Carmst, Benito delPozo
Laclaseobrera asturiarradurants elfranquismo
no editorO.Fes, sa siglo veintiu O, A, 248. 04310...
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Carmst, Benito delPozo
Laclaseobrera asturiarradurants elfranquismo
no editorO.Fes, sa siglo veintiu O, A, 248. 04310 MEXIC CERRO DEL AGU
sa espana editores, ntiuno de siglo vei NA ESPA ID MADR 28043 C! PLAZA, 5.
A David R uiz
I\ . :ri? '
e de Primera edición, septiembr
1993
EDITORES, S. A.
© SIGLO XXI DE ESPANA id Calle Plaza, 5. 28043 Madr o © Carmen Benito del Poz
OS CONFOR DERECHOS RESERVAD
ME A LA LEY
lmpreso y hecho en Espana Printed and made in Spain o Arjona D is� .fl!l� cubierta: Pedr
3 ·. r(iN: 84-3Z3�osol-. 22.2 3611993
D �j.'IÓSitQ lega l: M A. Fotocomposición: EFCA, S. Galí, 16. 28039 Madrid y io Rub erico Fed Avda. Dr. S.L. Polígono lgar sa lmpreso en Closas-Orcoyen, drid) Paracuellos de Jarama (Ma
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
INTRODUCCIÓ N
L
II.
. . . . . . . .. . ........... . . . . . . . . . . . . . . . . ................ . . . . . . . . . . .... . . .............
Fundamentos metodológicos : por una justificación dei tema . . . . . Valoración historiográfica de las fuentes . . . . .. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . .. . . .. . . .. .
XI
XIII XIII XVI
PRIMERA PARTE
CARACTERIZACIÓN ECONÓMICO-LABORAL DE ASTURIAS, 1940-1975
1.
I.
II. I ll.
EVOLUCIÓN Y EFECTOS D E L A POL ÍTICA ECONÓMICA FRANQUISTA .....................................................................
3
LA AUTARQUÍA, 1939- 1 9 59 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
4
Política industrial autárquica .............................................
8
EL PLAN DE ESTABI LIZACI Ó N ....................... . .................... . ...... . ... PLANIFICACIÓ N ECONÓ MICA Y DESARROLLO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
16 19
!.I.
IV.
2. !.
y
planificación......................... ..............
23
EL INTERVENCIONISMO ESTATAL EN LA ECONOMÍA: UNA VALORACI Ó N DEL INI ........ ........................................... . ........ .. . ... . .......
28
EL FACTOR TRABAJO: ANÁ LISIS CUANTITATIVO . . ......
32
MOVIMIENTOS MIGRATORIOS Y MANO DE OBRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
33
III.!.
!.1.
!.2.
Política industrial
E! exterior, recurso compensatorio de los desequilibrios regionales .. . ... . . . .. . . . . . . .. .. . ... .. . .. . ... ... . .. . .. . . . . ..... .. ... . . . . .. . .. ... . . .. . . Los desplazamientos intrarregionales .. . ..............................
33 38
VIII
.
..
3.
.
77
················ ··········································· LA HUL LA DE RÍA MINE LA .I ............... los benefícios autárquicos de cto efe o tiv nega El I.1 . ón concertada y ración sectorial: entre la acci ............ 1.2. La reestructu ada..................................... ......... .... la nacionalización forzen .... ...... ...... ..... el empleo ris is c la de ia denc Inci 1.3. ············· ··········································· GICA RÚR SIDE TRIA US IND II. LA o proceso hacia integral en Asturias: el lent . . . 11. 1 . La siderurgia . ... la estatalización de la reconversión ................... 11.2. Repercusiones laborales ................. ALY LOCAL DE LA CRISIS........ astuIII. VALORACIÓN SEC'fORI de la estructura empresarial co tómi dico ter carác El nu. nana
83 90
.
.
....... ......
.
. . . . . .......
...
.. .
98
.
101 107
... . ..... ...... .
....... ...... . . . . ...
. . . . . . ......
...............
...... . . . . . ..
·
114
.
.... ..... . .
..
78
.
...... . . .......
121
....... .... .
. ..................... .........
..................
SEGUNDA PARTE
RÉGIMEN CIOLABORAL DEL LA POLÍTICA SO RIO ITA MO AUTOR O EL PATERNALIS
4.
LA CLASE OBRERA
··········································································....
I. ANÁLISIS COMPARA'f!VO DE LAS CONDICIONES LABORALES FIJA DAS EN LA INDUSTRIA REGIONAL.... ············································ ' . 1 . 1 . Los Reglament �; de Regimen Interno de las empresas asturianas, 1 944- 59 · · .......... :···································· 1.2. Los efectos laboral�� d�Í desarro iiIsmo, 1 960- 1 975 .......... ......................................... 1.3. L a reivindicación obrera II. COS'fE DE VIDAy SALARIOS. SOBRE EL PODER ADQUISITIVO DE LA CLASE OBRERA................. ························································ � ��� · ············ ····· ······························· 11.1 . El concepto d sala : · � retn:buuvo Il.2. La flexibilización dei si�� ma autár quico ····:···· · . . Il.3 . Los ajustes salanales en los aiíos 50·. haC!a la recuperaC!Ón dei poder adquisitivo ........................................................ . III. LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA EN ASTURIAS . · , III.I. A propósito de la org�mzaci on «Científica» dei trabajo .... IIL2. Análisis de los convemos colectivos sindicales
76
ES E CONÓMIC AS
�������:-ES DE TRABAJO DE T
48 53 67
.
ANSFORM ACION COYUNTURA Y TR
5.
47
.......... NAL................................... GIO RE A CTIV A ÓN ACI II. LA POBL ............. orial de los activos ........dus y reparto sect trial in va 11. 1 . Evolución acti ión ón geográfica de la poblac .. iales ustr ind 11.2. Distribuci res ado trabaj al de los n esio prof n ació sific Cla 11.3.
IX
Índice
Índice
6.
LA PREVISIÓN SOCIAL ANTE LA CONTINGENCIA LABORAL y EL RETIRO OBRERO ······················.................
.I LOS RIESGOS PROFESIONALES· AC��� A DE!.A SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO........... :...... ·········································· ll. EVOLUCIÓNy COBERTURA DE LOS SEGUROS SOCIALES( 1 9 39-1963) 11. 1 . El Seguro de Enfermedad · ·· ........................................... Úd Il.2. El Seguro de Vejez e Inva ez........... ······························ . II3 El Sub SI.d.10 Famtliar ······································ II.4. El Seguro de Desem �i��::::::::::::::·:································· Il.5. El Seguro de Accidentes de Trab aJ?·································· p 11.6. El Seguro de Enfermedades rofeswnales .................. ······· III. EL SISTEMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL(1963-1975) . . . . . . . . . . . . . .
.
·
LAS RELAÍ CO-INSTITUCION AL DE ·············· EL MARCO JUR DI ······· ··································· ······ CIONES LABORALES
131
NDAY REALIDAD AJO: !DEOLOGÍA, PROPAGA ORGANIZAI. ELFUERO DEL TRABDEL SINDI CALISMOFRANQUISTA: II. LA VERTEBRACIÓN OLA.......................................................... CIÓN SINDICAL ESPAN ticales ........................ ción de los sindicatos ver..... 11. 1 . Configura .............................. ismo de empresa ...................... 11.2. El sindical ........................... sindical en Asturias ..... 11.3. L a acción O: DE LAS RECONDICIONES DE'fRABAJ...... .............. IVOS III. LA REGULACIÓN DEALAS NVENIOS COLECT GLAMENTACIONES LOS CO 1958) ..... ... .. de la política laboral (1942-...... .... ... ....... .. III.\. La estatalizacióntutel ada (1958-1975) ..... ...... ación n1.2. La negoci .
.
.
.
. . .
1 32 138
...
. . . . . .. . . ....
139 149 155 171 171 178
·
187 187 188 241 251 259 259 264 268 275 276 282
307 308 325 327 328 331 332 333 336 340
TERCERA PARTE
LA CONFLICTIVIDAD L A TRAVÉS DE LAS MAGIS
AL EN ASTURIAS ���URAS DE TRABAJO
7.
EL CONFLICTO INDIVIDU CIOSAS ( 1 940-1958) ................
,
LAS DECADAS SILEN��. �.N···········································
349
AGRADECIMIENTOS
Índice X Ó . y SIGN IFIC ACI N . . . . . DE TRABAJO: ORI GEN LAS MA GISTRATURAS ···· ····· ····· ··············· E EN LA CLA SE OBR ERA EL MA LESTAR LATENT
r::
349 353
� + ��:���:���: : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : :
III. IV.
ORA L VERSUS LA RONAL DEL ORDEN LAB EL MAN TEN IMIENTO PAT . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . . . .. . . .. . . . . . .. . . . . . . IVA . .. . . . . . .. . .. . . . PROTESTA OBR ERA PAS CIONES SOC IAL ES D AL ANTE LAS OBL IGA LA ACTITUD PATRON ··························· . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .·········· LA EMPRESA . . . . . . . . . . . . . . .
�
o IVIDUAL .. . . . . . . . . . . . . . . . N • DEL CON FLICTO IND o LA "COLECTIV IZA CIO DIC AL· ·············· SIN N CIO IA D E LA CO NC ILIA II. SOBRE LA !NEFI CAC TO GEN ERA L! FLIC CON AL NTE ARI AL FRE Ó III. LA REA CCI N EMP RES . . . . . . . . . ... . . .. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .·················· ZADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
I·
......................... CONCLUSIONES . . . . . . . . . ···················· APÊND ICE S··················· FUENTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
····· ÍNDI CE DE AP ÊNDI CES···············
······· ÍNDI CE DE CU ADROS ···············o . ÍNDI CE DE FIG URA S . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
401
··············
409
·······
449
···
455
···················
465
···· ·············
467
··················
470
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .············
. . .···································
··································
376 397
405
·····································
................................. Í BIBL IOG RAF A . . . . . . . . . . . .
376
···············
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .·····
.................................
367 373
975) LO AUTORITARIO ( 1 959-1 LA QU IEB RA DE L MO DE
8.
355 357 358
···································
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .············
E! presente libro contiene e! texto, revisado y adaptado, de lo que fue mi tesis doctoral, defendida en la Facultad de Geografía e His toria de la Universidad de Oviedo en mayo de 1 990 y realizada bajo Ia dirección de David Ruiz González, a quien deseo expresar mi sincero reconocimiento por e! apoyo intelectual y personal demos trado a lo largo de todos estos aiios y de cuya línea de investigación me siento deudora desde que iniciara mi incursión en la práctica historiográfica. Los trabajos de David Ruiz sobre el movimiento obrero asturiano y la insurrección de octubre de 1 934 han marcado una definida temática histórica, comprometida y rigurosa, que me satisface continuar. Es precisamente el compromiso del historiador con su tiempo, con la actitud crítica que en e] ejercicio de su función social debe desarrollar, la faceta más destacada de la influencia que e! profesor David Ruiz ha ejercido sobre quienes hemos pasado por sus aulas. A él va dedicado este libro. La Unión Regional de CC 00, mediante la dotación económica de una beca de investigación que, a través dei Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, me fue concedida aliá por enero de 1986, otorgó e! primer impulso a un trabajo que desde la perspectiva histórica pretendemos contribuya a reforzar la identidad colectiva de los trabajadores asturianos, sabedores de su protagonis mo en la lucha reivindicativa contemporánea y hoy inmersos en un proceso de cambio socioeconómico que afecta a su práctica sindical y ai propio sentido de clase. A los miembros dei tribunal que juzgaron la tesis Guan Antonio Vázquez, Aladino Fernández García, Carmen Molinem Ruiz, Mary Nash y Antonio Baylos Grau) agradezco el ambiente de cordialidad con que supieron aunar su estimable crítica ante e! trabajo presen tado. En lo posible he tratado de plasmar las indicaciones y suge renci as que entonces me formularon. No es frecuente recordar con satisfacción un trámite que, como la defensa de una tesis, se presenta
XII
Carmen Benito dei Pozo
embargo, la actitud de todos tenso y crispado para el doctorado. Sin . ellos ha contribuído a que así sea. a desmteresada ·me fa . V anas h an s1"do las personas que de form 1 icas y documenta1 es sm 9ue cilitaron el acceso a fuentes archivíst e (esp llas aque � , así como compromiso alguno les obli gase a ello _ ws ago los en imos) que mente los amigos y familiares más próx r. tad alen o apoy un n ? . finales me prestaro o de Espana ag:ade�co Por último, a la edit oria l Siglo Vemuun libro sa�g� dei red�e1do am su interés porque el contenido de este . su sens1b1hdad hae1a la probito universitario, mostrando con ello blemática social contemporánea .
INTRODUCCIÓN
�
_
I. FUNDAMENTOS METODOLÓ GICOS: POR UNA JUSTIFICACIÓN DEL TEMA
Abordar el análisis de la historia social del franquismo, y en con creto de la clase obrera, requiere que la investigación se aparte del tradicional enfoque organizativo (>) para centrarse en el nivel económico-laboral. Y ello tanto por exi gencias metodológicas como por las circunstancias históricas dei pe ríodo objeto de estudio ( 1 940- 1 975). Efectivamente, desde los presupuestos dei materialismo histórico, la interacción de los factores económico, social y político -con la economía como pieza fundamental pero no única- impone recon siderar las prioridades en el análisis de los distintos (aunque com plementarias) ámbitos de la realidad histórica cuando, teniendo como finalidad ofrecer una visión globalizadora dei hecho social, la com plejidad dei mismo no permite en una primera aproximación temá tica abordado en su totalidad. El historiador tiene, pues, que deli mitar su campo de investigación evitando que una parcelación de carácter instrumental derive en una correlativa compartimentación de la realidad que se pretende conocer. El presente libro tiene como objeto historiográfico el estudio de la clase obrera asturiana durante e! franquismo ( 1 940-1 975), centrado en la evolución dei empleo, las condiciones de trabajo y la manifes tación dei conflicto individual en los subsectores dei metal, combus tible y construcción, actividades que, además de resultar mayorita rias en ei conjunto dei sector secundaria asturiano, presentan un carácter netamente obrero. E! desconocimiento de la realidad social franquista, consecuencia tanto de su proximidad cronológica (lo que dificulta el análisis his tórico no en función de la pretendida falta de perspectiva temporal sino de las limitaciones institucionales ai uso de fuentes) como de la naturaleza política dei régimen establecido en 1 939 (las dictaduras
XIV
Carmen Benito del Pozo
contemporáneas se protejen a sí mismas median� � el hermetismo documental en distintos grados: desde la ocultaoon a l� destr�c ción), así como de los prejuicios ideológicos que todavia �u�ota, exige al investigador la tarea previa de establecer las condiciOnes económicas en que se desenvuelve la clase obrera (coyun tura, pre _ � es, etc.) cios, salarios, coste de vida, cobertura de los seguros sooa y el marco jurídico-ideológico que fi! a e� sis �ema de relaoo �es de producción (reglamentaciones y orgamzacw, � Interna del trabajo, �_ n _ _ _ laboral, regimen tervencionismo estatal en matena de contratacwn, despido, etc.) para, finalmente, abordar las condiciones la? orales que justifican una determinada manifestación del c_o�flicto social de clase. En función de estos criterios, el libro se divide en tres partes. En la primera de ellas se abordan las cu:stiones ec�nómicas, con espe cial referencia a la distribución sectonal y profesional de la mano de obra y a la evolución del empleo en los subsectores básicos d � la _ , industria asturiana. En la segunda parte se traza el marco JUndico institucional de las relaciones laborales (normativa reguladora, mo nopolio estatal en materia laboral, restricciones a la negociaci? � co lectiva, papel de la Organización Sindical, etc.) y las condiciones _ _ generales de trabajo d � 1� clase ob �e ra astu�Iana (J ? rnada, descansos, _ , salarios, seguridad e higiene, prevlSlon social, etcetera). Y en la � er , cera parte, casi a modo de epílogo, todos los factores economico , laborales que se han ido desgrana�do �n �o? capitulos precedentes concurren en la definición del confhcto mdividual obrero tal y como se nos manifiesta a través de los expedientes tramitados en las magistraturas de Trabajo. . . . ., El análisis del proceso de reorgamzacwn del movimiento obrero durante el franquismo -que había sido desma�tel��o en aras de u;r Estado nacionalsindicalista promotor de los pnncipws de «armoma social» y de los trabajadores ; e! contraste entre su poder real y su poder oficial; la tensión entre una cierta tendencia obrerista (sobre todo constatada en el Sindicato dei Combustible) y su carác ter de institución mantenedora dei orden laboral vigente. - Los expedientes de las magistraturas de Trabajo permiten co nocer con rigor el conflicto individual en el seno de la clase obrera, única vía de manifestación dei descontento laboral respecto a las condiciones reales de trabajo (salarios, jornada, vacaciones, disciplina y organización interna, etc.) durante las dos primeras décadas dei franquismo, por cuanto el conflicto colectivo no surge hasta los aiíos sesenta, eliminado por la represión y el fuerte control social. - La normativa laboral (reglamentaciones, reglamentos internos, convenios colectivos sindicales, leyes y decretos) establece de forma precisa los princípios jurídico-ideológicos reguladores de las relacio nes de producción en el marco de un fuerte intervencionismo estatal en materia laboral. - Los fondos dei Gobierno Civil facilitan el seguimiento, desde instancias oficiales, de la protesta social, de sus protagonistas y de sus consecuencias. Resultan claves para captar el grado de hundi miento de la Organización Sindical, la capacidad de atracción y ac tuación de las organizaciones obreras clandestinas y su implantación en los centros de trabajo. Su información, contrastada con fuentes no oficiales, permitiría un veraz conocimiento de la oposición orga nizada antifranquista. - Los expedientes de regulación de empleo procedentes de la Delegación Provincial de Trabajo matizan los aspectos económicos dei tema, especialmente los procesos de crisis, reconversión y rees tructuración sectorial. - Los informes estadísticos presentan el inconveniente de su fal ta de homogeneidad en los criterios técnicos de elaboración, lo que podría estar en parte justificado cuando procedeu de entidades dis tintas, pero tal defecto se constata con excesiva frecuencia en datos y series estadísticas realizadas por e! mismo organismo, de modo que provocan un cúmulo de contrariedades que obligan a una sistemática verificación de los mismos más aliá de los límites que la rigurosidad impone. Por otra parte, no todos los datos de interés merecieron en su tiempo el tratamiento cuantitativo necesario y, así, las lagunas
fntroducción XXI
� i��
estadísti cas son evid en tes (la evol c . , d e los salar . de )as prestacion es eco �os y la cuantía nóm icas d . er egu ros soc iale � pnm s franquismo resultan, en . , durante e1 este senudo , paradIgm aucas) . El rasgo com ún de 1 as f ., uen tes consultadas y su . ' Cion, mayor hmi es 1 a manifiesta ausenc·Ia tad e re f · eren . c1as a 1 o que ya casi pod , mos den ommar na. aiios oscuros del fran qUis mo . , da de . . . · la d eca rema pnncip . 1os euaws de 1os cm h. , y , cuenta . La aproxim . . · · n al conoCim aCio Istonco de esta etapa resu iento , lta, po r e11 o' mas p ro bl , . . emauca, m ás parCia . 1 e mcompleta. ·
.
.
PR!MERA PARTE
CARACTERIZACI ÓN ECONÓMICO-LABORAL DE ASTURIAS, 1 940- 1 975
1.
EVOLUCIÓ N Y EFECTOS DE LA POL ÍTICA ECON ÓMICA FRANQUISTA
Como es sabido, la evolución de la economía espaiíola entre 1 939 y 1 975 presenta dos grandes etapas, la autarquía y e! desarrollismo, establecidas en función de la política económica en vigor y atendien do, por tanto, a criterios no sólo económicos sino también políticos e ideológicos. El Plan de Estabilización de 1 959 marcaría la transi ción desde los viejos postulados de autosuficiencia económica hacia la apertura y liberalización. E! período autárquico coincide con las dos primeras décadas dei franquismo ( 1 939-1 959) ; se caracteriza por e! binomio introver sión/intervención -en expresión de Tuiíón de Lara-, y pese a la homogeneidad formal que presenta, contiene fases de distinto signo económico: estancamiento (aiíos cuarenta), lenta recuperación ( 1 95 1 - 1 955) y expansión contenida ( 1 956-1 959). En los aiíos cincuen ta, superados los índices macroeconómicos de posguerra, e! desa rrollo de las fuerzas productivas entrará en abierta contradicción con e! modelo autárquico, finalmente convertido en una rémora ai cre cimiento. El Plan de Estabilización de 1 959 revisa los princípios de la política económica hasta entonces vigente, rompiendo con e! ais lamiento exterior, frenando e! intervencionismo estatal y liberalizan do e! mercado nacional. La puesta en práctica de las medidas esta bilizadoras provocá _inicialmente una recesión económica superada en 1961 , aiío éste que marca e! inicio de un despegue industrial sin precedentes. Así, envuelta en la mística dei desarrollismo, la economía espa iiola alcanza un ritmo de crecimiento muy superior ai dei resto de los países europeos, y sólo inferior al de Japón, durante e! período 1 960- 1 974. La planificación indicativa es presentada oficialmente como la nueva panacea económica, y los polos de desarrollo como la solución a las regiones en declive o escasamente industrializadas 1 • ' La tasa de crecimiento de las principales economias occidentales
d ur.1nte
los
Carmen Benito dei Pozo
4
nismo dia La articulación de estas etapas se realiza por un meca econó mica ca políti la de nidos léctico de super ación de los conte estr�ctura la fica �� mo que rollo precedente, tras un proceso ?� desar cuv� . �I produ sw expan la para �, inicial y genera nuevas condiciOnes UI contm de n solucw una tanto, por Plan de Estabilización no sería, ación adapt de t me instru el sino mico, �? dad en dicho proceso econó _ por su par de la economía espanola ai marco liberahzador exigido I, etc.- Y � F E, -:-OCD ionale a intern ismos � ticipación en los organ : Fue el mayor acercamiento a las economias capitalistas domm antes. una transición controlada 2 •
I. LA AUTARQUÍA, 1 939- 1 959
La bibliografía más reciente sobre el tema parte de l a revisión d� � as _ � e la polltl a , tesis clásicas que, o bien negaban el carácter autarquico � económica dei Nuevo Estado -argumentando que aquel era prop10 de una economía de guerra ya superada-, o bien consider� ban que el rumbo autárquico tomado por la economía espano!� ai fmal de la contienda civil vino impuesto por el conflicto internacwnal. La ma yoría de los investigadores actuales la consideran, sin embargo, como un principio estratégico en la política económica dei momento, que 4,5; Francia anos 1 960-1974 fue la siguiente: EE UU 2,9 ; Reino Unido 2,3; Bélgica de } · Apa m ados t Datos 8 8. Japón y 5,8 Espana 3,7; ia Aleman ? ; 4,0 a Holand � 4,4 ; . espano[,, en rício y ]. A. Martínez, «Los rasgos básicos dei crectmtento econ.omtco �- 25. 982, 1 , Madnd 980, 960-1 ]. L. García Delgado (ed.), Economía espano/a, 1 espano!: !J_e la tsmo Capztal , ai. et Clavera ]. ase é v a senalad zación Sobre la periodi n, Esteb M. . 1978;] , Madrid 59, : « La poltu�a autarquía a la estabilización, 1939-19 Me Espana , Preston P. en », etación interp Una smo: franqui ica dei . en crms, � económ mterve e al mdustn amtento «Estanc , � Delgado García L. ]. xico, 1978, pp. 1 47-1 80; , Espana cionismo económico durante el primer franquismo», en ]. Fontana (comp.) Política eco bajo e/ franquismo, Barcelona, 1 986, pp. 1 70- 19 1 ; ]. Ros Hombravella: la econoa ccwn lntrodu es, Tamam R. 1979; nómica espano/a, 1959-1 973, Barcelona, ed.). (7.' 972 1 Madrid, espano/a, , . mia . o: «La falta de hmnogenetdad dei re?tmen 2 AI respecto, afirma García Delgad d actlVlda la e � balance prop10 ai franquista en lo que se refiere a política econ?mica y . n de un alta expres10 como rse t mterpre � debe no general, en ica, � . industrial y económ sttuaet� nes capacidad adaptativa y, menos aún, de senudo antlctpauvo a cambtanlatesreststeneta a ] es ... ( e sobresal que lo io, contrar el Por ]. ... ( es exterior y internas . 90-191 1 pp. », . cambiar,, en «Estancamiento . .
Evolución y efectos de la política económica franquista
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venía gestándose desde el período bélico, propiciado por diversos factores : regeneracionismo, valoración negativa de la subordinación de Espana en la división internacional dei trabajo, difícil situación de la balanza de pagos y prestigio de las doctrinas fascistas europeas -factor ideológico és te nada desdeõable en su momento 3. La autarquía se concibió, pues, como una manifestación dei na cionalismo económico, sin que ello resulte una novedad dei régimen franquista, puesto que la vía nacionalista dei capitalismo espaõol, iniciada en los primeros aõos de la Restauración y potenciada du rante la dictadura de Primo de Rivera, tenía ya una larga tradición, en la que confluían doctrinas diversas (regeneracionismo, maurismo, nacionalismo de entreguerras y fascismo). No era, por tanto, más que la expresión que el nuevo Régimen ofrecía de la vieja propuesta nacionalista 4• Aislamiento relativo de la economía; contracción dei comercio exterior e intervencionismo estatal se convertirán así en las claves dei denominado primer franquismo, configurando un modelo de creci miento que a lo largo de la década de los cuarenta mostrará su incapacidad para propiciar una rápida recuperación de los efectos económicos de la guerra, y en los aõos cincuenta, sus limitaciones para mantener un ritmo de crecimiento sostenido 5• Los aõos de la inmediata posguerra (1939-1 942) constituyen lo que se ha definido como etapa fascista, al presentar la ideología ofi cial elementos tan característicos como el totalitarismo, el antilibe ralismo y la supeditación de la economía a los fines políticos, con preferencia por la agricultura y los valores rurales frente a la indus3 Destacado exponente de la primera interpretación es Higinio Paris Eguilaz, en E! desarrollo económico espano/, 1906-1 964, Madrid, 1965; y de la segunda J. Velarde Fuertes, en M. Fraga Iribarne (comp.), La Espana de los anos 70, vol. II, Madrid, 1 973. Cf A. Vinas, Dinero, guerra y dictadura, Barcelona, 1 984, caps. 8-9. Este autor expone pormenorizadamente los argumentos a favor de lo que podríamos denominar voluntarismo autárquico dei régimen franquista. 4 En este sentido, García Delgado considera más apropiado hablar de nacionalis mo tradicionalizante que de nacionalismo fascistizante; ai respecto véase «Estanca mi ento ..... , pp. 1 80- 1 8 1 . Sobre los antecedentes dei nacionalismo económico franquis ta, e! mismo autor en Origenes y desarrollo dei capitalismo en Espana, Madrid, 1975, pp. 1 85-186; Fabián Estapé, Ensayos sobre economia espano/a, Barcelona, 1 972; y l Velarde Fuertes, Política económica de la Dictadura, Madrid, 1 973 (se refiere a la dtctadura primorriverista). 5 Término éste que la mayoría de los autores aplican ai período autárquico ( 1 939-1959), aunque García Delgado lo limita a los anos cuarenta.
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Evolución y efectos de la política económica franquista
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que e� fasci smo _europeo tria y las pautas urbanas. Es el período en franquista, necesitado de en auge deslumbra al incipiente régimen a al Nue vo Estado. una doct rina que dies e cohe sión socia l e ideo lógic de las it� l! anas, �efuerzan Surgen así instituciones que, a imit ació n gr. ServiciO Nacwnal del el control estatal sobre la economía --v. 6 • Trigo e Instituto Nacional de Indu stria licto internacional a A partir de 1 942, la decantación del conf de las actitudes marcada favor de los aliados prop icia un repliegue ón en el seno del régimente pro-Eje y el inicio de la desfascistizaci men franquista 7• o pers iste, justificado Hast a 1 95 1 el estancamiento econ ómic guerra civil , el aisla la oficialmente por los efectos destructivos de y el posterior blo dial miento derivado de la segunda guerra mun en el desenvolvi ieron incid queo económic o ; factores que, si bien explicaban por no a, fech esa miento de la economía espa nola hasta los dano s oca que ando sider sí mismos el hund imie nto de ésta. Con ma de co siste al te men seria aron sion ados por la guerra sólo afect strial y que, por otra par municaciones y escasamente al capital indu cción habí a finalizado te, fuentes ofici ales admitían que la reconstru lidado para explicar la en 1 945, el primer argumento qued aba inva nola . El estrangulamiento falta de crecimiento en la economía espa contribuyó a paralizar la del comercio exterior, si bien es cierto que mirse com o factor exó economía, sólo demagógicamente podí a esgri aislamiento cons tituía un geno del estancamiento, toda vez que el a 8• objetivo deliberado de la política autárquic a muy por debajo del ntrab enco se PNB el , enta cuar En los anos . La prod ucció� agrí 1 nivel de preguerra, que no se supera hasta 195 icos que refleJa con nóm cola es uno de los indic ador es macroeco . La gravedad de la anos may or intensidad el estancamiento en estos
.. . pp. 1 47-1 82; Claveraioetdea/., AI respecto, véase J. M. Esteban, • La política E. a clarificador e! estud result io Capitalismo espano/... Acerca dei fascismo agrar do en Espan a, Barce lona, 1 979, Sevil la-G uzmá n, La evolución dei campesina . . pp. 1 57-1 76. e, El regtmen co-ideológica dei Régimen, en Stanley G. Payn, en A. Vü'ias, 7 La evolución políti s de este giro ideológico de Franco, Madrid, 1 987; efectos económico . altsm . o ... , ss. 9 1 2 Dinero. .. , pp. política . . . pp. 1 16-11 7; Clavera et ai., Capuresponsa 8 Cf J. M. Esteban, .La en la consideración de la p. 1 48. La bibliografía especializada es unânime ngación dei estancamiento posbéprolo la en s quico autár bilidad de los presupuestos lico. 6
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crisis de � 945 -pro�oca a por la peor cosecha dei siglo- reduce la _ produccwn a unas cifras mferiores al casi 50% de las registradas en 1 93 5. Por otra p�; te, la política autárquica aplicada al sector agrícola _ . , hmito la e�panswn de los productos tradicionalmente destinados a la ex�ortación (cítricos, aceitunas ? etc.) incentivando la producción _ . garanuzados ; el objetivo era el autocon cereahsta mediante precws su�o . La recuperación de la producción agraria será lenta, no con . . sohdandose hasta bien entrada la década de los sesenta. as dificu tades en el abastecimiento de alimentos serán un claro refleJo ? e la Situ �ción por 1 � que atraviesa el sector: en mayo de 1 939 el Gobierno habia estableCido el racionamiento de alimentos dada la escasez de éstos. Tal �edida, pr� sentada como coyuntural, se man . tendra. hasta 1 952. Asimismo, el Intervencionismo estatal potenciaba el merc �do �egro: gran parte de los productos de primera necesidad se vendian Ilegalmente, escapando a los controles oficiales · así el estraperlo cubrió entre el 50-60% de la demanda durante l s aftos cuarenta, descendiendo al 20-30% en la década siguiente 9. En cuanto a la producción industrial, no comenzó a crecer hasta 1 4� pese al carácter prioritario que se otorgaba al proceso indus tnahzador en el programa económico dei Régimen. En los anos eua rema, 1� economí� espa ola se desenvolvió en un ambiente de escasez gener�l �z�da, racwnamiento y cupos de materias primas ; situación que Ificilmente podía propiciar un desarrollo competitivo de la in dus�na � una ; espuesta positiva de ésta en términos de crecimiento . . Y diversI Ica�wn. L a re ucida capacidad de ahorro no se dirigía a la _ . smo a la reposición o ampliación de las in prom oCio� mdustnal, . dustnas ex�s�entes, y a la compra de inmuebles y solares que ofrecían una �entabihd �d «segura Y cómoda>> pese a la congelación oficial de . . alqUile:e� ; El mtervencwmsmo y las restriccciones contribuyeron a . la apancwn de un tipo de empresario político con buenas relaciones en la Administración, dada la arbitrariedad y favoritismo existentes en la concesión de autorizaciones 1 0 • El proceso de industrialización se vio obstaculizado por la esca-
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9 J. M. Esteban, •La política . .. pp. 1 60-162. Las cifras sobre la magnitudo dei estraperlo están tomadas por este autor de J. Walker, Spain, Economic and Commer . czal Condlttons, Londres, 1 949. 10 García Delgado: •Estancamiento. . .», p. 1 85. Véase Miguel Boyer, •La empresa publtca en la estrategta mdustnal espano! a: e! INI» en ICE, núm. SOO abril 1975 '· Juergen B. Donges, La industrialización en Espa;1a, Barcelona, 1 976, p; . 45- ;7. »,
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n limitaban su sez de biene s de equip o (las licenc ias de importació la dispo nibili adqui sición ), de materias primas (los cupos reducían realiz ación de La dad de éstas) y de energía (restr iccion es eléctr icas). presupuesta déficit el fuertes invers iones públic as, comb inadas con provocaron rable, pigno rio y amplias emisio nes de deuda públic a ctivo, con produ to amien una elevada inflación que, junto al estanc franquisdel a décad ra tribuye a definir económicamente la prime 11• mo erra En definitiva, la renta per cápita no alcanz a el nível de pregu para anos trece tó necesi ola espaõ hasta 1 952. Así pues, la economía superar los efectos de la guerra civil. LI.
Política industrial au tárquica
inada a Durante la guerra, la política indust rial había estado encam Para tes. centralizar las decisio nes y controlar los recursos existen eto (Decr n icació ello se crearo n las Comi siones Provin ciales de Clasif ), 936 29-8-1 n (Orde 1 4-8-19 36 ) la Comis ión de Indust ria y Comercio rial Indust n izació Movil y la Comis ión Milita r de Incorporació n y a, San (Decreto 23-6-1 937). Estas comisiones funcio naron en Vizcay pro estas o cuand 938, 1 de tander y Asturi as, disolv iéndos e en mayo o pasand alista, nacion ando b del víncias ya estaban bajo el control rcio. Come y ria sus funciones al Ministerio de Indust s, Simultáneamente, se clasificaron las indust rias en cinco grupo mi 2) es, militar ) 1 : guerra de mía atendiendo al interés de la econo izadas , litarizadas, 3) totalmente movili zadas, 4) parcia lmente movil dían depen ros prime dos Los . izadas militar y 5) discipl inariam ente julio En ria. Indust de tes restan tres los y sa, del Ministerio de Defen temen te de 1 938, siguien do las directrices corpor ativist as del recien de doras aproba do Fuero del Trabaj o, surgen las Comis iones Regula Producción. el La normativa industrial propia mente de guerra finaliz a con pri dad propie decreto de desmo vilizac ión de tallere s y fábrica s de vada, promu lgado el 1 de abril de 1 939. La autarquía adoptó como estrate gia indust rializa dora a largo al, plazo la sustitución de importaciones por la produ cción nacion rial indust iento crecim de con ello se pretendía desvin cular el ritmo ,
11 R. Tamames, La República. La era de Franco, Madrid, 1 976, 5.' ed., pp. 459-460.
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d el comercio exterio �, a fin de potenciar aquél. El instrumento prin . cipal de esta estrategta sería el proteccionismo 12• Ahora bien, si hasta 1 936 la protección arancelaria había consti tuid? un factor clave en el proceso de industrialización espano!, a partir de 1 939 el arancel de tarifas elevadas como dispositivo de �rotección perdía relevancia ante el nuevo régimen de licencias, con tmgentes y controles de cambio, que suponían barreras mucho más �ólidas _ frente a la competencia exterior. Se trataba de potenciar la mdust�Ia espanola preservando el mercado nacional de productos extran! eros. �as le�es de industria de 1 939 ( en vv AA, Economía .. , pp. 23-58 ; F. Pérez, «Crecimiento in dustrial y cambio tecnológico» en idem, pp. 8 1 - 1 19. .
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gética y construcción de maquinaria, que a su vez actúan como in ductores del cambio en el resto de la economía, dada su importancia en el suministro de bienes intermedios. La preeminencia de estas ramas industriales está justificada, pues la liberalización del comercio exterior a finales de los anos cincuenta se materializó, primordial mente, en la posibilidad de importar maquinaria que incorporaba tecnología inaccesible a escala nacional, y en la adquisición de pro duetos químicos inexistentes en el mercado interior. Los cambias tecnológicos en el sector energético no se produje ron, sin embargo, por los efectos directos de las importaciones, sino por una modificación en la demanda que reclamaba nuevas fuentes de energía, más modernas y baratas, cuyo consumo permitiría, a su vez, la absorción de tecnologías avanzadas en otras actividades indus triales. Respecto a los factores que propiciaron los incrementos de la productividad en la década de los sesenta, podemos resumidos en los siguientes : - La adopción de técnicas modernas mediante la adquisición de tecnología, bienes de equipo avanzado y métodos de gestión asocia dos a la inversión extranjera. - La reasignación sectorial de los factores productivos (capital y trabajo) : la disminución de la población agraria aseguró abundante y barata mano de obra a la industria. Una mano de obra subem pleada, y por ello de escasa productividad, fue expulsada a otros sectores de la economía interior, o al exterior, facilitando así el cre cimiento de la productividad del sistema. Por otra parte, las necesi dades de trabajo disminuyeron con carácter general en todos los sectores. - Y finalmente, la intensificación del proceso de acumulación de capital, que presenta una tasa anual acumulativa del 2,7% en el período 1966- 1 970 49•
49 La disminución de empleo presenta una tasa media anual de! 6,3% entre 1 962-1970, aunque con un mayor ritmo en el período 1 962-66 (7,4%). Datos apor tados por Fanjul et a/., ob. cit. Hasta 1969 la inversión requirió la aportación de capital extranjero l umen, pudiéndose prescindir de él a partir de 1 970 ante la caída de la dado su vo inversión y e] comportamtento e�table dei horro. La crisis de 1 974 y la recesión subsiguiem � e, ht�Ieron de nuevo tmprescmdible el recurso ai capital exterior para financiar la inver Slon. Véase Aparicio y Martínez, ob. cit., pp. 34-43. Un análisis de la estructura finan-
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IV. EL INTERVENCIONISMO ESTATAL EN LA ECONOM ÍA : UNA VALORACIÓ N DEL INI
Como senalábamos al establecer las bases de la política autárquica, la creciente presencia del Instituto Nacional de Industria (INI) en la economía asturiana hace ineludible una valoración de su actividad desde que fue creado en 1 941 hasta 1 975. La empresa pública espanola presenta un carácter fundamental mente concurrencial, encontrándose fuertemente implantada en el sector industrial. Gestionada mayoritariamente por el INI, su desa rrollo se vio mediatizado por dos factores, a saber, el relativo retraso del proceso de industrialización en Espana y la política autárquica 50 . En el marco de una economía capitalista, los costes que esta opción de desarrollo conllevan no podían cargarse sobre el c�pital . . _ privado, de ahí el protagonismo estatal en la acuvtdad e�onomtca y la especialización de la empresa pública en sectores someudos a fuer te competencia internacional o muy influenciados por ésta. Los criterios de intervención dei INI fueron cambiantes : desde la justificación del interés nacional durante la autarquía, a la afirmación de la complementación de la iniciativa privada (con actitudes de re traimiento) durante la etapa planificadora, pasando así de la acción directa a la indirecta a partir de 1 962 aunque manteniendo siempre el principio de subsidiariedad de la actividad �conómica del �stado 5 1 . E l INI, según l o concibió Suances -prestdente del Instituto des de su creación hasta 1 963-, debía ser el instrumento que propiciase el resurgimiento industrial desde postulados totalitarios tales como la integración vertical de los procesos en una sola empresa, la rup tura de los estrangulamientos y la autarquía 52 . ciera de la industria espanola, en J. M. Kindelan, «Política industrial y energética••, ICE, núm. 500, abril, 1 975. 50 La importancia dei sector público empresarial por actividades ( 1 966-1977) pu e _ de verse en F. Pérez, «Crecimiento industrial...», ob. Cit. p. 1 00. La dJstnbucwn sectorial de las inversiones brutas en las empresas dei INI (1 950-1 973), en R. Myro, «La estrategia de la empresa pública concurrencial en Espana», lnvestigaciones Ec� nómicas, núm. 1 5, 1981, p. 3 1 . Una relación de las empresas en las que e! INI hab1a participado o participaba directamente (1942-1 976) en Schwartz y M. J. González, ob. cit., apéndice núm. 4, pp. 249-251 . 51 Cf R. Myro, ob. cit., pp. 23-49 y F. Pérez, ob. cit., pp. 1 00-104. 52 La influencia de Suances en los principios fundacionales dei INI, en Schwartz y M. J. González, ob. cit., pp. 33-35.
Evolución y efectos de la política económica franquista
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Entre 1 94 1 y 1 948 la actuación dei INI se concentra en tres sec tores : combustibles, fertilizantes y electricidad. Su temprana presen cia en Asturias está vinculada a la importancia de las industrias bá sicas y de interés nacional en la región : así, en 1 942 el INI entra en la Sociedad Ibérica de Nitrógeno, situada en La Felguera (Langreo), cuya producción no era satisfactoria -la participación dei Instituto será en este caso minoritaria, retirándose anos después. La empre sa pública Aclaro (1 942) de investigaciones mineras, se dedicará a la localización de yacimientos de hierro y carbón en la región ; ENDASA (alumínio), creada en 1943, instalará una de sus factorías en San Juan de Nieva (Avilés) para la producción de alumínio en segunda fusión. La actuación del INI en las industrias básicas de metales derivaba de las dificultades de obtención de materias primas. En el saneamiento de empresas, e! Instituto interviene en Astu rias ya en 1 948, en Siderúrgica Asturiana, S. A. (SIASA), fundada en 1 944 para la obtención de chatarra artificial de uso siderúrgico, con el objetivo de salvar una empresa con una producción de pésima calidad pero imprescindible para el sector. A finales de los cuarenta, el INI tenderá a relajar los princípios autárquicos mediante el recurso a empresas extranjeras que le pro porcionan tecnología para sus producciones, en un intento de suplir las restricciones a la implantación de capital foráneo por un severo control del mismo 5 3 . En siderurgia, la restricción a las importaciones de chatarra obli gaba a utilizar procedimientos de bajo consumo de tal producto, incrementándose e! uso de mineral de hierro y coque, para lo cual se requería investigar nuevos yacimientos -puesto que los conoci dos eran utilizados por la siderurgia privada- y potenciar la pro ducción de carbón siderúrgico nacional, lo que conllevaba altos cos tes y elevados riesgos no asumibles por el capital privado. La creación de ENSIDESA (Avilés) en 1 950 respondía a la necesi dad de superar la escasa producción de acero que frenaba el proceso industrializador. Dadas las limitaciones a la importación, ENSIDESA venía a romper el oligopolio existente en el subsector del acero 54. En el período autárquico, el INI centró su actuación, en función del modelo de industrialización vía sustitución de importaciones, en aquellas actividades rechazadas por el capital privado -bien debido 53
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SIASA se disolvió en 1 971 . Cf R. M;vro, ob. cit., p. 28. Cf Schwartz y M. J. González, ob. cit.
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a su alto coste o por la baja rentabilidad relativa de las mismas-, lo que en definitiva significaba una desvalorización de los capitales públicos. En los anos sesenta, el Instituto Nacional de Industria segmra manteniendo el espíritu fundacional representado por el mencionado principio de subsidiariedad, aunque éste a �optará un nu�v� caráct�r : la > (transferenCla al sector pubhco d e m dustrias privadas con graves dificultades económicas a precio venta joso) y la . En este proceso se inserta la creación de HUNOSA y UNINSA tras el fracaso de la Acción Concertada en los sectores hullero y siderometalúrgico asturianos 5 5 • En 1962 el dictamen del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) -opuesto a la existencia de un Estado empresa rio- recomendaba que el INI no actuase en sectores donde la em presa privada manifestase interés, reservando a la empresa pública industrial el papel de precursora, especialmente en el desarrollo re gional, creando la infraestructura de los futuros polígonos industria les. Algunas de sus recomendaciones se llevaron a la práctica: así, la ley del Plan de Desarrollo garantizaba la preeminencia de la inicia tiva privada, y la supresión de benefícios tributarias y financieros a las empresas del INI restaba a estas posibles ventajas en el �mbito . competitivo. Resulta significativo al respecto, que durante la v1gene1a del segundo Plan las inversiones se dirigieran a empresas de nula o baja rentabilidad -el 78% de la inversión total se canalizó en este sentido- 56 • En 1969 López de Letona, desde el Ministerio de Industria, trató de reforzar el papel del INI como instrumento de política industrial, aplicando un concepto de subsidiariedad más beligerante en �avor de la empresa pública. La falta de apoyos a esta propuesta h1zo que fracasase, especialmente en sectores como el siderúrgico y el eléctrico. Posteriormente Boada, nombrado presidente del INI en 1 970 por López de Letona, intentará aplicar el criterio de rentabilidad a las empresas públicas con el objetivo de abordar la urgente reestructu ración que exigían algunas empresas del INI y de conseguir, a su vez, una mayor aportación patrimonial del Estado al Instituto. Paralela mente, se llevará a cabo un proceso de enajenación, concentración y reestructuración técnica de algunas empresas públicas. Un claro 55 Jbid. , pp. 1 33 ss. vv AA, Crecimiento... , 56 Cf M. Boyer, ob. cit.
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453 ss.
Evolución y efectos de la política económica franquista
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e�?onente de la estrategia dei INI e n esta etapa l o constituye la fu s!O� de ENSIDESA y UNINSA en diciembre de 1973 , fusión que obli gara a proyectar la producción siderúrgica hacia el mercado exterior dada la relativa saturación interna, evidenciándose entonces la escas� competitividad de estas empresas fuera del mercado nacional 5 7 . El segundo informe del BIRF, realizado en 1 972, exponía la ne _ cesJdad d � reestructurar los sect �r�s del acero, minería del carbón y , naval del INI, sugmendo su reprivatización una vez construccwn . alcanzados mveles de rentabilidad aceptables 5 8 . E � pes� c �eciente de empresas deficitarias, la escasa capacidad de autofma? ClacJÓn, la renuncia a una mayor integración vertical de sus pro� uccw� es, � la aceptación de discriminaciones tarifarias (o de pr�ClOS mas ? aJOS o costes más elevados) respecto a las empresas . pn�adas, pus1eron en ev1dencia la caducidad de los princípios fun dacwnales del INI, sólo reconocida a partir de 1974, cu ando se re chaza la subsidiariedad en favor de la supeditación a los intereses generales y a la complementariedad de los sectores público y privado.
57 Sobre la cuestió n de la financ iación de las ob ras ya citadas, puede verse S. Esteban Coca, «La empresas públicas, además de las financiación de las inversiones dei INI.,, en Economia industrial, Madrid, 1971, pp. 43 ss. Una relactón de las empresas afectadas por dichos proces os entre 1 948 y 1 976, así como la constatactón de la imensificación de los mismo s a partir de 1971, aparece en Sch�artz y M. J. Gon ál z, ob. cit., p. 252. Cf R. Myro , ob. � � No fue hecho pubhco por desacuerdo de! Ministerio de cit., p. 35. Hacienda con algunas obse � acwnes sobre e! ststema ftscal y los incentivos a la industria. Cf M. Boyer, ob. clt.
2.
EL FACTOR TRABAJO: AN Á LISIS CUANTITATIVO
El factor trabajo: análisis cuantitativo
33
fluctuaciones dei mercado laboral y su dinâmica interna a lo largo de estos aiios.
I. MOVIMIENTOS MIGRATORIOS Y MANO DE OBRA
Los movimientos migratorios inciden en el proceso de transforma ción de las estructuras regionales ai mantener una estrecha correla ci?n con los indicadores demográficos (natalidad, activos, envejeci mJento de la P ?blación etc.), económicos (v.gr. renta per cápita) y estructurales (mvel de rema agraria, equipamientos sociales, etc.), de manera que aparecen como efecto y causa en la dinâmica socioeconó mica
La estructura económica provincial ha venido determinada por el predomínio dei sector industrial, que ya en �? 62 generaba el 54,12°�o dei valor aiiadido bruto (VAB) total de la regwn. Los subsectores mas destacados eran Minería (3 1 ,6% dei VAB industrial) y Metálicas bá sicas ( 1 7% ), seguidos de Construcción y Obras públicas ( 1 1 ,_3 .% ), Electricidad (8,3% ), Químicas (7,7% ), Transformados metahcos (7,5%) y Cerâmica, Vidrio y Cemento (6, 1 °/� ) 1 • . , . El desarrollo histórico de los sectores mdustnales bas1cos en Asturias ha constituído, asimismo, un obstáculo al crecimiento dei resto de la actividad manufacturera, en especial de la industria de transformados metálicos, dado que el mayor volumen de inv�rsión -tanto pública como privada- se canalizó ha� ia las industnas de cabecera en detrimento de otras ramas producuvas. La i�dustria asturiana presenta, pues, una escasa diversificación sectorial y un bajo nivel de integración productiva, unidos . a una estructura empresarial muy dispersa -unas pocas empresas g1gantes y multitud de pequenas explotacione�-:-· así co� o un emp le? pola rizado hacia sectores de escasa rentab1hdad y ba1o valor anad1do. La situación de cuasi monoproducción ha creado en la economía astu riana una fuerte dependencia respecto a los cambias coyunturales que afectan a las actividades básicas, sometidas a una profunda rees tructuración en los aiios sesenta En este contexto económico situamos el estudio de la evolución dei factor trabajo entre 1 940 y 1 975, analizando el volumen de mano de obra disponible en el sistema productivo regional, así como las
3.
LI.
2•
perspec 1 Porcentajes obtenidos a partir de los datos de SADEI, Situación actual y 386. p. II, vol. 973, 1 Madrid, , Asturias en tivas de desarrollo 2 El panorama general de la economía asturiana durante cstos aiios en SADEI, i I, II Y !li Situación actual y perspectivas de desarrollo en Asturzas, �adnd, 1 973, v�ls. , asturzana economza la de aczon estructur la de a Una visión sintética en SADEI, Program Oviedo, 1 967, parte I, pp. 5-1 1 . •
.
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El exterior, recurso compensatorio de los desequilíbrios regionales
La movilidad de la mano de obra, en tanto ésta constituye un factor básico de la producción, responde a mecanismos de ajuste interno dei mercado laboral, de modo que la distribución de la fuerza de trabajo se realiza según criterios de aprovechamiento de dicho factor en el conjunto dei sistema productivo. Las tensiones socioeconómicas que la incapacidad de absorción dei to :ai de ma�o de obr� disponible generan en e! mercado regional, trataran de paharse med1ante la expulsión o canalización de dicho excedente, propiciándose así la emigración exterior -en este caso �ltramarin�, continental o peninsular- y la reasignación sectorial � mtersectonal de los activos (inducida por las remas salariales). P ?r otra parte, la flexibilización de las trabas institucionales que permiten un mayor dinamismo dei mercado interno de trabajo, pue den converur. a la rema salarial en inductora de una pérdida no deseada de cierto segmento de mano de obra --v.gr. la salida hacia Europa en los aiios sesenta de obreros cualificados atraídos por ma yores salarios. Asturias, durante 1 940-1 960 experimenta fuertes movimientos mi gratorios con saldo negativo en el decenio 1 941 - 1 950 (pérdida de 3
..
Cf SADEI, Situación . , vol. III.
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34
2 244 efectivos) y positivo en el siguiente (las entradas superan a las salidas en 2 1 14 personas), de modo que uno y otro se compensan dando como resultado un balance final de 130 pérdidas para cl pe ríodo 1941-1960. El desglose de los datos por quinquenios desvela
la intensidad y cambios de signo habidos en la corriente migratoria de estos anos (véase cuadro 1). CUADRO
Fuente:
1.
SADEI,
Saldo migratorio en Asturias,
1 941-1960.
A nos
Saldo migratorio
1 94 1 - 1 945 1 946-1 950 1 95 1 -1 955 1 956-1 960
6 077 8 321 20 407 - 1 8 293
-130
Total 1 941 - 1 960 % población 1950
0,0
Situación actual y perspectivas de desarrollo en Asturias, Madrid, 1973,
t. 1 1 1 , p.
88.
La emigración ultramarina tiene especial relevancia entre 1946 y Iniciada débilmente en 1 946 (738 salidas re gistradas), mantendrá un elevado promedio anual durante el período senalado, representando el 5,5% dei total nacional de salidas trans oceánicas, y afectando al 30% de la población asturiana a lo largo de esos anos. No obstante, el fin dei conflicto internacional y la intensificación dei trabajo en las minas e industrias en la segunda mitad de los anos cuarenta, propiciaron la llegada de inmigrantes, que unidos al constante reflujo de emigrantes ultramarinos, permi tieron equilibrar, en parte, la corriente emigratoria transoceánica 4•
1957 (véase cuadro 2).
CUADRO
Fuente: 4
2.
Emigración transoceánica de Asturias,
1946-1960.
A nos
Emigrantes
Promedio anual
1 946- 1 950 1 9 5 1 - 1 955 1 956-1 960
1 0 353 13 716 9 1 00
2 071 2 743 1 820
SADEI,
Situación actual y perspectivas de desarrollo en Asturias, Madrid, 1973,
Jbid., pp. 84 ss.
t. 111, p.
89.
E! factor trabajo: análisis cuantitativo
35
A finales de los anos cincuenta se invierte la tendencia, y las sah. as a Ultramar comienzan a disminuir al iniciarse la emigración haCia Europa, aunque en Asturias, a diferencia dei resto de Espana -con excepción de Canarias y Galicia- la tradicional corriente ultramarina seguirá manteniéndose, incluso todavía con cifras su periores a la �migración continental, durante la vigencia dei Plan .. de Estabthzactón. Así, entre 1 959-1962 se registraron 5 868 salidas transoceánicas y 2 065 continentales. En 1970, Asturias era la oc tava provincia espanola en cuanto a emigración ultramarina, lo que r�presentaba una participación dei 2,7% en esa corriente emigrato _ na a mvel nacional. Los principales países receptores de emigrantes asturianos fueron _ Argentma, Australia, Canadá y Venezuela, que acogieron a casi las dos terceras partes de aquellos entre 1968 y 1970 5 . El número de regresos era también importante en Asturias' re gistrándose 1 3 ?46 �:tornos de Ultramar entre 1946-1962, lo que supone una emtgracwn neta para el período de 22 799 efectivos 6 . En 1957 se inicia la salida de trabajadores espanoles hacia Euro pa, proceso que se acentúa a partir de 1959 con la recesión econó mica subsiguiente al Plan de Estabilización. Entre 1962-1965 (anos en que 1� emigración continental adquiere mayor intensidad) salen de Astunas con destino a los países europeos un total de 5 932 per sanas, que representan el 2 1 ,7% de los emigrantes dei período indi cado (véase cuadro 3). A pesar dei considerable crecimiento económico espano! en los anos sesenta, la emigración, ahora canalizada hacia Europa, conti _ nuana en busca de más altos salarios y mejores oportunidades labo rales, aspecto éste dei que se hacían eco las fuentes oficiales :
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', de tal modo, que el cambio de localización industrial conllevó un inme diato desplazamiento de la mano de obra empleada en las empresas trasladadas -Fábrica de Mieres y Duro Felguera- 29. A partir de 1 966, los 3 1 49 trabajadores de la planta siderúrgica Duro Felguera pasan a UNINSA, aunque en principio se les mantiene en el centro de trabajo de Langreo, efectuándose escalonadamente el proceso de integración en las nuevas instalaciones de Gijón. En la factoría de La Felguera el traslado de mano de obra a Veriõa comenzó a realizarse a finales de 1 970. A principias de 1 971 , UNINSA inició el traslado de personal de la Fábrica de Mieres (un total de 1 520 trabajadores). En 1 971 , 2 748 empleados de las anti guas faotorías siderúrgicas ubicadas en las cuencas mineras se habían integrado en la planta de UNINSA-Veriõa. La forma y condiciones de dichos traslados generó conflictos entre la empresa y los traba jadores, no porque éstos se opusieran a la movilidad geográfica, sino por la desinformación que tenían acerca dei proceso, y la inseguridad que ésta generaba: la población afectada temía no encontrar vivienda o ver descender su nivel de vida 30. La atracción de Gijón sobre la población migrante también se 29 Según Berta López, da oleada inmigratoria ocurrida entre 1960 y 1975 cons tituye una autêntica invasión» (ob. cit., p. 268). La cita en p. 253. 30 Se dio la posibilidad de rescisión de contrato a quien lo desease, y se previeron jubilaciones anticipadas para los que quedasen en las instalaciones en funcionamiento de la factoría langreana. Véase encuesta realizada en 1 969 ai personal de UNINSA en Mieres y La Felguera: SADEI, Estudio sociológico sobre el comportamiento del personal a trasladar a la nueva factoría de UNINSA en Veriiia, Oviedo, 1 969.
El factor trabajo: análisis cuantitativo
47
dejó notar en los municipios limítrofes -Villaviciosa, Siero y Ca rreõo--, así como sobre los concejos de Luarca, Tineo, Cangas, y dei oriente asturiano. Entre 1 960-1 975, el número de inmigrantes gijoneses ascendió a 84 328, de los cuales el 62,2% procedían de los concejos menciona dos; un tercio (el 34%) de otras provincias espaõolas -mayorita riamente de León y Lugo-- , y el 3,6% eran extranjeros 3 1 •
I I . L A POBLACIÓN ACTIVA REGIONAL
La cuantificación y distribución de la población activa asturiana en tre 1940 y 1 975 ofrece serias dificultades, derivadas de la discordan cia de los datos en función de las fuentes utilizadas. Por otra parte, sólo el Instituto Nacional de Estadística (INE) aporta una serie ho mogénea, de 1 950 a 1 975, que permite, con la debida fiabilidad, realizar el análisis diacrónico de los activos regionales. El silencio estadístico es total para 1 940 y el resto de la década 32• Nuestro análisis se centrará en el sector secundaria, por ser éste el que concentra las actividades industriales que interesan a la ma yoría de la población obrera. Asimismo, utilizamos el concepto clase obrera en sentido restrictivo, aplicándolo exclusivamente a la pobla ción obrera industrial, que, por otra parte, es la dominante cuanti tativamente entre los empleados dei sector secundaria. 31
Berta López Fernández, ob. cit., pp. 253-269. La comparación de las cifras dadas por SADEI en sus diversos estudios, por la Organización Sindical a través de sus informes, y por las publicaciones ya clásicas de Julio Fonseca Rodríguez, Análisis estructural de la economía asturiana, Oviedo, 1972, pp. 72, 74 y 84 ; y de L. M. Fernández Canteli et ai., E/ porvenir de Asturias, Oviedo, 1972, p. I O, sería una muestra significativa de la divergencia de las fuentes en cuanto a los datos sobre la población activa regional. Los datos porcentuales que para 1940, 1950, 1960 y 1 970 aparecen recogidos en C. Criado y R. Pérez, ob. cit., p. 60, basados en los censos de población, han resultado totalmente discordantes con otras fuentes estadísticas, y de ellos resulta una sobreestimación de los activos dei secundano. Sm embargo, es la única fuente que aporta datos de 1940, aunque dadas nuestras reservas hacia las cifras citadas por dichos autores -pues no pueden ser corroboradas con las absolutas de las que se suponen extraídas, y aquellas no concuerdan con otras fuen tes- no han sido incluidas en el cuadro 8, considerando, no obstante, de interés su conocimiento. Así, según Criado y Pérez, en 1 940 e! 40,27% de los activos re?ionales pertenecen ai sector primaria; el 38,45% ai secundaria, y el 27,3% ai terctano. 32
48
Carmen Benito de/ Pozo
11.1. Evolución y reparto sectorial de los activos
La inexistencia de datos precisos acerca de la población activa astu riana en 1940 no permite estimaciones concretas sobre su distribu ción sectorial aunque las cifras relativas de que dispone mos, junto con las aportaciones que ofrece el análisis del movimiento de la mano de obra en la década de los cuarenta, así como la situación reflejada estadísticamente para el decenio siguiente, confirmarían el predomi nio del sector primaria, con cifras en torno al 47% del total de activos regional es ; porcentaje que establecemos a partir de las si guientes consideraciones : si a nivel nacional dicho porcentaje era del 50,5% en 1 940 y en 1 950 del 43,3% en Asturias , la cifra relativa debe fijarse entre ambos parámetros, es decir, ser inferior a la na cional en función de la importancia del sector secundaria en Astu rias, y concretamente de la población activa minera, de considerable peso en el total regional -el número de obreros en las industrias extractivas era de 36 542 en 1 943, y el de empleados en el metal de 7 323-, y superior al de 1 950, dada la menor actividad industrial de los aiíos precedentes (véanse cuadros 6 y 7) 33. E! sector secundaria representaría, pues, en 1940 alrededor del 33% de los activos de la provin cia, y el terciario un porcen taje no superior al 20% . Valoraciones que, reiteramos, tienen un carácter meramente aproximativo. Los datos estadísticos de 1 950-1 975 reflejan , en general, para As turias una considerable presencia de activos en el sector primaria hasta 1 970; una sólida implantación del secundaria, y un lento cre cimiento del terciario -que mantiene una modesta participación en el total de activos hasta 1 970 (véase cuadro 8). En 1 950 el sector primaria acapara el 43,3% de la población el activa asturiana, aunque destaca la presencia del secundaria con al-, nacion nivel a a registr se que 35,8% -muy por encima del 26,5 en función de la expansión de las industrias extractivas (56 1 5 1 efec ia. tivos) y de la actividad fabril -fundamentalmente siderometalúrg a polític la por adas impuls s, minera ades El desarrollo de las activid ales sectori cias diferen las explica 950, 1 9401 autárquica de los aiíos as que desde el punto de vista del empleo se presentan en Asturi
33 La distribución sectorial de los activos nacionales en Ramón Tamames, Estruc tura económica de Espana, Madrid, 1 985, p. 32.
49
E! factor trabajo: análisis cuantitativo CUADRO
Número de obreros empleados en las mm as de A sturias,
6.
1943-1953.
A nos
interior
exterior
total
Total mmas carbón
24 747 25 751 27 909 29 654 28 309 30 380 31 988 32 655 3 3 323 33 865 32 9 1 3
1 0 554 1 1 276 12 8 1 3 1 1 772 12 221 1 4 634 1 5 850 16 364 16 809 16 6 1 2 1 6 986
35 301 37 027 40 722 41 426 40 530 45 014 47 838 49 0 1 9 50 1 32 50 477 49 899
36 1 8 1 38 042 41 856 42 950 42 1 58 46 842 49 732 5 0 807 51 637 52 297 51 875
Minas de hulla
1 943 1 944 1 945 1 946 1 947 1 948 1 949 1 950 195 1 1 952 1 953
Total % obreros industrias hullal extrac. extrac. >:· 36 542 38 492 42 1 97 43 3 1 5 42 523 47 240 50 1 89 51 357 52 241 53 201 52 685
96,6 96,1 96,5 95,6 95,3 95,2 95,3 95,4 95,9 94,8 94,7
Nota: Hulla, antracita, hierro, manganeso y wolframio. Fuente: INE, Reseiia estadistica de la província de Ot•iedo, 1950, Madrid, 1956. Elaboración propia. ,,.
CUADRO
7.
Número de empleados en la industria metalúrgica de Asturias, 1943-1953.
A nos 1 943 1 944 1 945 1 946 1 947 1 948 1 949 1 950 1 951 1 952 1953
Hierro acero
Otras >:·
Total
% hierro y acero del total
5 794 6 1 24 2 885 1 666 1 1 46 l 293 7 017 7 658 7 568 7 251 8 523
1 529 1 541 1 703 1 724 1 928 2 093 1 903 2 023 I 974 1 967 2 131
7 323 7 665 4 588 3 390 3 074 3 386 8 920 9 681 9 542 9 218 ! O 654
79, 1 79,8 62,8 49,1 37,2 38,1 78,6 79,1 79,3 78,6 79,9
y
,,. Cinc y cobre; desde 1948 también alumínio. Los empleados en la metalúrgica de! cinc representan cerca de! 70% de los trabajadores de estas industrias metalúrgicas minoritarias. Fuente: INE, Reseiia estadística de la província de Oviedo, ano 1959, Madrid, 1956. Elaboración prop1a.
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Carmen Benito dei Pozo
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Carmen Benito de/ Pozo
dario en la actividad económica general de ambos municípios, y propiciando el trasvase de trabajadores al sector terciario, así como la ya seiialada pérdida de población en un intenso proceso emigrato no. La mayor incidencia de la reestructuración hullera entre los ac tivos de Mieres deriva de la preeminencia económica del subsector en este concejo. Si, como vimos, en 1950, durante el auge de las explotaciones mineras, casi los dos tercios de los trabajadores de Mieres eran mineros , en 1 975, después de la profunda reconversión industrial, éstos representan algo menos del 50% . En cifras absolu tas, la reestructuración siderúrgica -desmantelamiento de las histó ricas factorías de Duro Felguera y Fábrica de Mieres- afectaría de modo similar a ambos municípios. Langreo en 1 975 presenta un reparto más equitativo de sus acti vos industriales entre los subsectores tradicionales : 28, 1 % en mine ría y 25,6 en siderometalurgia, situación que ya presentaba en 1 960, aunque con índices porcentuales más elevados (33,8 y 3 8,9% respec tivamente). Es decir, en Langreo la reestructuración de las industrias básicas no afectó tanto a la distribución interna de la población activa del secundario como a la pérdida global de trabajadores en el município ; ciertamente que las actividades terciarias se beneficiaron de la crisis de empleo industrial, pero en menor medida que en Mieres. La reestructuración sectorial de las ramas productivas más im portantes de la economía asturiana (minería y siderometalurgia), con dicionada, en primer lugar, por una política de concentración en zonas óptimas según su emplazamiento e infraestructura, tuvo pro fundas repercusiones socioeconómicas de signo contrario en las zo nas afectadas, a saber: - La potenciación local del triángulo Oviedo-Gijón-Avilés. - La depresión económica de los concejos de Aller, Langreo y Mieres, que evolucionan del estancamiento a la regresión a lo largo de los anos sesenta y comienzos de los setenta. Los efectos negativos de dicha reestructuración sobre la pobla ción activa de los municípios hulleros se cifran en una disminución del censo de activos motivada por el cierre de explotaciones mineras no rentables, de un lado, y por la incidencia de las enfermedades profesionales de la minería, de otro. Asimismo, se dio un elevado
E/ factor trabajo: análisis cuantitativo
65
índice de jubilados y pensionistas prematuros, y e� tra� lado d� con tingentes obreros a las nuevas áreas de concentraci�n mdustna� . . Langreo perdió unos 3 000 puestos de trabaJo en el tnemo 1 968- 1 971, con una disminución global de activos del 1 8,8% entre 1960-1 975. Por otra parte, el desarraigo de los trabajadores exceden tarios mineros y su traslado a otras zonas tropezaba con el obstáculo de que un 80% eran dueiios de las viviendas que ocupaban. La tasa bruta de actividad pasó dei 3 1 ,7% en 1 960 ai 28,2% en 1 975. Mieres sería uno de los concejos mineros más afectados por la crisis. Desde ei inicio de ésta hasta 1 968 se perdieron unos 5 000 puestos de trabajo en las actividades básicas. El número de activos descendió de 21 91 1 en 1 960 a 16 803 en 1 975, lo que supone una reducción del 23,3% en ei mencionado período (véanse cuadros 1 1 y 13, pp. 62 y 63), pasando el índice de población activa del 34,1 ai 28,3% 4 1 . Oviedo, centro geográfico dei acho asturiano, presenta en 1 950 una situación semejante a la seiialada para Gijón, es decir, una dis tribución equilibrada de su población activa entre los sectores se cundario ( 45,6%) y terciario (48,6% ), con relevancia en aquél de la industria fabril (22%) y la construcción ( 1 6,7%) (véase cuadro 1 0, p. 60). Sin embargo, el sector secundario ovetense. está más dive� si ficado que el de Gijón. En 1 960, y en un p r? ceso mverso al segmdo por la villa gijonesa, las actividades terCianas ya ap� ntaban como predominantes en la capital, con un 53,5% de l� s activos ove:enses empleados en ellas (véase cuadro 1 1, p. 62). A fmales de la dec� a, el sector secundario en Oviedo destaca en las ramas de construccwn, acaparando el 32,7% de los activos regionales dei subse� to�, y de cerámica y cemento, con el 27,4% de los empleados provmCiales en estas actividades. En 1 975 la capital había consolidado su carácter terciario como centro comercial, administrativo y cultural de la región (65,7% de los activos ; v éase cuadro 1 3). A mediados de los setenta, Oviedo aparece configurada como ciudad terciaria, con una población obrera relativamente inferior a la residente en el resto de los núcleos urbanos asturianos, Y con predomínio de la clase trabajadora en las zonas periféricas que bor-
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4 1 Véase Delegación Provincial Sindical de Oviedo, Est �io para la reactiv ción � � desarrollo de Asturias, Oviedo � 9_6 8. En él se recogen smtetlcamente las dotacwnes ; en infraestructura de estos mumC!pws.
y
66
Carmen Benito de! Pozo
dean el núcleo de la ciudad. En Gijón, la población activa se distri buye entre el sector servicios y las actividades industriales, con no tabl� d �sarrollo de la siderurgia. Los diferentes grupos profesionales s� dtstnbuyen formando hábitats fácilmente diferenciables ; la pobla _ _ cwn obrera pre� omma en las zonas industrializadas de la periferia Y en todo el conJUnt� su �urbano ; las áreas que bordean el casco por el sur, acogen a los mmtgrantes extrarregionales y a las categorías _ _ _ procedentes de las cuencas mineras y otras profeswnales mas bajas, 42 zonas de Asturias • Avilés.' que experimentó un rápido e incontrolado crecimiento demográftc� r urbanístico a partir de los aiíos cincuenta, presenta un pred�mmw de poblados obreros, debidos tanto a la iniciativa empresanal �estatal o privada) como de organismos públicos, que ponen de reheve su carácter de centro industrial dominado por EN . SIDESA e mtegrado por todas aquellas actividades industriales resul tado dei eJecto �e arrastre de la factoría estatal siderúrgica 43 • Las zonas mmeras de Langreo y Mieres forman una trama con . tmua de núc!eos urbanizado s, con una población profesionalmente _ muy homogenea, lo que umdo a la pequeiía dimensión de los nú cleos r a su an�rquica estructura urbanística, no permite establecer con mudez la dtferenciación en áreas residenciales 44 •
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E ! factor trabajo: análisis cuantitativo Il.3. Clasificación profesional de los trabajadores industriales
La confección del censo laboral regional, su composición y evolu ción a lo largo del período 1 940-1 975, resulta de gran interés para el seguimiento y análisis de la estructura socioprofesional de Astu rias, permitiendo establecer la importancia absoluta y relativa de las distintas categorías profesionales, así como el peso que desde el pun to de vista dei empleo tiene cada una de las actividades industriales de la región. Sin embargo, su elaboración ha presentado dificultades por la escasez -e incluso inexistencia- de datas, por el carácter parcial de éstos y por la discontinuidad cronológica de las fuentes informa tivas, a su vez poco homogéneas dada la diversidad de su proceden cia. Por ello, hay que valorar con prevención, desistiendo de afir maciones rotundas, las cifras estadísticas presentadas, optando por una interpretación general y reservada de los datas. Así, para los aiíos cuarenta sólo disponemos de cifras referidas al subsector de la construcción, y éstas escasamente desagregadas (véase cuadro 1 4). CUADRO 1 4.
Censo provincial de empresas ción, 1 948.
CONSTRUCCJÓN
y
trabajadores de la construc TOTAL
OBRAS P ÚBLICAS
Empresas Trabajadores Empresas Trabajadores Empresas Trabajadores
. 42 Acerca_ de la evolución demográfica y espacial de Oviedo, véase F. Quirós Lmar�s : _'' Ov1:do,, en Ge�grafía de Asturias, Salinas, 1 983, vol. 3, cap. n . Un estudio geograflw mas pormenonzado de Ov1edo en los anos 1940- 1 950 en serg10 · TorneF ernan - dez, _ Ovtedo, la formación de la ciudad burguesa, 1850-1950, Oviedo, 1988. Ex1sten reCJentes 1 nvest1�acwnes sobre población, industria y urbanismo en Gijón: _ ; Fehpe F rnandez _ , ob. �lt. _ Bert� Lope García, La franja periurbana de Gijón, Gijón, : � 198 � , Ramon M. Alvargonzalez, Industrza y espacio portuario en Gijón ' 2 vols., GIJon, 1 985. :: Sobre Avilés, vé�se Guill �rmo Morales Matos, ob. cit., 2 vols. Para Langreo, vease Aladmo Fernández García, ob. cit.; para Mieres, Ramón , Perez, y [ . . .] llam ém os la a nóma la , s it ua cw n en q ue nos encont ram os resp ect o a la a yuda q ue la Admi nis tra ció n ha v enid o p res ta ndo a es tas m inas. E n nuest ro cas o s e da la pa rad oja , trist em ent e curiosa, d e q ue la p rima q ue la emp resa viene satis fa ci end o ai p ers ona l en v irtud d ei D ecret o d e 22 d e ma yo d e 1 962 ha s id o y vi ene si end o sa tisf echa s ob re la tota lidad d e la p rod ucció n b ruta , lo mism o q ue ocurre con la d e 20 pta , con nuest ra cont rib ució n a la Caja
92
Carmen Benito dei Pozo
d e Jub ila cion es y Subs id ios d e la Min ería y el cum pl im ien to d e nu es tros d eb eres f is ca les , la a yuda qu e s e v ien e recib iendo d e la Adm in ist ra ción es so lam en te d ei 50% po r tra ta rs e d e ca rbon es no lavados 25• En este sentido, se constata que las medidas de reestructuración tendentes al saneamiento de la industria extractiva hullera mediante la clausura de minas marginales y de escasa rentabilidad -comen tadas en el apartado anterior- surtieron efecto. El paso siguiente sería la concentración empresarial y el reajuste interno de las grandes y medianas empresas ; el instrumento utilizado entonces fue la rees tructuración de plantillas. La escasa importancia relativa del número de expedientes tramitados por tal motivo es consecuencia directa de las pocas empresas hulleras resultantes de esta segunda fase del pro ceso reestructurador. Ahora bien, si el balance de 1 36 cierres de exploraciones hulleras en doce aiíos y en un ámbito espacial muy reducido -circunscrito prácticamente a las cuencas del Nalón, Caudal y Aller- nos apro xima a la gravedad económica del problema minero en Asturias, la . cifra de 4 436 despidos y 3 794 jubilaciones anticipadas ( es dem, 8 230 rescisiones de contratos de trabajo) nos concede una idea exac ta de su magnitud. Los despidos (y en general, las rescisiones de contrato) están estrechamente vinculados a los cierres : la correlación temporal de ambos hechos lo demuestra a simple vista, pues el 49,7% de los despidos se produjeron en 1 966-1 967. Tras la creación de HUNOSA, los despidos disminuyen considerablemente, en tanto se incrementan las jubilaciones anticipadas, escasas -excepto en 1 965- en aiíos anteriores. Es más, estas jubilaciones anticipadas son resultado ex clusivo del proceso de reajuste de plantillas en la empresa pública: los 603 afectados de 1 968 y los 1 4 75 de 1 969 proceden de sendos expedientes promovidos por HUNOSA; el 95,7% de las jubilaciones anticipadas registradas en 1 972 son fruto de tres expedientes de HUNOSA, y el resto del promovido por la empresa Solvay y Cía., que con la remodelación interna de su plantilla, efectuada en 1 972, generó unos excedentes laborales resueltos con 61 jubilaciones antici padas. Las suspenswnes temporales de contratos afectan especialmente 25 Delegación l'rovincial de Trabajo, «Expediente de reestructuración de planti lla», núm. 64/67.
Coyuntura y transformaciones económicas
93
a trabajadores de empresas no concertadas que atraviesan por difi cultades económicas coyunturales ( disminución de la fertilidad de las capas en explotación, acumulación de stocks, etcétera). En 1 966 se registra una elevada cifra de suspensiones dado que, a comienzo de los cierres, una parte importante de los trabajadores afectados tenía expectativas de recolocación laboral en otras empresas, por lo cual no se les rescindía el contrato. Tal es el caso de la plantilla de Minas Escobio: de 264 mineros con suspensión temporal de contrato, los 1 90 de interior fueron transferidos a S. M. Duro Felguera; en 1 967 la empresa Ortiz Sobrinos trasladó a 1 49 de sus 1 60 trabajadores (el resto fue despedido con anterioridad) a Fábrica de Mieres 26• En empresas concertadas, las suspensiones obedecían, por lo ge neral, a cierres parciales, de modo que los afectados permanecían en espera de reiniciación de las labores o reajustes de plantilla que per mitieran su incorporación activa. En cuanto a traslados y modificaciones de contrato (és tas son escasas), con anterioridad a 1 967, el 7 1 ,3 % de los afectados perte necía a las grandes empresas hulleras posteriormente incorporadas a HUNOSA. Su cambio de centro de trabajo o sección estuvo motivado por cierres de instalaciones o reducción de plantilla (excedentes pro ducidos por reconversión tecnológica o mecanización de labores). Las modificaciones de contrato suelen referirse al establecimiento de turnos o alteración de la categoría profesional. Después de 1 967, la totalidad de trasladados -excepto 65 traba jadores de Mina Fortuna cerrada por agotamiento de la explotación en 1 968- pertenecen a HUNOSA. La mayor intensidad de esta mo vilidad interna de mano de obra se produce en 1 968 y 1971 - 1 972 (ver cuadro 20, p. 91 ). En 1 968, 778 trabajadores fueron trasladados por concentración de instalaciones ( almacenes y talleres), los 3 1 4 restantes a consecuencia d e cierres. A l respecto, e l expediente que afectó a un mayor número de empleados fue el tramitado en no viembre de 1 968, en solicitud de autorización para el traslado de 520 trabajadores con ocasión de la concentración de talleres en Santa Ana (Langreo) y Turón (Mieres) : 26 Esta absorción de excedentes laborales por parte de las minas en activo res ponde ai fenómeno comentado en el capítulo 2 de la necesidad de mano de obra especializada de interior (picadores, vagoneros, etc.) frente ai exceso de personal de exterior.
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Carmen Benito dei Pozo
[ ... ] en tr e lo s obj etivo s de la Empr esa , se tien de a una m ejor pro du ctiv ida d tan to por m ejora de m éto do s, como por una agrupa ción y r econv er sión de to da s la s un ida des de explo ta ción y serv icio s ; qu e en la a ctual ida d lo s Ta ll er es de Man ten im ien to con una disp er sión g eográf ica ha cen dif ícil el cum pl im ien to ef icaz de su s f in es fun dam en tal es, y por ello el subv en ir �o da s y ca da una de la s n ecesida des de la s m ina s, pozo s, etc. En con secu en cJa , para ev itar lo s tra storno s de mov im ien to y enla ce en tr e lo s Tall er es y un ida des de explo ta ción , se pr eten de con cen trar to do s lo s trabajo s de lo s m ismo s en do s tall er es g en eral es qu e por su situa ción g eográf ica pu edan a ten der a to da la Empr esa , por lo qu e se situaron en San ta Ana y Turón ; [. .. ]la a dscr ip ción de lo s trabaja dor es obj eto dei tra sla do a lo s dif er en tes pu esto s de trabajo de lo s cita do s Tall er es C en tral es, se ef ectuará conjugan do en la m edida n ece sar ia , tan to su esp ecial ida d como su dom icil io , a lo s ef ecto s de qu e el tra s la do , qu e en alguno s ca so s se l es impon e, l es cau se lo s m ín imo s in conv e n ien tes po sibl es [. .. ] 27• En 1 971 , sin embargo, más del 85% de los traslados obedecen al cierre de minas, pozos y secciones ; y en 1 972 el porcentaje se eleva al 94% . Existe, pues, una diferencia cualitativa entre los primeros trasla dos realizados por HUNOSA, fruto de una inicial racionalización de las explotaciones basada en la remodelación de las instalaciones he redadas, y los efectuados con posterioridad a 1 970, una vez en vigor el Plan de Reestructuración de HUNOSA de 1 969, estatalizada la em presa y puesta de manifiesto la necesidad de adaptar su estructura productiva a los objetivos económicos previstos. Para ello hubo de emprenderse el cierre de minas y centros de trabajo de escasa ren tabilidad. En razón de dicho Plan se justifica, asimismo, el recurso a las jubilaciones anticipadas para efectuar las reducciones de plan tilla fijadas. Y fueron, precisamente, los objetivos de amortización de puestos de trabajo los únicos alcanzados por el Plan entre 1 969-1 975. 27 Deiegación Provincial de Trabajo, Expediente de regulación de empleo, núm. 142/68. Se dictó resolución favorable a dicho expediente ei 24 de abril de 1969. AI expediente se unen los informes emitidos por ei Jurado de Empresa �opuesto a los traslados dei personal de exterior por temor a que la empresa promov1ese un futuro expediente de crisis para despedir a los excedentes que, por no tener a�ignada . ocu pación concreta, ahora se integraban en una Bolsa de TrabaJO), Deiegacwn Provm��al de Industria (favorable), Sindicato dei Combusuble (mforme no v1sto), e lnspeccwn de Trabajo (partidaria de no autorizar todos los traslados de golpe sino escalonada mente).
Coyuntura y transformaciones económicas
95
Los criterios utilizados por las grandes y medianas empresas para efectuar las rescisiones de contrato fueron los siguientes : - En caso del cierre de grupos, por tratarse de centros de tra bajo independientes, quedaba afectada la totalidad de la plantilla. Se ofrecía, sin embargo, a una parte de ella el traslado con la misma categoría a otro grupo de la empresa, aceptando las condiciones de trabajo vigentes en el nuevo centro y con renuncia de los derechos adquiridos ; no se les concedía indemnización (primas por desplaza miento ni dietas de salida) aunque conservaban la antigüedad. - El ofrecimiento de traslado solía realizarse a la plantilla de arranque, preparación y transporte, es decir, a picadores, posteado res, vagoneros, barrenistas, ayudantes de barrenistas, artilleros y ma quinistas de tractor. El resto de personal de interior y exterior era cesado. Hay que tener en cuenta que dentro de las categorías a las que se ofrecía la posibilidad de traslado, se encontraban trabajadores con enfermedades profesionales que, por sus condiciones físicas, no podían realizar trabajos propios de su categoría; éstos pasaban a completar las plantillas de los restantes trabajos dentro de los nuevos centros . - En el caso de cierre parcial de un grupo o de los servicios generales del exterior, subalternos y empleados, el cese se iniciaba dentro de cada categoría por los mayores de 50 anos, continuando por los incorporados más recientemente. Este criterio mixto tenía como finalidad evitar el envejecimiento de la plantilla que resultaría de la aplicación exclusiva del criterio de menor antigüedad en la empresa, . Entre los cesados s e incluían también a los trabajadores que, por presentar condiciones físicas deficientes, apenas realizaban labores productivas 2 8 • 2 8 Deiegación Provincial de Trabajo, expediente tramitado en marzo de 1964 por la Sociedad Hulleras dei Turón, anexo núm. I (la cita en p. 16 de éste) ; expediente núm. 1 12/65 promovido por S. M. Duro Feiguera en diciembre de 1 965. En este último se justificaba también con argumentos de carácter social la aplicación dei cri terio mixto en los despidos: «Por otra parte, desde ei punto de vista humano parece p referible una solución a base de una jubilación decorosa para personal prácticamente
96
Carmen Benito de/ Pozo
Los despidos por reajuste de plantillas se realizaban aplicando los criterios anteriores de forma que se mantuviese la adecuada pro porción de ofícios y categorías profesionales. Las reducciones de plantilla recaían preferentemente sobre e! personal de exterior, por ser éste e! más numeroso y menos productivo. - Las condiciones económicas generales para los afectados por rescisión de contrato eran las siguientes : a . AI personal jubilado forzoso, la obtención de una jubilación similar a la que percibirían si tuvieran la edad media de jubilación dei personal de exterior de Minas de Carbón; b . A los cesados por condiciones físicas dismi nuidas, una pensión vitalícia por invalidez o compensación econó mica por una sola vez; c. A los despedidos por menor antigüedad, indemnización de un mes por ano de servicio, hasta un máximo de 12 meses 2 9• Cuando los cierres afectaban ai total de explotaciones de una empresa de pequena o mediana dimensión y no concertada, la im posibilidad de efectuar trasvases internos de plantillas, no permitía otro recurso que e! despido de todos sus empleados y, en el mejor de los casos, la realización de gestiones con empresas más sólidas a fin de recolocar a una parte de los trabajadores -lo que no resultaba difícil para el personal de arranque, pero era, precisamente entre éste, donde los excedentes laborales eran menos cuantiosos- 3 0 • HUNOSA ofreció ventajosas condiciones al personal de exterior mayor de 55 anos que en 1 968 y 1969 se acogió a la jubilación anticipada (los comprendidos entre 55 y 60 anos de edad) y volun taria (con 60 ó más anos). Entre ellas, cabe senalarse la garantía de percepción de la diferencia que pudiera existir entre la pensión o subsídios por todos los conceptos a que tuvieran derecho y e! total de los ingresos líquidos percibidos en e! ano anterior por razón de su trabajo, a excepción de lo devengado por horas extraordinarias, en edad de jubilarse, que el despido masivo a personal joven o de edad media con los problemas de adaptación a otro trabajo que en muchos casos pudieran presentarse». 2 9 Delegación Provincial de Trabajo, >, núm. 1 12/65, presentado por S. M. Duro Felguera. La Circular núm. 6/1966 de la Dirección General de Empleo establece los criterios de resolución y normas de pro cedimiento a seguir en los expedientes de crisis de empresas hulleras durante el pe ríodo 1966-1969 (AHP/AISS-Turón, caja 4496). 30 Delegación Provincial de Trabajo, (art. 45). Los mineros estaban obligados a trabajar, en situaciones excepcionales, mayor número de horas que el senalado para sus respectivas jornadas, tanto si la segu3 La jornada ordinaria de siete horas en e! interior de las minas -vigente con anterioridad a 193&-- experimentá continuas modificaciones entre 1938 y 1 945, flue mando entre siete y nueve horas diarias al socaire de las disposiciones coyunturales. Durante estos anos, los incrementos de la jornada de trabajo se abonaban con un recargo dei 30-40% sobre e! salario base. AI respecto véase Ramón García Pineiro, ob. cit., pp. 59-60.
Condiciones de trabajo de la clase obrera asturiana
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ridad de las labores lo exigía como si la empresa lo juzgaba necesario para finalizar trabajos indispensables. Las horas de exceso sobre la jornada ordinaria se retribuirían de acuerdo con las disposiciones legales vigentes, es decir, las dos pri meras horas extraordinarias se abonarían con el recargo de un 30% y las siguientes con el 40%, prohibiéndose la realización de más de cuatro horas extras diarias. En junio de 1 940 se autorizó el trabajo dominical en las explo taciones mineras, compensándose en metálico el día de descanso se manal. La Orden de 16 de enero de 1 946 lo suprime : 4 . B. Para los trabajos de exterior, la jornada era de ocho horas efectivas, distribuidas según criterio de la empresa previa aprobación de la Inspección. Quedaban excluidos dei régimen de jornada legal los guardas jurados con casa-habitación dentro de la zona de su vigilancia. El descanso para comer era totalmente a cuenta dei obrero, sien do su duración de 30 a 60 minutos en los trabajos a relevos. El trabajo realizado en domingo se abonaría según lo dispuesto en la legislación vigente. 3.
Clasificación de/ personal
El personal empleado en la minería dei carbón aparece subdividido en cmco grupos: Personal obrero. Personal subalterno. Empleados administrativos. Empleados técnicos no titulados. Personal titulado. Dentro de cada grupo se fijan las categorías profesionales en 4 Orden 16 de enero de 1 944 (BOE, 24 enero). La legislación en adelante citada procede de la mencionada obra de Aranzadi en los anos correspondientes, o de vv AA, Enciclopedia jurídica espaiiola, Barcelona, apéndices anuales.
192
Carmen Benito dei Pozo
Condiciones de trabajo de la e/ase obrera asturiana
atencwn a las tareas realizadas, y en el caso del personal obrero, según se trabaje en el interior o exterior de la mina. La tabla salarial recoge la jerarquía funcional establecida al respecto (véase cuadro 30): la peculiaridad de la organización productiva minera y la espe cialización de los trabajos de interior genera una diversificación pro fesional tal, que se contabilizan dieciséis categorías distintas entre los obreros de interior, a las que se anaden las seis correspondientes a la mano de obra de exterior. CUADRO
30.
Exterior
Tabla salarial (retribución fija por jornada) de! personal obrero de las minas de carbón. 1944-1945 Jornal
Plus
1946 Total
jornal
Interior
1 93
�
I
Obreros de oficio l .' Obreros de oficio 2: ....................... Obreros de oficio 3 .' .. . .. . . .. . . ....... . .. . . ·······················
1 0,00 10,00 1 0,00
4,75 2,75 1 ,50
1 4,75 12,75 1 1 ,50
1 7,00 16,00 1 4,00
Ayte. 1 6- 1 8 anos ............................. Ayte. 1 8-20 anos ............................. Ayte. más de 20 anos ......................
7,50 9,00 9,50
0,00 0,25 0,50
7,50 9,25 10,00
8,00 10,00 12,00
Peones especialistas .................. ....... Peones .............................................
9,50 9,50
0,50 0,00
1 0,00 9,50
1 2,00 1 1 ,50
Pinches 1 4 - 1 6 an os Pinches 16- 1 8 anos .......................... ··························
4,50 4,50
1 ,00 1 ,50
5,50 6,00
7,00 8,00
Escogedoras .....................................
6,65
0,35
7,00
7,20
Mujeres en labores pesadas . . ...........
7,50
1 ,00
8,50
Mineras de 1 .' Barrenistas ....................................... Picadores ......................................... Entibadores de 1 . Entibadores de 2.' ............................ Camineros de 1 .' Camineros de 2.' . . . . .. . . .. . .. ..... .. . . . .. ... Caballista de 1 .' Caballista de 2 .' .. . ..... . . . . . ...... ... . . . . . . . Ayte. barrenista ............................... Ayte. picador ..................................
1 2,00 1 1 ,00 1 1 ,00 9,50 9,50 9,50 9,50 1 1 ,00 9,50 9,50 9,50
3,25 3,25 2,75 4,25 1 ,75 3,75 2,25 1 ,25 1 ,50 1 ,75 1,50
1 5,25 14,25 1 3,75 13,75 1 1 ,25 1 3,25 1 1 ,75 1 2,25 1 1 ,00 1 1 ,25 1 1 ,00
22,00 20,00 1 6,50''" 1 8,00 1 5,00 1 7,00 1 4,00 1 7,00 14,00 1 5,00
Ayte. entibador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ayte. caminero ................................
9,50 9,50
0,50 0,50
1 0,00 1 0,00
1 2,00 12,00
En la Reglamentación se seiiala que las empresas estaban obliga das a clasificar a los obreros de oficio en la siguiente proporción: un 3 0% de oficiales de primera y otro tanto de segunda, y un 40% de oficiales de tercera.
Vagonero ................. ........................
9,50
1 ,00
10,50
1 4,00
4.
Ramperos 1 6- 1 8 anos ...................... Ramperos 1 8-20 anos Ramperos más de 20 anos ...............
7,00 9,00 9,50
1 ,00 0,00 0,25
8,00 9,00 9,75
1 0,00 1 1 ,00 1 1 ,00
y prima por producción. En todo caso, las tarifas de estas dos últi
Peón especialista 1 .' Peón especialista 2.' ........... .............. Peón especialista 3.' ...... ...................
·························
9,50 9,50 9,50
2,50 2,00 1 ,50
1 2,00 1 1 ,50 1 1 ,00
Pinches ...................... ......................
5,00
1 ,50
6,50
· · · · · · · · · ························
•. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
····························· .
·········· · · · · · · · · · ············ .
.
······················
8,00
i
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,,. En la Reglamentación se distingue entre picador de primera (18 pesetas de jornal) y de segunda (IS pesetas); la cifra indicativa para categoría única responde a la media aritmética de ambos valores. Fuente: Reglamento de régimen interior de/ traba1o en las minas de carbón. Asturias, s.f. [1 944-1945]; Reglamentación nacional de trabajo en las minas de carbón, 1946. Elabo ración propia.
Nota:
Retribuciones y pagos
El trabajo podía ser retribuido a base de salario fijo, destajo, tarea
i
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mas modalidades se calculaban de suerte que el obrero de normal capacidad y rendimiento obtuviese una retribución superior, al me nos en un 25%, al jornal mínimo fijado para su categoría. El plus de cargas familiares representaba el 10% de la nómina de la empresa (el 1 5 % a partir de 1 946 ), y se repartía por el sistema de puntos, computándose la esposa e hijos menores de 23 anos que no
I I li
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Carmen Benito de! Pozo
trabajasen. Dicho plus se percibía en relación ai número de días (u horas) trabajados, conceptuándose como tales las faltas por enferme dad y excluyéndose las ausencias injustificadas, y se abonaría, cuan do menos, cada tres meses. Para e! contrai dei reparto de este plus existía en las empresas una comisión integrada por un representante empresarial, el jefe de personal y tres representantes de los trabaja 5 dores, uno por cada grupo profesional . E! plus de cargas familiares se estableció en 1 942 aunque hasta junio de 1 945 e! Ministerio de Trabajo no dieta la norma reguladora que lo hace extensivo a todas las empresas dedicadas a la industria y comercio ; en la misma, se fija en un 10% e! porcentaje mínimo de la nómina de las empresas que se repartiría entre los trabajadores por este concepto, y se explicita su finalidad, «tendente de modo primordial a reintegrar al hogar a las mujeres casadas que trabajan por cuenta ajena>> . El plus de carestía de vida tenía carácter coyuntural y se revisaba cada seis meses, «debiendo desaparecer tan pronto se superen las circunstancias que lo motivan>> (art. 1 25). Su cuantía oscilaba, para el personal obrero, entre las 4,75 pesetas que percibía e! oficial de 1 .' de exterior y las 0,25 de ramperos o ayudantes mayores de 20 aõos. Peones, ramperos de 1 8 a 20 aõos y ayudantes de exterior entre 1 6 y 1 8 aõos no percibían cantidad alguna por este concepto (v�as � cuadro 30). Se aprecia que su distribución se guía por un cnteno que podríamos denominar de compensación salarial interca tegorial, encaminado a mantener la distancia retributiva entre las diferentes categorías profesionales cuando e! jornal base tendía a la uniformidad en tal sentido. Dicho plus se convierte de facto en un mecanismo de ajuste ai 5
El sistema de puntos por el que se regía la asignación de! plus familiar, era e! siguiente: Casados ........... . ........................ . . ............................................. . Casados, con I hijo ............ ................................. .... ............... . Casados, con 2 hijos .............. ... . ... . . . . ... . .. ........... . .. . . . . ......... . . Casados, con 3 hijos .......................................... . . .................. . Casados, con 4 hiJOS ............................................................... . Casados, con 5 hijos ...... ... .................................... ................ .
5 puntos 6 puntos 7 puntos 8 puntos 10 puntos 13 puntos
························· ··················· ························ ···············································
Casados, con 1 6 hijos ........ ................................. . ................ ...... 60 puntos Fuente:
«Reglamento de régimen interior dei trabajo en las minas de carbón. Asturias•, s.f., artículo 125 (pp. 57-58).
Condiciones de trabajo de la clase obrera asturiana
195
, conce bido alza de los bajos salarios fijados en las Reglamentaciones os. Pero se '?ism los de sitivo adqui para mitigar la pérdida de poder de modo e, hdabl conso no ución trataba, por otra parte, de una retrib able. inalter nece que e! salario reglamentado perma . n tres El precio de los destajos y primas podía ser_ revisado . � . , n tcacw modtf o O trabaJ de os métod los supuestos : a. Por mejora de . cia ganan la do Cuan c. y ; o cálcul su en de instalaciones ; b. Por error . Posterior normal de! obrero excediera dei salario base en un 75% el 1 00% . en ntaje porce este fijó al nacion mente, la Reglamentación rel� El personal que trabajase en el turno de noche y _no fuese el trabaJo vado en el plazo de un mes o realizase de forma contm ua 946, a una nocturno, tenía derech o, según la Reglamentación de 1 bonificación de! 20% del sueldo base. men Otras percepciones complementarias fijadas por dicha Regla tación eran : Prima por asistencia al trabajo (ya establecida en 1 944 ). La falta injustificada de asistencia durante un día a la se'? ana daba l� gar a la , pérdida de esta prima, por importe correspondtente a los stete dtas de la semana en que se hubiera producido la ausencia. La cuantía de la misma era de 2,5 pesetas diarias. Prima a la producción, consistente en 1 ,50 pesetas por tonelada comercial útil vendida o consumida en usos propios. Esta prima se entendía como participación en benefícios. Los fondos totales pro cedentes de la prima mencionada se destinaban a engr?sar los c� rrespondientes a las instituciones de previsión (Mutuahdad o Cap de Previsión). La prohibición expresa que el reglamento hace de! empleo de mujeres en trabajos pesados tales como carga de carbón, descarga de madera y > (art. 1 55) !levo a la dect sión de amortizar todas las vacantes que entre dicho personal feme nino se fueran produciendo (y que en e! cuadro anterior �parecen como >). En tanto, se les �st�no, un . salario inferior en un 20% ai del personal masculmo de stmtlar ca
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tegoría. No obstante, la mujer permaneció realizando la� ores en el _ exterior de la mina: selección dei carbón y otros trabaJOS hgeros propios de! personal obrero, así como los característicos de limpieza (personal subalterno).
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S.
Càrmen Benito dei Pozo
Obligaciones de la empresa
La primera obligación que para la empresa seõala el Reglamento es «disponer lo necesario a fin de que los obreros, sin derecho al cobro del jornal, puedan cumplir sus deberes religiosos y civiles>>, aunque en caso de trabajar en domingo o festivo, el minero dispondría de una hora libre remunerada para acudir a los actos religiosos (de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 6.0 de la Ley de 1 3 de julio de 1940). Asimismo, la empresa debería conceder permisos (no retribui dos) durante las horas de trabajo a los obreros que desempeõaran cargos públicos ; atender a la higiene de los talleres o grupos e ins talar servicios, lavabos con agua corriente, guardarropas, etc., según prescripción legal, y suministrar carbón mensual y gratuitamente (300 kg en los meses de otoiio-invierno y 250 kg el resto dei aiio) a todo su personal en activo que fuese cabeza de familia y al subsidiado, jubilado o pensionista que ostentase dicha condición. La gratificación navideõa equivalía a siete jornales para obreros y subalternos (un mes para el resto de los empleados). La Reglamen tación nacional de 1 946 establecía ya el derecho a percibir dos gra tificaciones anuales, de diez días para los obreros de interior y de siete para el resto dei personal cada una de ellas. Las vacaciones anuales retribuidas eran de siete días laborables que la Reglamentación de 1 946 amplió a diez para los obreros de interior -el período de vacaciones podía ser disfrutado o compen sado en metálico. Para los menores de veintiún aiios los días de vacaciones se ampliaban al período de tiempo que permaneciesen en campamentos o cursillos dei Frente de Juventudes. En septiembre de 1 943 se había autorizado la compensación en metálico de las vacaciones a los trabajadores de Ias minas de carbón, en uso de la facultad que confería la Ley de 2 1 de septiembre de 1 942 para los casos en que «los altos intereses de la Economía Nacional así lo aconseJen>> . La Reglamentación de 1 946 seõalaba, asimismo, que cuando las faenas se realizaran en lugares totalmente encharcados o fangosos, Ias empresas facilitarían a sus trabajadores vestuario adecuado.
1 97
Condiciones de trabajo de la clase obrera asturiana
6.
Seguridad en el interior de las minas
Dado el peiigro de explosiones en el interior de la mina por la p �e senCI· a del gas grisú ' se hacían explícitas y detalladas recomendacw· 1 IC!On d e fumar e nes acerca dei Uso de las lámparas ' rotunda proh"b" · 11a· pro ra ducir pudie que medio otro cualquier o cerillas introducir . _ mas 0 chispas, y otras medidas de segundad rela� wnadas con l as peculiaridades dei trabajo subterráneo : uso de las «Ja� las>�, carga de cubas, seõalizaciones, circulación de personal en �1 mtenor,_ tr��s _ porte dei material, suministro y maneJO de explosivos, venulacwn, etcétera. . Ningún minero podía abandonar ei trabaJO sin autorización de su jefe inmediato. '
Enfermedades y accidentes
7.
E! personal enfermo debía acreditado mediante certificado ex�edido por ei médico de empresa o del Mo ? te�ío: En �aso de acCide��e laboral, por leve que fuese, se comumcana m�ed1atamente a� vigi . se lante, indicando los testigos del suceso ; cumphdo este re��ISlto, entregaba ai lesionado la papeleta de accidente para la Of! cm� de la - de mma. En el plazo de 24 horas, la empresa tenía la obhgacwn . comunicar los accidentes a la autoridad gub ernat1va. En to d o centro . _ de un · con mas de 1 00 trabaJ" adores la empresa d1spondna mmero . botiquín de urgencia con personal apto (médico o practJcant �) . Para evitar la pérdida de sus derechos, los obrer� s enferm�s o leswn�d�s . debían cumplir escrupulosamente las disposicw� es sen aladas. ��1st1a _ la obligación para cualquier operaria de prestar ! nmed1ato au�1ho en caso de accidente grave; los vigilantes adoptanan en tales circuns tancias las disposiciones pertinentes. ·
'
8. jerarquía organizativa A . En e! interior. AI frente de los trabajos de interior se enco� traba _ ei capataz-jefe y a sus órdenes inmediatas un determmado � u� ero de vigilantes de primera. E! capa�:z-je�e _resp? ndía _dei semc� o de vigilancia, atendiendo a la inspeccwn d �ar� a e mmed1ata de� �usmo. Las labores en marcha serían visitadas d1anamente por los vigilantes,
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Carmen Benito dei Pozo
se� analmente por el capataz y mensualmente por el ingeniero de la mm a. Asimismo, correspondía al capataz-jefe llevar el libro de registro dei personal y los cuadernos de avance mensual (cuyas mediciones reahzaría él y los vigilantes-jefes), teniendo a su cargo la observancia de las leyes de trabajo. Era misión de los capataces y vigilantes velar por la ejecución dei Reglamento, mantener las medidas de seguridad, denunciar cualquier infracción, vigilar las labores, distribuir el tra bajo y dar cuenta inmediata de los accidentes. B. En el exterior. AI frente de los servicios exteriores de la mina se encontraba, igualmente, un capataz-jefe y a sus órdenes inmedia tas un determinado número de vigilantes. Los obreros de exterior se subordinaban directamente a! vigilante encargado dei trabajo corres pondi �nte. Los capataces de exterior tenían la obligación de hacer cumpl �r, ror sí y por medio de los vigilantes, e! Reglamento ; dar _ cumphr�u�nt? a las órdenes de la dirección respecto a la organización del servJcw ; mformar sobre cualquier obstáculo a los trabajos y velar por la conservación de las instalaciones, maquinaria y herramientas. En un sistema de organización jerárquica del trabajo donde la empresa ejerce un riguroso control de la mano de obra, no sólo en cuanto ai rendimiento productivo de la misma sino en prevención de cualquier manifestación de conflicto, el mantenimiento de la disciplina laboral encuentra en el régimen militar el modelo más efectivo de funcionamiento interno. En las minas, la estructura de subordinación jerárquica de las distintas categorías profesionales res pond ía a una concepción militar de la organización dei trabajo pero . tamb1én a una efectiva militarización de la producción, impuesta desde 1 93 7 y nunca formalmente derogada, a pesar de que los esta blecimientos penitenciarias mineros implantados en 1 938 -donde los presos redimían la pena por el trabajo-- desaparecen a finales de l?s aõos cuarenta, y con ellos, el único argumento que podría justi ficar formalmente la prolongación de una situación de excepcionali dad como aquélla 6 • 6 E! Reglamento de Militarización de Industrias data de marzo de 1 938 · e! De creto 1" de abril de 1 939 establecía las normas para la desmovilización de las i;dustrias que, según Orden de 3 de abril debía dar comienzo dos días después. Por otra parte, la Ley de 24 de nov1embre de 1 939, que clasifica a las industrias nacionales en cuatro grupos, no incluye a las carboníferas entre las «industrias para la defensa nacional», las umcas, en todo caso, susceptibles de permanecer militarizadas. Sin embargo, tal
Condiciones de trabajo de la e/ase obrera asturiana
9.
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Faltas y sanciones
Ya mencionábamos en el capítulo anterior la potestad disciplinaria de la empresa. En las minas de carbón será el vigilante, superior jerárquico de los obreros mineros, quien asuma la función de sus pender momentáneamente en el trabajo a quienes cometieran falta, dando parte dei hecho al capataz, que, a su vez, lo comunicaría al ingeniero o director de la mina, el cual fijaba definitivamente la san ción procedente. Las faltas se clasifican en leves, graves y muy graves. Se consideraban faltas leves la impuntualidad, ausencia no justi ficada de un día al trabajo, desconsideración hacia los compaõeros, desinterés probado por la buena conservación de los materiales y por la economía de los artículos que se consumen en el trabajo, y cualquier infracción reglamentaria no estimada específicamente como grave o muy grave. Como faltas graves se tipificaban el deterioro, extravío o destruc ción injustificada de los útiles de trabajo e instalaciones ; fumar o producir llamas en el interior de la mina (imprudencia temeraria) ; ausencia injustificada al trabajo de dos a cinco días ; desconsideración grave hacia compaõeros ; falta de disciplina, respeto y consideración a los jefes ; rendimiento inferior a! mínimo o normal ; fraude o abuso de confianza; derroche claramente advertido de materiales y presen tarse al trabajo en estado de embriaguez. Faltas muy graves eran la reiterada e injustificada impuntualidad y ausencia; portar explosivos fuera de! lugar de trabajo (tentativa de hurto) ; indisciplina o desobediencia a los Reglamentos ; embriaguez situación persistió en las explotaciones carboníferas, y en este sentido la Junta Sindical dei Combustible de La Felguera, en reunión celebrad.a e! 2 de abril de 1 948, reclamaba la anulación de la militarización de las minas asturianas, «dejando en plena libertad a! trabajador para cambias de empresa» (AHP/AISS-La Felguera, Sindicato dei Com bustible, Actas 1947-1 977). Incluso, a la altura de 1 964 encontramos alguna norma legal que alude a la militarización de iure en algunas empresas, pues la Orden 16 de marzo de ese ano sobre servicio militar dei personal minero dice textualmente que «en caso de que las empresas estuviesen movilizadas o militarizadas, los capitanes Generales solicitarán informes y darán cuenta de las resoluciones que adopten a las Comisiones Regionales de Movilización Industrial>>. De todo ello puede concluirse que formalmente la militarización en las minas no fue derogada, aunque de hecho en los anos cincuenta ya no era efectiva. Cf García Pineiro, ob. cit., pp. 95 y 1 07.
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habitual ; maltrato al empresario, a su familia, a empleados o com paõeros ; ineptitud respecto al trabajo para el que se fue contratado ; fraude o abuso d e confianza en las gestiones encomendadas por la empresa; disminución volumaria y continuada del rendimiento ; in subordinación ; sabotaje ; incumplimiento de las prescripciones mé dicas dadas al obrero para su curación cuando estuviese de baja por accidente laboral ; pretender hacer pasar por accidente de trabajo lesiones producidas en otras circunstancias ; y en general, todas las infracciones del Reglamento en las que concurran la agravante de prohibición, violencia, mala fe o menosprecio. Cuatro faltas leves cometidas en el transcurso de un aõo se con tabilizaban como una grave, y dos graves como una muy grave. Las faltas leves se sancionaban con amonestaciones o suspensiones de empleo y sueldo hasta un día. Las faltas graves, con suspensión de jornal por plazo inferior a siete días ; disminución o pérdida total del período de vacaciones ; multa no superior a la séptima parte del sa lario mensual ; traslado de servicio, grupo o zona; recargo, hasta el doble, de los aõos que la Reglamentación determina para aumento de sueldo ; pérdida total de la antigüedad ; pérdida total o definitiva de la categoría; reprensión pública; o suspensión de empleo y sueldo por tiempo no inferior a 1 5 días ni superior a dos meses. Las faltas muy graves se sancionaban con la pena máxima: el despido. En la instrucción del expediente -previo en caso de faltas graves o muy graves- debería oírse inexcusablemente al interesado, admi tiendo las pruebas de descargo, y tramitándose el expediente en un plazo mínimo de cinco días y máximo de un mes. La empresa podía acordar la suspensión de empleo y sueldo del afectado durante la tramitación del expediente > ( art. 1 40). En caso de faltas muy graves, la sanción era recurrible ante la Magistratura de Trabajo; la resolución de faltas graves se comunicaba a la Delegación de Trabajo, quien la ratificaba o desesti maba. El importe de las multas y de cuantas sanciones significasen in gresos económicos para la empresa, se destinaba al Montepío. Si el trabajador consideraba que había sido injusta o excesiva mente sancionado, podía formular por escrito sus descargos a la dirección de la empresa, que procedería a nuevo esclarecimiento, (sic). La única falta reconocida expresamente a los jefes, catalogada de
Condiciones de trabajo de la clase obrera asturiana
201
muy grave, era el abuso de autoridad : > (art. 1 42). No obstante, como ya pusimos de manifiesto en el capítulo 4 (epí grafe 11.3), la acción empresarial contra los abusos de autoridad de capataces y vigilantes era de tan escasa contundencia -si llegaba a ejercerse-, que en la práctica puede afirmarse que la coerción em presarial sobre la mano de obra tenía en el abuso de autoridad de los mandos intermedios, junto con la inexistencia de garantías al respeto de los derechos de los trabajadores, su más eficaz in� tru mento. La propia Disposición final 5.' del Reglamento que vemmos comentando no era ciertamente disuasoria respecto a tales excesos : Tanto los Capataces como los Vigilantes y encargados de los trabajos, han de tener muy en cuenta que, dependiendo la vida de los productores, el adecuado laboreo y subsistencia de la mina, dei cumplimiento de las obli gaciones que conciernen ai personal, todo rigor en hacerlas cumplir está justificado por el alto fin que se persigue; y, en su consecuencia, deben ser inexorables en la corrección de cualquier falta que por ignorancia o mala fe pudiera cometerse.
10.
Premias
Así como la empresa sancionaba cualquier infracción del orden es tablecido, también recompensaba a aquellos productores distinguidos por su alto rendimiento y comportamiento ejemplar: anualmente otorgaba un premio por cada cien obreros de la misma categoría, consistente en el importe de siete días de jornal, a quien se hubiera destacado por su rendimiento, asistencia, conducta, laboriosidad, dis ciplina, seguridad y prevención de accidentes. Al resto del perso� al se le premiaba mediante gratificaciones, aumentos de sueldo o dts minución de los aõos necesarios para alcanzar la categoría, consig nando estos premios, al igual que las faltas, en el expediente de cada trabajador a fin de tenerlos en consideración en concursos y ascen sos, y para anular (si procedía) las notas desfavorables.
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Condiciones de trabajo en la industria siderúrgica 7 1 . Admisión y condiciones generales de trabajo . L �s relaciOnes dei personal d e u n escalafón inferior con e ! d e otro s�per�or se m�ntendrían siempr� a través dei inmediato superior je . rarqUico; las ordenes e mstruccwnes se canalizarían en sentido in v�rso, es decir, a través de los inmediatos subordinados. Las rela Ciones entre e! personal durante las horas de trabajo se limitaban a _ las funciOnes de su respectivo servicio.
Encontramos en e! Reglamento de Régimen Interior de Cons tructora Internacional una enumeración de los deberes de los j efes con personal a sus órdenes que se concretan en siete puntos :
. 1 . Organizar, coordinar y vigilar e! trabajo dei personal subor d t�ado, de acuerdo con el reglamento y las instrucciones de la direc _ cwn. 2. Mantener la disciplina y hacer cumplir e! reglamento a todo e! personal a sus órdenes, proponiendo a la dirección las sanciones que creyeran pertinentes ai caso. . , 3. Obligar a los productores a utilizar los elementos de protec cwn personal contra accidentes. 4. Vigilar y comprobar �I buen estado de limpieza y orden de las s �las o lu?ares de trabaJO, máquinas, herramientas y útiles de trabaJO, estudtando las modificaciones convenientes. 5. Extender las autorizaciones de salida dei personal, determi nando las causas que las motivan y comunicándolo a la Sección de Personal. 6. E� tender o firmar los vales correspondientes a la salida, en . trada o mtercambw de materiales dei almacén, talleres u obras. 7. Dar cuenta a la dirección de todos los extremos referentes a los trabajos a su cargo.
23 1
Con diciones de trabajo de la clase obrera asturiana
Las peticion es, quejas, observaciones o recla_macione s que por cualquier motivo hubieran de formular los trabaJadores.' se reabza rían por medio dei superior inmediato, quedando termmantemente prohibidas las manifestaciones colectiv as. . . , Todo e! personal directivo de la empresa tema obhgacwn de po ner en conocimiento de la misma un informe anual de la conducta, rendimiento, laboriosidad o condicio nes destacadas dei personal a sus órdenes. ,
9.
Faltas y sanciones
E! Reglamento establece como conductas sancionables las siguientes :
Faltas leves : embriaguez ocasional; de una a tres faltas de pun tualidad en la asistencia ai trabajo; no comunicar con antelación una ausencia justificada; abandono dei trabajo sin motivo aparente; des cuido en el empleo de herramientas y materiales ; falta de l �mpieza en los útiles de trabajo ; falta de aseo personal ; no comumcar los cambias de domicilio o de situación familiar; discutir sobre asuntos extraiíos ai trabajo; uso inadecuado dei vestuario suministrado por la empresa; permanecer en e! lugar de trabajo fuera de las horas seiíaladas ; no seguir la vía jerárquica para presentación de quejas, reclamaciones, etc . ; falta de atención y esmero en operaciones en que resulta fácil la pérdida de materias primas (cemento, masas, etc.) y actos leves de ligereza e indisciplina. Faltas graves : indisciplina y falta de respeto a los superiores, compaiíeros o subordinados ; falta de aseo que produzca � U�J_ �S �e los compaiíeros; repetidas faltas de puntualidad; la ausenCia m ! usu ficada durante dos días al mes ; simulación de enfermedad o acoden te; quebranto dei secreto obligado ; realizar durante la jornada tr� bajos particulares y hacer uso de herramientas de la en:pr�sa s1n _ permiso; imprudencia con riesgo de accidente ; ausentarse sm hcenoa o pedir permiso alegando causa inexistente ; aconsejar a los obreros el incumplimiento de sus deberes; escribir letreros en las paredes ; . encubrir al autor de falta muy grave y tolerar a los subordmados el uso indebido de máquinas y herramientas. Faltas muy graves : embriaguez o blasfemia habituales ; realizar trabajos que supongan competencia a la empresa ; maltrato d e pala _ bra y obra a los j efes y sus familiares, compaiíeros y subordmados ; violar secretos de l a empresa que la perjudiquen; lesionarse volun-
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Carmen Benito dei Pozo
tariamente ; disminución volumaria y continuada dei rendimiento en el trabajo; tener negociaciones de comercio o industria por cuenta propia o de otra persona sin autorización de la empresa; deslealtad y abuso de confianza; negligencia o ignorancia inexcusable cuando de ella deriven danos graves ; actos de sabotaje; incumplimiento de las prescripciones médicas en caso de lesión, prolongar intenciona damente la curación de ésta y hacer pasar por accidente laboral el ocurrido fuera de! trabajo ; en general, todas las infracciones en las q ue concurran las agravantes de desobediencia, mala fe o menospre . CJO. Las faltas leves se sancionaban con amonestación (verbal o escri ta) o multa de un día de habcr. Las faltas graves, con disminución o pérdida total dei período de vacaciones; multa de uno a seis días de haber; suspensión de empleo y sueldo de uno a quince días; recargo hasta el doble de los anos establecidos para incrementos retributivos por antigüedad; inhabili tación temporal por plazo no superior a cuatro anos para ascender de categoría; o reprensión pública. L faltas muy graves se penalizaban con la pérdida temporal o . �� defmltlva de la categoría ; suspensión de empleo y sueldo de veinte a sesenta días ; inhabilitación definitiva para ascender o despido. Los expedientes instruidos como consecuencia de faltas graves 0 muy graves se remitían a la dirección de la empresa en el plazo de die� días ; constaban de! pliego de cargos y pruebas y de la contes tación y declaración de! inculpado ; su tramitación no podía exceder de un mes. Entre tanto, la empresa tenía potestad para acordar Ia suspensión de empleo y sueldo dei expedientado cuando «razones de ejemplaridad, disciplina y orden en el trabajo así lo aconseJen» (art. 1 8). 10.
Premios
(art. 1 8). Los premios consistían en menciones honoríficas, licencias ex traordinarias, viajes o bolsas de estudio, cantidades en metálico, so bresueldos, etc. Los premios se anotaban en el expediente dei tra-
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bajador a efectos de determinar el grado de preferencia que se le concedería para el ascenso de categoría o para anular las notas des favorables derivadas de faltas cometidas con anterioridad, e incluso dar lugar, en proporción a los méritos, a la disminución o revocación total de la sanción impuesta. Vistas las condiciones particulares de trabajo en las actividades minera, siderometalúrgica, cerámica y construcción establecidas para el personal obrero en 1 946, podemos senalar ai respecto una serie de consideraciones. En general, las Reglamentaciones laborales y Reglamentos de Ré gimen Interno se atienen a la Ley de Contrato de Trabajo, vigente desde enero de 1 944, donde se contienen las normas reguladoras de las relaciones laborales contractuales y las condiciones mínimas a las cuales éstas se someten. En este sentido, los requisitos para la ad misión de trabajadores en una empresa y los deberes dei personal empleado, responden a las directrices marcadas por la legislación. La Ley de Contrato de Trabajo de 1 944 (texto refundido dei Libro I de La ley republicana de 1 93 1 ) se mantuvo en vigor durante todo el período franquista, aunque sus preceptos fueron actualizán dose a la luz de nuevas interpretaciones y normas jurídicas. A las empresas se les exige previa autorización de la Delegación Provincial de Trabajo para cualquier modificación de las condiciones de los contratos individuales de trabajo, así como para la amortiza ción de vacantes o variación de plantillas, lo que en la práctica limi taba la proclamada competencia empresarial en materia organizativa. La jornada laboral de 48 horas semanales, repartidas en ocho horas diarias con descanso dominical, sólo presenta la excepción de reducirse a siete horas diarias en los trabajos subterráneos de minería y construcción, y a cinco horas cuando la jornada se desarrollaba entre fango o agua, aunque en este último caso tal reducción fue sólo efectiva en las minas, pues en construcción se hizo una inter pretación más restrictiva de esta disposición. Observamos que la industria siderometalúrgica es la que mejor retribuye las horas extraordinarias, en tanto en cerámica y construc ción el recargo sobre el jornal base es el más reducido. Legalmente no podían realizarse más de cuatro horas extraordinarias por jornada en ninguno de los subsectores analizados. Los mineros disfrutaban de un tiempo de descanso para comer inferior al concedido a los obreros industriales, incluso los trabaja-
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dores de interior disponían para tales menesteres de la mitad de tiempo que sus compafieros de exterior, que tenían fijado en 60 minutos el tiempo máximo para comer (que era el mínimo en side �om�talurgia). En este aspecto, sólo una ventaja para los mineras de I?tenor respecto al resto de los obreros en general: la mitad dei tiempo así empleado les era retribuído por la empresa. En 1 946 ya están plenamente establecidas las dos gratificaciones extraordinarias de > (el 5,2%) y muy infe rior ai masculino en el caso de > 1 8 . En general, resultan ser los obreros siderometalúrgicos quienes disfrutaban de un trabajo mejor remunerado, desarrollando su acti vidad en un ámbito laboral menos jerarquizado y con una disciplina interna menos rígida, exentos de los riesgos profesionales que se derivan de las tareas extractivas y con unas condiciones laborales mínimas en algunos aspectos más favorables al resto de los trabaja dores industriales. En este sentido, resulta significativo el que sólo los obreros siderometalúrgicos tengan reconocido pluses de penosi dad y peligrosidad que no se concederán en cerámica y construcción hasta 1 970 y que los mineros no llegaron a obtener, a pesar de sus reclamaciones. En cuanto a posibles mejoras de las condiciones de trabajo en las grandes empresas, del estudio del reglamento de régimen interior de ENSIDESA se desprende que apenas hay variaciones sustanciales al respecto, aunque de la comparación del mismo con la Reglamenta ción Siderometalúrgica de 1 946 se extraen las siguientes diferencias : En las condiciones generales de admisión, se fija una edad límite, establecida en 50 anos para el personal masculino, en 40 para el femenino y en 16 anos para los aprendices. Entre los deberes del personal se encuentra la obligación de to dos los productores de someterse a un reconocimiento médico anual, que será semestral cuando el trabajador realice esfuerzos constantes, se encuentre en ambiente pulvígeno, manipule disolventes o aparezca expuesto a la inhalación de gases tóxicos. Los obreros sometidos al aire comprimido harían el reconocimiento médico una vez al mes. El personal femenino obrero queda excluído de la excedencia forzosa en caso de matrimonio, aunque voluntariamente puede aco gerse a la misma en idénticas condiciones que el resto de las traba jadoras de la empresa. 18 Es de gran interés ai respecto consultar las páginas que García Piõeiro dedica ai análisis de las condiciones de vida y trabajo de los mineras asturianos en la obra
reiteradamente citada (pp. 50-65).
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Se establece un premio de puntualidad, que para los obreros con siste en 4 pesetas por día de trabajo. ENSIDESA ponía a disposición de sus trabajadores los comedores de fábrica y los economatos. Por último, el Reglamento mencionado no alude a la necesidad de que la empresa instruya expediente en caso de faltas graves o muy 9 graves 1 . Las Reglamentaciones de Trabajo de 1 946 se mantuvieron vigen tes hasta 1 964 en las minas de carbón de Asturias y hasta 1 970 en las actividades de siderometalurgia, construcción y cerámica. En 1 973 se dieta una nueva ordenanza hullera. La fijación estatal, sin parti cipación (siquiera mediatizada por la Organización Sindical) de las fuerzas sociales afectadas, y el carácter imperativo de la normativa laboral durante las dos primeras décadas dei franquismo, justifican el estancamiento de la legislación laboral en ese período. Sin embargo, y pese a la ya comentada indiferencia institucional ante las reclamaciones sindicales, el Consejo Económico Sindical de Asturias puso de manifiesto en 1 955 la rigidez laboral derivada dei sistema de reglamentaciones y, en consecuencia, solicitá una profun da modificación dei mismo, solicitud que resultaba tanto más signi ficativa por su procedencia como por el rechazo que se trasluce de las relaciones de trabajo generadas por el intervencionismo estatal 20 . En los anos cincuenta, medidas tendentes a elevar la productivi dad en las minas de carbón propician el incremento de incentivos como la implantación de una nueva prima de asistencia ( compatible con la ya existente) de 6,75 pesetas/día para los mineras de interior y de 4,50 para los de exterior, cuya percepción estaba condicionada a la asistencia diaria al trabajo, pues una sola falta ocasionaba su pérdida semanal; la prima suplementaria dei 5% de la anterior (abo nable sólo cuando el aumento de producción alcanzaba como míni mo el 3% de las cifras base) estimulaba el rendimiento. Se fomen taba, asimismo, el cambio de actividades de la mano de obra minera 1 9 AHP/Magistratura de Trabajo núm. 1 de Gijón, caja 2587, expediente 875/876, 1 962 : , a pesar de lo cual su cuantía no fue revisada hasta 1 966, comprometiéndose en wnces el Gobierno a su actualización anual que, en realidad, no sería prec eptuada hasta la Ley aprobatoria del II Plan de Desarrollo en 1 969. El discurso oficial, no obstante, encubría con la demagogia p aternalista que le caracterizaba, los auténticos objetivos económicos del SMI :
Desde que fue establecido [ ... ] el Salario Mínimo Interprofesional con carácter general para todas las ramas dei trabajo -se comenta en ei preámbulo dei Decreto 21 de septiembre de 1 967 que revisa ei SMI de 1 963-, ha sido preocupación constante dei Gobierno su periódica actualización (sic), no sólo con el fin de garantizar su poder adquisitivo sino, además, para que los trabajadores situados en estas niveles profesionales participen en el creci miento económico dei País. Si bien es cierto que los salarios pactados a través de los Convenios Colectivos Sindicales, así como las mejoras volun tarias concedidas por las Empresas, han supuesto una eievación notable de las remuneraciones, es evidente también que ei progreso social general no puede olvidar aquellos trabajadores que, aun siendo cada vez más reducidos en su número, no han obtenido las mejoras que prácticamente ha logrado la casi totalidad dei Censo Laboral. Por otra parte, ai seiíalar la Ley de Seguridad Social que la base inferior de la tarifa de cotización habrá de coincidir con el Salario Mínimo, indica claramente la necesidad de acompasar la cuantía de las prestaciones parale lamente a las variaciones salariales. Por todas estas razones y en armonía con las directrices contenidas en nuestro Plan de Desarrollo Económico y Social, se ha procedido a la revi sión dei Salario Mínimo [ ... ]. La revisión, que primeramente se realizó en función de los au mentos oficiales del índice del coste de vida, incorporá posterior mente otros factores como la productividad y la evolución general de la economía. Aun así, el SMIG no respondió al nivel de retribución nec esario para cumplir sus objetivos teóricos 52. Del cuadro 34 se deduce que el incremento porcentual del SMI 52 La declaración dei Consejo Nacional de Trabajadores en AHP/AISS-Oviedo, 5 anos de/ Consejo Nacional de Trabajadores, 1965-1970, ed. OSE, marzo de 1971, p. 56. Jané Solá (ob. cit., pp. 175-1 80) expone distintos ejemplos de la insatisfacción provo cada por la reducida cuantía dei SMIG, así como de las constantes peticiones, espe-
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266
fue siempre superior al crecimiento del coste de vida, pero no por ello consiguió remontar la distancia que, ya desde su creación, man tuvo respecto al considerado safaria vital, pues el salario mínimo real -muy devaluado- experimentá un exiguo crecimiento. Con la disociación de salario mínimo/salario vital, el sistema sa larial espaõol generaba lo que algunos economistas han definido como «el salario mínimo, pero entendido como el salario máximo que podía o quería tolerar la economía espaõola, debido a la deficiente estructuración empresarial» 53 . Parece, pues, que la verdadera función dei SMIG consistió en fijar bajos niveles salariales s �sceptibles de ser aumentados con el rendi miemo y la intensificación dei trabajo, dado que, ciertamente, lo que CUADRO 34.
el trabajador percibía era generalmente muy superior al SMIG debido a las horas extras, primas, pluses y otros «flecos salariales>> (enten diendo como tales las retribuciones complementarias dei salario base). Se potenciaba así la contención salarial y el incentivo. Según Serrano y Cruz, :mínimo real 60,0 65,3 70,1 69,4 73,1 79,9 87,9•
,
Notas: .. Pesetas/día mayores 18 anos. ·•·•
En pesetas de 1963. 1972. Fuente: AHP/AISS-Oviedo, Sindicato de lnformación, «Situación económico-social de la rama en cuadrada en este Sindicato Nacional», Madrid, 1 975. Los datos del salario mínimo real proceden de VV AA, La economía espaizola, 1971, p. 165. Elaboración propia.
54
' A febrero de
cialmente sindicales, que se hicieron para su incremento. Sobre la revisión dei SMIG véase Roberto Carballo, , Finalmente, se fijaba un estímulo para los mineros más laboriosos. De acuerdo con el Decreto de 23 de octubre de ese mismo ano, los aumentos retributivos podían ser absorbidos o compensados por las remuneraciones que voluntariamente hubiesen establecido las empre sas en favor de sus trabajadores. El plus familiar se elevaba ai 25% de la nómina de cada empresa (tal aumento se había hecho efectivo en la minería tres anos antes), subsistiendo el plus de carestía de vida, fijado en noviembre de 1 950 en el 25% de los salarios mínimos legales (el incremento de aquel ano no tenía efectos en la cotización de seguros sociales, excepto accidentes ). En función de los salarios base vigentes tras el alza de 1 953 (zona 1 .'), estimando que el total de pluses percibidos por un peón ordi nario (incluyendo el plus familiar y dos quinquenios por antigüedad) incrementa su salario base en un 50% como mínimo -excepto en minería de carbón, donde las primas de asistencia y producción du plican con creces el salario mínimo reglamentado-, suponiendo que el obrero realice una media de dos horas extras diarias (abonadas al 30%) y aplicando el incremento de un 10% de la nómina que con cede la Orden 27 de noviembre, resulta que el jornal nominal teórico obtenido por un peón en 1 954 (véase cuadro 36) no permite a un matrimonio con dos hijos subvenir a los gastos familiares reflejados en el cuadro 37, que aunque referidos a 1 956 no desvirtúan la de sequilibrada relación ingresos/gastos dei obrero no cualificado en los tres sectores productivos analizados. Aunque las cifras resultantes dei cuadro 36 deben considerarse
Condiciones de trabajo de la clase obrera asturiana
271
CUADRO 36. jornal nominal teórico de un peón en 1954
casado con dos hijos). Base
Carbón .... . ........ Metal ................ Cerámica .. . ........
1 3,2 1 6, 1 14,9
,,.
Pluses Horas extras 15,1 8,0 7,5
47,5 57,9 53,8
(cálculo para un
Subtotal
TOTAL ''·
75,8 82,0 76,2
83,3 90,2 83,8
Nota: Incremento del I O% del salario nominal. Fuente: Retribuciones oficiales vigentes según Reglamentaciones y Orden 27 de octubre de Elaboración propia.
1953.
como meramente descriptivas por aproximación a la realidad a que hacen referencia, de ellas se deduce la insuficiencia dei alza salarial de 1953, incapaz de compensar el constante incremento de los pre cios de artículos de primera necesidad, especialmente alimentación (donde se destina más de la mitad dei gasto total de una família obrera) y el bajo poder adquisitivo de los salarios obreros a media dos de los anos cincuenta 6 1 • Se incumplían, pues, los propósitos del Gobierno de llegar a un salario suficiente para cubrir las necesidades familiares. En 1 956 el Gobierno hubo de adoptar una serie de medidas en caminadas a flexibilizar la política salarial ante el resurgir de los desequilíbrios económicos internos. Para ello se derogan los Decre tos de 1 948 y 1 953, permitiendo a las empresas establecer libremen te, sin autorización previa dei Ministerio de Trabajo, condiciones superiores a las generales y mínimas reglamentadas. Unos meses antes (23 de marzo) por orden ministerial se incre mentaron en un 25% los salarios base aprobados en 1 953 (no se modificaba la cuantía de pluses y primas), suprimiéndose el plus de carestía de vida (excepto en la Reglamentación de Minas de Carbón y Construcción y Obras Públicas) e implantándose un plus especial equivalente al 20% dei salario base (sólo computable a efectos dei Seguro de Accidentes de Trabajo). No obstante, seguía sin darse satisfacción a la necesidad social de mejorar el nível de vida de los trabajadores. Así, en relación a las disposiciones salariales de marzo, las secciones sociales dei Sindicato Provincial de Asturias, manifestaban lo siguiente : 61 El estudio de García Piiieiro, citando fuentes empresariales, corrobora nuestras afirmaciones (ob. cit., p. 56).
Carmen Benito dei Pozo
272 CUADRO
37.
Coste de las necesidades vitales de un trabajador en
1956
(cálculo efectuado para un peón casado con dos hijos de y 1 4 anos). Diario
Mensual
Alimentación ............................................. . Limpieza ................................................... . Calzado ..................................................... . Combustible ............................................. . Vestido ..................................................... .. Vivienda .................................................... . Otros ........................................................ .
49,5 2,3 3,3 6,5 1 0,8 1 1,1 10,8
1 487,4 69,9 99,0 1 95,0 326,1 335,0 324,9
.
94,5
2 837,3
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
10
Fuente: AHP/ AISS-Oviedo, Sindicato dei Combustible. t .o Que e! aumento dei 20% no ha venido a cubrir las necesidades de los trabajadores en relación con e! nivel de vida actual, ya que si e! referido aumento es para compensar la carestía que se sufre, este sistema viene a suponer una mayor diferenciación entre las categorías laborales, a la vez que una menor posibilidad adquisitiva en las clases inferiores. Razón por la cual los Presidentes de las Secciones Sociales de Asturias propusieron ai limo. Sr. Director General de Trabajo en su visita a Asturias, un sistema de re parto igualitario, o bien sobre la aplicación de un tanto por ciento inversa mente proporcional, ai igual que e! propio Gobierno propugna para sus funcionarias. 2.0 Que la decepción de la clase trabajadora nace precisamente, aparte de la insuficiencia de la elevación aplicada, de la propaganda llevada a cabo por la prensa, anunciando un amplio reajuste de precios y salarios, invocan do promesas de las más altas Jerarquías dei Estado; y que esta decepción resulta en la actualidad más acusada ai conocer los trabajadores que e! Go bierno de la Nación proyecta imprimir en favor de sus funcionarias una política de salarios mucho más elevada y a la vez más justa y más cristiana, con cuyo sistema hubiesen quedado colmadas las aspiraciones de los hom bres dei trabajo. 3.0 Que, no obstante, y con la serenidad característica de los trabajadores asturianos siempre puesta de manifiesto, esperamos que para la anunciada revisión de Reglamentaciones Laborales para e! próximo mes de octubre, e! Gobierno adopte las medidas pertinentes que subsanen la injusta situación creada con e! aumento de salarios a que se hace referencia 62•
62 AHP/AISS-Oviedo, Secretaría General. Acuerdo adoptado por la Junta de pre sidentes de las secciones sociales el 24 de abril de 1956.
Co n diciones de trabajo de la clase obrera asturiana
273
La enorme distancia entre salarios y precios, así como la dificul rad de llegar a una equiparación de los mismos a corto plazo, era recon ocida por el propio delegado provincial de Sindicatos que, en con testación a un requerimiento de la Vicesecretaría Nacional de Ord enación Social, declaraba en agosto de 1956 que no existía po sib ilidad alguna de lograr un incremento de salarios eficaz en rela ción al nível de vida mientras no se consiguiese la estabilización monetaria, > 63• El rebrote inflacionista de 1 956, con especial incidencia en los precios de alimentación, coadyuvó al incremento de los conflictos laborales que se registran en esa fecha, lo que obligó a las autorida des franquistas a efectuar una segunda revisión salarial, esta vez de mayor envergadura. Las modificaciones retributivas de octubre de 1 956 implicaron un aumento medio dei 50% de los salarios base implantados en marzo dei mismo ano, además de tender a una simplificación de los con ceptos salariales, pues quedaron derogados con carácter general el plus especial establecido meses antes y el plus de carestía de vida, hasta entonces todavía vigente en minería dei carbón y construcción. El plus familiar se fijó en el 20% de la nómina en empresas siderometalúrgicas, de construcción y cerâmica, manteniéndose en e! 15% en minería dei carbón. En esta última actividad también desa parecen la prima fija de 2,5 pesetas establecida en 1 950 y las primas de asistencia decretadas en febrero de 1 950 y marzo de 1 955 ( equi valentes a 9 pesetas para obreros de exterior y 1 3,5 para los de interior). El cuadro 38 revela, asimismo, un importante cambio en la es tructura salarial intersectorial: ya no serían, como en 1 946, los obre ros dei metal los mejor remunerados (en atención exclusiva al salario base) sino los de construcción y obras públicas. Es más, el personal de la industria siderometalúrgica tiene asignado en las cuatro cate gorías analizadas el más bajo de los salarios base de las actividades consideradas. 63 AHP/AISS-Oviedo, Sindicato dei Combustible. Informe enviado por el delegado provincial de Sindicatos a la Vicesecretaría Nacional de Ordenación Social el 31 de agosto de 1956.
274
Carmen Benito dei Pozo
CUADRO
38.
Safarias base reglamentados en octubre de 1956, por actividades (pesetas/día zona 1.'). Carbón
Metal
Oficial 1 .' ... .... ... .. .... .. ... .. . Oficial 2.' ......................... Oficial 3.' .........................
47,25 45,50 42,50
47,50 44,00 40,25
48,50 45,25 42,00
50,75 46,75 42,75
Especialista ....................... Peón ordinario .................
38,75 38,00
38,12''" 36,00
40,12''" 36,00
39,75 36,00
3 1,75 26,25 20,75 12,75
33,25 26,25 19,50 13,75
32,75 28,00 21 ,75 16,25
27,8r 16,37''"
30,50 22,25 16,50
29,25 24,75
.
Aprendiz 4.0 ano .............. Aprendiz 3." ano ............. Aprendiz 2. ano .............. Aprendiz 1 ." ano ............. o
Pinche 18-20 anos ............ Pinche 16-18 anos ............ Pinche 14-16 anos ............
32,25 30,50
Cerámica Construcción
''
Nota: Jornal promedio cuando se distinguen dos subcategorías. Fuente: Tablas salariales contenidas en la Orden 26 de octubre de 1956. Elaboración propia.
Los obreros de la industria cerámica ocuparían el segundo puesto en cuanto a las retribuciones mínimas fijadas, seguidos del personal minero de exterior. Caben, sin embargo, matices a esta generaliza ción : los peones ordinarios de las minas de carbón tienen un jornal base superior en 2 pesetas al resto de los trabajadores de igual cate goría, y son también los pinches empleados en esta actividad los mejor retribuídos (y con notable diferencia). Se produce, pues, una mayor aproximación salarial entre los obre ros siderometalúrgicos y los mineros de exterior, y un distanciamien to entre éstos y el personal de construcción, con lo que resulta una inversión de la tendencia existente en la década anterior. También se observa una reducción general de las diferencias salariales intercate goriales, de modo que se acortan los intervalos retributivos que las Reglamentaciones de 1 946 marcaban entre trabajadores dedicados a tareas especializadas en minería y construcción y los destinados a labores menos específicas. No obstante, el abanico salarial sigue sien do muy abierto en las empresas dedicadas a extracción de carbón. Se mantiene más elevado el salario base de los obreros especiali-
275
Con diciones de trabajo de la clase obrera asturiana
de interior de arran z ados de la construcción que el de los mineros e aunq 946, 1 de la a lar � sim � ést_os co� servan las qu e, en pro�orción . _ e mcentlvos, com desta)O del as denvad vas retnbuu obvias ventaJaS apéndic e 7). (véase inicial inación discrim e aparent pen sando la otros facto entre ado, provoc ico autárqu modelo dei El colapso e en el requier 956, 1 de s salariale es presion las y n res , por la inflació ico económ ajuste de s medida nuevas de n adopció la e bienio siguient alzas de tales como el bloqueo de salarios y sueldos, la autorización legisla la de ización flexibil la y tividad produc la a ligadas iales salar ción laboral (Ley de Convenios Colectivos de 1 958). El coste de vida, que experimentá un incremento porcentual anual medio del 6,9% en el período 1 954-1 957, se disparó un 12,6% en 1958. Por impacto del Plan de Estabilización, se reduce el aumento al 7,0% en 1 959 y al 2,4% en el aõo siguiente 64• Superados en 1 96 1 los efectos recesivos provocados en un primer momento por las medidas estabilizadoras, se inicia una nueva etapa en las relaciones laborales caracterizada por la negociación colectiva, la racionalización de la producción, las mejoras retributivas, la ex plotación más intensiva de la fuerza de trabajo y la agudización y exteriorización del conflicto.
III. LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA EN ASTURIAS
Antes de abordar el tema de los Conven ios Colecti vos sindicales en la província, creemos necesario el planteamiento de una de las cues tiones que aparece íntimamente ligada a la negociación colectiva y es pieza clave del modelo retributivo que se configura en la década del desarrollo : la productividad. Desde la óptica empresarial, existía una relación directa entre salarios, poder adquisitivo y productividad:
E! problema dei poder adquisitivo de los salarios es uno de los más graves de nuestra época. Tiene no solamente una gran importancia económica, ya que de él depende la crisis o la prosperidad, sino que también tiene una gran importancia social ai constituir necesariamente e! objeto de reivindicaciones sindicales, y más particularmente hoy día, en que e! nivel de vida de la clase 64
J. B. Donges, La industrialización en Espana, cuadro 7,
p.
60.
276
Carmen Benito de! Pozo
obrera permanece, en su conjunto, inferior ai de 1 936, y en que la inesta bilidad de los precios tiende constantemente a bajarlos aún más, dando ori gen a conflictos sociales. [ ... ] se espera que incrementando la renta salarial se aumentará e] consumo. Pero tal conclusión resultaba errónea según la lógica argumental de! discurso precedende, que concluía afirmando que el poder ad quisitivo dependía, si no exclusivamente, al menos de modo prepon derante, del progreso técnico realizado en la producción, de tal for ma que > 70• Las Reglamentaciones de trabajo vigentes contenían, as1m1smo, disposiciones opuestas a la ortodoxia productivista: El cálculo de tarifas de modo que el trabajador de capacidad y rendimiento normal obtuviese, al menos, un salario superior al 25% del jornal fijado para su categoría sin que para ello se exigiese al operaria un ahorro similar de tiempo, redundaba en una baja pro ductividad. Esta disposición actuaba, pues, como freno a la implan tación en las empresas del salario con incentivo. La continuidad en el trabajo, la seguridad de la no separación del puesto, la invariabilidad de la labor realizada, en definitiva, la garan tía de permanencia en el trabajo que las Reglamentaciones otorgaban al obrero era también contraria a la política productivista: por el Sindicato Nacional del Com bustible, que apuntaba como solución la libertad de carbones o la modificación de los precios de cupo en cantidad suficiente para po der satisfacer las demandas obreras. A mediados de marzo de 1 962 se notificá a la Organización Sindical asturiana 85• 84 AHP/Gobierno Civil. Informe elaborado por e! Sindicato dei Combustible so bre los antecedentes de modificación de salarios para trabajadores de las minas de hulla en Asturias, fechado en Oviedo e! 24 de abril de 1 962. 85 Ibid.
Condiciones de trabajo de la clase obrera asturiana
287
Así, el 16 de abril comenzaron los trámites para negociar un n u evo Convenio Colectivo provincial para la hulla que recogía el salario mínimo autorizado por el Gobierno : 32 800 pesetas/ano para obreros de exterior y 36 000 para los de interior, cantidades, pues, in feriores a las solicitadas por los representantes sociales. Unos días an tes, el 7 de abril, había estallado el conflicto en el Pozo San Ni colás de Fábrica de Mieres ; la negociación colectiva quedó paralizada. Si bien, como hemos visto, la revisión del Convenio Colectivo e fu uno de los factores desencadenantes del primer gran conflicto minero de los anos sesenta, a partir de entonces la negociación co lectiva no podrá esgrimirse como elemento propiciatorio de las lu chas reivindicativas en esa década. Efectivamente, agotado el período de vigencia del primer convenio para las minas de hulla en junio de 1 963, el Ministerio de Trabajo optó por la prórroga del convenio interprovincial -denunciado meses antes de su extinción por los representantes sociales- frente a la posibilidad de negociar un nue vo convenio de ámbito provincial y retrasando la autorización para efectuar deliberaciones de cara a la firma de algunos convenios de empresa 86 • La crisis económica del sector hullero y la tensión laboral en las minas asturianas justificaban para la patronal su rechazo a la con tratación colectiva y el apoyo a la vieja fórmula del intervencionismo estatal a través de una nueva Reglamentación de Trabajo :
la hora prevista se celebró la reunión en la que el Director General se refirió ai propósito dei Ministerio de restablecer la disciplina, ofreciendo todo su apoyo a las empresas para que actuaran con plena autoridad. AI hablar dei proyectado Convenio, el Seííor Martínez Bordiú, consejero de Duro Felguera, advirtió que dada la situación de la minería asturiana no se podía ser optimistas en cuanto a posibles concesiones. Este criterio fue, en general, el de los empresarios presentes, que también se inclinaron por una Reglamentación de Trabajo 87.
A
Los vocales sociales se manifestaban, por el contrario, partidarios del convenio en un momento en que se estaba reivindicando la paga extraordinaria de 30 días para el personal obrero y existían favora bles expectativas de conseguiria en la negociación colectiva. 86 AHP/AISS-Oviedo, Secretaría General. Informe > equivalía a 480, 560 y 640 pesetas según categoría 90• Las Reglamentaciones de trabajo dictadas en los aíios cuarenta no fijaban, ni siquiera preveían, mecanismos de actualización salariaL como los incorporados a la Ordenanza Hullera de 1 964, y tampoco reglamentaciones posteriores (referidas tanto al sector dei carbón, : metal o construcción) contenían disposiciones reguladoras de algo que, ya desde 1 958, constituía ma teria pro pia de los Convenios Co- .• lectivos, limitándose a seíialar los mínimos salariales profesionales. Por ello, la Ordenanza de 1 964 constituye un rara avis de la nor· mativa laboral emanada dei Ministerio de Trabajo, una híbrida pre tensión de asegurar las mejoras retributivas que se derivan de la •. periódica negociación colectiva pero ai margen de ésta; un intento de aplicación imperativa de la recién estrenada política de remas; una norma de obligado cumplimiento sin la previa oportunidad de las partes de demostrar siquiera la imposibilidad de llegar a un acuer do ; una fórmula, en definitiva, que institucionalizando la resistencia patronal a una contratación colectiva que, se presumía, revalorizaría el factor trabajo, conjurase ai mismo tiempo el temor a una desbor dada conflictividad laboral de consecuencias políticas imprevisibles. El Reglamento de Interior de HUNOSA de mayo de 1 969 recoge la tabla salarial aplicable a los trabajadores mineros en atención ai sistema de incentivo Bedaux implantado por la empresa. De acuerdo con éste, el salario base o simplificado de un peón de exterior era de 200 pesetas/día y el salario de referencia -
c: '0 u u ;:l
·
_] b �
� a l3 < "' O O E-
:::E U U �
137 237 263 673
núm.
Accidentes de trabajo y enfermedades laborales.
1 13 5 395 471 5 979
Af
núm. Af
A ccidentes ,,_
76 76 254 982 1 216 1 216 1 72 491 1 72 1 727 1 464 1 464
Af
Despidos
Otros
5 18 58 81
4 18 33 55
,,_
109 159 23 13 16 320
núm.
21,2 23,6 1,5 23,6 12,5 1 1,3
>:-
143 200 502 21 60 926
núm.
50,7 50,7 40,2 65,6 65,9 45,8
o/o ,,. ,,.
Desestimada
59 1 74 394 7 23 648
núm.
20,9 44,1 26,9 21,8 25,2 31,8
o/o ,,.,,.
Favorable
80 20 350 4 8 462
núm.
28,3 5,0 23,0 12,5 8,7 22,6
% ''"''"
Parcial
282 394 1 249 32 91 2 036
núm.
54,9 58,5 85,1 58,1 71,6 71 ,9
% ''"
Subtotal
516 340 1 755 7 687 735 1 219 2 830 9 422 60 57 27 144
Af
núm. Af
TOTAL
188 1 094 411 1 693
Af
núm.
Af
240 80 309 80 482 2 193 1 753 1 753 425 982 198 198 1 147 3 484 2 03 1 2 031
núm.
Accidentes de trabajo y enfermedades laborales.
125 990 370 1 485
Af
5 10 20 35
núm.
16,2 14,2 9,1 22,8 23,0 1 5,2
346 149 2 1 42 540
2,8 8,5 10,4
23,2 12,9
Conciliación núm. % ''"
268 364 603 9 156 1 400
29,8 43,6 34,1 34,6 46,5 36,2
Desestimada núm. % ''"''"
54,1 39,4 10,8 42,3 27,1 28,7
Favorable % ''" ''" núm.
486 329 192 11 91 1 109
97 296 97 490
núm.
143 141 972 6 88 1 350
núm.
15,9 16,9 55,0 23,0 26,2 34,9
o/o
>:- >:-
98 306 98 502
Af
Parcial
Sentencias
24 1 14 35 1 73
Af
Af
897 834 1 767 26 335 3 859
núm.
60,4 72,7 61,6 74,2 68,3 74,3
% ''"
Subtotal
699 547 3 531 5 460 1 1 1 0 1 724 5 1 88 7 883
núm.
Notas:
Porcentaje respecto dei total de demandas. •:-•:- Porcentaje respecto dei total de sentencias. Fuente: AHP/Magistraturas de Trabajo núm. I de Oviedo y Gijón; Archivo de la Magistratura de Trabajo de Mieres: Demandas presentadas entre 1950 y 1954. Elaboración propia.
•:-
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
242 164 262 8 113 789
núm.
% ''"
Desistidas
Resolución de las demandas de los trabajadores, 1950-1954 (según causa).
''
Salario ....................... Despido .................... Accidentes . .. . . . . . ........ Vacaciones ................ Otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2.
Nota:
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Metal ........................ Combustible ............. Construcción ............
núm.
1 . Demandas presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo . A sturias, 1 950-1954 (por actividad) . TOTAL Salarios Despidos Vacaciones Otros A ccidentes ,,_
dei total de sentencias.
23,7 1 7,8 13,9 18,1 15,7 16,8
o/o
Ofo
Conciliación
Porcentaje respecto dei total de demandas.
**
•:-
APÉNDICE 1 L
Notas:
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
122 120 204 10 20 476
núm.
Desistidas
51 50 26 127
núm.
Sentencias
Af
núm.
Vacaciones
Resolución de las demandas de los trabajadores, 1945-1949 (según causa).
•:-
Salario ....................... Despido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Accidentes . . . . . . . . . . . .. . . . Vacaciones . . . . . . . . . . . . . . . . Otros ..... ...................
2.
Nota:
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
73 198 241 512
núm.
Salarios
Demandas presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. A sturias, 1945-1949 (por actividad).
10.
Metal ........................ Combustible . . . . . . . . . . . . . Construcción . .. . . . . . . . . .
1.
APÉNDICE
Accidentes d e trabajo y enfermedades laborales.
2 113
1 54 1 440 530 2 1 24
Af
núm.
498 361 562 198 1 619
0/o ,,_
1 1 ,8 12,6 2,3 6,7 5,7
núm.
1 74 203 314 73 764
o/o ,,.,,.
54,9 5 1,4 1 1 ,9 63,2 24,5
núm.
234 1 37 3 810 42 4 223 19,2 28,9 6,7 23,3 1 1 ,5
25,8 1 9,5 8 1 ,3 1 3,4 63,9
0/o ,,. ,,.
Parcial ,,,, _
0/o
Favorable
906 701 4 686 313 6 606
núm.
,,_ 42,8 69,7 79,2 72,7 69,8
o/o
núm.
,,_
3 505
Accidentes d e trabajo y enfermedades profesionales.
················································
294 398 314 1 006
núm.
475 1 453 373 2 301
Af
Despidos
149 1 759 311 2 219
núm.
Fuente:
1 92 1
31,7 22,7 22,2 15,8 26,1
382 1 54 10 34 580
1 0,8 1 5,0 0,4 4,4 7,9
Conciliación ,,_ núm. o/o
708 344 667 278 1 997
núm.
35, 1 54,1 42,3 45,5 41 ,3
o/o ,,.,,.
Desestimada
860 1 88 564 299 1 91 1
núm.
,,,,_ 42,7 29,6 35,8 49,0 39,5
o/o
Favorable
444 1 03 324 33 904
núm.
>:->:-
22,0 1 6,2 20,5 5,4 1 8,7
Parcial Ofo
383 416 49 848
2 012 635 1 575 610 4 832
núm.
57,3 62,1 77,2 79,7 65,8
% '''
3 881 5 1 40 1 588 10 609
2 300 3 851 1 393 7 544
Subtotal
Af. núm.
TOTAL
,,_,,.
Porcentaje respecto de! total de demandas. Porcentaje respecto de! total de sentencias. AHP/Magistraturas de Trabajo núm. I de Oviedo y Gijón; Archivo de la Magistratura de Trabajo de Mieres: Demandas presentadas entre 1959 y 1 962. Elaboración propia.
Notas. ''
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Salario ....................... 1 1 1 5 Despido .................... 232 Accidentes ................ 453 Otros ........................ 121
núm.
. o/o ,,
Desistidas
361 378 43 782
Af.
Otros
núm.
Sentencias
1 49 1 759 311 2 219
Af
A ccidentes ''
2. Resolución de las demandas de los trabajadores, 1959-1962 (según causa).
Nota:
TOTAL
2 874 1 512 855 5 24 1
Af
Safarias
Porcentaje respecto de! total de demandas. _ _ Porcentaje respecto de! total de sentencias. presentadas entre 1955 de Tra? ajo núm. I de Oviedo y Gijón; Archivo de la Magistratura de TrabaJO de M1eres: Demandas
250 127 138 29 544
núm.
Desestimada
Demandas presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. A sturias, 1959-1962 (por actividad).
,_,,
,._
2 313
45,2 1 7,6 1 8,4 20,4 24,4
,,_ o/o
Conciliación
Metal ........................ .......................... 1 464 Combustible .................... ................... 1 316 Construcción . . . . . . . . . . ............................ 725
1.
Fuente:
Notas:
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Salario ....................... 957 1 17 Despido . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . Accidentes ................ 1 091 88 Otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
núm.
Desistidas
Subtotal
582 8 1 60 1 216 9 958 574 7 752 1 13 7 9 463 1 40 262 31 433 1 39 260 31 430 73 5 547 295 5 915
73 5 547 295 5 915
215 91 1 360 1 486
209 505 291 1 005
Sentencias
Af
núm.
Af
núm.
Af
núm.
Af
núm.
2 . Resolución de las demandas d e los trabajadores, 1955-1958 (según causa).
Nota: ''
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
1 53 Metal .................................................. Combustible ....................................... 1 440 Construcción .. .................................... 520
núm.
1 . Demandas presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo . A sturias, 1955-1958 (por actividad). TOTAL Otros Accidentes ,,. Despidos Salarios
APÉNDICE 12.
.... ..... ....
núm. Af
núm.
Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
27,6 38,0 32,7 31,1 29,7
21,0 1 1 ,1 7,9 15,2
2 575 166 93 2 834
núm.
% '''
Conciliación
núm.
3 050 329 998 431 4 808
núm.
48,5 43,5 40,7 60,4 47,1
Ofo ,,.,,.
Desestimada
1 969 277 955 210 3 41 1
núm.
,,_,,_
31,3 36,6 38,9 29,4 33,4
o/o
Favorable
% ,,_ ,,_
1 266 150 497 72 1 985
núm.
20,1 19,8 20,2 10,0 19,4
Parcial
Sentencias
núm.
6 285 756 2 450 713 10 204
núm.
51,3 50,8 67,2 60,8 55,0
o/o ,,_
Subtotal
7 875 12 559 2 708 23 142
Af
TOTAL
322 7 084 967 9 161 65 2 301 1 354 18 546
Af
Otros
A ccidentes ,,.
Af
núm.
Af
núm.
4 706 459 1 578 649 7 392
39,7 29,8 33,0 22,1 34,8
1 1 ,1 23,0 5,7 8,7
1 323 355 168 1 846
núm.
o/o ,,.
Conciliación
Otros
Af
núm.
Af
núm.
núm.
1 684 277 1 611 1 01 1 4 583
o/o
55,5 48,2 35,7 52,1 49,1
núm.
3 230 350 1 141 1 154 5 875 28,9 38,2 50,4 45,6 38,3
,,_ ,,_
Favorable o/o ,,. ,,
Desestimada
15,4 13,5 13,8 2,1 12,4 897 98 444 48 1 487
,,_ ,,_
0/o
núm.
Parcial
Sentencias , 0/o ,_
49,0 47,1 66,9 75,5 56,3
núm.
5 811 725 3 196 2 213 1 1 945
Subtotal
6 368 13 372 2 773 22 513
Af
TOTAL
Fuente: AHP/Magistraturas de Trabajo núms.
,,,,. Porcentaje respecto del total de sentencias. I y 2 de Oviedo y núm. I de Gijón; Archivo de la Magistratura de Trabajo de Mieres : Demandas presentadas entre 1967 y 1970. Elaboración propia.
Notas: ,,. Porcentaje respecto del total de demandas.
TOTAL . . . . . . . . . ......... ...........
Salario ....... ................ Despido . . . ................. Accidentes . . . . ............ Otros ........................
núm.
% '''
Desistidas
Resolución de las demandas de los trabajadores, 1967-1970 (según causa).
Nota: ,. Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2.
Despidos
291 1 184 1 196 6 013 291 967 3 834 3 914 704 916 4 1 79 4 1 79 1 689 1 689 12 790 6 580 6 588 342 163 2 soo 162 308 308 746 1 524 1 556 506 11 938 12 058 1 552 2 629 4 778 4 778 3 035 3 048 21 303
núm.
Salarios
Demandas presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. A sturias, 1967-1970 (por actividad).
·
Metal .................................................. Combustible ....................................... Construcción ..... .................................
1.
1 5.
1966. Elaboración
APÊNDICE
y
Fuente: AHP/Magistraturas de Trabajo núm. 1 de Oviedo y Gijón; Archivo de la Magistratura de Trabajo de Mieres: Demandas presentadas entre 1 963
,,.,,. Porcentaje respecto del total de sentencias.
Notas: ,,. Porcentaje respecto del total de demandas.
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3 383 566 1 195 365 5 509
núm.
% '''
Desistidas
Af
A ccidentes ,,.
Resolución de las demandas de los trabajadores, 1963-1966 (según causa).
''
Salario ....... ... ............. Despido ....... ............. Accidentes ................ Otros . .......................
2.
Nota:
Af
Despidos
6 237 6 594 367 774 185 185 295 4 567 6 016 708 2 490 3 086 3 086 800 1 449 1 580 413 375 688 375 64 12 253 14 190 1 488 3 952 3 646 3 646 1 159
núm.
Salarios
Demandas presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. A sturias, 1963-1966 (por actividad).
14.
Metal ............... ................................... Combustible....................................... Construcción...................................... TOTAL . . . ............................. ................
1.
APÉNDICE
,,_
2 560 2 667 2 680 7 907
Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
2 448 2 608 2 506 7 562
Af
1 772 437 879 3 088
núm.
2 338 68 1 1 117 4 136
Af
Despidos
420 3 944 480 4 844
núm.
3,8 10,7
21 6 2 255
-
16,6 25,9
-
,,_
1 262 777
Porcentaje respecto dei total de demandas. ,,,,_ Porcentaje respecto dei total de sentencias.
''
7 509
40,9 28,0 3 1 ,8 36,0 35,7
núm.
o/o
Conciliación
1 325 680 1 615 1 937 5 557
núm.
4 1 ,2 49,3 48,9 57,5 49,3
o/o ,,.,,.
Desestimada
1 389 571 1 419 1 014 4 393
núm.
43,2 4 1 ,4 42,9 30,1 39,0
% ':· >>
Favorable
1 26 267 413 1 306
soo
núm.
o/o
15,5 9,1 8,0 12,2 1 1 ,6
Parcial
•:-,:-
2 1 42 3 205 1 032 6 379
Af
3 214 1 377 3 301 3 364 1 1 256
núm.
42,3 45,9 68,1 60,0 53,5
% ''
Subtotal
6 209 7 460 10 1 04 10 497 4 882 5 309 21 1 95 23 266
núm.
TOTAL
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APÉNDICE 18.
Distribución de las sanciones patronales según sa, 1963-1966 (por sectores de actividad).
Metal A ctitud ante el trabajo
p
Distribución de las sanciones patronales según cau sa, 1967-1970 (por sectores de actividad).
-
Combustible
D
p
D
6 29 30 8 10
3 10 4 21 11
2 23 29 52 8
Subtotal ...................................... 3 1
83
49
114
Desidia ...... ................................. Negligencia e imprudencia ........ . Bajo rendimiento . . . .. Abandono dei trabajo . .. . Faltas de asistencia . .. .
Desobediencia............................. 13 Falta a superior .......................... 4 Falta a companeros .................... 3
40 12 7
12 17 4
80 24 2
3 2 1
Subtotal ...................................... 20
59
33
106
6
6
8
4
14
Paro colectivo ............................. 10
2
295
185
Otras ..........................................
2
29
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
69
181
428
20
P : Propuestas de sanción. D: Demandas contra sanción. Fuente: AHP/Magistraturas de Trabajo núm. I de Oviedo y Gijón; Archivo de la de Trabajo de Mieres: Propuestas de sanción y Demandas contra sanción entre 1963 y 1966. Elaboración propia.
1 2 13 1
10 6
200
18
79
9
17
2
Relaciones laborales
1
Desobediencia............................. Falta a superior .......................... Falta a companeros ....................
6 4 1
54 8 6
10 5 1
56 14 1
4 2 1
3 1 1
5
Subtotal .... ..................................
11
68
16
71
7
5
Deslealtad . . . . . . . ........... .................
4
3
Paro colectivo .............................
15
11
4
9 381
3
D
2 3 1 3
Subtotal ...................................... 23
· · ··· · · · ··· ·
p
D
1 20 29 22 7
15 28 1 34 12 11
· ··· · ·· ·· ···· ·· · ·
9
p
D
3 4 7 2 7
·· ··· · ·· ·· ···· ··· · ·
5
2
Relaciones laborales
Deslealtad . . . . . . . ............................
p
Actitud ante el trabajo
Desidia ....................................... 5 Negligencia e imprudencia ......... 3 Bajo rendimiento ........................ 2 Abandono dei trabajo ................ 9 Faltas de asistencia ..................... 12
Combustible Construcción
Metal
2
Otras .................................... . . . . . .
19
TOTAL .. . .......... . .. . ........ . ..... . . . .. . . . . .
14 120
291
2 3
7
9 53
41
1 56
212
18
26
P: Propuestas de sanción. D: Demandas contra sanción. .. •e • A rch'tv0 . d Fuente: AHP/Magistraturas de Trabajo núms. I y 2 de Oviedo y núm. I de GtJon; . . Y Demandas contra sancton . • la Magistratura de TrabaJO de Mteres: Propuestas de sancwn presentadas entre 1967 y 1970. Elaboración propia.
APÉNDICE 20.
Distribución de las sanciones patronales según cau sa, 1971-1975 (por sectores de actividad).
D
p
D
2 8 3 7 4
45 42 48 43 55
2 6 4 4 11
3 35 24 46 5
1 1 11
9 41 8 6
Subtotal ............... . . . . . ............ ...... 24
233
27
1 13
15
64
92 24 3
4
6
119
6
A ctitud ante el trabajo Desidia ....................................... Negligencia e imprudencia ......... Bajo rendimiento ........................ Abandono dei trabajo ......... . . . . . . . Faltas de asistencia . . . ..................
'
j'
j
p
D
2
Relaciones laborales Desobediencia . . . . .............. . . . . . . . . . . . Falta a superior .......................... Falta a companeros ....................
6 3 6
258 25 9
9 3
Subtotal . . . . ....... ...........................
15
292
12
Deslealtad ................. ..................
3
5
Paro colectivo . . .. ......................... 25
226
Otras .......................................... TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
794
2
228
109
5
358
58 8
6 268
7 2
11
38 68
demandas por despido presentadas contra las em presas Construcciones Metálicas Gijón, S. L. y S. M. Duro Felguera.
Combustible Construcción
Metal p
APÉ NDICE 2 1 . Acta dei juicio celebrado en la Magistratura núm. 2 de Gijón el 26 de junio de 1975 en relación a las
26
139
P: Propuestas de sanción. D: Demandas contra sanción. Fuente: AHP/Magistraturas de Trabajo núms. I y 2 de Oviedo y Gijón; Archivo de la Magistratura de Trabajo de Mieres: Propuestas de sanción y Demandas contra sanción presentadas entre 1 971 y 1975. Elaboración propia.
" En Gijón, a veintiséis de junio de mil novecientos setenta y cinco. Constituído en Audiencia Pública el Iltmo. Senor Magistrado de Traba jo/núm. DOS [ ... ], comparece Don M.A.S.G. en nombre y representación de [siguen nombre y apellidos de once trabajadores], representación acredi tada en autos y asistido dei Letrado Don Juan Luis Rodríguez Vigil Rubio. Don J.A.R.G. en nombre y representación de [siguen nombre y apellidos de trece trabajadores], representación acreditada en autos y asistido dei Le trado Don Juan Luis Rodríguez Vigil Rubio. Don J.R.F.S. en nombre y representación [siguen nombre y apellidos de diez trabajadores] asistidos dei Letrado Dona María Cristina A lmeida de Castro. Don C.H.O. en nombre y representación de [ sigue nombre y apellidos de trece trabajadores], repre sentación acreditada en autos y asistidos dei Letrado Don Felipe González Márquez. Don J.M.M.M. en nombre y representación de [sigue nombre y apellidos de nueve trabajadores ], representación acreditada en autos y as is tidos dei Letrado Don José Ramón Herrero Merediz. Don J.A.M.P. en nombre y representación de [sigue nombre y apellidos de diez trabajadores], representación acreditada en autos y asistidos dei Letrado Don Luis Fer nández A rdavín. Don A.L.F. en nombre y representación de [sigue nombre y apellidos de trece trabajadores ], representación acreditada en autos, asis tidos del Letrado Don A ntonio Masip Álvarez Hidalgo. Don J.R.O.F. y Don J.R.B. en nombre y representación propios. No comparecen [sigue nom bre y apellidos de once trabajadores]. Comparece el Procurador Don E.C.S. en nombre y representación de la dem andada S. M . DURO FELGUERA S. A. [ . . . ], comparece el Letrado Don C.N.P. en nombre y representación de la codemandada CONSTRUCCIONES METÁ LI CAS G IJÓ N, S. L. [ ... ) . Exhortadas las partes a una posible avenencia, ésta no se consigue por lo q ue s.s· acuerda pasar seguidamente ai acto de Juicio. Concedida la palabra a la parte actora, por el Letrado Don Juan Luis Rodríguez Vigil se exponen los antecedentes de hecho dei problema, cómo las grandes empresas originaron las empresas de montajes, unas auténticas Y Otras carentes de finalidad empresarial y de material siendo esto requisito necesario para la constitución de toda empresa lo que origina una fuente de onfh_ cto que la Magistratura conoce, bien directamente o bien por su no on edad, enormes problemas humanos como los supuestos de MONTAJES
�
444 etc. Concretando en Construcciones Metálicas Gijón, éstas se constituyen en Abril de 1 9 74 [ . .. ]. . . CONSTRUCCIONES METÁ LICAS GIJ Ó N se funda con un capital sooal de doscientas cincuenta mil pesetas. Trabaja sólo en el Astillero de Duro Fel guera. Los trabajos de su personal (no técnico titula�o) se�án los mismos _ _ que los dei personal de la Duro F �lguera. S� patnmomo �e hm1t� a elemen tos de seguridad y útiles de baja 1mportanoa como marullos, pmchos p a�a _ marcar, gafas, etc., no siendo de su patrimonio los e �ementos �e produccwn _ importantes. La situación dei personal de Construcczones Metaltcas Gz;on se caracteriza por su eventualidad, contratos por tzempo �zert�, contratos en , General de blanco, etc. como se probarán por resoluciones de la D1reccJOn . Trabajo que se aportarán, lo que produce tensión por problemas de salanos, seguridad e higiene, mal material de seguridad, etc. todo por no ser una empresa sino una ficción. . Por el Letrado Don Felipe González Márquez se com1enza saludan�� a _ la Magistratura de Trabajo en su primera act��ción en esta cJUdad. Se rat1�1�a _ en la demanda solicita e! recibimiento dei JUICJO a prueba y la declaracJOn de despido nuio por la empresa s. M. DURO FELGUERA Y subsidiari�� ente _ improcedente por CONSTRUCCIONES METÁ LICAS GI]ON. A contmuacJOn �a bla dei problema de la mercadería de mano de obra y de la subcontratacwn. _ Menciona el Decreto de 17 de Diciembre de 1970 menciOnando como mo tivo un estudio profundo en la Cátedra de Sevilla, ya que era � na entid�d socioeconómica que ocultaba aumentos de plantilla en los Asnllero � · Dl - Y cho supuesto estudiado en Sevilla es idéntico al de hoy : co�tratacwn despido de personal para trabajar no para el que contrata smo para e! auténtico empleador. [... ] � Tiene Construcciones Metálicas Gijón la � ualidad de empresario? NO, porque no tiene medios para un fin empresanal [ ... ]. Pese a tener un domicilio, hojas de salarios y pagar a los trabajadores parte de lo ��e rec�_ �e de DURO FELGUERA. Ello ocurre por la facilidad con que la ad�mJstracwn concede el carnet de empresa con responsabilidad. ( Dónde trabapn los tra bajadores de CONSTRUCCIONES METÁ LICAS GIJÓN ? Sói ? en la � uro � elg� e _ - e mfenor ra, empresa con igual plantilla que Construcciones Metahcas GiJOn a la suma de los empleados de todas sus contratas. La empresa al�ga que es _ 1gual _para por la eventualidad dei trabajo, argument? en falso que valdna _ _ cualquier empresa porque el mercado osol� . � Que trabaJo y baJ_ � que de ._ _ pendencia realiza? Es un trabajo por admmJStracwn : ai contratJsta se le ASTURIAS, MONTAJES LA CRUZ, RUB ÍN,
. .
.
pagan las horas realizadas por su plantilla, la contratad� se queda con una parte y da parte a los trabajadores, lo que produce �en�10nes labora�es �?r la inseguridad que de ello se deduce. Los ma� dos tec�Jcos y orgamza:wn _ m sabe donde esta su son siempre de la empresa principal. La subs1diana _ de personal. Todo el instrumental es de la principal s�_ n qu� a ello Sirva _ _ s1mplemente p�ra obstáculo los monos y detalles que facilitan la subs1duna guardar las apariencias. La identidad de trabajos es total, estando la umca
I I
Apêndice 21
445
diferencia en que los de la contrata no tienen estabilidad y cobran a través de la subsidiaria. Si desaparece la contrata no hay crisis, sino que sólo de saparece una Sociedad Anónima o una Sociedad Limitada que luego se cam b iará por otra. No hay seguridad . La diferencia de esta figura con la contrata real o subcontrata regulada en el Decreto 1 7-1 2-70 está en que la contrata es para una obra cierta no h abiendo mezcla de personal ni de actividad ni de equipo ni de mandos. En conclusión, la figura de autos es un fraude por no haber los anteriores req uisitos de la contrata llevando al desorden por no existir seguridad en el trabaj o. Este hecho ha sido denunciado por la lnspección de Trabajo, pro b ándose en sus actas todo lo dicho. Pasando ai examen dei derecho aplica ble, el Decreto 1 7- 1 -70 no es un decreto derogatorio sino complementaria dei de 1 5-2-52 como dice su exposición de motivos. Lo que pretendió fue acercar la ley a la realidad social. Sería de aplicación la declaración primera núm ero dos dei Fuero dei Trabajo y el art. 3.0 de la L.C.T. [ . . . ]. ( Es nuestro caso subsumible en el Decreto de 1970? No es una subcon trata porque no es empresa y la industria que aparta es sólo mano de obra. No es mediación, sino interposición jurídica por lo que habrá que aplicar [ . . . ] condenando a la DURO FELGUERA S. A . a incorporar a su plantilla a los trabajadores, pues si no se produciría la inestabilidad que trata de evitar el decreto mencionado. Si CONSTRUCCIONES METÁ LICAS GIJÓN no es empre sario, no tiene personalidad jurídica y por tanto no puede rescindir sus contratos. Es una figura fraudulenta que tiene que desaparecer y que, en conclusión, no podrá despedir mientras que Duro Felguera podrá despedir pero no lo ha hecho por lo que e! despido será nulo. Termina solicitando el recibimiento dei juicio a prueba y la declaración de nulidad respecto de la empresa DURO FELGUERA que habrá de ser decla rada de oficio y alternativamente para el caso de no ser estimada esta peti ción la declaración de improcedencia de los despidos respecto de la empresa CONSTRUCCIONES METÁ LICAS G IJON S. L.
Concedida la palabra a la Letrado Srta. Almeida Castro por ésta se ma nifiesta que : se afirma y ratifica en la demanda, solicitando el recibimiento dei juicio a prueba y sentencia ratificándose lo dicho por su companero bien de despido nulo o subsidiariamente improcedente, puesto que la defensa es colectiva y sólo buscan claridad, concisión y brevedad. [ ... ] Estudiando e1 Decreto de 22 de mayo de 1 970, en realidad fue un despido de la totalidad con excepciones sin importancia. Es el derecho a aplicar. No pudieron cumplir sus trâmites los trabajadores porque no tienen jurado de empresa. La empresa no quiso seguir sus trámites. La autoridad laboral no sabemos qué información tuvo aunque sabemos que estuvo en la empresa. Los trabajadores nunca fueron requeridos por la autoridad laboral. Hubo un inspector pero no habló con los trabajadores [ . . .]. Es doctrina dei T.S. e1 despido de los que tengan participación destacada en e] conflicto, cosa que no ocurre en ninguno de los demandantes. [ . . ]. .
446
Apéndices
Concedida la pa!abra al Letrado Sr. Fdez. Ar�avín, éste �ace suy�s ! as . alegaciones de sus compaiieros, insistiendo en la ftgura de la mteq:��stcton, diciendo que la empresa fictícia es contra lege y por tanto su actuacwn nula o inexistente [ . . . ]. . Concedida la palabra al Letrado Sr. Masip, se adhiere a lo m �mfestado por sus compaiieros y hace suya la súplica de los mismos, aiia?tendo que dos días antes dei despido muchos obreros fueron dados de baJa a efectos de S.S. en el INP. Concedida la palabra al Letrado Sr. Nicolás Prieto, manifiesta �ue se . opone a la demanda. Lo dicho por la otra parte es teoría pero no pra�ttca. [ .. . ] Niega que sólo trabaje su empresa � ara Duro F elguera. No admtte la . acumulación dei despido y la incorporactón de planttlla [ ... ]. . Continúa haciendo una historia de los paros, sanciones y postenor des pido diciendo que únicamente despidió a los que �o quisieron rein�o�po rarse, manifestando que por los productores no se htzo caso ai requenmten to de la autoridad laboral. Termina pidiendo recibimiento dei juicio a prueba y sentencia absolutoria. Concedida la palabra a la representación de DURO FELGUERA como por ésta se insiste en que es un contrato real. Que su representada n? es res ponsable de un despido hec�� por una empresa ��n la que ellos ttenen �n . . contrato real. Niega la postbthdad de la acumulacwn alegando la excepcwn de efecto legal en el modo de proponer la demanda. . . . Seõala cómo e! propio Estado admite e! subcontrato mststtendo � n que e! caso que nos ocupa es un subcontrato [ . . . ] por cuanto qu� extste en Construcciones Metálicas Gijón un riesgo de empresa compattble con la dirección por Duro Felguera [ ... ] . ., . . En conclusión seõala cómo primem es maphcable la acumulacwn, se gundo la DURO FELGUERA no es responsable de los despidos, terce:o los . contratos son de ejecución de obra perfectamente correcto, y cuarto mstste en la excepción dei efecto legal en e! modo de propone� la demand� . Solicita e! recibimiento dei juicio a prueba y sentencta absolutona. [ ... ] Finalizado e! acto dei juicio' l �s parte� ll�gan a una conciliación a . través de sus representantes en los stgutentes termmos: Por la representación de la empresa codemandada S . M. DURO FELGUERA se propone la admisión de todos los demandantes, con excepción de los q�e . han desistido de sus demandas, en la plantilla de la empresa como trabajadores fijos sin sujeción a período de prueba y con la antigüedad de este ingreso en Duro Felguera, que tendrá que ef�c �uarse en los ��as 27, 28 y dei corriente mes de junio en las horas de oftcma, presentac10n que se har en las oficinas dei dique de DURO FELGUERA S. A. durante cualquiera de los días mencionados, no haciéndose responsable esta empresa de los deveng?s i. que se pudieran adeudar con anterioridad a es�a admisió�, los que correran a cargo de Ja empresa CONSTRUCCIONES METALICAS GIJON S. �Por la representación de la empresa CONSTRUCCIONES METALICAS ·
3�
Apéndice 21
447
y vista la propuesta de la codemandada, se ofrece a los demandantes la indemnización de DIEZ D Í AS de salarios en la cuantía que consta en el escrito de demanda, abono que se compromete a hacer efectivo a los trabajadores antes dei próximo día dos de julio dei corriente aiio. lndependientemente, la empresa CONSTRUCCIONES METÁ LICAS GIJÓN S. L. se compromete a abonar a los trabajadores las partes proporcionales de liquidación que les corresponde hasta el 31 de mayo dei corriente aiio, antes dei día 1 8 de julio dei corriente aiio. Por las representaciones de los demandantes, y habida cuenta de los ofrecimientos respectivos de las empresas codemandadas, aceptan íntegra mente ambas propuestas, así como los plazos y condiciones indicadas, y por ello en este aspecto, y por ello en este acto, expresamente, desisten de los procedimientos y acciones ejercitadas en sus demandas. El Sr. Magistrado tiene por celebrada la presente conciliación con ave nencia en los términos expuestos y con todas sus consecuencias legales, acordando el archivo de los autos, firmando la presente después dei Sr. Magistrado, las partes y conmigo el Secretario que doy fé.>> S. L.
Fuente: AHP/Magistratura de Trabajo núm. 2 de Gijón, caja 3030. El destacado en cursiva es nuestro.
FUE NTES
1.
ARCHIVÍ STICAS
Archivo Histórico Provincial de Oviedo 1.
Administración I nstitucional de Servicios Socioprofesionales (AISS)
1.1.
Comarca! Sindical de Oviedo (material sin clasificar):
- Secretaría General, 1 947- 1 975 - Secretaría Delegado, 1970- 1 975 - lntervención, 1955, 1958- 1 967, 1 970-1971, 1 976 - Ordenación Social, 1 969- 1 974 - Jurados de Empresa, 1970, 1 972-1 973 - Sindicato dei Combustible, 1 956, 1 960-1 975 - Sindicato de! Metal, 1 96 1 , 1 973- 1 976 - Sindicato de Información, 1 963-1 975 1.1.1.
Sindicato Local de Teverga : caja 4389 (anos 1 964-1 976) ; caja 4386 (anos 1971-1976)
1 .2. Comarca/ Sindical de Sarna de Langreo 1 .2 . 1 . Sindicato Local de L a Felguera - Educación y Descanso, 1967- 1 974 - Elecciones sindicales : Sindicato dei Combustib]e, 1 971 - Escuela de Capacitación Social, 1 968- 1 972 - Hogar y Arquitectura, 1971 - 1 975 - Jurados de Empresa: >, en Perspectiva Contemporánea, núm. 1 , Madrid, 1 988. Vergés, Joaquim, La Seguridad Social espano/a y sus cuentas, Barcelona, 1 9 Vicente, Ciriaco de, Trabajo y sindicatos, Madrid, 1 977. Vilar, Pierre, lniciación a! vocabulario dei análisis histórico, Barcelona, 1 Villa, L. E. y C. Palomeque, Introducción a la economía dei Derecho, drid, 1 977. Villar P!llasí y Munoz Campos, Los Jurados de Empresa , Madrid, 1 950. Vinas, Angel, Dinero, guerra y dictadura. Ayuda fascista y autarquía en Espana de Franco, Barcelona, 1984. VV AA, Enciclopedia jurídica espano/a. Apêndices 1940 a 1971, Barcelon 194 1 . VV AA, Dieciséis lecciones sobre salarios y sus clases, Madrid, 1 97 1 . VV AA, Ideología y sociedad e n la Espana contemporánea. Por u n análisis franquismo (VII Congreso de Pau), Madrid, 1 977. VV AA, Crecimiento económico y crisis estructural en Espana, 1959-80, M drid, 1 98 1 . VV AA, Estudios de historia de Espana (homenaje a Tunón d e Lara), 2 vol Madrid, 1 98 1 . VV AA, , e n M dicina y Seguridad del Trabajo, núm. 67, Madrid, 1 969, pp. 5-13. Zaguirre, Manuel y De la Hoz, José M.', Presente y futuro del sindicalism Barcelona, 1 976.
1.
2.
l•
3.
4. 5. 6.
7. 8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
1 6.
Organigrama de la Organización Sindical Espanola .... ...... ...... . Relación nominal de representantes sindicales -económicos y sociales- que llevan veinticinco, o más anos, en el desempeno dei cargo Relación nominal de quienes han ejercido el cargo de Delegado Provincial en la CNS de Asturias, 1 938- 1 970 ................ ............ La limitada función asesora de los Sindicatos y la falta de co laboración empresarial en la relación de los anteproyectos de las Reglamentaciones de Trabajo .................. .................................. La Fábrica de Loza de San Claudio solicita la modificación de las condiciones de destajo para evitar el excesivo salario percibido por algunos peones ..................... ...................... . . . . ........... Conceptos retributivos integrantes dei salario de un picador minero en 1 945 .............. ..... ....... ................................................... Tablas salariales fijadas para el personal obrero de los subsec tores dei carbón, siderometalúrgica, cerámica y construcción (zona 1 .') en octubre de 1 956 .................................... ................ La contratación colectiva en Asturias, 1 958- 1 97 1 (combustible, metal y construcción) .......................... ........ . ............................ Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 940- 1944 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 945- 1 949 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 950- 1 954 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 955- 1958 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 959- 1962 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 963-1 966 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1 967- 1 970 (por actividad) Demandas (y resoluciones) presentadas por los trabajadores ante las Magistraturas de Trabajo. Asturias, 1971-1 975 (por actividad) .
411
. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
414
.
418
.
420
..
422
.
424
.
426
.
429 43 1 432 433 434 435 436 437 438
466
fndice de
1 7.
Distribución de las a ciones patronales según causa, 1959 -1 962 � ? (por sectores de actiVIdad) ....... ....... ....... . 1 8. Distribución de las a ciones patronales s����-�-����:· i'9(,'j�'i'966 � ? (por sectores de actiVJdad) ....... ....... ....... . 19. Distribución de las a ciones patro nales s-����-�-���·� :·196'7�i-97o � ? (por sectores de actlVldad) ....... ....... ....... . 20. Distribución de las a ciones patronales s��Ó � ? �-�-����:· ·i97i�i'9'75 (por sectores de actiVIdad) ....... ....... ....... . - .... ... .... ... ... . . · 2 1 . Acta dei juicio celebrado en la Magistrat m .2 de GIJOn ::·� .el . · de 1975 en relac 26 de JUDIO ión a las demandas· por despido p;esentadas contra las empresas Construcciones Metálicas GiJOn, S. L. y S.M. Duro Felguera ....... ....... ....... ....... ....... ..... ..
�;� �6
íND I CE DE CUADROS
1. 2.
3.
4.
5.
6.
7.
Saldo migratorio en Asturias, 194 1 - 1 960 ............... ................... . Emigración transoceánica de Asturias, 1946-1 960 .................... .. Destino de la emigración asturiana, 1962-1 965 ..................... ... .. Emigración exterior e interior en Asturias, 1 961 -70 ................ .. Evolución d e l a población e n los principales municípios de la Zona Centro de Asturias, 1940-1970 ... ..................................... . Número de obreros empleados en las minas de Asturias,
1943-1 953 ................................................................................. ..
9.
10. 11. 12. 13.
14.
Distribución sectorial y por grupos de actividad de la población activa en Asturias, 1940- 1975. .................................................... Concentración espacial de los activos regionales en el conjunto de municípios dei , 1950-1 975 ........................ Distribución sectorial y por ramas de los activos en los municípios dei (excepto Avilés), 1 950. ............. ...... Distribución sectorial y por ramas de los activos en los municipios dei , 1 960 .................. .................. .......... Distribución sectorial de los activos en los municípios dei , 1970 ..................................... ........ ............................ Distribución sectorial de los activos e n los municípios dei , 1975 ........... ................... ........................................... Censo provincial de empresas y trabajadores de la construcción,
1 948 ...........................................................................................
1 5. 16. 1 7. 1 8. 19. 20.
21.
41 49
Número de empleados en la industria metalúrgica de Asturias,
1943- 1953 ................ ...................... .............................................
8.
34 34 36 39
Censo laboral de Asturias, 1954 ... ............................................. Distribución porcentual de la población obrera en el sector industrial, 1965 . ... ..... .. . . .. . ... .. . .. ... . . . . . . .. . ... .. . . .. ... .... . ... ... .. ... ... .. . . .. ... . Evolución dei personal empleado en la minería de la hulla, por categorías profesionales, 1 957-1 973 .................. ..... ..................... Distribución de los trabajadores industriales por grupos profesionales, 1975 .... ... ... ... .. ... .... . . .. . ... ... .. ... .... ... .. . .. . .. .. ... .. . .. . .. . ... ... .. . . Distribución de la población obrera por municípios, 1 975........ Expedientes de regulación de empleo presentados por empresas extractivas hulleras entre 1963 y 1975 ....................................... Importaciones de productos siderúrgicos, 1960- 1966 ....... .........
49 50 57 60 62 63 63 67 68 71 72 73 75 91 99
468
22.
fndice de cuadrnliia
42. 43. 44.
Situación previa a la concertación de las empresas siderúrgicas privadas de Asturias ........... . . . . . . . ......................... . . . . . . . . . . ............. Indices de la evolución de plantilla en las empresas siderúrgicas privadas, 1 96 1 - 1 966 ................................................................... Personal ocupado en la siderurgia privada antes y después de la integración en UNINSA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Expedientes de regulación de empleo, 1963-1975 ..................... Distribución de los afectados por expedientes de regulación de empleo en los municipios dei , 1963-1 975 ..... Evolución dei paro registrado en la provincia, 1968-1 975 ........ Tamaiio medio de los centros productivos en 1971 .. ................ . Relación entre número de empresas y centros de trabajo en 1972 Tabla salarial (retribución fija por jornada) dei personal obrero de las minas de carbón, 1 944-1 946 ........................................... Tabla salarial (retribución fija por jornada) dei personal obrero de la industria siderometalúrgica, 1964 ..................................... Tabla salarial (retribución fija por jornada) dei personal obrero de la industria cerámica, 1 944 y 1946 ....................................... Tabla salarial (retribución fija por jornada) dei personal obrero de construcción y obras públicas, 1946 .................................... Evolución dei Salario Mínimo Interprofesional, 1 963-1 975 ...... Efectos de la política de remas, 1963-1971 ............................... Jornal nominal teórico de un peón en 1954 ............................. Coste de las necesidades vitales de un trabajador en 1956 ....... Salarios base reglamentados en octubre de 1956, por actividades Salarios reglamentados para minas de carbón, 1973 .................. Salarios comparados dei personal obrero de HUNOSA y ENSIDE· SA a diciembre de 1975 ............................................................. Evolución dei salario-día dei personal obrero d e Construcción y Obras Públicas fijado por NOC, 1966- 1975 ........................... Accidentes de trabajo ocurridos entre 1961 y 1964 .................. Frecuencia y gravedad de los accidentes laborales, 1 963- 1964 .. Accidentes con baja según la duración de la incapacidad,
45.
Clasificación de los accidentes de trabajo según causas,
46. 47.
Accidentes de trabajo según edad ............................................. Número de fallecidos en accidente de trabajo. Asturias,
48. 49.
Evolución de los salarios de cotización a la Seguridad Social,
1963-1 972 ..................................................................................
.
50.
Trabajadores despedidos por crisis de la empresa, 1947- 1958 ..
.
.
23.
.
24.
.
25. 26.
.
.
27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41.
.
107 �
109
1 15 118 1 21 1 24 1 27
.
1 92
.
205
.
216
.
.
226 266 268 271 272 274 293
.
301
.
303 310 311
.
.
.
.
.
.
1 962- 1 964
103 .
................. . . . ................... . ............................ ...............
.
31 1
.
313 313
.
315
Expedientes de silicosis resueltos, según grado de incapacidad,
31 7
1 963- 1 964 .................................................................................. 1970-1 975 .................................................................................. 1 962- 1 965 ..................................................................................
.
341 363
cuadros Ílldice de 51 .
52 . 53 .
54 .
55.
5 6.
469
ientes tramitados Número de obreros sancionados según exped 950- 1 958 ........ ... 1 ianas astur ajo Trab de ras ; ante las Magistratu causa , 1950- 1 958 Distribución de las sanciones patronales segun _ Magistratura de la por tados Expedientes gubernativos trami .
: · · · ·: · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
··············· ······················
Ovie do, 1948- 1 952 smd1� atos, 1 965 � 1 971 Actos de conciliación celebrados por los ientes tramitados n exped segú Número de obreros sancionados 975 959-1 1 ianas, astur rabajo T ]as Magistraturas de , 1 959-1 975 causa según nales patro nes sancio las de istribución
�
· ·· · · · · · · · · · · ·
369 371 374 398 402 404
Í NDICE DE FIGURAS
HISTORIA GENERALIDADES
1.
2. 3.
División de Asturias por concejos ............................................. Zona Centro de Asturias Comarcales sindicales de Asturias ..............................................
.
.................... ... . . . . ................................. .
CASTILLO, S. (coord .}--La Historia Social en Espana. Actualidad y perspec tivas. Actas de/ I Congreso de la Asociación de Historia Social. 560 pp. CHESNEAUX, J.-?Hacemos tabla rasa de/ pasado ? A propósito de la histo ria y de los historiadores. 224 pp. (6.' ed.) CLAVERO.-Mayorazgo. Propiedad feudal en Castilla (1369-1836). 488 pp. (2.' ed.) FLORESCANO, E.-Atlas histórico de México. 298 pp. (2.' ed.) KULA, W.-Las medidas y los hombres. 488 pp. LABROUSSE, C. E., y otros-Ordenes, estamentos y e/ases. 352 pp. MCNEILL, W. H.-La búsqueda de! poder. Tecnologia, fuerzas armadas y sociedad desde el 1.000 d. C. 464 pp . MCNEILL, W. H.-Plagas y pueblos. 324 pp. MORA, J. M. DE-E! gatuperio. Omisiones, mitos y mentiras de la historia oficial. PEREYRA, C., y otros-Historia, iPara quê ? 248 pp. (6.' ed.) PEREZ VILLANUEVA, J.-La lnquisición espano/a, nueva visión, nuevos horizontes. Coedición con la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cuenca. 1 .044 pp. 24 ilustraciones. PHILLIPS, W. D.-La esclavitud desde la época romana hasta los inicias de/ comercio transatlántico. 384 pp. ROTBERG, R., y RABB, T. ( comps.}--El hambre en la historia. 384 pp. SANCHEZ ALBORNOZ, C.-Ensayos sobre historia de Espana. 200 pp. (4.' ed.) SENNER, W. M.-Los origenes de la escritura. 224 pp. TESTER, S. ].-Historia de la astrologia occidental. 304 pp. HISTORIA CONTEMPORANEA
AGUILAR CAMIN, H.-La frontera nómada. Sonora y la Revolución me xicana. 452 pp. (5.' ed.) ALPERT, M.-El ejército republicano en la guerra civil. 4 1 6 pp. ALPERT, M.-La guerra civil espano/a en e! mar. 416 pp. AL VAREZ JUNCO, ].-La ideologia política de! anarquismo espano/ (1868-1910). 672 pp. (2.' ed.) ARROM, ].-Las mujeres de la ciudad de México (1790-1857). 384 pp. AYMES, ]. R.-Los espanoles en Francia, 1808-1814. La deportación bajo e! Primer Imperio. 448 pp. BARRERE, B., y otros-Metodología de la historia de la prensa espano/a. 344 PP · BARRIO ALONSO, A.-Anarquismo y anarcosindicalismo en Asturias (1890-1936). 480 pp. BENEYTO, ].-Las autonomias. E! poder regional en Espana. 332 pp. BENITO, C.-La e/ase obrera asturiana durante el franquismo. BERAMENDI, ]., y MAIZ, R. (comps.)-Los nacionalismos en la Espana de la II República. Coedición con el Consello da Cultura Galega. 512 pp. BIZCARRONDO, M.-Araquistáin y la crisis socialista en la II República. Leviatán. 1934-1936. 464 pp.