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Sección: Humanidades
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El Libro de Bolsillo Alianza Editorial
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Ver!;¡g Dunck cr & Humblot. Berlin-Mullich l nt rnduccion de Raymoud Aron: Librairie Plon, 1959 Ed. cast.: Alian;;¡ I:dllolial. S. A. "Iadrid, 1967. II}(,'). 1972. 1975, /979 C:dlc 7vlil:íll. 3R; ':!." 200 oo 45 ISBN: R.1-20(,-1071-2 Depósilo legal: 3.675-1979 Impreso por Hijos de F. Minucsa, S, L Ronda de Toledo. 24 - Madrid-5 Printc.] in Spuin
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Rayrnond Aran: Introducción ,
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Max Weber fue hombre de ciencia y no hombre político ni hombre de Estado, aunque sí, ocasionalmente, periodista político. Estuvo, sin embargo, apasionadamente preocupado por la cosa pública durante toda su vida y no dejó nunca de experimentar una especie de nostalgia de la política, como si la finalidad última de S11 pensamiento hubiera debido ser la participación en la acción. Pertenecía a la generación que, al llegar a la virilidad, asistió al florecimiento del imperio alemán, a la caída de Bismarck y a la asunción de sus responsabilidades por el joven emperador. Los quin.ce últimos años del siglo XIX, que son para Max \Veber la época de formación entre los veinte y los treinta y cinco, están marcados por el desarrollo de la legislación social, las primeras 9
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Raymond Aron
intervenciones personales del emperador en la diplomacia y, más profundamente aún, por la reflexión sobre la herencia bismarckiana. ¿Cuál es la misión de Alemania una vez lograda su unidad? ¿Qué papel debe ser el suyo en la escena mundial? ¿Qué régimen es capaz de restablecer la unidad de la nación? La generación de Max Weber se plantea espontáneamente estas cuestiones, a las que la historia habría de dar una trágica respuesta. Motivos más personales explican su actitud. No dejó jamás de subrayar que la-pQl~!S_~_º"º_te níanada que-hacer en las aulas, repitió continuamente que las__ virJ!!de~--deLpolítico son incompatibles con las deI hombre de ciencia; pero su preocupación por separar ambas actividades no era más aguda que su conciencia del vínculo que entre ellas existe. No.se.puede-ser al mismo tiempo hombre de acción y hombre de estudio sin atentar contra la dignidad de una y otra profesión, sin-faltar a la-vocación de ambas. Peru.pueden adoptarse .. actitudespolíticas fuerade- la Universidad, y la posesión del saber objetivo, aunque no indispensable, es ciertamente favorable para una acción razonable. En resumen, en el pensamiento de Max Weber, las relaciones entre ciencia y política no se caracterizan solamente, como siempre se dice, por la distinción necesaria. La ciencia que él concibe es aquella que es susceptible de servir al hombre de acción, del mismo modo que la actitud de éste difiere en su fin, pero no en su estructura, de la del hombre de ciencia.
Introducción
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ELhombrede__acción es .el. q~~_ en JJJl,ª__coyuntura singular y única, _elige en _función de sus valores e introduce en la red del determinismo un hecho nuevo. Las.consecuencias.de la decisión tomada no son-rigurosamente previsibles, en la medida en que la coyuntura es única.· Sólo hay previsión científica en las sucesiones de acontecimientos que pueden repetirse o, dicho en otros términos, sólo hay previsión científica respecto de las relaciones derivadas de lo concreto y elevadas a un cierto nivel de generalidad. No es menos cierto, sin embargo, que la decisión razonable exige que se aplique a la coyuntura el conjunto de conocimientos abstractos de que se dispone, no para eliminar el elemento de imprevisible singularidad, sino para reducirlo y aislarlo. Una.ciencia que- analice las .relaciones de causa y efecto, como Max Weber deseaba para la teoría, es así también la misma que responde a las necesidades del hombre de acción. La teoría de la causalidad histórica basada sobre el cálculo retrospectivo de posibilidades (¿ qué habría pasado si... ?) no es otra cosa que la reconstitución aproximada de las deliberaciones que tuvieron o pudieron tener los actores. O.ht:at:..razonablemente-es.udoptar ,después. de haberlo meditedov-la-vdecisión .que ofrezca más probabilidades de conseguir el fin _que se preter.t.. de. Una teoría de la acción esuna.teoría del riesgo__.al mismo tiempo que una teoría de la causalidad. E.L historiador que se- interroga sobre la c~lI~~lidad histórica revive _~n sll_ ,~§.P!!i.!~, .los acon-
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Rayrnond Aron
tecimieasos-posíbles que los actores consideraron, o .hubieran podido considerar, en las deliberadones que precedieron la acción. La.interrogación causal no se aplica solamente a las decisiones reflexivas de uno o vatios individuos. Lª_jnJ~rrogación ¿qué habría sucedido. si. .. ? se plantea tanto respecto de acontecimientos que no han sido queridos por nadie (intervención de fenómenos físicos, tempestades, agotamientos de minas de oro, victorias o derrotas en una batalla, etc. ) como respecto de las decisiones personales. El esfuerzo por evitar la ilusión retrospectiva de fatalidad no deja de ser por eso característico del historiador político, del historiador que, .interesado en los hombres y sus luchas, quiere salvaguardar, en la resurrección del pasado, las dimensión propia de la acción, es decir, la incertidumbre delfuturo, 'incertidumbre que no podría salvaguardar el historiador sino manteniendo, contra la sanción del hecho, que lo real no estaba escrito de antemano y que dependía de tales personas o de tales circunstancias el que la historia hubiese sido distinta. El vínculo entre la ciencia y la política de Max Weber aparece igualmente estrecho si se considera el otro aspecto; no ya la relación causal, sino los valores: referencia a los valores en el caso de la ciencia, afirmación de los valores en el de la acción. La ..cle...,.' decirla. . La subordinación al partido es tal vez hoy día, gracias al escepticismo que ha corroído las creencias partidistas, menos grave que hace veinte años. Muy afortunadamente, ni los dirigentes ni .las tropas de la socialdemocracia afectan ya la misma fidelidad al marxismo o a los dogmas de la propiedad colectiva. Los_.par.lidº.~.aparecen comaIo que realmente son y deben. ser: organizaciones que .aspiran alej