FICHA TEGNICA Este trabajo, preparado y escrito por Milciad'es Pena durante los anos 1955 a 1957, forma paxte de un estu...
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FICHA TEGNICA Este trabajo, preparado y escrito por Milciad'es Pena durante los anos 1955 a 1957, forma paxte de un estudio de- mayo! envergadura sabre_ la formaCi6n y per-spectivas de las dases sociales en la historia argentina. A los efectos editoriales, la obIa co'mpleta 11a sido dividida en tomos menores que pueden ser leidos como unidades independientes. Para el lector intere-sado cabe aclarar que bajo d t{tclo La Era de Mitre
Ceditado en agosto de 1968) se encueutra el relata' del perlodo 1852-72. Prb.imamente saldran acros tomos que abarcan los periodos restantes de la form:ad6n de 10. Argentina actual, induyendo dos capitulos ya publicados flor la revista FichC'-s de Investfgac:i6n Econ6tnica y Social: La Revolucion del 90 (NQ 6 - junio 1965) y La Coloniwcion de AlYtericu CNQ 10 - julio
1966). Debido al prematuro fallecimiento del autor en diciembre de 1965, los rextos origin ales fueron re\risados y corregidos por Luis Franco en el aspecto meramente externo, respetanclo en absoluto -claro esta- las ideas y expresiones del autor. Los subcitulos han sido agregados expresam:ente para esta eruci6n. Las referencias bibliogra£ica~ fueron revisadas, cambiandose en algunos casos por citas de ediciones mas actuales de la rnisma obra.
MILCIADES
PENA
DE MITRE A ROCA Consolidaci6n de la Oligarquia Anglo-Criolla
ediciones fichas Buenos Aires
DE MITRE A ROCA Consolidaci6n de la o ligarquia Anglo-Criolla
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queda hecho el deposito que maIca la ley 11.723
Copyright por ediciones fichas PEDRO SIRERA
Corrientes 155-1
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
LA ARGENTINA EN LA EPOCA DEL IMPERIALISMO '
Tenninada la guena del Paraguay la naelOll argentina qued6 definitivamente pacificada en los termi~os deseados por 1a 'oligar-qula portefia. Todavla habrlan de producirse levantamientos· contra su hegemonia, el mas importantc encabezado pOl' eI coronel L6pcz Jar· dan cuanda sublev6 la-provincia de Entre Rios contra el gobierno de Sarmiento despues de mandaI asesinar a Urquiza. Pew eran estertores finales de una causa moribunda, agota~a frente a1 creciente podedo de 1a oligarqufa bonaerense. Se a.firrna entonces el proceso de' estructuraci6n capitalista del pals, que va cobrando la fisonomia que COn variaciones apreciables -pero--no de fondo- conserva hasta hoy: gran productoI de alimentos y materias primas para el mercado mundial, gran importador de productos industriales, gran deudor ante los centros financieros del mundo, escasa y deficientemente il1dustrializado. Pero esta estructuracion y evoluci6n del pals se inicia mas 0 menDs coincidentcmente con moclificaciones fW1damentales en' los grandes centros capitalistas del mundo, y prosigue en el marco de la's TIuevas-· condiciones originadas por aquellas modificaciones. En las cuatro "'!timas decadas del siglo XIX las grandes naciones capitalistas evolucionan hacia el imperialismo, y esto n:odifica no s610
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Mi!ciades Pena 8 el capitalismo .intem_o de esos paises sino toda li estructura de 1a econolTIia mundial, que por otra parte recien entonces se convierte en propiamente tal. Poco 0 nada de 10 que oeurre en la Argentina a partir de la presidencia de Mitre puede comprenderse si se pierde de , vista esta reestructuraci~n de 1a economia internacional ·:-Y Sil po- . litica. Y esto es valido no s6lo para 1a Argentina sino para paises como el Testa de Arne'rica Latina, Rusia, China -en general todos aquellos que en las euatro ultimas deeadas del siglo XIX pe,m'!"e· dan como nadones atrasadas. Por ello, si se quiere comprender 1a historia argentina a partir de la presidenciade Mitre, es preciso sal tar al estudio de la eeonomia mundial, cuya aed6n se ejercera intensisimamente sobr~ la. historia argentina. Por otra parte, para apreciar la: acclon del imperia~ lismo en 1a historia argentina debemos estudiarla en su evoluci6n general, prescindiendo de la exposici6n cronol6gica, Es decir, que para apreciaI por ejemplo cual h3 sido la fund6n y las consecuen,cias del capital ing1Cs colocado en los fcrrocarriles argentinDs , es preciso estudiarla en conjunto, dejando para mas adelante 1a detallada exposici6n crono16gica -de sus eta'pas. Y otro tanto oeurre can las relaciones entre las c1ases dominant-es argentinas y el imperialismo. Es decir, que para poder entender el proceso que fue gestand{) la Argentina que hoy tenemos ante nosotros, es indispensable analizar primero la obm terrninada, eomprender las leyes generales del proceso, y hlego recien entIar en su analisis parcial siguiendo sus etapas cronol6gieas, Por eso en este capitulo enfocaremos sinteticamente 31gun as tendeneias generales que actuan en ella y sobre ella, originadas en la estructura de clases del pais y en los centros de la economia mundia!. ', En las qecadas en que I\,1itre_Sarmiento-AveHaneda-Roca gober~ naban en 1a Aroentina los co10sos de 'la economia mundial o ' abandonaban cada vez mas 1a libre competenda que habita caractcrizado el
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funcionamiento -del sistema capitalista en las precedentes de,cadas del siglo XIX. La etapa librecambista del capitalismo significaba funda~entalmente la ausen-cia de esas gigantescas concentraciones c1e ca~ pital altamente centralizado en pocas manos J tan tipicas de nuestro sig10 y el predominio de la burguesia industrial entre todos los restan1 tes gropes de 1a dase capitalista (comerciantes, banqueros} Por atra paTte, 1a ta~a de ganancia dentro de los grandes paIses industriales era 10 bastante e1evada para atraer practicamente todo el capital disponi~ ble, de modo que .su exportncion no era' muy'importante en cantidad, exeepto en el breve periodo de la deeadi de 1820 en que los banqueros ingleses se dier-on a invertir en los paises latinoamericanos -aventura que pronto abandonarol1. De modo que e1 mercac10 mundial cobijaba un gran desp1azamiento de mercancia's, con reducidos movimientos de capital entre los distintos paises. Cuando el capital se desplazaba era en su mayor parte nevada pDr_ el propietario, que emi~ graba de "su pais, ~as colonias, 0 las zonas co1onizables, despertaban el iuteres de las grandes potencias industriales -ante toclo y por sabre todo de Ing1aterra- 'en cuanto mercados comerciales, no como merc3dos de inversion para sus capitales. Y, en concordancia -con esto, 13 interven~ ci6n politico militar en los paises atra'sados tenia un caracter esporadico, no sistematico, C/111-Clteu,1") muy, distinto del que adquiririu decadas
despues. Todo esto se reflejaba en la politica exterior V en la condllcta del capital invertido en el extranjero par las grandes potencia's. Era esta 1a epoca en que la burguesla inglesa se preguntaba u par que no dejar a las calonias que prosigan por su propia cuenta Sli propio desa'ITalIo econ6mico" (Knowles 11~cJ1,I-stria1.1 320) y The Thnes decbraba que 1a completa independencia de las colonias constitula ({un aCOl1tecimiento inevitable" (febrero 11, 1850, veT Kno\vles 321). La inversion de capital en el, extranjero nO era considerada beneficio para 111glaterra (Jenks, 116) y la diplomada britanica no la respaldaba. En J
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la decada de los veinte'J euan-do los prestamistas de las naciones latinoamericanas pidieron que estas fueran obligadas a reconocer sus deudas €xternas como predo de su reconocimiento como naciones inde-
pendientes, Canning se neg6 (idem, 117) y e1 mismo aclaro ,que ((en ningun -caso 13 deuda que un gobierno extranjero pueda con traer can un ciudadano britanieD sera considerada como p·roblema entre ese gobie'no y el gobienlO britanieo" (idem, 118) 371). Palmerston, aunque Ton menos rigor, continuo esta politiea de Carining, limitindose a prometer a' los tenedores de emprestitos extranjeros que se los respaldarfa Heon gestiones amistosas" (idem, 119), En esencia la poHtica britmica en estas decadas librecambistas del siglo XIX tendia a promover e1 comercio ingIes en todo el mundo Cpor eso se rompi6 a canonazos el aislamiento de Chinal) pew no la inversion de capital, 10 eua1 concordaba perfectamel1te con el pre~ dominio de la burguesla industrial y su apendice la burguesia Comer, cia], interesadas en exportar mercanciis) 110 capitales. Como escribia Marx en 1861: IILos uniC9s ingleses que en Inglaterra desean una interveneion en [v:1exico son los tenedores de bonos mexieanos J los que, naturalmente, nunea han presumido de ejercer ningun£ influen-
cia sabre la opini6n nacional" (Mexico en la obra de Marx, 40). Por atra parte, la mayor parte de las inversiones inglesas en el eXh'an}ero consistian en emprestitos. En Estados Unidos el capital ingIes tarnbien financi6 ferrocaniles, perc rara vez tuvo en sus manos la -gesti6n de los mismos. Generalmente los promotores nortcamericanos conscrvaban 1a direccion de las empresas y la intervenci6n in-
glesa se limitaba a percibir el interes del capital prestado. En mas de una oeasion los promotor~s norteamericanos defraudaban y estafa-ban a los accionistas ingleses) cuyo control sobI'e las empresas era bastante remoto. El Erie Railway fue uno de los casas IDaS notables de defraudaci6n en perjuicio de los inversores ingleses, y que esto pudiera ocurrir demuestra hasta que punta' era debil el capital ingles
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en relad6n a los paises en que se invertia. (Kirland, 387). Tantas veces estaf6 la burguesia yanqui a sus acreedores extranjeros que IIpara un norteamericano era sumamente comprometedor hallarse en Lon-
dres en el invierno de 1842-43" (Jenks, 104). Todavia en 1928, en plena prosperidad norteamericana, ocho estados de 1a Uni6n debfan a los .acreedores extranjeros emprestitos contraldos en el siglo XIX
par valor de 328 millones de d6lares" (Williams, VI, !OS), Es decir, que Estados Unidos pudo contar can el capital extranjero para 1a aceleraci6n de su desarrollo econ6mico, especialmente en aquella-s rama's de la econonll2:, que, como los ferrocarriles, requerian grandes masas de capital, pero en condiciones distintas a aquellas can que America La'tina consigui6 mas tarde esa (layudaJI • Las inversiones extranjeras realizadas en Estados Unidos se caracterizaron par dejar 1a prolllocion,
el control y la direcci6n de las empresas en manos de la burguesla yanqui. 0, en OtIO caso, .consistian en el traslado flsico del capital junto can el propietario, que emigraba y a- la tercera generaci6n se convertla en burgues norteamericano. No existia nada comparable al desplazamiento aetual de los monopolios hada America Latina, donde
realizan inversiones cuyo control conservan. Hacia fines del siglo XIX las inversiones extranjeras en Estados Unidos -como en todo e1 mundo- presentaban las caracteristicas. propias del imperialismo, conservando para si la propiedad, la gesti6n y el control de las inversioncs. Pero ya entonces la burguesia yanqui era 10 suficientcmente fuerte
para desplazar al capital extranjero alli dande se 10 propusiese, y desde 1914 todas Ia's inversiones extranjeras lucrativas fueron adqui-
ridas par el capital yanqui. Tal era la independenci. qu, un pais deudor de I. epaca lihecambista tenia frente a sus acreedores que el capitalismo yanqui se dio el lujo de ser el deudor mas moroSQ y el defraudador mas grande de las inversiones extranjeras, como que todavia adeuda varios emprestitos contratados .hace mas de un siglo.
La posibilidad que tuvo 1a burguesia yanqui de violar sistematica-
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mente sus compromisDs con €I capital extra~jer-o, y contar sin embargo con nuevas y crecientes- inversiones extranJeras, con~asta ~on ~l bl~ imperialismo cierra en toIno a los paises atrasados que e -elu queo g , II b1' . " en efsiglo actual a fines del XIX no cumplen su~ a 'gaclOnes can el capital financiero intemacionaI. E1 cantraste ~f~rencla .netam~nt~ dos fases de la evoluci6n del capitalism,,< A Amenca Latma Ie .oco desarrollarse en la ultima y menos favorable y, dicho sea de paso, . nunca como aqul qued6 demostrado que ]a his:oria no es ~n sln:-P1e y tranquilq_ proceso evolutivo en que los que 'vlene~ ~espl1es replten con algunos afios de atraso eI camino de los que Vl~lerOn antes: ~a< Argentina y algunos de los otros paises mas adelantados de Amenca
-Latina -del resto no hay ni que hablar-
lDIClan Sil mOdeI110
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sarrollo capitalista apenas cincuenta a'i105 mas tarde que Estados .U~I dos. Pem en esos dncuenta afios las rnayores virtu des del capltahsrna se han agotado y su- madurad6n irnperiaHsta, ernpez~~~ a ~;mer en juego todas sus lacras} cerrando e1 camino hacla 1a Clvl1!zaClon a la mayor parte de Ii humanidad< . Advirtienda que es preciso no ohidar (/1a significaci6n condidonal y relativa de todas las definiciones en general, ~as c~aJes no pueden abarcar nunea en todos sus aspectos las relaclOnes del fenomeno en su desa'rrollo completolJ, Lenin resumi6 en cuatro puntos las caracterfsticas esenciales del imperialismo: (/1) la concentracien de la producci6n y del capital llega hasta un grado tan_ clevado de desarrollo que ba creado e1 monopolio, el cual deser:'pena un~apel de. . en -1a vida econ6mica ,< 2) la fusi6n delII capItal ClSIVO . ' , bancano . JI can d 1eI industrial y la' creadon, sabre la base de este c~pltal fl~anCler~, e a oHgarqula financiera; 3) 1a exportacion de capltal, a, dlfere~cla de la exportacion de mercandas, adquiere una importanCla partIcular; :-) la cll1mina-cion del reparto territorial del mundo entre Jas potenqas ca' italistas mas importantes. El imperialismo es el capitalisrno en la de desan-alla en la eual ha tornado cuerpo la dominacion de los
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monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportaci6n d~ capital, ha empeiado el reparto del mundo entre los tru.sts intcrnacionales y ha terminado el reparto del mismo entre los paises capitalistas mas importantes)) (Im-perial'ismo,
139). Los criticos de la teoria leninista gustan sefialar la existencia antes de las ultimas decadas del siglo XIX, peri ado indicado por Lenin como punto de partida del imperialismo) de l1umerosos feno .. menos que Son propios de la etapa imperia~ista: monopolios, exportaci6n de capital, politica colonial. Olvidan que 10 que en la tcoria leninista caracteriza la etapa irnperialista del capitalisrno no es Ii exis~ tencia aislada de tr'usts,. 0 de colonias, '0 la exportaci6n del capital. La: relaci6n funcional entre. estos fen6menos} es decirI. una vinculacion tal que la existencia de cada Lmo de ellos resulta inseparable de los restantes] y va~la con la variaci6n de cualquiera de -los otros, su entrelazamiento y su dominio sabre todas las restantes manifestaciones de la economia capitalista, eso es 10 que caracteriza a1 impelialismo. Y esa vinculacion funcional entre monopolio, capital fin3ncicl'O, exporta'cion de capital y reparto del ml.L.'1do s610 aparece precisamente en e1 pedodo indicado por Lenin. Y precisqrnente porque .~n etapas anteriores del desan-ollo capitalista faltaba esa relacion funcional- entre monopoIi01 capitnl financiero, politica colonial y exportaci6n de . capital -y no podia menos que faItar, dado el desarrollo rdativamente limitado de la producci6n capitalista y sus leyes de concentraci6n y centralizaci6n_ el contenido de fen6menos exteriormente similares alas propios de la etapa imperialista era distinto. InglatelTa tuvo una politica' colonial mucho antes de que el capitalismo ingIes se trans. formara en imp,rialismo< Pero la similitud se limita· a la forma y alli termina. ((La politica colonial y el impel'ialismo existfan ya antes del capitqlismo en su fase actual y aun antes del imperialismo. Roma~ basad-a en la esclavitud, lleve a cabo una poJitica colonial y realize
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cl imperialismo. Perc los I! (idem, 65). El ultimo estertor del mitrismo, en cierto sentido el ultimo acto del gobicrno de l\lIitrc, fue la insurrecci6n militar del ano 74 contra el gobierno de Sarmiento. Insurreccion financiada "por Ia Ultimas libras esterlill
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a 1a uni6n aduanera can Paraguay. (Para: que complicarse en una poHtica que traerfa roces can los principales c1ientes y allados y ningun beneficio direeto inmediato para la oligarquia portena?
La Presidencia Sarmiento, liusione} sin Base La subolioanjuill nutnsta trato de perpetuarse en el poder con b • uno de los Elizalde, pero demasiado convincentes eran las reSlstencias que levantaba el mitrismo en todo el pais, e incluso dentro de la . staban va hartos de aventuras . oligarquia portena) cuyos estanCleros e · J 'I
•
epicas que les traian mayores impuestos de exportaClOl1 y creCIentes mdoncs indios sabre sus estancias. La sucesi6n de 1a dinastia mitrista se fue a pique, y en Sll lugar triunf6 un candidato imprevisto ~ sin partido. Desde la organizaci6n constitucional Sannicnto es el prImer tipo de un genero de gobierno que hasta nuestrOS dias habria de producirse muchas veces a 10 largo de la historia'· argentina, y qu~ a falta de un Hombre mas apropia~o podriamos denorninar bonapartista. Can 10 eual quercmos signifiear un gobicrno que, desarrollando en terminos generales la politica de Ia clase dominante, haee de arbitro y se mantiene en equilibrio entre distintos sectoTes de la ~isma ~ entre las distintas clases dominantes incluyendo, en un paIS semlcolonial como la Argentina) al capital financiero internaciol1a1. Sarmiento careda de partido propio, es dedr, podia situarse por encima de todos los partidos. Era relativamcnte independiente frente a1 federalismo provinciano y, en menor medida, frente a1 mitrismo ultraporteno, es decir, podia dentro de ciertos limites sntisfaccr simultaneamente a la oligarquia portena y a las oligarquias provincianas) y a ]05 estancieros, tanto como a la burguesla comerciaL Par eso la de
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Mil dades Peiia
Sarmiento fue una candidatura verdaderamente nacional en el sentido muy restringido de que era respaldada par casi todos los sectores de las clases dominantes y no 5610 por la oligarquia portefia. En enero de 1856 Sarmiento escribla des de Buenos Aires a un amigo: I<Mi situacion es Ia mas precaria. No represento nada" (a Posse~ I, 59-). Esta habrra de seI su fucrza diez afios mas dude cuanda todD's los que Iepr~sent3ban algo estaban ya quemados y desgastadas y las c1ases dOlTIll1antes hartas de eUos y de los problemas que crcaban. Sarmiento sentia demasiado los grandes problemas de 1a Nacion
y estaba bastante por encima del borizonte mental de la oligarqula argentina COmo para no atisbaI 1a necesidacl de una politica nacional que favoreciese a las grandes m8sas. "Todos estos recursos -deda a1 asumir la Presidencia- deben ser distribuido.s y utilizados por Ieyes previsoras y equitativas para evitar que mie~1tras los elementos de civilizacion 'Se acumulan en las costas, 10 rest8nte del pais sea entregado a la barbarie y que salgan Iuego del bien aparente nuevas calamida~ des y des6rdenes. Las tierras publicas sometidas a un reoimen equitativo de distribucion fijaran hoy la poblaci6n 'gue carec~ de hogar) 10 daran a los millones de inmigrantes que' vienen en busca de una patria para sus farnilias y pondrsIl coto a1 vagar de las hordas del desierto suprimicndo el desierto m.ismo. .. Una mnyorfa dotada can la libertad de ser ignorante y miserable no constituye un privilegio em,idia ble para la minoria educada de una nacion que se enorgullece llamandose republicana y democratica" (DSCDN, Gctubre 1868). Desde Iuego, todo esto qued6 en pa]abras, porque Sarmiento era in dependiente respecto a las distintas fracciones de la oligarquia, pero no respecto a la oligarquia en su conjunto. Por eso no hay en las cues~ tiones esenciales diferencia cua1itativa entre el resultado de su gobierno y e1 producto del gobiel;no rnitrista, y nada revela mejor esta cOl1tinuidad que e1 suicida empefio de continual' 13 guerra contra Paraguay,
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Los Nuevas Partidos al ASilito del Poder
Durante las presidencias de. l'v1itre y de Sarmiento se extlngue~l definitivamentc los viejos partidos politicos argentinas -federal y um' d e C as-r::,-' '12 o~ }' aDa"ece un nnevo tario, rebautizado )1'b eraI despt1.Cs L r r 'r XX I a v,da tipo de partido, que l1enara hasta b ien entracio 121 sigla cieclad cJ.pitalista industrial) en nuestro pals se transforman en un fin on s1. Los partidos politioos busoan eI triunfo electoral y el Estado como un negocio, como un media de vida para sus clientelas. No representan -los intereses de ninguna clase 0 sector de clase, aunque desde Iuego no pueden menos que reHejar y realizar Ia politica de las clases dominantes.
En 1871 1a Sociedad Rural deda, y tenia :razones para saber pOl' que, que los particlos pollticos ((no encarllan la rep,resentaci6n .de grandcs ideas, sino simples individuos, que no son Ia expresion de las reformas economicas necesarias, ni la satisfacci6n de las nceesidades publicas, sino simplemente la conseeuencia de tales o euales planes de ambiciones e interescs personales" CAnales de 1a SocieducI Rural Argentina, 1871, 81). iusinistas) mitristas, cfudos, cocidos) llacionalistas, autonomistas, repubikanos, etcetera, se mueven sobre la base de los intereses de los estancieros, la burguesla comercial y el capital extranjero cada vez mas poderoso. Es..imposible encontrar
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d'ferencias de fondo en sus banderas de lucha y en la composic.ion s~cial de sus cuadros dirigentes. No hay detras de eUOs el interes de clas es disti,ntas en lucha por dlrigir a su modo la vida nacional. IIPor eso es tan nlpicla la descomposici6n de 10 que impropiamente se Haman partidos en Ia Republica Argentina; y admira tanto a los que o les conOcen ver a los principales ho~bres hoy en un partldo, exal~adisimosl maiia'na en las filas enemigas, exaltad{simos tf!.mbi~n. Si fuer-amos a enumerar los nombres ~e los hombres que camblan de rtido en la Argentina tendrfamos que numerarlos a casi todos, Por~ ., que en los deroas palses pasarse de un partido a otro. e: trmCl~nar, porque teniendo los particlos pdncipios para cuyo sostemmlCnto vlv~n, trabajan, Iuchan y se agitan, los que se pasan de uno- a otIO abJuran sus principios, toman el nombre de ap6statasi pero en la Argentina los particlos no tienen principios, son personalcs ... " (D'Amico,
125-27). Los historiadores stalinistas han buscado can Iupa a1gun fundamenta social progresivo en algunos de los partidos que surgen despues de Pa\~6n, principalmente en aquellos que a traves de algunas tra'sffiutaciones entroncan con el radicalisrno, pem no han encontrado da y dcben confesar de mala gana que entre los autonomistas de na , . J' . • Alsina y los nacionalistas de Mitre, por cJemplo) no hay mferenClas de fondo; los diputados y senadores de un partido votan can los del partido opuesto contra otIOS del mismo secto~ (~/ommi, Yrigoyen, 59~, porque fino hay en 1a po1ftica llna diferenClaclOil absoluta de clase (idem, 71, 75) Y "no hay grandes diferencias de clase y de program a entre uno y otro partido. EI problema principal que los separa es el control del poder y los beneficios de todo orden que ,,1 acuerila a quienes 10 tienen en sus manos" (idem, 104). Nada cILleda par agregar a estas a.firmaciones,
M ilciades P eha
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varzantes . de
las A ctitudes Proimperialistas'• .LV '1't l re y Jose Hernandez . 1 Es preciso ten er slempre presente d cases dominantes aroenti . que to as los sectores de las t::>
nas, estanCleTOS t
t
estancieros portenos tanto "ornO t . ' -an·o como comerciantes d I ,., es anCleros d I L' ' esear a presencia del . I .' e Itora]) coincidian en el caplta extranJer I TaT pais como un gran prod t . d 0 ~ue Os ayudase a estructu< ra I . ' He or e ahmento .. 'e mercado mundial T d . s y matenas prnnas d d d . . 0 os eran j, breca I' E ' pa a e mtereses e in ten io ~ m )lstas. sta u11ifwmit d I e nes se refleja en I 'f .' e o as as partidos enfocan 10 bl a um ormidad con gu S hay en ninauno una J' d pro emas del desarrollo nacional N"0 I b mea e conduct' " . e sentido de propieiar una l'ti' a .mas a menos sistematica en n6m:ica frente 31 capital ex: p~.l ca naclOnal de independencia eeodol ' cranJew, basada en el d II e palS Y el fortalecimiento del Estad . esarro 0 industrial 0 nacronal, y no podia haberla puesto gue no exist!a ninguna cl as~ que por sus intereses aspirase a tal poHtica. Hay, desde J 'd uego, agul v all' h' partl 0 0 personalidad b a c lSpazOS en que alQun I es oza una pollt'" . ~ a. capital extranjero, sei por Iucidez de ,ca burgucsa frentc sldad demag6gica de llevarle I alguno perEDna je 0 Dar nece. . a=~d b' ' • ll1mediato el mismo partido . go ldno de tumo. Pero do tic . , 0 persol1aJe aparec ., d a entregmsta peor que la b ~ e proplClan 0 una poll'-' d que com at' os sereporten simetricamente ent t l~ y;n este sentido los acuerIe. 0 as as tendeneias en puona por e1 poder, Son aItamente:l Hernandez. Nadie discute el 1 tlS,trat!vos. los casas de Mitre y Jose la plea oYri rnitrista en general caI3cter 'r . , ohgarg U1~O Y antinacional de ha . " yeas slempre en . I partIcu ar. En cambio y gUlen erige a Jose He'd . I' . rnan ez en rep . naClona lsmO democrat-ico revoluf"" .' re:entante de un ~upuesto ,,1Onano CRl'vera) que sena .' el fun-
~
J
~acronal
41 De 1\liitre a Roca damento de un antimatrismo combotivoe Es sabido que Hernandez 0 'V cuando la bouerra milito en las fj]as de la Confederaci6n arDentina del Paraguay expres6 consecuentemente el sentimiento nsdenal con-a t,a esa adios a guerra de Ia oligarquia portena. pero, cera la politic de Hernandez naciona1 en el sentido de que aspirase a un desarrolloo independiente del imperialismol POI cierto qele no, Y en este terren SelS planteos scrim prototlpicamente entIeguistas, mientraS que en determinado momento Mitre, pDf razones de pequena !tICha politica asume una posicion naciona.] que era, dcsde luego, ]a perfecta antitesis de 10 que eJ hizo en el gobierno y abandona antes que pueda fructificar. En 1869, un gtupO de capitali stas ·argentin05 encabezados por Madero y el infaltable Norberta de la Riestra, y desde luego vincnhdos a Baring Brothers, al Banco de Londres Y etras instituta ciones igualmente benemerius de 1a pirateIia imperialis , propene construir un puerto en Buenos Aires, a cambio de quedarse can 1a mitadde los terrenos ganados al rio, mns otroS beneficios igualmente modestos (Madero, 75). Sarmiento accpta ]a propuesta arguyendo que "e! erario publico no cstara por muchas anos en aptimd de llenar las exigencias de tan co10sa1 empresa" y en ]a Camara de Diputados ando el rniembro informante defiende e1 proyecto aleg que "el cGobierno es un mal constructor" y "si interviene en cada manifesta t i6n s de la bumana se expone a ejercer una actividad c1e p6 ica" eIse (idem, 76, 77). Entonces Mitre, en trance de opon a cada paso ente de Sanniento, se opone ;;1 contraW, critica violentam las oneIosas concesiones que se hadan al capita1 extranjero y o"1'0no conceptos
acti,~dad
de corte nacionalista como
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siguientes:
";;e clioe que los gobiernos son malos empTesarios. Pero hay una parci6n de emptes que par necesidad y eonveniencia publica cieben estac radicadas as , principalmentc aqueJlas que tienen cond6n con los impllostos, en el gobiern n ve o las ,1as de comunicaci6n Y las mayores facilidades del comcrcia y la na gaci6 , n obm que los gobiernos dehen hacer y que s610 ellos puede haeer consilltando
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Mildades Pena
el interes de todos mas bien que Ia ganancia de unos pocos A ' , b eli I' , "" qlU se qUlere su or nar e lllteres general a1 interes particular hac" d 1 } len 00 dueiio de las . . pOSIClOnes Euertes, en que una vez -establecido cclstara mucho desal ' , orn 'I j' ' d ' < o]ar1.o, P- "".1 ue e ap leara to a SU enerma y tada 5U intel' , , ., d . r o~ 1genCla, no a ensanchar eI ClrCtuQ e 1a prospendad Dublica, sino ,a acrece~tar su ' J. ..... S gananclas y a perpe~ tuarse en su posesi6n,,, La revolucion de idea~ nue se h d " "1. a opera 0 a este res~ peeta en Ingla~;rra u.l~mamente no debe SCI desconocida a1 senor l'vIinistro. El debe saber como estan reaccionando las ideas en aguel Dais y los esfuerzos
que se dlla~en alii desde 1844 para rescatar los ferrocarriles, sacandolos de
manos e as empresas particulares." El sefior Ministro 'deb'" saber ( IngIaterra) el in teres pnvad'o se ha atrinche'ado 1" p jque en d' ~ en e ml$mo ar am'2nto, ond~ 200 directo:Es de caminos de Fierro deciden con Sil voto de, todas las cUestlOnes econonucas nne II I ' • . "'l can e as se re acwnan, con el objeto de retener ~n su~ ~anos un~ e>..'pJotad6~, en qu~ percibe sabre el pt'tblico un impuesto e rp.a~ e 16 millones de horas esterlinas en dividendos que bastarian en polco ti.e~poS?ara amortizar la deuda de Inglaterra, aun rebajando las tarifas a a mlta , . 1 esto sucede en InglaterraJ si alIi mismo Ia sociedad esta 0'...ran'-
z:~:
por eI mteres indivi~lw.I que se ha apoderado de Ia influencia legislativ~ perpetuar sus gananclas en detrim"nto del pueblo' d ' ~ . d .. ~ gUt: no suce ena entre ~o_otros> 51 eso)::ndo estas severas lecciones tmicsemos la cobarma de entrede la del p"erto v/:Iart"a la e.\.l?lotaclOn particular obras del genera '--' ,qu,- se cone,r man en otras tantas ciudadelas del monopoFo de las I d ' d l' 1 ~ eua es no po r'amos ,esa ajar a ~os e~Io, tadoresJ que podnan llegar a tener por aliados : I'os mlsmos pode - res pu'bl leos, COmo en Inglaterra". (Arengas~ 429, 460-62), p
0
TIes afios mas tarde La Nadon de TvIitre escribia palabras que trayectoria de 1a llustrada eXposltora de 1a oHgarquia portefia y su socio britanico;
~esultan por 1~ menos sorprendentes conociend;- 1a
"~o h~ce muc.ho tiempo que un diario i~dicaba Ia convenienda de vender clroearnl del ?e~te,. puesto que 105 gobicrnos no deben ser empresarios. Poco ,antes se hab1a mdlcado, par el contrario 1a idea de I ' " d 1 f '1 ' , - a expropUlclOn e d~ er~ocarD es partlculares) prop6sito que, -conocido en InglaterraJ fue motivo gracldes alarmas) hasta el punto de que 1a campania del Ferrocarril S d ' . u parece (lue ha envind A:J. ' 0 Con este motlvo a su vlceprcsidente, sefior Drable. unque tantas veces se ha tratado esta cuesti,5n, creemos conveniente abundar el F
De Mitre a Roca
43
en algunas ideas que 'estableciendo Ia conveniencia general de la pwpiedad Hscal de los ferwcarriles disipe sin embargo Ia alarma de las expropiaciones inconveni
~obre
•
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••
l~Tlp~no
~.
' t0 h ab'la lIn alar extremadamente portefiista' ded 1a olig3rP or oer 'dor)'roduta Ula bonaerense que Cpersom·flea d a pOI' T- eJc ~ ' ' ' , a en gran dfa \rte entre el partido mitrista, que desde dace anOs atras no po , P , f acer su h ambre de presupuesto v~ hablo fracasado en todns los sahs . , para saGar , I0---,/ 1 n 0 entendia conintentos revoludonanos . ,C las1""nuevas . d diciones y fue a 1a pequefia y sanwienta guerra ClVIl del,oO, CIC}Cn 0 ue 1a capitalizacion traeria' 13 perdida de la hegemoma bonaerense qsobIe e1 pllS. ' Te'ledor ((era un hombre poHtico .que guardaba en . . _ ~ T1880. ._ 1 mismo sentir local V 10calista de 1852" (JUlIO Costa, Roca / eJc e ' que en 1880 el .onemiao de 1852 ya d - 94) finoiendo no' d a veItu .. b .' 01, ' b , J 1· A R >'l esa espcClc de ha bia sido reducido a polvo y que u 10 ' o~o, - , archjduque austrbco, seg{m Ie pareci6 a Alberd1 en 18S0~. no era el Chaeho. EJ portefiismo de Tejedor en 1880 era ana:romeo ~s~ to a Io.S intereses de la oligarqu,ia portena en su conJun1.o y ~ pec '1 t' T b ta leer sus mall1capital extra'njero invertldo en a A ,rgen.ma? ,as,' f t
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C
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fiesta~ - ara advertir que el y su partido rnedlOmltIlsta estaban uera
d e 1a Tca P lid a. d C.·Fuera de la realidad' Seria ingenuo creer d 1 que h' Te, . d· Cia. ionoraban del todo que estaban repitien 0 a lstona JC orlevantamlcnto y ,b _ d.e 1S'"2 del portenD )) perc repitiendolo teatralmente, b 1 ' rsa Ellos levantad an n i ,siquiera como come'd la) apenas .como f a." . e . apo . d·· extremismo portefiista como bandera para Clarse del po .Br. naUIOV1l1C13nO . 1 a la il1versa Roea Jevanta·ba e1 naCl'011aF, deb1a reconOCer en el mismo lugar que '185 garantlas acordadas a los ferrocarriles gravitan can enorme peso sobre r:1 erario, y basta,_ para que el Congrc:::o 10 comprenda, una sola cifra. Segun las cuentas presentadas por el director del Fen-oeanil del Oeste, el Gobierno clebera pagar por 1a garanlia correspondientc al ano de 1876 la can tided de 328.000 pesos fuertes. He tocado delibcradarnente este asunto porque es neccsJrio advertir en alta voz a los directores de estos fenocarriles, que nccesitan vioilar sus Qastos de ,_ b u explotaci6u, y que no hay justicia ni equidad en desprendcrse de todo cuidado teniendo solamente en cuenta que el gobicrno argentino paga can paciente resignacion el valor total de las garantias ofrecidas. Queria, ademas, agregar una palabra en justa reivindicaci6n de nuestra honIa: hemos pagado hasta este momenta todo, y 10 hemos pagodo sin investigaciones prolijas, y hasta casi s1n cxamen,· porQ1fc este es 1.!110 de los rasgos de nuestro caracter nacional (subr. nuestro), No hay as! sino vcrdad y mlly grande cuando un did hemos rechazado esas voces colmadas de injusticia y que tendian a dcprimimos en nuestro credito po:rque pedimos antes de abonar un as cuentas (Jue
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!ie nos mostrJr3l1 los libros de dande h8b1:tIal1jeros son me.ntiras ca1culad'as para sacarle al arg~ntino creduln e indolentc) hasta E1 Ultimo peso que Ie haya producido Sll tierra, como el snare movimiento de las alas del vampire sirve para saear hasta la till'1m:] gota de sangre de su victillla dormida. Si los argentinos quieren salvars~, dd>en illlpedir que los €xtranjeros que 'V'iven fuera del pais puedan comprar ni vender sus propLcdades rru'c..-os sino paganc10 un impuesto del 30 % de Sll valor venal; deben r'Ccargar con impueslus mayores 10 veces a1 menos todo banco, casa de cOll1erclo, 0 emplco de capital €xtranjero, que no sea una inc!ust:::ia n.dicada en el pais". (D'Amico, pags. 160-61; 165-66; 168-9).
Sarmiento) sin ser tan agudo comO D'Amico en la percepci6n de los detalles de la penetraci6n imperialista y en el plant~o de 50luciones drasticas para frenarla) vela tambien COn claridad 10 que S8 Ie "venb encima a1 palS, y 10 denunci6 can su voz de montaiia mas atronadora que nnnea en esOs des ultimos ailos de sn vida que dedic6 a combatir el roquismo. En 1885 funda El Censor, para c':'mbatir a Roca"Juarez Celman. Y en Sli primer numeral el 1 de dkiembre de 1885) en Sll manifiesto programatico, escribc: "Par solJre todo "cste cuadro} campea una cualidad c.omtin a todos estos paises. l\;lbcico, Ecuador, Pedl; Venezuela, estan acribillados de deud"as, de emprestitos, y dedarudos mas 0 Ill.cnos insolv{;l1tes en l.a Balsa de Londres) 10 que qui-cre decir 'iU': el de:;orden S~ couza en aquel mercado descollando sobre todos elIas, como el sol ch, sus armas, la gloriosa. Repltblica Argentina, can
cosa de TRESCIENTOS i\:T.ILLONES de deuda contralda, Ia mitad en plena paz, en la administracion actual, can promesa de continuarla y apurarla. Par ahora, h Republica puede en. ID8.tcria de deudas exclamar can. orgullo:
D8 lV1ltre a Raca
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CalIe E;purta 5'1£ virt-u d; S-us hazaFias cane ROtr'vCl, Sne·i:cio! qtW aI ·rmmdo aS01fk1La gl·cm derdora del mil. "Xadic debe mas que ella. Es ju:;tida que debe hacersele". Y de aM en adelantc sigui6 la campma de Sarmiento contra la creeiente entrega al impe.tialismo v contra su ali.ndo inseprable, el ensanchum.ielltQ del latifundio.. "Ch.ile h~ tomado en Londres ernprestitos a ~71j2, mienttas que la Republica Aroentina, baio la adrninistraci6n actual, no pudo negodar en la Bolsa a ningU~ precio. y" ha tenido que pasar par las horeas caudinas de un eomplot de USUrcI0S franceses e inglese, que le han dado dinero can la usura de un real al peso, como haeen los jwHos con los mows de· familia calaveras'" (diciembre 17, 1885). "Para obtener un emprestito se ha Heeesitado cargal' a nuesfros hi-jos 15 ltti.E0l1e5 de comisi6n y usura) no recibiendo sino el resto de los pretendidos 42 milloncs, pero reales, para pagarlos) por su valor nominal a los acreedol"cs.. y a mas de las usuras de 15 millones tenemos que mant'Oner UTI ejercito de io.aoo hombres y 1.ma marina formidable, y a los que 10 eontrajeron, y en menos de un ano la Patria, agradecida a sus guru:dianes :nmado;, 1a desbarutad o ]00 nullones de valor.:s en tierras pttblicas adjudicadas al prede de 4QO nacionales cuando valen 10.000 fuer~'es en unas regiones y hasta 3.000 en las menes favoreeidas" (euero 1, 1886). "LA LIf...1A DE BAIU:\'C. - Los oue viven v m::rodean en torno del peder de Roea, esos tienen indignacion;s, Sl.l onc:i~ es roer, se lienan de regocijo al ver llegar aqul las piltI3fas y sc tapan los ojos, cierran. sus oicios, a Ia sola noticia de los millones que embolsan los Baring, y los :Lvlorgan, que a la hora prese-ute reinin a carcajadas de South America a costa de nuestro porveni! y de nuestros bolsillos" (enero 12, 1886). Y en abrH de 1886, en aque1 discurso que defini6 e1 gobi::TUO de Roca como "Paz y administracion lease remingtons y emprtstitos"', Sarmi.ento dice: "Esta administraci6n que quiere perpetuarse nos ha dejado ya en Ja calle. Nadie ha desmentido al Journal Do Corn-creta cuando ha demostrado que cads. argentino nacc debiendo mas de 10 _que pesa, en plata ... Chile ha negociado a 97 1h los fonda:; que a nosotros nos nego.Ton a 73, hasta q'J.C hipotecamos las aduanas y las rentas. Tendrbmos que pedi! permiso a los ~sUTeros de LondIes para defendernos de Chile. (Este pronostico se cumpll6. Datos de Tornquist), pero nada 1105 defendexa de los proyeedores de ]a caSa reinante, que se lkvaron la mi~'"Jd de la mitad que nos quedaba"
no
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IHilciades Peiia
(abtH 6, 1886). En carta privada a su amigo Posse) Sarmiento ha11a escrito en setiembre de 1885: "Vamos tranquilamente a1 abismo; viendo1o unos, a degas los mas; empujando algunos. Se deb:::n 300 millones. Creese que Pelle· grini ha arreglado e1 emprestito, bajo la tutela del sindicato. Cuesti6n de Egipto! y demlas nacionoJes no pagan dose cuanda son enormes, nesotros quedaremas por un siglo bajo la inspecci6n aduanera. Vamos a elegiT nuevo gobierno. Buscaronse nombres que para Ia Balsa de LandIes. no para la nuestra, fueren garantia 0 prenda" (" POS5G, t. 2, 535-36).
ObseTvemos que D1t\mico y Sarmiento eran antirroquista's. Tocla
la brillante intelcctualidad que rondaba en las antesa1as de Roca y Juarez Celman, todos los J?duardos Wi1des de mayor y menor cuantia literaria de qUien se pretende que hacienda caso oruiso de la ley, cada tantos dlas remite por camadas a las oEcinas del Credito Pl'lblico) ardenes directas) sin expedientes ni tTamitacion.es inutiles (sistem:1 Urquiza) pam que suscriba a los agraciados, que son sicrnpre los mismos, c:ntenar~s de bguas. AIH est~n los libros de] Cr6d.ito Publico que cantan y en alta voz para todo el que quiera hacer b denuncia al fiscal. Al paso q~e vamos, dentro de poco no ncs quedanl. un palmo tierrB. en condlciones de dar a1 inmigrante y nos veremos obugados a expropiar 10 que necesitemos, por el doble de su valor a los Atalivas". Cen:ol', diciembre 18, 1885). 5n gobierno otta idea sabre el reparto de 1a tierra publica que
ae
eEl
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1Vlilci,1Cies Pena
Setenta y tantos auos dcspucs, se ha hecho el fulgurante descu~ brimicnto de que 1:1 politica roquista can la tierra publica no fue olignrquica porq ue., "la verdadera oligarqul:l terratcnientc, 1a de Bueaos .Aires. va estaba consolidada desde Rivadavia'1 (Ramos, RevoI-uci6n, 221'). Verdaderos terratenientes son los propictarlos de tien-as que viven de 1a renta agraria. Por que los que cobran renta agraria de terrenos situados sabre el R.io Negro SOn menDs terratcnientes (lue los que parasitan sobre el RIo de 1a Plata, es cosa que corresponde elucidar a los tc61ogos. La cicrto -es que la politica Ter quista increment6 y remato gloriosamente 1a acumulaci6n del sueIo en manos de un plil1ado de terratenientes a los que pronto se SLlmaron c01)Jpaflias extran jeras) eliminando as! hasta 1a menor posibilidad de establecer sobre el suelo argentino una colonizacion de chaca~ reras duenos de sus tierras al estilo de 18 que fundamento la TIlagnificen~ia agricola de los Estaclos U nidos.
La Corr"iJCion y el Pewlado Favorecen allmpcrialismo
Allnoue can elenco humano distinto, Roca continuo la poHtica tradicional de 1a oligarquia argentina, tendiente a configurar 31 pals como prospera colonia agropccuaria de Ia Balsa londincnse, En tal scntido Rocd es un perfecto continuador de lVlitre; Y SLl gobierno reo sult:3) por 1a venalidad que 10 caracteriza, un Iuminoso exponente de la politica olig{trqulca. Los rOLluistas postumos sostienell que la prosperidad caraeteristiea de la dec ada del ochenta fue canalizada par Roca mas notables'~. (D'Amico, 256-7).
Pues bien. rvLiximo Paz) gobernador de 13 Pro'vineia de Buenos Aires par mandata de Roca y Juarez} se propuso entregar el ferrocarril al capital ingles, para mayor beneficia de este y de su propio bo!si11o. Y asf 10 hizo. E1 Gobierno de Buenos Aires -mejor dich0, eI Gobernador Y $U equipo- percibieron por ese ferrocarril, uno de los mas productivos del mundo, 3 millones de libr35 esterlina~1 suma ridicubmente baja·. "Los ferrocarriles de la provincia -c~menta C~Jr. los D'Amico- se Haman ahara Ncvv \Vestern Railway of Buenos Aires. (No se parece eso a_ 13 sombra de la bandera inglesa, flamcando sabre otro pedazo del territario argentino, can mas derechos del que tiene para £lameat sobre las isl3s l\1alvinas?" (D'Amico, 265). Durante mucho tiempo los escribas de tinta aguada ("marx.istas" y de los otras) ha'n insistido mon6tonamente en que la venta del FcHocarril del Oeste fue un acto dpieo de la poHtica de 1a oligarqula argentina. Golpes en la herradura) no CJ;l el clavo como siempre, Los estancieros de Buenos Aires eran cualomcr cosa menos .arroiados . defensores de la' independencia economica nadonat pero t8mpoco tenian necesidad de acceder al ham-kiri galante en beneficio exclusivo del capital ingles. Por eso se opuderon a 13 venta del Ferrocarril del Oeste. Los historiadores que viv€n aferrados a1 mito bifronte de 1a oHoa'rqula estancclil pernetuarnente entreouista 'r v ,v Ia fantasmao6rica b burgues{a industrial perpetuamente nacionaHsta, hem tenido -buen cu{dado de referirse a lila reacd6n de los sectores m::is conscientes del
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A1i1ciades Peiia
ej6rcitd l provocada por 1a politica entreguista de Ju penn1tll aumentar de tal maneta nuestra produccion que
ex~ranJeIO nos
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l\-'Ii.Idades Petia
Es lJerfectamente correeta afinnar que el laicismo de Roca y Juarez Ccl~zm es el producto y responde a los intereses ~e la c,reciente ,influcncia blitan\ca en el pais l y a los deseos de la ohgarqma argentma de aerecentar esa influencia) todo 10 cual no desmiente en lTIodo alo-uno Sil C3ractcr progresivo, como el establecimiento de escuclas n~ deja de seI progresivo porque las escuelas sirvan tambien para difundir la ideologia de las c1ases parasitarias. Desde lueao la Internacional Tonsurada can seele en Roma mob' vilizo sus huestes criollas para combatir la poHtica laicista del rQquismo y 10 hiza en nombre de la defensa de l~ n8ci6n ~~ntra lo~ extranjeros "duefios de las finanzas", como deem el beaufIeD J:se Manuel Estrada, para :quien lIel matlimonio civil es una tentatlva contra las bases esenciales de 13 civilizaci6n nacional ... " (DlsC1liSOS Selectos, 235 y 264). A roas de medio siglo de distaneia los internaciol1a1istas negros siguen repitiendo -el mismo d.ntico: el laicismo sirvio para entregar la 113don a1 imperialismo. La defensa de la nacion exigia defender a la Iglesia, oblig3r a la gente a casarse ante el cura V rclevar la cartilla pOT el catecismo) a Pestalozzi por el padre Astete (vcr, por ej., las abras de Sierra y Palacio). Esto, desde luega, no pasa de ser un bo13zo piadoso. En 1\lexico) b8jO. Parfitio Diaz !_a Iglesia no fue perseguida y constituy6 uno de los punta1es ~e la entrega --de 1a nacion mexicana a1 capital financiero internaClonal. Defencliendo ('las bases de 1a civilizaci6n nflcional)) como deda Estrada, la Iglesia mexicana se opon-ia a 1a educacion de los indios y manifestaba por boca de Orozco y Gimenez, arzobispo de Guada~2jara: 'T-ada autoridad proviene de Dios. £1 trnbajador cristiano debe santificar y haeer sublime esta obediencia sh~iendo a Dios en la persona de sus patrones. En esta forma 1a obediencia no es ni humillunte ni dificultosa. Pobre: ama tu miseria y tu trabajo; v-uelve tu mirada hacia el paTalso: a111 esta 1a verdadeta riqueza. S610 pido ~ma cosa: del rico, amor; del pobre, resignaci6d'. Que en la Argen-
I
De Mitre" Roca
':)7
tina el cura no haya podido inyectar estos t6xicos venturosos valien-
dose de su autoridad de juez de paz y maestro ha eonstituido una indudable ventaja para las masas trabajadoras eriollas, independientemente de que e1 laicismo de la oligarquia tenia por objetivo no csto sino hacer mas llevadera ]a residencia en el pais de los gerentcs britanicos.
Pero desprender del laicismo finiseeular Cpertectamente compatible y en realidad condicionado por los intereses de la oligarquia anglocriolla) una calificaci6n de revolucionaria para la poHtica del roquismo es algo asi como ponderar el fervor revolucionario de los capitalistas ingleses que reemplazaron las carretas por los ferIOcarriles. Mientras que en I\1exico la lucha contra la Iglesia -gran terratenien-
te y aHada de la oligarquia terrateniente- forma parte integrante de la revoluci6n campesina por la tierra, la libertad y la independencia nadonal de ,M6xico, en la Argentina del ochenta-noventa la campana anticlerical Roca y Juarez respondi6 a las necesidades de la alianza entre 1a oligarqula criolla e Ing1aterra y no despierta ning{rn ceo en
las masas. Es la mayor parte de la oligarquia quien lucha limitada y ocasionalmente contra su aliado ec1esiastico y Un rcducido sector tradicionalista de la propia oligarquia, con hase ptedominantemente estancieril, para jntroducir a1gunas reformas que convienen a su sociedad COD el capital britanico. No hay en esto mayor porcentaje de HpoHtica naclonal revolucionaria" que en el culto post mortem de
la Sociedad Rural par las 'irtudes de Martin Fierro. Y reeordemos, para terminar, que una corriente tan netamente antinacional como el mitrismo fue tambien laidsta, y por las mismas Tazones que el roquismo. 8i el lajcismo roquista no respondia a intereses revolucionarios, no 'pucde tampoco afirmarse, ni por chiste, que 10 inspirasc una ideologia revo]ucionaria. Fue en todo momento una tactica poHtica mas, y solo eso. Veamos las COncretas instrucciones de Roca a Juarez Cel-
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l\tliJdades Pena
man respecto a 1a poHtica anticlerical: ('Yo creo que deben andar con cuidado, y aunq ue se muestren energicos en las palabras COll'Vlene aflojar un poco en los hechos. Si es necesalio haga una Novena en su casa y h..igase mas cat6lleo que el Papal" (Astengo, II7). Como no podLt ser menos Sarmiento desnud6 can un dedo 1a "ideologia revolucionarla u del roquismo: IIEI General Roea lleva Ia idea de gerencia al Gobiemo Nacional. La Republica ha sido su capital, la fuerza sus medics. A 61 nada le importa Ia forma, 10 que busea es impcrar. EntIa a Sil gobierno con un l'v1inistro ultramontano y l1 eg6 a prepaIar Un concordato con In Santa Sede. Agitaclones sodales y politicas de cadete! complejo sublevaron muy luego el espiritu liberal. El ministerio eat6iico cay6 y fue sustituido por otto de polo opuesto. Roca explot6 al liberalismo y rompi6 con 1a Iglesia, hacienda creer que ddendia una causa acorde can el espiritu del pueblo argentino. La rcacci6n se produjo por razones mas com,plejas