Indice de autores 1 Poema dedicado al Rey Shu-sin (anónimo) 2 Volutas en el aire (anónimo) 3 Relaciones (anónimo)
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Indice de autores 1 Poema dedicado al Rey Shu-sin (anónimo) 2 Volutas en el aire (anónimo) 3 Relaciones (anónimo)
4 Arolas, Juan 5 Banchs, Enrique 6 Baudelaire, Charles 7 Bécquer, Gustavo A 8 Ben Ammar de Silves 9 Ben Hazm 10 Bernárdez, Francisco Luis 11 Borges, Jorge Luis 12 Brecht, Bertolt 13 Bufano, Alfredo A 14 Camino, Miguel A 15 Cardenal, Ernesto 16 Carriego, Evaristo 17 Cisneros, Luis Benjamín
18 Darío, Rubén 19 Dávalos, Jaim 20 de Campoamor, Ramón 21 de Espronceda, José 22 de Grandis, José 23 de Ibarbourou, Juana 24 de Irrutiaga y López, B 25 de Moraes, Vinicius 26 de Unamuno, Miguel 27 del Campo, Estanislao 28 del Palacio, Manuel 29 de la Cruz, Sor Juana 30 Dickinson, Emily 31 Echeverría, Esteban 32 Fariña Núñez, Eloy 33 Fernández, Felipe A.(Yacaré) 34 Flores, Julio. 35 García, Charly 36 García Calderón, Ventura 37 García Lorca, Federico
38 Geraldy, Paul. 39 Gibran, Khalil 40 Girondo, Oliverio 41 Goethe, Juan W 42 González Prada, Manuel 43 Gordon, Jorge (Lord Byron) 44 Granata. María
45 Guido Spano, Carlos 46 Guillén, Horacio Enrique 47 Gutiérrez, Ricardo 48 Hernández, José 49 Hernández, Miguel 50 Herrera y Reissig, Julio 51 Hesse, Herman 52 Hikmet, Nazim 53 Hugo, Víctor 54 Ievtushenko, Eugueni 55 Jiménez, Juan Ramón 56 Joyce, James
57 Keats, John 58 Khayyam, Omar 59 Linyera, Dante A. (Francisco B. Rimoldi) 60 Lugones, Leopoldo 61 Llona, Numa Pompilio 62 Machado, Antonio 63 Machado, Manuel 64 Manzanero, Armando 65 Martí, José 66 Melendez Valdes, Juan 67 Milton, Juan 68 Mistral, Gabriela 69 Nalé Roxlo, Conrado 70 Neruda, Pablo 71 Nervo, Amado 72 Obligado, Rafael 73 Páez, Fito 74 Poe, Edgard Allan 75 Puebla, Carlos
76 Rada, Mario F. 77 Rilke, Rainer María 78 Rimbaud, Arthur 79 Salomón 80 Serrano, Carlos 81 Shakespeare, William 82 Shelley, Percy 83 Spinetta, Luis Alberto 84 Storni, Alfonsina 85 Summer, Gordon (Sting) 86 Tallon, Rodolfo 87 Vallejo, César 88 Verlaine, Paul 89 Whitman, Walt 90 Wilde,Oscar 91 Romance (anónimo) 92 Refranero criollo (anónimo) 93 Relación (anónimo) 94 Coplas (anónimo)
Antología de la Poesía Amorosa
Recopilación: Ana M. Mesa; Mónica E. Polo; Roberto L. Vera Edición Impresa Diseño de Tapa: Marcelo Biglíano © 2001 by Pluma y Papel Bacacay 2647 1406- Buenos Aires, Argentina Queda hecho el depósito de Ley 11.723 I.S.B.N. 950-764-187-3 Edición Digital Construcción y diseño a cargo de Libronauta © 2001 by Pluma y Papel Bacacay 2647 1406 -Buenos Aires, Argentina Queda hecho el depósito de Ley 11.723
Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida sin la autorización por escrito de Pluma y Papel y Libronauta Argentina S.A., la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
A mis hijos Marcela y Gabriel EL EDITOR
1- Poema dedicado al Rey Shu-sin (Anónimo) Sumer (2050 a.C.-?) "Esposo, amado de mi corazón. Grande es tu hermosura, dulce como la miel. León, amado de mi corazón, Grande es tu hermosura, dulce como la miel.
Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti; Esposo, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara. Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti; León, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Esposo, déjame que te acaricie; Mi caricia amorosa es más suave que la miel. En la cámara llena de miel, Deja que gocemos de tu radiante hermosura; León, déjame que te acaricie; Mi caricia amorosa es más suave que la miel.
Esposo, tú has tomado tu placer conmigo; Díselo a mi madre, y ella te ofrecerá golosinas; A mi padre, y te colmará de regalos.
Tu alma, yo sé cómo alegrar tu alma; Esposo, duerme en nuestra casa hasta el al-ba. Tu corazón, yo sé cómo alegrar tu corazón; León, durmamos en nuestra casa hasta el al-ba.
Tú, ya que me amas, Dame, te lo ruego, tus caricias. Mi señor dios, mi señor protector,
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Mi Shu-Sin, que alegra el corazón de Enlil, Dame, te lo ruego, tus caricias.
Tu sitio dulce como la miel, te ruego que pongas tu mano encima de él, Pon tu mano encima de él como sobre una capa-gishban, Cierra en copa tu mano sobre él como sobre una capa-gishban-sikin. Este es un poema-balbale de Inanna."
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2- El Cantar de los Cantares Salomón (1033-930 a. C.)
Capítulo 1 Canción de canciones, la cual es de Salomón. ¡Oh si él me besara con ósculos de su boca! porque mejores son tus amores que el vino. Por el olor de tus suaves ungüentos (ungüento derramado es tu nombre), por eso las doncellas te amaron. Llévame en pos de ti, correremos. Metióme el rey en sus cámaras: nos gozaremos y alegraremos en ti; acordarémonos de tus amores más que del vino: los rectos te aman. Morena soy, oh hijas de Jerusalem,
mas codiciable; como las cabañas de Cedar, como las tiendas de Salomón. No miréis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, hiciéronme guarda de viñas; y mi viña, que era mía, no guardé. Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde repastas, dónde haces tener majada al medio día; porque, ¿por qué había yo de estar como vagueando tras los rebaños de tus compañeros? Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, sal, yéndote por las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores. A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga mía. Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares. Zarcillos de oro te haremos, con clavos de plata.
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Mientras que el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor. Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos. Racimo de copher en las viñas de Engadi es para mí mi amado. He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que eres bella: tus ojos de paloma. He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y suave: nuestro lecho también florido. Las vigas de nuestra casa son de cedro, y de ciprés los artesonados.
Capítulo 2 Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles. Como el lirio entre las espinas, así es mi amiga entre las doncellas. Como el manzano entre los árboles silvestres,
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así es mi amado entre los mancebos: bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar. Llevóme a la cámara del vino, y su bandera sobre mí fue amor. Sustentadme con frascos, corroboradme con manzanas; porque estoy enferma de amor. Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace. Yo os conjuro oh doncellas de Jerusalem, por las garras y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera. ¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados. Mi amado es semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos. Helo aquí, está tras nuestra pared,
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mirando por las ventanas, mostrándose por las rejas. Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y vente. Porque he aquí ha pasado el invierno, hase mudado, la lluvia se fue; Hanse mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción es venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola; La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y vente. Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto. Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas: pues que nuestras viñas están en cierne.
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Mi amado es mío, y yo suya; él apacienta entre lirios. Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, tórnate, amado mío: sé semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos, sobre los montes de Bether.
Capítulo 3 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: busquélo, y no lo hallé. Levantaréme ahora, y rodearé por la ciudad: por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma: busquélo, y no lo hallé. Halláronme los guardas que rondan la ciudad, y díjeles. ¿Habéis visto al que ama mi alma? Pasando de ellos un poco,
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hallé luego al que mi alma ama: trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me engendró. Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalem, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera. ¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo, sahumada de mirra y de incienso, y de todos polvos aromáticos? He aquí es la litera de Salomón: sesenta valientes la rodean, de los fuertes de Israel. Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche. El rey Salomón se hizo una carroza de madera del Líbano.
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Sus columnas hizo de plata, su respaldo de oro, su cielo de grana, su interior enlosado de amor, por las doncellas de Jerusalem. Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón.
Capítulo 4 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad. Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y ninguna entre ellas estéril. Tus labios, como un hilo de grana,
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y tu habla hermosa; tus sienes, como cachos de granada a la parte adentro de tus guedejas. Tu cuello, como la torre de David, edificada para muestra; mil escudos están colgados de ella, todos escudos de valientes. Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre azucenas. Hasta que apunte el día y huyan las sombras, iréme al monte de la mirra, y al collado del incienso. Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha. Conmigo del Líbano, oh esposa, conmigo ven del Líbano: mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones,
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desde los montes de los tigres. Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello. ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡cuánto mejores que el vino tus amores y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas! Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano. Huerto cerrado eres, mi hermana, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada. Tus renuevos paraíso de granados con frutos suaves, de cámphoras y nardos. Nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso; mirra y áloes, con todas las principales especias.
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Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del Líbano. Levántate, Aquilón y ven, Austro, sopla mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.
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3- La visita de la amada Ben Hazm Musulmán-Español (994-1063)
Viniste a mí un poco antes de que los cristianos tocasen las campanas, cuando la medialuna surgía en el cielo, como la ceja de un anciano cubierta casi del todo por las canas, o como la delicada curva de la planta del pie. Y, aunque era aún de noche, con tu venida brilló en el horizonte el arco del Señor, vestido de todos los colores, como la cola de los pavones.
4- La amada Ben Ammar de Silves Musulmán-Español (-1086)
Era una gacelita que mira con narcisos, alarga azucenas y sonríe con margaritas. Sus arracadas me hacen señas y sus ajorcas tienden la oreja para escuchar la melodía de su cinturón.
5- Rubaiyat Omar Khayyam Persa (¿1073-1125?)
LX
Caeré en el camino del Amor y el Destino me aplastará. ¡Oh doncella, oh mi cáliz encantado, levántate y dame el fuego de tus labios antes de que llegue el fin y me convierta en polvo!
LXX
Soy viejo ya. Y la pasión que me inspiras me lleva a la muerte: no ceso de colmar de vino mi gran cáliz. Mi pasión por ti anula el discernimiento de mi razón. Y el Tiempo marchita sin piedad la fresca rosa que lucía...
LXXIII
¿Por qué tanta delicadeza, tanto cuidado al comienzo de nuestro amor? ¿Por qué tantos cariños, tantas delicias después? ¿Y por qué hoy tu único placer es desgarrar mi corazón?... ¿Por qué?
LXXIV
Cuando mi alma y tu alma abandonen nuestros cuerpos, se colocará un ladrillo bajo nuestra cabeza. Luego, un arquitecto amasará tus cenizas con las mías.
XCVII
Noche. Silencio. Follaje detenido como mi pensamiento. De una rosa, imagen de un corto resplandor, cae un pétalo. ¿Dónde estás ahora, tú, que me ofreciste el cáliz por el cual suspiro?
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Tal vez ninguna rosa se deshoja cerca de quien auxilias con tu cántaro. Pero sé que nadie puede ofrecerme la amarga felicidad con que me embriagabas.
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6- Soneto XVIII
William Shakespeare Inglés (1564-1616)
¿A un día de verano compararte? Más hermosura y suavidad posees. Tiembla el brote de Mayo bajo el viento y el estío no dura casi nada.
A veces demasiado brilla el ojo solar, y otras su tez de oro se apaga; toda belleza alguna vez declina, ajada por la suerte o por el tiempo.
Pero eterno será el verano tuyo. No perderás la gracia, ni la Muerte
se jactará de ensombrecer tus pasos cuando crezcas en versos inmortales.
Vivirás mientras alguien vea y sienta y esto pueda vivir y te dé vida.
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7- El paraíso perdido (Fragmento)
Juan Milton Inglés (1608-1674)
Sus ojos despedían una pura Llama, que inundó mi alma de alegría; Un mundo todo nuevo aparecía A los míos; el suelo más florido; El aura más suave y deliciosa. En esto, veo que huye presurosa; Me despierto, y exclamo, sorprendido Al ver realmente lo que había creído Sueño: —Detente, no huyas, ¡oh celeste Maravilla! ¡De nuevo a presentarme Vuelve tu hermoso rostro, y consolarme! ¡Vuelve a mí, si no quieres que me cueste Toda mi dicha! ¿Cómo la tendría
Si, una vez que te he visto, te perdía? ¿Y qué deleite disfrutar pudiera Si de ti para siempre careciera? ¡Vuélvete! ¡Compadece mi quebranto! ¡No me abandones a un eterno llanto!