SECCIÓN DE OBRAS DE FILOSOFÍA
CLAVIS UNIVERSALlS
Traducción de EsTIIER COHEN
PAOLO ROSSI
CLAVIS UNlVERSALIS *
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SECCIÓN DE OBRAS DE FILOSOFÍA
CLAVIS UNIVERSALlS
Traducción de EsTIIER COHEN
PAOLO ROSSI
CLAVIS UNlVERSALIS *
El arte de la memoriá,y la lógica combinatoria de Lulioa Leibriiz
ii;.,·
':'>'>."
FONDO DE CULTURAECONÓMICA MÉXICO
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Primera edición en italiano, Primera edición en español,
1983 1989
PREF ACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN
Título original: Clavis Universalis. Arti della memoria e logica combinaJoria da Lullo a Leibniz © 1983, Societa editrice iI Mulino, Bologna
ISBN 88'15-00046-1
D. R. © 1989, FONDO DE CUL:".'~Ebrevis que presume de poder hablar durante una hora completa sobre un argumento cualquiera y de poder proseguir después por 20 horas hablando sobre el·mismo tema de manera siempre diferente, Descartes, que sin embargo está profundamente interesado en el problema, tiene la Las citas de los textos de Bacon y de Descartes se refieren respectivamente a: Oeuvres de Descartes, a cargo de C. Adam y P. Tannery, 11 vals., París, 1897-19'09'; The Works 01 Francis Bacon, a cargo de J. Spedding, R. L. Ellis y D. D. Heath,7 vols., Londres, 1887-1892, indicadas aquí con las abreviaturas Oeuvres y Works.
impresión de una locuacidad basada en una erudición libresca así como de una actividad destinada a despertar la admiración del vulgo y no el logro de la verdad. Esta "sospecha" cartesiana se transforma, 18 años más tarde y en las páginas del DiscursO' del método, en certeza: el arte de Lulio sirve para hablar, sin juicio, de 10 que en realidad se ignora más que para comprender verdades desconocidas o para transmitir verdades conocidas. Bacon había llegado a las mismas conclusiones en e! texto de 1605, traducido después al latín en 1623: el método luliano, que goza de gran fama entre algunos charlatanes, no es digno de ser calificado como método, aspira a la ostentación más que a la ciencia, hace parecer a los hombres ignorantes como seres doctos, basado en una caótica masa de vocablos, sustituye el conocimiento de los términos por el conocimiento efectivo de las artes, se parece a la bodega de un ropavejero en donde se encuentran muchos objetos, de los cuales ninguno tiene gran valor:
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Bacon, De augmentis, VI, 2, en Works, vol. 1, p. 669. No se puede pasar por alto el hecho de que algunos individuos, más presuntuosos que doctos, hayan trabajado con mucho esfuerzo en un método que no es digno de este nombre, siendo en realidad un método engañoso, que· sin embargo fue muy grato para algunos embaucadores. Este método está salpicado de cierta ciencia, de manera tal que un ignorante puede demostrar una erudiciÓn inexistente. Tal fue el arte de Lulio, y tal fue la Tipocosmia que alguien inventó. Uno y otra son sólo una masa de términos de todas las artes y hace que quien esté familiarizado con estos términos sea considerado como alguien que los conoce. Una masa de este tipo es buena en última instancia debido a la bodega del ropavejero, donde se encuentran muchos trapos viejos, pero ninguno de valor.
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Descartes, a Bee.ckmann, 29, 4, 1619; Oeuvres, vol. X, pp. 164-165; Discours (comp. Gilson), p. 17. Anteayer encontré en un hotel de Dordrecht a un erudito con quien hablé del ars parva de Lulio ... Era un viejo un poco locuaz y su cultura, extraída de los libros, estaba más en su boca que en su cerebro ... Tengo la sospecha de que hablaba más para lograr la admiración de los ignorantes que para alcanzar la verdad [ ... ] En lo que se refiere a la lógica, los silogismos y la mayor parte de sus otros preceptos sirven sobre todo para explicar a los demás las cosas que ya se saben o, también, como el arte de Lulio, para hablar sin ningún juicio de las cosas que uno ignora en lugar de aprenderlas.
La acusación de H ostentación" hecha a la combinatoria luliana adquiere, en páginas como éstas, un significado histórico de gran
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importancia: aquí se pretende atacar esa misma reducción del arte al plano de la magia, plano en el que habían insistido muchos comentaristas del siglo XVI. Esta acusación no era en realidad algo nuevo, pero sí es nuevo el significado que llega a adquirir en las páginas de Bacon y de Descartes, comprometidos en una dura polémica en contra de la tradición mágico-ocultista. La valoración que aparece en el texto baconiano de 1613,que podría relacionarse, quizá, con la que aparece después en el Discurso del método, parece tomada del mismo juicio de uno de los grandes comentaristas de Lulio que no había disimulado su simpatía por las artes mágicas, Camelia Agripa: De una cosa es necesario prevenir a ustedes: este arte sirve más a la pompa del ingenio y a la ostentación del saber que a procurar el saber; contiene mucha más audacia que eficacia."B Hasta aquí nos hemos referido a la combinatoria, pero también en relación con el ars memorativa de derivación "ciceroniana", la toma de posición de Bacon y de Descartes pueden ser confrontados de manera útil. Descartes no duda en definir como "tonterías" las conclusiones a las que había llegado Schenckel en un texto sobre la memoria, en 1595. En éste aparecían, al lado de los conocidos cánones del ars reminiscendi, las conocidas referencias a las fuentes aristotélicas y tomistas, a la medicina galénica, las referencias a Simónides, Temístocles y Ciro, a San Agustín, a Pico de la Mirandola, a Pedro de Ravena y al luliano Bernardo de Lavinheta.17 El autor de ese libro le parece, sin duda alguna, un "charlatán": a ese arte falso e inútil para las ciencias, le contrapone el conocimiento de las causas."8 La posición de Bacon no es diferente, si bien es mucho más rica en referencias: él no niega que cultivando la memoria artificial sea posible llegar a resultados maravillosos, ni tampoco afirma (como sucede vulgarmente) que las técnicas de la memoria puedan influir en forma negativa en la memoria natural. Sin embargo, la forma en la qué se utiliza el arte le parece estéril: sirve para hacer brillar el arte, pero carece de toda utilidad. Es posible ser capaz de repetir de inmediato, yen el mismo orden, un gran número de palabras recitadas una sola vez, así como componer un gran número de versos extemporáneos sobre un argumento cualquiera, mediante la educación de algunas facultades naturales que, mediante la repetición de ejercicios, pueden negar a niveles milagroC. Agripa,Opera, Argentorati,Zetzner, 1600, vol. n, pp_31-32. Cf. Schenckel,De memoria liber, Leodii, 1595, publicadonuevamenteen Gazophylacium artis memoriae, Argentorati,1610 (copiautilizada: Angeli-
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el ea, SS. I. 24). Sobre sus obras y sus relacionescon Leibniz,c:f. aquí en las pp. 276-277. . 18
Descartes,Oeuvres, vol. X, p. 230.
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sosoPero de todo esto --continúa Bacon- no nos interesa nada que no sea la agilidad de los equilibristas y la destreza de los prestidigitadores. No hay nada que tenga cierto valor entre los métodos y las sintaxis de los lugares comunes que me ha tocado ver -escribe Bacon-, los mismos títulos de esos tratados están afectados más por las escuelas que por el mundo real, las pedantes divisiones que utilizan estos autores no penetran de ninguna manera en la médula de las cosas."D 3. MNEMOTECNIA y LULISMO EN BACON y EN DESCARTES
a) Bacon El pasaje al que nos hemos referido tiene, sin duda, un tono de condena. Sin embargo, es necesario destacar de inmediato una cosa: en Bacon está presente la convicción de que es posible hacer, de las artes de la memoria, un uso diferente del tradicional. En vez de utilizar estas artes para ostentar el nivel prodigioso al que puede llegar una facultad, en vez de someter estas artes a fines charlatanescos, será posible utilizar estas artes en función de objetivos serios y concretos; será incluso posible mejorar y perfeccionar, con base en estos nuevos objetivos, las técnicas de la memoria. Hasta la fecha se ha investigado torpe y precariamente acerca de la memoria -escribe Bacon en el mismo capítulo del De augmentis (este pasaje no aparecía en el capítulo correspondiente del Advancement)-. No faltan los escritos dedicados a la ampliación y refuerzo de la memoria y, sin embargo, tanto la teoría como la práctica del ars memorativa podrían aún ser perfeccionadas· mediante la elaboración de nuevos preceptos.20 Un arte de la memoria perfeccionado en los métodos y renovado en las finalidades aparece como algo necesario en un doble terreno: en el de las "ciencias antiguas y populares" y en el método científico "completamente nuevo" de investigación sobre la naturaleza. Esta distinción entre las dos diferentes funciones o los dos diversos campos de aplicación del arte de la memoria aparece expuesta en un pasaje del De augmentis. En éste encontramos la distinción, frente a todos los teóricos de la mnemotecnia, entre memoria natural y memoria artificial. Sostener que en la interpretación de la naturaleza -escribe Bacon- puedan bastar las fuerzas brutas y naturales de la memoria sin que ésta sea ayudada mediante el uso de tablas ordenadas, sería como sostener que un hombre, sin la ayuda de un escrito y confiando sólo en la memoria, puede resolver los cálculos de un libro de efemérides. Pero dejando de lado 19 20
Bacon,Works, vol. 1, pp. 647-648,
Ibidem.
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la interpretatio naturae, que es doctrina completamente nueva, un sólido recurso de la memoria puede ser de grandísima utilidad, también en las ciencias antiguas y populares.21 En el prÓximo parágrafo 4 hablaremos de la función que desempeñan las ayudas de la memoria (ministratio ad memoriam) en la lógica baconiana y de la influencia de los tratados renacentistas de mnemotecnia en la construcción baconiana del nuevo método de las ciencias (la interpreta tia natume). Nos limitaremos por el momento a individualizar la herencia de las discusiones renacentistas sobre la memoria artificial en la parte de la investigación baconiana que se refiere a la lógica tradicional. Esta última, de acuerdo con Bacon, mantiene plena validez en el campo de l6s discursos, de las disputas, de las controversias, de las actividades profesionales y de la vida civil; la otra, la nueva lógica inductiva, es en cambio indispensable en el ámbito de la conquista progresiva de la realidad natural que realiza el hombre. La primera de estas dos lógicas, según Bacon, existe de hecho, fue creada por los griegos e inmediatamente y durante muchos siglos fue recogida y perfeccionada; la segunda se presenta, en cambio, como un proyecto o una empresa jamás intentada. La transformación de este proyecto en una realización efectiva presupone una modificación radical de la actitud del hombre en relación con la naturaleza, además de la transformación consecuente de las mismas definiciones de "filosofía" y de "ciencia". Pero en el ámbito de los objetivos que se propone la filosofía tradicional, la vieja lógica no se presenta como un fracaso. Bacon es muy claro en este punto: cuando se desee solamente cultivar y transmitir las ciencias, cuando se desee enseñar a los hombres a adherirse a las verdades ya declaradas y a hacer uso de ellas, a aprender el arte de inventar argumentos y de triunfar en las disputas, esa lógica funciona perfectamente, aunque necesite ser integrada y perfeccionada. Ahí donde se ocupa en las características de la nueva lógica, Bacon declara repetidas veces que no le interesan absolutamente, en ese momento, las artes populares o empíricas, ni pretende de ninguna manera que la nueva lógica pueda servir para realizar esos fines para los cuales se construyó la lógica tradicional. En las ciencias fundadas en la opinión y en los juicios probables, es decir, en los casos en que se trata de forzar no las cosas' sino la voluntad, el uso de las anticipaciones y de la dialéctica, afirma Bacon en el Novum Organum, es bueno (bonus), mientras que eso aparece como algo condenable desde el punto de vista de la nueva l6gica. La dialéctica en uso actualmente, se afirma aún en el prefacio a la lnstauratio magna, no es en absoluto capaz de "lograr la sutileza de la naturaleza", pero puede ser utilizada con eficacia en el "campo de las cosas civiles y de las artes que se refieren al discurso y a la 21
lbidem, vol. 1, p. 647.
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opinión". Sólo cuando se quiera triunfar, no venciendo al adversario, sino a la oscuridad de la naturaleza, cuando se quiera alcanzar, no cogniciones probables sino conocimientos ciertos y demostrados, no inventar argumentos sino obras, será necesario utilizar la interpretatio naturae que es infinitamente diversa de la anticipatio mentis o lógica ordinaria!2 En el ámbito de esta lógica ordinaria, las técnicas de la memoria realizan una funciÓn precisa. En el capítulo quinto del quinto libro del De augmentis, dedicado al ,ars retinendi, aparecen nuevamente y de igual manera los temas del ars memorativa "ciceroniana": la doctrina de los loei y de las imagines, la tesis de una necesaria "conveniencia" entre las imágenes y los lugares, el reconocimiento de la necesidad de representar sensiblemente los conceptos mediante imágenes y emblemas. El tema de una tópica a sistemática selección de lugares aparecía de nuevo en estas páginas: es común afirmar -escribe Bacon- que la selección de los lugares puede ser dañina para el saber; por el contrario, el esfuerzo necesario para efectuar tales selecciones siempre recibe una recompensa porque en el mundO' del saber no es posible llegar a resultados cuando se carece de la base sólida que da el amplio conocimientO'.Los lugares "ofrecen material para la invención y posibilitan un juicio más agudo permitiéndole concentrarse en un solo punto". Los dos principales instrumentos del arte de la memoria son la prenoción y el emblema. El primero tiene coma tarea el poner límites a una investigación que resultaría de otra manera infinita; además, debe limitar el campo de las nociones y establecer fronteras dentro de las cuales la memoria pueda desenvolverse fácilmente. De hecho, la memoria tiene necesidad, sobre todo, de limitaciones: el orden y la distribución de los recuerdos, los lugares de la memoria artificial "preparados con anticipación", los versos son para Bacon los elementos principales de estas limitaciones. En el primer caso, el recuerdo debe concordar con el orden establecido; en el segundo, el recuerdo debe establecer una relación específica con los lugares utilizados; en el tercero una palabra debe concordar con el verso. En la formulación de las imágenes, los lugares introducen de esta manera orden y coherencia, pero las imágenes, a su vez, pueden ser construí" das con facilidad recurriendo a los emblemas. Estos últimos "hacen sensibles las cosas intelectuales, y ya que lo sensible afecta más profundamente a la memoria, las cosas se imprimen en ésta con mayor facilidad". La función que desempeñan los gestos y los jeroglifos es del todo similar a la de los emblemas: los emblemas no 22 Para ver las diferencias entre la lógica ordinaria y la nueva lÓgica, ef.: Partis instaurationis seeundae delineatia et argumentum, en Works, vol. III, pp. 547 ss.; Distributia operis, en' Works, vol. 1, pp. ·135~137; praefatió generalis, en Works, vol. 1, p. 129; Novum Organum, 1, 26, 29.
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tienen, por lo tanto, una función limitada al sector específico de la memoria, sino que funcionan como verdaderos y propios medios· de comunicación. En el caso de los gestos, nos encontramos en presencia de "emblemas transitorios"; en el caso de los jeroglifos, nos encontramos en presencia de "emblemas fijados mediante la escritura". La relación gestos-jeroglifos es idéntica, desde este punto de vista, a la que existe entre lenguaje hablado y lenguaje escrito. Mientras que los jeroglifos, en cuanto emblemas, tienen siempre ,algo en común con la cosa significada (similitudo cum re significata), los caracteres reales o ideogramas no tienen nada de emblemático. Su significado depende sólo de la convención y del hábito a que han dado lugar. El carácter de la convencionalidad une los caracteres reales a las letras del alfabeto, pero los primeros, a diferencia de las segundas, se refieren de manera directa a la cosa significada, "no representan letras ni palabras sino cosas o nociones". Un libro escrito con caracteres reales puede, por lo tanto, ser leído y comprendido por personas pertenecientes a diferentes grupos lingliísticos, y por hablantes de diferentes lenguas que acepten como convención los significados de los diversos ideogramas.23 En efecto, las consideraciones sobre los gestos y los jeroglifos en el Renacimiento se habían relacionado con las discusiones sobre la memoria artificial. La profundización del problema de las imágenes había llevado a Giambattista de la Porta, en su Ars reminiscendi, a examinar este tipo de problemas. Una vez definida la imagen como "pintura animada que traemos a la imaginación para representar de esta manera un hecho como si fuera una palabra", Porta se encontraba frente a una grave dificultad: notaba que no es posible, en el caso de todos los términos lingiiísticos, la construcción de imágenes apropiadas ("las palabras que necesitamos para recordar otras tienen sus propias imágenes, otras no las tienen"). En el caso de términos que no simbolizan cosas materiales como "porque", "o", "tanto", etc., es necesario tomar las imágenes de la escritura; es decir, hacer corresponder imágenes apropiadas a cada una de las letras o grupos de letras que constituyen un término. En cambio, en otros casos es posible recurrir al significado y para esto resulta oportuno hacer el paralelo con los jeroglifos. Los egipcios, al no tener letras con las que pudieran escribir los conceptos ... y para retener más fácilmente en la memoria las útiles especulaciones . de la filosofía, descubrieron la posibilidad de escribir con pinturas, utilizando imágenes de cuadrúpedos, de pájaros, de peces ... cosa que hemos considerado muy útil para nuestras investigaciones, que no queremos otra cosa más que utilizar imágenes en vez de letras para poder dibujarlas en la memoria. 23 Cj .. Advancement 01 Learning, en Warks, vol. lII, p. 399; De augmentis, en Works, vol. I, pp. 648-649, 651-653.
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Otros significados, continuaba Porta, podrán ser expresados mediante los gestos ("podremos asimismo expresar con el gesto algunas significaciones de palabras"). Conclusiones de este tipo se encuentran en el Thesaurus artificiosae memorÚle de Rosselli (1579) y en el De memoria artificiosa libellus de Johannes Austriacus (1610) que, al igual que Bacon, había introducido los gestos y los jeroglifos en la categoría más general de los "signos".24 El tratamiento de Bacon resulta por lo tanto influido profundamente por una antigua literatura referente a los signos y las imágenes. Pero la plena aceptación por parte de Bacon de la gran herencia renacentista del ars memorativa resulta evidente en el Novum Organum (II, 26). En éste, no sólo se introducen los resultados "técnicos" a los que habían llegado los teóricos de la memoria artificial, sino que se enriquece el tratamiento utilizando anotaciones psicológicas y reglas nuevas: La naturaleza sobre la cual se investiga es, por ejemplo, la de la memoria, es decir, aquello que excita y ayuda a la memoria. El orden y la distribución son instancias constitutivas que claramente son una ayuda para la memoria, y lo mismo sucede con los lugares de la memoria artificial, que pueden ser lugares en el propio sentido de la palabra, como la puerta, el ángulo, la ventana y cosas semejantes, pueden ser personas familiares y conocidas, o cualquier cosa que se desee siempre y cuando esté colocada en un cierto orden, como animales y hierbas; pueden también utilizarse palabras, letras, caracteres, personajes históricos, etc., aunque algunos sean más convenientes que otros. Tales lugares ayudan mucho a la memoria e incrementan su capacidad mucho más allá de sus posibilidades naturales. De igual manera, los versos quedan impresos y se aprenden de memoria más fácilmente que la prosa. y de este grupo de tres instancias, es decir, el orden, los lugares de la memoria artificial y los versos, se construye una sola especie de ayuda para la memoria. Esta especie puede Hamarse correctamente interrupción del infinito. De hecho, cuando se intenta recordar algo o traer algo a la memoria, sin tener ninguna prenoción de lo que se busca, se medita y se yerra por acá y por allá casi hasta el infinito. Pero en cambio, si se tiene una prenoción segura, el vagar hasta el infinito se detiene de inmediato y la memoria no debe discurrir, ni irse lejos. En estas tres instancias de las que he hablado, la prenoción es evidente y segura: en la primera debe 24 CI. L'arte del ricordare del signar Gio. Battista Porta napoletano, tradotta da latino in volgare per M. DorandilW Falcone da Gioia, Nápoles,Mattio
Cancer, 1566 (Braid. 25.16.K.14-15): sobre la escritura de 10'segipcios,el cap. XIX, sobre los gestos, el cap. xx; C. Rossellius, Thesaurus artiliciosae memoriae, Venetiis, 1579, p. 117 v; Johannes Austríacus, De memoria artijiciosa libellus, Argentorati, Antonius Bertramus, 1610, p. 215 (copias utilizadas: Braid. B. XI. 4951; Angelica SS. 1.24). Sobre la egiptomanía y la difusión y la moda de las emblemas en la cultura de los siglos XVI y XVII, véanse las consideraciones ya planteadas en las pp. 125-126 Y las obras indicadas en la p. 126, n. 32.
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tratarse de algo que entra en un cierto orden; en la segunda debe tratarse de imágenes que tengan alguna relación o conveniencia con los lugares establecidos; en la tercera debe tratarse de palabras que forman un verso. De tal manera, el infinito se interrumpe. Otras instancias darán lugar a esta otra especie: todo lo que lleva un producto de la mente a impresionar los sentidos es una ayuda para la memoria (y este método es ampliamente utilizado por la memoria artificial). Otras instancias darán lugar a esta otra especie: todo lo que despierta fuertes sentimientos, lo que provoca miedo, sorpresa, vergiienza y placer es útil para la memoria. Otras instancias darán lugar a esta otra especie: todo lo que se graba en la mente pura o despejada, como lo que se aprende en la infancia o lo que nos viene a la mente antes del sueño o como lo que sucede por primera vez, se graba mejor en la memoria. Las relaciones con la tradición de la combinatoria son menos explícitas y, por lo tanto, difícilmente determinables. Bacon alude a Lulio sólo una vez, en una frase que, lo hemos visto, es de explícita condena. Sin embargo, algunos temas de su filosofía nos conducen de nuevo a esas sintaxis universales de procedencia luliana a las que hace referencia varias veces. El proyecto de una ciencia universalo filosofía primera o sabiduría (Scientia universalis, Philosop'hia prima sive Sapientia) diferente de la metafísica tradicional, se relaciona con la imagen luliana del arbor scientiarum, presente en el tercer libro de De augmentis. La primera se configura comO' "una física generalizada fundada en la historia natural" que mira, por un lado, a la determinación de las formas y, por el otro, a la determinación de las causas finales. La filosofía primera se refiere, en cambio, a la porción del árbol de las ciencias que es como una "parte común de la vía" que precede a la partición y a la subdivisión de las varias ramas del saber. Los axiomas que son comunes a muchas ciencias no son reducibles a simples semejanzas sino que remiten a signos y huellas de la naturaleza: El precepto que siguen los músicos, de pasar de los acordes ásperos
y de las disonancias a los acO'rdes dulces o consO'nancias,¿no es acaso
también cierto en lo relativo a los sentimientos? Y la regla de precipitar la cadencia, ¿no corresponde a la regla retórica de interrumpir la expectación? .. Los órganos de sentidO', ¿no son quizá afines a los instrumentos de reflexión, alojo al espejo, el oído a un instrumento cóncavo y angosto? No son sólo semejanzas, como podría parecer a . hombres de limitada comprensión, sino los signos y las huellas de la naturaleza que se imprimen en materias y sujetos diversos.25 25 En relación con el juicio ya citadO'de Lulio, cf. De augmentis, en Works, vol. 1, p. 699; sohre la filosofía primera, De augmentis, en Works, vol. 1, pp. 540-544.Sobre la distinción entre la filosofía primera baconiana y la metafísica tradicional, véase el juicio de F. Anderson, The Philosophy of F. Bacon, Chicago, 1948,pp. 214-215.
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A través de esa selección orgánica de axiomas, de la que Bacon lamenta su ausencia, sería posible mostrar la unidad de la naturaleza. Para concluir: la dura polémica baconiana en contra de los acróbatas de la memoria no incluye las técnicas de la memoria en cuanto tales, sino los intentos por reducirlas al plano de las artes ocultas y de la magia. Plegada a las finalidades más serias de la retórica, inscrita en la lógica de la persuasión, el ars memorativa conserva todavía una función en la nueva enciclopedia de las ciencias. El proyecto baconiano de una scientia universalis, mater reliquarum scientiar:um está dirigido, como hahía sucedido en la tradición luliana, a determinar una unidad del saber que tiene su justificación y su fundamento en la unidad del mundo.
h) Descartes En torno a las discusiones sobre las imágenes y sobre sus símbolos presentes en algunos textos cartesianos, se han escrito cosas muy agudas aunque no siempre históricamente exactas. A propósito de los pasajes del Olympica referentes a la representación de las "cosas espirituales" mediante cuerpos sensibles, un insigne estudioso de Descartes habló "de la idea aristotélica de filosofía que no está puesta a discusión"; otros, refiriéndose a esos mismos apuntes y tratando de captar "la resonancia interior y profunda", han visto en ellos la expresión de un hombre "que está en busca de la inspiración pura"; otros, por último, al referirse a la imagen cartesiana del árbol de las ciencias, han discutido ampliamente acerca de las razones de la elección cartesiana de la imagen de una realidad viva y acerca de la "circulación de la vida" presente en el árbol niismo.26 Si Se abandona el proyecto de seguir los pasos al sentido de resonancias interiores y se tienen presentes, en cambio, los resultados a los que habían llegado los enciclopedistas y los retóricas del siglo XVI, será posible aclarar (aunque se llegue a resultados más modestos) algunos textos particularmente oscuros y dar un sentido preciso a muchas de las afirmaciones del joven Descartes. Es necesario destacar de inmediato una cosa: la "condena" cartesiana de las artes de la memoria, a la que hemos hecho referencia en el parágrafo anterior (así como a la baconiana), es mucho menos 26 Cf. H. GClUhier, "Le refus du symbolisme dans l'humanisme cartesien", en Umanesimo e simbolismo, Atti del IV convegno internazionale di studi umanistici, Padua, 1958,p. 67; M. De Corte, "La dialectique poétique de Descartes", en Archives de Philosophie, XIII (1937), fascículo II: Autour du Diseours de la méthode, pp. 106-107;P. Mesnard, "L'arbre de la sagesse", en el vol. misceláneo, Descartes, París, Cahiers de Roy-aumont,1957,pp. 336 ss. Véase en el mismo volumen, en relación con estos problemas, el ensayo de M. Th. Spoerri, La puissance. métaphorique de Desoartes. Para un examen más amplio, ef. H. Gouhier, Les premieres pensées de Descartes, París, Vrin, 1958.
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tajante de lo que parece a primera vista. En un pasaje escrito entre 1619 y 1620, en el que se comenta y se critica el Ars memorativa de Schenckel, Descartes acepta la terminología y el enfoque del problema de la memoria presentes en los tratados de procedencia "ciceroniana"; no sÓlo atribuye a la imagjnación la misma función que le atribuían los teÓricos de la memoria artificial, sino que reco· nace que esta última, en cuanto tal, no carece de eficacia. Al Ars memorativa de Schenckel Descartes contrapone un verdadero arte de la memoria, del que ofrece las reglas fundamentales: Considerando con atención los útiles embustes de Lamberto Schenckel (en el libro De arte merrvoriae), pensé que fácilmente hubiera podido abarcar con la imaginación todo lo que había descubierto; y esto mediante la reducción de las cosas a sus causas. Y ya que todas las causas pueden, finalmente, reducirse a una sola, es claro que todas las ciencias no tienen necesidad alguna de la memoria. Si uno comprende las causas, gracias a la impresión de la causa, formará de nuevo en el cerebro todas las imágenes desvanecidas. Este es el verdadero arte de la memoria, totalmente contrario al arte de ese hombre confuso. No porque su arte sea ineficaz, sino porque no se basa en el orden justo y utiliza todo el papel que podría ser utilizado en cosas mejores. El orden justo consiste en lo siguiente: que se formen imágenes que se encuentren en dependencia recíproca entre ellas. Yo he inventado otra manera: que a partir de imágenes de cosas relacionadas entre sí se extraigan nuevas imágenes comunes a todas, o al menos que se extraiga de todas una sola imagen. Y no se considere sólo la imagen más cercana, sino también las otras, de manera que la quinta se relacione con la primera mediante una vara clavada en la tierra, la del medio mediante la escalera por la que descienden, la segunda mediante un dardo lanzado contra ésta, la tercera en alguna forma análoga, de acuerdo con un modo de significar verdadero o ficticio.27 En este proyecto de una nueva técnica de la memoria, Descartes tiene, evidentemente, una influencia de los resultados del ars reminiscendi. Algunas expresiones significativas que aparecen en esas páginas del diario conocidas como Cogitationes privatae se relacionan con estos intereses por el Arte, que no se agotan en el plano de la simple curiosidad intelectual. En estas páginas aparece de nuevo una doctrina estimada por todos los tratadistas de la memoria artificial: la relativa al uso de las imágenes corpóreas o sensibles en función de la representación de los conceptos abstractos o "cosas espirituales" : así como la imaginación se sirve de figuras para concebir los cuerpos, así el intelecto utiliza algunos cuerpos sensibles, como el viento y la 21 Descartes, Oeuvres, vol. X, p. 230. Sobre la escritura y las otras ayudas de la memoria, et. Entretiens avec Burman, París, 1937,pp. 8, 16.
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luz, para representar las cosas espirituales ... Las cosas sensibles nos pueden ayudar a concebir las cosas del Olimpo: el viento significa el espíritu, el movimiento con el tiempo la vida, la luz del conocimiento, el calor el amor, la actividad instantánea la creación.28 El hecho de que Descartes, en la madurez; llegue a rechazar todo simbolismo, no elimina para el historiador la tarea de encontrar los orígenes, ligados a menudo a temas muy "turbios" sobre una filosofía que se desarrolla bajo el signo de la distinción y de la claridad racional. En los mismos años en que inventaba una nueva técnica de la memoria, Descartes parecía anteponer los resultados de la imaginación y de la poesía a los de la filosofía y la razón; se deleitaba, como tantos "magos" del siglo XVI, en la construcción de "autómatas" y de "jardines de sombras"; se mantenía informado. ácerca del significado de los comentarios lulistas de Agripa; se interesaba por elordo Zooorum; 29 insistía, como lo habían hecho los comentaristas de Lulio, en la unidad y en la armonía del cosmos: "Una sola fuer;1'.aactiva, amor, caridad, armonía, está presente en las cosas ... Toda forma corpórea actúa por medio de la armonía." 30 No se trataba sólo de concesiones juveniles a una moda filosófica. Muchos años más tarde, en 1639, después de haber leído y meditado el Pansophiae Prodromus de Comenio, Descartes insistía aún (aunque rechazando como impracticable el diseñocomeniano) en el estrecho paralelismo entre un conocimiento "único, simple, continuo, reducible a pocos principios" y la "naturaleza una, simple y continua" respecto de la cual el conocimiento aparece como una "pintura" o como un "espejo" : Dios es uno y creó la naturaleza una, simple, continua, absolutamente coherente y conforme consigo misma partiendo de poquísimos princió pios y elementos. De éstos extrajo las cosas que son casi infinitas y, sin embargo, se. encuentran diferenciadas por un orden cierto y con 28 Descartes, Oeuvres, vol. X, pp. 217-218:"Ut imaginatio utitur figuris ad corpora concípienda, ita intellectus utitur quibusdam co-rporibussensibilibus ad spiritualia figuranda, ut venta, lumine: unde altius philosophantes mentem cognitione possumus in sublime to11ere.. '. Sensibilia apta concípiendis Olympicís: ventus spiritum significat, motus curo tempore vitam, calor amorem, activitas istantanea creationem." .. 29 "Mirum videri possit, quare graves sententiae in scriptis poetarum magis guam philosophorum. Ratio est quod poetae per enthusiasmum etvim imaginationis scripsere: sunt in nobis semina scíentiae, ut in silice,.quae per ratio~ nem a philosophiseducuntur, per imaginationema poetis excutiuntur magisque elucent" (Oeuvres, vol. X, p. 217). "On peut faire un jardin des ombres ·q1.Ú representent diverses figures, te11esque les arbres et les autres ... dans une chambre faire [que] les rayons dusoleil, passantpóur certaines ouvertures; representen! diverses chiffres ou figures" (Oeuvres, vol. X, p. 215)."Inquirebam autem diligentius utrum ars. illa noil consisteretin quodam ordine locorum dialecticorumunderationes desÚIlluntur;.. " (Oeuvres; vol.·X,p.165) .. 3.0
lbidem, vol. X, p. 218.'
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grados en los tres reinos: mineral, vegetal y animal. Es necesario que el conocimiento de tales cosas sea, a semejanza del· Único creador y de la única naturaleza, única, simple, continua, ininterrumpida, que conste de pocos principios (es más, de un principio único principal) del que dependan todas las demás cosas, hasta las relaciones individuales, deducidas con un orden muysabio;/De tal manera; nuestra contemplación de las cosas universales y delas cosas singulares es similar a la contemplación de una pintura o un espejo que representa, con absoluta exactitud, la imagen del universo y de sus partes.31 De cualquier forma que se valore el sentido de estas expresiones cartesianas, es cierto que el programa del joven Descartes -un hombre que todavía no ha"iomado partido sobre los fundamentos de la física"puede resultar particularmente cercano al programa de las sintaxis y de las enciclopedias lulianas de fines del siglo XVI: detrás de la multiplicidad de las ciencias se esconde una unidad profunda, una ley de relación y una lógica común. Una vez liberadas cada una de las ciencias de su máscara, será posible darse cuenta de una eatena scientiarum, en cuyo ámbito podrá retenerse cada una de las ciencias con la misma facilidad con que se recuerda ·la serie de los números: Actualmente, las ciencias están enmascaradas. Una vez desenmascaradas, aparecerían bellísimas. Quien vea la cadena de las ciencias podrá con facilidad retener en la mente las ciencias al igual que la serie de los rwmeros.32 El problema de la enciclopedia aparece aquí, una vez más, relacionado con el de la memoria. Encontramos de nuevo los mismos términos y conceptos -atribuidos a Descartes- en el Commentaire ou remarques sur la Méthodede R. Descartes de Poisson, mientras que en la primera de las Regulae Descartes afirma que la conexión que subsiste entre cada una de las ciencias es tan estrecha que posibilita el aprendizaje de todo el conjunto de las ciencias con mayor facilidad que si se tratara de cada una por separado; el lazo de unión y de recíproca dependencia entre las ciencias excluye que, en función de un aprendizaje de la verdad, se pueda escoger una ciencia particular: 31Descartes a Mersenne (1639) en Oeuvres, Supplément, pp. 97-98. La carta fue publicada anteriQormenteen Spisy Jana Amasa Komenskeho, Korrespondance, a cargo de J. Kvacala, Praga, 1897, p. 83. El libro al que Descartes hace .referenciaen una carta de .1639 (Oeuvres, vQol. n, pp. 345-348): "J'ai lu sQoigneusement le livre que vous avez pris la peine de m'envoyer... "era el Pansophiae prodromus de Comenio (cf. Oeuvres, Supplément, pp. 99-100,donde también se recuerda una carta de. Mersenne a Th. Haak en la que Descartes es considerado uno de lQosfilósofos más competentes para juzgar la obra de Comenio). 32Descartes, Oeuvres, vol. X, p. .215. Véanse en relación con este pasaje las observaciones precisas de R. Klibansky,The'Philosophic Character af History, en el volumen misceláneo Philosophy and History,Oxford, 1936, pp. 323-337.
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Es necesario creer que todas las ciencias están relacionadas de tal manera entre sí que es mucho más fácil aprenderlas todas juntas que separarlas unas. de otras. Quien desee seriamente busc.ar la. verdad, no debe escoger una ciencia én particular: de hecho, todas están unidas entre sí y son recíproc~mente dependientes.33 Si nos dirigimos a los textos del lulismo del· siglo XVII, a obras muy lejanas de la atmósfera "cartesiana", permeadas de magia y de ocultismo, tendientes a la fundación de la medicina universal y de la enciclopedia total y plenos de referencias a la. tradición hermética, encontramos la misma insistencia en la catena scientiarum, en la aparente multiplicidad de las ciencias, en la correspondencia entre un saber ordenado y una naturaleza armónica. El médico y mago Jean d'Aubry, seguidor y traductor de Lulio, al mismo tiempo que se defendía de la acusación· de operar de acuerdo con la magia, aludía a estos conceptos. A propósito de la catena scientiarulm, n'Aubry se remitía al comentario de Pico sobre la creación, que adoptaba las enseñanzas de la cábala: P. Poisson, Commentaire,
p. 73.
Existe un tipo de relación que desconozco que hace que una verdad lleve a descubrir otra y que basta descubrir el principio del hilo para llegar a otra verdad sin interrupción. Son estas, más o menos, las palabras de Descartes que leí en uno de sus fragmentos manuscritos: todas las ciencias están relacionadas y no se puede poseer una sola a la perfección sin. que se conozcan espontáneamente las otras y sin que se posea toda la encic1opedia.34
Jean d'Aubry, Apologie, 1638. Las partes del saber (que los tontos y los ignorantes llaman ciencias, como si existieran muchas) están encadenadas una con otra de modo que no es posible conocer la más pequeña sin tener un pleno conocimiento de todas. Esto lo muestran el H eptaplus, de Pico de la Mirandola, que trata acerca de los días de la creación y la Armonia del mondo de Paolo Veneto.35
El estudio de las relaciones entre el proyecto cartesiano de una "ciencia completamente nueva" 36y los intereses de Descartes (evidentes en las cartas a Beeckmann de 1618) por una matematización de la física es algo que vá~ más allá de los límites de este trabajo. Sin embargo, la comparación de estos dos pasajes puede mostramos 33Descartes, Oeuvres, vol. X, p. 361. 34P. Poisson, Commentaire Ou remarques sur la Methode de.R. Descartes, Vandosme, 1670, parte n, Oss. 6, p. 73 (el. Oeuvres, vol. X, p. 255) .. 35Jean d'Aubry, Le triumphe de l'archée et la merveille du monde, cit., edie. parisiense de 1661 (Vatie. Racc. Gen. Medicina.IV. 1347): Apologie contre cer.tains docteurs ecc.,.enapéndice, páginas no numeradas.. 36
Cf. Oeuvres, vol. X, p. 157.
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el carácter tan simplista de los intentos -varias veces repetidospor identificar la mathesis universalis cartesiana con una pura y simple extensión del método matemático a todos los campos del saberY La scientia nova debe "contener los primeros rudimentos de la razón humana y hacer surgir la verdad de cualquier sujeto"; esta es la fuente de todo conocimiento humano. El proyecto cartesiano, tan rico en complejos desarrollos, se había alimentado, al igual que Bacon, de un terreno histórico preciso: ese enciclopedismo de procedencia luliana que había empapado la cultura del siglo XVI y que llegará en el siglo XVII a su máximo florecimiento. En los comentarios lulianos de Agripa, en las Syntaxes de, Gregoire, en el Opus aureum de De Valeriis, en la Explanatio de Lavinheta, así como más tarde en la Regina sciel1tiarUln de Morestel y en los escritos de D'Aubry, las investigaciones estaban dirigidas a un "único instrumento" común a todas las ciencias, a una única "clave" o "sabiduría" capaz de garantizar una certeza absoluta y una verdad absoluta, de posibilitar soluciones infalibles, de proponerse' como regla de todo posible saber. La imagen, común a los dos filósofos, del arbor scientiarum se remonta a la gran difusión de estos textos, célebres y aplaudidos, varias veces traducidos y reeditados en los principales centros culturales europeos, así como al conocimiento directo o indirecto que tanto Bacon como Descartes tuvieron de estos textos. Su investigación -destinada más adelante a orientarse en una forma completamente diferente- acerca de una scientia universalis' o sapientia, madre, fuente y raíz unitaria de toda rama del saber, tiene también su origen en este campo: Bacon, De augmentis, III, 1, en Works, vol. I, pp. 540-541.
Descartes, Regulae, IV y Pref. a los Principes, en Oeuvres,
vol. X, pp. 373-374.
La división de las ciencias no es Quien haya considentdo atentasimilar a las diversas líneas que mente mi modo de pensar, verá se encuentran en un ángulo, sino con facilidad que aquí no he pena las ramas de los árboles que se sado en nada menos que en la unen en un tronco (que durante matemática común,pero que procierto tiempo, antes de subdivi· pongo otra disciplina de la que dirse en ramas, era liso y conti[las figuras y los números] son nuo). Es por lo tanto necesario la envoltura más que las partes. antes de considerar la primera di· Tal disciplina,de hecho, debe convisión, constituir una CienciaUni· tener los primeros rudimentos de versal que sea la madre de todas la razón humana y debe extenderlas otras y que pueda considerarse a las verdades que puedan exse, en el camino del saber, como traerse de cualquier sujeto. Para 37 Cf. por ejemploJ. Laporte,Le rationalisme de Descartes, París, 1950; pp. 8-10. Para una valoraciónmás exacta,A.,DelNoce;prefacioa la trad. it. de las Meditazioni metafisiche, Padua, 1949, pp. xxiii-xxiv.'
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una parte común del camino, antes de que los rumbos se separen y se distingan. Atribuimos a esta ciencia el nombre de FilosofíaPrimera o Sabiduría.
4.
LA INSERCIÓN
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hablar francamente, estoy persuadido de que esta sea más importante que cualquiera otra cognición que nos sea transmitida humanamente, siendo esa la fuente de todas las otras ... Así,toda la filosofía es como un árbol cuyas raíces son la metafísica, el tronco la física y las ramas que surgen del tronco son todas las otras ciencias.
DE LAS TÉCNICAS DE LA MEiVfORIA EN LA NUEVA LÓGICA
a) Las ayudas de la memoria en el método bacoiiiano: tablas, tópica, inducción
Al tener presente la doctrina ramista según la cual la memoria se presenta como una de las partes o secciones de la dialéctica, la 'clasificación baconiana de la lógica expuesta en el Adval1cement of Learning de 1605 y tomada nuevamente en el De augmentis scientiarum de 1623,adquiere un significado más preciso. La lógica comprende cuatro partes o secciones denominadas artes intelectuales: Tal división en cuatro partes se funda en fines y objetivos que el hombre se propone realizar. El hombre: a) el1cuentra lo que ha buscado; b) juzga lo que ha encontrado; c) retiene lo qué ha juzgado; d) transmite 10 que ha retenido. Estamos, por lo tanto: en presencia de cuatro artes:
1) el arte de la investigación o de la invención (art oi inquiry or
invention) ;
, 2) el arte delexainen o del juicio (art oi examination
ment);
or judge~
3) el arte de la conservación o de la memoria (art oi custody or
memory) ;
,
4) el arte de la elocución o de la comunicación (art oi elocution
or tradition).38
'
En esta clasificación, Bacon se remite, por un lado, a las tradiciorialesdivisiones de la retórica y, por el otro, a las posiciones ramistas; se separa de ambas cúando da al térinino "invención" un sig~ nificado mucho más amplio del tradicional, distinguiendo entre invención 88
de los argumentos
e i,nvención de las ciencias y de las
Advancement o{ Learning; en W oris; vol. III,-pp. 383·384; De augmentis,
en W orks, vol. I, p. 616.
,- ,
,
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artes. En este último seCtor, Bacon se enfrenta con las mayores deficiencias: mientras que la lÓgica tradicional es más que suficiente para la invenciÓn de los argumentos, es necesario proceder a una reforma del método científico ofreciendo al conocimiento un nuevo órgano o instrumentO' 39 para posibilitar al hombre la invención de nuevas artes (y, por lo tanto, el dominio de la naturaleza). La interpretatio naturae o la nueva inducción, expuesta por Bacon en el segundo libro del Novum Organum, es, por lo tanto, sólo una de las dos partes en las que se articula el arte de la invención que es, a su vez, una de las cuatro partes en las que se subdivide la lógica baconiana. La reforma de la inducción científica es, por lo tanto, sólo una secciÓn de esa restáuración general del saber que Bacon desea realizar. Cuando se movía en el plano de las "ciencias antiguas y populares" o en el de la "lÓgica ordinaria", Bacon -lo hemos vistohabía tratado de aclarar la funciÓn de la memoria y de las artes de la memoria en el ámbito de esa parte del ars inveniendi que se limita a inventar argumentos en funciÓn de la persuasión. Sin embargo, el problema del ars memorativa y de la función de la memo" ria en Bacon surgirá también en el ámbito de la interpretatio naturae o de la nueva lógica. Las consideraciones presentadas por Bacon en la Delineatio acerca de la diferencia absoluta entre la lÓgica ordinaria y la lÓgica de la ciencia no le impedirán remitirse, en el caso de la ministratio ad memoriam (que es parte integrante y constitutiva de la nueva lógica) a un orden de consideraciones muy similar al que se había referido en el plano de las "artes del discurso" o de la "lÓgica ordinaria", En el caso de los discursos y de la invención de los argumentos, las dificultades surgían de la presencia de una multiplicidad de términos y de argumentos. En el terreno de las obras y del método científico, las dificultades nacían de la presencia de una infinita multiplicidad de hechos. La doctrina de las ayudas de la memoria, expuesta en la Delineatio y más adelante retornada en el Novum Organum, es el resultado de una adaptación de las reglas que guiaban la invención de los argumentos y que constituían el arte de recordar y de disponer los argumentos a esta situaciÓn diferente. De acuerdo con Bacon, para realizar discursos coherentes y persuasivos, para inventar argumentos era necesario: 1) disponer de una amplia selecciÓn de argumentos (promptuaria); 2) disponer de reglas adecuadas para limitar un campo infinito y para determi· nar un campo de discurso específico y limitado (tO'pica). La tarea atribuida al arte de la memoria consistía en la elaboraciÓn de una técnica (basada en el uso de las prenociones, de los emblemas, del orden, de los lugares, de los versos; d~ la es:Padtia,:Civica.,G.' ,6377.).':'" '....'.\,t! ;"',"< :(!\',: ,; ~,P: Bayle, .Dictionnairehistoriqueet critiqUe,' Amsteidam,1740i";::~ ;:~:-'~'~:;~>Ú:~_~; ~ Á
'.
.', 2,3Traducido por R. L)' ,Sietlr ;de V assi,,!conseiller!idu" Roy;A : París:'!daris .'l'iinprímeríe d'Ant. CháInpeilOÍs;:1632'( cophi!utilizada::.Trív.,Mór', M:'.30'); \'\;",
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ENCICLOPEDISMOy PANSOF1A
ENCICLOPEDlSMOy PANSOF1A
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Parisiis, J. Gesslin, 1645-1646,3 partes en 2 vols.(copia utilizada: Angelica,SS. 6. 15)... 26 Ibidem, p. 527.En relación cO'nelregresO' de los mO'tivostradiciO'nalesde la mnemO't~cniaciceroniana, voonse, las. pp. 443-450. 27La obra de Ivo De París, Digestum qapientiae, inqoo habetur scientiaruín
tores y comentadOores más agudos y conocidos del Organon aristotélico, por un hombre que fue, además de insigne lógico jurista de gran fama, ameritaría un estudiOo muchOo más amplio. En cambio, será útil detenerse en un texto de 165-9 que tuvo inmediata resonancia europea y que gozó después de mucha suerte: el PharU's scientiarum, del españOolSebastián Izquierdo.28 Afirma Izquierdo que Aristóteles y Cicerón, Quintiliano y RaimundOo Lulio trabajaron a través de lOossiglos en la construcción del arte universal o "ciencia de las ciencias". Esta vieja aspiración de llegar a una "lógica primera" que pudiera iluminar, como un faro, el camino a los nave~ gantes en el mar de la sabiduría, ha encontradO' una expresión en la época moderna en Ja Sintaxis de P~dro GregOoire,en el Digestum de Ivode París, en la Cyclognomica de COorneliOo Gemma, y en el NovU'm Organum de Francis Bacon. Para llevar a término la obra de estOosautOores, es necesariO' darse cuenta de tres cosas: }la enciclopedia (la scientia circularis u orbicularis de los antiguos) no consiste en un agregado de todas las ciencias sino en una ciencia especial que abarca la totalidad de todas las ciendas, incluidos los principios de la mIsma ciencia especial o universal; 2} la lógica "parcial" de Aristóteles se sustituye por una lógica "íntegra" que comprenda, además del ars intelligendi perfecciona dar del intelectOo, el ars memorandi que ayuda a la memoria, el ars imaginandi y el (J;rsexperiendi que ayudan a incrementar ia capacidad de la fantasía y la de los sentidos externos; 3) la metafísica debe proceder con rigor demostrativo de acuerdo con el modelo de las ciencias· matemáticas: "si los metafísicos hubieran razonado de manera demostrativa actuando, como lOosmatemáticOos, con .base en principios evidentes, ya hubieran construido gran parte de la metafísica". Estas sugerencias cartesianas son más evidentes cuando Izquierdo ( después de criticar el arte de Lulio por la "barbarie" de su terminología, la insuficiencia de las combinaciOones binarias y temarias, la incaJ?a~ cidad de descender de los· términos universales a los particulares) identifica la combinatoria con un cálculo. Sólo la matematización del ,ars combinandi posibilitará la creación de ese único instrumento de todas las ciencias "mediante el cual se construye o puede crecer sin límites el edificio de la ciencia" ~ ' La idea de aproximar el Ars magna a los procedimiei:Ú:Oosde la matemática, asimilando la combinatoria en un "cálculo", será reto-
ooctw, fue publicada en París entre 1648y 1650.'Otra edición,más oonoeida, se public6.en Lyon en 1672.Cf. Carreras y Artau, La filosofía cristiana, cit. vol. II, pp. 297-298 ..G. Pace, L'art de Rayrnmul LuUiusesclO;ircy .. , divisé.en JV livres
tre otras, las consideraciones de G. Colli, introducción a la. versión italiana delOrganon, Turin, 1956,pp. xxv.. ,... " ..•................ . 2,~P. Sebastián Izqmerdo S.J.,PharusscientiaruTrlubi quidquidadcogrzi-
rum notitiam, sermones extemporaneos no va et expeditissima.24 En la edición pÓstuma de sus obras 25 encontramos, al lado de sus conocidos intereses por la retórica y el lenguaje, el interés por la lógica (via ad scientias) y la enciclopedia (scientiae et artes o.mnes ordine distributaeet .desumptae), el intento por reducir a axiomas los principios de todas las ciencias (axiomata philrosoprhica) y por trazar los lineamientos de una ordenación de los estudios. Las reglas del arte de la memoria de origen "ciceroniano" son retomadas por Frey y se inscriben -siguiendo las huellas de Lavinheta- en la temática del ars combinandi. La filosofía racional es lógica, dialéctica y arte de la memoria. La dialéctica ofrece la materia para la discusión así como los argumentos. La lÓgica ofrece las formas de la argumentación. La dialéctica es lulista, peripatética o ramista.26 La construcción de una axiomática de las ciencias (reducción·· de todos los términos fundamentales de cada una de las ciencias a los. principios de unacombinatoria refOormada), la determinación de las relaciones entre las diversas ramas del saber son, a su vez, los temas centrales del complejo Drigestum sapientiae (c. 1648) de Ivo de París y del gran Comentario. al arte luliano de GiuliOoPace, discípulo de Zabarella y prófugo en Ginebra, profesor en Heildelberg y en Padua.27 Este último texto, compilado por uno de los traduc24 La obra fue publicada en París (excudebat D. Langlaeus) en 1628. He utilizado la edición de 1647(Braid. W. Z. 8. 3). De Frey véanse el Compendium medicinae, :publicadoen 1646,y el Omnis horno, item amor et amicús, item Physiognomia Chiromantia Oneiromantia, París, 1630.Dieestos últirilos dos escritos y del panegírico compuesto por Gaffarel (Lacrimae S'acrae in obitum Iani Caecilii Frey medici, Paris, 1631)nos da infoI1113ci6n Thomdike, History of Magk: and Experimental Science, Nueva York, ColumbiaUniversity Press, 19158,vol. VIII, pp. 456457, 472~73.Véase además el Universae philosophiae
c011'1Jpendiumluculentissimum ad mentem. et methodum Aristotelis concinnatum, Parisiís,excudebat D. Langlaeus, 1633(Par. Nal. R. %52y R. 36568). 25 Jani CaecHiiFrey, Opera quaereperiri potuerunt in unum oorpus collecta,
omnium rerum divinarum atque humanarum nexuset
ad prima principia re-
9u. est .enseigné .une ...méthode ..qui f9urnit· grand. nOrñHrede termes universels d'attributs,'de propósitiotlset d'argÚmms pade rniJYendesquels on peutdis: courirsurtous sujets;>Paris; Julliot, 1619(Par. Nal. R.'42374eZ.19(07) ; Artis lullianae emendatae libri .[11' .Neapoli, ex typ. Secundini RoncalioJi,1631(Par. Nali!Rés;Z; 959).Sobre·el gran.comentarioaristotéliCQ.-:-InporphyriiJ sagogen el 'Aristotelis Organúm,commeritariu~ awyticus;Aureliae; 1605,-:"" véanse,en~
1
tionem humanam humanitus aoquisibilem pertin~t, ubertim iuxta atque§uc: GÍ1'lctepertractatur, Lugduni, sumprtibusC. Bourgetet M.,Liétard,.1659(copia. utilizada: Par.,Nal.E, ..·942-943) .Ct. Carreras' y Arta1,1; . La .filosofia, crlstkz.na, . cij.¡.X()l:II,' .pp. 305-~08;.p',R¡;nnón Cen,al,,'tElp', S. Izquierdo y su¡Pl1(Lrtis. scientiarum", filosofía,: I (1942),pp.127~154~ . , .. .. enl1~vistade -
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PANSOF1A
mada por Leibniz y será fecunda eniinportantes desarrollos. Pero en los años en que el joven Leibp.iz se interesaba en la "nueva" combinatoria, se trataba, contrariamente a lo que se ha pensado de una idea familiar. Por ejemplo, podemos'encontrada claramente formulada en los escritos del padre jesuita Atanasio Kircher,29 célebre por su maravillosa competencia en física yen arqueología, en filosofía y en egiptología, en historia y 'en teoría del lenguaje, autor, entre otros, del célebre Mundus subterraneus y de un tratado, igualmente conocido, sobre los misterios de los números.30 y es importante, para comprender un ambiente cultural, notar que la co.mparaCión entre el Arte y los procedimientos matemáticos y la eXaltación de 'la combinatoria de Diofanto ("Diophanti nobilis rnathematici ars combinatoria"), a la que se acercaba la combinatoria de Lulio, aparecerá no sólo en los escritos de algunos lógicos insignes como Izquierdo, sino en las obras de un hombre cómo Kircher, ligado en tantos aspectos a los temas' de la 'tradición hermética y de la sabidúría gnóstica, a los motivos de la magia y de la cábala y a las especulaciones sobre los mistena nÚmerorU/11J.A pesar de su densa retórica sobre el valor del método experimental y la defensa de la nueva ciencia, Kircher creía en las cualidades ocultas, en las '~simpatías" y en los poderes de 'la imaginación; reafirmaba la teoría de la generación espontánea, estaba convencido de la existencia de demonios que vagaban por las minas, estaba preparado, en todo momento yen to.da circunstancia, para subrayar los aspectos "milagrosos") Y "maravillosos" de la realidad. Cuando el emperadórFernandolII, durante las ásperas polémicas suscitadaseri Alemania por la apariCión del Pharus scientiarum de Izquierdo, apeló a la doctrina de Kircher para informarse acerca' de 'la utilidad real dél arte h.lliano y sóbre la posibilidad de una simplificación posterior, el jesuita álemán elaboró una reforma' complicada que se remontaba en gran parte al Pharus de Izquierdo.u Mientras retomabalas críticas de su predecesor, 'sin embargo, Kirchet· se interesaba preponderantemente en la construcción de las imágenes, en las alegorías, en la elabora.ción de figuras yde símbolos y en los 'misterios del,alfabeto .. 29 Sobre Kircher, cf. Carreras y Artau, ·La· filosofia cristiana, cit;; vol. lI, pp.309-3H ; ,L. Thorndike, History qf ..Magic, cit., vol. VII,pp. 567-518,;L. Couturat, Lldogique de Leibnii,' París, 1901;pp. 541-543; P. Friedlander, A. Kircher und Lewniz. Eili Beitragé zur'Geschichte der 'Polyhistórie iln XVII Jahrhunderts, en "Atti deHa Pontificia Accademia romana di archeologia", Rendiconti, 1937, .pagiÍlas 229-247.' ... , . :. 3oA. Kircher, Mun.dus subterraneus, AIllSte;lodámi,apud Jo~nÍl.ein"J~ss()o mum et: Elize'iln,1W~YéJ.:straten¡1664-169~;'Mit hrriologia sive de abditis numerorum'i11Iysteriis, Ronia)'1665/"'~'.Ci·':';"";";·'piÍi.('\ .. ;,"C;"',,
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LA CREACIóN DE UNALENGUAUNIVERSAL\ 2.
Las investigaciones dirigidas a la creación de una lengua "filosófica" o "perfecta" encontraron un terreno favorable en la atmósfera cultural que. hemos descrito brevemente. Las exigencias de claridad y rigor y los proyectos de una lengua simbólica se alimentaron también, sin duda alguna, del desarrollo de los estudios matemáticos, aunque sería una empresa desesperada sostener que las lenguas universales dependan o deriven históricamente de ese desarrollo. El "rigor" de las demostraciones matemáticas, el amplio uso de "símbolos" en matemáticas contribuyó, sin embargo, a réforzar la idea de que fuera posible, para los científicos, reducir su estilo a la "simplicidad matemática" de la que hablaba el baconiano Thomas Spraten su History of the Royal Society: El1bs han tenido la constante resolución de rechazar todas las amplificaciones, digresiones o ampulosidades del estilo; han querido regresar a la primitiva pureza y brevedad, al momento en que los hombres expresaban muchas cosas con un número casi igual de palabras. Han solicitado a todos los miembros de la Sociedad: un modo de hablar . discreto, sin adornos, natural; ..expresiones positivas, sentidos claros; una natural facilidad, la capacidad de llevar todas las cosas, lo inás cerca posible, a la claridad de las. matemáticas; 'una preferencia por el lenguaje de los artesanos, de los campesinos y de los comerciantes más que por el de los doctos.u A conclusiones
más precisas que las del mismo Sprat llegaban los estudiosos que habían tenido, al menos en parte, la influencia de las posiciones de Hobbes y que habían aceptado su definición de los "términos" como símbolos de relaciones y de cantidad, así como su concepción del lenguaje como "cálculo". Desde este punto de vista es típica la posición de Seth Warq, profesor de astronomía en Oxford, , que ve en la "escritura simbólica inventada por Vieta, mejorada por Harriot y perfeccionada por 'Oughtred y Descartes", el mejor remedio 11 la excesiva verbosidad de los matemáticos. De acuerdo con Ward, ese tipo de escritura puede extenderse a todo el lenguaje de modo que "puedan encontrarse símbolos para cada cosa o noción"; apropiados y tales qtiep.uedan eliminár toda confusión~ Con la ayuda' de la lógica y las matemáticas (by thehelpeof logick and matheinaticks), todos los discursos podránresolversé en enunciados (resolvedinsentences), éstos en palabras (words) y, yaque'las pala.bras significan nociones simplÉ~s o pueden.resolverse en ellas (either simple notions orbeing:resolvible iniosimplenotions), una vez lo. calizadaslas nociones'simples y una ,:vez que han sido asignados ;:Ios~síinbolos;a' elIás,séráposible' lograr:un .discurso rigurosamente '""',i-c"-'-'
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LA CREACIóN DE UNALENGUAUNIVERSAL .
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SÍMBOLOS LINGDÍSTICOS y SÍMBOLOS MATEMÁTIcdS
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demostrativo que sea capaz de revelar (y la aclaración es importante) la naturaleza de las cosas (the natures of things) : Un lenguaje de este tipo, en el que todo término sería una definición Y contendría la naturaleza de la cosa, podría denominarse, no injustamente, como un lenguaje natural, y podría realizar esa empresa que los Cabalistas y los Rosacruces' han tratado en vano de llevar a cabo cuando buscaban en el idioma. hebreo los nombres que Adán' había asignado a las cosas.U WiI1iam Petty, miembro de la Real Sociedad y gran precursor en los estudios de economía política, trabajó también, despues de la mitad- del siglo, para lograr una lengua universal compuesta por caracteres "incomparablemente más fáciles que los actuales", así" como en un Dictionary of sensible words que ofreciera la tenninología necesaria para el mecanicismo hobbesiano. "El diccionario del que he hablado -escribe' en 'una carta a SouthweII_ tenía como objetivo traducir todos los términos utilizados en la argumentación Y en las materias más importantes a otros términos equivalentes que fueran signa rerum et motuum." 13 También Robert Boyle, en una carta de marzo de 1647, había visto en el carácter inierlingiiís_ tico de los símbolos matemáticos una prueba de la posibilidad de construir una lengua compuesta por caracteres reales: Si el proyecto de un Carácter Real pudiera llevarse a efecto,' será posible restituir al género humano aquello que llegó a perder a causa de su orgullo en la época de-la Torre de Babel. y ,en verdad, dado que todas las naciones de Europa entienden de igual manera nuestros .caracteres aritméticos. " no veolaimposibiIidad de hacer con las pala~ bras -lo que habíamos hecho ya con los números. a Los mismos cultivadores del álgebra y de las matemáticas no ,fueron' ' ajenos a estas discusiones acerca del lengUaje, la escritura y los símbolos. Hemos visto ya cuáles fueron las opiniones sobre este argumento del astrónomo y matemático Seth Ward, pero' también en los escritos delmaÚ~mático John WaIIis el problema de los caracteres y de las notás que deberían utilizarse en el álgebra se presentaba como .un aspecto del problema más' general de los signos de las . cifras y de las escrituras.'Profunda~erite , interesado por el .
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12 Seth Ward, Vindiciae academiarurri, , Londies, ·1654,pp. 2O-21~ Cf. R E. Jones, en TheSeventeenth Century, cit, pp. 151~152. . '< . ,13 Cf. The petty Papers (ed. Marquis af Lansdowne), 2 vals.; Londres, 1927; .vol. I, pp. 150-151;Petty-Southwell Correspondence: 1676-1687 (ed. Marquisof Lansdowne), Londres, 1928,p. 324. Pero véase también el Advic,e to Hartlib, 'Londres, 1648,pp. 5 SS., en el que se alude al.problema' de los caracteresreales. .voL!; p.22.,del 19 de marzodeJ647 . , , en Works, a,cargo de T.'Birch, ,ea Cárta a Hartlib,
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' LA CREACIóN DE UNALENGUAUNIVERSAL
LA CREACIóN DE UNA LENGUAUNIVERSAL
arrollo histórico del álgebra, Wallis destacaba, en las páginas del De algebra, las ventajas de los characteres o las notae compendiosae de William Oughtred frente a la simbología demasiado prolija de Viete. En la Mathesis universalis de 1657 encontramos numerosísimas referencias al problema de la escritura en general y especialmente de la escritura oculta. En el Df loquela sive sonorum formati011Je,que antecedía a la Grammatica linguae anglicanae, Wallis se había detenido ampliamente en las cuestiones referentes a la gramática.y los sonidos. En el De algebra encontramos, alIado de un ferocísimo ataque a la incompetencia matemática de Hobbes y a sus "torpes paralogis~os", un amplio capítulo dedicado a ilustrar las ventajas que tienen para el matemático las técnicas dedicadas a reforzar la memoria.u 3. Los
GRUPOS COMENIANOS: LENGUA UNIVERSAL Y CRISTIANISMO UNIVERSAL
La influencia ejercida por las enseñanzas de Comenio en los proyectos de una lengua universal ha sido minuciosamente documentada.~6 Ningún libro dedieado a la lengua perfecta había apárecido en Inglaterra antes del viaje de Comeilio a Londres en 1641; des-' pués de ese año se da un verdadero y real florecimiento de estos textos. No se trataba de una coincidencia: Samuel Hartlib-que durante muchos años había estado en contacto con Comenio y que 15 El De algebra trtu::tatus historicus et praetieus eiusdem origines et progressus variosostendens aparece en el segundo volumen de las Opera mathematica, Oxoniae,ex Theatro Sheldoniano, 1695,3 vols. (coViautilizada:' Braid. C. xvn. 9.523,.1~3).Sobre Jos caracteres de Vit~te y de Oughtred, cf· las pp. 69-73.Para las re~erencias a la escritura que aparecen en la Mathesis uniyersdlis, sive arithmeticum opus integrum. tum philologiee tum mathematiee traditum, ef. en la misma ed. de las obras, el vol. 1, pp. 47 ss. En relación con' el ataqué a Hobbes, cf. Opera, vol. 1, p. 361 (pero sobre este argumento
y
sobre los numerosos .escritos antihobbesianosde Wallis, ef. G. Sortais,
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philos'ophie moderne depuis Bacon jusqu'a Leibniz, París, 1922,vol. n,pp. 289292),:sobre la memoria, véase el capítulodel "De algebra (en Opera, vol. n, pp. 448-450)que lleva por título De viribus menwriae satis intentae, experi. mentum: .La.primera edición de la Grammatica linguae anglicanae cui praefi. gitur de lÓquela sive sonorumformatione traetatus grammatied-rhysicus es
de 1653.Hecorisultado la cuarta ed.: Oxoniae, typis L. Lichfield, 1674(Braid. tt VI. 51). Sobre el WaIlis matemático, cf., además de los corrientes manuales .ciehistoTÍa delasmatemáti~as, J. F. Scott,Mathematieal Work of J. Wallis, L0IJ:dr:es, 1938,la obra gramatical ha sido eStudiada por M. Lehnert, Die Grami1iatik des J.iWallis, Breslau, 1936.vi .' ' .. :,16Cf.D. LStiffison,.!'Comeniusahdilie Invisible ColIege",én Isis, 1935, . pp:38J:388;Scientists and.Amateurs, Nueva York, 1946;B. De Mott; Comenius af¡,~tJ¡e,RealCharaéter'inBnglartd,cit.; sobre las. relaciones Comenio-Wilkins, ef. 11\ÍI:Spiúká,J. ckComenius,· U1ilt.·lnc01npárable Moravian, Chicago, 1943, págÍJjas72-75. "
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apareció a los hombres de su tiempo coma el defensor y difusor en Inglaterra de la obra comenianafue apasionado partidaria y editor de obras sobre la lengua universal. Hartlib publicó en 1646 la obra de Lodowick (A Common Writing); apoyó numerosos intentos por crear un vocabulario de lÚ's términos esenciales; mantuvo correspÚ'ndencia cÚ'n Boyle acerca de estos problemas y contribuyó a la publicación del Ars signorum de Dalgarno. En los escritos de Henry Edmundson (Lingua Linguarum) y de John Webster (Acadec miarum examen, 1654) encontramos referencias explícitas a Comeni o, mientras que John Wilkins, el más cÚ'nocido y célebre entre los teóricos de la lengua perfecta, fue ayudª-do y' estimulado por otro discípulo inglés de Comenio con el que tuvo fuertes relaciones de amistad: Theodor Haak. El mismo Comenio, al dedicar ~n 1668 ala Real Sociedad. su Via [ucis vestigata et vestiganda, afirmaba que la obra de Wilkins, publicada en el mismo año, representaba la rea~ lización de sus programas y de sus más altas aspiraciones. Exactamente en la Via lucis, que circulaba en una copia manuscrita en Inglaterra desde 1641, Comenio había retornado más ampliamente las observaciones de Bacon sobre los "caracteres reales". Los caracteres simbólicos utilizados por los chinos -escribíapermitén que hombres de diferentes lenguas se entiendan recíprocamente; si tales caracteres parecen ser algo. bueno y provethoso, ¿por qué no podrían dedicarse nuestros estudios al descubrimiento de un "lenguaje real", es decir, al descubrimiento "no sólo de una lengua, sino del pensamiento y de las verdades de las cosas mismas"? Si la multiplicidad de las lenguas . se deriva de la casualidad a de la confusión, ¿por qué no se podría, haciendo uso de un procedimienta consciente y racional, crear una lengua única que fuese elegante e ingeniosa y que fuera capaz de superar esa nociva confusión? Si tenemos la posibilidad de adaptar nuestros conceptos a:las formas de las cosas, ¿por qué ,na deberíamos tener la posibilidad de adaptar el lenguaje a expresiones más exactas y a conceptos más precisos? 17 El problema de una lengua universal es central en la obra de Comenio; la exigencia de una mayor precisión termin9lógica y de un lenguaje más claro, accesible y rigurosa están presentes sin duda en su pensamienta, pero en el fondo de su proyectÓ no existían,preocupaciones de "metodología" ; aparecían, en cambio, esas aspiraciones típicamente "religiosas" que habían encontrado expresión en los textos del lulismo y delneoplatonismo y e1f las ideas de una paci~ 17 En relación conla Vid [uds,que no logré ver en el textq'origi)1al,he utilizado la traducciórideE. T.. Campagnac:The 'Wayaf LightofComenius, \, Londres, 1938.Para el pasaje aquí citado'cf.1asprp. 186>-189: .
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
.ficación universal -con base en una lengua común-, sostenidas par panteístas, cabalistas y rasacruces. Será oportuno recordar, más que los textos de los lulistas, la fe de uno de los maestras de Comenio ,-Johan Valentin Andrea- en una mística armonía de las naciones (la respublica christianopolitana) realizable mediante un nuevo lt;~nguajeuniversal, y las observaciones de Jakob Bohme, un pensador muy conocido para Comenio, acerca de un lenguaje originario de la naturaleza (Natursprache) que ha sido. opacado por la confusión de las lenguas y que debe ser reconstruido y comprendido nuevamente para lograr la salvación del género. humano.18-"Tambiénpara Camenio -coma para los seguidores de Lulio y de Andrea-'- el lenguaje real o "la perfecta lengua filasófica" tiene dos objetivos fundamentaJes: 1) poner al hombre en renovado contacto con la armonía divina que está presente en el universo, mostrándole la plena coincidencia entre el ritmo del pensamiento. y el ritmo. de la realidad, entre las cosas y las palabras; 2) presentarse como la única base posible para lograr la plena m· conciliación del género. humano, y para llegar a una paz religiasa estable. Comenio había vista en la multitud y variedad de las lenguas el mayor obstáculo para la difusión de la luz y para la penetración de la pansofía en tados los pueblos. Cuando.se cree "una lengua absolutamente nueva, absolutamente clara y racional, una lengua pansófica y uriiversal,. sólo. entonces las hombres pertenecerán a una sola raza y a un solo pueblo". Pico y Sabunde, Cusano y Guillaume Pastel habían insistido. en la pax philosophica, en la concordia mundi y en la unidad del género humana, y. precisamente a esta tradición se remitían las esperanzas milenaristas de. Comenio. Sin embargo, y durante la Reforma, se había discutida ampliamente en los ambientes más diversos sobre la importancia y el significado de los desacuerdos de carácter termihológico, sobre la necesidad de una lengua común y sabre la Gportunidad de preservar los el~mentos comunes de la fe, abandonando. las vanas "disputas de palabras". No es ciertamente el caso de afrontar aquí un prúblema tan complejo, pero vale la pena -aunque sea con objetivos muy limitados- indicar algunas posiciones características. , William Bedel (157H642), que fue uno de los mayores defensores' del irenismo y de la coriciliaciónentreluteranos y calvinistas en' Inglaterra, atribuía un carácter sobre. todo verbal a las contro'versias entre l~ssectas y estaba profundamente interesado en los proyectos de Comenio y de los comenianosingleses acerca de una lengua universal. Pero también en los escritos' de los teóricos de
la lengua universal este interés religiaso aparece a menudo en primer plano. La lengua filosófica -afirma Wilkins- aclarará las actuales divergencias en materia religiosa y éstas demostrarán ser inconsistentes cuando el lenguaje sea liberada de toda, imperfección y equívoco. La eliminación de los equívocos lingtiísticos contribuirá ampliamente, de acuerdo cpn Cave Beck, al progreso de la religión en el mundo.. William Petty quiere traducir todos los términos utilizados en las argumentaciones a otros términos que sean signa rerum, ("traducir todas las palabras utilizadas en las argumentaciones y en temas importantes a palabras que sean signa rerum"), sostiene que existe una distinción entre términos significantes y términos carentes de significada, concibe todo el uso del diccionario en función de una clarificación de los términos de la vida religi'osa. Determinando el significado exacto de God y de devil¡ angel y world, heaven y hell, religion y spirit, church y christian, catholic y pope, se llegará a la conclusión de que las disputas y las guerras entre las diversas sectas están fundadas en divergencias terminológicas y que existe, en cambio, la posibilidad de un acuerda efectivo sobre las nociones y las cosas. También en el Ars signorum de Dalgarno encontramos una tentativa de este tipo, realizada medianteiun cOIÍlplicado sistema de división de los conceptos y de símbolos apropiados.19 En la History of the Royal Socit:ty, Thomas Sprat habla de una "filosofía de la humanidad" que supere las diferencias y las hOSe tilidades de carácter religioso: "dedicarse, no a,la fundación de una filosofía inglesa, escocesa, irlandesa, papista o protestante, sino a la fundación de una filosofía del género humano". No se trata sólo de la convicción de que la nueva "filosofía experimental" pueda hermanar a los hombres más allá de ··las separaciones políticas y de las diferentes convicciones religiasas; se trata también deja espe" ranza que la misma organización científica pueda constituir un.mela dio para lograr el restablecimiento deJa concordia mundi,de unidad religiosa y espiritual del género humano. D~ igual manera, Bacon había entendido la nueva ciencia: como instrumento de re. dención universal del pecado. origina1.20 Si se' renuncia. a proyectar nuestros problemas en el pasadÓ para atribuirlos a las hombres que escribieron a mediados del.sigIoxvII, será necesario darse cuenta de que .los proyectos de una ,lengua "perfecta" o '''universal'', sobre los cuales trabajaron hasta. el cansancio muchos estudiosos en aquellos años, se alimentaban de la
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..18Cf. J.V.Andreae,·Eama fraternitatis,J616,pp. 3, 12·13,cit. en B. De Mott, Comenius. andAhc RealChardi;tl;f"cit,/ p; ··.1070;.Jakob Bohme, Sammtliche Werk~,a cargo cÍex'W. Schiebler,Leipzig,J922,voLIV, pp,83 SS.'
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de la monumental Historia plantarum generalis (1686-1704) y uno de los más grandes científicos del siglo XVII, fue protagonista. Junto con Willoughby, Ray colaboró activamente en la obra de Wilkins elaborando una clasificación de las plantas que respondía a los objetivos y las exigencias propias de la lengua universal. De acuerdo con Wilkins, las tablas de la gran enciclopedia contenidas en el Essay Towards a Real Character and a Philosáphical Language no tenían en realidad una función meramente auxiliar. A su modo de ver,' las tablas, "sobre todo las relacionadas con los cuerpos naturales" deberían "promover y facilitar· el conocimiento de la naturaleza", es decir, contribuir de manera directa al· trabajo de investigación desarrollado por los miembros de la Royal Society. AL dirigirse al presidente y a los miembros'de la ilustre academia, Wilkinsafirmaba: "en las tablas he dispuesto las cosas en un orden que podrá ser aprobado por la Sociedad; en ellas podrán encontrar un método óptimo para la construcción:.de tina repository,que servirá, por un lado, para ordenar los conocimientos que ya sé ,poseen y, por el otro, para suplir las posibles lagunas". Las ambiciones de Wilkins iban a ser muy pronto. defraudadas, pero es cierto que su tentativa por crear una chisificación ordenada.YJcompletadebió interesar profundamente a todoS' los que se ocupaban en las ciencias de la naturaleza a la elaboración de clasificaciones referentes a los campos limitados, de la experiencia. Ha sido subrayado, con mucha agudeza, que Wilkinsseproponía hacer con las palabras lo que Un~ neo ,haría más adelante con las plantas: ~ .... ~ , .' El objetivo principal de estas tablas -escribía el obispo de Chesteres ofrecer una enumeraciónsufic:;iente de todas las. cosas y las nociones y, al mismo tiempo, disponerIas en un orden tal que elltigar asig,nado. a cada cosa. pueda :con,triblJÍr a la, descripción' de' su. na turáleza , iI?-dicando la :espeeie general y particular dentro de la .cual cada cosa está colocada, así 'como,la diferencia por la que ésa es distinta de las otras cosas de la misma especie.45" :,'L; ..
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era marginal; el insigne científico se someti6 a la ingrata tarea de traducir al latín todo el texto del Essay 41 para hacerla accesible a todos. La's divergencias con Wilkins surgían, sin embargo, 'en el terreno del' método y se referían a los aspectos mnemotécnicos de la lengua universal. . .En la elaboración de ~stas tablas -escribe Raya. IJster...:- no me es preciso seguir las órdenes de la naturaleza, sino adaptar las plantas al sistema mismo del auto,r. Debo dividir las hierbas en tres Clases que sean lo más posible igUales, subdividir después cada clase en diferencias; atendiendo a que las plantas ordenadas dentro de cada diferencia no superen determinado número fijo ... ¿ Quién, podría esperar que un método tal fuera satisfactorio? Éste parece absurdo y muy imperfecto; debo decir con franqueza que se trata d'e un método absurdo porque atribuyo más valor a la verdad que a mi reputación perso~al.48 ',' Wilkins, al igual que Ray, había pretendido que sus esquemas ¡'si_ guieran con exactitud la naturaleza de las cosas", pero, a diferencia de Wilkins, Ray consideraba muy difícil la posibilidad de hacer concordar, al menos en botánica, el alfabeto y la naturaleza, el .orden de la memoria y el orden presente en la realidad." Frente a las' difi. cultades de una clasificación de los animales y las plantas, esa abso~ luta regularidad de las tablas gue era esencial para el funcionamiento de la lengua perfecta entraba en crisis; los 40 géneros .'
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., Con' base en ésta; convergencia' de int~reses' y de problenias'seqio dé .hecho una cólab oración ,entre Wilkins, por un lad,o,":yWill6ughby YJ6hp. ,Ray, 'por eFotro; tá~ clasificacipriés de animales 'ypl¡iiitas que aparecen en' el EssayI;'son de hecho obras de esos' Científicos. Aéllos había recurridoeri:l666 el'Ínisino Wilkirispara poder inclUir en su texto,m1(1~'enumeración regular de todas las familias, de plan't~~,:y ,a.~i~áles'~;4,~:)~n: w~~r.é~ 4e~yj~9r ~é.l)pr9'yectode' Will,dns .no :.\,.:
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:'~.todoel apéndice ptenparticular las PJ!.458-459,.'(~n ad~~te abreviado () k) el número de los fa.ctores primarios que constituyen un predicado, se darán 2n•k sujetosposibles (la proposición tautológica "un intervalo es un intervalo" está comprendida evidentemente en este número)} , La característica, cómo ha señalado Couturat, no fue, sin embargo; inicialmente concebida bajo la forma de un álgebra o de un cálCulo, sino bajo la forrnade una lengua o escritura universatB El uso' XI del ars combinatoria consiste,' en efecto', para Leibniz en' la invención de una "escritura universal, es decir, inteligible para cualquier lector experto en cualquier lengua". Entre los textos de lenguáiuniversal de su época, Leibniz recordaba -basándose en laexpbsición de Schott- un escrito anónimo publicado en Roma en 1653 en el que "el método era obtenido muy ingeniosamente de la naturaleza de las cosas ;el autor distribuía las' cosas en varias clases. y cada. clac se estaba formada por un determinado número de cosas": 9 para designar un objeto cualquiera. bastaba indicar el niímerode la clase y el número del objeto. Las otras dos obras que Leibnizrecuerda son: el Character pro notitia linguarúm universali déJ. ' Becher{Francfort, 1661) y la Polygraphia nava etuniversalis ex oombinatoria arte detectadel padre Atanasio Kircher (Roma, 1663). Ambos textos están escritos sobre la base de un diccionario numé~ rico del tipo al que se ha hecho referencia a propósito'ddUniver~ sal Charax::ter(1653) dé Cave Beck. Se ha convertido' enlugarcómún en la historiografía lei~niziana 7 G. IV, 70-71 Y cf; Y.'Belaval,Leibniz, París, Vrin, 1952, pp.41-42;Coutu-' rat, 35-40;.y, para. una más :aIilplia exposición, F. Barone,. Logieajorma1e-'.f logica traseendentale da Leibniz ..a Kant, Turín, 1957, pp .. 5 ss.' .. 8Couturat,31.' ", " .. '.' , . 9 G. IV; 72 Y ej. Schott, Teehnica curiosa, Nuremberg, 1664; pp. 484,505. El autor del ArithmetieusnOmenelaror mundiha· sido ahora identificado ton el jesuita Pedro Bermundo o Verrnundo. Cf. A. Heinekamp, "Ars, characteris, tica undn.3, natlirliche Sprache bei Leibniz", en Tijdsehrift voar Fifa.s.ojie,!_~XXIV (1972), pp. 446-488 ... , .. ,
LASFUENTESDE LACARACTERíSTICA LEJBNIZIANA
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LAS,FUENTES.DE LACARACTERíSTICA LI\IBNIZIANA
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el contraponer el límpido, "científico".y coherente plano de una lengua filasófica creada par Leibniz a los "infarmales esbozos" o a las "vagas y canfusas"proyectas de lenguauniversalelaboradOoS por sus "predecesores"; En realidad, las cosas son de alguná manera diferentes (cuando no se atribuya a alguien la categoría de "precursor", para ahorrarle el trabajo de leer las obras ). Cuando Leibniz .formulaba su proyecto de lengua universal en la Dissertatio de arte combinatoria, él na conocía ni el Ars signorum de Dalgarno, publicado en 1661, ni, abviamente, el Essayde Wilkins, que se publicó sólo en 1668. En esos años, Leibniz cansideraba tadavÍa los caracteres de la lengua universal, siguiendo las huellas de Bacon y de Kircher, coma ~aracteres de la lengua universal campuestos "de figuras geométricasy de. pinturas del tipa que un tiempa utilizaron los egipcias y que aharason utilizadas por los chinos; pinturas que na canducena ,'un determinada alfabeto, a a.letras, lo que provoca una gran aflicción a la memoria".10 Las reservas que mastraba a prapósita de la abra de Becher ..eran, por otra parte, muy similares a las que formulará, independientemente de Leibniz,el mismo Wilkins: la ambigtiedad de los términas que en diferentes lenguas tienen diferentes significados; la imposibilidad, dada-la falta de sinónimas exactos, de una, correspondencia precisa entre 10stérminÓs de dos lenguas; la imposibilidad, dada la diversidad de las reglas sintácticas, de una pura y simple traducción de lOostérminos, una después del atro ; en fin, la dificultad de retener en la memoria las números correspondientes, no sólo a las clases sino a cada uno de lÓs objetos pertenecientes a cada clase. Una escritura a lengua universal que quisiera evitar estos peligros debería basarse en un análisis completa de las conceptos y ensu.reducción a los términassimples.11. AUnicio de 1671,Leibniz leyó el Ensayo sobre los caracteres reales de Wilkins y,probabl~mentealmismo tiempo, el Ars signory,rn' de' GeorgeDalgarno. Su entusiasmo por la obra de Wilkinsy ,su desea de ver. el En~ayo traducido al latín y difundido en Europa resultan; despuésde.io que hemos dicho, plenamente justificados. En e1Essay yen el Ars signorum había encontrado,la tentativa (al menos ,en parte realizada) ---;-iniciadapar él mismo en la Dissertatia::--de elaborar una lengua universal que fuera también "artificial" y "fih sófica"ies decir, creada no sobre la base de, una correspoIldencia entr~ diccionarios,sino sobre la' base de una clasificación de los conceptas. Las críticas de Leibniz a D~lgarno y a Wilkins sm;g;irán, como hemasvisto,. sólo enlosañ()s d~;s:\lestancia. en París. En ,una nota anexa a su ejemplardelArs signoruni'y en un;i'cartaaOlden~ burg ( escrita desde París), Leibniz criticaba a los' dosau toá~s inglesesafi.rmando que ,en vez de yrear una lenguá verdadéramente"filo~ ..
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sófica", es decir, capaz de indicar las relaciones lógicas entre los conceptos, se habíanpreocupado por crear una lengua que pudiera facilitar el comercio entre las naciones. ,La lengua internacional -agregaba Leibniz- es sólo la más pequeña de las ventajas que ofrece la lengua universal: ésta es antes que nada un instrun1enlum rationis.12 Pero Leibniz no se alejaba mucho de las posicionestradicionales en el modo de concebir la lengua universal (el término característicar,eal, a menudo, utilizado por Leibniz, proviene de manera evidente de la terminología baconiana retornada por Wilkins). .Desdeeste punto de vista, algunas de sus afirmaciones parecen particu,larmente significativas ..y sirven para ".mostrarnos la cercanía' de algunas de sus tesis con.1as que.sostenían los teóricos ingleses ctela lengua artificial :.... 1) La lengua universal o característjca real.es el resultado de un sistema de signos que "representan directamente .1ospensamiel1tos, no las palabras", y que pueden ser ,por lo tanto leídos y comprendidos sin importar la lengua que. en realidad se,habla.13 ....2) La creación. de una.1enguá universal c0'incidec.on la de una escdtura universal: "no. importa si' sólo. queremos elaborar una'.escritura .universal, .0 también una lengua universal; de' hecho,es fácil producir ambas con,.la misma obra".ú ' i 3) A pesar de declarar e:xplícitamente su deseo dea1ejarsyde la tradición, Leibniz ve en los jeroglifos egipcios,en los car,=\ctereschinosy en los signos utilizados por l()s químicos l0's ejemplos de una característica real: "Reconozco que los jeroglifos de los egipci0'sy .de los chinos y,entre nosotros, las notas de los quí:tnic6ssoD:ejemplos de una Característica real: corno la que han est1907, pp; 11-2&., En ,relación,c;on'laforma'en
que CouturatretorrJ.aest~ tymas\leibniziaJ?:0s~cf.'fDesrapport~,de la' ,logique et.de la,ling\listiqll~.aansJeproblemede Ialangue internationaJe";en'Atti del IVCongresso ,intefnaz~onale di filosafia; :Bolonia,1911,voLTL' '
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LASFUENTES'DELACARACTERíSTICA' LEIBNIZIANA
y simples que componen. el alfabeto del pensamiento. Pero para establecer este alfabeto, se necesita un inventario de todos los conocimientos humanos; es indispensable disponer de una e~lopedia en la que se clasifiquen todas las nociones en el ámbito de un sistema unitario y, por lo tanto, puedan ser conducidas nuevamente a un número limitado de categolias fundamentales: La' caraCterística que me propongo elaborar necesita sólo de una especie de nueva enciclopedia.La enciclopedia es un cuerpo en el que se ,sistematizan en orden los conocimientos humanos más importantes. Una vez elaborada la enciclopedia de acuerdo con el orden' que me' propongo, la Característica estará casi totalmente lograda.25 En una serie muy numerosa de esbozos, fragmentos, planos, capítulos o secciones ,presentadas corno provisionales speximina, Leibniz, al dirigirse a las sociedades' y las academias, a los príncipes y a los soberanos, fue elaborando durante toda su vida el proyecto de una enciclopedia universal que no fuera simplemente una clasificación aun balance de los conocimientos ya adquiridos, sino que tuviera un valor "demostrativo", es decir, que sirviera de guía para la investigación científica en acto.26Los testimonios del mismo Leib'llizsobre 'las "fuentes" de varios de estos proyectos aparecen como esenciales. Eri la Nava methodus iurisprudentiae encontramos refe. rencias a,Lavinheta, a quien se le reconoce el mérito de haber disc tinguido esos térmirios jurídicos fundamentales mediante los cuales podrá 'elaborarse la tabla enciclópedica del derecho.27En una carta de 1714, refiriéndose a los años de Juventud, Leibniz hablaba de la influencia que recibió del Digestum sapiel1tiae de 1vo Paris?8 Leibniz volvió varias veces a la obra de Alsted, al que ya había recordado en la Dissertatio de 1766 por sus' escritos lulianos; en 1681 hablaba de él con' admiración, 10 años antes había dedicado un breve escrito ,a mejorar y perfeccionar su gran enciclopedia.29 Aún mayor en su deudacconComenio: "mi propia enciclopedia no difiere en mu'chode la-de Comenio"; Leibniz había tomado de Comenio la tesis (de importancia central) de la identidad sustancial entre la lengua'universal y la enCiclopedia.30 ' 25G. VII; 40. , >'~6 Sobreercarácter demostrativode la enciclopedialeibniziana, cf. las útí- _ les'precisionesque aparecenen el,ensayo.de R. Me; Rae,"Unityof the Sdences:Bacon, Descartes,Leíbniz",en JOurnal Of the History a¡ Ideas, 1 (1957), ·páginás27-48 .. ,,27L. Dutens,.G.G. Leilmitii Opera Omnia, 6 voIs.,Genevae,1768,vol. III, páginas156ss. {,',28,Op.561y, cf., Carreras'y Artau,'.La filo~ofia-cristiana, cit., vol.II, p. 321. ,~.G. IV, 62;.G. VII, 67; Cogitata quaedam de ,rati6ne perficiendiet emendá~di'Ericyaov,aedi~:Als.tedii~ _e~DlltellS, 'Leihr1,iti(Opl}ra, c~t,'.voI.y,p. 183; cf,·"Op. 35f355 ...,-.," ,;:¡ ,.", ",' ',' ¡; "",,'':;::,,,,' , 80, Cf.CarrerasyArtau,:La,filosofiacristiano., cit.,vol.1I,,p~32(); , Cout1ll:át, 'u'
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En' fin, en los es,critos 16r.-: 16v. apartX:e un; amplio resumen analítico del Simónidesredivivus sive ars memoriae etoblivionis de AdamBruxius(Leipzig; 1610);P~roalladode' exposición de 1 que le da en cambio la existencia,:ya que, más que nada, esas mismas posibilidades o ideas de las. cosas coinciden con el mismo Dios. Siendo Dios mente perfectísima¡ es imposible que él mismo no se encuentre afectado por la armonía perfectísima ... 4" Temas comó estos aparecen de nuevo y con amplitud mucho mayor en esa serie de escritos que se remontan a los años 1675-1676 y que 1. Jagodinski ha récogido y public¡ldo en 1913,46a propósito de los cuales podría decirse efectivamente junto con Rivaud que "el principio de' armonía fue el centro. alrededor del cual' se fueron cristalizando todas las ideas de' Leibniz, y este principio, parece ser desde el comienzo, no una simple ley lógica sino una necesidad estética y moral" .47 En los Elementa philosophiae arcanae no encontramos sólo la afirmación ..de ' que "existere :nihil aliud .esse quam harmonicumesse", sino que vemos que se afirma explícitamente la doctrina de un orden lógico del cosmos según el cual "lo quedistingueuna sustancia de otra es su situación enel contexto racional del universQ".48 En este' mismo terreno trabajaba Leibniz cuando escribía a Federico diciendo que podía demOstrar la existencia de una "ratio ultima' rerum seu harmonia universalis" o~llando afirmaba, en una carta de 1678 a Iá duquesa IsabeJ,49la plena coincide.nCia 45 Sobre este pasaje han llamado la atenci6n Kabit:i:,Diephilosophie der jungen Leibniz, cit., p. 36, Y F. Barone, Logica formale etrascendentale,cit,
p. 8i La carta fue publicada por Tr¡;ndelenburg en "Historischel}Beitragezur PhiIosophie", II (1855),p. 190.> .. ,.. '..• ""., . ~6L Jagodinski, Leibniziana ... Eleri¡enta philosophiaearéanae ... De. summa rerum, Kasan, 1913;del mismó autor cf. Leibniziana inedita: coritessio philo" sophi,Kasan, .1915,(textolatinocon traducción rusa a! frente).' 47 A.Riváud,"Textes inéditsde Leibniz.publiés.par M. Ivan Jagodinski", en Revue de Metaphysique et de Morale, )Q'14, pp:.92-120. ,48 L ..,Jagodinski,Leibniziana,cit., pp. 32,220••.•....... '.',> .. ,' , 49 [a'carta a Federico, en G. 1, 61; la carta a Isabel, en Siinitliche Schriften und Briefe, .cit., .I1, 1, p. 438;Sobre la presencia de motivos':'metafísicos", inclusoenlos temasde'flógica:' ,que están enJabase de lajnterpretación' panlogística, cf. B. Jasinowski, Die, analitische,Urteils1ehre;Leibnizensiri'ihrem Verhiiltnis· tu seiner Metaphysik,Viena, ··19'18.'Apesar de paftirde la aceptación de las tesis de Couturat y de Russell, G.Preti, Il;cristiavesimouniversale di G. G. Leibniz, Milán-Roma, 1953,p~77, llegó a conclusiones queme,parece importante subrayar: "En realidad, Leibniz no ,llegó jamás,.:a.UIf;desarrollo Completo'.de sulógica; yquedójatrapado ewgraV,ísimas.:.dificruWi~s·. porque'uo
LAS FUENTES DE LA CARACTERíSTICALEIBNIZIANA
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entre los caracteres reales y los elementos simples que constituyen la realidad: "la característica representaría nuestros pensamientos verdadera y claramente y, cuando un pensamiento estuviera compuesto por otros más simples, su carácter también lo sería ... los pensamientos simples son los elementos de la característica y las formas simples, las fuentes de las cosas".
supo jamás abandonar completamente su platonismo originario: eLcriterio de la evidencia (intuición inmediata de las ideas), el realismo lógico (por el cual existen ideas en sí primitivas y en sí compuestas), la concepción según la cual el juego fmma! de los 'símbolos debía reproducir las relaciones ideales eternas. que subsisten entre las ideas que estaban en la mente de Dios,han impedido a Leibniz desarrollar a fondo sus intuiciones lógicas, que eran tan geniales y que después demostrarian ser tan fecundas. En realidad, Leibniz crea una lógica con la permanente preocupación de crear una ontología y una metafísica; pero para crear la lógica moderna era necesario desvincularse por completo de toda preocupación ontológico"rÍwtafísica,y seguir una .gnoseología (aquella que, partiendo de Hume llegará a! neopositivismo de las escuelas de Viena y de Chicago) que Leibnizno hubiera seguido." A cOlklusiones similares llega F. Barone, Logica formale e logica trascendentale, cit~;pp. 8 ss., quien habla de una "diferencia fundamental" entre la lógica' fmmal moderna y la lógica leibniziana "siempreenglobada· y apoyada, inc1uso'en las investigaciones más modernamente técnicas, po.rel ideal metafísico de la pansofía",..y que ha destacado la presencia en el pensamiento.de Leibniz de una "concepción platónico-pitagóricade las formas que es el fundamento de la formálidad de los esquemas lógicos". A conclusiones diferentes IlegaA. Corsano,'Leibniz, Nápoles, Libreria Scientifica Editrice,1952, que ha analizado las illflitenciasde las obras de Suárez en el pensamiento de [eibniz y. que ha sostenido la tesis de "una íntima y casi completa adhesión al nominalismo", de la ,cual debe haberse fniciado el pensamiento de Leibniz.No creo estar de :.¡(;uerdocon esta tesis, no sólo por las razones a las que me he referido,aunquesea brevemen~ te en el texto, sino también porque no creo, co.moafirIÍ1a Corsano, que Leibniz "se sintiera obligado a inclinarse ante los' arca~cos y. decrépitos :motivos ,de misticismo. platónico-pitagórico;para rendir homenaje a Ia.s opiniollesd~ sus maestros (Weigel) y para hablar.con un .lenguaje acce.siblepara)a 'retra.sadísima crutura .filosófico-ciel1tífica·de la Alemania barroca" (A,Cors2u:lo, rec. a F. Barone, "LÓgicaformale. e 10gicaJrascendentale", cit., en Rivista . critica di ~toria del/afilosofia, 4 [1957],p. 4-95).Mostrarla presenqjcl1(),'que Ja'Pr()piª:~representaciÓn" [de aquellas ",,'cosas;que "guexerriQsj~tener!, en ,la mep te. ',Esta ,,'imageIl',tiene ;d()~pro-
UN TRATADO ANóNIMO DEL SIGLO XIV
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piedades, que ha de recordar el nombre y el sentir. Recordar el nombre es recordar en la mente a Pedro, Juan, Martín, cada uno por orden y por sí; recordar sentencias es de este' modo, que si me quiero acordar cómo Troya fue tomada por los griegos, con hierro, con fuego, con ruina, por causa de Elena, pongo en un lugar la imagen de Troya, cómo ardía y cómo habían entrado en:' ella los caballeros armados. Y si quisiera yo acordarmede la edificación de Cartago, que edificó una señora llamada Dido, pondré una imagen de una, con muchos guardas alrededor, y así sucesivamente, de semejante en semejante, de muchas e infinitas sentencias. Ahora bien, referente a las imágenes, así como a los nombres y a las sentencias, veamos cuántas cosas son necesarias. Parecen ser seis por orden. Se requiere en primer lugar que las imágenes sean propias, es decir, que si me quiero acordar de Pedro, ponga en un lugar solamente su propia imagen, ysi quiero tener en mente a Martín, 10 mismo. También conviene que la imagen no sea equívoca, es decir, no represente más cosas de aquellas que queremos tener en mente. Tampoco conviene que sean demasiadas imágenes, es decir, no se pon:gan en un lugar más de las que sean necesarias, que si quiero tener en mente a Pedro, ponga solamente una imagen que represente a Pedro, la cual c9sa es contra la doctrina de Tulio. Tampoco conviene que la imagen sea diversa, esto es, que tenga alguna diversidad en sí, y, ésta es de ,las cosas más útiles que pueda haber. Pero ~n este tipo de memoria debemos esforzamos por colocar siempre imágenes de nuevas formas. También conviene distinguir la:'iínagen con alguna señal que convenga a la cosa para la cual se escoge, como a la imagen del rey parece convenir, como signo, lacorana, a un caballero lo señalará el escudo, al doctor una redoma, y así a uno una señal, otra a otro, como los suele dotar de ellas comúnmente la fantasía de la memoria. Conviene también dar a la imagen propias acciones de la cosa representada, y que a ella. convengan, cómo conviene dar a un león imagen ligera y osada, a una zorra acción sagaz y astuta, al músico el acto 'de tocar ún instrumento. Vemos; pues, que conviene poner en los lugares las imágenes de igual modo que en el papel ponemos las letras: Aquí termina el resumen de las :sentencias y de los nombres; Todavía debemos seguir un modo que es muy útil, que después que hemos aprendido y recitamos cien o doscientos nombres, no por. eso debemos ,conservarlos, antes luego esforzamos porque se nos salgan de la mente, y queden vacíos .los lugares para otros que queramos aprender. Fin. Gracias a Dios. Amén. '
DOS MANUSCRITOS DE"ARS MEMORATIVA"
ApÉNDICE
II
DOS MANUSCRITOS DE "ARS MEMORATIV A" DEL SIGLO XV EICód. lato ambrosiano T. 78 supo (de 45 hojas) contiene los siguientes escritos: ,fE. 1-21v.: Tractatus brevis ac solemnis ad sciendam et ad consequendamartem memoriae artificialis ad M. Marchionem Mantuae.· Inc;: Iussu tuo princeps illustrissime. [Ese! tratado de Jacopo Ragane da Vicenza, del que hemos citado varios pasajes en el texto, escrito en '1434y conservado en dos ejemplares copiadús por diferente mano también end Cód. marciano cl. VI, 274, ff. 15-34Y 53,66 Y un tercer ejemplar en elCód marciano 159 dé la misma clase. El nombre del' a.utor (artificialis memoriae regulae per Jacobum Ra.gonam Vicentinum), y la fecha de composición (Kal. Nov. 1434) están toll1adas del Cód. marciano 274, ff. 15 v.,y53 vJ; ff.22-26: TractatUs solemnis artis memorativae.lnc.: Artificiosae memoriae egregia quaedam. [Damos a continuación la transcripción de este ..escrito. Se ha omitido la lista en lengua romance de los "lugares", que aparece en' 10'sff. 26-27 v.: Exp.: Trespo da tavola Zovane fameglioJ; . ff. 27 V. - 32 v.: Tractatus artis memorativae eximii doetoris artium et medicinaemagistf'i Girardi. lne : Ars commoda natu'rae confirmat et auget. [En la transcripción que sigue se ha recurrido también al Cód. 142 de la Angelicaen el que, en los ff. 83-87,aparece el mismo trátado con el.título,niás reciente, de Ríe traditur preclarus modus conficiende memoriae. Inc.: /Ars commoda natura et confirmat et auget] ; fL 33-40 v.: Excerpta ex·.libris M. T. Ciéeronis de memoria. lnc.: M. T. Ciceronisde oratoredhaecde memoria scriptasunt. lLosexcerpta se encuentran en los ff;35 V. - 40 v. y han sido tomados de la Rhetorica ad R erennium. ] . La: fecha de composición de la miscelánea aparece al final del códice, en el f. 45 :Anno 1466 scriptus pro Raphael de Fuzsy. ¡.
1 Empieza el tratado solemne del arte de la memoria. Al disponemos a sacar a. luz algunos egregios y. prec1arísim()spreceptosdesea esta~ según sentencia de Cicerón en el primero Dé los OfiCios,de que toda 232.
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disputa, sea de lo que fuere, debe comenzar por una definición, para , que se sepa quejeS aquello de que se disputa. Es, pues, la memoria artificial una cierta disposición, imaginaria o local o ideal, de cosas sensibles en la mente, al reflexionar en las cuales se pone en movimiento y se ayuda la memoria natural para poder volver a acordarse más fácil, distinta y copiosamente, de cosas antes recordadas. O bien, sea la memoria artificial industriosa colocación de imágenes apropiadas, por la cual podamos, tiempo después, acordamos de aquellas cosas a que debidamente se aplican. Podríamos intentar una tercera definición, según Cicerón piensa en el tercero de la' Retórica, en esta forma: la memoria artificial es cierto artificio por el cual la voz del preceptor confirma la memoria natural. La memoria natural difiere de la artificiosa. De estas, es natural aquella que está en nuestras almas en el momento mismo de nacer; es artificiosa la que introducimos en ellas y que se confirma con razonesy preceptos. Esta arte se compone de dos cosas, son, a saber, lugares eimágenes, como siente Cicerón en el tercero de la Retórica, de quien no disiente Santo Tomás, que añade que aquellas cosas que desea uno retener en la memoria, es menester disponerlas con ordenada' consideración, para que de un recuerdo se pase fácilmente a otro. En cuanto a Cicerón,dice así: es necesario por tanto, si queremos acordamos de muchas cosa~, tomar muchos lugares de casa, para que . en muchos lugares podamos encerrar y abrazar muchas imágenes. y Aristóteles, en aquello que sobre la memoria escribió, dke que recordamos por los lugarés. Son necesarios, pues, los lugares para que podamos enunc:iary retener en la memoria las cosas en serie. Difieren; sin embargo, los lugares y las imágenes, en que los lugares ,mismos son imágenes sobre las .cuales, como letras' sobre el papel, se colocan.imágenes borrables. Los lugares, entonces, se comportan como materia, las imágenes como forma. Difieren como lo fijo y lo no fijo. y pues 'esta arte, como dicho es, se compone de dos cosas, que son. lugares .e imágenes; nos parece ocupamos primero de los preceptos que tratan de los lugares. Que pues el arte imita en cuanto puede a la naturaleza, el. qu,e.hadeescribir tiene que preparar primero el papel o la. cera, que se asemejan muchísimo a los lugares, las Í1llágenes.a las letr~s,. la disposición y colocación de las imágenes a la escritura, la enunciación en cambio .es comparable a la lectura. De ahí que,con razón, se defina primero el lilgar.El lugar es,pues,como place a algunos, cierto espacio dentro de casa, proporcionado y acondicionadopara aquello que se' debe condicionar, o mejor, según Cicerón,llamamos lugares a aquellos que breve, per,:uJecta y señaladamenteestán hechos por manos o 'por la naturaleza para que ,con.facilidad .pueda.unocon .memoria natural comprenderlos .'J. abarcarlos. Ahora bien, estii arte. consta de. cien Jugares¡ que ; podremosisituar. si tomamos diez casas/.en cada Una de :Ia.scuales sefijenfdiez'lugare~ :en;'diversaspa.redes..de,las.mismas,Casas''o bien . si..tolllamos,una' casa que;' conta.daSsus' alCobaS,.codnas y escaleras j
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APÉNDICE 11 '
nos dé el número de ciento, poniendo en cada alcoba y escalera cinco lugares. La propiedad de los lugares es múltiple; primero, la multitud de los lugares, el orden de los lugares, la soledad de ,los lugares, la meditación de los lugares, el señalamiento de los lugares, la desemejanza de los lugares, la mediana dimensión de los lugares, su mediocre luz y distancia. Síguese lo, de las imágenes. Son las imágenes semejanzas de cosas o de palabras, concebidas en la mente. Las semejanzas deben ser dobles, según dice Cicerón: una de las cosas, otra de las palabras. Se producen semejanzas de cosas cuando elaboramos imágenes de los asuntos mismos, se, dan en cambio imágenes de palabras cuando nos .formamos en la memoria una imagen de cada vocablo. Ahora bien, de las semejanzas de palabras, unas son conod'das, otras desconocidas, más notoriamente, unas animadas, otras inani· madas; de las animadas, algunas propias, otras comunes; de las propias, unas dobles, otras simples; mas de las comunes, así animadas como inanimadas, algunas simples, otras constituidas de dos o más partes, de todas las cuales hablaremos más abajo. Y hay que ver primero lo referente a los nombres propios, simples y dobles. Y adelanto, como regla general para la colocación de las imágenes, que ,siempre hay que colocar en sus lugares las imágenes de movimiento o acCión ridícula, cruel, admirativa o torpe o imposible o de algUna otra manera desacostumbrada. Porque estas cosas crueles o ridículas o desacostumbradas suelen afectar y exCitar mejor los sentidos porque el án}mo pone mucha atenCión a lo malo. Losegilndo que aviso,cón respecto a la colocación de la im~gen, es que algo haga u obre sobre sí misma o sobre el mismo rugar. Si se te diera, pues, para recordarlo, un nombre propio, yor ejemplo Pedro o Martín, debes tomar a algún Pedro conocido de ti por ra?:ón de amistad o enemistad, de virtud o vituperio, de extremada belleza , o excesiva deformidad, y ello no en descanso, sino ejecutando algún movimiento ridículo. Si el nombre no te es conocido,habrá que recurrir a la regla de dicCiones ignotas. Los dobles, son de estoshombres 'simples que, tomados enel'cas6 recto (nominativo) vienen a significar lo que un simple, como Jaime Felipe, Juan María. Esnombre de pila el que precede a 'otro nombre para formar con él' uno solo, precederiCia que siempre está en dependendacon un caso oblicuo (otro que el nominativo), como Juan de Andrés, Mateo de Tomás (patronímicos);'1ossobrenombres-y apellidos son derivados de la parentela'() de cualquiera -otra procedencia y'complementan la identidad personal del individuo, como FranCisco Barbaro, Escipión el Africano. Los nombres dobles hay, quecolocarlos de modo que también ellos, en su' orden, produzcan uriaimagen. Lo, mismo vale por lo, que hace a los nombres:' de pila:;'y atribúyanse hechos' de menos importancia aL que se usa en caso reCto,' hechós mayores al que va _normalmente, en 'caso oblicuo. En cuanto a sobrenombres, y apellidos, ;trátense 10sprill1eros-,según lo dicho, de los nombres propios, "los _s~guI)gOs_;~egún lo; qUe;Neremo~,de"los')nombres ','desconocidos; ",c'!'~;.I?¡¡j-a¡:tcla.rar-ladoctrin,a,:~ es de notar, que.Jas;jID'ágenes,-a, partiÍ':de
DOS MANUSCRITOS DE "ARS MEMORATIVA"
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las cuales se desprenden las semejanzas, pueden formarse de dos modos, de parte de la cosa o de parte del sonido. Si a' partir de la cosa, será también de dos modos, respecto de la propia cosa en sí se toma la similitud como formando la cosa mismá en su forma propia y natural, y a las cosas naturales conviene este, modo principalmente. En el segundo modo se toma la semejanza de parte de la cosa metafísica, según el efecto que obra o el instrumento con que obra, y de este modo procedemos principalmente tratando' de cosas invisibles. Si, pues, quieres guardar en ti las imágenes de cosas invisibles, si son cosas pertenecientes a virtudes o a vicios, podremos tomar dobles semejanzas, es a saber tomando aquella cosa 'en que se hallan por excelencia, como a Lucifer por la soberbia; a Salomón por la sabiduría, y como segundo modo, metafísicamente, por la divinidad, hemos aprendido de los pintores a poner ángeles. Dígase lo mismo de las cosas santas, como virtud, justicia, ángel, ánima, Dios, y por lo tanto con Pedro, etcétera. Las semejanzas de nombres accidentales se toman indiferentemente poniendo la' pintura, la semejanza ,o la cosa real con los colores y rasgos que está demostrado debe haber en ella. Las señas de la dignidad de un oficio o las de un arte mecánica se toman por.la significación demostrativa y declarativa de las misas, como si queremos poner al papa Martín, conocido tuyo según la regla de los nombres propios, llevará su mitra de tres coronas, y así de los demás casos, según las señales convenientes a sus dignidades, oficios y artes. Si quieres acordarte de cosas inanimadas; de dos modos podrás hacerla. Según el primero, poniendo de la misma cosa inanimada una similitud que ejecuta alguna acción (un hombre ha de imaginarse bajo el concepto natural, no bajo nota especial), y -tal acción sea, o contra el lugar, o contra sí misma. El segundo modo es poniendo por orden el alfabeto, y colocando encima, de cada letra un hombre que te sea conocido, como custodio y' operario del Jugar, que' actúe cuando fuere necesario con la 'cosa inanimada como se ha dicho en lo que arriba expusimos. La regla final se ocupa de la colocación deprosas, versos, embajadas y demás cosas de este género. , Para fijar con certeza en la mente cartas, oraciones, sermones, versos, etc., está clarísimo, que es necesario colocar primeramente la misma cosa en su totalidad, de modo que lamemória natural la abarque satisfactoriamente, una imagen simple de la cosa toda en suma, agregado de sus diversas partes, que después habrán' de enunciarse idóneamente. Aquellas partes luego habrán de'subdividirse,-enotras. La división final ocupará su lugar, único o múltiple; las: principales divisiones tendrán atribuidos sus lugares quinarios, pero las partes restantes se acomodarán en otro tipo de imágenes. Los 'versos, :especialmente, pueden recordarse si, además de su conteriidogeneral; se hace notar su comienzo por alguna imagen: especial o:sílabas o letras. La historia se puede marcar connotas;".según los hechos,'aunj)ara las'partes que.yaconozcas.¡": ;:;,;", :xc; , Dichas rúbricas suelen colocarse, oenglóbandoun'tódo :bajo'una imagen conveniente o. atendiendo .a,seníejanzas verbales',' ,
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En cuanto a las embajadas, si quieres cómodamente recordarlas, tomarás la imagen del que despacha la embajada y colocarás con ella sus pactos y promesas, y por el contrario, en aquel a quien se dirige la embajada pondrás las peticiones que se le hacen, y si se toman muchos asuntos o capítulos de ella hay que irlos -poniendo' en sus lugares cada uno. Si se trata de recordar un silogismo, póngase la [premisa] mayor a la derecha, la menor a la izquierda, o podemos señalar con una imagen la mayor, o el medio o la conclusión. Si fuera un entimema, , bastaría señalar la primera proposición; en derecho, marcad con rú· bricas en la ley donde se quiera précisar qué sentido tenga, . TÉAO. cart. del siglo XVI, de 95 hojas escritas y numeradas, encuadernado en cartón, 185 X 147 mm). También aquí como en el ejemplar napolitano, sigue un tratado De Trarismutatione. Véase en el f. 40 r.: "Son tres las transmutaciones, es decir, la Divina, la de lás Palabras, y la que se refiere a los Metales. Y existe una maravillosa correspondencia entre todas ellas." En el f. 46 r. se recuerda a Agripa y a Giovanni da Rupescissa. Las hojas 51 r. ss.' contienen una transcripción de la edición veneciana de 1548 de la Porta della luce santa.
ApÉNDICE
VII
EJERCICIOS DE MEMORIA EN LA ALEMANIA DEL SIGLO XVII Como es sabido, los textos mnemotécnicos de Pedro de Ravena, primero, y de Giordano Bruno después, tuvieron gran influencia en los ambientes de la cultura alemana. El pasaje que se transáibe a continuación constituye un documento singular que muestra el inte- ' rés, también en los ambientes académicos de los primeros años del siglo XVII, por esos ejercicios de memoria que habían tenido gran éxito durante el siglo XVI, sobre todo en Italia y Alemania.Asimismo, muchos de lbs mayores emblematistas del sigloxvrr se dedicaron a estos pasatiempos (recitar, por ejemplo, ya fuera del principio al final o del final al principio una lista de un centenar de términos o de expresiones inusitadas). Como lo ha subrayado M. Praz (Studi :ml concettismo, Florencia, Sansoni, 1946, p. 233), el padre jesuita Menestrier, celebradísimo autor de un centenar de obras sobre emblemática, daba muestra de su prodigiosa memoria ante Cristina de Suecia, sirviéndose de ejercicios de este 'tipo. El texto que sigue está tomado de Joannes Paepp, Schenkelius detectus seu memoria artificialis hactenus occultata, Lugduni, 1617, pp. 30-39 (copia utilizada: Trivulziana, Mor. M. 17). En los escritos de Paepp (cf. también Artificiosae memoriae fundamenta ex Aristotele, Cicerone, Thoma Aquinate, etc., Lugduni, 1619) resulta particularmente interesante el intento de fundir las figuras de la combinatoria lulhlna con las de la mnemotecnia "ciéeroniana". Goclenius, nombre que aparece en el texto, es ,un personaje bastante conocido. V éansesobre esto: Morhof, Polyhistor literarius philosophicus et practicus, Lubeck, 1732, vol. 11, p. 455, Y L. Thorndike, History of Magic and Experimental Science, 8 vals., Nueva York, Columbia University Press, 1923-1956, vol. V,p. 326; vol. VI, pp. 137, 368, 485, 506. El 29 de septiembre, viejo estilo, del año de' 1602, a las ocho de la mañana, concurrieron ala casa de aquel celebérrimo y gran filósofo y profesor Rodolfo Goclenio, el ilustrísimo ,Enrique Ellenberger, .preclaro doctor y profesor de mediCina, Matías: von Siichten, Cristóbal Baunemann, contador mayor. Pidió Schenckela Goclenio. y. a Ellenberger le dictaran veinticinco frases, que tomó con la pluma;. poniendo antes un número a cada una, y entonces mandó entrar al noble y docto mozo Justo Ingmann, de Cassell,estudiante de'derecho y filosofía, a quien Schenckel le fue leyendo todas. por. orden,
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APÉNDICE VII
haciendo un pequeño intervalo entre cada una, y leídas todas, se quedó sentado un momento en silencio. Luego empezó el joven a decirles, de la primera a la última,en el orden normal y al revés, de ésta a aquélla, sin demora, vacilación o error, pero como sucediera que dos o tres veces dijera una palabra antes d~ otra,y que dos veces diera un sinónimo por otro, de aquéllos en' que es facilísimo confundirse: "de este modo" por "de esta manera"; "límites" en vez de "fines", bastaba con que se le advirtiera: -¡Orden! ¿dije yo "de este modo"? Estás poniendo un sinónimo, para que en seguida pusiera la palabra correcta, y en su orden. Luego las fue .diciendo salteadas, con que se le diera el número; o bien! dándosele algún vocablo que ocurriera en tal o cualfrase,él decía el número. Entonces preguntó Schenckel al joven Jungmann si quería que se le propusieran todavía más frases. Entu.siasniado el muchacho pidió otras veinticinco. Observando SchenckeI que parecían ya demasiadas, pidió aquél quince, a las cuales' aplicado su arte, las repitió en el orden que se pidiera, separadas o juntas o salteadas, con la misma destreza y prontitud que las anteriores. (Algunas de) las frases fueron las siguientes: 1. Todo es fingido, no hay sinceridad en la cOrte. 2. Abre el filósofo el alma, mantenga el cuerpo en flaqueza. 3. Como árbol a menuclo trasplantado rara vez llega a fruto, así pasa al' ingenio vagabundo [ ... ]. . 39. La timidez denota ignorancia, la 'audacia~ temeridad. 40. Debemos favorecer, no atacar a aquellos que nosptisieron los cimientos de la sabiduría. Si entre las frases que aquellos señores proponían había algtinaalgo trillada" y que suponía ya conocida de Jungmann, sinceramente lo indica1Ja así Schenckel y se ponían atrasen su lugar. Si, por otra parte, alguna parecía demasiado breve, pedía seJe añadiera algo, como se hizo en la 23 y la 24. Al día siguiente, 30 de septiembre, de nuevo ocurrieron los señores arriba nombrados, ahora ala casa del farma"céu:tico Mat