Prologo: Tres Caminos. Ocurre algunas veces que al ir divagando por los senderos de la vida, a la vuelta de un recodo se nos presentan tres senderos diferentes, si uno ha ido distraído y sin meta fija, no sabrá cuál camino tomar, el dilema será cual es conveniente, cual nos llevara al final del camino, cual será el camino correcto para nosotros; en fin cual elegir. Algunos optan por el camino central, parece la opción mas adecuada y recta, pero solo así ocurrirá desde la perspectiva desde donde hayamos venido si uno venia del sur o norte el centro no es la mejor respuesta porque entonces ¿cual seria el centro?; Además por que tomar un camino ambiguo que tal vez nos lleve a una opción poco amplia en nuestro destino; Debe tenerse en cuenta que los territorios a los cuales lleva este camino, están limitados por las opciones de la derecha y de la izquierda por tanto no ofrecerán muchas posibilidades a la hora de tomar decisiones definitivas, por lo tanto no es para mí la opción mas recomendable. Por otro lado tenemos la Derecha, el camino sugerido por la guía bien intencionada, parece una buena alternativa al viajero principiante, se supone que es un puerto seguro en él echo de hallar alivio y descanso, pero tengan en cuenta que en ocasiones muchos caminos derechos al final tienen curvas inesperadas que entorpecen la llegada, además, lo que empieza derecho, termina torcido, o nunca termina, ¿Escucharon ese proverbio?; Pero algo que definitivamente me indica un descarte definitivo de esta opción, es la posición del sol; En mi latitud siempre sale a la derecha, así que si tomo esta decisión habrá obscurecido cuando llegue a la meta lo cual no me gusta, quiero llegar muy de mañana, llegar como el alba que despereza a los pájaros y que estos anuncien mi llegada como si de una bendición se tratara, quiero llegar a la mesa de destino y tomar el pan recién salido del horno y luego echarme en la grama de un parque para que el sol me acaricie en bienvenida amorosa, si voy por la derecha nada de eso hallare así que no tomo este camino. Queda entonces la izquierda, tal vez suene algo comunista pero es la única alternativa que queda, si vemos sus ventajas a la luz de las desventajas de otros caminos, claramente tendremos una meta abierta, no se encontraran recodos al terminarlo, se llegara al amanecer para disfrutar del despertar de la naturaleza, tendremos por fin la tranquilidad de haber llegado al destino y sabremos que fue la decisión correcta después de todo, pero... yo no voy nunca a la izquierda, no desde que tengo uso de razón, así que mejor me daré vuelta atrás y retrocederé por el camino que conozco; Después de todo es un solo camino y no tendré que elegir entre esos tres caminos.
El Autor.
Noches de Insomnio________________________________________________________1
Índice Noches de Insomnio .................... 3 Dolor inmemorial........................ 5 Eterno Renacer .......................... 7 Tempestad ................................. 9 Verdadera Navidad .................... 11 Noche Fugaz ............................. 12
Noches de Insomnio_______________________________________________________2
Noches de Insomnio Vuelvo a soñar; Me sueño otra vez, recorriendo las entrañas del tiempo, sueño con tierras desconocidas, imágenes nuevas pero difusas, lejanas, escondidas; Sombras liquidas empapando la piel de mis poros, nada cubre mi desnudez, pero no tengo frío; La calidez del hogar lejano aun me rodea, aun después de incontables siglos de esta soledad casi voluntaria, siento en mi piel el contacto del mas intimo de mis deseos, y el ansia incombustible de la sed eterna de dolor. Mis sentidos me llevan por caminos extraños, mis ojos están cegados por la niebla y el sopor de lagrima injustas; Mis labios, resecos por la sal de una sangre que no es mía, y mi piel, cayendo a pedazos, uno tras otro, desollando mis instintos, hasta dejarme en carne viva. Una y otra vez, recorro esos senderos, al disolverse las madrugadas, entre el silencio del sol aletargado, y el insomnio de las estrellas, junto a mi cerebro desnudo e indefenso; Una y otra vez el mismo sueño. Por qué no puedo salir de este laberinto carnal, que devora la vitalidad de mi cuerpo moribundo y aniquila la voluntad de los dioses compasivos, por salvarme, por glorificar mis noches sagradas; Acaso será qué el significado oculto del dolor es aquel gozo que nace en mi vientre, y se imprime en mis belfos sangrantes por el placer de la noche... ...Y luego, despierto, lleno de un placer intenso, casi como aquel goce que siento al poseer la noche nueva, cansado de navegar en el mar insondable de tu horror casi natural. Ahora sé que pagare el precio de una muerte incipiente, la de la madre, ocurrida en el tiempo que no debió acabar; Ella me lo pedía, lo imploraba, pero no comprendí aquellas señales del alma dormida, hasta que la encontré fría, con los ojos rígidos, y el capullo vacío, y supe que no tendría mas aquella aura hermosa pero entonces débil, que siempre compartió su fulgor a mi lado. No pude llorar, ella se llevo mis lagrimas, no pude gritar, ella grito por mí desde sus entrañas con el dolor innominable del silencio eterno; No pude recordar toda la rabia que sabia escondida en mi, para gritarla, para echarla en ardientes diatribas al viento matinal del cementerio, y solo entonces tuve silencio, igual que el solitario capullo gris, el frío silencio del olvido del Dios resentido. Noches de Insomnio_______________________________________________________3
Luego de pagar aquella deuda, la noche hará suya la expiación del padre; Tal vez aquel precio no sea grande, pero será igualmente una deuda con el destino. Sé que aquel dolor fue por mí, lo sé porque luego percibí que quería sanar heridas mutuas, pero no pudo; Fue tarde cuando finalmente lo entendí, entonces, sus ojos señalaban fijamente el destino del que desde entonces seria mi futuro, mi presente y mi pasado. Como olvidar aquellas manos callosas acariciando la mejilla del niño triste, como olvidar el olor de las madrugadas, cuando volvía ebrio de tristeza, y con pasos duros, subía las escaleras. Y luego la madre, llorosa, levantábase del sillón para calentar la fría cena guardada para el desayuno ligero; Como por Dios, como recordar sus palabras tibias sanando las heridas del alma sangrante, sabiendo que tal vez ese fue el error y la bendición, de irse dejando atrás aquellos recuerdos que no quedarían mas que en las paginas de un mal recuerdo. Todo eso reclama el destino, pues mi conciencia, juez inquebrantable, exige retribución por la vida, la devolución recuerdos casi muertos, que sostienen la cáscara del olvido; No quiero aceptar la carga que imponen unilateralmente los pecados que no son míos, soy culpable, pero no convicto de sus vidas, no pueden condenarme por vivir la vida del liberto condenado a la horca repentina, pues si es así, luchare por la redención, aunque esta signifique perder todo rastro de humanidad restante en el alma de un ente vacío y perdido. Sueño de nuevo; Pero ahora estoy preparado, tengo entre las manos el escudo del perdón, lo obtuve de ellos, que me lo otorgaron, a pesar de todo; Con el perdón de ella, la madre dulce, compasión sincera y vital obtuve la liviandad del rigor, con el perdón del padre, la clemencia tierna y filial y la fuerza para resistir mi condena. Los espectros nocturnos, ahora no podrán atacar los recuerdos, no encontraran ni uno solo de aquellos pecados olvidados, porque ellos, los padres, los pagaron, ellos murieron en su cruz, por sus errores e inmolaron la vida para redimir al hijo olvidado en el yermo del desierto. Por fin llega el alba y aun estoy caminando en el sendero de los sueños; Pero ahora, a la distancia, casi al final del túnel, brilla una nueva luz, y siento que por fin comienzo a despertar al tenue fulgor del amanecer restaurado.
Antonio Casas (2003)
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Dolor Inmemorial Despierto a media noche con el dolor inmemorial desgarrando mis entrañas; Mi boca seca pide de nuevo la frescura de la lluvia lejana, mis ojos marchitos, buscan con frenesí una señal, de que el alba se acerca a mis ventanas, pero no puedo moverme, la pesadilla continua tenaz... ¿Hasta cuando? Ya suena de nuevo el despertador, oigo el ruido de su cuerpo deslizándose de las sabanas grises, sus pasos tambaleantes. Viene hacia mí, se acerca, siento como prende la luz de mi cuarto frío; Su aliento llega a mi nariz con el olor tibio de madrugada y de cariño; Sí cariño. Él dice que siente cariño, pero yo siento solo dolor, mis manos se contraen en un espasmo que él interpreta como de agradecimiento. ¿Agradecimiento?, ¡Por que¡, si sus manos laceran mis caderas heridas, y sus ojos recorren mi desnudez vegetal, no quiero ya vivir, no quiero ya sentir las miradas de pena de la gente, ¡quiero morir¡, ¡necesito morir!. Amanece al fin, estoy volteada sobre el costado, puedo ver a mi madre mirando por la ventana, pobre madre, ella quisiera morir antes que yo, si la vida fuera natural así seria, pero ella desgarra sus plegarias invocando a su dios y clamando sobre él porque tiene que irse antes su progenie. Pobre madre pero esta afuera y “él”, no la dejara entrar. Ni siquiera podré sentir su arrugada mano en la frente y el suave contacto de sus lágrimas en mi mejilla, ¡pobre madre mía! Recuerdo ese día en que me adormecía en la sala de operaciones, clamando en mi mente por mis hijos y por mi casa lejana, la luz me llenaba los sentidos y yo caía, me resbalaba casi en el abismo irreal de la tierra fértil. Y no desperté, no para los demás, no para mi madre, ni para nadie, solo para “él”, que decía estar a mi lado noche a noche velando por lo que quedaba de mí, en un eterno velorio sin velas y sin flores, solo dolor inmenso dolor. Claro que no lo hacia por maldad, en realidad yo necesitaba de sus cuidados, de su “Cariño”, lo necesitaba si quería seguir viviendo, pero ¡quiero morir!, Y no puedo decirlo, no puede entender mis gemidos no expresados de liberación de este cuerpo que se descompone lentamente desde mi interior, solo queda la sombra de mi vitalidad, que “él” se empeña en resguardar, casi puedo sentir como mis heridas supuran mi alma, pero ¡maldita sea! Él lo impide todos los días y yo sigo con este dolor inmemorial. Noches de Insomnio_______________________________________________________5
Esta noche escapare por fin, me negare a complacer a los demonios que sujetan mi espíritu al lastre postrado en mi cama, sé que “el” no despertara, y yo podré escapar un segundo, tal vez escapare para siempre, talvez... Su respiración suena acompasada en la habitación de lado; Me curo, me acomodo y se fue a dormir, no se dio cuenta que la aguja de mi brazo estaba filtrando lentamente gota a gota el icor de mi vida, lo siento por que “él” me ama pero yo amo mas el descanso del mármol lejano; Sí mañana será un nuevo día para mí. Él, me encontró fría y rígida a las 5 de la mañana, su dolor fue patético pero comprensible, dolor pasajero, dolor que yo, ya deje de sentir. Ahora ya puedo completar el ciclo de imago, y me alejo volando, sin voltear. Mientras mi capullo inerte queda, empapado de lágrimas y penas.
Antonio Casas (2003)
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ETERNO RENACER
Abro los ojos y estoy sepultado de nuevo, una fina garúa polvorienta recubre mi cuerpo rígido, en mis ojos aun esta el reflejo de lejanas flores mustias, de lágrimas perdidas, de recuerdos olvidados… En mis manos se aferra la frialdad del deseo, empiezan a sentir mis labios, las marcas de aquel dolor olvidado, en mi piel se dibujan las sombras de otoño y la sequedad del invierno, aquella que solo cuando no estuvo presente, manifestó el dolor delicado del placer convocado por las ráfagas del verano perdido entre tus ojos, y entre mis manos. Despierto a esos sueños, invocando tu nombre mil veces maldito, mil veces amado, mil veces deseado; Mis miembros se estremecen al sentir el rigor de la muerte y la suavidad de la vida, mis parpados, enmohecidos, tiemblan de nuevo como si este fuera el preludio de un nacimiento final; Y levanto los ojos, hacia el infinito, preguntando donde esta el descanso que los placeres negaron a mis sentidos, y entiendo ahora que la vida es un continuo yacer en la muerte, y que la muerte es el continuo renacer del alma; Que otra cosa es entonces esta brisa que mi raída mortaja descubre a mis sentidos?, Y se van los recuerdos, te llevas mis estíos lentamente absorbiendo mis fuerzas finales y dejas finalmente un monumento a una vida vana efímera y sola, así como ahora es solitaria la muerte sin esperanza. Tiemblo al saber de tu ayer, de tus otoños perdidos, de tus veranos vacíos, tus amaneceres sin mi, y tus tardes sedientas; Donde estabas aquella tibia tarde de invierno, en la que buscaba por las calles el calor de tu vientre, y solo encontré el frío de tus manos vacías, perdidas de mi y del nuevo sentir que ya te había negado el amanecer de la noche… Que hacías aquella mañana que desperté pensando en este final, y cuando tus labios dibujaron el rictus de despedida eterna, llena de la nueva tentación de no verte junto al pútrido sentimiento que ahora tengo entre mis piernas, y que solo sirve para recordarme que tu fuiste la que nunca dio la señal de cansancio o de deseo… Y luego soñé con tus ojos vacíos, presagiando este eterno renacer que dirige para siempre tus recuerdos y que ahora adormece mis pensamientos. Noches de Insomnio_________________________________________________________7
Ahora amanece lentamente, el cementerio se llena de gente perdida, descubrirán mi tumba y se apresuraran a cubrirla de flores y tierra, al no querer aceptar la culpabilidad del eterno sacrilegio que la luz comete con las sombras al disiparlas cada vez que la mañana irrumpe en las almas de la noche. Y echaran sobre mi cuerpo la ultima palada de cielo, y aun antes de cubrir mis ojos veré tu rostro observando como se ocultan tus pecados, tus deseos; Sabiendo que volveré a ti esta noche, sabiendo que solo duermo otro día hasta que mi eterno renacer te llame este anochecer y vendrás a mi, para abrir de nuevo mi sepulcro, para satisfacer en mis restos tu ansia eterna de dolor y de pecado.
Antonio Casas. (2003)
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La Tempestad La lluvia ya deja de caer, dejando la calle empapada de recuerdos líquidos derramados en apenas en un segundo de ambición perdida, poco a poco las gotas de la ventana resbalan hasta perderse para siempre en la vorágine de la tempestad ya ida, sin esperanza de regresar a la fuente de nubes etéreas. Aquellas de las cuales me despedí en el momento que empezaron a brillar los rayos del guardián, cuando sentí en mi cuerpo la pesadez que me iba conduciendo hacia el, cual inexorable destino de la tempestad. Ahora estoy en el charco del olvido, muy alejado de las esferas eternas que disfrute con deleite, cuando tu estabas conmigo, sorbiendo de mis manos aquella delicada ofrenda de pasión y deseos innominables, que yo llamo absolución eterna, sin posible regreso al pecado ya dejado y aun mencionado, sin ningún rastro de dejar aquel vicio divino de tu recuerdo; Alejado de ti y sin esperanza de volverte a ver y aun mas sabiendo que si te veo me rechazaras con la misma intensidad que un día me ofrendaste tus labios para saber si lo que sentíamos era amor o solo curiosidad juvenil, curiosidad por conocer nuestros cuerpos, por tocar nuestros deseos. No se si estas hoy en Lyón; Eterna Lyón, ciudad de mis sueños, ciudad de tus recuerdos; No se si en este momento piensas siquiera en que existí por un fugaz momento en tu vida y si tienes presente aquel recuerdo recóndito donde tome tus manos y tu cabello mientras mis ojos acariciaban tu cuerpo delatando mi presencia enamorada; aun tengo en ese lugar que te prometí la flor que arrancamos juntos pensando que la vida nunca separaría nuestras manos y nuestros labios aun en mis ojos queda el reflejo de tu sonrisa y la paz de tu mirada. Te vi algunas veces, pero tu mirada estaba ausente, no se por que pienso que ni siquiera reparaste en mi, estando a mi lado; Puede morir así el amor? después de jurarse eterna pasión, después de intercambiar todo aquello y todos aquellos minutos que aun están grabados a fuego en mi y que llevare a la fría tumba invocando tu nombre cien veces mientras exhalo mi ultimo suspiro, siempre pensando en ti, siempre sabiendo que mientras este azul cielo exista, tal vez estas nubes que ahora pasan sobre mi pasaran sobre ti y derramaran un tu rostro la lagrima que ahora ya no puedo derramar por nadie, ni por ti pues ya se seco la fuente de amargura, sin esperanza en tempestad. Quiero seguir recordándote, así dormida en mis brazos, perdida en mis ojos, cautiva en mis labios; Quiero sentir de nuevo en mi mente aquella oscuridad de tu puerta, cuando te Noches de Insomnio________________________________________________________9
buscaba a medianoche tan solo para verte un momento y saber que allí estabas, linda y dormida entre los tules de mis recuerdos; seguiré viviendo en tus noches, esperando la complicidad de las sombras para volver a ti, en tus sueños y decirte así que aun estoy contigo y que no podrás aunque lo quieras borrar el recuerdo de tu piel, no podrás hacerlo mientras vivas y aun así muerta yo estaré al lado de tu tumba llevando la flor que cortamos juntos aquella noche clara de tempestad. Ahora que brilla el sol de la mañana comienzo a evapórame junto con todas las lagrimas derramadas por el cielo, aun la naturaleza gime tras aquel llanto sublime que rasgo el apacible descanso de la noche y tu enjugas tu cabello de algunas otras gotas afortunadas, en las cuales así hubiera estado yo ni siquiera te hubieras dado cuenta pues no cuentas conmigo en tus sueños ni en tus pesadillas solo fugazmente paso ante tus ojos cuando empieza a sonar la tempestad.
Antonio Casas. (2003)
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Verdadera Navidad Eran casi las 12, en la noche de navidad, frente a mi ventana vacía se reflejaban todas aquellas luces lejanas que ahora no significaban mas que el recuerdo de lo perdido entre aquella nieve que suavemente y casi como entonces caía lentamente cubriendo los recuerdos y los árboles bajo un manto unificador. Como entonces encendí la chimenea, para alejar el frío invernal de mis cansados miembros, y de nuevo los arabescos de la nieve golpearon con furia los cristales en protesta por el sacrilegio enfrentado a su contextura figurada por las ráfagas del céfiro navideño que las llevaba; Dirigí la mirada hacia el pesebre, donde José y Maria esperaban expectantes la llegada de Jesús y tal como entonces, faltando unos minutos para su llegada saque la figura de la caja y la puse un aquella cuna de pajas que seguramente era mas cómoda que aquella en la cual nació el verdadero Jesús, hacia ya tanto tiempo, en aquella época en la cual el mundo no sospechaba siquiera que aquel Rey llegaba al mundo rodeado tan solo de burdas telas y del aliento fétido del ganado que le dieron el primer calor, aquel que ahora me faltaba a pesar del fuego incipiente de la chimenea. Sonaron las 12 y volvió a suceder, no puedo dar detalles, simplemente estaba en un cuarto frió y de pronto me encontraba vestido de harapos y en la entrada de una gruta natural; en el interior se encontraba una familia pobre, el padre, la madre y un bebe recién nacido que rodeado de ganado sonreía iluminando toda la cueva casi irradiando aquel calor que ahora sentía en mis manos y que llenaban mi corazón de paz y de amor infinitos, el padre me invito a pasar y en una lengua mezcla de griego y de arameo antiguo me ofreció algo del alimento que tenia en las alforjas casi vacías, lo rechace pero la madre se acerco y tomándome de las manos las cerro sobre aquel trozo que seguramente representaban la única provisión que tenían para la noche solitaria. Rebusque mis bolsillos y no encontré en ellos nada que ofrecer a aquellos que siendo pobres habrían los brazos de hospitalidad a un desconocido que llegaba a ellos en la noche fría de navidad; Entonces quise tomar al niño, recordé que el año pasado no pude hacerlo porque en el momento justo llegaron unos pastores con una multitud de ovejas que me alejaron de la cuna, hasta el momento que volví a sumergirme en el olvido; Casi con temor me acerque a la cuna, el bebe abrió sus bracitos invitándome a cogerlo con la sonrisa mas tierna del mundo; al alzarlo sentí en el corazón que no había mas frío en mi vida, que el saber de aquel niño y del milagro de su nacimiento bastaban para confiar una vez mas en el mundo devastado y solitario, que aquellas manos que ahora me tocaban se abrirían una vez mas para salvar al mundo pecador y en ese mundo yo estaba incluido, con todo lo que había echo y todo lo que aun haría en mi imperfección. Cerré los ojos abandonándome al calor y al abrirlos la nieve había dejado de caer.
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NOCHE FUGAZ1 Los faroles sé encendían uno a uno en la plaza San Francisco; En cambio, las risas, los gritos y las imprecaciones se apagaban, la noche comenzaba su imperio y con ella, el reino de las sombras, de los misterios, de las tinieblas; De todo aquello y del grupo de Julio.
El Grupo tenia una composición muy disímil entre sí, tenían entre ellos a personas de distintos antecedentes y personalidades; Podría decirse que no tenían nada en común, nada sino solamente las ganas de diversión y aventura; Entre ellos se contaba a: Pepe “Pecas” el juerguista, Toño “Casitas”, el poeta, Juan “Botellón”, él filosofo, Y Julio “Cerebro”, el líder del grupo. Julio era el vinculo principal entre ellos, el que daba motivación, el que proponía los desafíos, las aventuras que ellos buscaban todos los fines de semana, aquellas correrías que los habían llevado por todos los rincones de la ciudad blanca y que a pesar de no haberles salido siempre bien, no podían dejar de emprender, pues el lance estaba en su sangre joven, indómita y rebelde. La noche en cuestión, el grupo estaba sentado como siempre alrededor de la pileta de la plaza, libaban una botella de corto “a pico” y fumaban un cigarrillo que de manera sistemática circulaba por los labios de los allí presentes. Fue muy divertida la fiesta... dijo Pepe, no tenia entradas pero todo estuvo tremendo, me quede hasta las 3 de la mañana y termine en un bombaza..... Si así fue. Dijo Toño; No se como ingresaste, pero lo cierto es que estuviste bailando con todas las chicas y eso que ni siquiera tenías un traje decente... Bah... no molestes Toño, lo que pasa es que estas celoso porque Susi, bailo conmigo... ¿no es así?.... acéptalo hermano ella se muere por mí.
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En aquellas elucubraciones se hallaban cuando llego Miguel, “El Aventurero”... Un tipo de muy baja catadura, pero de un vigor y audacia fuera de lo común. A el se debían los hechos mas “heroicos” por decirlo así. En la mayoría de aventuras, el tomaba la iniciativa, iba siempre adelante como caballito de batalla, y nunca pudo decirse que le fue mal. Por ello su llegada fue saludada con gran regocijo y un gran vaso de licor. Para que se igualara, como dijo Julio. Y bien Julito; Dijo Miguel. ¿Que nuevas nos tienes para hoy?; Seguro que es algo interesante ya traes esa mirada luminosa cuando tienes algo en mente, anda cuéntanos... Julio dirigió una amplia mirada al grupo de concia bulos, pidió el vaso de corto y le dio un largo sorbo y encendiendo un cigarro se arrellano en uno de los sitios libres del foro. Efectivamente amigos, hoy se me ha ocurrido algo muy interesante y vengo a proponérselos, solo que antes de darles los detalles, debemos escoger a un valiente que lo realice, pues aunque no es difícil, exige algo de trabajo y muchísimo valor.
Los rostros anhelantes de los conspiradores, dejaron entrever la expectación, la idea venia por decirlo así de perlas, pues hacia casi una semana que vegetaban en la inactividad y ahora esta aventura les daba la oportunidad de rehabilitarse con la noche y con ellos mismos. Dinos Julio, de que se trata de una buena vez; ¿Es peligroso?, Dijo Juan. En absoluto, no lo es, pero ya lo dije, elijamos a alguien que lo haga, pues no es cosa de todo el grupo, solo uno debe hacerlo y de manera rápida. Muy bien dijo Miguel, prendamos un nuevo cigarrillo y pasémoslo de mano en mano sin hacer caer la ceniza, el que la haga caer será el designado por la diosa fortuna para realizar la chambita... ¡Si!, ¡Muy bien!; Dijeron todos; Prendan el Fallo. Apresuradamente Miguel encendió un cigarro y este empezó a circular de mano en mano, luego de que cada uno de su respectiva pitada. La gravedad en los rostros y el cuidado que ponían al “pasar” el cigarrillo era casi tragicómica, aquella delicadeza al absorber el humo y luego el respectivo alivio cuando el compañero de lado tomaba la colilla y comenzaba el mismo ritual, todo ello era francamente risible; Pero no para ellos, que tomaban aquel acto como algo que marcaría a uno de ellos como un reo condenado al patíbulo. Noches de Insomnio________________________________________________________13
Había ya pasado cerca de 5 minutos cuando alguien estallo. ¡Lo hiciste Miguel!; ¡Lo hiciste a propósito! Exclamaron todos de pronto, tú eres ahora el señalado. Te envidio. Dijo Pepe. Hubiera preferido hacerlo, pero así fue el destino... Y bien Julio, ¿de que se trata? Dímelo ahora, que sabemos que iré yo, exclamo Miguel... Esta bien, lo diré. Es algo muy sencillo; Aquí en mi mochila traigo una soga y un gancho, se trata, de entrar al Monasterio de Santa Catalina y pasar una noche allí, té será muy fácil pues la vigilancia no es estricta y mañana cuando los primeros turistas entren, podrás salir por la puerta principal. La algazara cundió en el grupo, todos comenzaron a reír y bromear con Miguel, todos estaban casi fuera de sí. Todos excepto Miguel, el sabia que era el designado a hacerlo y la resolución se pintaba en su rostro... Esta bien, esta bien, basta chicos, lo haré pero con una condición, pongan otra botella para entonarme y además, no quiero sentir frío por la noche ok?... Las risas se acrecentaron, la cacofonía iba in-crescendo, hicieron la chanchita y Toño fue a comprar la botella al sitio de siempre. Oye le dijo Julio, no te olvides de los “fallos” ¿eh?... Con sonidos apagados Toño y Juan se perdieron por la esquina. El lejano sonido de 3 campanadas, alertaron a Miguel respecto a la hora, ¡la Catedral!; Se dijo. Y con voz turbia por el licor...Ya es hora chicos, ahora si, ya estoy a punto, voy a hacerlo... Cogió la mochila de Julio y luego de un ademán se dirigió hacia la calle Melgar, en dirección a Santa Catalina. Un ligero rubor cubría sus mejillas, como clara muestra de su excitación alcohólica. Al caminar su aliento dibujaba arabescos frente a el, pues el invierno era muy crudo en aquellos días; La rapidez de sus pasos y la cercanía del monasterio, hicieron que se hallara muy pronto al pie de sus murallas. El conjunto del edificio, era sobrecogedor, la soledad y el silencio daban al monumento un aura tétrica que encogían su corazón y amilanaban su espíritu, dentro de el se declaro una lucha sin cuartel entre su lado consciente y el ebrio, que disputaban él echo de entrar o no al monasterio. La ebriedad y la vergüenza, de una retirada sin honor, inclinaron la balanza a favor de la aventura, Miguel apresto la soga y el gancho, todo escrúpulo desapareció ante la solidez de la cuerda y la espléndida y silenciosa curva del aparejo al afianzarse en la parte superior del muro, al ir ascendiendo, pasaron por su mente las escenas de películas de ninjas y karatekas
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que había visto y se imagino como uno de ellos, asaltando un fortín oriental en un remoto lugar del Japón. Una vez arriba del muro, contemplo el interior del conjunto arquitectónico, la oscuridad de los claustros y eremitas, contrastaban radicalmente con la brillantez de la calle que quedaba a sus espaldas,
un ultimo pensamiento de temor cruzo por su mente, pero casi
inmediatamente fue acallado por la adrenalina que se desbocaba por su cuerpo y su mente; De pronto, oyó un murmullo en la calle, casi en la esquina, voces que se acercaban a el, rápidamente recogió la soga y salto al interior del monasterio, cayendo en la zona cercana a la huerta y lavaderos que ya no eran utilizados por las monjas de claustro, exactamente en la zona turística. Ante el, solo había oscuridad absoluta, los ruidos nocturnos ponían un marco siniestro junto con las moles difusas de las construcciones monacales, el ruido de la calle completaba el efecto de lo tenebroso y a la vez risible de su situación... En verdad debo estar loco se dijo... El licor iba perdiendo fuerza en su mente y un aire helado enfriaba su cuerpo a pesar de su abundante abrigo. Bien ahora debo hallar donde dormir; Dijo para si. Y creo que por allí hay, cuartos con camas de las monjitas, tal vez hasta halle el cuarto de la Abadesa, bromeo consigo mismo. De manera instintiva, empezó a caminar casi a tientas por las calles y callejones obscuros, los patios y portales se le antojaban bestias agazapadas y listas a devorarlo al primer descuido, hasta podía sentir su aliento tibio en la nuca... Tranquilo Julio, tranquilo. Murmuraba; Tu sabes que es tu imaginación, todas son ilusiones, aquí no hay nada raro, todo esta en tu mente, veras lo que quieras ver: Así por el estilo se daba ánimos y continuaba con su raid, crujidos y el sonido del viento al chocar con la madera antigua y los muros vacíos, lo sobresaltaban, pero con resolución admirable continuo con sus investigaciones. Al llegar a la calle Córdova, tomo extremas precauciones, pues a un lado estaba el nuevo monasterio; Podían sentir sus pasos y toda la aventura acabaría allí, con paso apresurado, llego al claustro de los Naranjos y volteo hacia la calle Málaga. Allí se topo con una visión que inhabilito sus facultades, hasta la inmovilidad; Lo que allí sucedía sobrepasaba la mas inverosímil de sus pesadillas. Frente a el en la habitación que antiguamente servia de velatorio a las monjas, el “De Profundis”; Vio un ataúd abierto, rodeado por esqueletos cubiertos con túnicas y que se daban un gran festín con los restos de Noches de Insomnio________________________________________________________15
un cadáver, hasta creyó entrever que uno de los personajes de pesadilla, le hacia un ademán de invitación. Fue lo ultimo que pudo ver, el cielo se le fue de los ojos y un velo cubrió sus sentidos, un pacifico sopor lleno súbitamente su mente, quiso huir pero sus piernas se negaron a obedecerlo, perdiendo totalmente la conciencia. Despertó en la calle, no en un callejón del monasterio, sino en plena vía publica, allí por donde transitaban los automóviles y los transeúntes, el sol se derramaba pleno sobre él, eran casi las 9 de la mañana y la gente lo miraba con lastima, pues se imaginaban que era un ebrio dormido en medio de la acera, de manera penosa Miguel se levanto, y arrastrando los pies, pues aun estaba exhausto emprendió la retirada hacia su casa. Ahora sabía que nadie podía atacar impunemente a lo desconocido, o tal vez lo sagrado, tras él los muros del monasterio, sonreían con el viento...
Antonio Casas. (2002)
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Cuento Inédito.
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Sobre el Autor: Jull Antonio Casas Romero; Nacido en Perú (Arequipa) hace 31 años (10 de Noviembre 1972). Ha publicado en diversas revistas de investigación relacionadas con los fenómenos paranormales y ciencia ficción como: Cuentos publicados en “Revista Fantástica”; Arequipa, Perú 1999-2000, Relatos en la Web de Literatura "Tumba Abierta" 2002-2003. Relatos en la Revista “Katharsis”; España, 2003 – 2004. Relatos en la Revista “Fígaro”; 2003 Además, ha participado en diversos concursos de cuento: Mención Honrosa en el concurso "De Letras" 2001 Lima –Perú. 1er Lugar Concurso “Letras y Libros”; Perú. 2002. Comentarios:
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