MODO DE APERCEPCION Y TIPO APERCEPTIVO
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MODO DE APERCEPCION Y TIPO APERCEPTIVO
Para efectuar un correcto análisis e interpretación de la información recogida en un protocolo Rorschach, es necesario entender y conceptualizar correctamente la situación y tarea que enfrenta el examinado De una manera muy sintética, la podemos conceptualizar como una tarea de resolución de problema: la persona se ve enfrentada a una realidad desconocida (láminas con manchas de tinta) ante la cual se le pide que responda, sin contar con elementos que la orienten. Si consideramos las láminas del test como la realidad que está enfrentado, entonces el estilo aperceptivo, reflejado en la selección de las localizaciones de las respuestas, nos muestra su estilo de enfrentamiento de la realidad. Las formas en que puede proceder a este respecto son muy variadas. De hecho, un mismo individuo puede usar distintas estrategias en diferentes momentos, contextos o situaciones. Lo que lógicamente pareciera ser más esperable, es que primero se haga una idea general, luego considere los aspectos parciales (detalles) más relevantes y por último preste atención a los detalles menores. En la realidad, sin embargo, no siempre procedemos de modo tan sistemático o lógico. El estilo o estrategia utilizado por el examinado, se refleja en lo que en el Test de Rorschach se denomina modo de apercepción y tipo aperceptivo.
Modo de apercepción. Rorschach (1921-1962) denominó así al modo como es percibida la mancha por el examinado. Se refiere a la forma en que el examinado “enfoca” la lámina que se le presenta: ¿Incluye su totalidad o sólo algunas partes de ella en su respuesta? Este es uno de los aspectos que en general no presenta mayor dificultad para su codificación, salvo en algunos casos en que la patología no permite al sujeto mostrar o definir claramente el área utilizada en su respuesta. Cuando el sujeto incluye la totalidad de la mancha en su respuesta, la calificamos como una respuesta global, cuyo símbolo más utilizado es G (o W). Si no considera la totalidad de la mancha, se la codifica como D o Dd, dependiendo de la forma en que divida la mancha. En cuanto a las G, Rorschach las dividió en primarias y secundarias. Se diferencian sólo porque las primeras se dan en un solo acto de percepción, en cambio las otras se construyen en varios actos. Cada una de estas categorías las subdividió, de modo que entre las G primarias habría unas que denominó simples o sencillas, y otras que serían combinatorias simultáneas, y entre las G secundarias distinguió las combinatorias sucesivas, combinatorias confabulatorias contaminadas y las confabulatorias. Estas últimas pueden, a su vez, dividirse en DG y DdG, según hayan sido confabuladas a partir de un D o de un Dd.
2 Esquema de clasificación establecido por Rorschach para las respuestas G.
Sencilla G primarias Combinatoria simultánea G G secundarias
Combinatoria sucesiva Combinatoria confabulatoria Contaminada DG Confabulatoria DdG
Respuestas G primarias: en ellas el sujeto considera la totalidad de la mancha en su respuesta, en un solo acto perceptivo. Se dividen en sencillas y combinatorias simultáneas. G sencillas: En ellas hay un solo contenido. Por ejemplo, la respuesta de “murciélago” para las láminas I o V. G combinatoria simultánea: Dos o más contenidos son percibidos simultáneamente, combinados o integrados en una sola idea, como en las respuestas “un acuario” para la lámina X, o la respuesta “dos personas bailando en una fiesta”, para la lámina III. Respuestas G secundarias: En estas respuestas también se incluye la totalidad de la mancha, pero no resultan de un solo momento perceptivo, sino que el sujeto en cierto modo las construye, combinando o integrando diferentes partes en forma sucesiva. G combinatoria sucesiva: es habitualmente la más fácil de reconocer. El sujeto señala o identifica dos o más elementos y termina concluyendo en un concepto o idea más general que los incluye. Por ejemplo, ante la lámina III puede decir “aquí se ve dos personas que están como bailando ... esto rojo (laterales) pueden ser unos globos colgando y al centro se ve como una mariposa ... ... ya sé, es una fiesta, están los bailarines y los globos y la mariposa son del decorado”. G combinatoria confabulatoria: Son similares a las anteriores, en el sentido que también se identifican dos o más elementos, relativamente bien percibidos, que luego son puestos en relación o integrados en una idea más general, pero en este caso, sin respetar su tamaño o posición relativa en la lámina, de modo que en el resultado final se advierten errores lógicos: en la lámina VII “una mariposa que en el extremo de sus alas balancea una cabeza de chancho y sobre éstas unas cabezas de niña”.
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G contaminada: en este caso se produce una doble interpretación de la figura, de modo que surgen dos ideas diferentes que el sujeto, sin embargo, no puede separar en su percepción, lo que lleva a una condensación absurda o incomprensible. Por ejemplo, en la lámina V, el examinado ve una cabeza y los “cachos” de un caracol en el detalle central superior, a la vez que el resto le parece un murciélago y dice entonces que la figura es “un murciélago con cabeza y cachos de caracol”. Si se le pregunta si no puede separar las dos cosas, y ver, por una parte, una cabeza y cachos de caracol y, por otra, un murciélago, dice que no, que ve una sola cosa, un murciélago con cabeza y cachos de caracol. Incluso puede que, al preguntarle si un animal así existe, reconozca que no, pero insistir en que lo que está ahí en la lámina es eso. En este ejemplo, la contaminación se produce por la fusión de dos percepciones referidas a áreas distintas de la mancha, pero puede ocurrir también que se superpongan dos percepciones en una misma localización. Transcribimos a continuación el ejemplo que de esto da M. Aracena (1967, p.27) como respuesta a la lámina II “... es un elefante y un chancho, pero lo es al mismo tiempo, es como si las figuras estuviesen con un papel transparente; Ud. ve el chancho, pero también el elefante, son las dos cosas; no sabría como explicarle mejor ...” Es de interés destacar con respecto a este tipo de respuestas, que los sujetos frecuentemente se muestran algo sorprendidos o perplejos frente a su propia producción y no pueden explicársela y, a pesar de ello, no pueden desprenderse de ella. La percepción se les impone, como si no tuvieran la posibilidad de controlar su propio pensamiento. G confabulatoria: En este tipo de respuestas, el sujeto, a partir de la interpretación, generalmente adecuada, de un detalle o parte de la figura, hace extensiva la interpretación al resto de la mancha. Así, por ejemplo, puede interpretar las salientes superiores de la lámina I, como “pinzas de cangrejo” y a partir de ello decir que “toda la figura es un cangrejo”. Si bien la identificación inicial de las “pinzas” guarda una relación comprensible con la parte de la mancha a la que se refiere, el resultado final no tiene la misma adecuación formal. A pesar de ello, el examinado mantiene su interpretación de la totalidad como cangrejo, y la justifica “por las pinzas, son como pinzas de cangrejo, tiene que ser un cangrejo”. Dependiendo si el detalle inicial a partir del cual se hace la identificación de la totalidad es un D o un Dd, Rorschach codificaba la respuesta como DG, o DdG, para indicar que es una respuesta G confabulada a partir de un D (o un Dd, respectivamente). La característica confabulatoria queda en evidencia cuando al preguntarle al examinado si habría visto lo mismo si no estuviera ese detalle, nos responde que no. Respuestas de detalle (D o Dd) Los detalles D o “detalles grandes” los define Rorschach como “aquellos detalles que en virtud de la distribución de las figuras en el espacio, más se imponen”. Agrega que es posible determinarlos estadísticamente, pero innecesario. El criterio señalado por Rorschach para distinguir los D podemos precisarlo algo más diciendo que se refiere a aquellas porciones de la mancha que por las características
4 de la misma, resultan fácilmente abstraíbles. En otras palabras, constituyen subdivisiones obvias de la mancha, o se trata de partes de la mancha que por su configuración, muy semejante a la de un determinado objeto, son fácilmente asociadas a tal objeto. En este sentido, no se trata siempre necesariamente de detalles o porciones grandes, sino que son fácilmente separables del resto de la mancha. Por esta misma razón resultan ser el tipo de respuestas más frecuentes y nos parece innecesaria la elaboración de listados o tablas de ayuda para su codificación, sino que consideramos preferible desarrollar un adecuado criterio, que permita discriminar este tipo de respuestas y no confundirlas con las que corresponde codificar Dd. Los detalles pequeños, o infrecuentes, codificados como Dd, corresponden, según Rorschach, a “aquellos detalles de la imagen que restan después de sustraer los detalles de mayor frecuencia estadística, o sea las D. Ocasionalmente se debe también codificar como Dd porciones mayores de la figura. Esto, en casos tales en que se eligen partes totalmente inusuales de la figura, o en que las D usuales son interpretadas de un modo o en relaciones absolutamente desacostumbrados. En la mayoría de los casos serán detalles mínimos de la figura, que la persona normal casi siempre pasa por alto.” En síntesis, podemos decir que la codificación Dd se reserva para aquellas interpretaciones en que se eligen porciones o se hacen divisiones de la figura, que no son las habituales o más obvias, o que constituyen áreas pequeñas que son escasamente consideradas por los sujetos.
Respuestas con espacio blanco (S). Ocasionalmente las personas que responden al test incluyen también una parte blanca en la porción de la figura que interpretan. Rorschach utilizaba en esos casos la codificación Dzw, pero actualmente, desde que su obra fue traducida al inglés, se encuentra generalizado el uso de la letra S con este objetivo. En su obra original, Rorschach consideraba estas respuestas una de las dos formas especiales de las Dd. (La otra la constituyen los Do, “detalles oligofrénicos”). Actualmente se codifica estas respuestas de diferentes maneras, según cómo se encuentren integradas en la respuesta, pero siempre en combinación con alguno de los códigos de localización explicados anteriormente (G, D o Dd). Por otra parte, consideramos además útil la distinción introducida por Zulliger (1956) en el sentido de diferenciar las respuestas según la porción blanca sea la única utilizada, o se encuentre agregada a un área gris o de color. De este modo podemos codificar como GS el área o localización de una respuesta global, en que se ha utilizado sólo el blanco, como por ejemplo en la lámina VII invertida, el blanco central como “cabeza de soldado con casco. Se ve el contorno de la cabeza cubierta por un casco, el cuello y los hombros”. En este caso la porción gris sólo sirve para delimitar la figura percibida en la parte blanca, pero no está integrada a la respuesta. En cambio, la respuesta “una máscara, se ven los ojos y la boca” dada para la lámina I, recibiría la codificación Gs. En forma análoga, codificamos como DS una respuesta en que se utiliza sólo una parte blanca que cumple el criterio para ser considerada D (por ej. en la lámina I, uno de los detalles blancos superiores interpretado como “fantasma”), o como Ds cuando se toma una porción de la mancha gris o de color que es un D, incluyendo una parte blanca (el blanco central y rojo inferior de la lámina II visto como “un cohete despegando” lo blanco es el cohete y el rojo el fuego y humo de la propulsión). La misma lógica se aplicaría en el caso de una DdS o Dds.
5 El fundamento para la distinción entre S y s se discutirá más delante, cuando se analice su significado psicológico. Valor psicológico del modo de apercepción. El modo de apercepción y el tipo aperceptivo nos muestran la forma en que el sujeto enfrenta la realidad. Tal vez sea esto más evidente si describimos fenomenológicamente la situación: cuando aplicamos el Test de Rorschach, le pedimos al examinado que responda diciendo qué ve (o qué le parece que podría ser) ante una serie de láminas con manchas de tinta. En otras palabras, lo exponemos a una situación problema que debe resolver verbalmente. Para responder a la exigencia del examinador, tiene que percibir esa nueva realidad que enfrenta, interpretarla o darle un significado y hacer explícito éste último al examinador. Para hacerlo, puede proceder de distintas maneras: atender a la totalidad de la realidad (la mancha) o sólo a una (o más) parte(s) de ella. Si la capta como totalidad, puede hacerse una idea general del todo en forma simple, o elaborar un concepto general a partir de la percepción de sus partes y las relaciones entre ellas. Si centra su atención en las partes, puede mantenerse en este nivel de análisis y no llegar a una idea o concepto global, etc. Estas distintas formas de proceder reflejan distintas formas y capacidades de procesar la información. Las respuestas globales o G. De un modo muy general, podemos decir que las respuestas globales requieren de una mayor capacidad de abstracción que las respuestas de detalle. Pero tampoco todas las respuestas globales implican lo mismo: Una G primaria simple (“mariposa” o “murciélago” en L.V) es distinta de una G primaria combinatoria simultánea (“dos personas bailando en una fiesta, se ve elementos del decorado” en L. III) y ésta a su vez distinta de una G secundaria combinatoria sucesiva (“son dos personas que están bailando. Se ven unos globos y una mariposa grande ... ¡Ah! ... ¡Ya sé! Son dos personas que están en una fiesta y los globos y la mariposa son del decorado” en la misma L. III). La G combinatoria simultánea refleja una aprehensión y síntesis instantánea, en que los distintos elementos que componen una situación compleja son percibidos integrados (instantáneamente) en una conceptualización (o percepción) comprehensiva. La G combinatoria sucesiva, en cambio, refleja un proceso en que los diferentes elementos que componen la situación son identificados primero en forma aislada, independientes unos de otros, en sucesivos actos perceptivos y luego puestos en relación e incluidos en una conceptualización integradora. Los procesos mentales que en cada uno de estos casos llevan a la formulación final de la respuesta, tienen características cualitativas distintas, que corresponden a diferentes estilos de funcionamiento mental. En este sentido, corresponden a distintos tipos (cualitativos) de inteligencia, más que a diferentes niveles (cuantitativos) de capacidad intelectual. Esto no quiere decir que el nivel o capacidad intelectual no sea importante a este respecto. Es evidente que una persona “más inteligente” responderá con mayor facilidad a la prueba y producirá no sólo un mayor número total de respuestas, sino también un mayor número de respuestas G en cualquiera de sus tipos, que una persona con “menor inteligencia”. Sin embargo, el razonamiento inverso no es necesariamente cierto: un protocolo con un número menor de respuestas, incluso con pocas respuestas G, no siempre corresponde a una persona con
6 “baja capacidad intelectual”. El bajo número de respuestas total y de respuestas G, puede ser el resultado de una muy buena elaboración e integración de los diversos detalles parciales de las láminas en un concepto más amplio y comprehensivo (y abstracto), dando lugar a menos respuestas, pero muy complejas. En este caso estaríamos en presencia de una persona con una muy buena capacidad de organización y planificación, con una inteligencia y pensamientos flexibles, que es capaz de captar los detalles o aspectos más concretos y evidentes, ponerlos en relación e integrarlos coherentemente en un concepto más general, amplio y abarcativo. En síntesis, respecto del significado de las G podemos decir que: v
Las G primarias sencillas reflejan una aprehensión global o general de la realidad, sin mayor elaboración.
v
Las G primarias combinatorias simultáneas evidencian una rápida aprehensión general de una realidad compleja.
v
Las G secundarias combinatoria sucesivas son el producto o resultado de procesos y esfuerzos más o menos conscientes de integrar elementos parciales en una conceptualización global. Habitualmente implican algún grado de creatividad u originalidad. La coherencia y lógica en la relación entre las partes refleja la calidad del juicio de realidad y capacidad crítica ( y autocrítica) del pensamiento, o el enjuiciamiento crítico del propio pensamiento.
v
Las G secundarias combinatorias confabulatorias, también reflejan fallas en el enjuiciamiento crítico del propio pensamiento, a la vez que cierto concretismo en la percepción (el sujeto no puede separar conceptualmente elementos que se le presentan unidos en la percepción).
v
La G secundarias confabulatorias (las DG y DdG de Rorschach) implican un razonamiento apresurado, en que se extraen conclusiones a partir de evidencias mínimas, insuficientes o inadecuadas. La percepción inicial puede ser correcta, ajustada a la realidad, pero la conclusión resulta arbitraria y sin correspondencia con la realidad. Esto, evidentemente, se puede presentar con diversos grados de anormalidad o arbitrariedad y corresponder, en sus grados más leves, a una simple falta de rigor lógico o superficialidad en el pensamiento, o a una clara alteración del juicio de realidad, en su forma más grave.
v
Las G contaminadas, por otra parte, siempre muestran algún grado de patología del pensamiento y pérdida de independencia del sujeto respecto de sus percepciones: la percepción de los dos contenidos simultáneos se le impone, sin que pueda conceptualmente separarlos, o desechar la idea. A veces incluso a pesar de reconocer racionalmente que lo que ve es absurdo o no existe en la realidad.
7 Las respuestas de detalle grande o D. En la medida que los D son los detalles o aspectos más obvios e inmediatamente perceptibles, tienen evidente relación con el pensamiento práctico. La percepción de lo inmediato y de lo obvio es propia de las personas prácticas y concretas, que responden a la realidad inmediata. En esta línea de pensamiento, pueden también estar relacionadas con el contacto social, como lo señala Bohm, y ser consideradas como un índice de adaptación. Sin embargo, no toda D tiene este significado de pensamiento práctico o concreto. Ocasionalmente hay respuestas D que resultan de una adecuada integración o combinación de detalles, cuyo valor sería entonces similar al de las G combinatorias, con la consideración agregada de que han sido abstracciones construidas a partir de lo que se ha definido como convencional y concreto. En este sentido, estas “D combinatorias” podrían representar una forma más rica o elaborada de abstracción. El valor como indicador de una orientación práctica y concreta ante los problemas (o la realidad) de la vida diaria, dependerá, obviamente, de la proporción en que las D se encuentran con respecto a las G, Dd, y S. En líneas generales, podemos decir que menos de un tercio de respuestas D en relación al total de respuestas, sugiere una falta de adaptación los problemas de la vida diaria. Por otra parte, si representan más de ¾ del total, pueden reflejar la incapacidad del sujeto para organizar sus apreciaciones en conceptos más amplios o para manejarse en un plano más global e integrado. Las respuestas de detalle pequeño o inusual (Dd). En la medida que para dar una respuesta en un Dd hay que dirigir la atención hacia partes “especiales”, comúnmente no consideradas por las demás personas, reflejan una preocupación por lo nimio, insignificante o rebuscado. La preocupación por los detalles menores no es en sí misma algo negativo y puede tener gran importancia, pero no debe transformarse en el afán predominante. La proporción de Dd en un protocolo normal es habitualmente baja (menos del 10%). Un aumento significativo de esta proporción podría ser indicador de una actitud minuciosa, un pensamiento acucioso, tal vez crítico o incluso paranoídeo. En este sentido, habitualmente se asocian a dificultades en el ajuste social.
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Tipo Aperceptivo El tipo aperceptivo refleja el estilo cognitivo con el que el sujeto enfrenta las situaciones, es decir, la manera cómo el examinado enfrenta los diversos problemas que el medio le presenta. Es un indicador del uso que hace de sus capacidades de abstracción, de su percepción de los aspectos más evidentes, concretos o inmediatos, o aquellos más insignificantes y nimios. Se obtiene en base a la proporción en que utiliza las áreas o localizaciones en las respuestas a las diferentes láminas. El procedimiento requiere del cálculo del porcentaje de respuestas que han recibido la codificación G; D; Dd y S, respectivamente, en relación al total de respuestas del protocolo (R). Rorschach había señalado (en un protocolo publicado póstumamente por Oberholzer) que en un protocolo “normal” de 34 respuestas, debía haber 8 G (23,5%); 23 D (67,6%); 2 Dd (5,8%) y 1 S (2,9%). Autores posteriores han presentado proporciones ligeramente diferentes para los promedios normales, siendo el cuadro propuesto por Bochner y Halpern (1948) uno de los más completos y prácticos para la determinación del tipo aperceptivo. Aracena (1967) lo presenta en su libro, de dónde lo tomamos y reproducimos con ligeras modificaciones (Tabla 1).
Tabla 1 Determinación del tipo aperceptivo.
G D Dd S _________________________________________________________ G = 20 – 30% G = 31 – 45% G = 46 – 60% G = > 60%
D = 60 – 68% D = 69 – 80%
Dd = < 10% Dd = 10 – 15%
D = 81 – 90%
Dd = 16 – 25%
D = > 90%
Dd = > 25%
S = 3% S = 4 – 6% S = 7 – 12% S = > 12%
__________________________________________________________
Según la desviación que muestre la proporción de los tipos de respuesta con respecto a los valores normales o promedios, presentados en la primera fila de la tabla, se escribe la letra correspondiente entre paréntesis (cuando la proporción es menor a la señalada en la tabla), o subrayada con una, dos o tres líneas, dependiendo del grado en que esté aumentada. Un tipo de localización que no esté presente en el protocolo, no se anota en el tipo aperceptivo. Así, por ejemplo, en un protocolo con 33% de G; 55% de D; 11% de Dd y 15% de S, el tipo aperceptivo se escribiría: G – (D) – Dd – S
9 Los tipos aperceptivos teóricamente posibles de encontrar son múltiples y muy variados. Señalaremos algunos y su interpretación, como una forma de proporcionar ejemplos orientadores para el análisis de casos por parte del lector. El tipo “G puro” o con muy alto predominio de G, correspondería a una persona que enfrenta la realidad en forma global, como un todo. Dependiendo de la naturaleza y calidad de las G, podría implicar un estilo superficial, de escaso compromiso o elaboración (cuando son fundamentalmente G primarias sencillas), o un pensamiento teórico, de gran capacidad de abstracción y organización, cuando una alta proporción de las G ( de ellas al menos) es de tipo combinatorio. Puesto que este tipo de G está compuesto por detalles que son integrados en un todo armónico, implica que el sujeto no desdeña lo práctico o concreto, representado por las D, sino que lo integra en un plan o concepto mayor, más general. La mejor descripción de estos sujetos tal vez sería decir que poseen una gran capacidad de organización y de síntesis. El tipo G – D es aquél que aparentemente presenta el mejor estilo de enfrentamiento a la realidad. Muestra una tendencia mayor a la abstracción o al enfoque teórico, al mismo tiempo que tiene la capacidad para considerar los detalles o aspectos concretos, sin que pierdan su importancia en el contexto de la totalidad. La calidad y naturaleza de las G debe considerarse para dar mayor precisión a la descripción en cada caso particular. En el tipo G – D, a su vez, hay un predominio de las aptitudes práctico-concretas sobre las más conceptuales. Es decir, el pensamiento y la forma de enfrentar las situaciones están centrados en lo más concreto, inmediato o evidente de ellas, con dificultad para integrar elementos parciales en un todo más comprehensivo. Lo concreto no le permite una visión de perspectiva. Hay cierta dificultad para lograr por sí mismo una visión completa de una situación global, aún cuando es capaz de entender los problemas que se le planteen en forma abstracta, si esta visión le es presentada desde fuera. El tipo G – D – Dd, por otra parte, podría ser descrito como “equilibrado”, en el sentido que muestra un enfrentamiento de la realidad flexible, en que por momentos se maneja en un plano global o general, pero es capaz también de considerar los detalles o aspectos más inmediatos o concretos en su justa medida, al igual que los detalles menores. En este sentido, sería una persona con adecuado sentido común o práctico y plasticidad en el manejo de las situaciones. El tipo (G) – D – Dd; o (G) – D – Dd se caracteriza por su dedicación al detalle, a lo nimio o insignificante, con escasa capacidad teórica o de abstracción. Puede reflejar una buena capacidad de observación y precisión en el análisis de las situaciones, pero tiende a perderse en los detalles. Respecto de este tipo, es importante considerar las características afectivas, para saber si esta capacidad está al servicio de actitudes positivas (esmero y cuidado en trabajos que requieren precisión) o negativas (actitud crítica y/o paranoide frente a la realidad). El tipo D – Dd – S; o D – Dd – S es el pleitista o querulante por excelencia, que dedica su atención y preocupación a los detalles menores o sin importancia y preferentemente desde una postura o perspectiva opuesta a la de los demás. Difícilmente aceptará una opinión o punto de vista diferente al propio. Si además hay algunas G (tipo (G) – D – Dd – S; o (G) – D – Dd – S) podría, ocasionalmente, tratarse de una persona adecuada en su interacción con el medio, con puntos de vista originales o muy
10 personales, como en algunos artistas. La configuración general del protocolo y especialmente el área afectiva, permitirán dilucidar esto. El tipo G – (D) – Dd; o G – Dd, se caracteriza por la falta de sentido común o práctico. Tiende a evadir las situaciones concretas. Puede tener ideas o pensamientos originales, pero poca (o ninguna) capacidad para llevar a la práctica sus ideas. Cuando trata de concretizar, se desordena y disgrega en detalles.
La sucesión de los modos de apercepción En el mismo contexto del análisis de modo cómo el sujeto enfrenta la realidad, considera Rorschach también la sucesión o el orden en que el sujeto utiliza los enfoques correspondientes a las G; D; Dd o S, describiéndolo como un indicador de las estrategias o hábitos de trabajo en el enfrentamiento de los problemas. Distingue cinco tipos de sucesión, que denomina “rígida”, “ordenada”, “invertida”, “suelta” (o “laxa”) y “disgregada”.
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CRITERIOS Y SIMBOLOGIA DE CODIFICACION
Para el área o localización: G
= Respuesta o interpretación global, es decir, que abarca todas las porciones de la mancha (corresponde a la W de Exner). Sólo en la lámina III se hace la excepción de codificar G una respuesta que no incluya las manchas rojas, exclusivamente cuando las manchas negras son interpretadas como figuras humanas que se encuentran en algún tipo de relación o interacción, y es la primera respuesta a la lámina.
D
= Interpretaciones de partes relativamente grandes de la mancha, fácilmente separables del resto. También porciones menores que sean frecuentemente interpretadas o constituyan subdivisiones obvias de la figura.
Dd
= interpretaciones de un detalle pequeño o que constituye una subdivisión arbitraria o inusual de la mancha.
S
= Interpretación de una porción blanca. Este símbolo no se anota solo, sino siempre en combinación con alguno de los símbolos de área (G, D, o Dd), según corresponda. Por otra parte, lo anotamos como S cuando la porción blanca es toda el área incluida en la respuesta, y como s cuando el blanco es parte de la respuesta, junto con porciones coloreadas (o grises). Asi tenemos las siguientes posibilidades: GS = Respuesta que abarca una porción blanca que constituiría una repuesta global. Por ejemplo, toda el área central de la Lámina III "el cuerpo (o la silueta) de un escarabajo". Gs = Respuesta global que abarca toda la mancha, incluyendo espacios en blanco. por ejemplo, en la Lámina I "un monstruo con sus ojos y boca". DS = Interpretación de un área blanca que cumple con las características para ser considerada un D, como el blanco central superior de la Lámina II. Ds = Respuesta en un área D de la mancha, que incluye partes blancas. Por ejemplo, el detalle central superior de la Lámina I "cabeza de gorila, se ven los ojos". DdS = Interpretación de un área blanca con características correspondientes a un Dd, como en el blanco debajo de las manchas café de la Lámina II, hacia los extremos: "una cabeza de elefante con la trompa levantada" Dds = Respuesta Dd con inclusión de partes blancas. Por ejemplo, en la Lámina III, la porción del gris que se proyecta hacia el centro y hacia abajo, como "cabeza de rinoceronte, se ve el ojo y el cuerno". DSG, DsG, DdSG o DdsG = respuesta G confabulada a partir de un DS, Ds, DdS o Dds, respectivamente. Análogamente, puede haber DdSD o DdsD.