RAMÓN BUENAVENTURA
Los artículos de El Semanal (DEL 1 AL 120) ADVERTENCIA INICIAL: Estos artículos empezaron a publicarse a mediados de marzo de 1997. Tenga el lector en cuenta tamaña antigüedad, enorme para fenómenos tan acelerados y obsolescentes como la informática y la Red.
1. PRIMER AVISO PARA NAVEGANTES Llevo cerca de quince años trabajando con ordenador. No en el ordenador, sino con él. Todos utilizamos alguna herramienta, tangible o intangible, de las manos o de la mente. Y el ordenador es eso, nada más: una herramienta. La más refinada que el hombre ha concebido hasta ahora, pero no mucho más misteriosa, pongamos por caso, que un destornillador. Si para apretar a tope un tornillo nos fuera obligado conocer las leyes mecánicas que multiplican nuestro esfuerzo muscular, haciendo posible la operación, muchos tendríamos los cuadros de casa elegantemente apoyados contra la pared. Será importante, en la intendencia del futuro, que le quede a usted muy claro en la cabeza lo siguiente: para utilizar un ordenador van a serle menester tantos conocimientos técnicos como para despabilar su televisor y zapear un rato. Le hará falta, eso sí, conocer las normas de funcionamiento del programa o programas que vaya a utilizar —cuestión de teclas y botones—, pero podrá olvidarse por completo de todo lo relativo a lenguajes informáticos, procesadores, memorias, etc. Que mientras usted trabaja el ordenata se esté dedicando a sus privados menesteres (como el televisor a los suyos, mientras usted disfruta de su pastizal televisivo favorito), será cosa de los ingenieros. Por debajo, en las tripas, todo es cosa de los ingenieros y los científicos, en este mundo nuestro tan moderno. Sólo que los sabios están en la obligación de pasar inadvertidos, igual que los árbitros ideales en los partidos de fútbol. Lástima que ahora no sea exactamente cierto lo que llevo escrito. Dentro de cinco años, más o menos, lo será. Por el momento, la verdad es que usted necesita unos poquitos saberes para manejar el ordenador de un modo razonable. Suponiendo que limite la utilización del ordenador sus cometidos más elementales y simples —para hacer facturas o escribir textos—, siempre habrá unos cuantos detalles de su máquina que más le
valdrá conocer. Cómo guardar su trabajo en el disco duro o en disquetes, cómo recuperarlo cuando le haga falta (lo mismo que extrae un papel de un archivador), cómo transmitírselo a otros. Si, además, pretende aprovechar el aparato para otros fines más liosos... Lamento decírselo así, tan bruscamente, pero va usted de cráneo si no sabe un poco del asunto. Lo cual nos lleva a lo que yo quería llegar en la primera entrega de esta nueva serie sobre Internet de El Semanal: si quiere usted meterse en ese tinglado del que tanto se habla en los últimos tiempos, si está deseando ejercitar sus hasta ahora inéditas dotes de cibernauta, va a tener que hacer un pequeño esfuerzo, o aplazar el asunto para dentro de unos pocos años, cuando Internet funcione con la misma clara sencillez que la televisión, la radio o el teléfono (probablemente fuera del ordenador, en su propia máquina ad hoc, y quizá con otro nombre). Entiéndame: no le estoy diciendo que deba convertirse en un experto. Son cuatro cositas las que hay que aprenderse, y para ello tampoco hacen falta grandes conocimientos previos. Necesitará, eso sí, la paciencia y el entusiasmo característicos de los pioneros. Porque todavía está usted a tiempo de ser un pionero, con lo que mola. La columna que comenzamos con este artículo nace con esa intención: primero, que aprendamos lo que hay que aprender para explorar ese mundo de varios millones de pioneros en que se ha convertido Internet; segundo, que vayamos descubriendo el modo de disfrutarlo y de ponerlo a nuestro servicio. Y divertirnos mucho, oiga, que tampoco es mal objetivo. NO PUBLICADO
2. VAMOS ENTRANDO Para no alargar demasiado la fase introductoria de estos artículos sobre Internet, demos por resuelto que usted ya posee la maquinaria indispensable (ideal mínimo, en este momento: un Pentium, 16 megas de RAM, un par de gigabites de disco duro, una tarjeta gráfica de dos megas, una tarjeta de sonido, un par de altavoces, un micrófono; pero no se prive de nada, porque el futuro no tolera límites). A continuación le harán falta a usted unas cuantas añadiduras. Primero, y sobre todo, una leve comprensión de qué es Internet. Si su curiosidad al respecto es mucha y acuciante, puede saciarla en alguno de los varios libros que le esperan en las librerías. A nuestros efectos, ahora, nos basta con saber que Internet es una red de ordenadores básicos, no muchos, que permanecen abiertos constantemente y que sostienen la conexión entre millones de ordenadores de todo el planeta. Piense usted en la red telefónica mundial, si la comparación nos aclara el concepto: una o más compañías, en cada país, hacen posible que los
millones de abonados del mundo entero se metan a charlar de sus cosas cada vez que les apetezca. Pero, claro, usted no puede hacer las llamadas por su cuenta, sin el facturable apoyo de la CTNE. Lo mismo en Internet: necesita usted una «compañía» —un proveedor— que le enganche el ordenador a la red. Tiene usted que elegir uno que sea muy solvente, y para ello es mejor que se deje asesorar por algún amigo con muchas horas de navegación cibernética. Otro consejo no cabe en estas pocas líneas. También necesitará un aparato para marcar el número de la persona con quien desea comunicar. Este aparato, en Internet, se llama browser — hojeador— y no tiene existencia física: es un programa que se carga en su ordenador, y sólo tiene usted dos opciones serias: Netscape o Internet Explorer de Microsoft; no cabe mucha equivocación, porque ambos son indistinguibles en sus resultados. Una vez «enganchado» a la red por medio del proveedor que elija, el browser, en pantalla, le invitará a que marque la «dirección» de una «página» o web en la que desee entrar. ¿Qué es una página? Es un conjunto de información que alguien — persona física, compañía, organismo, gobierno, ONG, grupo de amigos, etc.— pone a disposición de los usuarios de Internet. Cuando usted entre en una página verá texto, imágenes quietas o en movimiento, incluso sonido. Las hay de todo tipo: personales (una feliz pareja que le invita a admirar con arrobo las fotos de sus hijitos), oficiales (las de Microsoft o IBM, pongamos por caso), gubernamentales, informativas sobre cualquier tema concebible, de puro entretenimiento, claro está que pornográficas (ya hablaremos de ello, porque es tema importante), divinas, humanas, pequeñas, grandes, enormes, inabarcables... La semana que viene veremos cómo orientarnos en semejante caos.
3. BUSCA Y ENCONTRARÁS Ya estamos conectados a Internet por medio de un browser (seguramente Netscape o Microsoft Explorer). ¿Qué es lo que tenemos en la pantalla del ordenador? Casi nada: una interfaz de trabajo, llena de iconos que usted, como usuario de Windows, sabe que se abrirán en menús en cuanto los pinche con el ratón. Sólo que los menús no nos servirán de nada hasta que no estemos conectados a alguna página. Mientras tanto, lo que más llama nuestra atención es un cartelito en blanco, donde está situado el cursor, esperando que escribamos algo. Ahora sí que estamos casi perdidos: volviendo a la comparación con la red telefónica mundial, imagine que hubiera distintos sistemas de marcado (unos con letras, otros con números, unos de siete caracteres y otros de cuarenta y dos), que no hubiera modo de saber qué corresponde a
cada número o dirección, y que además ni siquiera existiese una lista de abonados. Eso es Internet. Un caos. Afortunadamente, existen los «buscadores», resultado del esfuerzo de unas compañías que se han dedicado a explorar todo lo que hay en la red y a indexarlo, de modo que usted pueda encontrar lo que le interesa. Y está, también, la buena voluntad de los proveedores del servicio y de los diseñadores del browser. Si utiliza usted alguno de los proveedores importantes —Servicom, Compuserve, Goya, etc.—, lo más probable es que su página inicial no esté en blanco y que unos cuantos toques de ratón lo conduzcan a algún destino de interés. Si utiliza usted Netscape o Microsoft Explorer (browsers), entrará en Internet por una página inicial que ambas compañías ponen a su servicio, con orientaciones válidas para empezar a desbrozar el camino. Pero, a fin de cuentas, por la vía que sea, casi siempre terminará usted en algún buscador. Un buscador es, en esencia, una página de la Red donde se contiene un enorme catálogo, más o menos ordenado por temas, de todo, o casi todo, o mucho de lo que hay en Internet. Usted escribe una varias palabras que describan lo que le interesa encontrar, y el buscador le facilita una relación de las páginas donde puede encontrarlo. La semana que viene entraremos en algún ejemplo de funcionamiento concreto. Por ahora, si escribe usted alguna de las direcciones del recuadro (pruebe con Olé, si el inglés no es lo suyo) entrará en un buscador por su cuenta y riesgo Experimente. Seguro que le va cogiendo el tranquillo y que descubre cosas interesantísmas. Y, desde luego, estaría muy bien que las compartiese con los demás lectores. Bajo mi firma va mi dirección electrónica. Pruebe usted. En recuadro: Altavista: http://altavista.digital.com Excite Netsearch: http://www.excite.com HotBot: http://www.hotbot.com Lycos: http://www.lycos.com Yahoo: http://www.yahoo.com Netscape Internet Search: http://Home.netscape.com/escapes/internet_search.html WebCrawler: http://www.Webcrawler.com Olé: http://www.olé.es No hay que escribir el nombre del «buscador». Todas las direcciones empiezan con el indicador «http://»
4. HABLANDO EN AMERINDIO
La localización en Internet de algo que nos interese es una tarea relativamente fácil, gracias a la existencia de los buscadores ya varias veces mencionados en esta columna. No obstante, el enorme número de páginas existentes hace imprescindible que nos aprendamos la estrategia de búsqueda. Por ejemplo: si usted quiere averiguar algo sobre el Museo del Prado y se le ocurre escribir « España » en, pongamos por caso, AltaVista Search, obtendrá una abrumadora relación de 100.887 « páginas » donde se contiene la palabra « España », 356.478 con « Spain », 16.151 con « Espagne » y hasta 4.046 con « Espanya », en catalán. El buscador no presenta estas « páginas » por ningún orden concreto. Las dos primeras que nos ofrece la clave « España » son: « Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de España » y « Sociedad Astronómica de España y América (SADEYA) ». La ducentésima, en cambio, es « Fuentes Espirituales del RER - Gran Logia de España (GLE) ». Como usted comprenderá, así no hay modo de encontrar lo que sea que estemos buscando. Hay que estrechar el margen. Para poner un ejemplo vamos a utilizar el que nos ofrece el propia buscador. Supongamos que queremos saber algo sobre las lenguas amerindias. Si indicamos solamente « american indian language » obtendremos un total aproximado de 600.000 « páginas » donde se contienen estas palabras. No sabríamos ni por dónde empezar. ¿Cuál podría ser el paso siguiente? Primero, pedir al buscador que « american indian » sea una frase, es decir que no nos localice páginas donde las dos palabras estén separadas. Para ello las colocamos entre comillas: “american indian”. Luego, también será bueno que abramos la posibilidad de plural, escribiendo language* en vez de « language » (el asterisco hace que se encuentre « language » más cualquier otra letra). ¿Qué ocurre? Hemos reducido el número de páginas a 60.000. Sigue siendo una barbaridad, pero ya podemos navegar algo mejor. Inmediatamente encontraremos toda clase de datos, algunos incluso con sonido (así acabo de aprender cómo se dice « hola » en la lengua ojibwe, propia de los indios de Dakota del Norte: algo parecido a « onint ». Y, sin mucho tardar, caemos en una « página » donde se nos informa de todo lo que hay en la Red sobre la cultura amerindia. (Evidentemente, si ya desde el principio sabemos algo del tema todo nos resultará más fácil: escribiendo « ojibwe » en el buscador desembocaremos de inmediato en toda la información sobre dicho idioma. Lo mismo, o muy parecido, ocurrirá si buscamos « bable », añadiendo « Asturies » y « Asturias » para precisar la localización.) No se asuste usted: con un poco de práctica, acabará encontrando todo lo que le apetezca encontrar. Y, eso sí: haga abundante utilización de las « ayudas » que ofrecen los propios Buscadores.
5. PARA ADENTRARSE EN EL INFIERNO El teléfono es un bicho renegro (de vocación inicial: ahora se disfraza de colores), porque, entre otras cosas, facilita el adulterio. Sin el telégrafo apenas pudo concebirse nunca un golpe de Estado. La imprenta lleva quinientos años difundiendo pérfidos y revoltosos pensamientos por este desmarrido mundo. Todo lo nuevo es malo, muy malo, malísimo. Y lo peor de todo es Internet. Internet sirve para preparar atentados, para que los nazis defiendas sus pintorescas ideas, para pringar de sexo todos los ordenadores del mundo, para que se suiciden 39 miembros de una secta religiosa, para aprender a fabricar cócteles molotov, para organizar minuciosamente la creación, distribución y venta de material pederasta, para que la prostitución empiece a vivir una nueva edad de impuro oro. Es imprescindible establecer no ya la censura, sino la Santa Inquisición que controle Internet, lo limpie de pecado y castigue a los maleantes que por sus páginas pululan. Quizá. Ahora que ya sabemos cómo entrar en Internet y cómo rebuscar en sus contenidos, usted mismo puede comprobarlo: hay de todo. Ni los más acérrimos defensores del sistema podemos negar lo evidente; por ejemplo: que un niño de siete años no tardará ni dos horas en encontrar material pornográfico que arañe sus tiernos ojos. No digo material pornográfico ligero: hablo de fotografías y películas verdaderamente brutales, con imágenes de sadomasoquismo, zoofilia, pederastia o lo que ustedes disgusten mandar. Claro que Internet es malo, pero no tanto como la vida misma, donde el niño, suponiendo que se encontrara en la situación pertinente, podría hacer las cosas, en lugar de limitarse a verlas, y donde las peores ferocidades, públicas y privadas, suceden en directo, sin que nadie las televise ni las meta en Internet. Si usted instala una conexión con la Red de Redes en su ordenador y, tras haber cumplido con los pasos que explicábamos en las columnas anteriores, entre en el Mundo Virtual, tendrá que hacerlo con la cabeza muy atenta. Sólo la cabeza, afortunadamente: no le hacen falta armas para defenderse del mal, porque estará en condiciones de imponerle nada. Sólo vivirá usted lo que quiera vivir. Sus hijos, si los tiene y considera imprescindible protegerlos del Interinfierno, tampoco estarán desasistidos. En primer lugar, puede usted controlar su acceso al ordenador retirando la llave que bloquea el teclado. En segundo lugar, los americanos —tan mirados en eso de la defensa de los valores eternos— han diseñado un montón de utilidades que, bien programadas, impedirán que las cándidas criaturas accedan a la pornografía o a la violencia si no conocen la clave (y no va usted a dársela, claro). Son
piezas de software que pueden cargarse de la propia Red, con lo cual ésta, mire qué cosas, suministra también los medios para purificarla. Vaya usted bien pertrechado.
6. CARACOL ELECTRÓNICO Los interneteros yanquis le suelen llamar snail-mail al correo normal (el de buzón y cartero), para denigrarlo en la comparación con el e-mail. ‘Snail’ significa ‘caracol’ en inglés. ‘E-mail’ es una forma de abreviar ‘electronic mail’, es decir ‘correo electrónico’. No tenemos palabra fácil en castellano para designar este nuevo sistema de comunicación. Es lo malo de haberle hecho tanto caso a Unamuno en su famosa salida de pie de banco: « Que inventen ellos ». Cuando son ellos quienes inventan, son también ellos quienes bautizan. Llamémosle correo electrónico, aunque nos quede un poco premioso de pronunciar y escribir. Qué más nos da. El castellano es un idioma de palabras largas que nunca podrá competir con el inglés, tan monosilábico él, en la creación de neologismos facilitos y recordables. El correo electrónico es una parte importantísima de Internet, una de las más conocidas y más empleadas. De uso casi elemental en su sencillez (siempre que hayamos atinado a configurar bien el servicio, en lo cual tendrá que ayudarle a usted su proveedor, facilitándole instrucciones y datos claros) y de proceso casi instantáneo, nos hallamos ante un artilugio que está haciendo desaparecer el correo caracol de la faz de la tierra. Usted escribe un mensaje y su destinatario neozelandés —pongamos por alejado caso— lo recibe cinco minutos más tarde. Así de simple. Bueno, no tanto. Lo primero que usted necesita para utilizar el correo electrónico es una cuenta con algún proveedor de Internet, la misma que le sirve para acceder a la Red de Redes. Este proveedor le adjudicará una dirección electrónica, que normalmente estará compuesta de dos elementos separados por una @. Lo que queda a la izquierda del signo es su nombre de usuario (el de usted, claro); lo que queda a la derecha es el nombre del proveedor. Así, por poner un ejemplo que me pilla muy a mano, mi dirección electrónica en CompuServe es «
[email protected] », y la que tengo en Canal + —que también hace las veces de proveedor de Internet— es
[email protected]. No se preocupe: estos galimatías tienden a simplificarse, y ya casi todas las direcciones electrónicas se han desembarazado de los numeritos para utilizar el nombre verdadero de usuario o alguna combinación de letras fácilmente recordable. Por otra parte, el sistema de correo electrónico viene siempre acompañado de una « agenda » muy fácil de manejar, a la que se pueden incorporar automáticamente las direcciones de los sucesivos corresponsales. Quiero
decir que no hace falta escribir la pajolera clave cada vez que se envía una carta electrónica a alguien que tenemos en la libreta de direcciones. En la próxima columna veremos para qué sirve de veras el correo electrónico, qué puede contener y, por qué no, cómo se divierte uno mandándoles papelitos a los amigos.
7. UN CALAMBRE DE CORREO Y seguimos con el correo electrónico, también llamado e-mail por los más anglófilos. Lo dicho: por correo electrónico puede usted enviar casi todo lo que previamente haya introducido en su ordenador, es decir cualquier documento preparado con su procesador de textos y todas las fotos o imágenes que tenga digitalizadas, sea porque las escaneó, porque las realizó con algún programa de dibujo o diseño o porque las introdujo en el PC por medio de una cámara fotográfica o un vídeo digital. Por ponerlo más claro: el correo electrónico le permite enviar texto o imágenes a la otra cara del mundo en un plisplás bastante cortito. Sólo que, claro, como cabía esperar, el sistema no es perfecto. En primer lugar, los proveedores de Internet suelen tener días tontos, en que no funcionan o funcionan con una parsimonia muy poco informática. En segundo lugar, y evidentemente, usted no puede enviar cartas electrónicas más que a los usuarios de la Red, que somos varias legiones, pero que aún andamos muy lejos de la mayoría. O sea: como en todo lo relativo a las llamadas autopistas de la información, en realidad estamos hablando de un sistema que va a imponerse sin duda de ningún tipo, pero que aún anda en tacataca y con chichonera. Su dominio será absoluto e indiscutible, aunque sólo cuando todos nuestros conocidos, con las inevitables excepciones de los forofos del pasado, tengan en casa un ordenador y un módem. Lo mismo le ocurrió al teléfono: al principio no servía sino para comunicar con los pioneros de la técnica. La interacción humana por correo electrónico se aparta considerablemente de la epistolar y, desde luego, de la telefónica. Estamos ante un tipo de mensaje nuevo, que tiende a ser corto, que se escribe sabiendo que se va a recibir casi inmediatamente y que nuestro corresponsal va a contestarlo con facilidad y rapidez. Si no me lo toma usted a barbaridad, fíjese lo que le digo: la cosa funciona casi como los recaditos que se hacen pasar los chicos y las chicas en clase, mientras el profesor atiza el rollo. Cuatro palabritas, una contestación redactada a toda prisa. Y es igual de divertido. Yo, por lo menos, me lo estoy pasando muy bien con los mensajes electrónicos que me llegan de los lectores de estos artículos. Son ustedes muy amables. Trato de contestarles a todos de inmediato, pero a estas
alturas no me queda más remedio que pedir perdón, porque se me ha acumulado un poquitín de retraso. A veces hacen ustedes preguntas difíciles de contestar. Haré lo posible, y les garantizo que ninguna recibirá la callada por respuesta. No se frenen, por favor.
8. INTERNET DE TODOS LOS SANTOS Experiencia muy nueva para mí: he recibido tres cartas electrónicas insultándome por el artículo « Para adentrarse en el infierno », aparecido el 13 de abril en estas mismas páginas. Lo nuevo, claro, no está en que me insulten, sino en la vía utilizada. Hay algo en ella que suaviza la relación, haciéndola más íntima. Como no teníamos público, como no estábamos hablando para ninguna galería de espectadores, ni necesitábamos lucir el ingenio o la mala intención, o la abundancia de adrenalina, ninguno de los cuatro ha incurrido en excesos. Ellos me han dicho lo que piensan sobre lo que les ha parecido que yo pienso y yo les he contestado que no comprendo cómo pueden pensar que yo pienso lo que han entendido que pienso, porque mi artículo ni por los forros quería decir semejante disparate. Pero todo sin aspavientos ni asperezas. La cortesía es un acto privado, sin duda alguna. De todas formas, no estará de más que trate aquí, muy en público, el motivo de la querella, porque mis insultadores hurgan en una llaga dolorosa para todos los usuarios de Internet. Según ellos, yo en aquel artículo a) presentaba la Red de Redes como una especie de infierno pornográfico, con señoritas de muslos desplegados en lugar de llamas; b) preconizaba el establecimiento urgente de la Ciber Inquisición. El mundo está lleno de flores, pajaritos y honestas enseñanzas, e Internet también. Pero no es en tales amenidades en lo que está concentrándose la opinión pública, ni cuando mira el mundo, ni cuando mira Internet. La santa opinión pública tiene la vida en muy mala opinión, y piensa que Internet contribuye poderosamente a realzar sus podredumbres: sexo, droga, violencia, maldad, satanismo, desorden, indisciplina, libertinaje, yo qué sé. La prensa, que se siente amenazada por el fenómeno de las nuevas comunicaciones, aprovecha sañudamente cualquier oportunidad para asustar a las buenas gentes. Si dos terroristas se han citado por e-mail para poner una bomba en una esquina, la noticia no será el atentado, sino el hecho de que para cometerlo haya sido imprescindible la colaboración de la Red. A nadie se le ocurriría semejante tergiversación si los malvados se hubieran concertado por teléfono. Internet es el infierno para quienes detestan la libertad. Estoy seguro de que en este momento hay en Estados Unidos cientos de potentes cabezas
quemándose las neuronas para encontrar el modo de controlar la red sin que se les escape un pezón o una desobediencia. Yo, en mi vituperado artículo, me limitaba a manejar el viejo argumento: « Oiga, que en Internet pasa como en la vida misma, que pecar no es obligatorio, que puede usted imponerse o imponer a sus indefensos hijos todas las censuras que le apetezcan —hay varios programas a tal fin destinados—, que no se empeñe en poner puertas al campo. » Nunca es buena estrategia negar lo evidente.
9. EL AÑO DOBLE CERO Si Santa Tecnicia no lo remedia, el año 2000 se trompicarán todos los calendarios de todos los ordenadores del mundo y, dicho en pocas palabras, regresarán todos al 00, como disponiéndose a cronometrar la llegada de los Magos al portal de Belén. Aún falta un trienio, claro, y ni por asomo cabe poner en duda que el problema quedará solucionado antes de que tengamos todos que disfrazarnos de pastorcillos. Más vale que así sea, porque en 2000, según el « Consumer Internet Report » de Jupiter Communications (mire usted en « http://www.nua.ie/ ») sólo en EE UU habrá ya 163 millones de usuarios de Internet, lo que es decir, a ojo de buen pastor contando ovejas, unos 250 millones de interneteros en el mundo. Es mucho, muchísimo, una multitud indomeñable, un país sin territorio, pero poblado por las gentes más ricas (el ingreso medio de un usuario norteamericano se calcula en 50.000 dólares al año) y, seguramente, mejor enseñadas de la Tierra; una Fuerza. ¿Para hacer qué? Fundamentalmente, para gastar dinero, por el momento. Las grandes compañías suministradoras de tarjetas de crédito están alcanzando ya fabulosas cifras de negocio en sus actividades dentro de la red. Se espera que el montante se multiplique por tres o por cuatro cada año que pase. Estamos hablando de miles de millones de dólares que cambian de cuenta corriente a fantástica velocidad cibernáutica. Muchas actividades tradicionales de distribución van a verse seriamente amenazadas por la venta en Internet (si no son ellas mismas las que se adaptan al medio). Ahora mismo, Amazon Books (« http://www.amazon.com/ ») es ya la más importante librería del planeta, con un almacén de dos millones y medio de títulos y con capacidad de envío a todos los países del mundo en un plazo razonablemente corto. Y no hay modo alguno en que este fenómeno pueda controlarse, a no ser que volvamos a las restricciones aduaneras de antaño. Ya comprendo que los ciberespíritus puros van a enfadárseme, pero el caso resulta poco refutable: la Red es money en cantidades macizas, es un auténtico replanteamiento del comercio mundial, y ya está generando imponentes millonarios.
Lo otro, la interacción humana entre las gentes buenas de Internet, el flujo de información, el empleo de sus medios para el honrado trabajo, está muy bien, pero es precisamente el cebo que nos han puesto. Mientras nosotros nos entretenemos buscando datos o jeribeques más o menos vitales para nuestro trabajo o nuestra formación o nuestro ocio, ellos nos venden cosa tras cosa. ¿Dice usted que no, que usted no compra nada? Compra el acceso al servidor, por lo menos. Y le paga una tremenda cantidad de minutos a la Compañía Telefónica. Aunque lo de ahora no es nada comparado con lo que pagará en el año Doble Cero.
10. COMPRE SU PARCELITA Si seguimos así, estos artículos van a convertirse en la antesala de un consultorio privado: estoy recibiendo cuatro o cinco cartas-e diarias, casi todas ellas con preguntas, algunas muy difíciles de contestar. Me parece, queridos corresponsales, que nos convendría poner nuestros ordenatas en corro, agarraditos de sus enchufes, y sentarnos un poco a reflexionar. Aquí no tenemos sitio para las cuestiones técnicas más sesudas, ni quien firma es la persona adecuada para despejarlas. Maestros tiene la Santa Informática. Aquí estamos para charlar con todos los lectores de El Semanal, a quienes, en la mayor parte de los casos, no debemos suponerles ni siquiera un leve esbozo de conocimiento del tema. Están oyendo hablar de él, eso es todo. De ahí que hayamos empezado, desde el principio, muy lentamente, explicando incluso los aspectos más obvios del fenómeno Internet. De ahí que tratemos cuestiones de interés general, intentando meternos en la cabeza de nuestros amigos no interneteros y ver qué datos pueden necesitar para hacerse una idea. Los que ya saben tienen sus fuentes: libros y revistas especializadas. Diré más: incluso los que menos saben —una vez tomada la decisión de adentrarse en la floresta casi encantada de ftp, Archie, whois, pings, gophers, Usenet, talks, finger, Telnet, Netfind— lo mejor que pueden hacer es arrojarse en los espesos brazos de los mencionados libros y revistas. No se necesita saber inglés: las obras más importantes están traducidas —o escritas— por españoles y nuestras revistas han experimentado en los últimos tiempos un tremendo subidón (hasta en la pura y simple redacción de los textos). Como ya dije en uno de mis primeros artículos de El Semanal, dentro de cuatro o cinco años para navegar por Internet harán falta tantos conocimientos técnicos como para zascandilear por los diversos programas de televisión con ayuda de un mando a distancia: ninguno. Pero ahora mismo, qué quieren ustedes que les diga: hay que estudiarse un poco el tema.
Entiéndanme bien: me encanta ayudar y me encanta echar parrafadas electrónicas con los amigos de El Semanal. Ni se les ocurra dejar de escribirme. Es una actividad paralela que me compensa todo el esfuerzo, porque aprendo a gigabites con lo que ustedes me enseñan, y hago amigos encantadores. Pasa, sin embargo, que me disgusta la idea de defraudar a alguien: yo no puedo dar cursillos de informática, ni orientar en todos los vericuetos de Internet. Yo soy una especie de promotor. Lo que quiero es venderles la burra a quienes aún no la han comprado. Contarles lo bien que se lo pueden pasar y cuánto les va a ayudar la Red en su trabajo y en sus aficiones. Colocarles una parcelita en Internet, para su propio bien y el de sus descendientes.
11. VEO-VEO (Y ESCUCHO) No sé. A lo mejor yo soy un individuo demasiado maquinal, de los que se alegraron cuando « Deep Blue » le ganó a Gaspárov, o de los que detestan las odas baratas al espíritu del hombre (las raíces de mi actitud, en ambos casos, son demasiado largas para exponerlas aquí; por desgracia). El caso es que no creo que el ordenador vaya a funcionar en contra de la comunicación humana, encerrándonos a todos en despachos inhóspitos y apartándonos del contacto con nuestros semejantes. Lo que estoy viendo es lo contrario: el ordenador genera un nuevo tipo de comunicación, tan cálida y tan afectiva como la de siempre, sólo que más rica en posibilidades, más amplia, e incluso menos rutinaria o más creativa. En este momento, ahora mismo —ya— se está produciendo dentro de Internet una revolución en las comunicaciones. Durante varios años hemos estado limitados al correo electrónico y la charla escrita. Del correo electrónico ya hemos hablado. La charla escrita se llama IRC (Internet Relay Chat) en la lengua franca de los ordenadores y es un sistema por el que dos o más personas —cada una de ellas, quizá, en un sitio distinto— coinciden en una especie de pizarra común (es decir: que aparece al mismo tiempo en las pantallas de cada uno de los participantes), donde todos van escribiendo lo que más les mola. Así podemos comunicar con un/a señor/a de Alaska y otro/a de Nueva Zelanda, a la vez, sin cortapisas ni excesivo gasto, porque la conexión nos cuesta solamente la tarifa telefónica local más lo que paguemos al suministrador de Internet. Para qué fin utilicemos este procedimiento de contacto humano es cuestión personal. No niego que abundan el coqueteo, el ligue y el sexo, pero nadie me niegue —tampoco— que en este momento la Red rebosa « foros » o grupos de discusión sobre cualquier tema concebible e inconcebible, muchos de ellos con un nivel de datos y lucubración verdaderamente alto. Cierto que el contacto entre los contertulianos no es físico, no nos vemos, no nos tocamos, pero no por ello
resulta menos intenso ni menos gratificante. Y, además, siempre cabe la posibilidad de quedar en Honolulu a tomar unas copas. Hay quien lo hace. Bien. Ahora, casi de pronto, las posibilidades de comunicación se han expandido de un modo encantador. Estamos en mantillas aún, pero ya es posible hablar con la gente y hasta verse en pantalla. La sensación de hablar con una persona que se encuentra a miles de kilómetros y estar viendo cómo enciende un cigarrillo o se bebe un trago de lo que sea resulta verdaderamente extraordinaria y crea una adicción insuperable… En fin: la semana que viene entraremos en todo el detalle que nos permite esta pequeña sección. Por el momento, puede usted ir pensando en instalar sonido en su ordenador, si no lo tiene ya, y en comprarse una cámara digital, también llamada « bolita » ☺.
12. MÁS PALIQUE ¿Tiene usted ya todo lo que debe tener un homo sapiens hoy en día? Es decir, recapitulemos: un ordenador musculoso, memorión y con un disco duro enorme (vamos a no fijar los mínimos para no desmoralizarnos casi todos); un módem fulminante, unos altavoces, un micrófono… Con todo esto, que cada semana resulta más barato, podrá usted: — Comunicar por escrito, en modo carta electrónica o charla directa, con cualquier usuario de Internet situado en cualquier lugar del mundo. — Comunicar de palabra hablada con cualquier usuario de Internet situado en cualquier lugar del mundo. — Comunicar de palabra hablada o escrita y con imagen con cualquier usuario de Internet situado en cualquier lugar del mundo. Comunicar, en este caso, quiere decir también enviar y recibir todo lo que usted y su contertulio o contertulios hayan metido antes en el ordenador: imagen, texto, archivos de datos, agendas, programas… Es conveniente no olvidar en ningún momento que estas posibilidades están muy lejos de haber alcanzado nada parecido a la perfección; pero están aquí ya, y conviene irlas explorando. Debería ser posible que pusiera usted en práctica todas estas maravillas con un solo programa (alguno hay que lo intenta ya: véase más adelante), y será posible dentro de muy poco, pero en este momento lo cierto es que tiene usted que llenar su disco duro de aplicaciones. Necesitamos: — Para comunicar por escrito en charla directa (yo escribo, tú me contestas), un programa como, por ejemplo, el mIRC, que anda por su versión 5 y que funciona cada vez mejor —aunque no se maneja fácilmente por intuición; le conviene a usted estudiar el asunto antes de embarcarse). Se puede bajar, por ejemplo, de Tucows (http://tucows.cableinet.net/). Puede decirse que para particulares es gratis.
— Para comunicar hablando a su micrófono y escuchando las respuestas por los altavoces o los auriculares necesita usted alguno de los muchos programas que a este efecto se distribuyen: yo utilizo varios y todos funcionan bien (a los niveles actuales), pero no suelen ser compatibles entre sí. Esto es: usted puede hablar por WebPhone con otros usuarios de WebPhone, pero no con los de ChowChow. Grave problema, que el tiempo solucionará. También se pueden bajar programas de este tipo desde Tucows. — Para comunicar viéndose las caras y oyéndose las cristalinas voces también hay diversas posibilidades, entre las que destaca —creo yo— por su facilidad de manejo y por tener una versión gratuita y sencilla, el llamado Cu-Seeme, que se puede bajar de http://www.cuseeme.com/cuseeme.html. Y, para terminar por hoy, está el magno intento de abarcarlo todo que tiene en marcha —quién iba a ser— míster Bill Gates. Se llama NetMeeting y puede bajarse gratuitamente de la página de Microsoft (hay versión española). La semana que viene abundaremos en estos temas.
13. ESCRIBIENDO SE ENTIENDE LA GENTE El contacto por escrito entre dos o más navegantes viene funcionando desde los albores de la Red y, a estas alturas, con todos los adelantos que nos han llovido encima, sigue siendo el más utilizado. Básicamente, todo consiste en que yo escribo algo, usted lo lee, usted me contesta, yo le contesto a la contestación, etc., todo ello en unas pizarritas que se abren en pantalla. Para que la cosa funcione ha de existir una conexión entre usted y yo: de ello se ocupan los muy diversos programas de « talk », de « ytalk » y de « internet relay chat » (IRC) que tenemos a nuestro alcance. De los dos primeros tipos podemos olvidarnos aquí, porque están incorporados al IRC y andan en considerable desuso (salvo, claro está, entre los más tradicionales y puristas, que ya han crecido en Internet, como sucede en todas las comunidades). El IRC es invento de un finlandés, Jarkko Oikarinen, que lo puso en marcha en 1988. En pocas palabras, lo que necesitamos es un programa cliente (por ejemplo el mIRC 5 de que hablábamos la semana pasada) que nos conecte con un servidor IRC. De estos hay muchísimos, y la propia aplicación trae ya unos cuantos preparados para conectar (más de 300 incluye el mIRC 5). Las direcciones son esotéricas e imposibles de recordar, pero tampoco nos importa mucho, porque una vez introducido un servidor en los parámetros del programa, las siguientes conexiones serán automáticas. Ejemplo de dirección: academ02.mor.itesm.mx (la Red Latina
de México, Morelos). En http://www.ole.es/Paginas/Internet/IRC,_Chat,_ encontrará usted direcciones de grupos de charla españoles. Una vez dentro de un servidor, lo primero que hay que hacer es pedir que nos « listen » los canales disponibles, es decir los grupos de charla que en ese momento hay en marcha. Al principio le parecerán muchísimos — son muchísimos—, pero no tardará en aprender a elegir. Hay que ir tanteando, hasta encontrar una panda de contertulios que nos interese, o por el nombre o por el contenido que (a veces) anuncia. Luego, una vez metido en una conversación colectiva, también se puede pasar a la privada con una sola persona (estableciendo un tipo de contacto que, antes del invento de Jarkko Oikarinen, sólo se podía efectuar por talk o ytalk). El IRC funciona por medio de una serie de órdenes que serían muy complicadas de dar si la interfaz que ofrecen los programas de conexión no nos las facilitaran por medio de iconos. En realidad, todo resulta mucho más sencillo de lo que parece. En cuestión de minutos puede usted estar charlando con alguien. Hágase un amigo en cada esquina. DIRECCIONES DE INTERÉS: Para cargar mIRC: http://mirc.stealth.net/ Están disponibles las últimas versiones del programa, los añadidos más necesarios o cómodos, mucha información sobre recursos IRC de la red. También en Tucows: http://www.tucows.com/ —donde encontrará usted una enorme variedad de aplicaciones para Internet, muchas de ellas gratuitas. En Paloma Barra (http://www.encomix.es/users/pbarra/), entre otros varios sitios, encontrará usted canales españoles, y también información interesante sobre IRC. La sonrisa que le ofrece la dueña puede saltársela.
14. ENCUENTROS EN LA RED
La charla de viva voz con otros usuarios de Internet no nos impresiona mucho ni por su eficacia, ni por la calidad del sonido. De hecho, no se nos ofrece nada que los viejos radioaficionados de toda la vida no lleven disfrutando desde hace decenios, salvo quizá una mayor precisión a la hora de localizar interlocutores. Es más barato que el teléfono para hablar con otros países. Eso sí. Corríjanme ustedes si me equivoco, pero estoy en la idea de que no teniendo un novio o novia en las antípodas no nos vale la pena instalar en el ordenador ninguno de los múltiples programas para conexión vía audio, sobre todo si pensamos que la posibilidad de hablar viene incluida en muchas aplicaciones para imagen. De todas formas, por si les sobreviene a ustedes la afición, en el cuadro de direcciones incluyo algún que otro programa, con la URL desde la cual es posible descargarlo. Lo que se está intentando en este momento es integrar todas las facetas de la comunicación en un solo cliente. Y, como cabía esperar, el intento más ambicioso en este ámbito es el NetMeeting de Microsoft. (Ambicioso,
entiéndame usted, no sólo en el sentido técnico: lo que pretende Bill Gates es quedarse con todo, absolutamente todo lo que se mueva en la red. A qué vamos a andarnos con gazmoñerías: es una ambición natural y hasta noble en la cabeza de un empresario. A la competencia toca impedir que se cumpla. Y todos saldremos ganando si lo consigue.) NetMeeting es un sistema de comunicación que emite y recibe tanto la señal sonora como la visual, y viene ya preparado para sacar provecho del nuevo procesador MMX (ya sabe: el que estamos deseando comprarnos y no nos vamos a comprar de momento, porque todavía no hemos terminado de pagar el Pentium). El cacharrito tiene sus gracias, la principal de las cuales está en el precio de venta al público de 0,0 pesetas. Luego: podemos trabajar juntos en un mismo programa con otro u otros usuarios, enviar archivos, comunicar en modo chat escrito (con ventana de diálogo), compartir una pizarra (de modo que podemos trazar un dibujo a cuatro manos tan ricamente)… Es un buen programa. Grandón, algo torpe, bastante caprichoso, imprevisible, lento. Unos días va bien y otros, sencillamente, no acaba de conectar. No estoy enamorado de NetMeeting, pero creo que nos conviene acostumbrarnos a él, porque acabarán redondeándolo. Un detalle a señalar es la abundante presencia de netmitineros españoles y de habla hispana en varias de las « conferencias ». Y una curiosidad: la cámara no está muy extendida entre los usuarios españoles, que se apañan casi todos con la mera voz. DIRECCIONES: NetMeeting se puede cargar en la página de Microsoft España: http://www.microsoft.com/spain/ie/download/. No se confunda: la posibilidad se ofrece debajo de « Descargue usted el producto que desea », en cada uno de los sistemas operativos. Aplicaciones para telefonía: INTERNET PHONE 4.5: http://www.vocaltec.com. Es el más popular. Un añadido le permite trabajar también con imagen en blanco y negro y color. Vale algo menos de 50 dólares. POWPOW: http://www.tribal.com/powwow/download/32a1default.htm. Gratuito. Muy popular. Está en la versión 3.2. Ofrece la ventaja de que tiene un sistema para localizar a otros usuarios que estén en línea.
15. E HÍZOSE LA IMAGEN Llevaba yo más de dos años de charleta no ya amistosa, sino incluso íntima, con NoName (respeto su afán de anonimato no comunicándoles a ustedes
su verdadero nombre), en las palestras de CompuServe y, sobre todo, en WorldsAway —cada uno con su muñequito-avatar—, cuando empezamos a perder contacto por difusas razones. Cada vez que tratábamos la cuestión del alejamiento, ella me insistía en el mismo consejo: « Cómprate una QuickCam ». No le hice caso. Sigo sin hacerle caso, porque a uno no le sobra el dinero para goyerías. Hace cuatro o cinco semanas, no obstante, NoName tuvo un arranque de generosidad y me envió un programilla que yo no conocía, el llamado ICQ de Mirabilis, que de inmediato instalé. Bueno, es un invento muy majo. ICQ nos permite saber si nuestros amigos (previamente incluidos en una lista, claro, porque no funciona por magia) están en línea y, por consiguiente, si podemos entrar en contacto con ellos. Si eso fuera todo, ya valdría la pena tenerlo instalado, por el ahorro de pesquisas que supone. Pero es que ICQ tiene también sus propias conexiones de mensajes, charlas, envío de archivos en tiempo real (puede usted hacer llegar una foto, por ejemplo, mientras habla con la persona que la recibe), paginador, etc., además de ofrecer siempre la posibilidad de utilizar directamente otras aplicaciones. Se lo recomiendo a ustedes con verdadero entusiasmo. (Si me quieren añadir a su lista, mi UIN —cuando estén dentro entenderán de qué se trata— es 1031144.) El caso es que por el ICQ reafirmé mis relaciones con NoName y que ella, una noche, volvió a insistir en lo de la cámara digital. Le dije, como siempre, que yo era un poeta pobre y que no tenía dineros que distraer en caprichoseríos cibernéticos. Entonces decidió fascinarme, la muy ladina, y, mientras seguíamos parloteando, me hizo llegar otro programa gratuito que yo no tenía instalado, aunque conocía bien: el CU-SeeMe de la universidad de Cornell. En cuanto lo monté —en un periquete—, NoName me ordenó que lo activase y que esperara un momento. A los pocos segundos, en un recuadrito, apareció en mi pantalla una chica muy sonriente que me saludaba con la mano y me ofrecía un cigarrillo. Tengan ustedes en cuenta que cuando yo nací aún no se habían inventado los transistores, de modo que… Me quedé alelado. No funciona maravillosamente, hay violentos saltos entre fotograma y fotograma, la definición no es ninguna maravilla; pero el hecho de ver a una persona que está tranquilamente repantigada [[[OJO: NO ES ERRATA: REPANTIGADA]]] en el sofá de su casa, en camiseta y vaqueros, con el portátil en el regazo, a mil y pico kilómetros de distancia, constituye una experiencia abracadabrante. Los que ya tienen cámara son unos elitistas y no les gusta dejarse ver por los fisgones unilaterales como yo, ni nos permiten acceder a sus « reflectores » (ya hablaremos de ellos, la semana próxima). Pero el futuro
nunca ha habido quien lo pare, de modo que pronto nos veremos las caras. Todos. DIRECCIONES EN RECUADRO: ICQ se puede cargar en http://www.mirabilis.com. CU-SeeMe se ofrece en http://www.cornell.edu. Ambos programas son gratuitos. Tomen nota, por favor, de mi nueva dirección electrónica.
16. (PARÉNTESIS) Desde que iniciamos estos artículos, hace ya más de seis meses, llevo ateniéndome al intento de desplegar más o menos sistemáticamente las innumerables varillas del abanico Internet. Hemos renunciado, de entrada, a la profundidad y la erudición, que el lector debe buscar —cuando las necesite o le apetezcan— en las publicaciones ad hoc. Aquí estamos, más que nada, para convencernos todos de que la Red no es un misterio, ni un círculo esotérico cuyo entresijo de tecnicidades sólo pueden desentrañar los iniciados. Las puertas están cada vez más abiertas, y por ellas se añaden a la multitud de los interneteros unos cuantos miles de personas diarias. Dicen que ya somos un millón, sólo en España. Hemos silenciado, también, la historia del fenómeno. Quienes llevamos en estos unos años hemos asistido al triunfo arrogante y avasallador de la Triple W, de la World Wide Web, que hoy en día se confunde e identifica con la Red en su totalidad. Los más románticos, que no son pocos (a juzgar por cuánto me escriben lamentándose), siguen aferrados a Telnet, Finger, lectores de noticias trn, lectores de noticias tin, ftp, Archie, Gopher, Veronica, Jughead y clientes wais. Todas estas viejas maravillas, que en su momento nos enamoraron, están ahora incrustadas en la WWW y ni siquiera las percibimos. Son historia asumida. Digo todo lo anterior porque este artículo es un paréntesis en la norma, una especie de descansillo virtual donde sentarnos un segundo a reflexionar. Me gustaría que los lectores menos avezados, los que están agolpándose a la entrada de Internet sin saber muy bien dónde se meten, comprendieran que son exploradores y que, como tales, tarde a temprano van a encontrarse en tierras desconocidas donde sólo su inspiración e intrepidez podrán ayudarles. Antes de que la Red se convierta en algo tan anodino como la televisión o el teléfono —tan trillado, tan manejable, tan previsible—, nos quedan unas pocas temporadas de aventura. Láncense ustedes. No se queden encerrados en el correo electrónico y los charladores más elementales. Busquen no sólo lo que les interesa, sino también lo que
puede interesarles, a ver qué es. Sorpréndanse. La oferta de sorpresas que nos tiende la Red es tan enorme, que difícilmente saldremos de una hora de excursión por sus mallas sin haber recibido alguna grata recompensa. Utilicen a fondo los buscadores, incluidos Olé u Ozú (da un poco de vergüenza propia y ajena, pero así se llaman dos de los principales buscadores patrios), confíen en el azar. A fin de cuentas, una de las buenísimas cosas de Internet está en su carácter inocuo: puede enfadarnos o frustrarnos o hacernos perder el tiempo —eso sí—, pero es imposible que nos cause ningún mal serio. Somos aventureros con garantía de no sufrir un rasguño. ozú: http://www.ozu.com olé: http://www.ole.es/ Y métanse en un mundo verdaderamente tumultuario, donde difícil será que no descubran cosas fascinantes, si gastan paciencia en ello y no se asustan ante el inglés por poco que lo hablen (hay cientos de cosas en español): http://www.geocities.com). Una propina: si andan ustedes a la caza de un buen proveedor, no les vendrá mal una cacería por http://www.areas.net/dp (Dios proveerá).
17. ABUELITA CIBERNÉTICA En largo email, « Abuelita cibernética » me regaña —con la dulzura propia de su cargo familiar— por haber escrito en esta columna que « los que ya tienen cámara son unos elitistas y no les gusta dejarse ver por los fisgones unilaterales como yo, ni nos permiten acceder a sus “reflectores” ». Ella utiliza la suya para mantenerse en cálido contacto casi diario con sus nietos de Nueva York. En este mundo hay más excepciones que reglas, pero no tengo más remedio que insistir en lo apuntado: para participar plenamente en los recios o suaves placeres de la videoconferencia hay que tener una camarita. Son aparatejos cuya cotización va bajando en picado. Dentro de nada andarán por las diez mil pesetas. A lo mejor incluso andan ya por las diez mil pesetas, en alguna tienda bondadosa. Se conectan al ordenata, se instalan con la facilidad de costumbre (es decir: nos desesperan durante media hora y, cuando ya estamos a punto de renunciar para siempre a su uso, empiezan a funcionar como por milagro), y nos abren un desbocado apetito de encontrar a alguien con quien intercambiar la propia imagen. No sirven para nada más, desde luego. Pero no es poco el partido que les saca nuestra « Abuelita electrónica », ni será escaso el que de ellas obtengan los enamorados escindidos por la distancia, ni dejan de tener su utilidad dentro de las empresas. La reina de todas ellas, en el mercado, es la
QuickCam, una especie de bolita que se sitúa donde a uno le apetece y el cable permite —aunque ahora le surge fuerte competencia de la marca Kodak. No sé si recomendarles a ustedes que se gasten la pasta en comprar la versión en color, mucho más cara. Estos adminículos son juguetes primitivos. Yo creo que por el momento es mejor refrenar los impulsos consumistas. Cosa de acostumbrarse al futuro sin gastar demasiado. Naturalmente, con las bolitas podemos comunicar de persona a persona. En tal caso, allá cada cual con sus usos privados. Pero también tenemos la posibilidad de entrar en algún « reflector », que es como se llaman los clubes organizados donde se reúnen a charlar « cara a cara » los dueños de cámaras. Algunos de ellos inclusos toleran « lurkers », fisgones agazapados que ven y oyen sin intervenir. En general, son bastante aburridos y caóticos, aunque todos ofrezcan alguna curiosidad. Recomendación: cotilleen ustedes un poco por los reflectores antes de comprarse la cámara, y entérense de todo lo que haya que averiguar. O yo ando un poco débil de neuronas, o estamos ante una inversión que sólo compensa cuando se tiene acceso a una buena peña o cuando le apetece a uno mucho la contemplación de rostros queridos y distantes. En recuadro encontrarán ustedes unos cuantos datos de interés. El sistema de videoconferencia más utilizado (no quizá el mejor, pero siempre ganan los más utillizados) es Cu-Seeme, que se puede cargar en: http://cu-seeme.cornell.edu/PC.CU-SeMeCurrent.html Una enorme información sobre el programa se encuentra en The Cu-SeeMe Cool Site (descarga, conversador para encontrar otros usuarios, mejores sitios, reflectores): The Cu-Seeme page http://www.rocketcharged.com/cu-seeme/ En cualquiera de los enclaves de Tuvows hay otras opciones. Propina al margen: prueben ustedes http://www.pccomputing.com. Encontrarán de todo.
18. EL TERROR DE LA RED Oh sí: la primera « maldición » de la Red es el inglés. La segunda, la pereza. Los lectores que más me escriben son gente de honrada sencillez informática, sin pretensiones técnicas, nada tendente —por lo común— al alarde técnico. Se conforman con sus chateos, sus electrocartas, alguna que otra incursión en mundos virtuales; en general, con la comunicación y el ocio.
Casi todos los días recibo varias cartas, o establezco algún contacto por ICQ (un batallón de lectores ha seguido mi consejo y se ha montado el programilla de Mirabilis), y casi todos los días me llega alguna muestra de las mismas actitudes. Primera: « Oiga, qué hago, no sé inglés ». Segunda: « Oiga, acabo de instalar tal o cual programa, explíqueme usted cómo funciona ». Si no sabe usted inglés, como el Vito Manué del poema de Nicolás Guillén, mal asunto, con mal remedio. Mire: si piensa usted llevar una vida activa en este planeta durante treinta o cuarenta años más —en otras palabras: si es usted joven—, la inversión va a valerle la pena. El grado de dominio del inglés en las comunicaciones internacionales no sólo no va a aflojar, sino que tenderá a robustecerse en los próximos años. Siguiendo sin duda el consejo de Unamuno, son ellos, los anglos, quienes inventan, son ellos la única verdadera cultura de creación que existe en el planeta. Los demás vivimos en culturas de recepción y tenemos que traducir. Es verdad que las grandes casas informáticas cada vez nos ofrecen, generosas, más versiones en español de sus programas; pero no es menos cierto que en cuanto empiece usted a utilizar las herramientas a fondo va a encontrarse en un entorno de habla inglesa. Estudie. Aprenda, por lo menos, a leer en inglés. Verá cómo le cambia la vida. La segunda gran « maldición » de Internet es la pereza, que también podríamos denominar « señoritismo ». El usuario instala su nuevo programa (mejor dicho: el usuario hace doble clic en un icono y el programa se instala él solito), lo pone en marcha, se queda un rato mirando la interfaz y decide que no entiende nada, que se lo explique alguien. Señores, así no puede ser. Hay que molestarse un poco. Abrir los menús, picar por aquí y por allá con el ratón, ver qué pasa cuando se abre tal o cual posibilidad. Probando y sufriendo hemos aprendido todos, porque las instrucciones suelen estar redactadas por crueles especialistas sin barrunto de espíritu divulgador, cuando no vienen en japanglés o espanglis, los idiomas más impenetrables que la raza humana ha concebido. Pruebe usted, y sufra. Botón izquierdo, botón derecho; un clic, dos clics; este menú, aquel menú. Al cabo de un par de días estará funcionándole todo. Y se pasa muy bien. Algunas direcciones enviadas por los lectores (suprimo http:// en todas ellas): Editorial Cibertextos: www.bitniks.es Centro Cultural La Beneficencia: www.cbcp.com/benefic Casa Museo de Blasco Ibáñez: www.cbcp.com/VBI Muchísima información: www.redestb.es/personal/cucufata Alphaworld: www.worlds.net/alphaworld Mundo Enteógeno: www.geocities.com/HotSprings/2938/index.htm
Huerta de Rey: www.mol.es/kiosco/huertaderey Virginia Gasull: http://www.geocities.com/Area51/9294/
19. JUGUETE CARÍSIMO La Gran Telaraña de la Triple W va derivando irremisiblemente hacia el multimedia. Todo cabe: sonido, imagen, telefonía, televisión, radio. Lo que empezó por un sistema de sencilla escritura se está convirtiendo en una pantalla donde confluyen todas las posibilidades técnicas de la comunicación humana. Estamos tan fascinados ante la metamorfosis, que ni siquiera nos importa que casi nada funciones, o que casi nada funcione de un modo comparable con el nivel que cada medio alcanza fuera de la Red. Hay radio por Internet, pero se oye —aunque nos juren lo contrario— peor que un transistor barato. Hay televisión por Internet, pero se ve en una pantallita insignificante, donde todo se mueve a sacudidas y donde cualquier coincidencia entre la voz y el movimiento de los labios es fruto del azar. Existe la posibilidad de hablar como por teléfono, pero con una calidad de audición que no le toleraríamos ni a Telefónica. Y bueno, sí, las páginas de la Web rebosan de riquezas gráficas, pero —en la vida real, para los usuarios que funcionan por medio de un módem—, la lentitud de carga hace verdaderamente desesperante su visualización... Si alguien me acusa de estar exagerando, será porque tiene acceso a posibilidades y equipos fuera del alcance de los interneteros peatones. Los navegantes actuales somos unos pioneros y debemos contentarnos con las facilidades primitivas que nos brinda el sistema. Ante lo cual no habría nada que decir —porque, aun en su rudimentaria fase actual de desarrollo, la Red sigue siendo el juguete más fascinante jamás inventado—, si no fuera por lo que nos cuesta. La pantalla, las lucecitas del módem, los altavoces, el micro, contribuyen a que olvidemos con demasiada frecuencia la brutal realidad: por debajo de todo ello está el teléfono; y la no menos brutal factura nos lo recuerda cada dos meses. A lo mejor no es así, pero muchísimos interneteros vivimos en la sensación de que Telefónica nos expolia. No me refiero solamente al hecho (muy aireado últimamente en las revistas informáticas) de que, siguiendo turbios criterios, nos cobre los enlaces fallidos, que por sí solos pueden añadir muy buenas pesetas a cada factura. Lo peor es que las cuentas no salen, por más dedos que les eche uno: según mi última factura, y aplicando la aritmética elemental, yo me he pasado una media de cinco horas diarias al teléfono durante los últimos dos meses. Y no es así. Ni siquiera estoy tanto tiempo despierto en casa. En el futuro, la comunicación telefónica tendrá que hacerse prácticamente gratuita para que alcancen su óptimo las posibilidades de la
Red (la tele, la radio, el teléfono, la comunicación permanente con los centros de noticias). De otro modo, nunca habrá suficientes usuarios que sostengan el tinglado. Y el juguete será sólo para los ricos.
20. NOTICIAS ARRACIMADAS Hasta ahora no hemos hablado de los «grupos de noticias» o «Newsgroups», otra de las posibilidades tremendas e imposibles de organizar o controlar que nos ofrece la Red. En realidad, creo que se trata de un sistema en vías de extinción, de escaso interés para nuevos usuarios. (Matizo: voy sabiendo, a costa de las cartas que ustedes me envían, que el nuevo usuario se distingue del más veterano sobre todo porque entra en la Red sin la más leve intención de esforzarse en aprender. Quiere —y tiene razón, qué diablos— que las aplicaciones funcionen perfectamente por sí mismas, que sean ellas las que hagan todo el esfuerzo. Y la verdad es que la mayor parte del software actual está orientado a cumplir con tal requisito.) Los grupos de noticias provienen de los tiempos más heroicos de la Red, cuando todos los interneteros eran aspirantes a expertos y se pasaban las horas aprendiendo cosas e intercambiando información: una gozada para eruditos esotéricos, que se ha perdido ya. En lo esencial, cada grupo es un « tablón de anuncios » temático, donde usted puede dejar un mensaje, tanto para simple información de los demás usuarios como para cambiar datos u opiniones sobre alguna cuestión. Hay miles y miles de grupos, sobre casi todos los temas imaginables e inimaginables. El acceso es libre y, por lo general, nadie controla lo que usted dice o deja de decir, de modo que — evidentemente— éste es uno de los campos donde más posibilidades hay de toparse con sorpresas de gran calibre o información difícil de obtener en las páginas de la Web. Por esta vía pudieron funcionar (y puede que aún funcionen) los negocios de pornografía infantil, pederastia, trata de blancas, etc., que tan torva reputación han dado a la Red. Los grupos de noticias son un caos incontrolable, donde no hay modo humano de ejercer ningún control ni ninguna censura. Lo cual es bueno casi siempre, pero da lugar — como la vida misma, no me cansaré de repetirlo— al buen medrar de los malvados. Casi todos los proveedores de Internet están conectados a un servidor de noticias, y usted mismo tiene uno, aunque quizá no lo sepa. Le bastará con configurar la opción « Newsgroups » o « Noticias » en su Netscape o en su Explorer, siguiendo las indicaciones que le dé su proveedor (está obligado a dárselas, se ponga como se ponga). Luego, cuando entre, el sistema le ofrecerá una lista de grupos, inmensa, y usted podrá elegir a cuáles quiere suscribirse. Tendrá que pasarse un buen rato mirando, porque los nombres
son a veces poco indicativos, y otras veces resultan de un explícito que no deja campo a la más pequeña duda (¿de qué puede ir alt.sex.masturbation, por ejemplo?). Los que empiezan por « es. » son españoles. No hay demasiados ni están muy vivos, pero vale la pena echarles un vistazo. Si están ustedes interesados, ni lo duden: beban toda la sabiduría « News » en http://usuarios.bitmailer.com/miguelc/news/NewsFAQ.txt, « Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar sobre las “News” ». No deja nada por resolver. Buena ayuda para encontrar lo que busquen les espera en Deja News, The Source for Internet Newsgroups, http://www.dejanews.com. No es perfecto, pero ¡qué esfuerzo han hecho!
21. EL LADO SALVAJE Bueno, pues tendré que hablar de la pornografía. Ya saben ustedes: la Gran Culpa de Internet, según esos Medios siempre dispuestos a salvar nuestras almas y nuestros cuerpos de la corrupción y el pecado. Antes de la Red, la pornografía estaba metidita en su sus reservas para réprobos y no ponía en peligro la salud moral de los santos ciudadanos. Ahora, cualquiera puede pervertirse, por cuatro perras y sin esfuerzo especial. Un horror. La verdad, yo creo que mienten, como de costumbre. Internet da un miedo espantoso a ciertos Poderes, porque abre caminos hacia la libertad de comunicación entre los humanos del mundo entero, y eso no está bien, eso hace que no puedan controlarse con la eficacia de siempre los pensamientos y la ética del personal. Quienes mandan siempre desean que sus súbditos sean homogéneos, dóciles y sólidos como un berrocal en sus principios tribales (quiero decir nacionales). La Red puede sembrar la diversidad, la duda, las preguntas, la busca de soluciones ante el problema imposible… Etcétera. Internet es muy mala para la propaganda, la manipulación, la aduana mental. O sea: ya encontrarán el modo de domeñarla. Seguro. No se apuesten ustedes una peseta. Una de las mejores excusas para justificar la eliminación de la libertad dentro de Internet es la pornografía. Pobrecilla. Miren ustedes: en Internet hay cosas absolutamente repugnantes. Hay páginas de proselitismo nazi, racistas, terroristas (la propia ETA), nacionalistas feroces, mentirosas, estúpidas, cretinas, lo que ustedes quieran. Uno se puede echar a perder la cabeza si escucha a los malvados y a los imbéciles, como en la vida real. Pero la pornografía… La pornografía, más que ninguna otra cosa, es más bien inocentona y, sobre todo, casi toda ella muy yanqui (es decir: tirando a cursi). No digo que no vayan ustedes a encontrarse, en sus navegaciones
más arriesgadas por el lado salvaje, con imágenes y propuestas sexuales verdaderamente poco recomendables. Ya saben ustedes, o deberían saberlo, que en ese campo hay gente para todo, y que esa gente tiene el mismo acceso a Internet que las llamadas « personas normales y sanas ». De modo que sí, que va usted a ver unas fotos que lo van a dejar con el aliento acelerado, si se mete en las peores páginas. (Prefiero no dar ejemplo, no sea que me gane unas cuantas broncas de los lectores.) Pero el caso es que no tiene usted ninguna obligación de entrar en esas páginas, ni puede meterse en ellas inocentemente, por casualidad, como desemboca el paseante en el barrio chino de una ciudad desconocida. Todas ellas llevan portadas explícitas, que nos avisan de lo que nos espera en el interior. Si usted sigue adelante, será porque está buscando cositas feas (o guapas, depende de cómo lo mire, claro). Y si las está buscando, ¿con qué derecho va a quejarse cuando las encuentre? Ah, bueno: los niños. A los niños y niñas hay que protegerlos de la pornografía. La semana que viene hablaremos de cómo montar vallas protectoras para los pequeños inocentes, y de otras cuestiones de sexudo interés. Un documento sobre lo lícito y lo ilícito en Internet: http://araneus.um.es/~um-siu/mes/mes.htm Como comprenderá el lector, no es esta revista el sitio más adecuado para incluir direcciones en que levantar piezas pornográficas. De hecho, tan pronto como encuentre usted la primera, todas las demás le irán viniendo solas, porque están enlazadas entre ellas en una especie de tupida red mundial. Una advertencia: casi todas son de pago, mediante tarjeta de crédito, y no hay modo alguno de comprobar la honradez de sus gerentes. O sea: ándese con ojo. Y no deje nunca las tarjetas de crédito al alcance de los niños.
22. NIÑOS ABSTENERSE De modo que sí, que hay auténticas cordilleras de pornografía en Internet, que sin duda cabe suponerles a los más jóvenes cierta tendencia natural a escalarlas. Lo cual, por otra parte, tampoco resulta muy difícil, como bien sabemos todos los navegantes: ponga usted cualquier cosa en un buscador, aunque no tenga nada que ver con el sexo, aunque vaya de física cuántica, y le saldrá una página de contenido erótico. El problema, pues, existe, como en la vida real existen las revistas y las películas que no deseamos dejar ante los ojos de nuestros hijos. No, quizá, porque seamos unos carcas o porque nos inclinemos por la represión, sino sencillamente porque cada faceta de la sexualidad tiene su punto ( y su
punta) de madurez, y no nos parece oportuno que un chaval o chavala de diez años vea gráficamente confirmadas sus confusas sospechas sobre el tema. No pretendo hacer un drama de la cuestión, que conste: nadie va a morirse a ver torcida para siempre su inteligencia o su sensibilidad por causa de un choque prematuro con el bestialismo, la sodomía, la pederastia o cualquiera de las abundosas variantes de la libido. Pero tampoco se puede criticar a los padres que desean evitar estos conflictos potenciales a sus hijos. La propia Red ha generado todo un sistema de defensas, dentro de las posibilidades que ofrece la programación informática. En el recuadro encontrará usted direcciones donde puede cargar programas capaces de controlar más o menos el acceso de sus hijos a las páginas pecaminosas, violentas, racistas, « políticamente incorrectas » o sencillamente no aceptables por usted. Ninguno de ellos es perfecto y muchos —como hechos en la verdadera patria del puritanismo, los Estados Unidos de Norteamérica— rozan lo ridículo, porque cierran acceso incluso a los cuadros que cualquier pequeñajo ha visto cien veces en los libros y en los museos. Si en verdad vive usted atemorizado ante la posibilidad de que sus hijos descubran el mundo del sexo salvaje, más vale que no se fíe del todo de ninguno de estos programas: todos pueden sortearse de algún modo, y tengan la seguridad de que los pequeños navegantes acabarán descubriendo el truco. El resumidas cuentas, la única forma de eliminar completamente el peligro es no permitir que los niños jueguen con el módem, o permitirlo sólo cuando estén vigilados. También está, claro, la apelación a la bronca a posteriori: a fin de cuentas, el « histórico » de los navegadores suministra información muy fehaciente sobre las páginas que sus hijos hayan abierto, con detalle de la hora y del día en que las han abierto. De modo que los puede usted pillar sin ningún problema. En fin: mis hijos ya no tienen edad de que me preocupe por ellos en ese campo, pero la han tenido hasta hace muy poco, y me consta que se han paseado por Internet a su libre antojo. Ninguno de los dos presenta síntomas de monstruosidad ni desequilibrio irreversible. No es para tanto. Direcciones y programas de protección infantil: Parental discretion: http://californiacentralcoast.com/busi/cezar/pd/order.html SurfWatch: www.surfwatch.com INFOCARE: Max Dragon: www.infocare.com/product.htm Cyber Patrol: www.cyberpatrol.com Cyber Sitter: www.solidoak.com/index.htm Net Shepherd: www.shepherd.net/ SafeSurf: www.safesurf.com
WebSense: www.netpart.com/websense97/index.html
23. LA GRAN ELECCIÓN (I) Hay que abrazar partido, señoras y señores. Hay que ser microsoftiano o netscapino. Ya están aquí, cara a cara, como dos perros de combate encerrados en un corralón, los dos navegadores casi definitivos, casi completos y casi satisfactorios. Internet Explorer 4.0 Preview 2 contra Netscape Communicator 4.01a. Ustedes a lo mejor funcionan tan tranquilotes con sus versiones vetustas, pero me temo que no van a poder seguir así: todas las páginas de todo el mundo irán adaptándose a los nuevos hechiceros, y en cuestión de unos meses se quedarán ustedes interneteramente ciegos y sordos si no utilizan UNO de los DOS pajarracos grandes. Grandes y gordos: auténticos comecocos de disco duro y de recursos. ¿Cuál elegir? Pues, mire usted, no tengo ni idea. Yo utilizo los dos. ¿Por qué? Porque prefiero el Netscape Communicator: me parece más completo, más sencillo, más detallista, más amistoso, menos imponente en sus excesos, mejor pensado en la estafeta de correos. Pero el caso es que también he instalado el Explorer 4.0, dejándome engatusar por su integración en Windows ’95. Ya, ya lo sé: la integración no funciona del todo bien; pero añade toquecillos que a uno le gustan, sobre todo en el escritorio. La desaparición del doble clic para abrir los iconos, por ejemplo. Los matices de color, con ese dégradé tipo Las Vegas que tan fino resulta. El OutLook, que a lo mejor me lo aprendo un día y me deja enamorado (aunque llevo posponiendo mi pasión desde que instalé el Office 97, hace ya unos cuantos meses). Son tonteriíllas sin las cuales se puede vivir perfectamente, pero que al fin y al cabo tampoco cuestan un duro. En cuanto a las memeces, ninguno de los dos tiene nada que echarle en cara al otro. Les sobra un montón de mecanismos innecesarios. Y la gran estupidez de moda es el sistema de « Channels », que, dicho en pocas palabras, le permite a usted mantener una conexión fácil y más o menos actualizada con una serie de páginas como (en la versión hispana de Internet Explorer), Canal Plus, Marca, El País Digital o Legend. O yo soy todavía más tonto que los inventores del asunto, o los « canales » no sirven para nada (además de no funcionar del todo bien, tampoco). Es más cómodo y más sencillo conectarse directamente con las páginas que uno prefiere, cada vez que uno quiere. En fin: en las revistas técnicas encontrarán ustedes sesudas comparaciones entre ambos navegadores. Casi todas culminan, tras varias páginas de análisis, en la estupenda conclusión siguiente (más o menos explícita): todos sabemos que Netscape Communicator es algo mejor que
Explorer 4, pero todos sabemos que acabará ganando míster Gates, entre otras cosas porque vendrá Windows ’98, lo compraremos, lo instalaremos, y sin comerlo ni beberlo tendremos el iE montado en el ordenador y acaparando todas las funciones de Internet. Es tan seguro como si ya hubiera sucedido. Pero hay otras quisicosas (como lo de pagar o no pagar) que veremos la semana próxima.
24. LA GRAN ELECCIÓN (II) Transcurridos unos cuantos días más en mi descomunal batalla a brazos partidos con los navegadores estelares, no puedo sino abundar en la apresurada conclusión del artículo anterior: tanto monta, monta tanto, el Microsoft Explorer como el Netscape Communicator (ambos en sus últimas versiones, añadamos, no sea que alguien no haya leído lo escrito la semana pasada y no sepa de qué va el asunto). Este empate es ya noticia, porque hasta ahora Microsoft no había logrado nada comparable a Netscape. Resumiendo (insisto: tras muchas horas de uso de entrambos cacharritos), sólo encuentro las siguientes diferencias interesantes. Una: el correo de Netscape me parece mejor que el de Explorer, a pesar del « golpe » gráfico que aporta este último con OutLook. Dos: creo, en cambio, que la gestión de los grupos de noticias está mejor pensada en el Explorer. Tres: NetMeeting (Microsoft) es claramente mejor y más versátil que el sistema de conferencias de Netscape (lo cual no quiere decir que ninguno de los dos sea bueno y útil de verdad para los usuarios particulares). Cuatro: la gestión de los marcapáginas o « bookmarks » es enormemente superior en Netscape. Cinco: el nuevo sistema de « canales » preelegidos y auto recargables y abigarradetes no funciona bien en ninguno de los dos, ni sirve para nada que yo haya sabido colegir (salvo, quizá, para volcar unos cuantos kilos de bytes en el disco duro). Puedo decir todo lo anterior de un modo más teatral: estoy utilizando ambos, y tal es el parecido entre ellos, que muchas veces tengo que fijarme bien para saber en cuál de los dos me encuentro. En términos generales, para las usos más corrientes a que uno aplica los navegadores, Explorer y Communicator significan un adelanto considerable sobre lo que teníamos antes. Son más rápidos y más fáciles de manejar, ofrecen más posibilidades y, en general, alcanzan un tolerable grado de estabilidad. No sabría qué contestarles a ustedes, por otra parte, si me preguntaran por los requisitos mínimos verdaderos (no los muy optimistas que marcan los fabricantes) de uno y otro. Yo uso un Pentium 166 con 32 megas de
RAM y un USRobotics Sportster Voice 33.6. No es nada del otro jueves, como equipo, a estas alturas del año, pero con él puedo trabajar sin problema alguno con ambos navegadores cargados al mismo tiempo, más el Word 8, más algún que otro jeribeque suplementario. O sea: supongo que el mínimo de los mínimos tiene que andar por un Pentium 100 con 16 megas de RAM y un módem 33.6, siempre que no espere usted milagros de velocidad. En fin… Como ya les decía en el artículo anterior, el factor decisivo, lo que puede llevar a que todos ustedes opten por el Explorer (y yo con ustedes, a pesar de mi lealtad hacia Netscape) es su integración en Windows ’95, que aporta novedades y retoques muy interesantes al sistema operativo. Hay mucho de fanfarria en el asunto, lo reconozco, pero la verdad es que ahora no querría pasarme sin los cambios que Explorer 4.0 Preview 2 ha colado de rondón en mi pantalla: clic único para arrancar las aplicaciones, iconos mejor trazados, posibilidad de utilizar múltiples barras de herramientas, incorporación del navegador a otras utilidades y a las diversas ventanas… Una multitud de detallitos que se agradecen de veras en el uso diario y que --dicen los expertos-- vienen a ser un anticipo de Windows ’98 (o como quiera que se llame cuando llegue el muy aplazado momento de su puesta en servicio). Nos queda, además, una cuestión peliaguda: Explorer es oficialmente gratuito y Netscape no es oficialmente gratuito. Este detalle no afecta a los usuarios particulares, que pueden obtener Communicator sin deshacerse de sus preciados dólares (estúdiese usted el área de descarga de Netscape), pero sí que tendrá influencia en la elección de navegador por parte de las compañías privadas, organismos oficiales, etc., que obviamente se inclinarán por Explorer en cuanto vayan poniendo Internet a disposición de sus empleados. Ahí tienen ustedes, por tanto, otro factor de triunfo para Microsoft. Conclusión: yo pienso mantener ambos navegadores en el disco duro y manejar el que más me apetezca o convenga en cada ocasión; pero es casi seguro que Explorer acabará imponiéndose. Tome cada cual su propia decisión. Hay versiones disponibles de Explorer 4.0 para Windows 3.11 y para Mac. Apple, de hecho, acaba de anunciar que sus ordenadores vendrán de fábrica con el navegador de Microsoft. Netscape Communicator existe en versiones para Windows ’95, Windows 3.1 o 3.11, Mac, OS/2 y Unix. Ambos programas pueden cargarse en las páginas de sus fabricantes, Microsoft (que, por cierto, tiene una nueva dirección « europea », http://www.eu.microsoft.com/spain, mucho más rápida) y Netscape
(www.netscape.com). No puedo dejar de decir que el número 38 de la revista PC Media trae ambos navegadores en CD-Rom adjunto.
25. LA GRAN ELECCIÓN (III) Con las prisas por no aburrir, y limitado en el breve espacio de estos artículos, se me hace evidente ahora --por las cartas que ustedes me envían- que he ido dejándome atrás unos cuantos conceptos de necesaria mención. Vamos a dedicar un par de semanas a rellenar lagunas. En primer lugar, algo que todos ustedes saben, desde luego, pero que quizá no hayan llegado a captar en toda su dimensión: la Red ofrece la permanente posibilidad de actualizar las aplicaciones, utilidades, controladores, etc. En lo que más nos interesa aquí --los navegadores--, veo con no poco asombro que algunos lectores no los han actualizado nunca, cuando las últimas versiones pueden cargarse en las páginas de Microsoft y Netscape con bastante facilidad. Hay, además, toda una serie de « patches » (parches), « plugins » (añadidos), etc., que deben incorporarse a las versiones estándar. No dejen de hacerlo. De otro modo, siempre estarán ustedes tropezando con las dificultades y carencias que me mencionan en sus cartas. (Entre paréntesis: el propio Windows ’95 ha sido objeto de diversas actualizaciones y añadidos desde el momento, ya algo lejano, en que se lanzó. En la página de Microsoft hay toda una sección dedicada al efecto. De hecho, la tendencia general en todas las páginas oficiales de los fabricantes de software consiste en ofrecer actualizaciones gratuitas. Investiguen esta posibilidad, porque vale el esfuerzo.) Quizá tampoco haya quedado muy clara a todo el mundo la cuestión de la carga de archivos. En general, cada página da sus instrucciones al respecto, pero todas suelen coincidir en los mismo: pique usted en Download y bájese lo que desea. Luego, haga doble clic en el nuevo archivo que ha aparecido en su disco duro y a) descomprímalo, o b) ejecútelo. Los que vienen comprimidos --*.zip para PC, *.hqx para Mac, por lo común-- suelen traer en las tripas un archivo de instalación (setup.exe), que se ocupa por sí solo de añadir al sistema la aplicación o utilidad de que se trate. Los que traen la terminación *.exe son directamente programas de instalación… Pero no se olvide usted de unas cuantas cosejas importantes: Apunte el nombre del archivo que va a descargar, para poder encontrarlo si se le pierde en el disco duro. Hágase una carpeta de Descarga y aloje en ella los nuevos archivos (nunca utilice a este efecto el directorio raíz, porque acabará usted convirtiéndolo en un auténtico revolcadero de megabites). Utilice un directorio temporal para pasar a él los archivos procedentes de una descompresión. Una vez instalado el programa o utilidad, no se olvide de borrar los archivos de
instalación; no despilfarre el espacio de su disco duro… Y ojo con lo que descarga: puede usted fiarse de las páginas oficiales, por lo general, pero tenga en cuenta que en cualquier archivo *.exe, *.com o incluso *.scr (salvapantallas) puede venir un virus. La semana próxima hablaremos de la descompresión, del shareware comparado con el freeware, y de cualquier otra cosa que a ustedes se les ocurra y tengan a bien comunicarme. Algunas páginas oficiales: Netscape: www.netscape.com Microsoft España: www.eu.microsoft.com/spain IBM: www.ibm.com/ Intel: www.intel.com/ Apple: www.apple.com Lista de direcciones: www.sunandwind.com/link_pages/internet.htm
26. NOCIONES MUY BÁSICAS A poco que le cunda a usted el tiempo en Internet, nada más empezar va a encontrarse con el rotundo hecho de que la mayor parte de los archivos que pueden cargarse vienen comprimidos. Es decir: vienen reducidos en tamaño (como los alimentos deshidratados, digamos, para entendernos) y hay que restaurarles las dimensiones originales. Esta reducción tiene un motivo evidente: podemos cargar con mayor rapidez, o dentro de periodos de tiempo más razonables, archivos de grandes dimensiones que de otro modo nos tendrían horas con la línea ocupada y enriqueciendo a Telefónica. De modo que necesitan ustedes, sin excusa ni pretexto, algún programa que les descomprima los archivos cargados. En el recuadro encontrarán direcciones donde obtenerlos. Yo les recomiendo, además, que prueben una utilidad verdaderamente lujosa en su facilidad de uso y en su capacidad de ayuda, no sólo para descomprimir archivos (que no es su función principal), sino para manejarlos con una rapidez y eficacia que no nos ofrece Windows. Me refiero al WinCommander (véase la dirección en el recuadro). Se encontrará usted, también, con otro hecho de la cibervida: hay archivos que se dan de balde (freeware) y archivos que pueden cargarse a título de prueba, pero que luego hay que pagar (shareware). En muchos casos, el pago por estos últimos es cuestión de honradez, porque los programas no vienen especialmente protegidos, y se limitan a recordarle a usted indefinidamente su condición de moroso. Otras veces, los shareware llevan limitaciones de uso o de tiempo, y hay que pagarlos en cuanto nos
convencemos de su utilidad. En este último caso se hallan tanto el mejor compresor/descompresor existente, WinZip, como el Windows Commander recién mencionado. Pero gástese el dinero en ambos, porque sin duda alguna vale la pena. Una utilidad complementaria, también muy interesante, sobre todo si anda usted mucho por las « Noticias » o News es Stuffit Expander, que desencripta los formatos *.sit, *.uue, *hqx y *.bin. Y nos queda una recomendación inevitable: ojo con los virus. Yo he tenido la suerte, en todos estos años, de no tropezarme nunca con un virus en Internet (quizá porque procuro no cometer desatinos en la carga de archivos de origen dudoso), pero conozco gente que ha vivido amargas experiencias. Como consejo general, convénzanse ustedes de que han de tener instalado, en funcionamiento permanente y ojo avizor, un buen programa anti virus. No para actuar cuando ya está el virus en nuestro ordenador, sino para impedir que nos entre. Yo uso el McAffee porque viene todos los meses, actualizado, en el CD-Rom de una revista inglesa. Otros pueden valerles. Pero no se distraigan. No abran archivos con terminación *.exe o *.com que no procedan de fuentes fiables. Anden cautos con los salvapantallas (*.scr), porque pueden disfrazar en su interior un programa *.exe. Mil ojos con los documentos de Word, donde a veces vienen muy antipáticos virus de macros (Microsoft ofrece gratuitamente, en su página, un método para contrarrestarlos). Pero no se pongan muy nerviosos: los anti virus son bastante eficaces, añadiéndoles prudencia propia, y recuerde que NO PUEDE haber virus en los archivos gráficos de cualquier índole (*.jpg, *gif, *.tif, etc.). PKZIP: http://www.pkware.com/pkz204g.html WINZIP: http://www.winzip.com/download.html WINCOMMANDER: http://www.ghisler.com/ STUFFIT EXPANDER: http://www.aladdinsys.com/consumer/expander1.html Todos estos programas, más el anti virus que a usted más le apetezca, pueden cargarse en TUCOWS: http://www.tucows.com/
27. NO ESTAMOS SOLOS No incurro en disparate afirmando que los datos sobre el uso de Internet en el mundo son poco fiables: el margen de error de las mediciones es altísimo, y los diversos criterios que se aplican para auscultar el medio ni siquiera son homogéneos o comparables. Sabemos con alguna precisión (tomo el dato de la revista Wired) que dentro del hemisferio « occidental » el acceso a Internet sólo falta en Rumania, Guayana Francesa y Haití,
aunque también está severamente limitado en Guyana y Cuba. En África está excluida toda la faja central, de Libia a Namibia. En los países árabes rige la prohibición o el acceso exclusivo para fines gubernamentales o universitarios. En Asia, China aplica idénticas restricciones, mientras que la Red está prohibida en Afganistán, Pakistán, Laos, Vietnam, Corea del Norte… No nos hallamos, pues —todavía—, ante un auténtico fenómeno universal. En España, según el estudio de la Asociación para la Investigación de los Medios de Comunicación (www.arroba.es/aimc), en abril/mayo de este año había 1.342.000 personas con acceso a la Red (el 3,9% de la población). Cuatro de cada cien españoles; pero es que hace poco más de un año (en febrero/marzo del 96) éramos 487.000, lo que quiere decir que en ese breve periodo de tiempo hemos aumentado un 275,6%. Si el crecimiento de usuarios siguiera a ese ritmo, en abril/mayo del año que viene andaríamos rondando los 3,7 millones, y en 2000 --pongamos por fecha mágica-- nos acercaríamos a los 30. La proyección puede parecer exagerada, pero tengan en cuenta ustedes que los interneteros casi nos triplicamos cada doce meses. Seremos mayoría. Seremos mayoría no sólo en España, claro, sino en toda Europa y América. Extraiga cada cual las conclusiones, de política y de sociología-ficción, que más le apetezcan. Tengo que subrayar, por otra parte, un dato que no puede sino dejar fláccidos de sorpresa a los más veteranos: las mujeres están ocupando la Red. ¿Recuerdan ustedes los tiempos en que no había señoras ni señoritas en ninguna parte, mirara uno donde mirara? Pues ya suman el 39,5%, en España, y se acercan al 50% en EE UU. El cambio es trascendental, porque contribuye a rebajar las ínfulas esotéricas y « tecnoelitistas » de Internet (con esto no quiero decir, por supuesto, que las mujeres sean bobitas; al contrario: quiero decir que los hombres tienden al fanatismo tecnológico y a la constitución de grupos prohibidos para todo el que no sabe). Voy a equivocarme, pero me atrevo a predecir que no están muy lejos los tiempos en que tendremos mayoría femenina. En fin: el estudio recoge otros muchos datos que aquí no nos caben, pero para eso está Internet: visite usted mismo la página de la AIMC.
LAS DIEZ PÁGINAS MÁS VISITADAS POR LOS ESPAÑOLES Microsoft: www.microsoft.com El País www.elpais.es ABC www.abc.es El Mundo www.el-mundo.es Netscape www.netscape.com Yahoo www.yahoo.com
Recoletos/Marca/Expansión El Periódico CNN IBM (Según el estudio de la AIMC, abril/mayo 1977.)
www.recoletos.es www.elperiodico.es www.cnn.com www.ibm.com
28.APARTA DE MÍ, IGNORANTE Todas las semanas llegan 15 ó 20 cartas-e de los lectores. Por milagro de la bondad humana —que no por mérito mío—, rara es la vez en que alguien escribe para echarme en cara algo. Casi todo el mundo entiende que estos artículos no son para sabios, sino para seres normales que tienen curiosidad por Internet, que les apetece enterarse de qué va. Como dice una carta que he recibido, la sección no es “seria”. ¡La terrible seriedad hispana! El comunicante empieza poniendo en mi conocimiento que nunca me lee, porque es un profesional y sólo usa revistas informáticas serias (observen que he quitado las comillas: hay revistas informáticas serias, sin duda), pero que esta vez sí me ha echado un vistazo, y que se percibe a la legua que no tengo ni idea. ¿Cómo se me ocurre recomendar el anti virus de McAfee, cuando todo el mundo sabe que el peor y el que más problemas da? Es mejor el F-prot y, desde luego, el Panda. Conste que me parece muy bien: no tengo nada en contra de lo que menciona. Pero, claro, yo también leo revistas serias, de varios países, y en ninguna recuerdo haber visto que MacAfee se califique de nefasto. Es, llanamente, uno de los dos o tres anti virus más utilizados del mundo. La cosa no tendría importancia si no fuese por el factor de desánimo que los profesionales “serios” suelen inyectar en el ambiente de todas las ciencias —incluida la informática—, como si les molestase que su coto se viera invadido por una caterva de aprendices. Hay expertos informáticos que tienden a comportarse como esos médicos que no se molestan en hablar con el enfermo, partiendo del principio de que no entenderán nada. Y si usted les dice algo, un mero comentario, no le contestan. ¡Qué sabrá usted de su hígado! No hagan ni caso. La informática, en sus honduras, es en efecto una ciencia muy ardua. Pero su funcionamiento está al alcance de cualquiera. Para manejar una base de datos no hace falta tener idea de números binarios o hexadecimales; ni de programación. Para eso están las instrucciones, para eso están los programadores: para que nosotros no tengamos que saber nada.
O sea: no se me dejen ustedes desanimar por nada. La informática tiene una base que está hecha de ciencia, sobre la cual sólo se puede hablar con buen conocimiento. Pero la informática tiene un funcionamiento más opinable, sobre el cual no hay verdades absolutas. ¿Es mejor WordPerfect que Word? Depende de lo que a usted le parezca, porque “mejor”, en el funcionamiento, siempre significa “para mí”, salvo en los casos de productos evidentemente fracasados. Sin ningún miramiento: utilice lo que mejor le parezca y más gozo le proporcione.
29. MUCHOS LIBROS Hay quien ve en Internet no ya una feroz amenaza contra la letra impresa, sino una especie de humilladero de la cultura, un método para castrarnos las neuronas y dejárnoslas sin rabito. Pero el caso es que la Red vendrá a ser una bendición para la letra impresa. Sin entrar en lo obvio (a saber: que mucho gráfico y muchos colorines, pero la información nos viene alfabética), lo más previsible es que Internet nos traiga un vuelco espectacular en los sistemas de distribución y localización del libro. No se trata de que usted lea novelas en un monitor de 14 o 15 pulgadas, claro está. Eso, hoy por hoy, mientras no se invente el libro-ordenador, un objeto que parezca un libro, que tenga el tacto de un libro, pero en cuya pantalla, blanca y pura como el mejor papel, puedan reproducirse todos los textos, página por página…, mientras no se invente ese objeto --fácil de inventar, por otra parte; pero aún no se les ha ocurrido, para qué--, seguiremos leyendo del papel. Lo que va a cambiar es nuestro comportamiento a la hora de encontrar el libro que queremos leer. El libro impreso pasa de la editorial a la distribuidora y de ésta a la librería donde lo encuentra usted (si lo encuentra, porque hay demasiada oferta, y ningún librero mantiene en stock ni siquiera la décima parte de los títulos disponibles). Pero ya, en este momento, la Red está llenándose de establecimientos electrónicos donde usted puede localizar su libro en pocos segundos, recibir información sobre él, encargarlo y, al poco tiempo, recibirlo en casa. Sé que la imaginación de mis lectores sabrá deducir la enorme retahíla de consecuencias que semejante novedad puede aportar --y que el poco espacio disponible no me permite ni esbozar aquí--. Jamás ha habido en el ámbito de la cultura una herramienta de difusión del libro que pueda compararse a la página de la librería electrónica Amazon, monstruosamente bella en su enorme cantidad (2,5 millones de títulos disponibles). Todavía no hay nada comparable en español; pero no se preocupe, que ya viene.
Por otra parte, la disponibilidad de títulos en Internet es también copiosísima. Casi todo en inglés, claro. O en sus idiomas originales —latín, griego—, cuando se trata de literatura clásica. Así, por ejemplo, podrá usted encontrar prácticamente TODA la literatura en lengua inglesa anterior a 1900 --y para qué explicarle la ventaja que ello puede aportar a un estudioso o aficionado fuerte. En español… Corramos un tupido velo. O yo no he sabido buscar (ilústrenme ustedes, por favor), o no hay sino tímidos intentos con muy poco contenido. ¿No podría ocuparse algún Ministerio de Educación? ¿No podríamos pedirle a la Ministra de Cultura, a la dirección del MEC, que ponga en marcha una base de datos de la literatura española libre de derechos de autor? No se recoge aquí ni siquiera una pequeña parte de las librerías y catálogos electrónicos existentes. Estas direcciones son una mera invitación a que el lector investigue por su cuenta: Ministerio de Educación y Cultura: www.mcu.es/homemcu.html Amazon: www.amazon.com BookStacks: www.books.com/scripts/news.exe Antonio Machado: www.infornet.es/amachado/ MundiLibro: www.mundilibro.com LibroWeb: www.libroweb.com LibroNet: www.libronet.es Biblioteca Nacional: www.bne.es The OnLine Books Page: www-cgi.cs.cmu.edu/cgi-bin/book/ Waterstone’s: www.waterstones.com.uk/ Internet Bookshop: www.bookshop.co.uk/ Biblioteca del Congreso USA: www.loc.gov/ ISBN español: www.mcu.es/pic/spain/ISBN.html
30. NOS ENSEÑA MISS RINGLEY Toleren sus señorías que les proponga una cosa rarita. Escriban www.boudoir.org en el recuadro de direcciones de su navegador. Les crecerá en pantalla una página titulada JennyCam, muy poco explícita. No se desalienten. Pinchen en JenniCamGuests. Paciencia. A veces tarda. Primero un recuadro renegro. Luego surge la imagen del interior de una vivienda. En primer plano, el arco superior de dos respaldos de sillas; unos ositos de peluche a la derecha, una cama a la izquierda. Les puede aparecer un señor con barba tumbado en el mullido lecho, o retozando por ahí. Es el novio de Jennifer. También sale la propia Jennifer, por supuesto. La cámara
se dispara cada media hora y pilla lo que esté sucediendo en el apartamento. Sea ello lo que sea. Repito: sea ello lo que sea. Para comprobarlo, vuelvan a la página anterior y pinchen en JennyCamGallery: verán un retablo de fotos anteriores y podrán observar que Jenny es una chica muy mona, muy sonriente, muy joven y muy yanqui de aspecto. En los dos niveles accesibles de « Galería » la van a ver con el torso desnudo, enseñando el pompis al agacharse, vistiéndose, y en otras varias actividades menos exhibidas. ¿Qué les parece? Estamos ante una chica normalita, sin ninguna clase de patología visible, la mar de peripuesta, además, que se dedica a teledifundirse en directo para el mundo entero. Explíquenmelo, señoras lectoras y señores lectores. Según la agencia Reuter, la página de Jennifer Ringley cuenta 20 millones de « hits » o accesos diarios. De hecho, puede usted incluso suscribirse: por 15 dólares al año tendrá derecho a saber lo que está sucediendo en casa de Jenny cada tres minutos (los no paganos han de conformarse con intervalos de media hora; pero la página tiene 5.500 suscriptores, lo que supone unos ingresos anuales de 82.500 dólares, más de 12 millones de pesetas; o sea que no se rían ustedes tanto)… ¡Ojalá tuviéramos sitio para meditar aquí sobre la cuestión! Pero hay una realidad incontrovertible: Jenny es una de las heroínas de Internet. Ponga su nombre en cualquier buscador y verá las páginas en que aparece. Verá cómo la homenajean sus compatriotas, cómo la imitan, cómo la parodian. Altavista me encuentra su nombre, ahora mismo, en 8.135 documentos. Jennifer Ringley empezó la página desde su habitación del colegio mayor. Lo que vemos ahora es su apartamento de Washington. La chica dice que la transmisión sin prisa ni pausa le ha permitido poseer una mejor imagen de sí misma. La creeremos. El novio está encantado. Y conste que me parece muy bien, que vaya usted a saber si no acabamos todos así, en conexión fija con los ojos del mundo entero, para lo que cualquiera guste mandar. Será otra vida. [[[RECUADRO]]] Prueben estas cámaras directas en vivo: www.la-concha.com www.westland.net/beachcam/ www.m.chiba-u.ac.jp/class/respir/eve-e.htm cam.68k.org/ members.iquest.net/~jknapp/windowcam.html www.coffee-haven.com/ www.augustlive.com/augilive/live.html www.cadena40.es/scripts/40w3/ojo.idc? www.earthcam.com/cgi-bin/rimglnk.cgi
RAMÓN BUENAVENTURA
Los artículos de El Semanal (DEL 31 AL 60) ADVERTENCIA INICIAL: Estos artículos empezaron a publicarse a mediados de marzo de 1997. Tenga el lector en cuenta tamaña antigüedad, enorme para fenómenos tan acelerados y obsolescentes como la informática y la Red.
31. F.A.Q Ya saben: F.A.Q, Frequently Asked Questions, ese apartado que se encuentran ustedes en tantas páginas y en tantas instrucciones de programas, utilidades, etc. Lo que solemos preguntar con más frecuencia, ante una determinada coyuntura informática. Es lectura recomendable, por lo general, porque todos tendemos a tropezar en las mismas piedras y, por consiguiente, resulta bastante fácil que nuestro problema esté más resuelto de lo que pensamos. Bien. Yo también tengo mis F.A.Q., porque las preguntas que me hacen ustedes, en sus cartas-e, se repiten con bastante insistencia. Así que vamos a contestar unas cuantas, casi todas ellas muy elementales —porque observo, no sin alegría, que cada vez es mayor el número de lectores que se incorporan a esta sección y que vienen “con lo puesto”: un ordenador recién comprado, cuando no las simples ganas de comprárselo. Tengan paciencia los que saben más. 1. Qué equipo me hace falta para acceder a Internet. Pues mire, no haga caso de los muy optimistas “requerimientos mínimos” que suelen fijar los proveedores y fabricantes, en su afán por no perder clientela. Para que todo le funcione adecuadamente necesita usted, COMO MÍNIMO, un Pentium 100, 16 megas de RAM, un disco duro muy rollizo y un módem 28.8. Y no crea que estoy exagerando, porque incluso con este equipo tendrá usted problemas de lentitud y de saturación de memoria... Por otra parte, la compra de un material como el recién descrito sólo puede recomendarse, hoy, en casos de escasez económica. Si está pensando en mercarse un ordenador, haga un esfuerzo y consígase un Pentium 166 MMX, con 32 megas de memoria y un módem de máxima velocidad. Estará comprando maquinaria obsoleta, que conste, pero es que tampoco nos encontramos en
buen momento, ahora mismo, para tomar grandes decisiones: hay demasiadas nuevas vías, recién abiertas, cuyos desarrollos futuros no podemos prever. Gástese unas 200.000 o 250.000 pesetas, impresora incluida, y cuente con que no tardará usted más de dos o tres años en morirse de ganas de comprarse otro equipo. Así es la vida informática. 2. PC contra Mac. Antipática pregunta. En general, un Mac da menos problemas, es más sencillo de manejar y hasta ofrece mejores soluciones en muchos campos (aunque la ventaja se ha reducido tanto en los últimos tiempos, que empieza a ser francamente dudosa). Casi no hay matizaciones que añadir, porque el PC sólo se ha impuesto por razones de precio, por lo fácil que resulta clonarlos y por la genial estrategia comercial de Bill Gates (combinada con las torpezas y cegueras de Apple en sus planteamientos de mercado y con la nada despreciable ayuda de Intel, el fabricante de procesadores). Ahora bien: si opta usted por Mac, sepa que entrará a formar parte de una minoría sin esperanza alguna de tomar el poder nunca. Con los considerables inconvenientes que ello siempre trae consigo, quitada la satisfacción en que parecen vivir los usuarios de Mac, tan radiantes en la noción de que ellos no se dejan manejar por Microsoft... Yo uso un PC, pero confieso que si no me compré un Mac, en los principios, hace cientos de años, fue porque no podía pagármelo. Ahora, la verdad, es difícil recomendar una máquina de Apple a los principiantes (sé que esta última afirmación va a costarme unas cuantas cartas de protestas “maceras”, pero qué le vamos a hacer). Seguiremos la semana próxima.
32. F.A.Q. (II) Seguimos respondiendo a las preguntas que con mayor frecuencia me plantean ustedes: ¿Por qué no logro comprimir los archivos de imagen que bajo de Internet? Los archivos de imagen (*.jpg, *.gif, *.tif, etc.) vienen ya comprimidos y se descomprimen al abrirse. De otro modo, resultaría muy lenta y difícil su circulación por la red, porque tienden a ser muy grandes. Muchas páginas de Internet tienen sonido, pero yo no logro oírlo. Suponiendo que haya instalado bien la tarjeta de sonido y los altavoces, si no oye nada será, en casi todos los casos, porque le falta algún ‘plug-in’ que no ha añadido usted a su navegador. Entre en las páginas de Netscape o Microsoft e investigue la cuestión. Communicator 4 e iE 4 tienen sistemas semiautomáticos para la carga de añadidos al navegador. ¿Qué es una línea RDSI? Es una línea digital completa (es decir: no digital/analógica, como son las que casi todos tenemos ahora en España)
que permite velocidades muy superiores a las toleradas por las líneas normales de la Red Telefónica Básica (hasta 128 kbps contra 33,6 kbps). Telefónica puede instalarla en la mayor parte de los teléfonos, porque utiliza el mismo cableado que la línea analógica; pero entérese bien de lo que va a costarle, porque no la regalan. Tiene la ventaja de no requerir módem, sino un adaptador que sale más barato. Es seguro que la línea RDSI tendrá que aligerar sus precios en plazo más o menos breve. De hecho, ya ha bajado considerablemente. ¿Por qué hay tantísimos procesadores distintos? Pues, mire usted, porque las técnicas adelantan que es una barbaridad. No hay otra respuesta. En el espacio de pocos años hemos pasado de los 4,5 megahercios iniciales a los poderosos bichos de ahora, que pueden llegar a los 500 megahercios -y que dentro de dos años serán lentísimos comparados con los que entonces habrá... Hay quien se pregunta qué ventajas pueden derivarse de las velocidades enormes para el usuario normal. Creo que la duda no es de recibo: cuanto más potentes sean los procesadores, más potentes serán los programas que puedan diseñarse... En todo caso, es puro recelo pensar que los nuevos procesadores se crean para sacar las perras a los usuarios. En ocasiones se han seguidos vías equivocadas, como el 286, el 386 e incluso los Pentium MMX. Pero casi todo lo que se nos ha propuesto ha significado una notable mejora en el campo de la informática. ¿Cuánto disco duro necesito? Todo el que pueda pagarse, mejor 4 gigas que 2, sobre todo si piensa hacer mucho uso de archivos gráficos. Tenga en cuenta que los programas actuales son insaciables. No quiero ni pensar cuántos KB va a ocupar la nueva versión de Windows. Y comprimir el disco es una chapuza que sólo debe hacerse en caso de necesidad. ¿Cómo puedo obtener los artículos anteriores de esta sección? En vista de la insistencia que ponen ustedes en esta pregunta, he tomado la heroica decisión de incluir los artículos, pasados y futuros, en una página de Internet. No sé cuándo estará disponible, pero procuraré acelerarla al máximo. Y gracias por su interés.
33.CÓMO SER TONTO (I) Tengo mono. Llevo 72 horas, quizás más —se me confunden ya los tiempos en la confundida cabeza—, sin engancharme a Internet. Mi proveedor… Pero déjenme que les relate un instructivo cuento. Jueves por la tarde. Tengo abiertos varios programas a la vez: Word 8, Communicator, iE 4.0, Virtual CD, Compass, tal vez algún otro de menor monta. Y zas: saltan los plomos por un mal cable que acecha en mi sótano, esperando la ocasión propicia para fastidiar. Aúllo y maldigo, porque se me han chafado sus buenas 60 ó 70 líneas de lo que estaba
escribiendo, pero no me asusto. El fementido apagón ya ha ocurrido otras veces. Hay que escanear el disco, borrar los archivos mal enlazados o hechos jirones. Nada trágico, porque en general se trata de copias de trabajo que no afectan al documento general. De modo que levanto la clavija afectada, vuelve la luz y enciendo el ordenata. Clic-clic-clic-clic. Escaneo. No ha pasado nada. Arranco Word, que, como de costumbre, me ofrece recuperar el documento afectado, aunque se que me engaña y no le hago caso. Voy abriéndolo todo. Pincho la conexión a mi proveedor de Internet. Ni flores. El teléfono al que estoy llamando no puede gestionar mi amable petición de entrada. Compruebe usted su contraseña. La compruebo (ganas de peder el tiempo). Recibo idéntica respuesta. Bueeeeeeno. Pues tenemos un problema. Me pongo a repasar la instalación. ¿Está todo en orden?. Vaya usted a saber. Llevo meses bajándome de Microsoft todas las actualizaciones de Windows 95. Se que iExplorer 4.0 me ha cambiado un montón de cosas... En medio de la investigación descubro que MoreSpace se me atasca y me bloque Windows. Nuevos arranques y nuevos cuelgues. Tengo que llegar a una desoladora conclusión: algo está espantosamente mal en el propio Windows 95. Es el Explorador (el administrador de archivos) lo que falla. En otras palabras: no es más que todo lo que falla. Todo. Agotado, dejo las cosas para el día siguiente. Viernes. Y al día siguiente cometo el GRAN ERROR. Decido reinstalar Windows 95. Si, queridos amigos: decido utilizar mi antiguo CDRom de Windows 95 para reinstalar el sistema operativo sobre una versión con unas quince actualizaciones y, encima, con todos los retoques que introduce iE 4.0. Un caso de enajenación mental transitoria, supongo, porque no es normal que uno actúe con tanta estulticia. Windows, muy honradamente, me va advirtiendo durante la instalación. Pero, cegado quizá por el mono de Internet, que ya no me deja ni pensar, sigo adelante. Empecinado como un borrico en busca de flauta que suene por casualidad. Y bueno: terminado el proceso, lo cierto es que el asunto marcha aceptablemente, menos... Menos la conexión con Internet. Menos lo que más necesito, en fin de semana, con decenas de e-mails llegándome de los lectores, con conversaciones pendientes (lo siento, N.L.: ¿qué estarás pensando de mi?), con pesquisas a realizar para el artículo... La semana próxima terminaré de contarles el desastre. Vale la pena, como aviso y lección para navegantes.
34. CÓMO SER TONTO (II) Resumiendo el planteamiento de la catástrofe, que viene de la semana pasada: un apagón me ha fastidiado todo el montaje del ordenador; he
instalado mi vieja versión de Windows 95 sobre una muy actualizada, aunque en mal estado de funcionamiento; no logro acceder a mi proveedor de Internet; estoy con un “mono” espantoso. Ahora viene la parte dura de la lección. ¿Qué puedo hacer? Si formateo el disco duro y vuelvo a instalarlo todo desde el principio, voy a perder documentos de gran importancia para mí y, además, no me va a ser posible recuperar las libretas de direcciones, ni buena parte de los programas, ni desde luego los archivos de cartas enviadas y recibidas. Tengo que reinstalar el sistema, sí, pero en otro disco duro. A fin de cuentas, me digo, llevo con ganas de comprarme uno desde hace tiempo. Me viene fatal, por las bastantes pesetas que cuestan 2,5 gigas, pero ¿qué menos que 2,5 gigas? Vale. Llamo a la tienda donde compré este ordenador, me cotizan el Seagate a 34.900, me ofrecen incluso instalarme la última versión de Windows 95. Muy bien. Me voy para allá y en un par de horas tengo un nuevo disco C donde resplandece, impecable, un Windows 95 limpio y puro, sin los cientos de DLL y demás archivos más o menos espurios que el tiempo fue acumulando sobre el anterior, el que ahora está, desterrado, en el disco E. Llego a casa y... Por supuesto: el sistema arranca con extrema suavidad, como sonriente y contento. Pero, ay, tengo que reinstalar todos los programas y utilidades que están ahora en E, porque, lógicamente, no funcionan. No importa. Viene el fin de semana. Lo primero que hago es recuperar el Communicator y el iExplorer. Con todo a punto y casi todo recuperado, intento establecer la conexión por primera vez. Y no. El mismo mensaje: que no estoy autorizado y que compruebe mi contraseña. ¡Vuelta a empezar! Pero entonces fue cuando se me ocurrió lo que tenía que haber pensado desde el principio. Lo obvio: que el problema no era mío, que el proveedor estaba haciéndome la pirula. Y, en efecto: tras una docena de llamadas telefónicas, tras haber explicado el problema a seis o siete personas distintas, tras largas horas esperando que alguien me llamara, por fin me explican lo que ocurre: me han cambiado la dirección electrónica, el nombre de usuario y la contraseña. ¿Por qué? Por razones administrativas del proveedor. ¿Alguien se ha molestado en avisarme? No. Lo han hecho a la brava, por las buenas, sin preocuparse en absoluto de mi bienestar ni mi salud mental. Han estado a punto de volverme majareta, pero lo único que se les ocurre, a cambio, es decir que lo sienten mucho. Ya ve el lector: la broma me ha costado 34.900 pesetas (por un nuevo disco duro que, lo reconozco, me apetecía mucho tener, y cuya existencia dentro de mi minitorre me soluciona otras muchas dificultades, pero que he tenido que comprar cuando no entraba en mis planes), varios
días de zozobra y muchísimas horas de trabajo. Por una serie de errores míos y por un descuido estúpido de mi proveedor. ¿Moraleja? Ándense ustedes con mil ojos y aprendan a escarmentar en cabeza ajena. Con tan noble propósito les he contado mi triste anécdota. Es un poco humillante, pero no me importa. Que les sirva.
35. LAS LISTAS DE AMIGUETES Usted es un/a chico/a muy listo/a y, por fin, superando las intrincadas dificultades de Windows (nefasto invento de un anti Cristo a quien los más ingeniosos y dominadores del inglés llaman Bill Puertas), o gozando de las encantadoras facilidades del santo y mirífico Mac (saludo a todos los que me vienen insultado desde hace semanas, por no haber admitido desde el principio que todos los dueños de PC somos tontos del bote, y que lo bueno es Apple, amén Jesús), usted, por fin —digo—, ha logrado entrar en Internet, sabe más o menos cómo localizar lo que busca y se ha hecho sus amiguetes en línea. Pero ¿dónde están sus amiguetes en línea cuando usted los requiere? No se sabe. Quizá en ese chat tan majo. Quizá en el foro de que le hablaron el otro día. Quizá pescando por la Red. Quizá tomándose unas copas o durmiendo la siesta, en el Mundo Real, lejos del ordenata. ¿No tiene usted modo de saberlo? Sí tiene. Quienes, siguiendo mi consejo de hace meses, se apuntaron en ICQ y se hicieron con el programa de Mirabilis, están ya acostumbrados a disponer de una “lista de amiguetes”. Es decir: una utilidad que tan pronto como entramos en línea nos informa de qué compadres y comadres están en la misma situación, dándonos el queo, además, en cuanto uno de ellos asoma por el ciberespacio. Una herramienta casi imprescindible y de tremendo éxito: según Mirabilis, el número de sus suscriptores ya rebasa los 4 millones de criaturas. O sea: vuelvo a recomendarles que se apunten al ICQ (que, por cierto, tiene versión Mac). No obstante, para que no digan que no les abro posibilidades, debo mencionar que existen otros varios programas de parecidas características. A saber: America On Line Messenger: Es el padre de todos ellos, pero olvídenlo. Su máxima utilidad está en el contacto con abonados de America On Line, enorme proveedor norteamericano con escasa implantación en Europa. Y tampoco ofrece grandes lujos de comunicación. ichat Pager 1.1. Buena interfaz, con posibilidad de clasificación de los amiguetes por gustos y aficiones. El chat tiene un aspecto estupendo. Y, como plataforma, es el que mejor funciona en Mac. Por poner alguna pega,
digamos que no prevé defensa contra quienes nos meten en su lista sin nuestro consentimiento. LiveList: Escasito en herramientas de contacto (no admite mensajes de más de 160 caracteres), con una interfaz pobretona y sin controles de privacidad. Eso: consume muy poquita RAM y, por tanto, puede utilizarse en sistemas no muy robustos. No hay versión Mac. PeopleLink: Parecido al anterior, algo más seguro en cuanto a privacidad. No ofrece transferencia de archivo ni chat en grupo. Consume pocos recursos. Personal Access List: Es casi clónico del anterior, sólo que con más cartelitos publicitarios. En resumen: ICQ los supera ampliamente a todos, en todos los puntos: mensajería, envío de archivos y URLs, comodidad, etc.. Véngase usted con nosotros. Direcciones de los programas mencionados: ICQ: www.mirabilis.com America On Line Messenger: www.aol.com ichat Pager 1.1: ftp.ichat.com (www.ichat.como para Mac). LiveList: ftp1.onlive.com (también ftp2 y ftp3). PeopleLink: ftp.peoplelink.com (www.peoplelink. com para Mac). Personal Access List: chatdl.excite.com (pal.excite.com para Mac).
36. MEJORAS (I) Sé, por las cartas, que los lectores de El Semanal se hallan en distintos niveles de pericia internetera. Cuento con el buen criterio de los más expertos: esta sección no es el lugar adecuado para ellos. Ni que decir tiene que agradezco sus comentarios, sus críticas y sus ayudas (a veces muy valiosas), pero todos sabemos que esta página está hecha para la gran mayoría, es decir para la gente que empieza. Ustedes, pues, que empiezan, tienen que haberse hecho ya con algún navegador. Lo más seguro es que sus primeros paseíllos por la Red los estén dando con Internet Explorer o con Netscape. Da un poco igual. Hasta la versión 4 de ambos productos, la ventaja caía rotundamente del lado de Netscape. Ahora, pueden ustedes pasar de las comparaciones entre uno y otro, para dedicarse a sacarles el máximo disfrute. Vayamos por pasos. Lo primero que deben hacer es asegurarse de que trabajan con la última versión, a saber: Internet Explorer 4.0 o Netscape Communicator 4.03. Si no es así, actualicen sus buscadores. Vayan a la página de Microsoft (www.microsoft.com) o a la de Netscape (www.netscape.com) y bájense lo más reciente. O, también, echen un
vistazo a las revistas de informática con CD-Rom incluido, porque muchas de ellas traen los archivos de los navegadores listos para instalación. Si me aceptan un consejo, y si el inglés no les produce sarpullido, no carguen la versión española de Communicator 4.03: es menos estable que la inglesa, no acepta determinados enchufables y tiene menos opciones. (En general, las versiones españolas plantean problemas de actualización y mejora en todos los programas.) Una vez instalada la última versión de su navegador, no piense que lo tiene todo hecho. Para disfrutar a tope de las posibilidades de la Red va a necesitar usted toda una serie de añadidos y « enchufables » (plugins, en inglés). Y lo mejor que puede hacer es cargarlos desde el principio, para evitar posteriores pérdidas de tiempo. Microsoft tiene montado un excelente sistema de actualización de Explorer. Vayan a http://www.microsoft.com/spain/default.asp (si tienen la versión española), pinchen « Microsoft Explorer Suite 4 » y, una vez allí, « Complementos de Internet Explorer 4.0 ». En esa página, seleccione de nuevo « Complementos… ». A partir de este momento, el sistema es automático: Microsoft le indicará los componentes que tiene instalados y los que puede instalar, señalando incluso los tiempos de descarga. Las instalaciones son fáciles y, por lo general, no dan problema alguno. Me encantaría decirles que lo mismo ocurre con las actualizaciones de Netscape, pero vamos a no mentir tanto. Lo veremos la próxima semana. En vista de cómo van las cosas, no tengo más remedio que hacer unas advertencias en lo tocante al correo electrónico. Primera. Esta dirección es la mía personal. La de El Semanal la encontrarán ustedes en la mancheta de la revista. Segunda. Atiendo las cartas en mi casa y con mi tiempo libre. Me encanta hacerlo, pero tengo limitaciones. No piensen que me respalda un equipo técnico. Me hacen ustedes consultas cuya respuesta requeriría un tiempo del que no dispongo, por no decir que me obligaría a escribir auténticos folletos. O sea: no me pregunten cosas como « ¿Qué es un chat, cómo funciona, qué programas debo cargar, cuáles son los chats más interesantes? ». Tercera. Ruego encarecidamente a todos que incluyan su nombre completo en las cartas que me dirijan.
37. MEJORAS (II) Duele de veras: con lo que yo he querido a Netscape, ¡tener que escribir lo que voy a escribir! He sido de una fidelidad casi absoluta. Apenas si había engañado a mi navegador favorito dos o tres veces, en leves intentos —más por curiosidad que por cualquier otra causa— de conocer un poco lo que
podía ofrecerme el Explorer de Microsoft. Ahora… Bueno: todavía no he llegado a la ruptura, ni creo que llegue en bastante tiempo, pero no me queda más remedio que admitir que Netscape no es el mejor en todo. Y, desde luego, no lo es en el campo que empezamos a tratar la semana pasada. Su sistema de actualizaciones no está tan bien urdido como el de Explorer. La casa se ha sacado de la manga un montaje llamado «Smart Update» (algo así como «actualización listilla», si ustedes me permiten), que debería correr como mercurio sobre seda, pero que no. Cuando va bien, nada que decir, salvo que no orienta tanto como Microsoft sobre los componentes que usted puede o debe añadir, ni anuncia tiempos de descarga, ni ofrece en realidad gran cosa. Abrimos el menú Help del navegador, pinchamos «Software Update» (actualización de componentes), se nos ofrece la página de «Smart Update», con una somera explicación y dos botoncitos abajo. Hay que pinchar el verde, el de la izquierda. Si es la primera vez, la máquina de Netscape va a pedirnos que nos identifiquemos, metiéndonos en un proceso engorroso (mucho más que el de Microsoft) y aconsejándonos con mucha vehemencia que obtengamos una «certificación». Ahí es donde el asunto puede entenebrecerse, porque el sistema se atasca la mitad de las veces. ¿Qué ocurre si no obtenemos la certificación? Puede usted seguir adelante, y que no le pase nada malo. Entiéndalo literalmente: si le pasa algo, si cambia de dirección electrónica, si no recuerda exactamente la contraseña, etc., no podrá usted entrar nunca más, a no ser que engañe a la censura de Netscape dándole datos falsos. Porque para retocar su registro necesita usted el certificado, y en los casos de comprobación éste no funciona NUNCA. Así de sencillo. Nunca. Bueno, ya digo: suponiendo que todo vaya bien, «Smart Update» estudia su instalación y le ofrece cargar lo que le falta. Y entra en funcionamiento un procedimiento automático de instalación de los añadidos que no le permite almacenar los archivos en su disco duro. Le suministran lo necesario, y se acabó. Si tiene usted que volver a instalar lo que sea, por cualquier razón, no le quedará más remedio que volver a pasar por el proceso entero. Una lata. (Que también nos da Microsoft, por cierto: sus actualizaciones tampoco se copian a nuestro disco duro.) Debo añadir, para colmo de males, que las actualizaciones o mejoras no siempre se cargan: aún no he conseguido, por ejemplo, que Cosmo Player me aparezca como « activado » en la relación de enchufables o « plugins ». ¿Será que sigo tonto? ¿Será que Netscape y Microsoft se aman en secreto?
Unas cuantas direcciones variadas (sorpréndanse): Virtual Library Museums: www.comlab.ox.ac.uk/archive/other/museums.html
Calendar Generator: www.intellinet.com/CoolTools/CalendarMaker Ciudad Futura: www.ciudadfutura.net Internet Reference Sources: www2.ebtech.net/~bsmith/refer.html On-line Dictionaries: www.bucknell.edu/~rbeard/diction.html HotMail: www.hotmail.com Rolling Stone: www.rollingstone.com/home.asp Free Windows: www.winmag.com/win95/software.htm (El signo ~ se consigue manteniendo pulsado ALT y tecleando 0126 en el teclado numérico.) Ignacio García Iglesias
38. UN POCO DE INICIATIVA « El servicio contestador de Telefónica le informa que… » No se informa que, se informa de que, pero el pavor al tan ridiculizado « dequeísmo » ha hecho que muchos usuarios de la hispana lengua hayan optado por su erradicación. En mis clases de la Facultad tengo observado que los alumnos huyen del gerundio como de la peste bubónica: se han enterado de que (observen el de que, por favor) su empleo es erróneo en algunos supuestos (« salió cerrando la puerta », por ejemplo) y, como no han asimilado bien la regla, prefieren abstenerse. Aquí, en Internet, somos la caraba: tenemos tanto miedo, que nos aferramos a lo más conocidito y no damos un paso fuera del tiesto. De hecho, estoy llegando a la conclusión de que (:-)) la mayor parte de nosotros sólo utiliza la comunicación electrónica para el chateo y la correspondencia. Hombre, está bien, y es muy revolucionario, y qué artículos les escribiría a ustedes sobre ciertos aspectos del asunto (el comportamiento de las mujeres en la Red, por ejemplo) si tuviera más sitio y no fuera tema impropio de esta media página. Pero he de empujarles a ustedes en otros sentidos. Se están perdiendo una enorme parte de los beneficios interneteros. Sea cual sea la actividad a que se dediquen, Internet puede ayudarles a mantenerse al día, si localizan las adecuadas fuentes de información. No hay prácticamente ningún campo de la ciencia, la técnica, las artes, que no esté tremendamente cubierto en la Red. Si padecen ustedes de ansias informativas, nada les impide mantenerse al corriente —y al instante— de lo que está sucediendo en el mundo, muchas veces desde distintos puntos de vista. Si quiere llevar al día la instalación de sus aplicaciones y utilidades, aquí puede hacerlo, casi siempre de modo gratuito… En fin: esto es una herramienta prodigiosa (aún más útil que las navajas del ejército suizo, pongo por caso) y hay que aprender a utilizarla, como hemos aprendido a llamar por teléfono, a usar el telemando o a programar la lavadora.
Y la primera fase del aprendizaje, me parece a mí, es la búsqueda. Por las preguntas que me hacen en sus cartas, me doy cuenta de que (:-)) muchos de ustedes ni se plantean encontrar las respuestas por su cuenta. De modo que vamos a ver si cambiamos la situación. Hoy, para empezar, voy a suministrarles una lista de buscadores, incluso de « buscadores de buscadores », que deben resolver todas sus dudas. Utilícenlos. No son mecanismos abstrusos. Los hay en todos los idiomas. No cuestan un euro. Y en las semanas próximas repasaremos otros recursos que tienen ustedes muy abandonaditos. Ahorrando espacio, excluyo los buscadores extranjeros. Pueden ustedes utilizar dos « buscadores de buscadores » que los abarcan casi todos: Copernic: www.copernic.com WebFerret: www.webferret.com Españoles: Búscalo: www.enter.net.mx/xyz/atajos/buscalo.html Altavista en español: www.altavista.magallanes.net/ Biwe: biwe.cesat.es/mrc-der.htm ¿Dónde?: donde.uji.es El Oteador: cvc.cervantes.es/oteador/oteador21.htm Globalcom: www.globalcom.es/indice/main.htm Elcano: www.elcano.com Eliana: www.eliana.com Fantástico: www.fantastico.com Hispavista: www.hispavista.com Infor: www2.infor.es/index.htm MIBI: www.uniovi.es/MIBI/principal Olé: www.ole.es/ Ozú: www.ozu.es/ Sol: www.sol.es/ Telépolis: www.telepolis.com
39. MI AMIGO CHANADOR Recibo el siguiente anónimo: « Hola: Solo escribo para expresar mi opinion (sic) sobre los articulos (sic) de informatica (sic) que publicas en El Semanal, y que en mi opinion (sic bis) son una basura, que ni sirve a novatos ni permite a menos novatos hacer algo mejor que envolver el bocata con la pagina. Bye ». Como ven ustedes, se trata de una persona de florida originalidad, dueño de una pluma repulidísima y muy reacia a las tildes. Quien, temeroso quizá de que le envíe un comando de venganza airada, puso buen cuidado en manipular su dirección para que no pudiera
contestarle. (Por cierto: su dirección falsa también nos da idea de la exquisitez del personaje:
[email protected].) Bueno, pues, lamentablemente, para eso sirve también el correo electrónico. Qué le vamos a hacer. Ni que decir tiene que la opinión de Chanador es tan respetable como la de cualquier otro ciudadano, aunque él no invite al respeto con sus procedimientos. En todo caso, siguiendo con lo dicho la semana anterior, vamos a aprovechar la excusa del anónimo para aclarar algunas cuestiones relativas al correo electrónico y su aprovechamiento. Primero: Ahora mismo no hay ningún proveedor de Internet en España que no suministre una o más direcciones de correo a sus usuarios. Si no tiene usted dirección, solicítela. Segundo: No contraiga matrimonio indisoluble con sus direcciones, porque pueden surgirle problemas si decide cambiar de proveedor. Utilice «redireccionadores», también llamados «remailers». Por ejemplo: la dirección mía que figura en estos artículos es un redireccionador. Una organización llamada iName me tiene abierta una cuenta en la que está anotada la dirección básica que me ha atribuido mi proveedor (que es, figúrense la complicación,
[email protected]) a la cual se remite directa e inmediatamente todo lo que llega para mí a
[email protected]. Es un procedimiento que funciona muy bien y que permite mantener una dirección estable aunque se cambie de proveedor (porque basta con cambiar la anotación en iName). Entiéndalo bien: yo no tengo que ir a buscar mi correo a la página de iName; ellos me lo envían a mi. Ni se entera usted del proceso. Tercero: También hay organizaciones que ofrecen dirección de correo electrónico a través de una página Web. Es decir: esté usted en el ordenador o la localidad que esté, le basta con acceder a esa página, meter su clave y recoger su correo. Aquí sí que es forzosa la recogida, pero el procedimiento tiene la ventaja de ser accesible desde otro ordenador, sin necesidad de configurarlo (sin necesidad, siquiera, de que tenga correo electrónico). Yo utilizo MailCity, que funciona más que aceptablemente. Cuarto: El correo electrónico se puede manejar con los propios navegadores (cuyos sistemas no son nada malos, en las últimas versiones). Esto es lo más cómodo. Pero también hay programas específicos de correo. El más común es Eudora, que tiene versión light gratuita y que se puede bajar de Tucows (cuya dirección ya he dado en dos o tres ocasiones). Quinto: Para no recibir porquerías por correo, utilice los filtros que le ofrecen los programas. Así, por ejemplo, puede usted impedir que le llegue ningún e-mail procedente de Chanador. Aunque, claro, el angelito siempre puede cambiarse el nombre.
En todo caso, a él va dedicada esta basura de artículo (perdón: «articulo»), con mucho cariño. Dónde obtener redirecciones gratuitas: Latin Mail: www.latinmail.com/ NetAddress: www.netaddress.com/ IName: www.iname.com/ HotMail: www.hotmail.com/ Global Mail: wwws.servicom.es/globalMail/ (no es gratis). The Replay Remailer: www.replay.com/remailer/anon.html (ofrece dos « redirecciones ») Correo en página Web: www.mailcity.com
40. EL ATONTADOR DE ORDENADORES (I) Siguiendo con el I Plan de Ensanchamiento de nuestro campo de actividades en la Red, hablemos hoy de Telnet. Telnet es un comando que atonta a nuestro ordenata, convirtiéndolo en mera terminal de otro, a través de la Red. Una vez establecida esta situación (ya veremos cómo), lo que tecleemos en casa se transmite a otra máquina de Internet, y es ella quien ejecuta nuestro comando. O sea, para mayor claridad: Telnet nos permite utilizar un ordenador ajeno, quizá situado a miles de kilómetros, y casi siempre mucho más poderoso y mejor dotado que el nuestro. Mediante un cliente Telnet podemos conectar con cientos de bibliotecas y bases de datos, además de ponernos en relación con muds (conferencias en tiempo real donde los usuarios manejan volúmenes y se desplazan en el espacio). Algunos proveedores de Internet facilitan su cliente Telnet, de modo que debe usted preguntar al suyo. Si no, tiene usted un comando telnet.exe en el directorio raíz de Windows —pero no ofrece maravillas. En shareware hay, por ejemplo, el CRT para Windows, y en freeware el NCSA Telnet para Mac. Tenga en cuenta, de todas maneras, que utilice el cliente que utilice siempre habrá de aprenderse los comandos de texto, y suerte tendrá si no pasa por un periodo de confusión. Telnet no es fácil. Cuando Telnet se pone en marcha, usted sólo puede escribir y corregir en una línea de texto (a veces a ciegas, sin ver lo que teclea). Para colmo, el cliente no guarda la información que recibe: ésta se desliza por pantalla y desaparece para siempre. Si queremos conservar los datos, hay que crear un archivo *.log, como más adelante vamos a ver.
Vamos a poner un ejemplo con CRT. Otros clientes siguen normas ligeramente distintas. La primera vez que arrancamos nos sale una pantalla de conexión. Por defecto, Protocol debe poner "Telnet", el puerto debe estar marcado 23, la emulación VT100 y la Session List Default. Para conectar con un ordenador remoto hay que crear un "perfil de sesión" (Session Profile). Vamos a ver cómo entramos en el sistema de biblioteca de la Universidad de California. 1. Pinchar "New" en la ventana "Connect". 2. En "Session Preferences", ponemos nombre a la sesión (el que queramos), metemos el nombre de máquina remota (en este caso, melvyl.ucop.edu) y pinchamos OK. Melvyl utiliza el puerto por defecto, es decir el 23. 3. Cuando creamos nuestro primer perfil, se nos pide que guardemos el archivo de sesión. Podemos aceptar el nombre por defecto o llamarlo como queramos y pinchar OK otra vez. 4. Vuelve a aparecer el diálogo de conexión. Pinchamos OK para abrir ésta. 5. En la ventana de Telnet aparece la petición de que metamos el código tipo de nuestra terminal (Terminal Type Code). Escribimos VT100 y damos intro. A continuación tendremos que crear el archivo log de nuestra sesión. Pero, qué remedio —el espacio manda—, habrá que esperar una semana para completar las instrucciones. Lo siento. CRT para Windows: ftp.vindyke.com o www.vandyke.inter.net NCSA Telnet para Mac: ftp.amug.org Galaxy (recursos): www.einet.net/hytelnet/HYTELNET.html Universidad de Cambridge (recursos): http://www.cam.ac.uk/Hytelnet/index.html
41. EL ATONTADOR DE ORDENADORES (II) Nos quedamos la semana pasada en la creación del log de nuestra sesión. Ahora tenemos que abrir « File » y seleccionar « Log Session ». La primera vez que lo hagamos, se nos solicitará que bauticemos el archivo. Use usted el nombre que quiera, con la terminación *.log, y pulse OK (eso sí: tenga en cuenta que si no utiliza un nombre nuevo para cada sesión, los siguientes archivos log irán sobreescribiendo los anteriores). Una vez en la ventana de Telnet, damos « intro » para que surja el menú de Melvyl. A partir de ahí, con alguna reticencia por parte del proveedor (no crean que todo el monte es orégano), podemos consultar el
catálogo de libros de la Universidad de California. Si necesitamos ayuda para interpretar los comandos, la solución es escribir « help » y dar « intro ». Para salir de la sesión hay que teclear « end » (también se puede salir mediante « file/disconnect », pero es mejor utilizar los comandos de texto que la máquina sugiera, para estar seguros de que la sesión se cierra por ambas partes). Hay una enorme --abrumadora, me atrevo a decir-- cantidad de sitios con los que podemos conectar vía Telnet. No se asuste usted, sin embargo. La semana pasada ya les mencioné un par de directorios donde encontrar direcciones, el de Galaxy y el de la Universidad de Cambridge. En España encontramos una buena cantidad de bibliotecas abiertas a los usuarios por esta vía (en el recuadro recogemos algunas). Lo mismo puede decirse de casi todos los países donde están implantadas las redes telemáticas, con fuentes de información en una gran cantidad de idiomas. No obstante, sería imprudente por mi parte no recordarles a ustedes lo ya apuntado en el artículo anterior: Telnet es una herramienta de trabajo, muy poderosa y muy útil, pero nada divertida ni fácil de manejar, ni bonita (no esperen gráficos hermosotes, porque no los hay). En cuanto fuente de datos, Telnet es considerablemente más fiable que la WWW, porque en ésta se encuentra de todo, sí, pero muchas veces la información nos llega sin aval alguno de calidad. A través de Telnet casi siempre consultamos gigantescas bases de datos preparadas por especialistas que no se han preocupado de adornarnos la pantalla del ordenador, pero que han introducido todo lo que conviene saber sobre un tema concreto. Dicho en otras palabras: para el profesional o curioso de un campo del conocimiento, Telnet ofrece posibilidades de acceso a la información que, desde luego, han sido impensables hasta hace muy pocos años y suponen un considerable adelanto en el modo de « repartir » el saber. Les recomiendo a ustedes que intenten un acercamiento al sistema, aunque sólo sea para enterarse de qué va. Y les ruego que no se desesperen si no les sale bien todo. (Diablos, casi se me olvidaba: desde los navegadores más populares —Netscape o Explorer— se accede al Telnet por el simple procedimiento de teclear la dirección en la casilla donde normalmente escribimos las direcciones de páginas www.) Consejo Superior de Investigaciones Científicas: (telnet = olivo.csic.es) (login = aleph) (terminal = 11) (salir = stop). Universidad Complutense: (telnet = eucmvx) (username = biblioteca) (salir = exit). Universidad de Zaragoza: (telnet = aneto.unizar.es) (username = biblioteca) (salir = exit).
Universitat Pompeu Fabra: (telnet = sahara.upf.es) (login = biblio) (salir = quit). Universidad Politécnica de Valencia: (telnet = biblioteca.upv.es) (login = llibres) (salir = tecla Escape). Universidad de Málaga: (telnet = bblcat.bbl.uma.es) (username = bblpublic) (salir = exit). Como el lector comprenderá, estas direcciones se dan a título meramente orientativo y no suponen preferencia alguna por mi parte. Gran parte de las universidades españolas tienen Telnet abierto. La tendencia, ya marcada por la Biblioteca Nacional de España, es hacia la integración de las Telnet en páginas web. Este proceso de simplificación parece irreversible.
42. TRANSFERENCIA DE ARCHIVOS Los archivos suelen bajarse de la Red utilizando la variante FTP (File Transfer Protocol) del navegador —en ese caso, observará usted que la dirección de descarga empieza por ftp:// en lugar de http://. En general, el material disponible vía FTP anónimo se puede recibir por medio del navegador que tengamos instalado. Cuando se trate de cuentas protegidas por contraseña o cuando queramos transferir nuestros propios archivos a otro ordenador de Internet (por ejemplo, para instalarlos en nuestra página Web), necesitaremos un software cliente que funcione con independencia del navegador. Si queremos utilizar el navegador, basta con que tecleemos ftp:// seguido de la dirección. Una vez establecido el contacto, nos aparecerá en pantalla un índice con nombres de carpetas, que se abrirán cuando las pinchemos para revelar su contenido. Luego, si queremos bajarnos un archivo concreto, bastará con que lo pinchemos a su vez. Pero si utilizamos FTP con frecuencia o, como hemos dicho arriba, queremos descargar algún archivo propio en otro ordenador, necesitaremos un programa específico. Windows 95 trae el suyo propio, gratis, pero es de uso antipático. Hay diversos «paquetes» con interfaz gráfica que pueden obtenerse fácilmente. Así, por ejemplo, el WS_FTP para Windows, de 3.11 en adelante, el Advanced FTP Voyager para Windows 95/NT o el Fetch para Mac. Vamos a conectarnos, usando WS_FTP en modo anónimo con el servidor FTP de Netscape. (En el recuadro adjunto encontrará usted la dirección de The Monster FTP Sites List, con cientos de direcciones y breve descripción de su contenido. Experimente.) 1. User ID = anonymous. 1. Host Name/Address = ftp.netscape.com.
2. OK. WS_FTP nos conecta con el servidor y aparece una nueva pantalla. A la derecha veremos la lista de directorios accesibles. A la izquierda, la estructura de ficheros de nuestro ordenador. 3. Seleccionamos el directorio pub (que en este caso es donde se encuentra lo más interesante). 4. En pub, abrimos la carpeta que nos interese (communicator, pongamos por caso) y, dentro de ésta, seleccionamos el archivo. 5. Marcamos en el lado izquierdo en qué carpeta queremos que se descargue el archivo. 6. Pinchamos dos veces en el archivo deseado y éste se descarga en la carpeta seleccionada antes. (Si ha elegido usted communicator 4.04, échele tiempo, porque se trata de la instalación completa del último modelo de navegador de Netscape.) Eso es todo. Tan sencillo como suena. Lo mismo, pero al revés, tendremos que actuar si lo que pretendemos en cargar un archivo en nuestra página web, para incluir en ella su contenido. Haga usted pruebas y verá que no le resulta nada difícil acertar. Dónde cargar: WS_FTP: ftp.ipswitch.com Advanced FTP Voyager: ftp.cura.net — : ftp.famvid.com — : www.cyberhost.com — : www.ou.edu Fetch para Mac: ftp.univie.ac.at — : ftp.euro.net Lista de servidores FTP: The Monster FTP Sites List: http://hoohoo.ncsa.uiuc.edu/ftp/ Para encontrar en qué servidor está un archivo: http://archie.rutgers.edu/archie.html
43. RECUENTO Mi primer artículo en esta sección apareció el 23 de marzo del 97, hace ya casi un año. Tuve claro desde el primer momento que me dirigía a un grupo de lectores nada expertos en Internet, pero que oían hablar del fenómeno en todas partes, y que estaban deseando enterarse de qué iba la cosa: personas como usted y como yo, sin formación técnica en el campo de la informática, que pronto se verían obligadas, por el imparable desarrollo de la comunicación, a utilizar este nuevo medio, como utilizan otros
igualmente revolucionarios en sus inicios: la radio, la televisión, el teléfono. Esta sección jamás abrigó el propósito de enseñar gran cosa a quienes ya poseían los conocimientos suficientes para navegar por Internet. Lo nuestro es un grupo de iniciación. Ahora no sé cómo darles a ustedes las gracias, porque parece que el proyecto ha salido bien, muy por encima de mis más descabelladas expectativas. En estos diez meses me han enviado ustedes 2.049 emilios (me encanta la palabra, tan ingeniosa y tan natural en castellano) o e-mails. He contestado casi todos ellos, salvo unos pocos, o por despiste mío o porque los remites no venían bien puestos. Los envíos proceden en su mayor parte de Euskadi, de Cantabria, de Galicia, de Aragón, de Andalucía, de Valencia y de Mallorca. No he llegado a encontrarme en persona con ningún lector o lectora, pero con algunos de ustedes mantengo una correspondencia que ya no es meramente informática, en un tono y en un nivel más amistoso que técnico. A ello ha contribuido el uso de ese programita que tantas veces les he recomendado, el ICQ, que facilita enormemente el diálogo en directo. No hay más allá de diez o doce cartas negativas, con críticas feroces en algunos casos y con insultos en un par de ellos. La sección, sin embargo, plantea un problema de continuidad que no sé bien cómo resolver. Pasados estos meses, tengo que imaginar que muchos de los lectores ya han aprendido lo suficiente como para tratar con ellos ciertas cuestiones algo más arduas. De hecho, los últimos artículos siguen esta línea: hemos hablado de actualizaciones en los navegadores, del correo, de telnet, de la transferencia de archivos. Pero lo cierto es que casi todas las cartas que recibo siguen conteniendo preguntas muy elementales, de personas que en modo alguno están preparadas para entender las complicaciones interneteras. En otras palabras: hay muchísimos lectores nuevos que van incorporándose a la sección, lo que quiere decir que para atenderlos tendría que mantenerme para siempre en los niveles básicos. Y ello implicaría, sin duda alguna, aburrir a los que vienen siguiendo CUADERNOS DE CIBERNAUTA desde el principio. No le veo más que una solución al problema: sé que lo he prometido hace semanas, pero el caso es que no tengo tiempo de mantener una página web con los artículos ya publicados; de modo que hagámoslo por la vía rápida: enviaré a todo el que me lo solicite un archivo Word 6/7 con los artículos que hasta la fecha hayan aparecido. Es una oferta que renovaré todas las semanas, para que nadie se despiste. Me encantará recibir las sugerencias de todos ustedes. Y muchas gracias.
44. GUERRA AL « BASUREO » (I) Tengo un callito en el dedo índice, de tanto atizarle en la oreja al ratón para que me borre emilios indeseables: anuncios de toda catadura, cadenas ominosas, pirámides, chollos informáticos, noticias que me importan un bledo, clubes de contactos, propuestas para hacerme millonario enviándoles un dólar a quienes me las sugieren. Pero también hay que entender que estos abusadores nos perjudican tanto a los usuarios como a nuestros respectivos proveedores de Internet, cuyos sistemas utilizan con todo el desparpajo del mundo, sin pagar por ello un mísero maravedí. Y, claro, son estos proveedores quienes más claman por controles, especialmente en EE UU, donde el « basureo » alcanza proporciones ciclónicas. Lo malo es que nadie ha atinado con una solución verdaderamente viable. Las medidas legislativas van a ser inútiles —todo el mundo lo sabe— y, para colmo, levantan muy justificados recelos en la tribu internetera, porque cualquier entrada que se dé al gobierno en nuestros asuntos de Red puede conducir directamente a la espantable censura que tanto ansían los mandamases norteamericanos. Supongo que prevalecerá el sentido comercial, y lo que acabará descubriéndose es el modo de que los proveedores de Internet cobren algo por el servicio que hasta ahora dan gratuitamente a los anunciantes barraganes. Aunque eso, a usted a y mí, nos va a dejar como estábamos: quizá nos descarguen un poco menos de basura en el patio, pero seguiremos recibiéndola por toneladas. Lo mejor será defenderse uno mismo; y, ya que no existe un procedimiento seguro, vamos por lo menos a aclararnos las ideas. Evidentemente, lo que debemos hacer es proteger nuestra dirección, evitar que nos la cacen los anunciantes furtivos. Casi todos los elencos de distribución de emilios se confeccionan mediante programas pensados para cosechar direcciones en los encabezamientos (headers) de las listas de correos y de los grupos de noticias. Con no participar en ninguna ni ninguno ya obtendrá usted, de entrada, un buen grado de invisibilidad. Aunque, claro, puede que a usted sí le apetezca participar. Entonces, hay un remedio simple: consígase una nueva dirección y utilícela exclusivamente para su correspondencia, jamás para poner mensajes en grupos, suscribirse a una lista ni afiliarse a nada que se le ofrezca a través de la Red. Otro modo de poner mensajes en los grupos sin revelar la dirección consiste en apelar a un «redireccionador anónimo», como Replay Remailer y Noah Anonymous E-Mail, que ponen sus mensajes (los de usted) como si fueran suyos (de ellos). En recuadro tiene usted unos cuantos (y sé que estoy dando una alegría a más de un lector).
FAQ de Redirecionadores anónimos: www.well.com/user/abacard/remail.html E-Scrub: www.e-scrub.com/products/index.html Noah’s Anonymous E-mail: noahs-place.com/anon/index.html The Replay Remailer: http://www.replay.com/remailer/ Para los que luchan contra el inglés que nos invade: http://babelfish.altavista.digital.com/cgi-bin/translate? Puede traducir automáticamente una página del inglés a algo parecido al español. Menos da una piedra.
45. GUERRA AL « BASUREO » (II) La semana anterior mencionamos algún que otro procedimiento para cubrirse contra las inundaciones de basura. Y decíamos que lo mejor era evitar, de antemano, que nos cazaran la dirección. Pero, en el muy probable caso de que su dirección ya esté en las listas de los furtivos, y de que usted no quiera cambiarla, aún le queda el recurso de apelar a los « filtros ». Como la mayor parte del basureo procede de ciertos nombres de dominio, que bastará con que usted le indique a su software que archive directamente en «basura» lo que de tales fuentes proceda… Casi todos los «paquetes» de e-mail traen sistemas de filtrado. Así, desde luego, los incluidos con Netscape e Internet Explorer. En la biblioteca de software de ZDNet, además de los programas, hay una lista de más de 3.000 dominios proveedores de basura. Pero tenga usted en cuenta que los basureros furtivos están constantemente cambiando de dominio, de modo que la tarea de mantenerse al día no es precisamente fácil. De hecho, si tiene usted tiempo y ganas, también puede combatir cara a cara con los malos de la película. Así, por ejemplo, nada le impide entrar en el grupo de noticias alt.stop.spamming, cuyos integrantes se pasan el día maquinando tretas para combatir el basureo (« spamming », en inglés). La clave está en localizar el dominio de origen de la basura, para, al menos, denunciarlo a nuestro proveedor de Internet. Cuando recibimos un emilio con el remite falso, podemos apelar a un mecanismo Unix llamado «traceroute», que viene incluido en Windows 95/NT (basta con teclear en una ventana DOS el comando tracert seguido del nombre de dominio que queramos investigar, por ejemplo c:\windows\tracert www.basura.com). Una vez localizado el culpable, lo suyo es hacerle un Whois en http://rs.internic.net/cgi-bin/whois, con lo cual sabremos hasta el número de
teléfono del administrador técnico, que bien puede no estar al corriente de que alguien está abusando de su conexión). ¿Conclusión? Usted mismo se la figura: por el momento, ninguna. Tenemos modos de defendernos un poco, pero no del todo. Como sucede con tantas cosas en Internet, dependemos de un confuso tropel de voluntades ajenas, unas bondadosas, otras malvadas. Que ganen las mejores. Porque, de otro modo, bien podría irse al garete todo este gigantesco tinglado del correo electrónico. (Nota: Sé que yo mismo me lo he buscado, y no me quejo; pero he recibido tal cantidad de solicitudes de envío del archivo con todos los artículos, que no me resulta nada fácil atenderlas. Ruego paciencia a todo el que esté esperando… Y otra cosa: mi agradecimiento a los varios lectores que me han propuesto montar ellos mismos y mantener una página web con los artículos. Puede que les tome la palabra, no crean.) Información sobre basura: www.cyberpromo.org Asociación de Marketing directo: www.the-dma.org Lucha contra la basura: spam.abuse.net/spam ¡Fuera la basura!: www.mids.org/nospam Lista negra: www.-math.unipaderborn.de/%7Eaxe/BL FAQ: www.cybernothing.org/faqs/net-abuse-faq.html Traceroute: www.boardwatch.com/mag/96/dec/bwm38.htm Traceroute: www.ra.net/tools/trace.html Herramientas anti basura: www.hotfiles.com/roundups/spam/rnp0897.html Traducción automática de páginas web al español (más o menos, claro): babelfish.altavista.digital.com/cgi-bin/translate? (Cuéntenme cómo les funciona, por favor.)
46. ICQ BIS O TRIS Inauguro solemnemente este articulín jurando que no soy representante de ICQ en la Península Ibérica, ni tengo interés material alguno en la difusión del programita de marras. Lo mío es amor puro, una vez más. Soy el trovador Macías de Internet. Dirá usted, que lleva meses utilizándolo y se lo sabe al dedillo: ¿por qué vuelve RB a la carga con ICQ? Pues porque 2 de cada 5 emilios que recibo me preguntan por él. Así que vamos a ver si dejamos las cosas claritas. ICQ (es decir I Seek You, «Yo te busco») es un servicio —gratuito, por ahora: estamos en fase beta— ofrecido por una compañía israelí
llamada Mirabilis (www.mirabilis.com). Por defecto, el programa se instala en INICIO y se coloca en modo de espera tan pronto como usted arranca el ordenata. Luego, cuando entra usted en línea, se abre del todo. A partir de ahí, ICQ está pendiente de lo que hacen los amigos que usted haya incluido en una lista muy fácil de confeccionar (estos amigos, desde luego, tienen que ser también usuarios de ICQ). En otras palabras, esta pequeña utilidad resuelve un problema tan viejo como Internet: el de saber cuándo está conectada la gente, para chatear con ella, intercambiar archivos, visitar al mismo tiempo una página web, cruzar emilios, etc. Todo ello en «tiempo real», aunque también existe la posibilidad de enviar mensajes a quienes no están en línea, para que los reciban cuando entren. Es más: el programa le avisa, con un pestañeo de su icono (incluso, en la última versión, con sonidos que usted mismo puede grabarse), cada vez que un colega se mete en línea, facilitando así el contacto. Y, además, la propia casa ofrece variadas posibilidades de conocer gente nueva, en foros o al puro azar. Que la cosa era necesaria queda demostrado por el éxito del programa: 7.000.000 de suscriptores tiene ya Mirabilis, 1.670.000 lo utilizan diariamente y en las horas punta podemos ser 400.000 al mismo tiempo. Todos los días se incorporan 40.000 nuevos suscriptores. Son cifras impresionantes, que no dejan de plantear problemas: últimamente, Mirabilis parece un tanto superada por las masas (ya verá usted lo que es lentitud, cuando intente entrar en la página; y ya experimentará, cuando utilice el programa, ciertas dificultades de conexión y funcionamiento). Pero todo se arreglará, supongo, si estos caballeros tan simpáticos y tan serviciales no desean echar por la borda todos sus esfuerzos. En fin: tiene usted los datos en www.mirabilis.com. Hay versión Mac. Pero TODO ESTÁ EN INGLÉS. Por favor, se lo suplico a ustedes: no me envíen ahora el típico emilio diciéndome que ya han instalado ICQ y que les explique cómo funciona. Comprendan que la petición rebasa con muchísimo mis posibilidades. Si no se las apañan con el inglés, algún políglota conocerán que pueda echarles una mano. Y tampoco sería mala cosa que alguno de ustedes, ducho en lenguas, tuviera la enormísima generosidad de traducir las instrucciones y meterlas en una página web. Automáticamente recibiría el título de Benefactor de la Internetidad.. He hecho lo que he podido por atender todas las peticiones del archivo con los artículos completos. Me han sido devueltos algunos envíos. Muchos lectores han añadido preguntas suplementarias a su emilio de solicitud. No he tenido tiempo ni de leerlas. Ruego que las repitan dentro de una o dos semanas, si siguen ustedes interesados. Cuatro o cinco lectores se han ofrecido para meter los artículos en sus páginas web. Ya les avisaré a ustedes. Y gracias. ¡No sabía que fueran tantisimísimos!
47. VELOCIDAD REGALADA Pues era verdad, mire usted por dónde. Era verdad. Me escribió un lector, hace unas semanas, pidiéndome opinión sobre el asunto, y no pude contestarle nada concreto, porque sí: había oído campanas, pero no les había prestado ninguna atención. Era demasiado bonito para ser cierto. En pocas palabras: modifica usted cuatro detallitos del ‘Registry’ de Windows 95, reinicia el ordenata, enciende usted su módem, se conecta usted con su proveedor y (ta-ta-ta-ta) empieza usted a delirar de placer. Porque, vamos, no está usted loco, ni ha tomado ninguno de esos alcaloides que centrifugan el cerebro, ni está padeciendo alucinaciones inducidas por la música ratonera de alguna página web. No. Pero el caso es que la velocidad de su conexión parece multiplicada por dos, así, de repente, más o menos. El ‘Registry’ está compuesto por un par de archivos principalísimos que tiene usted en su disco duro, si utiliza Windows 95, y hace lo que su propio nombre indica: registra todas las características de su configuración, hasta las más pequeñinas, de modo que el sistema operativo, al ponerse en marcha, sepa bien a qué atenerse y —por ejemplo— no nos endilgue un escritorio distinto cada día. Así de estúpidos son los ordenatas. Es como si usted, todas las mañanas, al levantarse de la cama, tuviera que repasar un pliego de órdenes para ir haciendo lo que tenga por costumbre en tan penosos momentos: pierna derecha abajo, empezar a incorporarse, pierna izquierda abajo, rascarse, bostezar, ponerse en pie, dirigirse al cuarto de baño, etcétera. Bueno, pues Windows 95 viene de fábrica con unas instrucciones que hacen más lenta su conexión con Internet. Píllenme esa mosca por el rabo. Los señores de Microsoft dan por sentado que su ordenador forma parte de una red LAN (como la que tenemos en la oficina, a base de cables) y ajustan la unidad máxima de transmisión y el tamaño máximo de segmento (valores MTU y MSS del ‘Registry’) a las características de esa red local. Que, por supuesto, no tienen nada que ver con lo que necesita una conexión por módem como la que usted y yo utilizamos en casa. Consecuencia: la transmisión ha de irse ajustando constantemente, para corregir el desfase, y todo marcha más despacio de lo que debería marchar. ¿Arreglo? Hay que ajustar los susodichos valores. Pero ni se le ocurra intentarlo por sus propios medios. Para eso está un programita gratuito que lo hace por usted, en un periquete. Se llama PPP-Boost y puede cargarse en www.c3sys.demon.co.uk. Una vez cargado PPP-Boost, instálelo y póngalo en ejecución. Escoja en todos los casos las opciones recomendadas. Acepte y reinicie el
ordenador. Y deléitese con la marcha que le agarra el módem. Increíble. (Por otra parte, si la cosa no es para enfadarse MUCHO con Microsoft, que venga Bill Gates y lo vea.) ADVERTENCIA: Toda modificación del ‘Registry’ es un peligro serio. Antes de ejecutar PPP-Boost, haga usted una copia, en un directorio temporal, de los archivos ‘system.dat’ y ‘user.dat’, que están en la carpeta de Windows. Si, una vez introducidas las modificaciones, se le presentan problemas, sustituya los nuevos archivos ‘system.dat’ y ‘user.dat’ por los que antes guardó. Así se recupera la configuración anterior a las modificaciones que haya introducido PPP-Boost. Si no se siente seguro, no haga nada. Yo no he tenido problema alguno, pero nunca se sabe.
48. LO QUE HAY QUE TENER Ahora que empezamos una nueva época (okuparemos una página entera, a ver si se cabe), a lo mejor nos conviene dar un repasito a ciertos arreos que hay o que conviene tener para ordenarse Internetero/a Errante. (Parto del principio, claro, de que ya tiene usted ordenador, módem y proveedor.) NAVEGADORES: Tómese una moneda. Cara: iExplorer. Cruz: Netscape. Láncese al aire tantas veces como sea menester, hasta que salga cruz. No descuide las actualizaciones, tal como veíamos en los artículos Mejoras (I) y Mejoras (II). ENCHUFABLES (plug-ins, dicen ellos): Quicktime: Para ver animaciones y películas, para oír música y audio. [www.quicktime.apple.com] (en esta misma página puede usted añadirse QuickTime VR —para realidad virtual— y QuickDraw 3D, para gente con el ratón muy bien puesto). Shockwave: Multimedia. Juegos interactivos. Conciertos en vivo (para despabilarse después de los juegos) [www.macromedia.com/help/sitemap.index.html]. Acrobat Amber: Para leer archivos *.pdf (gráficos y fuentes especiales). [www.adobe.com/prodindex/main.html]. Indispensable, oiga. Cool-Talk for Netscape: Audio en tiempo real. Para utilizar la voz en los chates [home.netscape.com/comprod/products/navigator/version_2.0/plugins/index.h tml] En esta dirección nos informan sobre todos los enchufables de Netscape. Real Audio: Como el anterior, pero no específico para Netscape [www.realaudio.com]. IChat: Para voz en chates de Red [www.ichat.com].
AYUDANTES (Helpers): amplían las posibilidades del navegador, pero funcionan por su cuenta, sin integrarse en él. Browser Buddy: Recoge páginas y nos las carga en el disco duro (para que las veamos luego fuera de línea) [www.softbots.com]. Oil Change: Nos avisa de las mejores que se ofrecen para nuestros programas y las carga automáticamente [www.cybermedia.com]. Unmozify: Para leer archivos del cache de Netscape, fuera de línea [www.evolve.co.uk/unmozify]. Webwhacker: Descarga páginas simples o enteras, y las guarda en el disco duro [www.bluesquirrel.com/]. UTILIDADES: Eudora Light: Versión aligerada y gratis del mejor y más popular programa para emilios [www.eudora.com]. Free Agent: Versión gratuita de uno de los mejores lectores de grupos de noticias [www.forteinc.com/getfa/getfa.htm]. Internews: Lector de grupos de noticias para Mac [www.dartmouth.edu/~moonrise]. My Yahoo! News ticker: Suministra noticias frescas en los temas que elijamos. [www.netcontrols.com]. WS-FTP: Transferencia y edición de archivos en un ordenador remoto [www.ipswitch.com/Products/WS_FTP/_work/index.html]. FTPArchie: El mejor archie para buscar y descargar archivos en todos los servidores FTP [ftp.ipswitch.com]. Internet Tele-Café: Más de 20.000 parroquianos del mundo entero, chateando [www.telecafe.com/telecafe]. Interphone: Chateo con voz (hace falta un módem de voz, ojo). [www.interphone.com]. Pow Wow: Chateo escrito o con voz, visita conjunta de páginas, intercambio de archivos [www.tribal.com]. Pointcast: Paquete para recoger noticias [www.pointcast.com]. CU-Seeme: Videoconferencia [www.cuseeme.com/cu-seeme.html]. GetRight: Excelente gestor de descarga al disco duro [www.headlightsw.com]. Look@Me: Conexión visual y operativa con otro ordenador remoto. Muy diver, cuando funciona [www.farallon.com]. ByLines: Para crear archivos de firma (signature), que se añaden automáticamente al final de los emilios [Interactive.apcmag.com]. FKZip: Compresor/descompresor de archivos [www.pkzip.com]. Stuffit: Parecido al anterior, para Mac [http://www.aladdinsys.com/]. WinZip: El rey de la compresión/descompresión para Windows. Y, por fin, las instrucciones de ICQ en español (amabilidad de J. Núñez, internetero de pro, que me envía la dirección). Un trabajo excelente
del «Proyecto Grumetes» [www.geocities.com/Eureka/4142/insticq.html]; para visitar el « Proyecto Grumetes », lo mismo sin « insticq.html ».
49. ZARANDAJAS Se lleva uno cada corte, a veces, con ustedes... Ni se sabe la cantidad de usuarios de Windows 95 que me han escrito esta semana (algunos con un rebote de mucho fuste) diciendo que ellos no tienen los archivos user.dat ni system.dat, y que de qué cataplines estoy hablando. (Me refiero a la recomendación que les hacía en el último artículo, en el sentido de que no instalaran PPP_Boost sin antes hacer una prudente copia de los susodichos archivos.) Miren ustedes, señoras y señores: no es posible que Windows 95 funcione sin esos archivos, de modo que no les quepa la más mínima duda, SÍ los tienen ustedes. Escondiditos, mas no por ello menos prepotentes. Vamos a ver: abra usted MiPC, luego VER, luego OPCIONES DE CARPETA, luego otra vez VER, luego compruebe que tiene usted marcada la opción VER TODOS LOS ARCHIVOS. Y hale hop: la próxima vez que busque user.dat y system.dat el sistema operativo tendrá la suma amabilidad de indicarles dónde se encuentran... Los de Microsoft —que a veces tendrían que llamarse «microsesos», porque les escasea la materia gris— hacen que por defecto los archivos de sistema no resulten accesibles al usuario, no sea que algún manazas les estropee su bonito sistema operativo. Ya ven. Quizá por asociación de ideas, porque en módemes andábamos, otras pregunta (queja) que me ha diluviado esta semana es la relativa a por qué satanases se compra uno un cacharrito de 33.6 y no funciona a 33.6 ni por casualidad. Hombre, exageran ustedes: a mí me sale el 33.6 una de cada cincuenta veces, más o menos. Casi siempre me marco 31.2, y otra de cada cincuenta caigo a 28.8. Debo de ser un privilegiado. Verán: la velocidad de conexión no depende sólo del módem, ni mucho menos (ojalá). Depende: 1º) Del servidor remoto con que se conecte usted, que puede ser modelo lentorro, o puede estar recibiendo demasiadas visitas a la vez (con lo que se ve obligado a repartir su capacidad entre muchos, y usted le toca poco). 2º) Del recorrido que siga su conexión, esté donde esté el servidor remoto (quiero decir: a lo mejor está usted llamando a Bilbao desde Donosti, pero su intento pasa antes por Sydney). 3º) De la capacidad de línea que tenga su proveedor de Internet, que a ciertas horas puede no ser suficiente para albergar a todos los abonados; 4º, y ultimo en importancia) de la calidad de línea que usted tenga: a nada que sufra de parásitos, por ejemplo, se le pueden chafar los datos en transmisión... Todo esto va a pasar al olvido dentro de pocos años, cuando las nuevas
tecnologías se afinen, se abaraten y se impongan. Pero, hoy por hoy, la solución es un ajo machacado y disuelto en agua, bebido de un solo buche, antes de conectar. Y, para concluir, otra «zarandaja»: unos cincuenta de ustedes se han quedado sin recibir el archivo con los artículos anteriores porque el servidor me ha devuelto el envío. En casi todos los casos, se trata de personas que no han introducido bien su dirección emiliana en el programa de correo que utilizan, de modo que la respuesta automática introduce datos erróneos. Nada que yo pueda hacer. Lo lamento (como también lamento no poder enviar el archivo por correo, ni en formato texto, ni en nada que no sea lo que he ofrecido: doy lo que tengo).
DIRECCIONES Ni que decir tiene que para esta nueva sección nuestra se aceptan y se desean sugerencias de los lectores, y comentarios. http://personal.redestb.es/guia_mirc/ http://www.british-museum.ac.uk/ http://www.refdesk.com/factdict.htmlIgnacio
García Iglesias
50. HACIENDO PÁGINA Sean ustedes amables, dejen que me meta un chute de modestia, no esperen TANTO de mí. Yo no hago páginas web. Dicho queda. Tengo ese fallo. No soy un internetero completo. Por el momento, no me interesa mucho montarme un tenderete o tabanco en la WWW (MMM, Malla Máxima Mundial, como propone el Instituto Cervantes en cvc.cervantes.es/oteador/). A lo más que he llegado es a ocupar una casilla de GeoCities con una foto mía y un currículo, sin gracia ninguna, ni conato de arte (www.geocities.com/soho/gallery/6776), y ni siquiera puedo actualizarla, porque se me ha olvidado la contraseña y nunca tengo tiempo de buscar que me la recuerden. O sea: no esperen ustedes grandes revelaciones de este artículo. Pura información sencillota para los muchos que insisten en preguntarme cómo se hace una página web. Primer detalle: las páginas web se escriben en un lenguaje llamado HTML (HyperText Markup Language), una especie de lingua franca que todos los navegadores (Netscape, iExplorer, etc.) entienden o deben entender y que en sus últimas especificaciones (HTML 4x) controla ya todos los aspectos del trabajo, incluida la tipografía. Segundo detalle: maldita la falta que le hace a usted conocer el lenguaje HTML, hoy en día: los «editores» de páginas se lo dan todo hecho. Más o menos. Tampoco vaya usted a creerse que es pan comido.
Hay que tener alguna idea de los principios básicos. No obstante, encontramos un excelente manual básico de HTML en wmaestro.com/webmaestro/. Utilícenlo. Yo, con el espacio de que dispongo, no puedo ni ofrecerles a ustedes una idea general. Para eso está la Red, sin embargo: para ayudar cuando hace falta. Tercer detalle: las rosas tienen espinas, como todo el mundo sabe. Es más o menos fácil hacer una página, y la oferta de «editores» cubre casi todas las demandas imaginables, pero no crea usted que ha terminado el trabajo con diseñar la página. Aún le queda el nada insignificante paso de «alojarla» en algún sitio donde los demás podamos verla. Tiene usted una enorme lista de alojadomientos en la dirección www.arrakis.es/~melgar/gratis/homepage.htm (donde, además, se ofrecen unas cuantas consideraciones generales que aquí tampoco nos caben). Cuarto detalle (más bien conjunto de detalles): algunos alojamientos tienen su propio editor de páginas web (es el caso de GeoCities, por ejemplo), pero muchos le permiten subir las páginas creadas con otros editores. Estos «otros editores» son muchos, unos más sencillos que otros. Los más elementales vienen con las últimas versiones de los procesadores de texto y de los navegadores (Netscape Communicator 4.x trae Composer, que para trabajos simples no está nada mal). Los más modernos y aclamados por la cátedra son los siguientes: — BBEdit 4.5 (Mac) www.barebones.com — CyberStudio 2.01 (Mac) www.golibe.com — DreamWeaver 1.0 (Mac, Windows 95/NT) www.macromedia.com/ — FrontPage 98 (Windows 95/NT) www.microsoft.com/frontpage — Fusion 2.02 (Mac, Windows 95/NT) www.netobjects.com — HomeSite 3.0 (Mac, Windows 95/NT) www.allaire.com — HotMetal Pro 4.0 (Windows 95/NT) www.softquad.com — Page Mill 2.0 (Mac, Windows 95/NT) ww.adobe.com/prodindex/pagemill/
— Style Maker Windows 95/NT) danere.com/StyleMaker — Webber Active 4.0 (Windows 95/NT) www.expertelligence.com En principio, ninguno de ellos es gratuito, aunque en algún caso hay versiones de evaluación. Y a todos cuesta trabajo meterles el diente, así, de primeras. Yo les aconsejaría que empezaran ustedes con los no venales y más o menos fáciles que traen los navegadores y procesadores de texto. Si crea usted una página web, querrá que los demás la localicemos en los buscadores. Visite www.buscadores.com/ Como ya teníamos anunciado, varios lectores han puesto página donde encontrarán ustedes, recogidos con mucho cariño, los artículos
previamente publicados en esta sección. Les debo tremendos agradecimientos, claro. Las direcciones son: www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 (Julio López Llamas). www.la-concha.com/cuadernos (Virginia Gasull). personales.mundivia.es/personales/casiopea/index01.html (J.M. Alsar). Hay otras es construcción, sobre las cuales informaremos en su momento. Gracias a todos los paginadores. Quienes, por cierto, me quitan un duro trabajo de encima: a partir de ahora pueden ustedes cosechar los artículos con sus propias manos, en cualquiera de las susodichas páginas. No me los pidan, por favor, que no voy a seguir enviándolos. Y gracias, muchas gracias, a todos los solicitantes. Yo a los lectores.
http://www.worldtime.com/ http://werbach.com/web/wwwhelp.html http://mexico.web.com.mx:80/ http://cvc.cervantes.es/oteador/oteador21.htm http://www.eroscan.com/ http://www.editoresdeespana.org/catalogo.htm http://www.areas.net/dp/home.htm http://www.ciudadfutura.com/internet-gratis/ http://www.ferca.net/lasnoticias/ Todas estas direcciones funcionaban en el momento de escribir este artículo.
51. INTERESADOS DIRIGIRSE A Quien esto firma (por no decir «yo», que siempre queda como egoísta) nunca ha sido muy fanático de clubes y tertulias, ni, por consiguiente, de las llamadas «listas de correo». Pero tampoco puede negarse que éstas son una de las herramientas más utilizadas de la Red, y quizá de las más serias y pertinentes para intercambiar opiniones, asentar conocimientos, despejar dudas y participar de ambientes centrados en torno a algún tema. Una lista de correos es un grupo de personas que comparten intereses y que intercambian mensajes por la vía del correo electrónico. Las hay de varias clases: Listas de anuncios y listas de diálogo. Las primeras son lo que su nombre indica, es decir tableros de anuncios que están ahí para que alguien los lea, pero que sólo funcionan en un sentido (envían mensajes, pero no
los reciben). Encontramos un ejemplo casi monstruoso —800.000 suscriptores— en el Digital Dispatch de CNET. Las listas de diálogo, en cambio, son un foro público donde los suscriptores exponen sus ideas, hacen preguntas, ofrecen ayuda e intercambian ideas. Como regla general, las listas de diálogo suelen ser mucho menos multitudinarias que las de anuncios. Listas públicas y listas privadas. Claro está: unas se abren a todo el que llega y otras tienen una especie de portero en la puerta que sólo deja entrar a los coleguis, como en las discotecas selectísimas. Según L-Soft, distribuidor de software para listas de correos, sólo un 20% de los cientos de miles de listas existentes en la actualidad está abierto al público sin reservase el derecho de admisión. Listas con moderador y listas sin moderador. En las segundas llega usted y achincheta su mensaje y nadie se lo controla. En las primeras hay un señor que se lee antes lo que usted quiere incluir y que puede corregirlo, cortarlo o lisa y llanamente rechazarlo (por la razón que sea, sin dar explicaciones a nadie). Listas con resumen. Para reducir el número de mensajes que puede usted recibir si se suscribe, hay listas que se los envían agrupados. En otras palabras: usted no recibe un emilio cada vez que alguien pone un mensaje en la lista, sino que le van llegando los mensajes agrupados en un solo emilio, cada cierto tiempo. Para trabajar con listas de correo usted sólo necesita un cliente de email. Vale cualquier, pero ojito: si se suscribe a muchas listas, va a necesitar un cliente capaz de crear buzones múltiples, de clasificar los mensajes directamente en alguno de esos buzones y de filtrar lo indeseable. Tareas perfectamente al alcance de los clientes de correo que vienen con iExplorer y con Communicator, y que también se desempeñan la mar de bien con Eudora o Pegasus. O sea que no tiene usted que preocuparse. Sólo tiene que aprender. No nos va a caber todo esta semana, pero vamos ya a estudiar los primeros pasos. Creación de buzones individuales. Lo ideal es crear uno para cada lista de correos a que nos suscribamos. En casi todos los clientes de correo se puede hacer esto con unos cuantos golpes de ratón. Pongamos por ejemplo Eudora: seleccionar Mailbox/New y bautizar el buzón; pasarlo incluso a carpeta (folder), para que nos permita crear subclasificaciones. La semana que viene veremos los filtros, los métodos de suscripción, etc. ☺ Listas de correos de acceso público: www.NeoSoft.com/internet/paml/indexes.html
Listas de distribución de correo electrónico: http://www.ulpgc.es/cicei/correo/listas/listas.html Digital Dispatch: www.cnet.com/Community/Welcome/Dispatch Servicio de listas de distribución de RedIris: www.rediris.es/mail/list/ Lista de distribución de Grumetes: www.rediris.es/list/info/grumetes.html
52. INTERESADOS DIRIGIRSE A (II) Terminamos hoy con las listas de correos y sus procedimientos. Creación de filtros. Los filtros le permiten a ustedes especificar un remitente o una cadena textual (serie de letras) que su cliente de correo escanee en la cabecera (header) de los emilios entrantes. Así, por ejemplo, todo lo procedente del amor de su vida pasa al buzón «Amor de mi vida» (suponiendo que el amor de su vida tenga un buzón, claro; no todos lo tienen). No hay dificultad en la creación de filtros para una lista de correos. Vamos a verlo en los clientes de correo que vienen con Communicator y con iExplorer (parto del principio, demostrablemente cierto, de que los usuarios de Eudora y Pegasus saben ya muy bien cómo hacer todo esto; por no decir nada de los de Mac o Linux): Creación de filtros en Netscape Communicator. Abra Edición Filtros Nuevo. Lo demás es evidente: le pone usted nombre al filtro y le indica al programa las condiciones para que archive un determinado mensaje en un determinado buzón. Creación de filtros en iExplorer. En OutLook Express, seleccionar Herramientas Asistente para la bandeja de entrada Agregar. A partir de ahí tiene usted casi todas las posibilidades deseables. Un detalle importante: el asistente le permite clasificar mensajes recibidos con anterioridad, poniendo primero los criterios y luego pinchando en Aplicar y seleccionando el buzón que deseemos pasar por el filtro. Cómo suscribirse. Pero, claro, antes de recibir mensajes y clasificarlos hay que entrar en algún club que nos los envíe. Cuando la lista tiene web, el asunto no levanta problema alguno, porque basta con seguir las instrucciones. Cuando no, la cosa puede resultar algo más complicada: casi todas las listas de correo utilizan algún gestor que automatiza la suscripción y hay tres gestores de listas principales: ListServ, Majordomo y List Processor (ListProc). En ListServ hay que enviar un mensaje a «listserv@» incluyendo en el texto (no en el tema o subject) la mención
«subscribe <nombre de la lista> <nombre de pila del solicitante> ». En Majordomo, enviar un mensaje a «majordomo@» incluyendo en el texto (no en el tema o subject) el mensaje «subscribe <nombre de la lista>». En ListProc, el procedimiento es el mismo que en ListServ, pero, obviamente, enviando el mensaje a «listproc@». Es frecuente que la administración de cada lista facilite las instrucciones para darse de baja (cuando usted se harte de recibir mensajes que no le interesen, porque se ha equivocado de lista, pongamos por caso nada infrecuente). Si no, lo que hay que hacer es enviar un mensaje al administrador de la lista con la mención «unsubscribe »<nombre de la lista>» en el texto. Puede añadir su dirección electrónica, si ha cambiado desde el momento en que hizo la suscripción. Y no se confunda: envíe sus mensajes de suscripción a la dirección de la lista (que siempre será algo así como «
[email protected]»). Si lo envía a la dirección de la lista, les llegará a todos los suscriptores, que no se pondrán nada contentos. Artículos anteriores (por favor: no más peticiones directas) en: www.la-concha.com/cuadernos www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 personales.mundivia.es/personales/casiopea/cuadernos.doc www.arrakis.es/~justi www.etsiig.uniovi.es/~delegacion2/ciber.htm http://members.xoom.com/BilboBolson/ Otras direcciones para cargar el PPP_Boost: ftp.ultra.net.au/pub/win95/ppp_boost.zip ftp.southeast.net/private/union/ppp_boost.zip Ayuda para Windows 95 (dirección enviada por J. Manuel López): http://www.ethek.com/ Listas de correos: http://www.la-mano.com/listas/index.html
53. LO QUE UNO USA Esta semana voy a abrirles mi corazón bit-bit-bit y les voy a confesar cuáles son las aplicaciones y utilidades que más utilizo. Simple orientación. Ni que decir tiene que hay otros muchos programas en mis enormes discos duros (toma farde); pero éstos son los que siempre tengo a mano.
Windows Commander. Es mi programa favorito, con mucha diferencia. Sustituye con tanta ventaja al Explorer o al Mi PC de Windows 95, que no vale la pena ni razonar la elección. Se puede hacer todo con los archivos y, además, facilita extraordinariamente los procesos de compresión y descompresión. Hay que soltar la pasta, pero es poquita. Word para Windows 8.0. Monstruoso. Un cachalote enorme, que viene con el Professional Office 97 (una manada de cachalotes, por su parte). Caprichoso, vacilante, complicado, se zampa los recursos como galletitas, es incompatible (¡!) con las versiones anteriores de Word (aunque lo hayan arreglado algo con el Service Pack que sacaron luego y que es de instalación muy aconsejable), viene a ser la bandera de la estupidez en que puede incurrir el mejor equipo de programadores del mundo. Lo uso porque no tengo más remedio, porque lo instalé y cualquiera se atreve a desinstalarlo, teniendo en cuenta sus concomitancias con iE 4.01. Pero está pidiendo a gritos una nueva versión más inteligente. Eso sí: no hay tontería inútil que no se les haya ocurrido añadir. Vale una pasta. Netscape Communicator. Ya hemos hablado suficientemente del asunto. Sólo uso iExplorer por las componendas que hace en la barra de tareas. Navego siempre con Communicator. Cuestión de costumbre, desde luego, porque llevo con él desde la primera beta, pero también creo que aún conserva alguna ventaja sobre iE. Entre otras, al menos en mi sistema, la velocidad. Por cierto: conviene cargarle todos los enchufables o plugins que vayan surgiendo al pasar las páginas. Gratis. ACDSee32. Un magnífico programa para ver imágenes. Da una calidad de primera, permite distintos métodos de visualización y carga los pesados archivos gráficos a buena velocidad. Shareware, con periodo de cata. CPIC32. Otro magnífico programa para ver archivos gráficos. Seguramente el mejor en cuanto a velocidad, sobre todo si le gusta a usted ver sus fotos en plan « pase de diapositivas ». Shareware, con periodo de cata. Cryptext. Sencillo sistema de criptografía. Se ofrece pinchando el botón derecho en cualquier archivo (dentro de MiPC o Explorer). Sólo puede darle un problema, en mi triste experiencia: que se olvide usted de la clave que ha puesto. Utilice siempre la misma, hágame caso. Gratis. (Como ustedes saben, también se pueden criptografíar los archivos de Word, WP, Lotus, etc., desde los propios programas.) MoreSpace. Una buena ayuda para echarle una limpiadita al disco duro de vez en cuando. Localiza archivos temporales, delata duplicaciones, señala carpetas hipertróficas que no utilizamos nunca y se nos comen el espacio. Shareware, con periodo de cata. PowerToys. Un añadido indispensable para Windows 95. Ofrece, entre otras varias cosas: visor para archivos CAB, control de velocidad de los
menús secundarios, cambio rápido de resolución, TWEAK UI (una aplicación para retocar la configuración de Windows que es una joya en sí misma)… Gratis. Que disfruten lo disfrutable. Windows Commander: http://www.ghisler.com/ ACDSee32: http://www.download.com/PC/Result/Download/0,21,20228080,00.html Cryptext: http://www.pcug.org.au/~njpayne PowerToys para Windows 95: http://tucows.eunet.be/shell95.html#powertoys MoreSpace: http://www.winmag.com/software/sharec.htm#A7 Cpic32: ftp://ftp.photodex.com/cpic32.exe Los artículos anteriores pueden consultarse en: http://members.xoom.com/BilboBolson/ http://personales.mundivia.es/personales/casiopea/cuadernos.doc http://www.etsiig.uniovi.es/~delegacion2/ciber.htm http://www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 http://www.arrakis.es/~justi/ http://www.la-concha.com/cuadernos Quiero recordar a todos que para mí es un verdadero placer recibir emilios de los lectores, pero, por favor, tengan en cuenta que esta correspondencia la atiendo en mi tiempo libre, en mi casa, con mis propios medios y sin ayuda de nadie. Esto no es un consultorio sobre informática. No me planteen problemas que podrían ustedes dirigir a las revistas especializadas. Y, por favor, por favor, por favor: utilicen los archivos de ayuda de sus programas. No me pregunten lo que podrían averiguar con un leve esfuerzo por su parte. Gracias.
54. LO QUE SE PUEDE TENER (I) A partir de hoy, y durante varias semanas, vamos a convertir esta sección en una panorámica de los programas que un buen internetero puede (hasta debe, en muchos casos) tener instalados en su sistema. Vamos a seguir el
criterio de clasificación de Tucows, la mejor página de software para comunicaciones que existe en el mundo. No obstante, nos fijaremos sobre todo en lo gratuito o muy barato. UTILIDADES PARA MARCAPÁGINAS. Son pequeños programas que nos ayudan a organizar nuestros marcapáginas («Bookmarks» en Netscape y «Favoritos» en iE 4.0). BookMarx (13.09.97). Repasa los marcapáginas y comprueba si ha habido cambios en ellos, o si la dirección sigue siendo válida. Shareware: 15$. LinkMan (12.03.98). Recoge los enlaces de cualquier página que hayamos guardado y nos permite añadir los URL que queramos. Luego podemos catalogarlos, organizarlos e incluso montar una página web con ellos. De hecho, sustituye el sistema de marcapáginas de los buscadores. Gratis. LinkSweeper (25.02.98). Recorre los marcapáginas y poda los que ya no están vigentes. Shareware: 10$. QuickLink Explorer (03.03.98). Es un programa con una pinta excelente, pero no he tenido tiempo de trabajarlo. Como LinkMan, se pone en lugar del sistema de cada navegador. También permite conversiones entre distintos formatos de marcapáginas. Hay versión gratis y versión « standard » (10$). Si alguno de ustedes lo somete a prueba, no deje de contármelo. PARA AÑADIR A LOS NAVEGADORES. Programas que aportan nuevas funciones al navegador. Aleka (31.01.98). A mí me sobra, pero hay quien bebe los vientos por él. Puede usted puntuar las páginas, para luego acordarse de si le habían gustado o no. Sugiere sitios similares al que estamos visitando, con posibilidad de saltar a ellos inmediatamente. Envía y recibe mensajes. Gratis. Download Butler (09.03.98). Extraordinariamente útil para cargar páginas al disco duro, incluso comprimiéndolas. Shareware: 29.95$. Full Screen for Netscape (11.03.98). Me encanta. Permite trabajar con Netscape a pantalla completa (una opción que iE trae de fábrica). Shareware: 10$. WebTurbo para iE y Communicator (05.01.98 y 20.12.97). Facilita y acelera la búsqueda, el estudio y la organización de la información. Utilizando los seis buscadores más importantes, WebTurbo inmediatamente crea sumarios esquemáticos de las páginas encontradas. Hay quien dice que se trabaja diez veces más de prisa. Yo lo he desinstalado, porque no he tenido paciencia para aprenderme bien su funcionamiento. Gratis. VISORES DE CACHE. Programas que trabajan con el cache de los navegadores, permitiéndonos visitar de nuevo las páginas en que hemos estados últimamente. Especialmente útiles para ver gráficos sin tener que cargarlos otra vez.
Cache Master (20.04.96). Permite la creación de viñetas en un archivo del disco duro, facilitando la localización de los gráficos. Shareware: 16$. Cache Explorer para iE y Communicator (10.01.98). Acceso fuera de línea a las páginas visitadas. Muy bueno. Shareware: 18$. NAVEGADORES FUERA DE LÍNEA. Parecidos a los anteriores, sólo que ellos controlan la carga de la página al disco duro. Anawave WebSnake (02.10.97). Cumple excelentemente con sus funciones y tiene una interfaz tipo «wizard» muy fácil de manejar. Shareware: 29.95$. BlackWidow (18.03.98). Literalmente «arranca» información de las páginas para pasarla al disco duro. Excelente programa. Shareware: 39.95$. Go Ahead Got It! (01.11.97). Posiblemente el mejor « acelerador » de descarga, mediante la utilización de tiempos muertos. Fácil de usar. Shareware: 19.95$. Navroad (11.01.98). Navegador fuera de línea capaz de manejar GIF transparentes, colores de fuentes, etc., todo ello desde un disquete, si nos da ese capricho. Shareware: 30$. Netsuck (10.03.98). Cargador de páginas al disco duro. Gratis. Web VCR (28.01.98). Comodísimo y muy potente. La información recogida puede pasarse a disquete, Zip o CD-ROM. Shareware: 29.95$. Todos estos programas pueden cargarse en Tucows: www.tucows.com/ Encontrarán ustedes los artículos anteriores de esta sección en las direcciones siguientes: http://members.xoom.com/BilboBolson/ http://personales.mundivia.es/personales/casiopea/cuadernos.doc http://www.etsiig.uniovi.es/~delegacion2/ciber.htm http://www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 http://www.arrakis.es/~justi/ http://www.la-concha.com/cuadernos
55. LO QUE SE PUEDE TENER (II) Seguimos con nuestra panorámica de los programas que un buen internetero puede instalar en su sistema. Nos atenemos al criterio de clasificación de Tucows, la mejor página de software para comunicaciones que existe en el mundo. No obstante, nos fijaremos sobre todo en lo gratuito o muy barato. Para las refractarios al inglés señalo la presencia de una www.programas.com, dirección que me facilita una lectora y donde,
al modo de Tucows, viene estupenda información sobre el software disponible para Internet. COMPLEMENTOS DEL NAVEGADOR (PLUGINS). Módulos que robustecen considerablemente los talentos innatos del navegador y nos permiten acceder a páginas cuyos contenidos, de otro modo, no podríamos ver ni oír. AnimaFlex (19.08.97). Complemento Netscape para ver gráficos de tipo AnimaFlex, muy pequeños y con animación. Más que nada, es gratis y ocupa poco espacio. Crescendo (28.10.97). Para oír el sonido de algunas páginas. Requiere tarjeta de sonido, y funciona con Netscape. Hay que tenerlo. Gratis. Envoy (28.11.96). Para ver documentos Envoy en Netscape. Poco importante. Beta gratuita. MOD (06.01.98). Complemento MOD para Netscape e iE. Nos permite oír mods, archivos s3m, etc. La nueva interfaz incluye un analizador de espectro de cincuenta bandas. Permite incluir archivos de sonido en nuestra propia página. Gratis. Netopia Virtual Office (12.01.98). Empieza recogiendo información personal y profesional del usuario. Con ella construye una página Web, a nuestro nombre, y desde esta página se puede transferir archivos, recogerlos, charlar e incluso controlar la máquina del interlocutor. Con medidas de seguridad. Cuesta 49.95$, pero tiene una demo que nos permite probarlo. QuickTime (10.02.98). Absolutamente indispensable. Permite ver películas QuickTime. Gratis, por cortesía de Apple. Hay otros muchísimos complementos o enchufables. En la página anteriormente mencionada, www.programas.com, encontrará el lector muy buena información sobre ellos. METABUSCADORES. Permiten realizar una misma búsqueda en varios buscadores al mismo tiempo, con el consiguiente ahorro de tiempo y paciencia. Copernic (05.03.98). El mejor, a mi humilde entender, tanto por lo rápido que es como por el modo que tiene de presentar los resultados. Si usted utiliza con frecuencia los buscadores, esta herramienta le será de enorme ayuda. Cuesta 29.95$, pero los vale. COMPARTIR EL MÓDEM. Tengo mis serias dudas sobre la rentabilidad de estos sistemas en una casa particular, pero conviene al menos mencionarlos. En resumidas cuentas, se trata de programas que conectan dos o más ordenadores a un mismo módem. Son caros casi todos ellos, con una excepción brillante. RideWay(TM) (18.02.98). Lo dicho: múltiples usuarios en una sola línea telefónica, con —también— una sola conexión a Internet. Funciona en red,
sin embargo, pero ya saben ustedes que la última moda es montar pequeñas redes en las casas, para ir aprovechando los ordenadores jubilados. Cuesta solamente 35$, aunque no tomen ustedes ninguna decisión sin visitar la página del fabricante, www.itserv.com/. APLICACIONES INTEGRADAS. Paquetes de varias aplicaciones que se configuran todas en conjunto y que, así, resultan más fáciles de manejar. Muchas de ellas han perdido sentido tras las últimas versiones de Windows 95, donde la barra de tareas empieza a estar a la altura de su nombre. Ability (21.12.97). Para lanzar varias aplicaciones desde un solo punto. Incluye bloc de notas, calculadora, explorador, panel de control, varios programas de Internet, cliente de correo, FTP, ping, Telnet, etc. Vale 25$. Internet Anywhere Toolkit (26.01.98). Impresionante conjunto de utilidades de diagnóstico, más Ping, Finger, WhoIs, TraceRoute, localizar de nombre de servidor, escáner de ping, escáner de puerto, escáner de servicio. No es para principiantes que no estén dispuestos a invertir tiempo en el aprendizaje. Pero no llega ni a diez dólares: 9,95$. IP Search (05.12.97). Parecido al anterior, sin tantas posibilidades, pero gratis. NetScanTools (20.01.98). Un programa con una ancha oferta tomada de Unix: Finger, Ping, Traceroute, WhoIs, Sincronizador de hora, Capturador de URL, servidor IDENT, información de sockets, etc. 25$. Todos estos programas pueden cargarse en Tucows: www.tucows.com/ Muchos de ellos, también en www.programas.com. Cada uno tiene su página particular, que Tucows especifica. Por favor, no me sigan pidiendo los artículos anteriores. Están en las direcciones siguientes: http://members.xoom.com/BilboBolson/ http://personales.mundivia.es/personales/casiopea/cuadernos.doc http://www.etsiig.uniovi.es/~delegacion2/ciber.htm http://www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 http://www.arrakis.es/~justi/ http://www.la-concha.com/cuadernos Lo siento por los lectores que me hacen esta solicitud, pero no tengo previsto ningún sistema de envío en disquete. No podría atenderlo ni poniendo la mejor voluntad del mundo.
56. LA OLA DE VIRUS QUE NO NOS INVADE Plaga de terribles virus nos invade-vade: con cuernecillos, con las patas torcidas, con ojos letales que achicharran el disco duro sin más que echarle
una reojadita. Abracadabra. En los últimos cinco días me han enviado ustedes cerca de 50 (cincuenta, fifty) avisos de virus. Todos ellos con certificado de autenticidad emitido por alguna noble institución académica, cuando no el propio Microsoft. Algunos incluso con premio. Y, claro, me obligan ustedes a suspender la serie sobre «lo que hay que tener» para ver si aclaramos de una vez por todas el asunto de los virus. Primero: los virus son, efecto, muy malvados. No se conocen casos de contagio al ser humano, sin embargo. Estén ustedes tranquilos. No va a llegarles dentro de un emilio ningún programa que les capture la personalidad o que, por malas vibraciones sincronizadas con las ondas beta de su cerebro, le haga enloquecer. Esas cosas no existen. ¿Ya? No existen. Segundo: Un virus no puede (bis: no puede, it cannnot) venir en un emilio. Es imposible por razones técnicas elementales e inquebrantables, créanme. Repito: de ninguna de las maneras puede venir un virus en un email, ni en su encabezado ni en su texto. De modo que por el mero hecho de abrir un e-mail nunca le ocurrirá a usted nada, aunque el mensaje responda a cualquiera de los temibles nombres que recoge la tonta leyenda: «Join the Crew», «Penpal Greetings», «Returned Mail»… Son alarmas que llevan AÑOS circulando por Internet, señoras y señores. No se dediquen ustedes a propagarlas o conferirles nuevas vidas. Todo es una superchería inventada por quién sabe quién con el evidente propósito de vaya usted a saber. No vale la pena perder el tiempo en disquisiciones pseudo socio psicológicas. Tercero: Un virus puede (bis: SÍ puede) venir en un archivo adjunto. Prácticamente en cualquier archivo adjunto, aunque, en principio, los virus sólo pueden actuar a partir de los archivos ejecutables (como *.exe, y *.com) y de los archivos *.doc, en el caso cada vez más frecuente de los llamados archivos de macro que han encontrado el modo de hacerle la cusqui a WinWord. Pero es que un archivo ejecutable puede esconderse dentro de otro de aspecto inocentón (un salvapantallas, pongamos por caso), y apretaditos en un *.zip caben kilos de virus, que a lo mejor se arrancan casi solos por algún archivo batch que los acompañe… Yo qué sé. Lo único verdaderamente prudente es no abrir ningún archivo adjunto que no provenga de persona conocida, fiable y poco dada a las bromas de mal gusto. Dicho lo cual, añado: llevo años en esto, y jamás me ha venido un virus por Internet. Ah, y añado más: los archivos gráficos y de sonido son seguros al cien por cien. No pueden traer ningún peligro los *.gif, *.jpg, *.tif, *.wav, etc. Tampoco puede traspasársenos ningún virus por el hecho de entrar en una página web. No nos tomemos el asunto a la ligera, pero tengamos las cosas muy claras: casi todo lo que se difunde sobre los virus es mentira, está exagerado y/o procede de personas que no tienen ni la más remota idea de
cómo funciona el asunto. Hay un peligro, y pasa como en la vida sexual, oiga: las precauciones no están de más, pero aterrorizarse tampoco viene a cuento, porque luego pasa lo que pasa y vienen las impotencias incurables. En fin. Termino con una anécdota. Un lector a quien respondo explicándole más o menos lo que acabo de contar en este artículo me replica con un emilio furibundo, llamándome arrogante y preguntándome cómo puedo dudar de un aviso de virus avalado por científicos del Massachusetts Institute of Technology (vienen hasta los números de teléfono de los sabios). La respuesta es muy sencilla: también el aval es falso, amigo. También el aval es falso. NINGÚN VIRUS PUEDE VENIR EN EL TEXTO, NI EN EL «ASUNTO» NI EN LA CABECERA DE NINGÚN E-MAIL. Y esto es así aunque diga lo contrario el Tribunal Supremo de Seattle. ANTI VIRUS Anti Viral ToolKit Pro: www.avp.com [24,95$] AnyWare: www.helpvirus.com [59,00$] F-Prot: www.europe.datafellows.com/f-prot/ [99,00$] Inoculan: www.cheyenne.com/desktop/productinfo/ [39,95$: demo ilimitada]. MacAfee: www.nai.com/download/downloads/ [49,00$] Norton: www.symantec.com [Consulte] Panda: www.pandasoftware.es/ [49,00$] Thunderbyte: www.thunderbyte.com [99,00$] Entre otros, claro. Son todos bastante parecidos y, como verá usted si investiga, todos se proclaman el mejor. Los aquí relacionados, con dos excepciones, son veteranos con muchos virus muertos en la conciencia. AntiViral ToolKit e Inoculan son bastante modernos, pero, claro, aprovechan la experiencia ajena. Yo probaría Inoculan.
57. LO QUE SE PUEDE TENER (III) Más programas que podemos instalarnos, baratitos o de balde. HERRAMIENTAS DE INTERNET: Para barridos y fregados diversos. Any Speed (05.01.98). Muy majo. Mide la velocidad de conexión con los sitios web que le indiquemos, y también con el CD-Rom. 19,00$. Catch Up (10.12.97). Es de los programas que ningún obseso debería tener en su ordenador. Desde que lo conocí no he dejado de utilizarlo ni un solo día, como si me fuera la vida en ello. ¿Para qué sirve? Pues es una especie de monstruo que primero nos repasa el disco duro, buscando qué programas tenemos instalados. Luego se adentra en los procelosos océanos de Internet
y busca, donde quiera que se escondan, posibles versiones más modernas de nuestros programas. Y al final nos ofrece una lista de eventuales actualizaciones, con indicación de dónde podemos cosecharlas. Ojito, sin embargo. Antes de instalar Catch Up hay que pasarse por su página (www.manageable.com) y enterarse muy bien de cómo hacerlo. Si no lee usted el inglés, renuncie al asunto, a no ser que alguien pueda ayudarle en la traducción… Por otro lado, Catch Up no es enteramente fiable: puede proponernos actualizaciones innecesarias o erróneas. En otras palabras: es un programa para interneteros aguerridos, con los bytes bien puestos y con fuerte propensión al riesgo. Si se la juega usted y sale maltrecho, no me venga con quejas. Además es gratis, el condenado. Crystal Side Updater (06.03.98). Para actualizar la propia página Web, cuando uno la tiene tan grande que se pierde en ella y no sabe qué es lo moderno y qué lo antiguo. No me da la impresión de que sirva para gran cosa a los usuarios corrientitos, pero como es gratis, le puede usted conceder el beneficio de la prueba… InterBack (09.02.98). Rarito. Le ofrece a usted la posibilidad de hacer un poco la urraca y anidar los backups de sus datos en páginas de acogida dentro de la Red, con todas las garantías de seguridad y discreción. No propone demasiados sitios donde guardar, ni despierta mucha confianza. Pero, eso sí, funciona bien. 29,00$. NetWatcherPro (09.04.09). Monitoriza y gestiona el acceso a la red de nuestro ordenador. Hace sonar alarmas en las conexiones, permite establecer restricciones y fijar términos para que un usuario quede expulsado. También puede ejecutarse con archivos, lo que aumenta el nivel de protección de nuestra máquina frente a posibles intrusos. No es para novicios. Gratis. Sneek-A-Peek (11.02.98). Para cotillas. Recoge imágenes de cualquier webcam (cámara en permanente funcionamiento dentro de la Red) en periodos establecidos de antemano. Los resultados se pueden guardar en formato HTML o *.avi. 16,00$. SpeedyNet (20.01.98). Uno de los factores que hace perder tiempo en Internet es el hecho de que nuestro navegador tiene que buscar el IP de cada página, antes de conectar con ella. SpeedyNet es en esencia una base de datos donde están recogidos los IP de las páginas más visitadas y a la que podemos añadir las que más nos gusten. Entiéndase bien: aceleramos la toma de contacto, pero no la marcha de la conexión. No me ha parecido espectacular, la verdad, pero la casa nos da 30 días de prueba, y resulta curioso comprobar el funcionamiento. 15,00$. Todos estos programas pueden cargarse en Tucows: www.tucows.com
Los artículos anteriores de esta sección están en las siguientes páginas: http://members.xoom.com/BilboBolson/ http://personales.mundivia.es/personales/casiopea/cuadernos.doc http://www.etsiig.uniovi.es/~delegacion2/ciber.htm http://www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 http://www.arrakis.es/~justi/ http://www.la-concha.com/cuadernos Como últimamente me preguntan mucho sobre proveedores de Internet, recomiendo a todos que visiten esta magnífica página: http://www.areas.net/dp/indice.htm
58. AVISANDO, AVISANDO Abro otro paréntesis necesario en la serie sobre las cosas que se pueden tener, para tratar unos cuantos temitas que, a juzgar por las cartas que recibo, se están haciendo algo urgentes. 1º) Está bien correr riesgos, pero aténganse a las consecuencias y, sobre todo, no esperen luego que una consulta a distancia les pueda resolver el problema. No, de veras: me parece muy bien que instalen ustedes en el ordenador prácticamente todo lo que pillan, porque así me he tirado yo años, y así he aprendido lo poco que sé. Pero tengan en cuenta, sobre todo si trabajan con Windows 95, que muchos programas y aplicaciones no instalan archivos solamente en su carpeta, sino también en c:\windows y en c:\windows\system, y que, claro, esos archivos no se evaporan si usted se limita a borrar la carpeta del programa. A ese propósito está el proceso de desinstalación, con su correspondiente icono en «Panel de Control». Por otra parte, los programas y aplicaciones retocan el «Registry» del sistema operativo, incluyendo instrucciones que pueden afectar al arranque. Por eso les ocurre a ustedes a veces que, al entrar en Windows, se encuentran con una desabrida nota avisándoles de que en el INI o en el system.dat hay un programa que no puede arrancar sin tal o tal archivo, que ya no se encuentra en el disco duro... Si desinstalan ustedes mal un programa, resultará muy difícil que nadie pueda ayudarles a resolver el problema, porque sólo ustedes sabrán lo que han hecho para provocarlo. Lo cual me lleva a un rotundo consejo: si van a jugarse el tipo (o el disco duro), por lo menos apréndanse antes el funcionamiento de su sistema operativo. Aunque sólo sean los principios generales. Hay libros. Háganse con alguno de ellos, de una editorial de confianza: McGraw, Anaya, etc. 2º) No se puede pedir a nadie (tampoco a mí) que le explique a uno, así, por las buenas, el funcionamiento de un programa. Acabo de recibir un emilio de un lector que me reclama, nada menos, que le diga qué es el Outlook y cómo se maneja. Hombre... ¡Me está usted pidiendo que le escriba un libro
para su uso personal! Utilicen ustedes los archivos de ayuda, acudan a los manuales, experimenten, aprendan. Tómenselo con calma, además. No es posible comprarse el primer ordenador hoy y estar al día siguiente manejando un programa de fractales. 3º) Ojo con el CD-Rom. Muchos de ustedes (quizá la mayoría) tienen en este formato su disco de instación de Windows. Ello quiere decir que para reinstalar o corregir la instalación tiene que estar en funcionamiento el CDRom. Si no, se quedan ustedes sin interlocutor, por así decirlo. Y el caso es que, a juzgar por sus cartas, se está haciendo muy frecuente, por alguno de muchos motivos posibles, que se les desarregle el sistema y luego no puedan ustedes enmendar la cosa porque uno de las facetas de su catástrofe es precisamente la desaparición del controlador del CD-Rom... Consejo: asegúrense de que el controlador se carga en DOS, es decir de que en los archivos autoexec.bat y config.sys estén las instrucciones pertinentes. Esto se logra con toda facilidad, por el simple sistema de instalar el dispositivo mediante sus disquetes. No acepte usted que le vendan un ordenador con cd-rom preinstalado si no le dan también los disquetes. (De hecho, no acepte usted nada instalado en su ordenador que no venga con sus discos de instalación. Hágame caso.) La semana que viene seguiremos con nuestros programas. Unos cuantos metabuscadores (para buscar en varios buscadores a la vez: Avenue Search: www.avenue.com/ Copernic (excelente y rápido): www.copernic.com/ Cyber411: www.cyber411.com/ DigiSearch: www.digiway.com/digisearch/ Insane Search: www.cosmix.com/motherload/insane/ MetaCrawler: www.metacrawler.com/ Power Search: www.frazer-nash.com/power/power.html Ferret: www.ferretsoft.com/netferret/ Todas estas direcciones funcionaban perfectamente en el momento de escribirse este artículo.
59. LO QUE SE PUEDE TENER (IV) Y seguimos, erre que erre, con nuevas joyas que añadir a nuestras coronas virtuales. CONTROLADORES DE CONEXIÓN. Sucede: a veces estamos bajándonos un archivo tan ricamente y la conexión se nos casca, porque el proveedor de Internet ha previsto que así sea cuando pasamos un determinado tiempo
inactivos. Los programas que vienen a continuación sirven para evitar tamaño infodrama. Ponger (08.04.98). Puede mantener la conexión activa durante días. Hay que ponerlo en marcha cuando ya estamos conectados. Shareware: 14,95$. Stay Connected! (25.03.98). Una vez en marcha, envía señales a intervalos predeterminados, para engañar al proveedor dando la impresión de que estamos haciendo algo --y que no nos corte. Shareware: 19,95$. Stay on the Net (17.01.98). Más de lo mismo. Shareware: 12,95$. StealthPing (01.11.97). Envía paquetes de datos al azar, en periodos de 15 a 100 segundos. Así cree el proveedor que estamos dentro de un tráfico internetero normal. Fácil de usar, tiene interfaz gráfica y ocupa poco espacio. Más caro que los otros. Shareware: 24,95$. GESTORES DE DESCARGA. Utilidades diversas que controlan el asunto cuando estamos bajándonos programas de Internet. Disconnector (08.01.98). Nos permite planificar las bajadas de modo que la conexión se interrumpa una vez que hayamos terminado. Así podemos dejar la máquina sola sin enriquecer más todavía a doña Telefónica de nuestras entretelas. Tiene efectos sonoros, mire usted qué cosa. Shareware:15$. GetRight (27.02.98). Muy amable: permite la recuperación y vuelta a empezar cuando algún hado gracioso nos desconecta en mitad de una operación de descarga de un programa a nuestro disco duro. (Eso que tantas veces ocurre, quiero decir: cuando ya nos hemos bajado el 95 por ciento de los 18 megabites del Communicator y de pronto, catacloc. GetRight reanuda luego la tarea sin pestañear, a partir de lo ya cargado.) Lo malo es que no todos los servidores ofrecen esa posibilidad, aunque, en mi experiencia, hay muchísimos que sí. El programa es listillo, además: antes de iniciar la descarga se da una vueltecita por ahí y localiza otras fuentes que puedan resultarle más rápidas. Al final, pasa por el anti virus el archivo recibido. Soy usuario y estoy muy contento con él, qué quieren que les diga. Shareware: 17,50$ (pero se deja probar sin muchas pegas). Go!Zilla! (04.03.98). Muy bueno también, aunque más complicadillo. Si lo aprende usted a manejar, incluso le cataloga los ficheros bajados, o los actualiza a intervalos que usted establezca. Puede cortar la conexión cuando termina su tarea, cosa que GetRight no hace. También pasa los archivos por el anti virus. Shareware: 15,00$. Como de costumbre, todos estos programas se pueden conseguir en www.tucows.com. Con respecto al cual debo confesarles a ustedes que yo nunca utilizo los «espejos» españoles: por misteriosísimas razones que no me he entretenido en desentrañar (y que seguramente no desentrañaría por más que me entretuviera en ello), me sale más rápido y, por consiguiente,
más barato, beber de las fuentes alemanas, suizas o francesas. Qué le vamos a hacer. Otra cosa: sin complicarme la vida en puntillas y cortinajes para los que no tengo tiempo, he procedido a colocar en mi desmedrada página de la Web los artículos anteriores de esta sección. De ahí pueden tomarlos los amabilísimos lectores que también los recogen en sus páginas, mejor hechas y, con toda seguridad, más rápidas que la mía. Otrosí: la URL de mi página es la que aquí se incluye; pero ojo con las mayúsculas: www.geocities.com/SoHo/Gallery/6776. Por otras también misteriosísimas razones, desde algunos proveedores (los míos, por ejemplo) da igual que usted ponga SoHo o soho; desde otros, en cambio, sólo logrará entrar si escribe SoHo; y desde unos cuantos (espero que sean pocos) no logrará usted entrar de ninguna manera. No me pregunten por qué, please. No tengo ni idea. Los artículos anteriores de esta sección están en las siguientes páginas: http://members.xoom.com/BilboBolson/ http://personales.mundivia.es/personales/casiopea/cuadernos.doc http://www.etsiig.uniovi.es/~delegacion2/ciber.htm http://www.geocities.com/TimesSquare/Stadium/2261 http://www.arrakis.es/~justi/ http://www.la-concha.com/cuadernos
60. LO QUE SE PUEDE TENER (V) Y más cosas que cargar, si a usted le apetece y lo considera necesario. APLICACIONES PARA AUDIO. Los programas de audio ejecutan, graban y manipulan música y sonidos. Hay diversos formatos (MIDI, WAV, AU, MOD…). Cada formato requiere su soporte especial y tiene características propias. CD Player Maximus (17.03.98). Bueno… Digamos que es gratis. Para los usuarios de Windows 95 no ofrece prácticamente ninguna ventaja. Se trata, claro, de un ejecutor de Cd. CD Valet (13.12.97). Nos permite confeccionar una base de datos de CDs. Luego, cuando insertamos uno, lo reconoce y exhibe en pantalla toda la información. Más bien caprichoso. Shareware: 10,00$. CoolEdit (13.12.96). Un tremendo programa de edición de audio. Trabaja con más de doce formatos. Shareware: 399,00$. No es errata: casi cuatrocientos dólares. Tiene una ventajilla, no obstante: la demo, aunque limitada, es bastante utilizable. Hay también versión Cool Edit Pro, una aplicación muy puntera, con características profesionales.
COWON Jet-Audio (03.03.98). Conjunto audio con cinco componentes musicales independientes: Mixer, Ejecutor de CD, Ejecutor de Audio Digital, Ejecutor de MIDI y ejecutor de Vídeo Digital. El mixer es 100% compatible con Windows 95 y 98. Incluye un Gestor de Álbumes para cada componente. Lleva también un pequeño Controlador Remoto capaz de manejar todos los programas incluidos. Tiene un buscador remoto que datos de las bases de datos de Internet (que contienen más de cinco mil CDs). Contiene un motor MP3 en el componente de audio digital. El componente de audio ofrece diversos efectos especiales, un ecualizador graphic/c de 6 bandas, etc. Icono en la barra de tareas. Es un programa espléndido. Shareware: 29,00$. DigiBand (04.12.97). Ejecutor de RealAudio. Da acceso a miles de fuentes de sonido de Internet. Con 100 botones prefijados, cientos de canales, 4 modos de escaneo, etc. Shareware: 18,95$. DiskMan (17.04.98). Otro ejecutor de CD. Éste nos brinda una lista de los discos que hemos puesto anteriormente y nos permite cambiar de corte sin tener que revisarlos todos. Es gratis. En Tucows: GoldWave (13.04.98). Muchas características refinadas: edición directa al disco, osciloscopios de espectrograma, efectos tecnológicos de primera clase (Doppler, puerta para Distorsión por Ruido, etc.). Shareware: 30,00$. MidiPlus (28.12.97). Ejecutor de midi con buenas características. Sirve también para archivos *.wav y *.avi. Muy configurable. Y gratis. MP3-Wolf (02.04.98). Robot de búsqueda que escanea los sitios MP3 de la Red y recopila un índice de archivos sonoros, junto con una lista de bases FTP y otros enlaces musicales. Muy interesante para los aficionados. Shareware: 25,00$. WinAmp (31.03.98). Un excelente ejecutor de MP3, con una estupenda interfaz de usuario. Shareware: 10,00$, Yamp (24.03.98). Ejecutor de WAV (todos los formatos, incluso comprimidos), MID, RMI, MOD, S3M, XM, IT y CD, con función ZIP. Muy bonito de ver, también. Y el hecho de ser gratis lo hace altamente recomendable, claro. Casi todas estas aplicaciones son de reducido tamaño y pueden tenerse en el disco duro sin gran menoscabo del espacio disponible. Todas pueden resultar de interés en algún momento, aunque no sea usted muy aficionado a la música ni al material sonoro en general. Hasta la semana próxima. Los programas mencionados pueden bajarse de las siguientes direcciones: CDPlayer Maximus: gsanet.com/www/Kayser CD Valet: www.ghlsoftware.com CoolEdit: www.syntrillum.com
COWON Jet-Audio: www.cowon.com DigiBand: www.digiband.com DiskMan: www.rz.fh-hannover.de/sound95.html GoldWave: www.goldwave.com MidiPlus: www.hivolos.com.cy/midiplus/ MP3-Wolf: www.msw.com.au/ WinAmp: www.winamp.lh.net/ Yamp: www.tu-chemnitz.de/~aka
RAMÓN BUENAVENTURA
Los artículos de El Semanal (DEL 61 AL 90) ADVERTENCIA INICIAL: Estos artículos empezaron a publicarse a mediados de marzo de 1997. Tenga el lector en cuenta tamaña antigüedad, enorme para fenómenos tan acelerados y obsolescentes como la informática y la Red.
61. LO QUE SE PUEDE TENER (VI) Con buenas palabras y óptimas razones, me recrimina un lector que esté yo perdiendo tiempo y espacio de la revista en esta serie de artículos sobre «Lo que se puede tener», en vez de tratar los grandes temas de Internet, las batallas sociales, económicas, técnicas, financieras, etc., que se están disputando en la Webería. Uno, aquí, escribiendo para tantísimo personal, aprende cosas sabias. Por ejemplo: que no hay manera de acertar al 100%, ni siquiera (supongo) al 70%, y que lo único sensato, cuando se emprende un camino, es sostenella y no enmendalla. De modo que, dándoles la razón a todos, y pidiendo perdón por los errores, sigo adelante con la serie. ANIMADORES DE IMAGEN. ¿Cuántas veces se ha encontrado usted con imágenes saltarinas o retozonas al entrar en páginas de Internet? A continuación vienen unos cuantos programas pensados para el movimiento.. AniMagic (17.03.98). Fácil de usar y muy completo creador de GIFs animados. Con optimización de color y selector de transparencia. Shareware: 29,00$.
GIF Construction Set (14.01.98). Para crear archivos de GIF transparentes, archivos GIF de imagen múltiple e imágenes animadas. Shareware: 20,00$. GIF Movie Gear (29.04.98). Fácil de usar. Incluye optimización de paleta y posibilidad de reducir el tamaño del archivo por varios métodos. Shareware: 30,00$. A Smaller Gif (23.11.97). La respuesta a una pregunta que me han hecho ustedes muchas veces: cómo comprimir los archivos GIF. En este caso, sin pérdida notable de la calidad. Shareware: 22,00$. Ulead Gif Animator (24.10.97). Según la cátedra, el mejor animador de GIFs. Con soporte para más de treinta formatos y con un estupendo sistema de optimización. Es lo más caro del sector, pero vale la pena si va usted a trabajar en serio. Shareware: 39,95$. EDITORES DE IMÁGENES. Programas que sirven para introducir modificaciones en nuestras imágenes (pueden incluso quitar canas y pulir bigotes: muy útiles para políticos y artistas en general). CyberView (14.04.98). Muy versátil. JPEG a todo color y simulación de lo mismo en 8 bits. Funciona por sí solo o como añadido de Photoshop. Enlace universal con cualquier otro editor de imágenes. Varios controles de compresión, interfaz flexible y muy potentes controles. Shareware: 19,95$. Graphic WorkShop (05.11.97). Muy útil (uno de los programas que vengo usando desde hace años). Con capacidad para ver y convertir decenas de formatos. Shareware: 40,00$. Con periodo de prueba. Lview Pro (18.07.97). Con diversas posibilidades. Es bueno, aunque, por comparación, algo pasado de precio. Shareware: 40,00$. Magic Viewer (16.03.98). Visor, editor y animador de imágenes. Trabaja en seis formatos distintos: GIF, JPG, TIF, PCX, DIB y PICT (Macintosh). Diversos controles de ajuste. Shareware: 30,00$. PaintShop Pro (15.04.98). Tras la última «versión oficial», la número 5, PaintShop Pro se ha confirmado en su trono: no hay nada comparable a este programa en el ámbito del shareware. Caro, desde luego, pero indispensable (si a usted le parecen indispensables los editores de texto, naturalmente; para escribir poemas y darse garbeos por Internet es totalmente inútil). Shareware: 90,00$, WebSpeed (09.03.98). Reduce en un 90% —o incluso más— el tamaño de los archivos JPEG, GIF (también de los animados) y PNG, sin merma de la integridad del diseño ni del aspecto visual. Sugiere automáticamente el formato gráfico óptimo, lo cual acelera en mucho la carga de esas páginas Web pasaditas de gráficos que a veces nos encabritan la paciencia. También optimiza URLs enteras. Tiene wizards o brujos para todas las operaciones de optimización. Un programa verdaderamente excelente. Caro. Shareware: 149,00$.
Los programas mencionados pueden bajarse de las siguientes direcciones: AniMagic: rtlsoft.com/animagic/ GIF Construction Set: www.mindworkshop.com/alchemy/gifcon.html Gif Movie Gear: www.gamani.com/ A Smaller Gif: www.peda.com/smaller/ Ulead Gif Animator: www.ulead.com/webutilities/ga/ga_downf.htm CyberView: www.cyberviewcd.com/cvimage/index.html Graphic Workshop: www.mindworkshop.com/alchemy/alchemy.html Lview Pro: www.lview.com PaintShop Pro: www.jasc.com WebSpeed: www.picobello.com.
62. BALONET 1998 Seré yo viejo, óiganme ustedes, que recuerdo muy bien los gritos de mi madre --a quien jamás había interesado el fútbol, ni volvió a interesar nunca--, junto a la enorme radio de pilas, marca Philips, claro, en Alcazarquivir (Marruecos), cuando Telmo Zarraonaindía marcó el legendario gol por el que España humilló inmensamente a la pérfida Albión y pasó a la fase siguiente del Mundial de 1950. Para luego quedar clasificada en cuarto lugar. Desde entonces he vivido la tira de magnos acontecimientos futbolísticos: si no se me han equivocado los dedos al contar, éste próximo se cumple mi décimo tercero. Qué barbaridad. ¿Será éste, el del número maldito (a no confundir con el número de la Bestia, el 666, que sus fieles denigradores adjudican a Bill Gates) por el que España obtendrá su primer título planetario? En todo caso, éste es el primer Campeonato Mundial de Fútbol que nos pilla con la Red tendida a todo trapo. Equipos, organismos varios, federaciones, forofos particulares, anunciantes, periódicos, emisoras de tele y radio, Internet entero se prepara para acoger la mayor ocasión que vieron los quinquenios en sus entresijos. En mi modesta opinión, nuestro medio no es el ideal para el Campeonato, porque en estas cosas del directo no hay quien le ponga el mingo a la tele. No va usted a pasarse los partidos delante del ordenador, buscando datos o charlando con amigos o enemigos, mientras en la habitación de al lado o el bar de abajo las enormes pantallas de colorines le sirven las jugadas al minuto. A no ser, claro, que se incorpore usted a la creciente cáfila de los antifutboleros, de quienes están literalmente hartos --y no crean que no los comprendo-- de la dictadura del futbolariado. Nunca he tenido nada contra el llamado Deporte Rey (en todo el mundo menos en ese curioso y exótico país que unos denominan USA y
otros Estados Unidos), pero la verdad es que las últimas tendencias monopolísticas, por una parte, y bárbaras --lisa y llanamente bárbaras--, por otra, no dejan de producirme repulsión y vergüenza humana. Qué le vamos a hacer. A lo que íbamos: Internet no es el medio para seguir los campeonatos del mundo de fútbol, pero sí que ofrece las mejores posibilidades de erudición sobre el tema. Aquí va a estar TODO, con TODOS los detalles y TODAS las opiniones. Figúrense la cantidad de canales que actúan en los chates, sobre el tema, y figúrense la cantidad de páginas que ofrecen información presente, pasada y futura. Una orgía de colores, cifras, himnos, discursos más o menos temperamentales, esperanzas y recelos. Pueden ustedes pasarse horas en los buscadores encontrando páginas relevantes, y nadie sabrá ayudarles mucho en su tarea, porque la enorme cantidad de datos condena al fracaso cualquier intento de clasificación. De todas formas, ahí van una cuantas páginas para interesados en Balonet. Y una página, lamento decirlo, donde puede usted elegir entre indignarse con los demás o contribuir a la indignación de los demás. A elegir. Página Oficial de la Copa del Mundo (en francés y en inglés, claro; nuestros queridos vecinos no consideran válida la opción de la lengua española, a pesar de que en el campeonato participan 6 equipos que la tienen por materna): www.france98.com Mundial Café (todo sobre el Mundial, por supuesto): mundial.elpais.es Una predicción exacta del campeonato, con resultados incluidos: home.t-online.de/home/tonyabbosh/france98.htm Federación Española de Fútbol, con sabias reflexiones sobre el acontecimiento en general y Javier Clemente en particular: www.sportec.com/www/laliga/mundial/main.htm Página de gente discutiendo sobre el apasionante tema de forma no siempre simpática: www.canaldinamic.es/infofut/forums/spain/ultimo.htm Recomiendo también las pertinentes investigaciones en los buscadores españoles y extranjeros.
63. OTRA VEZ OTRO WINDOWS (I) La legislación antimonopolio que rige en Estados Unidos no es asunto que uno pueda entender en un ratito, leyéndose por encima tres o cuatro artículos de prensa. Yo, la verdad, no sabría explicársela a ustedes, si tal y tan extraña fuese mi vocación. Más o menos, lo que se pretende es evitar que una compañía llegue a adquirir semejante predominio en un sector del
mercado, que sus competidores queden sin más opción que recoger propinillas en las esquinas, y los consumidores sin posibilidad de elección (con todos los males que, según la doctrina capitalista, de tal carencia se derivan). Normalmente, esta situación no se produce, porque ninguno de los agentes en litigio mercantil se encuentra en condiciones de aniquilar a sus competidores... Lo difícil, claro, es --primero-- medir cuándo llega el momento en que una compañía tiene demasiado poder y --segundo-demostrarlo. Un sector del mundo informático sostiene que Microsoft ha conseguido demasiado poder, que aún pretende conseguir más y que algunas de sus prácticas mercadotécnicas deben restringirse o eliminarse. Hay, incluso, otro sector, más pequeño, pero mucho más vocinglero, que considera ilegales, delictivas e incluso demoníacas sus estrategias comerciales. En fin. Afortunadamente, no formo parte de la judicatura norteamericana y no tengo por qué dictar sentencia yo solito. Puedo dar mi impresión, sin embargo. A la coyuntura que actualmente priva en el mercado informático se ha llegado por una combinación de factores: a) los competidores de Microsoft han cometido todos los errores posibles; b) Bill Gates es un tipo muy listo; de hecho, es el único empresario que entendió desde el principio que el ordenador es un producto de consumo más, como cualquier otro electrodoméstico, y que como tal hay que venderlo. Creo que nadie más que el propio Microsoft, cuando empiece a equivocarse (quién sabe si ya ha empezado), podrá detener la marcha de Microsoft. Aun en el supuesto de que sus competidores lo venzan en los tribunales, el resultado será el mismo, porque el freno que quiere ponérsele es bastante trivial. Supongamos que sí, que se le prohíbe a Gates incluir su Explorador de Internet en Windows 98 VARIANTE NORTEAMERICANA (la prohibición no afectaría a la venta del producto en otros países del mundo, claro). ¿Y? Nadie puede prohibirle que lo regale aparte, como lleva haciendo desde el principio. Nadie puede evitar que la instalación de Windows 98 introduzca modificaciones positivas (más o menos reales, desde luego, pero siempre visibles) en el sistema operativo, como ya ocurre con Windows 95. Nadie puede impedirle que el nuevo Office --el que saldrá-- se integre con W98 mejor --o aparentemente mejor-- que otros paquetes. Nadie puede impedirle que negocie en mejores condiciones que nadie la inclusión de W98 en los ordenadores de nueva venta. De hecho, nadie puede impedirle nada que perjudique de veras el inminente lanzamiento de Windows 98. Como consumidores, lo que ahora tenemos que poner en duda no es la honradez o legalidad de las prácticas comerciales de Microsoft (ya sabemos que nos manipulan, como todos los vendedores de productos de
consumo, de una forma u otra). Lo que tenemos que preguntarnos es para qué queremos Windows 98. (Seguiremos con el tema la próxima semana.)
64. OTRA VEZ OTRO WINDOWS (II) (Continuamos con el tema de la semana anterior.) Y esta pregunta sólo tiene una respuesta posible: no lo queremos para casi nada, en la práctica. Si fuéramos sobrios y sensatos, no lo compraríamos. En realidad, todos vamos sabiendo ya que Windows 98 es un mero recauchutado de Windows 95 donde se incluyen unas cuantos retoques cosméticos --aparatosos y agradables, por lo general--, varias herramientas ¿nuevas? que ya podemos conseguir de otros fabricantes o del propio Microsoft y, sobre todo, treinta o cuarenta correcciones a defectos de Windows 95 (muchas de las cuales pueden instalarse en éste sin ningún problema). Dicen que es un sistema más seguro y más rápido que Windows 95 --y creo que así es, pero no mucho más rápido ni mucho más seguro en los sistemas que los simples mortales tenemos en casa. Hay ventajas que no pueden discutirse, si uno las quiere o necesita: una mejor gestión de los gráficos, una excelente integración con Internet (no más rápida, necesariamente, sino más sencilla y completa), una interfaz más amigable. ¿Está usted dispuesto a pagar 15 o 20.000 pesetas por el invento? Yo, honradamente, creo que no las vale. Creo que Microsoft debería vendernos Windows 98 como una simple actualización de Windows 95, por seis o siete mil pesetas. Todo lo que rebase este precio es beneficio no ya bruto, sino brutal. El planteamiento, claro, no es el mismo si usted está pensando ahora en dejar Windows 3.11, o en cambiar de sistema operativo, o en comprarse un nuevo ordenador. A estas alturas, sería absurdo pasar de otro sistema a Windows 95. Espere un par de meses y pásese al 98. Más tarambana aún sería negarse a recibir Windows 98 instalado en su nuevo ordenador, evidentemente. No se compre nada hasta julio. (Por cierto: no le estoy recomendando que se haga con un nuevo ordenador ahora. Me parece que no es el mejor momento. Espere a fin de este año o principios del próximo, como estoy haciendo yo.) Hay, además, un problema añadido: Microsoft no quiere en realidad que usted siga utilizando Windows, ni 95 ni 98. La compañía ha anunciado oficialmente que no habrá más Windows, con ningún número detrás, en el futuro. Este sistema operativo ha sido, de hecho, un puente imprescindible entre los sistemas de 16 bits y los de 32. Microsoft, hasta ahora, no se ha atrevido a ofrecer al usuario un sistema que sólo funcione con aplicaciones de 32 bits, porque ello le habría cerrado las puertas de muchos clientes importantes, no dispuestos a renunciar a sus programas de 16. Ahora, en
cambio, los marquetineros de Seattle han decidido que el riesgo es mucho menor, que ya no hay tantos programas de 16 bits que las empresas no estén dispuestas a cambiar por otros mejores o más fáciles de manejar o más seguros. Y lo que quieren colocarnos, a todos, grandes y pequeños clientes, es su sistema operativo «puro» de 32 bits, que se llama Windows NT, que está en su cuarta mutación, cuya versión 5 se anuncia para finales de este año y que se vende a precio muy superior. Abracadabra, pata de cabra. O sea: nos van a vender, como gran novedad, una actualización de un sistema operativo que va a dejar de comercializarse en plazo más o menos breve, para a continuación lanzar una enorme campaña de propaganda y promoción que nos persuada a todos de la necesidad ineludible de trasladarnos a Windows NT 5, como máximo, en un par de años. Tengamos, al menos, una brizna de sensatez y, ya que seguramente nos habremos de rendir al infinito encanto del padrecito Gates, saltémonos un paso intermedio y pasémonos directamente al NT. Digo yo. No es que no quepan otras posibilidades. Puede usted hacer un cursillo y montárselo con Linux (un sistema operativo del que nunca hemos hablado aquí, pero que basa su estrategia de penetración en la gratuidad y en el hecho de haber dado al público sus códigos, para que los programadores del mundo entero puedan irlo mejorando: lo que ahora imita Netscape, para contrarrestar el tremendo empujón del Explorer). Puede usted mudarse a MacIntosh, que está levantando la testuz un poquitín y que a lo mejor logra que los fabricantes de software dejen de ningunearlo como ha venido ocurriendo en los últimos años. O puede usted esperar a que todo esto se aclare, a que los ordenadores se conviertan en lo que deberían ser ya --en mansos electrodomésticos con averías pero sin problemas técnicos--, a poder conectar su aparato y ponerse a trabajar o a divertirse sin necesidad de que le revuelvan los sesos las disquisiciones de los especialistas. Pero me temo que será mucho esperar. No les conviene.
65. LA MOSCA COMPRA-COMPRA Les ha picado la mosca compra-compra. Casi todas las grandes compañías del mundo, en los grandes sectores del mercado, se han puesto a comprar otras compañías: en las comunicaciones, en el automóvil, en la informática. Donde usted mire. Están jugando a la ruleta como tahúres ricos y enloquecidos: no saben qué número va a salir ganador en el futuro, y han decido cubrir la mayor cantidad factible de posibilidades. Algunos ganarán, y muchos se irán a la quinta porra con todas sus acciones inútiles de
compañías fracasadas. Pero nadie sabe quiénes serán los acertantes y quiénes los que se queden colgados. Hasta Bill Gates podría acabar en la ruina caracolera, tratando de vender su Windows NT, versión cualquiera sabe, de puerta en puerta. Ahora, America On Line (AOL), el mayor proveedor del mundo de Internet, acaba de comprarse la compañía israelita Mirabilis Ltd., creadora del ICQ, un programa de comunicación instantánea del que repetidamente hemos tratado aquí. En total, la transacción se elevará a unos 400 millones de dólares, tanto como decir unos 60.000 millones de ex pesetas, o casi 360 millones de euros (mejor llamados «guiris», porque son extranjeros y se les nota). Bueno. Y ahora se plantea la duda feroz. ICQ es el programa que mayor éxito ha tenido en el mundo en los últimos tiempos. Somos 13 millones de usuarios, seguramente varios decenas de miles sólo en España. Hemos oído decir que el programa tiene serias brechas de seguridad, pero no nos ha importado, porque a nadie en su sano juicio se le ocurre utilizar ICQ para comunicaciones de alta confidencia. Estamos contentos. ICQ nos sirve para comunicarnos con nuestros amiguetes del mundo entero con una eficacia, una comodidad, una rapidez y una integración con otras aplicaciones que nadie más puede ofrecernos. Y es simpáticamente gratis. ¿Podrá continuar siéndolo? AOL asegura que sí, que no va a tocar Mirabilis, que va a limitarse a mejorar el programa, aumentando su estabilidad y sus prestaciones, pero que seguirá tolerándonos la carga por el morro. Ojalá.; pero, por cándidos que seamos, no nos queda más remedio que hacernos alguna pregunteja. Por ejemplo: ¿cómo piensa AOL rentabilizar los 60.000 millones sin cobrarnos nada? AOL es el proveedor número uno del mundo por su tremendo dominio del mercado norteamericano, pero su presencia internacional no raya tan alto, ni mucho menos. Este detalle puede explicar parte del misterio. Según declara el presidente de la compañía, Steve Case, ICQ les supone tres ventajas: a) presencia constante en la pantalla del usuario; b) contacto con la comunidad internetera más boyante y leal del mundo; c) implantación internacional. ¿Qué quiere decir esto? No, desde luego, que nos vayan a obligar a acceder a Internet por AOL para utilizar ICQ. Sí, casi seguro, que nos van a ofrecer ventajas adicionales si nos afiliamos y, por supuesto, que nos van a freír a anunciazo limpio. Tendremos que resistirnos. Lo que resulta verdaderamente ilustrativo es cómo ICQ, que no es un navegador (es decir: que sólo facilita la comunicación entre personas), se ha convertido en el producto más exitoso de Internet. ¿Qué quiere ello decir? Algo que debería darnos muy enjundiosas pistas. Por ejemplo: que
estamos aquí mucho más por razones humanas que laborales, científicas, técnicas, etc. Esto es una gigantesca panda de amigos y posibles amigos.
ICQ se puede cargar en www.mirabilis.com. Recomiendo que se hagan ustedes con el programa ya, por si las moscas. Encontrarán instrucciones en español en www.grumetes.org/new/icq.html (La página Grumetes es altamente recomendable, dicho sea de paso.)
66. LIBRERÍAS ENORMES Como muchos de ustedes han descubierto ya, el firmante de estos artículos sobre Internet es un infiltrado de la literatura en el campo de la informática. Desde el principio he procurado que mis debilidades de Letras no interfirieran con lo verdaderamente serio, es decir con la Red. Ha sido graciosa, cuando apareció mi última novela, hace tres meses, la sorpresa que se llevaron algunos de ustedes. Varios me escribieron preguntándome si era el mismo Ramón Buenaventura, y otros manifestaron su asombro ante el hecho —rarito— de que fuera tan mayor. En fin. Pero el caso es que hoy pienso dar rienda suelta a mis inclinaciones y voy a hablarles de libros. Porque en Internet se está produciendo un fenómeno totalmente inesperado, que no debo dejar sin mención. Me refiero al crecimiento exponencial de las librerías virtuales. De hecho, el comercio electrónico, la compra de bienes y mercancías a través de Internet, como proceso, no acaba de coger velocidad. En el fondo, está sobre todo el problema de la desconfianza: no nos gusta airear por los intrincados caminos de la Red nuestro número de tarjeta de crédito. Nos asusta que nos roben. Nos asusta que nos estafen en el servicio. Nos consta que si hay problemas nos va a resultar muy difícil solucionarlos. Ocurre, sin embargo, que el sector del comercio electrónico en más claro desarrollo es el de las librerías virtuales. No me digan que no hay para sorprenderse. ¿No habíamos quedado en que la informática iba a acabar con la literatura? Pues no. Al contrario: Internet se presenta como posible solución a los problemas, cada vez más graves, a que está sometida la distribución de libros. Las librerías virtuales ofrecen todas las ventajas pensables, y sólo dos inconvenientes. Empezando por éstos: no puede usted hojear el libro y no se lo puede llevar en el momento. Puede, en cambio: encontrar en cuestión de segundos lo que está buscando; ver la portada y las características técnicas del volumen; leer un resumen del texto; estudiar las críticas aparecidas; repasar las opiniones de otros lectores; pagar por tarjeta de
crédito; recibir el libro en casa a los tres o cuatro días. Y todo por menos de lo que le costaría comprar el volumen en una librería, incluso contando los costos de transporte, porque el descuento sobre el precio de tapa puede llegar al 40%. También, desde luego, obtendrá usted información sobre libros relacionados por su temática o estilo con el que está usted buscando, y hasta puede pedir que lo mantengan informado en el futuro sobre lo que publique el mismo autor o lo que aparezca en el campo que le interese. Gratis. Es decir: las grandes librerías virtuales (Amazon.com, Barnes&Noble) no tienen los libros en stock —actúan como intermediarios entre usted y la editorial—, pero han hecho una fantástica inversión en acopio de datos y en clasificación de los títulos. En Amazon, por ejemplo, usted encontrará cualquier libro que busque, y aún muchos más que no conocía y que pueden interesarle. Tienen tres millones de títulos en oferta. ¿En qué librería del mundo puede usted encontrar veinte obras históricas sobre Namibia, pongamos por caso? Las ventajas son abrumadoras, y el sistema está funcionando más allá de todas las expectativas. Un repaso a las direcciones que les adjunto les bastará para hacerse mejor idea de la cuestión. Y para valorar, sin necesidad de que yo me ponga dramático, lo inevitable: el retraso español en la cuestión.
Librerías virtuales: Amazon: www.amazon.com Barnes&Noble: www.barnesandnoble.com LibroNet: www.libro.net MegaLibro: www.megalibro.com Dos compañías españolas preparan en este momento su entrada seria en el mundo de las librerías virtuales: El Corte Inglés y la Cadena Crisol. Hay, además, decenas de librerías con página en la Red, aunque, claro está, su oferta no es tan abarcadora, ni pueden ofrecer la información que ofrecen los grandes. En los buscadores españoles encontrarán ustedes la información necesaria.
67. SEX - SEX - SEX Las personas honestas, justas y cabales siempre han proclamado la evidente verdad de que la revista Playboy no se compra por las fotos, sino por leer los sesudos artículos que contiene. Lo mismito pasa con Internet: aquí todo el mundo se dedica a investigar cosas serias, para engalanar sus
conocimientos, profundizarlos y hacerlos más eficaces. Las páginas de sexo y/o pornografía no las visitamos nunca, líbrennos san Priapón y la diosa Clítoris (que, como todo el mundo sabe, y sobre todo el escritor mexicano Fernando del Paso, era tan pequeñita que Zeus tuvo que metamorfosearse en hormiga para yogar con ella). No obstante, por si acaso, y aprovechando que estamos de verano, me gustaría lanzar unas cuantas advertencias sobre la senda de los pecadores. La carne es débil, y hay que vigilarla de muy cerca. Ya sé que no van a creerme ustedes, pero Internet está lleno de sexo por todos los recovecos. A nada que nos descuidamos, zas, nos salen bellaquerías en pantalla. Resumiendo mucho, hay dos vías de penetración sexual hacia nuestro ordenador. Primera vía: Millones y millones de páginas guarrotas, facilísimas de encontrar, incluso no buscándolas demasiado. Advertencia: las hay gratuitas, puestas por aficionados que obtienen las imágenes por medios más o menos legales, o que incluyen sus propias lucubraciones gráficas en el asunto. Pero la mayor parte de ellas son de pago, aunque le prometan a usted dos mil veces que son FREE-FREE-FREE. Y la manera de cobrarle a usted por chorrearse los ojos es siempre por medio de una tarjeta de crédito (usted sabrá si le apetece dar su número a una proba organización que nace con prístina vocación de sacarle las perras). Otra manera de cobrarle: no permitiéndole el acceso a la página si no se hace usted de alguno de los «organismos» dedicados a comprobar la edad de los paseantes y que se llaman cosas como Adult Check o Validate. Usted se afilia y le dan una clave con la que, a cambio de unos dolarcillos mensuales, trimestrales o anuales, tiene usted derecho a meterse en cientos de páginas SEX. El cobro es también por tarjeta de crédito. (Usted mismo.) Claro está que, como bien puede imaginar, también hay decenas, a lo mejor miles de hackers y hackerillos que se dedican a forzar las claves y a ofrecérselas gratis al personal. Y ni que decir tiene que hay cientos de grupos de noticias dedicados al sexo donde el novicio recibe el adecuado adiestramiento para navegar por entre esas borrascas. La segunda vía son los chats, y no me digan ustedes que no, porque sería negar lo evidente. Hay canales sobre el cultivo de la remolacha en Siberia, desde luego, pero algo así como el 80% de ellos tratan de sexualidades y ofrecen a sus contertulios la posibilidad de intercambiar ideas y provocaciones en tan arado campo. En todos los idiomas, además. Ese es el verdadero sexo virtual: dos personas, en chat, se excitan mutuamente y alcanzan sus fines tras intercambios más o menos prolijos. (Observen que he dicho «dos personas», sin especificación de género: usted nunca sabrá si está hablando con una doncella hawaiana o con un rudo tártaro de las estepas.) Aquí, por lo general, no hay riesgo económico. Pero
figúrese usted como le va a quedar el alma, después de semejante coyunda virtual. En fin. Queda dicho. Anden con ojo. Como comprenderán, no puedo darles direcciones, porque ésta no es una sección de lenocinio. Y además no conozco ninguna.
68. VIENTO DE POPA Como todos ustedes saben, un navegador o browser (es decir: ‘hojeador’, en inglés) es un aparatejo informático que sirve para surcar las procelosas aguas de Internet. Dentro de poco, estas aplicaciones habrán perdido gran parte de su personalidad, y hasta puede que de su función, porque irán siendo sustituidas por procedimientos cada vez más sencillos; pero, por el momento, nos resultan indispensables. Ahora, para paliar en algo el demoledor efecto que va a tener en su posición de mercado la salida de Windows 98, Netscape nos frece una nueva versión, gratuita, de su ya clásico navegador: el Communicator 4.5. En realidad, todos los inversores de la informática saben o creen saber que el campo de batalla, el ámbito donde se van a jugar los grandes dólares del futuro, está en la Red. Quien controle Internet controlará el mayor depósito de dinero que han visto los siglos. Y una forma de controlar Internet estriba en conseguir que la mayoría de los interneteros utilice nuestra programa para navegar. Durante varios años, el navegador por antonomasia fue Netscape, a pesar de los empeñados esfuerzos de Microsoft por roerle el terreno y la reputación. Pero esta situación ha cambiado de tal modo en los últimos tiempos, que las actuales estadísticas nos sitúan ya el Microsoft Internet Explorer, versión 4.01, a muy pocos puntos de Netscape. En los últimos días, como acabo de sugerir, la salida de Windows 98, que lleva el navegador de Microsoft incorporado, está asestando un tremendo golpe en las vísceras de Netscape. Ustedes, como yo, se van a comprar Windows 98 en fila india, y cuando terminen de instalarlo se encontrarán con la cruda realidad de que todo en él está previsto para funcionar en Internet con el iE.4.01 (o versión superior que nos sirvan). Por eso, en este artículo, me voy a dar el gusto de hacerles a ustedes una o dos advertencias. Primera y principal: La situación es reversible. En la página de Netscape le enseñan a usted cómo desinstalar Internet Explorer. No es nada difícil. Segundo: Ni siquiera hace falta desinstalar el Explorer para trabajar con Netscape. Ambos navegadores pueden coexistir en el mismo equipo sin ningún problema, y nada nos impide fijar Netscape como navegador
predeterminado y olvidarnos del otro. (Esto es importante, porque, hoy por hoy, no sabemos con certeza qué consecuencias tendrá en Windows 98 el hecho de que desinstalemos el iE). Tercero: La versión 4.5 de Communicator tiene una enorme cantidad de ventajas e innovaciones y es, sin duda alguna, el mejor navegador que nadie ha visto hasta ahora (la semana que viene les daremos un repaso). Ciertamente, hay que considerar muy probable que el próximo avatar de iE lleve los mismos o parecidos adelantos; pero, miren, yo les digo una cosa, aquí, entre nosotros: el pajolero navegador de Microsoft siempre falla en algo y siempre nos mete cosas inútiles a porrillo. El de Netscape también, desde luego, pero mucho menos. Y, qué diablos, seamos objetivos: es más simpático. En fin: seguiremos navegando el tema.
69. HAGA VALER SU VOTO El nuevo navegador de Netscape, la versión 4.5 de Communicator —que deberían tener ustedes disponible en la página de la compañía cuando lean este artículo—, afronta con alguna osadía varios de los problemas graves que nos desalientan en nuestras paseatas por la Red. No estoy macizamente seguro de que las soluciones ofrecidas vayan a funcionar a plena satisfacción, ni tampoco de que el esfuerzo por parte de Netscape que algunas requieren vaya a sostenerse de modo indefinido. Puede que todo quede en agua de borrajas, como tantas cosas en informática. Pero echemos un vistazo a lo más importante. No hace falta ser arúspice diplomado para percatarse de que uno de los grandísimos problemas de la Red es la dispersión de los datos. Sabemos que en Internet está todo, pero buena parte de las veces no sabemos encontrarlo entre los millones y millones de páginas, en crecimiento exponencial, que nos agobian. Para aliviarnos las penas, Netscape se descuelga con un invento llamado «Smart Browsing» (navegación inteligente, en traducción no literal). En esencia, lo que hace el navegador es acudir a una base de datos (tremenda y creciente, imagino) llamada Netcenter, donde las diversas páginas están relacionadas por su contenido y por otros criterios de enlace. Un nuevo icono del programa nos permite ahora obtener información sobre todas las páginas emparentadas con la materia que estamos considerando (el todas va en cursiva para señalar cierto escepticismo por mi parte). Así, si estamos buscando información sobre lugares de veraneo con puerto para yates (para qué poner ejemplos pobretones, oiga) y nos encontramos en una página de Ibiza, Netcenter nos dará casi automáticamente una relación de otras páginas con la misma oferta. ¿Puede servirnos el truqui para algo concreto? Todavía no estoy
seguro. Además, claro, todo depende del contenido de la base de datos. Netscape nos da su palabrita del Niño Jesús de que cada vez será más gorda y lustrosa, es decir más práctica. Pero lo mismo se han echado encima una tarea imposible. Otro adelanto de Smart Browser consiste en que ahora podemos escribir directamente en el localizador lo que estamos buscando. Quiero decir: en vez de teclear una dirección exacta, ponemos lo que nos interesa y el navegador nos lleva a la página o páginas donde podemos hallarlo. Ello equivale a saltarnos el buscador tradicional, modelo Altavista o Yahoo, pero, otra vez, depende de lo bueno que llegue a ser el buscador del propio Netscape. Por ahora no es ninguna maravilla, aunque la compañía tampoco ahorre promesas de brillante futuro en este campo. Lo cierto, desde luego, es que la vida internetera nos puede resultar mucho más sencilla si estos ingeniosos mecanismos funcionan. Esperemos que sí. Seamos optimistas. El servicio de mensajería es otra de las mejoras rotundas que ofrece Communicator 4.5 y que el programa necesitaba de modo urgente. Ahora tenemos más cómodo acceso a las carpetas de las personas con quienes nos escribimos, una utilización más sensata de la agenda de direcciones, mejores filtros contra el correo basura, acuse de recibo, etc. El manejo del mail en Netscape es ya tan bueno como en los mejores programas. Iba siendo horita, de todas formas. (Por cierto: también hay mejoras notables en el campo de grupos de noticias.) Y, por último, para quienes manejen portátiles, asistentes digitales personales o varias máquinas, Communicator se hace ahora mucho más fácil de traspasar. En definitiva, estamos en lo que apuntaba la última semana: la guerra de los navegadores es a muerte, porque en ella está en juego el control de la red. No crea usted que optar por uno u otro es cuestión baladí. Ni mucho menos. Es como votar por Microsoft o por los demás. Hagamos valer nuestro voto.
70. PIRATA HONRADO En 1997, las compañías fabricantes de software dejaron de ganar unos 11.400 millones de dólares (1,7 billones de pesetas), por culpa de la piratería informática. Uno no sabe si la cifra es grande o pequeña —suena más bien discreta, teniendo en cuenta las inmensas cantidades de pasta que se crían en este mundo de los ordenadores—, ni tampoco sabe con quién está su corazón, si con los fementidos piratas o con los pobrecitos fabricantes.
Hace años, en 1990, publiqué un artículo que se titulaba «Yo, el pirata» y en el que venía a decir que a un pobre escritor no se le podían cobrar 90.000 pesetas (precio de entonces) por un procesador de textos y que, por consiguiente, el pobre escritor estaba moralmente autorizado a robar. Hasta cierto punto tenía razón: no es normal que nos cobren un ojo de la cara por un aparato superferolítico y que luego resulte que hay que invertir el otro ojo de la cara en aditamentos imprescindibles para que la maravilla nos sirva de algo. Hoy en día, además, la Red es una fuente casi inagotable de software gratuito. Usted no tiene que pagar un céntimo por su navegador, ni por su aplicación de correo electrónico, ni por la mayoría de los plug-ins, ni por excelentes programas criptográficos como el PGP, ni por un montonazo de programillas más o menos caprichosos que ayudan a convivir con el ordenata. Y también tenemos, en la modalidad shareware, diversos productos de gran calidad a precios muy módicos. El shareware plantea problemas éticos. El shareware puede bajarse de Internet «a prueba»: usted paga si decide seguir utilizando el programa; si no, lo desinstala, y pelillos a la mar. Para evitar que abusemos, los desarrolladores suelen defender sus aplicaciones por diversos procedimientos. Ni que decir tiene que estas defensas apenas si constituyen estorbo para un experto, que las elimina con facilidad. Incluso los no expertos maquinan sus modos de escaquear el pago: como casi todos las trabas para evitar el uso indefinido están basadas en el transcurso de un plazo de tiempo, hasta al más tonto se le ocurre que basta con trampearle la fecha al ordenador para gozar de la gratuidad eterna. (Digo yo que será por eso por lo que recibo tantos emilios con fechas imposibles.) Pero el caso es que no parece muy lógico ni muy honrado que sigamos utilizando estos programas sin pagar por ellos. Por lo general, son de compañías o individuos que han trabajado bastante en su desarrollo y que no poseen la potencia económica de Microsoft, IBM, Sun, etc.; personas que tienen derecho a vivir de su esfuerzo, que confían en nosotros para que probemos gratuitamente sus productos, que en modo alguno nos obligan a utilizarlos y que, por lo general, también ejercen la moderación a la hora de fijar sus precios. Creo que si nos gastamos tranquilamente 5.000 pesetas en unas cuantas copas, no hay motivo alguno, por ejemplo, para no pagarle 32 dólares al señor Ghisler por una utilidad tan fantástica como Windows Commander (aunque él la haya fusilado del viejo Comandante Norton; pero esa es otra cuestión). Seamos piratas honrados, caramba.
Guía de páginas Web de recursos gratis: sitio.net/gratis/ Links to Free Stuff: www.soprano.com/frees.html Duros a cuatro pesetas: www.arrakis.es/~melgar/gratis/ Por el morro: www.areas.net/porelmorro/home.htm FreeByte: hjh.simplenet.com/ FreeWare Now.com: www.freewarenow.com/win95.html FreeWare Arts & Crafts: www.zianet.com/rayk/index.html ZDNet Free Software: www.hotfiles.com/hot/newfree.html
71. E-LIBRO (¡EH, LIBRO!) Las editoriales venden textos y distribuyen papel. La asociación entre papel y texto es antiquísima, pero no ineludible, como bien llevamos visto con el surgimiento de Internet. Hoy en día, el papel ya tiene todas las de perder en el sector de los libros de consulta (un monstruo, la Encyclopaedia Britannica, ha anunciado su pase definitivo al soporte informático; todos seguirán)... En cuanto a los restantes libros, está claro que no nos apetece leer una novela ni estudiar Historia o Matemáticas en la pantalla del ordenador, pero ¿no habrá otras soluciones? La primera y desafiante respuesta a esta pregunta se nos viene encima el otoño próximo, cuando se lancen al mercado tres adminículos que vienen con la aviesa intención de cargarse el libro impreso en un plazo más o menos largo de tiempo: el SoftBook, el RocketBook y el Everybook. Hay diferencias técnicas y de servicio entre ellos, pero los tres coinciden en un punto: son objetos parecidos al libro (no al ordenador), que pueden sostenerse en las manos y llevarse de un lado para otro, igualito que Don Quijote de La Mancha. El más atractivo de los tres modelos, RocketBook, tiene el tamaño de un libro de bolsillo y pesa algo más de 600 gramos. Lleva una pantalla de alto contraste y alta resolución, con iluminación desde el fondo —lo que quiere decir que puede usted leer en la oscuridad o a pleno sol, o incluso un poco ladeado, si le apetece—. El manejo es simplicísimo: botoncicos para todo (página adelante, página atrás, búsqueda, subrayado, anotación, clasificación, marca, etc.). Usted elige el tipo de letra y el tamaño. Lleva una batería que dura entre 20 y 45 horas, dependiendo del uso que haga del cacharro. Y le caben dentro todos los libros. Lo único que tiene usted que hacer es conectarse vía Internet con una librería virtual (desde barnesandnoble.com al Proyecto Gutenberg, pongamos por caso), elegir título, y bajárselo al PC. Luego, hay que transferir el archivo del ordenador al e-libro. Y leer —que para algunos puede resultar la parte más dura del asunto, claro—. Tiene usted a su disposición millones de títulos, en un
momento, cuando quiera, como quiera. Detrás de RocketBook está nada menos que Bertelsmann, el número uno mundial en la edición de libros. Los otros dos modelos reúnen parecidas características (SoftBook lleva tapa de cuero, para engañar el tacto del lector), pero ambos resultan más pesados y, además, ninguno de los dos ofrece el servicio de «carga» en librería virtual que, en principio, debe dar el triunfo a RocketBook. Uno, ante estos augurios, se queda perplejo. No puedo concebir un mundo en el que todos los libros quepan en un solo tomo, ni sabría renunciar a la individualidad de la obra, ni querría aceptar la inexistencia física de El cuarteto de Alejandría. Pero las ventajas prácticas del e-libro son tan apabullantes, que no habrá metáfora cultural que se resista. Y el futuro, oiga, no hay quién lo pare. DIRECCIONES: RocketBook: www.nuvomedia.com SoftBook: www.softbookpress.com Everybook: www.everybk.com
72. DOS MIL Y MARCHA ATRÁS Decenas de emilios sobre dos temas que los tienen a ustedes la mar de alborotados: el subidón de Telefónica y el llamado «efecto 2000». Ante lo primero gozamos de tantas opciones como ante un gigante de dos metros y muchos kilos que se nos planta delante en una calle oscura, nos pone una pistola en el corazón y nos ordena que le soltemos la pasta. ¿Es un robo? Pues sí, es un robo, es una subida bestial, dirigida, entre otras cosas, a la despiadada explotación de los interneteros, por más que nos hagan una rebaja del 30% a partir del minuto 10 de conexión. Nos vengaremos, con un poco suerte, cuando empiece de verdad la competencia y estalle la guerra de precios. Mientras, más vale no perder el tiempo, porque ni un millón de emilios protestando ante el edificio de Telefónica, todos juntos y con la Gran Vía atascada, conseguiría disuadir a los bandoleros. Nos desvalijarán todo lo que puedan, tanto tiempo como puedan. Luego vendrá el tío Paco con la rebaja, pero que les quiten lo robado. El efecto 2000 es otra historia. Vamos a ver si conseguimos entender el asunto, porque es complicadillo. Cuando el PC se pone en marcha, el sistema operativo inicializa su calendario tomando la fecha del BIOS (firmware), que antes la ha recibido del CMOS (hardware). En otras palabras: en su máquina hay un circuito integrado donde se contienen las instrucciones básicas para que el ordenador pueda arrancar. Una de estas instrucciones es el formato de fecha. El CMOS aporta los dos primeros números (19--), y el BIOS los otros dos (--98, digamos). Así se obtiene el
año que va a utilizar el sistema operativo: 1998, en el ejemplo. Y aquí viene el problema: como el 19-- no puede modificarse, cuando el sistema operativo pase a 00, en el año 2000, la fecha resultante será 1900. Entonces pueden ocurrir dos catástrofes: a) que el sistema operativo no funcione, porque semejante fecha no le parece de recibo; b) que el sistema operativo corrija el error y entienda que está en 1980 (primera fecha que el pobre programa reconoce como válida). Píllenme ustedes esa mosca por el rabo. Si el ordenador no arranca, malo; si arranca y pone en conocimiento de todos sus programas que estamos a mediados de la década de los 80, unas aplicaciones funcionarán y otras se harán tal lío que resultarán inútiles (las agendas, los programas de contabilidad, los cómputos de la seguridad social, todo lo que guarde relación con el transcurso del tiempo). Y sepa usted lo peor: los técnicos están en ello, pero la solución de validez general aún no se ha descubierto, probablemente porque no existe. Windows 98 trae un sistema de actualización por el que se ofrece una apaño de software (pinche en PROPIEDADES DE CONFIGURACIÓN REGIONAL y luego en la pestaña FECHA), pero no es seguro que funcione en todos los ordenadores. Otras compañías están trabajando en retoques posibles al BIOS. Y, desde luego, es de esperar que los nuevos PC vengan ya con el asunto resuelto. Les doy a ustedes una cuantas direcciones donde pueden imponerse más a fondo sobre el tema. ACNet: ags.acnet.net/ciea/BOL436.html Insys: www.insys.com.mx/y2k1.htm Right Time: www.RighTime.com/ Year 2000: www.year2000.com/ Artech: www.artech.com.uy/white/spanish/ano2000.htm ALGUNOS TÉRMINOS UTILIZADOS EN ESTE ARTÍCULO: CMOS (Complementary MetalOxideSemiconductor): Circuito integrado que forma parte del hardware del ordenador y cuyas instrucciones no pueden modificarse. Firmware: Instrucciones firmes, no modificables, contenidas, por ejemplo, en el ROM. ROM (Read Only Memory): Memoria del ordenador que contiene instrucciones fijas, que el sistema operativo no puede cambiar.
73. EL VIRUUUUUUUUUUUUUUUS
¡Se nos acabó la invulnerabilidad! Hasta finales de julio hemos vivido en la relativa pachorra de que ningún virus podía llegarnos por correo electrónico; quiero decir: no en el texto, ni en la cabecera del emilio, aunque sí en los archivos adjuntos. Nos bastaba con no abrir los archivos adjuntos que nos parecieran de desconfianza, y Santas Pascuas. Alguien ha descubierto un sistema para aguarnos el jolgorio: enviar un emilio al que se adjunta un archivo cuyo nombre tiene más de determinado número de caracteres (es decir: con un nombre larguísimo). En este caso, no hace falta que intentemos abrir el archivo adjunto: nuestro cliente de correo se bloquea nada más recibir el mensaje, despejando el camino para que algún facineroso astuto aproveche el natural descuido de nuestro sistema y nos lo haga fosfatina. Según Microsoft, es muy difícil que semejante cosa ocurra. Según otros sabios, las consecuencias del virus no serían tan simples: podríamos, lisa y llanamente, quedarnos sin sistema. Las noticias, en el momento en que escribo, son confusas. El problema afecta no sólo a Outlook 98 y Outlook Express, tanto en Windows NT como en Windows 95 y 98 (no en el 3.11), sino también al cliente de correo de Netscape y, según se dice, a Pegasus. Microsoft ofrece ya un «parche» que soluciona el problema, pero los expertos no están de acuerdo en cuanto a su eficacia. Netscape anuncia que la inminente versión 5 de su Communicator (quizá ya disponible cuando ustedes lean esto) traerá defensas contra ese virus que bien podríamos llamar «longaniza», si tuviéramos ganas de bromas. En realidad, nadie sabe gran cosa a ciencia cierta, porque estamos ante un fenómeno de laboratorio, que, según Microsoft y Netscape, no se ha producido en la práctica. Dicho de otro modo: un técnico finlandés de la OUSPG ha alertado de que existe la posibilidad de jeringar los sistemas de la pobre gente por medio de este virus, pero no da la impresión de que ningún malandrín se esté dedicando a distribuir la nueva peste. Cabe suponer, no obstante, que la publicidad que entre todos estamos dando al invento acabará por hacerlo más popular. No hay nada que ustedes y yo podamos hacer, sino confiar en nuestros queridos padrecitos, Microsoft y Netscape, para que tengan la bondad de protegernos. Y, sobre todo, confiar también en los grandes números: va a ser difícil que nos toque un envío de este tipo; más difícil que ganar el gordo comprando un décimo de lotería. Pero… Tampoco conviene perder la calma. El riesgo que representa el virus longaniza estará bajo control dentro de poco y, mientras tanto, lo más probable es que ustedes NO lo padezcan. Pero todo el mundo es muy listo —los malos también—, y el «imparable» avance de la técnica va cavando sus propios agujeros, abriendo toda clase de posibilidades, buenas y malas. Windows, por el hecho de tener que integrarse con decenas de máquinas distintas, cada una con su propio hardware (éste es la gran diferencia con
Apple, cuyos sistemas operativos están destinados a máquinas concretas), es un sistema operativo «blando», que siempre dejará rendijas por donde se cuelen los bichos. Que ninguno nos pique. Información: www.microsoft.com/security www.microsoft.com/security/bulletins/ms98-008.htm www.netscape.com/products/security/resources/bugs/longfile.html?hom08f lh1
74. COMBATE DE NAVEGADORES La penúltima batalla entre Netscape y Explorer está a punto de empezar. Como todos ustedes saben, un navegador o browser (es decir: ‘hojeador’, en inglés) es un aparatejo informático que sirve para surcar las procelosas aguas de Internet. Dentro de poco, estas aplicaciones habrán perdido gran parte de su personalidad, y hasta puede que de su función, porque irán siendo sustituidas por procedimientos cada vez más sencillos; pero, por el momento, nos resultan indispensables. Ahora, para paliar en algo el demoledor efecto que va a tener en su posición de mercado la salida de Windows 98, Netscape nos ofrece una nueva versión, gratuita, de su ya clásico navegador: el Communicator 4.5. En realidad, todos los inversores de la informática saben o creen saber que el campo de batalla, el ámbito donde se van a jugar los grandes dólares del futuro, está en la Red. Quien controle Internet controlará el mayor depósito de dinero que han visto los siglos. Y una forma de controlar Internet es conseguir que la mayoría de los interneteros utilice nuestro programa para navegar. Durante varios años, el navegador por antonomasia fue Netscape, a pesar de los empeñados esfuerzos de Microsoft por roerle el terreno y la reputación. Pero esta situación ha cambiado de tal modo en los últimos tiempos, que las actuales estadísticas nos sitúan ya el Microsoft Internet Explorer 4.01, a muy pocos puntos de Netscape. En los últimos días, como acabo de sugerir, la salida de Windows 98, que lleva el navegador de Microsoft incorporado, está asestando un tremendo golpe en las vísceras de Netscape. Ustedes, como yo, se van a comprar Windows 98 en fila india, y cuando terminen de instalarlo se encontrarán con la cruda realidad de que todo en él está previsto para funcionar en Internet con el iE4.01 (o versión
superior que nos sirvan). Por eso, en este artículo, me voy a dar el gusto de hacerles a ustedes una o dos advertencias. Primera y principal: La situación es reversible. En la página de Netscape le enseñan a usted como desinstalar Internet Explorer. No es nada difícil. Segundo: Ni siquiera hace falta desinstalar el Explorer para trabajar con Netscape. Ambos navegadores pueden coexistir en el mismo equipo sin ningún problema, y nada nos impide fijar Netscape como navegador predeterminado y olvidarnos del otro. (Esto es importante, porque, hoy por hoy, no sabemos con certeza que consecuencias tendrá en Windows 98 el hecho de que desinstalemos el iE). Tercero: La versión 4.5 de Communicator tiene una enorme cantidad de ventajas e innovaciones y es, sin duda alguna, el mejor navegador que nadie ha visto hasta ahora (la semana que viene les daremos un repaso). Ciertamente, hay que considerar muy probable que el próximo avatar de iE lleve los mismos o parecidos adelantos; pero, miren, yo les digo una cosa, aquí, entre nosotros: el pajolero navegador de Microsoft siempre falla en algo y siempre nos mete cosas inútiles a porrillo. El de Netscape también, desde luego, pero mucho menos. Y, que diablos, seamos objetivos: es más simpático. En fin: seguiremos navegando el tema. La página de Netscape está en www.netscape.com/es
75. LAS CUENTAS OSCURAS Como bien decía un alcalaíno de pro, el Arcipreste de Hita, en el siglo XV, mucho antes de que se inventaran todas estas mataduras técnicas que nos traen tan excitados y tan confusos, comprenderlo todo es cosa reservada a la Divinidad. A lo mejor es por eso por lo que me lanzan ustedes tantos emilios perplejos, preguntándome por qué los módems no van a la velocidad de que presumen. La respuesta es complicadilla, créanme, pero vamos a intentarlo. Para empezar, supongamos que se ha comprado usted un módem de 33,6 Kbps. o 56Kbps. Dejándose llevar por un poco de lógica y otro poco de imaginación (que ningún vendedor le orienta como es debido), entiende usted que su aparato va a funcionar a una velocidad de 33,6 o 56 kilobytes por segundo. Pero no. La abreviatura de «kilobytes por segundo» no es Kbps., sino K/s. Kbps. significa «kilobits» por segundo. Un kilobit son 1.000 bits, y un bit es la octava parte de un byte. El byte funciona sobre base 8 (octetos) y el bit sobre base 10. Atención al cuadrito.
1 kilobit 1 megabit 1 byte 1 kilobyte 1 megabyte
1.000 bits 1.000 kilobits 8 bits 1.024 bytes (8192 bits) 1.024 kilobytes (8.388.608 bits)
O sea, repasando: la velocidad de los módems se indica en kilobits (no kilobytes) por segundo y, por consiguiente, un aparato que funcione o pueda funcionar a 33,6 kilobits por segundo funcionará o podrá funcionar a 4,2 kilobytes por segundo --suponiendo que tenga usted una línea limpísima, que no haya atascos en la Red y que su proveedor sea una joya). Ejemplo práctico. Se quiere usted bajar un archivo de 800K (kilobytes), y piensa que a la modesta, pero frecuente, velocidad de conexión de 1 kbps. tardará 800 segundos en cargarlo. Mentira negra. 800 kilobytes son 800 x 1.024 x 8 = 6.553.600 bits (6.553,6 segundos a 1 kbps.). Como ven, el margen de error, no habiendo entendido bien el asunto, es abracadabrante. ¿Por qué lo hacen? Pues no lo sé. No quiere uno suponerles mala fe a los inventores de los sistemas de medición, pero no me digan que no es para maliciarse algo muy perverso. Porque, encima, luego llegan los navegadores y nos lo ponen todavía más complicado: la cifra que ve usted en la barra inferior, mientras va bajando un archivo o se carga una página, ESTÁ EN KILOBYTES, no en kilobits. Éste es el dato que más los confunde a ustedes, creo yo. Y me preguntan: si tengo un módem de 33,6 ¿cómo es que lo más que alcanzo en las bajadas es 3,5? Pues mire, muy sencillo (ja-ja): 3,5 kilobytes son 28,7 kilobits. O sea: dese usted con un canto en los dientes si consigue tamaña velocidad en condiciones humanas, porque el máximo de su módem es 33,6. Fácil, ¿eh? En fin. Ya lo dijo el Arcipreste: venga Dios y lo entienda. Si quiere usted leer un magnífico artículo sobre el tema, con una extensión que aquí no puede uno permitirse, pruebe en esta dirección: www.idg.es/scripts/bbdd/articulos/iworld/ShowID.idc?idc.ID=52766. Para remate, les añado una información sin contrastar: hay una compañía, NoraCentrex, que está ofreciendo tarifa telefónica plana, incluida la conexión con Internet. Debo confesar que no he logrado entender –ni bien ni mal—como va a funcionar el asunto, pero a lo mejor tienen ustedes más cabeza o más suerte que yo. La dirección es www.nora.es/ Vale la pena investigar estas cosas, siempre, pero sobre todo tras la bestial subida de Telefónica. Porque, por mucha velocidad que le echemos al módem, lo cierto es que aquí el récord del mundo de velocidad de fuga lo tienen las pps (pesetas por segundo).
76. ORDENATA NUEVECITO Dirán ustedes (y más cuando lo sepan todo) que no soy precisamente un atleta de la voluntad. Me prometí con toda esperanza de rigor que no iba a picar en Windows 98, porque al fin y al cabo ya tenía el 95 actualizado al máximo, y para qué quería los demás inventos, y blablá, blablá. Debí de ser uno de los cinco primeros habitantes de Madrid que apoquinó las 17.900. Y, miren: sigo pensando que es carísima la actualización, pero no me arrepiento del todo. También me había prometido, con mayor solemnidad aún, que no me compraría un nuevo ordenador, porque, total, para lo que yo utilizo el PC -trabajo con textos, mayormente--, ¿qué falta me hacía un haiga? ¿No estaba la mar de contento con mi Pentium 166 engordado hasta 80 megas de RAM, aunque no tuviera MMX? ¿No me funcionaba todo a las 997 maravillas, más o menos? ¿Acaso había terminado de pagar el aparato? Me he comprado un Pentium II a 450 megahercios, con disco duro de 8 gigas y 124 megas de memoria RAM, con dos salidas UBS (¿puede uno vivir sin salidas UBS, aunque no tenga un maldito aparato que las utilice?) y una tarjeta gráfica de 8 megas. Lo indispensable, vaya. Qué menos que lo indispensable, ¿verdad? Fue una compra casi impulsiva, un no poder más, un desahogo de la angustia que me estaba produciendo la cada vez más innegable obsolescencia de mi pobre 166. Llegué a casa con la caja a cuestas sin casi habérmelo pensado antes, sin saber muy bien lo que estaba haciendo, sin haber preparado nada. De pronto, cuando llegué a mi cuarto de trabajo, con mis hijos detrás, esperando ansiosos que les traspasara el viejo ordenata, porque también ellos estaban hasta las narices del vetusto 486 heredado hace dos años y medio, me di cuenta de la que se me venía encima: la mudanza. Y ahora ¿qué hago? Mi ex tenía en las tripas unos cuatro gigas de datos, programas instalados, caprichos surtidos, configuraciones irrepetibles, archivos de sonido y de iconos, correos acumulados, yo qué sé, la RediBiblia en verso... Hale, a buscar un cable de conexión. Nunca antes había utilizado la conexión directa por cable entre dos ordenadores. Pero parecía fácil. Conecté los puertos paralelos de ambos ordenadores, el viejo y el nuevo. Fui siguiendo las instrucciones de Fray Bill. Arreé los ratonazos pertinentes. Y no. Ni flores del campo. Según el programa, mis puertos paralelos, tan evidentes, no existían. Lo intenté cuatro o cinco veces más, siempre desde el principio, borrando todo lo hecho antes. Menos flores aún.
Horas y horas de angustia, porque ya me veía trasladando los bytes a mano, de un ordenador a otro, a fuerza de disquetes y más disquetes. (Aclaro que no tengo ningún sistema de backup.) Pero abreviemos. En un momento de mágica inspiración, se me ocurre toquetear la instalación de «Red». Y, por pura casualidad, me aparece un cartelito donde sibilinamente se me sugiere que sin NDISWAN y «Adaptador de red privada de Microsoft» no lograré, jamás de los jamases, tender una conexión directa por cable... En fin: cuando se sabe es coser y cantar. Pero lo cierto es que el programa no avisa de este requisito, para nada, en ninguna parte. Microsoft confía en nuestro instinto de peceros avezados. No vean cómo corre la bestia, oigan. Porque, bueno, ya puestos, confesémoslo todo: también me he comprado un módem de 56k. Compréndanlo: mis hijos necesitaban el de 33.6. Cómo iba a hacerles la faena.
77. PREGUNTE, PREGUNTE Recibo el emilio siguiente: «Como lector y seguidor de sus artículos en el suplemento El Semanal apelo a sus conocimientos para la solución de un problema con W-95 herramienta Scandisk. No consigo hacerla funcionar, aparece mensaje de error siguiente: “Scandisk no puede verificar la unidad porque el disco no tiene un formato adecuado, o bien porque una utilidad de disco la ha bloqueado. Dé formato al disco o espere a que la utilidad termine y, a continuación, reinicie Scandisk”. Como consecuencia de esta anomalía llevo casi un año sin poder usar Scandisk e ignoro las repercusiones que ello lleva consigo. Quedo a las espera de sus consejos y reciba un cordial saludo.» Esta es la típica petición de ayuda que me deja más bien perplejo e incluso me irrita un poco (solo un poco: poquísimo; no llevemos las cosas a extremos dramáticos, que los interneteros somos gente suave). La persona que me escribe, según sus propias palabras, lleva por lo menos un año utilizando su ordenador con Windows 95. No son unas poquitas semanas. En todo este tiempo, no ha tenido ídem de estudiarse un poco el funcionamiento de su ordenador, ni de hacerse una idea de cómo es la vida en el absurdamente complicado mundo de la informática. El propio enunciado de la pregunta indica que esta persona no se ha hecho cargo de que hay varias versiones de Windows 95 y de que, a nada que se instalen unas cuantas actualizaciones, puede haber conflictos de todo tipo. ¿Cómo puedo darle respuesta? No sé si está trabajando con la primera versión de Windows (¿más actualizaciones?), o con la OSR. Tampoco sé, evidentemente, qué programas tiene funcionando en el ordenador. Esto último es de
considerable importancia, porque hay gestores de memoria y anti virus que obstaculizan el trabajo de ScanDisk. Por otro lado, es casi impensable que a este lector, en todo un año, no se le haya colgado nunca nada, ni el sistema ni ninguna aplicación, y que no se haya visto obligado a reinicializar o resetear (como dicen los más castizos, a quienes San Babel confunda, porque maldita la falta que nos hace semejante palabro en el vocabulario informático; tanta como 'deletear', pongamos por caso). Si esto ha ocurrido, es altamente probable que tenga problemas de archivos y de FAT. Cualquier día le va a pasar algo gordo, y entonces será el crujir de dientes. No se puede. Yo comprendo —lo he apuntado antes— que todo esto es desolador, que no deberíamos conocer siquiera el ScanDisk, que todo debería funcionar como funciona cualquier otro electrodoméstico: apretando un botón (y hale, hasta que venga la avería y no quede más remedio que llamar al técnico, que esa es otra). Pasa con los ordenadores, ahora, lo que pasaba con las viejas motocicletas, más o menos hasta principios de los setenta. Tenía yo una BSA que no iba más allá de cien kilómetros en línea recta sin necesitar algún ajuste, y que, desde luego, cada vez que la dejaba aparcada adornaba el suelo con un charquito de aceite, como marcando el terreno. Para trabajar con un PC movido por Windows hay que estar todo el santo rato cuidándole las entretelas, no vaya a enfadarse. Una lata, una estupidez, algo inadmisible. Dicho en pocas palabras, se aprovechan de nuestro espíritu de pioneros y nuestra vocación de boy-scouts. Pero, hombre, mientras sigan así las cosas, hay que poner un poco de interés. Porque, luego, ocurre lo que ocurre, y se pierden kilos de datos, y no hay quien vuelva a arrancar la puñetera caja, y al llorar todo son mocos. Aplíquense un poco. No crean: es la mar de entretenido.
78. UNA PÁGINA PROPIA (I) Sé que muchos de ustedes poseen ya su parcelita en la Red, porque recibo emilios con la dirección y siempre me doy una vuelta, a ver cómo andamos de pericia e imaginación y creatividad (bastante bien, gracias). Supongo que otros muchísimos de ustedes estarán pensándose la posibilidad de montarse una página, a ver qué pasa. Y estoy seguro, pero segurísimo, de que otro buen montonazo de los lectores de esta sección ni siquiera tiene idea concreta de qué es una página web. El otro día me encontré por la editorial a José María Guelbenzu, novelista de los que deben ustedes frecuentar, y me comunicó que se había pasado el verano leyéndome, muy interesado —porque es consciente de que no va a tener más remedio que rendirse a la navegación internetera—,
pero sin pillar una pajolera palabra. Sólo había sacado una cosa en limpio: que yo parecía entender algo del asunto y que bueno era conocerme, porque así me podía preguntar directamente. O sea que vamos a ir por orden. Una página personal es un espacio en la Red que usted puede utilizar para poner a disposición de los demás internavegantes los datos que le parezca pertinente publicar. Un periódico mural para su propio uso, por decirlo así. Su página no se distingue en nada de la de Microsoft, pongamos por caso (sólo sería deseable que estuviera mejor hecha y funcionara mejor, pero eso es fácil). Usted adquiere una dirección, me la comunica a mí, y yo le hago una visita. Primera y evidente pregunta: ¿de dónde saco el espacio? Pues muy fácil: consigue usted alojamiento en el disco duro de algún servidor, que se lo presta con mucho gusto (ya veremos en qué consiste el gusto). Más abajo encontrará usted una URL donde se contiene una larga lista de lugares en que puede instalar su página sin que le cueste un guiri (también llamado euro). Segunda y no menos evidente pregunta: ¿Cómo hago? Bueno, cada Hostal tiene sus normas, muy fáciles de entender y cumplir, de modo que siga usted las instrucciones. En todas partes le pedirán datos más o menos personales (como mínimo, desde luego, la dirección electrónica), en muchos tratarán de hacerle un perfil de consumidor, para conocer sus preferencias y hábitos al respecto. Como bien comprende usted, el servicio es gratis, pero no tanto: usted compra espacio con información sobre sí mismo. ¿Para qué quieren estos señores sus datos? Para utilizarlos con fines publicitarios o promocionales, o para que la posibilidad de establecer contacto con usted realce el valor de sus servicios a terceros. Así, GeoCities, enorme albergue de miles de páginas individuales, vive de la publicidad que inserta y que usted no tiene más remedio que ver. Les aseguro, no obstante, que pueden ustedes alojarse en cualquier sitio sin grave menoscabo de su intimidad. Lo hacemos todos. Tercera y no tan evidente ristra de preguntas: ahora que ya tengo alojamiento, ¿qué meto en mi página, cómo lo meto y cómo lo hago llegar al albergue? Pues no sé. Puede usted poner lo que quiera. Su currículo personal, sus fotos, sus ambiciones y proyectos, el álbum de su hijos preferidos, información y/u opiniones sobre el tema que más le pete, música, vídeos, todo ello, si así le parece, con vínculos a otras páginas parecidas o simpáticas o que puedan servir de algo a sus visitantes. No hay límite temático, e incluso hay lugares donde ni siquiera le ponen cortapisas de espacio (por ejemplo, en Ciudad Futura). Sobre cómo fabricarse la paginita hablaremos la semana que viene.
Info sobre espacio gratis: www.ciudadfutura.com/webgratis/
79. UNA PÁGINA PROPIA (II) Usted tiene que fabricarse la página web como aquel que dice con sus propias manos. Ya se imaginará que hay ayudas, y no precisamente flacas, pero más adelante hablaremos de ellas. Lo primero que debe usted hacer es decidir resueltamente que desea poner una página en Internet y que esa página va a mostrar un determinado contenido. En otras palabras: ¿qué va a contarme usted? Cuando lo sepa seguro (y no antes, aunque así parece que lo ha hecho una buena porción de los diseñadores interneteros), tendrá que pensar en la forma. A nada que haya visto unas cuantas páginas ajenas, sabrá que hoy en día se puede hacer casi todo, pero, claro, hay que saber hacerlo, y ni usted ni yo estamos en condiciones de meternos en camisas de once varas. Lo que queremos es una paginita sencilla, con datos sobre el tema que nos interesa (a lo mejor nosotros mismos), con alguna ilustración pertinente y con enlaces a otras páginas sobre temas parecidos. La verdad es que para tan modestos fines podemos utilizar el propio procesador de textos que tan acostumbrados estamos a manejar. Word, por ejemplo, le permite guardar como página web cualquier cosa que haga en modo normal. El programa introduce las claves por usted. Porque se trata de un lenguaje distinto al del procesador de textos. Para confeccionar páginas web se utiliza el HTML (Hiper Text Markup Language, que suele traducirse «lenguaje de marcas de hipertexto»). Ojo, no es un lenguaje de programación, sino algo que recuerda el sistema de los primeros procesadores de texto. ¿Se acuerda usted, si tiene edad para recordarlo? Delante de la palabra que queríamos poner en cursiva había que escribir , o algo parecido, y otra vez al final, para desactivar la clave. No crea que la cosa ha cambiado tanto, en realidad. Lo que ocurre es que los procesadores modernos nos ocultan esos signos; pero el caso es que cuando pulsamos CTRL+k o el icono correspondiente, el programa inserta la instrucción de cursiva en alguna parte. Lo mismo hay que hacer para confeccionar una página con destino a Internet: facilitarle todas las indicaciones al programa que luego ha de leer nuestra página, para traducirla a términos visuales al alcance de cualquier ojo humano. Figurémonos que quiero empezar mi página web con un rótulo que diga «Página Personal». Debajo ponemos mi nombre y, a continuación, también debajo, una foto mía. Todo ello centrado. En lenguaje HTML, esto se traduce más o menos así: Ramón
Buenaventura
Página personal
Si le echa usted un vistazo fuerte a los signos, verá que hay indicación para todo: el tamaño de letra, los saltos de página, la alineación de los textos, las tildes, la inserción de la foto, etc. ¿Verdad que mola la idea de picarse todo esto para conseguir dos líneas y un retrato? Imagínese lo que será una página complicada, con tablas, gráficos, sonido, lo que se nos ocurra. Pero no se preocupe, que la semana próxima compartiremos buenas noticias sobre el tema.
Mientras tanto, tome usted nota de que en la dirección: http://wmaestro.com/webmaestro/docs/portada.html dispone de un excelente manual básico de HTML, donde podrá resolver las dudas y entrar en detalles que la falta de espacio no me permite incluir aquí.
80. UNA PÁGINA PROPIA (III) Afortunadamente (vienen las buenas noticias), la verdad es que ya hay un montón de programas que nos hacen la interfaz con el lenguaje HTML y nos permiten componer como si las claves no existieran. Ellos las meten. Para trabajos elementales, como ya hemos visto, incluso puede valernos con el procesador de textos; para trabajos más complicados, tenemos FrontPage 98, Claris Home, Corel Web, HotMetal, HotDog, Netscape Composer (que viene con el navegador), FrontPad, WebAuthor… Muchísimos. Algunos, los más sencillos, gratuitos. Claro está que estos programas nos ofrecen un montón de posibilidades creativas —unos más que otros—, pero ninguno nos aumenta el talento artístico ni nos mejora el gusto. En resumidas cuentas, creo que hay una regla de oro para no meter la pata: sencillez y ligereza. Atendamos a la legibilidad del texto (no utilicemos fondos de colores que estorban la lectura, por más «bonitos» que se nos antojen). No nos pasemos con los gráficos, porque hay realidades de la vida internetera que no podemos cambiar: las conexiones son lentas, no todo el mundo utiliza los equipos más potentes, y nos arriesgamos a que el visitante se salga de nuestra página antes de haberla cargado. Hagamos, también, un croquis o esbozo previo de cómo queremos organizar la página. Si es posible, desglosémosla
en capítulos, a base de enlaces. (Si entra usted en mi página, verá que los artículos de esta sección no están todos juntos: hay un índice previo para hacer posible el acceso individual a cada uno de ellos; de otro modo, podría usted tardar diez minutos en cargar esa parte de mi parcela en Internet). Redactemos definiciones claras de los enlaces, para no forzar errores del visitante, haciéndole perder el tiempo. No nos empeñemos en utilizar «frames» más que en caso de verdadera necesidad, porque retrasan la carga y, además, no son visibles en todos los sistemas. Añadamos datos de utilidad para el huésped, como la fecha de la última actualización de la página que hayamos realizado o el «peso» en Kb de las imágenes o de los enlaces que proponemos.. En fin: ya comprenden ustedes que no puedo dar aquí un manual de composición de páginas, ni embarcarme a explicar las instrucciones de cada programa. Si se meten en ello, tengan en cuenta que no es coser y cantar; plantéenselo con tiempo y con ganas. Y, bueno: supongamos que ya tenemos la página en el disco duro de nuestro ordenador. Ahí no pinta nada, claro. Hay que subirla al Hostal, al sitio web donde nos han cedido espacio (recuérdese lo dicho en el primer artículo de esta serie). De hecho, hay que enviar, uno por uno, todos los archivos que la componen —html, gráficos, applets, etc.—, y que habremos nombrado según las normas del servidor (casi siempre sin mayúsculas). Normalmente, tendremos un fichero básico o de índice que se llamará index.html, en el que estarán los enlaces a los demás ficheros. La mudanza se hace por medio de un cliente de FTP, es decir de una aplicación que recoge nuestros archivos y los incluye en el servidor. Muchos hostales — Geocities, por ejemplo— tienen su propio cliente de FTP, lo cual facilita considerablemente las cosas. Una vez alojados sus archivos en el servidor, y si lo hemos hecho todo bien, tendremos una hermosa página web que enseñar a los amigos. Nuestra dirección, claro, será la que nos haya dado el Hostal. Pero insistamos en la subida de la página al hostal, porque es el intrígulis de la cuestión. No hay una respuesta válida para todas las variantes. En general, podemos distinguir dos supuestos. En el primero, el Hostal tiene su propio sistema de «recogida» de archivos. Es el caso de Geocities. Y, como son tantos los que han optado por este Gran Hotel Internacional, vamos a tratar de pormenorizar los pasos. En realidad, el proceso es extraordinariamente simple, pero comprendo que las instrucciones vienen en inglés y… Bueno. Ya tenemos el alojamiento contratado. Ya tenemos la página hecha, en nuestro disco duro. Ahora vamos a subirla. Entramos en Geocities (www.geocitites.com). No hace falta que esperen a que se cargue entero: en cuanto salga la barra amarilla de la parte superior, piquen en
«Member’s Area». A la izquierda les aparecerá una columna encabezada por el epígrafe «Quick Lins». Escojan «File Manager». Una vez en «File Manager», bajen la pantalla hasta encontrar las menciones «Member Name» y «Password», con sus correspondientes recuadros. Ahí tienen ustedes que meter su nombre de usuario (el que hayan elegido durante la contratación) y su contraseña (la que les haya enviado por email el propio Geocities). Luego pinchen en «Submit», y allá vamos. Ahora tienen ustedes el Gestor a la vista. Su relación de archivos estará vacía, claro, porque aún no han subido nada. Pero si van descendiendo por la pantalla verán que al final les aparece la mención «EZ File Upload». Ahí está la madre del cordero, esperándonos. Verán que hay cinco recuadros en blanco junto a cinco recuadritos grises con la leyenda «Browse». Pinchen en el gris que más rabia les dé y se abrirá el típico menú de Windows para selección de documentos. Vayan a la carpeta donde tengan los archivos de su página, elijan uno, y denle a «Aceptar». El nombre del archivo aparecerá en el recuadro antes blanco. Lo siguiente es activar «Upload Files». El programa interno de Geocities se encarga de lo demás. Cuando termine el proceso (que resulta pesadito, no crean, porque hay que subir los archivos uno por uno), verán ustedes, oh milagro, que ahora tienen una lista de material disponible en Geocities para integrar su página. Consejo: no utilicen nombres de más de ocho caracteres, ni incluyan signos extraños (nada de tildes ni de eñes, desde luego). El archivo base, el principal, aquel del que cuelgan todos los demás, tiene que llamarse «index.html». Por él es por donde empieza a cargarse su página. Los demás archivos, los vinculados al principal, admiten cualquier terminación. Así de sencillo. Y el procedimiento es muy similar en los restantes hostales donde ofrecen servicio interno de subida de archivos. Cuestión de echarle un poco de imaginación o de preguntarle a un amigo que conozca el inglés. También pueden encontrarse con Hostales donde no hay servicio interno de subida de archivos. Entonces hay que acudir a un cliente FTP de los muchos (freeware y shareware; ) que andan por ahí. Y seguir las instrucciones, tanto del programa como del Hostal. Ahí ya no puedo ayudarles a ustedes: el funcionamiento no cambia gran cosa de programa en programa, pero el modo de presentarlo puede ser muy variado. Y, maldita sea, casi siempre se explica en inglés. En www.tucows.de/ftpserver95.html encontrarán una buena cantidad de servidores FTP. El War FTP Daemon está bien y tiene la nada desdeñable ventaja de ser gratuito. Pero si quiere lo mejor de lo mejor,
tendrá que pagar 37,5 dólares y hacerse con el WS_FTP Pro 5.0 (www.ipswitch.com/Products/WS_FTP/index.html). Anímense. Y mándenme sus direcciones, please. En estas direcciones encontrarán ustedes los programas/herramienta para la edición html: FrontPage 98: www.microsoft.com (viene con W’98). Claris Home: www.claris.com Corel Web: www.corel.com HotMetal: www.softquad.com HotDog: www.sausage.com FrontPad: www.microsoft.com WebAuthor: www.quarterdeck.com
81. VINONET En Internet hay de todo, como en botica y en taberna, de modo que también hay vino, no sé si de las 5.000 variedades de la vitis vinifera, pero poco menos. Y dan ganas de bebérselas todas, en busca del olvido absoluto, cuando intenta uno navegar en domingo por la tarde. ¿Cuántos millones de habitantes puede alcanzar el Pueblo de la Red, en hora punta? ¿Quién es el guapo que les sirve un chat y un chato a cada uno? Si utilizamos un buscador (Altavista, pongamos por caso), encontramos las siguientes cantidades de ‘entradas’ relativas al vino: — 31.356 en español. — 23.230 en italiano. — 32.990 en francés. — 789.831 en inglés. — 34.390 en alemán. Etcétera (añada usted mismo su idioma favorito). Como usted comprenderá, encontrar algo en semejante jungla no es tarea para humanos beodos, de modo que la primera recomendación sería: absténgase usted del consumo de vino al menos durante su búsqueda de páginas web sobre el tema. (La verdad: creo que la abstención total del consumo de cualquier clase de bebidas y de productos migajosos es conducta sensatísima cuando tenemos un teclado delante, qué quieren que les diga.) Para colmo de complicaciones, he tenido que llegar a la conclusión, tras varias horas engolfado en la investigación vinícola internetera, de que éste es uno de los casos, malos y feos, en que Internet nos revela con impudicia sus peores defectos: la falta de organización temática y la total
ausencia de criterio establecido que nos sirva para distinguir la buena información de la simple palabrería, las meditaciones de señores que no tienen nada mejor que hacer que filosofar sobre qué habría ocurrido si a Noé no se le ocurre dormirse debajo de un racimo de uvas (con la boca abierta, supongo) y los datos pura y simplemente equivocados. Usted y yo nos perdemos en este caos y lo único que sacamos en limpio es que nos resulta más fácil comprarnos un libro sobre el vino. O consultar la Enciclopedia Británica, que está mucho mejor organizada. O sea: falta la visión general y sobran los datos concretos. Si quiere usted conocer la historia del vino, las variedades de uva, las regiones vinícolas, el proceso de fabricación, etc., ya le digo: tire de libro impreso o enciclopedia (o entérese bien leyendo de cabo a rabo este ejemplar de El Semanal). Ahora bien: si anda en busca de detalles sueltos, en la Red tiene muchísimos. He estado jugando a buscar todas las marcas que recordaba, y casi todas me han salido (aunque, en algún caso, sólo incluidas en la carta de algún restaurante: dese usted cuenta). No creo que haya muchas bodegas españolas sin página o referencia. ¿Y opiniones? Miles. De todas maneras, ateniéndonos a la zona española, hay un par de páginas desde las cuales se puede llegar a todas las demás: la «Guía Internet de los Vinos de España» (www.filewine.es) y el «Centro de Información del Vino Español en Internet» (www.elvino.com). No contienen información en verdadera profundidad, pero permite localizar casi todo lo que uno busca. La primera incluye un diccionario de términos vinícolas sencillo y manejable por no expertos, y a partir de ambas puede usted entrar en las páginas de todos los Consejos Reguladores de Denominación de Origen. Conviene saber, por último, que los buscadores españoles, sobre todo Olé (www.ole.com), tienen muy bien organizados los datos disponibles en España, y que se puede usted entretener horas recorriendo bodegas, bodeguitas y bodegonas. A la salud de todos.
82. PARA SUBIR A LA HABITACIÓN Caramba, caramba: parece que estaban ustedes esperando un empujoncito de ánimo, porque se han lanzado a hacer páginas como impresores enardecidos. No he tenido tiempo de visitar todas las que me han propuesto, pero ya las he visto de muchos tamaños y cepas. No obstante, también he recibido un montón de cartas en que manifiestan ustedes su perplejidad ante un problema: ¿cómo hacer que los archivos de mi futura página suban al servidor del Hostal? No hay una respuesta válida para todas las variantes. En general, podemos distinguir dos supuestos. En el primero, el Hostal tiene su propio
sistema de «recogida» de archivos. Es el caso de Geocities. Y, como son tantos los que han optado por este Gran Hotel Internacional, vamos a tratar de pormenorizar los pasos. En realidad, el proceso es extraordinariamente simple, pero comprendo que las instrucciones vienen en inglés y… Bueno. Ya tenemos el alojamiento contratado. Ya tenemos la página hecha, en nuestro disco duro. Ahora vamos a subirla. Entramos en Geocities (www.geocitites.com). No hace falta que esperen a que se cargue entero: en cuanto salga la barra amarilla de la parte superior, piquen en «Member’s Area». A la izquierda les aparecerá una columna encabezada por el epígrafe «Quick Lins». Escojan «File Manager». Una vez en «File Manager», bajen la pantalla hasta encontrar las menciones «Member Name» y «Password», con sus correspondientes recuadros. Ahí tienen ustedes que meter su nombre de usuario (el que hayan elegido durante la contratación) y su contraseña (la que les haya enviado por email el propio Geocities). Luego pinchen en «Submit», y allá vamos. Ahora tienen ustedes el Gestor a la vista. Su relación de archivos estará vacía, claro, porque aún no han subido nada. Pero si van descendiendo por la pantalla verán que al final les aparece la mención «EZ File Upload». Ahí está la madre del cordero, esperándonos. Verán que hay cinco recuadros en blanco junto a cinco recuadritos grises con la leyenda «Browse». Pinchen en el gris que más rabia les dé y se abrirá el típico menú de Windows para selección de documentos. Vayan a la carpeta donde tengan los archivos de su página, elijan uno, y denle a «Aceptar». El nombre del archivo aparecerá en el recuadro antes blanco. Lo siguiente es activar «Upload Files». El programa interno de Geocities se encarga de lo demás. Cuando termine el proceso (que resulta pesadito, no crean, porque hay que subir los archivos uno por uno), verán ustedes, oh milagro, que ahora tienen una lista de material disponible en Geocities para integrar su página. Consejo: no utilicen nombres de más de ocho caracteres, ni incluyan signos extraños (nada de tildes ni de eñes, desde luego). El archivo base, el principal, aquel del que cuelgan todos los demás, tiene que llamarse «index.html». Por él es por donde empieza a cargarse su página. Los demás archivos, los vinculados al principal, admiten cualquier terminación. Así de sencillo. Y el procedimiento es muy similar en los restantes hostales donde ofrecen servicio interno de subida de archivos. Cuestión de echarle un poco de imaginación o de preguntarle a un amigo que conozca el inglés. También pueden encontrarse con Hostales donde no hay servicio interno de subida de archivos. Entonces hay que acudir a un cliente FTP de los muchos (freeware y shareware; ) que andan por ahí. Y seguir las
instrucciones, tanto del programa como del Hostal. Ahí ya no puedo ayudarles a ustedes: el funcionamiento no cambia gran cosa de programa en programa, pero el modo de presentarlo puede ser muy variado. Y, maldita sea, casi siempre se explica en inglés. En www.tucows.de/ftpserver95.html encontrarán una buena cantidad de servidores FTP. El War FTP Daemon está bien y tiene la nada desdeñable ventaja de ser gratuito. Pero si quiere lo mejor de lo mejor, tendrá que pagar 37,5 dólares y hacerse con el WS_FTP Pro 5.0 (www.ipswitch.com/Products/WS_FTP/index.html). Anímense. La dirección electrónica del autor de este artículo se incluye como invitación al diálogo con los lectores y a la recepción de sus opiniones, consejos y sugerencias. Que se agradecen mucho. Las preguntas propias de un consultorio técnico deben dirigirse a las revistas especializadas o los establecimientos en que cada lector haya adquirido el software o el equipo. Gracias.
83. LO QUE USTEDES HACEN Cuánto lo siento, señoras y señores, pero no tengo más remedio que desperdiciar un artículo en una imprescindible puesta a punto. Ha llegado el momento de hacer público y notorio lo que muchos lectores ya saben: no puedo atender la correspondencia que recibo a cuenta de esta página. Estoy recibiendo más, mucho más de 300 emilios a la semana. Hay un malentendido que provoca los atascos: ustedes parecen pensar que yo tengo un equipo detrás, que me ayuda a preparar los artículos y a contestar a sus preguntas. No es así. Como ya he explicado en alguna otra ocasión, atiendo esta correspondencia en mi casa, en mi tiempo libre y a mi propia costa. De ninguna manera puedo dar servicio técnico. No ya porque la mayor parte de las veces las preguntas estén planteadas de un modo que hace imposible entender el problema, y menos juzgarlo, sino porque cualquier respuesta me llevaría un tiempo del que no dispongo. De modo que, lamentándolo mucho, no tengo más remedio que insistir: por favor, diríjanse ustedes a las revistas especializadas o a sus proveedores de conexión y de software. Se me ocurre, no obstante, una solución, y voy a tratar de ponerla en práctica lo antes posible. Quizá pudiéramos montar un «foro» para que los lectores se comunicaran entre sí. Aparte de cambiar impresiones sobre lo divino y lo humano, harían ustedes nuevos amigos, y hasta cabría la posibilidad de que se solucionaran mutuamente los problemas. Me gustaría recibir sugerencias al respecto. Luego, como curiosidad, debo señalar que me han enviado ustedes muy pocas direcciones personales. ¿No hay más gente que tenga su propia
página web? Por el momento, éstos son, casi, casi, los únicos lectores que me han enviado el URL de su página personal: Francisco Gómez González (www.ctv.es/USERS/cprtopa/alfabeto.htm y www.ctv.es/USERS/cprtopa/contar.htm. Dos páginas, una sobre el alfabeto y otra sobre los números. Con entretenimientos informáticos incluidos. Tomás Pardellas (mipagina.euskaltel.es/tpardellas/). HTML y Java Script. Ha empezado a recopilar los artículos de esta sección. Vicente Novillo (www.ctv.es/USERS/vnovillo/). Guía de Las Hurdes, con especial énfasis en la artesanía. Novillo es fotógrafo. F. Javier Martínez de Ibarreta (www.nova.es/~javierml/). Datos personales, dibujos, curiosidades, direcciones de interés. Barolomé Gómez (www.sensei.org/~asemser/jmcano.html). Página a la gloria de José María Cano, compositor e intérprete musical, ex Mecano. Juan López (www.arrakis.es/~jalp/). Arte visigótico y mozárabe. QB ad eodem rivum Club (www.geocities.com/SiliconValley/Bay/7020/qbaerc.html). La programación en Quick Basic al alcance de todos. Pablo Jesús Villa (www.ctv.es/USERS/raky/). Software. Tiene un contador para medir el consumo telefónico. David y Gabriel Guerrero (personal.meganet.es/u450/). Dos hermanos gemelos interesados en la literatura, cada uno con su página. J.R. Borobia (www.civila.com/hispania/javi/). El «paloteao», conexiones, montaña, ecología. Jose Mari López Goitia (www.ehu.es/~lcalogoj/). Datos personales, aficiones, páginas favoritas, chat, sección humorística, sección matemática. Antonio Burgos (www.antonioburgos.com/). Del muy famoso periodista, en torno a su columna de El Mundo. Página muy rica en contenidos. Juan Llanos Lorenzo (195.77.207.6/ongapisa/). Sobre el músico Marvin Lee Aday, llamado Meat Loaf. Marian (www.geocities.com/Paris/Cafe/2418/). De todo un poco: poesía, finanzas, solidaridad, música… Todas tienen su punto.
84. ACELERANDO OTRA VEZ Les entran a ustedes modas, de vez en cuando. Llevo dos o tres semanas acribillado a preguntas sobre el PPP_Boost (del que hablé en un artículo titulado «Velocidad regalada», hace unos meses). Se ve que el tremendo bajón de velocidad y rendimiento que sufre la Red durante los sábados y
los domingos los lleva a ustedes a desear acelerones mágicos. Vamos a ver si aclaramos la cuestión. Hay en el Registro de Windows 95/98 un cacharrín que se llama MaxMTU (Maximum Transmission Unit, unidad máxima de transmisión). En las conexiones TCP/IP (las que usa maese Windows), la MaxMTU fija el número de bytes envuelto en cada «paquete» que se mueve de brinco en brinco por la Red. Lo ideal sería que todo fluyera sin problemas, pero la realidad es otra: si nuestro paquete intenta penetrar en un marco físico de dimensiones reducidas (por favor, no me hagan chistes), se verá partido en las porciones pertinentes, para luego tener que reconstruirse en destino. Una pérdida de tiempo. La MaxMTU de Windows 95 es, por defecto, de 1.500 bytes. Perfecta para redes basadas en Ethernet. Pero resulta que el estándar Internet es de 576 bytes, de modo que en cuanto conecte usted con su proveedor se va a encontrar con sus paquetes hechos añicos. Usted manda sus comunicaciones en paquetes de 1.500 y los puntos de Red por donde va pasando se los partes en porciones de 576 o menos. Con el consiguiente frenazo en la velocidad. Los parámetros de la MaxMTU se pueden ajustar manualmente, actuando, con valor y sangre fría, en el Registro de Windows. Pero hay un procedimiento más sencillo: acudir al ya célebre PPP_Boost, o a cualquier otro programa similar, para que se hagan cargo de la tarea. En un par de minutos queda zanjado el problema. No gozará usted de una mayor velocidad de conexión, desde luego, pero sí que verá aumentada la eficacia en la transmisión de datos, especialmente cuando quiera acarrear grandes archivos. Ande con ojo, sin embargo: las cosas no son iguales en Windows 98. Una de las grandes novedades de esta actualización del 95 que nos venden a precio de sistema operativo nuevo --robándonos, porque no hay otra palabra más sensata-- consiste en la posibilidad de alterar los parámetros de la MaxMTU sin tocar el Registro. Ahora, por defecto, las conexiones funcionan en paquetes de 576 bytes cuando su velocidad es inferior a 128 K (quién los pillara). Por encima de este tope, los paquetes aumentan a 1.500. Si quiere usted ver cómo se cambian estos parámetros, o, echándole valor, cambiarlos, haga lo siguiente: — En Panel de Control, abra Red. — Seleccione Adaptador de Acceso Telefónico a Redes. — Abra Propiedades. — Abra Avanzado. — Seleccione Tamaño del Paquete IP. Donde pone Valor, a la derecha, verá que se le ofrece un menú con las opciones Automático, Grande, Medio y Pequeño. Automático es lo que su propio nombre indica,
claro. Grande es 1.500 bytes, Medio es 1.000 y Pequeño es 576. De modo que maldita la falta que le hace a usted el PPP_Boost si tiene Windows 98. Déjelo estar. PPP_Boost se encuentra, entre otras, en las siguientes direcciones: www.axis.org/usuarios/netsurf/html/ppp-boost.html (donde, por cierto, reproducen mi artículo sobre el PPP_Boost sin molestarse en mencionar mi nombre). www.c3sys.demon.co.uk/ppp.htm www.isotope.net.nz/geek/stuff/pppboost.html www.nettally.com/rharri/tips.htm Si quiere pagar 15 dólares por un programa más versátil e incluso fiable que PPP_Boost, acuda a TweakDun de Patterson Design Systems, en www.pattersondesigns.com/tweakdun
85. TODO QUISQUE PAGINADO Presentamos hace poco en la librería Crisol de Galileo 110 (Madrid) el nuevo libro de Marina Mayoral, prestigiosa y prestigiante inquilina de esta revista. Antes, en el barcillo del local, nos fuimos juntando los responsables de la presentación, más algún que otro simpatizante: Marisa Paredes, la propia Marina, Paula Izquierdo, Amancio Prada, Fernando Delgado, José María Merino, un servidor de ustedes. Entre intelectuales y artistas, esta última presencia —la de Ramón Buenaventura— tiene siempre el mismo efecto: se acaba hablando de Internet. Ahora, la moda es tener página o estar pensándose cómo ponerla. Entre los mencionados, sólo Paula, Amancio y yo la teníamos ya. Pero los demás estaban todos la mar de interesados. Y la tendrán en cuanto descubran cómo. Luego, la presentación fue divertidísima: Amancio cantó coplas gallegas populares para cada uno de los cuentos que integran Recuerda, cuerpo; Marisa leyó gozosamente un relato ejemplar, «Sólo pienso en ti»; Marina estuvo tan brillante como siempre; y un señor del público se empeñó en desmontarle el título del libro, con el aquél de que no es el cuerpo quien puede recordar, sino solamente la memoria. Bueno. Yo, en el coche, de regreso a casa, pensaba en las páginas de Internet. Habiendo cometido la imprudencia de desafiarles a ustedes, afirmando en un artículo reciente que no me habían enviado tantas direcciones de páginas particulares, ahora no puedo gimotear debajo del montonazo que me han volcado encima. Apenas si he podido visitarlas. Pero, me parece a mí, lo que importa es que, ustedes, los lectores, hagan vida social, se visiten y establezcan contacto. De modo que voy a seguir
haciendo de celestino y voy a facilitarles algunas de las direcciones recibidas. No he fijado ningún criterio para seleccionarlas: están por orden de recepción más o menos (aunque no todas, porque no cabrían). Sólo he eliminado una en la que se nos pide que no seamos mal-agradecidos (sic) y exijamos la libertad inmediata de Pinochet. Y no. No la exijo. Páginas: Amancio Prada: www.hipocom.es/amancioprada Paula Izquierdo: www.geocities.com/SoHo/Atrium/6962 Juan Manuel Diago: www.usuarios.com/ib312434/index.htm Amigos del colesterol: www.geocities.com/SouthBeach/Bluffs/5635/ Nacho Fernández: www.geocities.com/SiliconValley/Sector/8772/ Miguel Fermín: www4.planalfa.es/sjuan/ Juan Moro: www.juguetes.org/ Anónimo: www.dragonet.es/users/d2900/cocktail.html César Sánchez Novo: club.idecnet.com/~csanchez/ Fernando Inglés Bonilla: come.to/iescuravalera Montserrat del Campo: www.ctv.es/USERS/tarinmonseluna46/ Tomás Gálvez: www.arrakis.es/~tomygs/ Eduardo Molina: www.gcracing.com/ Xosé A. Álvarez: members.xoom.com/ubinam/ J.J. Reina Aguirre: www.come.to/divulgacioncientifica Antonio Moreno Ladera: members.xoom.com/AntonioM/ Pedro Solís: www.arrakis.es/~pjsolis/index.htm Esteban Munilla Aguirre: www.maptel.es/pagpersonal/loiola/ José María Rodríguez Dacal: www.arrakis.es/~josedacal/ Domingo Pino James: members.xoom.com/dopija Carlos Fernández: personales.mundivia.es/cfsierra/index.htm Adrián Zarza y Borja García: http://surf.to/encarnegin Lolo: www.solufarm.es/lolo Aitor Elorriaga: web.jet.es/elorriaga/ Eugenio Gil: www.geocities.com/Colosseum/Bleachers/8900/ Javier Gil Fernández: periko.webjump.com/index.html Óscar Fuentes: fly.to/doctor3d Javier Carranza: www.arrakis.es/~javica Carlos López: www.come.to/harpo David Escudero: www.geocities.com/Vienna/Strasse/8766/ Txema Etxeberria: web.jet.es/cipsa/ Luis Misa: www.lander.es/~lmisa/ José: www.geocities.com/Tokyo/Shrine/6763/kakarotto.htm Manuel Brey Cabello: www.geocities.com/Colosseum/Loge/8395/ Jacobo Ríos: members.xoom.com/pachanga
Carlos Cazurro Burgos: www.aodweb.com Joaquín Sánchez: www.geocities.com/SunsetStrip/Mezzanine/2457 Nicolás Penalba: www.geocities.com/Colosseum/8269 C. Inciarte-M. González: www.geocities.com/Yosemite/Geyser/3997 Xabier Hernando: mipagina.euskaltel.es/guher Mascun: personal.redestb.es/mascun Alberto Álvarez Perea: members.xoom.com/captrueno Gonzalo Ponce: www.geocities.com/Area51/Hollow/6276 Á. de Prado Vázquez: www.geocities.com/Athens/Olympus/4928 Celestino Arteta Iribarren: www.ctv.es/USERS/celestino Belén Torrente: www.geocities.com/Athens/Academy/3525 El contenido de las páginas es responsabilidad de sus autores, por supuesto. Que las incluya en esta sección no significa que yo las respalde.
86. COSAS SUELTAS Déjenme que les cuente, limeños: me han dado ustedes mi merecido y, en efecto, me han ametrallado a emilios con direcciones personales. Para publicarlas todas habría que sacrificar al efecto un número especial de El Semanal, y no creo que estos señores estén por tan monográfica labor. De modo que he optado por meterlas en mi propia página web. Ustedes me visitan, hacen que aumente mi contador (o sea: que aumente mi ego, porque ya me explicarán para qué sirve, si no, el visitómetro), y pinchan en el enlace correspondiente. Ahí les saldrá una lista incompleta, confeccionada por orden cronológico, de las direcciones personales que me han ido enviando ustedes. Calculo que para el 2005 estará más o menos terminada. A finales, ¿eh? Más. Mientras creamos o no creamos el foro (ya he recibido alguna oferta interesante), voy a recomendarles una noble institución que se dedica a contestar preguntas de los desamparados. Aquí podrán gozar ustedes de una especie de «sopa boba» informática como la que regalaban y siguen regalando —aún se ven las colas ante algunos conventos— las monjitas a los pobres. En Internet, la verdad, todos somos mendigos de información, de modo que, hale, sin complejos: a preguntar. Facultad de Ciencias de Valladolid: www.gui.uva.es/psi/ Más. A quienes se manejen con el inglés les recomiendo una lista de correo la mar de maja. Se llama Lockergnome, la lleva un tal David (que no sé de qué vive, porque el servicio es gratis, pero el hombre manda un paquete todos los días, y no le debe de quedar tiempo para ninguna otra cosa). Hay truquis, información sobre utilidades y programas interesantones, algún que otro chiste (malísimo, por lo general),
meditaciones interneteras. De verdad que resulta útil. Alístense en: signup.postmasterdirect.com/signup.mhtml Más. Una utilidad utilísima, oigan. Acabo de descubrirla, precisamente gracias al recién mencionado don David el Gnomo, y ya estoy enamorado de ella. Dan un periodo de prueba de 10 días, aunque vaya usted a saber lo que ocurre cuando acabe el plazo. Y, de todos modos, sólo vale 15 dólares, la muy humilde. Se llama WinBoost 98 y es un programa de «retoque» para Windows. Un «tweak» de esos. Sirve para toquetear parámetros normalmente inaccesibles de Windows y Dos. Algunas posibilidades resultan caprichosonas (como la de cambiarles el nombre al botón de inicio o a la latita de la basura), pero otras les resultarán indispensables en cuanto se acostumbren a ellas. Pueden bajárselo de: www.magellass.com/ Más. Hay un nuevo navegador. Se llama Neoplanet, también es gratis (a ver quién se atreve a cobrar, a estas alturas, con Netscape y el Explorer en plan benéfico docente), pide pocos recursos y ocupa un lugarcín muy escaso en el disco duro. No es ninguna maravilla, claro, comparado con los monstruos a que estamos habituados, pero va rápido y ofrece servicios propios de alguna utilidad. Por cierto que aún no he encontrado el modo de ajustarlo a pantalla completa. Avísenme ustedes si lo descubren, porfa. Está en: neoplanet.snap.com/ Más. Retevisión propone ya su acceso a Internet mediante un servidor llamado Iddeo, con nodos en casi todas las capitales de provincia. Vayan a www.iddeo.es/. Es carito (si no contratamos una oferta especial de 19.500 pta. anuales que nos promete servicio «hasta el 2000»; o sea: un año gratis), pero imagínense qué alegría, si funcionara bien. Sean ustedes cariñosos, ténganme informado si lo prueban. También yo les diré, en cuanto haya pasado un tiempo razonable.
87. MÁS COSAS SUELTAS ¡Ooooootra vez! Chorreones de emilios avisándome la presencia de virus más o menos macarras. ¿Quién será el graciosón que se dedica a propagar estas leyendas cibernáuticas? Por favor, no me hagan escribir el mismo artículo de nuevo. Vayan a mi página web y lean «La ola de virus que NO nos invade», publicado en abril de este año. Las versiones de Windows. Tampoco es tan difícil, queridos. Para averiguar qué versión de Windows atesoran ustedes en su pulido ordenador sólo tienen que abrir el Panel de Control, luego Sistema, luego mirar en la sección General. Si tienen aún la versión del año 95, les saldrá 4.00.950 (o 4.00.95.a, siempre que hayan instalado el Service Pack 1). Si compraron Windows 95 en época relativamente reciente, o han instalado el Service
Release 2, el numerito será 4.00.95.B, lo que querrá decir que tienen el Windows 95 OSR2. Las diferencias entre ambas versiones son demasiadas, y demasiado notables, como para que nos quepan aquí. De hecho, los usuarios de OSR2 que luego hayan instalado Internet Explorer 4 pueden ufanarse, a todos los efectos, de tener ya el Windows 98. Casi casi. Navegadores: convivencia. De veras, háganme caso, créanme, ¿para qué iba a mentirles? Sí se pueden tener dos o más navegadores al mismo tiempo en el disco duro; sí se pueden utilizar a la vez todos ellos. Tendrá que haber uno por defecto (el que pongan en marcha automáticamente los programas que necesitan acceso a la Red). Pero nada nos impide arrancar el otro o los otros también. No se muerden ni se insultan. Navegadores: marcapáginas. También puede usted utilizar los marcapáginas de Explorer en Netscape y viceversa. Si Explorer es el navegador por defecto, tenemos dos sistemas. El primero, muy sencillo, consiste en abrir Ver, luego Opciones de Internet y, en la Página Principal, elegir el archivo bookmark.htm, que es donde están los marcapáginas de Netscape (si no lo tiene usted localizado, encuéntrelo con la función Buscar de Inicio). Ahora, cada vez que abra Explorer le saldrá en pantalla el marcapáginas de Netscape, con enlaces activos. Segundo sistema, más complicado: Archivo Abrir Examinar (en Tipo de Archivos, selecciones Todos) busque bookmark.htm y ábralo. Aparecerán en pantalla los marcapáginas de Netscape. A continuación, Favoritos Agregar a favoritos. Ahora, al final de su lista de Favoritos aparecerá un enlace con bookmark.htm. Este último sistema es más recomendable, pero no funciona si Netscape es su navegador por defecto, porque el doble clic sobre bookmark hará que arranque el Navigator, haciéndole un feo desprecio al Explorer. Aunque parezca mentira, el Navigator aún no tiene sistema de importar los favoritos del Explorer (quizá porque éste los organiza de un modo bastante complicado). Pero en www.quicklinks.com/explorer encontrarán ustedes (si ponen ahínco, porque no es fácil entrar) un programa llamado (qué sorpresa) QuickLink, que les resolverá el asunto de modo aseado. Y, aunque tenga menos perifollos que el QuickLink, también les recomiendo el Bookmark Converter de Magnus Brading, que funciona con mucha honradez en la tarea de convertir los marcapáginas de uno a otro navegador. Cuesta 8 dólares. La semana que viene insistiremos en el uso múltiple de los navegadores.
88. NAVEGADOR CONTRA NAVEGADOR
Navegadores: cómo caer en la propia trampa. Pues sí, miren ustedes, estoy cayendo en una trampa. Para comprobar el contenido de estos artículos sobre los navegadores faenando al alimón me he visto empujado a utilizar el Explorer mucho más que de costumbre. Ya saben: yo soy un netscapero casi puro, desde hace añísimos, y no me gustan nada las infidelidades técnicas. Pero. Barruntos de duda me crecen en el pecho. Estoy moviendo el Communicator 4.5 (última versión, en inglés) y el Explorer 4.01 (hay un 5 en beta, en inglés, pero prefiero no instalarlo sobre el 4.01 y el Windows 98 en castellano). Y… Me cuesta trabajo confesarlo: en los últimos días me he descubierto una tendencia a apelar al Explorer más que al Communicator. Tengo éste como navegador y correo por defecto, de modo que se arranca él solo en cuanto toco un enlace, incluso desde el Explorer, pero hay sensaciones que no puedo ocultarme, por más que me empeñe en hacerles caso omiso. Me ponga como me ponga, he de admitir que, por primera vez en la internauta vida, me encuentro a gusto dentro del Explorer. Me estoy haciendo viejo, qué duda cabe. No me lo tengan ustedes demasiado en cuenta. Navegadores: por defecto. Durante la instalación, los navegadores tienen la amabilidad de preguntarnos si los queremos por defecto, es decir si nos apetece que sean ellos quienes arranquen automáticamente cuando abrimos un enlace. A lo mejor nos pillan en el momento débil y accedemos, pero luego nos arrepentimos. ¿Hay forma de volverse atrás? No es fácil. Lo mejor, desde luego, es no decirles nunca que dejen de preguntar si queremos que sean nuestro, etc. A fin de cuentas, tampoco es tan molesto decirles que NO, que otra vez será, cada vez. Pero, si ya hemos cometido el error, subsanarlo será más fácil con Explorer que con Netscape. (Diablos: últimamente, todo es más fácil con Explorer que con Netscape. Mal asunto.) Si Netscape es su navegador por defecto, para pasarse a Explorer el proceso será Ver Opciones de Internet Programas y marcar la casilla «Internet Explorer debe comprobar si es el explorador determinado». Con lo cual, la próxima vez que arranquemos Explorer éste nos preguntará si lo amamos, le damos el sí, y Santas Pascuas… Si el navegador por defecto es Explorer y nos queremos pasar a Netscape, lo tenemos mas crudo. No hay nada en las preferencias del programa que nos lo permita. Hay que actuar directamente sobre un archivo llamado Prefs.js, que está en netscape/users/[nombre de usuario]. Dentro de este archivo, localicen la serie user_pref("browser.wfe.ignore_def.check" y, a continuación, cambien true por false. Si pueden, claro, porque en la versión 4.5 de Communicator ya no viene esta línea en el archivo Prefs.js… Teóricamente, la solución debería ser más sencilla: si quitamos Explorer como navegador por defecto, el puesto queda vacante, y Netscape debería ofrecerse voluntario la próxima vez. Pero no es así, no sé por qué.
En fin: tampoco parece cosa de rasgarse las vestiduras. Navegadores: actualizaciones. Aquí si podemos decir que las actualizaciones de Netscape han mejorado mucho, y ahora (suspiro) funcionan casi tan bien como las de Explorer. Tanto en uno como en otro caso, podemos poner a descansar la inteligencia, porque los programas se las apañan solitos. Eso sí: necesitamos paciencia, porque hay que ir dando autorizaciones. No puede irse usted a pegarse un voltio mientras Netscape o Explorer se actualizan: al volver se encontrará con todo el proceso paralizado, esperando permiso o impulso para seguir adelante con la fase siguiente. Actualicen con frecuencia.
89. NERVIOS Andamos todos nerviosones con el birlibirloque de Infovía, que se ha esfumado ya, sin dejar rastro, y nos ha obligado a toquetear las conexiones. Espero que todos ustedes lo hayan conseguido sin problemas mayores. Es muy simple. En www.ttd.es/nuevosip/nuevosip.htm/ le dicen a usted, en cuestión de segundos, cuál es el número de teléfono que debe utilizar para acceder, a través de Infovía Plus, a su proveedor de Internet: Ya sabe: ahora nos ofrecen nodos distintos para cada provincia y uno, general --el 901.505.505--, para quienes no tengan nodo local. Todo ello a coste de llamada urbana (es decir: bastante caro, pero menos que si llama usted al nodo de Sevilla desde La Coruña, desde luego). En fin. No sé qué decirles. Soy un optimista y esperaba grandes refinamientos. Si me lo hubiera planteado con pesimismo, ahora estaría la mar de feliz, porque, de hecho, sí que observo una mejor calidad de servicio. Establezco una velocidad de conexión más alta con mis proveedores (Teleline y Canal Plus, sistemáticamente por encima de 33.6, hasta 42) y, según un programilla llamado NetMedic, que tengo en permanente acecho, alcanzo velocidades de bajada muy, pero que muy considerables. O sea: se nota. También se nota a) un aumento de las líneas falsas (conectamos, pero la cosa no pirula) y b) lo de siempre, en las horas punta: congestión, lentitud exasperante, imposibilidad de acceder a determinadas páginas. Entrar, por ejemplo, en Geocities un sábado por la tarde sólo puede recomendarse a personas muy cachazudas. En atascos no hemos mejorado nada, aunque muchos de los cambios positivos no dependen del operador, sino de la mala constitución general de la red y de la insuficiente velocidad de las transmisiones por vía telefónica. Ahora estoy probando Iddeo, el proveedor de servicios de Internet creado por Retevisión. Me han escamado mucho. Para empezar, no me
abrieron la conexión en el plazo de 24 horas que anuncian y prometen. Luego resultó que el problema estaba en un detalle pintoresco: «como el uno y la ele se confunden en la pantalla del ordenador» (cita textual), me habían dado el identificador equivocado. Bueno. Vale. Seamos comprensivos con los chicos, que están empezando. Luego… La conexión es buena y rápida, más rápida que Infovía Plus, pero se casca con demasiada frecuencia. Puede que ahora ya tengan solventado el problema (recuerden que yo escribo estos artículos con quince días de antelación), pero a mí no está haciendo ninguna gracia. No ya porque Iddeo esté entre los proveedores más caros, sino sobre todo porque me habría encantado que fuese impecable y santo, para abandonar Infovía, Plus o Minus, para siempre. Pero no. Habrá que esperar. Más: una ¿compañía? llamada Isitel (www.isitel.com) ha propuesto tarifa plana a los usuarios españoles por 3.000 pta. al mes. Se supone que utiliza usted un número 900, gratuito, y que por su mediación accede a la Red en Estados Unidos, en el centro de Isitel. No he podido confirmar tal maravilla, francamente. Si visitan la página de Isitel, verán que todo suena a camelo. Yo ni siquiera he sido capaz de localizar en ella oferta de que me hablaba un lector. No se fíen. Recuerden que las direcciones que me han enviado ustedes están en mi página. No voy precisamente al día, pero ya hay montones de ellas.
90. REGALITOS EN REUNIÓN SON DE BUENA EDUCACIÓN Miren ustedes, hay que regalar, de modo que regalemos. Queda más elegante, me parece a mí, hacerlo en cualquier otra época del año, sin motivo, por sorpresa, hale, toma detalle… Pero tiene que ser en estos días, o queda uno fatal. Eso sí: regalemos libros, sobre todo. Hay títulos nuevos o muy recientes de tres escritores que ornan con su pluma esta revista; por orden alfabético: Javier Marías (Negra espalda del tiempo), Marina Mayoral (Recuerda, cuerpo), Arturo Pérez-Reverte (El sol de Breda, tercera entrega de las aventuras del capitán Alatriste). Como --mal que me pese-- no puedo dedicar la página a hablar de libros, les recomiendo que visiten ustedes mi web, donde también hay pistas sobre qué y cómo comprar. Cómo comprar por Internet. Ya saben: a tarjetazo limpio, en las tiendas virtuales. Ahora ya las tienen casi todos los grandes centros comerciales españoles, de modo que no les va a costar ningún trabajo conseguir lo que quieran, desde donde quieran, con ayuda de los buscadores patrios. ¿Podemos estar seguros de que la transacción electrónica no representa un riesgo suplementario para nuestra cuenta
corriente (aparte del riesgo cierto que supone pagar lo que se compra, quiero decir)? No lo sé. Nadie lo sabe. Este es el gran problema del comercio electrónico. Yo he hecho unas cuantas compras por Internet y nunca he tenido ningún disgusto, pero de ello no sería lógico deducir que no existe riesgo. Como ya he advertido en alguna otra ocasión, creo que lo que en verdad nos defiende es la enormidad del número de internautas: no nos va a tocar precisamente a nosotros el bandolero que nos desvalije. Pero tampoco me convence ninguna, repito, ninguna de las garantías que por diversos métodos se nos ofrecen. Si un auténtico facineroso informático quiere meternos mano, lo conseguirá. Hay personas con un nivel de conocimientos y una capacidad de acción verdaderamente irrefrenables. Si a tal virtud y tal talento añadimos la mala fe… Busque usted el número de Superman en las páginas amarillas, sección héroes invulnerables. Pero, anden, déjenme que les indique unas cuantas cositas que se pueden regalar ustedes por navidades. Casi todo gratis: 1. Una línea RDSI. Pregunten a los operadores. Puede que se la den de bóbilis, y no estoy de broma. Además de la velocidad añadida (que no todos los proveedores de Internet miran con buenos ojos, ni admiten: pregunten antes al suyo), existe una posible ventaja: Telefónica puede verse obligada en plazo más o menos breve, por orden gubernamental que ahora tiene impugnada legalmente, a ofrecernos tarifa plana en esta modalidad de conexión. 2. La versión 5 beta 2 de Internet Explorer. Me rindo: es espléndida. Se instala sola en msvaus.conxion.com/msdownload/ie5/b2/x86/en/ie5setup.exe. Elijan la variante en castellano, claro. 3. La versión 4.5 de Netscape Communicator. No está a la altura de lo que esperábamos de ella, pero supone adelantos sobre las anteriores. Y ahora, para no desentonar del Explorer, Netscape ha pasado a manos de una compañía casi tan odiosa y tan imperialista como Microsoft, es decir: America On Line. Abran Help, luego Software Updates, y procedan. 4. La versión 6.0.2. de P.G.P.. Pero, por favor, ni se les ocurra preguntarme a mí cómo funciona. Es gratis. [www.pgp.com] 5. Una versión de prueba de MS PhotoDraw 2000. Adelanto de un excelente programa gráfico que vendrá incluido en Office 2000. [www.microsoft/office/photodraw] 6. Font List 3. Un increíble añadido a Word que enumera todas las fuentes contenidas en un documento. [ftp.wopr.com/pub/fl3.zip] 7. Download Genie, para poder recuperar desde donde se quedaron las descargas interrumpidas por algún corte de conexión (para iE). Vale 12.95 dólares, mucho más barato que GetRight. [http://www.downloadgenie.com/download.html]
8. Mem Turbo. Un programita genial, para recomponer y desfragmentar la memoria RAM, que va quedándose hecha unos zorros según trabajamos. Prueba de 30 días. Luego vale 19.95 dólares. [www.memturbo.com] Feliz felicidad tengan vuesas mercedes.
91. LÍNEA RDSI Sé que esta nueva confesión me concitará las nubarronas iras de dos o tres lectores —por lo menos—, que me escribirán acusándome de elitista y de fardón. Pero lo he hecho: en mitad del caos inverosímil que nos están montando las compañías telefónicas, abanicándonos la testuz con cientos de ofertas incomprensibles, como capotes en lidia, «harto ya de estar harto» (Joan Manuel Serrat), de trabajar a velocidad de caracol artrítico, he contratado con la Compañía Telefónica Nacional de España (las demás no la tienen en catálogo) una línea RDSI. RDSI quiero decir «Red Digital de Servicios Integrados». Es, dicho en pocas y sencillas palabras, una línea digital que puede transmitir y recibir sin necesidad de módem (aunque sí de una tarjeta especial) y que funciona a 64 Kbps. Cuando va, va que se las pela, desde luego. Cuando no va, siempre pirula un poquito mejor que las líneas analógicas. Sale caro, pero más vale que pregunten ustedes mismos al operador que menos rabia les dé. Vale la pena, sin duda alguna. Porque añade otra ventaja nada despreciable: tiene usted una segunda línea, con el mismo número, lo que quiere decir que no va a pasarse el tiempo comunicando, cortado de los amiguetes, mientras se pasea por la Red de Redes (enganchándose en las mallas, porque, anda que está fina la cosa últimamente: atasco puro). Lo que nadie me quita, ahora —cuando todo va suave—, es el placer de circular a velocidades absolutamente impensables (medidas mediante el Net.medic, claro), bajándome cosas como el Lotus Organizer (46,6 megas) en un pestañeo un poco largo: 140 minutos. Puede usted hacer como yo, y justificar la inversión mediante el autoengaño: se ahorra mucho, a tanta velocidad. Je-je. Sí les aconsejo que se fijen muy bien en lo que les ofrecen, en todas las posibles rosetas que les pueden colocar, en cómo van a funcionar sus aparatos telefónicos dentro de la casa. Y no dejen de preguntar si tienen que cambiarles el número de teléfono al pasar de la línea analógica a la digital. A mí sí. Telefónica pone un mensaje avisando del cambio a todo el que marca el número antiguo, durante dos meses, pero, ojo: a mí me tuvieron tres días con el mensaje equivocado.
(Es indignante, totalmente indignante, que nada funcione bien, nunca, salvo el país en general —según el Gobierno de la Nación—. Compre usted lo que compre, contrate usted el servicio que contrate, una cosa tiene garantizada: la molestia de reclamar; y la humillación de aguantar explicaciones descabelladas, o de verse obligado a adular a los servicios técnicos para que le pongan en marcha algo que usted ya ha pagado y que debería estar en impecable funcionamiento desde el primer segundo. Perdonen el desahogo, pero es que hay días en que a uno se le dispara la paciencia.) No descuiden tampoco el fundamentalísimo detalle de preguntar a su proveedor de Internet si dispone del servicio RDSI. No todos lo ofrecen, ni mucho menos. Dicho esto, una aclaración: varios de ustedes me han consultado sobre ISITEL y su tarifa telefónica plana, que yo mencionaba en un artículo anterior. No sé qué decirles. He recibido un largo emilio de un periodista cuyo nombre supongo que no debo mencionar (antiguo colaborador de El Semanal, al parecer), quien me explica cosas de gran asombro. Entre otras, que el proyecto ISITEL, según él, no logra arrancar porque Telefónica escatima las líneas 900 (gratuitas) indispensables para la buena marcha del asunto. Creo que será justo reproducir las palabras exactas: «El problema de ISITEL es un poco complicado, y se reduce a un solo nombre: Telefónica. ISITEL dio en un principio el mencionado servicio, hasta que las conexiones vía línea 900 empezaron (es que las líneas están hechas un asquito… jejejejeje) a sufrir una serie de anomalías “no atribuibles” en absoluto a Telefónica, sino a las imprevisibles averías que pueden experimentar las instalaciones técnicas. Por lo cual la delegación para España optó por suprimir el servicio. Luego, ante las presiones USA se intentó reinstalar de nuevo. Pero… ¡qué casualidad! Telefónica no tenía números 900 disponibles en Madrid! Extraño ¿no?». No seré yo quien se atreva a tomar partido, desde luego. Me limito a señalarles a ustedes que no me hagan más preguntas sobre el asunto, porque no tengo dato fehacientes para contestarles, y la cuestión queda muy abierta a pareceres. Feliz fin de milenio a todos. A mediados del próximo se habrá arreglado todo esto, ya verán ustedes.
Importante novedad: Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
92. GO!ZILLA Y UNA SUITE CONTRA OFFICE Muchos de ustedes —las más «descargadores», claro— andan despeñolados de entusiasmo con un «Gestor de descarga» llamado GetRight, que sirve para controlar y optimizar el proceso de pesca de archivos en la Red. GetRight localiza lo que usted busca, se engancha al mejor proveedor, pone en marcha el proceso de descarga, sigue adelante sin problemas (cuando el servidor lo permite), si se produce alguna interrupción. Es decir: empequeñece el riesgo de que se nos venga encima una de las grandes tragedias de Internet —la que se produce cuando llevamos dos horas bajándonos un programa de 40 megas y de pronto se corta la conexión y hay que volver a empezar desde cero. Da escalofríos pensarlo, ¿verdad? Pero a todos nos ha ocurrido alguna vez. GetRight, en efecto, es un gran programa, pero tiene un ligero inconveniente: cuesta 17,50$, que no es mucho, puesto en pesetas reales (2.625 pta.), y nada puesto en euros (15,72 €), pero que molesta pagar. Siempre molesta pagar, en Internet. Una joven lectora se burla de mí, precisamente a propósito de GetRight, porque hablo de pelas, existiendo, como existen, tantos procedimientos para reventar las cerraduras de un programa y conseguírselo gratis. Bueno. Ya comprenderán ustedes que no les pueda recomendar semejantes fechorías, ni enseñarles a cometerlas. Sobre todo, además, porque en este caso no hace falta. A GetRight le ha salido un competidor de esos que sumen en la fosa común del olvido a todos los rivales, sólo con aparecer. Tiene nombre de monstruo japonés, es tres o cuatro veces mejor que GetRight y, para colmo de sublimes placeres, sale gratis. Hablo de Go!Zilla. Pueden ustedes conseguírselo en: http://www.gozilla.com/gozilla/ ¿Qué hace el monstruo de las descargas? (No me salgan con chistes fáciles, por favor.) 1º) Optimiza la función de descarga, alternando entre sitios espejo, para mantener constante la velocidad mínima que se le haya especificado. 2º) Tiene el ojo puesto en sus programas favoritos, para avisarle cuando haya mejoras y actualizaciones. 3º) Permite regular la velocidad de descarga. Así, podemos reducirla cuando nos apetece navegar la mismo tiempo, de modo que Go!Zilla no se apodere de la conexión entera. 4º) Se integra a la perfección tanto con Netscape como con iE. Demasiado a la perfección, me atrevo a añadir: está constantemente interfiriendo. Yo prefiero activar el programa cuando voy a bajarme algo. 5º) Se corta él solito, al terminar, y sale apagando la luz.
6º) Y, claro, lo obvio: puede retomar las descargas donde se hayan quedado al interrumpirse la conexión. De veras que es un programa para explorar. Eso sí: TODO ESTÁ EN INGLÉS. No esperen la más mínima compasión lingüística. (Si siguen ustedes prefiriendo GetRight, lo encontrarán en www.tucows.com, entre otros muchísimos sitios.) Por otra parte, me gustaría señalarles que a Microsoft Office le puede haber salido un competidor verdaderamente enconado: Star Office 5.0. Es una suite con los mismos componentes que el artefacto de Microsoft, y unas cuantas diferencias considerables (aún no sé si son adelantos o retrasos). La empujan ahora, cuando los de Bill Gates empiezan a airear el Office 2000, y han maquinado un bondadoso método de promoción: la regalan… Cuesta lo que Telefónica nos cobre por bajárnosla (unas cuantas horitas, porque estamos hablando de 54,6 megas), y nada más. La estrategia forma parte de la feroz campaña contra Microsoft, en una guerra cuyo final aún no se adivina. Bueno será que los más curiosones le echen un vistazo, porque vale la pena, aunque sólo sea por el desconcierto que nos produce en principio. Realmente espectacular. De hecho, es una serie de programas creada para Linux, sistema operativo que aún no ha encontrado el modo de entenderse con las personas corrientes, pero en el que muchos tienen puestas las mejores esperanzas de derrocar a Microsoft. El archivo se llama so50_01.exe. Si utilizan ustedes Go!Zilla para encontrarlo, verán que está por todas partes. Yo lo descargué tan ricamente de ftp.univ-aix.fr Sólo con darle un repasillo al asunto ya tienen ustedes para horas de entretenimiento. Aunque ojo: absténganse ustedes si no les sobra disco duro por todas partes, porque el invento se les come 200 o 300 megas con gran apetito. Y ni se les ocurra intentarlo con nada que no sea un Pentium con más de 32 megas de RAM.
RECUADRO: Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
93. NARANJAS DE LA CHINA
Son las doce y media de la noche del lunes 21 al martes 22 de diciembre de 1998. Llevo más de diez minutos tratando de bajarme el correo electrónico (electro ¿qué?). Todas las páginas donde busco entrar se me quedan atascadas a media carga. Net.Medic me transmite constantes avisos de que Internet (léase la parte española de Internet, claro) está bloqueado, cuando no me advierte que tengo una línea inactiva. Estoy pagando a la compañía Telefónica entre 150 y 210 € al mes (no cada dos meses: al mes; y será más en la próxima factura). Chorreo gozo. Feliz 1999. Me he abstenido de intervenir en la pelea con Telefónica porque una revista semanal no es el medio perfecto para seguir sucesos que van cambiando casi todos los días. En la cuestión de Infovía, he creído, como un necio, que la profesionalidad de los afectados tendría aparejadas las imprescindibles soluciones con la suficiente antelación, y que el cambio del nodo general a los nodos locales (impuesto por una confusa reglamentación comunitaria) se produciría con exquisita suavidad técnica. He pensado que la tarifa plana o, por lo menos, el abaratamiento notable del servicio telefónico para los usuarios de Internet, nos caería del cielo más bien temprano que tarde, por el mero peso del sentido común. Naranjas de la China. De manera absolutamente irracional e inverosímil, la mudanza de Infovía a Infovía Plus se está produciendo como si hubiera sido una sorpresa para todos los afectados, como si la cosa no se llevara sabiendo desde hacía meses y más meses. Telefónica no logra dar el servicio deseable. Quitadas honrosísimas excepciones, los proveedores de Internet pasan de informar a sus clientes. La red se halla en permanente estado de colapso, salvo si actúan ustedes como los cuatreros, cuando despunta el alba. Y da lo mismo. Y no ruedan cabezas. Y no nos devuelven el dinero. Maravilloso, oiga: todo maravilloso. Somos más que Federico, de jóvenes y de ricos. Para qué hablar de la tarifa barata. Ah no. No se puede. No se puede, fundamentalmente, porque la Compañía Telefónica ha de funcionar como empresa privada sobre una infraestructura de servicio público —carísima, hecha, en sus años mozos, sin miramiento de los costes—. Ustedes, los lectores más apasionados, los que están deseando tomar al asalto el edificio de Telefónica, como los descamisados tomaron la Bastilla hace poco más de dos siglos, a sangre y a fuego (no será por falta de ganas, vive Dios), se niegan a entenderlo, pero el hecho es que no hay demasiada mala fe por parte de nadie. Hay pura y simple falta de visión, estupenda incompetencia, negrísima ceguera. Ocurre, aunque parezca mentira, que los responsables gubernamentales no vieron el problema cuando se planteó el obligado paso de Telefónica al sector privado. Y no ya los responsables gubernamentales españoles, sino tampoco los comunitarios. Nadie parece haber
comprendido que la privatización es un absoluto disparate, porque la esencia de las telecomunicaciones ha cambiado de tal modo, que ahora son o deberían ser un servicio público gratuito (pagado con nuestros impuestos), como son o deberían ser todas las carreteras. El futuro nos lleva indefectiblemente a estar conectados veinticuatro horas al día, todos los días de la semana. No quiero decir, por supuesto, enchufados a Internet, con los ojos hechos vidrio, lapados a la pantalla del ordenador; quiero decir con la casa entera conectada a una red mundial de servicios informáticos de toda laya, incluidos en ellos tanto el teléfono como la televisión. Si esta conexión permanente no es gratuita, no se crearán los servicios que por ella han de llegarnos y, por consiguiente, el futuro se quedará atorado. No hay vuelta de hoja. Hoy por hoy, la ceguera del poder está cerrando el paso a una enorme fuente de creación de riqueza y, desde luego, de puestos trabajo. El futuro siempre sucede, por mucho que los más porrudos se empeñen en evitarlo; pero estaría bien que entre todos le facilitásemos un poco la llegada.
RECUADRO: Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
94. WIRED Llevo años suscrito a la revista sanfranciscana Wired, ahora perteneciente al grupo Condé Nast Publications y no tan libre como fue, aunque todavía llena. Ya lo sé: me ha quedado incompleta la frase. ¿Llena de qué? Llena de ideas, supongo; repletamente llena de ideas. Si pudiéramos hacer inventario de mi modo actual de ver y entender el mundo moderno, estoy seguro de que me saldrían, por todas partes, deudas con Wired. Es difícil enfrentarse sin ayudas así a un mundo tan radicalmente nuevo como el que está construyéndose a nuestro alrededor. Cuando yo nací, hace 58 años —con la guerra civil española recién terminada, con la segunda guerra mundial recién empezada—, estábamos bajo el imperio del horror, pero los hombres se consideraban capaces de explicar el mundo a sus hijos. Ahora, tan lejos de aquella explosión de locuras tradicionales, en nuestras torres de euros y de dólares, los hombres somos incapaces de explicar el mundo a n
nuestros hijos. No sabemos de qué va nada. Wired ayuda. A su manera yanqui, levemente heredera del hippismo o, por lo menos, del anarquismo de frontera y pistoletazo libre que tanto aman los norteamericanos. Uno tiene que añadir sensatez e ironía (¿europeas?) a los datos que la revista nos sirve. Tomarlos, como decían los romanos, cum grano salis (literalmente, «con un grano de sal»; pero mejor traducción sería «con un poco de cachondeo»). Así y todo, aprovecho estas coyunturas de principio de año, siempre un tanto sentimentalonas, para dejar aquí constancia escrita de mi agradecimiento a un equipo de gente que me ha ayudado a atravesar los últimos cinco o seis años de la historia sin demasiados desgarros cerebrales. A mí y a unos cuantos miles de personas más. La revista —cuya circulación ronda ahora mismo los 425.000 ejemplares— lleva un lema, «The Business of Change» (que no es «el negocio del cambio», sino «el asunto del cambio», «la cosa del cambio»), y trata de eso, de cómo está cambiando todo. Dado el hecho irrefutable de que la mayor parte de nuestras novedades proceden del campo informático y de sus aplicaciones en los demás terrenos del saber y la técnica, resulta que Wired podría verse como una revista de teoría informática o incluso de teoría internetera, o, en términos más amplios, de telecomunicación. Es mucho más, desde luego, porque lo abarca todo, pero sírvanos esta descripción restrictiva para entendernos. Si lee usted inglés, échele un vistazo. Al principio no había arcángel que la encontrara en España, pero ahora ya está en los grandes kioscos y librerías. Su dirección electrónica es www.wired.com/wired (gran parte de los contenidos de cada mes puede leerse en línea), y su centro de noticias —www.wired.com/news— puede considerarse uno de los lugares de visita imprescindible en el vastísimo zoco de Internet. Como sé que entre los lectores de esta sección hay casi tantos enemigos de Microsoft como de Telefónica (son las dos grandes fobias interneteras), en el número de este mes me atrevo a recomendarles a ustedes la detenida lectura de un artículo titulado «Los 83 motivos de que se haya terminado el reino de Bill Gates». Confieso que tales motivos, en más de su mitad, son demasiado abstrusos para mí, pero la lectura del informe tiene una miga la mar de enjundiosa, y nos hace comprender que la guerra informática actual puede desembocar en sorpresas desagradables para todos los gigantes. Como dice Negroponte, en la penúltima página de este mismo número de diciembre: «La revolución digital ha terminado. Ya estamos en la era digital. Ahora, los cambios más sorprendentes tendrán que venir de algún otro sitio».
— ¿De dónde? —se pregunta usted, me pregunto yo. Para eso está Wired: para que nos planteemos esas cuestiones y nos atrevamos incluso a esbozar alguna respuesta. RECUADRO: Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
95. AJO Y AGUA Andaba uno con la inspiración bastante fláccida: habrá algo de cierto en la tesis, tan extendida en pérfidos países extranjeros, de que el turrón y los mazapanes, en sobradas dosis, convierten los sesos en una papilla dulzarrona y beata. Llevo varios días, además, trabajando en un resumen del año Internet 1998 que quiero ofrecerles a ustedes tan pronto como sea posible (antes de que se pase de moda el cambio de fecha, claro); y resulta que esta semana no se me ocurría qué contarles. Entonces me llegó el primer emilio de Dulcinea del Toboso, y helo aquí, reproducido (con alguna corrección de ortografía técnica): «Desde que leí El año que viene en Tánger [mi última novela, ya saben ustedes] no dejo de pensar en ti. Has aparecido miles de veces en mis sueños más eróticos, claro que sin una cara definida. Esto es ridículo, pero eres el tipo de tío con el que me gustaría tener una aventura, si es que eres tal como te pintas. En realidad creo que lo que quiero es estudiarte un poco. Supongo que pocas veces habrás recibido mensajes como éste. Respóndeme si quieres.» El remite es una dirección de Hotmail, anónima en la práctica. ¿Qué hace un caballero en semejante tesitura? No, en serio, no me descarten ustedes el asunto con tanta facilidad. Aunque Dulcinea se equivoca al suponer que pocas veces habré recibido un mensaje como éste (he recibido quince o veinte, y algunos bastante brutos en su erotismo; casi todos ellos de chavales tomándome el pelo y, de paso, gozando con sus propias fantasías), lo cierto es que no sería uno humano si estas cosas no le levantaran, por lo menos, la curiosidad. ¿Quién puede ser? ¿Cuál de mis amigos o amigas, de mis lectores o lectoras, me está gastando una broma? ¿Será de verdad? Ah, señores míos, ahí está el quid de la cuestión. ¿Será de verdad? Fíjense lo que les digo: éste parece de verdad, o por lo menos procede de una persona con muy buena capacidad de engaño.
Claro está que uno no podría aventurarse a nada aunque quisiera, porque los riesgos de ridículo son demasiado altos, o porque ya no está para tales trotes, o porque no le apetece estar para tales trotes, o, sencillamente, porque no. Pero la cosa irrita. Hace poco tuve, a través de ICQ, una experiencia mucho más desagradable: un/a tal A. se dedicó a endilgarme reiterados consejos sobre una relación —totalmente imaginada por él o ella— entre otra persona y yo, augurándome no especificadas catástrofes y poniendo a caer de un burro a la persona aludida. Estuve a punto de cazarlo/a un día, con uno de esos parches que los hackers fabrican para ICQ, pero nunca permanecía más allá de un par de minutos en línea, y no acabó de darme tiempo. Al final me llegó un mensaje de adiós para siempre en el que me daba por caso perdido y ponía en mi conocimiento que la persona aludida y yo éramos un par de alcohólicos. Da rabia. Da rabia no haber averiguado quién era el/la cretino/a, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba, sin duda posible, de alguna persona de mi entorno. Dirán ustedes que los anónimos no se inventaron en Internet, y tendrán razón. Pero creo que el medio constituye un ambiente muy favorable para estos latazos. De muy antiguo —ya de los primeros chats—, nos viene la costumbre de no utilizar los datos verdaderos, sino nicknames. Y en más de su mitad, los emilios normales que recibo vienen firmados con apodos a cual más estrambótico, con el mero nombre de pila o con ocurrencias tan finas y tan originales como pis-culo-caca. Al principio, los contestaba todos con una nota ingenua: «Lo lamento, pero no mantengo correspondencia con anónimos. Con mucho gusto contestaré a su mensaje en cuanto me facilite usted sus señas de identidad». Ahora, ya, ni me fijo: lo mismo le escribo (o no le escribo) a «Soy el más pervertido de tus sueños» que a «qpow9eru27E». Pero no está bien. No está bien dirigirse en condición de anonimato, de mascarita de carnaval, a otra persona. Tendríamos que arrancarnos este mal hábito. Dense ustedes cuenta de lo que me dice Dulcinea del Toboso, en su último emilio: «Lo siento de verdad. Ya veo que no respondes al patrón de hombre que me había formado. No te van los riesgos, ni las sorpresas y lo quieres tener todo controlado. Nos hubiéramos divertido. Adiós.» Crueldad anónima. Pero ajo y agua.
RECUADRO: Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
96. EMILIANOS Y ADICTOS Es una pena que no podamos invadir y ocupar El Semanal entero con nuestras cosas, aunque todo se andará. ☺ . Mientras tanto, me queda la frustración de que ustedes no se lean entre ustedes, pero no le veo arreglo al asunto. Quiero decir un arreglo controlado y sencillo de manejar y gratis. No obstante, miren, he decidido gastar todavía más T+P (léase tiempo y pasta) del que ya venía gastando en esta afición impenitente, y voy a poner en marcha algo divertidillo. Que no se diga, hombre. A partir de ya, en mi página web (cuya dirección tienen ustedes aquí mismo) se incluye el apartado «Los mejores emilios recibidos», seleccionados por un servidor, con mi propio asesoramiento y con la objetividad y la falta de pasión que me caracterizan. Ni que decir tiene que sólo puedo insertar lo que me parezca, de modo que no me vengan con acusaciones innecesarias. Ya sé que soy culpable e injusto y malo. Lo que querría destacar en este tablón de correspondencia es que no todo el mundo está de acuerdo con las doctrinas tumultuarias. No todo el mundo odia a Microsoft. No todo el mundo considera que Telefónica sea un desastre (de hecho, mi reciente exabrupto contra ella ha provocado una carta insultantísima donde un señor Ingeniero me acusa de ignorancia, demagogia y marxismo, no sé por qué orden). No todo el mundo goza en la Red. Esto último está cobrando importancia: hay un sentimiento de culpabilidad cuyos síntomas me llegan con crecida frecuencia. «Soy un adicto», «soy una adicta», «me estoy gastando la fortuna familiar en el vicio», «no consigo desengancharme». Existe la adicción, desde luego. A lo mejor tendríamos que fundar Intermaníacos Anónimos, para exponer en público —y abochornarnos— los trucos más o menos listillos con que justificamos las horas y horas de permanencia en línea. Me parece que el más frecuente podría recibir el nombre científico de «No Encuentres: Busca» (en que se invierte el eficaz consejo que Picasso dio a los artistas de toda laya: «no busques: encuentra». Suele expresarse más o menos así: «Yo es que estoy buscando datos para … » (coloquen, en la línea de puntos, su motivo favorito: una tesis doctoral sobre la cría de remolacha en Siberia Occidental, una novela sobre realidad virtual y realidad real, un poema épico sobre los primeros reyes de cualquier isla del Pacífico, una tesis sobre la triangulación de las pirámides, etc.). Andémonos con ojo, no obstante, porque la búsqueda en Internet es, por definición, eterna e inagotable, sobre todo si nos entretenemos chateando y emiliando a escape libre mientras investigamos. Y, además, todos los días aumenta el campo de
investigación, porque todos los días nacen miles de páginas, y vaya usted a saber si en alguna de ellas no anida la clave de todo lo que pretendemos averiguar. En Internet sólo está fuera de cualquier riesgo la gente muy sensata y muy dueña de su propio control. Yo, desde luego, ando más bien desatado, y caigo en todas las trampas. Hoy me resultará imprescindible actualizar un programa que utilicé por última vez en 1987. Mañana necesitaré imperiosamente buscar todos los periódicos electrónicos del planeta tierra e incluirlos en los marcapáginas. Pasado mañana me pondré a buscar personas con quienes he perdido el contacto. Hoy, mañana y pasado, tendré siempre la coartada perfecta: yo escribo artículos sobre Internet, oiga; no me queda más remedio que arrojarme a la navegación intensiva, a ver qué les cuento a los lectores. Pero, claro, pocos de ustedes podrán alegar una excusa tan válida e irrefutable. De todas formas, yo qué sé, hay vicios mucho peores. Naveguen ustedes con moderación y no se dejen obsesionar por los sentimientos de culpa. Tengan presente, sobre todo, la norma más verdaderamente áurea: todo lo virtual debe tener por objetivo su concreción en lo real. Piénsenlo. RECUADRO: Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
97. AVISOS DE BIENVENIDA Bienvenidos sean todos ustedes, señores interneteros recién incorporados a la Red, en paquetes de miles, como feliz consecuencia de los regalos de Navidad. Igualito que los más veteranos (o sea, los que llevamos aquí cinco o seis años, porque la antigüedad del invento no da para más), lo que quieren ustedes es ir de prisa, de prisa, de prisa, navegando a toda vela. Lo tienen crudo, porque todo en Internet está colapsándose y porque los servicios españoles no son los mejores del mundo, pero déjenme que les coloque en este artículo unos cuantos consejos elementales para acelerar un poco sus periplos. (Todo lo que se dice es aplicable a Windows. Los demás sistemas operativos ni siquiera los conocen ustedes, de modo que vamos a dejarlos para más amena ocasión.) (Y si se han comprado un iMac no necesitan ayuda de nadie.)
Primero (para ahorrar tiempo en la conexión). Abran Mi Pc, luego Acceso telefónico a redes, luego el icono de su conexión (como se llame), aplicándole el botón derecho del ratón, luego seleccionen Propiedades, luego Tipo de servidor. En ese panel sólo debe estar señalado TCP/IP. Nada más. Denle a OK. Segundo (para ver más rápidamente las páginas web, en Netscape). Editar Preferencias Avanzado Cache. Allí, elija Nunca en la opción Comparar el documento del cache con el documento de la red. (Traduzco de mi versión en inglés de Communicator 4.5. Puede que las traducciones que ustedes ven en su pantalla sean ligeramente distintas.) Tercero (para que arranque más de prisa el navegador). NETSCAPE: Editar Preferencias Navigator Página en blanco. En EXPLORER: Herramientas Opciones de Internet General Página de inicio Usar página en blanco. Cuarto (para optimizar la conexión). Inicio Panel de control Módems Propiedades Conexión Configuración del puerto. Active Usar búferes puerto y sitúe el máximo las dos regletas. Quinto (para meterle marcha al módem). Inicio Panel de control Módems Propiedades. Ponga la velocidad máxima en 115.200. Atención: esto no siempre funciona. Observen durante un tiempo el funcionamiento de su módem. Si ven que pierden velocidad o aumentan las dificultades para el establecimiento de la conexión, bajen el tope. Sexto (para acelerar el disco duro). Desfragmenten la unidad C: con alguna frecuencia. En Windows 98, el proceso es una verdadera cruz, porque el programa se dedica a reorganizar por completo el disco duro, colocando por delante los programas más utilizados, etc. Dejen que el ordenador lo haga mientras usted duerme el sueño de los cuidadosos. Séptimo (para acelerar el PC). Si tiene usted 32 megas de RAM (no digamos si tiene menos), haga que le instalen otros 32. No es muy caro, y verdaderamente vale la pena. No hay ninguna medida mejor que pueda usted tomar para azuzar la marcha de su ordenata, lleve el procesador que lleve. Octavo. No se cierre las ventanas (perdóneme el chiste). Puede usted, y debe, mantener varias ventanas del navegador abiertas a la vez. No tiene usted que esperar a que se cargue una página, o se resuelva un atasco, para empezar a cargar otra. Fíjese bien: puede, incluso (con 64 megas de RAM, desde luego), hacer que funcionen dos o más navegadores al mismo tiempo. Noveno (para suprimir cosas inútiles). Panel de control Red Adaptador de acceso telefónico a redes Propiedades Avanzado. Ponga valor «No» a Grabar un archivo de registro. Y ponga automático a Tamaño de paquete IP (en Windows 98). A ser felices, que está moda.
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, sección «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
98. PLANO DE LA PLANA Esto de que tengan que transcurrir casi dos semanas, hojita por hojita del calendario, desde el día en que yo escribo los artículos al día en que ustedes los leen, tiene inconvenientes etiqueta negra. Me consta que debo contar aquí lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir con la tarifa plana para la conexión a Internet, pero me temo que cuando a ustedes les lleguen estas líneas la información se nos haya quedado un poco arrugadilla. Pero corramos el riesgo. En primer lugar, una aclaración de principio: a juzgar por las preguntas que me hacen, parece que muchos de ustedes no han acabado de entender muy bien en qué consiste la «tarifa plana». Tarifa plana quiere decir que usted no paga el servicio telefónico según el tiempo que lo utilice, medido por contador (como ocurre ahora), sino según una cuota mensual fija. A partir del momento en que contrate esta modalidad de servicio, usted podrá permanecer conectado todo el día sin abonar un céntimo de más; ni de menos, en caso de que utilice usted escasamente su conexión con Internet; lo cual quiere decir, querido Watson, que a muchas personas no les «traerá cuenta» la tarifa plana. Todo dependerá de cuánto nos cobre nuestro operador de telefonía. Yo no tendría inconveniente en apoquinar 10.000 pta. al mes por la conexión a Internet, pero a muchos de ustedes puede parecerles un despilfarro semejante suma. Ya veremos. Naturalmente que, aparte de esta cantidad, usted seguirá abonando el justiprecio que tenga contratado o que contrate con su proveedor de Internet, por mes o por trimestre. Son cosas totalmente distintas, no nos confundamos. La tarifa plana plantea un problema grave a los operadores de telefonía: si se aplica de modo general, para todas las llamadas que hagamos, sin distinción de que sean para conectar con Internet o para hablar con la abuelita, no habría modo de encontrar una tarifa que cumpliese con dos condiciones elementales: que le convenga a usted y que le resulte rentable al operador. De modo que han tenido que inventarse la llamada tecnología ADSI, con la que se obtiene mayor velocidad de
transferencia, pero que tiene además una ventajilla importante: es capaz de distinguir entre transmisión de datos y transmisión de voz. O sea: las llamadas a la abuelita irán por tarifa normal y las llamadas al proveedor de Internet irán por tarifa plana. Usted pagará todos los meses por dos conceptos: lo que le haya subido el contador y lo que haya pactado en concepto de tarifa plana. Y el sistema, claro, podrá beneficiarle o no, dependiendo, sobre todo, del empleo que haga de Internet. La tarifa plana no es para pequeños usuarios. Habrá, sin embargo, un periodo intermedio, antes de la aplicación de la tarifa plana, durante el cual Telefónica y, seguramente, los demás operadores, le ofrecerán a usted la posibilidad de comprar «bonos» de acceso a un determinado número (normalmente, el de su proveedor de Internet), por el que se facturará una cantidad inferior a la normal. En el momento en que escribo las noticias son confusas, pero parece ser que habrá bonos de noche y bonos de día, con distintos precios. Un ejemplo: el BonoNet Noche costaría 850 pta. por diez horas de uso de la línea (85 la hora) y 3.750 pta. por cincuenta horas (75 pta. la hora). Todo ello, insisto, aparte de lo que usted pague a su proveedor de Internet por facilitarle la entrada en la Red. Vienen tiempos más baratos. Pero no deje usted de leerse muy atentamente la letra pequeña de cualquier cosa que le presenten a firmar.
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
99. PROTESTA DE TODO Son ahora las seis de la mañana. Ayer llegué a la ofi con la intención y el deber de pasarme unas cuantas horas colgado de Internet buscando datos sobre una determinada cuestión. Urgentísimo. Hoy tengo que enviar un fax a Colombia con los resultados de mi trabajo. Me pongo a la cosa. En la empresa tenemos una conexión punto por punto que debería ir mucho mejor que la RDSI de mi casa, pero que marcha como tirada por bueyes reumáticos. Minutos y más minutos con la mente resbalando de impaciencia, mientras se cargan las páginas. Ceniceros llenos de cigarrillos. Me tienen instalada una versión vetusta de Netscape, sin Java. Muchas
páginas no me pirulan. Otras muchísimas me bloquean el sistema en cuanto intento imprimirlas. Otras, por misterios espesos, me dejan con un 0% memoria cuando por fin se cargan (y, claro, tengo que reiniciar, porque estoy en Windows 3.11). Una gozada infinita. Con la adrenalina rezumándome por las orejas, y sin haber avanzado casi nada en mis pesquisas, me marcho a casa, no sin antes comunicar que hoy llegaré tarde, porque voy a quedarme en mi hermosa mansión de las afueras preparando el informe, ya que la compañía no pone a mi disposición los medios técnicos necesarios (dicho con su buen retintín). Muy bien. Me meto pronto en la cama y me levanto a las tres y media de la madrugada, no sea que luego me vaya a faltar el tiempo. Conexión. Perfecta. Qué bien me funciona todo; cuántas gracias voy dando al dios de las comunicaciones modelnas. Quince minutos más tarde, plof. En mitad de una bajada de página, plof. He perdido la conexión. Bueeeeeno. Pacieeeencia. Recuperémosla, qué demontre. El servidor no contesta. Qué cosa tan rara. Desconecto el Novacom que utiliza la RDSI y conecto el módem, a ver qué pasa. ¡¿No hay tono?! En efecto: NO TENGO LÍNEA. Los dos aparatos de teléfono, el digital y el analógico, han entrado en coma. Nada, ni una palpitación, ni un suspiro ahogado. Me quedo absurdo, con esa sensación que nos empapa las neuronas cuando nos está ocurriendo algo que no puede ocurrir. Llamo desde el móvil a mi propio número de teléfono. Telefónica me informa de que no existo. ¿Qué les parece? Ya no es que se caiga Infovía Plus, es que se me pega el batacazo la línea entera. Estoy con una frustración que se me llevan los mengues, pero no hay nada, nada en absoluto, que pueda hacer. No llegará mi fax a quien lo espera en Colombia. Y ¿por qué les cuento a ustedes todo esto? Porque me amarga averiguar que mi profecía de cuando empecé a escribir estos artículos no se está cumpliendo. Expuse entonces —hace ya casi dos años— mi creencia de que el manejo de los ordenadores y, por tanto, el de Internet, pronto sería tan simple como el de cualquier otro electrodoméstico. Y no hemos avanzado un ápice en este sentido. Usted y yo seguimos sintiéndonos desamparados ante la máquina y ante la Red. Mientras las grandes compañías de la informática y de los medios se andan comprando unas a otras, tratando de mejorar al máximo sus posiciones en la parrilla de salida de una competición que se anuncia feroz, nosotros seguimos sin obtener lo que queremos, y nadie nos hace ni pajolero caso. Mucho comercio electrónico, muchos «portales» a la caza de consumidores potenciales, mucha pelea legal a ver quién tiene el monopolio más largo y más gordo, pero ni un paso en el sentido que los consumidores deseamos. Programas
que ni siquiera haga falta instalar, que manejemos perfectamente sin necesidad de gastar media vida estudiando las (confusísimas) instrucciones, que no cambien cada seis meses, que siempre sean compatibles hacia atrás, que no estén sobrecargados de extras inútiles, o que uno pueda recortar a su medida (con la consiguiente rebaja del precio; esa es otra: programas baratos). Sistemas operativos sólidos e inasequibles al fallo (de hecho, nosotros ni siquiera tendríamos por qué saber que existen los sistemas operativos: allá los ingenieros). Buen sonido para acompañarnos de buena música (tenemos sonido aparatoso, pero de una calidad tan baja, que apenas puede compararse con el que producían los primeros sistemas estereofónicos, hace ya cuarenta años). Yo qué sé. Ustedes pidan, que nada se les dará. Sólo más potencia y más complicación cada día que pasa. Tendríamos que hacer algo, pero es que no están de moda las revoluciones. [[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias.
100. EN BUSCA DE LOS HUEVOS «Francamente, querida, me importa un bledo», como decía el actor ese de las grandes orejas, cuando le preguntaba no sé qué una chica monísima, morena, con pinta de señorita del Sur (USA), en una película que no se acaba de llevar el viento. No sé qué les verán ustedes a los huevos de Pascua, pero, ya que tanto insisten, hablaréles un poco del asunto. Para quienes no lo saben: un «huevo de Pascua» es un añadido secreto que llevan algunos programas y que no se encuentra fácilmente. Perdón: que no encontrarán ustedes jamás de los jamases, si no están en el ajo del asunto. La intención es festiva, aunque, las más de las veces, lo único divertido está en la propia búsqueda o en el método a seguir para lograr que empiecen a aparecer quisicosas semovientes en la pantalla. Vamos a ver unos cuantos. Windows 95. Creen ustedes una carpeta nueva en su escritorio y llámela And now, the moment you’ve all been waiting for. No se me salten la coma ni el apóstrofe, claro. A continuación cámbienle el nombre a la carpetilla: we proudly present for your viewing pleasure. Y vuélvanselo a cambiar, con la debida paciencia: The Microsoft Windows 95 Product
Team! Ojito con la exclamación y las mayúsculas. Hemos terminado. Abra usted la carpeta tribautizada y le saldrá un elenco rodante de todos los genios que colaboraron en el corte y confección de Windows 95. Qué diver, ¿verdad? Windows 98. Pónganse el salvapantallas 3D Text (Panel del control Pantalla Protector de Pantalla). En el recuadro destinado a escribir el texto, escriban Volcano. Atícenle un ratonazo a Vista Previa y empezarán a retorcérseles en la pantalla los nombres de los santos varones que crearon el Padre de Todos los Sistemas Operativos, amén. Microsoft Word. Versión 6.0. Abran ustedes un documento en blanco y tecleen T3! (exclamación al final). Seleccionen los tres caracteres y pinchen N (para negritas) en la barra de herramientas. Vayan ahora el menú de Formato, ábranlo, seleccionen Autoformato y digan que sí, que vale, que aceptan. Y vuelvan a aceptar cuando le pregunten si quieren los cambios. Y, por fin, vayan al menú de Ayuda, seleccionen Acerca de y pinchen el icono de Word que hay en el ángulo superior izquierdo. Sorpresita. Versión 7.0. Empiecen como en el caso de Word 6.0, pero escriban Blue. Luego Formato Fuente Negrita. Luego cambien el color de los caracteres a azul. Denle a Aceptar. Añadan un espacio detrás de la palabra ‘Blue’. Abran Ayuda, seleccionen Acerca de y métanle caña al logotipo de Word. ¡Oh, cielos, qué hermosura! Les sale a ustedes en pantalla un pinball bastante pitañoso, a cuya derecha lucen en todo sus esplendor (¿adivinen qué?)… ¡Los nombres de los fautores! Por cierto que los flippers se mueven con las teclas Z y M. Para salir, pulsen ESC. Netscape Navigator. Hundiendo las teclas CTRL+ALT+F (sin mucha saña, que se cargan ustedes el teclado) aparece una necedad llamada Netscape FishCam. Entreténganse horas con el pececito… Por otra parte, ya saben ustedes que escribiendo about: (tal cual, con lo dos puntos) seguido de algo (por ejemplo útil: ‘cache’, o ‘memory-cache’), en el recuadro de dirección, siempre pasan cosas en Netscape. Lo increíble es que así se obtiene un montón de datos sobre los diseñadores del programa; por ejemplo, escriban ustedes cualquiera de estos nombres detrás de about: = ammiel, atotic, dmose, ebina, hagan y… Bueno, no les doy más ejemplos, porque desde about:hagan les sale un Parent Directory dentro del cual están todas las páginas personales de los currantes de Netscape. Horas de solaz y esparcimiento para usted y toda su familia. Hay otras gollerías por el estilo en diversos programas, pero, como muestra, basten los botones susodichos. [[[RECUADRO:]]]
Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. [[[OTRO RECUADRO]]] Manuel Villa, lector muy joven y muy amable, ha creado una lista de correos a la que pueden ustedes suscribirse. Será él personalmente quien la atienda, aunque de vez en cuando yo también me daré una vuelto para ver qué pasa en ella. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 101. DOS MIL RAYOS Y CENTELLAS El llamado Y2K o efecto 2000 no es un camelo. Según el Wall Street Journal, periódico neoyorquino poco aficionado a las inocentadas, estos serán los millones de dólares que algunas compañías van a tener que gastarse para saltar el milenio sin gruesas catástrofes: Citycorp: 600; General Motors: entre 400 y 540; Bank America: 380; AT&T: 350; GTE: 350; Chase Manhattan Bank: 300; Bell Atlantic: entre 200 y 300. Y ojo, que 100 millones de dólares son unos 14.500 millones de pesetas. Estamos hablando de cifras portentosas. Estamos hablando de un problema que en mayor o menor medida nos puede afectar a todos los usuarios, aunque desde luego nosotros, los siervos libres de la informática, los usuarios caseros, lo tenemos mucho más fácil que los encadenados a una red de decenas, cientos o miles de máquinas, todas ellas agarraditas a uno o más servidores. Sin meternos en grandes averiguaciones que no hacen al caso, la clave del asunto se cuenta en dos palabras: habrá ordenadores y sistemas que dejarán de identificar las fechas en cuanto caiga el año 1999. ¿Por qué? Porque muchos programas y chips sólo trabajan con los dos últimos guarismos, dando por sentado que los dos primeros son el 1 y el 9. Cuando los dos últimos sean 00, el sistema creerá estar en 1900, y puede darle por cerrarse, de puro confuso, o por funcionar en plan disparatado. Imaginen ustedes qué efectos puede acarrear el desajuste en una red bancaria, por ejemplo, o en un registro civil informatizado: de pronto, las máquinas llegarían al convencimiento de que no hemos nacido aún casi ninguno. Todos los ordenadores mantienen una fecha del sistema que ponen a disposición de los sistemas operativos y de los programas. A este propósito,
tienen instalado un chip de reloj interno, alimentado por una pila o batería, que lleva cuenta del calendario y la hora y que los transmite al software de arranque cada vez que encendemos el ordenador. Es en ese momento cuando se origina el problema: la máquina dice 00 y el sistema operativo le pone delante un 19. Muchos fabricantes están suministrando actualizaciones por software, pero en algunos equipos antiguos puede ser necesaria alguna modificación de hardware, cosa que sólo un experto puede determinar. Por otra parte, hay mogollón de programas sensibles a la fecha, por multitud de razones. Entre otros: a) los sistemas operativos, como DOS, OS/2, Windows y los Macintosh utilizados por los ordenadores Apple; b) las bases de datos y las hojas de cálculo; c) las aplicaciones contables, financieras e impositivas; d) las agendas; e) los administradores de archivos, los desinstaladores, los programas de back-up, los anti virus; f) los programas para fax, correo electrónico y comunicación en general. Los sistemas operativos más recientes vienen con el problema resuelto o, en todo caso, tienen ya actualizaciones ad hoc. Dense una vuelta por la página de Microsoft, si trabajan con Windows. Apple Computers, como cabía esperar, ha declarado que los sistemas operativos Macintosh no se verán afectados por el bicho. Los programas y aplicaciones más recientes también nos llegan con el problema resuelto, o fácil de resolver por actualización gratuita. Lo que pasa es que tendrán ustedes que molestarse un poco y preguntar, porque nadie va a llamar a las puertas de sus casas a darles el aviso y ofrecerles la actualización. No excluyan de su curiosidad las propias máquinas: los escáneres, las fotocopiadoras y las impresoras no suelen tener función de calendario, pero comprueben que las suyas no añaden algún servicio de estampación automática de fecha, porque entonces sí que se trompicarán en el 2000. En este caso están todos los faxes. En cuanto al módem, los modernos aparatos, según los fabricantes, vienen todos preparados para el batacazo milenario. No así los antiguos, que quizá no tengan arreglo, y se pasen el resto de sus maquinales vidas engañándoles a ustedes con las fechas de recepción y envío. No les digo que se preocupen mucho, pero tampoco se descuiden, que el tiempo pasa volando.
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo.
Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. [[[OTRO RECUADRO]]] Manuel Villa, lector muy joven y muy amable, ha creado una lista de correos a la que pueden ustedes suscribirse. Será él personalmente quien la atienda, aunque de vez en cuando yo también me daré una vuelto para ver qué pasa en ella. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 102. LINUX (GRAN RESERVA) De acuerdo, de acuerdo: vamos a hablar de Linux. Lo que ustedes digan. Yo no quería sacarlo a relucir tan pronto, porque sé positivamente que muchos de los lectores de esta sección ni siquiera tienen muy claro qué es un sistema operativo, pero demos gusto a una minoría creciente. Linux es eso, un sistema operativo como otro cualquiera, como el viejo DOS, pero mucho más robusto, refinado y eficaz. Lo utilizan millones de máquinas en el mundo entero, sobre todo servidores, es decir proveedores de Internet, agencia gubernamentales, grandes compañías, universidades... Su penetración en el ámbito de los ordenadores personales (donde estamos ustedes y yo, en nuestras queridas casitas) está todavía por demostrar, pero crece por días. Linux se llama así por su primer desarrollador, Linus Torvald, con una cambio de “s” por “x” en honor de Unix, el sistema operativo (líder en el mundo de los grandes servidores) del cual procede. Lo que lo distingue, en principio, de todos los demás sistemas operativos es su método de distribución por Licencia Pública General, sin limitaciones de copyright. Esto significa, sencillamente, que los códigos básicos del sistema están a disposición de todo el mundo, para que cada cual —si sabe y puede y tiene ganas— lo modifique, lo mejore, lo adapte e incluso lo revenda con beneficio, si encuentra clientes. La idea, bastante subversiva, ha sido azuzada con entusiasmo por grandes compañías como IBM, HewlettPackard o Intel, pero, sobre todo, por la confederación de enemigos de Microsoft, que ve en Linux una poderosa arma futura contra Windows. Acogiéndose a la licencia pública general, varias compañías han creado sus propias versiones de Linux, que se llaman “distribuciones”, todas ellas basadas en el mismo código fuente, pero con mejoras diversas. Varias de estas distribuciones incluyen una panoplia de herramientas más o menos completa (editores de texto, navegadores de Internet, gestores de archivos). Las más famosas son RedHat, Caldera, Debian y SUSE.
(Supongo que ustedes han comprendido, a estas alturas, que Linux necesita sus propios programas: olvídese de Word.) A base de toques y retoques, hoy puede afirmarse que Linux es un sistema operativo mejor que Windows en muchos aspectos, sobre todo en lo tocante a la estabilidad (no se atasca casi nunca) y a los requisitos mínimos (funciona en cualquier ordenador, incluso un 386, y no tiene las bestiales exigencias de Windows en cuanto a memoria RAM o capacidad del disco duro). Ustedes, por tanto, estarán en su derecho si se preguntan por qué no les propongo que emigremos todos en masa y nos instalemos en esta súper maravilla. Pues miren: porque todavía no me he vuelto loco. Una vez instalado completo (es decir: no sólo el sistema operativo básico, sino también alguna interfaz gráfica —KDE. Gnome— que nos permita trabajar como Apple o Windows nos tienen acostumbrados, con ratón, ventanas, etc.), Linux resulta en efecto una delicia. Pero... ¡Ay, Señor! Instalar Linux es una pesadilla de horas y horas, un trabajo de expertísimo, algo que muy pocos de ustedes deben empezar siquiera a plantearse (y que no les recomiendo de ninguna manera, porque, además, pueden cargarse la otra instalación que tengan). Hay manuales, por supuesto, gordos y confusos. Hay multitud de linuxeros por ahí dispuestos a ayudar. Hay, ya, casi toda clase de software y de controladores disponibles (si logran ustedes encontrarlos). Hay revistas especializadas, en español. Pero, amigos míos, el hecho es que, en el mejor de los supuestos, si deciden embarcarse en Linux pasarán semanas o meses antes de que estén ustedes funcionando a gusto y sin problemas. Y nosotros lo que queremos es precisamente lo contrario: que las cosas estén en perfecto estado de funcionamiento en muy cortos minutos. Es casi seguro que dentro de muy pocos meses todos estos problemas estén rotundamente resueltos, e incluso que empiecen a venderse ordenadores con Linux instalado. Entonces, tranquilamente, habrá llegado el momento de pasarnos con armas y bagaje, si nos apetece. Por ahora, de veras: no se metan en la aventura. O métanse, si andan en busca de hazañas, como los caballeros andantes de otrora.
Averigüe usted más. Trabajándose un poco las páginas siguientes encontrará usted casi todo lo que nunca quiso saber sobre Linux y jamás se le habría ocurrido preguntar, porque no tenía ni idea de que existiese ☺ LINUX ESPAÑA: http://www.cs.us.es/archive/linux.html RECURSOS DE LINUX: http://bebe.uv.es/~alonso/linux/castella/resources.html EL RINCÓN DE LINUX: http://linux-es.uio.no/distribuidores.html
PROYECTO LUCAS: http://lucas.acer.com.mx/
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. [[[OTRO RECUADRO]]] Manuel Villa, lector muy joven y muy amable, ha creado una lista de correos a la que pueden ustedes suscribirse. Será él personalmente quien la atienda, aunque de vez en cuando yo también me daré una vuelto para ver qué pasa en ella. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 103. CORREO (I) Todos ustedes, pero toditos todos, utilizan el correo electrónico, no me lo nieguen, porque los estudios sobre hábitos interneteros son concluyentes al respecto. Bueno. Doy por sentado, también, que allá cada cual con su software de correo, porque no vamos a meternos en pros y contras y porque los navegadores más aguerridos (ya saben: iE y Netscape, en cualquiera de sus últimos avatares) están haciendo el copo, y los nuevos usuarios apenas si conocen la existencia de Eudora o Pegasus, por citar dos viejos clientes de correo que antaño dominaban el mercado. O sea: ustedes tienen su servicio de correo electrónico debidamente configurado y la cosa les funciona más o menos a satisfacción. ¿Vale? Lo que tienen es un correo POP: los mensajes que llegan a su dirección se almacenan en un servidor; ustedes, cuando les viene bien o se acuerdan, los recogen con ayuda de su cliente de correo, que los graba en el disco duro del ordenata. Ningún misterio (salvo las cosas raras que están ocurriendo o han ocurrido —seamos optimistas— tras la entrada en vigor de Santa Infovía Plus). Un problemilla: ustedes no pueden recoger su correo más que cuando están en casa. No en la oficina —donde lo más probable es que el administrador de red no le permita configurar POP en su beneficio personal—, ni desde el ordenador de algún amigo. Solución al problemilla. Hasta hace poco, sólo había una: hacerse con los servicios, casi siempre gratuitos, de un servidor web de correo. Estos señores, amabilísimos, nos dan una dirección (distinta de la que
tenemos por nuestro proveedor de Internet) y nos guardan los mensajes que a ella llegan. Nosotros entramos en Internet, abrimos la página (generalmente mediante una clave) y nos bajamos el correo que nos haya llegado. Yo de estas direcciones tengo tantas que ni me acuerdo. Como son gratis, va uno apuntándose a todas las que encuentra, lo cual es una forma estupenda de perder el tiempo, dicho sea de paso. Ahora sólo utilizo Mixmail y Mailcity, porque son los únicos en los que sigo recibiendo algún mensaje. (Este servicio de correo en página web no debe confundirse con los redireccionadores, cuya principal utilidad está en el hecho de que podemos mantener la misma dirección electrónica aunque cambiemos de proveedor de Internet. Este servicio lo que hace es enviar a nuestro POP todos los mensajes que llegan a la dirección «de por vida» que nos han dado. Si ustedes me escriben a mi dirección de iName —
[email protected]—, yo recibiré sus emilios en mi servidor de correo de Canal +, que es el que utilizo por razones ya históricas. Pero si un día decido cambiar de servidor y pasarme, pongamos por caso, a Iddeo, lo único que tengo que hacer es modificar el enlace en iName. Elemental y práctico.) Hoy en día ya es posible recoger los mensajes de nuestro buzón POP en cualquier parte donde nos encontremos —siempre que haya electricidad y ordenador, claro—. Más abajo tienen ustedes una lista de direcciones desde las cuales pueden efectuar esta operación. Ojo: pueden verse obligados a jugar un poco con los datos. Si el sistema les rechaza su nombre de usuario (por ejemplo 1234567890@cplus) , pruebe a utilizar solamente la parte anterior al signo @, eliminando el resto. Si les rechaza el nombre del servidor POP (por ejemplos: abonados.cplus.es), pruebe a poner delante pop o incluso pop3 (no hay regla fija). Con el típico mix de paciencia y tenacidad, tan necesario en Internet, acabará usted consiguiéndolo. La semana próxima hablaremos de los mensajes anónimos y de otros inventos relacionados con el correo. RECOGIDA DEL CORREO POP DESDE OTRO ORDENADOR: Email Planet: http://www.emailplanet.com EmuMail (tiene versión en español): http://emumail.net/emumail.fcgi FetchMail: http://www.fetchmail.com/ Mail2Web: http://www.mail2web.com/ MailCity: http://www.mailcity.com MixMail: http://www.mailmix.com MailReader (muy refinado):
http://mailreader.com/mr2/nph-mr.cgi Etcétera etcétera, porque este servicio abunda hoy en la red. Algunas de estas páginas ofrecen también correo en página web. REDIRECCIONADORES: Hay decenas de ellos. Encontrarán una lista muy completa en: http://www.emailaddresses.com/email_forward.htm CORREO EN PÁGINA WEB: También los hay a mogollón. Una lista abrumadora en: http://www.emailaddresses.com/email_web.htm
104. ÓSCAR, PEDRÍN Cuando las velocidades de conexión alcancen los niveles requeridos e impere la tarifa plana, cuando nuestro ordenador funcione en red con otros electrodomésticos de la casa —entre ellos la gran pantalla plana de visión—, utilizando el cableado eléctrico o el telefónico, cuando las tarjetas gráficas sean capaces de ofrecer la calidad imprescindible, cuando las tarjetas de sonido cumplan con las especificaciones de la Alta Fidelidad (adelantos que pueden estarnos esperando a la vuelta de un pequeño lustro de nada), todos los medios audiovisuales se confundirán en uno solo. Por mediación de la Red recibiremos las noticias, las fotos, las películas, la música, pero, en la mayor parte de los casos, ya ni siquiera seremos conscientes de estar utilizando un ordenador. Será más bien un panel de servicios, de manejo tan elemental como el de un telemando. Y, qué quieren que les diga: ya va siendo hora de que esto ocurra, de que la facilidad de manejo se imponga en informática. Hay que superar lo antes posible esta fase infantil, este periodo en que la técnica tienen más importancia que la creación y que los propios consumidores finales, esta mentalidad dominante que hace sentirse culpable al que no sabe, como si conocer los principios de funcionamiento de una máquina fuera algo más digno de elogio que lo verdaderamente importante en última instancia: saber qué hacer con la máquina. Estamos en un momento en que las entretelas de un procesador de textos tienen mayor relevancia que la propia escritura. Un sarampión. Pero este sarampión explica, por ejemplo, que ahora mismo nos empeñemos en utilizar Internet para funciones que no puede desempeñar a satisfacción del usuario, que no tienen más interés que el técnico. Así, qué duda cabe, seguro que muchos miles de personas se disponen a presenciar la gala de los óscares a través de Internet. Si en la noche de marras ustedes
conectan con http://www.lososcar.com, se encontrarán con: «La noche de los Oscar en directo por Internet el 24 de marzo. Toda la información sobre las películas nominadas, actores, actrices y directores. Además un concurso, foros de discusión y chat. La pagina de cine más completa y entretenida». Ahora, unos días antes, mientras escribo este artículo, la página no está abierta, de modo que no puedo adelantarles a ustedes ninguna opinión. Pero, dejando aparte el entretenimiento añadido de chatear o concursar, una cosa es segura: ustedes verán unas imágenes en directo chiquitinas, espasmódicas, con mala definición y con el sonido a rachas. Nos pongamos como nos pongamos, hoy por hoy, estas cosas se disfrutan mucho mejor por la tele —quien las disfrute, claro—. Y conste que comprendo la necesidad de experimentar. Sólo digo que si no son ustedes unos fanáticos de la técnica y les apetece invertir unas horas de ameno esparcimiento viendo cómo la gente del cine norteamericano se lo pasa en grande premiándose entre sí, utilicen el televisor. Para lo que sí vale Internet, en cambio, es para reunir datos y averiguarlo todo sobre la historia de los óscares, sin necesidad de acudir a pesadas, polvorientas y poco actualizadas enciclopedias. Más abajo les indico una página oficial, en inglés, a la que pueden acudir los políglotas. A partir de ella caben largas y entretenidas operaciones. Pero también hay salvación, en otras páginas, para los peleados a silencio muerto con el inglés. Que ganen los mejores, ¿verdad? http://www.oscars.org http://www.oscar.com http://www.geocities.com/BourbonStreet/Quarter/8892/ http://www.geocities.com/Hollywood/2034/oscars/index.htm
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. Los artículos anteriores de esta sección pueden encontrarse en http://pagina.de/rbuenaventura, dentro del apartado «Los artículos de El Semanal». [[[OTRO RECUADRO]]] Manuel Villa, lector muy joven y muy amable, ha creado una lista de correos a la que pueden ustedes suscribirse. Será él personalmente quien la
atienda, aunque de vez en cuando yo también me daré una vuelto para ver qué pasa en ella. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 105. CORREO (II) No, en serio, no hace falta que me lo expliquen, no quiero conocer sus motivos; pero el caso es que muchos de ustedes manifiestan una repetida e intensa curiosidad por los servicios de mensajería anónima. Supongo que será para gastarles graciosísimas e inofensivas bromas a los amiguetes. En su meollo, un «redireccionador anónimo» es un servidor que recibe el mensaje que usted le envía y lo reexpide, eliminando todas las señas de identidad, al destinatario que usted especifique. En principio, y salvo intervención policial justificada por alguna conducta contraria a la ley —en la cual ustedes no van a incurrir en ningún caso—, la persona que recibe el mensaje no tiene posibilidad alguna de averiguar quién se lo envía. De hecho, la verdad es que ustedes incluso pueden suministrar datos falsos al redireccionador anónimo, de modo que la posibilidad de localización, aun en el supuesto de que se meta Interpol en el asunto, se hacen bastante difíciles. Aunque, ojo: con los medios y los conocimientos adecuados, siempre es posible localizar a un delincuente. Cuestión distinta será que, luego, la policía pueda actuar contra él o ella... En fin: abajo encontrarán ustedes una lista de páginas con servicio de redireccionamiento anónimo. Utilícenlas con respeto del prójimo. Otro servicio que alguno de ustedes podría necesitar es el que ofrecen los autorrespondedores, o como queramos traducir la palabra inglesa ‘autoresponders’, que no es fácil. Sirven para enviar de modo automático e inmediato una respuesta estándar (preparada de antemano, igual para todo el mundo) a cualquiera que nos envíe un emilio. Sus aplicaciones son más comerciales que personales, desde luego, pero quizá ustedes maquinen cómo sacarles provecho. Échenles un vistazo a las direcciones que a pie de artículo incluyo. Espero que este artículo y al anterior sobre el mismo tema (que se publicó hace quince días, porque la semana anterior era obligado el tema de los óscares de Hollywood) les sirvan a ustedes para explotar al máximo las posibilidades de su correo electrónico. Permítanme una recomendación final, no obstante. Observo que muchos de ustedes sucumben gozosos a las tentaciones del adorno: encuadres floreados, fondos de colorines, tipografía rococó, etc. Claro está que la aplicación del formato HTML (posible con cualquier buen servidor de correo) se presta a tales jeribeques. Pero, tengan en cuenta la regla áurea de la sencillez, por favor: un mensaje es un
mensaje, y lo que importa es el contenido. Los adornos excesivos distraen, ocupan sitio en el disco duro del receptor y, en última instancia, no sirven para nada. Ni se reciben bien a través de todos los proveedores de correo electrónico en página web. Seamos sencillitos. Redireccionadores anónimos: Anonymizer: http://www.anonymizer.com/3.0/services/email.cgi EmailIt: http://emailit.to/email/default.asp lpwa: http://lpwa.com:8000/ Replay: http://replay.com/remailer/ Autorrespondedores: MyReply: http://www.MyReply.com/ Responders.net: http://www.responders.net/
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, pueden ustedes dirigirse a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. Los artículos anteriores de esta sección pueden encontrarse en http://pagina.de/rbuenaventura, dentro del apartado «Los artículos de El Semanal». [[[OTRO RECUADRO]]] Manuel Villa, lector muy joven y muy amable, ha creado una lista de correos a la que pueden ustedes suscribirse. Será él personalmente quien la atienda, aunque de vez en cuando yo también me daré una vuelto para ver qué pasa en ella. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 106. EL QUINTO EXPLORADOR (I) Queridos camaradas netscaperos: nosotros tranquis, que no aún no ha llegado el final. Nos acaban de empatar el partido, con los años que llevábamos por delante en el marcador, pero queda esperanza; queda que a lo mejor algún día se deciden y sacan Netscape 5.0, y entonces se van a
enterar de lo que vale una peineta. Por ahora, qué remedio, reconozcamos que los tíos de Gates han hecho un esfuerzo monumental. Oh sí: ha salido Internet Explorer 5.0 y ya puede usted bajárselo de un montón de sitios, aunque les recomiendo la página del propio Microsoft más abajo indicada. Si tienen ustedes conexión rápida y fresca, no les va a llevar mucho tiempo, porque los microblandos se han impuesto el deber de hacer más anoréxico el programa, y la instalación mínima anda por los 7 megas. Luego, cuando le haga falta o le apetezca, puede ir usted añadiendo cosas. El propio navegador le indicará el momento oportuno. (Pero, con toda franqueza, les recomiendo que hagan una instalación completa, si tienen tiempo, paciencia y sitio en el disco duro.) Una vez en funcionamiento todo el asunto, lo primero que llama la atención es que nada llama especialmente la atención. En lo tocante al aspecto, iE 5.0 es parecidísimo a iE 4.x. Hay retoques que se agradecen, no obstante: primero, que hayan eliminado los «canales» de la barra principal, donde maldito lo que pintaban; segundo, que el «ir a» ahora resulte superfluo y que pueda eliminarse. Ah, y la gran novedad: puede usted escuchar una buena cantidad de emisoras del mundo entero mientras navega, utilizando la barra «Radio» (un invento para mí completamente inútil, porque passso de sonido en Internet, pero habrá a quien le mole). Otro factor agradable es el buen funcionamiento del autocorrector: si usted escribe http:/, por ejemplo, el aparato se lo cambia a http:// sin hacer el más mínimo comentario desagradable al respecto. (No así Netscape 4.51, reconozcámoslo: si escribe usted mal http, el navegador le dirá que no ha incluido ninguna dirección. No obstante, por razones que desconozco, ambos navegadores han adquirido en los últimos tiempos la extraña costumbre de hacer como que no encuentran muchas páginas cuya existencia me consta. Ahora mismo, mientras escribo, iE 5.0 me está diciendo que no «puede mostrar» la página http://pagina.de/rbuenaventura, mientras Netscape me la saca sin problema. No sé cómo explicar el fenómeno.) Más misterios, en la versión española: se supone que iE 5.0 ofrece un excelente ayudante de búsquedas. Basta con escribir una palabra en la casilla de dirección y el navegador se la encuentra él solito. Ya. Pero en la versión española hay cosas raras. Escribo, por ejemplo, ‘metacrilato’ (lo primero que se me ha ocurrido), y el bicho me contesta que «Internet Explorer no encontró ninguna dirección Web», etc.; pero en un panel que se me abre automáticamente a la izquierda me dan 27 páginas relacionadas con la palabra. ¿Por qué? ¿Y por qué, cuando pincho «Búsqueda» en la barra principal, se me abre de nuevo el panel izquierdo y me aparece un buscador « desarrollado por Telépolis » que dista muchísimo de eficacia ideal? Todas estas cosas son modificables, desde luego, pero uno se
pregunta por qué han tenido que montárselo tan raro en la versión española. (Y apunten, apunten: si escribo ‘metacrilato’ en la casilla de dirección de Netscape 4.5, obtengo, en mucho menos de lo que tarda iE 5.0, 169 páginas relacionadas. No sé de qué van los de Microsoft España, la verdad.) La semana próxima seguimos, porque vale la pena dedicar buen espacio a tan magna novedad. Internet Explorer 5.0 puede bajarse gratuitamente de: http://www.microsoft.com/windows/ie_intl/es/Download/ [[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, diríjanse por favor a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. Los artículos anteriores de esta sección pueden encontrarse en http://pagina.de/rbuenaventura, dentro del apartado «Los artículos de El Semanal». [[[OTRO RECUADRO]]] La lista de correos para lectores de esta sección creada por Manuel Villa va verdaderamente viento en popa. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 107. EL QUINTO EXPLORADOR (II) Y seguimos con Explorer V. Después del artículo anterior he ganado en experiencia (una semanita más), pero sigue sin desparramárseme el entusiasmo. Vamos a ver: Puede usted ajustar la barra de herramientas a sus necesidades o deseos. Mejor que en Netscape, desde luego. Los productos de Microsoft siempre se esmeran en estos servicios. Emocionante. Explorer V viene con «Perfiles», como —desde hace muchísimo— Netscape Communicator. Ahora puede haber varios usuarios con cuentas separadas, en la misma máquina. Pues muy requetebién. Era lo menos. Se pueden elegir otros programas de correo, como Hotmail (vaya a Herramientas Opciones de Internet Programas Correo electrónico). Puede ser útil.
Los sitios FTP ahora aparecen como recuadros con carpetas y archivos, al modo Windows, no ya en simple formato texto. Es más agradable a la vista, pero no más eficaz, a mi entender. Hay detallitos extra, como el zoom para imágenes, que todavía no funcionan bien (en mi sistema, la lupa convierte a Cindy Crawford en una chica de Fernando Botero). Pero la idea es muy seductora, qué duda cabe. Las páginas web pueden guardarse enteras y verdaderas, con texto y gráficos. Magnífico. Mucho más sencillo que en Netscape Communicator 4.51. No es necesario eliminar la versión anterior de Explorer (bono añadido para quienes deseen hacer comparaciones entre el Explorer 4 y el 5, por ejemplo). Todo lo cual está estupendamente. Cómo negarlo. Luego, el monstruo tiene fallos tontos cuya presencia no logra uno comprender. ¿Tanto les cuesta montar una vista previa para los trabajos de impresión, por ejemplo? Netscape la tiene. Por otra parte, si nos dejamos de filfas y adornos más o menos atractivos u ocurrentes, lo que de veras importa más es la velocidad. Las mediciones efectuadas indican que el Explorer 5.0 es un 25% más rápido que el Explorer 4.0 cargando páginas combinadas de texto y gráfico (es decir: casi todas las páginas existentes en la Red). Pero, ¡ay!, sigue siendo un 12% más lento que Netscape 4.51. Luego, en lo tocante a tablas, imágenes GIF de buen tamaño y eficacia en Java, ocurre lo contrario: ya Explorer 4.0 era mucho mejor que Netscape, de modo que la nueva versión no hace sino acentuar las diferencias (aunque no mucho)… De modo que, en la práctica, puestos a echar carreras, todo dependerá del tipo de páginas que usted suela cargar. Como lo cierto es que casi todos navegamos con mayor frecuencia por las webs normalitas, sin GIFs enormes ni muchas tablas, ni tremendos usos del Java, al final será Netscape quien nos parezca más rápido. Y esta ventaja del viejo navegador de toda la vida sobre su contrincante de Microsoft hace que muchos de nosotros no acabemos de entregarnos al enemigo. Eso sí: si es usted de los que se pasan la vida visitando las mismas direcciones, Explorer 5.0 le ofrece la nada despreciable ventajota de ser mucho más rápido en la carga de páginas guardadas en caché. Lo cual se hace perceptible desde la primera vez que le da uno al botoncito de «Atrás»: ¡pop! Y ya. A Netscape le cuesta bastante más trabajo. ¿Conclusión? No me apeo de Netscape, pero ahora tiendo a trabajar con los dos navegadores abiertos al mismo tiempo, y ya no hay grandes desfases entre uno u otro. Si es usted netscapero, no hay verdadero motivo para que se cambie a Explorer. Si es usted explorador, bájase la nueva versión, sin dudarlo un instante, porque le da catorce vueltas a la anterior.
Si es usted novato, seguramente le habrán vendido el ordenador con el Explorer instalado, de modo que, por el momento, confórmese, porque más le vale no meneallo hasta que adquiera experiencia. De todos modos, ya le vendrá la rebeldía y, con ella, la gana de probar otras cosas. Por ejemplo el futuro Netscape Communicator 5.0, que alguna vez estará listo. Internet Explorer 5.0 puede bajarse gratuitamente de: http://www.microsoft.com/windows/ie_intl/es/Download/ Netscape Communicator 4.51 está, por ejemplo, en: http://www.netscape.com [[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, diríjanse por favor a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. Los artículos anteriores de esta sección pueden encontrarse en http://pagina.de/rbuenaventura, dentro del apartado «Los artículos de El Semanal». [[[OTRO RECUADRO]]] La lista de correos para lectores de esta sección creada por Manuel Villa va verdaderamente viento en popa. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 108. OBSESIÓN E ICQ Cuidadín con las páginas de sexo. No le van a contagiar a usted nada, ni siquiera un virus informático (aunque no olvide nunca el anti virus; póngaselo). Pero no son seguras. A una amiga mía la acaban de estafar por ingenua: entró en una página llamada «Obsession» (www.obesession.com) donde le prometían una semanita gratis de sexo «adaptado al gusto europeo». Sólo que, para «verificar la edad», había que dar el número de la tarjeta de crédito. Mi amiga, que no sé en qué estaría pensando, metió sus numerines. Y a los pocos días percibió un doloroso cargo de siete mil y pico pesetas en su cuenta de VISA… Por otra parte, las páginas de sexo suelen llevar montado un antipatiquísimo mecanismo que impide cerrarlas, o que remite a una indefinida sucesión de páginas secundarias, o que
incluso puede llevar al bloqueo del navegador. No voy a recomendarles a ustedes la castidad total, pero ándense con diecisiete pares de ojos, que roban y aburren. Igualito que en los peores antros. Otra vez ICQ. Como ustedes podrían saber, ICQ fue objeto de una gigantesca operación de compra por parte de America OnLine, el principal proveedor de Internet del mundo, sección USA. Los enteradillos temimos que el traspaso significara la corrupción total de este programa al que tanto amamos y del que tanto sospechamos, como cónyuges celosos. Yo no sabría vivir sin él, a estas alturas: no hay método comparable para encontrarse «por ahí» con los colegas, sin necesidad de previa cita. Pero peros tiene, qué duda cabe. Sobre todo: no le conocemos las intenciones — y menos ahora, con el aliento de AOL en el cogote—, ni sabemos cómo recoge y cómo maneja la enorme cantidad de datos de sus usuarios que podría amontonar. No es concebible que estén registrando las conversaciones e intercambios de decenas de millones de criaturitas, en docenas de idiomas distintos, pero ¿y si lo estuvieran haciendo? O, preguntado en otras palabras: ¿Hasta qué punto pueden estar haciéndolo? Así y todo, nunca he sido muy seguidor de las teorías conspiratorias (una de las plagas tontas de Internet), y en realidad no creo que ICQ sea más que un sistema de sacar información para fines publicitarios y comercialotes. Un mal menor incontrolable, aunque me apresuro a añadir que en realidad en ningún momento he detectado en mi correo mensajes comerciales cuyo origen pudiera estar en ICQ. Lo cierto es que no pienso dejar de utilizar ICQ y que asumo los riesgos, quizá porque, a fin de cuentas, tampoco tengo tanto que ocultar. Allá ellos si quieren perder el tiempo apuntando mis charletas… En realidad, me he enrollado fatal hoy, empezando por las dudas, porque al hablar de ICQ más bien tenía la buena intención de comunicarles a ustedes que, si no lo han hecho ya, deben bajarse la versión 99 (desde casi cualquier sitio, pero pueden empezar por www.mirabilis.com). Ahora, tras varias betas no distribuidas al público en general, tenemos un programa estable, lleno de chorraditas nuevas y de servicios añadidos muy utilizables. Y hablando de boberías: bájense también un plugin llamado ICQ Plus, hijo del estro de un ruso de San Petersburgo, Vadim Eremeev. Es la monda de hortera, pero tiene gracia. ICQ Plus está, por ejemplo, en: ftp.cs.toronto.edu/ca-domain/registrations-hierarchical/iplus [[[RECUADRO:]]]
Para consultas de tipo técnico, diríjanse por favor a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo. Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. [[[OTRO RECUADRO]]] La lista de correos para lectores de esta sección creada por Manuel Villa va verdaderamente viento en popa. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] 109. PARA PRINCIPIANTES ABSOLUTOS Hay van a tener ustedes, los más veteranos y curtidos, que utilizar sus mejores abundancias de generosidad, porque este artículo va dedicado a los pre novatos; es decir: a los que ni siquiera se han atrevido aún a arrimarse un ordenador, pero le están dando vueltas a la tentación, porque la movida social ya no les permite seguir de espaldas al correo electrónico, el chateo, las páginas web y la cibermadre que nos ciberparió a cibertodos. Sin meternos en rollos patateros, podríamos proponer el siguiente esquema de paternales consejos: Primero. No escatime: compre lo masmás que pueda comprar. Gástese lo que se gaste, su máquina estará anticuada en un plazo máximo de seis meses (si tiene usted suerte y no le toca un periodo de mucha aceleración técnica). No se haga preguntas inútiles, por otra parte: la informática está muy lejos de la perfección. Tendrá que pasar una buena cantidad de años antes de que las mejoras que se vayan introduciendo empiecen a perder importancia relativa y el usuario pueda conservar una misma máquina casi indefinidamente. (Hay en ello una cruel contradicción: ninguno de los varios ordenadores que he tenido en mi vida ha dejado de funcionar. Ni siquiera el primero, un Oric de 48K, con grabación en casete, en el que incluso me atreví a escribir un libro —audacia escalofriante, cuando la recuerdo ahora.) Segundo. Tenga en cuenta que ciertas decisiones no puede tomarlas usted solo, porque le faltan datos. Búsquese algún amigo con experiencia (y ciencia y paciencia para atenderle a usted). A lo mejor le conviene más un Mac que un PC, por ejemplo. (Tenga cuidado, no obstante: en este terreno los antiguos usuarios no somos nada objetivos. Somos capaces de engañarle a usted sin compasión y hacerle comprarse un Mac sólo porque odiamos a Bill Gates, cuando se nota a primera vista que usted le va a
resultar más cómodo un PC, por razones de compatibilidad con la red interna del sitio donde trabaja.) Tercero. Si la economía le obliga a renunciar a lo máximo razonable, aténgase a las siguientes normas: a) No se conforme con menos de 64 megas de memoria RAM, sean cuales sean el tipo de ordenador y su sistema operativo; b) Todo lo que baje de 4 gigas de disco duro es pan para hoy y hambre para mañana, aunque a usted le parezca imposible tanto derroche espacial; c) No admita que la pantalla tenga menos de quince pulgadas, y, si puede, pídala de buena marca: están en juego sus ojitos para toda la vida; d) Procure que la tarjeta de vídeo que le instalen lleve un mínimo de 4 megas de memoria: Internet utiliza gráficos por un tubo, y nunca mejor dicho; e) Si para alcanzar los mínimos anteriores tiene usted que conformarse con un procesador más lento, no lo dude. Para nuestros fines de aficionados la velocidad del procesador es lo de menos. Pero no se compre nada por debajo de un Pentium II, porque los chips más antiguos tienen peor capacidad para el manejo de gráficos, y usted acabará por lamentarlo, aunque ahora piense que le da igual; f) No se haga ilusiones con el sonido: si lo quiere muy bueno, próximo a lo que en alta fidelidad serían unas prestaciones discretitas, le costará un riñón y parte del otro. Pero, eso sí: no se compre una máquina sin tarjeta de sonido, claro. Una cosa normal. Ah: y, por el momento, no se meta en el DVD, que no está nada claro el asunto. Confórmese con un CD-Rom de alta velocidad, por cuatro perras. Tenga en cuenta, además, que el único componente no fácilmente mejorable a posteriori es el procesador. Hay otro cacharrito que va usted a necesitar para sus merodeos por Internet: el módem. En este campo, la sitiuación es confusísima, porque no se sabe qué sistema de conexión va a prevalecer en el futuro. ¿Satélite? ¿Cable? ¿Nuevas tecnologías telefónicas? ¿Red eléctrica? Será una batalla larga y con variadas alternativas. Por el momento, lo único razonable que puede usted hacer es comprarse un módem de 56k. Y considerarlo, casi, casi, una inversión a fondo perdido, porque lo más probable es que el aparato se le quede vejancón antes de un año. En fin: se lo monta usted por unas 250.000 pesetas. [[[LA WEB DE LA SEMANA]]] Sería muy cruel por mi parte no apresurarme a compartir con ustedes un descubrimiento que acabo de hacer. Se trata de la página Freeware32.com, un verdadero chollo para los mariscadores de utilidades y programas gratuitos (con un surtido notable, también, de shareware). Pueden ustedes pasarse horas explorándola, y semanas probando programillas. Una pega, sin embargo: está en inglés. Nadie es perfecto.
http://www.freeware32.com/file/webtools38.htm [[[DIRECCIONES]]] ALGUNAS PÁGINAS DE CINE La web weborum en la cuestión del cine es, sin duda alguna, la «Internet Movie Data Base», donde encontramos información sobre todas las pelis concebibles. Pero añado otras varias páginas que tampoco carecen de interés: Internet Movie Data Base: http://spanish.imdb.com/ Drew’s Scripts-O-Rama: http://www.script-o-rama.com/ WebCinema: http://www.ctv.es/USERS/webcine/ Ministerio de Educación y Cultura: http://www.mcu.es/cine/index.html MEC: Base de datos: http://www.mcu.es/bases/spa/cine/CINE.html CineManía: http://www.cibercentro.es/cinemania/ InfoCine: http://www.infocine.com/
110. URDIMBRE RACIONAL LÓGICA URL no significa Urdimbre Racional Lógica (es una broma sosa que se me ha ocurrido sin ayuda de nadie, fíjense), sino Uniform Resource Locator, es decir, en castellano: Localizador Uniforme de Recursos; es decir, más en castellano todavía: nombre por el que se puede localizar cualquier archivo que se encuentre en un ordenador integrado en la Red. Los URLs son parecidillos a las direcciones electrónicas, pero contienen información adicional, que los hace más eficaces. Veamos un poco, a partir de una dirección típica —digamos la mía en Geocities, para no utilizar datos ajenos: http://www.geocities.com/SoHo/Gallery/6776. — La primera mención, http, es abreviatura de HyperText Transfer Protocol (Protocolo de Transferencia de Hipertexto) y nos hace saber que el archivo a que esta dirección nos da acceso es una página web. Hay otros indicadores: gopher:// = servidores gopher (protocolo para ver archivos de texto procedentes, por lo general, de enormes bases de datos universitarias u oficiales; ahora casi absorbido por la WWW). news:// = grupo de noticias de usenet.
ftp:// = archivo localizado en un servidor FTP (enorme depósito de archivos, por lo general de descarga más rápida que la página web). Conviene que sepan o recuerden ustedes que los navegadores actuales vienen con funciones de todo tipo, de modo que no es necesario salir de Explorer o Netscape para entrar en un grupo de noticias o para bajarse un archivo de un FTP. — La mención www (no imprescindible, aunque sí muy frecuente) nos anuncia que estamos ante el nombre de dominio de un ordenador integrado en la red. En este caso, el servidor se llama «geocities», organización en cuyos inmensos discos duros están guardados los archivos que componen mi página personal. La terminación ‘com’ es una de las muchas que pueden llevar los nombres de dominio (quiere decir que el servidor está operado por una organización comercial; la terminación ‘org’ es para organizaciones no venales, la ‘gov’ para organizaciones gubernamentales; la ‘edu’ para instituciones educativas, etc.; también veremos terminaciones correspondientes a los diversos países: ‘es’ para España, ‘fr’ para Francia, ‘de’ para Alemania). — El resto de la dirección (después de ‘com) es en realidad el path o camino completo del directorio de Geocities al que deseamos acceder. Así, sabemos que mi directorio es el 6776, dentro del directorio Gallery, que a su vez es parte del directorio SoHo. Podríamos añadir a la dirección un último dato, el del archivo concreto: ‘index.html’, que es el índice o primer página. También se entiende que cuando cerramos la dirección con una barra inclinada a la derecha (/) queremos acceder a la página principal. Naturalmente que a veces, cuando nos metemos en páginas muy profundas, con muchos subdirectorios, la URL puede resultar verdaderamente endemoniada. Por ejemplo, el buscador de Altavista para publicaciones dedicadas al automóvil es: http://altavista.looksmart.com/eus1/eus53930/eus224816/eus265071/r?l &izf& Claro que usted no tiene por qué escribir todo ello, porque accede a esta subpágina a base de pinchazos del ratón, sin más. Doy por sentado, por otra parte, que todos ustedes saben que en los modernos navegadores no hace falta teclear ‘http://’, ni tampoco ‘www’ ni ‘com’ para que el programa localice una URL. Es decir: si quieren ustedes entrar en Geocities, lo único que han de escribir en el recuadro de ‘Dirección’ es la propia palabra. (Aunque conviene señalar que las últimas versiones tanto de Explorer como de Netscape están complicándonos lo vida en este sentido, porque ahora, en cuanto no escribimos una URL al modo ortodoxo se ponen en marcha los mecanismos de búsqueda, que no siempre son la maravilla de las maravillosas maravillas.)
Problemas Ya se imaginan ustedes, pues, que en muchos casos podemos adivinar la URL de un organismo por puro sentido común. Así, cuando nos entra la sed y queremos saciarla en la página de Coca Cola no hace falta que nos enmarañemos la cabeza: será, casi sin duda (les dejo a ustedes la comprobación), www.cocacola.com/. ¿Cómo llegaríamos a la Casa Blanca? www.whitehouse.gov/, por supuesto. Aunque, ojo: escriban www.whitehouse.com/, y verán que sorpresa tan fina. A veces se presentan problemas. Aunque parezca mentira, muchos de ellos tienen origen en el mero error tipográfico. Basta con que se le cuele a usted un espacio en blanco, una ‘h’ por ‘H’ (ojo: porque la mayor parte de los servidores de la Red funcionan sobre alguna variante del sistema UNIX, que suele ser sensible a las mayúsculas), cualquier detallito, para que la máquina boba se confunda. Ojo al dedo. Un mensaje de error que todos nos sabemos de memoria es el cartelito «404, File Not Found». Quiere decir que el servidor no encuentra en su disco duro un archivo concreto. A veces, el error puede ser transitorio (así, por ejemplo, si intentan ustedes entrar en mi página justamente mientras yo estoy editándola). En otras ocasiones, podemos averiguar algo más si vamos suprimiendo los fragmentos finales de la dirección. Como resulta fácil imaginar, si a la URL de mi página le van suprimiendo datos, acabarán ustedes en la página principal de Geocities. Y, por último, hay todo un surtido de problemas de la propia red que en muchas ocasiones nos entorpecerán o incluso impedirán el acceso a una página la mar de sana. A juzgar por sus cartas, muchos de ustedes no tienen clara la condición inestable y tornadiza de Internet. El tiempo de respuesta de un servidor depende de lo lleno que esté, del tráfico que en ese momento circule por los caminos de la Red, del ancho de banda disponible. Ello explica que unas veces nos eternicemos cargando una página —o ni siquiera podamos empezar a cargarla— y otras veces se nos despliegue instantáneamente en pantalla. Con lo cual vengo a sugerirles a ustedes dos cosas importantes: primera, que no se desesperen con tantísima facilidad (sobre todo en horas punta) y, segunda, que no todo es culpa de Telefónica e Infovía (un sábado a las ocho de la tardenoche puede haber miles y miles de ciudadanos de Connecticut estorbándole a usted la vida).
[[[RECUADRO:]]] Para consultas de tipo técnico, diríjanse por favor a mi página, apartado «Consultas». Desde allí podrán trasladar su problema a la página informática de El Correo.
Como ya he señalado en varias ocasiones, no puedo atender ninguna consulta técnica vía e-mail. Gracias. [[[OTRO RECUADRO]]] La lista de correos para lectores de esta sección creada por Manuel Villa va verdaderamente viento en popa. Para suscribirse hay que mandar un mensaje en blanco a
[email protected] Buscadores de MP3: Masterlist: masterlist.simplenet.com 2look4: www.2look4.com El buscador MP3 de Kermit: www.oth.net Mp3.com: www.mp3.com Cerberus: www.cdj.co.uk
111. NOTICIA DE LAS NOTICIAS De los «grupos de noticias» (newsgroups, en inglés) hablamos hace ya mucho tiempo en esta sección, y ahora, a juzgar por los mensajes que recibo, hay todo un conciliábulo de lectores deseando nueva información sobre el tema. Pero el caso es que releo mi artículo «Noticias arracimadas» (que pueden ustedes encontrar en mi página web) y no tengo la impresión de que haya mucho que añadir. Sigo pensando que los grupos de noticias son un sistema en vías de extinción —víctima, como tantas otras cosas de Internet, de los actuales navegadores omnipotentes— y que no revisten un apasionante interés para usuarios bisoños. De todas maneras, quizá convenga machacar en los aspectos más revueltos de la cuestión. Decía yo en «Noticias arracimadas» que los grupos son, en lo esencial, como tablones de noticias temáticos: usted se suscribe a uno de ellos (se supone que tras haberlo elegido entre miles y miles), con entera libertad, lee lo que cada cual ha ido diciendo últimamente sobre el tema que allí cunda y participa en los posibles debates, sea entrando en comunicación directa con alguno de los contertulianos, sea insertando (posteando, le dicen) un mensaje que todo el mundo pueda leer y contestar. Hay millones de internautas verdaderamente empeñados en los grupos de noticias, y sería una petulancia por mi parte descalificarlos así, sin más. Mucha gente encuentra trabajo en los grupos de noticias, o localiza fuentes de información, o, sencillamente, intercambia conocimientos y opiniones con otros aficionados o expertos. Pero también
es cierto que los newsgroups han contribuido más que nadie a la pésima reputación que la Red ha tenido y sigue teniendo: en ellos se encuentran las peores asociaciones de maleantes, por su mediación actúa la pornografía infantil, allí pululan los grupos nazis y terroristas, entre ellos se gestan los bulos más estúpidos y las teorías más necias de Internet. Y, encima, son un revoltijo en el que resulta casi imposible orientarse y totalmente imposible discernir un criterio de validez. De todas maneras, yo jamás les recomendaré a ustedes que sean pusilánimes en Internet, de modo que mi conclusión es simple: véanlos con sus propios ojos. ¿Quién les dice que no van a descubrir en ellos el verdadero sentido de la vida? Buscando con ganas, se encuentran cosas estupendas. Qué hacer para meterse en noticias Lo primero que tienen que hacer, si andan ustedes sintonizados con el despiste total, es enterarse de qué servidor de noticias les ofrece su proveedor de Internet. Normalmente, será news.xxxx.es. Así, por ejemplo, news.teleline.es, o news.iddeo.es. También pueden probar, pasando de su proveedor, con algún servidor público, como news.jet.es. A veces funciona. ☺ Lo segundo será configurar su navegador, indicándole en el lugar correspondiente (opciones, en Netscape; cuentas, en iE 5.0) el nombre del servidor. Luego viene la conexión con este servidor para obtener de él la lista completa de grupos o foros a que nos permite acceder. Hay proveedores con una cantidad selvática de ellos: news.caribsurf.com tiene (o tenía, porque eso nunca se sabe con exactitud) 43.546. Pero lo normal es que la cifra ronde los 20.000. Ustedes nunca tendrán tiempo ni ganas de leerse la lista entera, porque, además, maldito lo que van a entender, con los nombres que se gastan estas cibernéticas criaturas. Lo mejor es que utilicen el buscador incluido y escriban palabras relacionadas con temas que puedan interesarles. Si se les ocurre escribir «sex»... Figúrense. Escriban «literatura», pongamos por caso, que algo les saldrá. Los grupos cuyo nombre empieza por «es.» son españoles, y hay muchísimos. Cuando tengan una idea de qué foros les interesan, emprendan el proceso de suscripción, a fuerza de dobles clics sobre las denominaciones. Luego acepten, y esperen a que el programa se ocupe de lo demás. La próxima vez que entren en «Noticias», verán la relación completa de los grupos a que se han suscrito. Entonces pueden elegir uno, abrirlo e ir leyendo los mensajes, o arrobándose con las deliciosas fotografías. Hay una página web especializada en la búsqueda de mensajes y foros: http://www.dejanews.com/. Está en inglés, pero no escatimen el
esfuerzo lingüístico, porque es una herramienta poderosísima. ¿Pueden ustedes creer que me salen 462 mensajes donde aparece la palabra «Bilbao»? Entretenido sí que es.
[[[LA WEB DE LA SEMANA]]] Comprendo que me paso de cruel, mentándoles a ustedes la bicha, pero es del año / la estación de Hacienda. No está de más irse entrenando en la ingrata tarea de cumplir con la Declaración por antonomasia. Esta página puede ayudarles bastante. Bájense el programa P.A.D.R.E., que está en «Servicios Públicos» (no dejan de tener su chistecito, las siglas) y métale caña a los números. Este año, además, puede usted ajustar cuentas directamente por Internet. http://www.meh.es
[[[DIRECCIONES]]] Direcciones para montárselo de gratis en Internet: http://www.ciudadfutura.com/internet-gratis/ http://www.arrakis.es/~melgar/gratis/ http://www.esgratis.net/ http://multicentro.com/esgratis/index.htm http://www.webdesigner.com.ar/ http://members.tripod.com/~PBRYoda/index.html http://www.geocities.com/CapeCanaveral/Launchpad/4406/ Les recuerdo que el signo ~ se consigue pulsando alt+0126 en el teclado numérico.
112. MUCHEDUMBRE ENREDADA Empiezan a creérselo. El Semanal fue pionero en su atención a Internet como algo más que un divertimento para chavales cerriles. Ahora, muchas publicaciones españolas abren a toda prisa sus secciones sobre la Red de Redes, y el tema va ocupando crecientes parcelas de la atención pública y de la curiosidad privada. Esto es imparable. No sabemos a dónde nos lleva ni en qué acabará convirtiéndose (cuento entre los convencidos de que Internet sufrirá tantas modificaciones en un futuro más o menos próximo, que al final se transformará en otra cosa); pero el caso indiscutible es que estamos más de moda que el fútbol. Bueeeno, vale: casi tan de moda como el furbo. Según acaba de hacer público Nua Internet Surveys (www.nua.ie./surveys/), a finales de 1998 había en el planeta 147 millones de criaturitas con acceso a Internet. Una enorme muchedumbre virtual unida bajo la túnica inconsútil de las nuevas comunicaciones. A finales de 1996, éramos 61 millones: en dos años, nos ha faltado poco para multiplicarnos por tres. Qué enormidad. Uno de cada dos interneteros es norteamericano. EE UU tiene 76,5 millones de usuarios. Los demás países seguimos en este orden y en estas cantidades: Japón 9,75 millones Gran Bretaña 8,1 Alemania 7,14 Canadá 6,49 Australia 4,36
Francia 2,79 Suecia 2,58 Italia 2,14 España 1,98 Ya ven: somos los décimos, en esto como en casi todos los ránquines que se hacen en el mundo. Claro está que nuestro retraso es fantástico si nos medimos con algunos grandes países, pero no vean ustedes los bien que vamos comparados con Sri Lanka. No, en serio: en números redondos, viene a haber un 5% de españoles con acceso a Internet, contra el 28% de los norteamericanos; pero, en tales términos, estamos más o menos como los franceses y mejor que los italianos. Quizá sea la primera vez en la historia que la sociedad española no recibe una nueva ola tecnológica o cultural más tarde y peor que nadie. Piensen ustedes que el Renacimiento, por ejemplo, aún no ha terminado de llegarnos —y comparen. De todas maneras, en la página siguiente veremos datos que encienden algo menos el optimismo. España Pero, según un estudio llevado a cabo por el AIMC durante los meses de febrero y marzo de 1999, el número de españoles con acceso a Internet sólo creció el 0,9% entre agosto y diciembre de 1998. Una birria. Un parón, con respecto a periodos anteriores. Preguntaránse ustedes: ¿y por qué? Échenles un vistazo a sus facturas telefónicas y descubran por sí mismos la respuesta. No es sólo que las incorporaciones a la Red hayan menguado en su ritmo; es también (seguro, aunque no tengo datos que lo demuestren) que los ya usuarios le hemos pegado una patada el freno y hemos decidido controlar el despojo de dinero a que nos somete Telefónica cada dos meses. Es un disparate lo que nos cuesta Internet. Es un dolor que —en nuestro desamparo— hayamos de conformarnos con huelgas como la del próximo 6 de junio (que, eso sí, es de alcance europeo: www.internautas.org/huelga6699/), válidas para salir un rato en los periódicos, pero poco eficaces como elemento de presión sobre las compañías. Las telefónicas llevan camino de convertirse en los grandes monstruos financieros y económicos del siglo XXI. Nada logrará frenarlas, a no ser que algún giro técnico les arrebate el uso y abuso de las técnicas de comunicación. Entre Internet y la telefonía móvil, las facturaciones de estos gigantescos entes empiezan a alcanzar proporciones de presupuesto nacional. Y, claro, ninguno de ellos renunciará por propio impulso a un solo céntimo de beneficio. El caso es que en España el elevado coste de la factura telefónica está desmedrando el ingreso de nuevos usuarios en la Red. Encima, tenemos un servicio malo. Ahora mismo, en este momento, mientras escribo, Teleline,
que es Telefónica, no me deja conectar. Llamo por teléfono y me dicen que no hay problema, que será cosa de mi configuración. Cuentos tártaros. No es cosa de mi impecable configuración. Sencillamente: no funcionan. Acudo a Iddeo y entro a la tercera. Pero desde Iddeo no puedo acceder a los grupos de noticias ni enviar e-mail, por razones que se me escapan. Es una sarta de desbarajustes, un desastre puro y duro. Somos los décimos del mundo. De seguir así, acabaremos el siglo en cuadragésimo quinto lugar, pero con las compañías telefónicas más ricas del orbe. Lo cual tendrá una ventaja: así recuperaremos nuestra sólida tradición histórica de retraso en todo y enriquecimiento de unos pocos. Regocijemos el ánimo, compañeros. ¡Viva Atapuerca!
[[[LA WEB DE LA SEMANA]]] EL WEB DE WINDOWS DE PANIAGUA Josep Lluís Paniagua lleva está página desde hace tres años, y desde luego que nos vale la pena hacerle una visita. Aquí encontramos desde la temperamentales opiniones del Maestro de Web (nada fanático de Apple ni de Linux), hasta toda una serie de servicios verdaderamente útiles y verdaderamente bien estructurados para la atención de los huéspedes. En este momento, su contador arroja 510.289 visitas. Un éxito. http://www.paniagua.net/
[[[DIRECCIONES]]] Museos del mundo: http://www.comlab.ox.ac.uk/archive/other/museums.html Todas las chaterías: http://www.ciudadfutura.com/chatmania/zonachat.htm Real Academia Española: http://www.rae.es/ Todos los diccionarios (desde el afrikaans al xhosa): http://www.facstaff.bucknell.edu/rbeard/diction.html Foros de discusión: http://www.el-agora.com/ Hacer amigos: http://www.ciudadfutura.com/amistad/
113. NO SE PIERDAN, PORFA Hace unos días apareció en el «Libro de Firmas» de mi página web un mensaje que me dejó emocionado: Estinc perdut!!! Así, en catalán, y con todas sus exclamaciones. Cabría recomendar a los exploradores extraviados, como primer remedio urgente, que se leyesen los artículos de esta sección desde el principio (están disponibles en http://pagina.de/rbuenaventura), pero vamos a ver si hoy esbozamos una importante orientación inicial. Internet ha evolucionado desde la dispersión a la concentración. En un principio —y sin meternos en historias de once varas—, Internet era un conjunto de herramientas variadas con un solo rasgo común: todas utilizaban la misma red de conexiones. Ciertos organismos políticos, académicos y militares habían creado una trama de enlaces que los mantenía unidos y que les permitía suministrarse unos cuantos servicios recíprocos. Éstos eran: Correo electrónico, Telnet (conexión con un ordenador remoto), Finger (para obtener información sobre usuarios), Usenet (grupos de noticias), FTP (carga y descarga de archivos desde y a un ordenador remoto), Archie (para localizar archivos en los FTP), Internet Relay Chat (conversación entre usuarios), Gopher (servicio de recursos), Veronica (buscador dentro de Gopher), Jughead (otro buscador dentro de Gopher), Wais (buscador general) y listas de correo. Insisto, porque es fundamental que lo comprendamos bien: cada uno de estos servicios funcionaba por su cuenta y según sus propios requisitos y métodos, aunque todos utilizaban la red común llamada Internet.
Nosotros, ahora, nos hemos olvidado de tan venerables antecedentes y tendemos a confundir Internet con la World Wide Web. Ésta, de hecho, sólo se hizo posible gracias a la invención de los ‘navegadores’ (‘browsers’, en inglés), el primero de los cuales, el NSCA Mosaic, fue creación del National Center for Supercomputer Applications a principios de los noventa. Todas las actuales estrellas de Internet (Explorer, Netscape, Opera) están basadas en ese primer navegador. Y un navegador es una pura y simple interfaz, un intérprete, algo que se tiende entre los usuarios y los servicios, facilitándonos la vida (como nos la facilitan las interfaces gráficas tipo Apple, imitadas con el éxito que todos sabemos por Microsoft: gracias a ellas podemos trabajar con ordenadores sin saber un comino de informática, es decir sin tener que hablarle a la máquina en sus inhumanos términos binarios). Poco a poco, la WWW ha ido absorbiendo en sus ‘páginas’ todos los servicios dispersos del principio, quizá con dos únicas excepciones claras: el Usenet, cuyos grupos de noticias siguen muy vivos, y el Internet Relay Chat, con sus miles de centros de charla frecuentados por millones de usuarios. Todo lo demás puede conseguirse en formato web con mayor facilidad que antes (aunque no, quizá, más rápidamente, en muchos casos). Ahora, con gran fanfarria de colorines, música, explicaciones detalladas, etc., accedemos con toda suavidad a cualquier dato que busquemos, se encuentre donde se encuentre, sin necesidad de aprendernos los complicados y sosos procedimientos de Telnet, Gopher, etc. Incluso los FTP, que han vivido su vida independiente hasta hace cosa de unas semanas, están viéndose absorbidos por las mejoras en los navegadores. Y es precisamente este cambio —tan denostado por los puristas en sus principios—lo que ha motivado el actual estallido de Internet, llevando su uso a millones de personas del mundo entero. ¿Por qué es importante que nos hagamos una idea de los antecedentes? Porque así comprenderemos mejor lo que en realidad nos ofrece Internet. La verdad primaria se pierde en el caos de páginas web. En la práctica, lo que Internet nos pone al alcance del ratón es muy sencillo. Primero, el acceso remoto a una enorme cantidad de ordenadores. Muchísimos de ellos no tienen más que basurillas en las tripas, pero otros muchísimos —bibliotecas, universidades, organizaciones científicas, etc.— llevan dentro toda la información de planeta. Segundo, la posibilidad de encontrar cualquier archivo que estemos buscando (más o menos: tampoco hay que pasarse de optimismo). Tercero, la conexión rápida, barata y, en muchos casos, divertida (mediante el correo electrónico o las chaterías), con millones de personas que comparten nuestros intereses y pueden orientarnos en nuestras pesquisas. Cuarto, una serie de métodos de
búsqueda cada vez más refinados (aunque quizá, ay, también más sesgados por el proveedor de información). Todo esto existió desde el principio. Sólo que ahora es mucho más fácil para el personal analfabytico . No se asusten ustedes. Me gustaría no recibir nunca más un mensaje de náufrago en el Libro de Firmas de mi página. No se sientan perdidos, señoras y señores.
[[[LA WEB DE LA SEMANA]]] Con la vanísima esperanza de que no sigan ustedes abrumándome en su muy comprensible ansia de comunicar a Arturo Pérez-Reverte cuánto lo aman (yo también, que conste), les propongo que utilicen al capitán Alatriste como intermediario. A que mola. [[[http://pagina.de/alatriste]]]
[[[DIRECCIONES]]] Vicente Duque: Enciclopedia Fantasía: http://www.epm.net.co/coloria/index.htm Cuentos y leyendas americanas: http://www.geocities.com/Athens/Forum/6413/leyendas/leyendas.html Náhuatl, la lengua de los aztecas: http://www.tlahui.com/ Leyendas chilenas: http://www.geocities.com/Athens/Oracle/3224/varias/leyendas.htm ¿Dragones? http://members.xoom.com/yakshaz/dragones.htm Leyendas de los orígenes del mundo: http://www.ciudadfutura.com/america/lmaiz.htm Aragón: Leyendas y seres fantásticos: http://www.encomix.es/~chema/leyendas/leyendas.htm Leyendas de Internet: http://emn.derecho.uma.es/grumetes/leyenda.htm
114. FUENTES Y LIMPIEZA Unas cuentas respuestas, alguna que otra recomendación. De vez en cuando hay que pararse y mirar en torno, a ver qué piden ustedes. 1. Cómo manejarse con las fuentes. En Windows 3.11 había que andar con muy buen palpo y no cargar demasiadas fuentes en el sistema: la instalación devoraba memoria, y por aquel entonces 8 megas RAM eran todavía casi un lujo. Hoy apenas se venden ordenadores con menos de 64, y la cuestión no calza tanta importancia (porque, además, Windows 9x gestiona mejor los recursos). De modo que si es usted de quienes siguen utilizando el 3.11, ya lo sabe: reduzca a 30 o 40 el número de fuentes instaladas. (Si utiliza Mac o Linux, olvídese de la cuestión.) En Windows 9x se puede tener montadas decenas de fuentes sin que el rendimiento del sistema se resienta gran cosa. De hecho, una de las últimas modas consiste en colarle a usted fuentes de matute: lo hacen muchos programas, para sus propios fines más o menos confesables. Repase su lista (panel de control fuentes) y verá en ella modelitos cuya existencia no conocía. Por otra parte, nada le impide a usted ponerse ciego a letrujas gratis en Internet (mire en «Direcciones»). Las hay preciosísimas, y los hay maniáticos coleccionándolas (yo, por ejemplo, sin ir más lejos). Pero tengan en cuenta un par de consejillos:
— No se pasen instalando, que luego resulta muy complicado desinstalar (no por la mecánica en sí, sino porque pueden ustedes eliminar una fuente que algún programa necesite para su estético funcionamiento; me ha ocurrido). — Fíjense en lo que instalan: muchas fuentes carecen de tildes, eñes y signos de puntuación propios del castellano. Sólo les valdrán a ustedes para hacer cartelitos. — Tengan en cuenta que en la práctica cotidiana apenas si van a utilizar ustedes otra cosa que la Times New Roman y la Arial (muy completas ambas). De todas maneras, si son ustedes como un servidor y les encanta organizar festejos tipográficos, sírvanse a mansalva. Y háganse con tres o cuatro programas indispensables: Font Page (gratis), Font Lister (5 dolarcetes), Font Selector (gratis) y Font List (gratis). Los dos primeros les permiten imprimir una muestra textual de cada fuente —incluso las que guarden ustedes en una carpeta de reserva, sin instalar, en el caso de Font Lister—, para hacerse cabal idea de sus posibilidades (utilicen un texto de prueba donde haya tildes y eñes, sugiero, para mayor eficacia). Font Selector es una cosita gratuita que enseña la lista de todas las fuentes instaladas, sin más. Y Font List enumera todas las fuentes utilizadas en un documento (lo cual les puede resultar indispensable si se meten ustedes en los mismos berenjenales que yo). [[[PÁGINA IMPAR]]] Lo que se puede borrar del disco duro. Peliaguda cuestión. Hay varios tipos de archivos que pueden eliminarse sin problemas: los de respaldo (*.bak), aunque tal vez su programa originario vuelva a instalarlos según los borra usted); los *.chk (que proceden de la acción de ScanDisk cuando descubre fallos en el disco duro); los *.fts, los *.gid, los *.old y los *.tmp. Los archivos FTS (Full Text-Search) son resultado de los programas de ayuda, que los generan para localizar con más presteza la información que usted solicite. A veces alcanzan los 2MB, y pueden borrarse sin problemas, porque, de todas formas, «Ayuda» los crea ex novo en cada ocasión. Los *.gid (Global Index File) contienen referencias para los archivos de ayuda. También pueden borrarse sin daño. No suelen ser de pesado volumen, pero crecen como hongos en el disco duro. Los *.old, como su propio nombre indica, son copias de versiones o datos antiguos sustituidos por una nueva instalación. Bórrelos usted con sentido común: no los elimine en programas o utilidades recién instaladas, que pueden salirle rana y obligarle a regresar a lo anterior.
Y los *.tmp… Son una pesadilla, para qué vamos a engañarnos. Windows e Internet Explorer los desparraman como pedregullo, pero lo mismo hacen otros programas, tanto en el proceso de instalación como en el trabajo normal. Luego se borran solos o no se borran, según les dé. Llegan a ocupar enormes porciones del disco duro, a nada que nos descuidemos. Consejo: bórrelos con saña, pero deje los que lleven fecha del día (quizá los necesite el sistema en el momento actual). Como norma general, no toque usted los archivos *.dll, a pesar de que ellos son la madre del abarrote, porque los programas los van amontonando en c:\windows o c:\windows\system sin la menor consideración. Sólo un súper experto debe atreverse con estas bibliotecas de sistema. Háganme caso. Y utilicen, con todas las megas de buen juicio que tengan ustedes instaladas en la cabeza, algún programa limpiador. Por ejemplo, el More Space, un multiescoba utilísimo. [[[DIRECCIONES]]] En estas páginas pueden conseguirse los programas que mencionamos en el artículo de hoy: Sopa de Letras: http://www.cardhu.com/sopadeletras/ Fonts & Things: http://www.fontsnthings.com/ Freeware32: http://www.freeware32.com/ Freeware.com: http://www.freewarehome.com/ FontPage: http://www.freewarehome.com/utilities/fonttools.html Font Lister: http://home1.inet.tele.dk Font Selector: http://www.theill.com More Space (20$): http://www.contactplus.com [[[WEB DE LA SEMANA]]] A fuego lento. Una página flamígera, con todo, realmente TODO lo que usted siempre quiso saber del arte culinario y nunca se molestó en preguntar, porque luego hay que fregar los cacharros. Noticias, recetas, cócteles, colaboradores punteros, foro, chat… La visita resulta entretenidísima, aunque nada recomendable para los pobres desgraciados, como yo, a quienes el medico (la médica, en mi caso) acaba de poner a régimen de 1.000 calorías. ¡Ay! www.afuegolento.com
115. HOSTALES No me apetecía mucho escribir este artículo que voy a escribir, porque acarrea compromisos y abre camino a dificultades imprevisibles en el trato con ustedes (a quienes tanto quiero, ya saben; pero no me frían a preguntas, por favor: no puedo escribir un artículo a la medida para cada uno). No obstante, qué remedio: me lo están pidiendo a emiliazo limpio desde hace semanas. Vamos a ver unos cuantos hostales donde alojar sus páginas sin pagar un ‘guiri’ (léase euro). Las direcciones van más adelante, en el recuadro correspondiente. Crosswinds. Ofrece una voluminosa ventaja: no hay limitación de espacio; pueden ustedes llenarlo de archivos enormes y no se quejará nunca. Padece una desventaja para monoglotas: las explicaciones están en inglés, y no les recomiendo que las traduzcan por medio de algún programa de esos automáticos, porque no van a entender ni papa: tampoco se captan bien en el original; hay que leerlas una y otra vez. Eso sí: el FTP funciona eficazmente. Y, atención, los visitantes no están obligados a tragarse ninguna publicidad. Regala e-mail redireccionable, también. Con la mencionada reserva (disuasoria, para muchos de ustedes, qué le vamos a hacer), es una buena oferta para quienes se montan paginones tremendos. DigiWeb: Muy profesional, pero tiene límite de carga (10 Mb), con chatería y búsqueda gratuita, claro. El FTP es correcto. Todo en inglés. Fiberia: Espacio limitado a 11 Mb. Dirección electrónica gratuita. A pesar del nombre, que despista por lo de «iberia», todo viene en inglés. El FTP no deslumbra por su maravillosa facilidad, pero funciona. FortuneCity: Uno de los hostales más utilizados por los interneteros del mundo. Tiene límite de carga, pero alcanza los 20Mb (capacidad más que suficiente, salvo para páginas muy-muy-muy grandes). Correo gratuito. Los visitantes han de tragarse alguna que otra pancarta o ‘banner’ de publicidad. Hay barrios que elegir para instalar la página. El FTP marcha muy bien. Versión en varios idiomas, entre ellos el castellano. FreeServers: Una posibilidad interesante, porque, sobre 20Mb de espacio gratuito, ofrece también dirección corta (del tipo pepe.8m.com) y cuenta de correo redireccionable (con mucha libertad en la elección de nombre, además). También libros de firmas, contadores, etc., junto con una gestión de página bastante simple. Útil servicio gratuito de mudanza, si ya tenía usted su web alojada en un hostal diferente. En inglés. Geocities: Quizá el hostal más famoso de la Red. Da 11Mb de espacio gratuito y un enjambre de servicios suplementarios. Todo fácil, incluido un FTP propio muy sobrio y profesional. Ni que decir tiene: cuenta de correo,
contadores, libro de firmas… Hay miles de habitaciones y nunca resulta difícil encontrar alguna libre en el ‘barrio’ que usted seleccione… Desventaja: los visitantes se ven sometidos a un banner publicitario impepinable y… La mayor parte de las veces se mueve con agilidad de campeón del mundo de michelín libre: lentorro, lentorro. En inglés. Graffiti: Alojamiento en versión beta, 20Mb gratuitos. Tiene chatería, listas de correo, grupos de noticias. No está acabado de desarrollar, pero puede usted probarlo sin problema. En inglés. Personales: Sé que existe (porque tengo entre mis marcapáginas varias direcciones con esta denominación), pero no logro entrar. Es en castellano. Quizá tengan ustedes más suerte. TonyNet: Otra posibilidad no muy conocida y bastante interesante. Espacio ilimitado, con grupos de noticias y correo redireccionable. Funciona muy bien, sin ahogos. No controla los contenidos, en principio. En inglés. Tripod (España): Es parte del grupo Lycos, y tiene su base en Alemania, aunque venga en castellano (pintoresco, en algún caso). Llega hasta 12Mb de espacio gratuito y propone, como servicios suplementarios, los normales en un portal (recuerden que hablamos de los portales en un artículo reciente). Virtual Avenue: Nada de particular, aunque se proclaman el hostal de más rápido crecimiento de la Red. Con sus 20Mb de espacio gratuito, su buen FTP y su correo redireccionable, no es tampoco una mala opción. En inglés. Xoom: Popularísimo. Espacio ilimitado. Contador, chaterías, dibujitos gratis, servicio de fax, correo en página, software, MP3, clásicos del cine… Yo qué sé: de todo. Muy completito. Encaja publicidad a los visitantes y, cómo no, está en inglés. CiudadFutura: Lo dejo para el final por su peculiaridad. Es un portal con mucho afán de servicios y grandes ambiciones (miembro del grupo Planet, ahora). No pone límite de espacio. Pero, ¡ay!, vigila los contenidos atentamente y, además, no admite páginas personales cuyo contenido sea la información sobre uno mismo. O sea: puede no servirnos de nada a los egocéntricos. Una sugerencia final: si usted ya tiene alojada su página en un hostal con limitación de espacio, un nuevo sitio puede servirle, entre otras cosas, de almacén suplementario, haciendo, por ejemplo, que las imágenes de su web se carguen desde el alojamiento secundario. Suerte. [[[DIRECCIONES]]] Hostales gratuitos:
Crosswinds: www.crosswinds.net Digiweb: www.digiweb.com Ciudad futura: www.ciudadfutura.com Fiberia: www.fiberia.com Fortunecity: www.fortunecity.com Freeservers: www.freeservers.com Geocities: www.geocities.com Graffiti: www.graffiti.net Personales: www.personales.com TonyNet: www.tony-net.net Tripod España: www.es.tripod.de Virtual Avenue: www.virtualave.net Xoom: www.xoom.com [[[WEB DE LA SEMANA]]] Photoespaña Entre el 16 de junio y el 18 de julio estará abierta en Madrid una red de 91 exposiciones simultáneas, componiendo un conjunto único de oportunidades para ponerse al día en cuanto al arte fotográfico español. La página web, de diseño bastante sobrio, ofrece todos los datos del evento, pero, además, una opción que puede interesarle a usted: la de publicar sus propias fotografías en PhotoPorfolio. http://photoes.teleline.es/index99.html
116. UNA DE MITOS Hace ni se sabe el tiempo que llevo sintiendo el impulso de escribir sobre este asunto de los mitos, pero siempre me contiene algo parecido a la vergüenza ajena. No debería hacer falta que nadie escribiera sobre la bulería de Internet. Todo deberíamos sabernos de memoria el elenco de las bobadas. Pero resulta que recibo de cuatro a cinco mensajes diarios que las contienen, y, miren —la verdad—: supongo que ha llegado de nuevo el momento de contrarrestarlas un poco. Recuerdo que ya lo intenté, con un planteamiento más limitado, en otro artículo anterior («La ola de virus que NO nos invade»; puede encontrarse en mi página); pero, en vista del éxito, insisto. Vamos a ver cuánto nos cabe en el espacio de que disponemos. Virus que llega por e-mail y se nos mastica el disco duro, o nos inflige cualquiera otra gran desgracia. Ya lo hemos dicho aquí montones de veces: la teoría general nos dicta que en el texto de un emilio no puede
venir ningún virus, por razones técnicas que ahora nos dan lo mismo. No cabe descartar del todo las excepciones que maquine algún terrorista genial (que, a fin de cuentas, no será fácil que se dedique a meterse precisamente con nosotros), ni olvidar el riesgo de que alguien invente un nuevo virus o un caballo de Troya que venga en la dirección del mensaje (se ha producido una vez ya, y en principio no había defensa). Pero, por favor, tomen nota: GoodTimes, Penpal Greetings, Join the Crew, Budweiser, Blue Mountain, Win a Holiday, It Takes Guts to Say Jesus, etc., NO EXISTEN o sólo contienen cartelitos inofensivos. Cuentan entre los bulos más antiguos de Internet; para lo único que sin duda alguna sirven es para llenarnos el correo de avisos inútiles. Eso sí: no abran ustedes nunca ningún archivo adjunto cuyo origen no conozcan bien o no provenga de una compañía de respeto. (Repito: se puede abrir el mensaje, sin peligro; no se debe abrir el archivo adjunto, y éste no se activa por sí mismo.) El máximo riesgo está, desde luego, en los archivos ejecutables (*.exe, *.com, *.scr) y en los documentos de Word (*.doc), que pueden traer virus de macro. El mínimo riesgo —prácticamente nulo— está en los archivos de imagen (*.jpg., *.gif, *.tif, etc.). Otros virus, también llamados «gusanos», que sí existen (ayer mismo recibí yo el Happy99 de un lector) son los que tienen la vocación de reproducirse mediante el envío subrepticio de copias de sí mismo a toda persona a quien enviemos un mensaje. Así, por ejemplo, este Happy99, que llega como archivo adjunto y, si lo abrimos, primero nos presenta en pantalla un breve espectáculo de fuegos artificiales, y luego crea los archivos ska.exe y ska.dll en nuestro ordenador, alterando además el wsock32.dll (puerta de acceso a Internet). A partir de este momento, cada vez que enviemos un emilio, el «gusano» generará otro, para el mismo destinatario, pero con adjunto. No se trata de un bicho dañino, pero crea problemas de basura en Internet y es una molestia tonta. La solución más fácil consiste en sustituir el nuevo archivo wsock.dll con el que el propio virus ha creado en backup (y que se llama wsock32.ska), eliminando además ska.exe y ska.dll. Por cierto: si se encuentran ustedes con la mala sorpresa de tener este virus acechando en su sistema, no se limiten a borrarlo: busquen el archivo liste.ska, creado por el propio virus, ábranlo con un editor de texto y verán que contiene una relación de todas las personas a quienes usted ha enviado el mensaje doble sin querer. No estaría de más pasarles aviso. (En esta dirección encontrarán lo que quieran sobre el Happy99: http://pibil.finred.com.mx/soporte/happy99.htm.) Niños que se están muriendo y desean con enorme ansia que el mundo entero les envíe postales de colores. Qué le vamos a hacer: son bulos muy tiernos y muy bondadosos, pero son todos más o menos inventados; o,
como ocurrió en el caso de Craig Shergold, un chaval inglés de 7 años con tumor cerebral, llevan años en la Red y andan retrasadísimos. Craig cumplirá 19 primaveras a finales de junio, está sano y salvo, logró su objetivo de figurar en el Libro Guinness de los Récords con 33 millones de tarjetas postales recibidas (¿dónde las tendrá guardadas?)… y siguen llegándole kilos de ellas todos los días. En su estafeta de correos están desesperados, aunque los envíos van directamente a una planta de reciclaje de papel. Absténganse. Cadenas de la suerte. Ya existían en los tiempos del correo con sello, y se han multiplicado por ni se sabe cuánto en Internet. Qué voy a decirles. Sólo que, por favor, no me las manden: no las leo, no las continúo, me hacen perder el tiempo. Póngase ciego a pasta. Ni caso. Por favor, ¿cómo puede alguien creer que un señorito o señorita generosísimo le va a ofrecer la posibilidad de hacerse rico a base de pirámides de envíos o de negocios churriguerescos? Las pirámides, además, ni siquiera funcionan en teoría, y se sustentan en nuestro desconocimiento de cómo marchan verdaderamente las progresiones geométricas. No piquen, ni sueñen por un segundo que me van a hacer picar a mí, claro. En fin: en la lista de direcciones encontrarán ustedes páginas donde asesorarse con más detalles sobre el temible y pesadísimo asunto de los mitos de Internet. No he tocado el tema de las conspiraciones, por ejemplo: la única indiscutiblemente verdadera es la conspiración para inventar conspiraciones. Uno de los grandes éxitos de la Red. [[[DIRECCIONES]]] Sobre virus y otras amenazas: http://www.kumite.com/myths/home.htm (en inglés). http://www.geocities.com/ResearchTriangle/5067/lr25.htm http://www.symantec.com/avcenter/hoax.html (en inglés: lista de virus falsos). http://www.rediris.es/si/web-es/faq/1.html http://www.xtec.es/~vfeliu/falvir.htm http://urbanlegends.miningco.com/library/blhoax.htm (en inglés; muy completa información). http://www.geocities.com/WallStreet/Floor/3524/virus.html [[[LA WEB DE LA SEMANA]]] TURISMO RURAL Es una modo de pasar las vacaciones que cada vez está mejor organizado y ofrece más alicientes (aunque, lo confieso, ninguno baste para
convencerme a mí, que soy, desde hace demasiados años, un individuo de ascensor y moqueta). La página contiene muy completa información sobre este tipo de alojamientos en España. Atención, sobre todo, al enlace «Otros alojamientos», a partir del cual se puede conseguir prácticamente cualquier dato. Pásenlo bien con la hierba y las hormigas. ☺ http://www.antiquanatura.com/turismorural/turismorural.htm
117. ADIVINA, ADIVINANZA «Soy lector asiduo de sus artículos de El Semanal y quería hacerle las siguientes sugerencias para los próximos, de temas muy actuales y sobre los que hay una gran confusión en los internautas y además aunque leamos cantidad de revistas especializadas siempre quedan dudas o sin aclarar del todo», me escribe un amigo de estas páginas. Y a continuación me pide que diserte sobre las nuevas tecnologías de transmisión para Internet, el ADSL, la RDSI, y las empresas por cable que ofrecen televisión, Internet (su coste, su conveniencia para usuarios domésticos); Jazztel, Retevisión, los accesos gratuitos (con todos los detalles de capacidad de alojamientos, correo, técnicos, etc.) y los bonos de Telefónica. Uno agradece muchísimo estas cartas, de verdad, porque indican una enorme confianza en las posibilidades de este escribiente. Ya comprenden ustedes, sin embargo, que haría falta un número monográfico de El Semanal para cubrir todos estos temas, y que en gran parte del asunto tampoco nos sobraría la consabida bola de cristal donde leer el futuro y el presente. No obstante, tampoco nos vendrá mal un vistazo de la situación, sin entrar en detalles que no nos caben aquí y que, desde luego, tienen su sitio en las revistas especializadas. (De todas formas, en mis artículos anteriores, que —ya saben— están en mi página, encontrarán más datos sobre casi todos estos asuntos.) ¿De qué estamos hablando, en realidad? Estamos hablando del principal problema de Internet, de su rémora más fenomenal, de la limitación que a todos nos pone de pésimo talante: la lentitud y dificultad de las conexiones (no menciono su prohibitiva carestía: el tiempo y la presión social sabrán abaratarlas). Cuando nació este invento, para uso académico primero y militar después, de lo que se trataba era de situar en contacto una serie no muy grande de servidores, de modo que éstos pudieran intercambiar sus datos y ponerse a disposición de los demás. Como el sistema más fácil de conectar estos servidores era la línea telefónica, por ella se encaminaron los primeros enlaces de Internet. Nadie —repito, nadie— podía en aquellos primitivos tiempos prever lo que
sucedería: primero, que a finales de siglo la Red iba a estar integrada por millones de servidores y muchimillones de usuarios; segundo, que los sencillos usos y gustos iniciales iban a irse complicando de manera demencial, para incluir la transmisión de imágenes quietas y en movimiento, sonidos, frames, javas, códigos cada vez más refinados… y añadan ustedes lo que les parezca, que siempre se quedarán cortos. A la larga (que en este caso nunca es muy larga), lo que esperamos de Internet es que se convierta en una especie de sistema de televisión donde cada usuario emite y recibe al mismo tiempo, ofreciendo, además, toda la gama pensable de interactividades a velocidad total. Los creadores rebosan ideas para el futuro más extraordinario que jamás concibió la humanidad. Pero… La mayor parte de esas ideas no pueden llevarse a la práctica porque los sistemas de comunicación no alcanzan la suficiente velocidad, ni se acercan siquiera al cubicaje suficiente en la transmisión de datos. Estamos, pues, buscando soluciones. Hay quien pretende ampliar y acelerar al máximo la capacidad de las líneas telefónicas. Muchos piensan que las mejores posibilidades están en la utilización de satélites. Otras juran que el cable es imbatible. No falta, incluso, quien está en el convencimiento de que el tendido eléctrico puede aviarnos perfectamente. Estamos entrando en un periodo (¿cuánto durará?) de competencia entre todas estas maravillas. Seguramente, vendrá un tiempo en que una se imponga o, por lo menos, en que las diferencias de prestaciones y precios entre unas y otras resulten tan claras, que cada usuario pueda elegir sin vacilación la que más le convenga. Si necesito un terabite de datos por segundo, acudo al sistema XXX, sabiendo que me va a costar ZZZ, y a quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Ni sueñen ustedes con nada parecido, en este momento. Ahora mismo no hay quien se aclare. ¿Le tienta hacerle caso a Telefónica e instalarse una línea RDSI? Está bien, pero ¿de qué le va a servir a cuando la propia Telefónica le confirme que la tarifa plana más barata sólo podrá conseguirse por ADSL? ¿Le ofrecen ya el acceso por cable? Pues quizá tenga que arrepentirse cuando se afirmen los satélites. O al revés. ¿Duda a la hora de mercarse un módem? Humanísima duda, vive Dios: igual tiene usted que tirar el aparato a la basura dentro de seis meses, o pintarlo de verde y colocarlo de adorno en una estantería de su casa. Decidamos lo que decidamos en este momento, lo más seguro será que metamos la pata. Sólo puedo ofrecerles un par de cogitaciones de consuelo. Una: es muy difícil que el sistema que usted elija, sea cual sea, no siga mejorando, dentro de un plazo razonable. Dos: los errores de elección que cometamos siempre podrán subsanarse sin machacar en ello grandes fortunas («pues hale, rabia, rabiña: me cambio al satélite»). Tercero: más van a sufrir las
grandes compañías que se equivoquen, porque perderán billones. O sea: serenidad. Y tomen su decisión tranquilamente, leyendo con verdadero cuidado las ofertas de cada cual. No crean en los Chollos Magos (sí en los actuales accesos gratuitos: no son lo mejor del mundo, pero funcionan). No se metan en complicaciones por aspirar a un óptimo que hoy en día no existe. Suerte. [[[PÁGINA DE LA SEMANA]]] TITULARES Una página estupenda para quienes le hemos cogido el gusto a las noticias (y quién no le coge el gusto a las noticias, con la que está cayendo). Aquí se reúnen, ordenan, clasifican por criterios de búsqueda, etc., prácticamente todos los titulares diarios de 76 medios españoles. Un servicio impagable. http://titulares.com
[[[DIRECCIONES]]] ACCESO GRATUITO A INTERNET Canal 21 (Retevisión/Euskaltel): www.canal21.es Airtel: www.airtel.net Teleline: www.teleline.es En Canal 21 hay que apuntarse a un «club» para recibir un CD con el kit de conexión. Lo de Airtel tiene que hacerse por teléfono, llamando al 607100155. En Teleline se puede tramitar el acceso gratuito en línea, pero la conexión tarda 72 horas en confirmarse. Por ahora, dado el escaso tiempo transcurrido, no sabemos cómo funcionarán estos accesos. Espero sus comentarios.
118. DON LUIS MANUEL EL OSADO Esto de ser famoso entre los amigos por mi pericia en asuntos interneteros resulta pesadísimo de llevar, cuando no sencillamente cómico. Hoy en día, hasta los más rancios especímenes de mi entorno (mayormente literario, recuerden ustedes) andan con la curiosidad en erección, preguntándose en qué consistirá el Internet ese que tanto sale en los periódicos, y para qué puede servir. En su mayor parte, se trata de personas que no han aprendido del ordenador más que el primer nivel de utilización de los procesadores de textos. Y ellos son los que me preguntan, copa en mano, durante la presentación de cualquier libro: «Oye, y ¿qué tengo que hacer para montarme una página en Internet?». Si han venido siguiendo estos artículos, o si los siguen ahora, desde el principio, bajándoselos de mi «site», o si han aprendido por su cuenta (que es lo más probable, seamos humildes y modestos), muchos de ustedes ya saben más o menos lo que hay que hacer en casi todas las coyunturas de la procelosa y caótica Red. Pero, de vez en cuando, aún poseyendo un grado decente de cultur@, a todos se nos instalan inseguridades en el cibernético cor@zón. Así, por ejemplo, está mi amigo don Luis Manuel (escritor muy famoso), que quiere pasarse a Linux, porque Windows 98 se le ahorca a cada rato (como a casi todo hijo de vecino que se complique un poco la vida, ya saben ustedes). Hombre de tendencias independientes y poco inclinado a pedir ayuda, hace unas semanas se lanzó por su cuenta al intento, apelando al RedHat 6.0 que venía de regalo en una revista. La primera llamada a mi casa se produjo a los cinco minutos de haber empezado: «Oye: el cacharro éste me pregunta si tengo SCSI. ¿Qué es eso?». «Small Computer Systems Interface». «Ya. ¿Y?». «Es una interfaz para dispositivos de alta velocidad, como el disco duro. Los pecés no
suelen llevarla». Don LM comprende que la cuestión lo rebasa, y no sigue averiguando: «O sea: pongo que no.» «Pon que no». A las cinco minutos llega la segunda llamada: «Oye, que esto exige su propia partición del disco duro». «En efecto. En principio, Linux no puede instalarse en un disco formateado por DOS, y menos con la FAT32 del Windows 98». «No abuses de mí. Limítate a indicarme lo que tengo que hacer». «Seguir las instrucciones de instalación y crear una partición para Linux». «Ya, claro. Y ¿qué contesto a la pregunta que ahora mismo tengo en pantalla?». El sistema de instalación le solicitaba datos imprescindibles para crear una nueva partición del disco duro. (Por si ustedes no lo saben: un disco duro puede configurarse de modo que tenga varias parcelas, cada una de ellas, si se quiere, con sus propias características. Linux y Windows pueden convivir en el mismo ordenador, pero no en la misma parcela del disco duro.) Y comprendo que la cuestión le acalambre los pelos a todo el que no sea algo más que buen conocedor de los procedimientos: uno piensa que cualquier error en la manipulación del disco duro puede llevar a lo que más tememos en este mundo los usuarios de pecés, es decir a la aniquilación de nuestros preciosos archivos. Don LM, entre otras cosas, tiene en el disco duro varios programas importantes que le han instalado los amigos, pero cuyos discos legales no posee. Y al cabo de otros cinco minutos había optado por la única solución prudente en su caso: pasar de Linux. …Cuento esta docta anécdota para que todos ustedes se den por advertidos —y por contestados quienes me ametrallan a emiliazos pidiéndome que «ordene» a mis lectores el traslado a Linux, para hundir de una vez por todas a Bill Gates. (Microsoft ciega a quienes quiere perder, como los dioses antiguos.) Yo lo siento muchísimo, pero no puedo suponerles a todos ustedes, ni siquiera a una parte considerable de ustedes, los lectores de El Semanal (que son nada menos que cuatro millones, según la última oleada del Estudio General de Medios), los conocimientos suficientes. Una cosa es navegar muy sueltitos por Internet y saber qué clic del ratón hay que hacer en cada viraje, y otra engolfarse en piélagos que, por lo menos, requieren una buena asimilación de detalles misteriosos por la gran mayoría de nuevos usuarios (léase los que han empezado directamente con Windows, sin pasar por el DOS, ese dinosaurio que dominó nuestra prehistoria). Dicho de otro modo, linuxeros del mundo: seguid unidos, pero tened paciencia. Aún no habéis conseguido el sistema operativo ideal para las masas. [[[PÁGINA DE LA SEMANA]]]
EL MUSEO DEL LOUVRE Como no vamos a agarrar un billete de avión cada vez que nos mole visitar el museo del Louvre (y es apetencia que puede repetirse en la larga vida de cada cual, a nada que nos entren los afanes artísticos), esta magnífica página puede valer como sustitución del efecto real. O al menos como recordatorio de lo visto con estos ojitos que se ha de comer la tierra. Una obra de arte en sí. http://mistral.culture.fr/louvre/ [[[DIRECCIONES]]] Una página estupenda para aprender con gusto: http://emn.derecho.uma.es/grumetes/ Ethek & Friends - Pon tu Windows al 100%: http://www.ethek.com/ No me pregunten, que no sé nada de esto ☺: http://www.bofh.net/~koos/warez.html Envíe flores virtuales a su amor virtual (y virtuoso, por supuesto): http://www.virtualflorist.com/ Y para los listísimos: http://www.mensa.es/
119. AYUDAS IMPECABLES Windows 9x es un sistema operativo francamente hipócrita, más falso que Judas Iscariote: nos hace creer que sólo con instalarlo ya estamos al cabo de la calle, que no necesitamos nada más (aparte de Office, claro), y vive Dios que no es cierto. Afortunadamente, hay programadores abnegados que se dedican a suplirle las deficiencias al monstruo torpón, y hoy quiero sugerirles a ustedes un par de posibilidades. Más otro par cuya función no tapa deficiencias de Windows, pero también ayuda a vivir con mayor relajo y regodeo. Windows Commander. No me digan que los métodos de gestión de archivos de Windows 9x les tienen a ustedes satisfechos. A mí me encocoran, quizá porque desde los cada vez más remotos tiempos del DOS estaba acostumbrado al Comandante Norton. Dos paneles, uno a la derecha, otro a la izquierda, con todas las carpetas claramente a la vista. Clic: se abre la carpeta y aparece la lista de archivos. Copiar, trasladar, abrir nuevas carpetas, buscar archivos, cambiar nombres, lo que apetezcan los señores. Rápidamente, sin complicaciones tontas, sin iconos feísimos que se le caen
a uno del ratón en cuanto intenta moverlos… Pues bien: Windows Commander es una copia pura y dura del Comandante Norton, mejorada en algunos aspectos, y más barata. Es obra de un señor suizo llamado Christian Ghisler, y yo no sabría vivir sin él. Shareware / 32 dólares (unas 4.600 pta. bien gastadas). Cacheman. El cache de disco de Windows se come, con o sin patatas, casi toda la memoria física. Con lo cual hace obligatorio que el sistema se pase el día accediendo al disco duro (a eso que Microsoft llama, por mal nombre, «memoria virtual», y estaría mejor llamado «disco de intercambio»; es decir: la parte del disco duro que el SO se reserva para sus enjuagues, cuando ya no le puede sacar más jugo a la memoria RAM). Cacheman fija un mínimo y un máximo para el cache, con varias posibilidades distintas según el tipo de usuario que uno declare ser. ¡Y les aseguro que se nota la diferencia, al menos en mi máquina! Díganme qué tal. (Cacheman, obra de un benefactor de la Humanidad llamado Thomas Reimann, es gratis. Pero mándenle una postal, al hombre, que le hace ilusión.) Linkman. También de Thomas Reimann, este programa facilita considerablemente el manejo de los marcapáginas (auténtica hecatombe de malas ideas mal pergeñadas, tanto en Netscape como en iExplorer, pero sobre todo en este último). Carga, convierte, clasifica, organiza y guarda tanto los «marcapáginas» como los «favoritos». Acompañado de una base de datos con 2.500 direcciones. Y sí, claro, gratissss. Eso sí: hay que echarle paciencia para bajárselo, porque el FTP de origen no funciona ni a fuerza de patadas en la espinilla. Creo que yo tardé tres cuartos de horas, con una línea RDSI y por mediación del que, ahora, creo, es el mejor servidor de Internet disponible: CTV. Go!zilla. Es una de 7.223 (o más) maravillas de la Red. Si usted se baja aplicaciones con frecuencia, usted, señor, señora o señorita, necesita Go!zilla. No les digo que tenga la interfaz más intuitiva del mundo (ni la más bonita: ¡qué cosa tan fea les ha salido), pero funciona impecablemente, busca él solito las mejores FTP para descargar lo que queramos, lleva lista de todas sus actividades, permite variedad de caprichos, se integra con los buscadores, arranca cada vez que su presencia puede ayudarnos… Y además, además, además… ¡También es gratis! AcroSoft File Finder. ¿Recuerda usted haber escrito algo muy inteligente sobre un asunto fundamental, pero no encuentra usted el documento por las anchas sabanas de su disco duro? File Finder le localiza todos los archivos donde figure la palabra clave que usted le ponga. O sea: para encontrar lo que usted haya escrito sobre Brad Pitt o Cameron Díaz, pongamos por caso, lo único que tiene que hacer es escribir «macizo» o «maciza» en la casilla correspondiente y dejar que AcroSoft se pegue la
paliza de buscarlo. Muchísimo mejor que el buscador de Windows, muchísimo más claro y más eficaz que el buscador de Office (que yo, francamente, no logro entender del todo). [[[PÁGINA DE LA SEMANA]]] LA LEYENDA DE CAMELOT Ahora que el estreno de La amenaza fantasma volverá a poner de moda los clubes de guerreros no se sabe si más leales que indómitos, o al revés, revise usted la leyenda de la que parten todas las leyendas de héroes en bandada. La página se lo toma con un poco de pachorra, al cargarse, pero está muy bien diseñada y contiene toda la información concebible sobre el tema. Corramos un tupido velo sobre la redacción y la ortografía de los textos. http://www.domenech.net/ [[[DIRECCIONES]]] Aquí están las aplicaciones mencionadas en el artículo de hoy: Windows Commander: http://www.ghisler.com Cacheman: http://softseek.com/authors/REIMANN__T_index.html Go!zilla http://www.gozilla.com/user/ Acrosoft File Finder: http://www.qualityimage.com/everything3/12436.html Linkman (paciencia): http://members.xoom.com/ultimatum/lman2.zip
120. OFICIO DE OFFICE No es que la Gran Cosa del verano 1999 tenga mucho que ver con Internet, pero seguro que a todos ustedes, usuarios de ordenador, les ha interesado la noticia. Ha nacido otro Microsoft Office. Es decir una «suite» informática integrada por varios programas: un procesador de texto, una hoja de cálculo multiusos, un gestor de presentaciones, una base de datos y un cliente de mensajería que también es agenda personal y organizador de tareas. Llamándolos por sus santos o pecadores nombres, respectivamente: Word, Excel, PowerPoint, Access y Outlook (la variante más profesional
también incluye Publisher, Front Page y Photo Draw). Una cáfila de monstruos informáticos, grandes, tremendos, todopoderosos, sanguinarios, dispuestos a triturar cualquier competencia que se les ponga por delante. Dos puras sangres de Microsoft, nacidos con todas las características — genéticas, diría uno— de la compañía más prepotente de la tierra. Déjenme que les cuente en qué consiste la maravillosa invención, para que se hagan una idea antes de comprarla (muchos de ustedes acabarán comprándola, no lo duden, transidos y arrastrados por el irresistible encanto del márquetin universal). Y voy a concentrarme en Word, porque es lo que mejor conozco y más me interesa. La gran novedad de toda la «suite» está en el intento de que el conjunto de sus funciones se integre de modo transparente en Internet. ¿Qué quiere decir esto? Pues que ahora podemos componer una página en Word y guardarla como documento HTML (ya saben ustedes que el código HTML es el que se utiliza para componer páginas web). Me dirán ustedes, los más sabidos, que no hay en ello gran novedad, porque lo mismo podía hacerse en Office 97. Pongamos que ahora se hace mejor y, sobre todo —la gran diferencia— que ahora el comando «Enviar» actúa como si fuera parte del mismísimo cliente de correo: puede usted hacer llegar al destinatario una página HTML, con todos sus faralaes, directamente. En Office 97 sólo se podía adjuntar un documento en formato *.doc (con el consabido e irritante inconveniente de que sólo podían leerlo los usuarios de Word). No sé si ha quedado claro: usted compone su texto en Word y el programa, si así se le ordena, lo guarda como documento HTML, utilizable en Internet. En teoría, puede usted fabricarse su página web sin preocuparse de nada, sólo con Word. En la práctica… No sé qué les ocurre a los señores de Microsoft, pero no acaban de cogerle el tranquillo al asunto. La conversión a HTML introduce serias modificaciones en la composición que hemos hecho con Word. No se respetan las justificaciones, o no se respetan del todo. Nos encontramos con líneas en blanco donde no las habíamos puesto. Las variantes tipográficas (sobre todo las versalitas) pueden aparecer o no. Y luego, cuando subimos el documento al FTP de nuestro hostal de página, resulta que tampoco es aceptado tal cual, y hay que editarlo. O sea, cómo contarles a ustedes: es un paso adelante, pero a uno se les quedan unas cuantas migajas de frustración en la servilleta. En general, no obstante, sí reconozco que en el programa se han introducido muchas mejoras. La más espectacular y práctica es el incremento de potencia de la función «Cortar y pegar». Hasta Office 97 habíamos tenido que apañárnoslas con trocitos unitarios: cortaba usted un fragmento y lo pegaba donde quería; pero uno solo. Ahora podemos ir cortando o copiando una sucesión de fragmentos, que luego podemos pegar donde queramos. También es agradable la nueva posibilidad de imprimir
texto a tamaño reducido (por ejemplo: dos, tres, cuatro páginas en una sola hoja), cosa que antes sólo podíamos conseguir con la ayuda de ese estupendo programa llamado FinePrint (pero en FinePrint vemos el texto antes de imprimirlo, y Word no ofrece opción de previsualización: un fallo bobo). Más: Word 2000 trae diccionarios y thesaurus de 25 idiomas, y, para mayor goce, el corrector ortográfico identifica las palabras en todos ellos, sin necesidad de ningún ajuste. Esto es un ventajón para los pedantes como un servidor de ustedes, y lo agradezco una barbaridad. Ya iba siendo hora, caramba. Ocurre, también, que esta nueva versión parece mucho menos casquivana que las anteriores: no se cuelga, no nos deja tirados, no nos mantiene en estado de histeria, guardando el documento cada dos o tres minutos, por si perdemos algo. Hay, incluso, una función de reparación automática de archivos problemáticos, aunque no puedo garantizarles a ustedes su funcionamiento, porque hasta el momento no me ha ocurrido nada malo. En fin: no sé si estas mejoras son razón suficiente para actualizar el programa, porque el paso nos costará veintitantas mil pesetas, y lo mismo no están ustedes por la labor. Pero, dejando aparte las rencillas personales que todos tenemos con Microsoft (y el problema de siempre, en este tipo de aplicaciones: que nos dan mucho más de lo que necesitamos, que debería haber versiones recortadas, más baratas), sería muy injusto no reconocer que Word 2000 es una «suite» enormemente seria y bien trabajada, y que por el momento le da sopas con honda a la competencia. (Una nota entre paréntesis, destinada a que no se me enfaden lo linuxeros, que son susceptibles como pétalos de amapola: para Linux hay dos «suites» interesantísimas y la mar de baratas —gratis, vaya—: la Star Office y la Corel Word Perfect.) [[[PÁGINA DE LA SEMANA]]] Las Islas Galápagos Uno de los viajes más fascinantes que pueden cumplirse en el planeta tierra, sobre las huellas de Darwin… y uno de los más caros. No sé si ustedes serán ricos por casa, pero yo ya he renunciado a poder pagármelo algún día. Como sucedáneo, esta página es una maravilla de información e imágenes, con un planteamiento interactivo muy fácil de seguir, aunque esté en inglés. Debe usted tener instalado el plug-in de QuickTime para verla (pero es gratis, ya sabe). http://www.terraquest.com/galapagos/
[[[DIRECCIONES]]] Información sobre Office 2000 http://www.microsoft.com/spain Una impresionante galería virtual en 3D: http://thegoodhuegallery.com Callejero de 136 poblaciones españolas: http://www.paginas-amarillas.es Música personal (MdM / Desproducciones): http://www.geocities.com/SunsetStrip/Hotel/3077/ Rock Hispano: http://www.geocities.com/SunsetStrip/Hall/4901 Prohibida la reproducción total o parcial, en cualquier medio, de estos artículos, que son propiedad intelectual de su autor, Ramón Buenaventura. © Ramón Buenaventura, 1999
Ramón Buenaventura
Los artículos de El Semanal (del 121 en adelante)
© Ramón Buenaventura, 1999-2000. Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier formato.
121. ¡C HITÓN ! Cabe imaginar que ustedes y yo pertenecemos al género humano y que, por consiguiente, de vez en cuando nos vienen de perlas unas migajitas de intimidad. Me refiero a la intimidad informática, claro. Para la otra intimidad, sigan ustedes las muy precisas instrucciones de sus respectivos instintos. Sea porque compartimos ordenador con otras personas, sea porque enviamos por la Red mensajes que están destinados a una sola y ninguna otra debe leer, a veces necesitamos garantías de que sus datos y escritos no van a caer en miradas ajenas. Lo primero que deben saber —que deberían ustedes saber, de hecho, sin que yo se lo explique— es que su sistema operativo le permite crear distintos perfiles de usuario, cada uno con posibilidades de acceso distintas y, desde luego, con su correspondiente contraseña. No es un blindaje a prueba de cotillas profesionales, pero les vendrá muy bien para andar por casa. Encontrarán ustedes instrucciones en las ayudas de su sistema. (A este propósito también puede echar una mano un programa llamado Security Wizard, que está en la misma dirección que más abajo indico para los programas de criptografía.) En segundo lugar, recordemos que todo documento creado por medio de un procesador de texto puede criptografiarse sin dificultad. Tampoco es una muralla sin brechas para expertos, pero también nos bastará como medida de seguridad en familia, o incluso en la oficina (aunque en este último caso yo me andaría con muchísimo tiento). En Word, por ejemplo, deberá usted elegir Herramientas à Opciones à Guardar à Contraseña. Por otra parte, todo archivo, de cualquier tipo, puede criptografiarse con ayuda de algún programa especial. Los hay gratuitos, como Encrypt de Eskroto Software, Decrypto, Figa, Image Vault, JVDE E Backup, Norton Secret Stuff, Quick:CRYPT, Scodeur, Text-Code Translator, Xcript Light… Y todos ellos cumplen con su cometido con mayor o menor sencillez. Los programas que acabamos de enumerar están en http://www.freeware32.com Busquen en ‘Utility Tools’ à ‘Encryption Tools. Y, de paso, 2
no dejen de darse una vuelta por esta maravillosa página, que ya les he recomendado otras veces y desde la cual puede uno bajarse toda clase de utilidades y programas estupendos (muchos de ellos gratuitos: una gozada). Dentro de esta misma página, y en otros muchos lugares de la red (tropecientos, para ser exactos), encontrarán ustedes Pretty Good Privacy, que es el peso pesado de la criptografía informática, al menos en un nivel no especializado y al alcance de todos los usuarios. Básicamente, es un programa para utilizar con el correo electrónico. Debo confesar que me parece extremadamente complicado, tanto en su instalación como en su ejecución, pero tampoco puedo negar que es el método de criptografía que se supone más seguro y más utilizado por los interneteros del mundo. Debe de ser que yo nunca tengo tanto secreto que adjuntar a los emilios, y este programón me queda un poco ancho de sisa. Sea ello como sea, todos estos programas comparten el mismo problema: hay que poner una clave, esta clave debe enviarse al receptor del mensaje o archivo, y las claves tienden a olvidarse —como tiende a perderse el papelito donde uno las ha apuntado. Cuidado, pues. (iExplorer se aprende de memoria y anota en un rinconcillo de sus enormes, misteriosos e inquietantes archivadores los distintos nombres de usuario y contraseñas que vamos utilizando en nuestros accesos a diversos sitios que tal condición ponen. El método es muy cómodo y, en mi experiencia, funciona sin fallos apreciables. Los más paranoides suelen desactivarlo, no obstante, porque el hecho de que en sus ordenadores haya una lista con todos sus santos y señas abre una brecha de seguridad por la que podría colarse un hacker malvado —que antes se haya colado en el sistema, claro está; pero ninguno de nosotros está en condiciones de defenderse ante un hacker, ni santo ni malvado, nunca. Les ruego, por otra parte, que no hagan caso omiso de mi matización: los medios cada vez se empeñan más en identificar hacker con pirata informático. Y no. Un hacker es un súper experto algo selvático y libertario en sus costumbres, pero no un delincuente. Al contrario. Los hay simpatiquísimos.)
3
LA PÁGINA DE LA SEMANA LA PÁGINA DEL IDIOMA ESPAÑOL El periodista uruguayo Ricardo Soca, residente en Río de Janeiro, creó en 1996 la «PÁGINA DEL IDIOMA ESPAÑOL» que esta semana recomendamos. Es el suyo uno de esos raros trabajos ante los cuales sólo puede decirse «Enhorabuena, señor mío, y muchas gracias». Puede usted pasarse horas investigando los contenidos de este sitio, y créame que no despilfarrará un solo segundo. http://www.el-castellano.com/ DIRECCIONES Bueno, vamos a ver: es época de ligue, ¿no? Lamento que estas direcciones resulten totalmente inútiles —y hasta indeseables— para las personas emparejadas y fieles (haylas, haylas), pero el verano tiene sus exigencias. J EL CLUB DE LA AMISTAD: http://www.ciudadfutura.com/amistad/ CONTACTOS LIBERALES REALES http://www.arrakis.es/~paradox/ GRUPO VENUS (RELACIONES POR ASTROLOGÍA): http://personal.redestb.es/albert.paloma/comofun.htm NERE MAITEA, TAMBIÉN LLAMADO I LOVE YOU http://www.teamo.com/ LAS PÁGINAS DEL DR. LOVE http://www.areas.net/descanso/amor/ SECRET ADMIRER (EL TOQUE INQUIETANTE ) http://www.secretadmirer.com/index.htm
4
122. TODO ESTÁ EN EL LIBRO Recordarán ustedes, quizá, quienes usen la memoria para tales menesteres antiguos (J), que en tiempos hubo un programa televisivo de Fernando Sánchez Dragó titulado Todo está en los libros (la carátula llevaba canción de Luis Eduardo Aute con letra de Jesús Munárriz). Pronto habrá que decir «todo está en EL libro». Sobre los libros electrónicos les adelanté algo hace casi exactamente un año (en el artículo «E-Libro (¡eh libro!)», que pueden bajarse de mi página; es el 071 de la lista). Curiosamente, en todo este tiempo no se habían producido grandes novedades. ¿Por qué, siendo éste un producto tan pletórico de perspectivas? Por una mezcla de problemas que no resulta nada fácil resumir aquí, pero que voy a intentar transmitirles a ustedes, para que se hagan cargo de lo complicado que resulta —por nuevo, por desnudo de antecedentes— casi todo lo tocante a la Red. Los libros electrónicos son pequeños ordenadores del tamaño de un libro, y no mucho más pesados, que nos ofrecen la posibilidad de leer en sus pantallas de alta calidad los textos que seleccionemos. No sólo leer: marcar párrafos, hacer anotaciones, buscar temas concretos, imprimir determinados pasajes, etc. Teóricamente, con un solo libro electrónico se pueden poseer todos los libros, porque, como ustedes ya habrán imaginado, la maquinita se carga con lo que a cada uno le apetece, cuando le apetece. Y la carga bien podría hacerse desde la propia Red, por supuesto. Ja (carcajada sardónica). Ahí está la suegra del cordero, claro. El contenido. Para empezar, casi ningún libro firmado por autor que no lleve más de 60 o 70 años muerto está libre de derechos. Nadie puede publicar un texto mío (pongamos por modesto caso de autor vivo, gracias a la benevolencia de los dioses) sin mi permiso, que en realidad no será mi permiso, porque yo he vendido los derechos a otros entes llamados editoriales. No les hará falta pensar más de treinta segundos para comprender que la editorial no va a traspasar su copyrights, así, por las buenas, a los proveedores de contenidos para libros electrónicos. Dirán ustedes que, de todas maneras, quedan millones de títulos de dominio público que bien podrían suministrar sabrosa en5
jundia a los libros electrónicos. Es verdad. De una forma u otra, hoy en día podemos encontrar en Internet prácticamente todo lo publicado en lengua inglesa antes del siglo XX. Poco a poco, manos generosas van «colgando» también clásicos españoles y latinoamericanos. Pero. Otra serie de dificultades. Primera: los textos no se pasan solos a formato Internet (hay que teclearlos o escanearlos, y eso es carísimo). Segunda: conviven en el mercado varios modelos de libros electrónicos, cada uno con su respectiva especificación (no se puede leer en un SoftBook el contenido preparado para un RocketBook). ¿Qué les parece? La buena noticia, ahora, es que el Open eBook Authoring Group, creado en EE UU para solucionar estos problemas, e integrado por editores, pioneros del libro electrónico y compañías de hardware y software (entre ellas doña Microsoft, sin la cual, por el momento, no hay plan que vaya a ningún lado), acaba de conseguir un borrador de acuerdo para establecer un estándar a que se ajusten los libros electrónicos. Los textos se prepararán utilizando las especificaciones HTML y XML (las mismas que se aplican a las páginas web). Este «formato único», que, si no me equivoco, debe de ser la primera vez que se consigue tan pronto en la moderna tecnología (caracterizada por el caos inicial y prolongado en la oferta: piense usted en los principios del vídeo, en los propios ordenadores, en la telefonía móvil, en la zarabanda de los discos compactos), contribuirá poderosamente al desarrollo de los libros electrónicos. También facilitará el control de los derechos: tendremos que pagar, pero podremos disponer en formato electrónico de las últimas novedades del sector editorial. Habrá quien tome lo anterior por malísima noticia. Bueno. Yo también amo los libros, en todos sus avatares, de modo que comprendo el sentimiento de tragedia. Pero no creo que el mercado se transforme tan rápidamente. Y, además, ya va siendo hora de que pongamos coto a nuestra destrucción de bosques. Lo ideal sería que las editoriales dejasen de vender papel y se atuvieran al contenido. Todo está en EL libro.
6
LA PÁGINA DE LA SEMANA INFOCINE Para que no digan ustedes que me dejo llevar por mi conocido favoritismo literario, les propongo esta semana un sitio de cine. INFOCINE es una revista dedicada al séptimo arte en todos sus aspectos. Sus creadores, Aitana Torres (contenidos), Sergio Millán (diseño) y Paulino Pardo (programación), la sostienen con cariño y entusiasmo, una combinación que siempre da excelentes resultados. http://www.infocine.com DIRECCIONES Todo sobre los libros electrónicos: NUVOMEDIA, INC.: http://www.nuvomedia.com/ SOFTBOOK: http://www.softbook.com/ GLASSBOOK: http://www.glassbook.com/ THE OPEN E BOOK INITIATIVE: http://www.openebook.org/release052599.htm EVERYBOOK: http://www.everybook.net/ LIBRIUS: http://www.librius.com/
7
123. PARANOIAS En mi libro de Derecho Civil I venía una cita de Goethe (sí, hombre: ese alemán bajito y cabezón, que «floreció» a finales del siglo XVIII, que dejaba tiesas de amor a las jovencitas y que escribió por lo menos una de las obras canónicas de la Literatura Universal, el Fausto). Era una frase sobrecogedora. Vaya usted a saber si no se la habría inventado el sañudo autor del no menos sañudo manual, un llamado Federico de Castro que desde su cátedra de la Complutense supo torturar la existencia de varias promociones de estudiantes de Derecho, allá por los años cincuenta/sesenta. La frase rezaba así: «Prefiero la muerte de un inocente a tener que soportar el desorden». Yo prefiero el desorden, la verdad; y que no maten a nadie, ni siquiera a los más culpables (aunque a don Federico le habría recetado con mucho placer, en su momento, veinte azotes de nalgas en plaza pública). Digo todo esto porque en Internet impera el desorden total, incluso en la comisión de delitos, y los desórdenes traen paranoias, y las paranoias hacen que entre en erección la Porra del Control, esa especie de pene justiciero que los poseedores de la verdad absoluta siempre están deseando enhestar. O sea, por favor, por caridad, no vayan ustedes a tomar por una especie de llamada a los Vigilantes de Internet lo que pongo a párrafo seguido. Yo me limito a informar. E insisto: prefiero el desorden. Primer aviso. Pueden ustedes recibir un mensaje parecido a éste: «¡Gracias por su pedido! En menos de 48 horas su tarjeta de crédito será cargada con la cantidad de 78 dólares USA. Esta cantidad aparecerá en el extracto mensual de su tarjeta bajo el nombre de PLSSL Software Inc. […] Para cualquier aclaración de este pedido, puede usted llamar al teléfono 0056914008 [u otro, claro]. Servicio gratuito para nuestros clientes». A usted, que no ha hecho ningún pedido a la compañía de marras, puede ocurrírsele llamar por teléfono para desatar el lío. No se le pase por la cabeza: le retendrán la conexión todo lo posible y al final pagará usted un pico importante, porque se trata de un número internacional. Y los estafadores se quedarán con una parte de lo facturado, como ocurre con las llamadas a los burdeles o a los adivinos telefónicos. Si la paranoia se le sube a usted mucho, 8
llame a su banco, pero NUNCA marque el número que le proponen. Segundo aviso (para empresarios). Según Panda Software, los expertos que ahora, con el canguelo en el cuerpo, en el último segundo, están convocando las empresas para enfrentarse al efecto 2000, disponen de pleno acceso a todos los intríngulis del sistema informático de sus clientes. Lo cual quiere decir que nada les impide manipular lo que les venga en gana. Ya se han detectado caso de desaprensivos que se trasladan a la propia cuenta importantes sumas de dinero. Etcétera. Hay una regla áurea del comportamiento humano: cuando se puede robar, alguien roba. Tercer aviso. Se está produciendo en las últimas semanas una verdadera estampida de troyanos. El troyano (por ejemplo, el ya célebre Back Orifice) es un virus que se instala en nuestro máquina, abriendo en nuestro sistema una puerta por la que puede colarse el agresor (para hacernos todas las perraditas que se le ocurran, claro). Hay un comando de DOS que nos permite sospechar la infección: NETSTAT. Abra usted una sesión de DOS y escriba tal orden. Obtendrá algo parecido a esto: Conexiones activas Proto Dirección Local Dirección remota Estado TCP c2i4u0:1505 209.209.207.44:80 Established
Tengo establecida una conexión TCP, mi dirección IP, en el puerto 1505, es c2…, y estoy conectado con 209…, en el puerto 80. Si tiene usted abierta una conexión que no controla (por ejemplo: que está en marcha antes de que usted haya conectado con nadie, al principio de la sesión en Internet), bueno será que se ponga al habla, lo antes posible, con el fabricante de su anti virus. Recomendación que nos lleva a otra, cada vez más evidente: tal como están las cosas, el mejor anti virus que hoy en día podemos recomendar a los residentes en España es Panda Software, que atiende consultas por teléfono, y con notable amabilidad. Los restantes anti virus serán muy buenos (lo son, varios de ellos), pero pregúnteles usted algo, anden. Y Panda es excelente, además.
9
LA PÁGINA DE LA SEMANA GRAN HOTEL MARISCAL La página de Javier Mariscal, el grande y peculiar dibujante español. Muy bien hecha y muy entretenida. Como ustedes quizá sepan ya, Mariscal ha diseñado la «mascota» de la Exposición Universal del 2000, que se celebra en Hannover: un personaje que se llama Twipsy y que viene a ser una especie de mensaka electrónico. En septiembre, si el tiempo no lo impide, la cadena estatal alemana ZDF estrena la serie de dibujos animados. http://www.mariscal.com DIRECCIONES DISTRIBUCIÓN FREAK CINEMATOGRAFÍA: http://www.ctv.es/USERS/freak/home.htm PARA MATAR PANTALLITAS PUBLICITARIAS: http://software.xfx.net/ UN NAVEGADOR OPCIONAL MUY INTERESANTE: http://www.neoplanet.com/_lycosmail1/ ÚNICA WEB EN CASTELLANO SOBRE STARWARS: http://loresdelsith.unicyber.org/ INFORMACIÓN SOBRE SHAREWARE, MUY BUENA: http://www.shareware.intercom.es BUSCADOR DE HOTELES: http://www.interhotel.com
10
124. P.P.P. P.P.P.: Profundos Pensamientos Paralelos. Y no se rían, porque uno de ustedes, queridísimos lectores, me acaba de dinamitar la moral en un larguísimo insulto electrónico: «Señor Buenaventura: Usted no piensa. Usted es un esvirro [sic] de las grandes compañías. ¡Viva Linux!». Vueno, hombre, vueno. Tendré que hacer un hesfuerzo y liverarme. La libertad. Anchuroso tema. Me lo retoca en su carta semanal el irlandés Gerry McGovern, uno de mis gurus interneteros favoritos. Es verdad lo que dice: aquí, en la Red, presumimos mucho de ácratas, como si habitáramos el último reducto de la libertad; pero ¿no es más cierto que Internet existe por decisión sostenida de una serie de agencias y organizaciones —norteamericanas en principio— académicas en muchos casos, sí, pero también militares? ¿No es más cierto que si los gobiernos retiraran la infraestructura que nos están suministrando dejaría de existir nuestro querido invento? O sea: menos lobos. Nos hallamos ante un caso de delicado equilibrio. Nuestro ideal, sin duda alguna, está en que los censores oficiales nos dejen en paz, con nuestro maldito bendito caos, pero tengamos en cuenta que el tinglado se sostiene, en su mayor parte, gracias a los impuestos de los ciudadanos de EE UU. ¿No nos complace que así sea? Pues no. A mí, desde luego, no me gusta nada, pero menos me gustaría pagar por Internet lo que verdaderamente cuesta. No sé si me explico bien (no estoy acostumbrado a pensar, ya saben): vivimos en una sociedad donde hemos perdido la costumbre de pagar por los bienes y servicios lo que de hecho cuestan. Si usted tuviera que abonar por esta revista que tiene ahora en las manos el precio que resultaría de dividir sus costes fijos y variables por el número de ejemplares impresos, más el beneficio del empresario (lo normal, en otros tiempos), créame que no podría ni soñar en comprársela. Claro está que este sistema de ‘subvenciones’ (procedentes, unas, de las instituciones públicas, y otras —la mayoría— de las empresas privadas, léase publicidad), pone antipáticos cotos a nuestras ansias de libertad. Casi nunca lo decimos, porque ni eso conviene, pero lo cierto es, por ejemplo, que los medios de difu11
sión viven de los anunciantes, sobre todo de los grandes anunciantes, y que éstos han de cometer gruesas tropelías para que alguien se atreva a denunciarlos. Aunque, no seamos simplistas, también podríamos hablar de ‘delicado equilibrio’. Gracias, en gran medida, a los anunciantes, los medios de difusión disfrutan hoy de un poder de impacto en la opinión que llega a liberarlos de la teórica sumisión. El mayor anunciante del mundo (fíjense que ni lo nombro) acaba de pasar por un trance apuradísimo que los periodistas han aireado sin remilgos… Por otra parte, seamos realistas: si hoy gozamos y padecemos tanta acracia en Internet, es porque los regidores oficiales aún no disponen de los medios técnicos necesarios para suprimírnosla. Lo harán, en cuanto puedan. No obstante, también es posible que Internet adquiera tal peso social, tal relevancia política, que se vuelva intocable. No abandonemos la esperanza. Hackers. También me escribe un hacker, con cierto cariño. Le he agradecido mucho la carta. En su gran mayoría, estos «temibles piratas» llevan dentro un anarquista un poco ingenuo, en situación de perpetuo entusiasmo (cabreado, eso sí; santamente cabreado, como Ignacio de Loyola). Los envidio. Yo no puedo apuntarme a sus cruzadas, por falta de fe, pero tampoco las combatiría nunca. No creo, por ejemplo, que ningún sistema operativo logre romper la hegemonía de Microsoft en el terreno de la informática. Si, para batir a Linux, Bill Gates tiene que regalar su Windows, lo hará. Lo ha hecho con Internet Explorer, para que Netscape mordiera el polvo, y no por ello sus gigantescos beneficios han dejado de crecer como hongos enloquecidos. Linux acabará siendo una opción más, con sus ventajas e inconvenientes, pero tan comercial y tan sometida a las reglas del mercado como su mortal enemigo. Y ganará el mejor, pero no necesariamente el mejor en puros términos técnicos, sino el mejor en el conjunto de la operación. Donde pesan, más que ninguna otra cosa, las fuerzas comerciales. Ya lo veremos.
12
LA PÁGINA DE LA SEMANA ASTÉRIX La página oficial del mínimo guerrero galo, uno de los mejores relaciones públicas franceses de los últimos tiempos. En «Parc Astérix» hay juegos más o menos entretenidos. Si está usted preparando una tesis doctoral sobre tan lucido tema, aquí podrá convertirse casi de sopetón en un experto indiscutible. Qué cantidad de datos, por Tutatís. http://www.asterix.tm.fr/ DIRECCIONES GERRY MCGOVERN (NEW THINKING): http://www.nua.ie/ LIBROS, MÚSICA, VÍDEO CON DESCUENTO (PEQUEÑO) Y CON REGALOS: http://www.alcoste.com/ PARA VER Y CONSTRUIR INSECTOS VIRTUALES (CON PACIENCIA ): http://www.ento.vt.edu/~sharov/3d/3dinsect.html EL PERRO ROBOT: http://www.world.sony.com/robot/ EL CAPITÁN TRUENO: http://www.ciudadfutura.com/capitantrueno/
13
125. LAS PUERTAS DE INTERNET ¿Recuerdan ustedes los antiguos «buscadores», muchos de los cuales se remontan a los principios de la Red? Altavista, Excite, HotBot, Infoseek, Lycos, Yahoo! Al principio eran unas páginas voluntariosas y simpáticas que nos proporcionaban orientación gratuita por el magma internetoso. Uno se preguntaba ¿quiénes serán estos señores tan benéficos, que tanto nos dan y tan poquito nos piden? ¿Cómo es posible que existan estos tinglados enormes, de costosísimo mantenimiento, sin actividad comercial aparente? Usted entraba en Yahoo!, hacía su pregunta, recibía sus respuestas (cientos de miles de inútiles respuestas, a veces), y se volvía tan pancho a sus asuntos, sin haber desembolsado un céntimo de ninguna moneda a cambio del servicio recibido. Quedaba sospechosón, desde luego, pero nadie se quejaba. Estaban invirtiendo. ¿En qué? En hacernos adictos y en juntar cordilleras de datos. Y, ahora que no podemos vivir sin ellos, resulta que algún detalle ha tenido que escapársenos, porque empezamos a enterarnos, por los periódicos y las revistas, de que los buscadores valen miles de millones de pesetas y de que todas las grandísimas compañías quieren comprarse el suyo. ¿Se imaginan ustedes por qué? Información es la palabra. Información comercial, pura y dura. No tenemos aquí espacio para entrar en detalles, pero digamos que los diversos suministradores de servicios que pululan por Internet han confirmado lo que seguramente sabían desde el principio: que las ventas electrónicas no dependen tanto de la publicidad tradicional como de haber averiguado cosas sobre el posible comprador. Lo que cuenta es tenernos localizados, conocer nuestras costumbres, nuestros gustos, nuestras inclinaciones de probos consumidores. Conociéndonos, es fácil y barato dirigirse a nosotros para proponernos mercancías. O darnos ideas. «Dentro de unos días es el cumpleaños de su papá. ¿Por qué no le compra usted este libro que tanto va a gustarle?». En esas estamos, y hacia esas vamos, cada vez más. Los portales son otro paso hacia este futuro, una evolución natural de los buscadores. Los portales nos ofrecen eso: un portal de entrada a Internet. Usted se conecta, pone en marcha el nave14
gador, y la primera página que le aparece en pantalla es el portal, que le saluda por su nombre (¡Buenos días, Federico!), le presenta los titulares de prensa, le informa sobre el tiempo, le da las cotizaciones en bolsa de las acciones que usted haya elegido, le recuerda cuáles son sus compromisos del día, le avisa del cumpleaños de Mari Pili o Luis Francisco... Todo lo que usted haya elegido cuando, al inscribirse, dio los datos necesarios y tomó las decisiones pertinentes para «personalizar» el portal (hacérselo a su medida). ¿Cuánto se imagina usted que puede valer un portal con decenas de millones de usuarios registrados (y nunca mejor dicho, lo de «registrados»? LA PÁGINA DE LA SEMANA ¡Qué nervios! Ya viene, ya viene, la «precuela» (la contrario de «secuela», claro) de La guerra de las galaxias. LA AMENAZA FANTASMA. ¿Aún no ha visto usted el tráiler? ¿Aún no se sabe de memoria los nombres de los protagonistas? ¿Todavía no se ha puesto a temblar de emoción? Todo el mundo sabe ya que esta será la película más taquillera de todos los tiempos. Internet está lleno de información sobre ella. El 20 de agosto se estrena en España. http://www.starwars.com ¿Qué es un portal? Un portal es una web con valor añadido: un conjunto de servicios y utilidades que se le ofrece a usted como puerta de acceso a la totalidad de Internet. Es decir: cuando establecemos la conexión y ponemos en funcionamiento el navegador, lo primero que nos aparece en la pantalla es el portal. A partir de él, podemos organizar nuestros tejemanejes por la Red. Por lo general, los portales tienen un esquema patrón que el usuario puede personalizar. Así, por ejemplo, podremos elegir periódico (y, dentro de ellos, el tipo de noticias que nos interesa), zona para los datos climatológicos, áreas de especial consideración para nosotros, el horóscopo de nuestro signo, etc.. Estos servicios (a los que se añaden otros no menos importantes: chates, correo electrónico, espacio para páginas web, servicio de conservación de datos o backup, etc.) se suministran a título gratuito. Usted sólo tiene que inscribirse en el portal. Tras haber facilitado ciertos datos sobre 15
su persona y/o su compañía, entrará en posesión de un nombre de usuario y de una contraseña que le permitirá acceder a los servicios. Nombre de usuario y contraseña quedan almacenados tanto en la base de datos del portal como en el ordenador de su casa, de modo que el acceso, mientras se haga desde la máquina habitual, es automático. ¿Por qué existen los portales? Un portal es un medio que las compañías utilizan para recoger información de los consumidores potenciales, conocer sus direcciones electrónicas, su localización geográfica, su intereses de compra reconocidos, incluso sus pautas de consumo. Esta información puede luego utilizarse par fines mercadotécnicos. ¿Para qué le sirven a usted? A mí, francamente, para nada: yo utilizo mis propios marcadores como primera página del navegador, y desde luego no me apetece la idea de instalar, por ejemplo, mi agenda personal ni mi librillo de direcciones en el disco duro de un tercero. Pero el equivocado soy yo, sin duda, porque los portales tienen millones de usuarios satisfechos. Seguro que usted les encuentra el gusto. Los portales españoles Para nosotros sólo tiene sentido utilizar portales españoles o que hayan sido adaptados a las necesidades del internetero español. Salvo que tengamos una tía abuela en Arkansas, maldito lo que nos interesa el tiempo que en tan pintoresco estado de la Unión puede hacer el martes que viene. Los principales portales españoles son los siguientes (van sin comentario alguno, porque prefiero que ustedes mismos los analicen): Olé: www.ole.es/ (miembro de la plataforma AllEurope). Yahoo España: www.yahoo.es/ MSN (Microsoft Network) en Español: www.msn.es/ Telépolis: www2.telepolis.com/ Lycos: www.es.lycos.de/ Ciudad Futura: www.ciudadfutura.com/ Ozú: www.ozu.es/ Comienzo (de los creadores de Timofónica): comienzo.com/ Skios: www.skios.es/
16
126. NOVEDADES DE VERANO Navegadores. Marc Andreesen y Jim Clark, bajo la égida comercial de Netscape Communications, presentaron la versión 1.0 de su navegador en… ¿Cuándo dirían ustedes? ¿Hace ocho, diez años? En 1994. Entonces nos enganchábamos con módems de 28.8 Kbps, y nos pareció que el recién llegado Netscape manejaba esta velocidad muchísimo mejor que su antepasado directo, el Mosaic del National Center for Supercomputer Applications. Era un asombro de herramienta, la verdad. Ahora —cinco añitos más tarde, un mero lustro— esperamos como agua de mayo (lustral) la versión 5 de Netscape, mientras Internet Explorer usa y abusa de la ventaja que por primera vez ha adquirido sobre su enemigo. Según el contador de mi sitio web, el 80% de mis visitantes utilizan iE en alguno de sus avatares. Netscape ha perdido la batalla y ¿cómo diablos va a recuperarse, por mucho que esmere su esperada versión? Buscadores. La misma decadencia puede aguardar a los buscadores tradicionales (Altavista, Excite, Yahoo, etc.). Mientras los viejos se ensimisman en el montaje de portales —condenados, creo yo, a un éxito mediocre—, los nuevos se empeñan en mejorar las prestaciones. Hay aproximadamente 800 millones de páginas en Internet, que los buscadores tradicionales, según un reciente estudio de Nature Magazine, sólo cubren, como máximo, hasta un 16% (algo más de 120 millones). O sea: ustedes pueden pensar que están registrando Internet entero y verdadero cuando le dan a un busca, pero la verdad es que no llegan ni a la quinta parte. El buscador que más abarca en este momento es Northern Light, seguido de cerca por Snap y Altavista; pero, insisto, ninguno de ellos se acerca siquiera a resultados satisfactorios. Y hay que señalar, además, que la situación se ha deteriorado mucho en los últimos tiempos: a principios de 1998, el buscador de mayor abanico era HotBot, con un 34% de cobertura. Hace unos días, Fast Search & Transfer ha lanzado su buscador FAST, que nace con la pretensión de referenciar la Red entera en plazo breve. La nueva máquina es resultado de diez años de investigaciones en la optimización de los algoritmos y arquitecturas de búsqueda y responde a un proyecto cuyo origen está 17
en el Instituto Noruego de Tecnología. FAST cubre ya 200 millones de URLs únicas (el doble que Inktome, araña y «referenciador» patrón que atiende a otros varios buscadores, entre ellos HotBot, Yahoo, Snap, Microsoft, etc.; tres o cuatro veces lo que alcanzan otros buscadores prestigiosos). FAST, por otra parte, ha encontrado el modo de alzar inventario de sus referencias en unas doce horas, cuando los demás buscadores pueden tardar días o semanas en completar la misma tarea (en otras palabras: FAST ofrece un índice notablemente más actual). También es prodigio a tener en cuenta la enorme velocidad del invento. FAST acaba de tardarme 0,8730 segundos en localizar 1.627 documentos donde se contienen las palabras ‘Miguel’ y ‘Cervantes’. Altavista ha necesitado más de 35 segundos para darme 836 documentos con las mismas palabras. Northern Light, +40 para 893. O sea: no hay color. En resumen, pues: FAST es el mejor buscador que pueden ustedes utilizar en este momento. Tiene un inconveniente, un aspecto mejorable que requiere la atención inmediata de sus responsables: los criterios de clasificación de las páginas encontradas resultan un tanto patateros, sobre todo en lo tocante a las fechas (puede salirle a ustedes como primera propuesta una URL antiquísima, por ejemplo). Peccata minuta, en realidad. Recomiendo FAST con toda la boca. Es un encanto para trabajar. Recordatorio. Hace demasiadas semanas que en esta sección hemos dejado de recordarles a ustedes dos cosas importantes. Primera, que no deben ustedes suponerme capacidad para atender un consultorio técnico. Si tienen ustedes preguntas de tal tipo, acudan a mi página, que desde allí los remitiré a la sección correspondiente de El Correo. Segunda, que los artículos anteriores de esta sección pueden encontrarse en mi sitio Web, cuya URL se incluye aquí mismo. Como novedad, añadamos que los artículos más recientes están en el escáner del Grupo Correo, cuya dirección encontrarán ustedes en el recuadro correspondiente. Alojamiento. Y un brevísimo final: en Freeservers tienen ustedes 20 megas gratis para su página, con posibilidad de utilizar direcciones bastante cortas, del tipo «mi_nombre.8m.com», por ejemplo. 18
LA PÁGINA DE LA SEMANA La vuelta al mundo en 80 links Una página en español con enlaces a muchísimas cámaras web repartidas por el mundo. Hit Parade incluido, por si las dudas. Acuérdese usted de Jennifer Ringley (hablamos de ella hace ya tantos meses), dése un baño caliente en el jardín de una casa ajena, interactúe con Buenos Aires, échele un vistazo a los estudios de la universal, visite el Belgrado de la posguerra… Estupenda y entretenida. http://www.guiar.com DIRECCIONES BUSCADOR FAST: http://www.alltheweb.com/ ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DE ESTA SECCIÓN : http://www.grupocorreo.es/grupo/cibernauta/escaner/buenav entura.htm UN BUEN HOSTAL PARA ALOJAR NUESTRA PÁGINA : http://www.freeservers.com LA CARABA EN MÚSICA: http://www.launch.com LA CARABA EN GUERRAS GALÁCTICAS: http://www.buscacine.com/html/sgp44.html
19
127. MÚSICAS , MAESTROS Ustedes lo saben: el comercio musical es una de las ramas de la actividad económica que más dinero mueve en el mundo; mucho más que los libros, claro; más, incluso, que el cine. Hasta hace poco, era un sector férreamente controlado por las casas de disco y por los diversos gestores de los derechos de autor. (Existía el pirateo —la copia libre, la grabación hecha a hurtadillas—, pero nunca en una escala que pusiese en peligro las instituciones.) Y, de pronto, en un quinquenio un poco largo, el gran tinglado, la gran fábrica de millonarios casi instantáneos, ha empezado a encogerse de miedo pánico ante una posible Gran Revolución Incontrolable. En 1987, Dieter Seitzer, de la universidad de Erlangen, en colaboración con el Fraunhofer Institut Integrierte Schaltungen de Alemania, emprendió la tarea de crear un sistema para la difusión radiofónica de sonido en forma digital comprimida. El «codec» (algoritmo de compresión/decompresión) resultante era capaz de reducir los archivos informáticos musicales sin que de ellos resultara ninguna pérdida apreciable de calidad. Comprenden ustedes el problema, claro: hasta ese momento, una simple canción corrientita se montaba en los millones de bites por archivo. Con el nuevo «codec», el tamaño de los archivos musicales se reducía tan considerablemente, que ya era posible enviarlos y recibirlos por Internet. El Moving Pictures Expert Group (MPEG), bajo la disciplina de la International Organization for Standardization, aprobó la tecnología en 1992. Era el MPEG-1 Audio Layer 3, o MP3. De todas formas, la innovación permaneció durante cierto tiempo en el aéreo plano de las posibilidades teóricas, mientras se iban produciendo otros adelantos técnicos imprescindibles. Hizo falta que los módems de 56k se generalizaran y que los procesadores rompieran la barrera de los 300 Mgz. Esta nueva combinación de factores (más velocidad de transmisión, más potencia en los procesadores, más compresión en los archivos) hizo posible que cientos o miles de chavales del mundo entero se pusieran a «desgajar» canciones de los CD para luego comprimirlas y colgarlas en la Red. Entonces se hizo evidente que el MP3 podía 20
transformar la industria, imponiendo un modo de vender y distribuir la música en abierta conflagración con los intereses de las casas discográficas. El fenómeno es demasiado nuevo, y aún ignoramos de qué procedimientos se valdrá la industria para parar el golpe. No seamos ingenuos: alguien tiene que financiar los gigantescos gastos de producción y promoción, alguien tiene que ganar dinero. Pero es que, mientras sí, mientras no, la tecnología ha seguido desarrollándose. Ya hay «codecs» más rápidos que el MP3. Los fabricantes de software están lanzando muy refinadas aplicaciones de audio. Ya se comercializan reproductores portátiles de MP3. En muchos sitios de la Red encontramos muestras gratuitas —legales— de MP3 y Liquid Audio. En otros muchísimos sitios de la Red se nos ofrece la posibilidad —ilegal, claro— de bajarnos cedés enteros, corte por corte. La pequeña dificultad de que los nuevos sistemas requieran un determinado software para su reproducción no parece freno suficiente, en modo alguno. No termina ahí la cosa. Los «códecs» siguen mejorando. Cada día recibimos nuevas noticias de aceleraciones inmediatas en la velocidad de conexión —cable, satélite, ADSL, fibra—. Pronto será posible la transmisión de vídeos musicales, programas de televisión, películas, etc., por Internet. Y ¿quién va a impedir que utilicemos nuestros propios medios para grabar lo que recibimos?… Desgraciadamente, nada de esto va a salirnos mucho más barato que ahora —ni, menos aún, gratis—; pero sí que ganaremos libertad de elección, facilidad de acceso, disponibilidad del producto, gama de oferta. Encontrarán el modo de cobrarnos, sin duda alguna —y ojo: me parece justo que así sea, porque, repito, la producción audiovisual es carísima y alguien tiene que adelantar el dinero para obtener resultados—; pero también nosotros descubriremos nuevas modalidades de disfrute, y también los creadores hallarán modos nuevos (ahí está la verdadera revolución) de producir y dar a conocer su obra. Porque lo mejor de todo este asunto es que nos espera una tremenda eclosión de la creatividad «casera»: música, películas, obra gráficas hechas por artistas independientes e innovadores. Ojalá.
21
DIRECCIONES Por evidente falta de espacio, me limito a sugerirles a ustedes las posibilidades más elementales: UN REPRODUCTOR DE CASI TODO (MP3, ASF, AU, AVI, ID3, MIDI, MOV, MPEG, VOD, WAV Y WMA), GRATUITO: Windows Media Player: http://www.microsoft.com/windows/mediaplayer OTRO REPRODUCTOR CON MENOS POSIBILIDADES, TAMBIÉN GRATIS: Sonique, de Night 55: http://.www.sonique.com PORTALES DE MP 3: http://www.dailymp3.com http://www.mp3-2000.com http://www.mp3.com http://www.mp3-place.com http://www.mp3spy.com http://www.rioport.com BUSCADORES DE AUDIO: Audiofind: http://www.audiofind.com Filez: http://www.filez.com Lycos: http://mp3.lycos.com Palavista: http://www.palavista.com 2look4: http://www.2look4.com SITIOS MUSICALES: Eatsleepmusic: http://www.eatsleepmusic.com Emusic: http://www.emusic.com Internet Underground Music Archive: http://www.iuma.com Listen.com: http://www.listen.com MP3s on UBL: http://content.ubl.com/cca/rio Spinner: http://www.spinner.com WorldWideBands: http://www.worldwidebands.com
22
128. LA GUERRA DE LOS MENSAKAS Como ustedes saben, ICQ es ocurrencia de una compañía israelí que, hace cosa de tres años, detectó un hueco en el mercado, una necesidad insatisfecha de los consumidores de Internet, y encontró el modo técnico de atenderla. Hay un hecho innegable: por muy serios que nos pongamos en nuestras manifestaciones públicas, la verdad es que el principal atractivo de la Red para el común de los mortales es la comunicación con la gente. Y había un problema: una vez hechos los amigos, uno no tenía manera de saber cuándo estaban en línea, propicios al intercambio de charleta. ICQ (I Seek You, «te busco») vino a solucionar el problema. Su compañía propietaria, Mirabilis, nos regalaba una programa capaz de detectar la presencia en línea de los amiguetes que también lo tuvieran instalado, abriendo además la posibilidad de envío mutuo de mensajes, archivos de todo tipo, direcciones de Internet, etc. Y con el añadido de una chatería tipo pizarra en la que sostener conversación directa en tiempo real. Hace unos meses, cuando ICQ era ya la gran revolución de la Red, con unos veinte millones de usuarios, los dueños de Mirabilis dieron el pelotazo que probablemente buscaban desde el principio y vendieron su invento a America OnLine (AOL), el principal proveedor de Internet del mundo, que ya era dueño, también, de Netscape. Todos nos temimos lo peor. Y no es que esté sucediendo lo peor (siempre hay algo peor), pero qué cosas tan raritas nos toca ver. AOL se ha esmerado con ICQ, para ofrecernos una sucesión de nuevas versiones a cual más llena de novedades. Poco a poco, ICQ ha ido ampliando sus servicios. La última versión (beta 3.17 build 2465) es, para empezar, más «bonita» —ICQ siempre pecó de cierto feísmo, que tampoco era dañino, la verdad—; luego, tiene buscador, ha mejorado notablemente la localización de personas, ha añadido algo llamado «Active Lists» (listas activas), que facilita el contacto por grupos de intereses, ha montado un cliente de correo (que yo he tenido que desactivar, porque me interfería con Outlook), ha ampliado las posibilidades de conexión telefónica, de interacción con otros programas y juegos; tenemos, también, la opción de crearnos un recuadro de chat para no usuarios de ICQ, y un 23
montón de cosejas más. ¿En qué desemboca tanta oferta? En algo que no debería habernos sorprendido, porque era previsible: AOL está convirtiendo ICQ en un portal de acceso a Internet, y no precisamente de los menos importantes. Y ahí le duele, porque la gran guerra de estos últimos meses se combate precisamente en el sector de los portales. (Sobre ellos hemos hablado en un artículo anterior, «Las puertas de Internet».) Todas las grandes compañías parecen convencidas de algo que está por demostrar, pero que se ha constituido en dogma de fe: quien domine los portales dominará la Red —y quien domine la Red dominará el comercio mundial. En vista de la situación, la siguiente novedad era impepinable: tras haber hecho caso omiso, durante años, de los servicios del tipo ICQ (llamados «mensajeros»), Microsoft ha entrado en el sector con su MSN Messenger Service, también gratuito. De inmediato se plantea una pintoresca batalla con AOL, cuyos técnicos idean casi todas las semanas un sistema para impedir que el Messenger funcione para sus abonados, y no lo logran, porque los peritos de Microsoft descubren en seguida el método para saltarse el obstáculo. Messenger, claro está, funciona en paralelo con el portal MSN de Microsoft, y desde luego que su ambición es enorme (casi tan enorme como los medios con que cuenta para alcanzarla). Por el momento, el nuevo mensajero no le llega ni a la suela del zapato a ICQ, pero… Están sacando una nueva versión a cada rato, cuentan con el apoyo incondicional del más importante servicio de correos del mundo, Hotline (también de Microsoft), y no sabemos qué acabarán consiguiendo. Como pueden ustedes imaginar, todo esto es parte del gran combate entre Microsoft y varios aspirantes al título que hay montado en EE UU y en la que intervienen fuerzas casi telúricas. No hay nada importante que podamos hacer los consumidores para influir en su resultado. Pero mientras no pretendan cobrarnos, que se peleen. DIRECCIONES Pueden ustedes bajarse el Messenger de la pagina de MSN: http://www.msn.com/ Pero si hacen una búsqueda FTP mediante, por ejemplo, Go!zilla, o directamente en Lycos, verán que el archivo mmsetup.exe está 24
prácticamente en todas partes. ICQ también está en todas partes, pero puede bajarse directamente de la página central: http://www.mirabilis.com Un añadido que nos permite enviar textos de Word mediante ICQ: http://www.geocities.com/SiliconValley/Lab/5586/soft.html Un interesante «cliente» de ICQ, para personas con ánimo de investigar un poco: http://software.mickem.nu/SoftWare/software.html PÁGINA DE LA SEMANA EL SISTEMA SOLAR Dentro de la extraordinaria página de la revista National Geographic se esconde esta maravilla de gráficos tridimensionales. Para verla en 3D tendrá usted que bajarse un plugin llamado Viscape, pero puede hacerse fácilmente desde la propia página. A plena potencia sólo les funcionará a quienes posean equipos musculosos. Los usuarios de Mac se tendrán que contentar con la versión en dos dimensiones. En inglés, pero se entiende bien. http://www.nationalgeographic.com/solarsystem/
25
129. LA CRISIS DEL CORREO CALIENTE Hay entre ustedes miles de usuarios de Hotmail, pero supongo que no todos estarán al tanto de lo sucedido en los últimos días de agosto. Una catástrofe típica de la Internet actual. Todo vale en la guerra contra Microsoft, evidentemente, como todo le vale a Microsoft para defenderse y atacar. Da la impresión de que cientos de personas del mundo entero dedican gruesa parte de su tiempo a localizar fallos, de programación y —sobre todo— de seguridad, en los servicios y el software de Microsoft. No voy a afirmar que todas estas personas estén a sueldo de alguien, pero lo cierto es que se dedican a la tarea como si percibiesen pingües salarios por ella. No conviene ser del todo malicioso, sin embargo: hay un fanatismo anti Microsoft, una legión de usuarios en situación de cabreo permanente, capaces de consagrar su existencia a la lucha contra Bill Gates (el Anticristo, según algunos, y lo dicen totalmente en serio), sin percibir un céntimo a cambio. Es odio puro. Luego está el hecho de que a Microsoft tampoco le faltan partes blandas en que morder con saña. Lo que ocurrió fue que en la madrugada del 30 de agosto Microsoft recibió aviso de que dos sitios web, uno en el Reino Unido y otro en Suecia, ponían al alcance de todo el mundo la posibilidad de fisgar el correo de cualquier usuario de Hotmail, sólo con escribir su nombre, sin necesidad de contraseña, gracias a la existencia de un ‘login’ oculto, llamado ‘start’, que introducía directamente en la rutina de acceso la contraseña ‘eh’ (no se preocupen si no entienden esto: quiere decir que se entra por otro camino y que ese camino se abre mediante una contraseña automática, que no es necesario teclear). Pánico tremendo. La compañía tardó horas en conseguir el primer apaño de solución, aunque luego hubo una recaída. El servicio permaneció cerrado durante bastante tiempo, como muchos de ustedes tendrían ocasión de sufrir. El problema se limitaba a dos de los varios servidores de Hotmail (pero, ojo: desde cada servidor se accede a toda la información), donde, al parecer, los técnicos habían dejado sin cerrar una puerta de acceso destinada al mantenimiento del sistema. Las 26
consecuencias no han sido trágicas. Hotmail, de hecho, funciona con una especie de doble contraseña. El primer nivel está en el propio nombre de usuario: a nadie que tenga algo que ocultar se le ocurre utilizar su verdadero nombre. Todo el mundo se pone cosas raras, para disimular, y en ello está ya la primera barrera, antes de la contraseña propiamente dicha. Por otra parte, caramba, a nadie debería ocurrírsele confiar en un correo de página web. Está bien para ocultar a los papás la correspondencia con la novia (pongamos por inocente caso), pero yo no incluiría mi número de tarjeta de crédito en un envío por Hotmail. El correo electrónico es inseguro, en general. El que utilizamos en casa también puede ser objeto de interferencia mientras está en el disco duro del proveedor y mientras circula de un sitio a otro para llegar a nuestro buzón. Luego, una vez borrador del proveedor y guardado en nuestro disco duro, el mensaje resulta bastante inaccesible (mientras a nadie le dé precisamente por violar la intimidad de nuestro ordenador, lo cual siempre puede hacerse, sabiendo lo suficiente). La diferencia con los correos de página web (todos ellos, no sólo Hotmail) está en que nuestros mensajes permanecen en el disco duro del proveedor, no en el nuestro, y allí siempre existe la posibilidad de que un fallo del sistema — descubierto o por descubrir— los ponga a merced de los cotillas internacionales. Qué les importará a los cotillas internacionales lo que nosotros escribamos o dejemos de escribir, se pregunta uno; pero esa es otra cuestión. Lo que cuenta es dejar a Microsoft con el trasero al aire y demostrar que es una compañía muy mala, muy mala, muy mala. Demostrado queda, una vez más. De verdad que empieza uno a aburrirse de tanta satanización, sobre todo teniendo en cuenta que los exorcistas tampoco pueden presumir de santidad alguna. Respuesta a una pregunta triple, muy frecuente, que siempre se me olvida contestar. 1) Outlook Express almacena los mensajes de correo en c:\windows\microsoft\identities. 2) En Outlook, los mensajes están en outlook.pst, un fichero que puede adquirir un enorme tamaño, lo cual dificulta su copia. 3) Los favoritos de iExplorer están en c:\windows\favoritos. A mandar.
27
DIRECCIONES Páginas en español sobre JP3 (trato de compensar un fallo anterior mío; la segunda es de un lector que me regaña): http://hispamp3.cjb.net http://www.firestartermp3.com «Todo» sobre juegos de estrategia: http://members.es.tripod.de/leccionesestrategia/index.html Visión estroboscópica: http://www.users.red3i.es/~agonzalez/ Tarifa sin viento: http://www.windtarifa.com/ La Red Desenredada: http://www.civila.com/desenredada/ Errores de cine: http://usuarios.maptel.es/ggboo/ Adivine usted: http://www.teamo.com PÁGINA DE LA SEMANA PICASSO Y EL RETRATO Una exposición del Museum of Modern Art de Nueva York que también pudo verse en el Grand Palais de París, pero que muchos nos perdimos. Esta página ofrece un recorrido virtual de los retratos pintados por Picasso a lo largo de su vida y sus «periodos». Autorretratos, la familia, los niños, los amigos y, claro está, sobre todo, las mujeres. Delicada invención, la de este sitio. http://www.club-internet.fr/picasso/homepage.html
28
130. EL ORIFICIO TRASERO La jerga de los barandas informáticos se entiende mal y poco, con lo cual resulta que, Ave María Purísima, los líos que nos hacemos todos. Me escribe un lector comunicándome, no sin angustia, que ha pescado un virus llamado «Black Orifice» (orificio trasero), y pidiéndome que le explique cómo deshacerse de él. De hecho, contestar tamaña pregunta particular me llevaría más tiempo y me costaría más trabajo que escribir el artículo semanal. Un disparate. A lo que íbamos. Le digo al lector que en cualquier «busca» de la Red puede encontrar cientos de páginas sobre BO, y que no deje de consultarlas. Me contesta, un par de días después, que bueno, que gracias, pero que «esta tarde un amigo y yo pudimos borrar el dichoso virus del disco duro. Había infectado ya seis ficheros. Comprendo lo que me dices y en otras ocasiones accederé a la página que me indicas. No obstante te doy las gracias por tu interés.» Me quedo atónito. ¿Un amigo y él han borrado el Back Orifice del disco duro, así, por las buenas? Back Orifice es el más conocido de los troyanos más temibles (tan conocido, que este mes lo regalan en CD-Rom con la revista informática @ARROBA). Es mejor que no lo confundamos con un ‘virus’ normal. De hecho, BO no infecta nuestro sistema. Es peor: BO permite que un tercero, a distancia, desde su propio ordenador, se apodere de nuestro sistema. ¿Cómo funciona el asunto? Bueno: estos virus se llaman «troyanos» en alusión al caballo de madera, con la panza llena de temibles griegos, que los propios troyanos introdujeron en su ciudad. En realidad, BO no puede entrar en su sistema si usted no le abre el portalón. Pero no es imposible que usted lo haga, créame. Normalmente, éste y otros troyanos (el Netbus, por ejemplo) nos llegan como archivos adjuntos de correo electrónico. Un archivo *.exe que puede llamarse BOSERVE.EXE, pero también cualquier otra cosa. Por ejemplo: REGALO.EXE, o MARAVILLOSAFOTO.EXE. Usted se deja camelar por la curiosidad, hace doble clic en el iconillo o en el nombre, y… No pasa nada. Qué raro, ¿no? Algún majareta que se ha equivocado y me manda un archivo inoperante. Mientras usted se encoge de hombros, el troyano se empieza a repanchigar en su ordenata: pronto habrá creado un archivo de algo más de 29
122 Kb, que se copia en windows\system y que añade una entrada con su nombre en el Registry de Windows. A partir de ese momento, entre su PC y el de la persona que le ha metido a usted el troyano se establece una relación clienteàservidor. Y todo su disco duro, con todos sus contenidos queda a disposición del atacante, que puede hacer con los datos lo que le venga en gana: ejecutar cualquier aplicación, llevar registro de lo que usted teclea, bloquear la máquina, ver el contenido de cualquier —repito: cualquier— archivo, traspasar documentos, fisgar las contraseñas, etc. Al principio. BO sólo funcionaba con Windows 9x. La última versión ya se mete también en NT. Comprendo que así contado suena terribilísimo. La amenaza, en realidad, es algo fantasma. Primero, estará usted a salvo si no abre jamás ningún archivo ejecutable que le llegue por correo electrónico. Segundo, el atacante necesita conocer la dirección IP de nuestra máquina (que puede obtenerse sin mucha complicación cuando ambos sistemas están en línea y conectados en alguna chatería o en ICQ, pero por procedimientos que no están al alcance del primero que llega). Tercero, el control remoto de nuestro PC sólo puede efectuarse cuando estamos en línea, claro. Cuarto, la mayor parte de los buenos antivirus lo desarticula sin problema. Quinto, ¿a quién diablos le importa lo que nosotros tengamos o dejemos de tener en el ordenador? BO es dos cosas, sobre todo: un episodio más de la guerra contra Microsoft («El Culto de la Vaca Muerta», grupo autor del programa, asegura que su principal objetivo al crearlo ha sido demostrar la chapucería de Windows) y una joya más en la resplandeciente corona técnica de los superexpertos independientes, también llamados hackers. No lo veo yo muy peligroso para el usuario particular. Eso sí: ojo con los amigos y amigas de más confianza, incluso con los novias y las novias, porque… Bueno: usted sabrá qué secretos alberga en las mazmorras de su disco duro. DIRECCIONES Si desean más información sobre el «Orificio Trasero» y los métodos para su localización y borrado, o para evitar que nos invada, les recomiendo las siguientes direcciones: 30
Defensa: http://pibil.finred.com.mx/soporte/antibo.htmç Manual de BO: http://www.vanhackez.com/h/CTHULHU.html BO para torpes: http://www.vanhackez.com/h/BARWIRED.html ISS Vulnerability Alert (en español): http://www.vanhackez.com/h/ISSADV.HTML Universidad de Cantabria: http://cdec.unican.es/soporte/seguridad/Default.htm «El sida de las PC»: http://www.k-tija.com.ar/noti.html PÁGINA DE LA SEMANA FAMOSAS EN FOTO Ustedes, como yo, sin duda, pensarán que la vida es muy injusta y que a las famosas no se les presta la merecida atención, con lo guapisimisimísimas que son todas ellas. Pues bien: les recomiendo esta página, donde encontrarán galerías fotográficas (decentes) consagradas a decenas de actrices, supermodelos, cantantas, ex Spice-Girls y esa rubia maravilla tenística que jamás ha ganado un torneo pero que Madre de Dios: Anna Kournikova. http://www.famousbabes.com/
31
131. PISTAS Y TRUCOS Para verificar la velocidad de un sitio web: Utilice un programilla llamado PING, que viene con Windows. Ping envía una señal de 32 bits al servidor del sitio Web, y luego mide lo que éste tarda en contestar… Abra una ventana DOS y escriba ping <nombre del sitio> (p.e.: ping www.geocities.com; no se pueden medir los subdirectorios de una dirección principal; es decir: NO www.geocities.com/SoHo/Gallery/6776). Una respuesta por debajo de 300 milisegundos puede considerarse satisfactoria. Por encima de 400… Más bien lentorra, qué quiere usted que le diga. Para seguir las incidencias de nuestra conexión: Inicio à Configuración à Panel de control à Red à Adaptador de acceso telefónico a redes à Propiedades à Avanzado. Marcar «Sí» en «Grabar un archivo de registro». A partir de ese momento se crea en el directorio raíz de Windows (c:\windows, por lo general) el archivo ppplog.txt, que puede usted leer por el procedimiento que normalmente emplee para abrir los archivos de texto. Así podrá usted averiguar si algo ha ido mal durante su conexión, o por causa de ella. Para que el sistema de conexión recuerde nuestro nombre y contraseña: Panel de control à Red à Agregar à Cliente à Agregar y diga que sí a todo. Así se ahorrará usted tener que escribir el nombre de usuario y la contraseña cada vez que se conecta con su proveedor. (Por duro que les resulte creerlo —a ustedes, los más enterados—, hay muchos usuarios que soportan este latazo terrible.) Ajustes del módem: 1) Panel de control à Módems à Propiedades à Conexión à Configuración del puerto. Ponga al máximo las dos regletas de búferes. 2) Panel de control à Módems à Propiedades à Velocidad máxima: 115200 à Conexión à Avanzada: desactive «Utilizar control de errores» (lo cual desactivará automáticamente otras opciones). Vigile luego el comportamiento de su conexión, porque este ajuste no siempre funciona. En caso de que le parezca a usted más lenta, vuelva a los parámetros anteriores. 32
3) La luz fluorescente puede interferir con su módem. No sitúe ninguna fuente de luz de este tipo cerca del aparato. Para optimizar la velocidad del módem. Abra (con sysedit.exe, o como prefiera) el archivo WIN.INI, que está en c:\windows. Busque la sección [Ports]. Allí verá una entrada COM= o una serie de entradas COM1=, COM2, etc. En todas ellas, tras el signo =, escriba (corrigiendo lo que haya, si es menester): COMx=921600,n,8,1,p. Para acelerar la conexión TCP/IP: Acceso telefónico a redes à Botón derecho del ratón en el icono de su proveedor de Internet à Propiedades à Tipo de servidor à En «Opciones avanzadas», marcar solamente «Habilitar la compresión por software»; en «Protocolos de red admitidos», marcar únicamente la casilla la casilla «TCP/IP» à Configuración TCP/IP. Marcar «Dirección IP asignada por el servidor». Marcar «Direcciones del servidor asignadas por el usuario». En «DNS Principal» y «DNS secundario», escribir los datos al respecto que nos haya facilitado el proveedor de Internet. En las casillas «WINS principal» y «WINS secundario» sólo debe haber ceros. Más abajo, en la misma ventana, tienen que estar marcadas las opciones «Utilizar compresión en encabezado IP» y «Utilizar la puerta de enlace predeterminada en la red remota». Acepte hasta salir. Para llevarse sorpresas: Si quiere sorpresas muy divertidas y curiosas, utilice el comando «tracert» en una ventana DOS. Escriba tracert <nombre de un sitio». Pruebe, por ejemplo, algún buscador español. Verá que la cantidad de saltos que da la conexión antes de llegar a la página, pasando incluso por varios enlaces norteamericanos. O asómbrese ante la cantidad de brincos que pega su conexión antes de llegar a la Web del Ayuntamiento de su ciudad. No hay nada que usted pueda hacer al respecto, pero siempre es bueno averiguar el origen de ciertas premiosidades. Advertencia general: hagan copia previa de todos los archivos que piensen modificar. …Nos ha salido un artículo aburridillo de leer, pero ¿y lo que van ustedes a entretenerse poniendo en práctica todos o algunos de estos truquis? 33
DIRECCIONES Imágenes y fuentes de letra, a porrillo: http://www.fontsnthings.com/ Internet para hispanistas: http://www.qub.ac.uk/ml/his/hispsit.htm Una curiosidad no sé si sexista o sexual: http://www.geocities.com/CollegePark/Field/9207/ Un inmenso trabajo de la Universidad de Texas sobre fuentes latinas en la Red: http://lanic.utexas.edu/ Onomástica eusquera: http://www.geocities.com/CapeCanaveral/Hangar/4895/ Para seguir (con su migaja de angustia) el crecimiento de la población mundial: http://www.census.gov/ipc/www/clock2.html PÁGINA DE LA SEMANA De vez en cuando, sin que sirva de demasiado precedente, a todos nos gusta contribuir a los mitos. Star Trek, La conquista del espacio, es una de las aportaciones del ya caduco siglo XX a la mitología mundial. Quizá represente nuestra esperanza de que haya mundos mejores, o —peor— de que haya otros seres inteligentes y que nosotros, los humanos, seamos los más bondadosos, los más guapos, los más listos y los que siempre se salen con la suya. http://www2.gratisweb.com/trekfan/
34
132. FACTURÓN Y TENTE TIESO Telefónica acaba de asestarme tamaño facturón, que hasta me da vergüenza comunicarles a ustedes el importe. Qué horror. Así las cosas, ya comprenderán que ande uno acezante y ansioso ante la noticia de que ¡por fin, por fin, por fin! está llegando la tarifa plana. Y no creo que a ustedes les deje indiferentes el tema, de modo que vamos a pasar revista a la situación. Lo primero que me gustaría es dejar perfectamente claro el concepto de tarifa plana. A juzgar por los comentarios y consultas que me hacen, muchos de ustedes siguen sin haber cazado la noción de planicie aplicada a la tarifa telefónica. En el sentido en que aquí estamos utilizando el término, «tarifa plana» quiere decir que usted contrata con un proveedor de Internet, por una cuota fija mensual, el uso de una conexión para enviar y recibir datos. Ojo, repito, es importante: datos. La tarifa plana es sólo para Internet. El resto de sus comunicaciones —las de voz— las sigue usted pagando igual que siempre, al operador telefónico. Insisto: la tarifa plana no va a contratarse directamente con el operador telefónico (todavía único, en lo que a llamadas urbanas se refiere; es decir: Telefónica), sino con el proveedor de Internet. Telefónica le cobra al proveedor y el proveedor le cobra a usted. Sin mucho entrar en detalles, precisemos que Telefónica piensa facturar una cuota de conexión y otra mensual, cuyos importes dependen de la «modalidad» que se contrate. Modalidad A B C
Cuota de conexión 15.000 25.500 51.000
Cuota mensual 05.000 09.180 18.870
No se haga usted ilusiones. Eso es lo que Telefónica va a cobrarle al proveedor de Internet. Usted, sin duda alguna, pagará bastante más, porque los proveedores tienen que ganar algo y porque el acceso a la tarifa plana les supone otros gastos nada despreciables. Ojalá me equivoque, pero la tarifa plana mínima para el usuario final va a estar más cerca de 10.000 pta./mes que de 5.000. Al mes; o sea: 20.000 por periodo facturable. Si a esa cifra, ya no precisamente enana, añade usted todo lo demás (lo 35
que le cobren los operadores de telefonía por las comunicaciones normales, las de voz), me parece que el piquito de gasto telefónico resultante no va a estar al alcance de todo el mundo. Los grandes usuarios quizá ahorremos algo, pero porque ya éramos grandes usuarios antes, a los precios de latrocinio que ahora rigen. Lo que se pretende con la tarifa plana —esto es: que haya una gran cantidad de personas que pasen a ser grandes usuarios de Internet, como pide el sentido común y la marcha del desarrollo en el mundo entero— con este sistema no va a conseguirse. Y no soy yo sólo quien lo dice: es también la conclusión de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, en un informe de mediados de septiembre. Si queremos alinearnos con los países más marchosos en el camino hacia el futuro, la meta está clara: hay que conseguir que una buena tajada de la población española tenga permanentemente abierta la conexión con Internet, a un precio asequible. Me apresuro a aclarar (más vale) que tener permanentemente abierta la conexión no significa pasarse el día pegado a la pantalla del ordenador, aislándose de la vida. Significa tener siempre montada la posibilidad de envío y recepción de datos, sencillamente. Por el momento, sólo sabemos que Telefónica ha montado el sistema. Ignoramos por completo cuáles serán las reacciones de los distintos proveedores de Internet, qué hará Teleline (que es el proveedor de Internet de la propia telefónica), qué harán los demás operadores —si pueden hacer algo—. Para mayor abundamiento del consabido caos, añadamos el toque genial: esta tarifa plana se basa en una nueva tecnología (la ADSL: hemos hablado de ella en estas páginas), y esta nueva tecnología no funciona con la instalación telefónica que ahora tenemos todos, ni utiliza los módems normales. Ello implica un considerable coste añadido para el usuario final, pero también, y sobre todo, un factor más de confusión. Yo, sin ir más lejos, estoy confundido. ¿Qué hago ahora? ¿Sigo pagando las fabulosas cantidades que me facturan? ¿Me meto a monje silencioso e incomunicado? ¿Contrato la tarifa plana RDSI de 16.000 pta./mes, sabiendo que viene la ADSL, muy superior en el aspecto técnico, y seguramente más barata? Y, por centrar todas las preguntas en una sola: ¿hasta cuándo tendremos que aguantar este despiporre inconcebible? Voy a comprarme un lote de palomas mensajeras. 36
DIRECCIONES Los hermanos Marx (en impresión): http://www2.crosswinds.net/~marxinprint/ Fotos de Zimbabwe: http://www2.crosswinds.net/~zimbabwe/index1.html Editorial en línea: http://www.premura.com/ El Imperio de Anabella http://www.abigail.com.ar/ Documentos y relatos andaluces: http://www.isocanda.org/adn/ De un lector (juegos de estrategia): http://www.kobo.es/srm/ De un lector (windsurf en Cádiz): http://www.teleline.es/personal/rmario/default.htm LA PÁGINA DE LA SEMANA FOTOFUTURA.COM «La primera comunidad virtual latina dedicada íntegramente al mundo de la imagen». Una página en la que podrán perderse los aficionados a la fotografía durante ¡ay! demasiadas horas (pienso en la factura, claro). Muchísima información, galerías, fotógrafos conocidos y menos conocidos, postales digitales, consejos, actualidad, técnica, monográficos. No exagero un pelo si les digo que es un trabajo verdaderamente impresionante. Y puede usted colgar sus propias fotos. http://www.fotofutura.com
37
133. OTROS NAVEGADORES Democracia informática. Diversas pruebas de diverso origen y variada metodología, reforzadas por todo un surtido de trabajos estadísticos, coinciden en una maciza evidencia «democrática»: no hay más Dios que Windows 98, e Internet Explorer es su profeta. Ahora lapídenme ustedes a mensajazos, llamándome vendido o pringaíllo. Da igual. No soy ni lo uno ni lo otro, ni estoy afirmando lo que difícilmente podría nadie afirmar, a saber: que los productos de Microsoft sean joyas esplendentes de la corona informática. Lo único que digo y repito y, si fuere menester, tripititiré, es que los productos de Microsoft tienen ganadísima la batalla comercial. Sus cuotas de mercado, en todos los sectores de gran consumo, son abrumadoras. Internet Explorer debe de andar por el 80% del mercado. Windows 9x está por el 90%. Y si entramos en el sector de los programas… No tengo datos, pero cabe imaginar, por ejemplo, cuántos Word habrá instalados por cada procesador de texto de otra marca. Sé que la «democracia», fuera del ámbito sociopolítico, nunca es argumento. Por muchos millones de lectores que críe un libro malo, malo seguirá siendo según los cánones de la literatura, no precisamente democráticos, sino, muy al contrario, ferozmente elitistas. Por muchos millones de unidades de Windows 98 que se hayan vendido en el mundo, nunca habrá un usuario de Linux (o cualquier otra variante de Unix), de Mac o incluso de Atari, que no declare solemnemente la maldad sustancial y congénita de todos los productos microsoftianos. Y, bueno, qué quieren que les diga yo: la técnica es materia poco opinable. Un programa está mal hecho y tiene tales y tales defectos. Punto y aparte. Verdades demostrables. Los navegadores. Otra verdad demostrable, no obstante es la siguiente: la versión 5.0 de Internet Explorer es mejor, más rápida y más completa que cualquier otra versión de cualquier otro navegador. Son datos, son resultados de tests muy serios y muy independientes (efectuados, incluso, por organizaciones nada amigas de Microsoft, como CNET). En espera de la muy tardona versión 5.0 de Netscape Communicator, puede afirmarse que ningún navegador le echa la pata encima a iExplorer. No obstante, quiero recordarles a ustedes que hay en el mundo 38
otros navegadores y que alguno de ellos pueden suponer una opción interesante, sea porque tenemos pocos recursos, sea porque andamos menguados de disco duro, sea porque nuestra antipatía hacia el iExplorer no nos tolera que lo utilicemos. Ahí va una sucinta relación: Opera 3.6. Curioso bicho. Es de pago (35 $). Sólo lleva correo de ida (enviar, no recibir). No incluye Java, ni CSS avanzado, ni cliente VRML —o sea: no va usted a ver bien determinadas páginas con mucho colorín y mucho meneo. Pero (aquí viene lo positivo): ocupa muy poco espacio, es muy rápido, puede configurarse como ningún otro, lleva una opción de zoom estupenda, puede mantener abiertas varias ventanas al mismo tiempo en una misma pantalla. Le conviene probarlo: lo mismo se enamora usted. Mozilla M9. Versión alfa de un navegador desarrollado a partir del momento en que, presionado por la competencia de Microsoft, Netscape pone su código fuente a disposición de todo el mundo. Un probable precursor de Communicator 5.0. Pruébelo, por curiosidad, pero ándese con ojo, porque no es una versión terminada y no vale como navegador principal. HotJava 3.0. Un navegador totalmente Java, elaborado por Sun, compañía madre de Java y enemiga jurada, a muerte y eterna, de Microsoft. Vale para cualquier plataforma (esa es la esencia de Java: sus aplicaciones funcionan en cualquier sistema), pero es premioso, bastante elemental en el trato que da a las páginas y acepta pocos plugins. Si no es usted, por lo menos, un poco experto, ahórrese la prueba. NeoPlanet 5.0. Puede usted pasarse horas investigando esta extraña máquina de navegar, donde descubrirá posibilidades y vertientes que los demás navegadores no le ofrecen. Y, sin embargo, NeoPlanet no funciona él solito; o, por decirlo de otra manera, es un programa «parásito», que necesita el motor de algún otro navegador (iExplorer 5.0 o, teóricamente al menos, el futuro Communicator 5.0) para ejercer sus cometidos. Eso sí, un montón de accesorios. Es como el taxi de aquella película de Almodóvar: lleva colgando toda clase de estampitas y abalorios. Va de regalo, de modo que anímese y pruébelo. No se olviden nunca de explorar. Es la base de Internet. 39
DIRECCIONES Buscador puesto al día: http://search.msn.com Certificados digitales gratuitos: https://www.thawte.com/contents.html Una editorial en línea: http://www.premura.com/ A petición de un lector: http://www.vnet.es/artrogriposis/ Una revista interesante: http://www.nirvanet.com/esp/ Mujer, derecho y vida. La Web de Patri: http://www.gratisweb.com/patms/ PÁGINA DE LA SEMANA GREENPEACE DE ESPAÑA Poca descripción necesita esta página, muy completa y repleta de información indispensable para hacerse idea de cómo están las cosas ambientales en el planeta tierra. Con una sección especial dedicada a los niños, de especial interés. Con agenda, buscadores, atención especial a los temas básicos (atmósfera, biodiversidad, etc.) y seguimiento de las campañas actuales. Una excelente referencia. http://www.greenpeace.es
40
134. BOCADITOS DIVERSOS Hoy vamos de surtido, a ver si nos convencemos de lo amplia que es la oferta. J PARA GENTE REFRACTARIA A LA PÉRFIDA LENGUA INGLESA . El traductor del inglés a otros idiomas maquinado por Babylon es gratis y funciona tan ricamente (si son ustedes buenos aguantando la risa, porque de vez en cuando disparata que es un primor). PARA GENTE REFRACTARIA AL PÉRFIDO BILL GATES & CO.: Oso recordarles a ustedes que Sun Microsystems —azote de Microsoft, aunque no precisamente el «bueno» de la película (no hay bueno)— ha comprado Star. De modo que ahora ofrece por cero coma cero dólares la suite informática StarOffice 5.1, compatible Windows, Linux, Solaris, OS/2, etcétera. Es un conjunto de programas que contiene más o menos lo mismo que Office 2000 Premium y que aguanta la comparanza. Pierde, desde luego, pero sólo a los puntos. Y, repito, es gratis… A tener en cuenta dos factores: 1º) La descarga es enorme (66 Mb); 2º) Su funcionamiento y estructura se parecen, pero no son iguales que los de Office. Cuesta trabajo acostumbrarse. PARA GENTE SIN ORDEN. Si han ido acumulando ustedes cientos de URLs (nos pasa a todos) y encima trabajan con iExplorer y con Netscape, al mismo tiempo, o, sencillamente, si quieren poner un poco de orden en sus marcapáginas, pruebe PowerMarks. No es tan bueno como Compass (para el mismo trajín), pero habrá quien prefiera su sencillez. PARA GENTE CON ÍNFULAS ESTELARES. «Un resplandeciente regalo que no es de este mundo», dice la publicidad. No van a creérselo, pero por 55 libras esterlinas (nada, hombre: menos de 14.000 pta.) pueden ustedes bautizar una estrella, con su propio nombre o con el de alguna persona muy entretelar. Tienen oficina en Barcelona, además. No se priven de su estrella. PARA GENTE QUE NO SE FÍA UN PELO, Y HACE BIEN . Aventúrense en la dirección que más abajo les doy. Sigan las instrucciones (va todo en inglés, pero es muy sencillito). Sujétense los escalofríos como puedan… Sin adobar el asunto de mala fe ni poner en ello demasiado empeño, esta página le averigua a usted muchas de 41
sus interioridades informáticas. Figúrense lo que puede hacer un hacker malvado. PARA GENTE CON TENDENCIA A LA OBESIDAD . Si son ustedes de los que no paran nunca de engordar la página y necesitan auténticas camionadas de espacio, prueben 50Megs, donde hacen lo que su propio nombre indica: regalar 50 megas de espacio web a todo el que llama a sus puertas. Con «banners», claro; pero, óiganme, son vastas praderas de disco duro lo que dan para montarse la página. PARA GENTE QUE SE VA A LLEVAR LAS MANOS A LA CABEZA EXCLAMANDO « NO ME PUEDO CREER QUE FUERA TAN SEN CILLO ». Vamos a ver. Ya ni sé las veces que he contestado a esta pregunta en consultas particulares (de esas que NO PUEDO atender, pero que muy de vez en cuando atiendo). En Windows, para capturar la pantalla completa hay que darle a la tecla ImprPant. Esto coloca en el portapapeles un mapa de bits con la reproducción exacta de todo lo que tengamos en pantalla. Con ctrl.+V podremos pegarlo en cualquier editor gráfico o de texto (incluidos Word y StarOffice 5.1, desde luego). E imprimirlo… Si damos Mayúscula+ImprPant capturaremos sólo la ventana activa de cada momento… Ya sé, ya sé: es absurdo que la tecla ImprPant (imprimir pantalla) sirva en realidad para capturar la pantalla. Pero también ustedes saben hasta qué punto descuellan los padres de Windows por su sibilino sentido del humor. DIRECCIONES BABYLON : http://www.babylon.com STAR OFFICE 5.1: http://www.sun.com POWERMARKS: http://www.kaylon.com/ COMPASS: http://www.geocities.com/SiliconValley/Way/5500/compass.html BAUTIZO ESTELAR: http://www.starregistry.co.uk/ ESPIONAJE NAVEGADOR: http://www.gemal.dk/browserspy/ CINCUENTA MEGAS: http://50megs.com
42
135. LA INVENCIÓN DE LA TABERNA No habrá más remedio que admitirlo, por mucho que nos duela, queridísimos interneteros e interneteras: el vino virtual no sabe a nada, aunque tenga, sobre el real, la nada desdeñable ventaja de no subirse a la cabeza ni bajarse al hígado. Cuando el Gran Guru Nicholas Negroponte prevé que el triunfo de Internet hará innecesarios los desplazamientos físicos, dando con ello lugar a la progresiva dispersión de los centros urbanos, está menospreciando encantadores detalles. Está menospreciando la taberna, por ejemplo. «Si es o no invención moderna, / vive Dios que no lo sé; / pero delicada fue / la invención de la taberna». No se puede menospreciar la taberna, aunque ahora la llamemos bar, o cafetería, o sitio de copas, o tugurio, o como más nos apetezca en cada ocasión y zona. No se puede despreciar el acendrado influjo de la taberna. También lo decía el anónimo medieval, en unos versos musicados por Orff para su Carmina Burana: «In taberna quando sumus / non curamos quid sit humus» (cuando estamos en la taberna se nos da una higa la tumba fría). Queda mejor con música. Y la vida queda mejor con vida, con taberna, con vino. Nunca dejaremos de acudir a los sitios donde se hallan nuestros semejantes, nunca renunciaremos a la congregación, a la reunión, al encuentro. Internet es un mundo paralelo, cargado de posibilidades de todo tipo, incluidas las humanas. Es hermoso utilizarlo para la comunicación con los demás, sobre todo cuando empleamos esas vías que abren nuevas modalidades de contacto. No es impensable que en el futuro desarrollemos una capacidad suplementaria, inédita ahora, por la cual lleguemos a vivir dos vidas separadas, una virtual y otra física; que gocemos de ambas con parecida intensidad; que vivamos, incluso —por ejemplo—, grandes amores virtuales y grandes amores físicos, no excluyentes. Ya está ocurriendo. Pero nunca desaparecerá la taberna y, por tanto, nunca nos iremos todos a vivir al campo, dejando los lugares de encuentro patéticamente desguarnecidos. Negroponte tiene razón: no habrá que ir al cine, ni a comprar el periódico, ni siquiera a trabajar, en muchos casos, ni desde luego a hacer la compra. Siempre, no obstante, tendremos que 43
conocer a alguien, y siempre nos apetecerá tocar a esa alguien, sentirlo, ver qué temperatura le aguanta el cuerpo. Puede que quedemos vía Internet, pero será en la taberna, con un vaso de buen vino y un mejor aditamento de calor humano. Eso era lo que pedía como recompensa por su obra, en el primer poema de la lengua castellana, el primer juglar: un vaso de buen vino. Sobra añadirles lo que ustedes saben: que en Internet podemos encontrar toda clase de información sobre el vino. He andado buscando por la Red, y esto es lo que he encontrado: Hay en la Red cientos de páginas dedicadas al vino español. Muchas de ellas lo ofrecen en venta. Damos aquí una muy reducida lista. A partir de estas direcciones el propio lector puede ensanchar enormemente el campo. MAPA DEL VINO ESPAÑOL: http://www.filewine.es/zonasy.htm GUÍA PEÑÍN DE LOS VINOS DE ESPAÑA : http://www.elvino.com/gpve99/index.html GUÍA INTERNET DE LOS VINOS DE ESPAÑA: http://www.filewine.es/ INFORMACIÓN SECTORIAL: http://www.iaf.es/sectores/vino/ FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ASOCIACIONES DE ENÓLOGOS: http://www.enologo.com/ VIRTUAL WINERY : http://www.spwines.com/ VINO DE CHILE: http://www.chilevinos.cl/ VINOS DE ARGENTINA: http://www.argentinewines.com/ VINOSNET: http://www.vinosnet.com/ RESERVA Y CATA: http://www.reservaycata.com/ BACCHANALIA: http://www.bacchanalia.com/
44
136. UN CINITO PEQUEÑÍN ¿Qué, nos hacemos un cinito? El cine, el Séptimo Arte, con esas mayúsculas tan suyas, tan glamorosas, en technicolor y pantalla panorámica, se quiebra en fragmentitos, y en cada fragmentito hay un chaval o un tipo emprendedor haciendo películas por su cuenta, con un grupo de amiguetes y una cámara digital comprada por cuatro perras. Es un fenómeno internetero que me infla el (¿ingenuo?) entusiasmo. Miles de personas, en el mundo entero, haciendo cine, escribiendo poemas, novelas, cuentos, colgando fotos, montando editoriales virtuales, ofreciendo gratis sus ocurrencias. Cada ciudadano con su propia estación de TV. Para que todo este big bang de creatividad planetaria halle su verdadera expresión será necesario que se resuelva de una vez el caos técnico actual y —oh milagro de la noble competencia — accedamos a la capacidad de transmisión/recepción que nos merecemos. Cuando las compañías telefónicas dejen de tomarnos el pelo, cuando los del cable cableen hasta el último rincón, o los del satélite satelicen todo lo satelizable, cuando ensanchen la banda y quepamos todos holgadamente en Internet, entonces, amigos, se armará la mayor verbena de la imaginación y la fantasía (y la mediocridad y el aburrimiento: van juntos) que la humanidad haya contemplado nunca. No va a tardar mucho, créanme. Donde ahora vemos peliculitas tamaño sello de correo, con los personajes espasmódicos y los colores llenos de flecos, veremos secuencias a plena pantalla. Fíjense que el dilema es absurdo, ridículo, inadmisible: ya existen los medios técnicos, ya se puede hacer prácticamente todo lo concebible. Sólo lo impide el hecho de que tengamos que pagar cantidades fabulosas por una conexión mediocre, que podría ser excelente y a precio asequible (si no gratis). Soluciónese ya. Luego vendrán otros tíos Paco con otras rebajas, claro. Todo un fabuloso sector comercial se abre a la ambición de los más emprendedores. La cósmica eclosión de creatividad y genio (o ingenio: seamos más modestos) que se está produciendo y que seguirá en aumento durante los años del próximo futuro, resultará inútil sin la actividad mediadora de los distribuidores. Óiganme 45
bien, señoras y señores, porque les estoy definiendo la profesión de más provenir: distribuidor de contenidos creativos (libros, películas, fotos, chistes, lo que se les ocurra). De nada sirve que alguien haga una maravillosa peliculita de 7 minutos o un texto de 44 páginas, con sus propios medios, si alguien no encuentra el modo de poner esos «productos» en contacto con sus consumidores. Los intermediarios (que serán, seguramente, los actuales intermediarios culturales, reconvertidos, pero también otros nuevos, que ahora tomen la delantera) crearán negocio, generarán una pastizara y, claro, harán que todo vuelva a su cauce. Dentro de quince o veinte años, usted comprará un texto (en formato electrónico) y lo llevará a una imprenta instantánea para que le hagan su propio ejemplar, incluso personalizado. O comprará una película por Internet y se la pondrá en el pantallón plano que adornará su salón de espectáculos (antes «salón», a secas). No estoy pretendiendo que con ello vaya a desaparecer el tremendo montaje comercial en que vivimos. Ni mucho menos. Seguirá habiendo superproducciones y best-sellers. Pero la incipiente cultura de lo más pequeño, personal y manejable, combinada con los nuevos métodos de distribución o puesta en contacto con el receptor de la creatividad, hará mucho más llevadera la existencia de los creadores que ahora no pueden acceder al circuito comercial. En los enlaces que hoy les incluimos verán ustedes unos cuantos ejemplos del cine que puede llegarnos. JENNIFER RINGLEY: http://www.jennicam.org/ Cine Digital a Porrillo: BIJOU CAFÉ: http://www.bijoucafe.com/ FILM COM: http://www.film.com/ MDFKR.COM: http://www.mdfkr.com/ SAN FRANCISCO COMEDY PRODUCTIONS: http://www.sfcomedy.org/ SHORTBUZZ : http://www.shortbuzz.com/ THE BIT SCREEN: http://www.thebitscreen.com/ THE IFILM NETWORK$ MOVIES FOR THE MASSES: http://www.ifilm.net/main.taf THE NEW VENUE: http://www.newvenue.com/ THE SYNC: INTERNET BROADCASTING: 46
http://www.thesync.com/ UD99 - TOM'S FLESH : http://www.desires.com/ UNDERGROUND FILMS: http://www.undergroundfilm.com/ WESTERNS.COM: http://www.westerns.com/frames.htm En casi todos los casos necesitan ustedes añadir a su navegador los servicios de Real Player, Quick Time, Shockwave, etc. Son gratuitos, de modo que no se priven. El valor de la experiencia justifica el tiempo que hayan de invertir.
47
137. CONTESTANDO PREGUNTAS Voy a ver si reúno en este artículo la respuesta a varias preguntas que con frecuencia me hacen ustedes por la vía electrónica (y, de paso, les recuerdo que no puedo atender un consultorio y que para cuestiones técnicas deben dirigirse a mi página web, donde averiguarán cómo llevar su problema ante instancias mejor asistidas). VIRUS. Sí, hay que esperar una tremenda invasión de virus de todo tipo para celebrar el fin del milenio, en los ya muy próximo meses. Las efemérides suelen aguzar el ingenio de los más bromistas. Surgirán cientos, miles de virus, unos graciosos y otros arrasadores. No conecte usted con Internet sin llevar el anti virus puesto. Nunca. No abra nada que le envíen desconocidos. Sea muy, pero que muy prudente. Hay que entender que todos los adelantos que se producen en la comunicación también funcionan para los viruseros y, por consiguiente, aumentan su capacidad de actuación. CHATERÍAS. Hace años que no circulo por los chats (me gusta llamarlos «chaterías»), pero me llegan insistentes denuncias de abusos, guerras, ataques injustificados, transmisiones de virus, etc. El mundo está muy violento, señoras y señores. No iban a ser las chaterías el último reducto de la paz beatífica. Idos son los tiempos en que casi todos los interneteros nos amábamos los unos a los otros como hijo del evangelio y estábamos siempre pendientes de ayudar a los demás. Fue bonito. Consejo: si no es usted un experto chatero, adórnese de humildad, no adopte posturas que puedan molestar a nadie, cuando entre en un canal entérese bien de qué va la cosa, no vaya a meter el cuezo, desconéctese ante la primera amenaza de cualquier ataque. El hecho de que usted no entienda cómo le pueden hacer daño no significa que no puedan. Los muy expertos casi siempre pueden. ALMACENES. Tampoco yo lo entiendo del todo, créanme, ni la explicación cabría en esta página, pero el caso es que hay verdaderas peleas en Internet por regalarnos cosas. Es verdad lo que ustedes me comentan: hay varias compañías que nos permiten utilizar sus gigantescos discos duros como si fueran nuestros. Es decir: puedo guardar 20 o 30 megas de archivos míos en el alma48
cén de un tercero, donde estarán a salvo de cualquier contingencia, y donde incluso puede otra persona recogerlos, si usted autoriza la operación. Dicen ellos. Pregunto yo: ¿están a salvo de que se los lean o de que alguien me los contamine con un virus? No lo sé. Mi consejo es que sólo guarden documentos de texto en los almacenes ajenos (y, mejor aún, que anoten el tamaño de los archivos «colocados»: si cambia, no los recuperen). SECRETITOS. De veras que comprendo muy bien el problema: no tiene ninguna gracia lo de compartir el ordenador con otras personas, todas ellas enormemente cotillas, capaces de leerse toda nuestra correspondencia más íntima de una sola sentada. Pero lamento poner en su conocimiento que dentro de Windows (el sistema operativo que utilizan más del 90% de los lectores de El Semanal) no hay modo de evitar que todos los usuarios tengan acceso a todos los archivos del disco duro. Acudan ustedes a algún programa de criptografía o, si son los dueños del ordenador y sospechan que alguien más podría utilizarlo sin su permiso, traten de activar la gestión de contraseña del BIOS (al que se accede, normalmente, pulsando DELETE antes de que empiece a cargarse Windows; pero no lo hagan sin asesoramiento pericial). ESPACIO DE LIBRE DISP OSICIÓN: File Home: http://www.filehome.com/ FreeDiskSpace: http://www.freediskspace.com/ FreeDrive: http://www.freedrive.com/ IDrive: http://www.idrive.com/ X-Drive: http://www.xdrive.com/ CRIPTOGRAFÍA : En Freeware 32 encontrarán ustedes una buena cantidad de programas para criptografiar archivos, muchos de ellos gratuitos: http://www.freeware32.com/file/encrypt1.htm
49
138. ELOGIO DE LA IGNORANCIA Que no, que no, que no, que no: que siempre estoy recibiendo cartas cuyo autor se acusa de ignorante y se avergüenza y promete enmendarse; y que no es eso. Miren, voy a dedicar este artículos a roturar algunos parámetros de la ignorancia (en cuanto mi propia ignorancia me lo permita). Ya verán ustedes dos cosas: 1ª) Que su desconocimiento es todavía más vasto de lo que suponen; 2ª) Que nadie puede saberse todo esto al dedillo. Primer supuesto: se va usted a comprar un ordenata. ¿Qué tipo de conectores busca? ¿RS-232-C, Centronics, USB, PCI, AGP, Slot 1, Socket 370, DIMM, SIMM, SCSI, IDE, IEEE1394, ISA? Con la mano en el corazón, confiésemelo, ande: ¿cuál es su conector preferido? O ¿ha entendido usted algo? Si lo ha entendido todo o la mayor parte, no sé que peinetas pinta usted leyendo este artículo, la verdad. Si no ha entendido nada o casi nada, se va usted a comprar el ordenador a ciegas. Suerte. Segundo supuesto: anda usted tentadillo con la idea de mejorar su CD, o mercarse uno nuevo, o cambiar a DVD (suponiendo que sepa qué diablos es todo eso). Puede elegir entre: CD-Rom, CD-r, CD-rw, DVD-rom, DVD-ram, DVD+rw, DVDrw, PD. Doy por sentado que tiene usted las ideas clarísimas al respecto. Así como que comprende perfectamente la diferencia entre un DVD con tarjeta descodificadora y otro sin, por no entrar en otras truculencias. Tercer supuesto: quiere usted una nueva tarjeta gráfica. Y se encuentra (si busca) con el fino detalle de que los precios oscilan entre las pococientas y las tropecientas mil pesetas. ¿Tiene idea de qué puede justificar semejante abanico? ¿Tiene idea de para qué puede servirle una tarjeta gráfica maravillosa conectada a un monitor corrientito? ¿Con qué chip la quiere? ¿Quizá el GeForce 256? ¿Se atreverá con el «overclocking»? ¿Le parece importante la arquitectura en los canales de procesamiento? ¿Cuántos motores gráficos desea que tenga? Cuarto supuesto: se acaba usted de comprar una cámara de vídeo digital y quiere engancharla al ordenador, con idea de montar sus películas y verlas por la tele. ¿Quiere «capturar» vídeo? ¿Le parece bien que la edición sea por hard50
ware? ¿Hay alguna tarjeta que tenga soporte simultáneo de monitor y TV? Y, también aquí: ¿cómo es posible que existan semejantes diferencias de precio? Podría acumular otros ejemplos, pero válganos con los dichos. ¿Qué quiero decir con esta locura? En pocas palabras: que resulta completamente, repito, completamente imposible averiguarlo todo en el campo de la informática teórica y aplicada, que los usuarios no podemos ni plantearnos siquiera la posibilidad de saber con toda certeza lo que estamos comprando, y (conclusión) que todos necesitamos asesores a la hora de tomar una decisión de compra o de uso. ¿Dónde se encuentran estos asesores? Ahí le duele: la venta de productos informáticos no está suficientemente profesionalizada, ni los vendedores de tienda suelen contar con el respaldo técnico necesario (porque tampoco puede pretenderse que lo sepan todo). De modo que la mayor parte de las veces no es que actúen de mala fe: es que nosotros no sabemos lo que compramos y ellos no saben lo que nos venden. En consecuencia: déjense de humildades, por favor; pregunten, entérense, acudan a las fuentes, fíjense en las comparativas de las revistas informáticas, procure hacerse amigo de algún buen hacker… Qué sé yo. Todo menos la vergüenza. PÁGINAS DE LECTORES O RECOMENDADAS POR LECTORES: Para gente de bolsa: http:://bolsamaria.com Sporting de Xixon: http://virtual.es.fortunecity.com/mensajes/48/index.HTML Ingeniería naval: http://www.tnet.es/users/tng/ Batiburrillo de cosas: http://www1.gratisweb.com/ntejero/miweb.htm Cámara en vivo: http://www.telecable.es/personales/pcubino1// Culto céltico: http://www.lanzadera.com/caradawc/ Motoclub: http://www.moto-club-muro.nu/ Búsquedas: http://teleline.terra.es/personal/j_docabo/
51
139. CUCAS , LAS CUQUIS Les tenemos pavura. Se llaman «cookies», bizcochitos, y sabemos, a poco que sepamos, que en este mismo momento nuestro disco duro está perdigado de ellas. Si utiliza usted el iExplorer, vaya a c:\windows\cookies y verá qué abundancia de *.txt. Netscape Communicator las junta todas en un archivo cookies.txt que está en: c:\..\Netscape\users\«su_nombre_de_usuario». El Netscape para Mac utiliza un archivo llamado «Magic Cookie», que se encuentra en el directorio de Netscape, dentro de «Preferencias». ¿Qué son los cookies? Son pequeñas anotaciones que los servidores web pueden grabar en nuestro disco duro. Suelen recoger datos de nuestras visitas a una página en concreto y, en principio, sólo puede leerlas quien las creó. Resultan indispensables, aunque no sé si para nosotros o para quién. Los portales, por ejemplo, no podrían existir sin cookies: gracias a ellos le consiguen fabricar a usted una página de acceso a la medida, con los planteamientos que usted prefiere y saludándole por su nombre… Cuando se trata de páginas con santo y seña de acceso, pues bueno, no va usted a estar acordándose cada vez de lo que se inventó la primera, de modo que ahí acude el buen cookie, muy servicial, automatizándole el proceso. El bichito también recordará que usted prefiere las páginas sin gráficos, o que le repatean los marcos («frames»), etc. ¿Qué anotan con tanto afán? Los cookies suelen contener el nombre del sitio que lo creó, una fecha de caducidad y una serie de datos sobre nuestra visita a la página. También puede apuntar nuestro dominio —lo que está a la derecha de la @—, la fecha y hora de nuestra visita, el ordenador, el sistema operativo y el navegador que utilizamos, así como la historia de nuestros devaneos por la página. Hay quien encuentra todo esto la mar de natural. Teóricamente, los cookies no pueden recoger otros datos personales (nombre, dirección de correo, teléfono). No se lo permiten las medidas de seguridad incrustadas en su propia tecnología. No obstante, aun aceptando esta cuestión de fe, somos 52
muchos quienes pensamos que el sistema tiene sus riesgos. Sin entrar en grandes y siniestros ardides piratas (nada imposibles, pero de poco probable aplicación a usted y a mí, pobres ciudadanos nada interesantes), lo cierto es que nuestras actividades, nuestras visitas a las distintas páginas, pueden llegar a conocerse por terceros. Y eso, como mínimo, implica unas aperturas al cotilleo que no nos interesan nada. También es cierto, desde luego, que más datos nuestros tienen los proveedores de Internet, y no consta que los estén utilizando para mal. Yo qué sé. Nunca he sido paranoico, ni creo, la verdad, que a nadie le importen un comino mis andanzas por Internet. Tan insensato soy, que nunca me he molestado siquiera en controlar los cookies. Ustedes, sin duda, pueden hacerlo. Primero, configurando sus navegadores para que les avisen de la presencia de bizcochitos. Segundo, no aceptándolos (en ciertos casos, la página a que intenta acceder puede no funcionar normalmente). Tercero, borrándolos de sus ubicaciones, al cerrar cada sesión por Internet. (Borrarlos al final tiene la ventaja de que las páginas sí funcionarán normalmente; y comparte con todos los demás métodos la desventaja de que no podrá usted configurar nada a su gusto personal.) Por último, si es usted verdaderamente receloso y no se fía ni de los santos enemigos de Microsoft, visite la página www.anonymizer.com, donde le enseñarán a moverse por la red como un fantasma anónimo. Qué susto. El Muro, editora virtual: http://www.arrakis.es/~aldm/ Buscar empleo: http://empleo.kipelhouse.com/ Opositores unidos: http://www.opositor.com/ A la literatura por Internet: http://www.geocities.com/Paris/Rue/8859/princi.HTML
53
140. DE CORREO Todos los estudios publicados demuestran que los interneteros utilizamos Internet más que nada para comunicar con otros seres vivos de distintos lugares del planeta, tanto con fines profesionales como con fines personales e intransferibles. Todos los demás empleos de la Red quedan en segundo o tercer plano, incluida, figúrense ustedes, la mismísima función de despabilar o alimentar la lujuria, que tanto suena por ahí. A pesar de esta prevalencia, tampoco puede afirmarse que seamos todos unos maestros en el empleo de este novísimo medio de comunicación. Y puesto que lo mío, aquí, es proveer de consejo (bueno, a fin de cuentas, eso significa mi nombre, Ramón: «el que dignifica por el consejo»; de modo que…), vamos a sentar unas cuantas pequeñas cátedras. Qué utilizar. A estas alturas de la carrera, da lo mismo qué cliente utilicen ustedes para gestionar su correo, créanme. Hay quien todavía jura y perjura y recontrajura que los veteranos y siempre renovados Eudora (Pro —de pago— o Light —de gratis—) y Pegasus (gratis) les ganan de calle a los gestores de correo que incorporan de oficio casi todos los navegadores. Tienen sus ventajas, sin duda, cuando uno está acostumbrado a trabajar con ellos, pero también ponen peguitas de configuración que a ustedes, a lo mejor, no les apetece resolver. Lo más natural es que optemos por lo cómodo y, repito, nos atengamos al cliente que viene con nuestro navegador. No obstante, hay situaciones y servicios especiales que aconsejan el recurso a otros programas. Así, por ejemplo, para todo lo que sea fusión de correo, envíos a grupos y mantenimiento de una lista, el nuevo Aureate Group Mail es una verdadera joya. Su precio es de 49.95$, pero —cómo contárselo a ustedes— tiene un periodo de prueba ilimitado… Si no andamos muy sobrados de recursos y no queremos utilizar los clientes de gran tamaño, que nos dejan la RAM en los puros huesos, podemos acudir a ClickMail Pro. Va como una seda, desde la propia bandeja de tareas, y come muy poquito. Vale 12.00$. Luego, si es usted un poliglota de lujo, tiene LingoMAIL, capaz de gestionar correo en 30 idiomas dentro del mismo mensaje. Cuesta 35.00$. 54
Qué no hacer. A) No escriba en mayúsculas. Según la «redtiqueta» —o manual de buenas maneras aplicable a la Red—, escribir en mayúsculas equivale a gritar y resulta la mar de grosero, oye. Limite las mayúsculas a una palabra o frase que pretenda destacar. B) No mande mensajes demasiado largos, nada por encima de los 200 o 250 Kb, por ejemplo. Va usted a bloquear el servidor y la recepción de una persona que no tiene por qué ser sometida a esa tortura. C) No abuse de los archivos adjuntos, y jamás los envíe a desconocidos (porque los desconocidos, si son prudentes, se abstendrán de abrirlos). Los puntos B) y C) son muy aplicables a muchas oficinas de prensa de diversas compañías, que han descubierto la facilidad y la baratura del correo electrónico, pero aún no han entendido alguno de sus principios más elementales. D) Desactive, en su cliente de correo, la opción «incluir el mensaje original en la respuesta»: son ganas de aumentar el volumen de su envío, casi siempre para nada. Actívela cuando de veras necesite usted referirse al texto del mensaje a que contesta. E) No sea usted optimista: no todo el mundo puede recibir correo en formato HTML, de modo que no se moleste en añadir colorines y jeribeques diversos, porque el receptor no los va a ver. Y, por último, una humilde petición: por favor, no me manden chistes, que ya los tengo todos repetidos varias veces. J Página oficial de Aureate: http://www.aureate.com. No obstante, para bajarse el programa es mejor que acudan a Tucows. Por ejemplo: http://tucows.arrakis.es/mail95.HTML ClickMail: http://www.capitexkonsult.com/us/clickmailpro.htm LingoMail: http://www.lingomail.com/
55
141. SANTIFICAR LAS FIESTAS El comercio, al menos como simple trueque de mercancías es más antiguo que las cavernas. Resultaría, pues, disparatado que le dudáramos la legitimidad. Todo lo imprescindible es legítimo, mientras alguna revolución no demuestre lo contrario. Y no acudan ustedes en masa al estadio de su localidad, a esperar la revolución con los eslóganes desplegados, porque no hay ninguna anunciada para pronto. Bueno, sí, hay una, pero qué revolución: el comercio electrónico. Todo lo que están ustedes viendo que sucede en Internet — tan inaudito —, sucede por mor del comercio electrónico. El dinero del mundo ha llegado a la conclusión de que Internet puede ser el más fantástico multiplicador de riqueza jamás maquinado por el homo mercator. Y se entiende el entusiasmo, miren ustedes. Hasta ahora, todavía ahora, quienes producen mercancías con intención de venderlas están obligados a hacer un esfuerzo extra, pesado y costoso: el de poner el producto en puntos de venta a veces muy distantes de la fábrica, gastándose un pastón en transporte y en sueldos o comisiones. El comercio electrónico, por primera vez en la historia, viene a eliminar ese engorroso trámite: cuando el sistema logre pulir los fallitos que aún le colean, la mercancía sólo se moverá del almacén para dirigirse al domicilio de su comprador; puede, incluso, que la mercancía no se produzca siquiera hasta que llegue el pedido. ¿Se dan ustedes acato del tremendo ahorro que semejante elipsis comercial significa, aunque para compensar la falta de distribución física las compañías no tengan más remedio que invertir muchísimo más en márquetin, promoción y publicidad? Es tremendo. Es la ascensión a los cielos del espíritu puro del capitalismo triunfante. Bueno, pues ahora viene una de esas épocas en que nos toca contribuir, como ciudadanos cumplidores, al esplendor de la coyuntura. No, no, no, por favor, no me entiendan mal: no estoy en contra de que nos compremos regalos para conmemorar la resurrección del sol; llevamos en estos festejos desde hace muchísimo más de 2000 años. Sólo quiero recordarles a ustedes lo que ya bien saben: que esta es la primera temporada en que estará verdaderamente de moda comprar por Internet. 56
Como los viejos interneteros, por inclinación natural, tendemos a ser serviciales, yo tenía preparado para esta sección un artículo que podría haberse titulado «Dónde comprar». Pero… De pronto me di cuenta de que no podía publicarlo, porque Internet ya no es esa simpática granja de lo gratuito, solidario y granujilla en que nos educamos los más antiguos. Esto, ya, es competencia ruda y dura. Contravendríamos aquí todas las normas del periodismo si yo les proporcionara una lista de tiendas donde adquirir sus regalos. Primero, porque la relación no podría ser completa y beneficiaría a unas en detrimento de otras menos asentadas en mi memoria o en mis libros de direcciones. Segundo, porque ustedes estarían en su pleno derecho si sospecharan de tanta solicitud por mi parte. De modo que chitón. Compren ustedes donde Mercurio les dé a entender. Sólo les dejo, al desgaire, un par de consejos: háganlo en seguida, si van a utilizar Internet, porque la revolución del transporte no se ha producido, y pueden ustedes tardar bastante en recibir la mercancía. Utilicen, además, los buscadores españoles. Si quieren comprar vino, pregunten por «vino». Si una pluma estilográfica, pregunte por «artículos de escritorio». Pueden encontrarse con alguna que otra ganguita interesante, para mejor santificar las fiestas. BUSCADORES Y/O PORTALES ESPAÑOLES Ciudad Futura: http://www.ciudadfutura.com/ Tripod: http://www.es.tripod.de/ Guay: http://www.guay.com/index.html Metabusca: http://www.metabusca.com/ Sol: http://www.sol.es/ Olé: http://www.ole.es/ (dentro de Terra) Terra: http://www.terra.es/ BIWE: http://biwe.cesat.es/ Yahoo! España: http://espanol.yahoo.com/ El Cano: http://espanol.yahoo.com/ Yupi: http://www.yupi.com/ Ozú: http://www.ozu.com/ El País Vasco: http://www.paisvasco.com/info.htm Trovator: http://trovator.combios.es/ Global Net: http://www.dirglobal.net/ 57
Red Iris: http://www.rediris.es/recursos/ Yellow Web: http://www.yweb.com/home-es.html Asociados hispanos: http://www.asociados.com/ Euroscanner: http://www.euroscanner.com/esp/ Hispavista: http://www.hispavista.com/ Lupa.net: http://www.lupa.net/ País Virtual: http://www.paisvirtual.com/ Qué Pasa: http://www.quepasa.com Telépolis: http://www2.telepolis.com/ El Oteador: http://cvc.cervantes.es/portada.htm CNN: http://cnnenespanol.com/mrweb/index.HTML Lycos: http://www-es.lycos.com/ LauSoft: http://www.euskalnet.net/malobado/Busca/buscadores_paises .htm
58
142. UNOS CUANTOS REGALOS Esta mañana me he despertado con el corazón en sobresalto: ¡Cielos! Ya casi estamos en Navidades, y aún no se me ha ocurrido qué regalarles a ustedes —que, encima, ya lo tienen todo—. En fin. Dándole muchas vueltas al problemón, he optado por enviarles todas estas cosillas (eso sí: los paquetes tendrán que recogerlos ustedes en las direcciones más abajo indicadas): Para quienes presumen de tarjeta gráfica: 3D Mark 99. Ponga a prueba la potencia de su poderosa máquina y de su no menos poderosa tarjeta. Tremendos tests. Para morfear: WinMorph v 1.3., un programa no muy potente, pero que sirve para irse haciendo la mano tanto en la mezcla como en la torsión de imágenes («morphing» y «warping», en idioma patrón de Internet). La mar de diver, cuando uno tiene fotos con que jugar, claro. Para buscar y encontrar muchísimo: Easy Finder. Por favor, bájenselo ustedes, pruébenlo un rato y díganme si le ven la intención. Yo creo que se pasa de servicial: a mí, por lo menos, me encuentra páginas que no le he pedido. ¿No nos encaja publicidad de tapadillo, también? Díganme, díganme, porfa. Para cotillear y quedarse un tantico perplejo: Merodeen por las páginas de El Creador. De lo más interesante y ambicioso que he visto por la Red (y hasta fuera de ella) en los últimos tiempos. No digo yo que esté de acuerdo con las terribles perdigonadas urbi et orbe de don Melguencio Melchavas, porque un señor de mi venerable edad no puede cohonestar tantísima descalificación tempestuosa, pero ya es noticia el mero hecho de que alguien no esté mortecino y dé señas de valor. Para windowseros sabios, metódicos y valerosos (alguno habrá, digo yo, por más que los macqueros y linuxeros se nieguen a admitirlo: Start Pro permite un muy completo conocimiento de todos los mecanismos de arranque del sistema, con opción a modificarlos. Debe manejarse con prudencia exquisita, pero es una herramienta estupenda. Para octoglotas: Dict2000 es un diccionario de ida y vuelta que cubre ocho lenguas distintas. Entre ellas, pásmense, el latín. Todavía no me he recuperado de la sorpresa… Ojo: no va muy allá 59
en sus matizaciones léxicas, pero sirve para un apaño rápido. Para fisgonear por el mundo entero: Digicams nos pone en contacto directo con una red mundial de cámaras web. No se trata de meterse en las habitaciones íntimas de señoritos o señoritas exhibicionistas, sino de tener un ojo abierto a muy interesantes y pintorescos lugares del mundo. He estado un buen rato vigilando una esquina de Manhattan, por ejemplo. Qué vida. Para que cundan las imágenes: PixMachine99 es un programa que requiere meditación, porque sus mandos no son lo que se dice muy intuitivos. Eso sí: facilita de manera insensata la recogida de imágenes en los grupos de noticias. La versión gratuita lleva trabas molestas, pero podrán ustedes sobrevivir. Una invitación: Y, para redondear, quedan todos ustedes invitados a admirar embelesadamente el nuevo look de mi página web. Ya saben: http://pagina.de/rbuenaventura. A su disposición. 3D Mark 99: http://www.madonion.com/ WinMorph: http://redrival.com Easy Finder: http://www.bluesquirrel.com El Creador: http://pagina.de/elcreador Start Pro: http://www.daesoft.com/smart/index.html Dict 2000: http://www.geocities.com/SiliconValley/Hills/1778 Digicam: http://www.rocketfx.com/ PixMachine: http://www.techsono.com/pixmachine99/
60
143. NÚMEROS MILENARIOS Miren ustedes, qué le vamos a hacer, hay ocasiones en que unas cuantas migajas de desfachatada inmodestia resultan indispensables: si no nos lo decimos nosotros mismos, quién va a acariciarnos los tímpanos para recibir el milenio con más suavidad. De modo que lean, lean. Procuraremos no ruborizarnos. Ahora, ya, todas las publicaciones españolas, casi sin excepción conocida, vienen con página o páginas de Internet. En la primavera de 1997 —cuando empezamos en El Semanal—, «Cuadernos de Cibernauta», que así se llamaba entonces el invento, era una especie de sonda a Marte con esperanza de respuesta. Y ustedes contestaron de tal modo, que al principio resultaba difícil de creer. ¿Cómo podía haber tantas personas interesadas en las cosas interneteras? Vive Dios que las había: desde el primer artículo hasta ahora he recibido de su abrumadora amabilidad la increíble suma de 14.417 mensajes directos a mi buzón personal de correo electrónico (el cómputo se lleva de modo automático, claro; no vayan a creer que me dedico a contar las cartas). No voy a extremar el desparpajo hasta el papo máximo de decirles que los he contestado todos. Sólo 5.359. Al principio lo intenté, pero a las pocas semanas estaba tan encharcado en cartas, que no me quedó sino rendirme a la evidencia de que nunca podría ponerme al corriente con sus señorías. Ya, ya sé: no es nada fácil eso de estar al corriente con nadie, pero da como apuro fallar con una multitud. Luego, no recuerdo exactamente cuándo (transcurrido más o menos un año desde el comienzo de la sección), puse en marcha mi página personal, más que nada por salir de un atasco tremendo en el que me había metido yo solo, sin ayuda de nadie. Unas semanas antes les había hecho a ustedes una oferta cuyo grado de aceptación rebasó todos mis temores previos y casi me plantó en el colapso vital, llevándoseme por delante el no muy abundoso tiempo libre de que disponía: prometí enviar los artículos de esta sección, en un archivo *.zip, a todo el que me los pidiese. Fue tal la avalancha, que no me quedó más remedio que montar la página web e incluir en ella los artículos, uno por uno. Ahí siguen, a su disposición, ahora en varios bloques comprimi61
dos. Mi «sitio» anda por las 33.000 vistas, y casi llegan a 30.000 los lectores que se han bajado uno o más artículos para leerlos en sus casas. Así dicho, da un poco de miedo. De modo que así están las cosas. Estos dos años y pico han visto notables cambios en Internet y, sobre todo, han servido para asentar y extender en la opinión pública española el convencimiento de que la Red es el futuro de casi todo: la información, la enseñanza, el esparcimiento más o menos intelectual, el contacto entre seres humanos. Siempre afanosos en nuestras posturas, hemos pasado de la indiferencia ante el fenómeno a la más aguda sobrevaloración, con Plan Nacional de Internet y todo. No es para tanto. De hecho, yo estoy convencido de que Internet desaparecerá en un futuro no muy lejano, sustituido por una cáfila de hijos más pequeños y más especializados. Viviremos, sí, en estado de perpetua conexión, pero estos tiempos pioneros que ahora vivimos, de teléfono lento y carrasposo, pasarán al olvido. Entonces, seguramente, no tendrá el más mínimo sentido que las mejores revistas del mundo sigan dedicando tanta atención a Internet. La red se habrá hecho omnipresente y obvia. Hasta un pelín hortera, si me apuran ustedes. Todo lo indispensable es un pelín hortera, como la tele, por ejemplo. Mientras tanto, déjenme desearles vehementemente a todos ustedes un felicísimo milenio (hablamos en diciembre de 2999, a ver cómo nos ha ido) y comunicarles que he cambiado por completo el diseño de mi página: mazo novedades, alguna de ellas, espero, de algún interés. Visítenme mucho. Gracias a todos. DIRECCIONES Arroba de oro a Zaragoza: http://www.zaragoza-ciudad.com/ Libros desde Granada: http://www.moebius.es/praga/ Asociación indispensable: http://www.aui.es/ Una página generosa: http://xcastro.com/ Guerra, clamó ante el altar…: http://www.geocities.com/Tokyo/Harbor/8292/estrategiapral.htm Teléfonos del mundo, uníos: http://www.infobel.be/
62
144. CONSULTA POR ARROBAS A pesar de que lo tengo dicho en repetidas ocasiones (a saber: que de ningún modo puedo atender un consultorio), siguen ustedes, amadísimos lectores, acribillándome a preguntas que no puedo contestarles, unas veces porque no sé y otras porque no tengo tiempo. Vamos a ver si hoy resolvemos, en público y para todos, una de las más frecuentes. Arroba. El signo @ es grafía abreviada de la preposición inglesa ‘at’ (‘en’), como el signo & lo es de la conjunción latina ‘et’ (y). De modo que una dirección electrónica se compone de nombre y localizador. Así, por ejemplo, la que doy en esta sección significa, sencillamente, que hay una cuenta «rbpropia» en «teleline», y que ésta se halla en España. No obstante, como bien saben ustedes, alguien se dio cuenta de que este sigo, @, es muy parecido al que antiguamente se usaba para representar la arroba, unidad de peso equivalente a once kilos y medio en Castilla y doce en Aragón. Y hoy, ya, casi todos los hispanohablantes damos nuestra dirección electrónica utilizando esa denominación, «arroba», como si estuviésemos hablando de algún lucido ejemplar de la cabaña porcina… En otras lenguas varían las soluciones y, además, da la impresión de que ninguna está perfectamente asentada (salvo en inglés, claro, donde la única denominación posible es ‘at’). Los franceses utilizan «a commercial», pero también «arobase» (por extraña influencia hispana) y «escargot» o «petit escargot» (caracol o caracolito). Los alemanes ven en @ una cola de mono (‘Affenschwanz’), o el propio mono araña, que se agarra a las ramas con dicho apéndice (Klammeraffe’). Los israelíes también perciben un caracol (‘shablul’), aunque no todos ellos: otros prefieren ‘strudel’, que viene a ser una especie de brazo de gitano. Los japoneses dicen ‘atta maaku’, pero no se dejen ustedes engañar, porque la cosa no es sino ‘at mark’ (marca de ‘at’) pronunciado a la nipona. Los chinos le llaman ‘ratoncillo’. Los polacos, ‘malpa’ (mono). Los portugueses, ‘arroba’, como nosotros. Los rusos ven un ‘sobachka’, es decir un perrito. Los turcos dudan entre ‘gul’ (rosa) y ‘at’ (caballo). Los daneses hablan de trompas de elefante (a con trompa, ‘snabel-a’). Y a los árabes todavía no se les ha ocurrido nada gracioso, de modo que 63
se atienen al ‘at’ inglés. Ya ven ustedes. Con lo sencillito que parecía. De todas maneras, la forma más segura y eficaz de decir @ sigue siendo la que todos utilizábamos al principio, antes de que se inventara lo de «arroba»: sí, hombre, una a con un circulito alrededor, dibujando el signo, al mismo tiempo, mediante un elegante trazo del dedo índice en el aire. Así nos entienden hasta en Finlandia. Donde, por cierto, dicen ‘miau’, porque a ellos la @ les parece un gato. Ya saben: la fantasía nórdica, que no hay quien la pare. DIRECCIONES Quédense ustedes atónitos o atónitas: http://realdoll.com Todo sobre la estrella de Belén: http://pagina.de/laestrelladebelen Subastas: http://www.aucland.es Revista electrónica: http://beta.ibrujula.com/ Noticias latinas: http://www.nosotros.com/ Revista cultural: http://ariadna.cjb.net/ Conjunto de buscadores: http://www.infopeople.org/src/srctools.HTML
64
145. LA TREMENDA INOCENTAD A Hubo bromas en la Red, ayer. Sí, lo confieso: escribo con la inevitable antelación. Estas líneas que ustedes tienen ante los ojos, en «modo papel», crecieron en la pantalla de mi ordenador unos cuantos días antes (el 29 de diciembre de 1999, para ser más precisos). El recién mencionado «ayer», por tanto, era 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Acabo de recibir un resumen de las cuchufletas en «El Comentario» de iBrujula.com, una de las publicaciones virtuales en español a las que conviene estar suscrito. Parece ser, por ejemplo, que Jon Idígoras va a dirigir una página web sobre la fiesta de los toros, en Canal21, y que —no sé si en justa o injusta contrapartida— el presidente de Telefónica, Juan Villalonga, se pasa al budismo y abandona todas sus ambiciones terrenales. Por ejemplo. Pero el horno no está para bollos de pega o broma, hoy, en mi «ahora mismo», a las once de la mañana del miércoles 29 de diciembre. Me ha puesto de muy mal humor el correo: no menos de diez mensajes con advertencias sobre el efecto 2000, todos ellos tremendamente alarmantes, porque proceden de gente y de compañías serias. Nadie certifica nada en concreto, pero todo el mundo parece andar un tantico descontrolado, sin saber qué recomendar ni, sobre todo, qué vaticinar. Estamos en el mayor apogeo del «porsiacasismo» que he visto en mi vida (y eso que viví decenios bajo la dura ley de un régimen que prohibía sistemáticamente miles y miles de cosas, «por si acaso»). Para colmo, casi todos los consejos que recibo me resultan de escasa o nula aplicación, porque se refieren a las versiones en inglés de mi sistemas operativos y mis navegadores. Me cuentan que puede surgir un problema, sí, pero no me indican cómo solucionarlo. Tengo que cruzarme de brazos (más bien de dedos) y esperar que no ocurra nada. Estoy convencido de que no ocurrirá gran cosa, pero ustedes tienen sobre mí, en su «ahora», mientras me leen, una ventaja clara: ya están al cabo de la calle. No obstante, hayan sido cuales hayan sido (ustedes sabrán) los devastadores o pintorescos efectos del salto al 00, lo seguro es que la cuestión debería indignarnos mucho más de lo que nos in65
digna. Ahí los tienen ustedes: miles de expertos, la mar de compungidos, diciéndonos que no saben si el mundo va estallar en 72,5 millones de bits a las 12:00:01 del 1 de enero. Pero nadie pide perdón ni da explicaciones convincentes. Durante años y años, por desidia, ignorancia o indiferencia, han permitido que el problema fuese creciendo y enredándose, hasta hacerse insoluble, hasta dejarlo en manos de la Diosa Fortuna. Ahora dicen que, claro, que cómo se les iba a ocurrir a ellos que sus programaciones de los años 70 fueran a seguir vivas cuando llegara 2000. Vale. ¿Tampoco se les ocurrió a mediados de los ochenta, pongamos por caso? Hasta fechas muy cercanas ya a la crisis del problema, más o menos hasta 1995, han seguido desarrollándose y comercializándose sistemas operativos y programas que no venían preparados para el cambio de fecha. Ello denuncia, como mínimo, tal grado de insensatez y de falta de sentido cívico, que uno se pregunta si no estaremos cometiendo un tremendo disparate al dejar nuestro futuro en manos de semejantes frívolos sabios. No es tema baladí, y sobre él volveremos pronto. DIRECCIONES iBrujula: http://ibrujula.com I love Marta: http://come.to/marta
66
146. EL ZOCO GLOBAL Las cifras de Internet nos hacen las neuronas un lío. Yo, por lo menos, no soy capaz de asimilarlas. No sé ustedes. America OnLine, el principal proveedor de Internet del mundo, acaba de fusionarse con Time Warner, uno de los principales grupos multimediáticos del (mismo) mundo. La nueva compañía vale 350.000 millones de dólares, unos 58,2 billones de pesetas. Sí. Aunque no fueran ciertas sino en su mitad las cifras que se nos lanzan a la cabeza para marearnos como a perdices y soliviantarnos a tope las ganas de ¡comprar, comprar, comprar! — innatas, al parecer —, aun podría afirmarse que la Red ha reventado sus costuras durante las últimas semanas del 99. El comercio electrónico (la venta por enchufe, podríamos llamarlo) ha arraigado en el corazón de los Consumidores del Mundo (Unidos). Ya está. Vaticinábanlo los más expertos y, al final, ocurrió. Ya existe el Gran Mercado Global. A mí no es que me afecte mucho la cuestión, porque no tengo nada que vender y no voy a ganar un guiri (€) en el nuevo zoco, pero en los mensajes que recibo los veo a ustedes con una tremenda mosca detrás de la oreja, como recelando engaños por todas partes, y, la verdad, me parece que nos convendría pensar un poco. El comercio electrónico nos plantea un reto difícil de asumir: ya no se trata de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos; ahora, encima, tenemos que confiar en el prójimo vendedor. Usted entra en una tienda de ladrillo y cemento, paga, se lleva su mercancía. Si algo va mal, tendrá problemas, casi con toda seguridad, pero, más o menos, se considera usted capaz de controlar la situación… Usted entra en una tienda virtual, paga, queda a la espera de que le llegue a casa la mercancía. Para más inri, ‘pagar’, en este caso, equivale casi siempre a dar los datos de alguna tarjeta de crédito cuyo titular seamos. A partir de ahí pierde usted el control de lo que pueda suceder. La tienda gira contra nuestra tarjeta y el banco acepta la operación sin más requisitos (usted ya no tiene que autorizar nada). La tienda puede enviarnos o no la 67
mercancía, la tienda puede cargarnos o no el precio pactado, la tienda puede utilizar nuestro número de tarjeta para cualquier otro fin. Fíjense que no estoy hablando de «seguridad» en la transacción: por más «certificados» que le echemos al asunto, por más que la transacción se efectúe a prueba de piratas informáticos, sigue en pie nuestra obligación de confiar en el vendedor virtual mucho más de lo que confiamos en el vendedor de carne y hueso. Dirán ustedes: para algo están los tribunales de justicia. Sin duda; pero, con escasísimas excepciones tipo Garzón, la competencia de los tribunales es rigurosamente territorial, y el comercio electrónico no reconoce fronteras geográficas ni estatales. ¿Dónde denuncia usted a un vendedor de Kansas City que le haya cargado en cuenta más del precio pactado o, peor aun, que no le haya hecho llegar la mercancía comprada? Me temo que en ninguna parte, a no ser que disponga usted de medios legales muy infrecuentes. En realidad, esta desconfianza es invencible, por el momento, mientras no inventen los indispensables mecanismos de garantía internacional (lo harán los norteamericanos: les conviene mucho). Compramos libros o discos en amazon.com (cuya sede se encuentra nada menos que en Seattle) porque no estamos arriesgando grandes cantidades de dinero; pero no nos embarcaremos en ninguna operación de mayor tamaño que no se haga en una tienda virtual con representación y personalidad (incluso con almacén) en nuestro ámbito jurídico. Por barato que se lo ofrezcan, usted no se va a comprar un ordenador en Taiwán. En resumen: para operaciones de mayor cuantía, confiemos en lo de siempre, aunque, por comodidad, cerremos la operación vía Internet. Para todo lo demás, ensanchemos nuestra confianza en la humanidad vendedora. Si no nos arriesgamos un poco, nunca alcanzaremos al verdadero y deseable zoco global. Páginas recomendadas por los lectores: Al dente: http://w3art.es/invits/12_14.HTML Revista de las artes escénicas: http://www.artezblai.com/ Babab: http://www.babab.com/ Bonobo: http://www.bonobo.8m.com/index.htm NCC Extremadura: http://www.casascultura.org/ 68
Ciencia Digital: http://www.cienciadigital.net/ Flora: http://www.geocities.com/CapeCanaveral/Orbit/2413/Flora-deMurcia.HTML Foro Sanitario: http://www.forosanitario.com/ Mercado: http://www.fecac.net/mercado/ Proyecto Filosofía: http://www.filosofia.org/
69
147. LA LIBERTAD Y OTROS POEMAS (I) En la reciente conferencia de Madrid, Gobiernos europeos (también el español, claro: ya ni las tendencias más retrógradas pueden permitirse el lujo de no participar en las corrientes) manifestaron su abrumada preocupación ante el casi absoluto dominio norteamericano de la Red de Redes. Daban ganas de decirles algo profundo, como «vale, Cascales», o brillantez semejante. La respuesta USA a la iniciativa europea no se ha hecho esperar: el mayor operador de Internet del planeta (America OnLine) se fusiona con el mayor grupo multimediático del mundo (Time Warner), para crear una compañía cuyo valor superar con creces el Producto Nacional Bruto de casi todos los países fichados por la ONU. ¿Está claro que los gigantes ejercen el poder absoluto en Internet y que los gigantes son todos norteamericanos? Pues sí, qué quieren que les diga, está bastante claro. Nosotros, los europeos, sólo tenemos una salida digna: contaminarlos de libertad. Los mega monstruos que todos los días nacen en Internet (creados por una ficción bursátil que, a plazo no sé si medio o largo, puede desembocar en una crisis de agárrate a la brocha que me llevo la escalera) sólo piensan en vender, vender y más vender. Los grandes comerciantes han tardado en descubrir lo que muchos vimos desde el primer momento, sin sacar de ello provecho alguno, porque no somos comerciantes, ni grandes ni pequeños: la Red es el paraíso ambiental, el ecosistema natural de la compraventa. Nosotros lo único que podemos hacer ante la ola de vendedores que nos invade y nos invadirá es, primero, comprarles lo que nos apetezca, claro, siempre que nos lo pongan en bandeja, baratito y fabricado en Europa. Sí, sí: fabricado en Europa. Afortunadamente para los menos internetizados, aun no se ha producido una revolución del transporte paralela a la revolución de las telecomunicaciones, de modo que la mercancía sigue teniendo que fabricarse y almacenarse en emplazamientos no muy alejados del consumidor… Y segundo, hacerles la Visa un lío, apartándonos, cuando nos convenga, de las carreteras principales. Quiero decir: los interneteros tenemos que aprender a gestionarnos la independencia y la libertad, sin por ello renunciar 70
a los instrumentos que nos ofrecen los gigantones. ¿Portales enormísimos? Por qué no, pero sin perder ni por un momento la conciencia de lo que éstos nos ofrecen: una vía de entrada a Internet cuyo planteamiento viene totalmente condicionado por su principal o único objetivo, que es la compraventa. No lo digo como reproche, que conste: hay que comprar y vender para comer y gozar, que cantaría el poeta. Sólo que a nosotros nos irá mucho mejor si, por una parte, nos especializamos en portalitos sobre temas concretos, con contenidos selectos, y, por otra, si explotamos al máximo el otro gran sector de Internet, el que no pueden eliminar los gigantes, porque está en la esencia del sistema: la comunicación entre usuarios. Tenemos a nuestra disposición toda una panoplia de herramientas liberadoras: los grupos de noticias, las «newsletters», el intercambio de marcapáginas, el chateo directo, los clubes, las revistas, etc. Dicho en otras palabras: tenemos en nuestras manos un viejo sistema que Internet potencia aún más de lo que potencia la compraventa. Hablo del trueque. La semana próxima hablaremos de unas cuantas aplicaciones pensadas para el mejor aprovechamiento de la libertad. DIRECCIONES Un ejemplo del espíritu de servicio: http://www.cin.es/txemas/berri/ Bufete electrónico: http://www.bufetalmeida.com/index.HTML Ciencia: http://www.cienciadigital.net/ Programa gratis para hacer mosaicos: http://www.smalleranimals.com/tyler.htm Glosario de términos interneteros: http://www.ati.es/novatica/glointv2.html
71
148. LA LIBERTAD Y OTROS POEMAS (II) En la Declaración de Derechos Virtuales que nos propone el Imperio del Mercado, «TODA PERSONA VALE LO QUE PUEDA COMPRAR». Qué horror. Hay que enfrentarse a la glaciación de los mercaderes. Hay que humanizar la Red. Hay que convertir la información (dato objetivo y ajeno) en conocimiento (dato subjetivo y propio). Para ello es imprescindible que las personas nos dejemos de vanas apelaciones al espíritu puro y a los viejos tiempos sin contaminar. La técnica está aquí para quedarse. No hay salida, no hay regreso a las cavernas. Es más: si de llamadas a la individualidad —contra el corporativismo venal—, estamos hablando, ésta es la época en que más herramientas nos han sido dadas para disfrutar en común, y con general provecho, de la libertad de todos. Si puede usted ayudar con su talento humano, ayúdenos. No se quede mirándonos desde su pura superioridad pre o anti tecnológica. Qué debemos hacer. Lo primero, señoras y señores, construirnos una página propia, conseguirnos lo que en un artículo ya antiguo llamé «una parcelita» en Internet. Es fácil, está al alcance de cualquiera, puede hacerse con los ordenadores menos potentes, no cuesta dinero, es —para colmo— divertido. Y sirve, como mínimo, para establecer un puesto de contacto con los amigos, una dirección de referencia, una casa donde recibir. Lo segundo, señoras y señores, dotar de contenido la propia página. ¿Hay que ser sesudo y profundo para ello? Qué va. Hay que tener ganas de decirles a los demás lo que nos gusta y lo que nos parece importante. Compartir es la palabra. Hay que compartir los descubrimientos, hay que trocar nuestra casa virtual en una especie de pequeño centro de irradiación hacia otras páginas que a nosotros nos interesan, sin preocuparnos de quedar bien o mal, sólo porque nos interesan. Hay que pasar la información. De hecho, sería incluso muy buena idea que todos pusiéramos nuestros marcapáginas al servicio de los visitantes de nuestro sitio web, pero sería mejor idea aún que incorporáramos una especie de cuaderno de bitácora donde comentáramos en términos rápidos y divertidos, nuestros viajes por el espacio virtual. No me 72
lo tomen a ingenuidad, porque los norteamericanos lo están haciendo, con escandaloso éxito (ya hablaremos de los «weblogs»). Tercero, señoras y señores, hay que permanecer informado: suscribirse a los servicios de noticias, abundantes y gratuitos; descubrir en qué listas de correo nos interesa participar, meternos en las chaterías donde consideremos que podemos aprender algo. No despreciemos la lectura o, al menos, el hojeo de las ya innumerables publicaciones electrónicas en casi todos los idiomas. No nos privemos de pasear al buen tuntún, de página en página, a ver qué ocurre. Todo esto es gratis. Para predicar con el ejemplo, les anuncio dos novedades importantes. Una: a partir de hoy, mi página se adapta a esta noción de servicio comunitario, incluyendo, entre otras cosas, no ya una selección como hasta ahora, sino todos mis marcapáginas o «favoritos». Segundo: dentro de nada les propondré un día y una hora para charlar en directo de nuestras cosas. DIRECCIONES Los más visitados: http://www.100mejores.com/ Artículos sobre Internet: http://articulos.w3.to/ Revista Estigma (a ver si actualizan): http://jano.sci.uma.es/estigma/ Cartas estupendas en castellano horripilante: http://estourbus.hypermart.net/ Literatura digital: http://deusto.com/
73
149. TONTAINAS EN LÍNEA Si últimamente no han andado ustedes de turismo por el planeta P3 del sistema solar G45/B37, incomunicados de Tierra, habrán oído hablar del Gran Triunfo de Internet à léase la compra de Time Warner por America On Line à léase la compra del mayor grupo multimediático «tradicional» por un proveedor de la Red (operación que halla su punto máximo de recochineo, pocos días después, en la absorción por Warner de la enorme compañía discográfica EMI: todo por la pasta). Cuadraría hacerse muchas preguntas, muy perplejas y muy cabizbajas, ante un suceso financiero como éste, que hace diez años nadie habría podido prever, de ningún modo, ni siquiera preguntándole a Rappel (o como se escriba el señor ese tan churrigueresco). Pero éste no es el sitio. Aquí sólo podemos asombrarnos [¡oooooh!] de que sea precisamente el tonto de los proveedores quien se esté llevando el dólar a la hucha en esta batallas tan cortas y tan intensas. America On Line es uno de estos proveedores de Internet que se lo dan todo masticadito a sus clientes y que poseen sus estructuras propias: una especie de Red minimizada y amistosa, caserita, donde resulta fácil encontrar lo que uno busca y hacer rápidas amistades muy gustosamente inclinadas a parlotear (sobre todo de seXo, no nos engañemos: los foros «adultos» de AOL son un hervor de gente, a cualquier hora del día o de la noche). La simplificación de todos los elementos de Internet llega a tal extremo, que, en principio, los AOLeños ni siquiera utilizan los mismos navegadores que ustedes o que yo, sino una versión más sencillota y con las prestaciones mucho más bajitas. En 1994 (el siglo pasado, sí), America On Line era, según los más astutos expertos, una de las compañías que NO sobreviviría a la aceleración de Internet. Entrábamos en un periodo de refinamiento que excluía a los «simplones», en una Red de usuarios cada vez más enteradillos y más impuestos en materia técnica, que se negarían a aceptar los planteamientos elementales… Ya ven lo que ha ocurrido: el tonto ha alcanzado los veinte millones —repito veinte millones— de usuarios, sólo en Estados Unidos (el resto del planeta va siguiendo, poco a poco), y se permite el 74
lujo de comprarse el juguete multimediático más caro del mundo. Hay una lección muy importante en todo esto: 95 de cada 100 usuarios queremos sencillez, que nos lo den todo hecho, sin necesidad de entender nada. Nos importan un bledo las hazañas técnicas. Son los otros 5 quienes moverán el mundo, desde luego, quienes conseguirán que «las cosas» mejoren. Pero el «ambiente», lo que ocurre en Internet, lo que nos gusta a todos de verdad, fuera de lo que nos cuentan las revistas técnicas, viene determinado por los intereses humanos, no por los informáticos. Nosotros lo que buscamos es comunicar. Contarles a los demás lo que sabemos o creemos saber, lo que vivimos, lo que soñamos, lo que sentimos àCOMPARTIRß Lanzar a la Red nuestra persona con la certeza de que alguien, por ahí, en alguna parte, acusará recibo y nos dirá «a mí me pasa lo mismo». Digan lo que digan, a veces nos queremos. DIRECCIONES Más quisiéramos: http://gallica.bnf.fr A disposición de los demás: http://teleline.terra.es/personal/flromera/ Todas las letras de los Beatles: www.tiac.net/users/tadillon/Beatles.zip DX Ball 2 (adicción imparable): http://www.longbowdigitalarts.com/
75
150. SOOOOOOO Bueno, pues eso, SO: nuevo Sistema Operativo que nos trae Microsoft. A juzgar por las inquietas preguntas que me hacen ustedes en sus mensajes recientes, este lanzamiento ha creado bastante confusión, de modo que vamos a ver si entre todos nos aclaramos un poco. Primero. Windows 2000 no sustituye a Windows 98, sino a Windows NT 4.0 (viene a ser, por consiguiente, un NT 5.0). Segundo. Explicado en muy poquitas palabras, sin liarnos en averiguaciones técnicas: NT no es solamente un sistema operativo mejor, más caro y más profesional que Windows 95 o Windows 98. Éstos últimos pretenden ser compatibles prácticamente con todos los programas que un usuario pueda tener instalados en su ordenador. Windows NT (ahora 2000) prescinde de semejante afán de compatibilidad, lo que hace que muchos programas antiguos, la mar de serviciales y eficaces, puedan dejarnos de funcionar en cuanto instalemos el nuevo sistema operativo. Con esta renuncia, en cambio, Windows 2000 gana en estabilidad y solidez, eliminando en gran parte la pesadilla de las «pantallas azules» (los cuelgues cuando menos te lo esperas) que nos depara Windows 9x. Tercero. Microsoft, en realidad, no recomienda Windows 2000 al usuario doméstico. Es un sistema operativo pensado sobre todo para instalaciones en red, para uso en compañías con muchos pecés en servicio y conectados entre sí. No es que no sirva para el ordenador que tenemos en casa, sino que puede resultar excesivo. Cuarto. Y no sólo excesivo: si lo suyo con el ordenata es pasarse las horas dándole al joystick, ni se le ocurra instalar Windows 2000. No es un sistema operativo pensado para juegos. Quinto. Si es usted un usuario con tendencia a la experimentación (y, por consiguiente, al riesgo), y se pasa el día instalando y desinstalando programas, a ver qué son y si le sirven de algo, y sabe apañárselas, más o menos, cuando se le vienen encima los problemones que este comportamiento acarrea, a lo mejor sí le conviene pasarse al 2000. Todos sabemos que Windows 95/98 no está pensado para este tipo de aventureros. 76
Sexto. Pero no se le ocurra meterse en el cambio a la buena de Dios. Lea atentísimamente las instrucciones. Windows 2000 no es un sistema operativo amistoso y dicharachero. Puede no disponer de los controladores necesarios para alguna pieza de hardware. Puede negarse a colaborar con programas que usted adora. No reconocerá el anti virus… De hecho, Microsoft recomienda encarecidamente que se haga una instalación «limpia», a partir de un disco duro recién formateado, no sobre la instalación anterior. Séptimo. Cómo será el asunto, que la compañía pone a disposición de los aspirantes a Windows 2000 un programa que pasa revista a nuestro sistema y al software que tenemos instalado, para a continuación emitir un informe sobre posibles incompatibilidades. Más abajo tienen ustedes la dirección desde la que pueden bajarse este imprescindible adminículo. Y conclusión: Mire usted, no se meta en camisas de once varas, que puede llevarse un disgusto serio. Windows 2000 es un sistema operativo para profesionales o expertos (que para nada necesitan mi consejo). Si se compra usted un nuevo ordenador, ahora, y le viene con el nuevo SO, pues, oiga, estupendo. Pero no se lo monte en el viejo, hágame caso. De hecho, el propio Microsoft nos recomienda a todos los usuarios de Windows 95/98 que tengamos paciencia y esperemos la ¿próxima? salida del verdadero sustituto de Windows 95/98, el Windows Millenium, que, este sí, está pensado para nuestros dulces hogares. DIRECCIONES Comprobación de Windows 2000: http://www.microsoft.com/windows2000/upgrade/default.asp Asociación de internautas: http://www.internautas.org/ Impuestos (ya se acercan). Página de un lector: http://members.es.tripod.de/jibanez/index.html Para responder a una pregunta muy frecuente: http://www.sweetindex.com/Spanish/Inicio.htm El jubileo romano del 2000: http://www.jubil2000.org/index.es.html
77
151. CHARLA SEMANAL Pequeña meditación previa: cuando nos abrimos a otro persona, cuando le damos acceso a nuestra vida, estamos aceptando la eventualidad de que algo salga mal, de que el contacto no raye a la altura de nuestras expectativas y, por consiguiente, de que sobrevengan circunstancias desagradables. Todo contacto humano es una posibilidad de placer, pero también de disgusto. Internet, potenciándonos de manera desordenada y gargantuesca la capacidad de interacción, está ofreciéndonos vastísimos campos de gozo donde, inevitablemente, también nos acechan los trampantojos del engaño, la frustración, la malicia, el simple equívoco, el inocente error. Todo ello, además, en un estilo y según unas normas que no están del todo creadas, que no están del todo definidas, y que, por consiguiente, ninguno de nosotros conoce muy bien. Aquí podemos confundirnos a cada rato, con consecuencias difíciles de predecir. Bien. Decía yo en estas páginas, hace un tiempito: «dentro de nada les propondré un día y una hora para charlar en directo de nuestras cosas». Y ya es «dentro de nada», de manera que vamos a poner en marcha un procedimiento por el cual nos podamos reunir todos los domingos a las doce del mediodía, en una chatería abierta de par en par, sin tema concreto ni más límites que la sensatez y el sentido común (cuyas fronteras más estrictas seguramente estoy vulnerando con esta propuesta; pero, ya digo: corramos riesgos). El simplicísimo procedimiento es el siguiente: A partir de HOY, todos los domingos que trae el Señor, a las doce del mediodía, abriré en ICQ una chatería llamada «Charla Semanal», cuyo UIN es 63693793. El tingladillo permanecerá abierto durante un mínimo de una hora. En principio, no hay blindajes defensivos: todo el mundo puede entrar y decir lo que quiera. Ya iremos viendo cómo coordinamos el asunto. Espero sus propuestas, desde luego. Evidentemente, necesitan ustedes ICQ, un programa gratuito sobre el que encontrarán cumplida información en mi página (he montado unos enlaces especiales para facilitarles a ustedes las 78
cosas). Hay más de veinte millones de criaturitas que utilizan ICQ en el mundo, de modo que no me sean recelosos y pruébenlo: es la mar de simple y, además, no les servirá a ustedes solamente para participar en la «Charla Semanal», sino para facilitarles enormemente el contacto con sus amiguetes y amiguetas de la Red. Conste, por otra parte, que el hecho de proponerles a ustedes ICQ, en lugar de cualquier otro programa de «mensajería» (así los llamamos), se debe a razones puramente cuantitativas: me consta que una buena parte de los lectores de esta sección lo utilizan ya, lo cual nos facilita el arranque del sistema. Ni que decir tiene, sin embargo, que la cosa queda abierta a cualquier cambio futuro que a ustedes se les ocurra y que sea viable (sin exigirme esfuerzos en que no puedo empeñarme). Estoy seguro de que ustedes entienden el propósito de esta cita dominical, en línea con la propuesta de «humanización» de la Red que estamos defendiendo aquí desde hace ya cierto tiempo. Si nuestro «tema» es Internet, no podemos insistir en la relación unidireccional «yo escribo à ustedes leen». Hasta ahora hemos tratado de suplir este defectillo con la nutrida correspondencia que llevamos cerca de tres años manteniendo, pero ha llegado, sin duda alguno, el momento del contacto más cara a cara. A ver qué ocurre. Seamos generosos. Una condición humana que añadir a la Red. DIRECCIONES VARIOS EDITORES HTML GRATUITOS: Arachnophilia = http://www.arachnoid.com/arachnophilia/ HTML Constructor = http://members.xoom.com/itamar_bz/ HTML-Kit = http://www.chami.com/html-kit/ Template Generator = http://www.telusplanet.net/public/jbekolay/jason/ SiteAid = http://www.siteaid.com/s_main.html xSite = http://xsite.lad.co.za/index2.html
79
152. LAS LINDAS PANTALLAS AZULES (I) Windows 9x, en realidad, es un sistema operativo excelente. Ocurre, no obstante, que tiene un hábitat ideal y que fuera de él se constipa con mucho primor. No, de veras: no va de crítica. Windows 9x es un sistema operativo destinado a tantos millones de usuarios, para trabajar en tantos miles de condiciones distintas, que no puede permitirse la intransigencia. Ni usted ni ningún programa que usted le instale logrará modificar los parámetros básicos del sistema operativo de un Mac. Y Linux, en teoría, está ahí para ser corregido y enmendado por cualquiera, pero en la práctica sólo tolerará cambios coherentes y, desde luego, sólo aceptará bajo su cobijo los programas y aplicaciones que respeten sus planteamientos. Si usted instala Windows en un PC virgen y no lo utiliza más que para navegar por Internet con iExplorer, no tendrá grandes problemas, a no ser que padezca alguna incompatibilidad de hardware. Pero esas bellas situaciones duran poco. Usted empezará a instalar otros programas y utilidades, muchas veces por el mero gusto de probar algo que se ha bajado de la Red, a ver qué pasa. ¿Sabe lo que pasa? Que cada programa instala por su cuenta los archivos que le hacen falta. Sobre todo, aunque no solamente, las *.DLL, las llamadas «bibliotecas de vínculos dinámicos», que el propio sistema operativo también utiliza en abundancia. Verán: cuando le damos el ratonazo de arranque, el programa en cuestión lo primero que hace es buscar sus archivos en su propio directorio, para luego, de inmediato, tratar de localizarlos en c:\windows\system. En consecuencia, hay programas que sitúan sus archivos «funcionales» en su propio directorio y programas que los instalan en windows\system. No es nada difícil, pero nada-nada difícil, que se encuentra usted la misma *.dll en varias carpetas distintas del disco duro. Así, por poner un ejemplo concreto, acabo de ver que en mi ordenador está cuatro veces la biblioteca AGM.DLL, en tres versiones distintas, en los directorios de ImageStyler\Plugins, Image Styler, Photoshop e Illustrator 8 (tres programas de la misma compañía, Adobe). Si yo, ahora, tomo la última versión de esta *.DLL, la copio a windows\system y la borro de todos los demás sitios, ahorraré un par 80
de kilos de disco duro y, además, evitaré conflictos potenciales. Pero casi nunca es tan fácil y, además, al cabo del tiempo la diseminación de archivos repetidos, en versiones distintas y quizá incompatibles, escapa de todo control. Puede incluso darse el caso —se da, con frecuencia— de que un programa borre un archivo de c:\windows o c:\windows\System y lo sustituya por su propia versión del mismo, que muy bien puede ser más antigua o estar en otro idioma. Lo cual nos llevará a cuelgues y entorpecimientos de todo tipo, cuyo origen casi nunca seremos capaces de averiguar. La triste realidad es que al cabo de un año, de dos, de dos y medio, perderemos la confianza en nuestro sistema y tendremos que rendirnos a la maldita necesidad de reinstalarlo todo. La semana próxima hablaremos de este pequeño drama informático y veremos el modo de hacerlo más llevadero. DIRECCIONES Lista de correos de esta sección: http://www.egroups.com/group/cuadernos/info.html Telefonía en Internet: http://hello.to/telefonia Un buscador curioso: http://www.dogpile.com/ Software español: http://espasoft.esgratis.net/#top Chuliweb: http://www.civila.com/hispania/chuliweb/index.html Recetas de cocina: http://members.es.tripod.de/isi/
81
153. LAS LINDAS PANTALLAS AZULES (II) Decíamos la semana pasada que, al cabo de un tiempo, si somos de esos usuarios a quienes les encanta instalar y desinstalar programas, acabaremos con Windows 9x enfadadísimo, sacándonos a cada rato sus temibles «tarjetas» azules de expulsión y cuelgue. La cosa tiene muy mal arreglo. De hecho, las víctimas, en su mayor parte, optan por lo radical: se reformatea el disco duro, se vuelve a instalar W9x, fresquito, como recién hecho, y se montan de nuevo los programas que nos interesan. Pero yo no sé hasta qué punto este proceso de cura es factible en los casos más normales y caseros. En primer lugar, hemos amontonado una considerable cantidad de documentos en el ordenador, y no queremos perderlos: nuestros escritos, las cartas, el correo electrónico, el historial de ICQ, qué sé yo. De todo esto habrá que hacer copia, antes de reformatear el disco duro, y los simples mortales no solemos poseer grandes medios de «backup». Hay una solución muy premiosa (subir los archivos que nos interesen a alguno de los almacenes gratuitos de la Red: búsquenlos en mi página web). Hay otra más cara: comprar un nuevo disco duro, grande, y endosarle todo lo que tenemos en el antiguo. Y, claro, queda el recurso a la paciencia infinita: ir copiando el material en disquetes. Pero aún nos queda recuperar los programas. ¿Tenemos todos los discos de instalación? ¿Recordamos de qué recóndito paraje de la red los hemos descargado? ¿Lograremos salvar todas las configuraciones personales que hemos ido perfilando a lo largo del tiempo? Y otros latazos: el Windows que funciona en nuestro sistema se parece ya bastante poco al que tenemos en el CD de instalación, porque lo hemos actualizado en repetidas ocasiones. Mi Windows 98 ha sido objeto de 47 actualizaciones: horas y horas de trabajo que me veré obligado a repetir. No sé. Estoy tratando de transmitirles a ustedes la noción de que el reformateo es verdaderamente un último recurso y que debemos planificarlo muy minuciosamente, porque podemos perder tesoritos irrecuperables. Si nos sobra el dinero, lo mejor es lo que antes apuntaba: comprarse un disco duro nuevo, grandote, y almacenar en él el contenido del antiguo, incluyendo, desde luego, una copia del CD de instalación del sistema operativo (porque 82
siempre existe la posibilidad de que el CD nos resulte inaccesible desde DOS, una vez borrado todo). Si no nos sobra el dinero, o no nos apetece gastárnoslo, podemos elegir entre una vida de pantallazos azules (considerémosla un justo castigo a nuestros excesos) o la pérdida de varios días en preparativos, precauciones, borrados, reinstalaciones y actualizaciones repetidas (no todo ello se evita con el disco duro nuevo, que conste). Total: si todavía están a tiempo, sean prudentes, déjense de experimentos, no instalen en su ordenador más que lo necesario, desinstalen con rigor. Si ya no están a tiempo… Qué quieren que les diga: seguramente habrán aprendido un montón, con los errores cometidos. DIRECCIONES Lista de correos de esta sección: http://www.egroups.com/group/cuadernos/info.html La moda: http://www.worldmedia.fr/fashion/catwalk/ Optimización de imágenes: http://netmechanic.com/accelerate.htm El embrión humano: http://embryo.soad.umich.edu/index.html Los Panchos: http://www.lospanchos.com/ De todo: http://personales.jet.es/iecharri/
83
154. LLENANDO LOS PORTALES Lo habrán leído en los papeles: los grandes portales de Internet andan a la compra de «contenidos». En un artículo de mediados de los ochenta hablaba yo de la «generación mammona» que había conquistado el poder en todos los estamentos sociales, y que ahí seguía, tan terne (los «mammones» vendrían a ser, claro, los fieles de Mammón, dios de la Mundanal Riqueza mencionado en Mateo 6:24 y en Lucas 16:13). ¡Madre del Pastón Hermoso! Estamos bien engolfados en 2000 y el culto de Mammón triunfa absoluto. Hay un templo suyo (léase sucursal, con máquina de comulgar dinero) en cada esquina de cada ciudad del planeta. Los «derechos del ciudadano» se han convertido en «opciones del consumidor». Y el hombre es una unidad de compra en lo universal. Hubo un tiempo, hace cinco o seis años, en que unos cuantos miles de soñatas (es mejor palabra que «soñadores»; más cruel) creímos haber descubierto en la Red un camino de generosidad y de espíritu, de pensamiento libre y alegría. Ya ven ustedes: la Red es ahora precisamente eso, una red, un asombroso tejido de malla finísima para pescar consumidores por kilokilos y presentárselos en ofrenda a Mammón. Nuestra única esperanza (siendo «nosotros» = «compradores de a pie»), nuestra única esperanza, repito, es que los Mega Sacerdotes de Mammón acaben paralizándose por la Santa Competitividad. Hay síntomas, no crean. En algunos casos, el exceso es ya tan tamañón, que algunos de los más férreos regidores de los Principios Fundamentales del Mercado Libre están empezando a escamarse. En los últimos meses, todo se les ha vuelto pedirnos (o birlarnos) los Datos Fundamentales, para sacarnos el «perfil» de compradores y ahorrarse esfuerzos de Márquetin. Cada vez que entramos en una página, buscando la información o el gusto, hemos de pagar con nuestras señas electrónicas y, a veces, con un atisbo de nuestras inclinaciones consumidoras. Pero resulta, ¡ay!, que la publicidad electrónica es todavía más fácil de tirar a la papelera (eso sí: virtual) que la publicidad por Viejo Correo, que los 84
«banners» versicolores aburren a un daltónico recién curado, y que nosotros, los consumidores, estamos aquí, en Internet, no tanto para comprar mercancías como para enterarnos de cosas y contárnoslas unos a otros. Somos, me cachis en Mammón, unos frívolos impenitentes, y así no hay Mega Grupo que pueda ganar al Mega Monopoly (antes juego de mesa camilla). O sea, oiga: que pierden dinero como niños manirrotos, comprándose entre ellos manías de grandeza, montando enormes portalones que mucha gente visita y casi nadie mira, engañándose con unas expectativas que a lo mejor (santa Rita me oiga) no llegan a cumplirse. Ahora descubren el Mediterráneo mismo de la evidencia y comprueban, con áspero estupor, que los miles de millones invertidos en tecnología de compraventa no son suficientes.. Y, oh maravilla: no les va a quedar más remedio que arruinarse aún más, comprando «contenidos». ¿Qué es contenido? Hombre, pues contenido es eso tan incontrolable, imprevisible, caro y tornadizo que colocan entre publicidad y publicidad las cadenas de televisión, las emisoras de radio, los periódicos, las revistas; hasta las editoriales y las productoras cinematográficas. Siempre ha habido juglares en los zocos. DIRECCIONES Miguel Hernández, poeta: http://members.es.tripod.de/mhernandez/ Flamenco a tutiplén: http://www.flamenco-world.com/ Diario tecnológico: http://www.diarioti.com/ Gabriel Celaya, poeta: http://www.gipuzkoa.net/kultura/km/castella/celaya/celaya.ht m Traffick: guía de portales: http://www.traffick.com/ Recordatorio muy importante (cada vez más rico): http://cervantesvirtual.com
85
155. EL ESPÍA ÁUREO Una compañía llamada Aureate Media fabrica un software «rastreador» que viene incrustado, de propinilla, en unos 300 programas (Go!Zilla, CuteFTP, GetRight, Buddyphone, entre otros, nada menos). Es una aplicación del tipo «teléfono casero», que puede enviar información sobre nuestra persona y nuestro ordenador al propio Aureate o a cualquiera de las entidades que gozan de sus productos. No se sabe muy bien qué datos recoge ni cómo los envía —puede que la trampa sólo se utilice para fines beneficiosos o de publicidad, como sostienen sus propulsores—, pero el caso es que la posibilidad de espiarnos existe y podría utilizarse para propósitos malignos. Estas son las pésimas características del sistema Aureate: — No se advierte al usuario de su instalación. — Sus comunicaciones quedan en secreto. — El sistema establece en la máquina del usuario un «servidor» que solicita conexiones con servidores publicitarios de terceros. — El sistema funciona por sí solo, aunque no tengamos en funcionamiento el programa que lo ha instalado en nuestro PC. — El sistema permanece en nuestra máquina aunque desinstalemos el programa que lo escaqueó en ella. — Y ahí sigue, operando en secreto. ¿A que no tiene gracia? Para comprobar si está usted entre los afectados por esta «curiosa» (llamémosle así, qué menos) estrategia de Aureate, utilice el buscador de su PC y mire a ver si encuentra en c:\windows\System el archivo Advert.dll. Si lo tiene usted (yo lo tengo), Aureate está vigilándolo. Insisto: no sabemos bien para qué. Las acusaciones más graves (que el espía levanta acta de todo nuestro software y se la envía a la casa matriz) no han podido demostrarse. Debo decirles que, tras estudiar el asunto, he llegado a la conclusión de que lo único que pretende Aureate es proveer de un método para actualizar los banners publicitarios que aparecen en nuestra pantalla, cuando utilizamos los programas de «pago por exposición a anuncios». No obstante, el sistema en sí es un abuso intolerable, que conviene denunciar. ¿Qué podemos hacer? Hay un método para extirpar de raíz el 86
montaje: una vez localizado Advert.dll, vuelva a arrancar en modo DOS y bórrelo sin caridad (para luego, ya desde Windows, suprimir, si sabe cómo, las referencias a Aureate que aparezcan en su Registry). Pero el tajo tiene una pega, más o menos grave: los programas con el sistema Aureate incluido dejarán de funcionar en su PC. Cuando borre el fementido archivo, me quedaré, por ejemplo, sin Go!Zilla, una de mis aplicaciones favoritas. Por otra parte, si es usted valiente y se atreve a meterse en terrenos hackeritas, se da el caso curioso de que un famoso cracker, el llamado Cokebottle (más abajo incluyo la dirección), ofrece un remedio al parecer bastante eficaz contra el espía Aureate. Usted mismo, claro. No seré yo quien le recomiende este paso. Tal vez sea mejor aguardar a que Steve Gibson, uno de los grandes expertos de la Red, termine un trabajo que nos tiene prometido en su página: un anti Aureate ya bautizado (Opt Out), que servirá para borrar los tejemanejes del espía. El asunto es muy serio, aunque pueda no serlo en la práctica, aunque Aureate y sus clientes no estén pecando de hecho contra nuestra intimidad. Lo preocupante es que no lo sabemos ni tenemos modo de saberlo. Lo preocupante es que se nos dispare la imaginación y nos hagamos una pregunta lógica: ¿qué más monstruos habrá larvados en nuestro ordenador, haciendo quién sabe qué, en beneficio de vaya usted a averiguar quién? Mil ojos. DIRECCIONES Direcciones para profundizar en el asunto. Lo lamento, pero todas estas páginas están en inglés. Una carpeta radical sobre el caso: http://www.hardocp.com/news_images/2000/february_2000/a ureatespying.html El informe de la CNET: http://news.cnet.com/news/0-1005-2001558696.html?tag=st.ne.1002 Una página donde piensan que todo es un bulo: http://www.kumite.com/myths/myths/myth036.htm El anti Aureate de Cokebottle: http://3253986333/dload/antispy.zip La página de Steve Gibson, con lista de todos los programas con el espía dentro: http://grc.com/aureate.htm 87
156. ASTUCIAS SISTEMÁTICAS Tras un lanzamiento rotundo y claro, sin margen para el error, Microsoft nos demuestra de nuevo que los arcanos del márquetin son insondables. Se suponía que Windows 2000 era «para empresas»: así nos lo señalan tanto la public idad inicial como, desde luego, todos los textos de acompañamiento y apoyo que podemos leer en la página web de la compañía. Paso siguiente, un par de semanas más tarde: varias revistas informáticas españolas regalan en formato CD una versión de prueba (reducida a 120 días de vigencia, pero completa) de Windows 2000. Son revistas cuyos lectores están en todos los ámbitos del interés por la informática, y, por consiguiente, también en las empresas; pero, desde luego, lo que de veras está haciendo Microsoft, sin duda alguna, es un muestreo gratuito de su producto entre los consumidores a quienes, en principio, no estaba destinado. Bueno, bueno. ¿Astucia? Nos están diciendo: este producto no es para usted (¿léase, quizá, «es demasiado bueno para usted?»), y además le va a resultar carísimo, pero, mire, si le apetece, para que vea lo generosos que somos, se lo dejamos probar gratis pro Deo. Y luego, claro, si usted se empeña, no podremos evitar que lo deje instalado en su ordenador, una vez transcurridos los cuatro meses, y siempre que abone su justiprecio. ¿Está Microsoft tratando de medir la ocupación del mercado casero que puede conseguir con Windows 2000, para, si los resultados son buenos, despreocuparse de las nuevas versiones de Windows 9x (el nada inminente Millenium) que nos tiene prometidas? La operación, si le sale, no sé a quién perjudicaría, en realidad. No a Microsoft, desde luego, que lograría, por fin, deshacerse de sus viejos sistemas operativos compatibles con programas vetustos, y tendentes a la parada cardiaca. No, en el mejor de los supuestos, al consumidor, que pasaría a utilizar un Windows muy superior en estabilidad y rendimiento a cualquier otro antepasado del sistema (en esto coinciden todas las fuentes), y que tal vez no tuviera que pagarlo tan caro como ahora resulta, porque cabría esperar que Microsoft hiciera «un precio» promocional a quienes desearan pasar a definitiva la versión de prueba. 88
En todo caso, yo insisto en las advertencias que les hice a ustedes cuando se presentó Windows 2000: es un sistema operativo que no debe instalarse por las buenas. De hecho, lo más fácil es que no lo consiga usted, si lo intenta con el CD de oferta, porque el programa de instalación actúa con la indispensable prudencia, por si el usuario no la tiene. Estoy de acuerdo, muy de acuerdo, con lo que acaba de decirme un lector en un mensaje: no debo reprimir las ansias de exploración que ustedes tengan, porque corriendo riesgos y cometiendo errores se aprende mucho mejor que en ningún libro. Qué duda cabe. Así he aprendido yo lo poco que sé. Pero, hombre, es que tampoco quiero que se lancen ustedes sin paracaídas, porque se pueden hacer bastante pupa. DIRECCIONES Álvaro Iglesias, joven internetero, ofrece un portal confeccionado con sus propios medios. No le nieguen una visita. Alguna enorme compañía acabará comprándoselo tal cual. iAlternativa: http://www.ialternativa.com/ Sitios recomendados por lectores: Corazón: http://www.portalcardio.com/ Euskalherria: http://www.euskadi.cjb.net/ Referencias: http://anas.worldonline.es/nlorenzo/
89
157. MISS RINGLEY DUERME SOLA Soy un cotilla inmundo Llevo un par de noches espiándola y estoy en condiciones de certificarles a ustedes, sin hueco alguno para la duda, que la agraciada señorita duerme sola (no era así hace tres años, cuando se la presenté a ustedes en un artículo que pueden recoger de mi sitio web, el titulado «Nos enseña Miss Ringley», número 30: tenía un novio con barbita). Lo sé todo de ella. Nació en 1976, se licenció hace poco en económicas, reside en Washington DC, mide 175 cm., es rubia, tiene los ojos verdes, se ha hecho un piercing en el pezón derecho que no salió bien y que va a tener que repetir (la da un canguelo tremendo el asunto), es más bien guapa que fea, recibe unos 500.000 «impactos» diarios de sus admiradores. Es una de las mujeres más famosas del mundo. Hace años, cuando todavía estudiaba en el Dickinson College, Jenny decidió instalar una cámara web en su cuarto y dejarla conectada 24 horas al día. A los pocos meses era famosa, la dirección del colegio la había obligado a mudarse, y ella, tras algún escandalillo de poca monta, seguía con el show desde su casa. Si quieren ustedes comprobarlo, no tienen más que entrar en la dirección que más abajo les doy, y seguir las instrucciones. Observarán que hay mirones de gratis y mirones de pago. Los mirones de gratis reciben una nueva imagen, de refresco, cada quince minutos. Los de pago (15 dólares al año, oiga, una ganga), cada minuto. Como bien se empeña Jenny en aclarar, la mayor frecuencia de imagen es el único privilegio que reciben los paganos. Por lo demás, el acceso a los restantes rincones de la página es igual para todos. Así, puede usted, si pincha en «Gallery», estudiarse toda una selección de instantáneas de los últimos meses y aprovechar —los más atentos a tan suntuosos detalles—, para verle el pompis o las dulcijas a nuestra querida Jennifer, o para comprobar que sí, que duerme sola desde hace un tiempito, pero que la cama no siempre permanece ociosa. (Entiéndanme bien, ¿eh? Durante 59 de cada 60 minutos, lo que vemos es, lisa y llanamente expresado, un auténtico peñazo. Jenny trabaja, Jenny duerme, Jenny no está en casa, Jenny recibe amigos, Jenny hace 90
un poco la payasa, al estilo yanqui, poniéndose cosas en la cabeza o haciéndole visajes al personal. No esperan ustedes grandes excitaciones.) La pionera iniciativa de Jenny ha hallado cientos de imitadores e imitadoras en al mundo (hasta en Toledo —Castilla-La Mancha, no Ohio— miren ustedes por dónde). Podríamos afirmar, incluso, que en ella se origina Big Brother, ese programa tan famoso de la televisión holandesa que ahora se está corriendo a otros países y que pronto tendremos aquí (varias personas encerradas en una casa, con cámaras en todas las habitaciones, funcionando todo el tiempo). Como pueden ustedes figurarse, a nada que lo piensen un par de segundejos, las derivaciones de la idea resultan más comerciales y directas que el original: señoritas que ofrecen sus encantos y sus juegos al abundante censo de los voyeurs del mundo, previo tarjetazo de pago. Teniendo en cuenta las cifras que mueve Internet, cabe sospechar que la propia Jenny se está haciendo de oro: nadie sabe cuántos socios tiene ahora mismo, pero calculen ustedes que cada mil abonados son dos millones y medio de pesetas al año. Ella dice que tiene muchos gastos, y será verdad; no obstante… En fin: ya comprenden ustedes que no tenemos aquí espacio para muchas filosofías. Me encantaría que les echasen ustedes un vistazo a las direcciones que hoy les propongo, y que utilicen el correo electrónico para ponerme una líneas con su opinión, o con lo que les parezca más oportuno. Tengo verdadero interés. DIRECCIONES La página de Jenny: http://www.jennicam.org El rey del voyeurismo internacional: http://www.voyeurweb.com/main/Main.html Cámaras, cámaras, cámaras: http://members.aol.com/heyaimee/cam.html http://apps.webpower.com/IFfree.htm? http://www.anabella.com.ar/ http://www.anarchista.com/ http://www.baddgrrl.com/ http://www.webcamworld.com/ 91
http://webcamworld.com/top100/ http://www.guiar.com/ http://www.campsa.com/camara/lacamaradejuani.html http://www.krosnoff.com/index2.htm http://www.cammunity.com/templates/cammunity.cfm
92
158. EL OJO DEL AMO Nuestro aviso de hace un par de semanas contra el «espía» que un fabricante de software, Aureate, nos coloca en el ordenador — sin advertirnos ni ofrecernos opción— ha provocado un aparatoso alud de mensajes acongojados. Bueno, bueno, bueno. Ya ven ustedes: nos la meten por todas partes, y somos miles —millones, quizá: con estos numerazos que se gasta Internet, nunca se sabe dónde para la cuenta—los controlados del mundo. De todas maneras, tampoco conviene congestionarse de pánico: nadie ha demostrado, por el momento, que Aureate esté utilizando su «ojo privado» más que para refrescar la publicidad que nos envía, a cambio de permitirnos la utilización gratuita de determinados programas (entre ellos, ¡ay!, nunca me cansaré de lamentarlo, el bendito Go!zilla). La inmoralidad está en el propio sistema, no necesariamente en lo que hagan con él. De todas maneras, esta semana toca advertirles a ustedes que con esto de los ordenatas los probos usuarios nos pasamos de pánfilos. Raro es el día en que no recibo algún mensaje de un lector desde su puesto de trabajo, refunfuñando de los jefes, denunciando prácticas repugnantes de su compañía o, sencillamente, gastando tiempo y recursos laborales en circular chistes, enviar imágenes graciosas o hacer que todos sus amiguetes se enteren de que acaba de tener un sobrinita monísima. También existe, me consta, la costumbre de enviarse mensajes personales entre empleados, utilizando la red interna de la compañía. Perdonen que les diga, pero están ustedes en Belén con los pastorcillos, y cualquier día se ganan un disgusto muy-muy-muy serio. Lo diré, de entrada, en muy pocas palabras, pero con mayúsculas: NO HAY PRIVACIDAD EN UNA RED DE EMPRESA. No hay. Nin-gu-na. Los administradores disponen de los medios necesarios para ver todo lo que ustedes están haciendo, en cualquier momento. Los administradores pueden leer cualquier archivo que tengan ustedes en su espacio reservado (aunque los restantes empleados no puedan acceder a él sin conocer la clave). El correo electrónico dentro, desde y a la dirección que la empresa le haya asignado no está protegido por ninguna ley de privacidad. Y usted no puede eliminar las huellas de un mensaje enviado: siempre 93
quedará copia en el servidor central, hasta que los administradores decidan borrarla, por métodos automáticos o manuales. Tampoco se fíen de la seguridad que parecen ofrecer los grandes números. Aunque trabaje usted en una empresa donde haya miles de curritos y curritas intercambiando mensajes 10 horas diarias, los administradores siempre disponen de métodos para cazar al sinvergonzón o a la subversiva. Existe, por ejemplo, un programa llamado Cameo, del MicroData Group, cuya vocación consiste en cotillear los mensajes de los empleados, no vayan a pecar contra la empresa. Cameo puede rastrillar 50.000 emilios por minuto, buscando en ellos palabras impropias de la actividad productiva. Por ejemplo: «preciosidad», «te quiero», «monada», todas las llamadas «palabrotas», «currículum», «bomba», «injusto» (nada es injusto dentro de una empresa), «mal trato», «bono», «incentivo»… Qué sé yo. Cameo no es el único programa de este tipo, que conste. Se nos vigila, intensamente, 24/7, como dicen los más tecnificados. Mucho cuidado, pues: en último caso, si sienten ustedes la inapelable necesidad de escribir notitas comprometedoras y dárselas a conocer a los cómplices, hágalo utilizando el procesador de texto, pónganle contraseña al documento y envíelo como archivo adjunto. No es tampoco un blindaje muy espeso, pero, en fin: por lo menos les hará perder más tiempo, y a lo mejor prefieren hacer la vista gorda. DIRECCIONES La página anti Aureate de Steve Gibson, con el programa OptOut ya terminado: http://grc.com/aureate.htm Ejemplos de control: http://www.winwhatwhere.com (por 99$, un programa que captura todas las pulsaciones que una persona haga en el teclado de su ordenador, lo que permite reproducir exactamente lo escrito). http://www.snagit.com (por 39.95$, posibilidad de hacer «instantáneas» periódicas de todo lo que los empleados tienen en pantalla. Para buscar una foto de cualquiera, ya que estamos: http://www.ditto.com 94
159. LA B ÚSQUEDA DE LA TORTILLA Recibo demasiados mensajes con preguntas que no deberían ustedes endosarme, que deberían ustedes contestarse por sus propios medios, porque para eso está Internet. En serio. No es que me moleste —al contrario: cómo me va a molestar que me escriban ustedes, lo que sea—, pero me da un poco de rabia picar siempre en el mismo proceso de ingenuidad. Me llega la pregunta. La leo atentamente. Me digo: «Este amable lector acude a mí porque ya ha agotado todos los medios a su razonable alcance y piensa que yo puedo solucionarle el asunto, dada mi condición de súper sabio internetelar. Qué desilusión va a llevarse.». Pero no. Agarro el primer buscador que se me ocurre, le planteo la pregunta que el lector me plantea y en diez segundos escasos tengo decenas o cientos o miles de páginas web donde se cubre el tema mucho más que cumplidamente. Es obvio que el lector en cuestión me ha trasladado el asunto sin haber invertido antes el más mínimo esfuerzo en localizar lo que busca. Y, miren ustedes, si no se acostumbran a buscar, están incurriendo en un peligro y en un despilfarro. El peligro consiste en que todos sus actos dentro de Internet acaben dependiendo de alguna organización mercantil que se los facilite y, de paso, se los controle o vigile (para ver qué le vende a usted, claro: me estoy refiriendo, sobre todo, a esa trampa para novatos perezosos que son los grandes portales ). El despilfarro está en que, no buscando, usted desaprovecha la faceta más importante de Internet, o una de las dos más importantes (la otra, desde luego, es su valor como herramienta de comunicación entre personas). Internet es un inconmensurable depósito de conocimientos. En este sentido, puedo hacerles una confesión ejemplar: a pesar de que a lo largo de los años he reunido una biblioteca de libros de referencia y consulta verdaderamente apabullante, lo cierto es que ya apenas si la utilizo. Cuando estoy trabajando, frente al ordenador y permanentemente conectado a la red (tengo una tarifa plana, claro; de otro modo, quién podría), resuelvo mis dudas y lleno mis enormes lagunas de saber y ciencia acudiendo a los depósitos de la Red. A lo más que llego, de vez en cuando, es a consultar el diccionario de la Academia o la Enciclopedia 95
Británica (ambos en CD-Rom, desde luego). Y no, por favor, please, no me salgan con la excusa de que «todo está en inglés». Desde luego que el inglés domina de modo tiránico, por la sencilla razón de que su oferta de sabiduría en Internet está adquiriendo dimensiones alucinantes. Pero también hay muchísima información en castellano y cada vez la referencian mejor los buscadores. De éstos, los principales ofrecen la posibilidad de elegir idioma. Ahora mismo acabo de escribir «tortilla de patatas» en Fast! (el más rápido, uno de los más eficaces). Me salen 1.678 documentos sobre tan pecaminoso tema. Añado «carlista» y confirmo que, en efecto, como me parecía recordar, hay una tradición que atribuye el invento del manjar a las necesidades de avituallamiento de Zumalacárregui. Y desde luego guardo la página Tortillas, porque es una verdadera joya. No despreciemos tampoco la posibilidad de hallazgos casuales y espléndidos que nos ofrece la Red. ¿Ustedes gustan? Voy a ver si consigo hacerme una tortilla nizarda. DIRECCIONES Todo sobre la tortilla: http://rac6.wam.umd.edu/~mraquel/RECETAS/tortilla.htm Todos los buscadores: http://www.buscopio.com Todo sobre el ejército carlista: http://www.guineahobbies.com/Wargames2/fantasi2.htm Todo sobre el Maestrazgo: http://www.aragonesasi.com/teruel/maesini.htm Todo sobre Manuel Vázquez Montalbán, que no tiene nada que ver con las guerras carlistas, pero sí —sin entusiasmo— con la tortilla de patatas: http://vespito.net/mvm/
96
160. BILLONES DE PRIMOS Pues no, miren ustedes, no voy a escribir el artículo que tanto me piden, porque no le veo suficiente enjundia al caso. Sólo unas líneas. A todos nos están acribillando los mensajes donde se nos ofrece el ascenso a la condición de Rico (hay que escribir ‘Rico’ con mayúscula: es parte de la Nueva Religión), sólo con navegar por la red o con autorizar la inclusión de una pancarta publicitaria permanente en nuestra pantalla. Cuantas más horas de conexión a Internet le pagamos a nuestro Proveedor Telefónico habitual (sí: también mayúsculas), más horas nos paga a nosotros el bondadoso oferente. Qué bien. ¿Dónde está el truco? No hay truco. Me dicen (yo no he probado) que no es mentira, que algo se cobra, pero que no funciona el sistema. Claro. Nunca funciona el dichoso sistema de las pirámides. Porque estos inventos están ¿basados? en la famosa parábola de la multiplicación de los amigos. La cuota de cobro individual, tanto por pancarta como por tiempo de conexión, es insignificante; pero si usted engancha a cinco amigos, que enganchan a cinco amigos cada uno, que enganchan a cinco amigos cada uno, que enganchan a cinco amigos cada uno —1 x 5 x 5 x 5 x 5 = 625—, usted cobra unas pesetillas (¿se dirá «eurillos» alguna vez?) por cada enganche, subenganche, subsubenganche, subsubsubenganche, etc. Cuando se quiera percatar, estará derrumbársele sobre la desprevenida cuenta corriente un aluvión de dinerazos. Ni de broma, claro. Estas pirámides no sólo se basan en un erróneo entendimiento de las progresiones, sino que, sencillamente, no funcionan ni siquiera en sus supuestos más ideales, por la elemental razón de que los amigos de mis amigos suelen ser mis amigos, ¿comprenden? ¿Se han planteado alguna vez la terrible cuentecilla de los abueletes? Tengo 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos, 32 tatatatarabuelos… ¿Cuántos antepasados míos había en la tierra hace 40 generaciones? ¿Cabían todos en el carro del heno? En fin. No les va a pasar a ustedes nada por probar, claro. A lo mejor se embolsan quince o veinte duros, y sin duda alguna que los oferentes obtienen lo que buscan, que es, a saber: su dirección 97
electrónica para negociar con ella. Ya les decía: no da para un artículo, el pingüe tema. Pero vamos a completar con un par de recomendaciones más simpáticas, ambas sonoras. Primera. Llevo unos días utilizando un programa gratuito que permite enviar mensajes verbales sin complicación ni coste añadido alguno. Se llama Talk Sender. Es majo el bichito. Segunda. Vayan a la dirección abajo indicada (Bell Laboratories Projects). Ustedes escriben un texto y el programa se lo lee con voz maquinal, aunque, eso sí, con acento mexicano o castellano, a elegir. Para bromas, pero también para enviar documentos a personas con problemas de visión. Es gratis.
98
161. VERDADES NERVIOSAS Hablé hace unas semanas de las bonitas pantallas azules con que Windows solemniza sus infartos, y recibí de ustedes unas cuantas cartas, muy interesantes todas, sobre métodos diversos para reinstalar sabiamente el sistema operativo cuando ha alcanzado el punto en que renquea más que anda. Creo, sin embargo, que todos nos olvidamos de un par de verdades inquietantes: Primera. Si usted ha ido actualizando su precioso Windows desde que lo instaló por primera vez, la versión que ahora actúa en su ordenador difiere considerablemente de la contenida en el CD original. De modo que, suponiendo que todo le salga bien en su proceso de limpieza y rehabilitación, al final se encontrará con una versión vetusta del sistema operativo, por no mencionar que habrá perdido todas las actualizaciones llamadas «de seguridad» que Microsoft ha ido regalándonos para tapar agujeros. Ojo con eso, porque la recuperación de lo cancelado le llevará horas de enganche con la página de Windows Update, que no es precisamente la más rápida ni la más cariñosa del mundo. Segunda. Si usted ha instalado una versión del Internet Explo rer posterior a la que venía en su CD original (que a lo mejor era la 4.0, cuando ya andamos por la 5.1), tendrá que cambiarle el nombre al archivo «iemigrat.dll», aceptar que se instale la versión antigua y luego reinstalar la nueva. A quien pueda con el inglés le recomiendo encarecidamente que se lea el artículo «How to Reinstall Microsoft Windows 98», cuya dirección encontrarán en mi sitio web (es demasiado larga y complicada para reproducirla aquí). Y todavía un comentario más, de esos que no me gusta nada hacer, porque hasta a mí me resultan antipáticos, pero que les debo a ustedes por respeto a lo que considero la verdad. Es innegable, y muchos de ustedes —enemigos sañudos de Microsoft— me lo anuncian muy alborozados à ha salido una versión pre lanzamiento del esperadísimo Netscape 6. Las fuentes, todas hostiles a Internet Explorer, coinciden en aplaudir hasta resquebrajarse las manos, a pesar de que —nadie lo niega— se trata de un versión sin rematar, llena de bugs, sacada a toda prisa para aprovechar el impulso de simpatía mundial que ha puesto en 99
marcha la condena judicial de Microsoft, y sin tener en cuenta que en el propio Netcenter nos aconsejan que hagamos un backup del sistema antes de atrevernos a instalar Netscape 6. No creo que me corresponda partir una lanza a favor de Microsoft, ni mucho menos. Zeus me libre, insisto y recalco: no estoy defendiendo a Bill Gates. Pero sí me gusta subrayar, de vez en cuando, que sus enemigos no son mejores desde ningún punto de vista, ni técnico ni humano ni comercial. Netscape no ha hecho bien las cosas. El nuevo navegador es penosísimo de conseguir (dos o tres eternidades de descarga) y, miren ustedes, para qué mentirles: yo no he logrado instalarlo en mi sistema. Al cuarto cuelgue me cansé. O sea: cuidado con los heroicos enemigos de Bill Gates, porque tampoco son ángeles de bondad y sabiduría. DIRECCIONES Real Academia de Cultura Valenciana: http://www.ctv.es/USERS/vrozalen/racv.htm Pintor: http://personal2.iddeo.es/bautista2/ Laila Site (mucho más divertida que Jenny, según ella): http://www.telecable.es/personales/anasite/ Pantera en línea: http://www.mixmarketing-online.com/ Un programa para defenderse: http://www.zonelabs.com Juegos matemáticos: http://perso.wanadoo.es/rodoval/heureka/ Literatura argentina contemporánea: http://www.literatura.org
100
162. MASCARITAS PUNTO COM Me van ustedes a llamar aguafiestas, o derramasolaces (que vendría a ser lo mismo, sólo que con mayor adorno de vocabulario), pero, de veras, creo que va llegando el momento de madurar un poco en Internet. Hay viejas costumbres, de los tiempos iniciales —tan juguetones, tan de baile de máscaras— en que quizá nos conviniera incurrir con menor frecuencia o, por decirlo de otro modo, que quizá no deberían constituir la norma de nuestro comportamiento internetero, sino la excepción chistosa. Me refiero, entre otros asuntos, a la sistemática utilización de nombres falsos o apodos (nicknames, en internetés) y a la ocultación, también sistemática, de las señas de identidad. Para juegos y coqueteos me parece muy bien la mascarita, que conste. Comprendo, incluso, que para insultar o fastidiar con alevosía también resulte indispensable. Lo que ya no entiendo tan bien es que un señor o señora o señorito o señorita me escriba para hacerme una consulta o traspasarme un comentario y firme «capirrabo» o «anacoreta exhausto» o «corazonpartiopuntocom». Oigan, ustedes saben exactamente quién soy yo, tienen en mi página web todo menos el teléfono, ¿no les parece que, como mínimo, deberían utilizar su nombre verdadero para hablar conmigo? ¿Por qué me obligan, en las respuestas, a escribir cosas como «Muchas gracias por su nota, amigo o amiga PanteraRosaEncarnizada»? ¿No ven que me siento ridículo? J No, en serio, demasiado en serio: me gustan los aspectos lúdicos de la cuestión y no pretendo ninguna clase de operación normativa. Los viejos interneteros sabemos bien que determinadas bromas graciosísimas y originales no se pueden evitar. Si entran ustedes en el libro de firmas de mi página, verán que una tal «Manuela» (ningún otro dato, claro), a las 12:22.19 del 15 de abril de 2000, me ha dejado el siguiente mensaje: TE QUIERO!!! ERES MARAVILLOSO!!! HAZME UN HIJO VIRTUAL Y OTRO DE VERDAD!!! (sic, con todas sus mayúsculas de grito y sus exclamaciones). Apostaría varios millones de dólares a que la tal Manuela se llama en realidad Pepote, o algo así, y aún no ha cumplido los quince. Es la típica gracia de chavalín con el sentido del humor sin refinar. Hace cosa de un año, otro chaval (al 101
que cacé, por cierto) se dedicaba a enviarme mensajes que él consideraba lascivos y que, angelito mío, no pasaban de guarretes. Pero tampoco tiene importancia. Estas cosas también ocurrían por teléfono, o por correo lento, y siempre las hemos sobrellevado con resignación. El ancho mundo está lleno de graciosos irreprimibles. Como es cierto que en muchas circunstancias conviene no ya mantener el anonimato, sino incluso ocultar la dirección electrónica principal, yo les recomendaría que tuviesen ustedes por lo menos dos direcciones, una con el nombre auténtico y otra con algún remoquete que les mole. Esta última es la que debe utilizarse, por ejemplo, para todas las suscripciones y listas de correo, para todos los contactos de que pueda derivarse un abuso por parte del contactado. Cuando en la segunda dirección empecemos a recibir más basura que correspondencia deseada, no tendremos más que abandonarla y empezar una nueva vida falsa con otro alias. De hecho, siendo persona organizada y metódica (no yo, desde luego) a lo mejor el ideal sería tener quince o veinte personalidades distintas y utilizarlas por temas o por zonas geográficas. Así el correo se nos ordenaría solo. Pero a mí, por favor, sean buenos: escríbanme con el remite número uno. No se llamen MascaritaPuntoCom. DIRECCIONES Una librería muy bien hecha: http://www.ojanguren.com/ Nuevo Señor de los Anillos: http://www.lordoftherings.net/ La web de Ágata: http://perso.wanadoo.es/agata2/ La ruta del GSM: http://members.xoom.com/_XMCM/rutagsm/ Excelente página de consulta: http://www.hard.salman-psl.com/ForoSal/ Variedades cinematográficas: http://www.fortunecity.es/paralelas/criticas/146/
102
163. RETOQUES No vamos a practicar aquí el «sostenella y no enmendalla», tan apreciado por los políticos y por los cónyuges pillados en falsía. Es un hecho que se me han colado una par de faltas de juicio o de valoración en artículos recientes, de modo que vamos a corregirlas ipso facto. Netscape 6. Me apresuré en la valoración: AOL (verdadero dueño del navegador que antaño tantísimo amamos) no se ha equivocado un poco, sino muchísimo. No debería habernos ofrecido esta versión (¿beta? más bien analfabeta) de un producto sin terminar, con los trozos pegados a toda prisa, incapaz de funcionar correctamente más allá de cinco minutos seguidos. Les advierto, además, que Netscape 6 puede incluso «atacar» su sistema y hacerle grandes pupas. Es un producto que sólo deben instalar los usuarios muy veteranos y aguerridos, a su propio riesgo. Una verdadera pena, de verdad. Ganar dinero. Pues no sé. A juzgar por las cartas recibidas de varios lectores, sí que existe la posibilidad de conseguir algún ingreso extra accediendo a que determinadas compañías nos coloquen un anuncio en la pantalla del ordenador. A pesar de las cuentas que se me han hecho, sigo sin creer en el sistema piramidal (usted más 6 amigos, más 36 amigos de sus amigos, más 216 amigos de los amigos de sus amigos), pero, en cambio, no puedo negar que apuntándose a seis o siete de estas casas anunciantes se puede conseguir una pastita decente. Ignoro cuál es el grado de cumplimiento de estas promesas apoquinantes, pero sí puedo repetirles lo que ya les apuntaba hace unas semanas: en realidad, no corren ustedes ningún riesgo, de modo que prueben, a ver si se hacen un poco menos pobres. (Un internauta, por definición, es una persona necesitada, porque buena parte de sus ingresos se los llevan las compañías telefónicas. Cuéntenme ustedes cómo les va, porfa.) No, no puedo. Sí, ya sé que es una omisión «imperdonable» en estos artículos, pero no puedo pasarles a ustedes información sobre sitios para bajarse programas manipulados, aunque me frían a cartas pidiéndomelo. Tampoco puedo incluirla en mi página (donde, por cierto, encontrarán ustedes varios programas gratui103
tos, pero totalmente legales, claro). Todos sabemos que en la Red resulta fácil conseguir sin previo abono de su justiprecio determinados programas informáticos. Llevaré mi sinceridad hasta al extremo de confesarles que, en algunos casos, dada la política de precios desorbitados y absurdos que siguen practicando algunos fabricantes de software, la utilización indebida de programas se me parece mucho al «hurto famélico» —el robo por hambre— que contempla el Derecho penal como eximente. Se le antoja a uno casi inmoral, por ejemplo, que Adobe nos enganche a todos regalándonos su Acrobat Reader (indispensable ya) y que luego pretenda cobrarnos 249 dólares de vellón (unas 42.000 pta.) por el programa necesario para convertir los textos a su formato… Pero el caso, nos pongamos como nos pongamos, es que yo no puedo recomendar a nadie que incurra en conductas delictivas. Lo mejor será que pillen la pastizara llenándose la pantalla de pequeños anuncios y que luego se gasten los beneficios en rico software. Es broma. DIRECCIONES Chollos: http://webs.demasiado.com/cholloweb/ AllAdvantage (más chollos): http://www.negociosenlared.com/Ofertas/plana25/ Más: http://members.es.tripod.de/fpag/ganafacil.html O primer periodico eleutronico n’aragonés: http://go.to/arebista El bueno de Úbeda: http://perso.wanadoo.es/avazmar/ Un lector da consejos (abusen de él): http://members.es.tripod.de/consejosweb/ Oink, oink: http://www.cibercerdo.com/ Maestros de la fotografía: http://www.masters-of-photography.com/
104
164. GRATIS Y QUE RABIEN LOS VIRUS Aquí, por razón de calendario adelantado, no perseguimos la actualidad como (a veces, sólo a veces) nos gustaría. En cuanto recibí la primera noticia del virus I-Love-You me habría encantado enviarles un mensaje a todos ustedes, con el aviso pertinente. Pero me abstuve de disparar mi librillo de direcciones, porque habría sido peor el remedio que la enfermedad, si yo también contribuía a la saturación de los saturados servicios. Una cosa es cierta, y en ella les he insistido a ustedes tropecientas veces: para defenderse de los virus que se enjambran en Internet lo mejor es NO abrir ningún archivo adjunto, venga de quien venga y lleve el nombre que lleve. Salvo, claro está, que se trate de un envío perfectamente controlado por ustedes. Si nos metiéramos esta idea en la cabeza, desaparecerían los virus que requieren de colaboración de la víctima (casi todos ellos, en este momento). Sería muy bueno, por otra parte, que los distribuidores de información —cartas de noticias, departamentos de publicidad, promoción y relaciones públicas— se convencieran de que no deben enviar una convocatoria de prensa como archivo adjunto. Lo digo por su propio bien, que conste: yo con borrarla y no enterarme de nada estoy al cabo de la calle. La prudencia aconseja, de todas formas, que tengamos siempre instalado y activo, en nuestro sistema, un anti virus. Los recomendables son los de siempre: Norton, MacAfee, Panda, etc. No salen gratis y sólo ofrecen actualización regalada durante un determinado periodo de tiempo (demasiado corto, a mi roñoso e interesado entender). Si a ustedes les gusta mirar la pela y se las aborujan bien con el inglés, o encuentran quién les ayude, puedo recomendarles un anti virus gratuito con actualización generosamente regalada para siempre: el InocolulateIt, que, además de manirroto, es sobrio y eficaz. Tras lo cual me atrevo a recomendarles a ustedes, los más aventureros y osados, que no se abstengan de coquetear —e incluso pecar— con otras posibilidades gratuitas que ofrece la Red. Hay: a) sistemas operativos enteros que se le ofrecen a usted por la cara (Linux, BeoS, Solaris); b) toda una suite informática gratuita (Star Office, no la olvidemos nunca), sin mucho que envi105
diar a las más sacaperreras; c) un firewall o cortafuegos estupendo que se llama ZoneAlarm y al que sólo veo un inconveniente: quizá coma demasiada memoria. Lo que pasa es que, a estas alturas del campeonato, si todavía no se han pertrechado ustedes de toda la RAM del mundo es porque les preocupa más el horóscopo que la informática Y, vale, están en su derecho, pero luego no se quejen. J Y una observación final: cada vez que un pérfido virus patapalo azota a los usuarios de Windows, me llegan cuatro o cinco cartas de mackeros y linuxeros manifestando su gigantesco gozo por la invulnerabilidad de sus sistemas. Creo que deberían informarse mejor, porque su optimismo los puede llevar a correr algún riesgo innecesario: sí hay virus contra Mac y contra Linux (de hecho, se espera, procedente de China, un ataque macizo contra este sistema operativo). Muchísimos menos que contra Windows, desde luego, pero haylos. Ojo al futuro, porque cuanto más éxito tiene un sistema, más virus lo agobian. DIRECCIONES Un bonito viaje por los montes Urales: http://www.oneworldjourneys.com/home.html Noticias actualizadas sobre virus de Mac: http://www.bham.ac.uk/is/mac/virus/news.html Un lector: http://www.geocities.com/manucasanova17/Manu.htm Para melómanos no poperos: http://www.filomusica.com/ Noticias curiosas: http://granavenida.com/quemundo/ Linux (hay infinidad de direcciones): http://www.tucows.com BeOS: http://tucows.myriad.net/beos/osupdates.html#ber5 Solaris: http://www.sun.com/solaris/ StarOffice: http://www.sun.com/staroffice/ InoculateIt: http://antivirus.cai.com/overview.htm Zone Alarm: en mi página.
106
165. PRIMERA ERRANTE
NORMA
DEL
INTERNETERO
Me voy a repetir, como los mejores y más sabrosos pepinos, porque en los últimos meses se han incorporado muchos nuevos lectores a esta sección, y hay que sazonarlos en los principios del Internetero Errante. Uno de los cuales, por cierto, podría parecerse a aquello del río irrepetible que decía Heráclito: nadie puede contar dos veces la misma cosa en Internet, porque el fenómeno a contar cambia cada diez minutos. Señoras y señores: el buen internetero ha de aprender a apañárselas solo en el océano cibernético. Vale preguntar por las corrientes marinas, pero no para conseguir que otro nos haga el trabajo, sino para enterarnos bien de cómo hacerlo. Pero todos los días recibo uno o más mensajes de algún lector preguntándome dónde localizar determinada información de urgente necesidad. «¡Oh egregio Buenaventura, jamás me pierdo una sola línea de las abundantes y maravillosas que usted escribe!», comienza la misiva, en un alarde de objetivo y desapasionado juicio, que agradezco en lo que vale. Y, una vez conseguido el efecto, sigue: «Viendo lo muchisimísimo que usted sabe, me atrevo a preguntarle: ¿dónde puedo encontrar información sobre el aceite de hígado de bacalao?». El egregio Buenaventura ha picado ya decenas de veces. Convencido de que el lector, antes de preguntarle a él, ha agotado los procedimientos de búsqueda a su alcance, se apresta a desenterrar los más complicados métodos de localización de datos, ya en plan desafío. Pero antes, por si acaso, por si ha habido algún errorcillo, utiliza algún medio fácil y al alcance de cualquiera, a ver qué ocurre. Escribe «hígado+bacalao» en la casilla correspondiente de, pongamos, Altavista. Y, oh sorpresa, le salen decenas de páginas en español sobre el aceite de bacalao. El consultante podría haber resuelto él solo su problema en menos de un minuto. Otra variante del mismo asunto es la que podríamos llamar «pregunta enciclopédica». Caso práctico: «Hola, tío, cómo te lo montas. Tú que sabes tanto, ¿me podrías explicar cómo funciona el Office 2000, qué tengo que hacer para instalar Linux, y que le den morcilla a Gates, cómo se llama la hija mayor de la primera 107
concursante eliminada en el Gran Hermano, cómo retocar una fotografía con el Paint Shop Pro y cómo instalar cuatro versiones distintas de Windows 98, alternando con NT y 2000, en el mismo ordenador?». Exagero, claro, pero no del todo: en muchas ocasiones, para contestar a las preguntas de un lector tendría que escribir verdaderos manuales. Manuales, señoras y señores, que están ahí, en Internet, a su alcance, que pueden consultar gratuitamente con sus propios ojos, sin acudir a la mediación de los míos. ¿Cómo me piden que les explique, por ejemplo, el funcionamiento de ICQ cuando tienen ustedes las referencias en mi propia página web? No es por nada, pero les sugiero que utilicen más a fondo mi página de Internet. En ella (epígrafe à MARCAPÁGINAS) encontrarán las direcciones de casi todos los buscadores que existen. También hallarán tutoriales sobre muchos asuntos. Y, desde luego, los artículos anteriores de esta sección, que todavía valen para aclarar muchas dudas. El buen Internetero es un buen explorador. DIRECCIONES Almacén gratuito para reserva de archivos: http://www.mydocsonline.com/ Para guardar fotos e incluso enseñárselas a los amiguetes: http://www.photopoint.com/ Más de lo mismo: http://www.zing.com/ Tropa cósmica: http://www.vision.cl/unicornio-l/ Escatológica: http://www.euskalnet.net/emaruri/relatosderetrete/ Picadillo de oro y plata: http://www.oroplata.com/ ¡Todos con Vieques, que lo bombardean! http://www.viequeslibre.org/
108
166. SEA USTED SU PROPIO SEGURATA Pues tienen ustedes más razón que una cooperativa de santos: los viruseiros se están poniendo pesadísimos. Los honrados y probos usuarios no tenemos más remedio que arbitrar medios de defensa y, desde luego, ir afilando las precauciones. Déjenme repasar unas cuantas con ustedes: 1. No se dedique a desparramar alarmas de virus por ahí. Son casi tan malas como los propios virus, y casi todas FALSAS de solemnidad. A veces se ponen tan enormes, que crean verdaderos inundaciones en la Red. 2. Configure su Windows para que le permite ver las extensiones de archivo (lo que viene detrás del último punto, como en «documento.doc»). Abra MiPC à Ver à Opciones de Carpeta à Ver à «Mostrar todos los archivos». Si Windows le esconde las terminaciones, puede usted llevarse grandes y gruesos dis gustos al pinchar un archivo pensando que es de texto, para que luego resulte que es un malvado ejecutable. 3. Cuando ya las vea, ojo con las terminaciones *.vbs y *.vbe. Son archivos «script» de Visual Basic, precisamente el lenguaje utilizado por el creador de I-LOVE-YOU. Salvo casos excepcionalísimos que usted conocerá mejor que yo —si se le producen— , nadie tiene por qué enviarle en correo adjunto un archivo con esas terminaciones. Bórrelo instantáneamente. 4. Lo que ya les he dicho cien veces: no abran archivos adjuntos al correo más que si les consta a ustedes que el contenido es blanquísimo y radiantísimo. No existe ningún origen seguro. El propio Microsoft ha enviado virus alguna vez. Los bichos modernos utilizan, para extenderse, las direcciones que cotillean en la agenda de sus amigos (de usted), de modo que es altamente posible que el mensaje procedente de su más querida prima hermana venga con su virusito añadido. En caso de ansia o de curiosidad irreprimible, conteste usted a su remitente preguntándole qué le ha enviado —y si es de fiar. 5. Evidente: mantengan el anti virus en acción. 6. Modifique la configuración de sus contenidos de seguridad. En Outlook, Herramientas à Opciones à Seguridad à Zona. Abra el menú y seleccione «Sitios restringidos». En Outlook 109
Express, Herramientas à Opciones à Seguridad à Sitios restringidos. En ambos casos, ajuste «Sitios restringidos» para desactivar los «Scripts activos». Esto también puede hacerlo desde el navegador (el Internet Explorer, claro): Herramientas à Opciones à Seguridad à Sitios restringidos à Personalizar Nivel. Una vez allí, no deje ningún «Activar» marcado. Ponga siempre «Desactivar» o «Pedir datos». Si se manejan con el inglés, les recomiendo, por último, una muy interesante página: PCPitStop, donde llevarán su amabilidad hasta los raros extremos de verificarle a usted el funcionamiento del ordenador y sus niveles de seguridad. Gratis, gratis. Sólo puedo decirles que es la primera vez que utilizo una página de este tipo que de verdad me sirve para algo. De hecho, tampoco tienen ustedes que ser sobrinos nietos de Shakespeare para defenderse en ella. Y no hay mucho margen de error. De modo que prueben, animosos lectores. Prueben. Pero sea usted su propio segurata y protéjase todo lo que pueda y separa. Trescientos sesenta y seis días al año, como dice un pintoresco anuncio del ramo. DIRECCIONES PcPitstop: http://www.pcpitstop.com/ Un magnífico sitio para identificar bulos (lo siento: también en inglés): http://www.internet-101.com/hoax/ Para llevar un diario (fácil de configurar, pero también en anglo): http://members.diaryland.com/ Arquelogía: http://www.channel4.com/nextstep/great_excavations/ Diario informático: http://www.idg.es/diario/ Radio Web: Comercio justo con Nicaragua: http://www.nodo50.org/espanica/ http://windowsmedia.com/iradio/es_es/radio.asp Compositor Uno: http://www.luisdelgado.net/ Compositor Dos: http://www.portalatino.com/webautor/webautor.dll/frportal? C=9 110
167. ARRÁNQUESE USTED EN LIMPIO Habrán sus señorías observado (porque es que no se les escapa una, oigan) que los programas hacen sus santísimos caprichos en el momento de instalarse. Casi todos consideran imprescindible, de vital importancia, fundamental, banderillearnos un icono en el escritorio. Desparpajo al que podemos oponernos sin dificultad: borramos el rejón o la trasladamos a una carpeta que hayamos creado al efecto (Medios, Tratamiento de gráficos, Herramientas, etc.). Otras veces, los señores programas clavan su banderola en la barra de inicio rápido (también podemos borrar sin problemas), o, lo que es peor, se atrincheran en la carpeta de «Inicio», para ponerse en marcha siempre que arrancamos el sistema. (Un programa verdaderamente abusador en este sentido es Real Player, que se cuela en inicio cada vez que lo activamos. Y ¿para qué diablos queremos tener abierto el maldito «StartCenter», comiendo recursos del sistema, si no vamos a ver ninguna película ni a escucharnos ninguna música?) La intromisión en la carpeta de «Inicio» de Windows es un vicio feísimo, que no debemos tolerar a los programas, entre otras razones, porque a fuerza de cargar cosas inútiles en el arranque podemos quedarnos tranquilamente en un 65% de los recursos, o menos. ¿Hay solución? Pues sí, señores: yo llevo unos meses usando una herramienta que me hace absolutamente feliz. Se llama StartUp Monitor y es un verdadero primor. Cada vez que algún desaprensivo intenta instalárseme en el «Inicio», StartUp Monitor me avisa, ofreciéndome la opción de no consentirlo. Estupendo, de veras. Pueden bajárselo de mi página y montarlo con total confianza. Diversos programas incurren también en la grosería de colocar su icono en el menú de Inicio (el de abajo a la izquierda, con la banderita; no confundir —ya nos confunde bastante el propio Microsoft— con la carpeta de inicio, donde se contienen los programas que arrancan al arrancar el sistema, y a la cual nos referíamos en los párrafos anteriores). Tampoco debemos tolerarlo, más que si nos apetece, claro. Aunque pocos usuarios sean conscientes de ello, el caso es que el menú de Inicio se puede modificar en poco tiempo y sin dificultad: pinche usted con el ratón de111
recho en la banderita de Windows, déle a «Abrir» y, oh sorpresa, aparecerá una ventana con todos los iconos del menú. Borre los que no le mole tener (aunque nunca, evidentemente, el llamado «Programas»). Y aún puede ir un paso más allá, si quiere aligerar el peso del menú de Inicio y, ya que estamos, abreviar un poco la lenta carga de Windows: otra vez botón derecho del ratón en la bandera à Abrir à Programas. Le aparecerán todos los iconos de todos los «sofguares» (es broma) que tiene usted instalados. ¿Qué puede hacer? Si dispone de un rato libre, puede irlos abriendo y borrar, en cada uno de ellos, los iconos de Ayuda, Desinstalación, Léame, Registro, etc. Entienda usted bien: está usted eliminando meros enlaces, no las funciones del programa. Siempre podrá acceder a la ayuda con el programa abierto, o desinstalarlo desde el Panel de Configuración. Digamos que se trata de una pequeña y tardía limpieza de primavera. DIRECCIONES Para verificar la auténtica velocidad de su conexión (yo no paso de 54 kbps ni cuesta abajo, y eso con una línea RDSI): http://computingcentral.msn.com/topics/bandwidth/speedtest 500.asp Para dejar de fumar (de un lector): http://members.es.tripod.de/JCarlosG/index.html Ayuda a Mozambique: http://www.emaraton.org/ La puerta del ocio: http://www.ociototal.com/ Los estupendos artículos de Alfons Cornellá sobre Internet: http://www.extra-net.net/subscripcion/welcome.html Una página que vale la pena explorar (de un lector): http://www.meliana.net/150500.asp
112
168. LA ANCHA QUE CORRE Solución universal. Oigan, que a mí a optimista no hay quien me lleve el pulso, pero que de vez en cuando conviene medirse los verdaderos alcances y no disparar una estampida de esperanzas encabritadas. Hablamos de anchuras amazónicas de banda y de tarifas más llanas que la mismísima Écija como la atriaca o panacea universal contra los «defectillos» actuales de Internet. Todos los que «todavía no» aguardamos con impaciencia que una brigada de eficaces trabajadores se acuartele en nuestra calle, la abra en zanjas y le meta los cables en el hondón. O que vengan ya los satélites raudos. O que la línea ADSL deje de ser un rumor y cobre verdadera y práctica existencia para el ciudadano virtual. Pero. Tomo unos cuantos ‘peros’ de mi guru favorito, el irlandés Gerry McGovern, que lleva años abriéndonos vías de buen pensamiento a sus lectores. 1. Por mucho que se empeñen sus inversores, la fibra óptica no podrá atender durante más de cuatro o cinco años la demanda creciente de banda ancha. Según el Wall Street Journal, los suministradores norteamericanos de cable han tenido que modificar sus planes iniciales: no pueden servir 10.000 domicilios por «nodo», sino solamente 500, porque los clientes se «pasan» en el uso. 2. El espinazo de Internet no está pensado para resistir millo nes de usuarios con acceso de banda ancha. Puede sobrevenir un colapso. 3. Una tarifa plana que no limite el uso de la banda ancha puede dar lugar a verdaderos barrancos de desequilibrio en el consumo de los distintos usuarios. 4. Por anchuroso de banda que sea usted, en cuanto tropiece con una página lentorra volverá a las premiosidades de toda la vida, porque Internet depende siempre del punto más débil de la cadena de enlace. 5. En el campo del ocio y el entretenimiento, que es el importante, no hay apenas nadie en la Red que esté creando contenidos 113
para banda ancha. No es inminente que Internet sustituya a la tele. 6. Yahoo y Lycos están limitando sus servicios y contenidos para usuarios de banda ancha, porque todavía hay 1 de ellos por cada 50 de acceso básico. 7. El abuso de la banda ancha está entorpeciendo el correo electrónico: los señoritos de la gran velocidad se dedican a enviarse entre ellos enorme archivos de imagen o sonido — películas enteras—, engordando el tráfico de la Red. 8. La banda ancha supone, casi, siempre, tarifa plana y conexión permanente; y todo el que se mantenga siempre en línea está más expuesto que nadie al sañudo ataque de los viruseiros. Con todo esto no quiero sugerir siquiera que la banda muy ancha y la tarifa muy plana y muy barata no sean el principal objetivo y la más importante hazaña a realizar por los grandes sabios técnicos. Pero el caso es que no debemos soñar con demasiada fuerza, ni exigir de la Red lo que todavía no puede darnos. Cierre. Bueno, de pronto me doy cuenta de que a lo mejor ustedes no saben qué es la banda ancha. Digamos que una conexión a velocidades que nuestro honrado y trabajador módem no puede concebir sin que le dé un mareo. Quizá por encima de los 2 Mbps, cuando por la red telefónica básica sólo pueden lograrse 54 Kbps. Ánimo, que será nuestra. DIRECCIONES Unas cuantas aplicaciones gratuitas, todas ellas estupendas (enlaces en mi página): AntiCrash: no hace lo que su nombre dice, pero gestiona espléndidamente la memoria (al menos en mi sistema: increíble). Another Task Manager: Para controlar la actividad de los programas residentes en memoria. Espléndido. Para suscribirse a New Thinking (Gerry McGovern), enviar un mensaje a
[email protected] con la palabra ‘subscribe’ en el cuerpo de texto. Para jugar un rato con figuras raras: http://sodaplay.com/constructor/index.htm 114
Un «megasitio» a explorar: http://www.megasitio.com/webs/ Antonio Machado: http://www.abelmartin.com/index.html A ver si alguien me explica qué es esto: http://www.snarg.net/ Recupere su virginidad (sólo si habla usted inglés, por supuesto): http://www.thebluedot.com/srv/index0.cgi Las celebérrimas Matildas: http://www.alphalink.com.au/~warrior/AusSoccer.htm
115
169. NOTICIAS , C HARLAS , MENSAJES, PAGOS Mientras la coyuntura no se nos envilezca, seguirán abiertas en la Red unas cuantas vías de escape para el ciudadano virtual. Conviene tomar severa y enérgica posesión de ellas, no permitir que nos las adulteren demasiado (algo es inevitable), oponerse a cualquier atisbo de absorción por parte de esos supermercados de oferta y ganga que se llaman portales. 1. Ya sé que están pasadas de moda, que no lucen farolillos de colores y que la prensa no les hace ni caso, pero los «grupos de noticias», las «listas de correos», los «foros», etcétera, continúan siendo reductos de libertad incontrolada —o sea: de libertinaje puro y duro, en muchos casos—. Los primeros están contaminadísimos de basura sexual (no lo digo desde la ñoñería moral, ni mucho menos: es que incluso como pornografía puede considerarse un horror lo que se promociona en la «noticias») y de anuncios pesadísimos, con la plena colaboración de algún que otro idiota solemne en los corros literarios (por ejemplo); pero siguen ternes y vivaces. Si no lo ha hecho aún, investigue usted las posibilidades que su proveedor de acceso a Internet le abre en este campo. (De estos temas hemos hablado anteriormente en los artículos 20, 51, 52 y 111, disponibles en mi sitio web). 2. Los chats (yo suelo llamarlos chaterías) no van a desvanecerse en las monederas ondas de Internet y todavía son uno de los mejores sistemas de que disponemos para hacer nuevas amistades y contactos. Si no tiene usted costumbre, se perderá en el maremagno de servidores y canales, pero ya verá qué bien se defiende al poco tiempo. No olvide, sin embargo, que en las chaterías rigen las precauciones elementales básicas, entre otras —y sobre todo—, la de no abrir ningún archivo que nos envíe nadie que no sea de nuestra absoluta confianza. No se le ocurra a usted infringir las normas del canal en que se encuentre (fíjese bien en lo que hacen los demás), ni se le pase por la cabeza ponerse arrogante si le llaman la atención. Hágame caso. J 3. Los sistemas de mensajería instantánea, aunque pertenezcan (los más importantes) a instituciones benéficas como AOL o Microsoft, nos ofrecen un magnífico sistema de contacto con los amiguetes. Hablo, claro está, de los conocidísimos ICQ o MSN 116
Messenger, pero sepan ustedes que hay otros muchísimos programillas que desempeñan más o menos las mismas tareas. En Tucows (la Gran Central de Software que debería usted visitar con frecuencia: ahí está todo) se nos ofrecen cerca de 40, casi todos ellos gratuitos. Quizá merezca especial consideración FireTalk (enlace en mi página), que es capaz de gestionar otros mensajeros —entre ellos, por supuesto, ICQ— y que funciona muy bien para conversar de viva voz (teniendo, claro, micrófono y altavoces o auriculares). 4. Y cerramos con algo en ciernes. Una compañía llamada PayPal (El Amiguete de los Pagos, podríamos traducir, medio en serio) ofrece por primera vez una función que debería imponerse con rotundidad y asepsia: el envío de remesas de dinero entre particulares. Usted me presta un servicio, supongamos, y yo se lo abono por mediación de PayPal, utilizando mi tarjeta de crédito. El programa abre la enorme posibilidad de que los particulares gestionemos nuestras propias operaciones comerciales, sin tener que someternos a la disciplina de los grandes grupazos. Mantengamos limpio nuestro Internet. DIRECCIONES Sobre las listas de correos: http://inchi.com/buscalistas/ http://www.elistas.net/ http://www.lsoft.com/lists/listref.html http://www.mundolatino.org/MundosParalelos/lc/internet.ht m Grupos de noticias: http://www.dat.etsit.upm.es/~mmonjas/foros.html http://www.ucm.es/BUCM/cps/0509.htm http://www.dejanews.com/ http://gnews.com/ Tucows: http://www.tucows.com PayPal: http://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=index
117
170. LO QUE YO NO HAGO Hay veces en que uno sólo puede defender sus posturas apoyándolas en el más impenetrable de los cerrilismos. Todos pecamos, yo también. Voy a confesarles a ustedes algunas de las cosas que no hago en Internet, a pesar de que todo el mundo se pasa el rato cantándoles las alabanzas. No intento instalar Linux en mi sistema. Nada que hacer. Ninguna variante de Linux reconoce mi tarjeta gráfica (dos de ellas, tampoco mi ratón, fíjense ustedes). Supongo que el problema estará resuelto en alguna de las muchas y muy bien organizadas páginas web de asesoramiento que los linuxeros del mundo tienen montadas, pero no dispongo de tiempo para andarme con investigaciones. Así de sencillo. Los de Linux, desde una postura maniquea y mesiánica que les está haciendo mucho daño, se niegan a admitir que esa, y no otra, es su principal asignatura pendiente: lograr que la mudanza desde Windows a su estupendo y simpático sistema operativo se produzca sin ningún problema ni dificultad, sin yo enterarme siquiera. Mientras, mi única opción —al alcance de casi nadie— es instalar Linux en otro ordenador que no dé problemas. No pretendo bajarme música de Napster ni de Gnutella ni de ningún otro montaje para el trueque de archivos entre consumidores. Sé que el tingladillo funcionará, tarde o temprano, y veo en él —cuando se amplíe al intercambio general, no sólo de archivos musicales— uno de los cinco o seis castillos roqueros que en el futuro albergarán la independencia de los usuarios libres frente a las grandes compañías devoradoras. Sin duda alguna. Pero, hoy por hoy, el sistema me corroe la paciencia, porque sólo funciona una o dos veces de cada diez. No utilizo los programas de traducción. Son horríficos. Punto y aparte. Ni se me ocurre escanear el texto de un libro o una publicación periódica para luego trasladarlo al procesador. Sí, suena muy bonito: escaneado, paso rápido por OCR, texto a su disposición, sin necesidad de teclearlo. Tururú. Si no tiene usted un escáner profesional, en combinación con un programa de reconocimiento óptico de caracteres todavía más profesional, 118
olvídese del asunto: puede tardar veinte minutos en trasladar un folio de treinta líneas. Es más: les diré que tampoco el sistema profesional es la purga de Benito, ni mucho menos. No me defiendo. Alguien ha estado utilizando mi ICQ, me ha expulsado de él, ha cortado la conexión con mi proveedor de Internet, me ha fastidiado durante unos cuantos días. Muchos lectores amigos me tildaron de insensato cuando puse mi número de ICQ al alcance de todo el mundo. Lamento reconocer que tenían razón… Y déjenme comentarles una amargura: conozco las armas de ataque y fastidio que los violentos de Internet han ido elaborando para utilización en ICQ, sé dónde están y cómo conseguirlas. Pero me niego a aprenderlas. También el mundo real está que rebosa violencia, y aún no se me ha ocurrido apuntarme a un cursillo de matanza con pistola y bazuka. Me esconderé mejor, si puedo. Sólo entro en un portal cuando se me equivoca el dedo. Los portales nos llevan adonde a ellos les conviene y les resulta más rentable. No. Y… No me cabe más en el espacio disponible, pero podría triplicar la lista con facilidad. La informática está llena fracasos disimulados, que a veces superan sus malos arranques y terminan en éxito. Amén. DIRECCIONES EyeDriver, programa para controlar los recursos y la utilización de los discos: en mi página. Por si quieren echar un vistazo. Napster: http://www.naptster.com/ Gnutella: http://gnutella.wego.com/ En mi página encontrarán referencias más amplias para orientarse en el tema. Apúntese a un premio: http://www.oroplata.com/ Betanzos y su cronista oficial: http://www.geocities.com/cronistabet/ Música desde Argentina: http://www.cancionero.com.ar/ De Sisa en Solfa: http://bbs.seker.es/~kyoto/Sisa.html 119
171. EL E RROR Y LAS G ALLETAS Terrible, el dilema de las galletas: si no las aceptamos, lo mismo se nos niega la entrada en alguna página, o no pirulan los detalles más lujosos y gozaderos, o no nos podemos bajar el programota ese que tanta ilusión nos hace y tan indispensable nos resulta para la VVC (léase «vida virtual cotidiana», cada vez más parecida a la VRC). Pero ¿qué ocurre si nos dejamos llevar por el genio y, pumba, clic-clic, borramos todas las cookies que nuestros afanes por Internet han ido amontonando en el directorio correspondiente, todas ellas atiborradas de datos —más bien inofensivos, no exageremos— sobre nuestra persona internetera? ¡Mire usted que si nos perdemos algo importante!… Qué duda tan atroz. Hay esperanza, señoras y señores. Mi consejo es: primero, acepten ustedes las cookies, que no va a pasarles nada, de veras; segundo, si no se fían, si no quieren vivir en la más bamboleante de las incertidumbres, como parece que les ocurre a más de uno de ustedes, bórrelas de vez en cuando. Pero no por el procedimiento basto, que consistiría en buscar el directorio donde se encuentran (c:\windows\cookies, o nombre parecido, en otros sistemas) y mandarlas todas a la papelera de un solo tantarantán, sino por otro sistema un poquitín más astuto. Veamos. En Internet Explorer = Archivo à Importar y exportar à Siguiente à Exportar cookies à Siguiente, etcétera. Tiene usted que dar nombre al archivo donde se juntarán todas las galletas, en formato texto, y recordar dónde lo ha guardado, para futuras urgencias. Luego, hale, a trabajar como de costumbre, vacío ya de esas galletas que le quitaban a usted el sosiego. Cuando pasen unas semanas y vea usted que no ocurre nada grave y que sus paseatas por Internet se desenvuelven como de costumbre, sin óbice, obstáculo, ni cortapisa, ya puede borrar el archivo / caja de galletas. Si, por el contrario, nota usted que ha perdido cosas importantes y que la vida se le retuerce… muy sencillo: deshaga usted el procedimiento anterior, seleccione «importar cookies» en lugar de «exportar» y recupere su galleterío. (Sobre las cookies hemos hablado en el artículo 139, «Cucas las cookies», que encontrarán ustedes en mi página web.) Fácil ¿eh? 120
Y una confesión que va a sorprenderles, estoy seguro: ¡no soy perfecto! Hace unas semanas metí entrambas patas y quedé de lo más peor con cientos de ustedes: los enlaces que, según el artículo de turno, estaban en mi página, no estaban en mi página, porque se me olvidó añadirlos, y muchos de ustedes se quedaron con las ganas de probar AntiCrash y Another Task Manager. Corregí la pifia cuando recibí el primer aviso, mediada la tarde del domingo, y los cuatrocientos últimos visitantes del día no llegaron a captar mi desidia en todo su dramático alcance. A todos los demás les ruego que me perdonen y les garantizo, tizo, tizo, que nunca más volverá a suceder. En justa compensación, hoy les regalo un avivador de memoria la mar de gratuito y servicial: el RamPage. Instálenlo, no le permitan que arranque con Windows, pero déjenlo que se monte un icono en algún sitio. De vez en cuando, actívenlo, pónganlo a recuperar memoria, y apáguenlo a continuación. No lo dejen residente en memoria, por más que él se ofrezca, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad. DIRECCIONES RamPage: en mi página. Warlock Cyberalarm, feroz programa para disuadir a cualquiera que ose tocarle a usted el ordenador sin su permiso: en mi página. Una web a explorar con método: http://www.galttech.com/ Programas en castellano: http://infodisc.es/abcd/programas/ Saregüare y frigüare para Windows y Mac: http://shareware.intercom.es/ Un lector con portal hecho a mano: http://acm.turincon.com/ Entender Internet con ayuda de otro lector: http://www.geocities.com/carlosdpg
121
172. LA PÁGINA DE NUNCA AC ABAR Al principio, ni yo sabía cómo escribir estos artículos ni ustedes sabían cómo leerlos en términos de Internet. ¿Vamos aclarándonos? Quizá: sobre la Red sólo podemos escribir y leer si nos integramos en ella, si nos remitimos a ella, si nos situamos en su entorno y si ampliamos nuestra noción del tiempo de vigencia de lo publicado, para llevarlo más allá de los límites de la escritura sobre papel y de su difusión física. Publicar, en Internet, no significa nada: hay que integrar lo publicado en un conjunto móvil. La Red es una página inacabable. Dado lo ya evidente para muchos miles de lectores, es decir: que esta sección no puede entenderse sin el sitio web donde va recopilándose y donde va adquiriendo dimensiones imposibles en la prensa sobre papel, me ha parecido que no podía aplazar por más tiempo la presentación a ustedes de un resumen de las posibilidades. En mi página web encontrarán ustedes: a) Todos los artículos anteriores de esta sección, en formatos varios, para mayor comodidad. Aquí hemos tratado ya una respetabilísima cantidad de temas y, por lo tanto, difícil será que no localicen ustedes en este cuerpo de textos consultables la respuesta a cualquier curiosidad. Como, por otra parte, los artículos siempre se han presentado con referencias a las páginas donde se podía ampliar la información, creo que ni siquiera debe preocuparnos la obsolescencia de los más antiguos: el propio lector sabrá actualizarlos. Soy consciente, por otra parte, de que a veces resulta difícil, entre tantos títulos, encontrar la información que se busca; pero la solución es bien sencilla: dejen todos los artículos en el mismo archivo del procesador de textos y luego busquen por palabras clave: ‘navegador’, ‘correo’, ‘noticias’, qué sé yo: lo que les haga falta. Es muy fácil. b) La gran asignatura pendiente de esta sección son las consultas técnicas. Varias veces he explicado lo obvio: que yo, en mi tiempo libre, en mi casa, con mis propios medios y a mi propia costa, no puedo atenderlas. ¿Solución? En la página se ofrecen dos. Una: utilizando el enlace incluido, traslade usted su consulta a la sección correspondiente de El Correo, donde disponen de los medios adecuados para atenderla. Dos (todavía en ro122
daje): publique usted su problema en el «Tablón de mensajes» de la propia página web, donde es fácil que algún lector con ánimo de colaborar logre solucionarle la pega. Algunos se han ofrecido. c) En la medida de lo posible, la página web está intentado ofrecer a los lectores todos los programas gratuitos que se recomiendan o comentan en esta sección, unas veces por medio del correspondiente enlace y otras por descarga directa. d) Otro servicio muy importante de la página web consiste en mantener abierta a los lectores un ‘departamento’ donde se recogen todas las direcciones de Internet que a lo largo de muchos años he ido recopilando: una enorme cantidad de páginas clasificadas por temas, para ir orientando sus peregrinajes interneteros. Y no hay más remedio que cortar aquí este resumen, por falta de espacio. No deja de ser curioso (y muy representativo de este tremendo fenómeno que llamamos Internet) el hecho de que en la sección impresa no quepa ni siquiera un esquema completo de lo que ofrece la página web correspondiente. Se lo vengo diciendo a ustedes desde los primeros tiempos: Internet es explorar. Debajo de esta página de papel se les abren a ustedes los espacios. DIRECCIONES Una veterana bolsa de trabajo: http://www.trabajos.com/ Página personal de un lector (muy explorable): http://sensorama.go.to/ Otra personal, con muchas posibilidades: http://www.geocities.com/idle_first/ Bicicleta alternativa: http://perso.wanadoo.es/aozomek/index.htm Teruel existe: http://www.eltorico.com/ Curso gratuito de contabilidad: http://www.clases-particulares.com/principal_.htm
123
173. LO QUE SÍ (I) Hace tres semanitas, recién puesta en marcha la canícula, leyeron ustedes un artículo mío titulado «Lo que no hago». (Que me ganó tres terribles, despiadados y crueles mensajes de odio procedentes de linuxeros ásperos, por haberme atrevido a pronunciar el santo nombre de Linux en vano. Hay una sección nueva en mi página web —«Surtido de insultos»— donde, como ejercicio de humildad y para escarmiento propio, recojo estas misivas misiles y recogeré las que en el futuro vaya mereciendo.) Bien. Tras lo que yo no hago, bueno será que tratemos el apasionante tema igual y contrario, es decir lo que yo sí hago, o he hecho pero dejé de hacer, o unas veces hago y otras no, pero que se hace con programas y utilidades para mí recomendables. No crean que pretendo sentar oráculo con lo que digo. A mí, por supuesto, me sucede lo que a todo el mundo: cojo vicios, me arrumbo en la rutina, y luego no hay quien me cambie las costumbres. Es más: si cualquiera de ustedes conoce métodos mejores que los míos — seguro que sí—, por favor no se prive de recomendarlos (sugiero el tablón de mensajes de mi página, para que todos nos enteremos). Utilizo ICQ para mantenerme en contacto con mis amigos y transferir archivos. Pero (importante pero) no le permito arrancar con Windows, como él quiere y propone siempre, sin faltar una vez. ICQ es tristemente célebre por su tendencia a consumir recursos del sistema y no devolverlos cuando se desactiva. Si necesitan ustedes sus recursos, si trabajan con varios programas a la vez (como suele ser mi caso), no activen ICQ más que cuando les apetezca o cuando vayan a trabajar con él. En mi experiencia, por ejemplo, los envíos de archivos obesos van mejor, más rápidos y más firmes por ICQ que por correo electrónico (siempre que estén en línea, al mismo tiempo, tanto la persona que envía como la que recibe). Por otra parte, tener ICQ permanentemente abierto no es precisamente la mejor garantía de seguridad. Utilizo, como agenda, el Lotus Organizer, cuyo precio pagué en su momento, hace ya unos cuantos años. Es verdad que Outlook 2000 me ofrece casi lo mismo, con mejor integración en 124
el sistema y más fácil acceso; no niego que haya otros gestores más eficaces o cómodos; pero… ¿Cómo voy a cambiar ahora, cuando resulta que tengo reseñada en Lotus, casi día por día, mi vida de los últimos siete años, junto con los teléfonos de todo el mundo, los «cumples» de los mejores amigos, etc.? Ni de broma. Organizo mis marcapáginas —Netscape y Explorer— con Compass. Es de probar y comprar (shareware) y ha tenido rachas de colgarse cuando menos los esperaba, el muy traidor, pero aquí también interviene la costumbre: llevo años con él, versión tras versión. Le da sopas con hondas a cualquier otro programa parecido de los muchos que he probado. A veces, sin embargo, más que nada por cambiar un poco, solicito, para lo mismo, los servicios de URL Menu (gratuito). Me bajo archivos con Download Accelerator. Tras un par de años de fidelidad a GetRight, no he tenido más remedio que convencerme de que Download Accelerator, con su raro sistema de fragmentar los archivos en cuatro y bajarse todos los fragmentos a la vez, es más eficaz. Ajusto los colores de la pantalla de trabajo con Color Changer. Pues sí, miren ustedes: me gusta cambiar los colorines de vez en cuando, para poner un toque abigarrado en mi monótona y gris existencia. Y Color Changer se presta a ello con mucha afabilidad. Seguiremos la próxima semana. En mi página web hay enlaces a todos los programas mencionados. DIRECCIONES California Museum of Photography: http://www.cmp.ucr.edu/ Toneladas de software gratuito para Windows: http://www.completelyfreesoftware.com/ Curiosidades policiacas: http://www.policias.org/ Nuevo gestor de correo, con simpática peculiaridad: http://www.nameplanet.com/mail/webmail Lector ecológico: http://members.es.tripod.de/econatura_web/ Lectora que pinta: http://www.geocities.com/bkstudios/ Caricaturas célebres de un tiempo remoto: http://www.g-santalla.com/ 125
174. LO QUE SÍ (II) Seguimos con la lista comentada de programas y utilidades que sí uso, pero no sin recordarles a ustedes que se admiten y desean sugerencias sobre el tema (mejor en el tablón de mensajes de mi sitio web, donde también están los enlaces a los archivos de instalación de los programas señalado con à). Ya (suspiro) no uso Netscape, ni 4.x ni 6, porque su instalación es agresiva y me monta problemas en iExplorer (que, hoy por hoy, me parece mejor que mi antiguo preferido); pero sí Mozilla, porque tiene facetas interesantísimas, aunque todavía no esté acabado de desarrollar. Conviene seguirle la pista. Busco textos con à FileFinder. Otro veterano colaborador mío. Lo que mejor hace es encontrar palabras concretas en cualquier archivo de mi disco duro. Me sirve, claro está, para localizar cosas que he escrito hace a lo mejor un montón de años y de las que sólo recuerdo vagamente el tema. Es rápido y fiable, mucho mejor que las aplicaciones equivalentes contenidas en los procesadores de texto o en Windows. Aplico à RamPage de modo controlado. RamPage es un programa que sirve, teóricamente, para recuperar recursos del sistema, pero en realidad, por razones técnicas demasiado largas de explicar, lo aconsejable es limitar su uso al momento inmediatamente posterior al cuelgue de algún programa: ‘recuperar’ 30 o 40 megas y luego desactivarlo. Muy buena información sobre este asunto en la columna que Fred Langa mantiene en WinMag. Para cambiar a granel los nombres de archivo siempre acudo a un programita muy majo, muy serio, muy pequeñito y muy cumplidor que se llama à Replace. (La ultimísima versión de Windows Commander trae ya su propio sistema de reemplazo, pero supongo que NO todos ustedes se habrán comprado este maravilloso gestor de archivos.) Convierto mis marcapáginas a formato HTML con à Bookmark Wizard. Es la mejor solución si les apetece a ustedes colocar sus direcciones favoritas en su página web (una amabilidad que yo agradezco siempre, porque se recibe de regalo un montón de URLs interesantes). Sean bueno y benéficos: háganlo. 126
Cuando las necesito para la página web, creo viñetas con à Thotor, un programa estupendo. No sólo reduce los archivos de imagen a tamaño ‘thumbnail’ (literalmente, ‘chincheta’, en inglés, pero esta equivalencia no se entendería en castellano), sino que también genera su correspondiente índice en formato *.html, gracias al cual podremos ver en una misma página todas las viñetas creadas. Divertido, de veras. Tengo la manía de suscribirme a servicios de información por correspondencia (las ‘newsletters’, recientemente tratadas aquí). Cada vez estoy más convencido de que este servicio es una de las herramientas más preciosas de Internet. No voy a decirles a ustedes que las mejores están en español, claro, porque me crecería muchísimo la nariz, y, la verdad, no apetece. Pero la dirección que les doy en el recuadro contiene 421 listas basadas en España. Son tantos los temas cubiertos, algunos tan curiosos, que va a resultar difícil que no encuentren ustedes algo que les desperece el interés. Cierro con una confidencia para lectores que puedan defenderse y atacar en inglés (no, de veras, no estoy promocionando las academias de idiomas, pero saquen ustedes mismos sus conclusiones) y que posean un nivel informático medio, por lo menos: me parece que la FreePDF Home Page es una visita que no deben obviar. Aquí se nos enseña el modo gratuito de crear archivos en formato *.pdf, que pueden leerse con Adobe Acrobat Reader y que, por consiguiente, dada la enorme difusión de este programa, pueden considerarse de acceso universal. No creo que haya mejor modo de enviar documentos por la Red. Estoy seguro de que se van a divertir ustedes probando todas estas cosas. Pero gocen también de tanta vacación y tanto verano como andan estos días por ahí sueltos. DIRECCIONES Mozilla: http://www.mozilla.org/projects/seamonkey/release-notes/ Fred Langa (en inglés): http://www.winmag.com/columns/explorer/2000/14.htm Windows Commander: http://www.ghisler.com/download.htm Listas en español: 127
http://www.lsoft.com/scripts/wl.exe?XC=ES&C=Spain Por si quieren practicar el inglés escuchando la Biblia: http://www.audio-bible.com/bible/bible.html FreePDF Home Page: http://www.over.to/freepdf/ La página del Islam en español: http://www.webislam.com/index.htm ¿Dónde se está poniendo el sol? http://www.worldtime.com/
128
175. DOS MIL CIEN MILLONES Tomen nota de este número: 2.156.389.654. Gracias. Una compañía especializada, Cyveillance, acaba de poner en general conocimiento que en Internet hay más de 2.100 millones de páginas únicas y de libre acceso al público. Pronúncienlo ustedes despacito, paladeando las sílabas: dos-mil-cienmi-llo-nes. Y añadan que este número crece a un ritmo de 7 millones al día, lo que es tanto como decir que a principios de 2001 la cifra actual se habrá multiplicado por dos. 4.200 millones. Quedémonos pasmados. Dentro de tres o cuatro años, si no afloja la tasa de incremento, Internet tendrá más páginas que la tierra pobladores. Saldremos a más de un sitio web per cápita (lástima que no se coman). Habida cuenta de que los mejores buscadores (Yahoo, Altavista, Lycos, Excite, etc) no llegan a los 200 millones de páginas censadas y referenciadas, ¿podría alguien decirme qué contiene Internet? No, claro, nadie puede controlar este maremagno, nadie sabe cómo clasificar y valorar esta masa ingente de —llamémosle así— información. Dicho en rotundas palabras: hacen falta 2.100 millones de rúbricas principales. ¿Quién le pondrá el cascabel al caos? Por el momento, señoras y señores, la respuesta es muy sencilla: no podrá hacerse. Es como si nos propusiéramos clasificar todos los papeles que existen en el planeta Tierra. A diferencia de lo que ocurre en el ámbito del material impreso, en Internet estamos dando la misma consideración a una prolija enciclopedia que a un post-it pegado en el marco de mi ordenador. Apuesto 2.100 millones de dólares a que un grueso porcentaje del total de páginas interneteras es el equivalente virtual de los papelitos amarillos, los cuadernos de notas, los diarios adolescentes, los álbumes de fotos familiares, los papeles personales de fulano, mengano o zutano que a nadie se le ocurriría considerar material catalogable. Lo que ahora mismo haría falta en Internet es un filtro equivalente al que la edición aporta al mundo de la escritura, donde la nota personal no alcanza la categoría de dato hasta que alguien decide que vale la pena y la publica de algún modo. No sé cómo se solucionará esta carencia; me intranquiliza, incluso, que pueda solucionarse, porque la 129
creación de cualquier organismo dedicado a otorgar cédulas de identidad a las páginas web podría llevarnos directamente a la censura del FBI. Y no es eso lo que queremos. En realidad no sé lo que queremos. Orden, clasificación, eficacia, por un lado. Libertad total, por el otro. ¿Son compatibles? Los actuales motores de búsqueda irán perfeccionándose hasta dar un servicio bien catalogado y puesto por categorías, pero estrecho y limitado, como máximo, a la cuarta o la quinta parte de las páginas existentes. En el resto del espacio virtual prevalecerá para siempre el desorden absoluto, sólo corregido por las pequeñas redes de comunicación entre individuos o grupos. Es, insisto, lo mismo que ocurre en el mundo del papel: hay datos públicos y catalogados; pero mis papeles personales sólo los conocen mis allegados (y no todos, claro). A nadie se le ocurriría ningún intento de catalogación pública de la masa inconmensurable de papeles escritos privados que hay en el mundo. Por cierto: 2.157.412.628. Mientras yo escribía este artículo, la Red ha crecido en más de un millón de páginas. Rapidita ya va. DIRECCIONES Cyveillance: http://www.cyveillance.com/ Expertos en todo (inglés): http://www.geocities.com/SoHo/Gallery/6776/dir_rec.htm Un enorme depósito de canciones en todos los idiomas: http://ingeb.org/ Portalillo musical: http://www.guiamusical.com/ La tremenda página de la guitarra (inglés): http://www.guitarsite.com/ Para alojar nuestros archivos gratuitamente: http://www.geocities.com/SoHo/Gallery/6776/dir_rec.htm Médico de cabecera en la Red: http://www.sumedicodecabecera.com/
130
ÍNDICE 121. ¡Chitón! ........................................................................... 3 122. Todo está en el libro ......................................................... 6 123. Paranoias ......................................................................... 9 124. P.P.P.............................................................................. 12 125. Las Puertas de Internet.................................................... 15 126. Novedades de Verano ..................................................... 18 127. Músicas, Maestros.......................................................... 21 128. La guerra de los mensakas .............................................. 24 129. La Crisis del Correo Caliente .......................................... 27 130. El Orificio Trasero.......................................................... 30 131. Pistas y Trucos ............................................................... 33 132. Facturón y Tente Tieso................................................... 36 133. Otros Navegadores ......................................................... 39 134. Bocaditos diversos.......................................................... 42 135. La invención de la taberna .............................................. 44 136. Un cinito pequeñín......................................................... 46 137. Contestando preguntas.................................................... 49 138. Elogio de la ignorancia ................................................... 51 139. Cucas, las cuquis ............................................................ 53 140. De Correo ...................................................................... 55 141. Santificar las fiestas........................................................ 57 142. Unos cuantos regalos...................................................... 60 143. Números Milenarios....................................................... 62 144. Consulta por arrobas....................................................... 64 145. La tremenda inocentada.................................................. 66 146. El zoco global ................................................................ 68 147. La Libertad y Otros Poemas (I)....................................... 71 148. La Libertad y Otros Poemas (II)...................................... 73 149. Tontainas en línea........................................................... 75 150. Sooooooo....................................................................... 77 151. Charla Semanal .............................................................. 79 152. Las Lindas Pantallas Azules (I) ....................................... 81 153. Las Lindas Pantallas Azules (II)...................................... 83 154. Llenando los portales...................................................... 85 155. El Espía Áureo ............................................................... 87 131
156. Astucias Sistemáticas ..................................................... 89 157. Miss Ringley duerme sola ............................................... 91 158. El Ojo del Amo .............................................................. 94 159. La Búsqueda de la Tortilla .............................................. 96 160. Billones de primos.......................................................... 98 161. Verdades nerviosas........................................................100 162. Mascaritas punto com....................................................102 163. Retoques.......................................................................104 164. Gratis y que rabien los virus...........................................106 165. Primera norma del Internetero Errante............................108 166. Sea usted su propio segurata ..........................................110 167. Arránquese usted en limpio ............................................112 168. La ancha que corre ........................................................114 169. Noticias, Charlas, Mensajes, Pagos ................................117 170. Lo que yo no hago.........................................................119 171. E l error y las galletas .....................................................121 172. La página de nunca acabar .............................................123 173. Lo que sí (I) ..................................................................125 174. Lo que sí (II).................................................................127 175. Dos mil cien millones ....................................................130
© Ramón Buenaventura, 1999-2000. Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier formato. El usuario de este archivo PDF, para Acrobat Reader ®, está autorizado a imprimir UN EJEMPLAR DE LECTURA para su uso personal, pero no a distribuir copias del mismo.
132
RAMÓN BUENAVENTURA
LOS ARTÍCULOS DE EL SEMANAL 176-225
Ramón Buenaventura, 1999-2001. Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier formato. El usuario de este archivo PDF, para Acrobat Reader ®, está autorizado a imprimir UN EJEMPLAR DE LECTURA para su uso personal, pero no a distribuir copias del mismo.
176. LOS SIMPLES USUARIOS ¿No avanzamos hacia donde queremos llegar? ¿O es que todavía quedamos en la Informática y en Internet unos cuantos miles de usuarios retrógrados y vetustos, aferrados a viejas exigencias que los demás consumidores no comparten o ni siquiera perciben? Mientras unos cuantos seguimos a la greña con los sistemas operativos —que si más estable, que si más fácil, que si más bonito, que si más extendido—, me temo que el 99,9% de los interneteros pasa por completo del asunto. Y, bueno, a lo mejor tienen razón los indiferentes. Es imprescindible que perdure un grupo de «moscas cojoneras» o «chinches en costura», de usuarios casi fanáticos (o fanáticos del todo), acuciando a los fabricantes con sus reivindicaciones técnicas, día y noche, sin parar, siempre enfadadísimos, siempre frustrados (o porque su sistema operativo es malo, o porque su sistema operativo es buenísimo, pero no se impone a Windows). Sí, sin duda. Pero confieso que yo mismo estoy empezando a hartarme del asunto. Al final, lo que está claro es que los productores de máquinas y/o programas atienden con preferencia las estrategias de márquetin, que son, a la hora de la verdad, quienes determinan la vida y la muerte de las mercancías. Y parece ser que el mercado de usuarios finales no exige grandes mejoras en los sistemas operativos, quizá porque los clientes no perciben los fallos con demasiado dramatismo. Pueden ustedes (los preocupados y exigentes) enfadarse conmigo todo lo que quieran, pero la verdad es que el usuario normal de Windows no es consciente de los TERRIBLES problemas que este sistema operativo presenta a ojos de muchos profesionales y aficionados de alto nivel. Windows se cuelga con facilidad, sí, pero sobre todo a quienes andamos todo el pajolero día buscándole las vueltas, instalando y desinstalando programas y tanteando retoques. A los demás windowseros no se les cuelga nunca o casi nunca, porque no utilizan sus ordenadores más que para trabajar con ellos (no en ellos). Si la señora Tal está montándose sus cuentas con Excel y de pronto se le cuaja el sistema, apagará, volverá a arrancar y… Bueno, a lo mejor ha perdido cuatro o cinco entradas, pero no es para mucha tragedia. Quienes trabajan en sus ordenadores, porque tienen que ocuparse —pongamos por caso—de redes o de servidores, sí que exigen que los sistemas operativos sean robustos y no vengan con chinchorrerías de manejo. Pero es que estos señores, por lo general, no utilizan los sistemas pensados para el usuario «de a
2
pie», como Windows 9x (o el inminente Windows ME), sino los sistema UNIX, Solaris, Windows NT o 2000, Linux, etc., que tienen, todos ellos (dicen los expertos), sus ventajas y sus inconvenientes, pero que en modo alguno pueden comprarse con un sistema operativo para uso casero. Ahí está el quid de la cuestión. Ustedes, queridos lectores, y yo, somos personas que trabajamos o jugamos con nuestros ordenadores y que debemos ignorar olímpicamente el desprecio de los sabios. No sabemos. Pues muy bien: no sabemos. Ojo: a lo mejor sabemos más que ellos, mucho más que ellos, sobre cómo sacarles partido a nuestras máquinas, no desde el punto de vista técnico, sino desde el creativo o laboral. A lo mejor, incluso, tenemos otras quejas. A lo mejor nos gustaría que se dejasen de tiramisúes y que hicieran un procesador de textos con un corrector gramatical bueno y sensato, con un diccionario de ideas afines verdaderamente bien hecho. A lo mejor. Digamos. Y los sistemas operativos, pues eso: que operen. DIRECCIONES : Nuevas versiones de los dos principales navegadores (con cambios poco sustanciales para el usuario): enlaces y explicación complementaria en mi página. Un curioso navegador gratuito (espero sus comentarios, por favor más explicaciones en mi página): http://www.santarulz.cjb.net/ Página oficial del Círculo de Bellas Artes de Madrid: http://www.circulobellasartes.com/ El Big Brother americano: http://www.bigbrother2000.com/NON/ Adrenalina para viajeros: http://www.aventureros.com/ Buscador MP3 muy elemental (a petición): http://www.buscaproductos.com/mp3.htm Festivales fotográficos de todo el mundo: http://www.festivaloflight.org/
3
177. E L JALEO DE LA MÚSICA (I) Dado el relajo veraniego y partiendo del supuesto de que todos los grandes expertos están de vacaciones en bellísimas playas exóticas a la altura de sus grandes méritos, y de que sólo quedamos aquí, a pie de El Semanal, los más sufridores e ignorantones, aprovecho el artículo de hoy para contestar una pregunta que me ha llegado con frecuencia en las últimas semanas. ¿Qué es MP3? Vamos a ver cómo explicamos el asunto. (Para ampliación del tema, con los enlaces necesarios, pueden acudir ustedes a mi página web.) La grabación digital de música ocupa un espacio enorme en el soporte físico que se utilice. Figúrense ustedes: para recoger un segundo de buen sonido cederromero hacen falta 1,4 millones de bits. («Digital» es igual a «numérico». Un «bit» es la medida mínima informática, y sólo puede ser 0 o 1.) Si a este detalle añadimos el hecho de que un módem rapidito funcionando a su óptimo teórico (es decir: nunca) puede mover un máximo de 56 kilobits por segundo, hagan la cuenta: aun suponiendo que no hubiera ningún factor de pérdida de velocidad, resultaría que el envío de un segundo de música de un PC a otro costaría, más o menos, medio minuto de transmisión (o, puesto en términos más dramáticos: una pieza de 3 minutos tardaría una hora y media en trasladarse). Un pecado de lentitud totalmente contrario a los principios de velocidad y fluidez que reinan en nuestra querida Internet. Pero hete aquí que, sirviéndose de estudios previos sobre el modo en que percibimos el sonido, los desarrolladores del MP3 (diminutivo de MPEG Audio Layer-3), crearon un algoritmo de compresión que elimina los datos no perceptibles al oído, aligerando considerablemente el peso de los archivos. Así, un archivo MP3 viene a contener solamente la doceava parte de los datos del original, sin perder por ello la calidad en la reproducción (y reduciendo del mismo modo el tiempo necesario para transmitirlo). Los archivos *.mp3 necesitan un programa capaz de extraerles, mediante la tarjeta y los altavoces del PC, el sonido que ustedes oyen o escuchan (sólo con que suene, ya lo oyen pero, en cambio, lo escuchan cuando quieren tengo los oídos irritados con el creciente mal empleo del verbo ‘escuchar’). Windows 98 lo trae de fábrica (el Media Player, ya en su versión 7.00), pero los usuarios tienden a preferir otros, también gratuitos: el Wi-
4
nAmp (para PC), el MacAmp (para Mac) y el mpeg123 (UNIX). (Enlaces en mi página.) Hay, además, un creciente mercado de aparatitos reproductores de archivos MP3, parecidos a los llamados «loros» (Walkman o Discman). Se venden a precio pesado, desde luego, pero están difundiéndose de un modo imparable por el mundo entero. Una vez cargados, dan música durante más de una hora. Y aquí viene el problemón mercantil: como resulta relativamente fácil, desde el punto de vista técnico, crear archivos MP3 a partir de grabaciones en CD, como ello puede hacerse en casita y por cuatro perras, los usuarios —encantados de la vida—han empezado a intercambiarse música, saltándose a la torera los canales comerciales. Gratis, por no eludir la nefanda palabra. La distribución de archivos MP3 rebasa, en cantidad y calidad, todos los límites concebibles. Entre otros motivos, porque ya no se trata de que yo le regale casetes a un amigo, sino de cientos de miles de usuarios, organizados, poniendo a disposición de todo el mundo sus grabaciones. ¿Han oído ustedes hablar de Napster? La semana que viene terminaremos de describir este embrollo. DIRECCIONES : Tres nuevos programas en mi página: Para no perder llamadas mientras estamos en línea: The Internet Answering Machine. Para utilizar el ordenador como teléfono: PhoneFree. Para mantener viva la conexión en periodos de inactividad: Absolutely On-Line. Fidonet y BBS explicado a los novatos: http://welcome.to/probbs Para eliminar Aureate y TimeSink (enviado por Jorge Garrido, de Logroño): http://www.lavasoft.de/free.html Punto de encuentro en la red con la «nueva economía»: http://eldorado.turincon.com/ Autoaprendizaje de Ezquerra: http://www.santurtzieus.com/gela_irekia/materialak/espa/ma terial_markoa.htm Revista digital de medicina: http://www.medspain.com/
5
178. E L JALEO DE LA MÚSICA (II) Naptster es un motor de búsqueda pensado para ayudarnos a localizar piezas musicales (en formato MP3, véanse los artículos 127 y 177, ambos disponibles en mi página) y bajárnoslas a nuestro disco duro, para que las disfrutemos (gratis) con nuestro reproductor de MP3 (también gratuito). La compañía lo define así: «La mayor y más diversa comunidad en línea de amantes de la música». Para integrarse en ella no hay más que bajarse el programa ad hoc, cortesía de Napster, e instalarlo en nuestro sistema. Sin labrar mucho los detalles —que aquí no caben ni importan —, digamos que Napster promueve el intercambio entre usuarios: yo me pillo un CD, cuyas pistas, previamente convertidas en MP3, meto en algún latifundio de mi disco duro a usted le mola lo que he grabado y se lo baja a su igualmente vasto disco duro. Ni un solo dólar ha cambiado de mano en el proceso. Pura gozada. Adivinarán ustedes que tanta beneficencia musical no podía ser del crematístico gusto de las compañías discográficas. En seguida vino, en Estados Unidos, el impepinable proceso. Los jueces decretaron primero el cierre inmediato de Napster y, luego, casi en seguida, dispusieron que la sentencia quedara en suspenso hasta septiembre. En esa espera estamos, ahora mismo. Qué más da. Lamentándolo mucho por su joven y aguerrido fundador, la seca verdad es que Napster nació con dos defectos terribles: a) La compañía aún no ha descubierto el modo de ganar dinero, a pesar de que ya rebasa los 25 millones de usuarios registrados b) Su tecnología no da la impresión de estar trocándonos archivos de modo anónimo, pero lo cierto es que todas las transacciones pasan por unos servidores centrales, con lo cual se facilita —y no poco— la acción judicial. Mientras, surgen otras opciones, más amplias y mucho menos controlables. Hay ya veintitantas (véase mi sitio web), pero citemos tres posibilidades. Tenemos, por ejemplo, Gnutella, que no dispone de base central donde se recojan las transacciones entre usuarios y que, para más ventaja, permite el intercambio todo tipo de archivos, no sólo MP3. Gnutella, además, no es un ente jurídico, sino una tecnología, con sus trabajadores voluntarios, y, por consiguiente, nadie le puede poner querella. Otro fenómeno en crecimiento es Freenet, una comunidad pensada para el toma
6
y daca de información entre usuarios totalmente anónimos, sin control central. Y, por último, no nos olvidemos de Autonomous Zone Industries, inventores del software MojoNation, claramente diseñado con el propósito de blindarse contra cualquier reclamación judicial. La guerra será cruel y acabará por extenderse a todos los campos comerciales donde lo verdaderamente importante sea el contenido, no el soporte físico (la literatura, el software, los libros, los diseños gráficos, los juegos, qué sé yo). Los vendedores de contenido+soporte irán inventando medios para defender sus indudables derechos (han pagado al autor y han incurrido en tremendos gastos de on-on-on: producción, distribución y promoción). Los promotores del libre intercambio irán encontrando el modo de trucar las barreras técnicas que se les impongan. Y así, por oleadas, hasta que surja algo nuevo, ahora inimaginable, pero quizá moneda corriente dentr o de un mero añito, que mande todo esto al trigésimoquinto pino y cree un status quo aceptable para todos. Por el momento, saquemos nuestra tajada musical. DIRECCIONES : Muchos más datos y referencias sobre MP3 y la distribución de música: en mi página. Un escritor a comprobar: http://www.ctv.es/USERS/patxiirurzun/ Hechizos y sortilegios ( ): http://www.ciudadfutura.com/hechizos/ Para averiguar todo de cualquiera (inglés y en EE UU pero es que varios lectores parecen interesados en la cuestión): http://www.worldsunited.com/nt249/kpcspy/ Fotos cercanas a la perfección: http://www.kodak.com/US/en/corp/features/kjell/mainIndex.s html Una impresionante página sobre Bach: http://www.bachdigital.com Portal del corazón (el verdadero, no el rosa): http://www.portalcardio.com/ © Ramón Buenaventura, 2000.
7
179. EXCELSOS CANTAMAÑANAS DE INTERNET
Por Bodóbrigo (dios hispano de antes de Roma, muy milagrero) les juro que a veces no sé cómo ocultarles a ustedes las infamias del llamado Internés. Pero, qué diablos, estamos empezando un nuevo curso: vamos a compartir el dolor, aunque sólo sea una vez. Quiero hablarles hoy de tres SÚPER CANTAMAÑANAS portentosos e hinchados de éxito (un ‘cantamañanas’ —explico para los muchos americanos que leen esta página por la Red y no conocen tan sabroso despreciativo hispanita—, es un tipo que sólo suelta sandeces por esa boquichuela que Dios le ha dado). A saber: La mujer más bajada del mundo. Según un reciente estudio de Alexa Internet, el más visitado de todos los sitios web dirigidos o protagonizados por una mujer (ya son ganas de medir tonterías) es… Tachín-tachín: el llamado Danni’s Hard Drive. No ninguna de las aplastantes bellezas que a todos e incluso todas nos noquean, sino Danni Ash, una moza que está más cerca de Aramís Fuster que de Esther Cañadas (pongamos parámetros, para entendernos) y que rezuma horterío yanqui por todos sus relimpios poros de hetera licenciada por la Universidad de Las Vegas: 25.149.000 páginas vistas. Y, lo que es peor: otro estudio, esta vez interno, de la propia Danni, pero certificado por notarios (vestidos, supongamos, de Elvis Presley a punto de reventársele las costuras), nos dice que la oronda señora ha sido bajada 840 millones de veces en los últimos cinco años. ¡Eh! No se me distraigan: en 840 millones de ocasiones, una criatura, seguramente del género macho, se ha bajado al disco erecto (perdón: duro) una foto de Danni con las carnes expuestas. Y conste que la cosa no es regalada: 20 dólares al mes cuesta la gozadura, que incluye canales de vídeo, los archivos de Danni, la tele de Danni y varias sutilezas más… Yo les recomiendo que visiten la página, que miren las partes gratis y que me digan si no es para aullar. Y las tonterías que dice la buena señora. Cuando uno piensa que esta gente está marcando el nivel cultural de la Tierra... Hagan el favor de parar el planeta, que me bajo. Curry, guapísimo correcoches. Pero, queridos amigos, la verdad es que Danni parece la marquesa del Mojino Escocío cuando la comparamos con Curry. «Osado, apuesto, seguro de mí mismo y guapo son las palabras que primero me vienen a la mente cuando pienso en cómo describirme». La madre que lo dio
8
a luz. Curry es un corredor automovilista de 23 años que lleva el pelo («rubio terracota») muy largo, y tallado según las más finas normas del estilismo (algo entre erudito futbolístico alemán paseándose por Ibiza con una camiseta del Bayern y batería de los años 70 a punto de ser olvidado para siempre, no sé si me explico). En las fotos luce una cazadora con los colores USA (y los franceses, y los holandeses, pero eso él no lo sabe) y unos pantalones de piel de pimiento morrón, muy finos. Botas blancas de tacón, naturalmente: resplandecidas. Y qué feliz es, qué feliz, qué felicísimo, y qué consejos tan chachi nos da en su página para ser nosotros también, oh, qué felices … Rubberburner.com es uno de los sitios más famosos de Internet. Cubrámonos el rostro de ceniza. Y nombremos el último (se lo paso a ustedes sin más comentario, porque esta sección es infinita pero limitada): Súper Greg, pinchata cejijunto de una discoteca donde sirven muy buenos cócteles de piña. Otro de los grandes éxitos recientes de la Red. Otra gloria de la humanidad, de raza hispana, me temo, tan contento de sí mismo que da pavor. Gocen ustedes. DIRECCIONES : Alexa Internet: http://www.alexa. com Dann Ash: http://www.danni.com Curry: http://www.rubberburner.com Super Greg: http://www.supergreg.com/ Otros horrores no mencionados en el artículo, pero no menos horrorosos: RealDoll (+18): http://realdoll.com/ El reloj de la muerte: http://www.deathclock.com/ (no vayan a tomárselo en serio, por favor). Albricias de Pinochet: http://www.aclaris.cl/~fapilan/pinochet/fotos.html
9
180. E L SÍNDROME DEL T ÍO GILITO Esto es un «hobby». Y ¿qué es un «hobby»? En su uso actual, la palabra —inglesa— procede del nombre que se daba, en arte de cetrería, a un pequeño halcón entrenado para cazar pájaros de menor calibre, y significa «actividad auxiliar». Esto es una actividad auxiliar o secundaria, señoras y señores. No vamos a hacernos millonarios. No nos zambulliremos en albercas de oro, como el Tío Gilito. Supongo que habrá sorprendido la declaración. Todo quisque anda guillado con el síndrome de hacerse millonata, incluso muchimillonata, en Internet, a base de pelotazos más poderosos que el smash del más hábil y fornido tenista. Yo no lo creo. No creo que los usuarios de Internet vayamos a sacar un euro de esta afición nuestra. De los «hobbies» nunca se saca mucho. Bah. ¿Qué les saca un filatélico a los sellos, un numismático a las monedas, un coleccionista de plumas de pájaro a las plumas de pájaro? Nada que valga la pena, salvo lo que más vale la pena en este mundo, es decir: placer y entretenimiento y la sensación de estar haciendo algo que otras personas aprecian. El documento fundacional de un internetero es su página web. Nadie puede considerarse verdadero aficionado, verdadero entusiasta en la materia, mientras no tenga una casa construida en la Red, mientras no la haya vestido con sus buenos muebles y dotado con los mejores servicios que puedan encontrarse. En ello no hay inversión pecuniaria. Los alojamientos son gratuitos (si no pretende usted prestaciones profesionales que en general no necesita), el diseño cada vez es más cosa de imaginación y menos de técnica (gracias a los modernos editores de HTML), y el contenido… Bueno, ahí está la mejor parte del «hobby», probablemente: el contenido es cualquier cosa que nos guste o nos interese y que deseemos compartir con otros interneteros. Artes, deportes, conocimientos, erudiciones, experiencias personales, diarios, crónicas de viaje, cuentos de la tierra, proselitismos diversos… Qué sé yo. Fotos que nos gusten. Textos que puedan interesar a otros enredados. Nunca, antes, habíamos tenido los individuos esta posibilidad de presentar a los demás nuestra percepción del mundo y nuestra experiencia. Abrir nuestras casas, encontrar abiertas las casas ajenas, es suficiente premio. Puede que gastemos muchas horas en mantener nuestras páginas (como otros las gastan en mantener ordenada su colección de lo que sea,
10
descuidando el culto obligatorio de santa Tele Bendita), pero el perfecto placer de comunicar y recibir experiencia nos paga por ello más que sobradamente. Lo nuestro es un «hobby», repito. Esta semana quiero rendir un homenaje a todos los lectores que se han dado la briega de edificar su sitio en Internet, a veces con un espíritu de servicio a los colegas verdaderamente admirable, a cambio de nada. Y ¿qué mejor tributo que poner aquí sus direcciones? La lástima es que no me caben todos los que llevo anotados, y he tenido que escoger al azar. Lo juro: al azar, entre tantas posibilidades. No se ofendan quienes sepan que los conozco y no se encuentren en la brevísima lista. Y usted, por favor, el que todavía no se ha montado la paginita: ¿a qué está esperando? Enséñenos lo que sabe. Sobre todo si tiene localizado al Tío Gilito en su Gran Piscina de Oro Virtual. Es broma. DIRECCIONES : Resolución gratuita de problemas matemáticos: http://www.terra.es/personal2/raivanom/ Motorismo: http://www.geocities.com/Yosemite/Cabin/4540/ Meat Loaf for ever: http://go.to/meatloaf Buenas ayudas: http://www.crosswinds.net/~cecilio/ Carreras populares: http://www.carreraspopulares.com/ Galicia, música, derechos humanos: http://www.geocities.com/cesarsalgado/ Ni se sabe: http://come.to/kanuacinicio Estupendo trabajo de recopilación: http://come.to/kanuacinicio Proyectos a compartir: http://interactors.net/ Trivium de letras: http://usuarios.tripod.es/Trivium Entusiasta : http://www2.gratisweb.com/ntejero/miweb.htm Gato Garfield: http://garfield.dreamers.com/ Escuela de música de Figueruelas: http://www.terra.es/personal2/nakologic/ESQUELETO.HTML
11
181. E L WINDOWS MILENARIO Sí: resplandece en las estanterías de las tiendas un «alma nueva» para nuestro ordenata: Windows ME, Millenium Edition. Cuando hay quien continúa atrincherado en Windows 3.11 cuando no todo el mundo se ha pasado a Windows 98, desde el 95 cuando, en buena parte, los usuarios más ligeros aún no han averiguado en qué consiste Windows NT, sustituido el año pasado por Windows 2000 (no sé si me siguen), mientras los linuxeiros niegan cualquier validez desde cualquier punto de vista que se mire a cualquier sistema operativo de Microsoft, llámese como se llame, y mientras los de Apple anuncian, como todos los jueves, la inminente revolución informática que cambiará para siempre todos los sistemas del mundo… Aquí estamos, con otro Windows. Podría despachar la cuestión inventándome un signo tipográfico que representara el encogimiento de hombros :- Para nosotros, los interneteros, el advenimiento del ME es un hecho bastante pché. La mayor novedad que nos ofrece (iExplorer 5.5, que tampoco mejora en mucho su versión anterior) hace ya tiempo que la tenemos a nuestra disposición en la página de Microsoft. El Media Player 7 —otra aportación nueva—, ídem de lo mismo… Más bolillos: el acceso telefónico a redes tiene mejores opciones y se ha trasladado al Panel de Control. Podemos echar partiditas en red de los juegos de Windows (cinco de ellos, si no he contado mal). Para interneteros, eso es todo. En general, el ME está pensado para granjearnos el multimedia. Así, además del ya mencionado Media Player 7, incorpora el Windows Movie Maker (editor de películas) y gestores para escáneres, cámaras y reproductores MP3. Luego, Microsoft parece muy interesado en un hecho de márquetin con posibilidades: en muchas casas ya hay dos, tres y hasta cuatro ordenadores, de modo que ME atiende mejor que 98 al tendido de redes (redecillas) caseras y a la posibilidad de compartir recursos. Hay, por supuesto, cómo no, un montón de retoques internos y externos que, sin duda, aportan curas (casi siempre parciales) a las viejas pupas de Windows. ME es notablemente mejor que 98. ME defiende mejor sus archivos esenciales y, además, se enmienda él solito muchos errores —eso que sale ganando, en estabilidad—. Con ME resulta más fácil que antes recuperar una configuración anterior (solución a muchos problemas de Windows
12
que no mencionamos con frecuencia, pero que debería practicarse más ya la tenemos, menos refinada, en el 98). El programa de ayuda se ha mejorado enormemente. Los archivos comprimidos se gestionan como si fuesen normales. La enooorme novedad esperada o temida, o sea: la erradicación de DOS, el Gran Hermano de los sistemas operativos, que funciona por debajo de Windows… No se ha producido: ahí sigue DOS, tan campante, aunque necesitado de un parche para funcionar igual que en el 98 (uno se pregunta para qué han hecho esa trampichuela los sabios microsoftos). Consejos finales: a) Si es usted un usuario avanzado, ya sabe que estaría más a gusto con otros sistemas operativos, incluido el 2000 b) Si ya tiene Windows 98, cambiar a ME será capricho, pero, oiga, por qué va usted a privarse (será por dinero) c) Si es usted un medaigualista —a mucha honra— y todavía anda por el 95, o incluso el 3.11, cámbiese, hombre: la instalación no es complicada d) Si va usted a comprarse ahora un ordenador, lo más probable es que le venga con ME instalado de fábrica, de modo que… La vida sigue igual. DIRECCIONES : Para viajar de incógnito: http://www.anonymizer.com/ Anuario de cámaras web (francés): http://www.annucam.com/ Manual de diseño: http://www.mundofree.com/joanmmas/ El rin.com de León: http://www.elrin.com/ Emisoras de radio: http://www.periscopio.com/esp/multimedia/radio.html Recursos gratuitos: http://www.recursosgratis.com/ Alojamiento sin límite: http://www.iespana.es Poner la propia tienda: http://www.vstore.com/ Registrar dominios: https://www.nominalia.com/cas/frames.html
13
182. DOMINANDO EL DOMINIO (I) Por pocas y raras veces que surquen sus excelencias esta mar Océana llamada Internet, no habrán dejado de percibir que hay direcciones sencillas y llanotas, como http://www.tacataca.com, y direcciones que ni Júpiter tonante las recuerda, como http://www.miproveedordeinternet.net/usuarios/~comosellameusted. ¿Por qué esta injusticia tan notoria? Cuestión de pelas, como siempre. Aquí, quien paga la tiene más corta. Así de sencillo. DNS. El Sistema de Nombres de Dominio, que se llamaría SND si lo hubiéramos inventado aquí, pero que se llama DNS, porque lo inventaron en EE UU (Domain Name System), empezó a funcionar a principios de los 80, para hacer más fácil la localización de los «sitios». El DNS utiliza, para las direcciones individualizadas, una serie de «localizadores de recursos uniformes» (Uniform Resource Locators), que básicamente son el protocolo, el host o sistema anfitrión y el dominio. Así, en el caso de las direcciones, http es el protocolo (HyperText Transfer Protocol), www es el sistema anfitrión y xxx.com (o algún otro de los sufijos aceptados) es el dominio. Dominios. Hay varias tipos de dominio, cada uno con su propia desinencia. Los principales son *.com (para entidades comerciales, aunque este concepto se ha ido ampliando con el tiempo, hasta incluir personas o instituciones que dan quizá un servicio, pero no a cambio de dinero), *.org (para organizaciones sin ánimo de lucro) y *.net (para redes). Luego están los dominios especializados, muy numerosos, y los nacionales. Cada país tiene el suyo propio. La terminación *.es nos refiere a España (de = Alemania, fr = Francia, uk = Gran Bretaña). En la actualidad estamos asistiendo a un proceso de ampliación del número de dominios que aún no sabemos en qué terminará (véase la página del ICANN). Organismos. Ante el crecimiento silvestre de Internet, el sistema de dominios empezó a desmadrarse. De modo que, en abril de 1993, la National Science Foundation creó el InterNIC (Internet Network Information Center), para que se ocupara del registro. En ello sigue, hasta ahora, haciendo gala de una organización sobria e intachable, dentro de un caos aparente. Naturalmente, una sola institución, centrada en Estados Unidos, no puede atender todas las necesidades mundiales de regis-
14
tro, de modo que ha ido surgiendo una considerable cantidad de compañías especializadas en la matriculación y gestión de nombres de dominio. Abajo encontrarán ustedes unas cuantas direcciones. Todas ellas, en última instancia, acaban elevando sus anotaciones al registro de InterNIC, porque, de hecho, los dominios principales (repito: org, net, com) son norteamericanos. En lo que se refiere al recién mencionado sufijo *.es, hay un ESNIC, Registro Delegado de Internet, que lo regula de modo oficial, según una orden del Ministerio de Fomento. Por ahora, la terminación *.es no se permite a personas naturales (como usted y como yo, que nos desplomamos de puro naturales), de modo que su cobertura se limita a entidades y organismos inscritos en el Registro Mercantil y en la Oficina de Patentes y Marcas. La semana próxima continuaremos con este tema que tanto parece interesarles a ustedes, a juzgar por la cantidad de consultas que sobre él he recibido. DIRECCIONES : Internic: http://www.internic.net/ ICANN: http://www.icann.org ES-NIC: http://www.nic.es/ Nominalia: http://www.nominalia.com Namesecure: http://www.namesecure.lycos.com/ RapidSite: http://www.rapidsite.es (español) Interdomain: http://www.interdomain.es (español) Explicación para novatos: http://www.dominiuris.com/novatos/Default.htm Musiquitas histéricas: http://www.neosoft.com/~ffp/funwavs/funwavs.htm Todos los navegadores del mundo: http://browsers.evolt.org/ Para autobiografiarse: http://www.tubiografia.com/
15
183. DOMINANDO EL DOMINIO (II) Proseguimos con el tema de los «dominios», iniciado la semana anterior. ¿Estoy libre? Si empezamos a coquetear con la idea de comprarnos un dominio (porque nos mola o porque lo necesitamos), lo primero que tendremos que averiguar es si está libre —no registrada por nadie— la expresión que tenemos en mente. Fuera gratis la cosa, y no habría grueso problema: una amiga nuestra recién inventada, Lucrecia Caribe, podría registrar «lucreciacaribe», «lcaribe», «lucreciac», «lucrecia_caribe», cualquier combinación que se le ocurriera, y, además, cubriendo las opciones básicas en su totalidad: *.com, *.org, *.net. Pero el servicio no es gratuito, Lucrecia anda mal de guita, porque aún no la han contratado fija en el combo, y no le queda más remedio que conformarse con algo más limitado. Vamos a pensar que opta por «lucreciacaribe.com». Para convencerse de que a nadie se la ha ocurrido la peregrina idea de registrar esas dos palabras pegadas y salseras, Lucrecia se mete en Allwhois.com («el más completo servicio de quién es quién de Internet» pero también podría acudir directamente a InterNiC) y en la casilla correspondiente escribe «lucreciacaribe». A los pocos segundos puede ver que más abajo, en una zona blanca llamada «Output», aparece la frase «no match for lucreciacaribe». Lo cual ella, siempre optimista, traduce por «no hay quién se compare con lucreciacaribe », pero en realidad lo que quiere decir es que no existe en los archivos de Internet ningún asiento que corresponda a esa expresión y que, por lo tanto, está libre, en todas sus opciones básicas (*.com, *.net, *.org). Nada podrá frenar a Lucrecia, ya. Pero ¿para qué? Antes de comprar, sin embargo, la primera pregunta es evidente: ¿qué pretende Lucrecia con tanto dominio? En su caso, está clarísimo: piensa hacerse famosa y no quiere que nadie le monte una página espuria con su nombre, en el futuro. Las gentes normalitas y sin aspiraciones no lo tenemos tan claro, pero sí que nos llega el magín para comprender que a otras personas e instituciones la utilización de un dominio les puede resultar rentable o extremadamente cómoda, mejorando además en no pequeña medida la localización de su página por parte de los buscadores. Insisto, porque es importante que esto quede muy bien entendid o: en mi caso, en el caso de usted, señor lector o
16
señora lectora, que andamos por el mundo sin nombre de marca conocido, registrar el dominio va a ser una cuestión de vanidad internetera, más que de ninguna otra cosa. Una compañía como IBM, en cambio, no puede permitirse el lujo de no poseer los dominios «ibm» en todos sus avatares concebibles. Hay en este ámbito un ejemplo muy chusco y muy famoso en la Red: vean la pintoresca diferencia entre «www.whitehouse.gov» y «www.whitehouse.com». ¿Y quién me da el protocolo? El caso se complica, sin embargo, cuando tenemos en cuenta otra variante técnica: el dominio que registremos no servirá de nada si no trae acarreado un enlace permanente con un IP (protocolo de Internet). ¿Tiene usted IP? Pues sí, usted tiene IP, aunque quizá no lo sepa: cada vez que accede a Internet por medio de su proveedor, éste le adjudica un IP, una identidad numérica con la que funcionará hasta el fin de la sesión. Pero, ¡ay!, no existe ninguna posibilidad de enlace entre ese IP suyo, tan tornadizo, y el dominio registrado. Alguien tiene que hacer el puente. La semana próxima veremos cómo. DIRECCIONES : Allwhois: http://www.allwhois.com/ Internic: http://www.internic.net/ Atapuerca: http://www.atapuerca.com Las ruinas maya de Palenque (inglés, pero con un valor gráfico enorme): http://www.virtualpalenque.com Aprenda a leer jeroglíficos (inglés): http://www.halfmoon.org/index.html Cómo vivieron los aztecas su derrota: http://biblioweb.dgsca.unam.mx/libros/vencidos El paraíso de los solitarios: http://www.solitairecentral.com/ Nadie nos ve (ya, ya): http://www.terraserver.com
17
184. DOMINANDO EL DOMINIO (III) Decíamos la semana pasada que alguien tiene que tender el puente entre el IP y el dominio recién creado. Puede ser su propio proveedor de Internet, si le concede a usted un IP permanente y lo enlaza con su dominio (no es gratis) o puede ser la propia compañía que le gestiona a usted el registro. En mi caso, y en el de la mayoría de ustedes —me parece—, lo más lógico es acudir a los servicios del registrador. Quienes utilizamos varios proveedores de Internet, unos benéficos y otros de pago, y alojamos nuestra(s) querida(s) página(s) en hostales gratuitos (anda que no los hay), realmente no tenemos más remedio que contratar aparte un servicio de «enmascaramiento URL» es decir: si usted contrata el dominio «www.mimenda.com», esta dirección queda permanentemente enlazada con su página en, digamos, Geocities, que es «www.geocities.com/mimenda». Y cuando yo quiera a visitarle en el dominio «mimenda», el redireccionador, a la chita callando me llevará a la página. Así de sencillo. Y ¿cuánto cuesta? Lo suficiente como para disuadir a bastantes personas. Ya he dicho que hay muchos «registradores» de dominio. Por experiencia propia puedo hablarles de Nominalia, una empresa catalana pero abajo encontrarán ustedes otras opciones. Nominalia cobra 34 dólares (algo más de 6.000 pta.) anuales por el registro de cada dominio (102 dólares, pues, si registramos los tres básicos), más 5.000 pta. por el servicio de DNS (redireccionamiento) y 2.500 por el «web forwarding» (lo mismo, pero aplicado al correo electrónico). Es una pasta, si lo piensa usted con la cabeza fría. ¿No podría ser gratis, oiga? Yo no lo sabía cuando registré el *.com, pero un estupendo lector, Cecilio (de cuya ayuda no sabría prescindir, la verdad), me desasnó unos días después, en uno de sus escuetos mensajes: existen dos compañías que ofrecen registro gratuito. Se trata de Namedemo y Namezero. ¿El truco? Hombre, claro, por supuesto que hay truco: usted registra su dominio y Namedemo o Namezero, efectivamente, se lo inscriben en InterNIC (lo he comprobado) pero, eso sí: cada vez que alguien acceda a su página por el enlace que las compañías ofrecen (cada vez que alguien escribe www.mimenda.com y el redireccionador lo conduce a www.mihostal.com/mimenda), en la parte inferior de la pantalla aparece un nada discreto panel publicitario del registrador gratuito. Qué le vamos a hacer: de todas maneras,
18
el ahorro a lo mejor nos vale la pena. Y siempre existe la posibilidad, como he hecho yo, de pagar el *.com y sacarse gratis el *.org y el *.net (para luego tener la suerte, más por torpeza que por mérito, de que el enlace a mi página mediante estos dos últimos dominios no funcione, y sí, en cambio, la anotación en el registro: a ver cuánto me dura). Recibí tantas cartas de lectores preguntándome por esta «cosa de los dominios», que al final tuve que enterarme de cómo iba y, dado que no suelo conformarme con lo teórico, meterme en el proceso, para verificarlo. Funciona, sin duda alguna. Pero… Miren, si no tienen ustedes ningún interés comercial en la cuestión, creo que el registro no sirve para nada importante. Sobre todo teniendo en cuenta que los hostales gratuitos, como Geocities, hoy en día ya han simplificado enormemente las URL que otorgan a sus huéspedes. En Internet, qué quieren que les diga: para nosotros, los interneteros corrientes, pagar es casi siempre un atraso. Gástenselo en copas o en flores. DIRECCIONES : Cecilio: http://sitio.de/cecilio Nominalia: http://www.nominalia.com Namesecure: http://www.namesecure.lycos.com/ RapidSite: http://www.rapidsite.es (español) Interdomain: http://www.interdomain.es (español) TuRincón: http://www.turincon.com Namedemo: http://www.namedemo.com Namezero: http://www.namezero.com
19
185. NAVEGAR DE TAPADILLO (I) Soy un hombre de suerte: hasta ahora sólo me han correspondido en la «tómbola del mundo» dos o tres auténtico/as malvado/as, y he vivido hasta anteayer sin tropezar jamás con un energúmeno. En las últimas 48 horas me han tocado dos: uno que por un leve roce en la aleta delantera izquierda pudo haberme matado si yo le hubiera plantado cara en su desvarío, y otro que así, porque sí, porque le caigo mal, tuvo atascada durante un día entero mi página web, haciéndome creer que había perdido casi tres años de trabajo, paciencia, aprendizaje y entusiasmo. En general, no soy de quienes detestan a los hackers. En todo arte, en toda ciencia, son indispensables los tipos así, devotos hasta la pasión obsesiva, capaces de cualquier cosa por aprender. Ellos han empujado el progreso, tanto en lo humano como en lo técnico, más que nadie en la historia. Que de vez en cuando, entre miles, brote algún energúmeno, tampoco es para mesarse los cabellos. En todas las profesiones hay soplacanutos. Pero toca moverse con cuidado. Hoy en día, con las tarifas planas y la cantidad de horas que permanecemos en conexión, el riesgo de tropezar con energúmenos está engordando bastante. Créanme bajo palabra, porque no tengo espacio para explicarme: pululan por ahí, por las procelosas ondas de la red, muchísimos expertos —simplemente traviesos, o también malvados— que, utilizando muy refinado software, se dedican al rastreo de puertos para descubrir accesos a los sistemas de gente como usted o como yo. Una vez localizado un puerto abierto, el «investigador» puede perfectamente instalar en nuestro sistema un programa que le permita controlarlo, extrayendo de él todos los datos que le apetezca conocer (contraseñas, por ejemplo números de tarjeta de crédito, por peor ejemplo). ¿Solución? Aquí, como antaño se recomendaba para la mili, lo mejor es pasar inadvertido. Dicho en palabras que entendamos todos: moverse por Internet en estado de camuflaje permanente, de modo que nuestro ordenador no pueda ser captado por los escáneres de los estudiosos. Y la verdad es que en los últimos meses los usuarios caseros, además de encontrarnos con energúmenos en la calle y en Red, hemos tenido suerte, porque han surgido aplicaciones gratuitas que hacen precisamente eso, taparnos del enemigo. Y, para mayor fortuna, todos podemos servirnos del estupendo trabajo de un experto que ha consagrado muchísimas
20
horas a la seguridad en Internet y que nos ofrece un mecanismo de comprobación verdaderamente impagable. En el próximo artículo hablaremos con mejor detalle de los programas de camuflaje. Por ahora, permítanme que les haga una recomendación muy firme. Entren en la primera dirección que más abajo les doy (si saben inglés, aprovéchenla a fondo), pinchen «Shields Up!» y, en la página que les salga a continuación, atrévanse con «Test my shields!» y con «Probe my ports!». En el primer caso, escamante será cualquier resultado que no muestre dos señales de prohibición («el puerto 139 no parece existir» y «no es posible conectar con el NetBIOS de nuestro ordenador»). En el segundo, tienen ustedes que obtener una larga lista de «Stealth!», sin excepción para ningún puerto. Lo más probable es que algo les falle. Instale usted inmediatamente, por ejemplo, el ZoneAlarm, un «cortafuegos» que ya hemos recomendado aquí y sobre el que volveremos dentro de siete días. Hasta entonces. Y muchísimas, muchísimas gracias por las decenas de cartas de consuelo. DIRECCIONES : Gibson Research Corporation: http://grc.com/default.htm Todos los cortafuegos: http://grc.com/su-firewalls.htm ZoneAlarm: http://www.zonelabs.com/ [El Pro no es gratis, pero el normal sí, para usuarios particulares.] Para tratar de estas y otras cuestiones, entre los lectores: http://www.melodysoft.com/cgi-bin/foro.cgi?ID=sididonsidi Otro tema. El mejor capturador de pantalla que existe en este energúmeno mundo, llamado HyperSnap: http://www.hyperionics.com/index.html Retoque de imagen (gratuito): http://www.myfreephotoplus.com/
21
186. NAVEGAR DE TAPADILLO (II) En su excelente serie de Kriptópolis sobre los cortafuegos personales, José Manuel Gómez nos da cuatro consejos previos y una regla de oro que me tomo la libertad de encapsular aquí para ustedes: 1) No menospreciemos nunca los peligros de la Red. 2) No pensemos nunca que nuestro ordenador carece de atractivos para un posible atacante (fastidiar es suficiente recompensa, muchas veces). 3) No sobrevaloremos a los atacantes, porque a veces no son sino niñatos con juguetes peligrosos a su disposición (no sé si estar muy de acuerdo con este consejo: ¿hay algo más peligroso que un tonto con un arma en la mano?). 4) No nos creamos nunca que nuestra máquina es invulnerable: incluido Linux (no se me lancen a la garganta, como de costumbre, los linuxeros: esta vez es José Manuel Gómez quien lo afirma, no yo) —y no digamos Windows, que tiene una verdadera sarta de actualizaciones de seguridad—, todo sistema requiere un esfuerzo adicional para conseguir el grado máximo de resistencia al invasor. Y una regla de oro: «tómese en serio la seguridad de su propio ordenador». Nosotros, aquí, decíamos la semana pasada que hoy trataríamos con mayor detalle de ZoneAlarm, un cortafuegos estupendo y con un precio que deslumbra por su simpatía: cero dólares. Pero ¿qué es un cortafuegos? Es un programa que aísla nuestro ordenador utilizando un «muro de códigos» (así lo denomina Gibson Research) que inspecciona cada paquete individual de datos, según llega a nuestra máquina o sale de ella, decidiendo si puede o no puede pasar. Simplificando muchísimo y apelando a la credulidad del lector, porque no hay espacio para grandes explicaciones técnicas: esto quiere decir que nuestro ordenador, protegido por un cortafuegos, puede «desaparecer» de la red, totalmente camuflado, haciéndose ilocalizable para el —llamémosle así, porque lo es— «enemigo». Hay varios cortafuegos eficaces y más o menos difíciles de instalar, desde el Conseal PC Firewall (caro y para expertos) hasta mi amado ZoneAlarm, pasando por el excelente Norton Internet Security 2000, el McAfee Personal Firewall (19.95$), el BlackIce Defender (39.95$) y el Sygate Personal Firewall (gratis para usuarios individuales y también muy recomendable, aunque aún no conocemos la opinión final de los grandes sabios). Pero, háganme caso, por favor, bájense ZoneAlarm e instálenlo. Aunque no sepa usted inglés, podrá configurarlo sin dema-
22
siados apuros. Sugiero, por ejemplo, lo siguiente: En Alerts, en principio activen la casilla «Show the alert pop up window», más que nada para que se cercioren ustedes de que el programa está al loro. Cuando se cansen de avisos, cancélenla. En Lock, dejen en «Disable» el «Automatic Lock». En Security, lleven la regleta al máximo tanto en «Local» como en «Internet». También pueden marcar «Enable MailSafe protection». Programs es una relación de los programas cuya actividad en Internet ustedes autoricen. Cada vez que uno de sus programas (el navegador, el cliente de correo, ICQ, etc.) intente acceder a la Red, ZoneAlarm les preguntará si lo autorizan. Será más cómodo que en los de confianza hagan ustedes permanente el permiso. En Configure, marquen «Load ZoneAlarm at StartUp» (o sea: dejen que ZoneAlarm arranque con el sistema: no consume una enorme cantidad de recursos) y «Yes, I want to check…». Cuando esté instalado ZoneAlarm, vuelvan ustedes a Shields Up y repitan la prueba de seguridad de que hablábamos en el artículo anterior. Ya verán qué escaqueo tan primoroso. DIRECCIONES : José Manuel Gómez: http://www.kriptopolis.com/brico/autoprot.html Comprobaciones (entren en «Security fixes»): http://catchup.cnet.com/ ZoneAlarm: http://www.zonelabs.com/ (ojo: el «Pro» no es gratis, aunque sí muy barato bájese el que se of rece algo más abajo en la misma página). Conseal: http://www.consealfirewall.com/cfprice.htm Norton: http://www.symantec.com/ BlackIce: http://www.networkice.com/ SyGate gratuito: http://www.sygate.com/free/ssd/ssduser.htm Shields Up (para la prueba): https://grc.com/x/ne.dll?bh0bkyd2 IMPORTANTE: si buscan «zonealarm» en Altavista y seleccionan «Spanish» como lengua, encontrarán muchísimas páginas en que ampliar su conocimiento del programa.
23
187. LA WAPEZA SIN HILOS Va cumpliéndose la predicción que en estas páginas arriesgamos hace años: Internet se fragmenta en internetitos pequeños, que acabarán por no parecerse casi nada al padre. Uno de ellos se llama WAP (Wireless Application Protocol). Ya saben: ponga usted el Gran Internet en su teléfono móvil (o en su Palmtop, o en su portátil). De hecho, la tecnología WAP no hace sino utilizar los estándares de Internet, adelgazándolos. Sin entrar en averiguaciones técnicas, lo cierto es que los inventos natos de Internet, como el HTTP y el TCP, en principio no estaban pensados para la telefonía sin hilos, y que el WAP viene a solucionar el problema. En términos elementales (los únicos que yo entiendo, para qué trampearles a ustedes): el WAP utiliza la transmisión binaria para mejor compresión de los datos, y, además, está optimizado tanto para periodos de larga latencia (sin conexión del aparato a la red) como para la anchura de banda más bien estrecha. Su lenguaje, llamado Wireless Markup Language (procedente del XML, similar al HTML que todos los dueños de página web conocemos un poco), mejora al máximo el uso de las pantallas pequeñas, la legibilidad del texto y la aplicación de gráficos más o menos intensos. En fin, dicho en palabra más torpe pero más rotunda: el WAP hace posible un croquis de Internet. Hay unos cuantos problemillas. Uno sobre todos, insoluble: el tamaño de la pantalla. Si estamos hablando de Internet por telefonía móvil o Palmtop, entonces tendremos que ajustar el ojo a unas pantallinas donde nunca cabrá un sitio web como los que ahora practicamos. Si pensamos que la cosita esa va a crecer hasta dimensiones espectaculares, entonces estamos hablando de otros aparatos (menos transportables) conectados a la telefonía sin hilos. O nos metemos en parcelas de futuro impredecible: puede que dentro de unos años llevemos todos unas gafas/pantalla, con altavoces incorporados en las patillas, que nos permitan ver y oír en cualquier sitio, en estéreo y cinemascope. Pero eso está lejitos, aún… Y lo que de veras tratan de vendernos ahora las compañías telefónicas es un Internet para móviles, totalmente anoréxico (reducido a referencias breves, COMPRAS, cotizaciones en bolsa, COMPRAS, climatología, COMPRAS, horóscopos, COMPRAS, trafiquerío, COMPRAS, mensajes telegráficos, COMPRAS, todo
24
ello, probablemente, bien guarnecido de cartelitos publicitarios), por unos precios de pánico y pataleta. Los marquetineros ya han encontrado el modo de la moda y nos clavan un nuevo rehilete: quien no tenga móvil con WAP será un horterón de mucho cuidado. Y ahora habrá que emprender la pelea por la segunda tarifa plana, es decir la del móvil, Zeus sabe a cuántas pta./mes. No discuto los aspectos más serios de la cuestión. La telefonía sin hilos, abaratada y mejorada, liberándonos de la pared/enchufe, constituirá un adelanto de siete leguas en las comunicaciones. Pero conviene entender que nos hallamos ante la fragmentación de un todo muchísimo más amplio, que la tecnología WAP, aplicada al teléfono móvil, no nos ofrece la Puerta Grande de Internet, sino sólo de algunos servicios y gestiones. Está muy bien, pero es un cachito. Como suele ocurrir en informática y telecomunicación, la publicidad nos ofrece un futuro que no existe aún, para que sus clientes puedan cobrárnoslo por adelantado. Ingenioso, ¿verdad? DIRECCIONES : Waperías varias: http://wapfacil.esgratis.net/inten.htm Las noticias (con simulador WAP): http://wap.lasnoticias.org Portalwap: http://portalwap.com/ Recursos WAP: http://wap.esgratis.net/ Emulador WAP: http://www.winwap.org/winwap/index.html Y algo imposible para WAP: http://www.mystarslive.com/
25
188. T RADUCCIONES A MÁQUINA El número de páginas en idioma distinto del inglés es ya ligeramente superior al de páginas en inglés, por primera vez desde el glorioso alzamiento de la Red de Redes. Pero hablamos de cantidad. Si nos metemos en la calidad no podemos ni empezar a compararnos, en ninguna de las áreas posibles. En un 90% de las veces, lo que buscamos está en inglés. Y ¿qué ocurre si no sabemos inglés? Entonces, ustedes reaccionan de dos maneras: o piensan que no hay nada que hacer, que qué catástrofe, y se deprimen, o consideran que para eso está la técnica y lo acribillan a uno a preguntas sobre traducción automática. Las contesto todas hora mismo: no hay traducción automática que valga. Como aquí no tenemos sitio para mucho lujo de ejemplos, atengámonos a uno muy sencillo: Inglés: «With Frank Carbo in prison, Jack Bonomi accepted Estes Kevaufer's invitation to take charge of a federal investigation of boxing». Traducción hecha por un programa ad hoc: « Con Frank Carbo en la prisión, Jack Bonomi aceptó la invitación de Estes Kevaufer para encargarse de una investigación federal de embalar ». Traducción hecha por otro programa ad hoc: «Con Carbo Franco en la prisión, el Gato Bonomi aceptó la invitación de Kevaufer de que Estes a se hace cargo de una investigación federal de encajonar». Prescindiendo de la segunda traducción, que es un auténtico chiste, digamos que en la primera el programa comete un error de elección que tergiversa por completo el texto. Con lo cual la versión española, aunque sólo tiene ese «pequeño fallo» resulta inútil, porque no transmite de ningún modo el sentido original. Aquí, ‘boxing’ no funciona en la primera acepción del verbo ‘to box’, «meter en una caja», sino en la de ‘boxear’. Estamos hablando de una investigación sobre la corrupción en el boxeo norteamericano de los años 40, 50 y 60. Ninguna máquina podrá nunca averiguar este detalle, porque no está en el texto. Pero cualquier ser humano de magín normalito, con los mismos datos que el programa, entendería bien lo que se dice, apelando a su experiencia y sus conocimientos previos. No trato de resolver aquí, en dos topetazos dialécticos, una
26
cuestión tan debatida como la traducción por ordenador. Yo no creo en ella, otros sí pero nadie para ahora mismo. No hay ordenador en el mundo capaz de manejar las variables de elección que presentan incluso los textos más elementales. En un texto no interviene solamente el lenguaje, sino también —más aún incluso— el depósito de referencias que hay en nuestras cabezas, lo que damos por sabido, el acervo cultural y experiencial de la sociedad humana. La buena traducción sin intervención del hombre sólo será posible cuando fabriquemos máquinas humanas. ¿Nunca? Mientras, utilicemos bien lo que hay (todo está en la página de Xosé Castro cuya dirección damos más abajo). Por una parte, software y léxicos especializados que pueden significar una enorme ayuda para el traductor, en lo que se llama «traducción asistida por ordenador». Por otra, programas que sirven, con suerte, para darnos una idea aproximada de lo que dice el original, y ello siempre que andemos ojo avizor ante los posibles errores totales. También está la opción de aprender un poco de inglés. Digo yo. DIRECCIONES : Traducción en línea: http://officeupdate.lhsl.com/ http://www.freetranslation.com/ http://www.worldlingo.com/ Todo lo que hay: http://www.xcastro.com/tradu2.html
27
189. DONDE DIJE DIGO, DIGO «I SAY» Me escriben ustedes, a veces, recias soflamas en defensa del castellano y/o español, en ataque al pérfido inglés. Y servidor no está muy de acuerdo, no ya con las soluciones que me explican ustedes, detalladas y prolijas, sino con el mero planteamiento de la cuestión. Podemos desgañitarnos insultando a los nortacas y su absolutismo cultural, que no por ello tendremos razón. Lo que estamos exigiendo es que los inventores no utilicen su propio idioma al bautizar los frutos de su ingenio. ¿Pretenden ustedes que desarrollen el ‘chip’ y luego decidan llamarlo ‘cacho’? No. El inglés no tiene la culpa de nada, señoras y señores: el inglés es la lengua en que se inventan las cosas, hoy en día, y nosotros no estamos invitados al bautizo. Nadie en Europa está invitado al bautizo. Claro está: podemos traducir el nombre, en vez de copiarlo del inglés, aunque nosotros, para difundir un término, tengamos que pactarlo con los hispanohablantes de demasiadas nacionalidades, todos ellos con el mismo derecho a sus propias palabras. Cómo estará la cosa, que ni siquiera nos hemos puesto de acuerdo en la designación de la máquina base: donde casi todos los hispanitas decimos ‘ordenador’ (absurdo término, que, por cierto, tomamos del francés), otros dicen ‘computador’ o ‘computadora’. Suele ocurrir, en nuestros diálogos informáticos con americanos de habla española, que la única forma de comunicar sin dudas es acudir el inglés. ¡Ay mísero de mí, ay infelice! Otra limitación muy importante procede del propio lenguaje: no es fácil imponer palabras, porque los hablantes hacemos casi siempre lo que más cómodo y llevadero (o divertido e ingenioso) nos resulta. Ejemplo: si, por una parte, parece que ‘chateo’ y ‘chatear’ se extienden con soltura, ¿cómo acabará diciéndose ‘chat’ en el sentido de «lugar donde se chatea»? Yo suelo utilizar ‘chatería’, pero la tendencia general es decir y escribir ‘chat’, palabra de difícil viabilidad en un idioma como el nuestro (tan reacio a las terminaciones en -t) y de plural fantástico: ¿dos chats, dos chas, dos chates? Y para qué sugerirles siquiera el problema que plantean vocablos como ‘e-mail’, ‘e-commerce’, ‘ebook’, donde los más ansiosos quieren copiar la concisión del inglés, proponiendo imposibles correo-e, comercio-e, libro-e — algo no ya contrario, sino verdaderamente hostil al español—. Lo único natural, en nuestra lengua, sería el despilfarro: a nosotros
28
nunca nos han preocupado ni molestado los términos de más de una o dos sílabas, de modo que nada nos impide añadir ‘electrónico/a’ tras cada palabra y quedarnos tan panchos: libro electrónico, correo electrónico… (Aunque ¿no les parece a ustedes que ‘carta electrónica’ es verdaderamente detestable? De hecho, da la impresión de que será ‘mensaje’ —una palabra que estaba en decadencia antes del advenimiento del correo electrónico— lo que se impondrá para este uso. Sin olvidar que 9 de cada 10 hispanohablantes dicen, sin el más mínimo rubor, ‘e-mail’, en distintas variantes de pronunciación. ¿Un imeil? Por qué no.) Concluyo en lo único que puede recomendarse ahora, mientras pasan los años y el léxico informático se asienta él solo: prudencia. El ansia de distinguirnos de los demás y hacerles evidente nuestra dominio de las nuevas ciencias siempre ha llevado a la jerga especializada. Pero no inventemos más de la cuenta. Evitemos monstruosidades innecesarias, como ‘resetear’, ‘remailear’, ‘deletear’, que tienen equivalencias españolas elementales y claras. La norma podría ser: corrompamos sin miedo, pero sólo lo imprescindible. Y que gane el mejor. Página del idioma español: http://www.el-castellano.com/ Centro Virtual Cervantes: http://cvc.cervantes.es/portada.htm Vocabulario técnico de marketing e Internet: http://www.mixmarketing-online.com/entrada.html JAM (especialmente ‘Vocabulario’): http://www.jamillan.com/ Diccionario informático (inglés): http://whatis.com/ Otro: http://www.pcwebopaedia.com/
29
190. S IGUE EL ACOSO: MÁS ESPÍAS El otro día me adelantaron un micrófono hasta cinco centímetros de la barba (siempre le vienen ganas a uno de morder la espumosa bola) y me preguntaron: «¿Qué tal?». Una ingeniosa interrogante, ya ven ustedes. Contesté: «Yo, muy bien. Lo colectivo, espantoso. De modo que yo, no tan bien, porque me da vergüenza mi propio falta de solidaridad». Estamos de mal humor, crispados, como ganosos de violencia. Dado que aquí yo sólo hablo de Internet, a Internet me atengo: ahora mismo, los usuarios padecemos una sensación de abuso permanente, de extorsión, de engaño, de sacaperras refinadísimo, pero sacaperras puro y duro, a fin de cuentas. Nos empeñamos en verle las ventajas al asunto, sabiendo que las tiene —¡enormísimas!—, pero nos abruma la sensación negativa. Yo no sé si las compañías que controlan o buscan controlar Internet llegarán algún día a darse cuenta de que un consumir asediado y harto no es necesariamente un buen comprador. ¿No tenemos todos una lista negra de productos que jamás adquiriremos, por la sencilla razón de que la publicidad nos los ha hecho odiosos? No puedo poner ejemplos, claro, pero ustedes se los ponen solos. A cualquiera que observe la Red y sus aledaños le irá creciendo la perplejidad con más pujanza que la nariz de Pinocho. Se acumulan en la cabeza las preguntas sin contestación posible. ¿Por qué no tenemos ya una tarifa plana-plana, de verdad, barata y que funcione bien? ¿Por qué mejora con tantísima lentitud el acceso general a la verdadera banda ancha, mientras la publicidad más reciente nos recomienda con machacona intensidad las muy limitadas líneas RDSI? ¿Por qué se empeñan en inventar quince o veinte «portales» diarios, cuando lo que necesitamos es un buscador eficaz y con los criterios de búsqueda muy comprensibles para el usuario? Centrándonos en un caso reciente, para no dispersar el enfado: ¿Por qué nos espían tan descaradamente como nos están espiando? Ahora resulta que el mismísimo Netscape, nuestro amado Netscape, el paladín de la pureza, el caballero andante del «desigual» combate contra Microsoft, nos encaja en el sistema un ejecutable… Pero voy a copiar al pie de la letra de la magistral página de Steve Gibson donde mejor se denuncia el caso, para que vean que no es cosa mía personal: «Si utiliza usted Real Download (de Real Networks), Smart Download (de Nets-
30
cape/AOL) o Download Demon (de NetZip) en su configuración por defecto… cada vez que las use para bajarse un archivo, de cualquier parte de Internet, estas utilidades transmitirán a su casa central la dirección URL completa del archivo, así como una etiqueta ID única que ha sido asignada a su máquina (la de usted)…» repito, por si no queda claro: en su configuración por defecto, el Smart Download envía a la casa central un informe detallado de todos los archivos que nos bajemos de cualquier parte de Internet. Y no olvidemos que la «casa central» de Netscape, ahora, es AOL, el principal proveedor de Internet del mundo, listo ya para la conquista de Europa. ¿Alarmismo? No sé. A lo mejor a ustedes no les importa que un programa les cotillee lo que hacen, porque no hacen absolutamente nada reprochable. Yo tampoco delinco, oiga, pero ¿es correcto que nos espíen sin que lo sepamos, sin que de una atenta lectura del pliego de condiciones que aceptamos para instalar Netscape se desprenda este comportamiento futuro? Creo que no, y lo siento —de veras que lo siento mucho—, y me pongo de un mal humor de todos los demonios. No me ha gustado nada desinstalar la última versión de Netscape, después de tantos años de idilio. DIRECCIONES : Más información (en inglés): http://grc.com/downloaders.htm Temas de seguridad (en español): http://www.hispasec.com/ Tecnologías de la información: http://www.canalti.com/ Plataforma PI: http://plataforma.metropoli2000.net/ (por caridad, que quiten lo de «tú me linkas, yo te linko»). Lista de correos sobre comunicación: http://www.unav.es/fcom/mmlab/mmlab/menu.htm
31
191. CAOS (NÚMERO 1) Me reclaman muchos de ustedes, docenas de ustedes, con insistencia e indignación, que los represente en sus quejas, porque yo gasto voz pública, y los usuarios corrientes de Internet lo único que atesoran, los pobres, es paciencia y tozudez. Cumpliría con gusto, de veras, si supiese exactamente de qué quejarme y, sobre todo, ante quién. La situación no es ya caótica, sino perniciosa, según ustedes. La letanía de lamentos repercute en mi lista de correos como un martillo pilón: falsa tarifa plana, lentitud en las conexiones, cortes inesperados, facturaciones erráticas y erróneas, cuando no abusivas, incumplimiento en las condiciones de servicio pactadas y pagadas. Cataplón, cataplón, cataplón. Como no tengo por qué imaginar que tantas personas, al mismo tiempo, se han vuelto locas o han contraído algún grave morbo que las obliga a mentir por feo capricho, debo creer lo que me cuentan. He intentado, además de creerlo, entenderlo. Pero no lo consigo. No hay manera de hacerse en la cabeza un cuadro general de las condiciones técnicas en que nos movemos los interneteros españoles. Fíjense un poco: — Tipos de conexión. Coexisten en este momento la RTB (Red Telefónica Básica), la RDSI, la ADSL, el cable (en algunas zonas), el satélite (muy incipiente), otras gollerías minoritarias para empresarios ricos y… no les digo las cajitas de cerillas unidas por hilo de coser, o las caracolas marinas, porque no tengo ganas de hacerme el gracioso, con la que está cayendo. Cada conexión tiene abierto su propio chorro de problemas y malos funcionamientos. La RTB, para qué contarles: lentitud (imposibilidad técnica de superar los 56Kbps) y asfixia. La RDSI, funciona decentemente, lejos de la banda ancha, a una velocidad discretita (casi nunca la prometida), con un inconveniente tremendo: una vez contratada, no tiene marcha atrás si usted quiere pasarse de nuevo a la RTB —condición inexcusable para instalar la ADSL, por ejemplo— se verá obligado a cancelar esa cuenta y contratar una nueva línea, pagándola como tal, claro. La ADSL nació con graves problemas (y limitaciones) de instalación que no se han resuelto y —si llega a funcionar—, deja de hacerlo cuando menos se lo espera uno. El cable —con velocidades de hasta 1 Gbps y con posibilidad de recibir televisión— «sólo» tiene un verdadero problema: que no cubre, ni con mucho, el territorio nacio-
32
nal. Las concesiones, con rayos y truenos políticos alrededor, se hicieron por zonas, a veces muy fragmentadas. Como Telefónica llevaba ya un considerable adelanto sobre los nuevos concesionarios, se impuso una moratoria de veinticuatro meses —se cumple ahora, en diciembre de 2000—, que ha impedido a la antigua monopolista nacional poner en funcionamiento su cableado de fibra óptica, o que sólo le ha permitido activarlo en áreas donde no hubo concesión de licencias (Castilla -León, Cádiz, Castilla-La Mancha, Extremadura, partes de Cataluña, si he entendido bien). Se me hace imposible imaginar el impacto que puede tener el fin de la moratoria, si verdaderamente se produce, en la situación general de Internet, mientras los demás concesionarios afianzan o implantan sus ofertas. El satélite —que, por su propia esencia técnica, sólo funciona para recibir, no para enviar datos— resulta aún absurdamente complicado incluso de contratar. Y lo demás, insisto, es para ricos gastosos. La semana que viene seguiremos escardando el caos. DIRECCIONES : Asociación de Usuarios de Internet: http://www.aui.es/ Asociación de Internautas: http://www.internautas.org/ Polémica total: http://www.islatortuga.com Plataforma Internauta: http://www.iplataforma.org/
33
192. CAOS (NÚMERO 2) Seguimos averiguando, tras lo expuesto en el artículo anterior, el estado en que se encuentran (más bien desencuentran) las conexiones con Internet en España. — Tarifa plana. Tururú, dicen ustedes, en sus mensajes, marcándose toda clase de chistes. Distingamos, si podemos. Para RTB (Red Telefónica Básica, que utilizan, en abrumadora mayoría, casi todos los ciudadanos), la oferta prevaleciente, con ligeras diferencias de precio y horario, es en realidad una tarifa de llamada gratuita a horas no laborables, generalmente entre las seis de la tarde y las ocho de la mañana. Resulta barata (sobre todo no siendo pobre o, lo que es casi lo mismo, muy joven), pero claramente insuficiente para cumplir con el objetivo nato de Internet, que es el estado de conexión permanente. La verdadera plana de 24 horas se sitúa en torno a las 10.000 pta. y no la ofrecen todos los proveedores. En RDSI se puede conseguir tarifa de horas no laborables en varios proveedores, pero de 24 horas sólo la ofrecen, que yo sepa, Wanadoo (10.000) y Telefónica (¡unas 19.000!). La ADSL se concibió desde el principio para la conexión permanente, de modo que, por supuesto, sí ofrece tarifa plana, cuyo precio —nada barato— varía según la velocidad a que el cliente elija comunicarse (pero recuérdese lo dicho la semana pasada sobre las pegas crecientes del sistema). En cable también es esencial la tarifa plana, aunque a veces la facturación varía por el volumen de datos transferidos, según criterios no tan cristalinos ni tan bien explicados como les gustaría a los usuarios. Éstos, por las cartas que recibo, están satisfechos del servicio, por el que vienen a pagar entre 3.000 y 7.000 pesetas al mes. En satélite, qué quieren que les diga: tienen que hacer un enorme esfuerzo de márquetin y publicidad si quieren que los usuarios entendamos sus posibilidades. En general, digamos que teniendo sopera resulta más fácil. Las tarifas, asequibles, son planas, pero hay una inversión inicial en equipo y conexión que puede resultar pesada. - Calidad de la conexión. Ustedes están que trinan con la calidad de sus conexiones a Internet. No hay proveedor que se libre de las quejas, siempre las mismas: hay que hacer varios intentos para enganchar, la conexión se corta, los servicios técnicos son antipáticos e inútiles. Mi experiencia difiere notablemente (incluso en lo que toca a los servicios técnicos, que a veces no
34
están bien informados de lo que ocurre en sus propias compañías, pero que ponen ganas). Ocurre, no obstante, que yo tengo línea RDSI y vivo a diez kilómetros de una gran ciudad. Ustedes, usuarios, en enorme mayoría —repito— de la Red Telefónica Básica, con acceso gratis a Internet por medio de algún proveedor, seguramente tienen razón en sus quejas. No veo, además, que exista mucha intención de solucionar los problemas. Las compañías operadoras pasan de la RTB, me parece, y no digamos de la gratuidad de acceso. El negocio está en los móviles, en el cable, en otros opciones cada vez más refinadas desde el punto de vista técnico. No hay un eurito que invertir en cosas baratas y de ir tirando, como la RTB. A la larga o a la media, no les quedará a ustedes más opción que cambiarse a alguna de las nuevas tecnologías, cuando estén disponibles y francas en sus zonas respectivas. (Pero no olviden los inconvenientes apuntados en mi artículo anterior, ¿eh?) Mientras… Ajo y agua, me temo. Recomendación: utilizar todos los medios que tengan ustedes a su alcance para expresar repetida y cabezonamente sus protestas. Y vivir en la convencida esperanza de que todos estos problemas serán historia dentro de un par de año. ¿Lo serán? Yo creo que sí. DIRECCIONES : Satélite: http://www.iplataforma.org/satelite/ Tecnología al día: http://www.timagazine.net/ Para retocar la velocidad: http://www.inklineglobal.com/ Para medirla: http://computingcentral.msn.com/topics/bandwidth/speedtest .asp
35
193. L IMPIEZA REGISTRADA Saben ustedes, los güindouseiros —y si no lo saben pagarán su ingenuidad con crudelísimas pantallas azules—, que instalar programas es muy fácil y tal y tal, pero que la desinstalación ha de hacerse con cuidado, utilizando siempre la herramienta que para tales primores facilita Windows. A saber: en Panel de Control, «Agregar o quitar programas». ¡Cuantísimas catástrofes tienen origen en el hecho de haber «desinstalado» un programa por el radical procedimiento de borrar sus componentes del disco duro, sin más! Porque en Windows 95/98/ME hay algo que se llama «Registro», que es, más o menos, para entendernos, una especie de pliego de instrucciones, el sitio donde el sistema operativo apunta lo que tiene que hacer y cómo hacerlo. Cuando instalamos un programa nuevo, el sistema toma nota de él en el Registro. Si, luego, nos limitamos a borrar el programa a tortazos, a lo macho agresivo, en lugar de desinstalarlo como san Guille Gates nos enseña, las notas se quedarán en el Registro, y el sistema creerá que el programa sigue vivito y coleando. Ello puede no tener más consecuencia que la (ya de por sí bastante mala) de engordar innecesariamente el Registro, pero también puede acarrear tremendas complicaciones de funcionamiento. Les propongo hoy, pues, dos utilidades que he estado probando últimamente y que molan mazo. Pero ojo, porque no son para neófitos ni para usuarios que se niegan a enterarse de cómo funcionan las cosas (y están en su derecho, como siempre me apresuro a aclarar en estos casos: la técnica informática actual es demasiado complicada). El primero, Chris Uninstall Manager, es una espectacular mejora de la herramienta «Agregar o quitar programas» que antes mencionamos y que no se distingue por su afabilidad en el trato con el usuario, ni por su flexibilidad, ni por su eficacia (de hecho, deja en el Registro un montón de anotaciones inútiles, que con el Uninstall de Chris se eliminan mejor). Verdaderamente espectacular, oiga, nada de bromas. Y gratis. (Tiene, ay dolor, la consabida pega: que yo sepa, no existe versión en otro idioma que en inglés, aunque tampoco hace falta ser Gwyneth Paltrow para enterarse.) El otro es más peliagudo, pero también sencillo de utilizar, sabiendo un poquito lo que se hace y prestando atención. Traduzco lo que nos cuenta su autor: «Con RegCleaner es fácil des-
36
embarazarse de las anotaciones del Registro que se han quedado obsoletas, creadas por programas que usted eliminó hace mucho tiempo… No hay que ser un experto para utilizarlo… RegCleaner nos muestra una lista del software que figura en el Registro, y lo único que hay que hacer es marcar para eliminación los programas que ya no tenemos…». Claro, claro, claro: bueno será que antes de tomar ninguna medida drástica se convenza usted de que el programa borradero ya no está instalado en su sistema. Pero eso es fácil. Y RegCleaner tiene versión en castellano, por cierto. Nunca insistiremos bastante en la importancia de mantener el Registro limpito y reluciente, pero, por favor: no hagan nada sin pensárselo dos veces. El Registro anterior al que hayamos manipulado siempre puede recuperarse arrancando el sistema en MSDOS y escribiendo «scanreg/restore» (sin las comillas) en C.\. Ello nos abre el acceso a las copias de seguridad y, que yo sepa, es el sistema más sencillo de sanar heridas muy graves. Pero… No se distraigan, que los estropea el diablo. DIRECCIONES : RegCleaner: http://www.verkkotieto.fi/jv16/index.shtml Chris Uninstall Manager: http://chrisdeepmind.windowpictures.com/cumindex.htm Mucho sobre Windows: http://ibrujula.com/news/noticia.php3?id=3831 Un programa para Mac (a ver si me quito la mala conciencia): http://www.aladdinsys.com/expander/expander_mac.html Recursos útiles para todos los aficionados a Internet: http://www.areas.net/agenda.htm
37
194. NETSCAPE: LAMENTACIONES DE UN DEVOTO Al fin, tras larguísimos meses —años— de muy prolija gestación, los Montes AOL han parido el ratoncillo Netscape (Number Six), VERSIÓN DEFINITIVA. Da rabia. No soy tan ingenuo como para haber esperado que la última versión superase al iExplorer 5.5 en todos los aspectos, ni siquiera en la mayoría de los aspectos pero sí que me apetecía, al menos, que le diese algún revolconcillo en algo. En otras palabras: como usuario de Netscape desde la primera beta, hace ya unos cuantas glaciaciones, como actual ex usuario (porque hasta los más fanáticos hubimos de rendirnos a la aplastadora superioridad del navegador de Microsoft), estaba deseando que Netscape me diera algún motivo para preferirlo. (Suspiro.) Pero no. Como todos sabíamos (bien lo explica Fred Langa en una reciente entrega de su Langa List), esta era la última oportunidad que se le ofrecía a Netscape de recobrar su honor perdido y humillado. La tardanza en reaccionar, los años de retraso ante Microsoft, tras la compra de Netscape por AOL, han dado lugar a que el 86% de los interneteros del mundo utilicemos ahora el iExplorer, cuando Netscape fue, en tiempos, casi exclusivo. La cuestión es muy complicada, y no sólo por motivos técnicos. AOL es el principal proveedor de Internet de Estados Unidos y del mundo y tiene un acuerdo con Microsoft por el que sus abonados —muchos millones— vienen prácticamente obligados a navegar con una versión «retocada» del iExplorer (y a cambio, todo norteamericano que compre un producto de Microsoft recibe gratuitamente el software necesario para conectarse con AOL). Un apañito la mar de majo, que explica, en mucha parte, la desidia con que AOL se ha planteado la puesta a punto de Netscape. Bueno. Pues ahora tenemos el Netscape 6, versión definitiva, por fin, y nuestros recelos se ven confirmados. Es un navegador muy bueno, ligero de diseño, quizá bonito (para los entusiastas de la estética Internet, entre quienes no me cuento), pero solemnemente superfluo. Los puntos en que se diferencia de iExplorer me parecen triviales (¿de qué sirve el «My sidebar», please de qué los cambios de piel?). Se instala sin tropezones (antes era un cruz), pero tiene problemas de compatibilidad y estabilidad con Windows. Incluye un buen cliente de correo, pero algo mejor que Outlook Express, pero no mucho. Dice ser el navegador que
38
mejor respeta y utiliza los estándares de Internet, pero lo cierto, en la experiencia diaria, es que sigue accediendo con arrechuchos a muchas páginas (y se cuelga que es un primor). El nuevo motor «Gecko» presenta los sit ios web a una velocidad desconocida en las anteriores versiones de Netscape, pero, a cambio, lo exaspera uno con su tardanza en arrancar. Y es más lento —a veces notablemente más lento— que iExplorer en todos los terrenos (véase la comparativa de la CNET, nada sospechosa de amar tiernamente a Microsoft). En fin… Me daría mucha pena escribir «un desastre», y tampoco sería justo, porque Netscape 6 es un buen navegador. Yo lo tengo instalado y de vez en cuando lo utilizo un rato, para rebajarme el disgusto y la frustración. Comprendería, incluso, que los grandes odiadores de Microsoft aprovecharan en Number Six para abandonar iExplorer, sobre todo si utilizan otros sistemas operativos. (Y no quieren pagar, como me pasa a mí: porque casi todos los expertos coinciden en señalar que el uno y el otro navegador son superados de calle por Opera.) De todos modos: da la impresión de que los viejos netscaperos hemos perdido la batalla para siempre. Pero Felices Fiestas a todos. De dónde bajárselo: http://home.netscape.com/computing/download/ Comparativa CNET: http://home.cnet.com/internet/0-3779-8-360774110.html?tag=st.int.3779-8-3607741-3.txt.3779-8-3607741-10 Opera (en versiones para EPOC, BeOS, Linux, Mac y Windows): http://www.opera.com/ Uno español (muy bueno, por cierto): http://www.elnavegador.com/
39
195. L A EXIGENCIA BÁSICA DE 2001 2000 fue el año en que las Compañías Más Ricas y Poderosas de Todos los Tiempos no consideraron imprescindible avanzar un palmo en la resolución de los principales problemas tecnológicos de la humanidad y, mientras tanto, por distraernos, decidieron convertir nuestros alrededores vitales en un enorme rastrillo de chucherías electrónicas. Ahora, ya, el intríngulis no consiste en averiguar qué hay en el mercado y cuánto vale, sino en resistir la tentación de comprarcomprar-comprar adminículos que la Gran Publicidad pone de moda, erigiéndolos en imprescindibles símbolos de estatus social, cuando resulta que en realidad no sabemos muy bien para qué sirven. Todo a tope de nada. Las buenas soluciones se paralizan o retrasan al máximo en su aplicación. Nos encajan reproductores de DVD para obligarnos a coleccionar ediciones especiales, carísimas, de películas que ya hemos visto diez veces y que nos dan gratis por la tele pero ¡oh! ignórase cuándo podremos grabar en este sistema a un coste piadoso (mientras, el miniDisc, que es grabable y regrabable y lleva años en el mercado, no logra instalarse en nuestras casas). Nos venden, a precio de azafrán, máquinas fotográficas digitales cada vez más estupendas y «versátiles» y dotadas para interactuar con el ordenador, pero desprecian el detallito insignificante de la reproducción en papel a precio humanitario. Nos fabrican impresoras más pequeñas, más monas, más rápidas, más baratas, todas ellas necesitadas de «toner» o tintas carísimas (en otras palabras: se compra usted una impresora por 30.000 pta. y al cabo del año, a poquísimo que la utilice, ha gastado el doble o el triple en «consumibles», aunque sea habilidosillo y aprenda a rellenar los cartuchos). Nos incitan a conectar con Internet por nuevos medios —léase comprar entradas para la ópera de Sydney mientras cruzamos los Monegros a pie, móvil en ristre—, pero no nos abaratan la conexión, ni acaban de otorgarnos la verdadera tarifa plana… La tendencia está diáfana: se trata de abaratarnos las cosas por una parte, para encarecérnoslas cruelmente por otra, abusando del humano afán por estar al día. Lo cual nos devuelve al principio de este artículo: nuestro hábitat tecnológico es un vastísimo mercado de chucherías diseñosas y fardonas, joyitas de la frivolidad, abortines bellísimos u
40
horteras que nadie recordará al cabo de unos meses. Cuando tenga usted la punta del zapato conectada con Internet, a 6 euros el minuto, a lo mejor se pregunta si no le apetecería andar descalzo sobre la arena tibia de alguna playa. No, en serio, sin poesía barata (que es lo más parecido a la demagogia que puede concebirse): los interneteros debemos endurecer nuestras posturas. Dejar perfectamente claro a los Grandes Vendedores que no nos convertiremos en Clientes —que no les pasaremos pasta, vaya— mientras sigan sin atender nuestra Exigencia Básica. Y ¿cuál es una nuestra exigencia básica para 2001? La misma que fue nuestra exigencia básica para 2000. La misma que no queremos que sea nuestra exigencia básica para 2002: La máxima anchura de banda al precio más reducido, veinticuatro horas al día, para todos. Y, en espera de ello, la consigna está clara: no nos dejemos sacar los euros con cuentos de colores. DIRECCIONES : Libro Guiness (en inglés, sorry): www.guinessworldrecords.com Astronomía: www.astrored.net/altair/ Batiborrillo (entre por HTML, no Flash): pepo.w3.to/ Compartir ficheros y etc.: www.filetopia.com Cazatroyanos: safenetworks.com/indexUS.html Cortafuegos pequeñín: www.tinysoftware.com/pwall.php
41
196. L A MÁQUINA EXCESIVA Entre los expertos cabrillean las modas sucesivas como entre los diseñadores de trapos transparentes y pequeños, para señoritas flacas: ahora, todos aprovechan la más volandera oportunidad para predicarnos que el ordenador es una «máquina redundante». La pregunta que más me hace la gente, tanto en la vida real como en la virtual, es: ¿qué máquina redundante [ordenador] me compro? Podríamos afirmar sin demasiada exageración que, últimamente, dos de cada tres anuncios publicitarios expuestos en los medios se refieren a la Red. Y no de cualquier manera, sino con ofertas comerciales tramadas para despistar a los NO usuarios. ¿Necesita usted un hueso de tyrannosaurus rex? No problem: cataplum.com se lo encuentra en medio nanosegundo. Lo que no le explican es cómo se lo ponen al alcance de la mano física —no virtual—, ni dónde venden el perro ese que, en el spot publicitario, hace las entregas. Y así todo, para qué aburrirles: la publicidad está ofreciendo prestaciones futuras que quizá no lleguen a materializarse nunca, pero que crean un ansia irreprimible de ascender a Internet. Y para ascender a Internet, ¿hace falta un ordenador? Por el momento, sí, porque ninguna otra de las propuestas del mercado —televisión, teléfonos ad hoc, móviles, etc.— brinda ni siquiera la quinta parte de posibilidades que una de estas maquinotas tan complicadas. Creo, sin embargo, que tienen razón los expertos: el ordenador se está convirtiendo en una máquina redundante o, podríamos decir, excesiva. De hecho, siempre ha sido excesiva. Un ordenador es como una gigantesca navaja suiza con miles de herramientas que jamás llegaremos a utilizar. Así, nos compramos una máquina con potencia suficiente para gestionar la NASA (más o menos: exageración retórica) y la utilizamos para enviar y recibir mensajes electrónicos, tener al día la página web o navegar un ratito todas las tardes. Actividades que podríamos llevar adelante maravillosamente con cualquier birria de aparato. Se está fraguando —por pura necesidad de evitar el desperdicio técnico— el futuro desguace del ordenador. Dentro de unos años, la Gran Navaja Suiza Electrónica empezará a fragmentarse, y será el reinado de las herramientas de uso específico, para cada propósito concreto. Dicho en otras palabras: habrá ordenadores a
42
la medida en todos los aparatos que nos rodeen (incluso en nuestro propio cuerpo, si me apuran), pero el uso de las máquinas gigantes se irá restringiendo a las funciones donde se pueda explotar razonablemente su potencia. Nuestros ordenadores actuales son demasiado grandes, demasiados complicados (demasiados proclives al fallo, por tanto), demasiado caros. Como consecuencia de tanta demasía, también los sistemas operativos incurren en similares excesos, pretendiendo cubrir tal cantidad de posibilidades que, al final, o se cuelgan o se meten en verdaderos tirabuzones técnicos inaccesibles a los usuarios corrientes. Y los programas, para estar a la altura de tanta exuberancia, nos hacen cargar en el ordenador una lujuriante flora de utillaje secundario que ni siquiera llegamos a conocer nunca. ¿Cuántos usuarios de Word manejan el programa al máximo? ¿Tres o cuatro de cada cien?… Sí, bueno —me dirá usted—, muy interesante pero remacho mi pregunta: ¿qué ordenador me compro para navegar por Internet? Vamos a ver si en el artículo próximo podemos contestar con tino a esta y otras preguntas paralelas. No redundantes, esperemos. DIRECCIONES : Un extraordinario editor de gráficos gratuito, comparable a Photoshop: http://www.gimp.org/~tml/gimp/win32/ Convertir archivos de un sistema operativo a otro: http://www.webmasterfree.com/converter.html Varios programas gratuitos a explorar: http://am-productions.yi.org/downloads.php Para bloquear el acceso al ordenador: http://www.petsyb.com/ Absolutamente todo sobre OutLook Express (inglés): http://www.petsyb.com/
43
197. L O MEJOR Y LO MÁS VIEJO Muevo demasiado el codo izquierdo, para apretar la tecla de mayúsculas, desequilibro un montón de revistas y, como consecuencia del derrumbe, me viene a quedar debajo del zapato un espeso folleto promocional. En su contracubierta, la Gran Superficie me ofrece por 249.900 pta. un ordenador inclusero (también llamado «clónico») con tales características, que se me pone pálida la envidia: Pentium III a 866 Mgh - Bus a 133 - 64 DRAM a 133 - 20 gigas de disco duro - Regrabadora - Módem 56 Kbps - Tarjeta gráfica nVidia Riva TNT2 M64 AGP con 32 Mb - Tarjeta de sonido 128 bits - Altavoces - Monitor 17” - 2 puertos USB - Windows Millenium. El precio incluye IVA. ¿Es esto, o algo parecido, lo que necesitamos para circular por Internet, retomando la pregunta que traemos arrastrada del artículo anterior? Dependerá de cómo se plantee usted sus relaciones con la informática. Si sólo quiere el ordenador para trabajar con bases de datos, hojas de cálculo, procesadores de texto, etc., con alguna incursión en programas de gráficos no profesionales, y, desde luego, con mucho paseo de ocio o trabajo por Internet, las especificaciones de este equipo serían excesivas en uno de sus componentes: maldita la falta que le haría a usted un procesador a 866 Mhz. Lo que pasa es que… Por razones que no caben en los límites de este artículo, lo cierto es que si queremos una máquina adaptada a las tendencias modernas (y a las futuras exigencias del software y de los aparatos adicionales) nuestra elección de procesador queda limitada a los modelos más recientes de AMD o Intel, con relojes que se sitúan, todos ellos, por encima o muy por encima de los 600 Mhz. ¿Qué ocurre si no cumplimos con esta norma? Bueno… Nos podemos ahorrar unas cien o ciento cincuenta mil pta. de chipset/procesador y gastárnoslas no sólo en memoria RAM — llevándola hasta 256—, sino también en otras mejoras quizá imprescindibles (las «ofertas», a veces, ahorran en el chocolate del loro: teclado impresentable, altavoces cascajosos, caja feota, ratón de dar penita, monitor bajo mínimos). El resultado será una máquina perfectamente ajustada a nuestros fines y, pobrecita, la mar de anticuada. ¿Se entiende lo que estoy diciendo? Hace falta mucho sentido común y mucho temple de consumidor frío e im-
44
perturbable para optar por la vejez fulminante en un producto recién comprado. Puede hacerse sin trágicas consecuencias, no obstante. Usted no estará al último loro, pero todo le funcionará a las novecientas maravillas (hay que aplicar la rebaja) e incluso obtendrá mejores satisfacciones que otros, porque se habrá gastado la pasta en detalles placenteros, como una buena pantalla de 17 pulgadas o un escáner eficaz. Durante los años de vida que decida sacarle a su ordenador, tendrá que atenerse a la situación inicial, más o menos. Si pasa de W’98 a W’Tropecientos, mal asunto (pero a lo mejor, si es usted estudioso, aprende a sacarle más partido a su antigualla instalándole Linux). Si se empeña en utilizar el nuevo procesador de texto con mirilla telescópica, grandes cuelgues. No se ande con probaturas frívolas. Trabaje y diviértase, aunque no sea dueño de lo mejor del mundo. Haga igual que con los coches: cómprese lo más sensato que pueda pagarse y no se amargue con el maldito Porsche plateado. ¿Verdad? O, si es usted un consumidor frenético, como todo el mundo, como la Ley nos manda… Qué diablos: cómprese cuatro o cinco revistas de informática, entérese de qué es lo último ultimorum y lléveselo al huerto. Va a costarle unas 700.000 del ala. Será por dinero. DIRECCIONES : Muchos aplicaciones en una: http://www.powertray.net/ Renombrar archivos: http://www.1-4a.com/rename/ Literatura colectiva: http://www.cuentopop.com/ Cursos de informática: http://usuarios.tripod.es/cursopolis/ Para lanzar programas: http://www.matrixsofthome.cjb.net/
45
198. INTERNET E XPLORER CON FRENO Y MARCHA ATRÁS Como todo internetero de pro sabe muy bien (para alabanza o para insulto), el navegador de Microsoft, caudillo indiscutible del sector, anda ahora por su versión 5.5. Si usted entra en la página de actualización de la Enorme Compañía de Seattle, lo primero que le proponen, con entusiasmo y sin reservas, es precisamente que «descargue Internet Explorer 5.5 Service Pack 1 y Herramientas de Internet». Pues… No sé cómo decirlo sin pasarme de alarmista, pero yo me andaría con ojo, forasteros, sobre todo si utilizan Office 2000 en cualquiera de sus variantes. Vamos a ponerlo clarito: Office 2000 tiene un sistema bastante satisfactorio de «detectar y reparar» (yo acudo a él con frecuencia, para qué negarlo) y puede darse el caso de que el iExplorer 5.5 lo casque por completo. En mitad del proceso de detección/reparación aparecerá un fatídico cartel —«error 1931»—, avisándonos de que el instalador de Windows no puede actualizar el archivo de sistema vgx.dll, y Office 2000 empezará a darnos tales quebraderos de cabeza, que preferiríamos no haberlo instalado nunca. Según se explica en ese maremagno de información llamado «Knowledge Base» de Microsoft, el motivo es técnicamente complicado, pero fácil de resumir en un par de frases rotundas: por metedura de pata de algún experto, la versión 5.5 de iExplorer viene con un archivo vgx.dll (Vector Graphics Extensions) incorrecto, que Office 2000 localiza y marca como archivo binario. A partir de ahí… Hay un parche para solucionar el problema, pero no resulta fácil conseguirlo (véanse las direcciones que damos más abajo). Y, dicen los de Gate, más adelante, cuando salga el Service Pack 2, la pega quedará eliminada. Muchas gracias. Pero hay más: debo advertir que éste no es el único rompecocos que puede infligirnos el 5.5. Según nos informa Ed Bott en About /The Human Internet, muchos usuarios (algo menos del 50%) observan un retardo general en la apertura del navegador y de Outlook, un incremento en la ya de por sí natural abundancia de cuelgues y misteriosos problemas de conexión. Estoy entre los malheridos, de modo que no hablo a humo de pajas. Solución. Sí, hay solución, terminante y valerosa: desinstale usted el 5.5 y vuelva al 5.01, que es un navegador ya curtido y a prueba de bombas. Para hacerlo, lo más sencillo es abrir «Panel
46
de Control», luego «Agregar o quitar programas», luego «Microsoft Internet Explorer 5.5 y herramientas de internet», luego «Restaurar la configuración previa de Windows». Con valor y sin vacilación, que no hay problema. Lo peor que puede ocurrirle, si trabaja usted con el primer Windows 98, es que el sistema le reinstale iExplorer 4.0, en lugar del 5.01. Si tal retroceso ocurre, acuda rápidamente a Windows Update y déjese actualizar. Ojo: no al 5.5, sino al Internet Explorer 5.01 Service Pack 1, claro. Está en «Actualizaciones recomendadas». (Por cierto: haga usted todas estas operaciones con el anti virus desactivado, por supuesto. De hecho, cierre mediante ctrl+alt+supr todas las rúbricas que tenga residentes en el sistema, salvo «Explorer» y «Systray».) Y ya habaremos cuando llegue el 5.5 Service Pack 2. (Sí, ya: qué latazo, ¿no? Qué le vamos a hacer: estas cosas no tengo más remedio que contárselas a ustedes.)
DIRECCIONES : Windows Update: http://windowsupdate.microsoft.com/default.htm Artículo de la Knowledge Base (inglés): http://support.microsoft.com/support/kb/articles/Q279/1/77.A SP Cómo desinstalar el 5.5 (inglés): http://windows.about.com/compute/windows/library/weekly/ aa092100a.htm Para actualizar a 5.01: http://www.microsoft.com/windows/ie_intl/es/download/
47
199. A ESCONDERSE, QUE VIENE LA CULTURA Recorrieron el cielo virtual, del orto al ocaso, los fúlgidos «punto com.etas», dejando en pos una estela de pelotazos, ruinas personales y desilusión. ¿Alguien que supiera un pimiento del asunto había dicho alguna vez que Internet fuera un sitio para hincharse de pasta? Pero en los últimos tiempos hay una batalla que los acuciados interneteros sí estamos ganando: cada vez más, ¡la cultura es nuestra! En inglés, pero nuestra. Les propongo a ustedes que enrumben sus navegadores hacia «Arts & Letters Daily» y, una vez en ella, se queden boquiabiertos un buen rato. Desde esta maravillosa página se les brinda el acceso a las más importantes publicaciones culturales de la lengua inglesa, todas ellas acogedoras y abiertas al primero que llega, sin pedirle nada a cambio, o sólo sus señas de identidad y una inscripción gratuita. Sin haber hecho jamás ninguna publicidad de ninguno tipo, «Arts & Letters Daily» alcanza los 760.000 contactos mensuales de 92.000 lectores distintos. Lo que quiere decir que las publicaciones cuyos artículos se recogen en esta página reciben, de rebote, varios miles de visitas. Lo que verdaderamente importa, no obstante, es la existencia de estas publicaciones y su accesibilidad. Lo lamentable es… Que en el ámbito de la lengua española casi nadie parece entender de qué va la cosa. Como no tengo sitio para más, déjenme aducirles un ejemplo revelador: sólo un tercio de las 90 revistas agrupadas en la Asociación de Revistas Culturales de España tiene algo parecido a un sitio web pero no muy parecido, porque, en realidad, sólo DOS nos dan acceso a los contenidos: África, América Latina y Revista Hispano Cubana. Las demás, para qué andarnos con ambages, son publicidad (inútil, sospecho, por falta de visitantes) de la versión impresa de cada revista. Nos cuelgan el índice, nos regalan quizá uno o dos artículos, pero, en concreto, si usted quiere enterarse de qué se publica en las revistas culturales más importantes de España, no lo conseguirá en la Red. ¿Por qué somos tan tacaños? La experiencia internacional demuestra que las versiones virtuales de las revistas no merman las ventas de la edición en papel. El ejemplo de los periódicos diarios, casi todos ellos con sitio abierto en la Red, consultable por cualquiera, nos indica que Internet en modo alguno supone pér-
48
dida de circulación ni de ingresos publicitarios. ¿Entonces? ¿Hay que considerarlo dejadez, desprecio de la técnica, falta de ganas, languidez, no enterarse de lo que ocurre en el mundo? ¿Por qué puedo consultar en Internet el Scientific American, Lingua Franca, New Scientist, The New York Magazine, Atlantic Monthly, etceterísima, y no La Revista de Occidente o Claves de Razón Práctica, ni ninguna de las mejores revistas literarias, técnicas o culturales? ¿Hay, para estas preguntas, alguna respuesta que no sea descorazonadora? Da la impresión de que no estamos entendiendo nada. Luego, cuando los trenes estén perdidos para siempre, vendrán las lamentaciones. Que alguien haga algo, por favor. DIRECCIONES : Arts & Letters: http://cybereditions.com/aldaily/ Asociación de Revistas Culturales de España: http://www.arce.es/ Página de la Lengua Española - Publicaciones electrónicas: http://www.dat.etsit.upm.es/~mmonjas/publ.html Kiosco Internet - Revistas culturales: http://www.kiosco.net/revistas_culturales/ Un censo de revistas: http://www.comunica.es/lengua/actualidad/actualidad_ant/20 00/abril00/actualidad050400_04.htm
49
200. M ENTIRAS PENDULARES Vamos a ver. Si yo supiera expresarme con la debida sensatez, no estaría aquí, ahora, a mi edad, escribiéndoles a ustedes sobre un invento tan modelno y tan destartalado como Internet. Estaría esperando el retiro en alguna esquinita discreta de algún escalafón seguro. Pero es que le hierve a uno la sangre, a veces, todavía. Ya están volviendo a engañar al personal. Unas veces unos, otras veces otros. Las ahora fementidas «punto.com» han absorbido alegremente, en los dos últimos años, una buena porción del ahorro privado de los países occidentales: inmensa cantidad de dinero que ahora se aprieta en los exquisitos bolsillos de los pelotaceiros más listos y menos dotados de vergüenza y respeto humano. No importa la precisión de las cifras, pero todos las conocemos: doscientas o trescientas personas tienen asentada en su cuenta corriente la mitad de lo que vale la Tierra. Y este fenómeno lo ha reforzado Internet, con sus sanguijuelas cibernéticas. Bueno. Se descalabran las «punto.com» y todo los hipócritas se llevan las manos a las sienes, para arañárselas un poquito en público. Uno, atónito, se pregunta: ¿qué habrá de sorprendente en el hecho de que una estafa no dure, de que un pelotazo se resuelva en pocas semanas, de que los timadores huyan con el botín bien agarrado contra el enriquecido pecho? Pues sí, por lo leído y oído y visto en los medios, es sorprendentísimo. Nadie podía imaginarse que esto iba a ocurrir. (Un paréntesis quizá excesivo, pero es que me apetece anotar esto: Internet no es más que un servicio público, como el teléfono o el correo o las comunicaciones sirve para la difusión ramificada del conocimiento y del contacto entre los seres humanos, pero también, claro, como todos los servicios públicos, para que resulte más cómoda y eficaz la práctica del delito, de la extorsión y del engaño.) Y ahora se renueva la mentira pendular, la satanización que los medios tradicionales aplican a Internet en cuanto se les presenta la más trivial excusa. La Red, que fue buena para todos durante unos meses —porque nos iba a hacer ricos a tutiplén, sin distinción de razas, ni clases, ni partidos políticos—, vuelve a ser lo que desde el principio fue para periódicos, radios, televisiones, etc.: el ambiente perfecto para la maldad y la deshumanización (¡como si estuviera demostrado que somos humanos, oiga!), el paraíso de unos cuantos ociosos con las neuronas esponjiformes,
50
un despilfarro tecnológico que no conduce más que a la pérdida de identidades y al triunfo del Mal, es decir de Estados Unidos. Menos mal que hace un rato me ha llegado, por la pérfida vía del correo electrónico, un mensaje. Lo reproduzco como tierno cierre de este artículo a cara de perro: «Sr. Buenaventura, soy un ama de casa de 47 años. En estos momentos tengo en mis manos el nº 12 de Internet para todos, pero parece ser que yo no estoy en ese “todos” ya que de la mayor parte de las cosas no logro enterarme bien. Independientemente de que una tenga pocas luces o no, me gustaría que me enviase a través del correo de mi hija (yo no tengo propio) bibliografía básica sobre Internet para no iniciados, ya que veo que es el futuro y a pesar de mi edad (nací en la 2ª mitad del siglo pasado), no quiero quedarme atrás. Atentamente: ****». Internet no es el futuro, querida ****. Las herramientas no son el futuro, sino ayudas para construirlo. Lo que pasa es que sí, que tiene usted razón, que le conviene participar, cuanto antes, sin perder más tiempo, ni enredarse en disquisiciones de falsa ética. Y con mucho gusto la ayudaré en cuanto pueda ayudar un insensato ilusionado. DIRECCIONES : Controladores a gogó: http://www.helpdrivers.com/espanol/ Criptografía para ICQ: http://www.angelfire.com/ak3/dharmony/iccrypt.html Una para Mac: http://www.versiontracker.com/ Homenaje a Carlos Cano: http://www.antonioburgos.com/enlaces/varios/cano.html Haciendo caras: http://www.facegenerator.com/
51
201. REGISTRO DE GALLETAS DESCOMBOBULADAS Ustedes lo saben: nos dan de galletas en cuanto entramos. No vamos a explicar otra vez lo que es una cookie=galleta, pero permítanme ustedes que les presente un programita la mar de simpático y servicial (cortesía de la genial Karen Kenworthy, de WinMag.com), que les puede proporcionar luengas horas de esparcimiento, a nada que se encelen en la caza y captura. Hablo de Cookie Viewer. Se lo baja usted. Se lo instala en un periquete y sin complicación ninguna. Lo arranca. ¿Qué información se le ofrece al señor? Primero: número, localización y nombre de todos los cookies que anidan en su sistema. Segundo: URL de quien le ha colocado a usted la galleta y puede leerla. Tercero: nombre y contenido de la galleta. Cuarto: cuándo se creó, cuándo expira, cuánto tiempo piensa vivir en su sistema (una eternidad, en algunos casos). A nada que se ponga usted a rebuscar, le irán nevando encima gruesos copos de perplejidad. ¿He entrado yo alguna vez en esta página? ¿Para qué quieren mis referencias en esta otra? ¿Qué diablos es esto? Confieso que, en lo que a mí respecta, el ejercicio ha resultado aleccionador y me ha convencido, tras mucha desconfianza, de que hay que hacer caso a los maestros: las cookies son maleducadas y desagradables, quizá, pero totalmente inofensivas. De todas maneras, les aconsejo que hagan sus propias comprobaciones con Cookie Viewer. (Y, por favor —bastante psicosis tenemos ya con la seguridad, que no me escriben ustedes de otra cosa, últimamente—, re-pi-to: es 98,89% seguro que no le ocurre nada malo a su sistema por tener 70.000 galletas en la despensa.) Otro muy inquietante programa de la misma procedencia es el Registry Pruner, que sirve exactamente para lo que su nombre indica, es decir para podar el Registro de Windows (ese enorme archivo en el que Windows apunta todas sus peculiaridades y caprichos y que con el paso del tiempo suele llenarse de borrones y peligrosos derrapes). En esencia, esta «podadora» sirve para localizar bibliotecas *.dll que se han quedado huérfanas cuando desinstalamos el programa que las utilizaba, y también para adecentar un poco la opción agregar/quitar programas, en la que suelen producirse anotaciones incorrectas… Pero, como ya apunté al principio de este párrafo, llamándolo «muy inquietante», conste que Registry Pruner es una programa para enteraditos, ¿eh? No se me metan ustedes en camisas de once veras. Y
52
recuerden la regla de oro del Registro (me considero en la obligación de repetírsela a ustedes cada dos por tres): iniciando en DOS, siempre se puede recuperar una versión del Registro anterior a la que acabamos de escacharrar por nuestra mala cabeza. Escriban «SCANREG/RESTORE y elijan una de las copias de seguridad. Y ya que la hemos emprendido hoy con doña Karen, sigamos con ella: también nos propone una cosa estrambóticamente denominada URL Discombobulator. El nombre viene del verbo inglés ‘discombobulate’, quizá alteración expresiva de ‘discompose’, y el programa sirve para desentrañar el significado de las direcciones URL, traduciendo en ambos sentidos. Si escribe usted «www.geocities.com», obtendrá la dirección IP 209.1.224.187, y al revés: si escribe 209.1.224.187, averiguará que este IP corresponde a Geocities. De propina, el «descombobulador» también ofrece la tabla completa de los códigos ASCII. No me digan que no les regalo cosas majas y entretenidas. DIRECCIONES : Cookie Viewer: http://www.winmag.com/columns/powertools/ptcookie.htm Registry Pruner: http://www.winmag.com/columns/powertools/ptpruner.htm URL Discombobulator: http://www.winmag.com/columns/powertools/ptlookup.htm Para explorar las propias fuentes: http://www.winmag.com/columns/powertools/ptfonts.htm Para explorar las noticias: http://www.infoprensa.net/prensa/
53
202. UN CUADERNO EN INTERNET Lo que hoy les propongo, casi en plan desafío, es mejor que una página web, para ciertos fines . Porque, claro, no me irán a decir ustedes que no están deseando tener un sitio web de su propiedad, posesión y pertenencia, pero no se lanzan, porque es un lío (o se han lanzado ya, pero no han vuelto a tocar el montaje del primer día, porque vaya cantidad de tiempo la que se pierde con tanta subida y bajada de archivos, y encima a ver quién se aclara con las retorcidas normas del lenguaje HTLM). Se llama «weblog», «cuaderno de red», «cuaderno de navegación por la red», «cuaderno de bitácora virtual», lo que a ustedes mejor les cuadre. Y sirve exactamente para eso: para tener abierto un cuaderno virtual en Internet, de modo que ustedes, como dueños, puedan ir apuntando todo lo que les apetezca, y yo, como visitante, lo lea cuando me dé la ventolera. No, en serio: los «weblogs» sirven para construirnos un sitio web elemental, pero eficacísimo cuando lo que uno pretende es tener informados a los amigos de lo que sucede en un determinado campo, de lo que nos ocurre o se nos ocurre, sin necesidad de gráficos prepotentes. Para colmo de ventajas, crear un «cuaderno de red» es un proceso sencillísimo. Les sugiero que lo intenten con Blogger. Todo está en inglés, pero creo que se entiende bien. Tienen ustedes, primero, que registrarse en la casa, como de costumbre: ya saben que en Internet no nos dejan entrar en ninguna parte sin soltar antes las señas de identidad. A continuación pueden fabricarse en dos minutos su cuaderno. Si no tienen página web (es decir: alojamiento propio, de pago o gratuito), el propio Blogger se lo ofrece, por pesetas cero. Si la tienen, podrán colgar el cuaderno en el FTP de su hostal —Geocities, pongamos por caso—, sin más que facilitar la dirección. Pueden elegir entre distintas plantillas (sólo cuatro, pero tampoco hace falta más) y, desde luego, ustedes bautizan con su nombre mejor quisto. Ah: también deben decidir si su cuaderno será público (todo el mundo puede leerlo) o privado (sólo lo leen las personas que ustedes designan). En sus nuevas hojas virtuales escribirán ustedes lo que quieran, por supuesto, pero también añadirán enlaces con páginas que les interesen o con archivos de imagen y de sonido. No tarda uno más de tres minutos en cogerle el tranquillo al procedimiento de edición. Blogger ofrece además un «plugin» de sencillísima ins-
54
talación que, injertado en iExplorer (no Netscape, qué le vamos a hacer), permite añadir directamente a nuestro cuaderno el enlace comentado con cualquier página que estemos visitando. Una comodidad verdaderamente insólita en la red, qué quieren que les diga. Para obtener el mismo resultado en nuestro sitio web convencional tendríamos que perder tanto tiempo y tanta paciencia, que —sencillamente dicho— no lo haríamos. En fin: estoy muy contento con el «weblog» y creo que todo el mundo debería fabricarse uno. Se da el caso curioso de que descubrí este sistema hace unos seis meses y estuve explorándolo un poco, sin acabar de enterarme. Hoy, recién leído un artículo de Wired —que sigue siendo, ¡bravo!, mi revista preferida—, volví al asunto y en seguida le encontré la manera y el gusto. Luego, en menos de una hora tenía en marcha dos cuadernos virtuales, uno de ellos repleto ya de recomendaciones para los lectores. Pónganse cuanto antes a desplegar su genio creativo, señoras y señores: no me sean perezosos. DIRECCIONES : Blogger: http://www.blogger.com Cuaderno de bitácora: http://www.geocities.com/SoHo/Gallery/6776/blogger.html Un ejemplo estupendo: http://obscurestore.com/ Otro que tampoco es manco: http://peterme.com/ Y por si necesitan orientación en otra cosa muy distinta: http://www.ctv.es/USERS/mag/home.htm
55
203. E X SOVIÉTICAS A LA CARTA Hay una ¿organización? que todas las semanas me envía una lista con quince o veinte señoritas «especialmente adaptadas a mi perfil». Pobre gente, qué pena me da: tan oficiosa y tan inútil. Debe de habérseles puesto espongiforme el software, porque es que no dan una (suponiendo, y ya es suponer, que pudieran darla, es decir que hubiera en este planeta alguna señorita especialmente adaptable a mi añejo perfil). Mayormente, me ofrecen ciudadanas de la antigua Unión Soviética, residentes a miles de kilómetros de Pozuelo de Alarcón —donde tienen ustedes su casa, para lo que gusten mandar—, veinteañeras cortas, supónese que dispuestas a todo por despejarse el hambre. ¿Habrá alguien que se tome en serio estas ofertas, que conteste a estos anuncios, que se compre una ex soviética por cuatro euros mal contados? La pregunta, más completa y más verdadera, vendría a ser: ¿hay alguien que compre algo por Internet? El otro día escuchaba yo, con el exigido respeto, a la agente literaria de un famosisimísimo escritor ibérico no carente de experiencia en la Red. Y dicha ricahembra me negaba rotundamente —sin barrunto de duda— cualquier posibilidad de desarrollo del comercio electrónico en España, porque «aquí nadie suelta el número de la tarjeta de crédito». Pos fale. Spain sigue siendo different, en todo lo que se tercie, incluidos los promedios más mundiales (incluidas esas —para las mujeres— deprimentes estadísticas sobre longitud penosa que ha hecho públicas la Asociación Española de Andrología: 13,58 medio palmo). Y la verdad es que mi experiencia en la vida me indica todo lo contrario, que España es de lo menos diferente que existe, en casi todo. ¿Hay, fuera de la madre que las parió —Estados Unidos—, alguna tierra con más hamburgueserías por cabeza comedora? ¿Hay algún sitio donde más pronto alcancen el éxito las peores mamarrachadas mundiales? ¿Hay en algún lugar de la tierra especialistas que más rápidamente y con mayor entusiasmo copien todo lo que venga de fuera, generalmente mal traducido y peor ejecutado? ¿Dónde arraigan más de prisa que aquí las modas más trepa? En fin. No es por insultarnos, pero ¡chica diferencia! Somos unos de los países más estándar de la tierra, señoras y señores. Vamos a dejarnos de sandeces. El hecho de que comamos ajo y friamos con aceite de oliva no nos convierte en fugitivos de la norma general, sino en lo que verdaderamente somos: un poco
56
pintorescos. ¡Calla, harto de ajos!, le decía Don Quijote a Sancho Panza. Y, bueno, por mucho que dictamine la señora agente metida a profetisa, las cifras en crecimiento señalan sin duda alguna hacia el triunfo, también en España, del llamado comercio electrónico. No será este menda quien recomiende a nadie que compre nada pero tampoco defenderé la paraonia. Hombre, por Satanás, ya está bien de demonizar la Red. Ahora mismo, si salgo a la calle —a la calle real, quiero decir: la de los coches y los semáforos y los ruidos espantosos—, pueden ocurrirme todas las desgracias, una detrás de otra, no sólo económicas, sino también biológicas. Me pueden robar, me pueden meter una faca por el ombligo, me pueden poner una multa brutal por Dios sabe qué infracción recién maquinada por el alcalde. Me atrevería a decir, incluso, que merodear por Internet es algo menos peligroso que vivir. Así, en general. Ya le digo: no se compre usted a la pobre ex soviética (no voy a facilitarle la dirección, de todas maneras), pero tampoco deje de hacer lo que mejor y más cómodo le resulte. Esa es la clave. Pase de publicidades, pase de campañas. Ahí está el engaño, no en la tarjeta de crédito. Haga lo que mejor y más cómodo le resulte. DIRECCIONES : Para elaborar una página web: http://www.geocities.com/w3aeiou/ La hora en «500» países: http://www.pdabusiness.com/qlock/manual/intro.html Mucho fútbol: http://www.futbolaldia.com/un_amigo/ Para mejorar el oído: http://www.sonotone.com/ Cliente de correo pequeño y manejable: http://www.ultrafunk.com/products/popcorn/
57
204. DETESTACIÓN DE LOS PROFETAS Los famosísimos profetas de Internet se distinguen todos por su ancha capacidad para la ficción sociológica, su potente imaginación y su buena labia. ¡Lo que a ellos se les escape! Pero luego resulta que no, que son como aquel compañero de claustro que se me presentó como especialista en traducción de poesía la tarde misma en que yo empezaba a dar clase en la Universidad. Le dije: «¡Ah qué bien! ¿Y qué has traducido?». A lo que él me contestó: «No, nada». Los profetas de la InterNación son eso mismo, especialistas en traducir poesía sin haber traducido nunca un verso, especialistas en adivinar qué es lo mejor para la Red y cuáles van a ser sus desenvolvimientos inmediatos sin haber dedicado ni un cuarto de hora de sus ejecutivas vidas a navegar por Internet. Están en todas partes. En los puestos de mayor responsabili dad, dentro de las empresas tradicionales, determinando las decisiones que éstas toman con respecto a la Red. En las tribunas más elevadas y megafónicas, amasando la opinión pública con sus tesis. En los partidos políticos, aconsejando mal a sus dirigentes y conduciéndolos a tomar decisiones sistemáticamente desviadas del blanco. En las cadenas de televisión, contando historietas a la gente, montando absurdos concursos o dirigiendo programas de divulgación sin tener ellos mismos ni la más remota idea de lo que quieren divulgar (o sí: lo que quieren divulgar es que ellos son los jefes, y seguirán siéndolo por mucho que cambien las normas técnicas). A estos profetas hay que añadir, para mayor descarrilamiento, la plantilla creciente de sus asesores especializados, mandamases que se saben al dedillo cómo funciona todo y cuáles son las implicaciones económicas de las decisiones técnicas, pero que tampoco han navegado nunca, que tampoco han sido ni por diez minutos meros ciudadanos de la Red. Todo lo anterior explica, en parte, la triste situación en que nos encontramos: pasan los meses y nuestros problemas no se resuelven. No me refiero simplemente a la ya consabida aspiración técnica irrenunciable (tarifa plana 24/7 en banda ancha a precio accesible), sino a la ausencia de cualquier plan de contenidos. Quiero decir: está muy bien, por ejemplo, que se apruebe y airee el proyecto de que todos los colegios tengan acceso a Internet, pero ¿a qué Internet? ¿Al de los portales, al de las subastas
58
en línea, al de los mercachifles del rico monedero electrónico, para que los chicos vayan formándose en sus futuros deberes como consumidores? ¿O a un Internet que no existe en lengua española, porque nadie invierte una neurona en crearlo, un Internet donde las instituciones abran sus «secretos» al mundo, donde las revistas culturales incluyan sus artículos, donde las academias tengan informatizados y disponibles sus tesoros de conocimiento, donde las universidades nos ofrezcan sus documentos y sus tesis doctorales, donde estén todos los textos que se han escrito en español a lo largo de la historia, hasta el tope legal que marca la vigencia de los derechos de autor? ¿Es alucinación lo que estoy describiendo? No: es lo que tienen los interneteros de la lengua inglesa, en su propia lengua. Mientras toda esta omisión se va haciendo más grave cada día, los profetas siguen con sus vanaglorias y sus teorías de una sociedad digital a la que no pertenecen y donde no tienen un solo amigo, proponiendo soluciones a problemas que no existen más que en sus sueñajos de manipuladores cósmicos. Este artículo es una llamada a los honrados interneteros, los que de veras se trabajan y se viven la Red, para que no les hagan ni un bit de caso a estos señoritos profetas que no saben ni leer su propio correo electrónico sin ayuda de la secretaria. ¿Para cuándo la sensatez?
DIRECCIONES : Trivium (lengua y literatura española): http://members.es.tripod.de/Trivium/ Revista Babab: http://www.babab.com/ El canon cinematográfico USA: http://www.cs.cmu.edu/Unofficial/Movies/NFR-Titles.html Nueva editora virtual recién inauguradita: http://www.ellibrodigital.com/ La lista de las listas, si lee usted inglés (la recomiendo a cada rato, pero es que ustedes no me hacen suficiente caso ): http://www.lockergnome.com
59
205. E NTRE LA CARNE Y EL FBI Hay fenómenos que los escritores interneteros solemos esquivar en nuestros cronicones sobre la Red. Dos de ustedes, muy despabilados lectores, me acaban de escribir poniéndome a caer de un burro (eso así: advirtiéndome antes de que iban a hacer «crítica constructiva» quienes van a encajarnos los peores trancazos en la nuca siempre se acogen a la franqueza, a la sana intención o a la crítica constructiva, cuando su único designio es demostrarnos que somos tontos y que ellos saben mucho más que nosotros, dónde va a parar). Motivo de la bronca: primero, y principal, que sigo sin hacer caso de Linux y Mac segundo, y nada secundario, que jamás hablo a los lectores de los asuntos que verdaderamente les interesan, es decir del llamado porno y de la llamada piratería. Pues sí, pues vale: apenas hablo de Linux y de Mac, partiendo de dos principios casi demostrables por experiencia directa: a) Que es mínimo el porcentaje de lectores de El Semanal que los utilizan b) Que los usuarios de Linux y Mac no me necesitan para nada, porque sus vidas discurren a trote delicioso por un bello camino de rosas y aromas silvestres, no sé si me explico. (Y no me tomen a mal la broma, señores linuxeiros, señores maqueiros: son ustedes mismos quienes pintan, en sus escritos, en sus cartas, en sus chaterías, este encantador paisaje arcádico, sólo oscurecido por el nubarrón permanente del odio a Bill Gates. ¡Grrr!) En lo que respecta al ataque de los piratas vivientes… Es cierto: priva entre los cronistas un puritanismo asaz hipócrita pero ¿qué quieren ustedes que hagamos? Nos consta su existencia, llegamos incluso a utilizarlas (¡anatema!), pero los predicadores de Internet no podemos contarles a nuestros feligreses en qué páginas se consiguen, sin abonar su justiprecio, programas que cuestan muchos miles de pesetas. Si lo hiciéramos, cometeríamos un delito y nos perseguiría la justicia con todo su aparato de multas y castigos diversos, igual que si pregonáramos aquí dónde pillar heroína. La verdad, no apetece tanto sacrificio, teniendo en cuenta, además, que ustedes en seguida se malean, y al cabo de unas semanitas de yatear por la Red ya se saben de memoria muchísimas direcciones «delictivas». Sólo les pido que no se burlen de mí cuando cito el precio de un programa («pringaíllo», me llamaba una lectora, hace tiempo). Por favor, que es que me deprimo.
60
Pornografía. Ya. Evidentemente. Por todas partes. Y no vean ustedes para salir, una vez que se entra y empieza uno a rebotar de pantalla en pantalla, perdido en la inmensidad carnosa de la oferta. ¿De veras piensan ustedes que yo debería darles pistas al respective? ¿O, al contrario, que debería lanzarme en heroicas cruzadas contra la lujuria? La verdad: no creo que estemos aquí para eso. Es más: debo confesar que si de mí dependiera no emprendería la más leve acción contra la pornografía en la Red. Ni contra nada: no olvidemos que el poder internetero está en manos de la nación más ñoña de la historia si los norteamericanos logran imponer sus criterios de censura, acabarán prohibiendo «La Venus del Espejo», porque se le ve demasiado el pompis. Y no pararán ahí: querrán controlarnos la persona entera, no sólo las partes sexuales la cabeza, los nervios, el pensamiento, las canciones, las películas, los libros, la vida social… En cierto modo, la presencia de pornografía en la red constituye una especie de garantía: así sabemos que los afanosos inquisidores del pueblo que tiene a Dios de su parte aún no han encontrado el modo de aplicarnos el tijeretazo universal. Entre la carne y el FBI, qué quieren que les diga. DIRECCIONES : Para hacer realidad todos los deseos: http://www.fortunecity.com/roswell/dowsing/701/index.htm Última versión de Ad-aware, para cazar espías: http://www.lavasoft.de/aaw/aintro.html De CD a MP3: http://cdexos.sourceforge.net/ De vinilo a disco duro: http://www.rosoftengineering.com/audiorecorder/help/Index.htm
Cotillee los techos de sus amigos en USA: http://globexplorer.com/cfviewer/start.cfm
61
206. L A GUERRILLA OFIMÁTICA EN INTERNET Aquí andan billones de dólares en lance (pasta como para comprar la tierra entera, con todas las nubes de alrededor, en plan adorno confitero), y nadie hace concesiones blandengues al enemigo. Todo el mundo sabe, por otro lado, que la clave maestra del poder está en las llamadas suites infomáticas, con sus diversas herramientas —hojas de cálculo, bases de datos, etc.—, pero, sobre todo, con sus procesadores de texto: quien los domine dominará la informática y, por tanto, dominará Internet. ¿Por qué? Pues, señoras y señores, porque son programas de utilización obligatoria para casi todos los usuarios, tanto públicos como privados (más aún que los navegadores), y, luego, porque su destino natural es convertirse en plataformas de integración. Quiero decir: está claro que a partir de Office y del iExplorer, lo que Microsoft pretende es unificarlo todo, incluido el sistema operativo, en un servicio absoluto que deje en ridículo todas las medidas judiciales antimonopolísticas al alcance de los jueces. La competencia lo sabe y lucha con todo. Lo que ocurre es que nadie, ni siquiera los (segundos) más poderosos —nadie, oiga—, está en condiciones de competir en terreno abierto con el gigantesco poderío comercial de Microsoft, de modo que a la Santa Alianza antiGates (SAaG) no le queda más remedio que apelar a las tácticas de guerrilla. En gran parte, el enfrentamiento se produce en Internet, donde no pesan tanto las redes comerciales físicas, donde cuenta la pillería, el boca en boca de los usuarios y, naturalmente, el esfuerzo conjunto de la SAaG. En principio, uno de los arietes más eficaces y más prometedores de que ésta disponía era la seducción de los consumidores por el encanto de sistemas operativos opcionales, como el celebérrimo Linux. No obstante, los años pasan sin que Linux termine de arrasar, y la SAaG ha optado por abrir otro frente de batalla, quizá mas importante, en el campo de las suites y los procesadores. De lo que se trata es de pegarle a Gates en donde se le puede hacer muchísima pupa: regalando o vendiendo por cuatro perras un software que apenas tiene nada que envidiar al de Microsoft (carísimo) en cuanto a rendimiento, y que el consumidor puede bajarse de la Red. Así que, como todos ustedes saben —porque lo hemos mencionado aquí mismo varias veces—, Sun regala a quien se tome el trabajo de descargárselo su tremendo conjunto StarOffice
62
5.2, para todos los sistemas operativos, con todo lo que puede uno desear, incluida compatibilidad con MS Office (http://www.sun.com/staroffice/). Y aunque no es, como dicen sus fanáticos de la SAaG, un juego de programas mejor que Microsoft Office, la verdad es que pero por ahí le anda, y desde luego su precio de 0,0 resulta imbatible. Otra opción menos conocida, y bastante menos potente, me parece a mí (aunque debo confesar que no la he probado muy a fondo), es la 602 Pro PC Suite (http://www.software602.com/), también gratuita y también completa en su juego de herramientas. Y, por último, la gran sorpresa reciente está en el Atlantis, de Rising Sun Solutions (http://rssol.com). Un procesador de textos procedente de países de la antigua Unión Soviética —¿recuerdan el reciente espionaje sufrido por Microsoft?— que en verdad está a la altura de Word, mejorándolo incluso en algunos aspectos. Lo introdujeron mediante una versión 0.7 totalmente churretosa, pero prometiendo que la 1.0 incluiría ya todo lo incluible. Y, un mes después, en efecto, recibo aviso de que ya está todo dispuesto para una gran bofetada a Microsoft… No es gratis, en teoría, pero lo venden a 27 dólares (unas 5.000 pta.), y, bueno, ustedes disimulen lo que voy a decirles: tengo la impresión de que, una vez concluido el mes de prueba que conceden, nadie va a exigirles que pasen por caja. A Atlantis aún le queda una pega: su compatibilidad con Word funciona por vía *.rtf (rich text format), pero también es cierto que ello pocas veces supondrá graves problemas… En fin, ya ven ustedes: se trata de invadirle a Microsoft, mediante la cesión gratuita o casi gratuita de software, utilizando Internet como red de distribución, el terreno donde más profundamente atrincherado estaba, sin exigirle al consumidor el esfuerzo de abandonar su Windows para pasarse a otro sistema operativo. ¿Tendrá éxito la SAaG en sus propósitos? No se fíen: los caminos de Gates son infinitos.
63
207. P EDACITOS DE MÁQUINA POR TODAS PARTES Ni sus peores enemigos, inquisitoriales, feroces y aterrorizados, pueden negarle a Internet una cosa buena: es una infraestructura global gratuita que ya está en funcionamiento y que cualquiera puede utilizar. (Con las limitaciones que en cada zona marcan las diversas coyunturas. Así, por ejemplo, que en Cuba se utilice muy poco la Red —unos 40.000 personas con acceso, sobre una población total de 11 millones— no es culpa de ésta, sino de la mala combinación de dos factores: la incomodidad del régimen castrista ante el descontrol internetero y el bloqueo norteamericano, que les impone la utilización de un satélite lento y caro… En otros países, evidentemente, los frenos serán distintos: económicos, políticos, religiosos, sociales.) A partir de ahora, de ya, de cualquier momento, asistiremos, sobre esta base global y gratuita, a una pulverización progresiva del uso de Internet. Dicho de otro modo: la existencia inminente de sistemas operativos ultracompactos, como el que pronto presentará LiveDevices (no más de 8 kilobytes véase http://www.livedevices.com/), capaces de gestionar microchips de 8 bits y de costo inferior a 5 dólares, va a hacer factible que todos nuestros cacharros estén conectados a Internet todo el tiempo. Entiéndase bien, porque es importante: no se trata de que un Torvo Ordenata Magno controle el funcionamiento de cientos de millones de ordenatitas subalternos (y, de paso, nuestras vidas), sino de que éstos funcionen cada uno por su cuenta, con sus propia configuración, marcada por el usuario dentro de las posibilidades que cada pequeña cosa permita. Es algo difícil de concebir, pero que está sucediéndonos ya y que va a exigirnos un notable esfuerzo de mentalización. En las profundidades, insisto, no fluye ninguna magia, ni ningún proyecto diabólico de dominación del mundo. Por una parte, la miniaturización progresiva de los controladores y sistemas operativos hará posible y poco costoso —inevitable, por consiguiente— que todos los artilugios (electrodomésticos, herramientas, partes del automóvil, incluso prendas de vestir, lo que ustedes quieran) incorporen —cada uno según sus necesidades— recursos informáticos. Por otra, la posibilidad de conectar estos recursos a la red hará más barata, eficaz, configurable y rápida su utilización. El microsistema de mi bolígrafo enviará directamente a mi ordenador personal, por medio de Internet, lo que yo vaya escribiendo.
64
Todo esto coincide con una intuición mía que cada vez va antojándoseme más verosímil: el verdadero «reino» de Internet no está en las grandes dimensiones, sino en las pequeñas y muy repetidas. Lo grande resulta, lisa y llanamente, demasiado caro para ser rentable. Pasarán siglos antes de que podamos pagarnos el súper recontra ordenador de las películas, que controla ciudades o países enteros, en todos sus detalles (mientras no le sobrevenga una «pantalla azul», claro). Sí es concebible, en cambio, que miles de sistemas diminutos gestionen casi todos nuestros mecanismos y herramientas, comunicándose entre sí vía Internet, que también posibilitará la interactividad con los usuarios. Y cabe suponer que, mientras, los grandes ordenadores, ciegos de potencia, cada vez más excesivos para el usuario (para usted y para mí), irán especializándose en la gestión sectorial de los más chiquitos. Pero también podríamos expresar todo esto de otra manera: la Red ya existe ahora se trata de añadirle potencia y función a cada uno de sus mallas o eslabones. Sólo falta que funcione la conexión, claro. DIRECCIONES : Reductor de peso para páginas web: http://thepluginsite.com/products/htmlshrinker/ Para conocer el IP de las personas que visitan nuestra página, de dónde vienen, cuánto tiempo llevan conectados. Y con chatería: http://www.oitsu.com/code/Whatisit.asp Cortometrajes españoles: http://www.cortovision.com/ La vuelta al mundo en 80 clics: http://www.steveweb.com/80clicks/
65
208. HAY QUE PAGAR (POQUITO A POCO) (I) Hoy les tengo una primera noticia: esto, señoras y señores, es un artículo de folio y medio, y en un artículo de folio y medio hay una enciclopedia de cosas que no caben ni aunque el escritor posea la más elástica capacidad de síntesis que Literatura ha visto en sus anales. A la pata la llana: no me pidan que les explique de qué va lo del Napster & Música no precisamente celestial, porque nos harían falta cuatro o cinco artículos como éste para empezar a aclararnos, en vez de la parejita que vamos a dedicar al asunto. Les diré más: lo que ya está escrito, y bien escrito, a qué repetirlo o plagiarlo. Aquí tienen ustedes el enlace con un texto de Juan F. Marcelo y Eva Martín donde se analiza la cosa con pormenor y claridad: (http://www.idg.es/iworld/articulo.asp?id=115971&sec=iworl d). Es lo bueno que tiene Internet, ¿verdad? No hay nada que no nos quede al alcance de las entendederas, sabiendo encontrarlo. Ahora bien: rematada esta faena de aliño que acabo de brindarles ustedes —modélico periodismo de investigación, el mío—, nos queda afincar unos cuantos principios que en los últimos tiempos se nos han aflojado un poco a los interneteros, como dientes aballicados. Y ahora viene la segunda noticia de hoy: ¡señoras y señores, HAY QUE PAGAR! ¿Les suena el verbo? Pa-gar. La Red es gratis, por supuesto la conexión debería ser gratis, o casi gratis, y anchísima, y segurísima, por supuesto ciertas tecnologías —como, precisamente, la peer-to-peer que fundamenta y sustancia programas como Napster—, no pueden cobrarse al usuario sin descoyuntar el sistema, por supuesto. Pero, queridísimos hermanos, los vicios y placeres hay que abonarlos a tocateja, como los errores. Estaríamos buenos. Por primer vez en siglos, disponemos ahora de procedimientos técnicos capaces de distribuir música y textos separados de su soporte. ¿Qué es un libro: a) el papel y la tinta, la encuadernación, los costes de distribución y promoción, o b) el texto? ¿Qué es una pieza musical: a) el CD que la lleva estampada, más, como en el caso del libro, los costes industriales, o b) el conjunto de sonidos más o menos agradables que nos llega a los oídos? Hasta la invención de Internet, la transmisión de texto o música sin soporte físico sólo podía hacerse mediante la lectura en voz alta o la interpretación en vivo. Hoy en día, la Red es una co-
66
rriente continua de billones de palabras y de notas musicales cambiando casi caóticamente de poseedor sin que se produzca el más mínimo desplazamiento físico. Ahora tengo las obras completas de Luis Eduardo Aute en mi disco duro, dentro de unos minutos —siendo gente de buena conexión— las puede usted tener en el suyo, si se las envío. Y nada habrá cambiado. Sólo que usted goza ahora el acceso a una obra musical por la que antes habría tenido que desembolsar una verdadera fortuna, a 3.000+ pta. el disco. Es decir: el soporte físico determina el precio mucho más que el contenido virtual (el texto o la música), pero es que, además, impone al consumidor sus limitaciones industriales. Hay que vender la música en paquetes de 30+ minutos, o los textos en envoltorios de 150+ páginas, o las películas en rollos de 90+ minutos, porque de otro modo no resultaría racional su distribución. Lo cual es tanto como decir que el soporte físico impone una unidad de fabricación y de precio que no tiene nada que ver con el contenido: no se pueden vender libros de 38 páginas, ni películas de un cuarto de hora, ni obras musicales de siete minutos. Ahora sí: en Internet se puede y más que se podrá. Seguimos la semana próxima. Todos los retoques y enlaces de Windows en una sola página: http://www.nikkie-luuc.demon.nl/index.html Para la rúbrica «Chorradas supinas», El baile del hampster: http://www.hampsterdance2.com/ Sitio canadiense con reseñas de más de 25.000 películas (inglés): http://www.mrqe.com/ Periódicos NO norteamericanos del ancho mundo. ¿Exótico?: http://www.ibiblio.org/slanews/internet/ForArchives.html Una editorial viejísima (año y medio): http://www.premura.com/
67
209. HAY QUE PAGAR (POQUITO A POCO) (II) ¿Qué hace falta? Que todos nos encajemos la situación en la cocorota y nos adaptemos a ella, sacándole el mejor partido posible. Lo más principal es que las empresas comprendan de una pajolera vez que no nos pueden seguir cobrando en Internet los costes industriales del mundo físico, ni imponernos sus limitaciones unitarias. Pero ello no quiere decir, ni muchísimo menos, que los interneteros poseamos un derecho divino a gozar gratis de nuestras músicas o textos mejorquistos, porque hay dos aspectos que siguen mereciendo remuneración: el acto creativo (sin el cual no habría música ni textos) y la publicación (sin la cual ustedes nunca conocerían la existencia o disponibilidad de una música o un texto). No se sorprendan: el hecho de que eliminemos el soporte físico no implica que desaparezca la publicación en su sentido más estricto. En el campo de la edición de texto, es verdad que nada nos impide montarnos una página web gratis y colgar en ella nuestra sublime producción literaria, sin más nuevo coste que el de nuestro tiempo y el de conexión. Pero, ay dolor, nadie se enterará de que hemos «publicado» nuestras obras, y nadie vendrá a buscarlas, y nadie las leerá, por muy gratis que las regalemos… Publicar es «hacer público», y para eso están los profesionales de la edición, cuya derecho a cobrarnos procede de su inversión inicial (lo que han pagado y pagarán al autor) y de su inversión tecnológica (entendiendo por tecnología tanto el procedimiento de grabación y reproducción de la obra —costosísimo en el caso del cine y de la música— como la acción de mercado que el producto requiera). Todo esto quiere decir —y a ver si lo dice de una vez— que las pretensiones napsterianas de servir música gratis al personal del mundo entero son propias de niñatos asilvestrados (todos podemos serlo, porque la tentación de lo gratis es muy poderosa) y pueden dificultar seriamente la supervivencia de los creadores. El argumento básico (la grabación es mía y nadie puede impedir que se la pase a un amiguete) resultaría aceptable si no se alcanzaran los enormes volúmenes de intercambio de Napster y otros sistemas. Ningún escritor se quejará en serio de que usted preste sus libros, ni a ningún músico le importaba de verdad que hiciéramos copias en casete de sus composiciones. Pero es que ahora estamos hablando de un sistema que, combinado con el «tostado»
68
casero de CD-Roms, trae consigo el establecimiento de una subred de distribución independiente e incontrolada, que teóricamente no mueve dinero, pero que afecta de modo muy serio el intercambio comercial y, por consiguiente, la retribución al creador del música (que es, no sé si se nota, el único que me importa aquí). Deberíamos combinar una solución sensata. No sé cuál. Seguramente, todo pasa por el «pequeño pago», que, si no me equivoco, ha de convertirse pronto en el cimiento financiero de Internet, prescindiendo de la «unidad de venta» del mundo físico. Quizá sea necesario, incluso (miren qué disparates escribo hoy), que los comerciantes inviertan dinero e imaginación en educarnos para el «pago voluntario». Las casas comerciales no van a descubrir el modo de frenar la distribución gratuita de música, textos, datos, etc. (nadie frenará el peer to peer de nueva generación, el que va más allá de Napster). Tendrán que encontrar, en cambio, el modo de sacarnos algo que compense sus esfuerzos de producción y promoción y que les entreguemos porque nos parezca bueno y necesario entregarlo. Por ahí tendrá que ir la creatividad comercial del futuro inmediato, y por ahí van, a mi entender. No se podrán cobrar todas las transacciones, pero es que un pequeño porcentaje de muchísimo (lo gratuito) también será muchísimo, ¿me explico? Pensemos en ello. DIRECCIONES : Base de datos del Centro de Información y Documentación Científica: http://www.cindoc.csic.es/prod/bases.html Poéticas: http://www.mundofree.com/almacen/ Más poética: http://inicia.es/de/chapela/Aroa/ars.htm Cinco opciones a Napster (busquen en 2001/03/03): http://librillo.blogspot.com/ Jergas de habla hispana: http://www.geocities.com/Athens/Olympus/1960/index.html
69
210. L A VIDA VA A MEJORAR Les hablaré de la trampa en que vivo. Trabajo con W98, Office 2000, Internet Explorer 5.01 SP 2 y otros muchos programas de pelajes diversos. Mi equipo es ya un viejo patatón recalentado: Intel II 450, 256 megas de RAM, dos discos duros (6,5 y 20 gigas), monitor Sony Multiscan 210 ES de 17 pulgadas, una absurda tarjeta gráfica (CD Blaster Savage 4), una Audio PCI 128 y un CD-Rom Creative 32X. Es una máquina suficiente para casi todo lo que hoy en día puede hacerse en informática e Internet, un equipo que no ha cumplido tres años. Toda la maquinaria funciona a la perfección. ¿Menos qué? Menos Windows, claro. Durante mucho tiempo, logré —a base de tiernos cuidados— que el sistema operativo fuese tirando sin catástrofes. Pero, claro, a uno no le queda más remedio que sacrificarse por ustedes, amadísimos lectores, y, para mantenerles informados, uno se pasa el día dale que te pego, probando programas, es decir: instalando muchos inventos que se dedican a toquetearle las tripas a Windows sin molestarse luego en dejárselas como estaban. Así y todo, a base de mantener una vigilancia estricta del Registro y utilizando ayudas como el Norton y el Fix-It, hasta hace poco —ya digo—, la vida informática no me había resultado tan hostil. Ahora se me cuelga el chiringuito día sí, día no, con feas consecuencias. El síncope no implica pérdida de datos, pero sí el latazo tremendo de repasar muchos detalles y la necesidad impepinable de reparar (automáticamente) la instalación de Office 2000, porque Outlook deja de funcionar. Dirán ustedes: y este señor, ¿por qué se aguanta, en lugar de acudir a las soluciones que le ofrecen tanto la sabiduría técnica como la popular? Puedo reinstalar Windows, claro, y volver a empezar a tablarrasa, con un sistema operativo sin ninguna de las actualizaciones que he ido introduciendo a lo largo de los años, con la versión 4.0 de iExplorer y, desde luego, con un Office 2000 anterior a las Service Releases 1 y 2. Por no mencionar la casi segura dañación eterna de programas y controladores indispensables para mí, que no podría recuperar fácilmente, porque no tengo los archivos de instalación. Estamos hablando de horas y más horas de trabajo, de un tiempo del que no dispongo. Ahí tienen ustedes explicada mi renuncia a la solución más obvia y mi aceptación de la paciencia.
70
¿He pensado en otros sistemas operativos? Pues claro. De hecho, puedo trabajar en Linux o Mac, pero con ello pierdo, entre otras muchas cosas, nada menos que la conexión a Internet, porque en estos sistemas no hay controladores para mi Novacom Mix RDSI. También podría, renunciando a menos servicios (sólo el Acrobat PDF Writer y el Fine Print), gastarme las 40.000 del ala y pasarlo todo a Windows 2000. Pero en este caso me tocaría mercar un monitor nuevo, porque mi 210ES no es del gusto de este SO. A pesar de todo, fíjense bien, asómbrense incluso: no me quejo mucho. Las complicaciones vienen porque yo me las he buscado, casi todas ellas (por torpeza o por excesivo afán aventurero). No puede exigírsele a ningún programador de ningún sistema operativo que prevea todas mis necesidades y caprichos para irlos satisfaciendo según se me ocurren. Esperamos demasiadas cosas, al mismo tiempo, de un mismo ordenador. Y no hay más que una solución: repartir las tareas en máquinas más pequeñas, como ya vimos en otro artículo. En todo caso, me he considerado en la obligación de contarles todo esto para que no se sientan ustedes tan solos, oh lectores que me escriben con minuciosas descripciones de sus padecimientos. Como decía un samba famoso, «la vida va a mejorar». En cualquier momento. Ya verán cuánto gozo. DIRECCIONES : Varios programas gratuitos. Muy explorable: http://www.sunpoint.net/~akirjavainen/main.html Un buscador de mucho respeto: http://www.metor.com/ La madre de todos los retocadores de Windows: http://www.tweakfiles.com/allinone/xsetup.html Revista literaria: http://perso.wanadoo.es/marnys/coloquio/ Mensajes cifrados: http://www.parisien.org/fv.htm
71
211. P REGUNTAS APRETADAS (I) «Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible», como decía, cabezón, el sabio. Vamos a intentar lo imposible, un ratito, contestando en solo dos artículos a docenas de preguntas monotemáticas recibidas de los lectores en los últimos meses. Va de virus. Vade retro. Los virus son pequeños programas que se introducen en nuestro sistema —hardware o software— para alterarlo de algún modo. Se denominan así (desde sus principios, a mediados de los ochenta) porque se reproducen solos y per se, como los virus de la biología. Casi todos embisten con mala intención: pueden li mitarse a algún fastidio ingeniosísimo, pero también pueden inhabilitar el disco duro o borrar la memoria CMOS (instrucciones básicas que el ordenador sigue al arrancar, antes de cargar el sistema operativo), dejándonos tullida la hermosa máquina. Hay multitud de páginas de Internet donde pueden ustedes ensanchar esta información, pero la del Ministerio de Información y Técnica es un buen comienzo. Al principio, el modo de contagio más frecuente era el intercambio de disquetes infectados. Ahora, casi todos los virus se difunden por Internet (correo electrónico, IRC, páginas web, FTP, grupos de noticias). No obstante, sea cual sea el modo en que un virus llega a nuestro ordenador, hay una condición inexcusable para que se desencadene el ataque: el virus tiene que ponerse en marcha o ser «ejecutado», como se dice en jerga informática (y, por desgracia, en otras jergas mucho más macabras). Dado que casi todo el mundo anda hoy en día ojo avizor, los virus están pensados para engañar a su involuntario dueño, dando lugar a que sea éste mismo quien los lance contra su sistema, sea directamente (como ocurría con el celebérrimo «I Love You»), sea indirectamente (escondiéndose en otro programa de apariencia inofensiva). Hay seis tipos principales de virus: residentes, de acción directa, de sobreescritura, de boot, de macro, de enlace o directorio. Para las usuarios normalitos, como usted y yo, la amenaza más frecuente está en los virus de acción directa (entre los cuales medran los «gusanos» que se autoenvían a otros sistemas por medio del correo electrónico) y los de macro (que infectan los lenguajes internos de programas como Word, Excel, PowerPoint, etc.). Para defendernos de los virus hemos de aplicar dos métodos.
72
El primero es muy anchuroso, y se llama PRUDENCIA. Consiste básicamente en: — No abrir archivos adjuntos al correo electrónico, a no ser que estemos seguros de su contenido (no vale confiar en quien nos lo envía, porque puede tratarse de un virus repantigado y haciendo de las suyas en el ordenador de un colega). — Lo anterior exige que conozcamos la índole de los archivos que recibimos, y ese dato, precisamente ese dato, puede ocultárnoslo monseñor Windows. Compruebe en MiPc Ver Opciones de carpeta Ver que tiene usted marcada la opción «Mostrar todos los archivos». Así sabrá qué es lo que recibe. Todo lo que lleve extensión *.exe es peligrosísimo, pero tampoco son mancos otros programitas ejecutables, como los *.pif, *.vbx, *.shs o *.src. A veces, los virus llevan una primera extensión que está ahí para disimular, y que viene seguida de la auténtica: *.doc.exe, por ejemplo, donde lo que cuenta es *.exe, claro. — No permitir que se ejecuten las macros incluidas en archivos *.doc de otras personas. Para ello, lo mejor, en Word, es marcar Herramientas Macro Seguridad Nivel de seguridad alto. El segundo método consiste en tener activado y alerta un buen anti virus. Sobre los buenos y benéficos anti virus hablaremos la semana próxima. DIRECCIONES : Ministerio de Información y Técnica: http://www.sinvirus.com/infovirus.shtml Virus abundantes: http://www.ujaen.es/sci/invdoc/virus/index.html Varios: http://www.mec.es/dp/badajoz/varios/virus.htm S.O.S. Virus: http://www.perantivirus.com/sosvirus/ Inseguridad.com: http://www.interseguridad.com.ar/ Buen resumen: http://www.antivirus.com.ar/vinfo/infovir.html Avisos: http://www.arrakis.es/~upkw/virus.htm Virus Attack: http://members.es.tripod.de/virusattack/index.htm Virus Bulletin (inglés): http://www.virusbtn.com/ Denuncias: http://www.map.es/csi/pg7060_01.htm#2
73
74
212. P REGUNTAS APRETADAS (II) La semana pasada olvidé tararearles a ustedes una parte de la cantilena: casi todos los virus son para Windows los hay contra Mac y contra Linux, pero en pequeños números, como corresponde, quizá, al modo en que se reparten el mercado del usuario final los distintos sistemas operativos. En lógica consecuencia, los programas contra los virus también están pensados, casi todos ellos, para blindar un poco las blandas carnes windowseras. Hay un grueso mazo de antivirus, todos buenos, regulares y malos, al mismo tiempo. Las comparativas que efectúan las revistas técnicas y las páginas web especializadas no suelen dar vencedores rotundos. Un programa puede alzarse con el primer puesto en un análisis y ser ignorado en otro. Un programa puede ser estupendo detectando virus, pero muy antipático en su convivencia con el sistema, porque se le come demasiados recursos o porque le añade lentitud. Otro puede ser barato en el precio inicial y muy caro en el mantenimiento, porque cobra las actualizaciones (o al revés). Yo, la verdad, tras varias pruebas y muchas lecturas, no he podido llegar a ninguna conclusión clara y resuelta. Sí que puedo decirles a ustedes, no obstante, que en los últimos tiempos hay dos antivirus que me llaman la atención, por distintas razones. Me refiero, en primer lugar, al InoculateIt Personal Edition 5.2 (http://antivirus.cai.com/), cuya más atractiva característica está en el precio: gratis. La casa mantiene, además, un buen ritmo de actualizaciones, y hasta ahora no he detectado ningún informe que desautorice su eficacia. Si no le sobran a usted los euros (a mí no, desde luego), ni suelen regalarle antivirus los fines de semana, le aconsejo que pruebe el InoculateIt. Eso sí: búsquese ayuda políglota si no lee usted el inglés, porque va a necesitarla. El otro antivirus, unas veces ignorado en las comparativas, otras ensalzados en términos muy entusiastas, es el Kaspersky, también llamado AVP (http://www.av-pes.com/). Es barato (5.000), ofrece actualizaciones diarias y atiende en castellano. Hay conocidos míos que lo defienden a capa, espada y cachiporra. Luego, claro —metiéndonos ya en las 10.000 pta.—, están los de siempre, como siempre, con sus ventajas y inconvenientes de siempre. El Panda hispano (http://www.pandasoftware.es), con
75
buen servicio técnico (en mi experiencia) y mal servicio técnico (en la experiencia de algún lector que me ha escrito al respecto), algo reticente en sus relaciones con el sistema operativo, muy configurable y bastante caro, a la larga, por las renovaciones. Puede parecer que le estoy poniendo demasiadas pegas, pero tengan ustedes en cuenta lo dicho al principio: ninguno de estos programas se acerca siquiera a la perfección. Y el Panda es, seguramente, una de las opciones preferibles para el usuario español. Las opciones preferibles para el resto del mundo son el McAfee (más generoso que los demás en las actualizaciones: http://software.mcafee.com/) y el Norton Symantec (quizá el más completo, sobre todo si lo utilizamos en conjunción con otros programas de mantenimiento y gestión que ofrece la compañía: http://www.symantec.com). A mí no me parece que sean mejores ni peores que el Panda (pongamos por patriótico caso), pero, ya digo, ambos cuentan con el multitudinario apoyo de los usuarios del mundo. Y, cómo olvidarlo, está el gran señor de todos los antivirus, el F-Secure (http://www.edata.es), con dos o tres motores de escaneo —según modalidades—, y con versiones para cortafuegos, NT y Linux pero que vale el doble que los demás y no presenta claras ventajas para el usuario casero. Para el cual, dicho sea con toda honradez —y con todo miedo, porque siempre le asusta a uno el hecho de dar opiniones tan descaradas—, creo que los demás antivirus tampoco son dignos de mucha consideración. Los tienen ustedes todos en Tucows, por ejemplo (http://www.tucows.com). Espero que con esto hayan quedado contestadas las muchas preguntas que sobre virus me hacen los lectores de incorporación reciente a la Red, siempre más asustadizos. Pero recuérdoles aún a sus señorías, por último, lo más importante de todo: usen abundantísimamente de la prudencia que alabábamos en el artículo anterior. No hay mejor antivirus.
76
213. HÁGANOS EL FAVOR , DON B ILL Sergei Bubka, saltador de pértiga ucraniano, batió 35 veces el récord de su modalidad deportiva, empezando por 5,85 metros, en 1984, y terminando por 6,15, en 1993. Dicen que el hombre, la mar de astuto, fue negociando muy poquito a poco sus mejoras, porque así ganaba más premios y no se quemaba. El caso es que tardó nueve años en subir 30 centímetros. Uno se pregunta cuántos años va a tardar Microsoft en subir cuántos centímetros para llegar a dónde, en sus sistemas operativos y en su software básico. Como todos ustedes van a averiguar muy pronto, está al caer un replanteamiento total de la oferta informática de Bill Gates. El nuevo saltito se llama XP y se presenta como un saltazo de mucho cuidado. Lo es. Parece que, al cabo de muy prolijas y muy hamletianas dudas, Microsoft ha decidido imponer su ley, ahora que ya domina el mercado de un modo difícilmente reversible. Uno de los grandes problemas de Windows ha sido siempre la obligación, aceptada por la casa, de mantener la compatibilidad «retroactiva». Yo tengo ahora mismo en mi sistema, funcionando sin una mala tos, cosas vetustas como el Cardfile, que se despachaba con Windows en 1994. Microsoft lleva años vendiendo una variante para profesionales en que no se respeta este principio de compatibilidad y que, por consiguiente, es mucho más moderna, fiable y sólida (hablo del NT y del 2000). No obstante, las versiones para nosotros, los usuarios caseros, empezando por la 3.11 y terminando por el desgraciadito Windows ME, todavía muy reciente, seguían aferradas al respeto de la antigualla informática y la manga ancha en la programación. Parece ser que hasta aquí hemos llegado. El próximo nuevo sistema (XP, por eXPeriencia), va a seguir la línea 2000. Se acabaron los tiempos en que cualquier apaño podía funcionar en Windows, aunque fuera a trancas y barrancas y chafando el sistema. Ahora, las máquinas y los programadores tendrán que adaptarse a las exigencias de Microsoft, y éstas serán bastante más rigurosas. ¿Resultado? Windows funcionará mucho mejor, como ya ocurre —en el decir, incluso, de sus peores enemigos— con la versión 2000. Y el Imperio Mundial se hará más difícil de eludir. Pero a nosotros, los probos interneteros, ¿qué nos va y qué nos viene en la cuestión? Nos va bastante. El último salto de
77
Bubka Gates ha de sumirnos en el más lastimero de los retrasos, a no ser que abramos la faltriquera y nos merquemos un equipo nuevo. Me atrevo a vaticinar que los nuevos requisitos van a dejar fuera del «paraíso» a una considerable proporción de los interneteros más personales y entusiastas: si el procesador de su máquina no iguala o supera los 300 MHz, olvídese, compadre. Y eso es el mínimo. Lo bueno-bueno-bueno, según vayan apareciendo nuevas explotaciones de las nuevas posibilidades, será un procesador de un giga, con 256 megas de RAM y un disco duro más dilatado que la mar océana. En fin. No nos quejemos. A fin de cuentas, pasa igual en todos los mercados: siempre hay un vecino con la tele más gorda y más abigarrada. Lo único que podemos y debemos exigir de Microsoft es que no nos abandone a quienes no consigamos, por una razón u otra, «subir» al XP. En la medida de lo posible, Casa Gates debe seguir suministrando mejoras para las versiones anteriores de Windows (navegador, cliente de correos, gestor de archivos de sonido), o incluso, por qué no, actualizaciones intermedias gratuitas. Al fin y al cabo, nos lo debe usted, don Bill: la estrategia Bubka nos ha hecho invertir tantísimo dinero y tantísima paciencia en tantas nuevas versiones mediocres o insuficientes, que ahora le toca a usted compensarnos. Gracias de antemano. DIRECCIONES : La página del XP: http://www.microsoft.com/windowsxp/home/default.asp Otro punto de vista: http://espanol.lycos.com/wired/tecnologia/01/02/15/tec_3.html Un gestor de directorios y ficheros que mejora Windows: http://www.turbonavigator.com Para mantener al día los controladores: http://www.solodrivers.com Y, para variar un mucho, la Edad de Plata de la cultura española: http://www.archivovirtual.org/
78
214. NOS LA PUEDEN CORTAR Pónganse la mano en el corazón, señoras y señores (sí, sí: ese incordio que había a la izquierda del pecho, antes de que triunfara la Revolución Capitalista Total, marca registrada), y díganme: ¿podrían sus mercedes explicarme cómo funciona Internet? Si son ustedes unos cuatro millones, calculo que no llegarán a un par de docenas los capacitados para contestar a esta pregunta. La verdad es que ninguna persona normal —léase no especializada— sabe cómo funciona Internet. Puedo expresarlo con más dramatismo aún: las personas normales no sabemos cómo funciona nada. Somos usuarios y pare usted de contar. Usuarios del universo, del sistema solar, del planeta, del magnetismo terrestre…, del telemando. Nuestro ideal de vida, en efecto, es el telemando: se aprieta un botón y se produce un cambio más o menos apetecible. Y conste que no lo digo como crítica, ni mucho menos. Mal podríamos vivir si nos pasásemos el rato preguntándonos quiénes somos, de dónde venimos y por qué no se derrama la tinta de los bolígrafos. Pero es que el otro día, hablando con un analfabyto total, el tipo —drogacho de ignorancia— me plantó la pregunta en mitad de los tímpanos y me dejó en posición de escorzo egipcio y con ganas de silbar. Cómo funciona Internet. O cómo les diría yo. La columna vertebral del tinglado está formada por unos cuantos (la verdad: no he podido averiguar cuántos, pero son muy pocos) Network Service Providers, NSP, proveedores de servicio de red. Por ejemplo: Worldcom (www.worldcom.com/) Apex Global Information Services (www.telia.net) Sprint Corporation (www.sprintlink.net) PSINet, Inc. (www.psi.net) Earthlink (www.earthlink.net/). Los NSP son compañías de telecomunicaciones y transportadores de datos, proveedores de servicios inalámbricos, operadores de cable, etc., que venden ancho de banda y conectividad a los proveedores de servicios de Internet. Éstos, a su vez, constituyen una enrevesada trama de nodos zonales, en escalafón, que terminan en el proveedor individual, que en España es, para cada uno de nosotros, la compañía que nos permite meternos en la red mediante el simple expediente de darle un ratonazo al iconillo). La cosa, así contada, parece sencillita, pero sepan ustedes que hasta hay en marcha un Proyecto del Genoma Internet. En www.cybergeography.com/ encontrarán, además, toda clase de
79
mapas, casi to dos ellos desconcertantes, pero curiosos de ver. Tampoco se pierde el tiempo merodeando por www.ispworld.com/. Más o menos. No vamos a resumir en un artículo de folio y medio lo que normalmente se explica en gordos folletos. Lo importante es que se queden ustedes con la copla de que todo el tejido internetero remata en media docena de Grandes Proveedores, y que esos tales son todos… Adivinen de qué nacionalidad. Lo escribí hace tiempo, aquí mismo, y uno de ustedes me llamó esbirro del imperialismo yanqui. Lamento insistir, pero es que nada ha cambiado: Internet existe porque a los norteamericanos les parece bien, les viene bien, les resulta cultural y económicamente rentable que exista. Y nosotros salimos ganando con ello, porque tanta «generosidad» nos permite el disfrute de unos servicios que no podríamos pagarnos. No obstante, más nos vale ser conscientes de que nuestra dependencia de la red, cada vez mayor, nos pone en manos de los Estados Unidos, que no sólo podrían controlar todas nuestras comunicaciones —como ya hace el FBI con su programa de inspección permanente del correo electrónico mundial—, sino que están en condiciones de cortárnoslas en cuanto nos pongamos demasiado desagradables. Cortár-nos-las, dejarnos sin ellas, suprimírnoslas. A los europeos, a los rusos, a los chinos, a los zíngaros y al notario mayor de Madagascar. Hombre, yo no soy quién para dar soluciones, ni sé cuáles podrían ponerse, pero a lo mejor habría que hacer algo al respecto, ¿no? ¿O vamos a fiarnos de ellos para siempre? Bush existe. DIRECCIONES : Una página teatral excelente: http://www.lateatral.com/tablaizquierda.htm Clon del comandante Norton, gratuito: http://www.sourcex.co.kr/pgms/woosjung/ Museo de arte de ¡Intel!: http://www.artmuseum.net/ Día a día de páginas hackeadas. Muy interesante: http://www.attrition.org/mirror/attrition/index.html Más direcciones: http://librillo.blogspot.com
80
215. DOCE SO, DOCE Hay veces —demasiadas— en que no tiene uno perdón de Dios, como decían los antiguos. No era difícil vaticinar que el reciente artículo titulado «La vida va a mejorar» (sobre mis sinsabores windowseiros) provocaría una buena ráfaga de respuestas por parte de los lectores. Todas me ha resultado utilísimas y me han enseñado un montón, o me han confirmado conocimientos dudosos, pero una de ellas se lleva la palma de la excelencia. Gracias a Aunitz Giménez, ahora conozco el MSTBoot, un programa que ningún usuario de Windows debería ignorar. Estoy en la obligación de recomendárselo a ustedes. Ya. MSTBoot 4.2 —en versión española, para colmo de amabilidades— está en http://www.mstboot.com/es/ Vale 14 dólares y ofrece un periodo de prueba de 30 días. ¿Cuál es la gracia del programa? Ahí es nada: nos permite instalar un máximo de doce sistemas operativos distintos en un mismo PC. Es decir: MSTBoot lleva su cariño hacia nosotros hasta el extremo de, por ejemplo, permitirnos trabajar con dos versiones de Windows, una de trabajo, tranquilita, y otra de experimentación, para engorrinarla todo lo posible y borrar, ratonazo, ratonazo, y volverla a engorrinar, etc. También podemos, por supuesto, instalar otros avatares de Windows (incluso el 2000), Linux y Sun Solaris. MSTBoot sólo presenta un cariz antipático: en las instrucciones se omite un detalle fundamental. Vamos a ver si puedo explicarles a ustedes el asunto un poquito mejor, sin entrar en tecnicismos que nos ocuparían todo el artículo. Primer paso. Entendamos bien que cada sistema operativo requiere una partición distinta. Si tenemos dos discos duros y sólo necesitamos dos sistemas operativos, no habrá que hacer nada. De otro modo, tendremos que crear nuevas particiones por el procedimiento que mejor dominemos o que tengamos a nuestro alcance. Segundo paso. Instalamos MSTBoot donde nos parezca. (Por ejemplo: c:\archivos de programa\mstboot. A continuación, activamos SETUP.EXE. Tercer paso. MSTBoot crea un disco de inicio, según procedimientos automáticos en que prácticamente no intervenimos más que para meter un disquete en la disquetera. Este disquete incluye los controladores del CD-Rom.
81
Cuarto paso. Reiniciamos el ordenata con el disquete en la disquetera. Escribimos MSTBOOT.EXE [entrar] y se pone en marcha el «Bootmanager». Es, en realidad, un asistente bastante sencillo, que se limita a tomar nota del sistema operativo instalado en nuestro ordenador. Elegimos un nombre para el sistema operativo actual y no discutimos nada. Concluido el proceso, salimos del programa. Quinto paso. Reiniciamos con el disquete en la disquetera. Escribimos MSTBOOT.EXE [entrar]. Con el «manager» otra vez funcionando, abrimos EXTRAS y activamos HIDE WINDOWS (ésta es la parte que se saltan en las explicaciones). Luego abrimos BOOT SECTION y activamos PREPARE. Y por fin volvemos a salir del programa. Sexto paso. Instalamos un sistema operativo nuevo, o más bien añadido, siguiendo el procedimiento habitual, desde el CDRom (cuya disquetera estará accesible en DOS) o desde alguna carpeta del disco duro en que hayamos copiado éste. Cuando el instalador nos pregunte en qué directorio deseamos instalar Windows, no aceptamos el que nos ofrece (seguramente c:\windows.000) y le indicamos, por ejemplo, d:\windows. (Es decir: señalamos la letra del disco duro o la partición en que vamos a instalar el sistema operativo añadido. Nunca intente instalar un sistema operativo en la misma partición o letra que el anterior.) Séptimo paso. Una vez concluida la instalación del SO añadido, reiniciamos el sistema con el disco de inicio de MSTBoot. El programa nos ofrece entonces la opción de configurar el segundo sistema operativo. Le ponemos otro nombre (digamos Windows Limpio) y cumplimos con el procedimiento, muy sencillo. Al final, damos EXTRAS + UNHIDE WINDOWS y salimos del programa. Y ya está. Cuando arranquemos la próxima vez, MSTBoot se hará cargo de la primera fase y nos ofrecerá la posibilidad de activar uno u otro sistema operativo. Ya ven. No tenía perdón de Dios que ignoráramos este programa.
82
216. REMIENDOS VARIADOS Acéptenme sus señorías unos remiendos rapiditos pero imprescindibles, porque nobleza obliga. Uno. En varias ocasiones he llegado a proclamar (no sólo aquí, sino también en mi correspondencia con ustedes) que Windows Millenium es el peor sistema operativo jamás chapuceado por Microsoft. Ojo: no soy el único que se ha expresado con tanta repulsa y tanta rotundidad al respecto. Y, no obstante, debo precisar que Windows ME, instalado sobre limpio (no sobre una versión vieja y cascada del 98), me está funcionando mucho mejor y es más estable que los W9x. Algunas decisiones de los diseñadores han complicado tontamente los accesos a determinadas opciones, escondiéndolas bajo capas de menús, pero, en general —instalado sobre limpio, insisto—, sí es una mejora sobre sistemas operativos anteriores de la misma casa. Lo que ocurre es que ahora no tendría sentido gastar dinero en un cambio, porque dentro de unos meses saldrá el Windows XP, y vuelta a empezar. Dos. Muy recientemente les hice a ustedes un encendido panegírico del MSTBOOT (www.mstboot.com). No voy a desdecirme, pero sí debo poner más énfasis en las precauciones a tomar. a) No es un programa para novatos. b) No se pueden instalar dos sistemas operativos en la misma partición, de ninguna de las maneras. La ventaja es que teniendo dos discos duros, como tantos usuarios tienen hoy en día, la solución es sencilla. c) El programa se instala por defecto en el disco C, de modo que ¡ojo con mudarlo todo al sistema operativo nuevo, el que hayamos montado en D, quedarnos satisfechísimos y formatear el disco C! Lo digo porque yo estuve en un tris. d) Saquen varias copias del disquete de arranque de MSTBOOT y protéjanlas contra escritura... Tengan en cuenta, por último, que MSTBOOT nos permite hacer precisamente lo que recomendábamos en la enmienda anterior: instalar un segundo sistema operativo sobre limpio. Sólo con eso, ya justifica su muy menguado precio de 14 dólares. Tres. Y decíamos el pasado 13 de mayo: «[Para el usuario casero,] dicho sea con toda honradez —y con todo miedo, porque siempre le asusta a uno el hecho de dar opiniones tan descaradas—, creo que los demás antivirus tampoco son dignos de mucha consideración.» Bueno, pues recibo una muy amable lamentación con clarín de protesta: la representación en España de Norman Virus Control v. 5.0 (cuya existencia yo ignoraba) me
83
describe su producto y me ofrece la opción de probarlo gratis durante dos meses, dando por supuesto que entonces podré calibrar mi error en toda su magno tamaño. Como decía el Arcipreste, saber todas las cosas no es posible. Encontrarán el Norman en www.scc.es/. Conste que no se lo estoy recomendando a ustedes, porque no he probado el producto ni he encontrado ninguna información de terceros sobre él, pero puede que a alguien le apetezca echarle un tiento. Tres. Déjenme recordarles, también, mi entusiasta alabanza de los weblogs o cuadernos de bitácora como medios de expresión perfectísimamente adecuados a Internet y sus usuarios. Sigo pensando que el mejor y más fácil servicio de este tipo es el que ofrece Blogger (www.blogger.com, gratuito), pero será menester advertirles de que el simpático chiringuito padece cierta propensión a la avería —propia, no infligida al ordenador de los usuarios, habrá que añadir— y requiere algún conocimiento de HTML para su óptima explotación. A tal efecto, mencionemos un programa para ignorantes totales que está en inglés, pero se entiende, y que ayuda con gran primor: el TeachMeHTML (www.pinsoft.com.au). Más masticadito no se puede explicar todo... Por último, no se olviden ustedes de activar la opción Blog This que viene al pie de la página de SETTINGS. Sirve para poder incluir en nuestro cuaderno de bitácora el enlace a cualquier página web en que nos encontremos. Fácil, fácil. Láncense.
84
217. AQUÍ SE LEE Ramón Buenaventura http://www.ramonbuenaventura.com
[email protected] El vocablo está cobrando fuerzUSA en los últimos tiempos. Un ‘aliterate’ es alguien que sabe leer y escribir pero que «no está interesado en hacerlo», que prefiere otros procedimientos para acceder a la información. Guau, ¿no? ¿Cómo lo diríamos en castellano? ¿Deslector? Vamos a quedarnos con deslector, por el momento, mientras ustedes encuentran una idea mejor, y seguro que la encuentran. (Mi madre, refiriéndose a alguien que no leería ni su propio testamento, suele decir: «A ese le espanta lo negro».) El número de deslectores aumenta a tal ritmo, que hasta los más apresurados dirigentes empiezan a preocuparse. No leer es enterarse mal de las cosas y tomar decisiones sobre datos escasos, confusos y mal ordenados, adquiridos por procedimientos orales, resúmenes esquemáticos o presentaciones gráficas elementales (toda presentación gráfica es elemental: la imagen sólo vale para ilustrar las palabras, reforzarlas o enriquecerlas, jamás para sustituirlas). De hecho, estoy convencido de que el basto y vasto número de idiotas.com que han estado en un tris de cargarse Internet con sus delirios.com está integrado en su totalidad por deslectores acérrimos. Bueno. Pues me apresuro a aclarar que en este caso Internet lleva un poquitín de culpa, pero muchísima menos que la tele, la radio, las «pildoritas» noticieras, etc.. De hecho, Internet, en su aplicación positiva, nos fuerza a leer. Me explico. Hay una aplicación negativa de Internet, que es la búsqueda de datos rápidos, desnatados, poco profundos (cuando no erróneos), que uno se entrelee en pantalla, enterándose muy de prisa y muy poco, para salir del lance. También existe, sin embargo, la aplicación positiva de Internet, en la que incluiremos, además de la investigación profunda que puede hacerse de cualquier asunto, la comunicación entre los individuos. Dentro de unos años quizá no sea así, pero, hoy por hoy, en Internet comunicamos por medio de las letras, y ellos nos obliga a practicar dos actividades insólitas: leer y escribir. Han sido muchas las veces en que por correo electrónico me han escrito personas que hacían, en ese momento, el primer intento de comuni-
85
cación por vía alfabética de sus vidas. Mensajes prácticamente ininteligibles, no ya sólo por la infracción absoluta de toda gramática, sino por la pésima elección de términos y por la incapacidad para ordenar la expresión. Estos mismos comunicantes, semanas después, si les damos cancha, no digo yo que puedan presentarse a un concurso nacional de redacción, pero han aprendido a utilizar la escritura para contar y para enterarse de lo que se les cuenta. Ya no son analfabetos funcionales, pronto llegarán a abandonar, incluso, su propensión a la deslectura. ¿Soy demasiado optimista? No. No hablo a humo de pajas. En estos últimos años he sido abordado en los caminos de Internet por no menos de cuarenta o cincuenta mil personas. Tengo una lista de correos con 500 afiliados que «mueven» por encima de los mil mensajes al mes. Sigo de muy cerca mi foro de asistencia técnica, que se acerca ya a las 3.500 consultas insertadas... Es decir: sé como escriben los interneteros y me atrevo a certificar una mejora general fuerte y rotunda. Durante los siete años que pasé dando clases en una facultad universitaria pude levantar acta, en cambio, de lo contrario: un deterioro progresivo, brutal, descorazonador, de la capacidad de lectura y escritura de mis alumnos. Viva Internet, manque gane. Aquí se lee.
DIRECCIONES : Para averiguar el valor RGB de cualquier color: http://www.msearchcorp.com/Products/ColorPicker/index.ht m Fotos policiales de famosUSAs: http://www.attrition.org/gallery/other/mugshots/ Truco para reinstalar Windows: http://geo.ya.com/jcifitz1952/ Leer páginas web por adelantado: http://www.chez.com/cavemania/intellitamper/infos.php Para hacerse versión española de ZoneAlarm: http://www.aforo.com/pforos.asp?catid=10&idmis=59429&id grup=41862
86
218. P RISAS POR COBRAR Una cancioncilla cualquiera, de dos minutos y medio, comprimidita en *.MP3, se zampa más de 2.300 Kb. Un vídeo *.mpg de paupérrima calidad, salteado y a rachas, tamaño naipe (como mucho), gasta 10.000 Kb para dos minutos de grabación. Un libro de cerca de 300 páginas, de maquetación difícil y tipografía exuberante (hablo, ya que tan a mano la tengo, de mi última novela), pasado a formato Acrobat Reader y comprido en *.ZIP, se conforma con 1.136 Kb. (Pero advirtamos que este mismo libro, en formato .txt, sin adornos ni complicaciones, puro texto, no alcanzaría, comprimido, los 220 Kb.) Añadamos a estos interesantes datos un pequeño recordatorio: la velocidad de los módem no viene dada en Kilobytes por segundo, como nos inducen a creer, sino en kilobits. Esto es: un módem a 56K, como el que casi todo quisque sigue teniendo, NO envía ni recibe datos a 56 kilobytes por segundo, sino a bastante menos de 7 (siete) —y ello en condiciones paradisíacas, con una conexión de verdadero ensueño, es decir: nunca—. Apelen sus señorías a la aritmética, si les parece: la transmisión de la recién aludida peliculeja de dos minutos puede fácilmente rebasar los veinticinco minutos de conexión. ¿Me estoy explicando? Por eso hace tantísima falta la banda ancha, mismamente como la mar océana de ancha: para que los productores/distribuidores de imagen y sonido puedan acrecentar su negocio vendiéndonos películas y músicas en la Red. Por eso se ha terminado la era de la gratuidad en Internet: porque la humilde línea telefónica de los principios no vale ni puede valer para semejante transmisión de mercancías virtuales. Las cuentas no salen ni siquiera a la velocidad ADSL más elevada, que puede alcanzar unos 250 kilobytes por segundo y que cuesta un riñón y medio al mes: es un trote cansino, si lo comparamos con el peso en kilobytes de una película de 90 minutos a pantalla completa. Los usuarios, en cambio, podemos conformarnos perfectamente con las pequeñas velocidades, tanto para nuestras comunicaciones como para nuestras búsquedas de datos, incluido en todo ello el intercambio de archivos visuales, quietos o dinámicos, de calidad suficiente para nuestros fines, sin olvidar la videoconferencia casera y alguna que otra pieza musical. Será el Internet de los pobres. En realidad, nuestras necesidades (o puras ganas) de ín-
87
dole visual o sonora, incluida la información, están más que cubiertas por la tele, el cine, la radio, el vídeo: en los diez próximos años, la digitalización de todos estos medios acumulará tal oferta de películas y música, que ha de faltarnos el tiempo no ya para atenderla, sino siquiera para leer el catálogo y enterarnos de qué se nos ofrece. El llamado comercio electrónico, por otra parte, tampoco requiere banda ancha, porque su propósito fundamental y lógico es facilitar la operación de compraventa tradicional, sin inventarse peligrosísimos mercados nuevos. Es el comercio más agresivo, el de la gran ganancia rápida (y ruina no menos rápida), quien ahora tira del progreso, compitiendo con la guerra. No hay nada intrínsecamente malo en ello. Pero no olvidemos que, así las cosas, la necesidad de lucro enorme condicionará todos los planteamientos futuros. No es ya sólo que se haya terminado el periodo romántico de Internet, como todos sabemos. Es también que ya no podemos esperar de la Red las mismas maravillas bondadosas que tantos profetas optimistas nos anunciaron Fíjense bien en lo que les digo: no llegará a desarrollarse en plazo próximo ni siquiera la imprenta con encuadernación individual e instantánea, que revolucionaría el mundo del libro y de la cultura, poniendo el complemento necesario a la extraordinaria facilidad que para la difusión de los textos ofrece Internet. No sale suficiente pelotazo. DIRECCIONES : Diccionario latinoamericano: http://www.contenidos.com/biblioteca/diccionario/index.html Para mejorar el desfragmentador de Windows: http://www.powerdefrag.com/home.htm La página de Jesús: http://www.jesus.com/ Visor de fuentes instaladas en el sistema: http://users.pandora.be/eclypse/freeware.html Éstas y otras direcciones: http://librillo.blogspot.com
88
219. ¿C RISIS? ¿Q UÉ CRISIS? LOS GOZOS DE INTERNET Recordarán, los más venerables de ustedes, aquel vinilo (antes llamado LP) de Supertramp: Crisis? What Crisis? La foto de cubierta nos mostraba un solar gris y devastado, un horrífico fondo de chimeneas contaminadoras y, en primer plano, a todo color, un señorito en su tumbona, junto a un velador de terraza elegante, con su esterilla de playa y su transistor, bajo un quitasol amarillo procaz, británicamente feliz. ¿Crisis? ¿Qué crisis? Así nos sentimos los interneteros de pro, me parece a mí: orondos y gozosos, en mitad de un panorama gris nubarrón, entre los escoriales de los mercaderes tontos que nos tuvieron invadidos durante unos meses. ¿No me creen? Repasemos un poquitín la situación. Ahí tienen el correo electrónico —restaurador de los hermosos hábitos epistolares, sanador, en parte, del analfabetismo que imponía la televisión a sus feligreses—, cuyo triunfo es tal que ya todo el mundo se ha puesto una @ en la dirección y la utiliza profusamente. (Demasiado, en algunos casos. Alguien tendrá que convencer a los forofos del basureo publicitario de que así no venden un pajolero eurito. Alguien tendrá que decirles a los jefes de prensa de muchas compañías que el mejor procedimiento de ganarse el cariño de la gente no consiste en enviarle «documentación» de 500 KB en un archivo adjunto.) Ahí tienen los cincuenta mil grupos de noticias donde, al margen de los colorines weberos, millones de personas siguen ocupándose de sus ocios y negocios, con entusiasmo y gusto. (Que sus «ocios y negocios», muchas veces, sean delictivos o consistan, más que nada, en el abundoso intercambio de señoritas y/o señoritos fotografiados con las carnosidades al aire no envilece el extraordinario éxito del sistema, sino al contrario, quizá: cuanto mejor y más eficaz es un invento, más facilita el crimen y la frivolidad. Miren el teléfono y la tele, sin ir más lejos.) Ahí tienen la abundancia imparable, la variedad de contenidos, la pujanza tropical de las listas de correos, un recurso de Internet que nadie ha estudiado aún con el debido detenimiento, pero que, en conjunto, constituye un entramado libre de intercambio de información, ideas, sentimientos, etc., como no ha existido otro en la historia. Ahí tienen el crecimiento sostenido y comprobable del comercio electrónico natural y auténtico, es decir el que ofrece una vía
89
suplementaria, rápida y eficaz para la comercialización de verdaderos productos, no la venta de servicios y ocurrencias virtuales que nadie necesita. Ahí tienen el apogeo de las chaterías donde a todas horas del día y de la noche bullen decenas de miles de personas charlando de sus asuntos, en directo. (No es un sistema que goce de mis simpatías, la verdad, por su tendencia al blablá vacío y por el buen apoyo que presta a la proliferación de niñatos chulos cuyo modelo de vida parece ser el portero de discoteca pero tampoco puedo negar su popularidad como medio para establecer contactos, sobre todo entre la gente joven.) Ahí tienen ustedes... Sí, en efecto: ahí tienen ustedes un territorio inmenso, vivo, permanente, en el que cientos de millones de personas —6.689.000 con acceso a Internet, sólo en España— han establecido su segunda residencia (la virtual, si quieren) y donde hasta ahora sólo persisten dos fracasos notables. Primero, la incapacidad de quien corresponda para darnos a los usuarios, de una vez por todas, lo que verdaderamente queremos, es decir banda ancha abundante y muy barata. Segunda, la incapacidad de los timadores para sacarnos todo el dinero que ellos quieren meterse en la buchaca. ¿Crisis? ¿Qué crisis?
DIRECCIONES : La portada de Supertramp: http://supertramp.com/albums/crisis.shtml Listas de correos de acceso público: http://paml.net/ Grandes proveedores de listas de correos: http://es.egroups.com/ http://www.rediris.es/rediris/list/index.es.html http://www.elistas.net Plataforma informativa democrática: http://www.indymedia.org/ El futuro de nuestro mundo: http://attac.org/
90
220. A TORTAS CON LA POBRE MAQUINITA Sé que va a hacérseles cuajarones la sangre en las venas. Sé que la noticia provocará el despeinado estupor en más de un engancheta (también llamado geek). Pero, como decían los romanos, en ese idioma tan curioso que al parecer hablaban y escribían: dura veritas, sed veritas. Por dura que sea, la verdad es la verdad. (Lo sé, lo sé: he manipulado la frase.) Señoras y señores: un estudio efectuado por Novatech (Gran Bretaña) demuestra más allá de cualquier duda razonable que uno de cada cuatro ordenadores (¡25%!) es objeto de malos tratos por parte de sus dueños —o dueñas, aunque, la verdad, las dueñas, en esto de pegar, nunca nos han llegado ni al varonil tobillo—. No es una broma, no es uno de esos bulos que se propagan por Internet como triquitraques locos, no es una más de las mentiras que inventa la prensa papelera para difamarnos. Es un hecho: somos violentos y les pegamos a nuestras indefensas maquinitas. Tremendos golpes, además. Machaques de arriba a abajo, con los dos puños coléricos, contra el teclado (crac: seis teclas rotas). Sornavirones al monitor, que luego echa humo por sus delicadas ranuritas traseras. Patadas al cráneo de la unidad operativa, con el disco duro en funcionamiento, y adiós al fiel servidor... Los ordenadores son magia, porque no entendemos su funcionamiento, porque muchos de nosotros sólo logramos concebirlos atribuyéndoles una personalidad humana, y los muy incompetentes nos fríen los nervios, muchas veces. Debo confesar que, sin incurrir en la violencia física —que podría costarme un dinero cruel en reposición de material—, yo mismo he llegado a insultar ferozmente a mi pobre ordenador, tras algún cuelgue con las cosas a medio guardar. (Jamás lo he felicitado, en cambio, por un trabajo bien hecho: qué tiránico, ¿no?) Pero queda otro comentario por hacer: estos datos corresponden a la población británica. ¿Qué resultados obtendríamos si estudiásemos lo mismo en Expaña (sic: no es errata)? ¿Cómo reaccionamos los expañoles ante los programas mal traducidos y adaptados, las instrucciones en idioma incomprensible, la desesperación ante la imposibilidad de conseguir ayuda para resolver problemas nimios, la configuración incorrecta y apresurada de las máquinas recién salidas de tienda, la instalación «gratuita» de antivirus que caducan a las pocas semanas, la carencia de preparación de una gran cantidad (decreciente, lo reconozco) de co-
91
merciales informáticos...? ¿Cómo reaccionamos los usuarios expañoles de Internet cuando no es la máquina quien falla, sino la conexión, el correo electrónico (que, cada dos por tres, deja de reconocernos el nombre y/o la contraseña), la veeeeeeeeeeeelooooooooooociiiiiiiidad, el corte cuando estás a punto de terminar una bajada de 20 megas, el inane contenido de los soportales que soportamos (quien los soporte), la nula comprensión de Internet, lo que representa y para qué sirve observable en las autoridades y los guruxpertos que no tienen ni un cuarto de hora de navegación por la Red, la legislación hecha en plan perdigonada, a ver si le acierta a algo, la negligencia de tantas universidades e instituciones que deberían estar llenándonos de ofertas didácticas y no nos ofrecen más que periódicos murales sobre sus abigarradas actividades...? Aunque sólo sea por proteger a los míseros ordenadores ibéricos, cuya proporción de mal trato doméstico ha de andar por el 85%: ¿sería posible corregir alguno de estos problemas en los próximos años? Hagan un esfuercillo, gobernantes y gobernantas, responsables y responsablas, por favor. Escuchen a los usuarios, no a los guruxpertos. Salven nuestro parque de pececitos.
DIRECCIONES : Visor de fuentes: http://users.pandora.be/eclypse/freeware.html El periódico del arte: http://w3art.es/periodicoarte/ Para vigilar las nuevas instalaciones de software: http://www.epsilonsquared.com/ Google busca también en los grupos de noticias: http://groups.google.com/ Metarecontrabuscador: http://www.exploratorius.com/midden.html
92
221. MÁS PREGUNTAS FRECUEN TES Como bien saben ustedes, de vez en cuando repasamos, en esta columna, las preguntas más frecuentes que los lectores han hecho en las últimas semanas. Cuántos somos. Cuatro millones de españoles utilizan Internet todos los meses. (Y todavía hay quien no se ha enterado de por qué todavía hay quien cree que a Internet se accede por el glámur tecnológico, que es cosa de cacharrillos, maquinitas ingeniosas, inventitos fugaces, nuevos modos de conectar el microondas a no se sabe qué, estupendos sistemas para convertir la basura mental en oropel —la Nueva Alquimia, que, igual que la vieja, jamás ha funcionado ni funcionará—. Y no. Internet, como ustedes muy bien saben, es lo de dentro, lo que más no ha interesado siempre, aquí, las personas.) Pero no se crean la cifra, porque en realidad no hay modo fiable de medir la práctica internetera. Yo la llevaría, como mínimo, a seis millones, porque muchas cuentas son de utilización múltiple. ¿Llegan a su destino todos los mensajes electrónicos que se envían? ¿Recibe uno aviso del servidor cuando un mensaje no ha podido entregarse por alguna razón? Confieso que esta pregunta me ha emocionado: ¡qué santa ingenuidad! No, claro, no todos los emilios llegan a su destino. En mi experiencia, se pierden tantos como cartas del correo-tortuga, o sea poquísimos. Y no, no siempre nos avisan cuando el mensaje no ha podido entregarse. Ningún sistema es perfecto, ni siquiera éste, que es el mejor y más rápido jamás inventado para la comunicación entre individuos de la especie humana. ¿Es imprescindible tener instalado un cortafuegos como ZoneAlarm o Tiny Personal Firewall, por citar sólo dos? No es imprescindible, pero sí muy aconsejable, según los expertos más sabios. ZoneAlarm está en www.zonelabs.com y Tiny en www.tinysoftware.com/ Ambos se consiguen gratis. Y aquí hay un manual del primero en español: www.svetlian.com/Seguridad/zonealarm_pro.htm ¿Son tan peligrosos esos programas gratuitos que se cobran el servicio haciéndonos ver publicidad, como el Go!zilla, Eudora y otros mil más? No consta que ningún fabricante haya utilizado estos «espías» para malos fines, pero el caso es que los tales programas se ponen en contacto desde nuestro ordenador con otras máquinas, para cargar los anuncios publicitarios, y po-
93
drían recoger más información de la deseable. En todo caso, hay cazadores de espías que nos ayudan a librarnos de ellos: AdAware, en www.lavasoftusa.com/. Y páginas donde suministran muy cumplida información sobre el asunto, como www.spychecker.com/ Tengan en cuenta que si se cargan el sistema de «espionaje» se cargarán también el programa, en casi todos los casos. ¿Son malas y crueles las galletas o cookies que muchísimas páginas web clavetean en nuestro disco duro? No. Las galletas son archivos de texto que no pueden contener ningún ejecutable —ningún virus ni gusano—. Algunas, no obstante, nos asignan un identificador único, lo que quiere decir que quien nos puso la marca nos «reconocerá» cuando repitamos la visita. De ahí que AdAware denuncie las cookies de Doubleclick, por ejemplo, como «espías». Y la pregunta del millón (llevo años recibiéndola, y contestándola directamente, pero es la primera vez que la traspaso aquí): ¿me puede usted dar la dirección electrónica de Arturo Pérez-Reverte y/o Javier Marías? Pues no, claro: no puedo. La página oficial de Pérez-Reverte (hay decenas de sitios web no oficiales a él rendidos: búsquelos en www.google.com) es www.alatriste.inicia.es/ Una buena página dedicada a Marías es hispaportal.com/javiermarias/, pero también encontrarán ustedes otras muchas en Google. Sigan navegando.
94
222. Y MÁS RESPUESTAS , A MAYORES PREGUNTAS 1. ¿Es Internet un factor de desigualdad? Los adelantos tecnológicos ocurren en los países ricos, que también se adelantan en su aplicación. Ello ha dado lugar a inconmensurables desniveles en todos los ámbitos: carreteras, teléfonos, automóviles, sanidad, transportes, higiene... Pero ¿qué hacemos? ¿Prohibimos el teléfono, exigimos que en las maternidades occidentales mueran tantos recién nacidos como en las maternidades de Ghana, arrancamos el asfalto de las autopistas, desmantelamos Internet? ¿O nos empeñamos en vigilar la injusticia, procurar su erradicación, acosar a los todopoderosos para que achiquen la zanja cuanto antes? 2. ¿Es Internet una amenaza a las identidades culturales, o sirve para que las minorías se puedan manifestar mucho mejor que nunca? Sí: la comunicación entre grupos humanos es siempre una amenaza para las «identidades culturales». La única forma de mantenerse puro es no contactar con nadie. Hay un orgullo del aislamiento y un cultivo de la diferencia en las argumentaciones básicas de todos los nacionalismos y de todas las operaciones de limpieza étnica o cultural. En ese sentido, Internet sería una bendición de la Historia si de verdad facilitase el diálogo entre fanáticos y cerriles, entre campanarios y aldeas. Sí y no: Internet brinda un modo de manifestación muy barato y muy bonito y muy espectacular a todo el que sepa diseñarse una web y alojarla en algún hostal gratuito, pero el «valor de publicación» de Internet puede resultar casi nulo: hay millones de sitios que nadie ha visitado nunca, quitados su maestrepágina y unos cuantos amiguetes. Lo cual está muy bien — maravillosamente bien— para propósitos personales, pero no como plataforma con una abarcadura social. 3. ¿Estamos supeditados, por la acción de Internet, a un negocio electrónico basado en la globalización y la pérdida del individualismo? Vivimos supeditados a un negocio (sólo minoritariamente electrónico) entre cuyos objetivos básicos está el incremento constante del censo de compradores potenciales, hasta alcanzar, en el supuesto óptimo, el total de la población mundial. Las inversiones gigantescas de las sociedades mercantiles modernas reclaman gigantescos beneficios que reclaman gigantescas cifras
95
de ventas que reclaman gigantescas cantidades de consumidores. No es un dato que pueda modificarse a corto plazo sin revolución y guillotina. Que los consumidores pierdan el individualismo no está, e n cambio, entre los objetivos primordiales de las sociedades mercantiles. Viene a ser una «daño colateral». Pero la culpa no puede achacarse a Internet, sino a la condición ética actual del mundo. 4. ¿Debe Internet conducirnos a la tolerancia? Internet tiende entre los individuos un sistema de comunicación que podría traer cambios importantes. En Internet se forman grupos estables en los que faltan todos los factores físicos y sólo cuentan los mentales. Hay, además, un frecuencia de contacto superior a la que se produce en la vida normal («vemos» más a nuestros amigos de Internet que a los de la vida física), una mayor rapidez en el establecimiento de la intimidad, menos facilidades para la competencia violenta, mucha más libertad de expresión. Todo ello debería inclinarnos a una mayor tolerancia, pero es demasiado pronto para averiguar la influencia que estos comportamientos característicos de Internet, tan limitados aún en su ámbito, puedan ejercer en el comportamiento general. Y un último dato: todas las direcciones anteriormente dadas en esta página se encuentran en: http://www.geocities.com/ramonbuenaventura/librillo_03.html
96
223. SÍRVANSE Los interneteros vamos con la paciencia inflamada, siempre con los mismos problemas atados al tobillo, siempre con las mismas soluciones insuficientes a las más acuciosas y más crecederas demandas. Resolvamos hoy, por lo menos, un enojoso asunto: las dificultades de todo tipo que encontramos a la hora de enviar correos electrónicos, sea porque nuestro proveedor de Internet anda de conexiones caídas, sea porque tiene implantadas normas que impiden cruzar mensajes entre proveedores (puede usted escribir de dirección de Terra a dirección de Terra, por ejemplo, pero no de Terra a una dirección de Wanadoo). Solución: móntese usted su propio servidor, y tire millas. No es nada difícil. Hay un programita llamado ArgoSoftMail Server que funciona deliciosamente (es decir: ni se entera usted de que lo tiene instalado en el sistema, y come poquita RAM) y que, encima, es gratis, y que, para colmo, viene avalado por la Asociación de Internautas, en cuya página se nos suministran muy detalladas instrucciones de instalación. Puedo garantizar (y garantizo, qué menos, para eso estamos) que ArgoSoft lleva un par de meses abrochado en mi sistema y que sólo falla cuando falla la parte blanda del tinglado, es decir: yo servidor, que a veces me olvido de que los programas no funcionan si alguien no los pone en marcha... La dirección a que deben ustedes acudir es: http://www.internautas.org/article.php?sid=167 No dejen de servirse, que para eso está Internet.
97
224. NO NOSTRADAMUS Internet es un auténtico semillero de trolas, disparates, falsedades surtidas y posee una formidable potencia para hacerlas llegar a sus ansiosos consumidores. Unas horas después del bárbaro allanamiento de la skyline neoyorquina, empezamos a recibir mensajes de majaretas donde se nos explicaba que Nostradumus ya había previsto aquello: «Habrá un gran trueno en la Ciudad de Dios y dos hermanos quedarán divididos por el Caos mientras la fortaleza resiste, el gran caudillo sucumbirá, y la tercera gran guerra empezará cuando la gran ciudad esté ardiendo». La cita suena la mar de nostradamusera, en efecto —apenas se entiende y puede significar cualquier cosa—, pero, créanme, es más falsa que un profeta vestido de lentejuelas. Contra la tendencia a la patraña no hay más antídoto que el sentido común, robustecido por la cultura. Pero, además, Internet compensa sobradamente su tendencia al desatino con la enorme cantidad de información seria que nos ofrece. En los últimos tiempos, la mejora de los «buscadores» ha sido tal, que hoy en día nos basta con un poco de malicia en el modo de plantear la pregunta para encontrar inmediatamente cualquier dato que nos interese. Aunque todos, a estas alturas, utilizamos Google (www.google.com), déjenme mencionarles dos servicios recientes de este magnífico buscador que quizá no sean tan conocidos: la localización de imágenes (images.google.com) y la de mensajes de los grupos de noticias (groups.google.com). Más fantástico que Nostradamus.
98
225. L A CARNE ES DÉBIL La rebosante y eufórica libertad inicial de Internet desagradó profundamente, desde el principio mismo, a quienes siempre confunden cualquier alegría de los ciudadanos con el nefando «libertinaje». Ahora, tras el tremebundo atentado de personas desconocidas (en el momento en que yo escribo esto) contra las Torres Gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono, una de las primeras reacciones del FBI, con autorización del Senado, ha consistido en forzar la implantación de su programa «Carnivore» en los sistemas de los principales proveedores de Internet de Estados Unidos. Contémoslo sin escándalo: el Carnivore/DCS 1000, una vez instalado en un proveedor —inevitablemente, en todos los proveedores, porque bastará con la presencia de un solo «sospechoso» para justificar su uso—, capacita al FBI para: a) controlar la circulación de cualquier texto que se le antoje objetable, interceptándolo, borrándolo o alterándolo b) seguir todo el sistema de comunicación electrónica de un país o países y localizar «sospechosos», invirtiendo el orden legal de las pesquisas (primero hay que ser sospechoso y luego lo investigan a uno, no al revés) c) imponer sus normas de funcionamiento en materia de correo electrónico y contenido de las páginas web c) cerrar o cortar cualquier mensaje o página web que no cumpla sus normas, hasta el extremo teórico de paralizar por completo Internet. «Carnivore» significa carnívoro, claro.
Ramón Buenaventura, 1999-2001. Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier formato. El usuario de este archivo PDF, para Acrobat Reader ®, está autorizado a imprimir UN EJEMPLAR DE LECTURA para su uso personal, pero no a distribuir copias del mismo.
99