina di? Temeroso por el futuro que me espera estoy; y más aún porque si yo muero, la verdad sobre la desaparición del Rey nunca se conocerá. Pero si eso ocurre, las Furias no perseguirán a Sirena, pues Diana comunicarse con ellas no podrá… ¡Oh, nuevamente dudoso estoy! ¿Qué sacrificio hacer…? Arriesgar mi vida por un noble principio, honrosa tarea significa… ¿mas qué hay del miedo que me atormenta?, ¿quién lo vive desinteresadamente cual historiador? ¡Son mi cuerpo y mis huesos los que experimentarán el dolor, y con mi muerte, mis recuerdos y la consciencia desaparecerán…!
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¿¡Para qué pagar tal precio!? Apresurarme para llegar al oráculo debo, así por lo menos, alguien más la verdad conozca. (Y se ve interrumpido por la voz de Diana) DIANA:
¡Oh, Anciano!, ¿qué pensáis hacer? ¡Salir de este Palacio difícilmente os resultará; nunca lo lograréis! ANCIANO:
Detenerme no podréis. ¡Nunca a alcanzarme llegaréis…! (corre) DIANA:
Guardias Reales; al anciano perseguid, y con vida traedlo ante mí. (Mutis de Diana)
ESCENA 4 Bajan las luces lentamente hasta oscurecer. Luego comienza a crecer la luz. La escenografía ya estaba desde antes pero no iluminada. En el bosque el Anciano sigue huyendo.
ANCIANO:
Afortunadamente mi perseguidores en el camino quedaron. Pero creo que extraviado ahora estoy. La noche veloz viene… encontrar refugio debo, y mañana, la búsqueda del oráculo nuevamente comenzar. (Un ruido entre los arbustos oye)
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¿Pero qué ruido es ése? ¿Qué animal o persona osa a mi acercarse? ¡No os escondáis cobardemente! Daño no os haré… (Con esta última frase el anciano se da media vuelta, al volver a su posición original, se encuentra frente a Pan) ¡Oh! ¿Mas quién sois, horrible criatura? PAN:
¿No me recordáis acaso, señor? ANCIANO:
No… PAN:
Soy quien vuestra condena recibió para que luego torturas atormentándome sigan durante nueve interminables años. ANCIANO:
¿Sois vos… el joven demonio de los bosques? PAN:
Si así llamarme deseáis…., ¡temo que sí! ANCIANO:
Oh, dioses, ¡acudidme pronto por favor! PAN:
¡Mas no temáis, buen hombre! Daño alguno tampoco os haré. ANCIANO:
Aún sabiendo quién pesados tormentos sobre vos lanzó, ¿me llamáis «buen hombre»?
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PAN:
Pues sí. ANCIANO:
¡Oh! Bondadosa deidad resultasteis ser. ¡Vuestro respeto y ayuda no merezco, señor mío! PAN:
Ayuda de mi recibisteis ya. Vuestros perseguidores atacados por mis Sátiros fueron. ¡En paz descansar ahora podéis! ANCIANO:
¿Por qué hacéis ésto, milord? PAN:
Jamás esa pregunta me hice. Por ello respuesta no tengo. ANCIANO:
Muy amable conmigo sois; mas ahora descansar debo, pues mis viejos huesos tanta presión ya no resisten. ¡Disculpadme, por favor, el cansancio me vence cada día más! PAN:
Nada que disculpar tenéis. Pronto por vos mandaré para que llevaros puedan a mi refugio, y allí, hasta que recuperado estéis. ANCIANO:
¡Gracias, milord…! (Mutis de Pan y del Anciano)
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ESCENA 5 Baja nuevamente la luz y el tiempo pasa. Aparecen en el escenario Pan, el Anciano, Lady Sirena y dos Sátiros.
ANCIANO:
Os agradezco tanto y lo vuelvo a hacer mil veces más, y no obstante, palabras no me alcanzarán para agraciar vuestra gentil actitud con mi persona. SIRENA:
Preocuparos más no debéis, buen Anciano. ANCIANO:
Sois una muchachita muy buena. Razón alguna existe entonces para que vuestras graciosas cualidades envidiadas por la Reina sean. PAN:
¿Qué decís, milord? ANCIANO:
La Reina Diana envidia muy grande por vuestra compañera siente. SIRENA:
¡Oh, dioses! PAN:
¿Pero qué razón para odiar a mi amor tiene?
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ANCIANO:
La misma razón que recién citasteis: vuestro amor hacia Lady Sirena. Mal partido intentar cambiar sus ideas será. Pues gran amor por vos también siente, y solo para ella os desea. Eso únicamente logrará cuando obstáculos ya no existan. Y uno de esos tantos es la pobre niña… PAN:
¡Nunca separarme de Lady Sirena logrará! (La toma en sus brazos cubriéndola) Protegerla por siempre con mi alma mi noble tarea será. ANCIANO:
Subestimar a Diana tomar mal camino significa. Ella, una malvada bruja capaz de lograr todo lo que en mente tenga, es. Tarea difícil acabarla será; mas… cueste lo que cueste, ¡cumplir con tal misión debemos con valor! ¡Y trabajo aún más noble será salvar el futuro de Beocia! PAN:
¡Mucha verdad vuestras palabras poseen! Mas plan alguno debemos tener, de otra manera, Beocia caerá a causa de la mentira y la crueldad. Una masacre aun más grande que la de Troya se producirá; no con resultados similares, ¡mas si con futuros inciertos! ANCIANO:
Plan alguno aún no tengo. Pero consultar al oráculo de Trofonio
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podemos, buen consejero es, e incondicionalmente ayuda nos brindará.
F I N D E L A R E I N A D I A N A (08/02/1992).
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ACTO V
PAN Y LAS E R I NAS
ESCENA 1 Oscuridad. El oráculo de Labadea. En escena Pan, el Anciano y Trofonio.
ANCIANO:
¡Oh, Trofonio! ¡Llenaos de dicha y que vuestros días se iluminen… ! Hoy os traigo a alguien para presentaros. TROFONIO:
¡No gastéis saliva, Anciano!, pues a Pan conozco desde hace ya mucho tiempo. Fui yo quien avisóle a la Reina sobre su huida… Mas, ahora, ¿cómo estáis, buen amigo Pan…? (Señala a Pan) PAN:
¡Muy bien, viejo amigo Trofonio! Y a la vez, algo asustado por el futuro de Lady Sirena.
CXCIV
ANCIANO:
¡En peligro hoy se encuentra a causa de Diana! TROFONIO:
¡Oh, Diana!… Mas dime, Anciano, ¿qué nuevas traéis a mi sobre ella? ANCIANO:
La ejecutora del Rey resultó ser. ¡Y terminar con su maldad debemos! TROFONIO:
Las palabras que decís muy comprometidas son, si convincentes pruebas no tenéis. ANCIANO:
¡Pues esas pruebas tengo! Y como la Verdad descubrí, ¡yo también en peligro estoy! TROFONIO:
¡Lo que decís ofuscado me dejan! Apenas si pensarlo puedo; yo de ella sospeché, mas sin querer creer. ¡Oh, dioses! Ahora entiendo por qué la maldición de Término. ¡Oh, dioses! ¡Que justicia se haga por mano nuestra con la autorización divina! ANCIANO:
¡Que así sea, pues…! TROFONIO:
Acabar con la maldad es un noble deber. ¡Plan para ello debemos poseer!
CXCV
ANCIANO:
¡Entonces hablad, Trofonio! TROFONIO:
Vos me dijisteis que la Reina pidió por las Furias para acabar con Sirena… ¿es cierto?… Y como todos saben, sólo perseguirán a quien errado de la ley se encuentre, ¿verdad?… PAN:
¿Es verdad…, y a qué conclusión queréis así llegar, milord? TROFONIO:
Pues salir de mi morada tampoco puedo, y como somos los únicos que sabemos lo que sucede, y queda solo un no mortal entre nosotros, aquél buscar a las Erinas debe; y también contarles todo antes de que Diana encuentre a otro secuaz. El elegido Pan será, y peligros pasará hasta llegar a ellas. ¡Olvidad lo que os hicieron tendréis para poder a Sirena proteger, si es lo que más queréis en este mundo de nadie…!
ESCENA 2 Bajan las luces hasta oscurecer. Ahora Pan se encuentra en el interior de la tierra tratando de hallar a las Erinas.
PAN:
¡Desde muy lejos vengo!; caminos oscuros y tenebrosos, pueblos marginados y violados en donde anida la pobreza, el odio y la desgracia, y en donde la gente al tener un poco de salud es tratada como intrusa, he pasado durante tres soles y tres lunas. Hambre y
CXCVI
cansancio tengo; mas fuerte y luchador me mantiene la tarea que, encomendada por parte de Trofonio, y en honor al pueblo y la Justicia, llevo. Resentido y rencoroso ante lo que tuve que sufrir a causa de vosotras no me siento, por eso la misión acepté, ¡pues es mas poderosa la realidad que un simple orgullo…! (El Coro lanza quejidos sordos e inarticulados) ¿Qué os sucede? ¿Acaso aceptarme os es todavía imposible cuando sólo estoy entre los únicos?, ¡despreciado soy! Mientras tanto se os oculta la presa que sin moverse de su morada saltó veloz cual cervatillo las redes de los cazadores burlándolas y burlando a la justicia. (Siguen los quejidos) ¡Así huye la Reina Diana! ¿Acaso para el mal sólo sois poderosas? ¡Oíd, oíd!; que no de mi vida os hablo; pues también en juego están la existencia de la Libertad y la Justicia de Beocia. (Gritos sofocados del Coro) ¡Oíd, oíd! Vosotras que os hacéis llamar Guardianas de los Templos de la Justicia y ejecutoras de los delincuentes que la amenazan. (Gritos del Coro) ¡Oh, terribles monstruos! No dejéis que los prejuicios os venzan. Así mi justo ruego a vuestros oídos lleguen. ¡Que el aguijón prudente a los sufrimientos del prófugo destructor sin piedad ataque! Actuad con velocidad y evitad la hecatombe que al mundo pronto llegará. Olvidad mis delitos que injustos me rotularon. ¡Olvidad…!, pues más importante es lo que os digo que el cartel que de mi cuello cuelga.
CXCVII
CORO:
Vuestras palabras inteligentes y prudentes, justas y merecedoras de ser escuchadas son. Mas en vos no confiamos; ¡Sólo de boca propia de una buena deidad las creeremos!, pues ese rótulo que en tu pecho se encuentra es el que en nuestras mentes inculcado está a causa de la Corte que nueve años atrás te juzgase. PAN:
¡Entonces importancia a ese uniforme no os deis! ¡Porque lo que os digo la verdad es! CORO:
Lo primero aceptar podríamos, pues lo que decís es más que verdadero. Mas, ¿cómo de la orden que por boca de un delincuente sale, que culpa a su principal juzgadora, debemos obrar? ¡Cosas más importantes que hacer tenemos, milord! PAN:
Pruebas suficientes para culparla posee un miembro de la misma Corte que me juzgó y servidor directo de la Reina, él sabe que implicada está en el asesinato del Rey. Mas acercarse a vosotras no puede, por eso tan noble tarea encargada me ha sido. Os pido que conmigo vengáis al oráculo de Trofonio, pues él más que de confianza es por la fama que la sociedad le ha dado. Con él, hablar claro podréis si a mi creerme imposible os resulta. Pues como dijisteis antes, “que sólo de la orden que por boca propia de una deidad importante salga, actuar justamente podréis”… CORO:
Si al encuentro de Trofonio vamos, os seguiremos. Mas advertiros debemos, pues si de lo que dijisteis mentiras ocultáis, cruelmente castigado seréis sin Juicio previo…
CXCVIII
ESCENA 3 Oscuridad. Cambio de escenografía. En el oráculo de Trofonio. Sobre el escenario solamente él y el Coro de las Erinas. Más tarde salen el Anciano y Pan.
CORO:
¡Oh, honorable Trofonio! Una desgracia comunicada nos ha sido dada por boca de Pan. Mas una duda por nosotras resolver podéis: ¿Creerle debemos a quien por mucho tiempo se caracterizó por ser un delincuente? TROFONIO:
¡Pues en este caso sí!, ya que implicado en ésto aún no estaba hasta que noble tarea dímosle justamente. En este caso creerle debéis y aceptarlo, como es, tendréis. Porque tal denuncia a su ejecutora no lanzó él, sino, este Anciano… (Entra el Anciano) … Miembro muy noble de la Corte y arrepentido asesor principal de la Reina Diana de Beocia. ANCIANO:
¡Oh, Erinas!; ¿cómo dirigirme a vosotras cuando soy un desgraciado cómplice del asesinato de los miembros de la Corte? ¿Cómo debo hablar a quienes pronto incansables tormentos me darán por haber obrado de tal forma? CORO:
No os preocupéis, Anciano. Pues sólo otra víctima de las despiadadas órdenes de Diana fuisteis. Avergonzaros tampoco debéis, pues cual vasallo obedece al amo, obrasteis.
CXCIX
(Estrofa 1) Víctima de los deseos malvados fuisteis, pero al arrepentiros acabasteis, con la condena que a un posible desastre os conducía. (Antistrofa 1) Hábil como un zorro os movíais, y como una serpiente os deslizasteis, Temeroso cual más poderoso mortal actuasteis. Temeroso de la vida. (Estrofa 2) Actuar como lo hicisteis, os avergüenza justamente. Mas en esta sociedad, lo que menos tenemos es mente, y temisteis equivocaros. (Antistrofa 2) Por eso errados culpamos a alguien; y siempre resulta ser a quien no nos podemos parecer, y no podemos respetar. (Estrofa 3) A mis castigos no temáis, pues la vida más fuertes los da. Un castigo puede ser nacer; otro puede ser vivir. (Antistrofa 3) A Pan sufrir injustamente le tocó, ¿quién aquí lo entenderá?, es mas fácil hacerlo fácil, que comprenderlo para explicar. (Entra Pan)
CC
(Estrofa 4) ¡Oh, prejuicios! ¡Oh, afrenta! ¡Oh, creencias! ¡Oh, desconfianza! Escapar de mis redes dejaron a quien provocó una matanza. Una bruja muy malvada, destructora como la que más. (Antistrofa 4) Mas piedad de ella ahora no tendré, y castigada terriblemente será. Culpable de muchos asesinatos, malvada ejecutora en la Sociedad. ¡Implacable como lo fue ella me comportaré! Y esta vez de mis redes escapar no podrá. PAN:
Sabias palabras de vuestros labios salen. Sabias palabras que espero, a obrar con justicia, os lleven. Peligrosa la tarea será, pues la Bruja para vosotras algo tramará. CORO:
Consejos que no imaginaría nos dais. Mas, ¿qué os hace pensar que ella algo para nosotras tendrá? PAN:
¡Muy bien nadie la conoce! Mas ella más de un oráculo consultó. El futuro que le espera conoce. El futuro, señoras…, vosotras sois. TROFONIO:
Eso también aseguraos puedo. Pues un oráculo soy. ¡Ahora todos peligramos: nosotros, Lady Sirena…, y también vosotras! CORO:
Prometeros debo: la cabeza de Diana traeré. Mucho tiempo no pasará, y su merecido castigo recibirá…
CCI
ESCENA 4 Oscuridad. Cambio de escenografía. Ahora, en Palacio, Diana espera a las Erinas sola en el centro de la escena.
DIANA:
Por vosotras aguardo, ¡oh, malvadas Furias!, por vosotras; en quienes yo antes confié. Ahora persíguenme, cual cazador a su liebre, siendo yo inocente. Pues la verdadera traidora Sirena es. ¡Ella libre en los mares se halla mientras a mi de homicidio me acusáis, execrando a éste, sin justicia! ¡Oh, diosas terribles!, Hijas de la Noche; siendo ahora blanco del desprecio y del odio, vago. Escapar bien sabéis que no puedo y sin temor inmóvil me quedo. Difícil llevarme os será; y esconderme evitaré. En enfrentaros pensé, y es la mejor decisión. Sin cesar he de luchar, sin rendirme jamás; pues si algo sobre la tierra existe, y de ello orgullosa me encuentro, y que no perderé jamás, es que nunca arrepentida de mis acciones, me siento. (Pausa.) Aquí la señal espero, sola en frío Palacio, sola y preparada para el enfrentamiento próximo, sola y cautelosa en la espera de la batalla que victoriosa a mi favor será. (Observa a lo lejos una estrella fugaz.) ¡Salve, oh, nocturna y esplendorosa señal! Señal de un heraldo que a la luz semejante de una aurora os parecéis, ¡salve! ¡Luz que me advierte la presencia próxima de las imprecatorias Erinas, diosas de las temibles Noches!
CCII
(Mutis de Diana. Váse)
Baja la luz indicando el paso del tiempo. Ante el Palacio de la Reina las Furias aguardan.
CORO:
De vuestro escondite salid, oh Diana, ¡pues las Hijas de la fría Noche ordenándolo os lo piden! ¡Salid, oh malvada Reina, traidora del pueblo que con confianza siguió vuestros deseos sin advertir el rostro verdadero! Sabemos que por nosotras la noche entera aguardasteis. Planes maléficos desarrollasteis y trampas ocultas inteligente escondisteis, ¡oh, demoníaca mujer! (Se separa una mujer del coro, Tisífona, desciende a un plano más bajo mirando hacia la torre del palacio) TISIFONA:
¡Salir de vuestra morada sin hacer esperar Tisífona os indica! ¡Salid pronto, pues el alba llega; y si hasta el punto aún juzgada no sois, heriros de gravedad deberemos sin piedad! DIANA:
(De adentro del Palacio)
Llevarme con vos nunca podréis, y si falta hace que arrastrándome me llevéis, ¡difícil tarea os resultará! Mas, resistirme a vuestros deseos desfavorable a mi persona será, por ello, pues, a mi encuentro venid, que daño prometo no os causaré. (Dice esto último simulando estar rendida)
CCIII
TISIFONA:
¡Pues a vuestro encuentro ahora mismo voy, señora de la bella Beocia! CORO:
¡No! ¡Que engañándote está! TISIFONA:
Una promesa, de boca de un noble, desconfiar imposible es; mas, con cautela actuaré, cuando dentro esté, en el palacio del Rey. (Entra en Palacio) CORO:
(Estrofa 1) Que la fortuna os acompañe allí dentro, y que las promesas la bruja cumpla. Mas cuando adentro ya os encontréis, y de nuestra vista desaparezcáis, el terror y la preocupación, de seguro nos consumirá. (Antistrofa 1) No fácil nos será aguardar aquí afuera. Pues si algo os ocurriere, y tarde a vuestro auxilio llegamos, perdonárnoslo no podríamos por los días que sin vos vivamos. (Estrofa 2) Que la astucia a vuestro lado valla, sin separarse ni un segundo. Así cuando peligro corráis, os lo advierta, a tiempo, desde lo más profundo.
CCIV
(Antistrofa 2) Ya mucho tiempo dentro estuvisteis, y ni de la desgracia ni la fortuna, el aroma sentimos, mas, algo a nosotros nos dice, que a vuestro encuentro veloz vayamos… (Se ven interrumpidas por el grito sordo de una mujer) TISIFONA:
(De dentro del palacio)
¡Ay de mí! ¡De gravedad me han herido!, ¡y muero en este Palacio, sin haber concretado mi cometido! (Mutis de Tisífona) CORO:
¡Silencio!… ¿quién clamó? ¿Quién es muerto en Palacio? ¡Fue de Tisífona esa voz… Todo ha concluido! ¿Qué partido ahora tomar? (Baja otra Erinas: Alecto) ALECTO:
¡Ay! ¡Ya venir a torturar mi pecho sentía, otra vez, la agonía del présago furor! ¡Ay, Tisífona, hermana! ¡En promesas desconfiables confiasteis cuando nosotras os advertimos! ¡Ay! ¡ay! (Baja Megera, la tercera Hija de la Noche) MEGERA:
¡Vuestra muerte, hermana, prometemos vengar! ¡Y a Diana ya a juzgar no llevaremos!
CCV
¡Cual animal hambriento frente a su presa, ahora a matarla iremos! (Abranse las puertas del Palacio, y aparece Diana. Más al fondo, el cuerpo de la Erinas asesinada) DIANA:
Avergonzarme por lo que hice difícil me es, pues como antes ya dije, orgullosa por mis acciones siempre me siento. De antigua hazaña esta batalla nacía, aunque en hacerlo días tardó. Y ahora estoy, junto a mi presa, serena. ¡Aquí yo lo hice, y no lo niego!; utilizando mi magia, que más fuerte que la vuestra fue. Red sin salida, red fatal a mi quisieron tender; red que su meta invirtió hasta que con vuestra hermana pudo acabar. Tal, Diosas de la Noche, mi obra fue, que una vez más os reitero; por haberlo hecho, orgullosa me siento… ¡Ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!… (Váse cerrando las puertas) ALECTO:
(Con bronca)
Reina despiadada, ¡Moriréis! (Mas Megera le impide seguir) MEGERA:
¡Su poder más fuerte que el nuestro es! Intentarlo más que arriesgado sería. Os aseguro que si nuestra hermana ahora estuviese, actuar con prudencia querría. ¡Retirarnos debemos, así plan distinto después probamos…!
CCVI
ESCENA 5 Baja la luz y cambio de escenografía. Al bosque de Pan agitadas las dos hermanas llegan trayendo la desgraciada nueva. Pan, Trofonio y el Anciano aguardan.
MEGERA:
¡Una desgracia ha ocurrido hoy! Nuestra hermana Tisífona, por manos de la Reina, ha caído. PAN:
¡Apenas si creerlo puedo! ANCIANO:
¡Dioses del Olimpo! TROFONIO:
¿Cómo fue? ¿Cómo esa tormenta ocurrió? MEGERA:
¡Ella sola decidió entrar en Palacio sin advertir que por Diana engañada estaba siendo! ALECTO:
¡Detenerla intentamos! ¡Mas imposible nos fue! Y la magia de la bruja, más fuerte que la nuestra resultó ser. TROFONIO:
Olvidar debemos, ¡pues obstruir esta desdicha nuestra meta logrará! Plan nuevo ahora desarrollaremos, antes de que el manto oscuro de la noche cubrirnos logre.
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ANCIANO:
¿Pero ahora quién en encuentro de la Reina irá? ¿Qué ser atrevido arriesgarse a morir querrá? PAN:
¡Pues yo ahora a servir a tan noble tarea gentilmente me ofrezco! A la muerte no temo, ¡si tal fin tiene ésta! Vengar la muerte de tan fiel servidora de la justicia también haré. ¡Así, Beocia, en paz pueda vivir! TROFONIO:
¡Estas palabras merecer a vuestra persona respeto le hacen! Que la fortuna os acompañe por el sendero de la iluminación y la gracia, armaos con la fuerza y la astucia para que victoriosa lucha afrontéis. No os arrepentiréis jamás de vuestra obra, cuidad del tesoro que poseéis cual José de Arimatea, ese honor que en las futuras generaciones será tomada como la más heroica acción desde las Nobles Tareas de Hércules. PAN:
¡Pues os aseguro que el día de hoy, Beocia librada de la injusticia y la traición, será; al igual que recordadas y veneradas, por los siglos venideros, todas las personas que lo hicieren tan heroicamente…!
ESCENA 6 Oscuridad. Nuevamente en el Palacio de Diana. Pan ante las puertas de éste.
PAN:
El turno de enfrentarme a vos ahora mío es, Diana. Ruégote que conmigo vengáis sin dificultades proporcionar, pues daño no quiero
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haceros. DIANA:
(De dentro del palacio. Llorando)
¡Oh, amado mío!; ¡a mi encuentro vinisteis! ¡Vuestra presencia en Palacio me avergüenza! ¿Mas, por qué llevarme con vos hacia el castigo queréis? Rencor no guardaréis por lo que en el pasado os hice, ¿no? PAN:
¡Esta vez, en beneficio propio, esta misión no se hace! Pues antes por las buenas a juzgaros y haceros pagar las fechorías os quisieron llevar. ¡Ahora a remediar lo que os hicisteis a mi pueblo vengo! ¡A vengar la muerte de Tisífona y a luchar por mi verdadero amor: Sirena…! DIANA:
¿Por qué en defenderla insistís? Yo mejores oportunidades proporcionaros podría… Riquezas, comodidades, buena vida y amor os ofrezco. ¿Y ella, qué? Olvidad mis pecados para una mejor vida gozar. ¡Pues otra preciosa oferta como ésta en el futuro no recibiríais! PAN:
Más preciosa es la oportunidad de vivir en la sociedad luchando por lo que uno quiere. Pues buena imagen no me interesa tener; si aceptación y respeto. Un amor que batallas conmigo librara jamás vos me proporcionaríais. DIANA:
¿Qué interesa el mundo a vuestro alrededor cuando es éste quien a vos os sirve? ¡El poder que tendríais permitir manejaros permitiría! PAN:
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Pues lo que os digo capacidad para entenderos evidentemente no tenéis. ¡Jamás marginada estuvisteis y esa forma de vida nunca conocisteis! DIANA:
¡Oh, amado mío!, conocer mi forma de vida no pudisteis. ¡Mas al haceros de seguro os convenceríais de lo que intento deciros! PAN:
¡Esa forma de vida en mi persona nunca envestida podría estar! Ella luchas y riesgos no implica. ¡Aburrida sin eso sería!
(Abranse las puertas y sale Diana) DIANA:
¡Oh, Pan! (Corre hacia él) ¡Os ruego que conmigo te quedéis! ¡Pues daño alguno, por amor, no podría haceros jamás! (Esto último de rodillas lo dice. Pan del suelo la levanta diciéndole) PAN:
¡Ruegos después de hacer lo que hicisteis de nada valen! ¡Llevaros a La Corte mi deber es! Seguidme sin problemas, pues os prometo que en ella buen trato tendréis. DIANA:
¡Por amor a lo que me pedís me someto! Mas que mi dolor como roca sobre vos, luego de la condena, caiga. ¡Así, olvidarme nunca jamás podáis…!
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EXODO
Nuevamente oscuridad. Ahora la escenografía es en la Plaza de Beocia ante el deshabitado Palacio. Se halla el Anciano solitario. Más tarde la Figura llega.
ANCIANO:
¡Los tormentos que en Beocia terror causaron ahora han cesado! La maldad que al pueblo asolaba, de existir ha dejado. ¡Ahora la paz sobre el mismo impera! Que el futuro buenos y piadosos monarcas traiga, ¡y que la Libertad en esta ciudad participación justa tenga! (Entra la Figura.) FIGURA:
¡El futuro!… No quiero contar mis historias tristes, porque la felicidad próxima competirá con los actos del pasado y querrá siempre superarlo, sin que jamás se valore por sí misma ni disfrute con individualidad… ¡Debemos anhelar un futuro esencial…! ¡La Libertad en el mundo existir puede!, y aceptarla como es, debe. La Libertad inmortal es, siempre y cuando, en el punto más recóndito de la Tierra, haya alguien que todavía una canción cante, un canto que lucha, desdicha, fortuna y vida implique; un canto que imperdonable, víctima de los prejuicios y del desinterés, en el momento sea. Canción cuyo sonido contenga los dolores humanos, y que en los siglos venideros, en buen juicio y comprendido su significado, recordada sea.
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La acción de la sociedad se somete a los cambios ideológicos de una masa instruida de una determinada manera; no ruego al imperio de los dioses del Olimpo por la observación de este estado… simplemente comprendo las necesidades humanas desde el punto de vista que a mí me seduce. No suplico a los hombres comprender las necesidades del prójimo, sin someter a juicio antes, un sencillo vistazo a la acción cotidiana. El gobierno de la sociedad debe cuestionarse a sí mismo, porque está integrado por ese prójimo. “¡No declaméis por los errores cotidianos, aseguraos de concretar las ideas con total seguridad de vuestros actos!”. Ahora podéis iros en Paz… volveré cuando escuche el llamado de los Libres…
F I N D E P A N Y L A S E R I N A S (09/02/1992).
CCXII
CCXIII
REFLEJO LA TRILOGIA
Durante el período que correspondió a mi adolescencia y el comienzo de la “adultez”, conocí el primer amor, lo que marcó en mí el comienzo de la vida en la sociedad (como trágicamente fue representada con el personaje de la Reina Bruja). No comprendí, hasta el día de hoy, las situaciones mágicas vividas en esta “Fantasía de la Vida” y repetidas en la vida real posteriormente: la mayoría de las canciones de la ópera fueron escritas durante aquel romance de cinco años con Sirena, como increíblemente lo profetizara “Sueño y Réquiem”, balada escrita antes de la ruptura… ¿Acaso el plano de subconsciencia reclamaba el reinado del ideal del amor creado para darle vida al perfil de un personaje ficticio (“Sirena’s Blues”), torturándome para imponerse como el plano consciente en la psicología de la Verdad? Mientras vivía “La Trilogía Reflejo”, fui testigo de algunas situaciones que Pan enfrenta: el romance con “Matilde”, el amor platónico o Flor Azul (Azucena, flor de Piscis) en la composición “Dos Caras”, y las “Lágrimas” provocadas a las doncellas que lastimé. “Los Romances de Pan”: terribles actos de un enamorador vicioso que dañó tantas almas sin compasión, el “Sueño y Réquiem” como sentencia al tormentoso romance con “Julieta” y la oportunidad perdida de conocer mi legado eterno… mi brutal autocondena por los daños causados a cientos (representado con la Caja de Cristal que lo encierra por verse diferente), que obviamente lo separa de la realidad: comprende dos mundos diferentes, dos planos en su mapa mental, en donde el interior es una confusa paz junto a sus seres queridos, resguardados y sobreprotegidos, y en el exterior hay un barranco o risco que lo enfoca en un
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enfrentamiento cruel contra el Mundo —elemento que resultó de una idea de mi madre—. La “Oscuridad” que viví por ese camino de pena, la dura y pesada piedra de carga: las culpas; y por último, la encarnación de la bella Queen Victoria, la reina del imperio industrial, de todo lo que nos rodea, donde todo es contrario a esa oscura condena: ¿la iluminación? Ninguno de estas relaciones perduraron por mucho tiempo, pues siempre fueron víctima de un egoísmo identificado claramente con la estúpida necesidad competitiva de entregarles a aquellos seres, la posibilidad aleccionadora de descifrar mi acto teatral de amor, que soberbiamente escudaba con la consigna: “lo que te falta y jamás te concederán”. Mas, debo confesar que Victoria fue quien verdaderamente me incentivó a despertar ese inquietante camino del descubrimiento, al encontrar, el “Rubí de la Corona” (nombre con el que bauticé a un anillo que le obsequié y que conocía de un sueño: de oro y rubí, con pelo de elefante hindú… un anillo mágico), de mostrar una sola verdadera cara, y, terminar con la dualidad de mi identidad e idolatría de imágenes y senderos confusos (duda provocada por lo que identifiqué con la neblina púrpura). Al separarme de ella, agonizante llevé a cabo una experiencia basada en un sacrificio que me tomaría, literalmente, un año y un día (analógicamente el mismo tiempo que lleva la preparación de un aspirante a brujo para dar comienzo a las prácticas de iniciación, ó el mismo período de doce meses y un día que juró sir Gawain “Lengua de Oro” y los Caballeros de la Tabla Redonda salir para encontrar el Santo Grial —empresa que experimentaría con éxito solamente sir Galahad en la ciudad de Sarras—). Durante este sacrificio, consistente en una vida contemplativa y de absoluta soledad, llegaron personas que intentaron ayudarme a cambiar de parecer, entre ellos: mi padre y mi madre, quienes junto a mi hermano mellizo descubrieron mi
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estado anímico negativo y autodestructivo, esa ‘negra cueva que admite sin preguntar’ de la canción “Reflejo”; fueron quienes me llevaron a recordar mis años felices y positivos. Me demostraron el entorno que la esperanza de un nuevo amor podía crear en la atmósfera de la vida cotidiana: Pan se enfrenta a un estado subconsciente que traiciona a su consciencia cuando admite que hay un amor que busca pero que le es imposible encarar, pues lo considera desconocido en el presente, un símbolo del pasado (representado con el personaje de Queen Elizabeth I). Este planteo se refleja en “Rapsodia en Septiembre”, y lo declara antes de la batalla contra la bruja en la ópera: es metafóricamente la descripción de enfrentamiento entre el recuerdo del amor que partió y el brillo de uno nuevo, incomprendido y desconocido, que crece para trasladarlo a una nueva etapa de su vida, a un nuevo capítulo a escribir… La rapsodia está inspirada en una dama que apareció en los últimos años del siglo XX, quien cambió mi vida radicalmente, me inspiró a concluir el Liber para acabar con la última etapa de la adolescencia, y me demostró la mejor cara del amor… Su identidad descifra una milenaria combinación, entre poema y melodía, como un conjuro mágico de amor… En aquel mismo momento también diseñé mi primer anillo: “La Corona de Elizabeth” (de oro español gris, relacionado al rey Felipe II, con un gran ojo de esmeralda colombiana, en memoria de los viajes de Francis Drake), inspirado en la reina del Siglo XVI y motivo del final perfecto de la obra, en coincidencia con la declaración de amor hacia aquella misteriosa “femme sans homme” (según como la bautizara el historiador André Josset), soberana de mi romántico espíritu acorralado por la melancolía y la desesperanza… Mi crecimiento intelectual se vio influenciado por un fuerte impulso de investigación humanista, pero siempre me apasionó la
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brujería, y de alguna manera creo que maduré la obra gracias al increíble mundo que la experiencia espiritual y el estudio científico me invitaron a vivir. Recuerdo el día que caminábamos con mi amigo Maxi Orden por la calle Muñecas y decidimos entrar a una conocida librería de la zona, allí encontramos el que hoy sería mi libro más importante sobre hechicería moderna… Con mi madre me sentí de un modo más seguro en la profundización de esta particular investigación histórica en la región del NOA. Así pude encontrarme con diferentes situaciones que me brindaron un amplio panorama de esa búsqueda. Conocí a Gerardo Rodríguez meses antes de emprender la etapa final de la obra, me mostró los primeros elementos del taoísmo, pero algo muy importante, me demostró que la felicidad y autoadmiración pueden ser más útiles en la vida… El Pai Paz, quien me enseñó el valor de la materia, un modo de ver; Anselmo Lago, quien me llevó a aclarar ese, hasta ahora, comprometido camino de la búsqueda que me atreví a iniciar, tomando decididamente las “riendas de mis pensamientos”. Comprendí que la experiencia de Pan se basaba, esencialmente, en las experiencias de otros. Aclaré mi forma de asumir las responsabilidades del conocimiento, de mis expresiones, y me decidí preparar para el primer encuentro con una vida alejada de la teatralidad lastimosa que los demás veían, cercana al entorno de una hermética Caja de Cristal, fuera de los prejuicios, y, más adentro de la pasión desenfrenada que te puede brindar sólo el amor… Mis hermanos: Facundo y Penélope, los seres más increíbles y grandiosos que pude conocer en mi vida, me brindaron una experiencia totalmente diferente, la cual fue interpretada en el libro como el soporte de Pan para tomar la responsabilidad de convertirse en el significado del sacrificio en defensa de los ideales y la libertad: Las Oceánidas. También conté con el joven Luciano Jorrat, Italo Marzocchetti, Vero Pichetto, René Quirós y el invalorable punto de vista de Lady Monix.
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No puedo olvidarme de mi amiga Diana Petersen, hermosa chica de fuerte personalidad, la imagen combinada, con sorprendente similitud, de los guerreros vikingos y la reina de la Tercera Parte de la Trilogía: “La Reina Diana” de la obra-teatral. Sin su ayuda incondicional no podría haber jamás sobrevivido, durante ese período de “un año y un día”, a la necesidad de expresar mi Verdad a los seres que lograban descifrar —o descubrir— las máscaras de “Reflejo”. Quiero aclarar a las personas que convivieron con mi gran dilema de las “Dos Caras” (sin que alguna vez asimilaran lo que maquiavélicamente planifiqué), que si se encontraron algunas veces con una personalidad aparentemente vulnerable, otra vez con un Joker malévolo y descorazonado que los confundió con una actitud impenetrable y ácidamente seductora, sepan por favor disculpar. Me di cuenta de lo inhumano que resultó jugar con los corderos de esa manera, de ocupar sus mentes con mi ausencia; debo confesarles que, a pesar de lo dicho o hecho, nunca permitimos a los demás la oportunidad de descubrir ni siquiera una pequeña fisura en la representación teatralizada de nuestra obra… Sin embargo, creo que entablamos una rara amistad en los campos de batallas cotidianos en diferentes niveles de exigencias a nuestras necesidades particulares; realmente creo que jugaron el papel de La Corte, como desprejuiciadamente deberíamos tomarla para comprender su particular naturaleza…
Citaré las coincidencias “causales”, pues no creo interesarme aún por apostar a las casualidades, citando leyendas de caballeros, magos y hados, de quienes me vi reflejado con su honorable actitud al llevar a cabo mi obra imitando heroicas hazañas…
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Extraordinaria similitud encontré en “Reflejo” y las Tres Reinas que reclamaron el cuerpo del rey Arturo, hijo de Uther y Lady Igraine, cuando éste yacía gravemente en las cercanías de Salisbury, luego de la batalla por el trono contra su hijo Modred, (Morgana Le Fay —madre del último y también hija de Igraine—, Viviana —de quien hablaré más tarde— y la reina de Gales del Norte). Estas salvadoras, que llevaron el cuerpo malherido del rey con dirección a la Isla de Avalon, fueron el reflejo más cercano con los personajes de mi obra-teatral (Las Erinas); también son comparables con las Oceánidas que auxilian a Pan durante la ópera-rock… Y finalmente, con el trío que conforman el Hada madre de Siringa, Frik y Melusina, durante el ensayo-literario de la Segunda Parte… Si “tres veces tres sufriré la experiencia otorgada”, entonces reencarnaré otro tanto, como planetas hay en nuestro Sistema Solar, a lo largo de mi obra; interpretaré los libretos de mis héroes y plantearé nuevamente mi camino liberando mi espíritu del karma. Si la emanación de la esencia divina está confinada a vivir en la miseria por consecuencia de las faltas cometidas en el pasado, entonces quiero realizar mi obra no sujeto a las necesidades de la existencia, promoviendo la salvación de la humanidad y vivir en el dharma. Los nueve años que me llevó recorrer este camino son el reflejo metafórico de la casi una década que llevó la Guerra de Troya, con consecuencias similares en cada liberación diaria y protagonistas singulares como en sus inolvidables leyendas. “Es de universal conocimiento que nueve son los más grandes y dignos varones que han existido en el mundo. Tres son paganos, tres judíos y tres cristianos. En cuanto a los paganos, vivieron antes de la Encarnación de Jesucristo y se llamaron: Héctor de Troya, Alejandro Magno y Julio César, emperador de Roma, cuyas historias son bien conocidas. Los tres judíos, el primero fue Josué, que llevó a los hijos de Israel a la tierra prometida, el segundo David, rey de Jerusalén, y el tercero Judas Macabeo. De ellos, la Biblia narra sus grandes acciones. Después
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de la venida de Jesús vivieron los tres nobles cristianos que fueron admitidos por todo el mundo entre los nueve mejores y más dignos. El primero fue el rey Arturo de Camelot, el segundo Carlo Magno, y el tercero y último Godofredo de Bullón” (Tomas Bulfinch). Siendo este último el primer gobernante y guardián de la Sagrada Lanza en Jerusalén durante las primeras cruzadas de hace casi mil años, y líder de los caballeros Templarios, su atributo principal era que pertenecía a la casta del Santo Grial. Fue representado muchas veces por los catares (Cátaros) con una corona de espina, y algunos relatos afirman que era miembro del linaje de mismo Jesús. Es indiscutiblemente una extraordinaria teoría del Cáliz y su destino. A menudo en la historia de los papas más destacados revivimos cómo fueron perseguidos estos descendientes de Cristo, vistos como ordinarios herejes, durante las cruzadas del Siglo XIV. Pero revisemos la teoría en la que José de Arimatea lleva la “copa” a la provincia de Bretaña, o más exactamente, a Glastonbury: ¿el tesoro era realmente la herencia de María Magdalena y Jesucristo: sus hijos? Para conectarnos con las leyendas que se movilizaron por este apasionante elemento e iniciaron su camino a la inmortalidad, comenzaremos con algunos detalles de los Romances escritos en el Medioevo, de los que, uno en particular comienza narrando la historia del Santo Grial y sir Perceval, “… a quien Arturo y sus caballeros le llamaban el Puro” (Tennysson). La búsqueda del interior, un camino lleno de aventuras y misticismo, reflejo de las apasionantes vidas narradas en aquellos relatos, es El Grial, que espera a que se inicie su búsqueda otra vez, ya sea como la de hace mil años por la Orden del Temple, o simplemente, la que será liderada por algún actual descendiente de la ‘sagrada’ Casta… Nueve son los círculos que trazó el Hada Viviana, ninfa
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amante de Merlín, dueña del bosque de Anantes, y nueve veces los encantamientos que aprendió de él ejecutó, sólo para mantenerlo encerrado en la más poderosa Torre imaginaria del mundo, representada como una neblina grisácea (o espejismo), y de la que jamás pudo escapar —mas ello no le impediría al hechicero anunciar desde allí el emprendimiento de la búsqueda del tesoro de Arimatea—. Se cuenta que el Hada castigó a Merlín a causa del amor que sentía, pues ella le dijo: “Señor, desearía que pudiéramos vivir los dos, en alegría y solaz, en un lugar maravilloso, creado por arte de encantamiento y que nadie pudiera destruir”. Este hechizo sólo podía ser roto por Viviana (una de las tres reinas de la isla de Avalon). Otras versiones sobre el tema atribuyen esta creación a Queen Mab, del folclore Celta, aquella misma que fue mencionada por Shakespeare en “Romeo y Julieta”, y que además era hermana del Hada Viviana; en esta versión los prisioneros del espejismo son Merlín y su eterno amor Lady Nimue. Otra importante variación de la leyenda cita a Morgana, hermana de bastardo Arturo, como la creadora de la Torre imaginaria o espejismo, razón por la cual el fenómeno natural lleva su nombre… Pero, concentrándonos en la primera versión, observaremos que Viviana entraba y salía de la Torre a voluntad, dejando eternamente atrapado a Merlín. El Hada es más conocida por el nombre de “The Lady of The Lake”, quien crió en el reino del Lago al famoso sir Lancelot of the Lake, el caballero más valiente de la Tabla Redonda, mesa de Camelot creada por Merlín con trece asientos en memoria de los trece apóstoles de Cristo; doce ocupados por los caballeros más famosos —y cuyos nombres se escribían mágicamente en ellos— y el último, o lugar peligroso, el asiento de Judas (tragaba a quien se sentaba en él), que sólo ocupó un hombre de corazón puro, el único ser que recuperó al perdido Santo Grial: sir Galahad of the Lake.
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El número trece, al igual que el número siete, es de mucha importancia en la práctica de la brujería moderna o neo-paganismo, además de significar una parodia histórica del número de apóstoles cristianos. En el siglo XVI surgió en Escocia el término coven —aquelarre—, en cuyo seno resguardó el número tradicional de miembros para un conventículo (congregación), representa el número mayor de integrantes de un círculo mágico de nueve pies, pues más que éso, se pierde el sentido de comunidad y no se puede activar el cono del poder (hoy se denominan con el término groves —sotos—, en comunidades que no practican la magia). El círculo se traza muchas veces con un pentagrama adentro y usando una herramienta llamada Athame, puñal de doble filo y empuñadura negra (símbolo fálico que representa el poder de voluntad que cultivan las brujas a diferencia de cristianos y musulmanes —sometidos a la voluntad de Dios—). Cuando el Athame tiene mango blanco, es una herramienta para tallar otros instrumentos y junto a otra, el Cáliz, (símbolo femenino de la receptividad, contenedor del vino sacramental utilizado como libación) representa la unión sexual, evocando de este modo fertilidad y genéricamente, los extensos poderes cósmicos generados por la integración sexual.
“El número mágico nueve tiene un significado particular en el universo de los chamanes. Su simbolismo parece ser más antiguo que el del número siete, también muy importante y aparentemente de origen mesopotámico. En Asia central y septentrional el número nueve —que corresponde a los nueve Planos Celestes y a los nueve del Infierno— se considera como un número ternario del triángulo sagrado Cielo-Tierra-Infierno. De esta manera se explica la presencia de nueve verdugos, de nueve víctimas animales, la práctica de las nueve incisiones en el abedul en el transcurso de la ceremonia, o también, entre los yakutes, la presentación de nueve copas en el altar de los sacrificios; también es el número de los ‘Hijos’ o ‘Servidores’ del dios entre los mongoles y buriatos.
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Para el taoísmo, nueve es el número de la plenitud y el yang; para la cosmología taoísta los soplidos que formaron el Caos original también son nueve; entre los aztecas simboliza los nueve cielos o las nueve etapas que hay que recorrer para merecer el descanso eterno. Para los egipcios el nueve era la representación de la trinidad Osiris-Isis-Horus en los tres mundos: divino, natural e intelectual, y lo llamaban la ‘Montaña del Sol’. Dado que es el último de la serie de números, el nueve lleva en sí el recomenzar de todas las cosas, es el broche del círculo” (Alix de Montal). Para finalizar, citaré al elemento nueve más importante de “La Trilogía Reflejo”, que corresponde a las hijas de Zeus y Memoria (Mnemosino para los romanos): Las Musas de la mitología clásica, dirigentes de los cantos que ayudaron a la memoria de los pueblos. Tenían asignado un lugar en la ciencia, la literatura y las artes; sus nombres eran: Calíope (de la poesía épica), Clio (historia), Euterpe (poesía lírica), Melpómene (tragedia), Terpsícore (danza), Erato (poesía erótica), Polimnia (poesía sagrada), Talía (comedia) y Urania (astronomía).
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CONVERSACIONES IDEALES
«El premio de una buena obra consiste en haberla realizado». (Lucio Anneo Séneca, 4 a.C. - 65 d.C., filósofo estoico y escritor romano de origen español). «Las buenas obras son aros que forman una cadena de amor». (Madre Teresa de la Diócesis de Calcuta, 1910 - 1996, religiosa albanesa, Premio Nobel de la Paz 1979). «En el comienzo nada viene. En el medio nada permanece. En el fin nada sigue». (Milaraspa, 1040 - 1123, místico y poeta tibetano). «Nada puede ser tan peligroso como los principios adoptados sin examen, especialmente si conciernen a la moralidad e influyen en la vida de los hombres». (John Locke, 1632 - 1704, filósofo y ensayista británico). «Quien está provisto de una buena dosis de resignación cuenta con una gran ayuda en la lucha por la vida». (Enrique Larreta, 1875 - 1960, escritor argentino). «La vida debe dejar de ser una gran guerra, en la que los días tienen que ser librados como batallas y sobrevividos como emboscadas. La vida debe ser armonía, no torpeza». † «Creo que si un hombre quisiera vivir su vida plena y completamente, si quisiese dar forma a todo sentimiento suyo, una realidad a todo sentimiento propio, el mundo ganaría tal empuje de nueva alegría, que olvidaríamos todas las enfermedades medievales para volvernos hacia el ideal griego, a algo más bello y más rico que ese ideal…». (Oscar Fingall O’Flahertie Wills Oscar Wilde-, 1854 - 1900, escritor irlandés).
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«La vida es eso que nos pasa mientras estamos ocupados haciendo otras cosas». (John Lennon, 1940 - 1980, músico británico). «La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada». (Séneca). «El verdadero sentido de la vida se encuentra cuando uno mismo se encuentra, y esto se concreta a partir del momento en que uno se identifica con otra persona». (Eduardo Alberto Farber). «La vida amigo, es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por la vida». (Vinicius de Moraes, 1913 - 1980, poeta, escritor y diplomático brasileño). «Respetar en la vida nuestros principios puede parecer, hoy en día, anacrónico, pero poner por delante lo que uno cree que es lo correcto, dejando a un costado cuestiones más materiales o de hipocresía en las relaciones con la gente, es la mejor forma de mantener el alma con vida y con fuerza para seguir adelante». (Marcelo Di Benedetto). «Todo mi genio lo puse en mi vida, en mi obra puse mi ingenio». (Wilde). «Existe algo tan inevitable como la muerte: la vida». (Charles Chaplin, 1889 - 1978, actor y director de cine británico). «No me queda más que vivir sin esperanzas, ya que tengo sólo a Dios para escucharme». (Elizabeth I de Inglaterra, 1533 - 1603, reina inglesa). «Tengo la esperanza de vivir, y estoy pronto a morir». (William Shakespeare, 1564 - 1616, director, actor, poeta y dramaturgo inglés). «La tierra es un teatro, pero tiene un reparto deplorable». (Wilde).
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«La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene». (Jorge Luis Borges, 1899 - 1986, escritor argentino). «¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte». (Marie Magdalene Dietrich -Marlene Dietrich-, 1901 - 1992, actriz alemana). «La mayoría de las personas tienen miedo a la muerte porque no han hecho nada en su vida». (Peter Ustinov, 1921, actor y escritor inglés). «La poesía despierta al hombre, atrae su atención hacia lo que la realidad tiene de milagroso». (Enrique Molina, 1910, escritor argentino). «Cuando pienso que un hombre juzga a otro, siento un gran estremecimiento». (Robert de Lamennais, 1782 - 1854, religioso y escritor francés). «Engañar al que engaña es doblemente entretenido». (Jean de la Fontaine, 1621 - 1695, poeta y fabulista francés). «Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis». (Theophrastus Bombart von Hohenheim Paracelso, 1493 - 1541, médico holandés). «Cuando decimos prejuicios, deberíamos decir supersticiones». (Louis Pauwels, 1920, escritor francés). «La razón por la que juzgamos bien a los demás es que estamos espantados de nosotros mismos». (Wilde). «Vagas formas de hablar y abusos del lenguaje han pasado durante mucho tiempo por misterios de las ciencias… Romper este santuario de la vanidad y de la ignorancia será prestar un buen servicio al entendimiento humano. Aunque tal vez son muy pocos los que se engañan, o se dejan engañar, por el uso de las palabras». (Locke).
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«Nuca la naturaleza dice una cosa y la sabiduría otra». (Décimo J. Juvernal, 60 - 140, poeta romano). «No deseo copiar la naturaleza. Me interesa más ponerme a la par de ella». (Georges Braque, 1882 - 1963, pintor francés). «Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco». (Sigmund Freud, 1856 - 1939, neurólogo y psiquiatra austríaco). «Cuando eres uno de los pocos que ponen los pies sobre la tierra, ¿qué haces?, enseñas, los haces enloquecer, los haces entristecer, los haces sumar dos mas dos, los haces ser yo, los haces ser tú, los haces hacer lo que tú quieres que hagan, los haces reír, los haces llorar, los haces recostar y morir…». (Roger Waters, 1944, músico y compositor británico). «Una vez que salgas de la escuela, solo lo que hagas por ti mismo dará calidad a tu vida». (Jack Nicholson, 1937, actor y director de cine estadounidense). «Cuando crecimos y fuimos al colegio, hubo maestros que herían a los chicos de cualquier modo posible, imponiendo su decisión sobre todo lo que hacíamos, exponiendo todas las debilidades cuidadosamente escondidas por los chicos». (Waters). «Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar». (Johann Wolfgang von Goethe, 1749 - 1832, escritor alemán). «Aunque a todos les está permitido pensar, muchos se lo ahorran». (Curt Goetz, 1888 - 1960, escritor y actor alemán). «Junto a estar en lo cierto en este mundo, lo mejor es ser claro y estar definitivamente equivocado». (Thomas Henry Huxley, 1821 - 1867, zoólogo británico).
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«La palabra idea comprende todo lo que es objeto del entendimiento. No hay ideas innatas, porque es inútil suponerlas como tales». (Locke). «El hombre que tiene una idea será considerado un loco hasta que ella haya imperado». (Mark Twain, 1835 - 1910, escritor estadounidense). «Una idea es verdad cuando aún no se ha impuesto». (Eugène Ionesco, 1912, escritor y dramaturgo francés). «Un idealista es un hombre que, partiendo de que una rosa huele mejor que una col, deduce que una sopa de rosas tendría también mejor sabor». (Ernest Hemingway, 1899 - 1961, escritor estadounidense). «La indignación moral no es más que envidia con aureola». (Herbert Georges Wells, 1886 - 1943, novelista, sociólogo y periodista británico). «Es necesario triunfar de la envidia sin provocar la muerte de los envidiosos: sería hacerles demasiado honor». (Cristina de Suecia, 1626 - 1689, reina sueca). «La moral es la espina dorsal de los imbéciles». (Francis Picabia, 1898 - 1981, escritor y académico español). «La corona real no quita el dolor de cabeza». (George Herbert, 1593 - 1633, clérigo y poeta británico). «La tempestad revela la habilidad del piloto». (Elizabeth I). «El tacto consiste en saber hasta dónde se puede llegar demasiado lejos». (Jean Cocteau, 1889 - 1963, escritor, director de cine, pintor y coreógrafo francés). «Sólo hay en el mundo una cosa peor que el que hablen de uno, y es que no hablen». (Wilde).
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«Con los años uno va aprendiendo que nada es peor para un artista que el sonido silencioso de la crítica que calla». † «Un crítico puede ser constructivo, pero nunca llega a ser objetivo». (Luis Pascual, 1951, director de teatro español). «Un poeta es el corazón del mundo». (Joseph von Eichendorff, 1788 - 1857, escritor alemán). «La poesía se escribe cuando ella quiere». (José Hierro, 1922, poeta español). «Escribir es una tarea solitaria; generalmente es la tarea de una persona que tiene que probar esa soledad con sus metáforas». (Borges). «Creo que la consciencia es un fenómeno en perpetua expansión, el arte es el vehículo que nos permite ingresar a ese territorio sin límite en donde el sin-sentido adquiere sentido». (Gerardo Rodríguez, artista tucumano). «El arte es una mentira que nos acerca a la verdad». (Pablo Ruiz Picasso, 1881- 1973, pintor español). «La mentira es un triste sustituto de la verdad, pero es el único que se ha descubierto hasta ahora». (Elbert Hubard, 1856 - 1915, ensayista estadounidense). «Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos». (Bob Marley, 1945 - 1981, cantante jamaiquino). «El mundo está saturado de sufrimiento por falta de paz…La paz comienza con una sonrisa…». (Madre Teresa). «Siempre perdona a tus enemigos, nada los hace enojar tanto». (Wilde).
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«Vos, al nacer, eras un nene sin fantasmas en la espalda. Luego, al crecer, te cercenaron tu verdadera identidad con la noche y con el día. Es tu cuerpo el que cruza la vía si vences a la represión… No mientas más; mejor mira tus manos como tratan de escapar de la fiebre paranoica que te da la sociedad». (Luis Alberto Spinetta, 1950, músico, poeta y compositor argentino). «¡La sociedad es eso que tarda tanto en evolucionar que ya la Tierra se quedó atrás y sin esperanzas de superar la carrera… Mirá si los artistas de rock hubiésemos vivido hace tres siglos, la inquisición romana nos habría cocinado en una hoguera!». † «Una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos». (Wilde). «Uno de los problemas de la humanidad radica en que, cuando la gente habla, no llega a convencerse ni siquiera a si misma». (Farber). «Si Pan tomó como condena reflejarse en la sociedad representada por la Reina Bruja, lo hizo para mostrarse trágicamente teatralizado, fue la ‘causa’, consiguiendo el ‘efecto’ de la lástima… Sabe muy bien que lo están mirando, ¡le complace eso!». † «El hombre no se conforma con ser el animal mas estúpido de la creación; encima se permite el lujo de ser el único ridículo». (Augusto Monterroso, 1921, escritor guatemalteco). «Los errores poseen su valor, aunque sólo en alguna ocasión; no todo el mundo que viaja a la India descubre América». (Erich Këstner, 1899 - 1974, escritor alemán). «Muchas personas creen, al haber superado un error, que ya no necesitan volver a enmendarlo». (Marie von Ebner-Eschenbach, 1830 - 1916, escritora austríaca).
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«Es preciso cuidarse de aquellos que, aunque no tienen nada que perder, tienen corazón». (Cristina de Suecia). «Ni una inteligencia sublime ni una gran imaginación, ni las dos cosas juntas forman el genio. Amor, amor, … eso es el alma del genio». (Wolfgang Amadeus Mozart, 1756 - 1791, músico y compositor austríaco). «El amor que nace súbitamente es el más tardo en curar». (Jean de la Bruyère, 1645 - 1696, filósofo, moralista y escritor francés). «En el amor es lo mismo que en la guerra; plaza que parlamenta, está medio conquistada». (Margarita de Valois, 1553 - 1615, reina francesa). «Si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre para redimirlo, entonces es rock and roll». (Pete Towshend, 1945, músico y compositor británico). «Las cosas fuertes del rock no son ni una campera de cuero ni un pelo largo. El rock, en el fondo, es una rabia, una angustia producida por un medio más o menos civilizado». (Carlos Alberto García Moreno -Charly García-, 1950, músico y compositor argentino). «Nosotros solamente nos excitamos en el escenario. Nuestra música nos entusiasma tanto que lo demostramos ante el público. ¿éso es acaso obscenidad?». (James Marshall Hendrix -Jimi Hendrix-, 1941 - 1970, músico estadounidense). «Yo no canto para arreglar el mundo, sino para hablar de ciertas postergaciones del hombre. No sirvo para tapar baches, pero si para hacer coplas, y si a algunas de esas coplas las escucha alguien, puede aprender como se reparan los baches». (Héctor Roberto Chavero Haram -Atahualpa Yupanqui-, 1908 - 1992, poeta, compositor y músico argentino).
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«No pretendo cambiar el mundo con mi música». (Frederick Bulsara -Freddie Mercury-, 1946 - 1991, músico y compositor británico de origen africano). «Yo no voy a remediar las enfermedades y taradeces que tiene la sociedad, no voy a unir al mundo peregrinando con mis textos, y si canto lo que canto, lo hago porque lo considero necesario, pues nadie ni nada va a saciar mi sed de saber qué hay más allá de otra forma… Me siento tan libre y correspondo a esa libertad…». † «Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea que sea completamente sordo». (Wilde). «Me encerré en esa Cajita de Cristal porque quería fortalecer mis conocimientos y forma racional, me alejé de los placeres de la vida: relaciones de pareja, sociales, amistades, etc… Yo conozco la llave para salir: la música; ella me lleva a otra dimensión, como un sueño, donde todo fluye compasivamente con los demás elementos de la naturaleza… Es la armonía producida por las vibraciones constantes de los movimientos de los átomos; puedo entonces hallar la libertad, descubro así un camino intermedio, no es ni mente ni sexo, es mi corazón…». † «Lo que determina inmediatamente a la voluntad a cada acción voluntaria es la inquietud del deseo, ya sea negativa, como la privada del dolor, o positiva, como el gozo en el placer». (Locke). «Lo que en otros llamamos pecado, en nosotros es experiencia». (Ralph Waldo Emerson, 1803 - 1882, filósofo, ensayista y poeta estadounidense). «El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida». (Arístocles, -Platón-, 427 - 347 a.C., filósofo griego). «El único modo de alejar la tentación, es conociéndola». (Wilde).
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«Adán comió la manzana, y todavía nos duelen las muelas». (Proverbio húngaro). «Lo mismo que ocurre con los movimientos del cuerpo sucede con los pensamientos de nuestra mente. Cuando poseemos poder para tomarlos o dejarlos, según la preferencia de la mente, existe libertad. Un hombre despierto, que tiene la necesidad de tener ideas constantemente en su mente, no está en libertad de pensar o no pensar; pero si cambia su contemplación de una idea u otra tantas veces como quiere, entonces se halla en libertad con respecto a sus ideas…». (Locke). «Yo nunca apruebo ni desapruebo cosa alguna. Es adoptar una actitud absurda con la vida. No hemos sido enviados al mundo para pregonar nuestros prejuicios morales». (Wilde). «Cometer una injusticia es peor que sufrirla». (Aristóteles, 384322 a.C., filósofo griego). «La mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad». (Jane Austen, 1775 - 1817, novelista británica). «Optimista es el que os mira a los ojos, pesimista el que os mira a los pies». (Gilbert Keith Chesterton, 1874 - 1936, escritor británico). «Cuando más perfecto es el artista, más separados estarán dentro de él el hombre que padece y la mente que crea; y, asimismo, mejor digerirá y transmitirá las pasiones que constituyen su material». (Thomas Eliot, 1888 - 1965, poeta británico). «Sucede con frecuencia que, pensando en hacer una experiencia sobre los demás, la hacemos realmente sobre nosotros mismos». (Farber). «En principio la investigación necesita más de cabezas que de medios». (Severo Ochoa, 1905 - 1993, bioquímico español, Premio Nobel de Medicina 1959).
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«Considero que Jimi Hendrix me influyó muchísimo para entrar en esta guerra de adversarios sin rostros. Fue quien me incentivó a componer canciones pacifistas o de protesta. No lo culpo, al contrario, se lo agradeceré eternamente». † «En la adolescencia uno tiene una actitud más jugada ante la vida y no es deliberado, es una relación completamente espontánea». (García). «A los quince años uno es rebelde, no cree más que en lo que realmente tiene fundamento dentro de sus egocéntricos parámetros. Busca cualquier hueco para demostrar su forma de pensar o de ser, contradice los prejuicios que tiene y que le fueron inculcados es su niñez. Odia, ama… Yo creo que es el único momento en que un hombre se muestra como en realidad es. Después de éso es un gran simulador... avejentado y traicionero... Pienso que nunca es tarde para hallar el Elixir Vitae, no hay que volverse viejo para arrepentirse por lo que uno hizo, pues uno puede ser un viejo sabio de joven, cuando se actúa noblemente». † «La rebeldía es la virtud original del hombre». (Arthur Schopenhauer, 1778 - 1860, filósofo alemán). «El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón». (Erich Fromm, 1900 - 1980, psicoanalista norteamericano de origen alemán). «Los deseos deben obedecer a la razón». (Marco Tulio Cicerón, 106 - 43 a.C., escritor, político y orador latino). «La fe está ligada no sólo a la razón, sino también, y sobre todo, a la caridad. La fe hace posible el entendimiento; no se entra a la verdad sino por la caridad. La razón dejada a su propio albedrío es ciega; la luz que tiene la recibe de la fe. La fe es una creencia amante descubridora de valores, una creencia en la que brota, como la luz, la inteligencia». (San Agustín de Hipona, 354 - 430, filósofo africano).
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«Hay que acostumbrarse a vivir con los enemigos, ya que no a todos podemos hacerles nuestros amigos». (Charles Alexis de Tocqueville, 1805 - 1859, político y filósofo francés). «En cuanto a la religión, no es la fantasía o la hipocresía lo que me mueve, sino la consciencia y el afecto». (Elizabeth I). «Si de verdad fuéramos humildes, nada nos cambiaría, ni la alabanza ni el desánimo. Si alguien nos criticase, no sentiríamos desánimo… Si alguien nos ensalzase, no nos sentiríamos orgullosos…». (Madre Teresa). «A veces creo que cuando intentamos caminar a la par de los iguales, no hacemos otra cosa que caminar sobre el filo de una navaja». (Farber). «Ante el miedo e inseguridad de un enemigo poderoso, solo aparentemente, podemos sobreponernos y superar nuestro propio miedo e inseguridad». (Günter Wallraff, 1942, escritor alemán). «El conocimiento es excitante, ¿qué paz podría hallar en la meditación?; el pensamiento y la idea hacen al accionar; el hacer con consciencia, lleva a la paciencia. Tolerantes son los hombres compasivos, que peligran errantes a causa de los soberbios y los oprimidos». † «Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche». (Edgar Allan Poe, 1809 - 1849, escritor estadounidense). «Un hombre está asaltado por los recuerdos de un paraíso perdido en su juventud o en un sueño, él no puede precisarlo. Está encadenado para siempre a un mundo que partió». (David Guilmour, 1946, músico y compositor británico). «Yo creo firmemente que todos, y cada uno de nosotros, somos capaces de crear en nuestras vidas todo lo que queremos. Mas aún, estoy convencida de que lo hacemos constantemente, el problema
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es que no estamos conscientes de cómo lo hacemos. En mis años de estudios de metafísica he encontrado cientos de fórmulas para la manifestación consciente. De una forma u otra todas integran los conceptos de intención-deseo. Ojo, ésto es muy importante. La manifestación rápida y efectiva no es producto de nuestra necesidad, sino de nuestro deseo. O sea, que no es cuestión que ‘necesito’ un auto, sino que ‘quiero’ un auto. La designación de ‘necesidad’ es nuestra evaluación subjetiva y analítica. Pero el proceso de manifestación es universal, funciona para todos de la misma manera, y no integra juicios de bueno o malo, necesario o innecesario». (María del Carmen Siccardi). «Causa y efecto. La primera es la que hace que algo comience a ser; lo otro, lo que tiene su comienzo en cualquier otra cosa, sea por cambio, sea por creación». (Locke). «El amor a uno solo es una barbarie, pues se practica a costa de los demás. También el amor a Dios». (Friedrich Wilhelm Nietzsche, 1844 - 1900, filósofo alemán). «Dios es lo que hacemos de él: una creación del hombre inequívoco. Una condena para el culpable de la tierra… Dios está en el abrazo de un hijo o en la palabra de amor… Creamos a Dios como construimos casas; destruimos la naturaleza ‘en el Nombre del Señor’ (¡porque sólo así seréis todos perdonados!). El creador es la criatura y Dios una extensión de los logros de la mente; un justificativo, una manera poderosa de no encarar el gran poder del hombre, la bestia, la naturaleza vegetal y la tierra. Cada vibración atómica se mueve acorde a los magnetismos de todos los elementos imaginados. Se intensifican cuando se nace, y se desvanece cuando muere… Queda en el aire otra forma con vibración propia: el pensamiento de la mente y las creaciones de las formas atómicas más concentradas. El legado que obtenemos de la transformación captada en nuestra oportunidad y causa. Un proceso lógico de nacimiento y muerte: ‘la materia no se destruye, se transforma’… Allí explicamos la natividad: cuando coordinamos las vibraciones, la creación de una idea,
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y la mortalidad con la disgregación de los componentes de esa vibración, transformación y pauta, de un nuevo ser-Dios». † «Dios es un concepto». (Lennon). «Dios es, en efecto, número». (Pitágoras de Samos, 569 - 500 a.C., filósofo y matemático griego). «La idea de Dios no es innata, por consecuencia, ninguna otra lo es». (Locke). «Los paraísos perdidos sólo están en nosotros mismos». (Marcel Proust, 1871 - 1922, escritor francés). «Quiero sentirme en tus sueños; quiero llenarte de dicha; quiero que me abras los ojos y me des vuelta. Dame otra forma de vida, yo no quiero vivir como digan…». (Spinetta). «El sueño es el alivio de las miserias de los que la tienen despiertos». (Miguel de Cervantes Saavedra, 1547 - 1616, escritor español). «La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha». (Michel Eyquem de Montaigne, 1533 - 1592, escritor francés). «Nunca puedes planear el futuro a través del pasado». (Edmund Burke, 1729 - 1797, estadista británico). «Una cosa que queda explicada deja de interesarnos. ¿Qué quería decir aquel dios que aconsejaba: ‘conócete a ti mismo’? ¿Acaso ésto significaba: ‘¡Deja de interesarte a ti mismo! ¡Vuélvete objetivo!’? ¿Y Sócrates? ¿Y el hombre científico?». (Nietzsche).
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«¡… creo haber encontrado mi identidad!». †
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BIBLIOGRAFIA SELECCIONADA
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TULL, Jethro. Aqualung. Chrysalis Records Inc., UK, 1971. TULL, Jethro. Living in the Past. Chrysalis Records Inc., London, UK, 1972. TULL, Jethro. Thick as a Brick. Chrysalis Records Inc., UK, 1972. TULL, Jethro. A Passion Play. Chrysalis Records Inc., London, UK, 1973. TULL, Jethro. Warchild. Chrysalis Records Inc., UK, 1974. TULL, Jethro. Ministrel in the Gallery. Chrysalis Records Inc., New York, USA, 1975. TULL, Jethro. M. U. The Best of Jethro Tull. Chrysalis Records Inc., UK, 1976. TULL, Jethro. Songs from the Wood. Chrysalis Records Inc., London, UK, 1977. TULL, Jethro. Heavy Horses. Chrysalis Records Inc., UK, 1978. TULL, Jethro. A. Chrysalis Records Inc., New York, USA, 1980. TULL, Jethro. Broadsworld and the Beast. Chrysalis Records Inc., London, UK, 1982.
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TULL, Jethro. Under Wraps. Chrysalis Records Inc., UK, 1984. TULL, Jethro. Original Masters. Chrysalis Records Inc., UK, 1985. TULL, Jethro. Catfish Rising. Chrysalis Records Inc., London, UK, 1991. TULL, Jethro. A Little Light Music. Chrysalis Records Inc., UK, 1992. TULL, Jethro. Roots to Branches. Chrysalis Records Inc., London, UK, 1995. TULL, Jethro. A Jethro Tull Collection. Disky Communications Europe B.V., Holanda, 1997. VERDI, Giuseppe. Aida. Rigoletto. Compilation Pilz GMBH & Co., Media Group KG, Kranzberg, Alemania, 1993. WALSH, María Elena. 20 Grandes Exitos para Mayores. Compilación Sony Music Entertainment S.A. Argentina, 1989. WAKEMAN, Rick. The Six Wives of Henry VIII. A&M Records Inc., Los Angeles, USA, 1972. WAKEMAN, Rick. Journey to the Centre of the Earth. A&M Records Inc., Los Angeles, USA, 1974. WAKEMAN, Rick. The Myths and Legends of King Arthur and The Knights of the Round Table. A&M Records Inc., Los Angeles, USA, 1975.
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WAKEMAN, Rick. The Masters. Compilation Eagle Records Inc., USA, 1999. WAKEMAN, Rick. Return to the Centre of the Earth. EMI Classics, EMI Recors Ltd., London, UK, 1999. WATERS, Roger. The Pros and Cons of Hitch Hiking. CBS Inc., Japón, 1984. WATERS, Roger. Amused to Death. Sony Music Entertainment Inc., USA, 1992. WHO, The. Tommy. Banda de sonido original de la película “Tommy”. Polydor, 1975. YES. Fragile. Atlantic Records, Argentina, 1972. YES. Yessongs. Atlantic Records, Argentina, 1977. ZAPPA, Frank. Chunga’s Revenge. Warner Bros., USA. ZEPPELIN, Led. Led Zeppelin. Atlantic Records Corporation, 1969.
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CINEMATOGRAFIA SELECCIONADA
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GLEN, John. For your Eyes Only. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1981. GLEN, John. Octopussy. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1983. GLEN, John. A View to a Kill. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1985. GLEN, John. The Living Daylights. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1987. GLEN, John. License to Kill. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Richard Maibaum y Michael G. Wilson. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1989. GREENAWAY, Peter. Prospero’s Books. Basada en la obra “The Tempest” de William Shakespeare. Allarts Productions, Uwe Hemmen, 1995. HACKFORD, Taylor. Devil’s Advocate. Warer Bros. / Regency Enterprises. 1997. HAMILTON, Guy. Goldfinger. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1964. HAMILTON, Guy. Diamond are Foreven. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1971. HAMILTON, Guy. Live and Let Die. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R.
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Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1973. HAMILTON, Guy. The Man with the Golden Gun. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1974. HENSON, Jim. Labyrinth. Jim Henson Company / Lucasfilm Ltd. 1985. HOFFMAN, Michael. William Shakespeare’s Midnight Night’s Dream. Fox / Regency. 1999. HUNT, Peter. On Her Majesty’s Secret Service. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1969. JEWISON, Norman. Jesus Christ Superstar. Robert Stigwood / Universal Pictures. Book by Tim Rice, Music by Andrew Lloyd Webber, Lyrics by Tim Rice. 1973. KAPUR, Shekhur. Elizabeth. Polygram. New York, USA, 1998. KERSHNER, Irvin. Stars Wars. The Empire Strikes Back. Episode V. Twentieth Century Fox, 1980. KERSHNER, Irvin. Never Say Never Again. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Jack Schwartzman, Kevin McClory y Ian Fleming. Taliafilm Productions para Warner Bros., United Artist Co. 1983. LUCAS, George. Stars Wars. A New Hope. Episode IV. Basada en el libro de George Lucas. Twentieth Century Fox, 1977. LUCAS, George. Stars Wars. The Phantom Menace. Episode I. Basada en el libro de George Lucas. Twentieth
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Century Fox, 1999. MALLET, David. Cats. Really Useful Films Prod. Basado en el libro de T.S. Elliot «old Possum’s Book of Practical Cats». Music by Andrew Lloyd Webber. 1998. MANKIEWICZ, Joseph L. Cleopatra. Twentieth Century Fox. USA, 1963. MARQUAND, Richard. Stars Wars. Return of the Jedi. Episode VI. Basada en el libro de James Kahn. Twentieth Century Fox, 1983. MULKAHY, Russell. Highlander. Thorn Emi Screen Entertainment, Davis/Panzer Prod. 1986. PACINO, Al. Looking for Richard. Basada en la obra “Richard III” de William Shakespeare. Jam Production. Twentieth Century Fox, 1997. PALMA, Bian De. Phantom of the Paradise. Basada en el libro de Paul Williams. UK, 1974. PARKER, Alan. Evita. Hollywood Pictures / Andrew G. Vajna, Cinergi / Robert Stigwood / Dirty Hands. Music by Andrew Lloyd Webber, Lyrics by Tim Rice. 1996. POLANSKY, Roman. Macbeth. Columbia Pictures. Playboy Productions. 1971 RUSSEL, Ken. Tommy. The Movie. Basada en la ópera rock de Pete Townshend. Arrakis Films en Vídeo. The Robert Stigwood Organisation Ltd. UK, 1975. SCORSESE, Martin. The Last Temptation of Christ. Universal Studios. 1988.
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SPOTTISWOODE, Roger. Tomorrow Never Dies. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Bruce Feirstein. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1997. TAYMOR, Julie. Titus. Fox Searchlight Pictures / Clear Blue Sky Prod. 2000. WACHOWSKY Bros., The. The Matrix. Warner Bros. / Village Roadshow Pictures / Groucho II Film Partnership / Silver Pictures. 1999. YOUNG, Terence. Dr. No. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1962. YOUNG, Terence. From Rusia with Love. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1963. YOUNG, Terence. Tunderball. Ian Fleming’s 007 James Bond. Historia de Ian Fleming. Albert R. Broccoli’s EON Productions, United Artist Co. 1965. ZEFFIRELLI, Franco. The Taming of the Shrew. Columbia Pictures. Producción: Richard Burton y F. Zeffirelli. California, USA, 1967.
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Quien alcanza su ideal, justo por él vá más allá del mismo.(Nietzsche)
Llegó el momento de decir bye bye a todos, y aunque estoy muy feliz por haber compartido la experiencia que transformó la vida de muchos seres, me cuesta un poco enfrentarlo. Es hora de comprender esa experiencia como el tesoro que siempre permanecerá guardado celosamente dentro de una Cajita de Cristal. Durante este período de casi una década que me llevó componerla, sufrí la metamorfosis que me permitió interpretar los distintos libretos de cada personaje de “La Trilogía Reflejo”, pero me mantuvo firme una conducta caballerosa, la que en mi vida generó los frutos que hoy me atrevo a cosechar con responsabilidad. Fue un período de tiempo en el que todo lo vivido obligadamente debía ser transcripto en la obra, porque conformaba el espíritu de mi madurez, arriesgando la posibilidad de ser descubierto por los emisarios de los ángeles para condenarme a su Juicio Final. Las “Dos Caras” que me escudaron durante los fantásticos Viajes de Hércules comprendieron tanto la tesis como la antítesis de los planos a considerar en la acción, resolviendo luego, la síntesis de mi legado, el cual herméticamente comparto a través de las reveladoras páginas de esta publicación… En vísperas a mi cumpleaños número veinticuatro recibí el apoyo de mis más apreciados amigos al decidir acabar con la actuación de la ópera, momento en el que acabé con muchos de los compromisos inútiles e intrascendentes que hasta el momento
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me habían mantenido activo, y ciego, en la lucha cotidiana que me alejaba del Nagual. Significó una decisión drástica pero efectiva a fin de curar la viciosa enfermedad de mi autocondena. Me di cuenta del valor de la vida compasiva y tolerante, a pesar de que lo resolví a costillas de mis camaradas, mas valió la pena intentarlo por causa del futuro positivo y trascendente que prometía tal ejecución y prueba de voluntad. Decidí imprimir el punto final de esta importante etapa de la adolescencia, respondiendo a una incorruptible posición de vida, con principios claros y superando a los ideales perseguidos durante tanto tiempo. Recibí e-mails de amigos, colegas de la publicidad y clientes de casi todas las provincias del país, lo que me reconfortó a causa de la alentadora respuesta de aquellos… Una gran amiga y colega me envió un poema muy inspirador que nunca había leído; marcó el comienzo de una nueva vida contemplativa y fortalecida, y se transformó en un articulador muy representativo para mi futuro: “¡Piú Avanti!”
[de Pedro B. Palacios]
No te des por vencido, ni aún vencido, no te sientas esclavo, ni aún esclavo; trémulo de pavor, piénsate bravo, y arremete feroz, ya mal herido. Ten el tesón del clavo enmohecido que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo; no la cobarde estupiz del pavo que amaina su plumaje al primer ruido. Procede como Dios que nunca llora; o como Lucifer que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua, y no lo implora... ¡Que muerda y vocifere vengadora
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rodando ya por el polvo tu cabeza!
Para sintetizar, en los nueve años me enamoré por primera vez, y por segunda también, fueron amores posibles e imposibles, conviví con hijas adoptivas en casa y también lejos de ella, inventé recursos creativos para sobrevivir, aprendí distintos oficios, fundé mi propio estudio de diseño para desarmarlo cuando me cansara, utilicé a mucha gente y compartí con otra, engañé para obtener mi propio éxito personal y sufrí los daños causados, rescaté diferentes beneficios y reconocí mis errores, pequé y perdoné, viví y destruí, pero siempre resguardé, en la Caja de Cristal, a las personas que amé, mientras quienes intentaron acercarse sin mi consentimiento, sufrieron el efecto de su soberbia y la ceguera provocada por mi ingeniosa y peligrosa magia, encubierta por la desprejuiciada capacidad de responder a los enfrentamientos con “Dos Caras” diferentes, a las que nunca llegaron a comprender, y que siempre permanecieron firmes a aquella causa que los conformó.
El “Reflejo” al fin será roto como un espejo, como un encantamiento, mientras los Caballeros de todas las tierras se preparan en Megido para el enfrentamiento más noble de finales del Siglo XX…
† Yerba Buena, Tucumán, República Argentina 18-19 de febrero del 2000
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E-PILOGO
Received: from web6006.mail.yh.com [128.11.23.32] by noa.com.ar (SMTPD32-5.05) id A746A1E0138; Sat, 18 Mar 2000 02:15:34 -0300. Received: (qmail 1568 invoked by uid 60001); 18 Mar 2000 05:07:54 -0000. Message-ID: . Received: from [200.40.29.76] by web6006.mail.yh.com; Fri, 17 Mar 2000 21: 07:54 PST. Date: Fri, 17 Mar 2000 21:07:54 -0800 (PST). From: MONIX
Hola, Marco. “Pleased to meet you…”, como diría Mick Jagger antes de volverse una vieja loca como el resto de los Stones… Me parece que vamos a poder hacernos bastante amigos, ya que tenemos muchas cosas en común, aunque por suerte hay ciertas diferencias. Afortunadamente a mí no me crece barba alguna, ni como la de Mefisto ni de ningún otro tipo. Mi interés por “Fausto” es más bien de otro orden; a mí también me gustaría llegar a conocer “la Corona de la Vida”, como decía Goethe, o más bien le hacía decir a Fausto. ¡¡¡Viva el espíritu gótico!!! Por lo que deduzco debés estar enroscado con la alquimia; ¿me equivoco o fue en algún momento tu manera de llegar hasta allí? Hablando de temas surtidos, qué bueno que hayas ido al recital de Page & Plant, ¡… y qué bueno también que hayas sobrevivido! Esa experiencia te va a servir para cuando tus nietos te digan que quieren ir a tal o cual recital, te pongas paranoico y les digas que es peligroso, que no vayan, etc., etc.… (¿te suena familiar?). ¿De veras te diseñás la ropa vos? Yo me diseño la ropa, pero más que eso, podría decirte que diseño más bien mi look; suelo oscilar entre el negro total de la cabeza a los pies jugando con las texturas (el terciopelo es LA tela por excelencia) y algunos
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días me viene una especie de fiebre “flowerpowérica” y me echo encima TODOS los trapos locos que tengo (que son muchos). Podría decirte que soy una “Dark Lady” (te imaginás por qué no “Black Knight”, como vos) con raptos esporádicos de psicodelia tardía. Sufriré de Esquizofrenia Estética (¿se dirá ‘Estetifrenia’?). ¡¡¡Del Monje Loco a Janis en 10’!!! Me contás que estás todo el día a millón; ¡el mundo de la publicidad es cruel en ese sentido! Cuesta bastante armarse una vida al margen de la máquina; se mueve mucha plata y las presiones son enormes, pero lo más peligroso para mí es que es un tipo de laburo adictivo; ¿a vos no te pasa que necesitás estar al palo para vivir? Es horrible, porque es como que te hubiera mordido un vampiro “workaholic” y te pasó el chucu a vos. Además es como que si no tenés ese canal para expresarte sentís que te volvés loco; quiero decir, si tuvieras que irte a trabajar a una oficina administrativa, por ejemplo, ¿no sentirías que preferís la muerte? Bueno, a mí me pasa un poco eso que te cuento… Marco, hablando de otra cosa, ¡me parece impresionante la historia de la ópera en la que venís trabajando desde los 15 años…! ¿Cómo es la cosa; se puede saber de qué se trata? ¿Es tuyo el concepto, las letras, la música o todo? En serio me interesa, así que cualquier dato será bienvenido. Bueno, joven, por hoy es todo, porque prácticamente no dormí nada anoche y es cualquier hora. Mañana se filma el vídeo clip de un amigo guitarrista y voy a tener que ir a darle una mano de onda… ¡¡¡a las 7 de la mañana de un sábado!!! Ya hay citados 350 extras; esperemos que la gente encare más o menos bien y no hagan pogo frenético contra el equipo de cámara o contra nosotros, ¡¡¡lo que sería peor aún!!! Te mando otro saludo oriental. ¡Feliz fin de semana!
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Received: from web6008.mail.yh.com [128.11.23.70] by noa.com.ar. (SMTPD32-5.05) id A4D443C029E; Mon, 20 Mar 2000 01:52:20 -0300. Received: (qmail 7848 invoked by uid 60001); 20 Mar 2000 04:44:41 -0000. Message-ID: . Received: from [200.40.29.65] by web6008.mail.yh.com; Sun, 19 Mar 2000 20:44:41 PST. Date: Sun, 19 Mar 2000 20:44:41 -0800 (PST). From: Monix ATTACHMENT part 2.1 application/applefile name=MA.jpg. ATTACHMENT part 2.2 image/jpeg name=MA.jpg; x-maccreator=3842494D; x-mac-type=4A504547
Buenas noches de domingo, Markus, ¿puedo llamarte así? Vi tus fotos recién, y me dio la sensación de que si cuando usabas pelo largo eras Marco, ahora tenías más bien cara de llamarte Markus… (si te parece mal, please let me know…) Me quedé super colgada con la historia de la obra de teatro; de veras tiene un tono shakespeariano muy fuerte, sobre todo me viene a la cabeza “Sueño de una noche de Verano” (yo hice de ‘Titania’ en una puesta de fin de año cuando estaba en el Liceo, ¡allá lejos y hace tiempo!), y la verdad es que me encantaría ‘ver’ la puesta en escena que pensás para la obra, porque yo tengo una forma de conectarme con la realidad (y con la irrealidad también) básicamente visual; los pocos datos que me mandaste en tu carta hacen que se me disparen en la cabeza 1.000.000 de imágenes y me da una curiosidad infinita saber si lo que vos proyectás y lo que yo me imagino tiene la misma línea estética (en la acepción cotidiana del término) o no tiene mucho que ver. Me acordé ahora de algunas escenas de la película de Greenaway “Prospero’s Book” (sobre el texto de Shakespeare “La Tempestad”), que es una peli que vi muchas veces porque me alucinó, y que está bárbara como punto de referencia de un tema ‘clásico’ tratado con una óptica barroca y con utilización de medios técnicos de hoy… probablemente la hayas visto, pero si no lo hiciste, ANDATE YA al vídeo club e instaláte en un sofá cómodo con un vaso de vino tinto rico (que no sea “Soy Cuyano”, en lo posible…) en la mano, un gato en la falda, desconectá el teléfono y las demás interferencias y devoráte la peli, que es un regalo para la vista… Te advierto que hay mucha gente a la que no le gustó NADA, y se super aburrió, pero como yo soy de ‘la otra gente’, me atrevo a pensar que te gustaría (o que te gustó, si es que ya la viste…).
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De más está decirte que podés contar conmigo si precisás una mano en arte o vestuario, o alguna idea de realización que no tengas muy claro como cerrar; te lo digo de verdad, no te cortes, porque si puedo darte una mano estaría encantada de hacerlo. Una cosilla que no entendí del argumento que me contaste, es el papel de la Reina Elizabeth de Inglaterra (¿sabés que cumple años el 4 de agosto igual que yo? God Save Me Too!!!); ¿por qué le da esperanzas? ¿Porque lo ‘absuelve’ o porque le hace sentir que la pureza en realidad no existe (la vida surge de materia en un estado de descomposición, como en el caso de las plantas, ¿no?) y eso lo tranquiliza y le deja margen para volver a empezar-creersentir de nuevo? En este último caso, la llave la tiene Mefisto (acá el Diablo), porque él es la única entidad patrona por así decirlo, del libre albedrío (y lo suyo le ha costado, al pobre…). Disculpá que pregunte y opine y me meta, pero la curiosidad es un poco mi karma (“nada de lo humano me es ajeno” a mí tampoco); si me paso de preguntona, hacémelo saber. Ocurre que los misterios del Universo ocupan casi todos los megabytes de mi cerebro y tu trabajo detonó cosas en mi cabeza que yo intento mantener a raya cada día para poder (apenas) funcionar en el mundo de “The Matrix”, you know…! Pasando a otra cosa, ¿por qué es tan significativa la fecha del 28 de setiembre? ¿Es una cábala o algo así? Me encantó recibir las fotos que enviaste; realmente no hay prácticamente ningún punto de contacto entre el chico de pelitos largos y Markus, al menos desde lo visual. Esas sucesivas revoluciones fueron internas y se reflejaron en tu aspecto, ¿pero eso es sólo una punta del iceberg, cierto? Me dijiste que eras Dragón, así que no me asombra que las mutaciones que atravesaste hayan sido tan radicales; se dice que el Dragón es el único ser del Horóscopo Chino que puede desaparecer y volver a levantarse de las cenizas una y mil veces con nuevos colores (onda Fénix), además de la peculiaridad de que es el único ser fantástico (aunque personalmente yo creo que los dragones existen, aunque sea como
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metáfora necesaria). A propósito, Markus, ¿cuántos años tenés? Te juro que no me doy cuenta mirando tus fotos, porque es como que tenés una mirada mucho más antigua que el resto de vos, es algo raro… El look de la ‘última reencarnación’ está muy bien; me hace acordar al personaje de Robert de Niro en “Angel Heart” (… Louis Cypher, ¿te lo acordás sentado en un sillón enorme pelando un huevo duro? ¡¡Fantástico!!), aunque en la foto más antigua hay como un aire de candidez que en la otra no aparece. Bueno Markus, para variar es muy tarde en la noche, y aunque yo tengo el biorritmo al revés (al mejor estilo vampiro, paso todo el día a media marcha hasta la caída del Sol; ahí me empiezo a ‘despertar’ del todo, a las 23:00 estoy como una lechuga y la madrugada es MI momento, donde estoy más lúcida, activa, etc., pero donde lamentablemente me encuentro con que el resto de la gente está deseando irse a dormir, salvo algunas excepciones y en algunas oportunidades), ¡los horarios están pensados para la gente común y no para las Night Creatures! (¡¡cakle, cakle!! Risas de la bruja de la Pequeña Lulú). Te mando un beso para cada ‘reencarnación’, y un infaltable saludo desde oriente.
Received: from web6009.mail.yh.com [128.11.23.82] by noa.com.ar. (SMTPD32-5.05) id A5D2DA4008A; Wed, 22 Mar 2000 01:43:46 -0300. Received: (qmail 16786 invoked by uid 60001); 22 Mar 2000 04:36:02 -0000. Message-ID: . Received: from [207.50.242.67] by web6009.mail.yh.com; Tue, 21 Mar 2000 20:36:02 PST. Date: Tue, 21 Mar 2000 20:36:02 -0800 (PST) From: MONIX
“Tres anillos para los Reyes Elfos bajo el Cielo. Siete para los Señores Enanos en casas de piedra. NUEVE PARA LOS HOMBRES MORTALES CONDENADOS A MORIR. Uno para el Señor Oscuro, sobre el Trono Oscuro en la Tierra de Mordor, donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas; en la Tierra de Mordor, donde se extienden las Sombras”. (Tolkien).
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Ahora sí, Markus, ¡¡hola de nuevo!! Leí tu carta con atención, y además de haberla encontrado muy interesante me pareció muy conmovedora. La verdad es que tengo una sensación rara de angustia con respecto a vos… ¿Sabés lo que me parece? Que con lo que me contás de la necesidad imperiosa de tener que plasmar tus experiencias en tu trabajo, mucho me temo que no estés viviendo verdaderamente; es como que estás recreando la metáfora de Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola de los tratados de Alquimia, pero con tu propia vida. Es como una pesadilla, porque creo que a esta altura sos prisionero de vos mismo, ¿no? Acordate de que la llave la tenés vos; nunca te olvides de éso. Ese es el famoso ‘don’ del Lucifer del que hablamos el otro día; el Libre Albedrío… que asusta… ¡por supuesto que asusta!; es como un vértigo, pero si llegaste hasta donde llegaste creo que no podés dar marcha atrás. ¿Oíste la expresión “atravesar el Rubicón”? Es algo de eso, una vez entrevisto el misterio, “perdida la inocencia”, uno no se puede hacer el tonto, pero sí se puede elegir. Tal vez el 28 de setiembre sea tan importante porque va a marcar el fin del encantamiento, pero si estás sufriendo (más allá de la euforia y la alegría que te produzca que tu obra vea la luz luego de 9 años), te invito a que toques la puerta de la caja de cristal, … y vas a ver que se desvanece delante de tus ojos (believe me!). ¿Sabés una cosa? Me parece bárbaro que no te plantees nada para cuando acabes esta etapa; tal vez sean tiempos de dejarse sorprender por el Universo. En vez de buscar, dejáte encontrar… ¿De veras creés que no hay más ‘reencarnaciones’ para vos en esta vida? ¡¡Qué soberbia, Pequeño Dragón!! Dice el “I Ching” (y yo le creo), que lo único inmutable es la mutación; me parece que no hay conjuro alguno que cambie eso, ni siquiera la muerte física. Volviendo al tema de tu obra, ¿puedo preguntarte algo?:
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¿Cuáles son los males causados en el comienzo para que su Fantasma te atormente? Pensá bien si vale la pena sufrir por eso, o más te vale hacer las paces contigo mismo; creo que uno necesita de todas sus fuerzas para no capitular ante la imbecilidad y el absurdo del mundo que nos circunda, y si vos tenés conflictos morales contigo mismo, sos presa más fácil de un mundo condenable de por sí, ¿verdad? Tal vez me esté metiendo donde nadie me llama, aunque en cierta forma tal vez estabas buscándome para que te dijera quién sos… de cualquier manera no puedo evitar decirte lo que te (me) preguntás, porque ésa es mi naturaleza… ¿Querías saber si soy una brujita o algo así por las cosas que vi en vos? No, creo que soy más bien “algo así”, ya que no tengo poder de influir sobre el mundo espiritual o manipular mágicamente las cosas; sí tengo una forma de aproximarme a las cosas y sobre todo a la gente con cierta sensibilidad tal vez mayor que las que hayas conocido hasta ahora. En la próxima carta intentaré explicarte algo de ésto, aunque no sé si podré; esas cosas se entienden más bien ‘ao vivo’, aunque básicamente tienen que ver con la empatía y con la intuición (no creo que sean caminos muy nuevos para vos, por suerte, ¿no?). No me molestó para nada que me llamaras ‘bruja’ (I wish I was), y me alegro de que te haya gustado el apodo que le puse a tu ‘yo’ más actual (It fits you, doesn’t it?). Te mando un beso, esta vez de PAZ, desde el Lejanísimo Oriente. ¡¡¡Sweet dreams, Pequeño Dragón Markus!!!…
Received: from web6002.mail.yh.com [128.11.23.27] by noa.com.ar. (SMTPD32-5.05) id A03E86F0234; Fri, 24 Mar 2000 03:23:42 -0300. Received: (qmail 26430 invoked by uid 60001); 24 Mar 2000 06:16:00 -0000. Message-ID: Received: from [207.50.241.39] by . web6002.mail.yh.com; Thu, 23 Mar 2000 22:16:00 PST. Date: Thu, 23 Mar 2000 22:16:00 -0800 (PST) From: MONIX
Hola, Markus; leí tu carta con algunas partes de tu obra y la verdad es que estoy “de cara”, porque hay demasiadas casualidades en todo ésto; ¿vos no sentís que de algún modo esta correspondencia se nos fue de las manos? A veces tengo la
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sensación de que todo lo que leí, experimenté, elucubré, sentí, etc., adquiere sentido para que esta comunicación tenga lugar; yo he “coqueteado” largamente con estos temas a lo largo de toda mi vida como ser pensante, pero nunca me pasó de “entrar en resonancia” con otra persona, a la que por un lado no conozco y por otro lado conozco desde siempre, ¿entendés? Please, decime qué te parece todo esta ‘experiencia’, aunque creo que ya lo sé… Como no puedo dejar de enroscarme como una serpentina en estas cuestiones (aunque tenga que ir más allá del miedo), te cuento lo que pienso sobre lo que escribiste en tu carta. Creo que en realidad hay dos posibilidades ‘a favor’ de Pan (as a metaphor, of course): 1— DIOS NO EXISTE; entonces no existe el pecado, no existe el juicio y no existe la condena… ergo, Pan es libre. 2— DIOS EXISTE, y es un dios perverso (hablo del dios de los cristianos), porque comete la peor abominación de la Naturaleza: hace matar a su propio hijo Jesús (a Dios ya le había divertido esa imagen, y había torturado psicológicamente al pobre Abraham conminándolo a que sacrificara a su hijo para probar su lealtad, ¿te acordás?). Dios no quiere otra cosa más que esclavos sin verdadera voluntad ni conocimientos; cada vez que el hombre intentó ir más allá fue castigado (Eva y Adán expulsados del paraíso por comer del fruto del conocimiento; en la mitología griega a Prometeo no le va mejor; a Luzbel, el ángel que se rebeló contra el Orden lo condenaron a las tinieblas, etc., etc., etc…). El pobre Judas Iscariote perdió la vida, además de la dignidad por los siglos de los siglos no por traidor, sino por ser FIEL; él sabía qué arriesgaba e igual se sacrificó para que Dios pudiera orquestar su puesta en escena donde el acto efectista máximo fue dejar que mataran a su hijo. Volviendo al punto, un dios capaz de atrocidades tales…: ¿está “moralmente” capacitado para juzgar a Pan? Me parece que NO; creo que con lo que Pan debe enfrentarse es con una parte suya que es, precisamente, su juez más severo (mirá que no es
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soberbia; TE lo digo y ME lo digo a mí misma a la vez). No sé, Markus, la verdad es que me resulta rarísimo estar viéndome en vos, pero es exactamente ésa la sensación que tengo (¿“reflejo”?), porque esta especie de diálogo es como una pasada en limpio de las cosas que me han ocupado durante tantos y tantos años, y que si bien fueron fuente de mucha angustia ahora ya lo son menos; tal vez esté terminando un ciclo mío también, quién te dice…
Bueno, basta de temas inquietantes por hoy; prometo que la próxima carta mía va a tocar temas algo menos comprometidos con la suerte del Universo (ja, ja, ja!!! I’m joking!!!) y más referidos a… “The Matrix”, ¿sí? Prometé no darme más ‘cuerda’… ¡¡¡o sufrirás las consecuencias de mi verborragia conceptual tanto tiempo guardada bajo siete llaves!!!
Te mando, as always, un beso oriental.
Monix —Mónica Talamas— “Chisporroteo fáustico en la red”, Montevideo, República Oriental del Uruguay. 17 al 24 de marzo de 2000.
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INDICE
La Trilogía Reflejo. Primera Parte: Opera Rock, Segunda Parte: Ensayo, Tercera Parte: Obra Teatral
IX
Prólogo: “El Fantasma” por Florencia Gianiodis
XI
Introducción a La Obra por †
XIII
«La Corte de Pan», 1993, dibujo a lápiz de Darío Albornoz
XXI
Primera Parte — Reflejo: Opera Rock
XXIII
Prefacio
XXV
Personajes
XXVIII
Argumento
XXIX
Acto I Acto II «Queen», 1994, dibujo pluma de Marco Albornoz Acto III «Diana», 1995, tinta de Marco Albornoz
XXXVII LX LXVIII LXX LXXX
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«Siringa», 1995, tinta de Marco Albornoz «Ruego», 2000, dibujo a lápiz de Facundo Albornoz Prefacio: Reposición
LXXXI LXXXVI LXXXVII
Foto de la sortija «La Corona de Elizabeth», 1999
CI
«Melusina», 1989, dibujo a lápiz de Marco Albornoz
CIII
Segunda Parte — Reflejo: Ensayo
CV
Personajes Interfaz: Comentario por †
CVI CVII
Capítulo III
CXI
Capítulo IV
CXIX
Capítulo V
CXXIX
Capítulo VI
CXXXV
Capítulo VII
CXLVII
«Rosa», 1993, dibujo a lápiz de Julieta de la Zerda
CLVII
«Sirena’s Blues», 1990, dibujo a lápiz de Marco Albornoz
CLIX
Tercera Parte — Reflejo: Obra Teatral
CLXI
Personajes Epístola por †
CLXII CLXIII
CCLXXXVII
Sinopsis Argumental Acto III «Agonía», 2000, tinta de Facundo Albornoz Acto IV «Contemplación», 2000, tinta de Facundo Albornoz Acto V «Trilogía», 2000, tinta de Facundo Albornoz
Reflejo: “La Trilogía” por † Conversaciones Ideales
CLXV CLXVII CLXXVI CLXXVII CXCII CXCIII CCXII
CCXIII CCXXIII
Bibliografía Seleccionada
CCXXXIX
Discografía Seleccionada
CCXLXI
Cinematografía Seleccionada
CCLXVI
Dedicatoria: “El Ciclo” por †
CCLXXI
E-pílogo: “Chisporroteo fáustico en la Red” por Mónica Talamas
Reflejo: Indice (de la nueva edición) Carta de Fausto
CCLXXV
CCLXXXV CCLXXXIX
CCLXXXVIII
CCLXXXIX
Carta de Fausto a la Reina Escarlata
Con el correr del tiempo, a lo largo de mi incansable Vida, considero la inevitable sensación de expresaros lo que hoy siento, mas no con palabras, ¡no...!, con impresiones.
Soy por primera vez sincero conmigo mismo y así estoy dispuesto a dedicar, no un Libro para vos, sino mi Vida entera; porque puedo descifrar cada estado de ella como capítulos agitados de inagotable y desenfrenada pasión...
Descubrí que mi interior se retuerce cada vez que el teléfono suena
CCXC
y apuesto a que vuestra voz será la que voy a escuchar, que os pienso desde que mi lucidez puedo reconocer hasta donde mis sueños os invitan desde el infinito, porque al llegar determinada hora del día puedo apoyar mi mejilla a la vuestra y cerrar los ojos, esperar a que corran las horas sin moverme de vuestro lado, disfrutando el momento más dulce, para decir que os Amo.
Sé que Mefisto me condenará a cumplir con este sagrado pacto, pues queda escrito... no como un documento inalterable impreso, sino como el Amor Eterno, y lo haré con gusto, pues sin testigos, y ante quien llegare a descubrirlo, declaro mi devoción a vos por el resto de mi inmortalidad.
CCXCI
Este título diseñado para publicar en Internet en el mes de marzo de 2004 es una nueva-edición de "La Trilogía Reflejo" distribuida originalmente como manuscrito exlusivo de limitado tiraje durante el mes de septiembre de 2000.
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«Haz lo que quieras, mientras no perjudique a nadie. El bien que hagas volverá a tí triplicado, y el daño que provoques también volverá a tí triplicado.» (Rede Wiccan)